HUERTA
DOCENTE: GABRIELA ESCRIVÁ ALUMNO:………………………………………………………………………………………….. AÑO: 1º ES
Unidad 1 El diseño de la huerta orgánica Introducción El diseño es la base de una huerta orgánica exitosa. Es un momento de toma de decisiones en base a la observación del espacio disponible para cultivar y el medio circundante.
Resumen En ésta unidad se enumeran los puntos a tener en cuenta para diseña una huerta orgánica intensiva que nos permita producir vegetales saludables en armonía con la naturaleza, respetando sus leyes, buscando incrementar la fertilidad del suelo, valorizando el uso de los elementos disponibles localmente y produciendo los insumos necesarios dentro de la propia huerta. Una huerta bien diseñada es la base para el abastecimiento continuo de diferentes hortalizas durante todo el año.
Toma de decisiones inicial Para decidir que sector del terreno se destinará al cultivo de una huerta orgánica debemos tener en cuenta 2 factores principales que determinarán el éxito del emprendimiento. 1. La exposición al sol Las hortalizas tienen en línea general una alta demanda de luz solar. 2. La superficie destinada al cultivo Dependerá del espacio disponible
El número de m² a cultivar estará en relación a la cantidad de miembros y al hábito de consumir verduras que tenga cada grupo de personas.
Es importante no diseñar más espacio del que puede llegar a mantenerse y saber cuánto tiempo y esfuerzo estamos dispuestos a dedicar al mantenimiento de la futura huerta. Se podría generalizar que un jardín demanda más espacio que tiempo y una huerta se desarrollará mejor si se tiene más tiempo que espacio. Si el tamaño del espacio destinado al cultivo supera al tiempo que tengamos disponible, entonces debemos dedicar especial atención al comienzo del proyecto para diseñar en el sentido de ahorrar tiempo en su mantenimiento posterior. Para leer más: http://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/huertas_escolares__guia_para_el_docente.pdf
El entorno: La demanda de sol por parte de las plantas nos indica que debemos conocer el recorrido del sol, sin luz solar no hay crecimiento vegetal. Se puede modificar y mejorar un suelo, pero nunca la órbita solar. Si somos nuevos en el lugar nos demandará un ciclo de un año ir conociendo factores tan importantes como el clima, las temperaturas máximas y mínimas de la región, el régimen de lluvias, la dirección de los vientos, las pendientes, la profundidad de la capa freática, la naturaleza del suelo y la evolución de las sombras. Mucha de esta información la podemos obtener de los habitantes de la zona, de los mapas, del servicio de extensión agraria y de la estación meteorológica, pero el resto será un trabajo personal de observación ya que en ninguna bibliografía encontraremos información detallada sobre nuestro lugar en concreto. Cada espacio tiene condiciones únicas que hacen que nuestra huerta sea diferente a cualquier otra del planeta.
Los árboles, principalmente los de follaje perenne y los muros altos pueden proyectar una sombra densa sobre el espacio elegido, debilitando las plantas y favoreciendo el ataque de plagas y enfermedades. Asimismo, es recomendable alejar la huerta de cualquier árbol (perenne o caduco) ya que sus largas y densas raíces podrían competir por nutrientes con las hortalizas cultivadas. La vegetación autóctona del lugar nos dará mucha información sobre las características del suelo, la dirección de la escorrentía del agua y las zonas encharcadas. Es importante aprender a interpretarla recurriendo a la bibliografía que describe las características de estas especies. El concepto de orgánico y el trabajo afín con la naturaleza nos demandan todos estos conocimientos para ubicar la planta correcta en el lugar correcto. TP 1: Buscar y profundizar en conceptos subrayados TP 2: Reconocer en el Colegio árboles de follaje perenne y caduco TP 3: Investigar el volumen que ocupan en el suelo las raíces de los árboles
La elección del lugar: La importancia de una exposición a pleno sol es determinante para el desarrollo saludable de las hortalizas. Por lo tanto, ubicar los puntos cardinales será una prioridad a respetar, una brújula nos determinará claramente el Norte. Armando nuestros canteros de Norte a Sur aprovecharemos de forma máxima la luz solar. Un suelo profundo y fértil es lo ideal. Puede presentarse la opción que tengamos un suelo muy bueno, pero con condiciones de poco sol. Es preferible optar por un suelo no tan bueno pero que reciba mucha luz solar. Un análisis de suelo al inicio del emprendimiento puede evitar problemas futuros al conocer las carencias del mismo. Un lugar plano disminuye la erosión y el lavado del suelo. El buen drenaje no sólo evita el encharcamiento sino que garantiza la salud de las plantas cultivadas y del suelo. Si nos encontramos en un lugar con pendientes, buscaremos las que ofrecen mayor exposición al sol, o sea las ubicadas hacia el Norte y con buen drenaje del agua de lluvia. El acceso al agua de riego es determinante en una huerta, no podemos depender de las lluvias y el stress causado por la falta de agua es el
inicio del deterioro de las plantas. Numerosas plagas detectan esta situación de debilidad y aprovechan la oportunidad para atacar. Mantener las plantas y el suelo saludables evita el uso de agrotóxicos. El fácil acceso desde la vivienda o las aulas de la escuela facilita el control y cuidado de la huerta. Caminos cómodos, no inundables que permitan el tránsito aún en condiciones adversas posibilitarán la cosecha de las hortalizas. Las plantas hortícolas (verduras) tienen un ciclo de vida y un punto óptimo de cosecha, si las dejamos en los canteros más tiempo del necesario para su desarrollo serán las plagas quienes “cosecharán” por nosotros. Siempre habrá un organismo dispuesto a disponer de una fuente de energía no aprovechada, en la naturaleza nada se desperdicia y una lechuga no cosechada a tiempo es un banquete para babosas, hongos y bacterias de la huerta. Los sectores más sombreados los reservaremos cómo área de reciclado de la materia orgánica. Para no dañar el delicado equilibrio natural reciclaremos imitando la forma en que lo hace la naturaleza. En el suelo a lo largo de los años las hojas, las ramas y los desechos orgánicos de todo tipo se van transformando hasta llegar a ser nutrientes asimilables por las plantas. En nuestra huerta orgánica imitaremos este proceso biológico pero le daremos las condiciones para que este reciclado se produzca en un tiempo más corto. El lugar más sombreado es conveniente destinarlo como galpón o caseta para guardar las herramientas. La producción de plantines de hortalizas y flores nos demanda un espacio soleado, pero protegido del frío y de los vientos. Un invernáculo es lo ideal ya que estaremos creando un microclima dónde el cuidado de la humedad y la temperatura es vital para el desarrollo de los plantines. Los materiales para su construcción pueden ser muy variables dependiendo de la necesidad del número de plantines a desarrollar en la huerta y la inversión a realizar. Plantines sanos y bien cuidados garantizan plantas sanas. Delimitando todo el sector construiremos un cerco.
Trabajo Práctico: (en el aula y la huerta) • Pautas para diseñar una huerta en el Colegio. Huerta escolar / Huerta familiar
Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temática:
El cerco vivo: Aislación y protección Una huerta en producción es conveniente enmarcarla y limitarla inicialmente para evitar el ingreso de animales que pisoteen, se coman la producción o con sus deyecciones acarreen problemas bacterianos. Es posible crear este límite no sólo con un fin físico sino con uno de interés biológico. Un cerco vivo es una agrupación vegetal periférica, a menudo parecida a las que naturalmente se forman en los límites de un bosque y tiene una función semejante. Los cercos vivos son los intermediarios entre el campo y el bosque, el eslabón que alcanza a ambos organismos y permite su comunicación. Existe una gran riqueza y diversidad de especies en este sistema, principalmente cuando se permite su desarrollo y alcanza una edad avanzada. Funciona como una membrana protectora o un filtro, protegiendo el cultivo y dándole individualidad a cada terreno. Un buen cerco puede: regular el régimen hídrico del sistema, limitar la pérdida de nutrientes, bombear nutrientes desde el subsuelo ya que generalmente son plantas de mayor desarrollo que las que cultivamos en la huerta ser un excelente productor de material residual que se convertirá en humus en el futuro. En relación con el clima: reduce la velocidad del viento entre un 30 – 50 %, contribuyendo de esta forma a la creación de un microclima en el sector de producción, pero al contrario de lo que pueda suponerse la eficacia de un cerco radica en su permeabilidad, a diferencia de un muro contra el cual el viento chocaría y provocaría turbulencias del lado opuesto. El efecto protector de un cerco al reducir la velocidad del viento provoca una reducción en la pérdida de agua por transpiración de las plantas y por evaporación.
Contribuye a una disminución de la erosión, la pérdida de calor del suelo los daños por flexión en las plantas causados por la fuerza del viento, siendo estos una puerta de ingreso a patógenos causantes de enfermedades. Un cerco actúa como una pantalla, dando sombra en la cara opuesta al sol y como reflector, reflejando hacia el suelo parte de la radiación que llega a la cara soleada. Crea una barrera de sonido y detiene la deriva de tóxicos y contaminantes de las cercanías. También juega un rol muy importante en el control biológico de plagas ya que el cerco proporciona refugio y alimento en forma de polen y néctar a los predadores que controlarán las plagas dañinas de los cultivos. Para la implantación del cerco evaluaremos el tamaño del terreno ya que las especies que tengan un crecimiento importante en altura provocan sombra, perjudicando el desarrollo y salud de las hortalizas. Las gramíneas ornamentales que proveen refugio a los insectos predadores en el invierno, los arbustos de floración perfumada o vistosa que producen polen y néctar y los frutales bajos y arbustos de fruta fina son especies muy recomendables para formar parte del cerco de una huerta orgánica.
Altura y diámetro de copa correspondiente a 10 – 15 años de crecimiento de los árboles más frecuentemente cultivados: Nombre botánico Diámetro (m) Acacia Baileyana Ailanthus altissima Chorisia speciosa Erithrina cristagalli Eucaliptus cinerea Fraxinus excelsior Jacarandá mimosifolia Liquidambar styraciflua Melia azedarach Platanus acerifolia
Nombre común Acacia Arbol del cielo Palo borracho Ceibo Eucalipto Fresno europeo Jacarandá Liquidambar Paraíso Plátano
Altura (m) 3-4 + de 15 6 4 8-10 8 6 6-8 6 6-8
3 6 5 3 6-8 6 5-6 6 5 6
Populus alba Prunus cerasifera atropurpurea Quercus robur Salix alba Tilia cordata
álamo Ciruelo ornamental
8-10 4
6-8 3
Roble europeo Sauce Tilo
8 4-5 6
6 4 6
Especies recomendadas para un cerco con interés biológico: Borraja (Borago officinalis), Aciano (Centaurea cyanus), Sauces (Salix sp.), Cilantro (Coriandrum sativum), Cosmos (C. bipinnatus y C. sulfureus), Girasol mejicano (Tithonia rotundifolia), Girasol (Helianthus annuus), Angelica (Angelica sp.), Borraja (Symphytum sp.), Coreopsis, Lavandas (Lavandula sp.), Asclepias, Menta (Mentha sp).
TP: • Recorrida y reconocimiento de los árboles del Colegio Dibujos y fotos Árbol/arbusto
¿Dónde?
¿Cómo lo identifico?
Palabras desconocidas:
Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temรกtica:
¿Cómo hacer? Para implantar el cerco vivo luego de haber decidido que especies lo formarán, primero debemos realizar los hoyos de plantación. Incorporaremos una cantidad de compost maduro que alcance para que toda la raíz entre en contacto con el mismo, completaremos el hoyo con tierra y luego ejerceremos una presión tal que elimine el aire de las raíces pero no compacte el suelo alrededor del ejemplar recientemente plantado. Luego aplicaremos una cobertura natural o mulch para posteriormente regar. La distancia de plantación dependerá de las especies seleccionadas. Para cercos de 0,50 m de altura, se recomienda distanciar los ejemplares 0,25 -0,30 m entre sí, para cercos de 1 a 1,20 m de alto las plantas pueden ir colocadas entre 0,30 – 0,40 m entre sí y para cercos más altos (recurriendo a plantas ya desarrolladas) la distancia puede llegar a 0,60 m entre ejemplares. Cómo no todas las especies ofrecen iguales características en cuanto al porte y la forma de ramificación, estas medidas son orientativas. Cuando nos encontramos en una zona de alta incidencia de vientos o simplemente para crear un límite instantáneo, un cerco muerto es la solución. Este tipo de cerco también puede ser el esqueleto de un futuro cerco vivo ya que se trata de construir una estructura de soporte con materiales resistentes a las características climáticas de la zona (vientos, cercanía al mar, etc.). El alambre romboidal galvanizado es muy efectivo a la hora de evitar la entrada de animales. Si es éste básicamente el fin por el cual se lo elige, su altura dependerá de la especie animal que queramos alejar del cultivo (1,3 a 1,5 m es generalmente suficiente). Para evitar a las cabras la altura será de 2 m y si en la zona hay liebres es recomendable enterrarlo a más de 0,10 m en todo el perímetro. Ramas, tablas o cañas son también materiales útiles en la construcción de un cerco muerto. La malla de media sombra que se utiliza para sombrear los cultivos, es excelente como protección contra vientos
(recordemos su permeabilidad). Son un tejido sintético fuerte y vienen en diferentes porcentajes de protección contra el sol: 40 – 60 u 80%. Tienen una duración de aproximadamente 5 años y para su instalación es recomendable colocar los postes a no más de 3 metros de distancia entre ellos. Un cerco muerto también puede ser mixto, utilizando diferentes materiales constructivos. Tramos formados por muros de piedras locales no sólo serán límites físicos sino que integrarán la huerta al entorno, principio básico del diseño orgánico. TP: Dibujos y ejemplos: En el Norte de nuestro país: En el Sur: En el Oeste: En la Mesopotamia: En la Pampa húmeda: Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temática:
El diseño y la construcción: Una familia de 4 o 5 miembros puede obtener hortalizas frescas durante todo el año en 100 m2 de terreno. En la mitad del espacio diseñaremos la huerta propiamente dicha y el terreno restante lo destinaremos a cultivos menos intensivos como maíz, zapallo, porotos, habas. Este último sector se denomina chacra. Seleccionado el sector dónde diseñaremos la huerta comenzamos con la construcción del cerco, que dará marco y protección a los cultivos. Si nos decidimos por un cerco vivo, éste es el momento ideal para su implantación. La remoción de vidrios, cascotes y plásticos es el primer paso. Con estacas e hilo marcamos los bordes de los canteros. Estos los orientaremos de Norte a Sur, el ancho será variable dependiendo de la altura y el largo de los brazos de las personas que trabajarán en el cuidado de las plantas. Esta medida generalmente oscila entre 0,90 m hasta 1,20 m. Para determinar el ancho de los canteros de nuestra huerta, debemos ponernos de cuclillas, estirando el brazo hacia delante. Medimos desde la mano hasta la espalda y esta medida x 2 será la ideal para trabajar cómodamente. La estructura del cerco permite el cultivo de especies que requieren de algún tipo de soporte. Se preparan canteros de 0,50 m de ancho para cultivar por ejemplo: arvejas, arvejillas o habas en invierno y chauchas o esponja vegetal en verano. Los caminos tendrán un ancho dependiente del tamaño de la huerta. El ancho mínimo debe permitir la libre circulación de una carretilla y el máximo un ancho que permita el ingreso de un vehículo a la zona de reciclado de la materia orgánica. Los materiales usados en su construcción tienen que permitir el acceso a los canteros hasta con mal tiempo. Desde ramas y hojas secas, hasta lajas, ladrillos, piedra partida o panes de césped, todo es válido dependiendo del presupuesto familiar. La estructura de la compostera podemos armarla de maderas, cañas, alambres o cualquier material disponible que permita la aireación y el drenaje del agua.
Para los almácigos la construcción de un pequeño invernáculo es lo ideal. Una estructura de madera o metálica soportando paneles plásticos o de vidrio, es básica para el desarrollo de los plantines. Los túneles de polietileno que se colocan sobre los canteros tienen la ventaja de armarse y desmontarse rápidamente. Cumplen la doble función de proteger contra las heladas y acelerar los almácigos. Las dimensiones serán el ancho y largo del cantero y la altura de 0,80 m. Las mallas antiheladas tienen objetivos similares a los del túnel, o sea dar protección contra heladas, adelantar un cultivo o alargar su época de cosecha, aumentando por lo tanto la producción. Se colocan directamente sobre el cultivo o sobre los arcos a modo de túnel.
TP: Observación de los materiales en la huerta
Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temática:
¿Por qué tener una huerta orgánica? Tanto en la ciudad como en el campo, con mucho o poco espacio, podemos disfrutar del placer de cultivar y cosechar diferentes verduras que enriquecerán nuestra dieta. Ahorro de dinero – Dieta saludable – Verduras más sabrosas Las verduras de nuestra huerta son: + frescas, + sanas, + nutritivas, + baratas ¿Qué son las verduras? Las verduras son las plantas que cultivamos en la huerta con el fin de incorporarlas en nuestras comidas. Las más conocidas son la lechuga, la espinaca, la acelga, los rabanitos, los tomates, los zapallitos, los choclos, las arvejas y otras que forman parte de ensaladas, guisos, tartas, tortillas y miles de platos sabrosos y saludables. Espacio: ¿Mucho – Poco?
¿Frío – Calor?
El espacio disponible y el clima van a condicionar cuales serán las verduras perfectas para cultivar en nuestra huerta. Plantas que ocupan mucho espacio
Plantas que ocupan poco espacio
Calabacitas
Albahacas
Melones
Cebollas de verdeo
Papas
Lechugas
Batatas
Puerros
Zapallos
Radicheta
Pepinos
Rúcula
Los colores de las verduras El color de cada verdura indica los diferentes componentes bioactivos (antioxidantes, fitoquímicos) que contienen, y que le dan a las frutas y verduras diferentes propiedades. Esta es la razón, por la cual es importante combinarlas en la alimentación cotidiana. Los antioxidantes que se encuentran en frutas y verduras son compuestos químicos que reducen la acción de los radicales libres. Estos radicales son moléculas asociadas al envejecimiento celular y a enfermedades graves. El cuerpo naturalmente regula a estos radicales libres que se producen de forma natural, pero si la producción de los mismos es excesiva, como por ejemplo debido a una mala alimentación, estos ocasionarán daños en el cuerpo. Esta tabla indica las diferentes verduras separadas por color y los efectos que tienen sobre la salud. Color Amarillo - Naranja
Efectos en la salud
Componente bioactivo
Mantienen una buena
Betacarotenos o
visión.
pro-vitamina A,
(zanahoria, naranja,
Fortalecen el sistema
vitamina C, potasio,
mandarina, calabazas,
inmunológico.
bioflavonoides,
zapallos)
Ayudan a los procesos
antioxidantes
de cicatrización. Protegen nuestro corazón. Mantienen la piel sana. Blanco
Reducen el colesterol y la presión arterial.
(ajo, cebollas, coliflor,
Previenen las
pera, uvas blancas,
enfermedades
puerro)
cardíacas. Disminuyen el riesgo de
Alicina, potasio
contraer cáncer de estómago y de colon. Rojo
Son antioxidantes.
Antioxidantes
Ayudan a la memoria.
(licopenos, antocianinas)
(tomate, manzanas,
Evitan el cáncer del
y fitoquímicos
pimiento rojo, guindillas)
aparato digestivo y de próstata. Evitan infecciones en el aparato urinario
Verde
Ayudan a la formación
Ácido fólico,
adecuada del feto.
antioxidantes (luteína,
(acelgas, escarola, kiwis, Mejoran la visión.
zeaxantinas
brócoli, repollo, rúcula,
Contribuyen a los
glucosinolatos),
lechugas, espinacas)
procesos de
vitamina C, potasio
cicatrización. Disminuyen el riesgo de padecer cáncer. Violeta - Morado
Retrasan el proceso de
Antioxidantes y
envejecimiento.
fitoquímicos
(ciruelas, arándanos,
Evitan la formación de
(antocianinas y
uvas negras,
células cancerígenas.
compuestos fenólicos)
rabanitos, repollo
Previenen las
colorado, radicchio,
enfermedades
berenjenas, cebolla
cardíacas.
morada)
Se recomienda comer 5 porciones de frutas y verduras de diferentes colores al día Ampliar información en : http://www.5aldia.com.ar/
Los materiales constructivos de la huerta Una huerta en producción es un lugar muy atractivo y con un pequeño aporte creativo, se logran diseños muy atractivos. Canteros de formas orgánicas, curvos, redondeados, con bordes de diversos materiales (nuevos o reciclados) pueden llevar a la huerta a formar parte del jardín y no relegada a los sectores ocultos de la casa dónde se la situaba históricamente. La incorporación de materiales como rodajas de madera, piedra partida, ladrillos, entre otros; personalizará la huerta y le otorgará unidad y coherencia con la casa. Ladrillos: Son un material muy versátil en la huerta. Son muy adecuados para construir los caminos internos y para elevar los bordes de los canteros si se los coloca de canto. Para armar los caminos, se colocan directamente sobre la tierra nivelada o sobre una capa de arena. Madera: Es perfecta para definir los bordes de los canteros. Los contendrá y permitirá ganar altura que beneficiará a los cultivos más exigentes en profundidad como son las plantas de raíz. Resulta muy cálido a la vista y permite un rápido y fácil armado. Lo ideal es recurrir a las maderas de la zona. Adoquines partidos: Son muy adecuados para delinear canteros de formas orgánicas. Granza: Se utilizan para caminos y son ideales para huertas de zonas lluviosas. Con este solado siempre se puede transitar y por lo tanto cosechar. Requiere la colocación de tela geotextil antes de la colocación de la piedra, para evitar el crecimiento de las malezas entre la granza. Para los caminos existen muchas opciones dependiendo de la zona, del presupuesto y la creatividad. La paja y las hojas secas son excelentes, al ser materiales orgánicos se van compostando a medida que se transita y pasa el tiempo.
Los canteros Serán los sectores concretos del terreno dónde crecerán las verduras. Es importante que estén bien orientados y que nunca se pisen para evitar su compactación. Pasos a seguir: • Los orientaremos de Norte a Sur, • el ancho será variable dependiendo de la altura y el largo de los brazos de las personas que trabajarán en el cuidado de las plantas. Esta medida generalmente oscila entre 0,90 m hasta 1,20 m. Para determinar el ancho de los canteros a nuestra medida cómoda de trabajo: nos ponemos de cuclillas, estirando el brazo hacia delante. Medimos desde la mano hasta la espalda y esta medida x 2 será la ideal para trabajar cómodamente. • Con 4 estacas e hilo marcaremos los bordes de los canteros. Las labores del suelo, se explican en detalle en la segunda parte del Manual. Los caminos tendrán un ancho dependiente del tamaño de la huerta. El ancho mínimo debe permitir la libre circulación de una carretilla. Los materiales usados en su construcción deben permitir el acceso a los canteros hasta con mal tiempo. Desde ramas y hojas secas, hasta lajas, ladrillos, piedra partida o panes de césped, todo será válido dependiendo del presupuesto familiar. Para los almácigos la construcción de un pequeño invernadero será lo ideal. Una estructura de madera o metálica soportando paneles plásticos o de vidrio, es básica para el desarrollo de los plantines. Para el reciclado de la materia orgánica, la estructura de la compostera podemos armarla de maderas, cañas, alambres o cualquier material disponible que permita la aireación y el drenaje del agua. Estos son los sectores básicos a plantear, dependiendo de la creatividad, la disponibilidad de tiempo y del presupuesto, diseñaremos nuestra huerta.
Trabajo Práctico: Hacer un esquema de la huerta del colegio • Determinar el nº de canteros • Calcular la superficie de cada cantero • Calcular la superficie total de cultivo • Relevamiento de las especies cultivadas Palabras desconocidas:
Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temática:
Protecciones Para minimizar el impacto del frío intenso, del viento o del exceso de sol, nos veremos obligados a buscar o construir elementos que protejan a nuestros cultivos. Contra el viento: Una buena renovación de aire es vital para la salud de la huerta, pero el exceso de viento o las ráfagas frías del sur, tienen un efecto perjudicial en las plantas. El cerco vivo será una protección general muy efectiva. En algunos casos serán necesarias protecciones individuales como en el momento de la siembra o del trasplante en el cantero. Botellones de 5 l descartables son perfectos protectores individuales. Contra el frío: Aunque el frío es un excelente controlador de plagas y enfermedades, ralentiza el crecimiento de las plantas. El problema más serio se presenta con el frío intenso, en particular con las heladas que también dañan las verduras. En regiones con veranos cortos e inviernos largos, la producción de verduras frescas se limita a pocos meses al año. Recurrir a protecciones es vital. Estas protecciones nos permitirán no sólo proteger del frío a las plantas y los almácigos, sino también alargar el período de las cosechas. Las siguientes estructuras son soluciones sencillas. o Invernaderos: Pueden construirse con cobertura plástica, de vidrio o reciclando las botellas descartables. Hay modelos comerciales, listos para su instalación en la huerta o bien recurriremos al ingenio, dependiendo de las necesidades en cada caso. o Cajoneras frías: Son construcciones sencillas a ras del suelo con tapas de vidrio, plástico o policarbonato que protegerán los almácigos y los plantines. o Túneles: son de fácil construcción, con la medida del cantero y supondrán una protección vital cuando esté terminando el
invierno y podamos adelantar los frutos del verano, tan sensibles al frío, sin riesgos. Tienen la ventaja de armarse y desmontarse rápidamente. En las zonas muy frías, permitirán el cultivo de lechugas, escarolas, radichetas, espinacas o acelgas en otoñoinvierno, sin problemas. Son económicos y de fácil almacenaje durante el período estival, resisten los vientos, aumentan los rendimientos y permiten obtener cultivos precoces y de buena calidad. Al tener menor volumen de aire que un invernadero, la temperatura sube y baja rápidamente, lo cual es importante recordar. Contra el calor y el sol intensos: La luz y el calor son esenciales para el crecimiento vegetal, pero el exceso de radiación solar y rayos UV deshidratan y terminan con la delicada y compleja vida del suelo y del compost. Este calor propicia la evaporación del agua, la sequedad de la tierra y la deshidratación de las plantas cultivadas. Por estas razones en climas cálidos la primera medida a tomar será proteger el suelo con coberturas orgánicas gruesas. Algunas plantas necesitan ser protegidas del sol intenso los días posteriores al trasplante hasta que desarrollen sus raíces de manera efectiva y no sucumban por deshidratación. Tejidos media sombra o protecciones a modo de techitos de cañas, serán muy efectivas. Contra las aves: Hay períodos en la huerta en que las aves representan un verdadero inconveniente. Cotorras, palomas y otros pájaros pueden terminar con todas las semillas recién sembradas en cuestión de horas, picotear las hojas tiernas de las lechugas o acelgas o picar los tomates justo cuando están a punto de cosecha. Túneles o “jaulas” de alambre de gallinero, tejidos y diferentes recursos que generen sonidos o brillos, serán parte de la solución. Contra perros y gatos: Ambas especies mantienen alejados a los pájaros, pero es recomendable tener cercada la huerta para evitar los
daños provocados por el pisoteo, la construcción de pozos o el uso de los canteros como baño con el riesgo bacteriano que ello implica. Trabajo Práctico Diseñar un cantero a la medida de los alumnos
Apuntes en clase y en la huerta relacionados a esta temática:
Glosario Autóctona: planta indígena de una región determinada, que contribuye a aumentar la biodiversidad y atrae más vida silvestre que las plantas foráneas introducidas. Contaminación atmosférica: Es cualquier forma de contaminación que disminuye la calidad del aire. En las huertas urbanas y suburbanas, pueden estar presentes elevadas concentraciones de contaminantes como el dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos. Erosión: proceso de desgaste que tiene lugar cuando la superficie de la tierra es golpeada por las gotas de lluvia, se lava o se la lleva el viento. Bibliografía Bellón, Carlos Alberto. “Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería”. Fundamentos del planeamiento paisajista. Fasc.31, Buenos Aires, 1995 Brooks, John. “Jardinería y Paisaje”. Buenos Aires, Editorial La Isla, 1998 Cartillas de ProHuerta, Varios autores. INTA/Min. de Bienestar Social. Buenos Aires. 1992 –2002 Chowings, J.W. “El huerto en el jardín”. The Royal Horticultural Society. Barcelona, Blume, 1992 Eco-Agro, Varios autores. “Agricultura Orgánica”, experiencias de cultivo ecológico en Argentina. Buenos Aires, Planeta, 1992 Escrivá, María Gabriela, “Huerta Orgánica”, Albatros, Buenos Aires, 2006 Escrivá, María Gabriela, “Huerta Jardín Orgánica”, Albatros, Buenos Aires, 2007 Escrivá, María Gabriela “Huertas Orgánicas”, Albatros, Buenos Aires, 2015 Harper, Peter. “El libro del Jardín Natural”. Barcelona, Ediciones Oasis, 1994 Kreuter, Marie Luise. “Jardín y huerto biológicos”. Madrid, Mundi Prensa, 1994 Bueno, Mariano “El huerto familiar biológico”, Barcelona, Integral, 2001 Mollison, Bill “Introducción a la Permacultura”, New Mexico, Tagari Publications, 1994 Pía, Fernando “Huerta Orgánica Biointensiva”, San Carlos de Bariloche, IFOAM, 2005
Unidad 2 El suelo y sus necesidades Introducción Conocer la parte mineral y la compleja vida existente en un suelo nos ayuda a desarrollar una huerta saludable y productiva. Resumen Todos sabemos que las plantas se desarrollan parte en el aire y parte en el suelo, ambas son dependientes y complementarias entre sí. La salud y el bienestar de la parte aérea son tan importantes como la salud y el bienestar de la raíz. La raíz toma del suelo agua, nutrientes y oxígeno, las hojas captan dióxido de carbono y energía. El inicio de la formación de muchos aminoácidos y otras sustancias vegetales comienza en la raíz pero la formación final de proteínas se realiza en las hojas. Estos conocimientos básicos son fundamentales para el correcto manejo de una huerta orgánica. Del suelo vamos a necesitar que: permita un buen desarrollo de la raíz, tenga nutrientes disponibles en tiempo y forma para la planta, retenga agua, sea suficientemente aireado no contenga sustancias tóxicas.
La agricultura orgánica basa sus técnicas en el cuidado del suelo, su buen manejo y la protección de la flora y fauna presente en él.
La tierra está compuesta por rocas y minerales. Estas han sido modificadas por factores que interactúan sobre ellas. El viento, el agua, el relieve, la vegetación, los animales y el hombre la erosionan, desintegrándola hasta formar partículas de arcilla (muy pequeñas), limo (partículas intermedias) y arena (partículas grandes). La roca madre es la base donde se origina el suelo. Esta le otorga su color y características específicas. Los suelos pueden dividirse en cuatro capas distintas, denominadas horizontes.
Tipos de horizontes del suelo Horizontes del suelo Horizonte O
Horizonte A
Horizonte B
Horizonte C
Características Es el horizonte orgánico de un suelo mineral que se forma por encima de la superficie. Está formado por materia orgánica sin descomponer o parcialmente alterada. Es un horizonte mineral caracterizado por tener una acumulación orgánica en la superficie y haber perdido arcilla, hierro o aluminio. Es una capa fértil y rica en humus. Posee abundante materia orgánica asociada íntimamente a la fracción mineral. Es una capa compuesta especialmente por partículas de arcillas, hierro, aluminio o humus, independientes o en combinación. Es la base en donde se origina el suelo. Esta le otorga su color y características específicas. Está formado por rocas fragmentadas de gran tamaño. En particular la roca madre de nuestros suelos, el Loess tiene una granulometría semejante al limo.
Con esta información y la decisión de dónde ubicar la huerta, echaremos una mirada el suelo. Su color y su textura serán lo primero que analizaremos.
La textura del suelo: Se refiere a los porcentajes en que se encuentran las partículas primarias del suelo en función de su tamaño. Se consideran específicamente los porcentajes de arcilla, limo y arenas. Suelos arenosos Los suelos arenosos son permeables al aire y al agua, pero tienen un contenido bajo de nutrientes. Cuando nos disponemos a trabajarlos no acarrean problemas ya que demandan poco esfuerzo, debido a la particular forma de los granos de arena que no les permite colocarse de forma muy densa, permitiendo que fluya el agua y el aire. Tienen un alto contenido de cuarzo pero faltan otros minerales fundamentales para el saludable desarrollo vegetal. Existen cinco tamaños diferentes de partículas de arenas que pueden reaccionar frente al agua formando verdaderas costras superficiales como ocurre en los suelos de la Pampa arenosa. Los reconocemos al tomar una porción y ver como se escapa entre los dedos. A este tipo de suelo es necesario aumentarle la fracción húmica y la cantidad de materia orgánica. Suelos limosos Los suelos limosos son ricos en humus y retienen efectivamente el agua, el aire, el calor y los nutrientes. Físicamente poseen una estructura de malla densa en comparación con los suelos arenosos. Lo reconocemos ya que se desmenuza entre los dedos y posee una estructura migajosa que se mantiene unida. Estos suelos requieren de un especial cuidado biológico: labranzas suaves, incorporación de compost, rotaciones y coberturas que aumentarán su fertilidad. Suelos arcillosos Los suelos arcillosos son generalmente pesados e impermeables al aire y al agua. Su estructura platiforme o laminar es tan densa que ante la falta de agua se contraen fuertemente y se resquebrajan, por el contrario en presencia de agua estos suelos son pegajosos. Tienen la ventaja de almacenar nutrientes, pero es difícil trabajarlos ya que son sumamente pesados. Este tipo de suelo
mejora si le incorporamos una parte de arena y compost. Las coberturas naturales aumentan la formación de estructuras friables y el cultivo de abonos verdes que aflojen el suelo en profundidad mejorarán su estructura, Las arcillas: su propiedad más interesante es que están cargadas eléctricamente con carga neta negativa, esto es que tienen muchos lugares en su estructura donde les sobran electrones con lo que son lugares de carga negativa, y otros pocos lugares donde les faltan electrones y por lo tanto tienen ahí cargas positivas. En los lugares de carga negativa se “adsorben” (con d y no con b, que significa que retienen eventualmente), esto es se pegan, sustancias con carga positiva, tales como los cationes que predominan en los suelos y que son muy importantes para la nutrición vegetal: calcio, magnesio, sodio, potasio y otros cationes como el hierro, aluminio, boro, cobre, etc., incluido el hidrógeno. En los lugares con carga positiva, que son pocos, se adsorben aniones, es decir sustancias con carga negativa, tales como sulfatos, carbonatos, nitratos, cloruros, etc. También los microorganismos del suelo con carga eléctrica, tales como algunas bacterias y amebas, pueden unirse en estos lugares utilizando eventualmente la carga eléctrica disponible. Tanto en unos lugares como en otros desgraciadamente también se pueden unir sustancias contaminantes que han llegado al suelo de diferentes fuentes, tales como herbicidas (por ej. El herbicida paraquat, hoy ya prohibido su uso, que tiene carga positiva o el glifosato con carga negativa), plaguicidas, metales pesados, etc. Cuando estas sustancias se unen a las arcillas ocupando estos lugares con carga eléctrica, por un lado impiden que otras sustancias que son buenas para las plantas se puedan unir a ellas de forma que el suelo va perdiendo poco a poco fertilidad pues los nutrientes se quedan en el agua del suelo disueltos pudiéndose lavar con el agua de lluvia o de riego y salir del suelo por escorrentía o percolación. Por otro lado, algunos contaminantes pueden estar adsorbidos a las arcillas durante un tiempo y en un momento dado desprenderse y pasar al agua del suelo afectando a los organismos del suelo y a las propias plantas.
Suelos francos La categorización detallada anteriormente no es la que generalmente encontraremos en nuestra parcela de suelo, sino una mezcla de ellos, una suerte de sistema en equilibrio, los denominados suelos francos. El suelo de
nuestra huerta podrá ser franco-arcilloso, franco-limoso o franco-arenoso, dependiendo de las partículas que se encuentren mayoritariamente. Conocer las características físicas del suelo es fundamental para acompañar el desarrollo saludable de nuestros cultivos. Un análisis de suelo revelará datos específicos y certeros sobre nuestro terreno, inclusive la presencia y cantidad de materia orgánica.
TP: En un frasco lleno de agua puedo ver: Las arcillas son los minerales más pequeños (< 2 micras) y se comportan coloidalmente, esto es que se disuelven en agua. Las arenas y los limos al ser mayores en tamaño no se disuelven y caen al fondo cuando el agua está tranquila, primero se depositan las arenas y cuando el agua está unos minutos en reposo entonces se depositan los limos.
Determinación de la textura al tacto: Tomamos una pequeña muestra de suelo y lo humedecemos hasta formar una pasta fácil de amasar. Presionamos y apretamos la muestra entre el pulgar y los dedos, tratando de ir formando gradualmente una cinta. Si la cinta se forma y se mantiene sin dificultad se trata de una muestra de textura fina (arcillosa). Por el contrario, si la cinta no se forma y la muestra se desmorona se trata de una textura gruesa (arenosa). Las muestras de textura media (limosas) permiten formar una cinta pero esta se rompe muy fácilmente. La sensación al tacto es también de utilidad para apreciar las condiciones de plasticidad y adhesividad de una muestra de suelo. La arcilla se caracteriza por su alto grado de plasticidad y adhesividad en húmedo, pegándose en los dedos. El limo se muestra suave en seco, recordando al talco o la harina. En húmedo tiene moderada plasticidad y muy escasa adhesividad. La arena presenta un aspecto rugoso característico, no siendo ni plástica ni adhesiva.
Pirámide textural
Trabajo Práctico: • Determinación de la textura del suelo de la huerta Video recomendado: “Análisis de textura de suelos” Marisol Garrido (You Tube) Observaciones:
pH: El pH indica la acidez que tiene el agua del suelo, conocida como solución del suelo. Para determinar este grado de acidez se usa una escala en dónde el 7 indica un pH neutro, por debajo de éste valor, se considera el suelo ácido y por arriba del 7, un suelo alcalino. A un pH ligeramente ácido a neutro (6 – 7), el fósforo (P) presente en el suelo tiene la máxima solubilidad y puede ser aprovechado por las plantas, un pH alcalino en general se asocia con la presencia de sodio y si el pH es ácido, las bacterias no trabajan bien disminuyendo la fijación de nitrógeno atmosférico y la velocidad de descomposición de la materia orgánica. La mayoría de las hortalizas se desarrollan mejor en suelos ligeramente ácidos (pH 6,5 – 6,8). El agregado de compost maduro aumenta la tolerancia de las plantas a un rango mayor de pH. Para obtener el valor más acertado de pH de nuestro suelo es recomendable realizar un análisis profesional.
Trabajo Práctico: • Determinación del pH del suelo en el laboratorio y a campo
Palabras desconocidas:
Notas importantes:
Nutrientes presentes en el suelo: Nutrientes primarios o macroelementos: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K) Nutrientes secundarios o microelementos: Calcio (Ca), Magnesio (Mg) y Azufre (S) Oligoelementos: Manganeso (Mn), Cobre (Cu), Cobalto (Co), Molibdeno (Mb), Hierro (Fe), Cinc (Zn) y Sodio (Na) ¿Qué es la materia orgánica? Es la fracción indispensable para el mantenimiento de la vida en el suelo. Está compuesta por toda sustancia muerta en el suelo proveniente de plantas, excreciones animales o microorganismos. Las raíces vivas y los animales que viven en el suelo no forman parte de la materia orgánica. Esta materia orgánica transformada por la acción de los organismos que habitan el suelo como hongos y bacterias da lugar a complejos húmicos, primer eslabón en la formación de humus. ¿Qué es el humus? Es una sustancia marrón oscura, quebradiza, más o menos rica en nitrógeno, calcio y fósforo que depende para su formación de los restos de la vegetación de la cual proviene, del tipo de suelo, del pH del mismo, de los microorganismos que actuaron en su descomposición, del clima imperante en la zona y del manejo del suelo por parte del hombre. La presencia de humus es fundamental en el desarrollo de los cultivos y la calidad del suelo ya que lo protege contra la erosión producida por la lluvia y permite que el agua penetre profundamente con suavidad, reduce la erosión del viento al aglomerar las partículas finas del suelo, como la arcilla y lo transforma en más grueso, evitando de esa manera que se vuele fácilmente, controla la temperatura del suelo, regulándola de acuerdo a las condiciones externas del clima. También proporciona elementos nutritivos a las plantas. Desprende los ácidos orgánicos que contribuyen a neutralizar los suelos de pH alcalino y liberar los minerales que se encuentran en la tierra para ser utilizados por las plantas, asimismo la solubilidad de cada nutriente dependerá del pH del suelo. Retiene
el nitrógeno necesario para el intercambio y el consumo por parte de las plantas. Los terrenos sumamente arcillosos, o los totalmente arenosos pueden ser mejorados con la introducción de humus. El compost, los abonos verdes, el estiércol, el mantillo, los residuos vegetales al ser enterrados se descomponen formando humus. Si se deja a estos elementos en la superficie, también se formará, y las hormigas, los gusanos, lombrices y bichos bolita entre otros lo incorporarán al suelo. La sanidad vegetal está asociada a la salud del suelo, en un suelo pobre y enfermo nunca obtendremos cultivos saludables. La incorporación de materia orgánica madura a las raíces aumenta de tal manera la microflora benéfica que los efectos saludables son observables en todo el cultivo. Palabras desconocidas:
Notas:
La vida en el suelo Toda la vida sobre la tierra se origina en el suelo, el cual determina el tipo de micro y mesofauna presente en él, siendo éstas a su vez formadoras de suelo. Una forma de clasificar a los organismos del suelo es por su tamaño, en macroorganismos, mesoorganismos y microorganismos. Al primero y segundo nivel pertenecen los más conocidos, es decir, los que podemos ver a simple vista: culebritas, ratones, cuises, lombrices, hormigas, arañas, escarabajos, etc. Estos organismos son los primeros en atacar la materia orgánica, alimentándose de ella y sobre sus excreciones actúan los microorganismos. Los macroorganismos y los mesoorganismos con su actividad incorporan la materia orgánica al suelo, removiéndolo y mejorando la circulación de aire, agua y nutrientes. Las lombrices realizan una transformación química de su alimento ya que poseen una microflora digestiva muy rica compuesta principalmente por actinomicetes. Con su actividad no sólo airean el suelo al construir túneles sino que sus deyecciones son seis veces más ricas en actinomicetes, 5 veces en nitrógeno asimilable, 2 veces en calcio asimilable, 2,5 veces en magnesio asimilable, 7 veces en fósforo asimilable y 11 veces en potasio asimilable. Los microorganismos tienen un papel tan importante en la biología del suelo que puede afirmarse que sin su presencia no es posible la vida de los demás seres. Entre ellos encontramos hongos, bacterias, actinomicetes, algas microscópicas, protozoarios y muchos más. Cada grupo de organismos está muy especializado en su tarea y se desarrolla sobre determinados sustratos tales como celulosa, almidón o proteínas para obtener la energía necesaria para crecer y reproducirse, dejando a su paso un residuo más simple y mineralizado que luego quedará a disponibilidad de las plantas superiores. Las bacterias responsables de mejorar la estructura de los suelos y las capaces de fijar el nitrógeno atmosférico y modificarlo para que pueda ser absorbido por las plantas también forman parte de este grupo. La importancia de la incorporación periódica de materia orgánica en las labranzas radica en que de esta manera se reaviva el mecanismo por el cual ciertas bacterias del suelo, las descomponedoras aerobias de la celulosa,
transforman estos materiales orgánicos en un azúcar ácido, el ácido poliurónico, conocido como “la jalea” o “la cola bacteriana”. Esta sustancia actúa uniendo las partículas de suelo y formando de esta forma los llamados “agregados”. Posteriormente esta jalea es consumida por hongos que envuelven estos agregados con sus hifas, volviéndolos más estables y resistentes frente a la erosión y la lluvia.
Trabajo Práctico: • Reconocimiento de organismos del suelo • Lista de organismo visualizados:
¿Qué son las micorrizas? Se conoce con este nombre a la asociación mutualista establecida entre la mayoría de las plantas y ciertos hongos microscópicos del suelo. Esta simbiosis supone una relación beneficiosa tanto para la planta como para el hongo.
El micelio del hongo consume los exudados de las raíces compitiendo con los patógenos, no permitiéndoles obtener alimento. Cada punto de unión con la raíz libera antibióticos. Recubren la raíz protegiéndola de hongos y bacterias. Liberan hormonas de crecimiento (IAA, IPA, IBA, NAA) aumentando el volumen radical. Tienen mayor superficie de acción que las raíces, captando nutrientes y agua. Aumentan la rusticidad de las plantas
Micorrizas arbusculares asociadas a una raĂz
Video recomendado: https://www.youtube.com/watch?v=gJOiEbdFURE
Plantas indicadoras de las condiciones del suelo La vegetación espontánea contiene información acerca de las características físicas y químicas del suelo dónde están implantadas. Suelos fértiles, profundos y bien drenados están cubiertos por plantas diferentes que las que cubren suelos fértiles, pero anegadizos y éstas difieren de las que cubren los suelos bajos.
Suelos fértiles Nombre vulgar Nombre científico Cichorum intybus Achicoria Borago officinalis Borraja Stellaria media Caapiquí Bromus unioloides Cebadilla criolla Datura ferox Chamico Echium plantagineum Flor morada Galinsoga parviflora Galinsoga Salpichroa organifolia Huevo de gallo Rumex sp. Lengua de vaca Llantén Plantago major Urtica urens y Urtica dioica Ortiga Paspalum dilatatum Pasto miel Sorghum halepensis Sorgo de Alepo Trifolium repens Trébol blanco Verbena bonaerensis Verbena 0B
Nombre vulgar Pasto salado Cebollín Menta
Suelos bajos Nombre científico Distichlis spicata Cyperus rotundus Mentha sp. 1B
Conociendo un poco las delicadas sucesiones de reacciones, interacciones y lo vital que es un suelo, es comprensible la actitud de mejora y cuidado que debemos proporcionarle a éste. Las herramientas a usar y las labores que realizaremos estarán en función de incrementar la salud y fertilidad de nuestro suelo de forma orgánica.
Trabajo Práctico: • Reconocimiento a campo de plantas indicadoras Planta
¿dónde? Sol o sombra
Característica
Glosario Capacidad de intercambio iónico (CIC): capacidad de algunas partículas del suelo de adsorber e intercambiar nutrientes. Compactación: Es el daño producido a la estructura del suelo, que da como resultado su asfixia y ahogamiento; condiciones hostiles para el saludable desarrollo vegetal. Fertilidad del suelo: Es la medida de la riqueza del suelo en términos de nutrientes, humus y otras sustancias presentes en él y en forma accesible para las plantas. Lixiviado: Es el movimiento descendente de los elementos por el suelo. Macroporos: espacios intersticiales. Porosidad: espacios que se encuentran entre las partículas del suelo. Estos permiten la circulación de agua y aire
Notas complementarias:
Unidad 3 Las herramientas necesarias Introducción: En una huerta orgánica la relación suelo – planta – hombre se realiza a través de las herramientas e implementos que favorecen la conservación del suelo labrado, el medio ambiente y la salud de quienes trabajan en ella. Resumen: No son necesarias herramientas muy complicadas en el cultivo de hortalizas, sólo pala y horquilla son indispensables para los trabajos del suelo pero el resto de herramientas destinadas a tareas específicas hacen que el trabajo sea más cómodo y llevadero. Comercialmente hay una gran oferta de herramientas disponibles para realizar estas tareas y cada uno haremos nuestra elección a la hora de adquirirlas, pero es importante tener en cuenta algunas premisas: Observar que reduzcan los esfuerzos físicos en su operación Que sean adaptables a cada usuario (hombres, niños, mujeres, ancianos y personas con capacidades diferentes) Si en su construcción se utilizan materiales reciclados y mano de obra local estaremos trabajando de una forma más ecológica.
El valor de las herramientas en una huerta orgánica: Una buena herramienta es una ayuda imprescindible para realizar tareas específicas y cuyo valor también depende de estos factores: Calidad de diseño y construcción: se observa tecnología de fabricación, calidad de materiales y un diseño anatómico. Labor oportuna: La observación y el cuidado del suelo a cultivar. Ver el grado de humedad, la compactación y el tipo de suelo, permitirán determinar el momento oportuno para horquillar, sembrar, carpir, regar, etc. La realización de tareas a destiempo en un suelo con
características determinadas nos implicará un mayor esfuerzo y tiempo de ejecución. Manejo Adecuado: Cada herramienta tiene características tecnológicas específicas y una forma correcta de ser operada. Estas deben adaptarse anatómicamente al operador, de modo tal que reduzca el esfuerzo y se eviten movimientos inútiles que produzcan fatigas innecesarias. El trabajo que requiere el uso de unos pocos músculos causa fatiga con más rapidez que aquel dónde están comprometidas varias partes del cuerpo y varios músculos en cada una de esas partes. Tarea eficiente: Es la preparación correcta del suelo con la ayuda de una herramienta con el menor consumo de tiempo y esfuerzo. Mantenimiento y cuidados: Las herramientas sólo conservarán su calidad original si se le efectúan oportunamente los cuidados adecuados. Mantener los filos, ajustar los cabos, repintar y mantener las condiciones de higiene luego de su uso son atenciones básicas que requieren las herramientas. El óxido es el elemento que más agrede las partes metálicas y el que dificulta que se realicen de forma correcta las labores. El barro y la humedad agreden la madera de los cabos y los mangos. Para evitar estos inconvenientes no es recomendable lavar las herramientas ya que existe el peligro que queden mojadas y por lo tanto que se oxiden. En las zonas oxidadas la tierra se pega a la herramienta, deteriorándola y dificultando las tareas. La limpieza con cepillos y trapos secos es una buena solución. La tierra muy adherida puede retirarse con una espátula. La consigna es guardar las herramientas perfectamente limpias
Las herramientas: Pala: Se utiliza para demarcar el sector destinado a cultivo, cavar hoyos o cargar. La pala recta es ideal para demarcar los canteros y se adapta mejor que la pala convencional para el trabajo de doble cavado si se opta por preparar canteros biointensivos. Es la herramienta más versátil en una huerta y debemos conservarla afilada y limpia para facilitar las tareas. Para mantenerla afilada, necesitaremos una lima plana y la afilaremos de un solo lado, respetando el ángulo que le dio el fabricante. Posteriormente se puede asentar el filo con una piedra.
Horquilla de dientes planos (horquilla papera, bieldo o laya): Es la herramienta emblemática de la huerta orgánica. Se compone de un cuerpo con 3 o 4 dientes equidistantes y de extremos afilados, unidos a un mango con empuñadura. Dependiendo del fabricante unas tienen dientes planos y otras los tienen redondeados. Permite remover la tierra, aflojar las malezas y airear el suelo sin invertir el pan de tierra como en la labor de punteo. Existen excelentes horquillas comerciales, cómo también versiones artesanales y ergonómicas. No debe confundirse con la horquilla que se usa para levantar la paja que es mucho más débil, tiene generalmente 3 dientes y es curvada.
Existe otra versión, la horquilla de doble cabo o barra en U. Esta herramienta permite ampliar la superficie de trabajo con respecto la horquilla simple y distribuir mejor el esfuerzo ya que se acciona con ambas manos. Se utiliza para preparar las camas elevadas con el método biointensivo de cultivo.
Rastrillo: herramienta que permite al horticultor nivelar superficies, refinar la tierra, amontonar malezas, entre otras tareas. Carretilla: se destina al transporte de pesos o grandes volúmenes dentro de la huerta. Es importante diseñar el ancho de los caminos en función de una cómoda circulación de esta herramienta. La carretilla de una rueda es muy ágil y fácil de maniobrar pero puede hundirse en un suelo mullido. Azada: permite desmalezar caminos, nivelar superficies y airear en forma superficial, una variante, la azada dentada permite también descalzar raíces rebeldes.
Herramientas de mano: Las herramientas de mano se destinan a las tareas más delicadas. Palita para trasplante: permite trasladar un plantín desde el contenedor del almácigo al tablón minimizando el daño en las raíces, hacer hoyos, preparar mezclas, etc. Plantador: se utiliza en la huerta para preparar el hoyo en el tablón de producción, los hay metálicos pero generalmente son de madera dura. Escardillo: la función del escardillo es desmalezar alrededor de las plantas, airear el suelo y ralear algunas especies sembradas en línea. Guantes: Desde los más rústicos destinados a tareas pesadas hasta los de algodón son aliados para proteger del frío, la humedad y los cortes. Tijera de podar: Necesaria para todo tipo de corte. Debe mantenérsela afilada y limpia para que el corte sea prolijo. Azadín: Tiene la misma función de la azada, pero se utiliza en trabajos más delicados y directamente sobre el tablón de cultivo. Pulverizador o Mochila: Son excelentes para la aplicación de forma homogénea de los preparados naturales o sustancias admitidas en el control orgánico de plagas y enfermedades. Regadera o manguera: ambos elementos indispensables a la hora del riego. Barrehojas: Especie de escoba plástica o metálica ideal para juntar las hojas secas en otoño que luego utilizaremos como cobertura natural o pondremos a compostar.
El cuidado corporal al usar las herramientas: El gran sentido de la producción orgánica de vegetales es el cuidado de la salud humana y ambiental. Siendo coherente con este sentido corresponde prestar especial atención al cuidado del cuerpo en la realización de las labores en huerta. Teniendo en cuenta estos cuidados simples y adquiriendo destreza y habilidad en el manejo de las herramientas, no sólo evitaremos lesiones sino que disfrutaremos del cuidado de nuestra huerta sin riesgos. Las herramientas son valiosas aliadas, pero mal usadas acarrean dolores y lesiones por esta razón es recomendable ajustar sus largos y peso a nuestra altura y contextura física, no adaptar el cuerpo a los mangos y cabos standard sino a la inversa, la herramienta está a nuestro servicio. Personas muy altas o bajas, corpulentas o menudas no pueden utilizar la misma herramienta con eficacia. •
• La fuerza de gravedad es fundamental, si luchamos contra ella sólo lograremos agotar nuestras fuerzas antes de terminar la labor por lo tanto es conveniente aprovecharnos de ella, esto implica una postura corporal con el tronco erecto, bajando el centro de gravedad de nuestro cuerpo con la flexión de rodillas y no inclinando el tronco con las rodillas extendidas.
Para levantar objetos del piso, y más aún si pesan, debemos valernos de la fuerza de las piernas, es decir, flexionarlas hasta llegar con los glúteos casi hasta el suelo, en lo posible sin levantar las plantas del pie del piso, desde esta posición acercar el peso a levantar lo más posible a nuestro eje central, junto al pecho, así podremos levantar juntos el cuerpo y el objeto a elevar sin exigir a nuestra cintura. La estrategia de dividir para triunfar es saludable si el peso es exagerado para nuestra capacidad, o sea, pedir ayuda a otra persona o dividir el objeto a levantar o trasladar. Como medida de cuidado y protección para nuestra columna vertebral debemos prestar atención de no adelantar la cabeza más allá del pie que está al frente, todo lo que pasemos de esta línea imaginaria puede dañar nuestra cintura lumbar. Debemos intentar que la herramienta caiga sobre el suelo y no golpear con ella. Esto evitará el dolor o cansancio de hombros, trapecio y columna dorsal. •
Las tareas de rastrillado o similares es conveniente ejecutarlas desplazándonos con pasos cortos, el tronco erecto y valiéndonos del largo del cabo sin apoyarnos sobre él, sólo haciéndolo deslizar en nuestra mano, sin aferrarnos con ambas manos sino sólo con una, la mano de adelante es la que desliza. • El ancho de los tablones de cultivo debe proyectarse contemplando nuestro alcance desde cada lado sin tener que sobre extender el tronco. •
Si nuestras rodillas se cansan de estar flexionadas podemos recurrir a un pequeño banquito o eventualmente apoyar una rodilla en el suelo y la planta del pie de la otra pierna. •
El cuidado de las herramientas se relaciona directamente con la salud y seguridad del trabajador. Dolores lumbares, llagas en las manos, contracturas musculares en general son evitables con una buena elección de herramientas y su mantenimiento posterior.
•
El trabajo de horquillado El trabajo de horquillado es conveniente realizarlo con una horquilla que al apoyarla sobre el suelo el mango no nos quede más arriba de la boca del estómago ni más abajo del ombligo, ubicando ambas manos sobre el mango, con los hombros relajados, codos junto al cuerpo y con un pie sobre la herramienta para poder producir una presión hacia abajo con el peso/fuerza del pie y un balanceo con los brazos hacia atrás y adelante. Estas mismas medidas de la horquilla podemos considerarlas como referencia para elegir la pala de punta o la pala chata. El largo del cabo de la azada o el rastrillo se determina parando de forma vertical la herramienta, ésta debe llegar a la altura de los ojos. Esta longitud evita doblar en exceso la cintura si es corta y desaprovechar parte del cabo, si es larga. Trabajo Práctico: • Técnica de horquillado • Uso y cuidado de herramientas en general • Cuidado corporal en el uso de herramientas
Glosario Ergonomía: Ciencia que estudia el mejoramiento de las condiciones de trabajo humano en función de las facultades y limitaciones reales de los hombres que trabajan. Bibliografía y recursos Web Berges, M; Cazorla Carlos, “Fabricación casera de herramientas e implementos para la huerta”, Buenos Aire, INTA Pro-Huerta, 2003 Pía, Fernando, “Huerta Orgánica Biointensiva”, San Carlos de Bariloche, IFOAM, 2005 Escrivá, M. Gabriela, “Huerta Orgánica”, Buenos Aires, Albatros, 2006 www.estrucplan.com.ar/articulos Botta, Néstor “Seguridad en el uso de herramientas de mano” www.cete.org/trainer “Seguridad en el uso de herramientas de mano” PDF www.woxikon.com/spa/bieldo.php
Notas complementarias:
Huerto Escuela https://www.youtube.com/watch?v=HdthSLRTCIE&list=PLTJA2DdFVUYaAqiFl7JuH3O 5mQRLGqlkt