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Pautas generales para hablar con los/as menores
Menores viviendo una guerra: guía para crear un paraguas de protección psicológica 21
En líneas generales, se pueden seguir los siguientes pasos:
1. Mostrar tranquilidad y el mayor grado de control posible. Demostrar que estamos tranquilos/as o, al menos, que sabemos qué es lo que hay que ir haciendo de forma clara, y si no sabemos qué hacer, entonces podríamos decir, por ejemplo, “vamos a averiguar qué es lo que hay que hacer” o “vamos a esperar atentos/as a las instrucciones”. Es importante dejar claro que tenemos un grado de control sobre la situación, que la situación no nos supera ni nos genera pánico. Si no cumplimos este requisito, mejor no hablar con ellos/as sobre sus miedos y preocupaciones en ese momento.
Hay que recordar que los/as menores ven el mundo a través de los ojos de sus personas adultas de referencia, y si estamos aterrados y el niño o la niña lo nota, da igual lo que digamos, le estamos transmitiendo terror. En la conversación podemos mostrar cierta preocupación, pero siempre con emociones que vean que manejamos. Desgraciadamente, la realidad es la que es. Guardar silencio sobre lo ocurrido y/o sus consecuencias, no protegerá a su hijo o a su hija de lo que sucedió, sino que solo les impedirá que puedan entenderlo y afrontarlo
2. Preguntar antes de hablar. Antes de dar detalles o explicarles nada, es importante saber qué conocen o qué idea tienen sobre lo que está pasando. Esto nos ayudará a saber qué información hay que completar y qué información corregir porque a lo mejor ha sido malinterpretada, y evitará que le demos al/la niño/a explicaciones que generen nuevos temores que ellos/as ni siquiera habían anticipado.
3. Preguntarles qué quieren saber. No se trata de darles toda la información disponible sino de contestar a esas preguntas que les tienen intranquilos.
4. Recuerda adaptar el mensaje en función de la edad y proporciona información clara y concisa. Tal y como hemos comentado en el primer apartado, para que los menores entiendan lo que les queremos contar, nuestro mensaje tiene que adaptarse a lo que ellos/as son capaces de comprender según su edad principalmente.
5. recuerda terminar con mensajes tranquilizadores y valorando muy positivamente sus esfuerzos por participar y compartir sus emociones y preocupaciones. Fomentar sensación de tranquilidad con mensajes del tipo “estamos juntos y vamos a intentar encontrar las mejores soluciones posibles” “yo voy a intentar ayudarte todo
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lo que pueda” “lo has hecho muy bien, estoy muy orgulloso/a de cómo te has esforzado” “muchísimas gracias por haberme contado lo que te preocupa, yo también confió mucho en ti”.
6. Mostrarnos disponibles para futuras dudas o preocupaciones. “En cualquier momento que quieras hablar dímelo, me encantará ayudarte/me gustaría poder ayudarte…”