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El amor del ayer

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Vieja araña

Vieja araña

Lucía Dilas Acevedo, I°D

Mi abuela acostumbrada a los gritos y a los golpes Porque el amor nunca se lo supo dar su hombre Ella tenía dieciséis y él casi veintisiete, ella seguía soñando y él ya tenía gerente Qué mala suerte parecer una joven y un demente

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Tuvieron cuatro hijos que ahora ni lo llaman Porque ellos presenciaban cómo a su madre él golpeaba Y ellos tampoco se salvaban, porque por más que trataran Ese hombre con golpes amenazaba

Un día mi abuela decidió hacer algo infalible Le lanzó un zapato a su hombre, aunque no suene creíble Había hecho sangrar a su marido, dándole su merecido No imagino cómo se habrá sentido al devolverle la flecha a Cupido

Ahora al hombre, al que debo de llamar abuelo Cree que todo es un juego, para él eso nunca ocurrió Lo trato con respeto porque es un hombre mayor Y al menos yo lo trataré con compasión, no como él en esa ocasión

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Cuentos (II sec.)

“No te dejes engañar por las apariencias. La belleza en sí se encuentra en el alma”

-La bella y la bestia, de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve-

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