La esencia de la asintota

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La esencia de la asintota CĂŠsar Colomer

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Pr贸logo

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Un encuentro Me llamo Gabrielle, vivo en Argentina aunque gran parte de mi corazón se encuentra a la otra parte de los Andes, en Chile, la cuna de mi padre. Desde hace trece años trabajo de auxiliar de vuelo. Comencé trabajando para Aerolíneas Austral, pero por mis conocimientos de idiomas, al fusionarse con Aerolínea Argentinas, me destinaron a los vuelos con América del Norte. Las cosas no van nada bien, mi país sufre una terrible crisis y mi compañía prácticamente ha desaparecido a causa de la gestión de Iberia. De todas formas mi situación es más desahogada que la mayoría de mis compatriotas, mi trabajo me permite tener mis recursos en dolares fuera de las fronteras, no tengo familia que dependa de mi y la vida me ha proporcionado experiencia para saber defenderme en cualquier parte del mundo. Si como dicen Aerolíneas Argentinas suspende sus actividades y vamos todos a la calle, buscaré trabajo en alguna compañía de Estados Unidos que es un país donde me siento muy a gusto. No es normal que mi trabajo me lleve a este aeropuerto de Newark, pero nuestros problemas nos han obligado a vender nuestro servicios a otras compañías y en este caso he sido embarcada en el vuelo de la United Airlines de Buenos Aires a New York. Me gusta esté aeropuerto, es grande pero sin el caos del JFK, es moderno y tiene todos los servicios sin necesidad de salir de él como en el de La Guardia donde suelo aterrizar con mi compañía. Hoy es un día de esos donde la nostalgia se apodera de mi ser, no puedo evitar que acuda a mi mente que un día como hoy, hace 28 años, apenas hacía un mes que había cumplido los ocho, y si no recuerdo mal tam5


bién era martes. Yo tenía clase de ballet, me sentía feliz, la profesora me había seleccionado para interpretar el solo del Lago de los Cisnes en la representación que íbamos a hacer, estaba deseando llegar a casa de mi abuela en Buenos Aires para contar la noticia, pero al entrar me encontré a toda la familia llorando, yo no sabía lo que podía haber pasado, aun no era consciente del mundo de los adultos, pero pronto me explicaron el motivo, en Santiago habían dado un golpe militar y a mi padre, que era un periodista conocido por sus sensibilidad social y su proximidad al Presidente Allende, le habían disparado mientras tomaba imágenes de Palacio de la Moneda. Durante años negué ese hecho, esperaba que de un momento a otro mi padre entraría por la puesta, pero tres años después me desperté con absoluta dureza, el golpe le toco a mi país y en casa vivimos aterrorizados durante dos años, temiendo lo que al final sucedió: una noche de invierno vinieron cinco militares preguntando por mi madre, nada se pudo hacer, se la llevaron para interrogarla y jamás supe nada más de ella. Afortunadamente mi abuela se sobrepuso e hizo de madre, como otras muchas abuelas. Dejó su vida en sacarme adelante, para ella no había reloj, se dedicaba horas y horas a limpiar las casas de los demás, de aquellos que aplaudían a los asesinos de mis padres, con el corazón lleno de hiel por el desenfado con el que sus señores hablaban de las perrerías que había que hacer de aquellos comunistas, como si de simples alimañas se tratara. Su corazón no pudo soportar tanta ignominia y tanto esfuerzo, poco a poco sus fuerzas, el brillo de sus ojos se fue perdiendo en ríos de lagrimas y apenas había cumplido yo los veintiuno cuando se acostó un día agota6


da como los demás, pero ya no se despertó, su corazón se paro mientras dormía. Así es fácil comprender como desde muy joven no he tenido raíces a las que someterme, he tenido que valerme yo sola para salir adelante. Me hubiera gustado ser periodista como mi padre, pero era una carrera imposible en mi país para una persona a la que le han enseñado a pensar por su cuenta. La ocasión de volar me surgió por casualidad, por un amigo que trabajaba como técnico en mi primera compañía que me informo de la existencia de plazas libres. La verdad es que es un trabajo en el que me siento muy a gusto, me permite conocer muchos sitios, muchas culturas y mucha gente, una profesión que me ha mostrado la necesidad de permanecer abierta ante las novedades. Aunque mi forma de vida me ha impedido el establecer relaciones firmes y duraderas, no por ello puede considerarse que he permanecido alejada del amor, no soy una mujer cortada ni hago remilgos a la proximidad con los demás, esto me ha permitido vivir el amor con pasión varias veces aunque no hayan durado. Aprovechando que había llegado la noche anterior había pasado la noche con un amigo de Irvington que hacía tiempo que no veía y con el que me unía una relación muy sincera y abierta. Las sabanas se nos pegaron y él tenía que salir corriendo hacía Staten Island, aunque insistí en venirme por mi cuenta con el autobús 37, él se empeño y me dejó en el aeropuerto. Como era temprano para presentarme en la oficina centrar de UA, decidí tomarme un desayuno tranquilamente. La cafetería a primera hora de la mañana estaba llena a rebosar, parecía que todos hubieran decidido desayunar a esa hora, no había ni una mesa vacía y ne7


cesitaba tomar algo caliente para dar comienzo a la jornada. Mi única opción era sentarme una silla libre de una mesa que estuviera ocupada, pero eso es un tema delicado, en los aeropuertos la gente con frecuencia mantiene conversaciones bastante intimas o reservadas y no es plan de meterse en medio de dos señores que discuten sobre negocios o en medio de la despedida de una pareja. Recorrí con mi vista toda la amplia sala en búsqueda de un sitio donde no molestara demasiado, en un lateral, junto a la pared vi a un señor un poco mayor que yo, de estatura mediana, algo grueso y con una barba larga, algo desaliñada, pero sin estar abandonada. Aunque estudiaba con interés unos papeles no parecía un hombre de negocios, su vestimenta no pretendía marcar ningún estatus, empleaba un jersey no muy gordo sobre una camisa de cuadro sin que sus colores armonizaran, y el pelo lo llevaba bastante largo, más por descuido que por gusto. Estaba claro que no sentía preocupación por su imagen, tenía que carecer de una mujer a su lado, si no ella no le consentiría tanto descuido. Después de este análisis superficial llegue a la conclusión de que debería tratarse de algún profesor, soltero o viudo, entregado a su materia. Estaba claro que era un buen candidato, difícilmente iba a decir que no a la compañía de una azafata guapa y de buen ver, y hasta podría resultar interesante. Tomada la decisión me acerque decidida, con la bandeja del desayuno, mostrando mi mejor lado y mi sonrisa más afable, me dirigí a él con simpatía profesional y le pregunté. -

Please... 8


Y dejé una pausa para darle tiempo a que levantara la cabeza dejando lo que estaba haciendo y fuera consciente de lo que tenía enfrente. -

I saw that he was alone ...

Y esperé a que admitiera la interrupción y sonriera dándome la venia para seguir -

As the room is all full ...

Su mirada recorrió toda la sala en busca de algún posible hueco sin encontrarlo, para finalmente mirarme y ver que estaba frente a él con la bandeja. No hizo falta decirle nada más. Haciendo un gesto con la mano señalando una silla me contestó. -

Sit down please. Your company is a pleasure.

Deposite mi bandeja sobre la mesa y me senté en la silla más próxima. El no me quito la mirada ni retornó a sus papeles, al contrarío, los recogió, los guardo en una carpeta y la dejo en la silla junto a su abrigo, dejando claro que deseaba conversación. Por educación y por interés, ya que también a mi me apetecía romper la soledad me presenté. -

My name is Gabrielle. I'm a flight attendant.

My name is Renato. But everyone calls me Nato. I teach mathematics. -

Renato?, is a Spanish name?.

-

Yes, I am Spanish.

Pues entonces mejor que dejemos el inglés, yo soy argentina y supongo que a vos será más fácil. No me hables de usted, hasta mis alumnos me hablan de tu. 9


Me temo que a un argentino no le puedes pedir que te hable de tu, el vos lo llevamos en la sangre como ustedes el ole. Es cierto, no me acordaba. Tienes un acento mu dulce, en ingles no se te notaba pero ahora no lo puedes ocultar. Además eres una mujer muy bella. Gracias - dije acompañando con una amplia sonrisa mostrando la satisfacción por el cumplido -, ya muestra su carácter español y su arte del piropo, son ustedes unos auténticos Don Juanes. ¡Yo!, me parece que no, siempre he sido muy cortado con las mujeres, no he sido muy afortunado, mis mujeres se pueden contar con los dedos de una mano y ni siquiera eso. No puedo creerlo, vos habéis de tener mucho éxito con las mujeres (dije con un tanto de picardía), no os he visto titubear, os habéis lanzado a hablar de intimidades sin problemas. A mi me costaría mucho más contaros sobre mis hombres. Eso es que me has pillado en un buen momento, en unas circunstancias en que mi ánimo se impone, me siento seguro, sé lo que quiero. Supongo que por eso me he alegrado de tu presencia, estaba muy aburrido y pienso que deseaba compartir mi entusiasmo. Está claro que la suerte me ha sonreído con una compañía tan linda. ¡Vaya con el galán!, vas rápido, apenas llevamos unos minutos y desnuda sus sentimientos ante mi y no duda en lisonjearme. Tienes razón, lo siento, siempre me pasa lo mismo, es como si fuera nudista de alma, voy siempre con el corazón en la mano y, aunque me ha costado que me 10


lo rompan, no logro escarmentar. Me has pillado solo, soñando, con ganas de sacar todo lo que llevo dentro y te he encontrado, con esa sonrisa y esa simpatía que invita a confiar y sin darme cuenta... Tranquilo, no me disgusta, al contrario, soy de sangre caliente, prefiero la relación cercana y confiada en lugar de la frialdad de la cortesía, pero si que me sorprende, para ser sinceros, esa cualidad que tiene vos de abrirse con tanta confianza le hace un hombre muy interesante No, no piense que pretendo nada raro, es que al encontrarme solo, lejos de mi casa, en un momento que para mi es muy importante... Entiendo, vos necesitabais desahogaros y al veros ante una mujer desconocida, ante alguien que posiblemente no veáis nunca más... Tranquilo en mi trabajo es algo que suele pasar frecuentemente, si te contará los secretos y temores que se oyen a once mil metros... Por unos instantes mi compañero se quedo pensativo, en silencio. Me dio la impresión de que se había dado cuenta de que estaba desvelando temas muy íntimos y se había cortado. Yo estaba intrigada y atraída por su sinceridad, pero comprendí su situación y decidí cambiar el tema de conversación. Y, por cierto, ¿Qué hace un profesor de matemáticas español en la cafetería del aeropuerto de Newark?. Estoy en New York porque me he pasado a la Universidad y necesito ponerme al día en muchos aspectos, por eso he pedido un año sabático y me he apuntado en unos masters del Courant Institute of Mathematical Sciences de la Universidad de New York.

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Que bien. Ahora vives aquí, yo vengo bastante a menudo, podemos vernos en otra ocasión. Pues si, yo acabo de empezar aquí, apenas llevo diez días, ahora, por eso estoy aquí, voy a coger un vuelo a San Francisco, allí está trabajando una vieja amiga . -

Vaya, vaya, un reencuentro.

-

Si, algo así.

Me encantaba la naturalidad con que hablaba de él, me sentía en cierto modo una confidente y era algo que me atraía y me llenaba de curiosidad. -

Cuéntame algo más de tu vida.

¿Qué puedo contarte?. Yo vivía aparentemente tranquilo en una pequeña capital de provincias impartiendo clases en un instituto, parecía que iba a ser así toda la vida, pero me entró una crisis, nada me satisfacía, no había nada que me ilusionara, es como si estuviera muerto, en vida pero muerto... Estaba claro que aquel hombre carecía de todo pudor a la hora de hablar de sus intimidades, parecía dispuesto a desnudar su alma ante mi y, sinceramente, era algo que me hacía sentir especial, al hacerme cómplice de sus interioridades causaba en mi una gran atracción por él. ...En un mal momento decidí romper esa contradicción y me tome una caja entera de lorazepam. Pero cuando creí que ya estaba muerto muerto, me desperté en un hospital lleno de tubos. ¡Pero qué me dice!, ¿está loco vos?, como pudo ocurrirsele algo semejante, siempre hay opciones, hay muchas cosas bellas en el mundo. 12


Me parecía increíble que alguien que hace pocos minutos no me conocía me estuviera contando su suicidio. Tal confianza me hizo sentir una gran ternura por su persona y deseaba besarle profundamente para consolarlo. Tienes razón, pero hay ocasiones en que uno ha de llegar a lo más bajo para poderse impulsar. El tiempo que paseé solo en el hospital me hizo reflexionar, me hizo darme cuenta de que no tenía vida, o mejor que no vivía mi vida, había renunciado a ser yo mismo, poco a poco había ido ladeando mis inquietudes, las había dejado a un lado por inútiles, vivía en un ambiente pobre, que no satisfacía mis necesidades... -

No era tu proyecto de vida...

Efectivamente, no era mi proyecto de vida. una jaula que me había autoimpuesto, hacía no lo quería y me apetecía hacer, no, hacía lo que tenía hacer, o mejor dicho, lo que se suponía que tenía hacer. -

Era que que que

Y ¿Por qué lo hacía vos?

No lo sé, era la rutina, levantarse, trabajar, comer, trabajar, cenar, la tv, dormir y empezar de nuevo. Vivía como drogado. En el camino fui dejando los amigos, la familia, la lectura, el estudio, el cariño... -

Desde luego que tenía que ser triste ¿y el amor?

El amor. El amor es el que me hacía actuar así, por amor deje atrás todo lo demás. -

Pero, ¿como es eso posible?,

No lo sé, el caso es que ya no me apetecía ni regresar a casa, me di a la bebida, solo así tenía valor para regresar. 13


-

¿Como pudo vos soportar eso?

-

No lo pude soportar, por eso me tome el Orfidal.

Pero mira que vos sois boludo, eso no se hace. Hay muchas mujeres a las que amar y tu, aunque no te lo creas, eres un ser muy lindo, muy atractivo, sois muy interesante, vos sois macanudo. No me pude contener y cogiéndole el rostro con mis manos le di un beso en sus labios. El no pudo contenerse y las lagrimas surgieron de sus ojos, jamás he visto llorar a un hombre con tanta naturalidad. Me quedé petrificada, no sabía lo que hacer, allí, en medio de la cafetería, rodeada de gente, con un hombre al que apenas conocía media hora y que se me había echado a llorar. Lo único que se me ocurrió es decirle con un hilo de voz: Eso no puede seguir así, has de buscar un nuevo camino. Mientras se calmaba se hizo el silencio entre los dos, mi corazón estaba totalmente encogido, deseaba abrazarlo, darle mi cariño, darme a mi misma, pero la situación me tenía atenazada, cuando de repente por la megafonía se escucho: Attention, Attention: Next departure. United Airlines flight number ninety three to San Francisco. Dear passengers. Embark on door seventeen. Final warning. De repente reacciono, se levanto, cogió el abrigo y me dijo. Ese es mi vuelo, me espera mi destino, adiós ha sido un gran placer conocerla. Y salio corriendo dejándome sola en la mesa.

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Termine mi desayuno tranquilamente sin poder quitarme de la cabeza a mi desconocido compañero. Pero no había pasado ni media hora cuando mi atención se centró en la televisión la imagen de una de las torres del World Trade Center ardiendo era el punto de interés de todos. No comprendo nada, según aseguran un avión se ha estrellado contra ella, no tiene sentido, es algo que no puede pasar, más un día de sol como hoy, haría falta la colaboración de toda la tripulación. Aun no había salido de la sorpresa cuando delante de las cámaras otro avión se estrella contra la segunda torre. Ahora está claro, algo está pasando. Tomo la decisión de dirigirme a las oficinas de la United Airlines, para la que estoy trabajando, que ellos dispongan, ante una situación similar no se sabe si uno hace falta o no. Me levanto, pido la cuenta, la pago y cuando me dispongo a irme el camarero me indica que me dejo en la silla una carpeta. Ahora caigo en la cuenta de que Renato se ha dejado su carpeta. La recojo, se que ha cogido uno de nuestros vuelos, seguro que puedo localizarlo y conseguir su dirección en San Francisco para enviarselo y quedar con él para devolverselo. En la central de UA el nerviosismo y el caos es total, un tercer avión se ha estrellado contra el pentágono, se ha dado orden de aterrizar a todos los aviones en el aeropuerto más cercano. La preocupación va en aumento, hay un avion nuestro que parece que esta secuestrado. Pero la atención se centra de nuevo en las Torres Gemelas, ante los ojos del mundo entero, como si fuera un castillo de naipes se derrumba la torre sur.

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Nadie habla, todos permanecemos con la vista fija en el televisor, solo podemos repetir una y otra ves No, No, No... y llorar y llorar. Yo no puedo más me tengo que apoyar contra la pared y permanezco alli durante no sé cuantos minutos, solo recuerdo que abrazo fuertemente la carpeta que llevo. De repente, se escuchan unos gritos provenientes de la sala de control, unos gritos desesperados que repiten una y otra vez: Our flight!, Our flight! ... Our flight has crashed! It has crashed! -

Where?, Where?...

-

In the Pennsylvania countryside, In Shanksville

-

What flight?

-

It was the flight ninety three

Al oír el número me desplome, caí de rodillas, comprendí instantáneamente lo que había pasado, lo único que quedaba de Renato era los papeles que abrazaba contra mi pecho. Jamás lo vería de nuevo, jamás alcanzaría su pasado y su futuro en California. Perdí la noción del tiempo, solo recuerdo que dos hombres me incorporaron he intentaron quitarme la carpeta, pero mi fuerza era mayor y tuvieron que desistir y llevarme a una habitación de un hotel donde alguien me pinchó una inyección y me quedé dormida. Hoy 12 de septiembre me he despertado sudada, consciente de haber sufrido una pesadilla real, en mis brazo, fuertemente agarrada, sigue la carpeta de cartón rojo llena de papeles. Me tomo un par de pastillas para tranquilizarme y voy sacando los papeles. Son un con16


junto heterogéneo, en el hay libretas con unos diarios muy desconexos, folios con relatos, reflexiones, cartas de varias personas y copias de cartas enviadas, no parece que tengan mucho sentido. Las voy ordenando por fecha encima de la cama y terminada la tarea me siento en el sillón a leerlas. Cuando la luz del día deja paso a la noche, noto que mis ojos están hinchados y me duelen de tanto llorar, mi corazón ha saltado hecho mil pedazos con la lectura del trozo de vida entre un testamento y una nota de suicidio que guardaba como un tesoro en su carpeta Renato. Siento hambre, pido la cena y mientra la degusto tomo una decisión, cojo del cajón un folio y escribo una petición de renuncia dirigida a mi compañía, es necesario que de un cambio a mi vida, tengo un nuevo trabajo, voy a buscar a Renato, voy a buscar sus sitios y su gentes, tengo que hacerlo mio. Mientras recorro ese camino os dejo lo que él escribió, lo que contenía la carpeta, tal como está, con sus errores, con sus faltas, con su mala gramática, con su letra descuidada, tal cual. Hasta lo malo, hasta lo incorrecto, pertenece íntimamente al carácter de una persona.

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Diarios - 4 de agosto de 1975

La pérdida de los 16 años de vida antes de la operación, ha producido en mi un profundo vació. Un gran abismo se abre entre los demás y yo, me siento desplazado, como en otro mundo. Hablo, me muevo entre ellos pero es como si me encontrara a millones de kilómetros, en un mundo paralelo. Siento como si me temieran, como si fuera un monstruo un ser estraño y repugnante, como Gregorio Samsa. Me es imposible establecer contacto con los demás, no me siento un igual, mi relación no es equilibrada, solo yo dependo de ellos, yo soy un ser prescindible, un escarabajo, un bicho que se puede eliminar com un simple pisotón Siempre había soñado acudir al colegio, el compartir con mis compañeros la aventura de aprender, yo creía que todos pretendían lo mismo, a todos les hacía ilusión saber, pero no podía estar más equivocado, la Academia se ha vuelto para mi una auténtica tortura, no pinto nada, mi comportamiento no encaja, no sé como comportarme, soy objeto de las burlas, se que se rién de mi, me quitán y se apropian de mis trabajos y tengo que permanecer callado, si digo algo se que va a ser peor. Soy el payaso el hazme reir de la clase. Hubiera sido mucho mejor no haber salido de aquel quirófano. Tengo miedo que un día de estos terminen por pegarme. Sé que a más de uno le habría gustado, si no ha sucedido es porque hay compañeros a los que paso los examenes a cambio de protección. Pero que pasará cuando no me necesiten. Mis relaciones con las mujeres están metidas en un círculo vicioso: la perdida de mi primera etapa a causa 18


de la enfermedad me hace que ignore como me he de comportar, la duda me hace tímido, yo no me comporto normalmente, lo que causa el rechazo e impide que pueda adquirir los conocimientos necesarios para vencer la timidez. Por más que lo intento no logro adaptarme a la forma de vida de los demás. Soy un bicho raro, tan solo sirvo para que los demás se rían de mis numerosos patinazos. Esta incomprensión general me hace pensar cada vez con mayor intensidad que lo mejor sera aislarme de los demás y así salvarme de su crueldad, dejando de intentar ser igual a los demás. Para mi resulta imposible llenar la experiencia de esos 16 años de vida en poco tiempo. Y para colmo sin que nadie me ayude, al contrario, desconcertándome con sus mofas. Sería necesario vivir unas circunstancias semejantes para entender la importancia que puede llegar a tener unos años, incluso unos meses de la vida de una persona para determinar su forma de ser. Lo que nunca creí cuando estaba enfermo y he podido comprobar amargamente, es el poco valor que se da a la inteligencia, incluso llegandola a considerar un defecto. Por otra parte la fuerza física se sobrevalora. La fuersa física se admira, se quiere, se persigue, se desea, causa admiración... mientras la inteligencia se desprecia, se odia, se rechaza y causa risa. Esto me perjudica, ya que durante mi enfermedad pude desarrollar la inteligencia pero no la fuerza, por lo cual en la primera estoy al mismo nivel que los demás mientras en la otra estoy notablemente atrasado.

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Diarios - 17 de agosto de 1975

Dos semanas después del estado de desmoralización las cosas han cambiado, aunque no notablemente. Comencé observando el comportamiento de los demás con las mujeres, al mismo tiempo que me hacía notar ante ellas. Poco a poco he logrado que me conocieran y he alcanzado su trato. He superado la vergüenza de estar a solo con una mujer, aunque todavía no sé de que hablar con ellas, noto una gran diferencia de mentalidad. Quizás la conquista más importante haya sido el lograr sacarlas a bailar normalmente. Animado por estos exitos me lance a la aventura, quizá demasiado ambiciosa, de lograr una pareja. Primero aumente mis contactos con ella (Carmen) y mostrándome solo interesado con ella. En dos ocasiones cometí el error de dejarla sola a comienzo del baile lento y se me adelantaron. Después de pedir consejo de la forma de actuar a Fernando, me decidí a pedirle que saliera conmigo. Desgraciadamente llegó un tal "Gato", que le gustaba a ella, y no me dio ocasión. Anoche que ya estaba decidido a decírselo, no pude porque estaba muy bebida y acompañada de "Gato". Esto me produjo una gran desmoralización, casi me saltaban las lágrimas y estuve a punto de irme a casa. Pero en eso, una amiga que tan solo conocía de vista y que más tarde dijo llamarse Sandra me invitó a bailar. Estuve un largo tiempo bailando con ella y luego el resto de la noche charlando. Ese interés de Sandra por mi me llenó de ánimo, vi que la cosa no era tan grave. Terminando la noche alegre, aguantando hasta el cierre de la discoteca.

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Diarios - 18 de agosto de 1975

En misa he vuelto a ver a Carmen y me he dado cuenta que lo que había empezado como un ensayo había terminado tomándole cariño. Hoy por la tarde me he decidido y le he pedido que bailara las dos primeras canciones conmigo, al principio ha dicho "ya veremos", pero ante mi insistencia a accedido. Al llegar la hora de bailar ella se encontraba separada con "Gato". Me he dirigido a ellos y he dicho: - Gato, me permites que me la lleve a bailar, ella me lo ha prometido. Una vez en la pista le he preguntado: - ¿Te gusta Gato?. - Sí, creo que si. - ¿Entonces yo no tengo ninguna oportunidad de salir contigo? - No. - Estoy intentando decírtelo desde hace días, ¿Si me hubiera decidido antes, hace unos días cuando no estaba él, hubiera tenido alguna oportunidad? - No lo sé, creo que no. Y seguimos bailando hasta terminar las dos canciones sin decir una sola palabra. En un principio me sentí desolado, sentía que era un gran fracaso, pero poco a poco me di cuenta que era un éxito aunque no completo, había llegado a gustarme una chica, por primera vez me 21


había atrevido a algo que me había costado mucho, y ella se lo había tomado muy en serio, sin reírse. Esto en lugar de desanimarme me animó y pedí la canción que más le gustaba,"Que tinguem sort",. Luego me fui a bailar con otras chicas y me lance a hacer nuevas amistades. Quedaba aun mucho verano y mi mundo en Carije no era tan agoviante como en la Academia, aquí no soy el centro de atención, aquí no soy el bufón, aquí nadie me persigue, no tengo miedo a la violencia de los demás. Posiblemente pasé muy desapercibido, no me acerco y los demás están a sus asuntos, pero como estoy comprobando, si me esfuerzo me hago visible.

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Diarios - 22 de agosto de 1975

En la discoteca de Belsina me he decidido a dar otro importante paso: el hacer amistad con una chica que no conocía sim que nadie me la presentara. Mi sorpresa ha sido la facilidad con que lo he logrado, lo que me hace pensar que todo era temor y que no es tan complicado. Su nombre es Lola, es muy guapa, rubia, ojos azules, ha aceptado bailar nada más conocerla y no me ha puesto el brazo para mantenerme separado, parece que se sentía agusto conmigo. No hemos hablado mucho, lo suficiente, saber como se llama, de donde es... Es de Rubiena, es el primer verano que viene a veranear a Belsina. No creo que llegue muy lejos, pero es importante, me hace más independiente de los demás. Su hermana me ha dicho que un amigo que había allí era su novio, pero me ha dado la impresión que no es cierto, durante todo el rato no se ha acercado.

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Diarios - 29 de agosto de 1975

Anoche tuve una larga conversación con Alba. según me han contado, viene todos los años con sus hermanas y su tía a finales del verano, para fiestas, el resto del verano lo pasa con sus padres. Ella es de un pueblo pero estudia en Valencia. Sabe tocar la guitarra y canta muy bien. Lleva el pelo cortado como un chico, es delgada y siempre esta sonriendo. Me ha dado una excelente impresión, la encuentro diferente a los demás, es capaz de conversar seriamente, no se pasa el día haciendo y diciendo tonterías, es inteligente, aficionada a los libros y a la música, no es superficial como los demás. Creo que me agrada por eso, pero no sé por donde abordarla, pienso que no la puedo tratar como a las demás, es más seria y formal. Por otra parte, creo que no le he desagradado y ha tomado cierto interés hacía mi, me ha preguntado por mi operación y por mi vida antes de ella, desde cuando iba a Carije, cuales eran mis amigos aquí, ella conoce bastante a Fernando, pero que nunca le ha hablado de mi. Mientras estaba con ella me he dado cuenta que olia muy bien, todas se ponen colonia, pero son colonias fuertes, pero ella no se cual llevaba pero era muy suave, como a los polvos de talco que ponen a los bebes. Jamás me había sentido así, era una sensación extraña, estaba nervioso pero no era desagradable, inusita24


damente mis palabras me salían con facilidad, incluso me sentía más suelto. He bailado con ella, pero lo mejor no ha sido eso, he disfrutado mucho más hablamdo y lo mejor es que me escuchaba, atendía a lo que decía, le importaba... Quizás durante la conversación haya insistido demasiado sobre mi persona, por lo cual ella ha de conocerme mejor, pues me he mostrado totalmente franco, con la confianza propia de personas que se conocen muchos años, y lo mejor de todo es que no me costaba nada hacerlo. Sin embargo yo no conozco casi nada de ella, por tanto, si tengo ocasión, he de intentar conocerla mejor. Creo que es una amistad que me interesa, por lo cual, si no hay nada que lo impida, he de procurar prolongar su amistad despues del verano. Según me ha contado sus padres son maestros y que ella quiere estudiar lo mismo. Una casualidad, mamá quiere que estudie magisterio que es corta, facil, con trabajo y muchas vacaciones. La verdad es que sería fantástico, ella tiene dos años menos que yo y el curso que viene va ha hacer COU. Si los dos decidieramos estudiar lo mismo seríamos compañeros durante tres años. A las dos de la madrugada la he acompañado a su casa y como tenía frio le he prestado mi chaqueta, ahora huele como ella. Me voy a dormis con su olor.

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Diarios - 4 de septiembre de 1975

El día 31 por la tarde tuve otro momento de desmoralización en la discoteca de Carije. La sensación de soledad se ha apoderado de mi de nueva, no sé donde se abría metido hoy Alba, la he echado mucho de menos, he procurado sobreponerme y seguir su consejo de relacionarme con los demás, pero tras diversos fracasos a la hora de establecer comunicación, la tristeza me ha llevado a un rincón donde rumiar en soledad, ya no podía resirtirlo más, las lagrimas se agolpaban, necesitaba desahogarme, no quería que los demás me atendiaran por lástima, tenía que alejarme como un perro, tenía que lamerme yo solo las hereidas. Salí de la discoteca y me puse a caminar hacia Piedrablanca, necesitaba imperantemente estar solo, apenas había avanzado unos metros y las lágrimas ya no me dejaban ver, no tenía ganas de que nadíe me pudiera ver, me desvie por un camino buscando la oscuridad. Cuando ya no podia más me paré encima del puente sobre el tren minero, me deje caeer de rodillas, agache la cabeza entre las piernas y dejé que el llanto se adueñara de mi. Pasado ese momento di la vuelta por fuera del pueblo y me fui a meditar solo en el huerto. Lo veo todo negro, me siento más cerca de Alba y Fernando y más distante de los demás. Me siento como un extranjero, que ignora todas las costumbres y la manera de obrar del lugar y al que los demás temen y se burlan por su actitud pasiva, pero con el agravante de no tener la escusa de ser forastero. Tomo la decisión de volver a ser el que era y comportarme naturalmente, en lugar de fingir algo que no soy.

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Diarios - 6 de septiembre de 1975

Ayer decidí acudir con mi pandilla a la Santuario de la Majada. Me comentó Fernando que Alba iba todos los años con sus hermanas y quería aprovechar la ocasión. Cenamos todos juntos en "El Kilómetro", donde se alargó la fiesta hasta cerca de la una. Entonces decidimos emprender nuestra marcha monte a través, cruzamos el puente de Navarza y ascendímos por la cuesta, siempre para arriba, bordeando la Muela. Otros muchos grupos salieron delante de nosotros, sobre los montes se veía una serpiente de luces que nos iban indicando el camino. Todo iba bien hasta el barranco de la Capilla, allí el camino se cierra y dejamos de ver a quien nos precedía, pero el camino no tenía perdida, no había desvíos, era una sucesión de curvas que iban subiendo, pero cuanto más subíamos menos se veía, poco a poco nos íbamos internando en la niebla. La cuesta es larga, prácticamente no se veía y empezaron a darse las primeras voces de que wra necesario regresar. Al llegar arriba el camino se bifurcaba y no veíamos las luces que nos precedían. Recordé el mapa que había estado viendo y dije que para la derecha subiendo. No parecían muy convencidos pero yo me fui decidido, me siguieron Fernando y Sergio por no dejarme solo, y finalmente los demás. Casi arriba nos cruzamos con un grupo que regresaba a Carije. Yo me empeñé en seguir, tenía el mapa en mi cabeza y tan solo las pendientes me bastaban, además, Alba iba delante. Continuamos unos cuantos aunque medio grupo se volvió con los que se retiraban. Además, las luces se veían detrás de nosotros, no estábamos solos, seguro que venía alguien que se conocía el camino. Estaba en el camino correcto, al al27


canzar el punto más alto ahí estaban el corral y la curva a la izquierda, tal como había predicho. Después de una larga recta, en medio de un pinar el camino se bifurcaba, lo recordaba perfectamente del plano, había que girar a la derecha y seguir de frente, no tenía pérdida, ese camino nos dirigía directamente a la carretera, además, la niebla se estaba despejando y vimos a lo lejos a la derecha unas luces. Aunque con dudas, a alguien le sonaba lo de la derecha y otra vez a la derecha y decidimos seguir. Poco después encontramos una nueva bifurcación, un camino seguía por la izquierda entre los campos de cultivo y el otro a la derecha se adentraba en el bosque. No recordaba muy bien aquel cruce, pero me daba la impresión de que ya habíamos andado mucho y deberíamos haber superado la Muela, debíamos separarnos hacía abajo, lo más que podía pasar es que llegáramos a la carretera más abajo y andáramos más. Dispuestos a arriesgarse optamos por la izquierda. Al rato se despejó la niebla y vimos luces bastante lejos a la derecha, habían cogido el camino a la derecha e iban por encima del monte. Nos planteamos regresar en busca del camino, pero en la ladera de enfrente se veían los faros de los coches, no podíamos estar lejos. Efectivamente, poco después alcanzábamos la carretera en el "salto de la novia", donde descansamos y repusimos fuerzas para la subida final, detrás nuestra llegaron otros grupos a los que habíamos guiado. Arriba, cuando llegaron los que venían en coche, nos contaros que muchos grupos se habían equivocado y habían aparecido en Belsina. Para mi desgracia, Alba fue una de ellas. 28


Diario - 11 septiembre de 1975

Poco a poco me gusta más Alba, me toma en serio y comprende mi problema, no sé por qué pero mi confianza hacia ella es muy grande y no me importa contarle todo. Nada más de pensar en que la voy a ver siento una especie de emoción, una euforia, se me pone la carne de gallina y el estómago se me encoge. Lo que siento por ella jamas lo he sentido, es algo nuevo, yo creo que es amor. Lo que lamento es que debido a su forma de ser, justamente lo que más me gusta, no puedo pedirle así como así que salga conmigo, no es como las demás, ella exige seriedad. De todas formas el día 7, el domingo, le invite a un paseo junto al río, cogí valor y se lo dije y, como me esperaba, me contesto que no. Me quedé callado y las lagrimas casi salen de mis ojos, como ella intervino enseguida con un gesto de cariño y con sus dulces palabras, me explico que no es que yo no lo merezca, que no es que yo no sea válido para salir con ella, que no piense eso, que si ella no quiere que sea su novio es porque ella ha de sentir hacía mi algo diferente. Según me ha dicho, ella me considera uno de sus mejores amigos, que está muy a gusto conversando conmigo, que durante estas semanas ha podido apreciar que soy una persona interesante, que tengo mucho más que decir y de que hablar que la mayoría de los que conoce aquí en Carije. Pero que ese interés, esa relación de amistad no va acompañada por su parte de un sentimiento de amor hacia mi, que no sabe si puede algún día llegar a sentirlo, pero hoy por hoy solo siente aprecio por mi como amigo. Según me ha dicho no debo de obsesionarme con encontrar una mujer para novia, que las relaciones persona29


les son mucho más, que la mejor forma de conocer a las mujeres es hablando y siendo su amiga, que por lo que ella ha podido comprobar soy una persona muy sensible, muy preocupado por los detalles, con ganas de profundizar en las personas. Me dijo que estaba segura de que cuando perdiera esa vergüenza iba a tener un gran éxito como pareja. Yo expresé mi temor de perderle, de que pasado el verano los alejáramos y nos dejáramos de vernos. Ella me dijo que no había motivos para que fuera así, que ella se sentía a gusto conmigo y le gustaría que nos viéramos de vez en cuando durante el curso, me dio su teléfono y su dirección para que pudiera contactarla. La insistí en si había alguna posibilidad de que ella sintiera por mi ese cariño, me dijo que no insistiera, que podía darse el caso, que podía surgir el amor pero que no le presionara, que acababa de salir de una relación y ahora se sentía confusa e incapaz de establecer otra, que ella ahora deseaba conmigo tener una amistad pero nada más, que no insistiera, que no le gustaba que le presionaran, que si lo hacía ella se iba a sentir a disgusto, que tuviera paciencia y que no me centrara en ella. Me ha dado calabazas, pero me siento aliviado, a pesar de la negativa no me siento un gusano, no siento haber sido despreciado. No comprendo el motivo pero después de haberme rechazado me siento más unido a ella que nunca, la deseo con toda mi alma, he de cambiar, he de aprender los secretos de las relaciones, he de ser merecedor de ese cariño.

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Relato onírico - 15 de noviembre de 1975

Un sueño he tenido, un sueño que solo a ti contare, pues cuando sueño, solo sueño en ti. Era un altivo pichón, nada más salir el sol me lance en lento y continuo aleteo, volaba sobre las montañas y valles. Aquel día tenía algo de especial, el sol lucia con más intensidad, las flores eran más olorosas que nunca y los sonidos del campo más melodiosos. Súbitamente, junto a mi ala, volando silenciosamente, apareció la más blanca, la más pura, la más bella paloma que jamás había podido soñar. Mi corazón saltó al ver semejante prodigio y todo mi ser se puso en función de aquella aparición. Allí, en aquel instante, dio inicio la más larga de las persecuciones. Mis alas se movían al unísono de las suyas, no era dueño de mi rumbo, solo había un camino, el que ella llevaba. Ella volaba y volaba a través de grandes llanuras, extensos lagos y altivas cordilleras, y yo... detrás de ella. En ocasiones parecía que ella también percibía mi presencia, pero de nuevo reemprendía con más fuerza su marcha, y yo... detrás de ella. La ceguera de mi obsesión no me permitió darme cuenta de que sus plumas se tornaban oscuras, que sus cualidades se diluían, que la bella paloma había dejado de serlo, y yo... detrás de ella. Yo volaba y mis ojos solo estaban para repetir mi ensueño, pero al ave a quien perseguía ya no era pacifica paloma sino poderoso halcón, y yo... detrás de ella. En mi sueño, en mi obsesión, sentí sus aceradas garras como si de una caricia se tratara, y yo... detrás de ella. Su poderoso pico abría mis carnes, yo sentía su abrazo, y yo.. detrás de ella.

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Diarios - 23 de noviembre de 1975

Siempre que me pongo a escribir las ideas se agolpan en mi cabeza, pugnan por pasar al papel a expresar los sentimientos y mi forma determinada de ser. Por una serie de motivos y momentos parecen conducirme inexorablemente a un oscuro e incierto final, a un callejón sin salida. La lucha por salir de esta situación es una empresa de titanes, es luchar contra ti mismo en un ambiente hostil. Tengo la gran esperanza de que llegue algún día en que alguien lea con detenimiento y respeto cuanto escribo, que llegue a comprender la gran soledad en que me encuentro, se de cuenta de la gran angustia que me produce todo lo que cuento en mis escritos y cartas, la mayoría de las cuales no han sido ni serán mandadas. Son un resumen de mi forma de pensar y de hechos que me han influido. Si alguien ha leído hasta aquí y no entiende lo que siento, le ruego dejé de leerlo, pues le van a parecer una ridiculez sin pies ni cabeza, y por otra parte le pido de todo corazón que no rompa nada, puede llegar aquella persona que lo comprenda y entonces tendré la satisfacción de que mis pensamientos y mi existencia no han sido estériles. Esto tuvo el principio hace tres años y cada día que pasa está más confuso, es como una bola de nieve que rueda por la ladera, va poco a poco aumentando y ahogándose en la desesperación. Hasta que punto podrá aguantar la flaqueza humana, si la fuerza que nos obliga a seguir ade-

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lante y a luchar desaparece. ¿Que sucederá? Por mi cabeza han desfilado las más extravagantes contestaciones. El suicidio: he de admitirlo, ha pasado por mi cabeza en los momentos de desesperación, pero hay dos buenas razones para considerarlo un final demasiado dramático y propio de melodramas sentimentaloides. Una de ellas es que inadmisible para un cristiano, ya que no somos dueños de nuestra vida y otra gran razón es que es una salida cobarde por la que se renuncia a todo por temor a algo. Una fuga definitiva de casa que represente una ruptura total de la vida, un intento de romper con el pasado y dejadlo como algo inexistente. Es una solución que en teoría está muy bien, pero por contra es muy dolorosa y solo sería reconfortante si se lograra olvidar a todo y a todos, de otra forma, con los recuerdos permanentes, es colgarse el fantasma del pasado a los hombros. Otra idea que ha pasado por mi cabeza ha sido meterme sacerdote, lo cual me lo impide el respeto que siento hacia ese sacramento, no tiene sentido recibirlo sin la correspondiente vocación, sino como un refugio con el que escapar de uno mismo. Estas y otras muchas soluciones llenan mi mente en el momento de escribir estas líneas, pienso en la pregunta, pero no me decido por ninguna opción, en todo caso aun no he sentido la necesidad imperante de optar por una. De momento sigo luchando, sigo intentando encontrarme a mi mismo. Lo más probables es que en el momento en que leas esto, habré vencido o habré tomado una de estás soluciones, a saber cual, Dios quiera que sea la más conveniente. 33


Si alguien se molesta en leer lo que he escrito que no se sorprenda de su heterogeneidad, al fin y al cabo son una serie de momentos en los que me he puesto a escribir y reflejan situaciones y estados de ánimo muy variados. Aunque antes he dicho que esto empezó hace tres años, hay que hacer un pequeño inciso: esta situación no fue en casi ningún momento angustiosa hasta hace cosa de tres o cuatro meses cuando surgió el amor. Lo que menos me imaginaba, algo para lo que me creía inmunizado, inundó mi vida creándome una necesidad imperiosa de cambiarme. Yo siempre había creído que podía vivir mi vida, que era totalmente independiente de los demás, pero súbitamente me di cuenta que necesitaba un contacto afectivo con los demás, lo que me obligaba a sufrir una serie de adaptaciones. Si por una parte este nuevo sentimiento me proporciona los momentos más felices de mi vida, los sueños más bellos y los ánimos más fuertes, por otro me causa momentos de profundo desánimo y amargura, los pensamientos más negros y pesimistas y las dudas más grandes. No creo que logre vivir momentos tan dichosos como aquel paseo hasta Belsina, a solas con Alba, que hubiese deseado que se dilatara indefinidamente, jamás he gozado tanto hablando de estudios y aficiones. O aquella noche en en el Mesón de Sancho, en que le conté casi todo en torno a mi, alla prefería mi compañía, estar a solas conmigo, que estar con los demás, el verme escuchado fue algo increíble. O aquella otra en la que fue ella quien me contó su vida, mi corazón lloraba por sus sufrimientos, clamaba 34


ofrecerse como balsamo, pero fui totalmente incapaz. O aquella tarde que me encontraba desanimado en un rincón de la discoteca y se acercó a hablar conmigo, prefería estar conmigo a divertirse, siempre con sinceridad pero sin herirme, dándome ánimos para continuar. Yo creo que si no llega a ser por esto ya me hubiera rendido. Me basta su voz para seguir con más fuerza para hacer cosas que en el fondo me desagradan, para soportar las humillaciones y superar los duros fracasos. A pesar de que es inalcanzable para mi, se ha constituido en la estrella que guía todos mis actos y que da sentido a todo lo que hago. Si llega el día que logre alcanzar mi meta, solo a ella se lo tendré que agradecer, sin su aliento nunca podría superar el abismo que me separa de los demás. Cada vez que necesito hacer algo que temo o que me da vergüenza, pienso en sus palabras, y recupero el valor para hacerle frente. Espero que algún día todo esto haya servido para mejorar y poder gritar de alegría ¡He triunfado! ¡Lo he logrado! ¡Muchas gracias por tus consejos! Pero sobre todo el que dice: "Si algún amor en ti ha dejado huella, y ahora la indiferencia manifiesta y por él quieres cambiar, no lo hagas buen amigo sino es para mejorar.

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Relato onírico - 26 de noviembre de 1975

He tenido un sueño, un sueño que solo a ti te contare, pues cuando sueño solo sueño en ti. Un sueño que me ha llenado de felicidad y que me ha sumido en la amargura. En un radiante amanecer, me encontraba a orillas de un inmenso océano, el sol le daba un tono broncíneo y le daba una apariencia de espejo de metal. En él eche mi caña. Inmediatamente el mar hirvió de actividad, miles, millones de peces bailaban en el agua a ritmo de una música diabólica. Yo movía de aquí para allá mi caña en busca de las mejores piezas. En este trasiego un pez de incomparable belleza trepo por el sedal. Cuando comenzó a subir una inmensa felicidad inundó mi corazón, mi cuerpo se estremeció y mi mente se centró en la tarea de traerlo a tierra. En el mar, en torno a mi tesoro, saltaban ingentes cantidades de peces, peces que eran la personalización de lo deforme, intentaban que mi pez no se aferrase al cordón salvador, querían mantener mi felicidad en las profundidades del abismo donde la noche se une a la noche, en su lucha le infringían cuantiosos daños y el bello pez iba perdiendo su belleza. Estos hechos me tenían angustiado, no podía creer que algo pudiera ser despreciado por su belleza, por qué destrozaban a aquel que era digno de un pescador. Terminada la tarde yo había perdido mi felicidad arrastrada por la vorágine al fondo del océano y regresaba a casa con la cesta vacía. 36


Diarios - 28 de noviembre de 1975

Antes de la operación yo sabia que era complicada, había mucho riesgo de fracaso, sin embargo aquella presencia de la muerte no me inquietaba, tan grande era mi ilusión por lo que durante dieciséis años había soñado que la más mínima posibilidad de éxito me hubiera bastado. El momento que un año antes pensaba que no llegaría, estaba a punto de pasar a la historia dando un violento giro a una vida condenada a consumirse poco a poco en soledad. En contra de lo que imaginaba me lo tomé con la más absoluta calma, no sentía ningunos nervios, no entendía las lágrimas de los que me rodeaban, no sé por que la muerte tenía que imponer tanto. Mi heredero, aquel nuevo yo que iba a nacer no tendría mis limitaciones, podría ir al colegio, podría conocer a mucha gente, podría moverse con libertad, compartir las ilusiones con todos. Yo me había preparado, no había perdido el tiempo, yo sabía lo que había que hacer, sabía que el secreto estaba en la sinceridad, que si la gente no se entendía era por estar siempre escondiéndose, mi nuevo Nato predicaría con el ejemplo, enseñaría que el decir la verdad solucionaba muchos problemas. Aquella mañana la enfermera me aplico el somnífero inyectandomelo, los camilleros llegaron y me trasladaron desde la cama, cuando salía de la habitación, mi tío Ignacio me dio la bendición y recuerdo que dije adiós. La camilla se deslizaba a lo largo de un largo pasillo, se metía dentro de un gran ascensor, las puertas se cerraron, la vista me comienza a fallar, siento un profundo sueño, todo pasa ante mi como si el tiempo no transcurriera, los más variados pensamientos acuden a mi men37


te, los recuerdos se cruzan ante mi, me doy cuenta de que ya no resisto más, los ojos ya casi no distinguen, tan solo se aprecian las sombras, el ascensor se detiene, la camilla reanuda su marcha, sobre mi se desliza una serie interminable de luces, noto que voy a perder el conocimiento, en ese instante se cruza por mi cabeza un pensamiento que aun recuerdo: "Nato, aquí se acaba tu vida, en este momento mueres, más vale así, solo de esta manera puedo nacer de nuevo y realizar aquello que he imaginado. --No sé donde me encuentro, siento un calor tremendo, pero no un calor seco, es húmedo y pegajoso, apenas puedo respirar, me duele todo el cuerpo, siento que algo ocupa mi garganta, tengo la sensación de estar ahogándome, quiero toser y no puedo. Estoy en una húmeda celda de un país tropical, en Colombia o en Venezuela, como Papillon, estoy atado, no veo nada, siento mucho dolor, agobio, creo que estoy sudando... pasa el tiempo... oigo voces, lejanas, deformadas, no se entienden nada de lo que dicen, son como gruñidos, quiero llamarlas pero no puedo hablar, algo atenaza mi garganta. Por mi imaginación desfilas personas que apenas conozco, pero no están emparejadas correctamente, se han equivocado, es necesario arreglarlo, se lo quiero decir pero no puedo, los intento colocar moviendolos, pero cuando casi he terminado me doy cuenta que me he equivocado, tengo que empezar de nuevo... Las voces regresan, esta vez parecen más humanas, las llamo de nuevo, intento pronunciar unas palabras, no puedo, logro sacar un tenue gruñido, quiero moverme, arrancarme lo que atenaza mi garganta y me impide hablar. 38


Ahora oigo claro, dicen "estate quieto", "no te muevas", "No intentes hablar", pero no puedo resistir, he de lograrlo, me desespero... noto un frescor en el brazo, algo me ocurre, todo está desapareciendo, estoy desapareciendo entero, ya no me duele, ya no oigo... --Poco a poco recupero el conocimiento, recuerdo que he sido operado, que estoy en una cama recuperándome, recuerdo, como si no hubiera pasado el tiempo, mis últimos momentos, mi último pensamiento y como contestación, sintiendo una profunda satisfacción me dije; "he vencido, he logrado salir de aquello que detestaba, he alcanzado lo que deseaba, tu ya has muerto, yo acabo de nacer, acepto tu testamento, acepto la misión, hacer real lo que tu has soñado" Cuan lejos estaba de mi imaginación cuan diferentes iban a ser las cosas y la de problemas que iba a tener. No podía pensar lo duro que tenía que ser la diferencia entre aquello que soñó aquel pequeño invalido y la realidad en la que me tocaría vivir. Jamás pasó por la cabeza de aquel que ofreció su esplendida vida para que yo naciera y tuviera la asquerosa vida que me ha tocado sufrir, que él, entregándose a aquel sueño artificial, produciría en su interior una mutación tan grande. ¿Qué efecto habré producido en aquel que con tanta decisión se durmió?. Desde luego que desastroso, incluso se habrá arrepentido. Quizás si no lo hubiera hecho, no hubiera vivido mucho tiempo. ¿Pero vale la pena lo que ha nacido? ¿Soy digno de las ilusiones de aquel muchacho? 39


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