Editorial
AQUÍ ESTAMOS y LiNGua eXPReSSa son revistas escolares editadas por el Colegio Los Peñascales con la financiación de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos. Colegio “Los Peñascales” Avenida del Pardo, s/n 28290 Los Peñascales (Madrid) Tfnos 91_630.05.63 / 91_630.02.13 Fax: 91_630.12.37 La Redaccin de A
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ESTAMOS y LiN ›
Han colaborado en la edición del presente número:
David Casanueva Cañete Paula Gutiérrez Arroyo Ana Pastor Ocariz Sara Peña Pérez Cecilia Sanz Suárez Elena Vega Tapia David Villares Santurde
Gua eXPReSSa agra dece a toda la comunidad educativa (alumnos,› pa dres y profesores) el envo de› origi HELENA ALBA,
CAROLINA GONZÁLEZ nales para su publica cin. Se ruega que los originales se › en se han ocupado de la ven por correo electrnico a: coordinación editorial.
linguaexpressa@gmail.com Si no es posible, se solicita› manus crito cla ra mente redactado, que serÆ tecleado por al guno de ›los El cocolegio agradece muy laboradores, a quien agradece mos especialmente a todos los su trabajo.
que, las tardes de los mar-
Esta Revista es una va de libre tes, en el Taller de Prensa, expre sin. El Co legio no se hace han hecho posible la salida necesaria men te solida rio con de las este y de los anteriores opiniones verti das por los autores números de la Revista. de los artculos.
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El curso 2010-2011 quedará en nuestra memoria como un año repleto de encuentros literarios. Escribir es un arte y poder disfrutar del arte es un placer. Federico García Lorca y Rafael Alberti, grandes escritores de la Generación del 27, y referentes en la poesía universal, han sido el punto de partida en las celebraciones del Día del Libro 2011. Los más pequeños del colegio han disfrutado con sus versos y gracias a estos han creado una pequeña obra literaria y plástica. Ricardo Gómez y José Luis Olaizola han hecho un hueco en su agenda para visitar nuestro colegio y compartir con los alumnos de primaria emociones y experiencias tanto personales como profesionales. El teatro aparece en Grecia en el siglo V a.C. y surge como una necesidad de expresar sentimientos, deseos, inquietudes o temores. El 50 aniversario del Día Internacional del Teatro ha servido para que los alumnos de Secundaria y Bachillerato se conviertan en los mejores actores de las grandes obras del teatro español. Un recorrido por la historia del teatro desde la Edad Media hasta el siglo XX. Segismundo, doña Paquita, don Juan y doña Inés, Bernarda Alba, simbólicos personajes del teatro, han aparecido en nuestras vidas para dejarnos una pequeña muestra de sus vivencias. Vivencias literarias tan enriquecedoras permiten conocer un poco más y mejor obras y autores hasta entonces desconocidos para los alumnos y gracias a estas experiencias conseguimos que recuerden el Día del Libro como un evento único. Y como escribir es un arte recogemos en este especial los escritos premiados en el Concurso Literario 2011.
ÍNDICE - Día del Libro Infantil - Día de la Libro 1º-4º Primaria - Ganadores Categoría 1º-2º Primaria - Ganadores Categoría 3º-4º Primaria - Día del Libro 5º-6º Primaria - Ganadores Categoría 5º-6º Primaria - Ganadores Categoría 1º-2º ESO - Día del Libro ESO-BACHILLERATO - Ganadores Categoría 3º-4º ESO - Ganadores Categoría 1º-2º Bachillerato
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pág 2 pág 4 pág 6 pág 8 pág 9 pág 12 pág 15 pág 20 pág 22 pág 24
DÍA DEL LIBRO EN INFANTIL El 5 de mayo por la tarde celebramos El Día del Libro en el aula de psicomotricidad. En primer lugar vinieron los de primero y segundo de primaria que nos leyeron un cuento encadenado que inventaron, escribieron e ilustraron. Luego Lucas Sastre de 2º de primaria leyó un cuento que él mismo había hecho. Luego vino la ilustradora Beatriz Ujados, madre de Helena Fernández, que realizó en tiempo real una ilustración del libro de poesía que confeccionamos en infantil entre todos y que posteriormente iba a ser el libro regalo del día del libro. Mediante una cámara que recogía lo que Beatriz iba haciendo pudimos ver en la pantalla la creación del dibujo-ilustración. Luego se repartieron los libros a todos los niños. El libro regalo era un libro con varias poesías de Lorca y Alberti de las de “poesías para niños” que recopilamos los profesores y que fueron ilustradas por los propios niños y de las cuales hicimos una selección, una para cada poema.
Lucas Sastre, alumno de 2º de primaria, lee un cuento a los alumnos de Infantil
Enrique Tejerina, Profesor de Infantil
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Beatriz Ujados durante la creaci贸n de la Ilustraci贸n
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CARTA A RICARDO GÓMEZ Me ha gustado mucho tu cuento y se llama “El perro que buscaba estrellas” y se trata de que un perro nació en un campo y su nombre era un perro vagabundo y un día se fue a la ciudad y dijo no sé si los señores van a querer hablar con un perro vagabundo y entonces fue a la ciudad y cuando llegó a la ciudad se encontró a una señora y dijo el perro ¿eso son luces? No, son farolas para que las ancianas como yo podamos ver. María Camarero 1º de primaria
Hicimos el concurso literario y vino un escritor que trabajó en el colegio. Fue director del colegio y junto con otras personas fundó el colegio. Nos regaló un libro, se lo regaló a primero y a segundo y también nos lo dedicó. Y un amigo me pegó en el ojo porque a mí me gustaban los cuentos que habían hecho los ganadores y así fue como me pegó y los de primero nos regalaron una flor y el libro se llama “el perro que buscaba estrellas”. David Aliaño 2º de primaria
El día del libro me ha gustado mucho, después ha venido Ricardo Gómez y nos ha dado un libro a cada uno de la clase. Después en el auditorio han dado los premios del concurso literario, han ganado Irene y Lucía. El cuento que más me ha gustado ha sido el de Sergio de 5º de primaria. Juan Tejerina 2º de primaria
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Día del libro 1º a 4º primaria
Fuimos al concurso literario y ganaron Sete y Javi. Luego nos fuimos al recreo, después del recreo nos fuimos a clase a hablar de Ricardo Gómez. Lo que más me gustó fue cuando conocimos a Ricardo Gómez. Luego nos fuimos a clase a hablar de San Jorge que mató al dragón. Me lo pasé muy bien. Miriam Cabestrero 1º de primaria
En el día del libro en la competición las ganadoras de la clase fueron Lucía e Irene y por la tarde vino Ricardo Gómez al colegio y le preguntamos cosas y nos dio un libro que ha escrito él y en el libro nos escribió una dedicatoria. Pablo Prat 2º de primaria
Ya era por la mañana y todos ansiosos esperábamos que ya llegase la hora. Primero tuvimos una clase y a la segunda fuimos al auditorio. Por fin llegamos, nada más sentarnos salió al escenario Rafa, el director, quien nos explicó qué pasaba hoy y quién venía a visitarnos por la tarde. Nos dijo que vendría a visitarnos Ricardo Gómez, el famoso escritor que antes trabajaba en nuestro cole. Él nos iba a explicar cómo llegó a ser escritor y nos hablaría un poco de los cuentos que nos íbamos a llevar a casa. Ahora nos iban a dar los ganadores del “CONCURSO LITERARIO”. La verdad es que estuvo muy divertido, luego los ganadores después de ser premiados nos contaban sus cuentos. A mí me gustaron mucho todos, pero el que más me gustó fue el de Sergio de 5º de primaria. Acabó el “CONCURSO LITERARIO” y nos fuimos al patio, después, ya por la tarde, vino Ricardo Gómez y nos contó todo lo que dijo Rafa. María González 4º de primaria
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UNA BESTIA EN EL AGUA
El delfín y la estrella de mar
Había
una vez un ratón pequeñito que vivía al lado de un río, en un hormiguero abandonado. Un invierno frío salió, había tanta nieve y hielo que resbaló e iba tan rápido que chocó con un árbol y dijo: -Mamá mi pupa, dios mío. Cuando intentó cruzar el río y nadó pero al intentar nadar apareció una cosa gigante, pero al ratón hacía un ruido que le hacía espantarlo. Vio que tenía escamas como un cocodrilo. Un día volvió sin hacer ruido le preguntó: -¿Cómo te llamas?-dijo -Caimán, hola. -Yo ratón. Y le dijo el ratón: -Si tú no me comes, yo no hago ruido. Y se hicieron amigos para siempre.
Érase una vez un delfín que estaba nadando, se encontró con una estrella de mar, cogió y la colgó en su habitación para dormir y brillaba. Pero estaba viva y dijo: -¿Qué hago aquí colgada? -¿Quién anda ahí?-dijo el delfín -Soy yo, la estrella de mar, que estoy aquí colgada- dijo la estrella. -Creía que a los humanos se les había caído una estrella de plástico- Dijo el delfín. -Vale, pero ya sabes que soy una estrella de mar, por favor, suéltame. El delfín la soltó y nadaron juntos, pero como nada tan poco la estrella de mar la llevaba el delfín en la espalda. Moisés García Ferrer
Javier L’hotellerie Fallois.
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Las lentejas
Había una vez unas lentejas que no querían que se las comieran y un día su mamá lenteja dijo: -No tengáis miedo, porque al niño no le gustan las lentejas. Hasta que un día la mamá del niño dijo: -¡A comer!
El mono y la primavera Y dijo el niño: -¿Qué hay de comer? -Hay lentejas -¡Qué asquito!- dijo el niño. Y hasta que de una vez por todas, bajó y dijo: -No, no y no, no quiero comer estas lentejas. Y dijo la mamá: -Tienes que comértelas. Y las lentejas pensaron:”vamos a acabar muertas”. Y la madre del niño estaba hablando por teléfono y el niño se fue a su cuarto y las lentejas se fueron al campo y se hicieron una casa y allí es donde vivieron.
Había una vez un mono que se llamaba Monino y un día cuando estaba comiendo plátanos, de repente se acercó un pájaro a decirle que era primavera y como él no sabía que era la primavera estaba asustado y un día le salió una planta al lado del árbol y se fue al médico y el médico le dijo: -¡Estás loco! La primavera no es mala y así que el mono se fue a casa a jugar con la planta y así el mono nunca tuvo miedo a la primavera y así el año siguiente no tuvo miedo. Irene López-Ochoa Saelices
Lucía Gabino López de Ahumada
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Aprender con amigos Érase una vez un niño que se aburría mucho estudiando en el colegio y su curso era 6º de primaria. A él le gustaría estar en su casa en lugar de estar estudiando en el colegio. Un día mientras se aburría estudiando de repente fue absorbido por su libro de ciencias. Entonces apareció en su sendero y vio un cartel en el que ponía “sendero de Arquímedes”. Caminó y caminó hasta que vio una casa a lo lejos. Cuando llegó hasta la casa llamó a la puerta, le abrió nada más y nada menos que el hidrógeno. Entonces el hidrógeno le dijo que pasase. Cuando estaba dentro, el hidrógeno le presentó a sus amigos: el helio, el oxígeno, el lutecio, el plutonio y el uranio. Entonces le enseñó cómo era la dinámica de fluidos y se lo explicaron de una forma muy divertida. Unos minutos después le dijeron que si quería seguir divirtiéndose con los estudios que saliese del libro de ciencias y que se metiese en el libro de lengua para aprender sobre la lengua española. Des-
pués salió del libro de ciencias y se metió en el libro de lengua y apareció en una biblioteca en la que había un diccionario, los adjetivos, los determinantes posesivos, los determinantes demostrativos y todas las letras del diccionario. Entonces le enseñaron lo que eran las palabras esdrújulas y le dijeron que si quería divertirse con las
matemáticas que saliese del libro de lengua y se metiese en el libro de matemáticas y él como quería divertirse con los estudios salió del libro de lengua y se metió en el libro de ma-
temáticas y apareció en una pradera en la que había números en todas las palabras. De repente, vio al número cuatro, al símbolo de la resta, al de la multiplicación, al número ocho y a los números pares del uno al diez. Entonces todos jugaron al
balón prisionero y a la isla se hunde. Un rato después, los números le enseñaron a hacer fracciones y al final volvió a su casa ya sin aburrirse estudiando y su rendimiento escolar mejoró. Luis Muñoz Sánchez 3º primaria
El niño que cambió su deseo por otro mejor Había una vez un niño que se llamaba Suly. Vivía en una aldea. A la hora de soplar las velas pidió tener más regalos entonces se paró todo y
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de una chispa de fuego de la vela salió el hada de los deseos. Le abrió una puertecita y le dijo: - ¡Venga entra! El niño miró hacia atrás y entró. Vio un lugar muy seco y un cumpleaños con muchos niños y entre todos le regalaron una pelota. Luego vio a unas jugando a escalar árboles, a hacer colonias, etc, todo sin juguetes. Después a unos niños pequeños trabajando y más tarde un país en el que que acababa de haber un tsunami y un terremoto. Después de ver todo eso volvió a su mundo.Ya no quería tantos regalos ni fiesta, se dio cuenta de que había cosas más importantes y le pidió al hada que todos en el mundo solucionaran sus problemas. Andrea Pomeroy 3º primaria
Día del libro 5º y 6º primaria
autor con una larga vida profesional – ha escrito más de 70 libros – y una fecunda vida personal. El encuentro se desarrolló en un ambiente cercano en el que el autor fue transmisor de valores de alegría, opti-
5º y 6º de Primaria han celebrado el Día del Libro 2011 con un Encuentro Literario con el autor José Luis Olaizola. Marta Serrano Olaizola, su nieta de 6º de Primaria, fue la encargada de presentarle al resto de sus compañeros. Tengo dos abuelos: el padre de mi padre, Sebastián, que se dedicaba a pilotar aviones comerciales y el padre de mi madre, José Luis, que se dedica a escribir libros, generalmente para niños. Hoy os voy a hablar de mi abuelo José Luis. Le conozco desde que nací, hace once años, casi doce. Es muy majo y divertido. Cuando nos reunimos toda la familia – tengo ocho tíos y no sé cuántos primos – él siempre nos cuenta anécdotas que le han ocurrido en compañía de sus amigos y vecinos. Una de sus aficiones favoritas, cuando no está escribiendo, es cocinar. ¡Él es el chef de la familia! Hace la paella cuando nos reunimos porque no hay otra comida
que nos dé para todos porque somos demasiados. A mi abuelo le encanta el deporte: nada en su piscina y hace muchos largos, monta en bici con sus nietos, esquía con todos nosotros… También antes ganaba muchas copas y medallas como campeón de 100 metros lisos. También jugaba al rugby con el equipo de la Selección Española. En mi opinión, mi abuelo es un buen modelo a seguir. Yo le quiero mucho por la forma en que nos apoya. Marta Serrano Olaizola
Los Peñascales, 28 de abril de 2011 Acudimos al auditorio del colegio con ganas de conocer más de cerca cómo es la vida de un escritor y nos encontramos con las sorprendentes respuestas de este
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mismo, sentido del humor, solidaridad y confianza en el ser humano. Recogemos en nuestra Revista algunas de las preguntas que le hicimos y las respuestas que más nos han impresionado, llamado la atención o nos han hecho reflexionar. ¿Qué le impulsó a ser escritor? ¿Cómo se decidió a serlo? ¿Quería serlo desde pequeño o se hizo escritor por casualidad? ¿De dónde saca los temas de sus libros? Para inventar los personajes de sus libros, ¿se inspira en su familia o en otras personas que conoce? o ¿son todos inventados? ¿Qué es primero, el título o la historia? Cuando acaba un libro, ¿piensa en el título o se le ocurre el título y luego inventa el argumento?¿Tiene algún libro favorito que le guste más que el resto o al que le tenga un es-
…nos daba respuestas completas, con sentido del humor (casi todas), pero lo que tenían en común todas ellas era que te servían para reflexionar y replanteártelas.
pecial cariño? ¿Tiene un horario para escribir o aprovecha cuando le vienen las ideas? ¿Combina la actividad de escritor con otro trabajo? ¿Nos podría dar algunos consejos para que seamos buenos escritores? Cuando termina un libro, ¿lo revisa?
… me ha gustado cómo respondía porque no era muy breve, pero no era muy largo
buen lector” porque tiene mucha razón y casi siempre coincide. Y también, “me gusta escribir sobre la buena gente” porque tiene razón y creo que desde ahora cuando pase algo malo voy a escribir o hablar en concreto sobre la gente que sí lo ha hecho bien.
…estaba tan nerviosa que no me acuerdo de toda la respuesta pero sí me acuerdo de que le gusta mucho escribir.
… nos dio un consejo muy bueno que yo valoré mucho y es que no conocía a ningún buen escritor que no fuera un gran lector.
… me parce que sabe explicar muy bien las cosas
Me sorprendió que escribiera historias de gente real porque la mayoría de los escritores infantiles suelen escribir historias de fantasía, viajes, aventuras…
…por sus respuestas me he dado cuenta de que no era un aficionado
Me ha llamado la atención que él solo escribe libros sobre cosas buenas y no cosas malas
LA PRIMERA IMPRESIÓN
Me ha llamado la atención su vida
… me ha parecido una persona amable, amena y de ideas claras…
Me ha llamado la atención que se levante a las 7 de la madrugada… no entiendo por qué se levanta a las 7 de la mañana para escribir…
…mi primera impresión fue muy buena y me pareció una persona con sentido del humor, culta, inteligente y dedicado a su trabajo. … nada más verle, me he sentido a gusto y me ha encantado… …la primera impresión que tuve es que era muy educado … a mí no me parece mayor porque hace mucho deporte. PREGUNTAS Y RESPUESTAS Hemos empezado a preguntar y mi abuelo estaba en el escenario solo, así que me he tenido que subir con él, que conste que obligada por mis compis de clase. Yo no quería subir porque me daba bastante vergüenza pero me ha encantado que haya venido al cole.
Nos ha respondido a varias preguntas pero la que más me ha gustado es que “él solo escribe sobre la buena gente porque ahora está de moda hablar sobre mala gente. Me gusta mucho su actitud, aunque solo le he conocido hoy, me parece que es muy simpático. Ser escritor Pero hubo dos frases que me encantaron: “No conozco ningún buen escritor, buen escritor, que no sea
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…la inspiración no le llega mientras hace cosas, sino cuando se pone a trabajar. Yo pensaba que la inspiración llegaba mientras hacías cosas como jugar y cosas de esas pero he aprendido que la inspiración te llega trabajando. …nos dijo que le llegaba la inspiración cuando se sienta temprano frente al ordenador y si no llega, sale un poco al jardín. …por las mañanas escribe y por las tardes revisa lo que ha escrito.
Sobre la familia La respuesta que más me ha gustado ha sido que me hice escritor gracias a mi mujer porque cuando le planteé lo de ser escritor, me dio todo el apoyo en vez de decirme que siendo abogado estaba muy bien y que me olvidase de serlo, así que soy escritor gracias a ella. Esta respuesta me ha interesado debido a que él era escritor gracias a su mujer y eso me ha sorprendido. … nos contó que toda su familia colabora en la ONG: sus hijas, sus nietos… Sobre la tecnología
rechos de autor del libro. Él los cedió generosamente… y así le llegó un ejemplar de Cucho escrito en tailandés y unas fotos de un colegio donde ponía: “colegio construido gracias a los derechos de autor de Cucho” El deporte Nos ha contado que fue jugador de rugby en selección española y ha ganado los 100 metros lisos. … le encanta el deporte. … juega al tenis con sus hijas y todavía gana a sus nietos.
… me ha sorprendido su acercamiento a la informática porque yo me había imaginado que una persona como él habría dicho: “¡esa tecnología tan avanzada es demasiado moderna!” … un día se le estropeó la máquina de escribir y tuvo que pasar al ordenador. Ahora mismo el ordenador le parece fantástico. Me ha hecho pensar que algunas veces nos negamos a probar cosas que cuando las probamos, nos parecen fantásticas. …reconoció que era mejor el ordenador porque antes se tenía que ir a la biblioteca, buscar sobre lo que estaba escribiendo y comprarlo. Sin embargo, con internet pones lo que quieres buscar y, a continuación, te salen un montón de cosas. José Luis dijo: “el ordenador es el mejor invento del mundo”
PARA TERMINAR Al final nos dieron un libro que llevaba una dedicatoria especial para cada uno, cosa que me impresionó mucho y me hizo pensar en que era una persona muy amable. …hoy me ha pasado algo muy chulo y es que por primera vez, el autor de un libro me lo ha firmado. Me ha gustado mucho la dedicatoria. ..para terminar quiero decir que me ha parecido un señor inteligente y majo. … me dio mucha pena que se fuera porque era muy majo.
Solidaridad
¡Ha sido mi mejor Día del Libro!
…la verdad es que su solidaridad y visión de la realidad me han parecido ejemplares. … Lo que más me interesó fue lo de Tailandia… … yo combino el trabajo de escritor con ser el Presidente de una ONG llamada Somos Uno que ayuda a escolarizar a niñas tailandesas y nos ha contado porque hizo la ONG… … me ha gustado que contara las cosas muy bien y se preocupe por los menos afortunados. … Su libro favorito es Cucho (1982) porque gracias a él nació la ONG. Un día le llamó una profesora de español de Tailandia y le pidió que le cediera los de-
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La intención es lo que cuenta Ana era la hija mediana de tres hermanas. La mayor era guapa, lista y todo le salía bien. La hermana pequeña con nueve meses hacía muchas gracias y le prestaban mucha atención. pero las dos se cayeron a un charco que había debajo del columpio. Las dos se llenaron de barro y Ana se manchó todo el pelo. ¡Cómo salió en la foto! ¡Cómo salió en la foto! Ana era lista, guapa pero… siempre se metía en líos. Ella intentaba hacer las cosas bien, pero todo le salía mal. En el colegio, la profesora siempre le castigaba. Un día los niños de cuarto de primaria tenían que hacerse una foto para la revista del colegio y su hermana estuvo mucho tiempo arreglándose el pelo antes de ir al colegio. Durante el recreo, Ana, justo antes de hacerse la foto, se columpiaba en un columpio de barras de metal en el que lo normal es sujetarse con las manos. Ella siempre se sujetaba con los pies. La profesora la vio e intentó bajarla,
Cuando volvió a su casa, su padre le estuvo desenredando el pelo porque parecía un erizo. Su padre trabajaba en una empresa en Japón, pero a causa del terremoto, su empresa quedó destruida y se quedó sin trabajo. Gracias a Dios él se salvó y pudo volver a España. A su regreso, con la crisis no encontraba trabajo. Desde ese momento Ana se propuso ayudar a su padre porque el dinero no les llegaba para todo. Tendrían que cambiarles de colegio, vender la casa…
Para ayudar a su padre Ana se puso a pasear a todos los perros de su urbanización, y como siempre Ana acabó metiéndose en problemas. Se le escapaban todos los perros y tuvo que buscarlos por toda la urbanización. Otro día, Ana se puso a vender todos sus peluches y recaudó un poco de di-
nero, pero cuando fue a dárselo a su padre, se le había perdido por el camino. Durante la semana, la profesora les mandó que hicieran un trabajo con palabras muy bonitas y Ana pensó en hacer una canción.
que la ayudara a hacer la canción porque su padre cuando era más joven había hecho la carrera de música.
Cuando Ana presentó su trabajo, la profesora le preguntó que si la habían ayudado y dijo que sí, que le había ayudado su padre porque ahora tenía más tiempo libre porque no tenía trabajo. La profesora habló con la directora del colegio y al día siguiente, esta habló con el padre de Ana, para ofrecerle un trabajo como profesor de música, ya que el profesor que había antes había encontrado un trabajo que estaba más cerca de su casa. El padre aceptó, y por primera vez a Ana le habían salido las cosas bien. Ahora Ana era lista, guapa y todo le salía bien.
Después del colegio, Ana pidió a su padre
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Cristina Palacios Fernández 5º primaria
LAS MENINAS SALEN DE EL PRADO Pedro era un restaurador de cuadros en el museo de El Prado e inventor autónomo.
miento de Sotomayor, Margarita Teresa de Austria e Isabel de Velasco.
Un día soleado y caluroso de verano, Pedro acabó de inventar El Rayo Separador De Moléculas 3000. Pedro, no puso este 3000 porque le pareciera guay, sino porque eran el número de veces que había intentado inventar el artilugio, que servía para sacar a los personajes de los cuadros.
Pedro, asustado, esperó a que su turno terminase. Cuando este finalizó, se vistió con su ropa habitual –un chándal del Atlético de Madrid- y se fue a su casa llevándose a los personajes del cuadro citados.
Bueno, a lo que iba, Pedro acababa de inventar este aparato, cuando su jefe, Sertty, le hizo bajar de la nube en la que se encontraba, donde estaba, recibiendo el premio Nobel de Física, para que restaurara el cuadro de Las Meninas. Pedro, picado por la curiosidad, apuntó al cuadro con el rayo y asombrosamente funcionó y entre una mezcla de felicidad y pánico, vio salir del cuadro a Diego Velázquez a las meninas María Agustina Sar-
Lo primero que hizo Pedro al llegar a su casa, fue llamar a su jefe para decirle que, por problemas personales, no podría acudir a su trabajo el resto de la semana. Lo segundo, fue comunicarles al pintor y a las tres meninas que se iba a encerrar en su despacho a fin de conseguir fabricar un aparato que permitiera colocar nuevamente a los personajes en sus correspondientes cuadros. A continuación, les rogó que no salieran de casa mientras él trabajaba en este complejo proyecto. Tras comunicarles esto, se dirigió a su estudio, cerró la puerta y se
pusoa trabajar. Tras cuatro horas, cuarenta minutos y treinta segundos, la menina Margarita Te r e s a , tuvo la idea de desobedecer las órdenes impartidas por Pedro. A esta, se le sumaron María Agustina e Isabel de Velasco y finalmente Diego Velázquez. Los cuatro bajaron a la calle por las escaleras, ya que no conocían el ascensor y al verlo lo único que pensaron fue que era un armario normal y corriente. Al llegar a la calle a Diego Velázquez se le se le ocurrió la idea de ponerse por parejas. Esta idea no le pareció mala a nadie, y por eso decidieron ponerla en práctica. La cosa se empezó a complicar a la hora de realizar las
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parejas, porque María Agustina e Isabel de Velasco querían ir con Margarita Teresa, ya que para eso los padres de esta las pagaban. Margarita Teresa viendo la pelea que se había formado por su culpa, decidió que ella iría con el pintor, y las dos meninas irían juntas. A estas les costó ceder, pero al final lo hicieron. Mientras esto sucedía, Pedro acabó su invento en tiempo record. Cuando este salió de su estudio para mostrarles el aparato que les permitiría volver al cuadro nuevamente, no tardó en fijarse en
Mientras Pedro colocaba en su sitio del cuadro a Velázquez, Margarita estaba almorzando en el restaurante que antes había citado Diego Velázquez, el McDonald’s.
que todos sus amigos se habían escapado. Inmediatamente Pedro cogió su nuevo invento y su chándal y se puso a buscarlos por todos los lugares de Madrid. Estando Pedro buscando a sus nuevos amigos desesperadamente, estos se estaban entreteniendo a su manera. -Sí tío están aquí. María Agustina e Isabel de Velasco acabaron en una fiesta de disfraces. Todos los de la fiesta hacían comentarios de admiración acerca de lo bien disfrazadas que iban. Estas al oír comentarios del tipo: -¡Jo troncas cómo os enrolláis! María e Isabel al no saber qué hacer, solo daban las gracias. Cuando estas se iban a unir a una conga, Pedro abrió la puerta con un estrepitoso ruido. Este preguntó: -¿Habéis visto a unas señoras que van vestidas de sirvientas? Un joven hombre de unos veinte años respondió:
Del centro de un grupo salieron María e Isabel. Pedro de inmediato dijo: -Tenéis que veniros conmigo. Estas, sin rechistar se despidieron entre aplausos. Cuando salieron del local, Pedro les comunicó que se iban a ir al Prado para devolverles al cuadro. Una vez allí Pedro las preguntó si estaban listas y estas asintieron con la cabeza. Pedro encendió el rayo y… dos personajes más aparecieron en el cuadro. Pedro salió lo más rápido posible del museo en busca de los dos últimos personajes. Nada más salir se encontró a Diego Veláz-
quez pintando a un perro comiéndose una hamburguesa de la basura. Cuando estuvo lo bastante cerca de él como para hablarle le dijo: - Velázquez tienes que venir conmigo para poder devolverte al cuadro y, por cierto, ¿sabe usted dónde está Margarita Teresa? Diego Velázquez respondió: -Si, claro la dejé en un restaurante llamado McDonald’s. Pedro asustado de lo que le acababa de decir el pintor, decidió no pensarlo y entrar en el museo para colocar al antepenúltimo personaje.
Margarita se encontraba en una mesa cercana al mostrador, cuando se acercó un camarero de color. Cuando el camarero estuvo cerca de la mesa, ella se descalzó y le dijo con voz chillona: -Hermoso sirviente me apetecería un masaje en los pies, pero antes lávate las manos. El camarero gritando se alejó de la mesa, en ese momento apareció Pedro por la puerta del restaurante.Pedro logró convencer a Margarita de que debía volver al cuadro con sus amigos. Finalmente los dos llegaron al museo y Pedro acabó de colocar al último personaje del cuadro. Tres meses después Pedro recibió el Premio Nobel de Física por inventar el Rayo Separador de Moléculas. Sergio Romero Moncó 5º primaria
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RELATO DE UN PENSAMIENTO Flores secas y de colores cálidos. El olor de las moras maduras a finales de verano, un olor penetrante y testarudo, tratando de instalarse en lo más hondo de la memoria. El crujir de la hierba seca bajo los pies y el viento cálido y bochornoso, envolviéndote con la luz que despide el sol. El momento idóneo para no pensar. ¿Qué es pensar? Pensando se decide, se actúa, se recuerda. Durante aquellos instantes, pensé en qué era pensar. Pensé en encontrarle la lógica a los pensamientos que rondaban por mi cabeza, sin éxito alguno. Traté de olvidarme de pensar, pero entonces ya estaba pensando. Era mi turno. El turno de decidir. Una de esas decisiones que dividen tu camino en dos, sin dejarte volver sobre sus pisadas o coger un sendero campo a través. Uno de esos momentos en los que debes de elegir qué dirección tomar, una decisión autónoma y personal. Una de tantas en las que deseas echar a correr en dirección contraria o acampar en mitad del sendero pedregoso y no seguir avanzando. De esas que te acorralan con crueldad y nauseabunda determinación. Y pensando se decide, se evalúa la situación, se actúa. Pero no se puede huir. Huir de la realidad y del mundo. Así es como se me ocurrió pensar en lo que significaba esta palabra. Los pensamientos son complejos, inseguros, hirientes. Emiten prejuicios sin escuchar a los sentidos, a los sentimientos o a las emociones, que son las que dicen la verdad. Los animales no piensan. Sólo sienten y actúan en consecuencia. Entonces, ¿qué tiene de bueno ser racional? La mente es una cueva grande y oscura. Los pensamientos se cruzan, se unen, se dividen y se esquivan aquí y allá, formando una enorme y complicada telaraña. En tus manos está elegir si prefieres iluminar la cueva, y convertir esa enorme telaraña en un ovillo de suave hilo de seda. Un ovillo con el que tejer her-
mosas prendas o fabricar instrumentos o por el contrario, dejar que la telaraña te envuelva con sus pegajosos y largos hilos, a los que podríamos llamar locura. Alguien me dijo una vez: “Una mente ordenada e iluminada te permite ver las situaciones con claridad, y no te impide ver el fondo de la cueva. No deja que te arrastres a ciegas hasta las zonas más oscuras. Aunque puedes tropezar. Y puedes volver a levantarte cuantas veces quieras”. Pero nadie me había hablado sobre los distintos túneles de la cueva. Por muy iluminada que esté, no puedes saber hacia dónde te llevan. En esos momentos, ¿es mejor escuchar a la lógica o la instinto?, ¿a la mente o al corazón? Y ahí estaba mi dilema. Decidir cómo decidir. Del pensamiento nace la lógica, el saber, el deducir. Aunque también la locura, el aburrimiento, la amargura. Del corazón nace el amor, la amistad, el instinto. Pero también la pena, el dolor, la decepción. ¿Deber o querer? Entonces me di cuenta de que lo que te impide decidir es el pasado. Es el camino que tienes por detrás, no por delante, el que te hace plantearte las cosas dos veces. Las pérdidas, el dolor, el cariño, la emoción, la ilusión. Todo aquello que te atrapa, por el simple hecho del miedo a perderlo o a que te ocurra de nuevo. El miedo a lo nuevo, a lo desconocido. Al sendero que debes CREAR, no seguir. Ese miedo a hacerlo mal, a equivocarte, a caerte y no poder levantarte. A las pendientes y obstáculos. Y fue cuando me di cuenta de que todo el dilema nace del miedo, y el miedo es lo que nos hace fallar. Elige el qué, el cuándo y el dónde con el corazón. Elige el cómo y el por qué con la lógica, porque ambos te ayudarán a cumplir tus objetivos. Y así, sonriendo, con los pies descalzos y la mirada al frente seguí la luz del sol. Un paso y otro paso, dejándome llevar por las sensaciones del verano. Así es como se crea un destino. Y si te preguntan por qué, responde: ¿POR QUÉ NO? Lucía Borén 2º ESO
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LA SUERTE ENGAÑA Javier era un jubilado que sólo tenía una afición: jugar a la lotería. Durante sus setenta y cinco años no le había tocado, ni siquiera una vez, un premio gordo. Pero él estaba seguro de que algún día llegaría su suerte. Siempre jugaba el mismo número, el 12092, y recordaba con frecuencia aquella Navidad en la que el Gordo fue el 12082. Su emoción fue máxima porque con la edad había perdido su sentido auditivo y creyó escuchar noventa y dos en vez de ochenta y dos… Se puso a gritar como un loco y después se sintió como si le echaran un jarro de agua fría por la cabeza, cuando vio escrito en la pantalla de televisión el verdadero premio gordo. Fue un dinerito que le vino muy bien y aunque no ganó millones, sí pudo gastar lo suficiente para que sus hijos disfrutaran de unas Navidades y unos Reyes muy buenos. Javier era un hombre, amable y simpático que siempre pensaba en su familia antes que en sí mismo, pero sus dos hijos, Manuel y Luis, no eran iguales. Se habían hecho hombres siendo muy crueles y egoístas con sus padres, seguramente porque les dieron todo tipo de caprichos y no supieron enseñarles el valor de las cosas, ni la responsabilidad que siempre hay que tener. En el tema de la lotería siempre se estaban burlando de su padre. “Con todo el dinero que llevas gastado podríamos tener un coche mejor”, le dijo un día Luis. Y Manuel se reía todas las semanas al ver que los premios ni se parecían al 12092. No se daban cuenta de los verdaderos sentimientos de su padre. No comprendían que era feliz comprado el billete y esperando el sorteo mientras soñaba con las cosas que podría hacer si le tocaba el primer premio. Aunque no se portaba mal con su marido, la mujer de Javier tampoco comprendía que se gastara todo el dinero en lotería en vez de comprarse otras cosas más necesarias. Pero él siempre decía que prefería la lotería a tener un reloj mejor o una chaqueta más bonita. “Ni un reloj ni una chaqueta mejor me hacen soñar para el futuro”. Pero la verdad es que el tiempo había pasado y Javier ya era un viejo con poco futuro. Además estaba enfermo del corazón y aunque no había perdido su buen humor, la verdad es que siempre se le notaba fatigado y enfermizo. Cumplía los años justo el día del Sorteo de Navidad y siempre pensaba que era una buena oportunidad para recibir un inmejorable regalo de cumpleaños… Sin embargo, el destino iba a enseñarle su peor cara.
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Aquellas Navidades fueron especialmente frías, muy frías. Unas nevadas tremendas y su estado de salud le obligaron a quedarse en cama sin poder acudir a la tienda de lotería para comprar su billete. ¡Y menos mal que no era el Sorteo de Navidad! Se trataba del sorteo de la semana anterior, pero Javier lo pasó muy mal pensando que su número iba a ser premiado. Incluso soñó, con la fiebre muy alta, que sus hijos se reían de él porque efectivamente el primer premio había sido su querido 12092… y le insultaban. En realidad el primer premio fue el 53827 y Javier pudo respirar tranquilamente. Ya mejorado, y con menos nieve y frío en la calle, pudo ir a comprar su billete para el Sorteo de Navidad. Cuando estaba en la tienda vio colgado un billete que le llamó la atención porque terminaba en 76, justo la edad que iba a cumplir. Rápidamente pensó que, como se había ahorrado dinero por el billete que no pudo comprar la semana anterior, lo mejor que podía hacer era comprar aquel 29876 que tanto le gustaba. Dicho y hecho, Javier salió de la tienda con sus dos números y se fue a disfrutar del calorcito de su casa. No dijo nada ni a su mujer ni a sus hijos. Guardó los billetes, que iban en un sobre, en una cajita de madera, que tenía siempre en su mesilla, donde también dejaba el dinero que llevaba en el bolsillo y se puso a ver la televisión esperando que llegara la hora de la cena. Pero ya no pudo cenar. Su corazón dejó de funcionar y Javier murió sentado en su sofá el día antes de cumplir setenta y seis años, el mismo día de su deseado sorteo. Con dolor y lágrimas, su familia le despidió en el cementerio. Y justo cuando le estaban enterrando, por la radio de un sepulturero se pudo escuchar la salida del número gordo de Navidad, que no era el 12092… Sus hijos se miraron en ese momento, pero no dijeron nada. Cuando volvieron a casa abrieron la cajita y se repartieron el dinero. Luis se quedó también con el sobre, lo guardó en su bolsillo y bajó a la calle para dar un paseo. Había sido un mal hijo, pero quería a su padre y sentía mucha pena por su desaparición y porque ya no podría portarse bien con él. Ya en la calle, encendió un cigarrillo, y al comenzar a fumar, se le acercó un mendigo que le pidió tabaco y dinero. Luis le dio un cigarro, unas monedas y al ver el sobre en su mano se lo entregó también y le pidió que lo tirara a la papelera. “Sólo contiene un billete de lotería que no ha tocado”. ¿”No será el 29876?, dijo el mendigo. “No mi padre sólo jugaba el 12092”. Sin abrir el sobre, el mendigo lo arrugó y lo tiró en un cubo de basura cercano. No había pasado ni un minuto cuando llegó el camión de limpieza del ayuntamiento y vació los cubos en su interior. Isabel Ortega 1º ESO
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NÚMEROS La vida de cero era la más injusta de todas. El pobre se pasaba los días llorando. Solía quejarse de que los niños que se llevaban su retrato dibujado con rojo sobre una hoja de papel solían estar muy tristes, decía que los padres agarraban tan fuerte la hoja que a veces hasta le hacían daño, y encima cuando le veían se enfadaban mucho. Cero pensaba que es que era muy feo, y por eso se enfadaban todos cuando le veían, pero cuando por las noches los niños despotricaban contra él, como si no supieran que estaba allí, decían un montón de cosas hirientes, pero nunca decían que fuese feo. Al uno nadie le quería, siempre estaba erguido y decía que pertenecía al linaje real. En cierto modo aquello era cierto, su padre era el majestuoso conde diez, y su abuelo era el general cien y, lo mejor era que su bisabuelo era mil, el eterno rey mil. Mil tenía padres y esos padres a su vez tenían otros, muchos decían que era un linaje infinito, el que dio lugar a su larguiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiísimo linaje. Pero nadie le creía y por eso uno no tenía amigos. Dos era la cifra más guapa de todas, tenía unas curvas preciosas, y los niños, aunque no se alegrasen mucho de verla, solían acariciarla y decirle que por lo menos no era un cero. Eso contribuía a la depresión
del pobre cero. Dos era majestuosa y los niños pequeños solían cantar su nombre diciendo que era un cisne. Dos no sabía qué era un cisne pero ella daba por hecho que era algo bonito. Todas las cifras daban por hecho que era algo bonito. Tres era el más bonito y por eso le llamaban el rey pedante.Siempre que hablaba,la lengua se le enredaba. A cero le parecía que tres era el más enrollado, pero en realidad cero era un amargado.Tres no quería ser cifra ni tampoco solución, tres quería ser letra, tres quería ser canción. Siempre decía que sería una poesía. Trabalenguas quería ser tres y ser famoso de una vez, hasta que un día se le ocurrió, un éxito que publicó. Uno que todos conocen. Uno que hace que las lenguas se destrocen: Tres tristes tigres triscan trigo en un trigal. Cuatro era la cifra superhéroe, no podía volar ni tenía rayos láser, pero podía cambiar de aspecto, a veces tenía la forma de una silla volcada y otras la de un banderín. Pero sus poderes no eran suficientes para hacerle feliz. Cuatro era odiado por todos los atletas del mundo. Llegaban agotados a la meta, habiendo dado lo mejor de sí mismos, y llegaba el cuatro y les fastidiaba la gloria. Ser el cuatro significaba no tener un lugar en el pódium, y eso, no es nada divertido.
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moradizo tremendo, que siempre andaba detrás de dos, intentando embelesarla, aunque nunca lo consiguió. Y aunque pintaba setentaidoses y veintisietes en las paredes, nunca consiguió nada. O eso es lo que dice, porque tanto dos como siete, saben que el catorce (siete por dos) no se creó solo …
Con cinco eran todos muy groseros y hacían rimas rudas, soeces y bastas sobre su nombre. Pero, sin embargo, ningún niño se mostraba desagradecido cuando cinco estaba allí para salvarle del suspenso. Los atletas y los deportistas no se mostraban tan ofendidos como con cuatro. Y los padres, aunque no estaban muy satisfechos, sonreían y no se enfadaban con él. Las profesoras solían dibujarle en los exámenes y decían cosas como “por los pelos”. Cinco no tenía ni idea de qué eran los pelos, pero decidió que él tenía muchos.
La historia del ocho es la más sorprendente de todas. Cero estaba harto de que los niños no estudiasen y luego le echasen la culpa a él. Primero pensó que era feo, pero como eso no podía remediarlo, decidió que no era feo sino gordo. Cómo cero dejó de ser un gordito infeliz para ser un número orgulloso y delgado, el ocho. Pero tuvo un descuido y cayó de bruces en el suelo. Entonces llegó uno y lo vio allí tendido en el suelo y gritó ¡Dios mío, es el infinito!
Seis tenía una doble identidad. De pie tenía la cabeza pequeña y una gran barriga, pero a veces adoptaba su segunda identidad haciendo el pino. Cuando hacía el pino ya no era seis, sino que era nueve. Seis era una cifra normal e intermedia, a la que nadie hacía caso ni le daba importancia. Su único trabajo era hacer media e intentar salvar los suspensos, pero el trabajo de nueve era mucho mejor, muchísimo mejor. Era la cifra más alta de todas, la más famosa. Cuando los niños la veían daban saltos de alegría y se ponían a bailar. Cuando la veían los padres se la enseñaban a los vecinos y alardeaban de ella. Nueve era genial, pero seis era un donnadie.
Y esa es la historia de cómo cero gordo infeliz pasó a ser un número delgado y orgulloso y más tarde el mítico infinito del que nadie sabía demasiado. Beatriz de la Puente 2º ESO
Siete era el más enamoradizo, a veces era dos simples rayas sin más. Pero entonces llegaba Cupido y le lanzaba una flecha que le atravesaba justo por el corazón y se volvía un ena-
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EL GRAN TEATRO DEL MUNDO
Día del Libro 2011
El día 23 de abril celebramos el Día del Libro en el auditorio. Este año decidimos decicárselo al teatro y cada curso representó un movimiento literario y una obra. Juegos de escarnio, El sí de las niñas, La vida es sueño, Don Juan Tenorio y La casa de Bernarda Alba fueron las obras elegidas para representar este día.
La Tierra de Jauja. Lope de Rueda 3º ESO
Las aceitunas Lope de Rueda 3º ESO Soneto de Amor Lope de Vega 1º BACHILLERATO
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La vida es sueño Calderón de la Barca
1º BACHILLERATO
El sí de las niñas Leandro Fernández de Moratín
1º ESO
Don Juan Tenorio José Zorrilla
2º BACHILLERATO
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Mi hermana Antonia tenía 8 años y yo, Tomás, 10 recién cumplidos. Hacía un año que había fallecido mi madre Regina justo al cambiarnos de casa en la ribera del Manzanares. Había comenzado la Guerra Civil y el gobierno de la Republica decidió crear La Oficina Central de Evacuación y Asistencia al Refugiado. Fue constituida en octubre de 1936, en vísperas de la batalla de Madrid en previsión de reunir a algunos niños y llevarlos a lugar seguro. Mi padre nos llevó a la estación de Príncipe Pío, me impresionó aquel reloj tan grande de la estación anunciando el jabón "Heno de Pravia". Nos sentaron con el resto de los niños a esperar el tren. Éramos unos doscientos niños, que seríamos repartidos entre Valencia y Cataluña. Nuestra adorable vecina Maruja nos preparó una tartera con un pollo en pepitoria para el viaje. Llegamos a Valencia muy cansados y con la piel oscurecida por el humo de la máquina. Nunca había salido de Madrid, y ver una masa de agua tan grande llamada mar, me pareció una bañera enorme. Tardamos tres días en llegar a Valencia, pues los demás trenes tenían prioridad ya que eran del ejército y mercancías. No pasamos hambre, pues en cada parada la gente del pueblo nos acercaba comida. El regalo de Maruja lo tuvimos que tirar, pues estaba malo y desprendía un olor horrible. Nuestro destino era Gerona, así que dormimos tres días más en el tren. En Gerona no había guerra y había comida. Al llegar, fuimos a la plaza del pueblo de Vellcaire, cerca de Rosas, donde nos esperaba el Alcalde y todas las familias que se habían ofrecido para acoger a todos nosotros, refugiados de Madrid. Antonia fue acogida por un matrimonio con dos hijas, una de ella de su misma edad, que la trataban como una hija más, por el contrario, yo no tuve tanta suerte, unos payeses (agricultores) que me hicieron su criado. Esta tortura acabó pronto, ya que en el primer encuentro con Antonia se lo conté todo y hablando con su familia, consiguió que me destinaran a otra familia que aunque cultivaban también el campo me adoraban. Fueron tres años aún recordando a mi padre, pero fui querido y feliz. Tuve muchos amigos, Ferrand uno de ellos y yo pasábamos la tarde a las afueras del pueblo jugando y la vez recogiendo leña para cocinar. Un día mientras cogíamos unas ramas gruesas del suelo, debajo encontramos dinamita, cartuchos y muchas balas, lo metimos en el saco de la leña y corrimos de vuelta a casa. Al día siguiente, volvimos del colegio, siguiendo la rutina de recoger leña, cogimos el saco con la dinamita y las balas. A las afueras del pueblo enterramos el saco con piñas y lo prendimos fuego. De pronto saltaron chispas, como fuegos artificiales, el fuego llegó hasta los postes de luz, quemando los cables, como consecuencia dejamos al pueblo sin luz varias semanas. Se llegó a pensar que era un sabotaje de los Republicanos que huían a Francia, en vez de dos mocosos sin conocimiento de las consecuencias de aquella chiquillada. Justo tres días después tomaban posesión del pueblo los Nacionales victoriosos. Pasaron unos meses hasta que todo acabó y pudimos volver en el mismo tren que nos trajo aquí, de vuelta a Madrid y reencontrarnos con nuestro padre. Desde nuestra vuelta nos carteamos, nos volvimos a ver después de muchos años y hoy 2011 los respectivos nietos siguen manteniendo esa gran familia que fuimos en un país en Guerra Civil.
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Cecilia Sanz 3º ESO
Mamá, hoy no quiero ir a clase. ¿Otra vez con lo de siempre? - Sí, lo sé, pero me encuentro mal de verdad. Mira, creo que tengo fiebre. Lucas, ya vale, estás perfectamente, vístete que vas a perder el autobús. Hacía mucho frío, el típico día gris de invierno que apetece quedarse en la cama. En el autobús me puse a leer un libro que nos habían mandado para el colegio, pero parecía imposib l e avanzar más de dos páginas sin un descanso, así que después de dos páginas leídas hice una pausa y me puse los auriculares con un poco de música triste, para acompañar al día. Llegué a clase diez minutos tarde, lo que ya se había convertido en una rutina para mí, por lo que una vez más no me dejaron entrar. A segunda hora pasé, dejé la mochila en mi sitio y me senté en la silla a esperar lo mismo de todos los días, nunca fallaba. Esta vez, desde que me había sentado, apenas tardaron dos minutos en empezar a molestarme, primero tirándome papelitos e insultándome, algo que parece ser muy divertido para ellos, a mí no me importaría si no pasaran de ahí, en cambio, lo habitual es que siguieran y fuera a peor. Cuando salimos al recreo me
senté en un banco a escuchar música, al rato se me acercaron el grupo de chicos de siempre. Yo trataba de pasar desapercibido, desde el día en que entré en el colegio procuraba no llamar la atención e ir a mi bola, sin molestar a nadie, ni que nadie me molestara a mí. Era un chico muy introvertido y no me gustaba relacionarme, por lo que era el raro del instituto, todo el mundo se reía de mí y se metían conmigo, por lo menos no todos llegaban a las manos, pero tampoco nadie era capaz de defenderme. Se acercaron a mí y empezaron a gritarme, yo les ignoré y seguí con mi música, me levanté y me puse a caminar hacia otro lado con intención de que me dejaran en paz. Pero no sólo no me dejaron en paz, sino que se pusieron violentos, uno de ellos me quitó los auriculares de un tirón y me tiró el ipod al suelo, me agaché a recogerlo y otro me empujó. Empezaron a insultarme y amenazarme, mientras la gente pasaba por mi lado sin decir nada. Traté de levantarme, pero el mismo que me había tirado me empujó de nuevo. En estas situaciones me aislaba como si no me enterara de nada, también era una manera de protegerme de insultos y demás, pero solo era una pose, pues a cualquier persona, algo así le acaba hundiendo. Cuando sonó el timbre se fueron a clase y me dejaron en el suelo, uno de ellos, Juan, me había dado un puñetazo en la tripa que me había dejado sin poder moverme. Se me saltaron las lágrimas de los ojos, no entendía qué había hecho mal para que
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alguien quisiera hacerme algo así. Me levanté como pude y me fui del instituto, me dirigí a la parada del autobús y esperé a que llegara. Me habían dado de sí la ropa y se habían cargado mi ipod, ¿por qué?, no lo sé. Subí al primer autobús que pasó en dirección a mi casa, me senté en la parte trasera y me quedé mirando por la ventana, ya no podía más, desde que entré en el instituto llevaba aguantando lo mismo, mis padres no me escuchaban, nadie parecía entenderme ni ser capaz de decirme algo que me animara. Entré en casa sin hacer ruido para que no me viera mi madre, y subí a mi habitación. Encendí el portátil para poner música y me tumbé en la cama. Empecé a pensar en toda mi vida, ya de pequeño me consideraban el rarito de la clase, también había niños que se metían conmigo, siempre sacaba muy buenas notas, por lo que también me llamaban empollón. Cuando empecé secundaria todo esto aumentó y muchos pasaron de los insultos a l a s manos, cuando a lo mejor no me habían visto nunca. Ahora ya estaba en bachillerato, mi intención era acabar el curso e irme a la universidad y cambiar de aires, empezar de cero, sin que nadie me conociera y me juzgara. A lo largo de todos estos años me había ido creando una coraza, pero después de tanto tiempo aguantando todos estos abusos
no me quedaban fuerzas para seguir intentando salir adelante sin ni siquiera el apoyo de mis padres, quienes nunca se habían parado a hablar conmigo y preguntarme simplemente qué tal me había ido el día. Me levanté de la cama con una idea fija en mi cabeza de acabar con todo lo malo, mil pensamientos rondaban mi cabeza en ese momento, pero uno en concreto tiraba de mí con mucha fuerza. Bajé las escaleras y me puse el abrigo, cuando iba a salir de casa alguien llamó a mi móvil, me pareció extraño, ya que nadie me solía llamar, mis padres alguna vez o sino alguien gastando bromas, por lo que preferí no cogerlo y salir de casa. Cuando estaba cerrando la puerta volvieron a llamar, pensé que quizás podía ser algo importante, así que entré en casa de nuevo, subí a mi habitación y contesté a la llamada. - Hola, soy Sara, de tu clase de dibujo técnico. - Hola... eeh... ¿Qué quieres? - Te llamaba para decirte que nos han puesto una prueba mañana de lo que
llevamos visto este trimestre y como te has ido pensé que querrías saberlo. ` - Ah, pues... gracias por avisarme. - Nada, además quería pedirte un favor, yo voy bastante mal en dibujo, y tu sacas muy buenas notas, así que si pudieras echarme una mano... - Eh... sí, claro... sí, sí. — Te lo agradecería mucho, porque si no... no sé cómo voy a aprobar. — Mm... —No me podía creer que me hubiese llamado Sara, llevaba en clase con ella desde que éramos pequeños, y luego en el instituto, apenas había cruzado dos palabras con ella, ya que tenía su grupo de amigos, y yo... bueno, yo por mi cuenta... - Eeh... ¿Lucas? - Sí, dime. - No nada, pensé que habías colgado. - Ah... no, no. - Bueno, quería decirte que llevamos desde pequeños en la misma clase y prácticamente no he hablado nunca contigo. - Ya... - Pues eso, que me gustaría que quedaras un día con nosotros. ¬ Eh... yo... no, prefiero que no. - Ya sé que hay un grupo
que te molesta, y nunca he sido capaz de decir nada, pero me gustaría de verdad que por lo menos intentaras venir con nosotros, eso idiotas no están en mí grupo y... a mí me haría ilusión tenerte en el grupo. - Ya... eh... gracias por tu interés pero no creo que me gustase. —Lo cierto es que ella era una
buena chica, nunca había oído ni una sola burla ni ningún comentario hacia mí de ella, pero no entendía por qué ahora alguien se preocupaba por mí. - Bueno, al menos te pido que me ayudes, me conformo con eso, ¿vale? - Sí, ya te he dicho que yo te ayudo. - Bueno, pues mañana después de clase quedamos y repasamos dibujo. - Eh... ¿mañana?... no sé... bueno vale. - ÍSÍ! Mañana no faltes eh!, venga, que sé que nos va a venir bien a los dos.
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- Vale, vale, mañana estaré ahí. - Pues lo dicho, ¡Mañana nos vemos Lucas!, hasta luego. - Adiós, y... gracias. ― ¡A ti! Colgué el teléfono y mis ojos se llenaron de lágrimas, por una vez en mi vida sentí que alguien se preocupaba por mí de alguna u otra manera. Una sonrisa se díbujó en mi cara y me sentí bien, sí, me sentí m u y bien. To d o s los pensamientos que se habían pasado por mi cabeza antes de que Sara me llamara se habían borrado de repente, como por arte de magia. Mirad lo poco que hace falta para hacer sentir bien a una persona, emocionarla, un pequeño gesto es suficiente. Desde ese día quedo con ella todas las tardes para ayudarla con dibujo, nos hemos hecho muy buenos amigos, y poco a poco, pero más rápido de lo que nuca pude imaginar, mis días dejan de ser grises. Clara Lastra 1º Bachillerato
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CARLA PUEYO MARIMร N 2ยบ ESO