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Cerrar el telón
La Rosa Neme, Amire IIA
Al pasar a través de toda la multitud, pude llegar a mi casa, al entrar observé una carta muy singular en la mesita de la sala, de color negro… pero algo adorable, el sobre llevaba una frase escrita “solo léelo y entenderás” … abrí la carta y empecé a leer.
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De: Jules
Para: Timothie
Recuerdo la primera vez que nos vimos, cuando ambos llegamos tarde a clases y nos quedamos en la puerta por un largo tiempo, nunca nos abrieron, que íbamos a hacer. Fue cuando me dirigiste la palabra por primera vez, y me invitaste a almorzar, por un momento lo sentí extraño, jamás me habías hablado a pesar que éramos del mismo año y por si fuera poco, de la misma clase, te dije que sí, ya que iba a hacer, y fuimos caminando hacia el restaurante, mientras que nos íbamos conociendo, al iluminarse un poco el día y la luz atravesarse por las ventanas del restaurante, pude ver por primera vez
esos hermosos ojos color carmesí, pelo alborotado…, cosa que quizás no me fijé por el sueño que tenía en la mañana.
Y seguimos así… nos hicimos mejores amigos, salíamos a todos lados a cualquier hora, nos contábamos todo, nuestros problemas personales, en la universidad, nuestras historias de amor, eras en pocas palabras un ángel caído del cielo, me comprendías a la perfección y me sentía a salvo contigo. No muchas personas me caen bien al conocerlas, pero tú…, tú eras distinto a los demás. Es..., un sentimiento algo difícil de explicar...
Hasta que llegó el día, ese día en el que todo cambia y da un giro inesperado. Como era de costumbre, llegamos tarde otra vez, ya sabíamos la rutina, así que me llevaste a almorzar. Te sentía nervioso, pensé que querrías decirme algo, así que te pregunté, me dijiste que no, pero a los minutos empezaste a hablar, recuerdo las palabras exactas que
salieron de tu boca… “eres la mejor persona que he conocido en mi vida, y tengo una hermosa amistad contigo diría yo la mejor que tengo, han sido casi dos años desde la primera vez que llegamos tarde a la universidad y nos conocimos, desde ahí, mi vida cambió…, me enseñaste y me sigues enseñando muchas cosas de las cuales yo antes no era consiente o no le daba importancia. Te amo mucho y sabes cuál es la pregunta que quiero hacerte y me gustaría que la respondas con toda sinceridad” ...
Por mi mente pasaban muchas cosas, ¿Qué pasaría si se arruina nuestra amistad?, ¿cambiaría algo entre nosotros si te digo que sí?... Te miré y tus ojos me decían que esperabas una respuesta, así que te hice saber todas las dudas que rodeaban mi cabeza, lo único que me dijiste fue “pase lo que pase Jul, jamás olvidaremos los momentos vividos, estos se quedaran en nuestro corazón”. Te dije que sí…, y sonreíste.
Ya van 5 años, desde ese día y quisiera agradecerte por todo lo que me has enseñado, y también recuerda que “la vida no es un cuento de hadas y hay que aprender a sobrellevarla” ...
Jules
Me quedé unos segundos pensando acerca de la última frase, pero sentí el olor a perfume con aroma familiar, giré mi cuerpo haciendo que se muevan todos mis huesos de una manera extraña; y la vi a ella, Jules…, a la persona más hermosa del mundo, iba vestida
de una manera muy elegante, además traía en la mano un gran y hermoso ramo de flores rojas, envuelto en papel negro, al igual que el sobre de la carta que me escribió; era algo extraño, pero lo seguía considerando adorable si de ella venía...
Timothie: ¡Holaa!, pasa (dije entusiasmado e hice una acción con mi brazo indicándole pasar)
Jules: ¡Holaa! (dije saludándolo con un beso en la mejilla y entregándole las flores, mientras que pasaba dentro de la casa)
Timothie: ¡gracias!, iré a ponerlas en un florero (dije mientras me iba caminando)
Sentí cómo algo me atravesaba por la espalda, cómo atravesaba cada capa de piel, y
antes de poder reaccionar, ya me encontraba tendido en el suelo con las flores al lado de mi rostro, mi boca expulsaba un hilo de sangre, ya no podía soportarlo, miré hacia arriba, era ella, ella…
Me veía tendido en el suelo, ella sostenía un cuchillo, el cual lanzó a mi lado somo signo de burla, me miró con ojos llorosos y me dijo “el amor se acaba, cuando la traición
inicia” … y tú sabes perfectamente a lo que me refiero. Y mientras escuchaba sus tacones sonar alejándose a cada paso que daba, me iba durmiendo, hasta que se cerró el telón de
mi obra; completamente solo, al lado de las flores que ella me dio, con todos los pétalos tirados alrededor de mí.
FIN
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