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Ventanas | Sebastián Rojas

VENTANAS

| Sebastián Rojas

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Ventanas miran hacia el exterior, ventanas iluminan el interior.

Un rayo de luz entra por la ventana mientras en el exterior el mundo se cae a pedazos, vemos cómo se desprende cada trozo en vivo a través de Facebook y me gusta. La realidad siempre mediada por un otro: artefacto, cámara, pantalla, alimentados probablemente por una batería de litio, mineral explotado de las entrañas del desierto de Atacama. El desierto desangrándose por la cultura tecnocientífica, desangrándose para financiar la política, desangrándose para mantener el poder, desangrándose para unos pocos, agonizando frente a nuestros ojos en cautiverio. Un cerro desaparece y nadie dice nada.

Las ventanas iluminan nuestro espacio íntimo, pero también miran hacia el exterior y develan los rincones de nuestro hogar, las manchas, los escombros, el polvo debajo de las alfombras, el espacio familiar. Aquella prolongación del pensar en comunidad se transforma y queda al límite de ser una cárcel blanda. Cuando el tiempo estuvo suspendido en la nada nos dimos cuenta de la importancia de pensar en el ser, de volver a reconectarnos con nuestro interior, porque en el exterior –fiel copia de la cultura de la anulación– todo se cancela, se derrumba, se funa, se posterga, se elimina.

Después de la cárcel blanda no seremos los mismos. Volvimos a reorganizar las fronteras, los nuevos límites mediados por algoritmos nos transforman en mitad humanos, mitad máquinas. La realidad vista desde una pantalla, que en algún momento de la cuarentena me pareció el rostro de un amigo.

La crisis nos puso frente a frente con el devenir de nuestra sociedad, la locura de un sistema donde la velocidad y la eficacia lo son todo, mientras la salud queda a un costado acumulando cuerpos en bolsas plásticas.

Gastón nos habla de la agonía, Sebastián no dice nada, Graciela reflexiona sobre el espacio íntimo, Cristina se cuestiona el paisaje y Fernando piensa en el futuro. Cada uno desde su propia vereda, desde su propia frontera, desde su propia ventana.

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