LUNES, 31 DE DICIEMBRE DEL 2012 MARTES, 1 DE ENERO DEL 2013
4
Efectos de la recesión 3 La opinión
S
alarios menguantes, prestaciones insuficientes, un IPC enrocado en niveles alarmantes, disminución del gasto público social, paro desbocado, ausencia absoluta de signos de mejora en un contexto económico general degradado hasta la extenuación. Tal es el paisaje vital para millones de personas en España. Un escenario carente de vías de escape, de puntos de fuga desde los que entrever un porvenir si no halagüeño, al menos tolerable. Las personas asalariadas sufren la peor pérdida de poder adquisitivo de los últimos 27 años. La sabiduría popular, o, en este caso, mejor decir la amargura popular, hace mucho tiempo que determinó aquello de «trabajando nadie se hace rico». Habrá que aplicar una nueva vuelta de tuerca al dicho para constatar que es muy posible que trabajando no tan solo no lleguemos a hacernos ricos, sino que es posible que ni tan siquiera consigamos esquivar la penuria. Tal es la situación de medio millón de personas en Catalunya que, pese a tener trabajo y contar con un salario, viven por debajo del umbral de la pobreza. Una de las principales claves para entender esta situación de pérdida generalizada de poder adquisitivo que afecta a la clase trabajadora debemos buscarla en la reforma laboral que padecemos desde el pasado mes de febrero. La misma que ha dado sobradas pruebas de su absolu-
Páginas 2 a 4 LLL
Análisis
Miguel Arenas abogado del Col.lectiu Ronda
Miseria generalizada ALBERT BERTRAN
33 Un hombre rebusca en un contenedor del barrio de Gràcia. ta incapacidad para generar empleo pero que, en cambio, se ha mostrado sumamente eficaz a la hora de conseguir dos de sus objetivos no confesos –o incluso negados–: abaratar el
despido y presionar a la baja los salarios. Portando por bandera los epígrafes de contención salarial e invocando la perentoria necesidad de aplicar una «devaluación interna»,
se ha conseguido que las subidas salariales en los convenios que han sido revisados este año se sitúen, de media, en un 1,3%. Peor incluso en el caso de los nuevos convenios, negociados y pactados con posterioridad a la entrada en vigor de la reforma laboral. En estos convenios, la subida acordada no alcanza ni el 1%. La situación no es mejor en la administración, donde algunos profesionales de la función pública acumulan pérdidas de poder adquisitivo de hasta el 20% en los últimos cinco años. Mientras, se siguen aireando, con vocación populista, los supuestos privilegios de los que goza el personal funcionario, ocultando que la precariedad y el mileurismo son también moneda corriente en las relaciones laborales en el seno de las administraciones. Y no olvidemos, por supuesto, a otro colectivo damnificado como es el de los jubilados. En este caso, el Gobierno del PP ha ido un paso más allá en su política de ahorro y ha decidido ignorar sus obligaciones legales para evitar compensar a los millones de pensionistas por la pérdida de poder adquisitivo acumulado a lo largo del 2012. Para el presente ejercicio, el Ejecutivo calculó que una subida del 1% aplicada a las pensiones sería suficiente para cubrir el alza del IPC. La ley general de la Seguridad Social obliga a abonar una paga adicional en el caso de que, tal y como ha sucedido, el incremento real del IPC supere esta previsión.
Sin embargo, el PP ha decidido hacer oídos sordos a este imperativo legal alegando «la imposibilidad» de hacer frente a este pago adicional al que los pensionistas tienen derecho. Una medida que afecta, es importante recordarlo, a unas personas que en el caso de Catalunya cobran una pensión media inferior a 900 euros al mes. Ante semejante injusticia, desde el Col·lectiu Ronda hemos puesto a disposición de quien lo desee a través de nuestra página web un formulario para dirigirse al INSS con la exigencia de ver compensada la pérdida de poder adquisitivo que
Nuestros ingresos no compensan un IPC ascendente porque suben los costes de la sanidad y la educación la ley contempla. Nuestros ingresos no compensan un IPC en trayectoria ascendente como consecuencia del incremento del coste de servicios esenciales como la educación o la sanidad, así como de la agilidad mostrada por las empresas para trasladar al cliente el aumento del IVA. Nos empobrecemos a marchas forzadas. Encabezamos los rankings de desigualdad. Repartimos de forma asimétrica el coste de la crisis. Pero Europa aplaude. Y todos contentos. H