FRENTE SINDICAL MEXICANO COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEMOCRÁTICO DEL SNTE
A los trabajadores y al pueblo de México México, DF, a 1º de diciembre de 2012. Este primero de diciembre asumirá el gobierno de nuestro país Enrique Peña Nieto; el hecho se presenta ante una gran inconformidad social generada por la certeza popular de una nueva imposición a partir del fraude electoral del 1º de julio, que violenta la voluntad del electorado y del mismo pueblo de México. El descontento social por la imposición, además se ve acrecentado por la agresión permanente contra los trabajadores y el cinismo de los poderes fácticos al imponer a un incondicional en el Ejecutivo del país y el sometimiento y corrupción de los Poderes Legislativo y Judicial, hoy postrados al mejor postor. La compra-venta de la dignidad por diputados y senadores se ejerce sin el menor recato. Apenas a unos días de haber conmemorado el 102º aniversario de la gesta heroica de la Revolución Mexicana, hoy no tenemos nada que celebrar. 30 años de neoliberalismo han dado al traste con las conquistas que la sangre de millones de mexicanos nos legaron; las causas del movimiento armado de 1910 hoy vuelven ha ser motivo de revueltas en nuestro país: las consignas de “Sufragio Efectivo, No Reelección”, “Tierra y Libertad” y “Jornada Laboral de 8 horas con mejores condiciones laborales” han sido sepultadas por los neoliberales. El regreso del PRI a los pinos, con un nuevo rostro, pero con las mismas mañas, más violento y más represor, augura un futuro incierto para millones de mexicanos. Si bien queda demostrado que la supuesta alternancia en el gobierno no fue sino gran mentira pues, las políticas del PAN y del PRI siguieron siendo las mismas. Los gobiernos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón han sido mandatos subordinados a los dictados de los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quienes a nivel mundial han desarrollado una política de exterminio de la población y la acumulación de la riqueza en unas cuantas manos. El mandato para el gobierno mexicano ha sido claro, abrir el país al libre mercado, ofertar la mano de obra más barata del mundo y con las mínimas condiciones de estabilidad laboral para los trabajadores con el fin de facilitar el despido y la cancelación de los derechos del trabajo; la entrega de los recursos naturales y energéticos a las grandes corporaciones transnacionales; otorgarles paraísos fiscales y entregar el gran negocio que puede ser la educación. La compra de la Presidencia de México por los empresarios, através de Peña Nieto, es para garantizar estos objetivos. Peña Nieto aún antes de su ilegítima asunción al
puesto, se ha comprometido a cumplir con sus expectativas trasnacionales, la reforma laboral es muestra de esto; los diputados y senadores prianistas han cumplido con la orden de su nuevo Jefe Supremo, quien a la vez no ha dudado en sus viajes internacionales, aún sin asumir la presidencia, en ofertar que las siguientes iniciativas de reformas serán la Energética, la Fiscal y la Educativa, es decir, el servicio completo en bandeja, no de plata sino de oro. Carlos Salinas, en 1989, inició la gran ofensiva contra los sindicatos y los trabajadores, despidiendo a cientos de miles de Petróleos Mexicanos (PEMEX); en 1992 modificó el artículo 27º de la Constitución para permitir nuevamente la creación de latifundios; afinó la ofensiva contra los trabajadores de la educación y la escuela pública con la firma del Acuerdo Nacional Para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB). Ernesto Zedillo, en 1995, modifica la ley del IMSS y elimina el derecho a las jubilaciones. Vicente Fox, en 2006, inicia una persecución en contra del sindicato minero. Con Felipe Calderón, este círculo comienza a cerrarse pues, en 2007 da el golpe mortal a la seguridad social con la Reforma a la Ley del ISSSTE. En 2009 decreta la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC), mandando a la calle a más de 46 mil trabajadores de esta área estratégica y sus familias, e intenta sepultar al Sindicato Mexicano de Electricistas; declara la quiebra de la compañía Mexicana de Aviación, y en este su último año, de mandato ya de la mano con Enrique Peña Nieto, reforman la Ley Laboral. Los trabajadores y organizaciones que nos integramos en el Frente Sindical Mexicano nos oponemos a la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de los mexicanos. ¿Qué podemos esperar de un presidente analfabeto, que en su vida ha leído no más de 3 libros, de los cuales no recuerda ni su título, menos su autor, producto de la mercadotecnia, consecuencia de un fraude y subordinado a los designios de los oligarcas? ¿Qué futuro nos espera con quien es acusado de ser autor intelectual de la matanza de jóvenes y campesinos en San Salvador Atenco, Estado de México, al cual gobernó y hoy es primer lugar en feminicidios, además de tener una de las deudas públicas más grandes del país y cuenta con 52 municipios que no cuentan con recursos para pagar la nómina de sus trabajadores? ¡Es este el futuro que no queremos! Llamamos a la resistencia nacional, a no permitir la imposición, a organizarnos para rescatar el futuro de nuestros hijos y de nosotros mismos. Hoy la unidad de trabajadores y pueblo es impostergable. ¡Abajo el fraude electoral y la imposición presidencial! ¡A derrotar la criminal Reforma Laboral! ¡Todos a reivindicar las conquistas y herencia social de la Revolución Mexicana! ¡No más reformas que vulneren la Soberanía Nacional y laceren los bolsillos del pueblo de México! ¡Rechazo total a la reforma energética, hacendaria y fiscal!
FRATERNALMENTE FRENTE SINDICAL MEXICANO COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEMOCRÁTICO DEL SNTE