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Delusión | Jordán Plaza
DELUSIÓN
| Jordán Plaza
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“El tiempo pretende la distancia de la unidad escindida cavando entre múltiples verdades, mientras el sujeto se halla perdido en el rojo del ayer”.
Anteriormente yo había realizado una intervención in situ en las cercanías de Taltal, donde se encuentra la mina San Ramón, con una data aproximada de doce mil años. Allí los habitantes del complejo cultural huentelauquén extraían óxido de hierro para uso cotidiano y ritual. La propuesta contempla una “resurrección” de un pasado al que hemos estado ligados desde hace mucho, un diálogo entre ese tiempo y el actual. Para esto recurro a pintarme, tal como los antiguos recolectores costeros que usaban el óxido de hierro para cubrir su cuerpo.
Con esta intervención reabro el debate en torno al vínculo que nos ha ligado desde siempre con la tierra y los problemas que surgen cuando dejamos de ser conscientes de aquello.
En el último tiempo, la narrativa de la obra comienza a tener una dimensión más introspectiva, transformándose en una regresión que busca las verdades sobre uno mismo en un contexto excepcionalmente extraño, de encierro impuesto. En cierto modo, se convierte también en una autoexcavación, motivada por la búsqueda de materias primas que sirvan de sustento para dar forma a nuevas realidades, haciendo frente a un mundo y un sistema en crisis.