Mamás chinalco

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CHINALCO

Nuestras mamis Chinalco Compartimos las historias de seis mamás Chinalco. ¡Feliz día de la Madre! #AsíSomos #SomosChinalco


Lourdes Espinoza - Contabilidad Desde que diagnosticaron a Matías con Trastorno del Espectro Autista, mi vida está llena de retos. El primero fue aceptar el diagnóstico, luego ponerme en el lugar de él para entender muchas de las situaciones que vive y siente y el gran reto es superar las etiquetas que pone la sociedad, como las miradas de extrañeza de otros niños cuando salimos al parque y cómo reaccionan ante un pequeño que aparentemente es distinto al resto. Por ello, ni bien recibimos el diagnóstico, comencé a informarme sobre esta condición y ese camino me permitió conocer a valiosas madres que afrontan la misma situación y ahora, juntas buscamos lograr más. Cada día, es un aprender con Mati y si bien es una labor que me agota, me ha hecho una mejor persona. Río, lloro y vivo con intensidad. El trabajar no significa que no sea mamá a tiempo completo. Estoy con Matías de diferentes formas, visito, en distintas zonas de Lima, a mamás de niños con habilidades diferentes como Matías y doy charlas de motivación. Siempre trato de compartir experiencias con mi hijo y la vida me da la oportunidad de conocer personas valiosas que luchan por hacer de la sociedad un lugar más justo para todos. Estas iniciativas las trabajo con organizaciones (de las que soy miembro) como “Perseverancia Inclusión” y “Soy autista y qué” cuyos objetivos son mejorar la calidad de vida de las personas con autismo en nuestro país. Amo a Matías más que a mi vida y cada día que pasa, busco la forma de hacerlo feliz.

Sheyla Gonzáles - Comunicaciones y Relaciones Públicas Trabajo desde hace diez años en Chinalco y he aprendido a equilibrar mi tiempo entre mi trabajo y mis dos hijos. Para mí es todo un reto educar a dos hijos varones, pues en las actuales circunstancias de violencia y poco respeto a nuestro prójimo, tenemos que enfatizar en la crianza en valores. Mis hijos, Brain de quince años y Martín de siete tienen el apoyo de mis padres pues, mientras estoy en la oficina, ellos los llevan al colegio y los recogen, y también los ayudan con las tareas. Tengo una persona que me ayuda con los quehaceres de la casa pero eso no significa que mis hijos no hagan nada. Soy una convencida de que los niños, tanto hombres como mujeres, deben aprender a hacer las actividades de la casa por igual, por eso desde chicos los he acostumbrado a colaborar en todas las tareas domésticas. Como mamá de Huancayo me identifico como una guerrera y luchadora. Siempre persistiré hasta lograr hacer de mis pequeños grandes profesionales. En esta fecha, deseo que todas las mamás de Chinalco estén iluminadas por la Virgen María, sobre todo que proteja a las que laboran lejos de sus casas y que, como todas, hacen de todo por darles lo mejor a sus hijos.


Edith Calderón - Metalurgia Cada mañana al despertar, cojo el celular y envío a mis hijos los primeros mensajes del día: ¿Ya están despiertos?, ¿están listos?. Trabajo en un régimen de siete por siete y es la mejor forma que encontré para conectarme con ellos. Tengo tres hijos, Brigitte de 15 años y Carlos y Carla, mellizos de 11 años. Siempre recuerdo que era difícil salir de casa para irme a mina. Mis mellizos, que entonces tenían cinco años, se enfermaban muy seguido y los dos al mismo tiempo. Además, ellos cumplen años el 25 de diciembre y no siempre puedo acompañarlos. Gracias a que en casa nos hemos organizado, los chicos no sienten que les falto, hacemos las tareas juntos, ellos les toman fotos y me las pasan por mensaje y de esta manera los voy ayudando. Así ya han pasado cinco años. Estoy convencida de que lo más importante es dar tiempo de calidad a la familia, no necesariamente cantidad, hacerlos sentir que los días que estamos juntos son valiosos y que aprecien lo importante de estar comunicados y unidos tecnológicamente. Los momentos con mi familia no los cambio por nada ni por nadie. Junto con Carlos, mi esposo, velamos porque así se den las cosas.

Celia Gómez - Comercial Cuando ingresé a Chinalco tenía 42 años y dos hijos, Jhosemir de 12 años y Xiomara de 10. Mi ingreso se debió a un deseo ferviente de superarme pensando en mis pequeños. Soy huancavelicana y de profesión Técnico Analista Químico. Viví en la antigua Morococha junto con el que ahora es mi ex esposo. Entonces administraba un pequeño negocio de productos naturales, pero quería trabajar en lo que había estudiado. Buscaba dar un ejemplo a mis hijos: superarse es una decisión personal. Por eso postulé al programa Toroboys que reclutaba a personas de las zonas de influencia. Competí con cientos de personas mucho menores que yo, estudié bastante, me esforcé y logré alcanzar una plaza para trabajar en Chinalco. Entonces tomé la decisión de vender mi casa y mudarme a Huancayo con mis hijos. Actualmente, mi hermana vive con ellos y me apoya con los chicos mientras estoy en mi trabajo. El coraje por hacer que las cosas sucedan se lo debo a la motivación de mi padre. Mis motores de superación son Jhosemir y Xiomara, por ellos hago el sacrificio de ausentarme en casa y saben que su realización profesional depende de que trabaje con dedicación. Soy una apasionada de mi trabajo y de mi familia.


Nora Lara - Compras y Contratos Tras 20 años de momentos felices y afrontar retos con mi esposo, me quedé viuda y con un hijo de 18 años. El quedarme sin pareja no fue obstáculo para salir adelante porque no me quedé sola tenía a Carlitos, a mis papás y a mis suegros, quienes fueron un constante apoyo. Decidí trabajar más duro para que no nos falte nada. Han pasado 18 años desde que sucedió ese fatal suceso y en ese tiempo, trabajé más, estudié una carrera de pre grado y perdí a mi madre y una tía, a la que quería como a mi madre. Pero la vida es así, de altas y bajas, y fui recompensada de algunas ausencias de la manera más tierna que puede haber. Carlitos culminó satisfactoriamente sus estudios, se casó y tuvo a su primer hijo, Sebastián, que tiene poco más de un año. Y es que para mí ser abuela es un honor y una devolución que me da la vida. Me enorgullece que mi hijo esté formando su propia familia y admiro lo dedicado, cariñoso que es con Sebastián y que sus enseñanzas se basen en una sólida formación de valores. Soy una abuela chocha. Las abuelas estamos para engreír, soy amiga de mi hijo y soy feliz.

Lissete Meza - Relaciones Comunitarias Después de once años, acabo de ser madre por segunda vez. Con Guillermo, mi primer hijo, tuve el reto de educarlo bajo un régimen de diez días de trabajo por cuatro de descanso. En ese entonces todavía no estaban muy al alcance los celulares inteligentes ni las aplicaciones de mensajería instantánea, por lo que comunicarme con él no era tan fácil como lo será con Adrianito. Me estoy organizando para que mi bebé no sienta mucho mi ausencia, felizmente tengo el apoyo de mi familia. Cada día que pasa hablo con Guillermo para que apoye a su hermanito y también converso con Adriano. Cuando estoy con ellos en Huancayo, disfrutamos al máximo todos los fines de semana. Hay varias cosas que serían más difíciles de lograr si no tuviera el apoyo de mi familia. Y cuando hay situaciones que se ponen tensas, pienso mucho en mi mami y en mi abuelita que sacaron adelante a sus hijos en una época distinta y de mayores dificultades. Para las mamás que nos toca trabajar bajo un régimen que nos mantiene lejos del hogar, la organización y voluntad de que las cosas funcionen son importantes. La relación a distancia funciona, solo es necesario mucho amor. La herramientas como el celular e internet son, en estos tiempos, fundamentales, pero sea el medio que se use, siempre debe haber comunicación.


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