segregación socioespacial

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Vol. 2, nĂşm. 2, mayo-agosto 2006


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Directorio

Grupo Editorial

Gilberto Calvillo Vives

Presidente del Instituto Dirección General de Coordinación de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Enrique Ordaz López

Dirección General de Contabilidad Nacional y Estadísticas Económicas Jaime Andrés de la Llata Flores

Dirección General de Estadística Francisco Javier Gutiérrez Guzmán

Dirección General de Geografía Mario Alberto Reyes Ibarra

Dirección General de Innovación y Tecnologías de Información Cornelio Robledo Sosa

Coordinación Administrativa Lino Arturo Vera Pérez

Dr. José Luis Farah Ibáñez

ITAM

Act. Juan Manuel Galarza Mercado

SAGARPA

Dr. Adolfo Guzmán Arenas

IPN

Dr. Mario Magidin Matluk

TELMEX

Dr. Ignacio Méndez Ramírez

UNAM

Dr. Héctor Mendoza Vargas

UNAM

M. en C. Alejandro Mina Valdés

EL Colegio de México Dr. Rafael Pérez Pascual

UNAM

Dr. Pablo Ruiz Nápoles

Editor

Natalia Volkow Fernández

Coordinación Editorial

Virginia Abrin Batule y Mercedes Pedrosa Islas

Corrección de Estilo

José Pablo Covarrubias Ordiales, Laura Elena López Ortiz y Marcelo Garcilita Sánchez

Arte y Diseño

Juan Carlos Martínez Méndez, Eduardo Javier Ramírez Espino y Juan Sergio Salvador Flores Ponce

DR © 2006,

Vol. 2, núm. 2

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Edificio sede Av. Héroe de Nacozari sur núm. 2301 Fracc. Jardines del Parque, CP 20270 Aguascalientes, Ags.

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica es una publicación cuatrimestral. El contenido de los artículos, así como sus títulos y, en su caso, fotografías y gráficos utilizados son responsabilidad del autor, lo cual no refleja, necesariamente, el criterio editorial. Asimismo, el Boletín se reserva el derecho de modificar los títulos de los artículos, previo acuerdo con los autores. La mención de empresas o productos específicos en las páginas del Boletín no implica su respaldo por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Toda correspondencia deberá dirigirse a: boletin.sneig@inegi.gob.mx. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica, publicación cuatrimestral mayo-agosto del 2006. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2005-051217314200-106. Número de Certificado de Licitud de Título: 13201. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10774. Domicilio de la publicación, imprenta y distribución: Av. Héroe de Nacozari sur núm. 2301, acceso 11, PB, Fracc. Jardines del Parque, CP 20270, Aguascalientes, Ags., México. Se permite la reproducción total o parcial del material incluido en el Boletín sujeto a citar la fuente. Esta publicación consta de 2 000 ejemplares y se terminó de imprimir en _______ del 2006. Disponible en: http://www.inegi.gob.mx

Impreso en México

FLACSO

Dr. Mario Sánchez Silva

IPN

Fís. Juan Tonda Mazón

UNAM

Dr. José Francisco Valdés Galicia

UNAM

Dr. Jorge Velasco Hernández

IMP


Presentación

“Estado de México. Economía en transición” presenta un análisis sobre la estructura productiva de esta entidad. El texto “Regionalismo y multilateralismo” ofrece un análisis interesante de cómo uno parece prevalecer sobre el otro. El artículo “Segregación socioespacial en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1990-2000)”, a partir de un marco teórico definido por el propio autor, presenta resultados que muestran una disminución de la segregación social en esta zona. “Uso del tiempo y capital social: un modelo cuantitativo para el caso de México” muestra cómo la presencia de capital social puede contribuir a mejorar las condiciones económicas de la comunidad y a incrementar la participación política ciudadana. En “Concepto de violencia familiar” se engloban las formas posibles en las que se manifiesta este fenómeno y hace una revisión de los ordenamientos legales que lo sancionan en nuestro país. El trabajo “Cuantificación de las características físicas de la vivienda urbana en México” analiza las condiciones de la vivienda de los 39 municipios ubicados en las ciudades más pobladas del país para identificar aquéllos con las mayores carencias en esta materia. “La cartografía arqueológica de Yucatán: historia de más de siglo y medio de investigaciones” da a conocer la ubicación y densidad de los asentamientos de la civilización maya en el estado. Por último, el artículo “Cambios tecnológicos y de indicadores en la sociedad de la información” muestra cómo los cambios tecnológicos, económicos y sociales a nivel mundial exigen una revisión de los indicadores en estas materias.

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Este número del Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica inicia con el artículo “Características socioeconómicas de Hidalgo”, donde el lector encontrará el indicador de alfabetismo, tasa de crecimiento demográfico y la posición que ocupa la entidad en relación con el resto del país respecto a este indicador; principales actividades económicas y el valor de la producción estatal, así como el comportamiento del mercado laboral.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Características socioeconómicas de Hidalgo Fernando González Figueroa*

Se abordan algunas características socioeconómicas del estado de Hidalgo, con énfasis en educación (condición de alfabetismo), población (tasas de crecimiento demográficas y la proporción que guarda la entidad con respecto al país), economía (principales actividades económicas y el valor de la producción estatal, con un breve análisis de la concentración económica) y el mercado laboral del estado.

Introducción Hidalgo1 es un estado de contrastes ya que a pesar de contar con riquezas naturales al lado de su legado histórico sigue siendo una de las entidades más atrasadas de México en lo relativo a niveles de bienestar, pues sólo aventaja a Veracruz de Ignacio de la Llave, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. En este artículo se presentan algunas de sus características socioeconómicas: educación, población y economía. * Maestro en Estudios de Población y candidato a doctor en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa; además, cuenta con la Maestría en Estudios de Población por la Universidad Autónoma de Hidalgo y es licenciado en Economía por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es profesor investigador de la Escuela de Ciencias Administrativas en la Universidad La Salle Pachuca. Teléfonos: (771) 71 702 13, ext. 506, y 71 703 07. Fax: (771) 71 703 01. Correos electrónicos: gffermaestro@yahoo.com. mx y fgonzalezf@lasallep.edu.mx 1 La región donde se establece hoy Hidalgo quedaba comprendida dentro del área mesoamericana. Desde el México prehispánico, la entidad ha sido asiento de diferentes etnias; entre las primeras que habitaban estas tierras se encontraban los huastecos, otomíes, pames, chichimecas, tepehuas, toltecas e, incluso, mexicas. El paso de la Conquista y después de la Colonia marcó la desaparición y exterminio de la mayoría de las etnias; actualmente, como grupos importantes, quedan sólo los náhuatl en la Huasteca y los otomíes en el Valle del Mezquital y la Sierra de Tenango. Gutiérrez, Irma Eugenia. Hidalgo, sociedad, economía, política y cultura. Distrito Federal, México, UNAM, Centro de Investigaciones Multidisciplinarias, 1990, p. 34. Hoy día, en promedio, alrededor de 18 de cada 100 hidalguenses (17.9%) hablan alguna lengua indígena. INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Tabulados de la muestra censal, cuestionario ampliado. Aguascalientes, México, INEGI, 2000, p. 305.


Estadística

Población La población de Hidalgo se ha incrementado en una tasa menor en relación con la nacional, lo cual explica por qué la entidad ha disminuido su participación en el agregado total del país. En 1990, la población del estado era de 1 888 366 habitantes, mientras que la nacional, de 81 249 645; en ese año, la entidad representó 2.32% del agregado total; para el 2000, esta proporción descendió ligeramente a 2.29 % (ver cuadro 1).

Población total y tasas de crecimiento de México e Hidalgo y proporción de la población estatal, 1980-2000 Año

México

Hidalgo

Participación de la entidad en el país

Población

TMCA (x 100)

Población

TMCA (x 100)

1980

69 655 120

2.9

1 547 493

2.5

2.22

1990

81 249 645

2.4

1 888 366

2.1

2.32

1995

91 600 000

2.1

2 112 473

2.0

2.31

2000

97 361 711

1.6

2 231 392

1.3

2.29

2003

104 213 503

1.1

2 350 717

0.87

2.25

Fuente: I NEGI. Censos generales de población y vivienda 1980, 1990 y 2000. Para 1995, datos del Conteo de Población y Vivienda 1995. Para 2003, datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

A pesar de que, en términos absolutos, la población total de la entidad ha crecido, la tasa media de crecimiento anual (TMCA) de ésta ha decrecido desde la década de los años 80, es decir, la población ha aumentado, pero cada vez en menor proporción. Este descenso, probablemente, se explica por los fuertes procesos migratorios que la han caracterizado2 , los cuales también ayudarían a entender por qué ha disminuido la participación poblacional de Hidalgo en el contexto nacional.

2

En el 2000, el saldo neto migratorio de Hidalgo fue de -14.1%, lo cual habla de una entidad expulsora de población. En ese mismo año, las entidades de mayor expulsión poblacional fueron el Distrito Federal y Zacatecas con -33.2 y -30.5%, en tanto que las de mayor atracción fueron Quintana Roo y Baja California con 51.6 y 41.4%. INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Estimaciones con base en la consulta dinámica de cuadros estadísticos en Internet. http://www.inegi.gob.mx/est/librerias/tabulados.asp?tabulado=tab_ mi04b&c=736

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Cuadro 1


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Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

Pese al descenso de la TMCA, el comportamiento de la pirámide poblacional de la entidad aún es característica de una sociedad en transición demográfica (amplia en la base y angosta en los grupos etarios3 de edades avanzadas), la cual es representativa de una población joven, donde alrededor de 55% tiene menos de 30 años. Sin embargo, todavía son muchos los problemas que, junto a los de educación, se suman a esta heterogeneidad social, entre ellos, se podrían mencionar los siguientes: en el 2000, el 21.8% de la población del estado declaró tener derecho a alguna institución de salud, en otras palabras, alrededor de dos de cada 10 tuvieron acceso a algún servicio de salud; la media nacional en este indicador fue de 41%, o sea, cuatro de cada 10 habitantes. De igual forma, para el mismo año, 65% de las viviendas contaban con servicio de drenaje, porcentaje por debajo de la media nacional (77.6%). Por otro lado, en la entidad, en 31.5% de las viviendas aún se utilizaba leña o carbón para preparar alimentos, en tanto que en el ámbito nacional el porcentaje fue de 17.5%.4 Estos datos contribuyen a explicar por qué Hidalgo es una entidad de emigrantes, donde el rezago y la falta de oportunidades permean su desarrollo social y económico5; nosotros consideramos que ello se debe a que, estructuralmente, la entidad ha basado su crecimiento en las actividades primarias, donde el interminable cacicazgo ha dificultado el aprovechamiento de los recursos de la región. Por otra parte, las desigualdades también se manifiestan en el desarrollo urbano de la entidad, en la distribución geográfico-municipal de los asentamientos humanos, es decir, se incrementa la población urbana en unas cuantas ciudades y permanece la dispersión de los asentamientos rurales. La población del estado se encuentra distribuida en las 3 868 localidades de sus 84 municipios. De estos últimos, los principales son Pachuca de Soto (245 208 habitantes), Tulancingo de Bravo (122 274), Huejutla de Reyes (108 239), Tula de Allende (86 840), Ixmiquilpan (75 833), Tepeji del Río Ocampo (67 858), Tepeapulco (49 539), Tizayuca (46 344) y Actopan (46 010).6

Son aquéllos en los que queda distribuida la población total: 0-4, 5-9, 10-14, etcétera. Ibíd., tabulados básicos, http://www.inegi.gob.mx/est/default.asp?c=4888 5 Incluso, el gobierno de la entidad reconoce la problemática cuando señala que: “…no obstante los enormes esfuerzos del gobierno y pueblo hidalguense para abatir los grandes rezagos en los procesos de infraestructura, urbanización y servicios de bienestar social, el estado continúa con algunas deficiencias importantes que lo colocan en índices notables de atraso con respecto al panorama nacional”. Gobierno del Estado de Hidalgo. Plan Estatal de Desarrollo, 1999-2005. Pachuca, México, Gobierno del Estado de Hidalgo, 2000. 6 INEGI. http://www.inegi.gob.mx/est/librerias/tabulados.asp?tabulado=tab_po03a&c=707&e=..., op. cit. Incluye una estimación de población de 10 532 personas que corresponden a 2 633 viviendas sin información de ocupantes. La estimación está distribuida en las columnas de no especificado de edad. 3

4


Estadística

Educación 7

La situación podría ser más compleja si para efectos de medir la calidad de vida de la población tomáramos como uno de los indicadores a la población de 15 y más años que no tiene instrucción o que cuenta con primaria incompleta. Este indicador, para el 2000, fue de 34% para Hidalgo y de 27.7% para la media nacional.9 Es importante señalar que el analfabetismo en la entidad se encuentra focalizado, pues en sólo seis de los 84 municipios del estado habitan uno de cada cuatro analfabetas10 por lo que, si se concentraran esfuerzos por eliminar el analfabetismo en estos municipios se podrían lograr resultados significativos a un costo de oportunidad menor11, ya que, por ejemplo, Pachuca de Soto y Tulancingo de Bravo son municipios relativamente pequeños en extensión territorial, bien comunicados y con importantes instituciones de educación que podrían colaborar en estos propósitos.12 Ahora bien, al considerar el analfabetismo por tasas, son cuatro municipios donde se concentran las más elevadas: Yahualica (46.2%), San Bartolo Tutotepec (43.9%), Xochiatipan (41.2%) y Huehuetla (40.9%).13 Lo anterior son sólo algunas de las manifestaciones que estructuralmente han permeado a la entidad, en especial cuando se considera a la educación como uno de los principales indicadores del desarrollo y, además, un referente importante para la calificación de la fuerza de trabajo. En la presente investigación se utilizará el concepto de escolaridad para referirse a educación. INEGI. XI Censo General de Población y Vivienda 1990. Resumen del estado de Hidalgo. Aguascalientes, México, INEGI, 1992, p. 23. // INEGI. http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/med.asp?t=medu10&c=3278, op. cit. 9 INEGI. http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/med.asp?t=medu10&c=3278..., op. cit. 10 Estos municipios son Huejutla de Reyes con 19 121 personas analfabetas (PA), San Felipe Orizatlán con 7 485, Tulancingo de Bravo con 7 457, Pachuca de Soto con 6 729 Acaxochitlán con 6 708. e Ixmiquilpan con 6 432. Ibíd., http://www.inegi.gob.mx/est/librerias/tabulados. asp?tabulado=tab_ed02a&c=740&e= 11 Se entiende por costo de oportunidad como el valor de un bien o servicio al que se renuncia para obtener una unidad adicional de otro bien. Samuelson, Paul et al. Macroeconomía con aplicaciones a México. Decimosexta edición. México, Mac Graw Hill, 2001, p. 14. 12 Hernández Veleros, Zeus Salvador. Índices de desarrollo humano de los municipios del estado de Hidalgo y bonos para financiar el desarrollo. Coloquio sobre Pobreza y Marginación. Marzo. Pachuca, México, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), 2001. 13 INEGI. http://www.inegi.gob.mx/est/librerias/tabulados.asp?tabulado=tab_ed02a&c=740&e=..., op. cit. 7 8

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A pesar de estar reduciéndose el analfabetismo en la entidad, éste aún sigue siendo considerable. El XI Censo General de Población y Vivienda 1990 mostró que en Hidalgo alrededor de 20 de cada 100 habitantes mayores de 15 años no sabían leer ni escribir, o sea, la quinta parte de la población de la entidad, mientras que la media nacional fue casi la décima parte de la población, 12 de cada 100 habitantes. Para el año 2000, la proporción de población analfabeta en Hidalgo fue de 14.1%, en tanto que la nacional, de 10.3%.8


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Economía

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Actividades económicas Hidalgo ha sido una entidad tradicional, con la trayectoria de una economía de enclave, pues históricamente se ha caracterizado por producir para mercados externos.14 Aunque el desarrollo industrial es incipiente, el sector agropecuario todavía ha mantenido buena parte de la población ocupada (28.6%); en el 2000, el industrial15 concentraba 26.7%; el sector comercio, 15.3% y el de servicios, 29.4%.16 Por otra parte, 18% de la superficie de la entidad se dedica a pastizales donde se desarrolla una ganadería extensiva de bovinos, caprinos y ovinos. El estado cuenta con cuatro distritos de riego que cubren 61 987 hectáreas, en las cuales se cultiva alfalfa, maíz, trigo, jitomate, frijol, avena forrajera, cebada, calabaza y chile, entre otros productos. En las zonas de temporal, que abarcan una superficie de 328 548 hectáreas, el maíz es el principal cultivo. El 76% del valor de la producción agrícola proviene de siete cultivos: maíz, alfalfa, frutas, agaves, café, jitomate y trigo, que ocupan 72% de la superficie cultivada.17 El territorio hidalguense es rico en yacimientos de minerales metálicos, entre ellos oro, plata, plomo y mercurio. En tiempos precolombinos se registraba ya la extracción de plata. Actualmente, reviste importancia la explotación minera realizada en el distrito de Molango, donde se localizan los depósitos más grandes de manganeso de América. Existen cinco plantas beneficiadoras de minerales metálicos: una en Pachuca de Soto, tres en Zimapán y otra en el municipio de Lolotla; las más importantes son la Compañía Real del Monte; Pachuca, S.A. y la Compañía Minera Autlán. También, hay abundantes minerales no metálicos, como calizas, caolín, arcillas refractarias, calcita y diatomita. Asimismo, la industria pesada y de transformación se concentra en tres sitios: Ciudad Sahagún, con fundición y fabricación de partes, carros de ferrocarril y vehículos automotores; Tula de Allende y Huichapan, principales núcleos de producción cementera; además de Tulancingo y Tepeji del Río, con producción de textiles y de confección.18

Zapata, Francisco (Pablo E. Vargas e Irma E. Gutiérrez, coordinadores). Tula: el impacto social del proceso de industrialización, presentación y crítica de la obra. Pachuca, México, UAEH, Centro de Estudios de la Población, 1989. p. 112. 15 Debe mencionarse que en la entidad poco más de la mitad de la población económicamente activa (PEA) del sector industrial se concentra en actividades mineras y en la construcción de equipo y material de transporte. 16 INEGI-STPS. Encuesta Nacional de Empleo (ENE). Estimaciones con base en la información disponible en: http://www.stps.gob.mx/index2.htm 17 INEGI. Datos oportunos. Censos Económicos. Aguascalientes, México, INEGI, 1999. // http://www.hidalgo.gob.mx 18 http://www.hidalgo.gob.mx 14


Estadística

Valor de la producción El valor del producto interno bruto (PIB) de la entidad aumentó ligeramente de 199319 al 2003, pasando de 17 425 246 pesos a 20 638 377 pesos, a precios de 1993. No obstante de este aumento, su participación en el PIB total se ha mantenido entre 1.4 y 1.5%, lo cual ubica al estado en el lugar 19 para 1993 y el sitio 20 para el 2003 (ver cuadro 2). Cuadro 2

1993

Miles de pesos a precios de 1993 17 425 246

% en el total nacional

Lugar nacional

1.5

19

1994

17 915 419

1.5

19

1995

15 863 965

1.4

20

1996

17 315 799

1.5

20

1997

18 249 599

1.4

20

1998

19 715 068

1.5

20

1999

20 059 867

1.5

20

2000

20 982 870

1.4

20

2001

20 562 808

1.4

20

2002

20 453 496

1.4

20

2003

20 638 377

1.4

20

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa, 1993-2000. México, INEGI, 2004.

Al analizar el PIB por gran división (G.D.), se observa que su comportamiento ha sido relativamente homogéneo en la entidad, al menos en el periodo mencionado; por ejemplo, el comportamiento de las G.D. más representativas se muestra en los siguientes datos: la Industria manufacturera es la que más ha aportado al PIB de la entidad, su participación pasó de 26.3% en 1993 a 26.8% en el 2000, cayendo en 2003 a 23.9%; por su parte, Servicios comunales, sociales y personales pasó de 18.8 a 18.9% en el mismo periodo, subiendo en 2003 a 19.7%; en tanto que la G.D. Comercio, restaurantes y hoteles disminuyó de 14.7 a 13.5% en 2000 y a 12.4% en 2003 (ver cuadro 3). Los Servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler bajaron su participación de 14.4 a 13.9% entre 1993 y el 2000, observando un magro repunte para 2003 con 16%. Por lo que hace al sector agropecuario, éste subió de 8.8 y 9.4% en la década en observación, lo cual llama la 19

Cabe señalar que en materia de economía, son pocas las fuentes encontradas que se relacionan con el estado, y la mayoría de ellas son añejas.

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Año

Producto interno bruto total


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atención, sobre todo si se considera que en este sector, de acuerdo con el XII Censo de Población y Vivienda 2000, labora cerca de 30% de la población ocupada.

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Es importante señalar que la tendencia de los sectores productivos en la entidad no se comporta de la misma manera que la de los correspondientes en el ámbito nacional. Por ejemplo, en la G.D. Industria manufacturera, los descensos en su aporte al PIB no han sido significativos, especialmente si tomamos en cuenta los incrementos del sector terciario de la economía, que en el caso de Hidalgo parece no estar reflejándose en los cambios estructurales del PIB. El mejor ejemplo es la G.D. Comercio, restaurantes y hoteles, cuya participación fue a la baja en la década en estudio (ver cuadro 3). Cuadro 3

Concepto

Hidalgo. Producto interno bruto (Participación porcentual por gran división) 1993

1994

1995

G.D. 1 Agropecuaria, silvicultura y pesca

8.8

8.9

10.2

10.1

8.9

7.4

8.1

8.8

8.9

8.8

9.4

G.D. 2 Minería

1.4

1.4

1.6

1.6

1.7

1.8

1.8

1.7

1.1

1.2

0.9

G.D. 3 Industria manufacturera

26.3

25.7

23.1

24.6

25.9

28.2

26.8

26.8

24.8

24.2

23.9

G.D. 4 Construcción

4.1

4.9

3.0

4.4

3.4

3.6

3.8

2.7

3.3

3.4

3.6

G.D. 5 Electricidad, gas y agua

5.1

5.3

5.6

5.7

5.9

5.7

6.2

6.1

6.7

6.5

6.3

14.7

14.5

12.2

12.1

12.4

12.9

12.7

13.5

12.9

12.6

12.4

7.3

7.6

7.3

7.5

7.9

7.9

7.8

8.3

8.5

8.5

8.8

G.D. 8 Servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler

14.4

14.1

16.2

15.2

14.6

14.0

14.1

13.9

14.8

15.7

16.0

G.D. 9 Servicios comunales, sociales y personales

18.8

18.3

21.2

19.7

19.9

19.2

19.6

18.9

19.7

20.1

19.7

Menos: cargo por los servicios bancarios imputados

-0.9

-0.8

-0.7

-0.7

-0.6

-0.8

-0.7

-0.7

-0.8

-1.0

-1.1

Total

100

100

100

100

100

100

100

100

100.0

100.0

100.0

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles G.D. 7 Transporte, almacenaje y comunicaciones

1996

1997

1998 1999 2000 2001 2002 2003

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Porcentajes estimados con base en datos disponibles en línea: http://www.inegi.gob. mx/est/contenidos/espanol/rutinas/ept.asp?t=epib01&c=4746&e=13. Precios constantes de 1993.

10


Estadística

Por otra parte, en el ámbito nacional, la G.D. Comercio, restaurantes y hoteles aportó 21.9% al PIB en el año 2000 seguido por la Industria manufacturera con 21.5% y los Servicios comunales, sociales y personales con 19.9%, situación que contrasta con la observada en Hidalgo.20 Concentración económica Para analizar la concentración económica, se consideró el valor agregado censal bruto. En esta variable se encontró que tres ramas de la entidad concentraban, a 1998, más de 50% del valor de la producción; éstas fueron: 1) Fabricación de cemento, cal, yeso y otros productos a base de minerales no metálicos; 2) Hilado, tejido y acabado de fibras blandas. Excluye de punto) y 3) Extracción y/o beneficio de rocas, arena o arcilla (ver cuadro 4). Tal composición obedece a que se trata de recursos disponibles en la entidad, especialmente cal, cemento, yeso y extracción de rocas, arena o arcilla; en el caso de los hilados y tejidos, además de que una parte de la materia prima se consigue en el estado, se trata de una actividad tradicional por excelencia. En cuanto a personal ocupado (PO), las 10 ramas de mayor contribución al PIB de la entidad concentraban 42.5%; de éstas, tres agrupaban a 29.1% del PO.21 Por otro lado, 46.7% de las unidades económicas del estado se aglutinaban en dos ramas productivas: las dedicadas a la comercialización de productos alimenticios y no alimenticios en establecimientos especializados (ver cuadro 4). Cabe señalar que el PO se aglutina en las ramas que, por lo general, ocupan grandes cantidades de mano de obra, ya que son sectores que se caracterizan por una baja composición de los factores capital-trabajo, es decir, que disponen de un bajo nivel de tecnología en comparación con otros sectores, como el automotriz o el de metal-mecánica.

INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa, 1993-2000. Aguascalientes, México, INEGI, 2002. http://www.inegi.gob.mx/est/default.asp?c=1607 21 Éstas son: 1) Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al por menor, en establecimientos especializados (10.7%), 2) Confección de prendas de vestir (9.4%) y 3) Comercio de productos no alimenticios al por menor, en establecimientos especializados (9%). 20

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Los datos de la entidad muestran un sector manufacturero con aportes estables al PIB y grandes divisiones terciarias relativamente uniformes. Uno podría esperar que las divisiones correspondientes al sector servicios incrementaran su participación al PIB en este periodo; sin embargo, la relativa estabilidad sectorial podría deberse a la dinamización de la política industrial que ha favorecido en particular a las actividades manufactureras que, al mismo tiempo, se equilibran con el correspondiente crecimiento del comercio y los servicios. En el caso del sector agropecuario, a pesar de su reducción estructural en su aporte al PIB, ha logrado una ligera recuperación en los primeros años del siglo XXI.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Cuadro 4

Hidalgo. Principales características de las 10 ramas económicas más importantes, 1998

Lugar Personal de Unidades ocupado c/ Rama de actividad b/ económicas la a/ rama Total de la entidad

55 729 %

207 853 %

RemuActivos nerafijos ciones netos d/ totales (miles de pesos) 4 739 234

63 103 849

%

%

Valor agregado censal bruto

Lugar nacional *

12 202 293 %

Subtotal de las 10 ramas

49.9

42.5

46.3

53.3

86.1

3691 Fabricación de cemento, cal, yeso y otros productos a base de minerales no metálicos

0.6

2.0

7.0

15.8

33.8

1 de 32

33

3212 Hilado, tejido y acabado de fibras blandas. Excluye de punto

0.1

4.1

8.5

9.2

10.1

3 de 31

76

2910 Extracción y/o beneficio de rocas, arena y arcilla

0.3

0.9

0.7

0.5

8.7

1 de 32

25

3220 Confección de prendas de vestir

1.1

9.4

7.9

0.4

5.9

8 de 32

4

6230 Comercio de productos no alimenticios al por menor, en establecimientos especializados

19.0

9.0

2.7

0.8

5.7

26 de 32

1.1

2.9

4.6

0.5

5.2

22 de 32

20

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Vol. 2, núm. 2

7

6140 Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco al por mayor

93

3842 Producción de otros equipos de transporte

N.S.

0.7

2.8

0.3

5.0

1 de 26

112

3530 Refinación de petróleo

N.S.

1.8

9.3

22.6

4.0

4 de 30

57

2320 Extracción y/o beneficio de minerales metálicos no ferrosos

N.S.

1.0

2.0

2.5

3.9

5 de 21

8

6210 Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al por menor, en establecimientos especializados

27.7

10.7

0.8

0.7

3.8

24 de 32

Ramas restantes

50.1

57.5

53.7

46.7

13.9

* En la información de esta columna, en algunas actividades no aparecen las 32 entidades, toda vez que se presupone que no en todas se realizan las actividades que son representativas en Hidalgo. N.S.: no significativo. a/ Indica la posición a nivel nacional que cada rama ocupa dentro de las 114 que se consideraron para calcular el valor agregado censal bruto del país. b/ Se seleccionaron las 10 ramas que generaron el mayor valor agregado censal bruto al interior de la entidad. c/ Promedio aritmético que resulta de dividir la suma del personal ocupado de cada mes, entre el número de meses trabajados. d/ Al 31 de diciembre de 1998. Fuente: INEGI. Dirección General de Estadística. Sistema de Cuentas Nacionales de México. http://www.inegi.gob.mx/est/default. asp?c=4749&e=13, 2001.

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Estadística

Al comparar las variables PO y remuneraciones totales, se observa que, mientras la rama dedicada al Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al por menor, en establecimientos especializados aglutinaba 10.7% del PO, ésta no alcanzó 1% en las remuneraciones totales. Tal situación podría deberse a que, por lo general, se trata de establecimientos pequeños, con pocos trabajadores22 y, seguramente, con salarios bajos. De ahí que estos establecimientos puedan ser considerados de baja productividad, aunque como rama contribuyera con 3.8% del valor agregado censal bruto en 1998. En esta misma situación, también podríamos ubicar a la rama Comercio de productos no alimenticios al por menor, en establecimientos especializados (ver cuadro 4). En contraparte, las ramas que contribuyeron con un mayor porcentaje en las remuneraciones totales fueron: 1) Refinación de petróleo (9.3%), 2) Hilado, tejido y acabado de fibras blandas. Excluye de punto (8.5%) y 3) Fabricación de cemento, cal, yeso y otros productos a base de minerales no metálicos (7%). Asimismo, estas ramas tuvieron una baja participación en el PO: 1.8, 4.1 y 2%, respectivamente. Por su parte, la más uniforme fue Confección de prendas de vestir con 9.4% en PO y 7.9% en remuneraciones totales. En suma, y con base en estos datos, puede concluirse que las ramas más productivas de Hidalgo fueron, de acuerdo con el cuadro: 1) producción de cemento y sus productos afines, 2) fabricación de hilados, tejidos y acabados de fibras blandas y 3) extracción y/o beneficio rocas y similares.23 Por otra parte, no obstante la concentración en determinadas ramas productivas, las participaciones relativas de Hidalgo en el contexto nacional han sido bajas:24 1.96% de las unidades económicas, 1.51% del personal ocupado, 1.01% del total de remuneraciones, 2.45% del valor de los activos fijos, 6.43 % de la formación bruta de capital, 1.67% de la producción bruta total, 2.09% de los insumos totales y 1.13% del valor agregado censal bruto. Además, la remuneración promedio nacional en ese año (1998) fue de 33 672 pesos y en Hidalgo, de 22 463 pesos al año; esta situación se ve reflejada en el total de remuneraciones con respecto a la producción bruta que Se aclara que son pocos trabajadores por establecimiento, pero el hecho de ser un número relativamente elevado de éstos, explica por qué concentra un notable porcentaje de personal ocupado. 23 Llama la atención la rama Extracción y/o benéfico de rocas, arena y arcilla, la cual, parece, era la más productiva, pues sus aportes en PO y remuneraciones totales no superaban el 1% y su participación en el valor agregado censal era casi de 9% (ver cuadro 4). 24 Hernández Veleros, Zeus Salvador. Op. cit., p. 12. 22

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Con respecto a los activos fijos netos, destacan la Refinación de petróleo (22.6%) y la Fabricación de cemento, cal, yeso y otros productos a base de minerales no metálicos (15.8%). Ambas ramas concentraban a esa fecha 38.4% de los activos fijos netos de la entidad, en tanto que las 10 ramas de mayor aporte al PIB, 53.3%. Finalmente, la participación de estas 10 ramas productivas en las remuneraciones totales era más uniforme, pues ninguna concentraba más de 10% (ver cuadro 4).


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representa 13.3% a nivel nacional, en tanto que, en el ámbito estatal sólo significa 8%. Lo anterior ocurre nuevamente al considerar el total de remuneraciones en relación con el valor agregado censal bruto, pues para México es igual a 30.1% y para Hidalgo, a 26.7%.25

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Después de haber presentado estos datos, bien podría establecerse que Hidalgo comparte algunos rasgos característicos con la economía nacional; sin embargo, es necesario hacer algunas distinciones: a) La participación de la agricultura ha sido descendente en las últimas décadas, pero en el estado esta tendencia es más pronunciada, a pesar del ligero repunte en los primeros años del siglo XXI. b) La minería estatal obedece a una dinámica propia y ligada a los mercados internacionales y, como en Hidalgo el producto principal es la plata, las fluctuaciones del sector minero nacional poco afectan a la entidad. c) En el sector servicios estatal, ninguna otra rama ha crecido tanto como la de Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al por menor, en establecimientos especializados. d) La agricultura depende todavía de sistemas de cultivo tradicionales, lo cual dificulta la creación de excedentes. Tal situación se manifiesta especialmente en la Huasteca hidalguense y en algunos municipios del Valle del Mezquital, donde podría llegar a hablarse, incluso, de una economía de subsistencia.26 Otros datos de interés muestran que 72% de la producción bruta per cápita se concentra en cuatro municipios del estado: Atitalaquia, Tepeapulco, Huichapán y Tepeji del Río; éstos son lugares relativamente poco poblados, pero con elevada concentración industrial; cabe agregar que ésta es más pronunciada cuando se habla de la formación bruta de capital fijo, donde 94% se aglutina en los municipios de Atitalaquia, Atotonilco de Tula de Allende, Tulancingo de Bravo y Tepeapulco; asimismo, 42% de las unidades económicas de la entidad se concentran en Pachuca de Soto, Tulancingo de Bravo, Tula e Ixmiquilpan.27 Usando el coeficiente de Gini, es posible analizar la concentración de las variables señaladas. Es importante recordar que si tal coeficiente reporta valores cercanos a 0 indica una buena distribución, y si su valor es cercano a 1 indica una alta concentración; los resultados en el 2000 para el estado aparecen en el cuadro 5. Ibíd., p. 13. Gutiérrez, Irma Eugenia. Op. cit., pp. 47-59. 27 Hernández, Veleros, Zeus Salvador. Op. cit., p.15. 25 26

14


Estadística

Lo anterior nos refiere a una entidad que atraviesa por una problemática estructural, con asimetrías y notables desequilibrios en su desarrollo social y económico. La alta concentración económica se explica por los escasos polos de desarrollo industrial con que cuenta el estado, ubicados en sus principales centros urbanos: Pachuca de Soto, Tulancingo de Bravo, Tula de Allende, Tepeji del Río y Ciudad Sahagún. Junto a esto, existe una considerable cantidad de municipios de escaso desarrollo, entre los que destacan los de la región Huasteca y del Valle del Mezquital, los cuales tienen en el sector agropecuario la base principal de su economía, pero que, asimismo, presentan serias carencias en materia de educación, salud, alimentación y otros servicios básicos.28 Cuadro 5

Coeficientes de Gini para variables económicas de Hidalgo, 2000 a/ Variable

Coeficiente de Gini

Formación bruta de capital fijo

0.90

Producción bruta

0.85

Activos fijos

0.84

Producción bruta per cápita

0.84

Valor agregado censal bruto

0.83

Volumen de ventas de energía eléctrica

0.77

Población ocupada

0.76

Unidades económicas

0.70

Población total

0.45

Fuente: Hernández, Veleros Zeus Salvador. Índice de desarrollo humano de los municipios del estado de Hidalgo y bonos para financiar el desarrollo. Coloquio sobre Pobreza y Marginación. Marzo. Pachuca, México, UAEH, 2001. a/ Actualizado por el autor del artículo.

28

Gutiérrez, Irma Eugenia. Op. cit., p. 65.

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Los datos reflejan una alta concentración en la mayoría de las variables económicas, la mayor de ellas es la formación bruta de capital fijo (0.90). Incluso, en la población total es posible observar una concentración de 0.45, lo cual puede constatarse con los datos censales, donde uno de cada cuatro hidalguenses vive en los cuatro municipios más poblados de la entidad.


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Características del mercado laboral de Hidalgo

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Oferta de trabajo A pesar del crecimiento que ha mostrado la PEA de Hidalgo, ha representado (hasta 1996) una baja proporción del total de la población de 12 y más años, lo cual indica que el índice de dependencia de la población mayor de 12 años29 se ha mantenido por debajo de 0.85, es decir, por cada 100 que trabajan alrededor de 85 no lo hacen. En 1996, la PEA de la entidad representó 54.4% de la población de 12 y más años; para el 2000, tal proporción disminuyó a 48.5% y se recuperó para el 2004, alcanzando 58%; este comportamiento muestra que, no obstante de registrarse un incremento en la población de 12 y más años (de 1.4 millones a 1.5 millones) hubo un reacomodo entre la población activa y la inactiva; en otras palabras, estos cambios pueden deberse a dos factores, por un lado, en el 2000, el incremento de la población económicamente inactiva (PEI) podría deberse a los incrementos de la población en edad de estudiar y, para el 2004, el incremento de la PEA podría explicarse por el incremento de la población que se incorporó al mercado de trabajo por cualquier razón.30 Por otra parte, las tasas absolutas de participación de la PEA se mantuvieron relativamente invariables entre 1996 y el 2000, es decir, las fluctuaciones fueron de 2.2%. Por ejemplo, en 1996, los hombres representaron 68.9% de la PEA del estado y las mujeres, 31.1%; para el 2000, las tasas fueron 66.7 y 33.3%, respectivamente. Para el 2004, la participación de los hombres como proporción de la PEA continuó disminuyendo (62.3%), en tanto que las mujeres aumentaron su participación (37.7%). 31 En este caso, el incremento de la participación femenina en el mercado laboral podría explicarse por los cambios en la política de empleo de la entidad donde, hoy día, el Estado busca darle un mayor impulso a la equidad de género, en especial en el ámbito laboral. Otros factores que contribuyen a explicar este incremento de la mujer en el mercado de trabajo son, por un lado, la mayor parte de la población de 12 y más años son personas del sexo femenino y, por otro, el incremento de la escolaridad de la mujer. No obstante, nos parece que aún siguen siendo limitadas las oportunidades de vinculación del género femenino al mercado laboral.

El índice de dependencia de la población de 12 y más años muestra la relación que existe entre la población inactiva sobre la población activa. INEGI. Encuesta Nacional de Empleo 2000-2004. Aguascalientes, México, INEGI, 2005. http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/ espanol/prensa/ Boletines/Boletin/boletin18.asp?c=722 31 Idem. 29 30

16


Estadística

En el caso de las tasas netas de participación32, la tasa de las mujeres disminuyó de 32.7 a 30% entre 1996 y el 2000 y aumentó a 46.6% en el 2004; en el caso de los hombres, disminuyó de 77.9 a 69.9% en el mismo periodo, y se recuperó a 77.1% en el 2004.33

Lo anterior sugiere reflexionar sobre algunos aspectos de la población en edad de trabajar. En principio, es observable un descenso general de la PEA en los años de estudio, lo cual es indicativo de un aumento en el índice de dependencia económica, el cual pasó de 0.85 en 1996 a 69.7 en el 2000. En efecto, si en 1996 por cada 100 personas que trabajaban habían 85 que no lo hacían, en el 2000, por cada 100 trabajadores casi 70 personas no laboraban; situación preocupante, pues aunque disminuye relativamente, este segmento poblacional también demanda bienes y servicios. En el contexto nacional, la PEA ha aumentando de manera considerable en la última década, pasando de 31.2 millones en 1991 a 39.6 millones en el 2000 y a 43.4 millones en el 2004. Su crecimiento ha sido, en promedio, alrededor de 2% anual en la década de los años 90 y la proporción de la PEA respecto a la población total de 12 y más años representó 55.4% en 1996 y 55.7% en el 2000, descendiendo ligeramente a 55.5% en el 2004.34 Nótese cómo, aunque el crecimiento

de la PEA fue notable en estos años, su participación en la población de 12 años casi se mantuvo invariable entre 1996 y el 2004. Por su parte, las tasas absolutas de participación fueron, en 1996, 67.3% en los hombres y 32.7% en las mujeres; para el 2000, la tasa de los hombres descendió ligeramente a 65.8% y la de las mujeres aumentó a 34.2%. En el 2004, la proporción de hombres que laboraban en la PEA siguió descendiendo con lentitud (64.6%), en tanto que la de las mujeres aumentó (35.4%). Esto significa que en México, por cada 100 personas potencialmente disponibles, casi 65 eran hombres y casi 35, mujeres. No obstante, cuando el análisis lo hacemos con base en las tasas netas de participación, las proporciones favorecen en especial a los hombres, pues del total de hombres La tasa neta de participación se divide en masculina y femenina; por ejemplo, la tasa masculina se estima dividiendo el número de hombres que se encuentran trabajando entre la población total de hombres de 12 y más años. 33 INEGI. ENE, 1996, 2000 y 2004. http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/coesme/programas/rel_biblio.asp 34 Idem. 32

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Conviene aclarar que la adición de ambos porcentajes no suma 100, esto es porque las tasas netas de participación comparan a los que trabajan con los que no trabajan; por ejemplo, 30% de participación de las mujeres en el 2000 significa que por cada 100 mujeres sólo 30 trabajan y 70, no.


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de 12 y más años alrededor de 77% eran PEA, en tanto que, en las mujeres, tal proporción era de 35%; tales proporciones cambiaron ligeramente para el 2004, 75.7% en el caso de los hombres y 37.3% en el de las mujeres.35 En efecto, al comparar las cifras de la entidad con las del país se observa que son muy uniformes tanto en la proporción de la población de 12 y más años que es PEA como en las tasas absolutas de participación. Sólo se aprecia una diferencia en la tasa neta de participación masculina, la cual desciende en el estado, y la del país, prácticamente, se mantiene estable. En consecuencia, esto nos habla de un mercado laboral mexicano y de la entidad que continúa ocupado, en su mayoría, por el género masculino, a pesar del fomento de la incorporación de la mujer a los mercados de trabajo.36 En cuanto a la tasa de desempleo abierta (TDA), ésta ha disminuido después de la crisis de 1995. En el ámbito nacional pasó de 6.2% en 1995 a 2.2% en el 2000, pero subió a 2.5% en el 2004, lo cual estaría suponiendo una mayor incorporación de población en edad de trabajar al mercado laboral. Al comparar la disminución de la TDA con la tasa de crecimiento del PIB, hay una compatibilidad entre ambas, en especial por la relación formalmente inversa en estas variables; por ejemplo, en 1995, año de la crisis, mientras la TDA fue de 6.2%, la tasa del PIB fue de -6.2%; en 1998 la TDA bajó a 3.2%, en tanto que la tasa del PIB creció 4.8% y para el 2000, la TDA alcanzó 2.2% y la del PIB, 4.5%.37 Atendiendo a los planteamientos de la teoría macroeconómica, estaríamos suponiendo que en estos años se asistió a una mejor utilización de los factores empleados, al menos en el caso del factor trabajo, lo cual es discutible, debido básicamente a las características que está adoptando el mercado laboral en México, en particular a las condiciones bajo las cuales se incorporan los trabajadores al mercado laboral.38 En Hidalgo, la TDA descendió relativamente en el último lustro del siglo XX, pasando de 2.3% en 1996 a 1.8% en el 2000 y a 1.3% en el 2004. No obstante, en el caso de las mujeres, di-

Idem. Esta situación obedece, principalmente, a la naturaleza de las actividades productivas, las cuales, en su mayoría, ocupan fuerza de trabajo masculina. 37 Se debe tomar con cierta reserva el comportamiento de la TDA, toda vez que está indicando las fluctuaciones (friccionales) anuales del mercado laboral, aun considerando el hecho de que una persona pueda cambiar más de dos veces de empleo en el mismo año. 38 Es decir, que la reducción de la TDA viene justificada gubernamentalmente por la creación de nuevas plazas de trabajo; sin embargo, la interrogante es, ¿bajo qué condiciones y estabilidad son contratados los trabajadores de nuevo ingreso al mercado laboral? 35 36

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Estadística

Demanda de trabajo El empleo total en Hidalgo registró una tasa de crecimiento negativa entre 1996 y el 2000, pasando de 787 406 ocupados en 1996 a 753 259 en el 2000, lo cual nos da una tasa de crecimiento en el periodo de -4.3%. Para el 2004, el total de ocupados ascendía a 981 613, observando una notable tasa de crecimiento de 30%. El comportamiento de la demanda de trabajo en el último lustro del siglo XX contrasta con el del PIB pues, como se vio anteriormente, éste pasó de 17.4 millones de pesos en 1996 (a precios de 1993) a 21 millones en el 2000. El aumento en el PIB, pese a la disminución del desempleo, podría ser interpretado como un incremento en la productividad en algunos sectores de la economía del estado en el periodo de referencia. Al observar las actividades productivas en una clasificación de siete ramas (ver cuadro 6), se encontró que no en todas hay un decrecimiento del empleo en el periodo de estudio, por ejemplo, entre las que crecieron se encuentran las de la Construcción (73.7%), Administración pública y defensa (31.4%), Industrias extractivas, de transformación y de electricidad (15%) y Comercio (13.9%).40 Por su parte, las ramas más afectadas fueron las Actividades agropecuarias (-32.1%) y Comunicaciones y transportes (-2.3%). El descenso del empleo en las actividades agropecuarias podría deberse, como ya se mencionó, a los flujos migratorios que caracterizan a la entidad, en especial la migración internacional en las regiones del Valle del Mezquital, la Sierra Gorda y la Huasteca hidalguense.41

En este caso, el comportamiento de la TDA femenina estatal contrasta con la nacional, pues esta última ha seguido el mismo patrón de comportamiento de la tasa general y en el caso del estado todo parece indicar que el aumento de la TDA femenina pudiera deberse a dos factores: por un lado, a una mayor incorporación de mujeres en edad de trabajar al mercado laboral, pero que no consiguen su objetivo y, por otro, a una desincentivación de los sectores productivos de la entidad en donde se concentra especialmente mano de obra femenina. INEGI. ENE 1996 y 2000. http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/coesme/programas/rel_biblio.asp 40 Estas proporciones se estimaron con una simple regla de tres, comparando los datos del empleo en 1996 y el 2000. 41 En estas regiones existen localidades que están organizadas mediante redes sociales, cuyo funcionamiento es sincrónico. Entre ellas se encuentran El Alberto y Orizabita, ambas del Valle del Mezquital, donde por lo general, durante el año sólo se pueden ver mujeres, niños y ancianos en los pueblos y, sólo a fin de año, se puede observar caravanas de camionetas procedentes de los Estados Unidos de América que regresan a sus hogares para reunirse temporalmente con sus familias. Serrano Avilés, Tomás. Migración internacional: un estudio comparativo en las localidades de El Alberto y Orizabita, en el Valle del Mezquital hidalguense. Tesis doctoral (mimeo). México, El Colegio de la Frontera Norte, 2002. 39

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cha tasa fue variable en los años de referencia, pasando de 2.8% en 1996 a 3.2% en el 2000 y a 1.9% en el 2004.39 Los cambios en la TDA de la mujer podrían estar expresando reacomodos en los distintos sectores productivos de la entidad y, en cuanto a la tasa del 2004, estaría reflejando una mayor ocupación de las mujeres, pero no necesariamente en actividades formales, es decir, se presupone que se trata, v.g., de actividades precarias y residuales.


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En cuanto al crecimiento del empleo total por sexo, éste afectó más a los hombres, pues en tanto las mujeres lograron una tasa magra de 1.4%, en los hombres fue -6.9%. Asimismo, al analizar las tasas por ramas, se observa que, en el caso de las mujeres, la de mayor crecimiento fue Administración pública y defensa (51.6%), en tanto que la más afectada fue Actividades agropecuarias (-70.1%). En el caso de los hombres, la rama más dinámica fue Construcción (64.8%) y la más afectada Actividades agropecuarias (-22.7%) (ver cuadro 6).

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Cuadro 6

Hidalgo. Participación porcentual de la población ocupada y tasas de crecimiento, 1996-2000 Participación porcentual por sector

Rama de actividad económica Hidalgo

1996

Total

Hombres

Mujeres

2000

Tasa de crecimiento

Total

Hombres

Mujeres

Total

Hombres

Mujeres

100

100.0

100.0

100

100.0

100.0

-4.3

-6.9

1.4

Actividades agropecuarias

40.4

46.8

26.1

28.6

38.9

7.7

-32.1

-22.7

-70.1

Industrias extractivas, de transformación y de electricidad

14.2

12.8

17.4

17.1

13.9

23.6

15.1

1.6

37.1

5.3

7.7

0.0

9.6

13.6

19.5

73.7

64.8

12.8

9.9

19.2

15.2

11.2

23.3

13.9

5.7

23.5

3.3

4.6

0.4

3.4

4.9

0.4

-2.3

-2.1

-7.9

Construcción Comercio Comunicaciones y transportes

19.7

13.4

33.8

21.3

12.6

39.0

3.4

-12.1

17.1

Administración pública y defensa

Servicios

3.4

3.6

3.0

4.7

4.8

4.4

31.4

24.0

51.6

No especificado

0.9

1.3

0.1

0.1

0.1

0.0

Fuente: Estimaciones con base en la Encuesta Nacional de Empleo, 1996 y 2000 del INEGI.

Conclusiones •

20

La tasa de crecimiento de la población del estado de Hidalgo ha aumentado cada vez en menor proporción desde 1980, lo cual podría deberse a los fenómenos migratorios que han caracterizado a la entidad, otra temática importante de estudio. Junto a esto, también es probable que el descenso de la tasa global de fecundidad (TGF) esté incidiendo en el comportamiento de la tasa de crecimiento poblacional.


42

El analfabetismo ha disminuido notablemente en la entidad en los últimos lustros; sin embargo, es importante señalar que la cuarta parte de ese 14.1% de analfabetas del estado (en el 2000) se encontraba concentrado en seis municipios de los 84 que conforman a la entidad en estudio. La situación no es nada alentadora porque, al 2004, aún existían municipios (como Yahualica, San Bartolo Tutotepec y Xochiatipan) donde casi la mitad de su población mayor de 15 años es analfabeta. La economía de Hidalgo se ha desempeñado a un ritmo muy semejante a la economía del país, excepto en el comportamiento de algunos sectores productivos, en cuyo caso es la Industria manufacturera la de mayor aporte al PIB en el estado y en el país es la G.D. Comercio, restaurantes y hoteles; no obstante, la diferencia entre éstos es mínima. Se espera en el mediano plazo un mayor crecimiento de las actividades terciarias de la economía, especialmente en el sector comercio (en pequeño) y el sector servicios, es decir, se corrobora la tendencia hacia la terciarización de la economía, fenómeno característico en México en los últimos 25 años, pero que en Hidalgo su proceso ha sido lento.42 No obstante, el valor agregado de la entidad aún continúa concentrado en tres ramas económicas: a) Fabricación de cemento, cal, yeso y otros productos a base de minerales no metálicos, b) Hilado, tejido y acabado de fibras blandas. Excluye de punto y c) Extracción y/o beneficio de rocas, arena o arcilla. En el contexto del mercado laboral, la situación de la entidad también es muy semejante a la del país, pues no obstante de tener un sector agropecuario deprimido en la generación de empleos, se observa una mayor creación de plazas de trabajo en el sector servicios. Como se vio en las tasas de participación de la PEA, existe un incremento de la incorporación de la mujer a los mercados de trabajo y es muy probable que se esté empleando en actividades terciarias y, en menor medida, en industriales. También, es posible que los empleos se caractericen por ser precarios, de poca estabilidad y de baja calificación. Finalmente, se aprecia en la entidad un descenso en las variables sobre el mercado laboral, es decir, un descenso en la PEA, en la población ocupada y en la TDA. Obviamente, la baja en la TDA obedece, según las cifras, a un mayor descenso relativo de la población desocupada abierta sobre la población ocupada, lo cual nos llevaría a dos conclusiones: primero, que los descensos, en especial en la PEA, se deben a los flujos migratorios de los últimos dos lustros y, segundo, que el correspondiente aumento del PIB en la entidad asociado al descenso en la población ocupada puede estar expresando incrementos en la productividad del aparato productivo de la entidad.

Hernández Laos, Enrique et al. Productividad y mercado de trabajo en México. Distrito Federal, México, UAM y Plaza y Valdez, 2000.

21

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Estadística


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

Estado de México

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Economía en transición Fernando Camargo Pérez*

El presente documento sobre la estructura productiva del estado de México forma parte una investigación mayor que incluye el sector laboral, infraestructura, inversión extranjera directa y comercio exterior de la entidad. El análisis comparativo con otros estados del país contempla dos escenarios: uno coyuntural y otro de largo aliento, que va de 1994 al 2003. El informe señala que el estado de México enfrenta dos retos: modernizar su economía, particularmente el sector manufacturero, y descentralizar las actividades productivas para detener la concentración de la riqueza en sólo 15 municipios, de los 125 que lo integran.

El estado de México es una de las entidades de la República Mexicana que ofrece mayores ventajas al inversionista en términos de ubicación geográfica, capacidad de producción y consumo, infraestructura industrial, ambiente laboral y una amplia vinculación con los mer-

cados internacionales. Sin embargo, algunas actividades productivas enfrentan problemas de competitividad. Su ubicación geográfica resulta estratégica, se localiza al centro-sur del país. Tiene una

* Maestro en Administración Pública (CIDE). Jefe de la Unidad de Investigación y Análisis Económicos en la Dirección General de Promoción Internacional, SEDECO-Gobierno del Estado de México (GEM). Teléfonos: (722) 212 20 09 y 212 09 91. Correo electrónico: fcp40@yahoo.com.mx Nota: el autor agradece los comentarios y sugerencias del licenciado Jaime Rodríguez Carranza, coordinador de Estudios Regionales del INEGI. No obstante, los juicios y errores son responsabilidad de quien esto escribe (fcp40@yahoo.com.mx). También, agradece a las licenciadas Elodia Jiménez Estrada y Nadia Sánchez Villegas, quienes participaron en la revisión y edición del texto original.

22


superficie territorial de 21 419 km 2 , que representa 1.1% del territorio nacional. Su capital es la ciudad de Toluca de Lerdo y se conforma por 125 municipios. Se encuentra a sólo 66 km de la ciudad de México, 489 km hacia la costa este (Veracruz), 388 km hacia la costa oeste (Acapulco) y 1 000 km hacia la frontera con Estados Unidos de América (EE.UU.): Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, en Tamaulipas. Si tomamos en cuenta un área de influencia de 250 km a la redonda, desde su capital, la entidad se convierte, junto con la ciudad de México, en la zona industrial, comercial y financiera más importante del país y de América Latina, que abarca poco más de 23.5 millones de consumidores y la producción por un valor de 205 695 millones de dólares, lo cual representa 32.2% del producto interno bruto (PIB) de México a precios corrientes (2003).1 Adicionalmente, los 15 millones de habitantes que tiene la entidad significan un amplio potencial de consumidores (2005). En los últimos 25 años, su crecimiento demográfico ha sido casi el triple al registrado por Alemania, y si lo comparamos con el de la última década, su número de habitantes es superior a la población que tienen en la actualidad

1

los países centroamericanos; Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay, en Sudamérica; o Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Irlanda, Portugal y Suecia, en la Unión Europea. La población de los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl (3.2 millones de personas en el 2000) era mayor a la población total que tenían en forma particular 20 estados de la República Mexicana (Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila de Zaragoza, Colima, Durango, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Querétaro Arteaga, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas). Cuenta con 3.9 millones de estudiantes (SEP, 2005), valor igual o superior al total de la población de Albania, Jamaica, Kuwait, Mongolia, Panamá o Emiratos Árabes Unidos (Banco Mundial, 2004). La densidad de población es la segunda más alta del país, con 700 habitantes por km 2 (2005), cifra muy por arriba del promedio nacional de 52 habitantes. La tasa de crecimiento anual de su población en el periodo 2001-2005 fue de 2.9% (CONAPO, 2002) y el promedio de edad, de 22 años.

El valor de la producción en dólares a precios corrientes para las entidades federativas es estimado del PIB a precios de mercado, que es la suma del valor agregado bruto (VAB) y los impuestos a los productos netos de subsidios (IPNS). La parte de los IPNS se ajusta con base en la participación proporcional que tienen los estados en el VAB, sea a precios corrientes o constantes

23

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Estadística


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Su población económicamente activa (PEA) es la más grande del país: 6.3 millones de personas, que representan a la vez 42.2% del total de su población (STPS-INEGI, 2005).

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Estructura económica mexiquense en la coyuntura En cualquier entidad del país, incluyendo el estado de México, existe claridad en el problema que implica tener asentadas físicamente en su territorio a importantes empresas, pero que fiscalmente están domiciliadas en otro estado de la nación. La ausencia de una contabilidad confiable sobre los montos de impuestos que se recaban en cada territorio influye de manera desfavorable en el momento de defender una postura para solicitar mayores aportaciones de la Federación para programas específicos de desarrollo económico y social. Adicionalmente, las estadísticas que emite el gobierno federal implican una subestimación en la capacidad real que tienen las economías estatales para captar inversión extranjera directa (IED) o establecer el grado de vinculación que tienen con los mercados

2

24

Vol. 2, núm. 2

internacionales a través de las exportaciones e importaciones, que son definidas por el domicilio fiscal. El sesgo en la información no permite establecer estrategias precisas para promover o incentivar de forma directa a determinados sectores económicos. Donde hay confusión es en el impacto que tiene el domicilio fiscal sobre el PIB, ya que se piensa que también hay una subestimación en las cuentas nacionales. Se desconoce el procedimiento para estimar la producción nacional y regional, cómo se recaba la información y las características que debe contener ésta, el tipo de unidad económica que está obligada a entregar información relacionada con la producción y los aspectos financieros o la ponderación de costos que se tiene que efectuar para un determinado bien que se produce en distintas regiones. El PIB regional no está subordinado al domicilio fiscal de las empresas, sino a la residencia económica de las mismas, es decir, por el lugar geográfico donde éstas realizan operaciones de producción o prestación de servicios en por lo menos un año. 2

Las unidades económicas se pueden observar desde dos enfoques: funcional e institucional. En el primero, el establecimiento está delimitado por instalaciones fijas ubicadas en una sola región geográfica y se dedica a una sola actividad productiva, en cualquiera de las nueve grandes divisiones (G.D.) económicas: sea G.D.1 (agricultura, silvicultura y pesca), G.D. 2 (minería), G.D. 3 (manufactura), G.D. 4 (construcción), etcétera. El establecimiento suministra información relacionada con la producción, insumos, valor agregado, remuneraciones e impuestos y subsidios. Por el lado institucional, la empresa está integrada por uno o más establecimientos, y pueden ser propietarias de activos y contraer pasivos a nombre propio. Pueden ser partícipes en sociedades no financieras, sociedades financieras, gobierno general, instituciones privadas sin fines de lucro que sirven a los hogares. Este tipo de empresas facilitan el análisis de los flujos relacionados con las rentas, el capital y las actividades financieras (v. INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa, 1993-2000. México, INEGI, 2002).


Estadística

En el último año, la entidad tuvo una incipiente recuperación de su economía al crecer un cuarto de punto en relación con el año anterior. En el 2002, su aparato productivo fue el único entre los seis principales del país que tuvo caída en la producción con 1%. Chihuahua fue la economía que mayor crecimiento presentó en el 2003 con 4.1%; le siguieron Nuevo León (3.5%) y Veracruz de Ignacio de la Llave (2.1%). Jalisco tuvo cero crecimiento y el DF cayó en 1.7%. En forma particular, el estado de México participó con 12 centésimas menos respecto al 2002 y 30 centésimas en relación con el 2001. Si comparamos el valor de la producción del 2003 con el 2001, año en que la economía mexiquense alcanzó su máximo histórico de participación en el producto nacional con 10.6%, tenemos que hubo una pérdida de 1 197 millones de pesos a precios constantes. Si medimos la contribución al crecimiento del PIB nacional en función del tamaño de la estructura productiva y la tasa de crecimien-

to anual (herramienta que se denomina variación anual ponderada), en el 2003 el estado de México participó con 0.025 puntos porcentuales del 1.41% que aumentó el PIB del país, ocupando la posición número 20 (ver cuadro 2). Un año antes obtuvo el penúltimo sitio con -0.10 puntos, y en el 2001 fue el primer lugar nacional con 0.12 puntos porcentuales. Como segunda economía del país, la entidad tiene destacada participación en la producción sectorial nacional. En el 2003, colaboró con 15.8% de la industria de la transformación y 10.4% del comercio, restaurantes y hoteles. En servicios financieros, seguros, inmobiliarios y alquiler tuvo 10.1% y en comunicaciones y transportes, 9.4%. En servicios comunales y sociales participó con 7.9% de la producción nacional. En las cinco divisiones dominó en el segundo sitio nacional (ver cuadro 3). En la industria manufacturera, en las nueve ramas jugó también un papel importante. Se distinguieron, por el valor de la producción, la industria metalmecánica, primer lugar nacional con 15% de la producción total, alimentos y bebidas con 15.3%, además de química y plásticos con 18.8% (en ambas ramas ocupó la segunda posición). A excepción de la industria manufacturera y los servicios comunales y sociales, el resto de las divisiones donde es líder por su tamaño obtuvieron resultados positivos en el 2003. La de servicios financieros creció 7.6% anual y comunicaciones y transportes, 3.5%. En forma 25

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Bajo esta premisa, el estado de México es la segunda economía del país. En el 2003 contribuyó con 10.3% de la producción total a precios constantes (1993=100). El Distrito Federal (DF) aportó 21.3%; Nuevo León, 7.2%; Jalisco, 6.3%; Chihuahua, 4.4%; y Veracruz de Ignacio de la Llave, 4.1%. En conjunto, las seis principales economías generaron 53.8% de la producción nacional (ver cuadro 1).


PIB de las seis principales economías de México, 1993-2003a/ (Millones de pesos a precios constantes) 1993

1994

1995

1996

1 256 196

1 312 200

1 230 608

1 293 859

1 381 525

1 Distrito Federal

298 698

309 675

283 627

292 856

2 México

130 468

135 661

123 581

133 688

3 Nuevo León

80 555

85 029

79 496

4 Jalisco

82 449

85 330

5 Veracruz de I. de la Llave

57 304

6 Chihuahua

49 183

Subtotal Participación

1998

Promedio anual 1993-2003

1999

2000

2001

2002

2003

1 449 310

1 505 446

1 604 835

1 602 315

1 615 562

1 638 296

312 536

321 610

332 044

356 409

351 625

355 777

349 513

324 034

145 475

152 099

157 945

168 889

170 565

169 019

169 368

150 614

83 362

90 981

97 367

102 970

110 800

110 499

114 102

117 995

97 560

78 566

82 118

87 205

93 797

97 881

103 251

103 558

103 959

103 908

92 911

60 543

59 150

60 098

62 078

63 375

63 629

66 171

65 794

65 953

67 281

62 852

52 079

48 702

52 552

56 652

60 986

65 080

72 484

69 715

69 921

72 774

60 921

698 657

728 317

673 122

704 675

754 927

789 234

819 549

878 005

871 755

878 731

880 837

788 892

55.62%

55.50%

54.70%

54.46%

54.64%

54.46%

54.44%

54.71%

54.41%

54.39%

53.77%

54.61%

PIB nacional

-

4.46

-6.22

5.14

6.78

4.91

3.87

6.60

-0.16

0.83

1.41

2.76

1 Distrito Federal

-

3.63

-8.36

3.27

6.72

3.02

3.12

7.33

-1.22

1.12

-1.73

1.69

2 México

-

3.94

-8.86

8.19

8.82

4.67

3.72

6.92

1.12

-0.96

0.24

2.78

3 Nuevo León

-

5.51

-6.46

4.88

9.14

7.14

5.63

7.59

-0.15

3.20

3.45

3.99

4 Jalisco

-

3.45

-7.88

4.54

6.20

7.68

4.23

5.47

0.42

0.33

-0.01

2.44

5 Veracruz de I. de la Llave

-

5.61

-2.25

1.62

3.30

2.20

0.28

3.98

-0.45

0.18

2.05

1.65

6 Chihuahua

-

5.84

-6.43

7.92

7.80

7.77

6.59

11.37

-3.70

0.24

4.12

4.15

PIB nacional

1997

1 444 559

Variación anual

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Participación PIB nacional

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

1 Distrito Federal

23.78

23.60

23.05

22.63

22.62

22.19

22.06

22.21

21.94

22.02

21.33

22.49

2 México

10.39

10.34

10.04

10.33

10.53

10.49

10.49

10.52

10.64

10.46

10.34

10.42

3 Nuevo León

6.41

6.48

6.46

6.44

6.59

6.72

6.84

6.90

6.90

7.06

7.20

6.73

4 Jalisco

6.56

6.50

6.38

6.35

6.31

6.47

6.50

6.43

6.46

6.43

6.34

6.43

5 Veracruz de I. de la Llave

4.56

4.61

4.81

4.64

4.49

4.37

4.23

4.12

4.11

4.08

4.11

4.38

6 Chihuahua

3.92

3.97

3.96

4.06

4.10

4.21

4.32

4.52

4.35

4.33

4.44

4.20

El valor del PIB para cada entidad se estimó conforme a la participación que tiene en el valor agregado bruto nacional (millones de pesos) en valores básicos. Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (diferentes publicaciones que incluyen de 1993 al 2003). a/

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26

Cuadro 1


Estadística

Variación anual ponderada de las entidades federativas, 2001-2003 (Porcentaje) PIB nacional

2001

2002

2003

-0.16

0.83

1.41

1

Nuevo León

-0.01

0.23

0.25

2

Tamaulipas

-0.08

0.11

0.18

3

Chihuahua

-0.16

0.01

0.18

4

Coahuila de Zaragoza

-0.02

0.19

0.12

5

Baja California

-0.10

-0.07

0.10

6

San Luis Potosí

0.00

0.01

0.09

7

Campeche

0.05

0.01

0.09

8

Durango

0.05

0.02

0.09

9

Veracruz de Ignacio de la Llave

-0.02

0.01

0.08

10

Quintana Roo

0.08

0.02

0.08

11

Michoacán de Ocampo

-0.03

-0.02

0.07

12

Sonora

0.02

-0.12

0.07

13

Guanajuato

0.03

0.18

0.07

14

Puebla

0.04

-0.04

0.06

15

Morelos

0.05

-0.01

0.05

16

Chiapas

0.02

0.05

0.04

17

Baja California Sur

0.02

0.00

0.04

18

Yucatán

0.03

0.00

0.03

19

Zacatecas

0.02

0.08

0.03

20

México

0.12

-0.10

0.02

21

Querétaro Arteaga

0.00

0.05

0.02

22

Guerrero

0.01

-0.02

0.02

23

Aguascalientes

0.04

0.04

0.02

24

Sinaloa

0.04

-0.03

0.01

25

Tabasco

0.01

-0.02

0.01

26

Tlaxcala

0.02

-0.01

0.01

27

Hidalgo

-0.03

-0.01

0.01

28

Oaxaca

0.02

-0.02

0.01

29

Colima

-0.02

0.01

0.00

30

Jalisco

0.03

0.02

0.00

31

Nayarit

0.02

-0.01

-0.02

32

Distrito Federal

-0.27

0.25

-0.37

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (diferentes publicaciones que incluyen de 1993 al 2003).

27

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Cuadro 2


PIB sectorial del estado de México, 2003 (Millones de pesos a precios constantes)

Millones de pesos

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca G.D. 2 Minería

Crecimiento anual (%)

Variación anual ponderada

Variación anual ponderada ind. manufacturera

5 074

4.04

0.13

Participación en el PIB nacional (%)

-

Participación en el PIB estatal

5.87

5° lugar

Posición en el PIB estatal

% de la ind. manufacturera

3.25

10° lugar

-

684

-0.05

-0.01

-

3.39

5° lugar

0.44

18° lugar

-

G.D. 3 Industria manufacturera

47 232

-2.56

-0.77

-2.56

15.79

2° lugar

30.29

1er lugar

100.00

I. Alimentos, bebidas y tabaco

12 203

-1.31

-0.10

-0.34

15.28

2° lugar

7.83

7° lugar

25.84

II. Textiles, vestido y cuero

3 479

7.63

0.17

0.56

16.48

2° lugar

2.23

11° lugar

7.37

III. Madera y sus productos

750

-7.79

-0.04

-0.12

10.36

3 lugar

0.48

17° lugar

1.59

2 237

-0.94

-0.01

-0.04

17.13

2° lugar

1.43

13° lugar

4.74

IV. Papel, imprentas y editoriales V. Químicos; derivados de petróleo; plástico VI. Minerales no metálicos VII. Industrias metálicas básicas VIII. Productos metálicos, maquinaria y equipo IX. Otras industrias manufactureras G.D. 4 Construcción G.D. 5 Electricidad, gas y agua

er

8 389

1.37

0.07

0.24

18.78

2° lugar

5.38

8° lugar

17.76

3 489

-1.30

-0.03

-0.10

16.52

2° lugar

2.24

12° lugar

7.39

2 320

6.97

0.10

0.34

15.56

3 lugar

1.49

14° lugar

4.91

13 285

-9.82

-0.84

-2.76

15.03

1er lugar

8.52

6° lugar

28.13

er

1 080

-1.10

-0.01

-0.03

12.34

2° lugar

0.69

16° lugar

2.29

3 763

-11.39

-0.27

-

6.02

2° lugar

2.41

9° lugar

-

1 157

-8.88

-0.07

-

4.21

10° lugar

0.74

15° lugar

-

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

33 641

0.67

0.14

-

10.41

2° lugar

21.57

2° lugar

-

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

17 195

3.54

0.39

-

9.36

2° lugar

11.03

5° lugar

-

G.D. 8 Servicios financieros, seguros, inmobiliarios y alquiler

26 271

7.55

1.27

-

10.09

2° lugar

16.85

4° lugar

-

G.D. 9 Servicios comunales, sociales y personales

23 316

-0.26

-0.04

-

7.91

2° lugar

14.95

3er lugar

Servicios bancarios imputados

-2 412

31.01

-0.48

-

4.69

3er lugar

-1.55

155 922

0.24

0.24

-

10.34

2° lugar

100.00

-

-

13 445

-0.20

-

-

10.34

-

-

-

-

169 368

0.21

-

-

10.34

-

-

-

-

Más impuestos a los productos netos de subsidios Producto interno brutoa/

Estimado a partir de la participación nacional en el VAB en valores básicos a precios constantes. Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Vol. 2, núm. 2

Valor agregado bruto, en valores básicos

a/

Posición sectorial nacional

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

28

Cuadro 3


moderada, lo hizo el sector comercial, restaurantes y hoteles con 0.7%. Fuera de las actividades principales destacó el crecimiento del sector agropecuario con 4% y la caída de la industria de la construcción con 11.4%. Básicamente, el menor ritmo de la actividad económica se centró en el sector manufacturero, ya que disminuyó 2.6% anual, al doble que lo hizo la manufactura nacional (-1.3%). La influencia en el aparato productivo estatal es evidente, pues representó 30.3% de su PIB; adicionalmente, a su interior la rama de productos metálicos, maquinaria y equipo, que por sí sola aporta 8.5% de la producción total del estado y 30% de la manufactura, cayó 9.8% anual. Sólo la industria textil, que muestra signos positivos de la reconversión tecnológica iniciada a principios de este siglo3, aumentó en 7.6% y las industrias metálicas básicas en 7%. La relación tamaño/crecimiento (variación anual ponderada) muestra que el sector manufacturero provocó que el PIB estatal sólo aumentara 0.24% global anual, porque su contribución fue negativa en 0.77 puntos porcentuales. A su interior, y viendo a las ramas como actividades independientes, la metalmecánica hizo caer el producto en -0.84 puntos porcen-

3

tuales y alimentos y bebidas, -0.10. La industria de la construcción impactó negativamente con -0.27 puntos. Como unidad, la manufactura retrocedió 2.6% anual en el 2003; la rama metalmecánica, como vimos a nivel global, tuvo el mayor impacto negativo sobre el crecimiento, con una participación de -2.8 puntos porcentuales. Le siguieron alimentos y bebidas (-0.34), madera y sus productos (-0.12) y minerales no metálicos (-0.10). La desaceleración de la actividad de la transformación desde el 2002 se explica, en parte, por tres factores: •

En primer lugar, por la fuerte vinculación que tiene con la economía internacional, específicamente con EE.UU., que al entrar en fase de recesión en el 2001, influyó para que el ritmo económico mexiquense disminuyera. Segundo, porque la industria automotriz, que forma parte de la metalmecánica, inició una reestructuración de los procesos productivos, específicamente en General Motors; incluso, se habló del traslado de la empresa al estado de Guanajuato. Esta situación trajo consigo que las inversiones se detuvieran y cayera el empleo directo en el ramo.

v. Ruiz Durán, Clemente y Laura Resmini. Interacción entre las empresas de inversión extranjera directa y las pequeñas y medianas empresas locales, como parte de los sistemas de innovación regionales: El caso de la cadena fibra, textil y vestido en el estado de México. México, UNAM-GEM, 2005, 62 pp.

29

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Estadística


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Tercero, porque la recesión estadounidense, que se prolongó hasta el último tercio del 2003, influyó para que la demanda de automóviles producidos en México —y, en particular, de los que se fabrican en la entidad, como el PT Cruiser (de Daimler-Chrysler)— cayera.

En la medida que la economía de EE.UU. se reactive, la manufactura nacional y del estado de México recobrará el ritmo de crecimiento, particularmente la industria automotriz.4 Pasemos ahora a una evaluación integral de largo plazo de la economía mexiquense.

Estructura productiva del estado de México en el contexto nacional, 1994-2003 Por el tamaño de la estructura productiva, el estado de México se ha mantenido a lo largo de una década (de 1994 al 2003) como la se-

4

30

Vol. 2, núm. 2

gunda economía del país, con una participación promedio de 10.42% a precios constantes. Por periodos, tenemos que de 1994 a 1999 su participación fue de 10.37%, y del 2000 al 2003 aumentó en 12 centésimas (ver cuadro 4). Sin embargo, la tasa de crecimiento no ha sido acorde con el tamaño de su economía, aunque es relativamente más sencillo que una economía pequeña aumente su producción respecto a una estructura grande. De 1994 al 2003, la tasa anual de crecimiento de la entidad fue similar a la nacional, lo cual significó que ocupara la posición número 19 (ver cuadro 5). En cambio, Aguascalientes, siendo ocho veces más pequeña que el estado de México, estuvo 2.5 puntos porcentuales arriba de la media nacional, ocupando el primer lugar. De las seis principales economías del país, sólo Chihuahua y Nuevo León crecieron anualmente arriba del promedio general con 4.2 y 4%, respectivamente, ocupando en ese orden los sitios seis y ocho.

México es el segundo productor automotriz de América Latina, después de Brasil. En el 2003, redujo su producción en cerca de 219 mil unidades en relación con el 2002, como resultado de una menor demanda externa de EE.UU., la mayor penetración de automóviles europeos y asiáticos en el mercado interno y el debilitamiento general de la actividad productiva del país. Su peso en la economía se evidencia en que influye en el empleo de 4 millones de personas en México. Directamente, ofrece trabajo a 481 171 personas, que representan 34% del empleo total de la industria manufacturera. Asimismo, aporta 19% de las ventas foráneas del país, por lo que es la segunda actividad generadora de divisas. Por su parte, la industria automotriz y de autopartes mexiquense es la más importante de la nación porque contribuye con 25.2% del valor total de la producción. En materia de empleo, ocupa una quinta parte del total de trabajadores automotrices del país. En el 2003, las exportaciones de la industria automotriz y de autopartes de México ascendieron a 31.4 billones de dólares. El estado de México participó con 14.4%, equivalente a 4.5 billones de dólares. Desde 1994 a la fecha, sus ventas al exterior aumentaron en 62%. Se pronostica que a partir del 2004 inicie la recuperación de la industria automotriz, en la medida que se conjuguen una serie de factores: en primer lugar, la consolidación del crecimiento económico estadounidense, la mayor disposición de financiamiento para la adquisición de automóviles, la permanencia de los niveles en las tasas de interés y la novedad y ampliación de los modelos disponibles. Para empezar, en el 2004, las exportaciones aumentaron en 4.7% anual. v. Dirección General de Promoción Internacional-Unidad de Investigación y Análisis Económicos-SEDECO. ¿Por qué invertir en la industria automotriz del estado de México? Metepec, México, septiembre de 2004, 10 pp.


Total nacional

Estructura porcentual en el PIB de las entidades federativas, 1993-2003 (%, a precios constantes)

Continúa

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

1994- 2000- 19941999 2003 2003

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Entidad federativa 1

Distrito Federal

23.78

23.60

23.05

22.63

22.62

22.19

22.06

22.21

21.94

22.02

21.33

22.69

21.88

22.37

2

México

10.39

10.34

10.04

10.33

10.53

10.49

10.49

10.52

10.64

10.46

10.34

10.37

10.49

10.42

3

Nuevo León

6.41

6.48

6.46

6.44

6.59

6.72

6.84

6.90

6.90

7.06

7.20

6.59

7.02

6.76

4

Jalisco

6.56

6.50

6.38

6.35

6.31

6.47

6.50

6.43

6.46

6.43

6.34

6.42

6.42

6.42

5

Veracruz I. de la Llave

4.56

4.61

4.81

4.64

4.49

4.37

4.23

4.12

4.11

4.08

4.11

4.53

4.10

4.36

6

Chihuahua

3.92

3.97

3.96

4.06

4.10

4.21

4.32

4.52

4.35

4.33

4.44

4.10

4.41

4.23

7

Guanajuato

3.36

3.37

3.46

3.59

3.56

3.61

3.54

3.57

3.60

3.75

3.76

3.52

3.67

3.58

8

Puebla

3.26

3.25

3.18

3.30

3.35

3.44

3.59

3.51

3.55

3.48

3.50

3.35

3.51

3.42

9

Coahuila de Zaragoza

2.92

2.89

3.06

3.24

3.29

3.31

3.29

3.22

3.21

3.36

3.43

3.18

3.31

3.23

10

Baja California

2.80

2.87

2.89

2.97

3.12

3.11

3.24

3.37

3.26

3.16

3.22

3.03

3.25

3.12

11

Tamaulipas

2.79

2.87

2.89

2.90

2.87

2.95

3.02

3.05

2.97

3.05

3.19

2.92

3.06

2.98

12

Sonora

2.63

2.69

2.81

2.76

2.75

2.78

2.79

2.81

2.83

2.68

2.72

2.76

2.76

2.76

13

Michoacán de Ocampo

2.34

2.38

2.49

2.44

2.52

2.41

2.47

2.35

2.32

2.28

2.32

2.45

2.32

2.40

14

Sinaloa

2.33

2.23

2.31

2.24

2.15

2.10

2.03

2.06

2.10

2.06

2.05

2.18

2.07

2.13

15

Chiapas

1.79

1.78

1.89

1.82

1.78

1.78

1.76

1.71

1.74

1.78

1.79

1.80

1.75

1.78

16

San Luis Potosí

1.77

1.81

1.72

1.73

1.72

1.74

1.73

1.72

1.72

1.72

1.79

1.74

1.74

1.74

17

Guerrero

1.87

1.86

1.89

1.82

1.73

1.71

1.70

1.64

1.65

1.62

1.62

1.79

1.63

1.72

Estadística

31

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 4


Estructura porcentual en el PIB de las entidades federativas, 1993-2003 (%, a precios constantes) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Concluye

1994- 2000- 19941999 2003 2003

18

Querétaro Arteaga

1.40

1.45

1.50

1.55

1.63

1.69

1.71

1.72

1.72

1.76

1.75

1.59

1.74

1.65

19

Oaxaca

1.67

1.65

1.68

1.63

1.53

1.52

1.51

1.48

1.50

1.47

1.46

1.59

1.48

1.54

20

Hidalgo

1.53

1.49

1.40

1.45

1.44

1.47

1.45

1.42

1.39

1.38

1.37

1.45

1.39

1.43

21

Morelos

1.50

1.46

1.40

1.38

1.36

1.38

1.39

1.37

1.42

1.40

1.43

1.40

1.40

1.40

22

Quintana Roo

1.29

1.29

1.31

1.33

1.38

1.40

1.34

1.33

1.40

1.41

1.46

1.34

1.40

1.37

23

Yucatán

1.30

1.32

1.32

1.32

1.30

1.31

1.32

1.34

1.38

1.37

1.38

1.32

1.37

1.34

24

Durango

1.30

1.30

1.33

1.33

1.28

1.32

1.27

1.22

1.26

1.27

1.33

1.31

1.27

1.29

25

Tabasco

1.29

1.27

1.35

1.30

1.27

1.21

1.20

1.18

1.18

1.15

1.15

1.27

1.17

1.23

26

Campeche

1.19

1.17

1.21

1.20

1.16

1.13

1.07

1.08

1.13

1.14

1.20

1.16

1.14

1.15

27

Aguascalientes

0.98

1.01

1.05

1.09

1.10

1.11

1.11

1.18

1.22

1.25

1.25

1.08

1.22

1.14

28

Zacatecas

0.84

0.81

0.88

0.83

0.79

0.82

0.78

0.76

0.78

0.84

0.86

0.82

0.81

0.82

29

Nayarit

0.66

0.64

0.62

0.60

0.57

0.58

0.58

0.56

0.58

0.56

0.53

0.60

0.56

0.58

30

Colima

0.55

0.55

0.57

0.59

0.57

0.57

0.58

0.56

0.54

0.55

0.54

0.57

0.55

0.56

31

Baja California Sur

0.53

0.53

0.56

0.58

0.56

0.54

0.54

0.54

0.56

0.56

0.59

0.55

0.56

0.56

32

Tlaxcala

0.51

0.51

0.52

0.54

0.55

0.54

0.54

0.54

0.56

0.54

0.54

0.53

0.55

0.54

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

32

Cuadro 4


Variación anual del valor agregado bruto de las entidades federativas, 1994-2003 (%, a precios constantes)

Continúa

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

PIB nacional

-

4.46

-6.22

5.14

6.78

4.91

3.87

6.60

-0.16

0.83

1.41

3.16

2.17

2.76

Más impuestos a los productos netos de subsidios

-

4.95

-6.80

4.99

6.74

3.56

5.27

6.74

-1.5%

1.49

1.00

3.12

1.91

2.64

VAB nacional

-

4.42

-6.17

5.15

6.78

5.02

3.75

6.59

-0.03

0.77

1.44

3.16

2.19

2.77

Entidad federativa

-

1

Aguascalientes

-

7.55

-3.12

9.41

8.12

6.15

3.65

12.70

3.51

3.25

1.56

5.29

5.25

5.28

2

Querétaro Arteaga

-

8.14

-3.03

8.58

12.17

9.04

4.80

7.19

0.09

2.77

1.25

6.62

2.83

5.10

3

Coahuila de Zaragoza

-

3.38

-0.65

11.17

8.42

5.70

3.10

4.48

-0.55

5.69

3.53

5.19

3.29

4.43

4

Baja California

-

7.04

-5.55

7.88

12.30

4.51

8.20

10.82

-3.17

-2.25

3.19

5.73

2.15

4.30

5

Tamaulipas

-

7.49

-5.61

5.69

5.57

7.96

6.23

7.47

-2.54

3.59

5.81

4.55

3.58

4.16

6

Chihuahua

-

5.84

-6.43

7.92

7.80

7.77

6.59

11.37

-3.70

0.24

4.12

4.92

3.00

4.15

7

Quintana Roo

-

4.70

-4.92

6.89

10.80

6.58

-0.73

5.59

5.75

1.07

5.64

3.89

4.51

4.14

8

Nuevo León

-

5.51

-6.46

4.88

9.14

7.14

5.63

7.59

-0.15

3.20

3.45

4.31

3.52

3.99

9

Guanajuato

-

4.84

-3.71

9.15

5.88

6.58

1.64

7.38

0.87

4.89

1.74

4.06

3.72

3.93

10

Baja California Sur

-

3.08

-0.60

8.93

4.06

0.68

3.43

7.02

3.82

0.55

6.15

3.27

4.39

3.71

11

Puebla

-

4.11

-8.18

8.92

8.66

7.71

8.35

4.31

1.08

-1.24

1.85

4.93

1.50

3.56

12

Tlaxcala

-

4.59

-3.55

8.59

8.72

2.81

4.31

6.66

2.78

-2.25

2.44

4.25

2.41

3.51

13

Yucatán

-

6.10

-6.13

4.84

5.64

5.40

4.73

8.48

2.42

-0.12

2.19

3.43

3.24

3.35

14

Sonora

-

6.85

-2.02

3.39

6.48

6.17

4.13

7.26

0.81

-4.52

2.69

4.17

1.56

3.12

15

Durango

-

4.68

-3.82

5.00

2.64

8.27

-0.20

2.02

3.84

1.54

6.42

2.76

3.45

3.04

16

Zacatecas

-

1.39

1.03

-0.12

1.32

9.20

-1.99

3.84

3.00

9.23

3.31

1.80

4.85

3.02

Estadística

33

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 5


Concluye

Variación anual del valor agregado bruto de las entidades federativas, 1994-2003 (%, a precios constantes) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

17

San Luis Potosí

-

7.11

-11.12

6.13

6.17

6.18

2.84

6.05

0.09

0.83

5.24

2.88

3.05

2.95

18

Campeche

-

3.47

-3.51

4.87

3.01

2.43

-2.45

8.14

4.73

1.12

7.43

1.30

5.35

2.92

19

México

-

3.94

-8.86

8.19

8.82

4.67

3.72

6.92

1.12

-0.96

0.24

3.41

1.83

2.78

20

Chiapas

-

4.05

-0.27

1.02

4.63

4.72

2.57

4.01

1.43

3.04

2.04

2.79

2.63

2.72

21

Michoacán de Ocampo

-

6.27

-1.98

3.28

10.40

0.11

6.60

1.21

-1.27

-0.72

3.21

4.11

0.61

2.71

22

Colima

-

5.02

-3.85

8.64

3.40

5.38

6.04

2.01

-3.46

2.66

-0.01

4.10

0.30

2.58

23

Jalisco

-

3.45

-7.88

4.54

6.20

7.68

4.23

5.47

0.42

0.33

-0.01

3.04

1.55

2.44

24

Morelos

-

1.47

-9.72

3.62

4.87

6.67

5.00

4.86

3.50

-0.86

3.71

1.98

2.80

2.31

25

Hidalgo

-

2.07

-11.59

8.88

5.44

7.78

2.38

4.20

-2.00

-0.53

0.90

2.49

0.64

1.75

26

Distrito Federal

-

3.63

-8.36

3.27

6.72

3.02

3.12

7.33

-1.22

1.12

-1.73

1.90

1.38

1.69

27

Veracruz de I. de la Llave

-

5.61

-2.25

1.62

3.30

2.20

0.28

3.98

-0.45

0.18

2.05

1.79

1.44

1.65

28

Tabasco

-

3.44

-0.37

0.85

4.32

0.35

2.42

4.92

0.61

-1.83

1.16

1.83

1.21

1.59

29

Sinaloa

-

0.23

-2.79

1.65

2.61

2.52

0.42

8.32

1.92

-1.24

0.72

0.77

2.43

1.44

30

Oaxaca

-

3.31

-4.39

1.97

0.47

4.00

3.27

4.82

1.27

-1.22

0.80

1.44

1.42

1.43

31

Guerrero

-

3.81

-4.70

1.16

1.59

3.95

3.09

2.66

0.61

-0.98

1.23

1.48

0.88

1.24

32

Nayarit

-

2.01

-9.91

2.57

1.26

7.12

3.85

2.11

3.36

-2.22

-3.92

1.15

-0.17

0.62 Vol. 2, núm. 2

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

34

Cuadro 5


Estadística

El tercer lugar fue para Nuevo León que, contrario a las dos entidades del centro de la República Mexicana, cada vez participa más en el crecimiento nacional como veremos más adelante, con 0.27 puntos porcentuales durante el periodo (0.02 puntos porcentuales menos que el estado de México, pese a que la estructura productiva neoleonesa representa 64.8% de la mexiquense). Aparece en el cuarto sitio Chihuahua, desplazando a Jalisco al quinto, no obstante que ésta tiene una estructura mayor. Desaparece en el listado Veracruz de Ignacio de la Llave, que por el tamaño de su estructura debería ocupar el sexto lugar; por el contrario, fue desplazado por siete estados, encabezados por Coahuila de

Zaragoza (0.15 puntos) y Guanajuato (0.14). Nayarit fue la economía que menos aportó a la generación de riqueza en el país con 0.004 puntos porcentuales a lo largo de 10 años. La situación cambia si evaluamos la contribución en lapsos más cortos. De 1994 a 1999, la tasa de crecimiento del PIB nacional fue de 3.2% anual. Las entidades con mayor contribución fueron, en este orden, Distrito Federal (0.43 puntos porcentuales), estado de México (0.36), Nuevo León (0.29), Chihuahua (0.21) y Jalisco (0.20). El sexto lugar lo ocupó Baja California, seguido por Puebla, Coahuila de Zaragoza, Guanajuato y Tamaulipas. Veracruz de Ignacio de la Llave apareció hasta el lugar número 14. Nayarit siguió siendo la economía que menor contribución tuvo al crecimiento con 0.006 puntos porcentuales. Para el lapso del 2000 al 2003, la economía nacional tuvo un menor ritmo de crecimiento económico al bajar a 2.2% anual. El Distrito Federal permaneció en el primer lugar de contribución, con 0.31 puntos porcentuales; el estado de México fue desplazado del segundo sitio por Nuevo León, ya que su participación fue 0.19 puntos porcentuales contra 0.25. Chihuahua se mantuvo en el cuarto lugar y Guanajuato apareció en el quinto, seguidos por Tamaulipas, Coahuila de Zaragoza, Jalisco, Baja California y Aguascalientes (ver cuadro 7). ¿Cuál fue el momento de inflexión en que el estado de México perdió la segunda posición y fue desplazado por Nuevo León? ¿Es sólo coyuntural o es una tendencia? 35

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Por periodos más cortos, entre 1994 y 1999, la producción mexiquense se incrementó en promedio en 3.41% anual, arriba del promedio del país en 0.25 puntos porcentuales, por lo que su posición mejoró al número 16. En cambio, del 2000 al 2003, el aumento fue inferior a la media nacional: 1.83% contra 2.17% anual. En este lapso, la entidad tuvo la posición número 20. El verdadero peso de la economía mexiquense está en la relación tamaño/crecimiento económico (variación anual ponderada). Las cifras son interesantes, ya que la contribución al crecimiento global de la economía de 2.8%, para el periodo 1994-2003, correspondió el primer lugar al Distrito Federal con 0.38 puntos porcentuales, y el segundo sitio al estado de México con 0.29; dos economías con tendencia a crecer cada vez menos pese al tamaño de su estructura (ver cuadro 6).


36

Cuadro 6

Continúa

Variación anual ponderada de las entidades federativas, 1994-2003 (%, a precios constantes) 1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

5.14

6.78

4.91

3.87

6.60

-0.16

0.83

1.41

3.156

2.170

2.761

-1.93

0.74

1.52

0.67

0.69

1.63

-0.27

0.25

-0.37

0.425

0.310

0.379

0.41

-0.89

0.85

0.93

0.49

0.39

0.73

0.12

-0.10

0.02

0.362

0.193

0.294

-

0.36

-0.42

0.31

0.60

0.48

0.39

0.52

-0.01

0.23

0.25

0.287

0.247

0.271

Chihuahua

-

0.23

-0.25

0.32

0.32

0.33

0.28

0.51

-0.16

0.01

0.18

0.205

0.136

0.178

5

Jalisco

-

0.22

-0.50

0.29

0.39

0.50

0.28

0.35

0.03

0.02

0.00

0.195

0.100

0.157

6

Coahuila de Zaragoza

-

0.10

-0.02

0.36

0.28

0.19

0.10

0.14

-0.02

0.19

0.12

0.168

0.110

0.145

7

Guanajuato

-

0.16

-0.13

0.33

0.21

0.24

0.06

0.26

0.03

0.18

0.07

0.145

0.136

0.141

8

Baja California

-

0.20

-0.16

0.23

0.38

0.14

0.27

0.36

-0.10

-0.07

0.10

0.177

0.073

0.136

9

Tamaulipas

-

0.22

-0.16

0.17

0.16

0.23

0.19

0.23

-0.08

0.11

0.18

0.134

0.112

0.125

10

Puebla

-

0.13

-0.26

0.29

0.29

0.27

0.30

0.15

0.04

-0.04

0.06

0.170

0.053

0.123

11

Sonora

-

0.18

-0.06

0.09

0.18

0.17

0.12

0.20

0.02

-0.12

0.07

0.114

0.045

0.086

12

Querétaro Arteaga

-

0.12

-0.05

0.13

0.20

0.15

0.08

0.12

0.00

0.05

0.02

0.107

0.049

0.084

13

Veracruz de I. de la Llave

-

0.26

-0.11

0.08

0.15

0.10

0.01

0.16

-0.02

0.01

0.08

0.080

0.059

0.072

14

Michoacán de Ocampo

-

0.15

-0.05

0.08

0.26

0.00

0.16

0.03

-0.03

-0.02

0.07

0.101

0.014

0.067

15

Aguascalientes

-

0.08

-0.03

0.10

0.09

0.07

0.04

0.15

0.04

0.04

0.02

0.058

0.063

0.060

16

Quintana Roo

-

0.06

-0.06

0.09

0.15

0.09

-0.01

0.07

0.08

0.02

0.08

0.053

0.063

0.057

1994

1995 1996

VAB nacional

-

4.46

-6.22

Entidad federativa

-

1

Distrito Federal

-

0.86

2

México

-

3

Nuevo León

4

Vol. 2, núm. 2

1997

1993

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006


Variación anual ponderada de las entidades federativas, 1994-2003 (%, a precios constantes) 1993

1994

1995 1996

Concluye

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

17

San Luis Potosí

-

0.13

-0.19

0.11

0.11

0.11

0.05

0.10

0.00

0.01

0.09

0.051

0.053

0.052

18

Chiapas

-

0.07

-0.01

0.02

0.08

0.08

0.05

0.07

0.02

0.05

0.04

0.050

0.046

0.048

19

Yucatán

-

0.08

-0.08

0.06

0.07

0.07

0.06

0.11

0.03

0.00

0.03

0.045

0.04

0.045

20

Durango

-

0.06

-0.05

0.07

0.03

0.11

0.00

0.02

0.05

0.02

0.09

0.036

0.045

0.040

21

Campeche

-

0.04

-0.04

0.06

0.03

0.03

-0.03

0.09

0.05

0.01

0.09

0.016

0.061

0.034

22

Morelos

-

0.02

-0.14

0.05

0.07

0.09

0.07

0.07

0.05

-0.01

0.05

0.027

0.039

0.032

23

Sinaloa

-

0.01

-0.06

0.04

0.06

0.05

0.01

0.17

0.04

-0.03

0.01

0.016

0.050

0.030

24

Hidalgo

-

0.03

-0.16

0.13

0.08

0.11

0.03

0.06

-0.03

-0.01

0.01

0.037

0.009

0.026

25

Zacatecas

-

0.01

0.01

0.00

0.01

0.08

-0.02

0.03

0.02

0.08

0.03

0.015

0.040

0.025

26

Oaxaca

-

0.05

-0.07

0.03

0.01

0.06

0.05

0.07

0.02

-0.02

0.01

0.022

0.021

0.021

27

Guerrero

-

0.07

-0.09

0.02

0.03

0.07

0.05

0.04

0.01

-0.02

0.02

0.025

0.014

0.021

28

Baja California Sur

-

0.02

0.00

0.05

0.02

0.00

0.02

0.04

0.02

0.00

0.04

0.018

0.025

0.021

29

Tabasco

-

0.04

-0.01

0.01

0.05

0.00

0.03

0.06

0.01

-0.02

0.01

0.023

0.014

0.019

30

Tlaxcala

-

0.02

-0.02

0.05

0.05

0.02

0.02

0.04

0.02

-0.01

0.01

0.023

0.013

0.019

31

Colima

-

0.03

-0.02

0.05

0.02

0.03

0.04

0.01

-0.02

0.01

0.00

0.024

0.002

0.015

32

Nayarit

-

0.01

-0.06

0.02

0.01

0.04

0.02

0.01

0.02

-0.01

-0.02

0.006

-0.001

0.004

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Estadística

37

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 6


INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Sin negar las modificaciones que a largo plazo se han dado en la economía mexiquense, este fenómeno en particular parece coyuntural. Como ya mencionamos, el PIB del estado de México, en el 2002, cayó 0.96% y al año siguiente tuvo una leve recuperación de 0.24%, en tanto que la economía neoleonesa creció en 3.20 y 3.45%, en ese mismo orden, por lo que su aportación al crecimiento nacional fue superior. Sin embargo, la contribución de Nuevo León fue tan alta en esos dos años, que neutralizó las diferencias a favor que tenía el estado de México desde 1998 (ver cuadro 8). En este sentido, es pertinente conocer cuáles son las actividades económicas más importantes del estado de México y cuáles pueden bloquear el crecimiento en el largo plazo.

Pauta interna, 1993-2003 El sector terciario se ha consolidado como la actividad predominante de la economía mexiquense en detrimento de la industria manufacturera (ver cuadro 9). Entre 1993 y 2003, la manufactura perdió 1.6 puntos porcentuales de participación, mientras que los servicios avanzaron 4 puntos. Destaca el desarrollo del sector agropecuario y de la minería, el estancamiento de la producción en electricidad, gas y agua, donde la entidad tiene baja incidencia nacional, y el franco retroceso de la industria de la construcción.

38

Vol. 2, núm. 2

En ese lapso, el sector primario (agricultura, ganadería y minería) contribuyó con 3.3% de la producción estatal; la industria de la transformación, con 31.9%; la industria de la construcción, junto con electricidad, gas y agua, con 4.8%; los servicios, con 61.1%; y los servicios bancarios imputados registraron -1.1%. Dentro de la industria manufacturera, las ramas más importantes por su tamaño fueron: 1. 2. 3.

Industria metalmecánica con 30.5% del PIB sectorial y 9.7% del estatal. Alimentos y bebidas con 23.5 y 7.5%, respectivamente.

Industria química y plásticos con 17.8 y 5.7%, en ese orden.

En conjunto, las tres actividades representaron 71.7% de la estructura productiva de la manufactura y 22.7% de toda la economía mexiquense. Las actividades con mayor crecimiento entre 1994 y el 2003 fueron la minería (11.6% en promedio anual), las industrias metálicas básicas (6.2%), el sector agropecuario (5.8%), comunicaciones y transportes (5.3%) y servicios financieros (4.8%). La industria manufacturera en su conjunto creció en 2.3% (ver cuadro 10). La única división que no tuvo crecimiento fue la construcción (-4.1%). Por periodos más cortos, de 1994 a 1999, las actividades más dinámicas fueron la mi-


VAB nacional Entidad federativa

Variación anual ponderada de las entidades federativas, 2000-2003 (%, a precios constantes) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

20002003

4.46

-6.22

5.14

6.78

4.91

3.87

6.60

-0.16

0.83

1.41

2.170

-

1 Distrito Federal

-

0.86

-1.93

0.74

1.52

0.67

0.69

1.63

-0.27

0.25

-0.37

0.310

2 Nuevo León

-

0.36

-0.42

0.31

0.60

0.48

0.39

0.52

-0.01

0.23

0.25

0.247

3 México

-

0.41

-0.89

0.85

0.93

0.49

0.39

0.73

0.12

-0.10

0.02

0.193

4 Chihuahua

-

0.23

-0.25

0.32

0.32

0.33

0.28

0.51

-0.16

0.01

0.18

0.136

5 Guanajuato

-

0.16

-0.13

0.33

0.21

0.24

0.06

0.26

0.03

0.18

0.07

0.136

6 Tamaulipas

-

0.22

-0.16

0.17

0.16

0.23

0.19

0.23

-0.08

0.11

0.18

0.112

7 Coahuila de Zaragoza

-

0.10

-0.02

0.36

0.28

0.19

0.10

0.14

-0.02

0.19

0.12

0.110

8 Jalisco

-

0.22

-0.50

0.29

0.39

0.50

0.28

0.35

0.03

0.02

0.00

0.100

9 Baja California

-

0.20

-0.16

0.23

0.38

0.14

0.27

0.36

-0.10

-0.07

0.10

0.073

10 Aguascalientes

-

0.08

-0.03

0.10

0.09

0.07

0.04

0.15

0.04

0.04

0.02

0.063

11 Quintana Roo

-

0.06

-0.06

0.09

0.15

0.09

-0.01

0.07

0.08

0.02

0.08

0.063

12 Campeche

-

0.04

-0.04

0.06

0.03

0.03

-0.03

0.09

0.05

0.01

0.09

0.061

13 Veracruz de I. de la Llave -

0.26

-0.11

0.08

0.15

0.10

0.01

0.16

-0.02

0.01

0.08

0.059

14 San Luis Potosí

-

0.13

-0.19

0.11

0.11

0.11

0.05

0.10

0.00

0.01

0.09

0.053

15 Puebla

-

0.13

-0.26

0.29

0.29

0.27

0.30

0.15

0.04

-0.04

0.06

0.053

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Estadística

39

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 7


Estados de México y Nuevo León. Comparación de contribución al crecimiento de la economía, 1994-2003 (%, a precios constantes) 1993 VAB nacional

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

4.46

-6.22

5.14

6.78

4.91

3.87

6.60

-0.16

0.83

1.41

3.156

2.170

2.761

Entidad federativa México

-

0.407

-0.889

0.846

0.929

0.490

0.391

0.728

0.119

-0.101

0.025

0.362

0.193

0.294

Nuevo León

-

0.357

-0.417

0.314

0.602

0.480

0.385

0.524

-0.010

0.226

0.248

0.287

0.247

0.271

0.050

-0.472

0.532

0.327

0.011

0.005

0.204

0.129

-0.327

-0.223

0.075

-0.054

0.024

Diferencia

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Fuente: INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

40

Cuadro 8


PIB sectorial del estado de México, 1993-2003 (Estructura porcentual)

Continúa

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

1

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca

2.47

2.43

2.78

2.91

2.89

2.83

3.23

2.93

3.33

3.14

3.25

2

G.D. 2 Minería

0.25

0.26

0.26

0.25

0.46

0.43

0.42

0.42

0.40

0.45

0.44

3

G.D. 3 Industria manufacturera

31.88

31.18

31.00

32.34

32.64

32.93

32.94

32.73

32.09

31.16

30.29

4

I. Alimentos, bebidas y tabaco

6.98

6.94

7.68

7.72

7.34

7.48

7.55

7.29

7.63

7.95

7.83

5

II. Textiles, vestido y cuero

3.07

2.97

2.57

2.80

2.82

2.75

2.68

2.60

2.21

2.08

2.23

6

III. Madera y sus productos

0.59

0.58

0.56

0.56

0.58

0.61

0.59

0.58

0.54

0.52

0.48

7

IV. Papel, imprentas y editoriales

1.69

1.63

1.68

1.59

1.61

1.70

1.71

1.68

1.52

1.45

1.43

8

V. Químicos; derivados de petróleo; plástico

5.84

5.62

5.76

5.69

5.77

5.91

5.97

5.60

5.47

5.32

5.38

9

VI. Minerales no metálicos

2.36

2.36

2.24

2.27

2.18

2.15

2.14

1.99

2.12

2.27

2.24

10

VII. Industrias metálicas básicas

1.09

1.14

1.45

1.66

1.51

1.61

1.51

1.37

1.31

1.39

1.49

11

VIII. Productos metálicos, maquinaria y equipo

9.61

9.33

8.56

9.44

10.24

10.09

10.15

10.99

10.64

9.47

8.52

12

IX. Otras industrias manufactureras

0.64

0.61

0.51

0.61

0.61

0.62

0.64

0.62

0.65

0.70

0.69

13

G.D. 4 Construcción

5.09

4.82

4.50

4.43

4.39

4.12

4.25

3.82

2.79

2.73

2.41

14

G.D. 5 Electricidad, gas y agua

0.80

0.78

0.85

0.85

0.81

0.78

0.87

0.83

0.84

0.82

0.74

Estadística

41

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 9


PIB sectorial del estado de México, 1993-2003 (Estructura porcentual)

Concluye

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

15

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

20.53

20.91

19.20

19.10

20.03

20.33

20.14

21.50

21.58

21.48

21.58

16

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

8.88

9.86

9.03

9.44

9.85

10.03

9.61

9.98

10.39

10.68

11.03

G.D. 8 Servicios financ., 17 seguros, inmobiliarios y alquiler

13.76

13.82

15.47

14.74

14.15

14.59

14.72

14.41

15.17

15.70

16.85

18

G.D. 9 Servicios comunales, sociales y personales

17.22

16.90

17.82

16.75

15.61

15.12

15.01

14.53

14.71

15.03

14.95

19

Servicios bancarios imputados

-0.88

-0.97

-0.90

-0.82

-0.82

-1.15

-1.21

-1.15

-1.29

-1.18

-1.55

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Valor agregado bruto, en valores básicos

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

42

Cuadro 9


Estadística

Del 2000 al 2003, la tasa anual de crecimiento de la economía fue de 1.8% anual promedio. Las actividades más dinámicas fueron la de servicios; particularmente el sector de comunicaciones y transportes tuvo el mayor aumento (5.4%), servicios financieros (5.3%) y comercio (3.7%). En términos generales, la industria manufacturera y sus ramas devinieron en decrecimiento; sólo la rama de otras industrias manufactureras, minerales no metálicos, alimentos y bebidas e industrias metálicas básicas mantuvieron su crecimiento. Finalmente, considerando tamaño y dinamismo económico (variación anual ponderada), las seis actividades más importantes que contribuyeron al crecimiento de la producción, de 2.8% anual promedio entre 1994 y 2003, fueron (ver cuadro 11): 1) Industria manufacturera (0.79 puntos porcentuales). 2) Comercio, restaurantes y hoteles (0.74). 3) Servicios financieros, seguros, inmobiliarios y alquiler (0.72). 4) Transporte, almacenes y comunicaciones (0.54). 5) Alimentos, bebidas y tabaco (0.29). 6) Productos metálicos, maquinaria y equipo (0.27).

Con excepción de la división de la construcción, cuya contribución al crecimiento fue de -0.11 puntos porcentuales, todos los sectores y ramas participaron de manera positiva a lo largo de una década. En periodos más cortos, de 1994 a 1999, prácticamente fueron las mismas seis divisiones las que mayor influencia tuvieron en la producción mexiquense, intercambiando el quinto lugar metalmecánica por alimentos y bebidas. A más corto plazo, 2000-2003, se hace evidente el retroceso que tuvo la industria manufacturera y sus principales ramas, ya que fueron desplazadas de las primeras posiciones. Al crecimiento de 1.8% anual, el sector financiero contribuyó con 0.83 puntos porcentuales; le siguieron comercio (0.80), transportes (0.56) y servicios comunales (0.25). La única actividad de la transformación que aparece con una importante contribución fue la industria de alimentos (0.21 puntos porcentuales), que ocupó el lugar número cinco. Hay que resaltar el dinamismo que ha venido adquiriendo el estado de México en el sector agropecuario, que obtuvo la sexta posición durante este periodo (0.08 puntos porcentuales de contribución). La construcción, siendo uno de los sectores que más contribuye al empleo y que tiene fuerte impacto en ramas de la industria manufacturera, profundizó su crisis durante este periodo, ocupando la última posición con -0.31 puntos porcentuales. 43

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

nería (17.5% de crecimiento anual promedio), las industrias metálicas básicas (9.3%), el sector agropecuario (8.13%) y comunicaciones y transportes (5.3%). La de menor crecimiento continuó siendo la industria de la construcción (0.5%).


PIB sectorial del estado de México, 1993-2003 (Variación anual y tasa de crecimiento promedio anual por periodos)

Continúa

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca

-

2.10

4.40

13.01

8.12

2.59

18.55

-3.26

15.19

-6.83

4.04

8.13

2.28

5.79

2

G.D. 2 Minería

-

8.62

-9.46

6.39

99.75

-2.73

2.41

7.14

-4.12

9.88

-1.49

17.50

2.85

11.64

3

G.D. 3 Industria manufacturera

-

1.65

-9.38

12.86

9.84

5.59

3.77

6.22

-0.87

-3.82

-2.56

4.05

-0.25

2.33

4

I. Alimentos, bebidas y tabaco

-

3.27

0.86

8.74

3.50

6.65

4.74

3.22

5.90

3.13

-1.31

4.63

2.73

3.87

5

II. Textiles, vestido y cuero

-

0.32

-21.16

18.15

9.39

2.33

0.95

3.82

-14.04

-6.98

7.63

1.66

-2.39

0.04

6

III. Madera y sus productos

-

1.37

-11.61

8.47

11.77

10.91

0.57

4.95

-6.28

-4.18

-7.79

3.58

-3.32

0.82

7

IV. Papel, imprentas y editoriales

-

0.24

-6.25

2.34

10.06

10.74

4.61

4.53

-8.51

-5.20

-0.94

3.62

-2.53

1.16

8

V. Químicos; derivados de petróleo; plástico

-

0.14

-6.61

6.88

10.29

7.29

4.81

0.30

-1.27

-3.71

1.37

3.80

-0.83

1.95

9

VI. Minerales no metálicos

-

3.97

-13.65

9.73

4.56

3.17

3.13

-0.28

7.45

6.35

-1.30

1.82

3.05

2.31

10

VII. Industrias metálicas básicas

-

7.88

16.24

23.75

-1.03

11.73

-2.55

-3.20

-3.20

5.45

6.97

9.33

1.51

6.20

11

VIII. Productos metálicos, maquinaria y equipo

-

0.91

-16.41

19.34

18.02

3.16

4.28

15.83

-2.18

-11.81

-9.82

4.88

-1.99

2.13

12

IX. Otras industrias manufactureras

-

-0.15

-23.84

29.07

7.94

7.55

5.72

4.43

5.82

7.09

-1.10

4.38

4.06

4.25

13

G.D. 4 Construcción

-

-1.45

-15.06

6.64

7.90

-1.86

6.96

-3.91

-26.13

-3.07

-11.39

0.52

-11.12

-4.14

14

G.D. 5 Electricidad, gas y agua

-

1.33

-1.52

9.27

3.11

0.48

16.68

1.49

2.08

-3.41

-8.88

4.89

-2.18

2.06

Vol. 2, núm. 2

1

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

44

Cuadro 10


Concluye

PIB sectorial del estado de México, 1993-2003 (Variación anual y tasa de crecimiento promedio anual por periodos) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

15

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

-

5.86

-16.31

7.64

14.08

6.25

2.77

14.13

1.48

-1.40

0.67

3.38

3.72

3.52

16

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

-

15.39

-16.53

13.16

13.46

6.65

-0.66

11.07

5.26

1.78

3.54

5.25

5.41

5.31

17

G.D. 8 Servicios financ., seguros, inmobiliarios y alquiler

-

4.44

1.99

3.07

4.48

7.91

4.69

4.67

6.44

2.52

7.55

4.43

5.30

4.78

18

G.D. 9 Servicios comunales, sociales y personales

-

1.98

-3.85

1.70

1.40

1.38

2.99

3.48

2.33

1.21

-0.26

0.93

1.69

1.24

19

Servicios bancarios imputados

-

13.64

-14.81

-1.99

9.85

46.19

8.82

1.96

13.38

-9.32

31.01

10.28

9.26

9.87

Valor agregado bruto, en valores básicos

-

3.94

-8.86

8.19

8.82

4.67

3.72

6.92

1.12

-0.96

0.24

3.41

1.83

2.78

4.47

-9.47

8.02

8.78

3.21

5.24

7.06

-0.44

-0.25

-0.20

3.38

1.54

2.64

3.98

-8.90

8.18

8.82

4.55

3.84

6.93

0.99

-0.91

0.21

3.41

1.81

2.77

Más impuestos a los productos netos de subsidios Producto interno bruto a/

-

Estimado a partir de la participación nacional en el VAB en valores básicos a precios constantes. Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

a/

Estadística

45

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 10


Continúa

PIB sectorial del estado de México, 1994-2003 (Variación anual ponderada) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca

-

0.05

0.12

0.38

0.23

0.07

0.60

-0.10

0.51

-0.21

0.13

0.24

0.08

0.18

2

G.D. 2 Minería

-

0.02

-0.02

0.02

0.46

-0.01

0.01

0.03

-0.02

0.04

-0.01

0.08

0.01

0.05

3

G.D. 3 Industria manufacturera

-

0.51

-2.91

4.16

3.21

1.84

1.24

2.04

-0.28

-1.19

-0.77

1.34

-0.05

0.79

4

I. Alimentos, bebidas y tabaco

-

0.23

0.07

0.67

0.26

0.50

0.36

0.23

0.45

0.25

-0.10

0.35

0.21

0.29

5

II. Textiles, vestido y cuero

-

0.01

-0.54

0.51

0.26

0.06

0.03

0.10

-0.31

-0.15

0.17

0.05

-0.05

0.01

6

III. Madera y sus productos

-

0.01

-0.07

0.05

0.07

0.07

0.00

0.03

-0.03

-0.02

-0.04

0.02

-0.02

0.01

7

IV. Papel, imprentas y editoriales

-

0.00

-0.11

0.04

0.16

0.18

0.08

0.08

-0.13

-0.08

-0.01

0.06

-0.04

0.02

8

V. Químicos; derivados de petróleo; plástico

-

0.01

-0.38

0.39

0.59

0.43

0.29

0.02

-0.07

-0.20

0.07

0.22

-0.04

0.12

9

VI. Minerales no metálicos

-

0.09

-0.31

0.22

0.10

0.07

0.07

-0.01

0.16

0.14

-0.03

0.04

0.07

0.05

10

VII. Industrias metálicas básicas

-

0.09

0.24

0.39

-0.02

0.19

-0.04

-0.04

-0.04

0.08

0.10

0.14

0.02

0.09

11

VIII. Productos metálicos, maquinaria y equipo

-

0.09

-1.40

1.83

1.85

0.32

0.43

1.74

-0.23

-1.12

-0.84

0.52

-0.11

0.27

12

IX. Otras industrias manufactureras

-

0.00

-0.12

0.18

0.05

0.05

0.04

0.03

0.04

0.05

-0.01

0.03

0.03

0.03

13

G.D. 4 Construcción

-

-0.07

-0.68

0.29

0.35

-0.08

0.30

-0.15

-0.73

-0.08

-0.27

0.02

-0.31

-0.11

14

G.D. 5 Electricidad, gas y agua

-

0.01

-0.01

0.08

0.03

0.00

0.15

0.01

0.02

-0.03

-0.07

0.04

-0.02

0.02

15

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

-

1.22

-3.13

1.46

2.82

1.27

0.56

3.04

0.32

-0.30

0.14

0.70

0.80

0.74

Vol. 2, núm. 2

1

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

46

Cuadro 11


Concluye

PIB sectorial del estado de México, 1994-2003 (Variación anual ponderada) 1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

19941999

20002003

19942003

16

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

-

1.52

-1.49

1.24

1.33

0.67

-0.06

1.10

0.55

0.19

0.39

0.53

0.56

0.54

17

G.D. 8 Servicios financ., seguros, inmobiliarios y alquiler

-

0.61

0.31

0.45

0.63

1.15

0.69

0.67

0.98

0.40

1.27

0.64

0.83

0.72

18

G.D. 9 Servicios comunales, sociales y personales

-

0.34

-0.69

0.28

0.22

0.21

0.45

0.51

0.34

0.18

-0.04

0.14

0.25

0.18

19

Servicios bancarios imputados

-

-0.13

0.13

0.02

-0.08

-0.53

-0.11

-0.02

-0.17

0.11

-0.48

-0.12

-0.14

-0.13

Valor agregado bruto, en valores básicos

-

3.94

-8.86

8.19

8.82

4.67

3.72

6.92

1.12

-0.96

0.24

3.41

1.83

2.78

Fuente: I NEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003).

Estadística

47

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 11


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Productividad sectorial, 2000-2003 Aun cuando el crecimiento del sector servicios ha sido importante, la industria de la transformación compite en la generación de empleo y en los niveles de productividad (ver cuadro 12). Con alrededor de 21.2% del personal ocupado en la entidad, en el periodo 2000-2003, la manufactura generó 31.5% del PIB estatal. Este sector ha venido reduciendo el personal ocupado, pero su productividad se ha incrementado. Durante este lapso, el número de plazas se redujo en 58 858, mientras que la productividad pasó de 142.3% en el primer año a 146.6% en el último. Sin embargo, la productividad no impactó en el aumento de la producción del sector, ya que en el 2003 cayó en 0.8% anual. Ante la falta de crecimiento económico se ha tenido que ajustar el número de personal, y para aumentar los niveles de competitividad se ha recurrido a la reconversión tecnológica en algunas ramas y a una mayor flexibilidad en las relaciones laborales. En lo que toca a la parte de comercio, restaurantes y hoteles, el aumento del personal ocupado entre el 2000 y 2003 fue de 248 035 plazas, sin embargo, su productividad, que es baja, se redujo de 91.2 a 81.2%. Su participación en el empleo fue de una cuarta parte del total, contribuyendo con 21.5% de la producción estatal. La actividad más productiva de la economía mexiquense es la de comunicaciones y trans48

Vol. 2, núm. 2

portes, que tuvo en promedio 155.8% anual de productividad en el periodo. El sector agropecuario, aunque tiene una baja productividad, ha venido mejorando a pasos acelerados. Entre el 2000 y 2003 aumentó 20 puntos porcentuales. Contrasta la industria de la construcción, que disminuyó en 25 puntos en el mismo lapso.

Participación en el PIB de los municipios mexiquenses En sentido estricto, normalmente en ningún país del mundo se realizan cálculos del PIB a nivel municipal con base en criterios de contabilidad nacional. Rompiendo la regla para hacer un ejercicio teórico utilizando información censal del INEGI y los cálculos elaborados por la empresa consultora Sistema de Información Regional (SIREM), observemos el comportamiento de la producción en forma individual y por regiones. En la entidad, en el 2003, hubo 15 municipios que contribuyeron al PIB con al menos 1%. Este conjunto concentró 84.6% de la producción total, es decir, que los otros 110 municipios que forman la división política del estado de México se repartieron 15.4% de la riqueza generada en la entidad (ver cuadro 13). La concentración es mayor si consideramos que los cinco principales municipios (Naucalpan, Tlalnepantla, Toluca, Ecatepec y Cuautitlán Izcalli) sumaron 65.4% del PIB estatal y 68.1% de la producción manufacturera (ver cuadro 14).


Estado de México. Valor agregado bruto, estructura productiva, empleo y productividad relativa, 2000-2003

Valor agregado bruto (1993=100) G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca G.D. 3 Industria manufacturera G.D. 4 Construcción

2000

155323

2001

157 059

2002

155 547

Continúa

2003

155 922

4 544

5 235

4 877

5 074

50 837

50 395

48 472

47 232

5 931

4 381

4 247

3 763

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

33 396

33 892

33 417

33 641

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

15 502

16 317

16 607

17 195

110 211

110 220

107 620

106 906

45 112

46 840

47 927

49 017

100.00%

100.00%

100.00%

100.00%

2.93%

3.33%

3.14%

3.25%

32.73%

32.09%

31.16%

30.29%

3.82%

2.79%

2.73%

2.41%

21.50%

21.58%

21.48%

21.58%

9.98%

10.39%

10.68%

11.03%

Subtotal

70.96%

70.18%

69.19%

68.56%

Otros

29.04%

29.82%

30.81%

31.44%

5 374 028

5 395 801

5 484 735

5 698 547

Subtotal Otros VAB, estructura porcentual Total G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca G.D. 3 Industria manufacturera G.D. 4 Construcción G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

Población ocupada Total G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca G.D. 3 Industria manufacturera G.D. 4 Construcción

428 706

435 245

389 794

327 514

1 236 353

1 132 664

1 101 391

1 177 495

367 107

382 303

421 867

448 871

1 266 931

1 330 019

1 403 616

1 514 966

343 815

351 428

390 342

397 813

Subtotal

3 642 912

3 631 657

3 707 009

3 866 659

Otros

1 731 116

1 764 144

1 777 726

1 831 888

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

Estadística

49

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Cuadro 12


Estado de México. Valor agregado bruto, estructura productiva, empleo y productividad relativa, 2000-2003

Población ocupada, estructura porcentual Total

Concluye

2000

2001

2002

2003

100.00%

100.00%

100.00%

100.00%

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca

7.98%

8.07%

7.11%

5.75%

G.D. 3 Industria manufacturera

23.01%

20.99%

20.08%

20.66%

G.D. 4 Construcción

6.83%

7.09%

7.69%

7.88%

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

23.58%

24.65%

25.59%

26.59%

G.D. 7 Transporte, almacenes y comunicaciones

6.40%

6.51%

7.12%

6.98%

Subtotal

67.79%

67.31%

67.59%

67.85%

Otros

32.21%

32.69%

32.41%

32.15%

Productividad relativa Total

100.00%

100.00%

100.00%

100.00%

G.D. 1 Agropecuario, silvicultura y pesca

36.68%

41.32%

44.12%

56.62%

G.D. 3 Industria manufacturera

142.27%

152.85%

155.18%

146.60%

G.D. 4 Construcción

55.90%

39.37%

35.50%

30.64%

G.D. 6 Comercio, restaurantes y hoteles

91.20%

87.54%

83.95%

81.16%

G.D. 7 Transporte, almacenes y

156.01%

159.51%

150.02%

157.97%

Subtotal

104.67%

104.27%

102.37%

101.05%

Otros

90.16%

91.22%

95.06%

97.79%

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

comunicaciones

Fuentes: INEGI. Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto interno bruto por entidad federativa (de 1993 al 2003). Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)-INEGI. Encuesta Nacional de Empleo. www.stps.gob.mx, 2005.

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

50

Cuadro 12


Estadística

Desde la perspectiva regional, los municipios de la Zona Metropolitana tuvieron 70 puntos porcentuales del producto global y los del Valle de Toluca, 14.4 puntos. Situación similar se dio en la industria de la transformación, ya que 11 municipios

metropolitanos generaron 67.9% de la producción, en tanto que seis del Valle de Toluca, 23.5%.

Conclusiones El estado de México es la segunda estructura económica del país; sin embargo, su crecimiento ha sido inconstante desde 1998, por lo que su contribución al producto interno bruto nacional es cada vez menor.

Cuadro 13

Estado de México. Participación en el PIB de principales municipios, 2002-2003a / (Millones de pesos, 1993=100) Municipios

Producción

Participación (%)

Variación anual (%)

169 019

100.00

169 368

100.00

0.24

Tlalnepantla

36 403

21.54

36 589

21.60

0.51

México 1

2003

Participación (%)

Estado de

Producción

2002

2

Naucalpan

26 516

15.69

26 156

15.44

-1.36

3

Toluca

19 579

11.58

19 471

11.50

-0.55

4

Ecatepec

15 538

9.19

15 540

9.18

0.01

5

Cuautitlán Izcalli

12 746

7.54

12 938

7.64

1.51

6

Nezahualcóyotl

5 873

3.48

5 909

3.49

0.61

7

Tultitlán

4 609

2.73

4 671

2.76

1.35

8

Atizapán de Zaragoza

4 465

2.64

4 493

2.65

0.62

Huixquilucan

3 570

2.11

3 691

2.18

3.39

10

Lerma

2 909

1.72

2 878

1.70

-1.07

9 11

Cuautitlán

2 792

1.65

2 696

1.59

-3.43

12

Paz, La

2 332

1.38

2 325

1.37

-0.30

13

Tepotzotlán

2 130

1.26

2 151

1.27

1.00

14

Metepec

1 878

1.11

1 961

1.16

4.45

15 Texcoco

1 680

0.99

1 700

1.00

1.21

143 020

84.62

143 168

84.53

0.10

25 999

15.38

26 200

15.47

-5.80

Subtotal Otros municipios (110)

/ Municipios con participación igual o superior a 1%. Fuente: Estimado a partir del SIREM (2005), con base en información censal del INEGI.

a

51

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Tlalnepantla resultó ser el municipio más rico de la entidad, ya que por sí mismo aportó más de una quinta parte del PIB total y 23% de la industria manufacturera.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

Cuadro 14

Estado de México. Participación en el PIB manufacturero de los principales municipios, 2002- 2003a/ (Millones de pesos, 1993=100) 2002 Municipios

1

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17

2003

Producción

Participación (%)

Producción

Participación (%)

Variación anual (%)

Estado de México

48 472

100.00

47 232

100.00

-2.56

Tlalnepantla

11 110

22.92

10 830

22.93

-2.52

Toluca

6 466

13.34

6 216

13.16

-3.87

Naucalpan

5 623

11.6

5 474

11.59

-2.64

Ecatepec

5 477

11.3

5 342

11.31

-2.47

Cuautitlán Izcalli

4 411

9.10

4 303

9.11

-2.45

Lerma

1 881

3.88

1 833

3.88

-2.56

Tultitlán

1 517

3.13

1 483

3.14

-2.25

Cuautitlán

1 522

3.14

1 441

3.05

-5.35

Jocotitlán

1 105

2.28

1 082

2.29

-2.13

Tianguistenco

960

1.98

945

2.00

-1.57

Apaxco

683

1.41

713

1.51

4.35

Paz, la

683

1.41

652

1.38

-4.63

Tepotzotlán

669

1.38

647

1.37

-3.26

Atizapán de Zaragoza

654

1.35

638

1.35

-2.56

Ocoyoacac

557

1.15

557

1.18

-0.02

Ixtapaluca

577

1.19

557

1.18

-3.38

San Mateo Atenco

499

1.03

482

1.02

-3.50

Subtotal

44 396

91.59

43 194

91.45

-2.71

Otros municipios (108)

4 076

8.41

4 038

8.55

-0.94

Municipios con participación igual o superior a 1%. Fuente: Estimado a partir del SIREM (2005), con base en información censal del INEGI. a/

52


Estadística

La industria manufacturera continúa siendo la actividad más importante de la economía mexiquense. La crisis reciente, en especial en la industria metalmecánica, parece ser coyuntural. Los servicios están adquiriendo mayor presencia en la producción estatal y en la contribución al crecimiento económico. El sector agropecuario está despertando del letargo en el que se encontraba, pero requiere de mayores apoyos. Es importante establecer políticas de fomento y apoyo para el sector de la construcción, tomando en consideración el impacto que tiene en la generación de empleo y la derrama económica hacia otras actividades.

Otras fuentes Coordinación de Estudios Especiales-SEDECOGEM. Indicadores económicos nacionales y del estado de México. Toluca, México, 1999-2004. Dirección General de Promoción InternacionalSEDECO-GEM. Indicadores básicos del estado de México. Toluca, México, 2005. INEGI. México. Censos Económicos 1999. Tomo I. México, INEGI, 2002. Mercamétrica. Manual para estudios económicos en México. México, 2002. Navarrete López, Emma Liliana. “Población y trabajo en el estado de México”, en: AAVV. La economía del estado de México. Hacia una agenda de investigación. Zinacantepec, México, El Colegio Mexiquense, 2004. Proclam. Comercio exterior de México, 1998-2003. Nuevo León, México, 2004. STPS. Estadísticas laborales. www.stps.gob.mx, 2005. Subsecretaría de Planeación para el Desarrollo Económico-SEDECO-GEM. Comportamiento del PIB, el empleo y las inversiones en el estado de México. Toluca, México, 2005.

A nivel regional, el agudo desequilibrio nos lleva a señalar la necesidad de que se definan las ventajas competitivas de los municipios marginados del desarrollo económico y del proceso de industrialización, en función de su vocación productiva, como forma de contener la emigración de la población mexiquense que vive en el sector rural y generar empleos remunerativos en sus espacios geográficos.

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Los problemas que presenta particularmente la industria de la transformación hacen pertinente la reestructuración de las formas de organización y la incorporación acelerada de nuevas tecnologías, como forma de elevar la productividad.


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Regionalismo y multilateralismo INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Gerardo Reyes Guzmán*

Después del texto de Oshima, en julio del 2004, el mundo espera un avance sustancial del multilateralismo como resultado de la próxima Reunión Ministerial a celebrarse en Hong Kong a finales del 2005, pues de ello depende que se beneficien millones de pobres en los países subdesarrollados. Pero, por otro lado, las esperanzas se desvanecen al percibir que las naciones siguen optando por la firma de tratados preferenciales y buscan consolidarse en bloques comerciales, conformados bajo la sombra de nuevos polos hegemónicos. Así, el multilateralismo continúa cediendo terreno al regionalismo.

Introducción De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, el éxito de los acuerdos aprobados en el 2001, en la llamada Ronda de Doha, significaría un aumento en el ingreso de los países pobres de 350 mil millones de dólares y el rescate de la pobreza de 144 millones de personas para el año 2015. Según el plan, dicha Ronda concluiría en enero del 2005, lo cual no se ha materializado. Al parecer, el ambiente de solidaridad emanado de los atentados del 11 de septiembre del 2001 y que influyó en definir el perfil y compromisos de Doha ha venido perdiendo fuerza. La última ronda ministerial celebrada en Cancún, México, en el 2003 constituyó un lugar de disputas entre el norte y el sur, principalmente, en lo que se refiere a la agricultura. En julio del 2004, los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) lograron la obtención de un preacuerdo sobre el marco de las negociaciones, también conocido como texto de Oshima, cuyo logro * Doctor en Economía por la Universidad de Rostock, Alemania. Profesor de tiempo completo e investigador de la Universidad Iberoamericana Puebla. Teléfono: (222) 229 07 04, ext. 562.

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principal es que la Unión Europea haya aceptado negociar la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas.

Ante un estancamiento del multilateralismo, proyectos de liberalización comercial, tan ambiciosos como el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), también zozobran y los países optan por los acuerdos preferenciales (bilaterales o trilaterales), así como por el fortalecimiento de procesos de integración regional. De esta manera, el regionalismo surge como un fenómeno que responde no sólo al fracaso del multilateralismo orquestado por la OMC, sino a los retos que impone la globalización económica vía competitividad y conquista de nuevos mercados. Este ensayo pretende resaltar cómo el fracaso del multilateralismo ha conducido a importantes cambios en el proceso de integración regional, vía crecimiento de tratados preferenciales y reacomodo en los bloques comerciales a partir de la década de los años 90. En el primer apartado se comentarán las razones por las que las negociaciones multilaterales bajo la égida de la OMC han tenido resultados muy pobres. En el segundo se resaltan los peligros que amenazan a la Unión Europea en su reciente fase de expansión a partir de sus ahora 25 miembros. El tercero destaca las características más relevantes en el proceso de integración regional asiático y explica cómo su creciente importancia en el comercio mundial e inversión extranjera directa se contraponen con los intereses de Norteamérica. El cuarto apartado analiza el desempeño de los bloques intrasubregionales en América Latina, dejando entrever la formación de dos polos hegemónicos liderados por Estados Unidos de América (EE.UU.) en el norte y Brasil en el sur. Se concluye que en virtud de los pobres avances en las recientes rondas de negociación ministeriales y el creciente dinamismo en la formación de poderosos polos hegemónicos, el multilateralismo cede terreno al regionalismo. 55

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Los 148 países se rehusaron a fijar un plazo para concluir la negociación, pero se comprometieron con un acuerdo intermedio para diciembre del 2005, fecha en que tendrá lugar la próxima reunión ministerial en Hong Kong. Sin duda, uno de los temas más difíciles es la agricultura, pero también los servicios, pues las naciones ricas presionan a los países en desarrollo para que abran sus mercados a las empresas extranjeras especializadas en este rubro.


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Estancamiento del multilateralismo

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La Declaración de Doha prevé la negociación de los siguientes puntos: agricultura; servicios; acceso a mercado en bienes no agrícolas; aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio; subsidios; antidumping; acuerdos comerciales regionales, así como los temas de Singapur (comercio e inversión); comercio y política de competencia; transparencia de la contratación pública y facilitación del comercio. Incluye, además, comercio electrónico, trato especial y diferenciado, pequeñas economías, así como compromisos sobre asistencia técnica y creación de capacidad. Análogamente, se formularon dos resoluciones más, la Declaración sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio y la salud pública —Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights (TRIPS)— y la Declaración sobre Cuestiones y Preocupaciones relativas a la aplicación. La primera establece, entre otras, que los países miembros podrán adoptar medidas para proteger la salud pública y promover el acceso a medicamentos con el objeto de combatir enfermedades como el SIDA, la tuberculosis, el paludismo, etc.; la segunda señala que las cuestiones con mandato de negociación se abordarían con apego a lo convenido en la Declaración de Doha y aquéllas sin mandato se harían a través del Comité de Negociaciones Comerciales. Se planeó el 1 de enero del 2005 como fecha límite para terminar las negociaciones mediante un compromiso único: nada está acordado hasta que todo esté acordado.1 Pronto surgieron asperezas en el proceso de negociación, hecho que obscureció el ánimo en la reunión de Cancún. Entre las más importantes destacan los temas de Singapur, la incapacidad de cumplir con las fechas previstas, el conocimiento limitado de cómo aliviar el subdesarrollo2 y la postura inexorable de los EE.UU. y la Unión Europea de exigir a las naciones en desarrollo la reducción drástica de aranceles agrícolas e industriales y liberalizar el sector servicios a cambio de casi nada. En Cancún, los países Corona Guzmán, Roberto. “La reunión de Cancún y el futuro de la Ronda de Doha”, en: Comercio Exterior. Vol. 54, núm.12, diciembre. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2004, pp. 1 122-1 230. 2 Mientras que algunos países suponen que el trato diferenciado y excepciones son suficientes, otros se enfocan en la apertura de los mercados y los beneficios derivados de la eliminación de barreras al comercio. 1

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Otras diferencias residieron en los llamados temas de Singapur, donde se recriminó el hecho de dar prioridad a temas de interés para los países ricos; inversiones, competencia y transparencia en compras gubernamentales. No obstante, el tendón de Aquiles de la reunión de Cancún lo constituyó el tema agrícola, en especial el caso del algodón.3 Ahí se formaron dos bloques, por un lado, los EE.UU. y la Unión Europea se mostraron inamovibles a toda propuesta que trastocara sus intereses agrícolas, mientras que el grupo de los 204, liderado por Brasil, insistía en la reducción de las barreras comerciales en los países industrializados. Por su parte, el grupo de los 235 propugnaba el goce de mecanismos de salvaguardia y trato diferenciado, además de apoyar la postura del grupo de los 20. En un intento por reavivar el multilateralismo y mediante previas reuniones de los ministros de Comercio de países miembros, se logró formular en el 2004 el llamado texto de Oshima, de donde destacan cinco áreas clave6: agricultura, productos industriales, temas de desarrollo, facilitación del comercio y servicios. Con respecto a la agricultura, se acuerda eliminar en una fecha por definir los subsidios a la exportación. En la primera etapa habrá una reducción Las actuales subvenciones agrarias de los países subdesarrollados se calculan en más de mil millones de dólares diarios, hecho que contribuye a la sobreoferta y al desplome de los precios de productos agrícolas básicos. Esto afecta los costos de producción en las naciones subdesarrolladas, donde 70% de la población vive en zonas rurales y subsiste con menos de un dólar al día. Corona, G. R. Op. cit. p. 1 124. 4 Brasil, Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, México, Guatemala, Costa Rica, Cuba, Venezuela, Ecuador, Perú, India, Chile, China, Filipinas, Tailandia, Pakistán, Sudáfrica, Egipto y Nigeria (en virtud de la fluctuación de países, sólo ha quedado el nombre). El grupo de los 20 nació en agosto del 2003 y apareció en escena en la Quinta Conferencia Ministerial de la OMC, realizada en Cancún, Quintana Roo. Inició con 20 miembros y, posteriormente, se le sumaron tres países, pero Panamá decidió salirse, haciéndose llamar así el Grupo de los 22. Más tarde salió Colombia y Perú, lo que hizo que ahora se autodenomine el G-20 plus. El Financiero. “Aceptan países desarrollados eliminar subsidios agrícolas”, en: El Financiero. 4 de marzo. México, 2005, p. 22. 5 Barbados, República Dominicana, Honduras, Indonesia, Jamaica, Kenia, Mongolia, Nicaragua, Niger, Pakistán, Panamá, Perú, Filipinas, Trinidad y Tobago, Turquía, Uganda, Venezuela, Zambia, Zimbabue, Tanzania y Ecuador (en virtud de la fluctuación de países, sólo ha quedado el nombre). 6 Los temas de Singapur como comercio e inversión, comercio y política de competencia, además de transparencia en las compras gubernamentales quedaron fuera de la Ronda, pero seguirán como grupos de estudio en la OMC. Corona Guzmán, Roberto. Op. cit., p. 1 129. 3

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en desarrollo dijeron no encontrar equilibrio en el texto ni apreciar avances en temas de subdesarrollo; los ricos se rehusaron eliminar sus subsidios agrícolas y a dirimir obstáculos para acceder a sus mercados.


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inicial de 20% de los subsidios totales, se crearán incentivos para que los apoyos sean menos distorsionantes y se permitirá a los países en desarrollo liberalizar en periodos más largos. En lo que toca a productos industriales, se establece una fórmula no lineal, con cortes arancelarios más profundos para todos los productos, tomando en cuenta el grado de desarrollo de los miembros, de tal modo que los menos avanzados queden protegidos. Los temas de desarrollo contemplan la posibilidad de contar con flexibilidades adicionales para atender necesidades particulares según sea el caso. La facilitación del comercio prevé mejoras en el intercambio de mercancías vía simplificación y modernización de los procedimientos aduaneros. El último punto establece pautas para una mayor liberalización del mercado de los servicios, especialmente en los sectores de interés para las naciones en desarrollo, como es el caso del movimiento de trabajadores temporales. Una condición para el éxito de la VI Reunión Ministerial es que se avance concretamente en los puntos hasta aquí comentados. Una conclusión satisfactoria de la Declaración de Doha podría sacar a 500 millones de personas de la pobreza y aportar 200 mil millones de dólares al año a los países en desarrollo.7

Expansión de la Unión Europea El proceso de integración europea se ha convertido en un fenómeno paradigmático bajo el cual se orientan otros esfuerzos de integración regional. No obstante, mientras que la causa principal de optar por la integración para muchos países es eminentemente económica, la de la Unión Europea tuvo su origen en el sólido intento por desterrar las desgracias de la guerra en territorio europeo. Jean Monnet y Robert Shuman aparecieron como pioneros del mercado común europeo a partir de 1957, constituido por Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo y Holanda. El proyecto fue desarrollándose acompañado de paz y prosperidad en el continente. Para 1973, cuando Gran En una reunión reciente (marzo del 2005) de la OMC, realizada en Mombasa (Kenia), EE.UU., Europa y Japón aceptaron conceptualmente que la reducción de los subsidios agropecuarios era necesaria. En ese mismo espacio se discutió el Non-Agricultural Market Acces, mejor conocido como NAMA, acceso a mercado de productos industrializados y de servicios, donde México, Chile y Colombia propusieron la eliminación de tarifas arancelarias. En ese mismo espacio y con respecto a los subsidios agrícolas, el grupo de los 20 abogó porque se eliminaran en un plazo no mayor de cinco años, mientras que los países subdesarrollados contemplaban 15 años. El Financiero. 4 de marzo…, op. cit., p. 22.

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Paralelamente, se observa que el crecimiento económico de la Unión Europea ha entrado en una etapa de aletargamiento comparado con los EE.UU. y Gran Bretaña (ver gráfica 1). El euro y el pacto de estabilidad enfrentan cuellos de botella, pues los criterios de Maastricht ya han sido vulnerados por las potencias líderes, Francia y Alemania, al tiempo que la sobrevaluación del euro con respecto al dólar resta competitividad a las exportaciones de la Unión. Súmese a ello la incapacidad de evitar el conflicto bélico de los Balcanes en la década de los años 90, las diferentes posturas con respecto al conflicto en Irak 8 y las dificultades de ejercer el presupuesto a favor de los nuevos 10 miembros de la Unión y en detrimento de los países que tradicionalmente han sido aportadores. Se calcula que en los tres primeros años la Unión Europea transferirá 40 mil millones de euros para la reestructuración económica de los nuevos miembros, mientras que éstos aportarán 15 mil millones de euros a Brucelas. Así, el costo de la ampliación entre el 2000 y el 2006 ascenderá a 67 mil millones de euros.9 Los generosos sistemas sociales desarrollados después de la Segunda Guerra Mundial se han vuelto cada vez menos sostenibles en la medida en que la población envejece. Tan sólo por ese lado, las restricciones de presu La reciente guerra en Irak dividió a Europa en lo que el ministro de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, llamó la vieja Europa, liderada por Francia y Alemania, renuente a una intervención militar, y la nueva Europa, representada por Gran Bretaña, Italia, España y Polonia, incondicional a los intereses de Norteamérica. 9 Una de las mayores dificultades la constituye el tema agrario. Mientras que para los países de Europa Central y Oriental la agricultura constituye 6.9% de su producto interno bruto (PIB), para la Unión Europea antes de la última expansión era de 2%; análogamente, mientras que 27% de la mano de obra en los primeros se emplea en la agricultura, para la Unión Europea la cifra es sólo de 4%. García Menéndez, José Ramón y María del Pilar Naviera B. “Repercusiones de la ampliación de la Unión Europea”, en: Comercio Exterior. Vol. 54, núm. 5, mayo. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2004, pp. 384-391. 8

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Bretaña, Irlanda y Dinamarca se sumaron a la Unión, se tenía el convencimiento de que la integración económica era una sólida alternativa de crecimiento y desarrollo, de tal suerte que convertirse en miembro de la comunidad constituyó la prioridad número uno para los países integrantes subsecuentes. Sin embargo, en la actualidad, el crecimiento exorbitante del proyecto inicial comienza a presentar rupturas que amenazan con trastocar la solidez y viabilidad del proceso de integración en el mediano plazo. En enero del 2002, 12 países de la Unión decidieron adoptar el euro como moneda única y en junio del 2004, los 25 miembros acordaron formular una constitución, hecho inusitado en toda la historia del proceso de integración.


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Gráfica 1

PIB, 2000-2004

(Variación porcentual)

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4.5 4 3.5 3 2.5 2 1.5 1 0.5 0.0

2000

2001

2002 EE.UU.

GB

2003 UE

2004

Fuente: Von Robert Von Heusinger y Petra Pinzler. “Europa dreht den Euro um”, en: Die Zeit. Julio del 2004, p. 15.

puesto de Maastricht se tornan en focos de tensión a lo largo de la Unión Europea, sobre todo en Francia y Alemania.10 El crecimiento de miembros dentro de la Unión dificulta la posibilidad de llegar a consensos, a pesar de que el principio rector (paz, libertad y democracia) sea el requisito para la integración.11 Por un lado, están los que, concientes de conformar sólo 11% de la población mundial, pretenden hacer de la Unión Europea una superpotencia que defienda sus intereses y contrarreste la hegemonía de los EE.UU., China y la India, postura que no sólo genera divisiones al interior, sino que contamina la relación con Norteamérica. Existe en este contexto un temor por parte de la población europea de estar importando la inestabilidad en lugar de difundir la democracia y la paz, ya que la expansión de la Unión va acompañada de flujos migratorios no gratos y competencia por los empleos vía bajos salarios.12 El esfuerzo por implementar una constitución en Por un lado, las políticas de ajuste que se implementan hoy en Alemania, a través de la llamada Hartz-Gesetz, han comenzado a desmantelar la red social que protegía a los desempleados; y, por el otro, han contribuido a aumentar el desempleo formal al promover el surgimiento de mano de obra barata por medio de sus programas alternativos de creación de empleo. Brost, Marc y Wolfgang Uchatius. “5, 216,434 arbeitslose un kein Ende. Die Kojunktur kommt wieder nicho in Fahrt, Das bleibt so-es sei denn, Rot-Grün spielt noch eine Karte aus”, en: Die Zeit. 3 de marzo de 2005, p. 21. 11 En este contexto Bulgaria, Croacia, Rumania y Turquía buscan con vehemencia su membresía para los próximos años. Turquía enfrenta la mayor de las dificultades por ser un país islámico, sin embargo, su rechazo acrecentaría la ya deteriorada relación entre el mundo islámico y occidente. Otros aseguran que Turquía ha llevado a cabo importantes reformas hacia la democratización y el respeto a los derechos humanos, principalmente en lo que toca a la minoría kurda y la eliminación de la pena de muerte. 12 Existe una resistencia peculiar por parte de alemanes, franceses y holandeses en aceptar que la población turca, que por su estructura demográfica superará en habitantes a cualquier miembro de la Unión a partir del 2020, goce de las prerrogativas de los ciudadanos europeos, como lo es poder trabajar y establecerse en cualquier país. 10

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La adopción del euro ha sido hasta ahora rechazada por Suiza y Dinamarca. Gran Bretaña tampoco se muestra optimista en relación a la moneda única. La falta de coordinación entre los miembros, en cuanto su respectiva política económica, ha sido el obstáculo más sobresaliente. Muchos atribuyen a la unión monetaria las altas tasas de desempleo, el bajo crecimiento económico y los abultados déficit fiscales. Pero de ratificarse la constitución europea, se tendría un ministro europeo de relaciones exteriores y una política de defensa común. Ante un fracaso del proyecto, la posibilidad de fragmentación no parece lejana. Si este fuera el caso, la Unión Europea se dividiría en varias regiones compuestas por diferentes países y bajo distintos niveles de integración. Con ello, surgirían polos de poder no exentos de antagonismos y, por consiguiente, se revertiría el fundamento que dio origen a la Unión Europea, abriendo nuevamente la posibilidad de enfrentamientos dentro de ese territorio.14

Integración regional en Asia El organismo más representativo en el proceso de regionalización en Asia es, sin duda, la Cooperación Económica Asía Pacífico, también conocida como APEC.15 Su principal objetivo fue ayudar a destrabar la Ronda de Uruguay en pro del multilateralismo. El APEC se mueve sobre tres pilares: liberación del comercio, fomento de la inversión y cooperación técnica. En 1994, en Bogor, Indonesia, se ratificó el compromiso de liberar plenamente el comercio de la región hacia el 2020, y 2010 para las naciones desarrolladas. También se precisó que esa liberación se haría de manera voluntaria, sin Los nuevos países miembros conservan su identidad nacional y su interés por pertenecer a la Unión reside en aclarar el camino al desarrollo y evitar ser víctimas de una nueva amenaza de dominación rusa. 14 Elman Brok, miembro distinguido de la Convención Constitucional de la Unión Europea y consejero del ex canciller Helmut Kohl, advirtió que de fracasar el proyecto de la constitución europea podría retroceder al nacionalismo que dio origen a la Primera Guerra Mundial. The Economist. “Out growing the Union. A survey of the European Union”, en: The Economist. 25 de septiembre de 2004, p. 5. 15 Asia Pacific Economic Cooperation. 13

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la Unión Europea se torna cada vez más difícil pues requiere la aprobación de los 25 miembros, lo que resulta casi imposible.13


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establecer etapas o tramos predeterminados, pero extendiendo los beneficios a terceros países.16 A diferencia de la Unión Europea, la región Asia Pacífico no buscaba formar una comunidad, sino un foro de cooperación para el alcance de metas comunes. De acuerdo con Omar Martínez17, el interés por crear un organismo de este tipo nació después de la Segunda Guerra Mundial en una región cuyo crecimiento económico obligaba una interacción económica y política más expedita. De esta manera, se formaron foros y organizaciones a nivel regional, así como foros sectoriales y agrupaciones gubernamentales. Por orden de aparición está el foro de Libre Comercio y Desarrollo del Pacífico (PAFTAD, por sus siglas en inglés18), el Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico (PBEC, por sus siglas en inglés19 ), el Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC, por sus siglas en inglés 20) y, por último, el APEC en 1989. Por otro lado, se crearon cuatro organizaciones intergubernamentales, como la Comisión Social y Económica para Asia y el Pacífico (ESCAP, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas, la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ANSEA) y el Banco Asiático de Desarrollo (BAD). Los esfuerzos por constituir una región económica comenzaron a cristalizarse desde la década de los años 70 y aunque fueron liderados en su momento por Japón y Australia, incluían una presencia importante de los EE.UU. Uno de los objetivos era garantizar la estabilidad y prosperidad en la región a través de la convergencia de intereses del sector privado de cinco países: EE.UU., Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda. En este contexto, se le atribuyen al PAFTAD importantes logros en torno al desarrollo intelectual y de liderazgo, mismos que se proyectan en los éxitos del PECC y del APEC. Por su parte, el PBEC representa la fuerza negociadora de empresas trasnacionales de Corea del Sur, Taiwán, EE.UU., Canadá, Anguiano Roch, Eugenio. “Liberación comercial en el APEC”, en: Comercio Exterior. Vol. 52, núm. 9, septiembre. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2002, pp. 790-798. 17 Cfr. Martínez Legorreta, Omar. “La construcción de la región Asia Pacífico. El papel de los organismos internacionales regionales”, en: Comercio Exterior. Vol. 52, núm. 9, septiembre. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2002, pp. 762-775. 18 Pacific Free Trade and Development. 19 Pacific Basin Economic Council. 20 Pacific Economic Cooperation Council. 16

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El PECC, instituido en 1980, en Canberra, Australia, es una organización no oficial que incluye al PAFTAD y al PBEC. Sin ser un foro intergubernamental, este organismo busca influir en la cooperación económica regional agrupando a tres sectores: académicos, hombres de negocios y funcionarios gubernamentales. En la actualidad, y basados en su cláusula de no exclusividad y regionalismo abierto, el PECC incluye entre sus miembros a los 10 países que integran la ANSEA, así como a varios países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Están, también, China y Taiwán como miembros regulares, así como Rusia y Vietnam como observadores y candidatos a miembro. Existen cuatro organizaciones intergubernamentales en la región. La más antigua es la Comisión Económica y Social para Asia y el lejano Oriente establecida en Shangai en 1947 y que cambió su nombre y sede en 1974 a Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESAP), instalándose en Bangkok, Tailandia. Los fundadores fueron Australia, Francia, Unión Soviética, EE.UU., China, India y Tailandia. Actualmente, la CESAP cuenta con 52 miembros y funge como el vehículo oficial de las Naciones Unidas para fomentar el comercio internacional y el desarrollo; es el único foro intergubernamental que cubre toda la región y constituye un espacio para el diálogo norte-sur. La ANSEA se fundó en 1967 con cinco países: Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, teniendo como objetivo principal la solución de problemas económicos, políticos y sociales entre sus miembros. Este organismo ha sido un importante espacio de discusión de problemas políticos inherentes al periodo de la Guerra Fría, pero al mismo tiempo ha trabajado conjuntamente con el APEC para fortalecer la integración de mercados intrasubregionales. A partir de 1993 creó su propio mecanismo 63

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Hong Kong, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia para expandir el comercio y la inversión mediante el fomento de mercados abiertos. Estos líderes empresariales organizan foros de enlaces y servicios donde la competitividad y las capacidades individuales impulsan el intercambio comercial.


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coordinador para configurar el área de libre comercio de la ANSEA como respuesta a la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Entre los retos más importantes de esta agrupación, a finales de la década de los años 90, se encuentran la crisis de Asia entre 1997 y 1998 y la separación de Timor Oriental, en Indonesia. Por último, el BAD se instituyó por iniciativa de Japón en 1966 y tiene su sede en Manila. Es una institución financiera equivalente al Banco Interamericano de Desarrollo y constituye la principal fuente de financiamiento de los países pobres de la región. Aunque EE.UU. y Japón aparezcan como los principales contribuyentes, la esfera de influencia de Japón ha ido creciendo en los últimos 20 años, debido a que Norteamérica ahora ve a varios países de la región como competidores y no como naciones en subdesarrollo necesitadas de fondos. No obstante, la presencia de capital norteamericano en el APEC es abrumadora. Para el 2000, los títulos estadounidenses representaban 70% del valor de los mercados accionarios y 67% de los bonos nacionales. El proceso de liberalización financiera materializado en la década de los años 90 para la región, no sólo se señala como responsable de la crisis asiática de 1997-1998, sino evidencia la supremacía de los intereses financieros norteamericanos en la región.21 Históricamente, China, Japón, Europa Occidental y EE.UU. se han disputado la hegemonía en la región a los largo de los tres últimos siglos. Tan sólo durante la segunda mitad del siglo XX, la Guerra Fría condujo a importantes formaciones económico-políticas. Fue en este periodo cuando la participación e influencia de EE.UU. en la región sentó sus bases a partir de su alianza estratégica con Japón, así como de las guerras de Corea y Vietnam. El desarrollo económico y exportador de la región fue producto del apoyo norteamericano e instrumento estratégico en la política de contención. En este tenor, el desarrollo estratégico y competitivo de la mayor parte de los estados de la región se dio a través de formas de gobierno autoritarias e intervencionistas, como lo ejemplifica en forma clásica el caso de Corea del Sur y Tailandia. Stiglitz, Joseph. Globalization and its discontents. Nueva York, Norton & Company, 2002 // Marchini, Genevieve. “Liberación y reformas financieras en el marco del APEC”, en: Comercio Exterior. Vol. 52, núm. 9, septiembre. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2002, pp. 808-822.

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Si durante la década de los años 80 Japón hizo que EE.UU. recurriera a maniobras proteccionistas para disminuir su déficit comercial, después de la caída del muro de Berlín, China apareció como la nueva fuerza motriz en el área y como seria amenaza a los intereses de Japón y Estados Unidos de América. En este nuevo escenario, es una vez más el desequilibro comercial norteamericano con la región el obstáculo más importante al multilateralismo. Los bancos centrales de Japón, China, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur han venido adquiriendo bonos del tesoro norteamericano, acumulando así las reservas mundiales más cuantiosas en dólares durante los últimos 10 años. De acuerdo con el semanario inglés The Economist 22, estos cinco bancos centrales atesoran 1.3 billones de dólares (trillones en términos anglosajones), lo que corresponde casi a la mitad del gran total. El interés por acumular reservas en dólares vía adquisición de activos norteamericanos es evitar la revaluación de sus respectivas monedas, que de lo contrario restarían competitividad a sus exportaciones. Si bien estas intervenciones en el mercado cambiario han evitado que la caída del dólar a partir del 2001 haya sido menos abrupta, posponen el ajuste inevitable del desequilibrio externo de la economía norteamericana. El déficit comercial estadounidense se ubicó a fines del 2004 en 617 700 millones de dólares, de los cuales 162 mil correspondieron a China.23 La acumulación de reservas ha sido un factor de protección para las economías con un alto índice de liberalización comercial y financiera, ya que un colapso de los ingresos de divisas vía exportación o un repentino retroceso de los flujos de capital pondrían en peligro el equilibro de las economías de la región, tal y como ocurrió en 1997. Sin embargo, el monto actual de reservas rebasa con mucho el nivel adecuado para contrarrestar una crisis financiera y son consecuencia de una estrategia de abaratamiento de las ex The Economist. “Flying on one engine. A Survey of the world economy”, en: The Economist. 20 de septiembre de 2003, pp. 1-30. 23 El Financiero. “Disminuyó el déficit comercial de EE.UU. en diciembre; sin embargo, registra una merma anual sin precedentes”, en: El Financiero. 11 de febrero de 2004, p. 9A. En contraste, el semanario inglés The Economist argumenta que la corrección del déficit comercial de EE.UU. no depende de la revaluación del yuan, puesto que la parte que ocupa China en el mismo es de sólo 10%; por tanto, una revaluación del yuan en 10% reduciría el déficit en 1%. La solución a dicho desequilibrio radica en una reducción del gasto público y en un aumento del ahorro privado. Cfr. The Economist. “China´s exchange rate. Cock-a-doodledoo”, en: The Economist. 5 de febrero de 2005, p. 12. 22

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portaciones, hecho que vulnera seriamente las condiciones de comercio. El semanario inglés24 describe los superávit comerciales de la región como un mercantilismo recalcitrante (deeply rooted mercantilism) y advierte que se está incurriendo en una práctica desleal de comercio, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) prohíbe la manipulación del valor cambiario de una moneda con el fin de conferir una ventaja a las exportaciones. En el caso de Japón, que registra un superávit comercial desde 1981, reevaluar el yen significaría reducir la demanda externa y dificultaría superar el aletargamiento económico arrastrado desde la década de los años 90, lo cual hace suponer que la economía mundial está mejor sin el ajuste del yen. Pero en lo que toca a las monedas de China, Corea del Sur y Taiwán, con un superávit conjunto de 133 mil millones de dólares en el 2002, monto superior al de Japón (113 mil millones de dólares) y al de la Unión Europea (72 mil millones de dólares), el ajuste es recomendable. Sin duda, China figura como la economía de mayor importancia en la región después de Japón; desde 1994, el yuan se ha cotizado en 8.3 unidades por dólar, permaneciendo incólume ante la crisis de la región durante 1997-1998. En virtud de que el tipo de cambio yuan dólar ha permanecido fijo, se dice que conforme se devalúa el dólar, también lo hace el yuan, fenómeno que contradice la teoría económica, pues se supone que el crecimiento económico de una nación conduce al fortalecimiento de su moneda y a un déficit comercial. China es el único país que ha sostenido tasas de crecimiento económico muy por arriba del promedio mundial, mantiene un creciente superávit comercial con EE.UU.25 y se ha convertido en el principal destino de la inversión extranjera directa, recibiendo más de 50 mil millones de dólares anuales (65 mil millones de dólares en el 2004). Ello sugiere que su moneda está subvaluada y debería fortalecerse. El porcentaje de subvaluación del yuan difiere de acuerdo con la metodología utilizada, pero va de 20 a 56%. El ajuste parece complicado por la rigidez del sistema financiero chino que se ve reflejado en un control de flujo de capital. El gobierno de China The Economist. 20 de septiembre…, op. cit. El saldo de su balanza comercial total ha comenzado a ser deficitario por el alto precio del petróleo y otras materias primas y bienes de capital. De hecho, las importaciones chinas han aumentado a una tasa de 40%, sin embargo, muchas de las importaciones están destinadas a fortalecer su potencial exportador.

24

25

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Vol. 2, núm. 2


Estadística

De no darse la revaluación del yuan, es probable que las relaciones comerciales se deterioren y que un avance del multilateralismo sea cada vez más difícil; el sector manufacturero estadounidense ha comenzado a protestar enérgicamente en contra de las importaciones chinas, exigiendo la implementación de barreras comerciales. Alegan que las importaciones chinas han provocado ya la pérdida de empleos y han puesto en marcha un proceso de desindustrialización en América del Norte. En una etapa en la cual las economías occidentales atraviesan por un fuerte aletargamiento económico, acompañado por altos índices de desempleo, el comercio mundial podría verse inmerso en una guerra comercial de grandes dimensiones, sobre todo porque el déficit externo en Norteamérica no puede sostenerse por mucho tiempo.27 Lo alarmante es que, conforme se deprecia el dólar, un número creciente de bancos centrales optan por el euro como moneda de reserva, hecho que podría acelerar la desestabilización de la economía norteamericana.28 Todavía, y hasta el 2014, existen en el marco de la OMC salvaguardas que pueden ser utilizadas en casos en que se comprueben prácticas de comercio desleal. Sin embargo, la administración Bush prefiere mantener cierta cordialidad con Existen ya presiones deflacionarias derivadas de un acentuado aumento de la productividad y del exceso de capacidad en las empresas estatales. 27 El semanario inglés The Economist habla de un escenario catastrófico para el 2007 al imaginar un déficit externo de 7% del PIB (800 mil millones de dólares) y una inminente caída del dólar de 40%. La crisis desencadena una serie de medidas proteccionistas y la retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de Comercio. Las tasas de interés suben, el euro se sobrevalúa tanto que la unión monetaria se disuelve. Los países subdesarrollados sufren el cierre de los mercados exportadores y su deuda externa se vuelve impagable. La economía mundial sufre una de sus peores recesiones. En: The Economist. 20 de septiembre…, op. cit., p. 28. 28 En sólo cinco años, las reservas de los más importantes bancos centrales del mundo se mantienen en divisa comunitaria, que se ubica en una cifra de 180 543 millones de dólares, que sumados con las reservas en euros de la comunidad, arroja un total aproximado de 356 mil millones de dólares equivalentes en euros (Sandoval, Antonio. “Bancos centrales del mundo aumentan en 88 943 mdd sus reservas en euros; la moneda común desplaza a otras divisas”, en: El Financiero. 7 de febrero de 2005, p. 3A). Japón, que posee las reservas en dólares más cuantiosas después de los EE.UU. (840 600 millones) y Corea del Sur (199 600 millones) estudian la posibilidad de diversificarlas adquiriendo dólares en 20 y 25%, respectivamente (El Financiero. “Inflación en México y posible diversificación de reservas internacionales en Asia, ubican al spot en 11.0280”, en: El Financiero. 11 de marzo de 2005, p. 12A). 26

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teme que un fortalecimiento repentino del yuan pueda desatar una deflación 26 y, con ello, trastocar el crecimiento económico, la tasa de desempleo y su sistema bancario financiero. Se sugiere que el ajuste sea dosificado y darse a través del anclaje del yuan a una canasta de monedas que incluyan el euro, para que de esa manera el ajuste no vulnere el resto de las variables macroeconómicas.


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China en virtud de que el conflicto con Corea del Norte forma parte importante de la agenda de seguridad nacional. Ante las dificultades por destrabar las negociaciones multilaterales, EE.UU. opta por los tratados bilaterales; Chile, Singapur, Centroamérica29, Australia, etc., constituyéndose así una bola de espagueti, según el connotado economista Jagdish Baghwati.30

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Integración regional en América Latina Durante la década de los años 90 y debido en parte a los efectos económicos esperados por la caída del Muro de Berlín, se condensaron diversos proyectos de integración en el continente americano, principalmente por partir del supuesto de que un avance en el desarrollo a la luz de la globalización económica exigía buscar nuevas estrategias de integración regional. Una evaluación somera de estos proyectos nos ayudará a entender mejor el fenómeno que nos ocupa en el presente ensayo. Los tratados subregionales más importantes que conforman el proceso de integración en el continente son el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el Mercado Común Centroamericano (MCCA), la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Comunidad Andina31 (CAN). En este apartado nos referiremos a las características de la evolución de estos tratados a partir de la década de los años 90, así como su implicación en el megaproyecto lanzado por el ex presidente George Bush padre a finales de la década de los años 80, conocido como Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, mismo que suponía ser concluido para el 2005. A 10 años del TLCAN, ha habido una serie de análisis que influyeron ampliamente en el ánimo de las negociaciones del ALCA. Sobre todo, se han resaltado los aspectos negativos del primero para ser utilizados como Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica. Quizá la sola detección y análisis de las desventajas derivadas de la desviación del comercio no sea lo más grave, sino la proliferación exuberante de los tratados bilaterales. En la última estimación se contaba con 400 y el número crecía semanalmente. La situación se ha convertido en una bola de espagueti debido a los intrincados lazos comerciales que se han generado entre los países. El autor muestra un diagrama de los diferentes vínculos comerciales bilaterales y multilaterales que existen en la actualidad. No se puede hablar ya de bloques comerciales si Israel y Singapur tienen un tratado comercial con la Unión Americana. Baghwati, Jagdish. Free Trade Today. Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 2002. 31 La CAN surgió en 1969 y está integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. 29

30

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Estadística Tabla 1

Comercio externo México-Estados Unidos de América (miles de millones de dólares) 1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Comercio total

117.10

140.10

151.90

185.40

220.00

242.80

340.80

312.20

329.40

335.40

Exportaciones

60.81

79.54

96.04

110.23

117.40

136.70

166.40

158.40

160.80

164.90

Importaciones

79.34

72.45

89.46

109.80

125.30

142.00

174.40

168.30

168.60

170.50

Saldo

-18.52

7.00

6.53

0.429

-7.90

-5.30

-8.00

-9.90

-7.90

-5.60

Exportaciones

51.64

66.27

80.57

94.18

102.90

120.60

147.80

140.40

143.20

146.60

Importaciones

54.79

53.82

67.53

82.00

93.26

105.30

127.80

114.00

106.90

105.70

Saldo

-3.14

12.44

13.03

12.18

9.60

15.25

20.08

26.42

36.33

40.87

Total

106.40

120.10

148.10

176.10

196.10

225.90

275.60

254.40

250.10

252.30

76

79

80

80

81

81

80

81

76

75

2.53

2.91

2.32

3.03

2.92

2.74

2.83

4.26

2.32

1.72

Participación % IED/PIB

Fuente: I NEGI. http://www.inegi.gob.mx/est/default.asp?c=1831

argumentos en contra de un proceso de liberación comercial del tipo que originalmente perseguía el ALCA. Un estudio publicado en el 2004 por la fundación Carnegie Endowment for Internacional Peace (conducido por John J. Audley, Demetrios G. Papademetriou, Sandra Polaski y Scott Vaugham), intitulado La promesa y la realidad del TLCAN, lecciones de México para el hemisferio, concluye que dicho tratado quedó muy atrás con respecto a las expectativas optimistas iniciales. Los autores aseveran que el TLCAN no ha coadyuvado a crear los puestos de trabajo que demanda la población y señala que de 1994 al 2002 sólo se han creado 500 mil empleos en el sector manufacturero, mientras que en el agrícola se han perdido 1.3 millones de empleos en el mismo lapso. Aclara que, aun cuando los salarios reales son peores en comparación a antes del TLCAN, su deterioro no se atribuye al tratado mismo, sino a la crisis financiera de 1994-1995 en México. Tampoco se ha detenido el flujo migratorio, al contrario, ha aumentado y en el presente se estima de 400 mil emigrantes por año. Los niveles de contaminación ambiental se han incrementado, tanto en el sector manufacturero como en el agrícola, generando daños calculados en 36 mil millones de dólares para la década de los años 90. El sector agrícola ha sido el más afectado, pues ha sufrido de una aguda polarización entre los que se han incorporado a la agroindustria con altos niveles de productividad y los que se han quedado poco a poco rezaga69

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EE.UU.


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dos y empobrecidos. Este proceso se ha reflejado en un deterioro ambiental vía deforestación de 630 mil ha en regiones biológicamente ricas. Por otro lado, el aumento del comercio ha sido evidente desde la firma del Tratado, como se observa en la tabla 1. Antes de la recesión norteamericana del 2001, el comercio externo de México con EE.UU. acusaba una clara tendencia concentradora. Con la crisis económica norteamericana y la consecuente disminución del comercio, se redujo el grado de concentración favoreciendo relativamente a otras zonas comerciales como la Unión Europea, América Latina y Asia. Análogamente, se observa a partir del 2000 un estancamiento en el crecimiento del comercio, tanto a nivel general como el celebrado con Estados Unidos de América. Ello puede explicarse no sólo por la baja de la demanda de productos mexicanos, sino por la pérdida de competitividad reflejada, por ejemplo, en un desplazamiento de México a favor de China en el mercado estadounidense. No obstante, el saldo comercial superavitario con Norteamérica ha crecido en forma constante, mientras que con el resto de los socios comerciales se continúa en déficit. El comercio externo se incrementó en 286% y como porcentaje del PIB pasó de 27.8% en 1994 a 53.5% en el 2003; sin embargo, no parece haber una relación positiva entre este desempeño y el crecimiento económico, así como con el nivel del empleo, como se esperaba en vísperas de la firma del Tratado y tampoco se percibe una copiosa afluencia de capital. La inversión extranjera directa (IED) como porcentaje del PIB observa un comportamiento pobre; con excepción del 2001, año de las fusiones bancarias más importantes, la participación permanece por abajo de 3% del PIB. Más bien, la apertura comercial ha conducido a una agudización de procesos de concentración y centralización en el sector exportador, así como su consecuente desarticulación con el resto de la economía. El sector manufacturero, en especial las industrias automotriz y maquiladora de exportación, el sector servicios y financiero, así como la agroindustria han sido los grandes beneficiados, hecho que tampoco resulta novedoso si tomamos en cuenta que antes de 1994 detentaban ya posiciones privilegiadas. En un documento publicado en el 2003 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Raúl Maldonado señala que las exportaciones totales en la región América Latina y el Caribe aumentaron de 70

Vol. 2, núm. 2


Estadística Tabla 2

Continúa

América Latina y el Caribe: exportaciones totales y por esquemas subregionales de integración (millones de dólares y porcentajes)

Agrupaciones

1990

1995

1997

2000

2001

2002

1

Exportaciones totales TMCA a/

120 719

216 545

283 632

359 396

345 366

348 279

6.5

21.8

11.7

22.7

-3.9

0.8

16 802

42 740

59 864

62 222

60 267

55 103

8.2

21.9

22.4

28.2

-3.1

-8.6

13.9

19.8

21.1

17.3

17.5

15.8

Exportaciones 2

a América Latina y el Caribe TMCA Porcentaje

3

intrasubregional/total

1

Exportaciones totales TMCA

Comunidad Andina 31 751

39 134

47 677

59 456

52 172

52 177

30.2

16.1

4.8

35.1

-12.3

0.0

1 324

4 859

5 628

5 167

5 656

5 278

31.0

39.9

18.2

31.1

9.5

-6.7

4.2

12.4

11.8

8.7

10.8

10.1

Exportaciones a 2

la Comunidad Andina TMCA Porcentaje intra-

3

subregional CAN/total

Mercado Común del Sur 1

Exportaciones totales TMCA

2

Exportaciones al MERCOSUR TMCA

46 403

70 129

82 596

85 692

89 078

89 500

-0.3

13.3

11.0

12.3

4.0

0.5

4 127

14 451

20 546

17 710

15 298

10 114

7.3

19.9

20.3

16.8

-13.6

-33.9

8.9

20.6

24.9

20.7

17.2

11.3

Porcentaje 3

intrasubregional MERCOSUR/ total

71

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América Latina y el Caribe


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Vol. 2, núm. 2

Tabla 2

Concluye

América Latina y el Caribe: exportaciones totales y por esquemas subregionales de integración (millones de dólares y porcentajes)

Agrupaciones 1

Exportaciones totales TMCA

1990

1995

1997

2000

2001

2002

Mercado Común Centroamericano 3 907

6 777

9 275

11 512

10 185

10 008

9.2

23.3

26.5

-1.0

-11.5

-1.7

624

1 451

1 863

2 615

2 829

2 810

8.9

18.2

20.0

30.1

8.2

-0.7

16.0

21.4

20.1

22.7

27.8

28.1

Exportaciones

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2

al MERCOSUR TMCA Porcentaje

3

intrasubregional MCCA/total

1

Exportaciones totales TMCA

Comunidad del Caribe 4 118

5 598

5 861

6 358

6 225

6 163

11.6

25.2

3.1

23.0

-2.1

-1.0

509

843

976

1 230

1 134

1 231

2.9

26.5

11.5

12.3

-7.9

8.6

12.4

15.1

16.7

19.4

18.2

20.0

Exportaciones 2

a la CARICOM TMCA

3

Porcentaje intra CARICOM/total

a / Tasa media de crecimiento anual. Fuente: Maldonado, Raúl. Avance y vulnerabilidad de la integración económica América Latina y el Caribe. Serie Comercio Internacional. Santiago de Chile, CEPAL, 2003, p. 10.

120 719 millones de dólares en 1990 a 348 279 millones en el 2002. Según nos muestra la tabla 2, el crecimiento anual acusa un alto dinamismo hasta el 2000; en el 2001 se observa un agudo decremento y una ligera recuperación a partir del 2002, hecho que coincide con la recesión registrada en la economía mundial, especialmente en Estados Unidos de América. La participación de las exportaciones al interior de la región se ha mantenido alta y sostenida a lo largo del periodo, excepto en los dos últimos años. La CAN agrupa una población de 105 millones de habitantes y un PIB aproximado de 286 mil millones de dólares. Tuvo un incremento en las ex72


portaciones de 64% al pasar de 31 751 millones de dólares en 1990 a 52 177 millones de dólares en el 2002. El comercio entre los países integrantes alcanza su punto más alto en 1995 con una participación de 12.4% con respecto al total. Durante el 2001 y 2002 se aprecia una ligera recuperación en este rubro. A pesar de las dificultades económicas condicionadas por factores externos —como la caída de los precios internacionales de productos primarios como el petróleo y el café a finales de la década de los años 90— se han alcanzado logros significativos en torno al proceso de integración, concretando ya una unión aduanera a partir de 1995. Destaca el Arancel Externo Común32 (AEC), la coordinación de políticas macroeconómicas, planteando una convergencia a más tardar en el 201533 y acuerdos de seguridad regional.34 Asimismo, sobresalen lo esfuerzos que apuntan hacia una integración comercial con el MERCOSUR. El pasado diciembre del 2004 se firmó, en la ciudad peruana de Cuzco, la Unión Sudamericana, integrada por 12 países latinoamericanos. La también conocida Comunidad Suramericana de Naciones (CSN) se compone por los países miembros del CAN, los del MERCOSUR, Chile, Guyana y Surinam. El MERCOSUR aumentó sus exportaciones en 92% al pasar de 46 403 millones de dólares a 89 500 millones de dólares en el periodo indicado en la tabla 2. El comercio intrasubregional es uno de los más intensos en América Latina, manteniendo niveles promedio de 20%. El Mercado Común del Sur35 fue creado en 1991 por el Tratado de Asunción, suscrito por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; Chile, Bolivia y Perú se incorporaron como países asociados en 1996, 1997 y 2003, respectivamente.36 El objetivo principal es establecer un mercado común donde exista libre circu El proceso ha sido paulatino, evolucionando conforme a las dificultades de las economías integrantes. Comenzaron Colombia, Ecuador y Venezuela en niveles básicos de 5, 10 y 20%. Bolivia tiene un status preferencial y Perú se incorporó hasta 1997. No obstante, los avances para constituir una política agraria común han sido aún pobres. Maldonado, Raúl. “Avance y vulnerabilidad de la integración económica América Latina y el Caribe”. Serie Comercio Internacional. Santiago de Chile, CEPAL, 2003. 33 Se estableció alcanzar y mantener un déficit público no mayor de 3% y un endeudamiento no superior a 50%, ambos con respecto al PIB, así como a políticas monetarias y cambiarias convergentes. 34 Se refiere al plan de disminuir el gasto militar y asegurar la paz en la región; sin embargo, los conflictos entre los miembros no han sido esporádicos. Recientemente, se señaló que el gobierno de Hugo Chávez otorgaba facilidades a los dirigentes de la guerrilla colombiana, desatando tensiones entre ambas naciones. 35 El MERCOSUR posee, entre otros, dos órganos llamados Consejo del Mercado Común (CMC) y Grupo Mercado Común (GMC), que se encargan de la toma de decisiones y actividades de gestión, respectivamente. 36 Stuhldreher, Amalia. “El MERCOSUR como actor en el plano internacional”, en: Comercio Exterior. Vol. 54, núm. 5, mayo. México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 2004, pp. 418-426. 32

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lación de bienes, servicios y factores productivos; un arancel externo común (AEC); una política comercial común ante terceros países; así como la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales. La región ha sido golpeada severamente por factores externos, como la desaceleración económica a principios de la década que inició en el 2000, la devaluación del real brasileño a finales de los años 90 y la crisis argentina del 2001. Esos acontecimientos disminuyeron la intensidad del comercio intrasubregional (ver tabla 2), aumentaron el endeudamiento externo de Brasil y Argentina, redujeron la afluencia de capital y postergaron avances en la implementación del AEC en virtud de los agudos desequilibrios externos. No obstante, los mandatarios de los dos países líderes, Lula da Silva y Néstor Kirchner, se han propuesto relanzar el MERCOSUR, logrando ya posiciones conjuntas con respecto al ALCA, a la Unión Europea 37, así como con China, India y Rusia. En este contexto, el acercamiento del MERCOSUR con la CAN ha sido singular y va desde la firma de un acuerdo marco de complementación económica en el 2002, pasando por la firma de un tratado de libre comercio a iniciar en el 2004, hasta la reciente celebración de la Unión Sudamericana entre los dos bloques comerciales a finales del mismo año. Sobresale el liderazgo de Brasil en las negociaciones del ALCA como principal fuerza opositora ante los intereses de EE.UU. por materializar un acuerdo más ambicioso. El MCCA repuntó sus exportaciones en 250% al pasar de 3 907 millones de dólares a 10 008 millones de dólares en 12 años. La tabla 2 muestra un progresivo proceso de intercambio comercial al interior de la región, pues pasa de una participación de 16% en 1990 a 28.1% en el 2002. La integración centroamericana comenzó en la década de los años 50, y para 1980 el intercambio intrasubregional alcanzaba ya 1 200 millones de dólares, apoyado por el desarrollo industrial. Para 1986 se le dio un nuevo impulso con el Proceso de Esquipulas y el Plan de Acción para Centroamérica, hecho que derivó en la suscripción del Protocolo de Tegucigalpa y la creación del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), así como con el Protocolo de Guatemala en 1993. A inicios del nuevo milenio, la 37

74

La relación comercial con la Unión Económica se ha empantanado por la colisión de posturas en torno al tema agrícola, cuyo escenario ha tenido lugar en las recientes rondas de negociación de la OMC.

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Estadística

Las perspectivas de desarrollo de la región parecen optimistas. La presencia de regímenes democráticos y la extensión hasta el 2010 de la aplicación de subsidios a la exportación de maquila aprobados por la OMC, junto con los avances del Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA, por sus siglas en inglés) y —quizá en menor medida— la probabilidad de concretarse el Plan Puebla Panamá (PPP), confieren a la zona ventajas extraordinarias. Pablo Rodas (2000), por su parte, concluye en un estudio realizado por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) en torno a empresas consolidadas con departamentos de exportación que la integración en MCCA ha sido modesta en comparación con los niveles alcanzados en la década de los años 70 y que mientras Honduras y Nicaragua acusan crecientes niveles de comercio intrasubregional, Costa Rica se desintegra. La CARICOM registra un aumento de sus exportaciones de sólo 50% al pasar de 4 118 millones de dólares en 1990 a 6 163 millones de dólares en el 2002. No obstante, la participación del comercio al interior se fortalece de 12.4 a 20%. Esta agrupación reúne a 15 países38 y fue establecida luego de 15 años de esfuerzos y experiencias por el Tratado de Chaguaramas en 1973. Su desempeño en el comercio exterior es el más débil de la región y fue trastocado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos de América, sufriendo un decremento importante en su intercambio comercial, especialmente en rubros como turismo y plátano. A pesar de que las exportaciones intrasubregionales acusan cierto dinamismo, aún no han resuelto problemas básicos de coordinación y convergencia en asuntos como régimen fiscal, sistema aduanero, aranceles y tarifas. Esta agrupación ha registrado acercamientos comerciales con Venezuela, EE.UU. y con las nacio38

Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, así como Trinidad y Tobago. Tienen una población de 6 millones de personas y un PIB de 23 mil millones de dólares (2000). El coeficiente promedio de la suma de las exportaciones e importaciones con respecto al PIB es de 80%. Maldonado, Raúl. Op. cit.

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recesión norteamericana, la caída de los precios del café, así como la secuela de desastres naturales afectaron a la región. Sin embargo, el comercio intrasubregional pareció compensar en parte la fuerte vulnerabilidad externa al alcanzar niveles superiores a 27% en los dos últimos años que se muestran en la tabla 2.


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nes integrantes del Acuerdo de Cotonou, antes Lomé IV, por medio del cual se facilita la exportación de mercancías a la Unión Europea. Una de las propuestas que prometían el fortalecimiento de la integración regional en Mesoamérica fue el ambicioso Plan Puebla Panamá, instituido en la cumbre extraordinaria de San Salvador el 15 de junio de 2001. El PPP contemplaba un desarrollo integral que abarcaba a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y los estados del sur-sureste de México.39 Se trata de un territorio de 1 millón de kilómetros cuadrados con una población de 64 millones de habitantes. Destacan objetivos como superar la pobreza y fortalecer la infraestructura con el objetivo de detonar inversiones y promover el intercambio comercial. Sin embargo, a pesar de contar con un presupuesto inicial de 4 mil millones de dólares40 y 7 400 millones de pesos, los avances han sido modestos, concretándose en mejoras a la red de carreteras41 de la región. Se percibe, además, una falta de entusiasmo por parte de las naciones centroamericanas en el PPP, ante la expectativa de los beneficios que les pueda redituar CAFTA. Finalmente, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas constituye el proyecto de integración regional y multilateral más ambicioso del continente. Inspirado en el TLCAN, el ALCA propone la creación de un área de libre comercio desde Alaska hasta la Patagonia. Abarca 34 países y se dedica a cinco planes de acción: • Preservación y fortalecimiento de la Comunidad de Democracias de las Américas. • Promoción y prosperidad mediante la integración económica y el libre comercio. • Erradicación de la pobreza y la discriminación en el hemisferio. • Garantía del desarrollo sostenible y la conservación del medio ambiente. Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz de Ignacio de la Llave y Yucatán. 40 Los fondos provienen del Banco Interamericano de Desarrollo, gobiernos de otros países y del presupuesto del gobierno federal mexicano. Sin embargo, se considera que el presupuesto es insuficiente en relación con el carácter del PPP, hecho que lo condena al fracaso ante un contexto coyuntural de austeridad. 41 En México, la construcción de presas y carreteras en Chiapas, Oaxaca, Veracruz de Ignacio de la Llave y Puebla ha avanzado. Incluso, hay protestas de que estas obras están afectando los intereses de las comunidades indígenas. Chávez, Víctor. “Agoniza el Plan Puebla Panamá: sin eco la propuesta de Fox”, en: El Financiero. 26 de marzo de 2004. p. 22. 39

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Las negociaciones iniciaron en septiembre de 1998 y estaban programadas para concluir en enero del 2005. Sin embargo, el ALCA ha entrado en una etapa de enfriamiento. El antagonismo en los intereses de los participantes ha orillado a la falta de consensos y la división en grupos. Las mayores dificultades se centran en cuatro de los nueve capítulos que se discuten: acceso a mercados, agricultura, servicios e inversión.42 Por un lado, están EE.UU., Canadá, México, Costa Rica y Chile que abogan por una apertura comercial ambigua, también llamada versión light, de manera que en un futuro se posibiliten acuerdos más individualizados, aspecto que se cree vulneraría la soberanía de los países involucrados; por el otro, está Brasil a la cabeza del MERCOSUR, apoyado por Venezuela, Bolivia y el CARICOM, que se oponen a la propuesta norteamericana principalmente en tres temas: agricultura, inversión y servicios. Según la Alianza Social Continental, Oxfam y la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, la intención de Estados Unidos de América es conseguir la firma de un ALCA light para obligar más tarde a cada país a ceder en temas y términos de su interés. Además, argumentan que no se resuelve el problema del comercio desleal vía subsidios agrícolas, se sigue pretendiendo que la apertura mercantil sea universal y se condiciona el acceso al mercado estadounidense a cambio de concesiones que países de la región ofrezcan en otros temas.43

Conclusiones Los intentos por lograr una integración multilateral y regional en el 2004 fracasaron al no materializarse una mayor apertura en la OMC ni tampoco en el ALCA. El compromiso de la Ronda de Doha en el 2001, de alcanzar una apertura más profunda, no prosperó a raíz del tropiezo en Cancún 2003. Pese a que se logró reanimar el diálogo en julio del 2004 y alcanzar algunos Son nueve los grupos de negociación: 1) acceso a mercados, 2) agricultura, 3) subsidios y antidumping, 4) políticas de competencia, 5) compras del sector público, 6) inversión, 7) servicios, 8) propiedad intelectual, 9) solución de controversias. 43 Saldaña, Ivette. “Se complican los acuerdos en la negociación del ALCA”, en: El Financiero. 5 de febrero de 2004, p. 8. 42

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• Justicia, responsabilidad social de las empresas, transportes, trabajo, migración y pueblos indígenas.


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avances modestos, las metas se postergaron a diciembre del 2005. En lo que toca al ALCA, se intentaba iniciar en enero del 2005 el convenio de integración comercial entre los 34 países, sin embargo, las negociaciones se estancaron desde febrero del 2004. La opción ante un enfriamiento en el avance del multilateralismo han sido los tratados preferenciales; todo parece indicar que éste sufrirá mayores retrocesos y que la Reunión Ministerial de Hong Kong, a finales del 2005 dejará otra vez más mucho que desear. De mantenerse la Unión Europea, se tendrán que superar retos de un alto grado de dificultad, como la creciente presión del déficit público y endeudamiento en relación con el proceso de envejecimiento de la población, la aprobación de una constitución europea, la disputa de recursos para subsidiar el sector agrícola ante un número mayor de integrantes y las dificultades derivadas del fortalecimiento del euro. Asia se conforma como un poderoso bloque comercial con China y Japón a la cabeza, tomando un derrotero cada vez más incómodo para Estados Unidos de América. Las disputas por el dominio de mercados se percibirán, próximamente, en una lid entre el dólar, el yen y el yuan. Como se pudo apreciar en el segundo apartado, un número creciente de bancos centrales está cambiando sus reservas de dólares a euros, hecho que fricciona las relaciones comerciales en occidente. América Latina se divide en dos polos hegemónicos: Norteamérica y Brasil, lo que se manifiesta en un debilitamiento del ALCA y del PPP, al tiempo que los bloques intrasubregionales buscan consolidarse y crece el interés por la firma de tratados preferenciales con Estados Unidos de América. Con ello parece que el multilateralismo cede cada vez más terreno al regionalismo.

Otras fuentes Audley, John J., et al. Nafta’s Promise and Reality. Lessons from Mexico for the Hemisphere. Carnegie Endowment for International Peace. http://www.ceip.org/files/pdf/NAFTA_Report_ ChapterOne.pdf, 2004. Rodas Martín, Pablo. “Centroamérica: ¿hacia un regionalismo abierto o hacia una apertura sin regionalismo?”, en: Integration in Latin America and the Caribbean: An Evaluation of the Political Economy of Open Regionalism. Taller regional del 7 y 8 de julio de 2000. Institute of Latin American Studies (ILAS), University of London. http://www.asies.org.gt/caesp. htm, extraído en febrero del 2005. 78

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Segregación socioespacial

(1990-2000) Guadalupe Margarita González Hernández*

Con datos poblacionales para 1990, 1995 y 2000, los resultados exponen una disminución de la segregación socioespacial con ciertas especificidades: la transición de una segregación obligada de los grupos de ingreso bajo a una segregación voluntaria de los grupos de ingreso alto y medio localizados exclusivamente en la zona intermedia entre las ciudades de Zacatecas y Guadalupe, transición que coincide con los objetivos de las políticas de desarrollo urbano implantadas en el periodo analizado. La entidad impulsa el cambio en el patrón de localización residencial, ocultando la lucha de grupos económicos (terrateniente y terciario) por maximizar sus rentas y ganancias.

Introducción El objetivo de este trabajo es demostrar que la zona conurbada ha disminuido sus grados de segregación social en la década de los años 90.

se localiza en los espacios urbanos ha ampliado los puntos de vista. La diversidad de vertientes teóricas ha permitido un crisol de conceptos y metodologías que sustentan un marco teórico rico en evidencias empíricas.

La segregación social ha sido vista como una relación espacial de las diferencias sociales. La discusión sobre la mezcla social y cómo

La presente investigación, teóricamente, se basa en la vertiente segregación socioespacial urbana, donde la segregación se considera como la

Doctora en Ciencias Sociales. Docente-investigadora de tiempo completo en la Unidad Académica de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Apartado postal 3-107, Unidad II, 2o piso, Fraccionamiento Progreso, Zacatecas, Zac., CP 98064. Teléfono: (492) 924 08 10; fax: (492) 924 08 10; correos electrónicos: gmgonzh@cantera.reduaz.mx y gmgonzh@todito.com

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en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe


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separación o adyacencia de los grupos sociales.1 Este marco teórico se utiliza para analizar el aislamiento social en una zona urbana de tamaño medio y con características socioeconómicas específicas: la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe. La hipótesis a demostrar es que en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe ha aumentado la mezcla social entre grupos de diferentes ingresos. La especificidad del caso demuestra que al mismo tiempo que se da una mayor adyacencia del grupo de bajo ingreso se origina un proceso de autoaislamiento de los grupos de ingreso medio y alto, inducida en una parte importante por políticas de densificación2 y zonificación3, políticas que intentan ayudar a los grupos económicos a maximizar sus ganancias por actividades terciarias y rentas del suelo.

Teoría sobre la segregación social y espacial Desde que la Escuela Ecológica de Chicago, Ills., en Estados Unidos de América, propuso el término de segregación para demostrar que entre “más grande el grado de diferencia entre la distribución espacial de los grupos dentro de

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un área urbana, más grande su distancia de cada otro”4, se ha avanzado poco en su conceptuación y metodología. Duncan y Duncan ya reconocían, en 1955, que las investigaciones sociológicas de la medición de la segregación habían tomado un camino erróneo.5 Hemos encontrado tres versiones teóricas de la segregación socioespacial: por localización, por diferenciación y socioespacial urbana.

Segregación por localización Ésta es una condición de exclusión social y espacial respecto a las ventajas urbanas.6 Aunque en esta postura el concepto de segregación no ha sido utilizado de una forma clara, su definición implícita está presente en cada uno de sus trabajos y posturas. Existen diferentes enfoques analíticos de la segregación por localización: marginalidad urbana, neomarxista y neoclásica. Marginalidad urbana Esta vertiente teórica tuvo su posición histórica en las décadas de los años 60 y 70 en América Latina. El fenómeno a explicar es el gran creci-

Alegría, Tito. “Segregación socioespacial urbana. El ejemplo de Tijuana”, en: Estudios Demográficos y Urbanos. Vol. 9, núm. 2, mayo-agosto. México, 1994, p. 415. 2 El crecimiento de las ciudades se acompaña de un doble proceso, de densificación del espacio urbano y de extensión de este mismo espacio. La densificación implica una concentración más grande de las poblaciones sobre el área urbana o, solamente, sobre ciertas partes de ésta. La extensión espacial implica un crecimiento de los porcentajes de urbanización y una modificación de las densidades por disminución en el centro de las ciudades y aumento de la periferia. 3 Las políticas de zonificación consisten en dividir a la ciudad en áreas destinadas exclusivamente por un uso del suelo. 4 Peach, Ceri. “Introduction. The spatial analysis of ethnicity and class”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, p. 1. 5 Duncan, O. D. y B. Duncan. “A methodological analysis of segregation indexes”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, p. 35. 6 Alegría, Tito. “Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques”. Ponencia presentada en el Seminario Ciudades y Desarrollo Regional en México. Xalapa, Ver., CIESAS-Golfo, 1998, p. 4. 1

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El punto de partida es considerar a la economía del subdesarrollo como generadora de un dualismo social, donde los menos preparados son marginados de las ventajas del desarrollo económico. Los grupos sociales marginales son aquellos que tienen acceso a los empleos informales y a los hogares en barrios pobres. El ritmo de integración social de la mayoría de la población dependerá principalmente de su incursión en los papeles ocupacionales actuales y de la extensión progresiva de las formas innovadoras de consumo. La movilidad psicosocial-ascendente7 implica un movimiento ascendente de los grupos sociales aprovechando las ventajas económicas y sociales de la estructura moderna. La insuficiencia de desarrollo económico no permite la integración total de los grupos sociales de escasos recursos. Creando un sector marginal dedicado a las actividades pseudoterciarias (comercios y servicios informales) con baja productividad y a las actividades secundarias tradicionales.8 La exclusión de los grupos en cuestión es con respecto a las ventajas ur-

banas recientes y del sector económico y social contemporáneo.9 La explotación indirecta de los desposeídos por los grupos hegemónicos permite la aceleración del proceso de concentración económica, eliminando a los marginales del mercado de trabajo y de los bienes y servicios producidos por ella misma.10 Para la vertiente de precariedad urbana, la localización residencial es independiente de las diferencias entre grupos sociales. La situación de discriminación social es referida a una localización periférica en el espacio urbano. Un mejoramiento de la estructura económica implica un mejoramiento en la escala social y ambas inducen a la localización espacial. Un cambio en la estructura urbana implica un acceso al sector privilegiado y no una disputa por las localizaciones.11 Segregación según los neomarxistas El momento histórico es la década de los años 70. El modelo de acumulación capitalista entra en crisis y su mayor manifestación se da en los países latinoamericanos. La visión neomarxista explica las consecuencias de la reestructuración productiva en el empleo, el ingreso y la localización social en las ciudades. El aumento de un ejército industrial de reserva y un deterioro del

Germani, Gino. “La ciudad como mecanismo integrador”, en: Bassols, Manuel, Roberto Donoso y Alejandra Massolo (comps.). Antología de la sociología urbana. México, UNAM, 1988, p. 401. 8 Ibíd. p. 398. 9 Alegría, Tito. Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques…, op. cit., p. 5. 10 Quijano, Aníbal. “La formación de un universo marginal en las ciudades de América Latina”, en: Bassols, Manuel, Roberto Donoso y Alejandra Massolo (comps.). Antología de la sociología urbana. México, UNAM, 1988, p. 130. 11 Alegría, Tito. Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques…, op. cit., p. 6. 7

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miento poblacional de las ciudades latinoamericanas producto de una masiva inmigración desde ciudades más pequeñas y del campo.


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ingreso traen consecuencias en la accesibilidad a los servicios públicos y la vivienda. Los neomarxistas consideran que la existencia de grupos y sectores en el atraso no deben considerarse como tales porque esos grupos y sectores son integrantes —aunque en una forma muy específica— del desarrollo urbano capitalista. La población urbana, cualesquiera que sean sus niveles de ingreso y sus ocupaciones específicas, pertenece al sistema capitalista de la ciudad. La población que no pudo integrarse al sistema productivo de la ciudad puede incorporarse a la economía informal. El desarrollo de estas actividades corresponde a la existencia de una demanda solvente. La aparición de los sectores de baja productividad representa la supervivencia en la ciudad de actividades no organizadas en términos capitalistas. Por tanto, constituyen un problema de insuficiente desarrollo del capitalismo en las ciudades latinoamericanas, no un problema de urbanización.12 Las migraciones sufridas desde el campo o ciudades más pequeñas aumentó el ejército industrial de reserva, que dado su bajo poder adquisitivo y limitado horizonte cultural no sólo se mueve en distancias relativamente cortas sino que se dedica a actividades que permiten solventar su demanda.13

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El sistema frente al aumento de la fuerza de trabajo lo aprovecha manteniendo bajo el nivel de salario y empleando mano de obra en forma extensiva. Su localización se da en los lugares donde el capital no le es redituable, con base, principalmente, en la invasión de terrenos en la periferia y con nulo acceso a los servicios urbanos.14 La distribución espacial de los servicios urbanos y de las viviendas ocurre por el mecanismo del mercado y el institucional. Como los beneficios urbanos son escasos, se localizan en las zonas de mayor accesibilidad. Recibir beneficios urbanos se manifiesta de manera desigual, pero las restricciones a los servicios citadinos son autónomas a las restricciones de la estructura social y el ingreso al mercado laboral. El acceso a los beneficios urbanos y la vivienda por parte de los grupos de percepciones bajas está en desventaja. La disputa por esos recursos se expresa en conflictos urbanos, pero también en segregación residencial. Ésta es producto de la forma como se distribuyen los servicios urbanos, sin embargo ahonda la condición social porque esa misma segmentación trae un efecto regresivo en el ingreso.15 Neoclásica A esta vertiente se le conoce como la hipótesis del Spatial Mismatch. El momento histórico data de las décadas de los años 60 y 70 en los

Geisse, Guillermo. La economía política de la concentración urbana en Chile. México, El Colegio de México, 1983, p. 435. Singer, Paul. La economía política de la urbanización. México, Siglo XXI, 1975, p. 185. 14 Singer, Paul. “Urbanización, dependencia y marginalidad en América Latina”, en: Bassols, Manuel, Roberto Donoso y Alejandra Massolo (comps.). Antología de la sociología urbana. México, UNAM, 1988, p. 421. 15 Harvey, David. Urbanismo y desigualdad social. México, Siglo XXI, 1985, pp. 56 y 57. 12 13

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Existe discriminación entre grupos sociales en dos formas: la primera, de vivienda; y la segunda, de empleo. El impulso de la suburbanización en las ciudades estadounidenses propició el desplazamiento de los blancos hacia los suburbios a través de mecanismos inmobiliarios, dejando a los negros incapacitados de hacerlo de una misma manera. Con la suburbanización de la actividad económica, la oferta de empleos se redujo en las ciudades centrales y los distritos centrales de negocios (en México los conocemos como centros históricos). Los negros no sólo no pudieron acceder a una vivienda en los suburbios, sino que ahora no tienen oportunidad de allegarse empleos suburbanos.16 El planteamiento principal de esta hipótesis es demostrar que la estructura metropolitana ha propiciado un efecto de discriminación y segregación de ciertos grupos raciales y étnicos, expresados en una inaccesibilidad de los recursos urbanos. Este enfoque no maneja el concepto de segregación socioespacial como tal, los términos utilizados son accesibilidad y discriminación del empleo y servicios urbanos, ya sea por

nivel socioeconómico, raza o etnia. La raza, la procedencia migratoria o el nivel de educación de los habitantes se convierten en las condicionantes exógenas de la desigualdad social y espacial, es decir, explican la desigualdad social por cuestiones externas.

Segregación por diferenciación Ésta se define como la distancia espacial que hay entre los grupos sociales y un proceso contrario a la integración social.17 Analiza, en especial, a la segregación en condiciones económicas en expansión, institucionalmente controlada y con conflictos de integración social entre grupos, diferenciados principalmente por la raza, etnicidad o clase social. Aunque la localización residencial es importante, el punto central de su análisis va sobre las desigualdades entre grupos sociales en un área determinada.18 Para este enfoque, la segregación se concibe como la distancia espacial entre grupos sociales. Existen tres principios básicos de este enfoque: a) evitar las ambigüedades entre clase social y status económico al utilizar este último como un concepto que concretice las diferencias significativas en el estilo de vida, patrones de consumo

Gottlieb, Paul y Barry Lentnek. “Spatial Mismatch is not always a Central-City problem: an analysis of commuting behavior in Cleveland, Ohio, and its suburbs”, en: Urban Studies. Vol. 38, núm. 7. Estados Unidos de América, 2001, p. 1 161. 17 Peach, Ceri. Op. cit., p.1. 18 Alegría, Tito. Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques…, op. cit., pp. 14 y 15. 16

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Estados Unidos de América. La entrada a una etapa recesiva en la economía estadounidense causa efectos nocivos en la forma de acceder al empleo y servicios públicos según su status socioeconómico, etnia o raza.


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y movilidad social19; b) la condición ocupacional no necesariamente expresa las condiciones socioeconómicas de las personas, se intenta explicar la localización igual de diferentes grupos ocupacionales20 y c) los grupos de ocupación con altos ingresos no tienen los mismos mecanismos de segregación que los de bajos ingresos. 21 A través de los índices de disimilaridad se conoce la diferencia entre la distribución en el espacio de grupos de ocupación. 22 El índice mide la proporción de un grupo de población que no se parece a la distribución de otro.23 Aunque el objetivo es considerar que un solo índice de disimilaridad no puede explicar la distancia espacial entre los grupos de ocupación, casi en la totalidad de los estudios analizados (excepto Duncan y Duncan, 1975, Duncan y Duncan, 1975a, y Cressey, 1975) utilizan exclusivamente el índice de disimilaridad como técnica metodológica única para medir la segregación residencial. La mayoría de los trabajos que asumen esta postura no ofrecen nuevas teorías y metodologías sobre concepto de segregación residencial. El objetivo inicial de Segregación por diferenciación es reconocer que existe una separa-

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ción de los grupos ocupacionales en términos de asimilación, recesión, conflicto e invasión, conceptos acuñados por la Escuela de Ecología Humana de Chicago. Con el paso del tiempo y la utilización desmesurada de los índices de disimilaridad sólo los trabajos de Duncan y Duncan (1975a), Cressey (1975), Lieberson (1975) y Burguess (1988) se encontraron interesados en dichos conceptos.

Segregación socioespacial urbana Ya Robert Park (1975) indicaba en su Ecología Humana que la segregación debe considerarse como “el cambio de ocupación, los éxitos o fracasos personales —cambios en status económico y social— que tienden a ser registrados en cambios en la localización. La organización física y ecológica de la comunidad, a largo plazo, responde y refleja lo ocupacional y lo cultural. La selección social y segregación crea grupos naturales y determina al mismo tiempo las áreas naturales de la ciudad”. 24 Los estudios posteriores fueron separando la propuesta de Park. El objetivo de esta vertiente es volver a la conceptuación inicial de segregación. Se propone articularla en dos vertientes: por localización y por diferenciación.

Duncan O. D. y B. Duncan (a). “Residential distribution and occupational stratification”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, p. 64. 20 Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., pp. 414 y 415. 21 Alegría, Tito. Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques…, op. cit., p. 15. 22 Duncan, O. D. y B. Duncan (a). “Residential distribution…, op. cit., p. 52. 23 Peach, Ceri. Op. cit., p.3 // Alegría, Tito. Segregación socioespacial urbana: crítica de enfoques…, op. cit., p. 12. 24 Park, Robert. “The urban community as a spatial pattern and moral order”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, p. 25. 19

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Esta vertiente considera a la localización y segregación como identidades espaciales. Explica la localización diferente de grupos similares y la localización similar de grupos diferentes. La segregación socioespacial debe considerar dos aspectos: el económico y el social. Desde el aspecto económico es producto de: a) el enfrentamiento de los diferentes grupos sociales por conseguir una localización óptima con características propias y de entorno y b) los constantes cambios que existen entre la oferta y la demanda que se dan con el tiempo y que se expresan en los precios de los bienes inmuebles.27 Los grupos con mayores recursos (económicos y de conocimiento) tendrán mayor ventaja en la competencia de la localización. Cada individuo que pertenece a un grupo social y que

entra en competencia por una localización en el espacio urbano debe contar con un instrumental (basado en nivel y tipo de recursos económicos y de conocimiento). Para el aspecto social, la segregación se considera como residencial. Es el proceso de “diferenciación socioespacial urbana que comprende dos dimensiones complementarias y necesarias: similares características económicas y de conocimiento dentro de una zona, y diferentes características entre zonas”.28 La ausencia de una segregación implicaría que en todas las zonas hubiera habitantes de todo tipo de características socioeconómicas. Los mecanismos del mercado producen una relación directa entre las zonas donde se localizan los grupos de ingreso alto y medio y los centros de actividad económica. El alto poder adquisitivo de dichos grupos permite ofertar mayor cantidad, diversidad y frecuencia de productos. 29 La actividad terciaria se localiza lo más cerca posible de su demanda. La actividad económica, a la vez, requiere de infraestructura que permita una accesibilidad con su demanda. En todo caso, la actividad terciaria presiona al Estado a que dote a las zonas donde se localizará de equipamiento e infraestructura urbana. 30 Accesibilidad e infraestructura

Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., p. 415. Alegría, Tito (a). “Condiciones espaciales de la pobreza urbana y una propuesta para su disminución”, en: Frontera Norte. Vol. 1, número especial: Pobreza. Tijuana, 1994, p. 72. 27 Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., p. 417. 28 Ibíd. p. 418. 29 Alegría, Tito (a). “Condiciones espaciales…, op. cit., pp. 67 y 68. 30 Ibíd. pp. 67-69. 25

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Para este enfoque, la segregación es “la adyacencia o separación entre grupos sociales y no de los grupos respecto a cualquier otra entidad urbana”25; alude el acceso a los recursos urbanos; sus determinantes son el nivel de capital (económico y de conocimiento) de las personas que poseen y utilizan en el proceso de disputa por los recursos físicos y simbólicos, localizados y móviles en los medios institucional y mercantil de la ciudad.26


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urbana están asociadas al poder político y económico que ejercen los grupos de ingreso alto para su localización residencial sobre la entidad. La segregación se vería en la forma como se consume con la finalidad de distinguirse en el campo simbólico para diferenciar a cada uno de los barrios. Las elecciones similares de consumo residenciales no sólo están determinadas por gustos similares y sus posibles maneras de distinguirse entre los individuos, sino por habitus31 similares. La segregación es resultado de las elecciones de localización y tiene tanto aspectos económicos como sociales que la identificarían.

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de su grado de segregación socioespacial; es la condición espacial y social de los diferentes grupos. Cada individuo se integra a un grupo social porque tiene afinidades en conocimiento y recursos económicos. La elección de localización residencial de cada grupo de ingreso estará determinada por la oferta inmobiliaria, por la afinidad de gustos similares y distinciones. Cada uno de ellos reproduce sus prácticas propias al grupo social al que se siente pertenecer. Su localización dependerá, en gran parte, del ambiente social y económico que le puedan ofrecer las opciones inmobiliarias de la ciudad.

Conceptuación de la segregación socioespacial

La segregación tiene distintas maneras de manifestarse. Los grupos de ingreso bajo, debido a sus restricciones económicas y de conocimiento, pueden sufrir la separación socioespacial obligada: eligen sus localizaciones residenciales de acuerdo con su presupuesto y a sus conocimientos. Los grupos de ingreso alto tienen mayor posibilidad de elegir su residencia de acuerdo con sus gustos y afinidades. Los grupos de ingreso alto pueden autoaislarse en zonas residenciales exclusivas con alto costo en las amenidades vecinales (todos aquellos servicios y equipamiento con los que cuenta una zona residencial).

La localización residencial de los diferentes grupos de ingreso depende, en buena medida,

El grupo de ingreso medio es el que menor indicio de segregación presenta. Eso se debe,

Los grupos con menores recursos financieros y de conocimiento tienen una menor movilidad en la adquisición de una vivienda. 32 Su segregación es obligada. Los grupos de ingreso con mayor capacidad de compra y de conocimiento tienen una mayor movilidad social y de localización. 33 Sus decisiones registran mayor movilidad e independencia. Es una segregación voluntaria.

Reproducción de prácticas propias al segmento social de conocimiento al que se siente pertenecer. Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., p. 419. 32 Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., p. 419. // Alegría, Tito (a). “Condiciones espaciales…, op. cit., pp. 72. 33 Alegría, Tito (a). “Condiciones espaciales…, op. cit., p. 72. 31

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El grado de segmentación socioespacial más alto implica que todos los grupos sociales están separados física y socialmente del resto. La ausencia total de fragmentación socioespacial implicaría que en todas las áreas de una zona urbana existieran habitantes de todo tipo de características socioeconómicas. El Estado, con políticas de desarrollo urbano, puede fomentar la segregación o adyacencia total de los grupos sociales. La intensidad de las políticas de control, regulación y zonificación puede influir en la caracterización de la mezcla social en la estructura residencial urbana. El poder político y económico que tengan los grupos de ingreso alto determinará el grado de intensidad de dichas políticas.

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Metodología Entre todas las propuestas metodológicas, las más dominantes y utilizadas son los índices de disimilaridad basados en la metodología de Duncan y Duncan.34 Analizan la segregación en relación con la desigualdad de los grupos raciales y no en relación con las diferencias espaciales entre estos grupos. La propuesta de un índice de segregación supera esta debilidad. Miden el grado de fragmentación con base en las diferencias espaciales y entre grupos de ingreso sin considerar la variable exógena raza. El índice de segregación35 mide el grado de aislamiento social que tiene cada uno de los grupos de población.36 El objetivo de calcular la dispersión socioespacial por ingreso es determinar la ubicación de los habitantes de la zona conurbada ZacatecasGuadalupe según su nivel de ingreso, tomando en consideración el grado de aislamiento o adyacencia social.37 El proceso de diferenciación

Duncan O. D. y B. Duncan (a). “Residential distribution…, op. cit., p. 53. n 2 Su expresión matemática es: n P- 1

GSj=∑(n-1 )( i=1

ij

n

)

Donde: GSj es el grado de segregación en el área geoestadística básica (AGEB) j Pij es la proporción de la población ocupada en el grupo de ingreso i de la AGEB j n es el número de grupos de ingreso en la AGEB j Este índice varía desde 0 hasta 1, de manera que si: GSj = 0 los grupos de ingreso se distribuyen de manera proporcional uniformemente en la AGEB j; gran heterogeneidad de la zona; nula segregación entre grupos GSj = 1 un solo grupo de ingreso concentra a toda la población ocupada de la AGEB j; hay total homogeneidad de la zona; total segregación entre grupos. Alegría, Tito. “Segregación socioespacial…, op. cit., p. 423. Ibíd. p. 418. El grupo de ingreso bajo se clasificó como toda aquella población ocupada que reciba hasta 2 salarios mínimos mensuales. El grupo de ingreso medio es aquella población ocupada que reciba más de 2 salarios mínimos y hasta 5 salarios mínimos mensuales. El grupo de ingreso alto es aquella población ocupada que reciba más de 5 salarios mínimos mensuales. La clasificación de los grupos de ingreso tiene, exclusivamente, fines metodológicos y comparativos.

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principalmente, a su movilidad, tanto económica como física. Sus recursos económicos y de conocimiento le permiten adquirir localizaciones residenciales con nivel aceptable de accesibilidad y equipamiento urbano.


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socioespacial comprende dos dimensiones complementarias y necesarias, similares características económicas y de conocimiento dentro de una zona y diferentes características entre zonas.

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Los datos corresponden a los conceptos de población ocupada que recibe ingresos en censos de población y vivienda 1990 y 2000 y población total en el Conteo de Población y Vivienda 1995.38 Para fines de ilustración, hemos dividido a la zona conurbada en tres zonas: la ciudad de Zacatecas, que va desde la salida a Cd. Juárez y Guadalajara hasta la unidad universitaria de Medicina y Derecho; la zona intermedia, la cual comienza al final de esa unidad universitaria hasta la unidad universitaria de Odontología y la ciudad de Guadalupe, que empieza desde la unidad universitaria de Odontología hasta la salida a México.

Contextualización de la segregación socioespacial La zona conurbada Zacatecas-Guadalupe es la unión espacial de la ciudad de Zacatecas y su vecina Villa de Guadalupe. Dicha zona se estableció oficialmente desde 1980.39 Es un área urbana de tamaño medio, localizada en el centro

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Cuadro 1

Población de la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe, 1980-2000 Año

Población

1980

105 383 a /

1990

146 484 b/

1995

174 836 c/

2000

192 826 d /

Fuentes: a/ CGSNEGI. X Censo General de Población y Vivienda 1980. Integración territorial. Estado de Zacatecas. México, SPP, 1984, pp. 457 y 469. b/ INEGI. XI Censo General de Población y Vivienda 1990. Aguascalientes, México, INEGI, 1992. Disco compacto. c/ INEGI. Conteo de Población y Vivienda 1995. Resultados definitivos. Tabulados básicos. Aguascalientes, México, INEGI, 1996. Disco compacto. d/ INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Sistema para la Consulta de Información Censal (SCINCE) 2000. Aguascalientes, México, INEGI, 2000. Disco compacto.

del país. El cuadro 1 manifiesta su crecimiento poblacional. En la década de los años 80 se presentó el mayor crecimiento. A finales de la década de los años 90, mostró claros indicios de estancamiento demográfico. En 1990, la ciudad de Zacatecas contribuyó con 68% de la población de la zona objeto de estudio y en el 2000, con 59%. La ciudad Villa de Guadalupe fue la que presentó mayor crecimiento poblacional de dicha zona en el periodo analizado.

No existen datos ni conceptos en el Conteo 1995 que expresen a la población ocupada que recibe ingresos por AGEB. Para 1995, los datos fueron estimados a través de la tasa del crecimiento geométrico. Cfr. INEGI (a). Manual de medidas sociodemográficas. Aguascalientes, México, INEGI, 1997, p. 10. Consejo Nacional de Población (CONAPO). Evolución de las ciudades de México 1900-1990. México, CONAPO, 1994, pp. 10 y 98.

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La zona circunvecina se especializa en actividades terciarias (comercios, servicios y administración pública).40 El sistema económico de esta zona se caracteriza por el predominio de establecimientos pequeños, con bajo valor agregado y con pagos a salarios clasificados como menores a 2 salarios mínimos. La mayoría de estos establecimientos se localizan en los centros históricos y en la zona intermedia de las dos ciudades involucradas. El poder adquisitivo de las personas empleadas en estas actividades se traduce en un restringido mercado doméstico.41 En el periodo analizado (1990-2000) la estructura social en la zona adyacente ha mejorado en términos de ingreso. En 1990, el 62% de la población ocupada recibía hasta 2 salarios mínimos y, principalmente, se localizaba en la ciudad de Zacatecas. En el 2000, sólo 40% de la población ocupada recibía hasta 2 salarios mínimos y, básicamente, se había dispersado por toda la periferia de toda la zona circunvecina a la ciudad.42

Resultados Año 1990 En general, los resultados son valores cercanos a cero. Sin embargo, surgen algunas cosas interesantes: 40

41

42

a)

b)

La mayor parte de los grados de segregación por AGEB no llegan a 0.5. Sólo dos AGEB lo sobrepasaron. A pesar de su bajo grado, existe el fenómeno del aislamiento social del grupo de ingreso bajo. El aislamiento social que sufre el grupo de bajos ingresos no sólo se da en las AGEB periféricas, sino que se da, principalmente, en las áreas centrales de las dos ciudades, es decir, que la localización del grupo de ingreso bajo expresa un grado de aislamiento social respecto al resto de los grupos de ingreso (ver mapa 1).

El Orito, desde la colonia Lázaro Cárdenas hasta la Central de Abastos, así como las colonias Alma Obrera y Camilo Torres, desde la colonia Guerrero hasta la salida a Sauceda de la Borda, son algunas de las áreas más representativas. Año 1995 Los índices de grados de segregación disminuyeron fuertemente en la zona conurbada para 1995. No existe AGEB en la zona conurbada que muestre valores mayores a 0.35. Sin embargo, a pesar de su disminución, existe un fenómeno de intensificación en ciertas zonas y, sobretodo, en ciertos grupos de ingreso. En 1990, era una segregación que se le aplicaba a los ingresos bajos. En 1995, era una autosegregación de los grupos de altos ingresos (o segre-

En 1996, la población ocupada de la zona conurbada estaba dividida en las siguientes ramas: 42.2% en servicios, 20.1% en comercio, 12.9% en actividades gubernamentales, 9.5% en industria de la transformación, 6.4% en la industria de la construcción, 4.9% en comunicaciones y transportes y 4% en otras ramas. INEGI. Anuario estadístico del estado de Zacatecas. Edición 1997. Aguascalientes, México, INEGI-GODEZAC, 1997, p. 346. González Hernández, Guadalupe M. Del monocentrismo al policentrismo intraurbano: un modelo explicativo del cambio en la estructura de centros en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1990-2000). Tesis doctoral. Tijuana, El Colegio de la Fronter Norte, 2004, pp. 135-137. Ibíd. pp. 203-206.

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Estadística


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Mapa 1

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Grados de segregación en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1990)

Simbología

Sin información 0.001 - 0.124 0.125 - 0.249 0.25 - 0.349 0.35 y más

Fuente: Elaboración propia con base en datos por AGEB del XI Censo General de Población y Vivienda 1990.

Mapa 2

Grados de segregación en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (1995)

Simbología

Sin información 0.001 - 0.124 0.125 - 0.249 0.25 - 0.349 0.35 y más

Fuente: Elaboración propia con base en datos por AGEB del Conteo de Población y Vivienda 1995 y estimaciones a través del XI Censo Ge neral de Población y Vivienda 1990 y XII Censo General de Población y Vivienda 2000.

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Estadística

La ciudad de Zacatecas es la que presenta mayores grados de segregación. La zona intermedia entre las dos ciudades es el área con menor grado de segregación, aunque surgen algunas AGEB con altos niveles de autosegregación del grupo de ingreso alto (ver mapa 2).

Las colonias Tierra y Libertad, Alma Obrera, CTM, Tercera Sección de Lázaro Cárdenas, Toma de Zacatecas, Quinta Sección González Ortega y Las Palmas son las que presentaron mayor segregación socioespacial de ingreso bajo. La colonia Residencial del Valle muestra altos niveles de segregación, pero de ingreso alto. Año 2000 En este año, la tendencia se confirma. El grado de segregación en la zona conurbada ha disminuido fuertemente. La mayoría de las AGEB

Mapa 3

Grados de segregación en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (2000)

Simbología

Sin información 0.001 - 0.124 0.125 - 0.249 0.25 - 0.349 0.35 y más

Fuente: Elaboración propia con base en datos por AGEB del XII Censo General de Población y Vivienda 2000.

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gación voluntaria). La presencia de las colonias exclusivas y el surgimiento de políticas de zonificación se manifiestan en el espacio urbano en forma de segregación dominada por el grupo de ingreso alto.


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no presentan niveles mayores a 0.32. Pero con ciertas características:

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a)

b)

c)

d)

43

44

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Existen extremosos niveles de segregación en la zona conurbada ZacatecasGuadalupe. Así como existen valores en 0 existen valores mayores a 0.6. Un valor alto de segregación. El fenómeno disminuye en ciertos sectores del área conurbada, aumenta en otras. A diferencia de 1990, en el 2000, los grados de segregación importantes no se dieron en las AGEB centrales. Los altos grados de segmentación se dan en las AGEB de reciente creación, donde apenas se están formando las zonas habitacionales y las de mayor plusvalía. Principalmente, son AGEB con zonas residenciales que desarrollan políticas de zonificación. Esas AGEB están localizadas en la zona intermedia entre la ciudad de Zacatecas y Guadalupe y los grupos de ingreso alto la fomentan. La segregación de los ingresos altos se presenta como un fenómeno dominante en la estructura socioespacial de la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe. Empieza el grupo de ingresos medios a autoaislarse. Los grados de segregación de los grupos de ingreso medio aumentan principalmente en la zona intermedia. En la zona intermedia se presenta un fenómeno contradictorio. La diferenciación

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es extrema: el autoaislamiento social convive con la nula dispersión. Por una parte existen áreas con mínima diferenciación y, por otra, zonas residenciales exclusivas para un determinado grupo de ingreso (ver mapa 3). La segregación se manifestó en forma importante en las colonias: Toma de Zacatecas, Alma Obrera, Segunda Sección Ayuntamiento, CTM, Tercera Sección Tierra y Libertad e INFONAVIT Tránsito Pesado, dominadas por el grupo de ingreso bajo. Pero los mayores índices se presentaron en las AGEB donde el ingreso alto domina: colonias Residencial del Valle, Privada Las Colinas, Residencial Médicos Veterinarios, Residencial Tahona, Geranios, Privada Los Geranios, Privada de Galicia y Privada de Bernárdez, colonias localizadas exclusivamente en la zona conurbada. En el periodo analizado, la entidad estableció algunos programas con el fin de controlar el desarrollo urbano de la zona conurbada. Podemos identificar dos periodos: •

1986-1992. Se intenta controlar y densificar a la ciudad de Zacatecas y evitar a toda costa un crecimiento accidentado de la zona intermedia.43 Las zonas habitacionales no deben mezclarse con las actividades económicas, pero sí debe haber una distribución racional de la población44

GODEZAC. “Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Zacatecas-Guadalupe”, en: Diario Oficial del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 2 de septiembre de 1992, pp. 131-135. GODEZAC. Plan Zacatecas. Zacatecas, Gobierno del Estado de Zacatecas, 1988, pp. 114-117.


Estadística

La política urbana coincide con los cambios sufridos por la localización social y residencial 45 46

47

48 49 50

de la población zacateco-guadalupana en el espacio. El Estado, por una parte, ha inducido, primero, una concentración y aislamiento social en la ciudad de Zacatecas con el fin de evitar un desmesurado crecimiento de la zona intermedia y Guadalupe y, segundo, fomentar el aislamiento de los grupos sociales con políticas de zonificación que favorecen a las zonas residenciales de grupos de ingreso alto. Sin embargo, el impulso de políticas públicas corresponde a la presión política y económica de los poseedores de la tierra urbana y del capital terciario. El estímulo a zonas residenciales permite una mejor rentabilidad en el precio de uso del suelo, zonas exclusivas que impulsan la actividad económica terciaria, principalmente de bienes suntuarios. En otros espacios, podremos explicar con amplitud dicha relación. El proceso de transición de una segregación obligada a una voluntaria está perfectamente planteado en programas de desarrollo urbano establecidos en la zona conurbada. Dicho proceso explica (y oculta) una lucha entre grupos

GODEZAC. Plan Estatal de Desarrollo Urbano. Zacatecas, Gobierno del Estado de Zacatecas, 1987, pp. 10 y 11. En este periodo fue cuando se consolidaron y estimularon las zonas residenciales exclusivas: Lomas de Bernárdez es el clásico ejemplo, pero existen más: Los Geranios, Las Colinas, Privada del Bosque, Privada de Bernárdez, Privada del Carmen y Privada Las Colinas. Excepto Lomas de Bernárdez, todas las colonias fueron promovidas por la Constructora Santa Rita, perteneciente a una familia importante en la zona conurbada en la década de los años 90. GODEZAC. “Programa de Desarrollo Urbano de la Zona Conurbada”, en: Diario Oficial del Estado de Zacatecas. Zacatecas, 17 de agosto de 1996, pp. 22-30. GODEZAC. “Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Zacatecas-Guadalupe”…, op. cit., pp. 19 y 20. COPLADEZ. Programa de Mediano Plazo. Sector desarrollo urbano, comunicaciones y obras públicas. Zacatecas, 1995, p. 23. “La estructura propuesta comprende siete distritos: cuatro habitacionales, tres industriales, tres de recreación y uno de preservación ecológica. Con tal estructura se pueden encauzar los asentamientos hacia el oriente y poniente de la conurbación, para aprovechar la topografía en la dotación de infraestructura; la red vial deberá continuarse hacia las áreas propuestas para el crecimiento, de tal manera que queden vinculadas con los centros y subcentros urbanos. Los distritos habitacionales estarán delimitados y enlazados por vialidades primarias”. GODEZAC. “Programa de Desarrollo Urbano de la Zona Conurbada”…, op. cit., pp. 22 y 24-28.

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[énfasis del autor] que desarrolle las actividades de servicios intermediarios45, es decir, la población (independientemente de su status socioeconómico) debe relacionarse espacial y socialmente por toda el área urbana con el fin de estimular la actividad terciaria de bienes no básicos. 1992-1998. Se impulsa una estrategia de control, regulación y planeación de las áreas restrictivas mediante una política de zonificación para uso económico, habitacional46 y de riesgo, con el fin de preservar y conservar los recursos naturales, humanos e históricos de la zona conurbada.47 Se busca un ordenamiento económico (apoyo a servicios intermediarios) y social48 a través de la desconcentración de la actividad económica.49 Se establece una política de zonificación: áreas específicas para la habitación, industria, comercio y de abasto, servicios, oficinas, turismo y alojamiento y rústicos.50


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económicos con el fin de maximizar su rentabilidad en el precio del suelo y en las ganancias de origen no productivo.

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Conclusiones La tendencia en la zona Zacatecas-Guadalupe es disminuir la segmentación socioespacial conforme pasa el tiempo, es decir, una ciudad de tamaño medio aumenta su mezcla social a finales del siglo XX. Sin embargo, existen ciertas zonas donde más que disminuir la segmentación aumenta. Se presenta el proceso de intensificación de la fragmentación en áreas específicas, por una parte, y la disminución generalizada, por otra. El fenómeno de aumento de mezcla entre grupos sociales coexiste con un aumento del aislamiento social de un grupo respecto a los otros. Por un lado, existen tendencias a un acercamiento de los grupos de ingreso bajo con el resto a causa de una mejoría del ingreso y, sobre todo, por un avance en la integración social manifiesta en acceso mayor a recursos urbanos; por el otro, los sectores con mayores recursos económicos y de conocimiento de la realidad urbana buscan aislarse por medio de zonas residenciales exclusivas. Es decir, en la década de los años 90, existió un proceso de transición del tipo de segregación; pasó de ser obligada a los grupos de bajos ingresos a voluntaria conducida, primero, por el grupo de altas percepciones y, después, por el de ingreso medio. Teóricamente, los grupos de sueldo medio son los que rompen con los esque94

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mas segregativos del resto de los sectores, o sea, el grupo de remuneración media tiene una mayor flexibilidad para relacionarse con el resto de los sectores, algo que en la zona conurbada no parece suceder. Esto puede responder al impulso de políticas de zonificación inducidas por el Estado con el fin de incentivar la renta del suelo y la tasa de ganancia de la actividad económica zacateco-guadalupana. Sería interesante ver en siguientes investigaciones cómo evoluciona la segregación socioespacial.

Otras fuentes Burguess, Ernest. “El crecimiento de la ciudad: introducción a un proyecto de investigación”, en: Bassols, Manuel, Roberto Donoso y Alejandra Massolo (comps.). Antología de la sociología urbana. México, UNAM, 1988, pp. 118-129. Cressey, P. F. “Population succession in Chicago 18981930”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, pp. 87-95. GODEZAC. “Programa Parcial de Desarrollo Urbano Bernardas”, en: Diario Oficial del Estado de Zacatecas. 2 de septiembre de 1992. Lieberson S. “The impact of residential segregation on ethnic assimilation”, en: Peach, Ceri (editor). Urban Social Segregation. Gran Bretaña, Longman, 1975, pp. 111-121.


Estadística

Uso del tiempo y capital social: un modelo cuantitativo para el caso de México

En el estudio de las ciencias sociales, normalmente se asocia la presencia de determinados valores, comportamientos, normas e instituciones con el desempeño económico y la prevalencia de ciertos tipos de gobierno y organizaciones políticas. En el caso del capital social (recursos que se desprenden de la convivencia y las redes sociales), se considera que su presencia en una sociedad puede ayudar a mejorar el desempeño económico e incrementar la participación política. En este sentido, el tiempo que conviven las personas o dedican al beneficio de la comunidad puede servir para estimar la presencia del capital social. Para este documento se utilizó la información de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2002 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para identificar las acciones que podrían generarlo y describe las características de quienes las realizan.

Marco de referencia ¿Qué es el capital social? Aunque no existe un concepto definido sobre el tema, la literatura identifica, al menos, tres que pueden reconocerse como tal: • • • *

Los recursos que surgen de las relaciones entre individuos. La confianza. La participación ciudadana en asociaciones civiles.

Estudiante de la maestría en Demografía en El Colegio de México. Teléfono: (55) 56 55 26 82. Correo electrónico: fcdaguado@yahoo.com

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Daniel Aguado Ornelas*


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A continuación, se presenta una relación sobre la manera en que contribuyen estos tres factores en la formación del capital social, a partir de la definición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que lo considera como los vínculos sociales que cuentan con normas comunes, valores y mecanismos para alcanzar acuerdos que facilitan la cooperación. Se considera que el capital social es el conjunto de recursos (reales o potenciales) que surgen de la interacción de grupos en redes sociales con normas comunes.1 La pertenencia a un grupo determinado otorga respaldo, reputación y una serie de derechos particulares a sus miembros; así, el atractivo por mantener la membresía de un grupo radica, no en la pertenencia al mismo sino en los beneficios que se obtienen por tener dicha membresía.2 Desde esta lógica, el volumen del capital social depende de las conexiones y relaciones efectivas de los individuos, así como del cúmulo de recursos de los que disponen, ya sea por derecho propio o por aquellos recursos a los que pueden acceder mediante sus relaciones.3 De esta forma, las relaciones interpersonales resultan ser estrategias de inversión que se generan de forma consciente o inconsciente, a las que los individuos acceden en el corto o largo plazo4 para conseguir algún objetivo que de manera individual está fuera de su alcance. 5 En todas las relaciones sociales se espera que las obligaciones contraídas se mantengan y sean retribuidas, por lo que la confianza es un componente importante para mantener la cohesión y funcionalidad de los grupos6, ante su ausencia, los actores deben recurrir a mecanismos coercitivos o a la mediación de terceros para asegurar el cumplimiento de los compromisos adquiridos.7 Sin embargo, estos actos incrementan el costo de las transaccio-

Bordieu, Pierre. “The forms of capital”, en: Richardson, JG. (Ed.). Handbook of Theory and Research for the Sociology of Education. Greenwood, Westport, Connecticut, pp. 248 y 249. 2 Festinger, León, en: Mancur Olson. La lógica de la acción colectiva. Bienes públicos y la teoría de grupos. México, Limusa, 1992, p. 16. 3 Bordieu. Op. cit. p. 249. 4 Ibíd. 5 Coleman, James S. Foundations of Social Theory. Londres, Belknap Press, p. 304. 6 Ibíd., p. 306. 7 Ibíd., pp. 90 y 91. 1

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En lo que toca a la actividad cívica, se considera que estas organizaciones crean lazos más duraderos donde los individuos no esperan obtener beneficios inmediatos. Estos cálculos, a largo plazo, les permite modificar su conducta y conciliar el interés individual con la solidaridad, dando cabida a actividades altruistas. Bajo este esquema, es más probable que un individuo actúe de manera desinteresada si percibe que, a la larga, obtendrá un beneficio. Además, la participación en la sociedad civil incrementa la información disponible y fortalece la confianza entre individuos.9 A pesar de la presencia de confianza en un grupo, no todas las relaciones entre individuos generan el mismo beneficio. En términos de capital social, algunas organizaciones aportan mayores recursos que otras, por ejemplo, las relaciones familiares (sin importar su grado de cohesión) no persiguen ningún fin en particular y, debido a su tamaño reducido, sus alcances como redes de compromiso cívico son limitados, por lo que generan menos capital social10, a excepción de la nobleza donde tienen claro el objetivo de mantener relaciones sociales determinadas y cuyas redes pueden ser extensas.11 A diferencia de las relaciones sin intereses definidos (como las familias), las organizaciones que persiguen objetivos específicos podrían tener mayor éxito en conseguir beneficios para sus miembros. Sin embargo, en las organizaciones de estructuras verticales con relaciones jerárquicas se entorpece el flujo de información, lo cual dificulta mantener la confianza y la cooperación; además, siempre se corre el riesgo de que este tipo de organizaciones Eduardo Bohórquez. “Cuando la cultura se convierte en capital: opinión pública y cambio institucion al en México”, en: Secretaría de Gobernación (Ed.). Deconstruyendo la ciudadanía. México, Miguel Ángel Porrúa, 2002. pp. 805. 9 Ibíd., pp. 806 y 807. 10 Ibíd., p. 807. 11 Pierre Bordieu considera a la nobleza como “la forma del capital social institucionalizado por excelencia”. Cfr. Bordieu. Op. cit., p. 251. 8

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nes y se corre el riesgo de que, a la larga, sean mayores que los beneficios y, por ende, mermen las relaciones interpersonales. Si bien la confianza toma parte fundamental en la dinámica de las redes sociales, no es el único factor que permite su continuidad; al mismo tiempo, se necesita que las formas de coerción sean creíbles.8


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sirva a los intereses que los líderes persiguen.12 Las llamadas redes de compromiso cívico (clubes deportivos, cooperativas, organizaciones culturales y sindicatos voluntarios) se organizan en torno a objetivos o intereses comunes, vinculan grupos pequeños y, así, contribuyen a incrementar el volumen del capital social.13 Así como existen distintas formas de organización, también hay diversas variantes de capital social, cuyos principales tipos son: de cohesión (crean lazos fuertes al interior de grupos, por ejemplo, entre familias de una etnia), de vinculación (tienden lazos entre grupos distintos, como los lazos entre etnias) y de enlace (permiten enlazar grupos y redes en distintos niveles de poder, tal es el caso de los vínculos entre clases sociales). El primero mantiene estables las condiciones de los grupos, mientras que los otros dos pueden modificar las condiciones de los grupos.14

¿Por qué es importante el capital social? Porque, al igual que el económico, se puede acumular y transformar en otro tipo de recursos (económicos, culturales o sociales)15 y “permite alcanzar metas que no se obtendrían en su ausencia o (…) a un costo mayor”.16 Así, la presencia de redes sociales y confianza reducen el costo de la información y mejoran la capacidad de organización. Estos dos factores tienen singular valor desde el punto de vista económico, donde se supone que todos los actores poseen la misma información para el buen funcionamiento de la economía. Algunos autores destacan el papel que han desempeñado la confianza y la capacidad de organización en el desempeño de la economía e instituciones corporativas en algunos países17, así como la relación entre cooperación cívica y crecimiento económico.18 Olson. Op. cit., p. 16. Bohórquez. Op. cit., p. 807. 14 Ruston, Dave. Volunteers, helpers and socialisers: social capital and time use. Reino Unido, Office for National Statistics, 2004, p. 2. 15 Bordieu. Op. cit. p. 254. 16 Coleman. Op. cit. p. 304. 17 Fukuyama, Francis. “Social Capital and the Global Economy”, en: Foreign Affairs. 74, 5, 1995, pp. 89-103. 18 Knack, Stephen y P. Keefer. “Does Capital Have an Economic Payoff? A Cross-Country Investigation”, en: The Quarterly Journal of Economics. Noviembre, 1997, pp. 1 251-1 288. 12 13

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No obstante, el capital social no elimina la presencia de otros actores ni anula la de instituciones gubernamentales. Las redes sociales son sólo complementos de las formas tradicionales de organización.22 Además, puede ocurrir que estas redes, lejos de favorecer un beneficio común, se bloqueen entre sí al intentar alcanzar su objetivo ya que, en ocasiones, el capital social que genera un grupo puede no ayudar —o incluso resultar perjudicial— para otros grupos.23

¿Cómo se puede cuantificar el capital social? Determinar los niveles de confianza y el compromiso cívico no es una tarea sencilla. Aunque, como argumenta Sollow, si el capital social es algo más que una palabra llamativa “debe haber una forma de medirlo, aunque sea de manera inexacta”.24 Al respecto, los trabajos de Fukuyama y Putnam han mostrado que determinar los niveles de confianza y capital social es complejo y requiere de gran cantidad de información. La obra Making Democracy Work, de Putnam, presenta datos estadísticos y casos recopilados durante 20 años para algunas regiones de Italia. A pesar del tiempo dedicado, sus trabajos han

Bohórquez. Op. cit., p. 802. Los estudios que vinculan compromiso cívico y democracia fueron presentados originalmente por Alexis de Toqueville, respecto a la naciente democracia estadounidense en 1835. En la actualidad, Putnam plantea la relación entre el incremento de sociedades civiles y el desempeño de las instituciones gubernamentales en el norte de Italia. Ibíd., p. 809. 21 Coleman. Op. cit., pp. 310 y 311. 22 Bohórquez. Op. cit., p. 810. 23 Coleman. Op. cit., p. 302. 24 Knack. Op. cit., p. 1 255. 19

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En lo político, la confianza de los individuos, las organizaciones e instituciones facilitan la actividad social.19 En este argumento, “la existencia de numerosas redes de compromiso cívico proveen no sólo la estructura básica para la cooperación, sino una forma descentralizada de poder que amenaza la acción gubernamental”. 20 Los beneficios del capital social van aún más allá; las redes sociales permiten divulgar información que, además de facilitar la acción colectiva, pueden ser útiles para el desarrollo de la investigación, ayudan a divulgar conocimiento y a prevenir el crimen. 21


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sido cuestionados.25 Otros autores han encontrado indicadores aproximados para medir la confianza y el compromiso cívico en encuestas que de alguna forma registran sus niveles, aunque de manera no muy exacta.26 Otro indicador que ha sido poco utilizado para estimar el capital social son las encuestas de uso del tiempo. Si atendemos a la primera definición que se dio de capital social, al principio del documento, entonces el tiempo destinado a convivir con otras personas puede ser un indicador aproximado para estimar la presencia de capital social. Como argumenta Bordieu, el tiempo es un recurso indispensable para acumular y transformar las distintas formas de capital (económico, cultural o social), “…Por ejemplo, la transformación de capital económico en capital social presupone una labor específica, como el aparentemente gratuito gasto de tiempo, atención, cuidado e interés que se denota en el esfuerzo de otorgar un regalo”. Sin embargo, este empeño, que puede ser visto como un desperdicio, en realidad es una inversión que, tarde o temprano, mostrará sus beneficios. Las redes sociales no son benéficas por sí mismas pero, a la larga, incrementan los recursos de los que disponen las personas de manera individual y permiten alcanzar objetivos más lejanos.27 Así como la acumulación del capital cultural requiere de inversión económica y tiempo destinado al estudio, la formación y acumulación de capital social necesita tiempo para crear y mantener redes sociales funcionales. En ese sentido, las encuestas de uso del tiempo ofrecen información valiosa sobre los eventos y acciones que realizan los individuos en su vida cotidiana. En el caso de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2002 del INEGI, se registra el tiempo destinado a convivir con familiares y amigos, prestar ayuda o participar como voluntarios; todos estos actos se asocian con el capital social, aunque la ENUT no puede cuantificar todas las facetas de éste y deja qué desear en lo referente a medir la confianza. Putnam repite el ejercicio para Estados Unidos de América en Bowling Alone y Democracy in America at Century’s End donde, además, mide la participación de las ligas deportivas y asociaciones informales. Bohórquez. Op. cit., pp. 809 y 810. 26 Véase al respecto la obra de Stephen Knack y Philliph Keefer, en la que se que utilizan los hallazgos de la Encuesta Mundial de Valores (EMV). Para el caso de México, serían estos datos y los de la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) 2001. 27 Bordieu. Op. cit., p. 253. 25

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Estadística

Haciendo uso de las encuestas de uso del tiempo es posible identificar tres acciones que pueden generar capital social: socialización (socialización informal), ayuda (compromiso informal) y voluntariado (participación formal). El último considera el compromiso en organizaciones formales, usualmente utilizado como indicador de acuerdo cívico; esta actividad se puede estimar a partir del tiempo que pasan las personas haciendo trabajo voluntario para la comunidad; el trabajo no debe ser remunerado. La ayuda toma en cuenta el apoyo a familiares u otros hogares que, a diferencia del voluntariado, se realiza de forma individual; esta actividad tampoco es remunerada. Por su parte, la socialización es importante para construir redes sociales y se define como el tiempo de convivencia en actividades sociales, visitas a familiares y amigos, así como la asistencia a reuniones.28 El tiempo de convivencia con la familia y los círculos de amistad pueden crear capital social de cohesión, mientras que la ayuda y participación como voluntario en organizaciones para colaborar con grupos que trascienden a la familia y los amigos tienden a crear el de vinculación y enlace. De esta forma, los tres tipos de actividades sociales (voluntariado, ayuda y socialización)29 crean distintos tipos de capital social.30

Tiempo y capital social, principales hallazgos de la ENUT ¿Cómo usan su tiempo los mexicanos? La ENUT presenta datos de las principales actividades que realizan los mexicanos mayores de 12 años a lo largo de una semana. A pesar de la complejidad de la vida de las personas, las actividades cotidianas se pueden clasificar en cuatro grandes grupos:

Ibíd. En la clasificación del autor. Cfr. Ruston, Dave. Op. cit., pp. 2 y 3. 30 Ibíd. 28 29

101

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Voluntarios, ayudantes y socializadores: por su obra los conoceréis


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• • • •

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Cuadro 1

Trabajo remunerado. Agrupa las actividades productivas pagadas. Trabajo doméstico. Comprende el conjunto de actividades que se realizan para mantener un hogar. Cuidados personales. Las actividades primordiales de las que depende la conservación de la salud y sobrevivencia del individuo. Tiempo libre. Comprende las actividades destinadas a la convivencia, relajación, recreación y esparcimiento (ver cuadro 1).

Principales actividades de uso de tiempo

Trabajo remunerado • Actividades productivas remuneradas:

15.8%

Trabajo doméstico • Lavar, cocinar, limpieza y cuidado de la ropa y el calzado, reparación de bienes, compras para el hogar, apoyo en la cocina, administración del hogar, pago y trámite de servicios, cuidado de niños y otros miembros:

15%

Cuidados personales • Dormir, cuidado y aseo personal, de la salud, actividades educativas:

49.6%

Tiempo Libre • Trabajo gratuito para la comunidad y otros hogares, actividades de esparcimiento, cultura y convivencia (ver televisión, usar computadora, escuchar radio, visitar familiares y amigos, jugar y hacer ejercicio, asistir a espectáculos y reuniones, atender visitas y familiares, leer y tocar instrumentos musicales, meditar y participar en actos religiosos:

19.6%

Fuente: I NEGI. Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2002. México, INEGI, 2004.

De todas las actividades registradas por la ENUT, las que los individuos realizan en su tiempo libre tienen mayor potencial de generar capital social, aunque cabe decir que no todas las personas disponen de la misma cantidad de tiempo libre. En general, los hombres cuentan con más que las mujeres (14.2 y 12.1% del tiempo durante la semana); los adolescentes (entre 12 y 19 años) y los ancianos (mayores de 60 años) son los grupos de edad que disponen de más tiempo libre. La cantidad de horas también es mayor para las personas con mayor nivel educativo, mientras que las personas sin educación formal disponen de 9.5% de tiempo a la semana, las personas con 102

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Estadística Gráfica 1

Porcentaje de tiempo destinado a actividades cotidianas y horas promedio destinadas a actividades de tiempo libre Voluntariado, 3 hrs. 12 min.

Trabajo para el mercado, 15.8%

Socialización, 16.5% Ayuda, 7.6% Voluntariado, 3.2%

Tiempo libre, Actividades 13.0% educativas, 4.8%

Trabajo doméstico, 18.2%

Otras actividades, 3.4%

Ayuda, 7 hrs. 36 min.

Socialización, 16 hrs. 30 min. Otras actividades de tiempo libre, 38 hrs. 36 min.

Nota: El primer gráfico presenta los datos en porcentaje de tiempo de la semana, mientras que el segundo lo presenta en horas y minutos. Otras actividades comprenden: búsqueda de empleo, traslados al trabajo y la escuela, cría de animales, cuidado de la parcela, caza, pesca y recolección. Voluntariado se refiere al trabajo gratuito para la comunidad. Ayuda es el trabajo gratuito para otros hogares. Socialización significa la visita a familiares y amigos, asistir a espectáculos y reuniones, atender visitas y convivencia familiar. Fuente: Ruston, Dave. Volunteers, helpers, and socialisers: social capital and time use. Reino Unido, Office for Nacional Statistics, 2004. // INEGI. Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2002. México, INEGI, 2004.

nivel medio superior o más tienen 14.7%. El estado civil también afecta la disponibilidad del tiempo libre, mientras que los solteros cuentan con 15.6%, los casados sólo tienen 11.7%. Este factor es importante ya que, como se verá más adelante, no en todos los casos las personas con mayor disponibilidad de tiempo son necesariamente aquellas que desempeñan más actividades relacionadas con el capital social y el compromiso cívico. Del total de las actividades cotidianas que los individuos realizan durante la semana, sólo se pueden elegir algunas como eventuales generadoras de capital social. El trabajo gratuito para la comunidad se puede considerar 103

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Cuidados personales, 44.8%

Otras actividades de tiempo libre, 38.6%


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como voluntariado ya que se trata de una forma de participación que trasciende al círculo familiar y de amigos, por lo que podría generar capital social de enlace. Aunque la ENUT no especifica si este trabajo se realiza por medio de organizaciones o de manera individual. Por otro lado, el trabajo gratuito para otros hogares es un ejemplo de actividades de ayuda. En este caso, la ENUT no establece si este trabajo se realiza de manera individual, aunque se supone que, a diferencia del trabajo comunitario, el apoyo a hogares ajenos no requiere de organización ni la movilización de recursos por lo cual puede ser realizado con mayor facilidad por un solo individuo. No se considera ayuda al cuidado de niños y apoyo a otros miembros del hogar, ya que esta actividad es parte del trabajo doméstico y es visto como una obligación, no como un acto voluntario. La socialización informal de los individuos, que tiende a generar redes sociales, puede cuantificarse a partir del tiempo que las personas dedican a visitar a familiares y amigos, asistir a espectáculos y reuniones, atender visitas y convivir con su familia. De acuerdo con la ENUT, un alto porcentaje de personas declaró realizar alguna actividad de socialización informal: 28.7% de los entrevistados declaró haber visitado a familiares y amigos; 22.9% atendió visitas y convivió con su familia y 17.1% asistió a espectáculos y reuniones.31 En contraste, sólo 5% declaró ayudar a otros hogares prestando trabajo gratuito y 3.4% realizó actividades de voluntariado, trabajando de forma gratuita para la comunidad (ver cuadro 2). Atendiendo a los resultados de la ENUT, una mayor cantidad de mujeres que de hombres realizó actividades de socialización (visitando amigos, atendiendo visitas y conviviendo con la familia), aunque el porcentaje de mujeres que declaró asistir a reuniones y espectáculos fue menor que el de hombres. En todos los casos, el sexo masculino destinó más tiempo a las actividades de socialización que el femenino. En lo que se refiere al trabajo gratuito para otros hogares, un porcentaje mayor de mujeres que de hombres dijo haber 31

Debido a que las actividades de socialización se hacen de forma simultánea no es posible saber con precisión el porcentaje de personas que las realizan.

104

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Estadística Cuadro 2

Porcentaje de personas que declararon realizar actividades de socialización Tipo de actividad

Porcentaje

Horas promedio

Hombres

Horas promedio

Mujeres

Horas promedio

Visitar a familiares y amigos

28.7

6 hrs. 24 min.

27.5

6 hrs. 36 min.

29.9

6 hrs. 20 min.

Atender visitas y convivencia familiar

22.9

4 hrs. 30 min.

18.3

4 hrs. 42 min.

27.9

4 hrs. 24 min.

Asistir a espectáculos y reuniones

17.1

5 hrs. 06 min.

18.8

5 hrs. 24 min.

15.6

4 hrs. 48 min.

5.0

7 hrs. 36 min.

2.7

9 hrs. 54 min.

7.1

6 hrs. 54 min.

3.4

3 hrs. 12 min.

3.4

3 hrs. 48 min.

3.4

2 hrs. 42 min.

Ayuda Trabajo gratuito para otros hogares

Voluntariado Trabajo gratuito para la comunidad

Fuente: I NEGI. Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo 2002. México, INEGI, 2004.

realizado esta actividad, pero durante la semana de referencia, los hombres trabajaron gratis una hora más en promedio. En el caso del trabajo gratuito para la comunidad, un porcentaje igual de mujeres que de hombres declaró tomar parte en dicha actividad (3.4%), aunque también, en este caso, los hombres le destinaron más tiempo que las mujeres (ver cuadro 3). Analizando con más detalle las condiciones de los voluntarios y ayudantes que realizan trabajo gratuito para la comunidad u otros hogares, encontramos que, tanto hombres como mujeres, el porcentaje de personas que trabajan sin cobrar para la comunidad y otros hogares se incrementa conforme aumenta la edad de los entrevistados, hasta antes de los 60 años. De igual manera, el porcentaje de tiempo que ambos géneros dedican a esta actividad, se incrementa con la edad. 105

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Socialización


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Cuadro 3

Porcentaje de personas que declararon realizar trabajo gratuito para la comunidad y los hogares según características sociodemográficas seleccionadas, y porcentaje de tiempo que destinaron a esta actividad Característica sociodemográfica

Personas

Tiempo

Hombres

Tiempo

Mujeres

Tiempo

12 a 19 años

5.0

0.3

4.0

0.3

6.0

0.3

20 a 29 años

7.0

0.3

3.9

0.1

9.8

0.3

30 a 39 años

9.9

0.4

6.7

0.3

12.5

0.5

40 a 49 años

10.1

0.4

8.5

0.3

11.4

0.6

50 a 59 años

10.1

0.5

8.5

0.3

11.4

0.6

60 y más años

7.4

0.5

7.3

0.6

7.5

0.3

Casado o unido

9.4

0.4

7.6

0.3

11.3

0.4

Separado, divorciado, viudo

6.5

0.3

2.9

0.1

7.6

0.4

Soltero

5.9

0.3

4.2

0.2

7.8

0.3

Sin instrucción

10.6

0.5

12.4

0.7

9.3

0.4

Primaria incompleta

8.5

0.4

6.7

0.2

9.6

0.3

Primaria completa o algún año de secundaria

8.7

0.4

6.4

0.4

10.8

0.5

Secundaria

6.1

0.2

4.3

0.2

7.6

0.3

Algún año en educación media superior o más

7.3

0.2

4.4

0.1

10.5

0.4

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Edad

Estado civil

Nivel educativo

Fuente: I NEGI. Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo 2002. México, INEGI, 2004.

El estado civil afecta el compromiso cívico. De acuerdo con la ENUT, las personas casadas o unidas (sin importar su sexo), destinan mayor tiempo al trabajo gratuito para otros hogares y para la comunidad, que las personas no unidas (solteras, separadas, viudas o divorciadas). Este caso llama la atención pues las personas unidas —en especial las mujeres— disponen de menos tiempo libre que aquellos que no están unidos, lo cual significa que los solteros prefieren destinar su tiempo libre a otras actividades no relacionadas con el compromiso cívico. 106


Estadística

El que los hombres dediquen a estas actividades más horas pero un menor porcentaje de su tiempo que las mujeres se explica por el hecho de que estas actividades se pueden realizar de forma simultánea, lo cual significa que los hombres realizan actividades de compromiso cívico y socialización en conjunto con otras.32

Conclusiones A pesar de sus limitaciones, las encuestas de uso del tiempo permiten identificar las acciones de socialización e involucramiento cívico que, potencialmente, pueden crear capital social. Así como se destina tiempo al trabajo para acumular capital económico y al estudio para acumular cultura y conocimiento; el tiempo que se destina a la socialización, ayuda y voluntariado permite crear lazos y redes sociales que, a la larga, incrementan los recursos individuales de las personas y les permiten alcanzar metas que, de forma individual, estarían fuera de su alcance. En el caso de México, estas actividades son realizadas por un mínimo porcentaje de las personas y menos de la tercera parte de las personas declara socializar; un porcentaje aún menor lleva a cabo actividades de ayuda y voluntariado. La socialización es más practicada que la ayuda y el voluntariado, además de que se le dedica más tiempo que a las otras dos actividades. Aunque las personas realizan actividades de socialización y compromiso cívico

32

A partir de la Encuesta de Uso del Tiempo del Reino Unido, Ruston distingue entre las actividades de compromiso cívico y socialización que se realizan de manera independiente o en conjunto con otras. Ruston. Op. cit., pp. 7 y 8.

107

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En lo que se refiere a la educación, entre mayor es el nivel educativo de los encuestados menor es su porcentaje de participación, así como el tiempo que destinan a las actividades de voluntariado y ayuda. Entre los hombres, esta tendencia es aún más clara, por ejemplo, mientras que 12% de ellos, sin instrucción, destinan 7% de su tiempo al trabajo gratuito, sólo 4.4% de los hombres con educación media o más destinan 1% de su tiempo a la misma actividad.


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en su tiempo libre, aquellos que disponen de más horas no hacen necesariamente más acciones de socialización, ayuda y voluntariado. Estas últimas parecen estar relacionadas con ciertas condiciones sociodemográficas pues un mayor porcentaje de mujeres que de hombres declaró realizarlas aunque los hombres les dedican más tiempo. Entre menor es el grado de educación de las personas, mayor el número de horas que dijeron destinarles. Las personas casadas o unidas pasan mayor porcentaje de su tiempo haciendo trabajo gratuito para hogares y la comunidad, aunque disponen de menos tiempo libre que los no unidos. Los adultos de 60 años y más dedicaron mayor tiempo a la ayuda y el voluntariado que las personas en edad madura y, por supuesto, que los adolescentes. Al interpretar los datos de encuestas de uso del tiempo se debe tener en cuenta que no todas las personas realizan las mismas acciones y que muchas de estas actividades se hacen de manera simultánea con otras, por lo cual su cuantificación puede resultar inexacta. En el caso concreto de la ENUT, los tabulados básicos preliminares no ofrecen más información sobre la condición de las personas que realizan actividades de socialización, por lo que no es posible indagar sobre su condición sociodemográfica y obliga a considerar, por un lado, a socializadores y por el otro, a ayudantes y voluntarios. Esta primera publicación de tabulados tampoco ofrece datos conjuntos de las actividades que realizan las personas por lo cual no es posible saber qué es lo que prefieren realizar en lugar del compromiso cívico y la socialización. Dado que es la primera encuesta de este tipo en México, no es posible comparar datos a lo largo del tiempo. A pesar de sus limitantes, con este ejercicio se puede identificar, desde otro ángulo, las formas de generación de capital social en México y permite, también, conocer las principales características de las personas involucradas en este proceso.

Otra fuente

www.statistics.gov.uk/articles/nojournal/Time_Use_Volunteers_helpers_socialisers.pdf, 30 de julio de 2004. 108

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Estadística

Manuel Cruz Santos*

violencia familiar

En la presente investigación se trata de establecer un concepto que englobe todas las formas posibles en que se manifiesta la violencia familiar; cómo se encuentra clasificado el maltrato y en qué circunstancias no debe considerarse como maltrato emocional; asimismo, está centrada en el sujeto pasivo de la violencia familiar dentro de la clasificación por violencia familiar y, finalmente, se revisan los ordenamientos legales y de qué manera la ley sanciona este hecho.

Introducción El tema que habremos de analizar es un problema grave y creciente en nuestro país, que nos alarma y preocupa enormemente. La violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, es inadmisible, pero cuando se ejecuta en contra de los miembros de la propia familia, a quienes se debe —moral y jurídicamente— respeto, amor y comprensión, se convierte en un acto injusto que debe ser perseguido de manera contundente. De ahí que ninguno de los esfuerzos que realicen los diferentes órdenes gubernamentales y la sociedad civil, por modestos que parezcan, puedan calificarse de vanos. *

Es licenciado en Derecho, jefe del Departamento de Recursos Humanos en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). Teléfonos: (55) 54 20 49 62 y 54 20 49 63. Correo electrónico: recursos.humanos@anuies.mx

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C oncepto de


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En México, las estadísticas muestran la gravedad del problema: según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), avalados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), 30.4% de los hogares de nuestro país sufre alguna forma de violencia familiar; de éstos, en 72.2% la violencia es cíclica; además, en 1.1% de los hogares existe abuso sexual de un familiar contra alguno de sus miembros. Si bien la violencia la ejercen con más frecuencia los varones contra las mujeres y otras personas que se encuentran en posición de inferioridad —el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM, por sus siglas en inglés) ha señalado que, en México, 58% de las mujeres sufre de alguna violencia a lo largo de su vida—, no es exclusiva del género femenino: 32.5% de los hogares donde el jefe de familia es un varón sufre violencia, pero 22% de los que tienen por jefe a una mujer también la padece. Desde luego, este fenómeno es totalmente injusto y reprobable y debe ser perseguido sin fines sexistas o políticos, aunque es claro que no existe una solución única y simple para el mismo. En realidad, esta circunstancia sólo podrá remediarse de manera paulatina, mediante la conjunción de esfuerzos de índole educativo-preventivo y, al mismo tiempo, con la efectividad de las instituciones policiacas, ministeriales y de justicia en el castigo a los responsables que, a su vez, sirvan como incentivo a los sujetos pasivos de la violencia para que denuncien a sus agresores y como ejemplo para posibles agresores. En México, a pesar de que la violencia en los hogares proviene desde siglos atrás, el fenómeno comenzó a interesar a las instancias legislativas y de gobierno hace relativamente poco tiempo. A lo largo de la sexta y séptima décadas del siglo XX, los movimientos organizados de la ahora llamada sociedad civil analizaron el alcance de la violencia familiar (considerada como un fenómeno exclusivo del sexo masculino), creando centros de acogida y ayuda para las mujeres maltratadas y sus hijos. Así, el fenómeno comenzó a ser reconocido, en especial durante el llamado Año Internacional de la Mujer que culminó con la primera Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en México en 1975. Cabe destacar que el pasado 25 de noviembre de 2005, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el tema volvió a surgir como un problema grave en nuestro país. 110


Estadística

A partir de ese momento se empezaron a realizar diversas reformas legislativas, sobre todo al artículo 4o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a diversos preceptos del Código Civil del Distrito Federal, con el fin de establecer, jurídica y legalmente, la plena igualdad del hombre y la mujer.

Algunas de sus nociones fueron incorporadas al Código Civil el 2 de julio de 1998, sin embargo, no fue sino hasta el 2000 que se agregó al título sexto del libro primero, un tercer capítulo especialmente destinado a la violencia familiar. A pesar de las numerosas vaguedades e imprecisiones técnicas que se manifiestan respecto al tema en las reformas más recientes (que deberían ser analizadas de nuevo para dotarlas de verdadera efectividad práctica) es loable que las instancias del gobierno impulsen el rechazo a la violencia considerándola como un mal social.

Concepto y medios de violencia

(Ver De la Mata Pizaña, Felipe. Derecho familiar. México, Porrúa, 2004) Su denominación ha evolucionado de violencia intrafamiliar (1996) a la menos compleja de violencia familiar (2000); sin embargo, a pesar de los adjetivos, debe reputarse como la misma situación. Con el fin de determinar su significado, deben estudiarse las definiciones legales vigente; el artículo 3º de la LAPVI dice que es “Aquel acto de poder u omisión intencional, recurrente o cíclico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psico-emocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del domicilio familiar, que tengan parentesco o lo hayan tenido por afinidad civil, matrimonio, concubinato o mantengan una relación de hecho, y que tiene por efecto causar daño”. Por su parte, el Código Civil en su artículo 323 quater indica que “es el uso de la fuerza física o moral, así como la omisión grave que se ejerce contra un miembro de la familia por otro integrante de la misma, que atente contra su integridad física, psíquica o ambas, independientemente del lugar en que se lleve a cabo y que pueda producir o no lesiones”. 111

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Poco a poco, la sociedad ha despertado ante este fenómeno, dejándolo de ver con la naturalidad de otras épocas y, por ello, el 9 de julio de 1996 se expidió la Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar (LAPVI) para el Distrito Federal.


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Vol. 2, núm. 2

De lo anterior, se hace evidente que es más adecuada la definición administrativa que la proporcionada por el Código Civil, primero, porque nos parece más técnico definir la violencia familiar como actos u omisiones de carácter intencional (lo cual implica el pleno conocimiento y voluntad del sujeto respecto al acto que ejecuta) y, en consecuencia, se excluyen los meramente accidentales o imprudenciales que, de ninguna manera, pueden considerarse constitutivos de la violencia familiar.

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Nos parece muy importante que un solo acto doloso de agresión se considere constitutivo de violencia familiar, independientemente de que pudiera tener otras fórmulas de punibilidad penal (lesiones, violación, homicidio, etc.) o civil (sevicia y malos tratos, entre otros). Esto es así porque la violencia debe ser erradicada por completo de la vida familiar para que sus miembros se desarrollen de forma plena. Sin embargo, en ese sentido, la definición administrativa es inadecuada pues considera que los actos constitutivos de la violencia deben ser cíclicos o recurrentes. Por otra parte, la LAPVI es técnica al indicar, en un solo cuerpo normativo, quiénes son los sujetos de la violencia, es decir, cualquier miembro de la familia que tenga parentesco o lo haya tenido por afinidad civil, matrimonio, concubinato o, en general, cualquiera que mantenga una relación de hecho con el agresor. Sin duda, la generalidad con que está regulado el Código Civil genera incertidumbre pues, por un lado, abarca de forma absoluta a todas las personas unidas por parentesco, aunque no hayan convivido jamás y, por el otro, es un artículo por separado y, a manera de asimilación, toma en cuenta a los demás sujetos de la violencia. Lo anterior es así a pesar de la redacción incompleta del artículo 323 quintus, el cual establece que: “También se considera violencia familiar la conducta descrita en el artículo anterior llevada a cabo contra la persona con que se encuentra unida fuera de matrimonio, de los parientes de ésta, o de cualquier otra persona que esté sujeta a su custodia, guarda, protección, educación, instrucción o cuidado, siempre y cuando el agresor y el ofendido convivan o hayan convivido en la misma casa”. Con base en ello, podemos afirmar que, por violencia familiar, debemos entender aquel acto de poder u omisión intencional dirigido a maltratar a los miembros de un grupo social de convivencia íntima y permanente, unido por vínculos de matrimonio, concubinato, parentesco, filiación o cualquier circunstancia y cuyo sujeto activo es otro de los miembros de ese mismo grupo. El medio por el que se produce la violencia familiar es el maltrato, esto es, el cúmulo de agresiones u omisiones que sufre el ofendido y que derivan de la conducta del agresor. 112


Estadística

Clasificación del maltrato

Se puede dividir en: • Físico. Es todo acto de agresión intencional repetitivo, en el que se utilice cualquier parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física del otro, encaminado hacia su sostenimiento y control (artículo 3º, LAPVI). • Psico-emocional. Se denomina de esta manera al patrón de conducta consistente en actos u omisiones repetitivos, cuyas formas de expresión pueden ser: prohibiciones, coacciones, condicionamientos, intimidaciones, amenazas, actitudes devaluatorias, de abandono y que provoquen, en quien las recibe, deterioro, disminución o afectación a su estructura de personalidad. No se consideran como maltrato emocional los actos que tengan por objetivo reprender o reconvenir a los menores de edad, siempre que dichos actos los realicen quienes participen en su formación y educación, con el consentimiento de los padres del menor y se demuestre que están encaminados a su sano desarrollo. En general, el maltrato incluye todo acto que se compruebe que se ha realizado con la intención de causar un daño moral a un menor de edad (artículo 3º, LAPVI). • Sexual. Así se identifica al patrón de conducta consistente en actos u omisiones reiteradas y cuyas formas de expresión pueden ser negar las necesidades sexo-afectivas, inducir a la realización de prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la pareja y que generen daño (artículo 3º, LAPVI). • Abandono físico o emocional. Así se considera el maltrato pasivo (omisiones) que se presenta cuando las necesidades físicas o psíquicas del sujeto pasivo (como alimentación, abrigo, higiene y protección) no son atendidas en forma temporal o permanente por el miembro del grupo al que le corresponde. • Atestiguamiento de violencia. Quizá sea la forma de violencia más común y la que, normalmente, se descuida en mayor nivel. Sin embargo, está demostrado que presenciar situaciones crónicas de violencia entre los miembros del grupo familiar o terceros genera ansiedad y desórdenes graves de la conducta, sobre todo en aquellas personas que se encuentran en su etapa de formación. Por lo mismo, debe considerarse como maltrato el que los responsables del cuidado no eviten que los actos de violencia crónica sean presenciados por personas susceptibles de ser dañadas por ese hecho. 113

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

(Ver De la Mata Pizaña, Felipe. Derecho familiar. México, Porrúa, 2004)


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Vol. 2, núm. 2

Clasificación de la violencia familiar

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(Ver De la Mata Pizaña, Felipe. Derecho familiar. México, Porrúa, 2004) En función del sujeto pasivo —sobre el que recae— se clasifica en: • Violencia sobre menores. Es cualquier acción u omisión no accidental que provoque un daño físico o psicológico a un menor de edad por parte de sus padres, custodios, tutores, acogedores o, en general, toda forma de cuidadores. Según cifras preliminares del INEGI, el porcentaje de casos comprobados de denuncias recibidas por maltrato infantil en el 2002 fue de 56.5%, de 14% de casos comprobados de maltrato infantil presentados ante el ministerio público y 96% el índice de femineidad de menores atendidos por maltrato infantil (ver cuadro 1). • Violencia entre miembros de una pareja. Se refiere a los maltratos físicos y psicológicos que ocurren entre cónyuges, concubinos o personas que viven a manera de tales. Este tipo de violencia es difícil que se haga visible entre terceros, sin embargo, causa daños graves a los sujetos pasivos de la misma. De hecho, para los psicólogos, la violencia conyugal tiene un ciclo de tres fases: - Acumulación de tensión. Se produce una sucesión de pequeños episodios que llevan a roces permanentes con un incremento constante de ansiedad y hostilidad. - Episodio agudo. Toda la tensión que se ha acumulado da lugar a una explosión de violencia, que puede variar en gravedad. Se dice que los sujetos pasivos se muestran sorprendidos frente al hecho que se desencadena de manera imprevista ante cualquier situación de la vida cotidiana. - Luna de miel. Se produce el arrepentimiento; el sujeto activo ofrece disculpas y promete que nunca más va a ocurrir, sin embargo, normalmente, al poco tiempo vuelven a aparecer los periodos de acumulación de tensión y a cumplirse el ciclo. Se considera que 46.6% de las mujeres ha sufrido, al menos, un incidente de violencia ya sea emocional, física, sexual o económica en los últimos 12 meses. Tomando en consideración el tipo de violencia y condición de la actividad, se tiene que aquélla clasificada como económicamente activa representa 49.6%; la que realiza quehaceres domésticos, 45.2% y otra actividad no económica, 39.7% (ver cuadro 2). • Violencia sobre ancianos. Se define como cualquier maltrato que provoque un daño físico o psicológico a una persona mayor de 60 años. Incluye agresión verbal, física, descuido en su alimentación, abuso financiero y amenazas por parte de los descendientes o de otros miembros de la familia. • Violencia sobre incapaces, discapacitados y enfermos. Es el maltrato que se lleva a cabo sobre personas incapacitadas en términos de la segunda fracción del artículo 450 del 114


Estadística Cuadro 1

Indicador

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002P

Porcentaje de casos comprobados de denuncias recibidas por maltrato infantil

73.9

58.3

66.4

62.8

56.1

61.3

54.5

56.5

Porcentaje de casos comprobados de maltrato infantil presentados ante el ministerio público

ND

ND

ND

14.5

14.0

19.4

21.1

14.0

Índice de femineidad de menores atendidos por maltrato infantil (niñas por cada 100 niños)

ND

ND

ND

94

101

101

97

96

ND: No disponible P Cifras preliminares. Fuente: De 1995 a 1999: Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Dirección de Asistencia Jurídica y Adopciones. DIF-PREMAN. Del 2000 al 2002: DIF. Dirección de Asistencia Jurídica. Subdirección de Asistencia Jurídica y Adopciones. Departamento de Asistencia Jurídica Familiar. Coordinación Técnica de Asistencia Psicosocial.

Código Civil para el Distrito Federal, con independencia que se hubiera declarado o no la interdicción del mismo, o personas que, por su estado de discapacidad o enfermedad física, les es difícil defenderse y valerse por sí mismas. Violencia doméstica en general. Puede efectuarse no sólo sobre las personas que normalmente pudieran ser consideradas débiles, sino que también puede recaer sobre adultos de ambos sexos, jóvenes o maduros que, por alguna circunstancia, son agredidos de forma injusta.

Efectos jurídicos

(Ver De la Mata Pizaña, Felipe. Derecho familiar. México, Porrúa, 2004) Pueden darse en tres vertientes: • Efectos civiles. A partir del 2000, el Código Civil establece una serie de efectos que generan la violencia familiar: ­- Es causal de divorcio (artículo 267, fracción XVII). 115

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Indicadores seleccionados sobre maltrato infantil, 1995-2002


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Vol. 2, núm. 2

Cuadro 2

Mujeres y porcentaje de mujeres con, al menos, un incidente de violencia en los últimos 12 meses por tipo de violencia y condición de actividad económica, 2003 Total de mujeres

Mujeres con, al menos, un incidente de violencia

Porcentaje

19 471 972

9 064 458

46.6

Económicamente activa

7 289 758

3 617 324

49.6

Quehaceres domésticos

11 187 040

5 052 244

45.2

995 174

394 890

39.7

Emocional

7 474 242

38.4

Económicamente activa

3 068 247

42.1

Quehaceres domésticos

4 106 592

36.7

299 403

30.1

1 813 370

9.3

Económicamente activa

762 559

10.5

Quehaceres domésticos

988 611

8.8

62 200

6.3

1 527 209

7.8

Económicamente activa

665 513

9.1

Quehaceres domésticos

795 143

7.1

66 553

6.7

Económica

5 709 078

29.3

Económicamente activa

2 222 184

30.5

Quehaceres domésticos

3 231 712

28.9

255 182

25.6

Tipo de violencia y condición de actividad

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Total

Otra actividad no económica

Otra actividad no económica

Física

Otra actividad no económica

Sexual

Otra actividad no económica

Otra actividad no económica

Nota: Las cantidades de las columnas 3 y 4 no cierran al total y a 100% porque una persona puede haber sufrido más de un incidente de violencia. Fuente: INEGI. Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2003. Aguascalientes, México, INEGI, 2004.

116


Estadística

Puede ser origen de la expedición de órdenes restrictivas durante el procedimiento de divorcio necesario o en cualquier otro caso en que exista (artículo 282, fracción VII y artículo 323 sextus in fine). ­- Deberá ser causa de medidas para la protección definitiva de los menores de edad o incapaces (en los casos de divorcio necesario), que pueden consistir en acciones de seguridad, terapias para el agresor, etcétera (artículo 283, párrafos 2 y 3). ­- Es causa de la pérdida de la patria potestad y debe ser considerada por el juez en caso de conceder la custodia provisional o definitiva (artículo 444, fracción III). ­- Genera la correspondiente responsabilidad civil (artículo 323 sextus). ­- El Código Penal, de manera temeraria establece, a manera de pena, la ilegitimidad sucesoria del sujeto activo para adquirir —vía herencia o legado— los bienes del sujeto pasivo de la violencia familiar (artículo 200, del Código Penal). • Efectos administrativos. El 9 de julio de 1996, la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal emitió la LAPVI, la cual establece la creación de una estructura burocrática (Consejo para la Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar) y otorga facultades a diversos organismos administrativos (entre otras, las llamadas delegaciones y la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal) con el fin de prevenir y atender los problemas derivados de la violencia familiar. Destaca la existencia de dos procedimientos que pueden llevarse a cabo ante los organismos administrativos desconcentrados del Gobierno del Distrito Federal —llamados delegaciones— por vía de los centros para la atención de la violencia intrafamiliar (CAVI). Se norman dos vías procesales, la de conciliación y la amigable composición o arbitraje; ambas inician previa denuncia de los miembros del núcleo familiar que, incluso, pueden originar la certificación anterior de los hechos denunciados, a cargo de las autoridades delegacionales. El procedimiento de conciliación se lleva a cabo ante el CAVI que corresponda a la morada familiar en una sola audiencia y busca la avenencia y firma de un convenio que deberá ser respetado por las partes. La amigable composición o arbitraje intenta —por vía de un procedimiento procesal, que incluye la admisión, desahogo y valoración de pruebas y la expresión de agravios, de sometimiento estrictamente voluntario— presentar al CAVI cierta dificultad familiar con el fin de que la resuelva en única instancia, siendo su laudo obligatorio a las partes que se han sometido. La inasistencia a los citatorios que emita el CAVI correspondiente, el incumplimiento a los convenios o laudos o, en general, el acaecimiento de cualquier acto de vio117

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­-


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Vol. 2, núm. 2

lencia familiar que no esté previsto por otra ley como infracción o delito, origina una infracción administrativa que puede ser castigada de inicio con el pago de una multa que va de los 30 a los 180 días de salario mínimo vigente en el Distrito Federal o arresto administrativo hasta por 36 horas (artículos 24 y 25, LAPVI). • Efectos penales. El Código Penal para el Distrito Federal establece, dentro de los delitos contra la integridad familiar, el capítulo único denominado Violencia familiar. Los tipos penales formulados son: “Artículo 200. Se le impondrán de seis meses a cuatro años de prisión, pérdida de los derechos que tenga respecto de la víctima, incluidos los de carácter sucesorio y en caso, a juicio del juez, prohibición de ir a lugar determinado o residir en él, al cónyuge, concubina o concubinario, o el que tenga relación de pareja, pariente consanguíneo en línea recta ascendente o descendente sin limitación de grado, al pariente colateral consanguíneo o afín hasta el cuarto grado, al tutor, al curador, al adoptante o adoptado, que: I. Haga uso de medios físicos o psico-emocionales contra la integridad de un miembro de la familia, independientemente de que se produzcan lesiones; u II. omita evitar el uso de los medios a que se refiere la fracción anterior. “Asimismo, al agente se le sujetará a tratamiento psicológico especializado, que en ningún caso excederá del tiempo impuesto en la pena de prisión, independientemente de las sanciones que correspondan por las lesiones inferidas o por cualquier otro delito que resulte. “La educación o formación del menor no será, en ningún caso, considerada justificación para forma alguna de maltrato. “Este delito se perseguirá por querella, salvo que la víctima sea menor de edad o incapaz. “Artículo 201. Se equipara a la violencia familiar y se sancionará con las mismas penas y medidas de seguridad, al que realice cualquiera de los actos señalados en el artículo anterior en contra de la persona que esté sujeta a su custodia, guarda, protección, educación, instrucción o cuidado.”

Otras fuentes ISEF. Agenda penal. 10ª edición. México, ISEF, 2004. Agenda Civil del Distrito Federal 2005. 9ª edición. México, ISEF, 2005.

118


Geografía

Cuantificación de las características físicas de la vivienda urbana en México La vivienda es un satisfactor básico para las familias. Sin embargo, además de contar con un lugar para vivir, es deseable que éste presente ciertas características, como la calidad de construcción, el espacio disponible y los servicios básicos. A partir de este antecedente conceptual, y desde una perspectiva cuantitativa, se analizaron los 39 municipios que ubicaban las ciudades más pobladas del país en el 2000 para identificar cuáles de ellas presentaban carencias significativas en los tres parámetros referidos. Los resultados obtenidos podrían ser útiles para perfilar una política regional de acciones de vivienda, enfocada a mejorar las condiciones de los inmuebles con mayores insuficiencias físicas.

Introducción La ausencia de ciertas condiciones en las viviendas relativas a espacio, calidad de materiales y disponibilidad de servicios básicos representa una problemática social de primera importancia. En consecuencia, y con el objetivo de contribuir a los estudios existentes sobre el tema, se presenta la evaluación de algunos aspectos físicos de viviendas ubicadas en las ciudades más pobladas en el 2000 y que concentraron las mayores necesidades en la materia para demostrar que el * Maestro en Geografía, es técnico académico titular B en el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Teléfono: 01 (55) 56 22 43 33. Fax: 01 (55) 56 16 21 45. Correo electrónico: gdeleon@servidor.unam.mx

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Armando García de León Loza*


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supuesto a mayor población corresponden mejores condiciones de vivienda sólo se cumple de manera parcial.

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La vivienda representa un bien relativamente escaso y de alto precio en el mercado nacional, sobre todo en localidades urbanas. En esos lugares, los costos del terreno, la mano de obra y los materiales de construcción alcanzan valores máximos. En términos generales, los costos referidos tienden a elevarse mientras más exclusiva sea la zona, en términos de infraestructura, nivel socioeconómico y condiciones físicas del entorno. A pesar de lo anterior, las acciones de vivienda han privilegiado los centros urbanos más importantes, ante las necesidades existentes. Puede destacarse el hecho afortunado de que, en las últimas tres décadas, el número de viviendas disponibles en el territorio nacional aumentó en mayor medida que la población (ver cuadro 1). Además, el programa de vivienda habitacional, implementado por el gobierno federal entre el 2000 y 2006, está resultando exitoso, por lo que debe esperarse una reducción significativa del déficit habitacional correspondiente. Sin embargo, los rezagos superan los esfuerzos de entidades públicas y privadas que buscan superar esas carencias. Ante esta realidad, una parte significativa de la población mexicana carece de recursos suficientes para aspirar a contar con una morada propia o, incluso, está fuera del mercado de arrendamiento. En consecuencia, un mismo espacio llega a ser lugar de residencia de numerosas personas, favoreciendo el hacinamiento, en detrimento de la calidad de vida de las familias que lo habitan. También, suele ocurrir que una importante cantidad de viviendas se construyen con materiales precarios o de una calidad poco deseable; además, llegan a permanecer largos periodos sin recibir un mínimo de mantenimiento, hecho que provoca su deterioro paulatino y el aumento del costo de la restauración requerida. Otro elemento necesario para los espacios habitacionales son los servicios municipales básicos (agua, energía eléctrica y drenaje), infraestructura que todavía está lejos de abastecer a la totalidad de los hogares del país. 120

Vol. 2, núm. 2


Geografía Cuadro 1

Incremento de habitantes y viviendas en México, 1970-2000

Año

Habitantes

Habitantes crecimiento medio anual (%)

1970

48 225 238

3.28

8 286 369

2.6

5.8

1980

66 846 833

3.32

12 074 609

3.84

5.5

1990

81 249 645

1.97

16 035 233

2.88

5.1

2000

97 483 412

1.84

21 513 235

2.98

4.5

Viviendas

Viviendas crecimiento medio anual (%)

Habitantes por vivienda

Fuente: Elaborado por el Instituto de Geografía con datos del SIC. IX Censo General de Población y Vivienda 1970. // SPP-INEGI. X, XI y XII censos generales de población y vivienda 1980, 1990 y 2000.

La necesidad de contar con una vivienda digna Al abordar la problemática de la vivienda desde un enfoque que contemple la calidad de vida de la población, podrá aceptarse que el contar con un lugar para vivir es sólo uno de los varios factores necesarios para aproximarse a un nivel de bienestar aceptable. Los moradores de un inmueble requieren tener ciertas comodidades, ya que la construcción física a habitar se transformará en “un espacio de uso familiar y un bien de consumo básico al que todos tienen derecho si se busca una elemental justicia social”.1 Por esa razón, un hogar representa mucho más que la mera estructura material. En consecuencia, la vivienda debe considerarse como un hecho social, resultado de un conjunto de procesos (diseño, producción, distribución y uso) en interacción con las expectativas y comportamiento propio de sus habitantes. Ante la estrecha relación que se establece entre el bienestar y las condiciones de vida de sus moradores, “la vivienda como satisfactor social básico debe tener ciertas propiedades (...) Debe satisfacer necesidades para efectuar actividades que los elementos de la familia plantean para su reproducción biológica y social. Es decir, se trata de demandas socialmente definidas”.2 Por el hecho de erigirse como un satisfactor social fundamental, el lugar donde habitan las personas viene a convertirse en uno de los principales 1

2

Villavicencio B., Judith (coord.). Condiciones de vida y vivienda de interés social en la ciudad de México. México, Universidad Autónoma Metropolitana (Azcapotzalco), 2000, p. 13. Ibíd, p. 18.

121

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indicadores del bienestar de una sociedad. Son variadas las investigaciones (realizadas en años recientes) dirigidas a determinar las condiciones de la vivienda como reflejo del bienestar o de la calidad de vida. Se han propuesto sistemas de variables e indicadores para fundamentar mínimos de satisfacción de esta necesidad básica. Los parámetros elegidos se alimentan con información estadística proveniente de censos o encuestas, insumos que les dan el carácter de instrumentos cuantitativos capaces de demostrar una precisión aceptable dentro de ciertos límites, como se plantearía dentro del enfoque falsacionista.3 De los planteamientos anteriores, deriva el interés por dimensionar algunos aspectos básicos de la problemática de la vivienda en México, pero limitado en este trabajo a una perspectiva meramente cuantitativa. Desde esa postura conceptual, interesa, en especial, establecer las necesidades que se presentan en los inmuebles ya existentes, cuantificadas a partir de tres parámetros fundamentales: calidad, amplitud y servicios básicos.4 Por lo tanto, se dejarían de lado en este estudio las cuestiones relativas a demandas de nuevos espacios habitacionales, por ser ajenas a los objetivos.

Ámbito territorial y temporal El marco conceptual cuantitativo de la investigación presentada aquí está centrado en la evaluación de diversas condiciones físicas de la vivienda. Se tomó como antecedente la opinión general de instituciones y especialistas que han trabajado con cuestiones urbanas, la cual es coincidente al postular como principio que, para cumplir su función de satisfactor social, una vivienda debe estar dotada de tres características esenciales: calidad en su estructura, amplitud suficiente y disponibilidad de servicios básicos.4 Sin duda, los elementos de juicio antes mencionados no son los únicos, pero representan aspectos fundamentales, por lo que se consideraron como base de este estudio. Bajo el principio de que las localidades (o municipios) con mayor número de habitantes se caracterizan, también, por sus elevados niveles de actividad económica y condiciones de vida, se plantearía la hipótesis de que esas unidades territoriales deberían contar con los mayores porcentajes de viviendas en mejores condiciones físicas. Cfr. Popper, Karl R. Conjeturas y refutaciones. 4ª reimpresión. España, Paidós, 1994, p. 61. 4 Setién, M. Luisa. Indicadores sociales de calidad de vida. Madrid, CIS, 1993. // COPLAMAR. Necesidades esenciales en México, vivienda. México, Siglo XXI, 1982. 3

122

Vol. 2, núm. 2


Geografía

Otra observación necesaria es especificar que los datos estadísticos se dan a nivel municipal, ante la dificultad de calcular los valores que deberían corresponder a cada una de las ciudades a evaluar, tarea que tendría que realizarse a nivel de AGEB. Sin embargo, ante el hecho de que cerca de 93% de la población de los 98 municipios que ubican las ciudades estudiadas residía en las 39 zonas urbanas respectivas, puede asumirse que el trabajar los totales de viviendas a nivel municipal representará una diferencia poco notable con respecto a los valores urbanos y, en cambio, simplificó de manera notable los cálculos necesarios para delimitar los centros urbanos. Del mismo modo, conviene precisar que de los 98 municipios cuantificados, 73 de ellos formaban parte de alguna conurbación y sólo 25 correspondieron a ciudades donde no se habían presentado conurbaciones significativas (entre localidades mayores a 15 mil habitantes en el 2000).

Análisis univariado de la vivienda La etapa inicial de cálculo partió del procesamiento individual de los tres indicadores en que se basó este estudio. El primero de ellos se refiere a las características relativas a la calidad de construcción. El segundo incorpora INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda. Volúmenes por entidad federativa y tabulados básicos. México, INEGI, 2000. 6 El término, a lo largo de este artículo, deberá ser entendido como municipios que asientan las mayores zonas urbanas del país. 5

123

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La época a analizar fue el año 2000, para lo cual se cuenta con la información numérica proveniente del XII Censo General de Población y Vivienda 2000. 5 La muestra territorial a cuantificar está representada por 39 centros urbanos que contaban con más de 250 mil habitantes; la justificación de emplear este conjunto de casos es que en ellos residía 44% de la población del país. De manera comparativa, si se sumaran otras 36 localidades menores (con población entre 100 mil y 250 mil residentes), el total respectivo sólo aumentaría 6%, cifra poco significativa, mientras que el número de ciudades 6 prácticamente se habría duplicado.


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parámetros capaces de reflejar el espaciamiento de las viviendas, en tanto que el tercero da información sobre la disponibilidad de servicios públicos básicos en la vivienda (ver cuadro 2).

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Para caracterizar cada una de las ciudades consideradas para este estudio, se decidió clasificarlas en alguno de tres grupos posibles, luego de transformar los porcentajes originales a sus valores tipificados z.7 Este proceso se repitió de manera individual para cada uno de los indicadores mencionados. Así, se generaron tres rangos para cada indicador: el primero incluyó localidades con valores tipificados mayores de 0.5 unidades, que permitió calificarlas como superiores al valor medio del conjunto. El segundo consideró las ciudades con valores z entre -0.5 y +0.5, equivalentes al calificativo de cercanas a la media; el tercero integró a aquellos casos con valores tipificados inferiores de -0.5 unidades z, es decir, inferiores al promedio del conjunto. Con esa base metodológica de partida, se realizó el análisis univariado respectivo, cuyos resultados de mayor significación se comentan en los siguientes apartados.

Indicador I. Condiciones de calidad material de las viviendas Este parámetro correspondió al porcentaje de viviendas que contaban con techo de concreto, paredes de tabique y pisos de mosaico o madera, respecto al total de inmuebles para habitación en cada una de las 39 ciudades estudiadas. Aparte de las condiciones estéticas respectivas, ese tipo de materiales se consideró como el más deseable, ya que puede aportar a los moradores de cualquier construcción un nivel suficiente de privacidad. Además, convierte el lugar de residencia en un albergue capaz de ofrecer protección ante los elementos naturales y la posible delincuencia del exterior. Luego de evaluar los valores de las ciudades cuantificadas aquí, se destacó que San Luis Potosí, Aguascalientes y Monterrey fueron las únicas locali7

García de León L., Armando. “La metodología del valor índice medio”, en: Boletín del Instituto de Geografía. Número 19. México, UNAM, 1989, p. 71.

124

Vol. 2, núm. 2


Geografía

Indicadores para condiciones de vivienda en 39 ciudades en el 2000

Centros urbanos

Calidad

Centros urbanos

Amplitud

San Luis Potosí (ZM) Aguascalientes (ZM) Monterrey (ZM) Mazatlán Guadalajara (ZM) Puebla (ZM) Mérida Pachuca (ZM) León Querétaro (ZM) Saltillo (ZM) Tepic Culiacán Morelia Ciudad de México (ZM)

92.7 91.0 89.9 89.4 88.5 87.9 87.7 87.1 86.8 86.0 84.7 83.6 83.4 83.3 83.0

Torreón (ZM) Tuxtla Gutiérrez Veracruz (ZM)

73.8 69.2 68.2

Reynosa Oaxaca Matamoros Nuevo Laredo Acapulco Villahermosa Ciudad Juárez Tijuana Mexicali

Promedio grupal

82.6 81.5 81.2 81.2 81.0 79.0 78.4 78.1 77.8 76.3 75.9 75.9

64.7 64.3 61.0 59.1 55.5 53.2 43.8 38.2 30.7 75.3

Grupo 1 Grupo 2

Tampico (ZM) Ciudad Obregón Toluca (ZM) Ciudad Victoria Hermosillo Celaya Durango Irapuato Xalapa Cuernavaca (ZM) Chihuahua Cancún

Chihuahua Pachuca (ZM) San Luis Potosí (ZM) Monterrey (ZM) Saltillo (ZM) Mérida Torreón (ZM) Aguascalientes (ZM) Hermosillo Mexicali Durango Puebla (ZM)

62.8 57.7 56.7 55.7 54.5 53.6 52.9 52.6 52.4 52.3 52.2 51.3

Tepic Ciudad Obregón Tampico (ZM) Querétaro (ZM) Toluca (ZM) Veracruz (ZM) Morelia Guadalajara (ZM) Mazatlán Xalapa Ciudad de México (ZM) Cuernavaca (ZM) Ciudad Victoria Culiacán

49.9 49.5 49.1 49.0 48.8 48.7 48.2 48.2 47.1 46.5 46.5 46.4 44.2 43.5

Promedio grupal

46.8

Ciudad Juárez Celaya Reynosa Tijuana Nuevo Laredo Villahermosa León Oaxaca Tuxtla Gutiérrez Irapuato Matamoros Cancún Acapulco

43.4 43.0 42.9 42.6 41.4 41.2 39.3 39.1 38.5 37.9 36.9 32.0 26.7

b

Centros urbanos Aguascalientes (ZM) Chihuahua Monterrey (ZM) San Luis Potosí (ZM) Guadalajara (ZM) Morelia Saltillo (ZM) León Durango Querétaro (ZM) Ciudad Juárez Torreón (ZM) Hermosillo Celaya

Mérida Pachuca (ZM) Ciudad Obregón Tepic Mazatlán Nuevo Laredo Mexicali Tampico (ZM) Tijuana Ciudad de México (ZM) Irapuato Xalapa

Puebla (ZM) Villahermosa Veracruz (ZM) Culiacán Ciudad Victoria Reynosa Tuxtla Gutiérrez Toluca (ZM) Cuernavaca (ZM) Matamoros Cancún Oaxaca Acapulco Promedio grupal

Indicador III

Servicios básicosc 91.4 89.9 88.9 88.2 88.0 80.6 79.9 79.8 79.5 79.5 79.4 79.2 78.2 78.1 77.1 76.8 76.7 76.4 76.2 74.5 74.2 71.6 68.9 68.1 67.9 67.7

67.1 66.6 66.6 65.7 65.4 65.3 62.3 61.7 60.2 58.4 57.1 56.5 45.9 72.7

Se refiere al porcentaje de viviendas con techo de concreto, paredes de tabique y pisos de mosaico o madera. Se refiere al porcentaje de viviendas con más de dos cuartos y menos de seis habitantes (no considera la cocina exclusiva como cuarto). c Se refiere al porcentaje de viviendas con agua en su interior, drenaje conectado a red pública o fosa séptica y energía eléctrica. ZM. Es el total correspondiente a la conurbación municipal respectiva. Fuente: Elaborado por el Instituto de Geografía de la UNAM, con datos de: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000. México, INEGI, 2001. a

b

125

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Indicador II

Grupo 1

a

Grupo 2

Indicador I

Grupo 3

Grupo 3

Grupo 3

Grupo 2

Grupo 1

Cuadro 2


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dades donde 90% o más de sus inmuebles fueron construidos con materiales de calidad. De manera algo inesperada, en términos del supuesto teórico de partida, Mazatlán alcanzó el cuarto lugar dentro del conjunto urbano analizado superando, en este parámetro, a poblaciones tan importantes como Guadalajara, Puebla y León. En consecuencia, ese puerto turístico del noroeste destacó como un caso especial que ameritaría un análisis más a fondo de las circunstancias que le permitieron sobresalir entre las ciudades del país (ver cuadro 2). En la situación opuesta, se determinó que Nuevo Laredo, Acapulco, Villahermosa, Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali quedaron por abajo de 60% de inmuebles construidos con los materiales más deseables. En Mexicali y Tijuana ni siquiera 40% de sus inmuebles tuvieron la calidad deseable, significándose como los casos más adversos entre las localidades mayores de 250 mil residentes (ver cuadro 2). Al ubicar espacialmente los casos urbanos comprendidos en cada uno de los tres rangos antes referidos, fue posible identificar ciertos patrones de distribución territorial. Esta aseveración se fundamenta en el hecho de que los nueve sitios con mayor problemática (es decir, donde menos de 65% de las viviendas estaban construidas con materiales de calidad) mostraron una clara tendencia a agruparse en zonas específicas del territorio nacional. Por ejemplo, seis de esas localidades correspondieron a todas las ciudades de la frontera norte mayores de 250 mil habitantes, mientras que las tres restantes están situadas en el sur y sureste del territorio nacional (Acapulco, Oaxaca y Villahermosa). Del mismo modo, las ciudades con mejores niveles de calidad en el material de sus inmuebles (con más de 83%) se concentraron sobre el eje carretero Culiacán-Guadalajara, además del centro-norte y centro del país. Los únicos casos localizados fuera de esas zonas fueron el par Saltillo-Monterrey y Mérida. Esta tendencia al agrupamiento territorial, presentada por centros urbanos en condiciones similares de calidad de construcción de viviendas, responde a factores estructurales comunes relacionados con las actividades económicas, nivel de bienestar y el tamaño poblacional correspondiente. 126

Vol. 2, núm. 2


Geografía

Indicador II. Condiciones de amplitud en las viviendas

Del procesamiento de los datos respectivos se determinó que la ciudad de Chihuahua consiguió el valor más elevado. En esa capital estatal, cerca de 63% de sus construcciones podían considerarse amplias y, por lo tanto, con poca proclividad al hacinamiento. Otras poblaciones que compartieron las mejores condiciones de amplitud fueron Pachuca, San Luis Potosí y Monterrey, que destacaron entre el grupo de 12 localidades que presentaron más de 50% de sus inmuebles en condiciones de amplitud suficiente (ver cuadro 2). Fue posible determinar que esas ciudades se concentraron sobre la porción norte de México (cinco casos en el norte, dos en el noreste y dos más sobre el noroeste); de hecho, sólo Pachuca, Puebla y Mérida correspondieron a regiones ajenas a esa zona, por lo cual es posible concluir que las viviendas más amplias y con menos residentes predominaron en el norte. Sin embargo, de manera contrastante con el resultado anterior, las ciudades de la frontera norte (con excepción de Mexicali), quedaron incluidas en el grupo con valores más inferiores respecto al promedio del conjunto. En efecto, al igual que ocurrió con el indicador de calidad de los materiales de construcción, ese conjunto fronterizo quedó abajo del nivel de 43% de sus viviendas, en situación de amplitud aceptable. De igual manera, ahora cuatro localidades del sur y sureste compartieron las condiciones de este último grupo, caso similar a tres ciudades del estado de Guanajuato. Las concentraciones señaladas en zonas específicas permitieron comprobar —de nueva cuenta— la existencia de patrones territoriales bien definidos. Después de las anteriores, se determinaron 14 poblaciones más con circunstancias intermedias, ya que todas ellas tuvieron entre 43.5 y 50% de viviendas con amplitud aceptable, según los límites establecidos para este 127

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El segundo indicador a cuantificar fue el tamaño de los inmuebles habitados, correspondientes a las localidades motivo de este análisis. Se consideró que una vivienda cumplía con el concepto de amplitud cuando tuviera más de dos cuartos y hasta cinco residentes. Esta acepción no consideró como cuarto al espacio dedicado a cocina exclusiva (ver columnas centrales del cuadro 2).


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rango (ver cuadro 2). Buena parte de ellas se localizaron dentro de la región centro, en tanto que otras mostraron tendencia a distribuirse sobre las vertientes del Golfo y del Pacífico.

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Indicador III. Disponibilidad de servicios municipales El tercer indicador a determinar su dimensión fue la existencia de servicios urbanos básicos, referidos a la presencia de agua potable dentro de la vivienda, energía eléctrica y la existencia de drenaje conectado a red pública, incluyendo las fosas sépticas. La última parte del cuadro 2 lista los centros urbanos mayores de 250 mil habitantes, de acuerdo con la disponibilidad de estos servicios. Puede apreciarse que la ciudad de Aguascalientes fue la única que superó el valor de 90% de inmuebles habitacionales que contaron con la infraestructura señalada. En situación también muy favorable estuvieron Chihuahua, Monterrey, San Luis Potosí, Guadalajara, León y Ciudad Juárez, es decir, varias de las poblaciones con mayor número de habitantes de todo el país. Los 14 centros urbanos que se ubicaron en este primer grupo, en condiciones superiores a la media según el criterio de unidades tipificadas, tuvieron en común que más de 78% de sus viviendas contaron con agua, electricidad y drenaje. En este rango se determinó un comportamiento regular entre los primeros cinco casos en mejores condiciones, pero luego apareció un salto de casi ocho puntos porcentuales entre el quinto (Guadalajara, con 88%) y el sexto puesto (Morelia, con 80.6%), después del cual retornó una distribución más discreta y pausada. El segundo rango presentó 12 casos, con una proporción entre 67.5 y 78% de viviendas que tenían los servicios urbanos básicos. Las localidades dentro de este grupo pueden considerarse en condiciones cercanas al promedio grupal, tal y como ocurrió con lugares tan importantes (en términos demográficos) como la ciudad de México y Tijuana. El tercer rango ubicó 13 ciudades, calificadas con los niveles más desfavorables e inferiores al promedio, por carecer de alguno de esos servicios. En 128

Vol. 2, núm. 2


Geografía

En cuanto a su distribución territorial, las localidades con mejor disponibilidad de servicios básicos se concentraron en el norte, bajío y centro del país. Ninguna de las localidades de la vertiente del Golfo, del Pacífico o de las regiones sur, sureste y península de Yucatán alcanzaron el mejor nivel de existencia de servicios municipales en sus viviendas. Por su parte, los casos en situación cercana al del promedio del conjunto se localizaron en la vertiente norte del Pacífico y del Golfo, en la frontera norte de Baja California y centro del territorio nacional. Además, Mérida fue el único centro urbano situado en la porción sur del país que lo obtuvo, incluida la península de Yucatán. Finalmente, seis de las 13 ciudades del rango calificado en condiciones inferiores a la media se encontraron en la mitad sur y oriente del territorio nacional, mientras que otras tres correspondieron al centro, igual número que las ubicadas en el noreste, demostrando también tendencia a agruparse en términos de su localización geográfica.

El análisis divariado La siguiente etapa del proceso de cuantificación contempló metodologías más complejas, consistentes en relacionar los indicadores de vivienda que se analizaron en los puntos anteriores, pero ahora por pares. El análisis divariado o bidimensional8 está basado en la relación que puede existir entre dos parámetros. Si ésta resulta elevada (coeficiente de 8

Estebanéz A., José y Roy P. Bradshaw. Técnicas de cuantificación en Geografía. España, Tebar Flores, 1978, pp. 75-81.

129

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

todas ellas, menos de 67.5% de las viviendas contaron con las facilidades de referencia, llegando a extremos como los de Matamoros, Cancún, Oaxaca y Acapulco; en esta ciudad, sólo 46% de los espacios habitacionales tenían los tres servicios básicos, cifra inferior en 10% a la del penúltimo lugar (Oaxaca con 57%), diferencial que demuestra lo precario de las construcciones de ese puerto, contrastante en todo con el lujo de las zonas hoteleras y residenciales.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Pearson cercano a 1 ó -1), al graficar los valores de dos parámetros para cada ciudad en un sistema cartesiano X Y, los casos (representados por puntos en la gráfica) tenderán a perfilar una línea recta. Bajo esta alternativa, los casos se concentrarán en los cuadrantes I y III. Pero de presentarse una relación mediana o baja, entonces los casos se distribuirán de manera más dispersa entre todos los cuadrantes. La transformación de los valores originales (en porcentaje) a unidades tipificadas z9 puede facilitar el proceso de análisis, puesto que al graficar los valores correspondientes a dos indicadores en el eje X Y respectivo, se generarán de manera natural los cuadrantes necesarios y distribuirán en ellos los 39 casos de estudio. Al procesar de esta manera los datos, se obtendrá una clasificación natural de los centros urbanos, de acuerdo con su ubicación en alguna de las siguientes categorías: • • • •

Cuadrante I. Con alto valor en los indicadores 1 y 2. Cuadrante II. Con bajo valor en el indicador 1 y alto valor en el 2. Cuadrante III. Con bajo valor en los indicadores 1 y 2. Cuadrante IV. Con alto valor en el indicador 1 y bajo valor en el 2.

El término valor alto implica que el valor respectivo será igual o superior a la media del conjunto. Por el contrario, el concepto bajo es indicativo de que quedará por debajo de ese promedio.

Análisis de calidad frente a amplitud en las viviendas El primer ejercicio al respecto se orientó a determinar la circunstancia en que se encontraban las ciudades evaluadas en el 2000 en cuanto al porcentaje de viviendas construidas con materiales de calidad, esta vez, asociadas con la amplitud de las mismas. La gráfica 1 permite apreciar la distribución obtenida, luego de que el coeficiente de correlación respectivo (de 0.406) indicó la existencia de una 9

García de León, op. cit.

130

Vol. 2, núm. 2


Geografía Gráfica 1

Relación entre calidad y amplitud de viviendas en 39 centros urbanos, 2000

3.5 3.0 2.5

2.0

Cuadrante Il

Cuadrante I

1.5

Amplitud (%)

1.0

0.5 0.0

-0.5

-1.0

-1.5 Cuadrante IV

Cuadrante III

-3.0

-3.5 -3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

-0.0

0.5

Calidad de viviendas (%)

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

relación moderada y poco significativa de los parámetros calidad y amplitud, por lo que los casos se repartieron entre los cuadrantes generados. Para este trabajo, es importante definir que alta calidad de materiales y amplitud satisfactoria es indicativo de que los porcentajes respectivos, correspondientes a una ciudad determinada, superaron la media aritmética del promedio de 39 centros urbanos cuantificados. Por el contrario, los términos baja calidad, o una amplitud insuficiente se refieren a que los porcentajes presentaron valores inferiores a los de ese promedio. Esta clasificación natural permite calificar a las localidades del primer cuadrante como aquéllas con las mejores condiciones de calidad y amplitud. En la situación opuesta, los casos urbanos del tercer cuadrante representarán porcentajes elevados de viviendas con las condiciones más adversas en los dos parámetros. El segundo cuadrante refleja una situación intermedia, pues los centros urbanos que se ubiquen en él demostrarán en general baja calidad de los materiales empleados en sus espacios habitacionales, pero al mismo tiempo, esos espacios contarán con amplitud suficiente. El cuadrante restante también se asocia con características intermedias, donde los casos asignados ahí 131

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

-2.0 -2.5


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

tendrán en común un porcentaje elevado de viviendas construidas con materiales de calidad, pero a la vez con una proporción baja de inmuebles con amplitud insuficiente.

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Distribución de las ciudades en los cuadrantes Con las bases que se explicaron en los párrafos anteriores, fue posible asignar los 39 centros urbanos objeto del estudio en alguno de los cuadrantes mostrados en la gráfica 1. En primer término, se identificaron 18 centros urbanos con las mejo-

res condiciones en los dos parámetros cuantificados, ya que combinaron una proporción elevada (respecto de la media aritmética respectiva) de viviendas construidas con materiales de calidad y tuvieron una amplitud superior a la del promedio correspondiente. Este grupo de ciudades se repartió dentro del primer cuadrante del sistema cartesiano e involucró a lugares tan importantes como Guadalajara, Monterrey, Puebla, San Luis Potosí y Mérida, todas ellas con valores cercanos (o superiores) al millón de habitantes (ver gráfica 1). En el segundo cuadrante sólo se presentaron tres casos (Torreón, Veracruz y Mexicali), en los cuales su porcentaje de viviendas construidas con materiales de calidad quedó abajo del promedio, pero el indicador referente a amplitud logró superar ese referente. En consecuencia, se trató de lugares con alto porcentaje de viviendas amplias, pero con carencias significativas en cuanto a la calidad de su construcción. Debe señalarse que este cuadrante representa cierta contradicción, bajo el supuesto de que si las viviendas son amplias podría suponerse en ellas cierto nivel de suficiencia en la capacidad económica de sus habitantes, como para asegurar que estarían construidas con buenos materiales. Pero los lugares indicados antes, tuvieron un comportamiento anómalo en este último parámetro. El tercer cuadrante resultó el más interesante en términos del presente estudio, ya que identificó nueve localidades como aquéllas con las mayores necesidades de dedicar recursos a la restauración de sus construcciones. Lo anterior, por el hecho de que ambos parámetros quedaron por abajo de los 132

Vol. 2, núm. 2


Geografía

promedios de referencia, tanto en calidad de los inmuebles como en la amplitud de los mismos. En esta condición desfavorable estuvieron cinco poblaciones de la frontera norte, dando cuenta de las condiciones desfavorables de las viviendas de esos lugares (ver gráfica 1).

La distribución de centros urbanos en cada cuadrante se presenta en el cuadro 3. Cuadro 3

Distribución de centros urbanos en cuadrantes cartesianos (Relación entre calidad y amplitud de viviendas, 2000)

Cuadrante I

Cuadrante II

Cuadrante III

Cuadrante IV

1. San Luis Potosí (ZM)

1. Torreón (ZM)

1. Tuxtla Gutiérrez

1. León

2. Veracruz (ZM)

2. Reynosa

2. Culiacán

3. Monterrey (ZM)

3. Mexicali

3. Oaxaca

3. Ciudad de México (ZM)

2. Aguascalientes (ZM)

4. Mazatlán

4. Matamoros

4. Ciudad Victoria

5. Guadalajara (ZM)

5. Nuevo Laredo

5. Celaya

7. Mérida

7. Villahermosa

7. Xalapa

9. Tijuana

9. Cancún

6. Puebla (ZM)

6. Acapulco

8. Pachuca (ZM)

8. Ciudad Juárez

9. Querétaro (ZM) 10. Saltillo (ZM)

6. Irapuato

8. Cuernavaca (ZM)

11. Tepic

12. Morelia

13. Tampico (ZM)

14. Ciudad Obregón 15. Toluca (ZM) 16. Hermosillo 17. Durango

18. Chihuahua ZM. Se refiere al total correspondiente a la conurbación municipal respectiva. Fuente: Elaborado por el Instituto de Geografía con datos de la gráfica 1.

133

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Finalmente, el último cuadrante incluyó a los nueve casos restantes, donde el porcentaje de viviendas de calidad superó la media grupal pero, en cambio, se encontraron valores inferiores al promedio en cuanto a la condición de amplitud. En esta circunstancia se encontraron la ciudad de México y León, ciudades de primera importancia poblacional.


Relación calidad-amplitud en viviendas de 39 centros urbanos, 2000 Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Condición entre calidad frente a amplitud, en términos de la media grupal Cuadrante

Calidad

Amplitud

I

Alta

Alta

II

Baja

Alta

III

Baja

Baja

IV

Alta

Baja

Fuente: Cálculos propios con datos del INEGI. Calculó y elaboró: maestro Armando García de León L., Instituto de Geografía de la UNAM.

Vol. 2, núm. 2

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

134

Figura 1


Geografía

La combinación de condiciones adversas en calidad y amplitud (cuadrante III) se concentraron en dos grandes zonas. La primera de ellas fue la línea fronteriza norte, donde cinco de las seis ciudades que se encuentran allá se identificaron en este grupo. La segunda zona fue la del sur y sureste, luego de que las cuatro localidades mayores de 250 mil habitantes, localizadas en esa parte del país, se caracterizaron por presentar las mayores carencias, en cuanto a calidad de materiales y amplitud de los inmuebles habitacionales. Respecto a los tres casos del cuadrante II, éstos no mostraron un patrón de distribución territorial, puesto que se distribuyeron en tres regiones muy diferentes entre sí (ver figura 1). En contraste, los centros urbanos del cuadrante IV se concentraron sobre el bajío, el centro del país y el oriente, además de dos casos adicionales (Culiacán y Cancún), los cuales quedaron aislados (en términos territoriales) de los demás, en lo que se refiere a este último rango.

Análisis de calidad frente a servicios en las viviendas El segundo análisis bidimensional relacionó los indicadores relativos a la calidad material de las viviendas y la disponibilidad de servicios públicos en ellas. Con el mismo procedimiento señalado en el análisis divariado anterior, los valores originales (en porcentaje) se transformaron a unidades tipificadas z para facilitar la formación natural de los cuadrantes básicos. De igual manera, se graficaron y distribuyeron en ellos los 39 casos de estudio. La grá135

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

La figura 1 permite ubicar territorialmente a las ciudades analizadas, según el cuadrante en que quedaron asignadas. De la simple inspección de la cartografía resultante se identificaron patrones territoriales bien definidos. Por ejemplo, resaltó que las localidades que combinaron las mejores condiciones (cuadrante I) se encontraron en la mayor parte del país, con una notable preferencia por el norte, donde se localizan la mayor parte de los casos. Además, en esta situación favorable se incluyeron cuatro localidades del bajío y tres más del centro del país. Sólo Mérida quedó como caso aislado de este rango.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Gráfica 2

3.5

Vol. 2, núm. 2

Relación entre calidad y servicios en la vivienda de 39 centros urbanos, 2000

3.0

Indicador de servicios

2.5

2.0

Cuadrante Il

Cuadrante I

1.5 1.0

0.5 0.0

-0.5

-1.0

-1.5

-2.0 -2.5

Cuadrante IV

Cuadrante III

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

-3.0

-3.5 -3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

-0.0

0.5

Indicador de calidad

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

fica 2 permite apreciar la distribución obtenida, luego de que el coeficiente de correlación respectivo (de 0.396) indicó la existencia de una relación poco notable entre los parámetros de calidad y amplitud, particularidad que favoreció la presencia de ciudades en cada uno de los cuadrantes.

Distribución de las ciudades en los cuadrantes La asignación de centros urbanos en los cuadrantes generados por el sistema X Y se realizó a partir del comportamiento demostrado en la gráfica 2. De esa forma, se encontró que el primer cuadrante agrupó 17 localidades que mostraron una proporción de sus viviendas superior a los promedios grupales respectivos, de calidad en su estructura material y disponibilidad de los tres servicios básicos analizados aquí. Este conjunto de ciudades involucró lugares tan importantes como Guadalajara, León y Monterrey, entre otros, de primer nivel poblacional. El segundo cuadrante sólo incluyó cuatro casos (Torreón, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Mexicali), con porcentajes de viviendas de calidad abajo del promedio, pero donde el indicador referente a servicios logró superar la media del conjunto. Debe recordarse que este cuadrante es un tanto contradictorio, pues un nivel suficiente de servicios podría suponerse acompañado por una calidad aceptable de las construcciones, asociación que estuvo ausente en las ciudades mencionadas. 136


Geografía

Finalmente, el cuarto y último cuadrante agrupó los 10 casos restantes, donde el porcentaje de viviendas de calidad superó la media grupal pero, en cambio, se encontraron valores inferiores al promedio en cuanto a la disponibilidad de servicios. En esta condición se encontraron varias localidades de importancia poblacional, como fueron los casos de la ciudad de México, Puebla y Toluca. En el cuadro 4 se agrupan los centros urbanos de acuerdo con la distribución que presentaron en los diversos cuadrantes de la gráfica 2. A partir de la figura 2, fue posible determinar que las ciudades que combinaron mayor proporción de sus viviendas con materiales de calidad y amplia disponibilidad de servicios básicos se localizaron sobre el eje Hermosillo-Guadalajara, en el centro-norte, noreste y en el bajío. De nuevo, Mérida apareció como caso único en la mitad sur del territorio nacional en lo que toca a este rango tan favorable. En contraste, la situación más adversa (cuadrante III) incorporó a tres ciudades de la frontera norte y a cinco localidades del sur y sureste del país, como únicos representantes de las condiciones más adversas, en cuanto a calidad y servicios en las viviendas. Se recordará que en el segundo cuadrante sólo se encontraron cuatro poblaciones (Torreón, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Mexicali) por lo cual es claro que todas ellas corresponden al norte, en específico, a lugares localizados sobre la línea fronteriza. Del mismo modo, las 10 localidades del cuarto cuadrante se concentraron en el centro y en el oriente del país, aparte de Culiacán y Cancún, que se ubican en otras regiones geográficas.

137

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

El tercer cuadrante consideró ocho localidades como aquéllas con mayores necesidades de restauración y con mayores carencias de servicios en sus viviendas (ver gráfica 2). Lo anterior, por el hecho de que ambos parámetros quedaron por abajo de los promedios de referencia. De este conjunto de localidades, sólo Tijuana presentó una población cercana al millón de habitantes.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Cuadro 4

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Distribución de centros urbanos en cuadrantes cartesianos (Relación entre calidad y servicios de las viviendas, 2000) Cuadrante I

Cuadrante II

Cuadrante III

Cuadrante IV

1. San Luis Potosí (ZC)

1. Torreón (ZC)

1. Tuxtla Gutiérrez

1. Puebla (ZC)

2. Aguascalientes (ZC)

2. Nuevo Laredo

2. Veracruz (ZC)

2. Culiacán

3. Monterrey (ZC)

3. Ciudad Juárez

3. Reynosa

3. Ciudad de México (ZC)

4. Mazatlán

4. Mexicali

4. Oaxaca

4. Tampico (ZC)

5. Guadalajara (ZC)

5. Matamoros

5. Toluca (ZC)

6. Mérida

6. Acapulco

6. Ciudad Victoria

7. Pachuca (ZC)

7. Villahermosa

7. Irapuato

8. León

8. Tijuana

8. Xalapa

9. Querétaro (ZC)

9. Cuernavaca (ZC)

10. Saltillo (ZC)

10. Cancún

11. Tepic 12. Morelia 13. Ciudad Obregón 14. Hermosillo 15. Celaya 16. Durango 17. Chihuahua ZC. Se refiere al total correspondiente a la conurbación municipal respectiva. Fuente: Elaborado por el Instituto de Geografía de la UNAM con datos de la gráfica 2.

Conclusiones El elevado número de poblaciones a analizar obligó a dejar fuera la posibilidad de realizar muestreos de campo donde fuera posible determinar otras circunstancias de las construcciones, por ejemplo, la antigüedad de los inmuebles o las condiciones de deterioro técnico que pudieran presentar. A cambio de afrontar esa limitación, se pensó en ganar en términos de identificar las tendencias generales que pueden obtenerse a partir del procesamiento adecuado de los datos censales. Una vez caracterizado el escenario urbano nacional objeto de este trabajo, será factible llevar a cabo estudios de localidades particulares. 138

Vol. 2, núm. 2


Pero, a pesar del carácter general del presente estudio, fue posible identificar las mayores carencias en materia de vivienda, las cuales se asociaron, de manera nítida, con las ciudades de la frontera norte. Al caracterizarlas mediante los indicadores individuales de calidad y amplitud, todas (con excepción de Mexicali) quedaron calificadas en los niveles más adversos. Las ciudades del sur y sureste (Acapulco, Oaxaca, Veracruz, Villahermosa y Tuxtla Gutiérrez), en su mayoría, también se encontraron en el nivel inferior al promedio en los indicadores referidos. 139

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Fuente: Cálculos propios con datos del INEGI. Calculó y elaboró: maestro Armando García de León L., Instituto de Geografía de la UNAM.

Alta IV

Baja

Baja III

Baja

Baja II

Alta

Alta I

Alta

Amplitud Calidad Cuadrante

Condición entre calidad frente a servicios, en términos de la media grupal

Figura 2

Relación calidad-servicios en viviendas de 39 centros urbanos, 2000

Geografía


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De esa forma, se identificaron los lugares donde urgen más recursos financieros para apoyar acciones dirigidas a mejorar la calidad, amplitud y servicios de las viviendas locales. Cualquier esfuerzo en este sentido, sin duda, será fundamental para elevar las condiciones de vida de la población local, a la vez que ayudaría a mejorar los índices de bienestar de las entidades federativas respectivas. El caso de la ciudad de México tiene especial interés por su calidad de capital federal. Sin embargo, a pesar de esa jerarquía, su importancia sólo se reflejó en uno de los cinco análisis realizados. En efecto, esta urbe quedó en el grupo que superó la media del conjunto en el indicador I (materiales de construcción aceptables); en los dos restantes (amplitud y disponibilidad de servicios) se situó en el rango intermedio y cercano a la media del conjunto, situación similar a la que alcanzó en las cuantificaciones divariadas. Deben destacarse las ciudades de Monterrey, San Luis Potosí, Aguascalientes y Saltillo por ser las únicas que lograron permanecer en los niveles de vivienda más favorables en cada una de las cinco cuantificaciones realizadas. Ninguna otra localidad, mayor a 250 mil habitantes, consiguió esa consistencia. En la situación opuesta, Reynosa, Matamoros, Acapulco, Oaxaca y Villahermosa quedaron en el rango inferior al promedio en esas cinco evaluaciones, lo cual evidencia las importantes carencias que, en materia de vivienda, presentaban en el 2000, realidad que es poco probable que se haya modificado de manera sustancial en los años recientes. Sin duda, son urgentes los esfuerzos para mejorar esa situación. Desde luego, podría ser de interés el expandir este trabajo, a partir de esta fase inicial, para llevarlo ahora al nivel de un análisis multivariado. Ese tipo de metodología permitiría determinar la condiciones de vivienda que presentaban de manera conjunta los tres indicadores tomados aquí como parámetros (unidimensionales o divariados). Incluso, sería bienvenido incluir otros adicionales para enriquecer la valoración de las ciudades contempladas como casos de este estudio. De hecho, a partir de esta metodología multivariada sería viable proponer un nuevo índice de bienestar, pero esa tarea se deja planteada para un estudio posterior, que pronto estará terminado.

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Vol. 2, núm. 2


Geografía

historia de más de siglo y medio de investigaciones

Miguel Covarrrubias Reyna*

Yucatán es, probablemente, el estado de la República Mexicana donde se han logrado mayores avances en este campo, debido a que el interés científico por conocer la ubicación y densidad de los asentamientos de la civilización Maya inició hace más de 160 años, con el trabajo de múltiples investigadores que, a través del tiempo, han dado continuidad a esta ardua labor, gracias a la cual, en la actualidad, se conocen más de 2 300 sitios arqueológicos en la entidad.

Introducción La Arqueología es una disciplina que, para su desarrollo, ha tomado prestadas técnicas y métodos de otras ciencias con la finalidad de alcanzar su objetivo, consistente en lograr, a partir del estudio de restos materiales del pasado, el conocimiento de los procesos que dieron lugar a la existencia de sociedades humanas que los de-

jaron y la forma en cómo éstas evolucionaron a través del tiempo y el espacio. Algunas de las técnicas más importantes han sido adoptadas de la Geografía, en particular, la elaboración de mapas de ubicación de asentamientos y de distribución de rasgos culturales pues, contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, el trabajo de investigación ar-

* Es arquéologo, colaborador del Proyecto Izamal en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Teléfono: (999) 925 27 36. Correo electrónico: covarub@sureste.com

141

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

La cartografía arqueológica de Yucatán:


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queológica no comienza con la excavación de yacimientos, sino con su localización, etapa del proceso denominada de prospección, la cual incluye el análisis de las relaciones que tenían los sitios arqueológicos con otros atributos geográficos, como cuerpos de agua, tipos de suelo, clima, vegetación, variaciones topográficas, topónimos, caminos, etcétera. Al comparar la información geográfica con la distribución de sitios arqueológicos, es posible interpretar la forma en que las sociedades antiguas se relacionaban con su medio, permitiendo conocer mejor aspectos vitales para la subsistencia y el asentamiento, como el acceso al agua, a recursos alimenticios que podían cazar o recolectar o a zonas que ofrecieran posibilidades de producción agrícola. Los lugares que eligieron los habitantes del pasado para establecerse normalmente responden a condiciones favorables para su forma de vida pero, aun en situaciones adversas, la capacidad de adaptación del ser humano creó mecanismos para facilitar la supervivencia (por ejemplo, suplir carencias a través del intercambio de bienes o la aplicación de la tecnología disponible), los cuales originaron una amplia diversidad cultural, representada por restos materiales que abarcan desde fragmentos de simples utensilios hasta masivas obras de construcción. La forma en que los arqueólogos pueden llegar a comprender esas relaciones y mecanismos es por medio de su representación en mapas. Este conocimiento ha permitido saber que 142

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civilizaciones como la Maya no fueron del todo uniformes, a pesar de haber compartido el territorio, el lenguaje y la cultura. Los mapas han sido una importante herramienta con la cual los estudiosos han podido identificar diferencias en cuanto a la distribución de rasgos culturales (como distintos estilos arquitectónicos o tipos de material cerámico) que proporcionan elementos para analizar aspectos relativos a la organización política y territorial de los antiguos estados y la forma en cómo surgieron, se desarrollaron y colapsaron.

Mapas y arqueología de los mayas de Yucatán El paisaje yucateco no presenta notables barreras naturales que hubieran establecido diferencias entre sus habitantes, sin embargo, tales distinciones sí existieron. La distribución de fuentes de agua, de tierras cultivables y de otros recursos determinó, en gran medida, la ubicación de una numerosa cantidad de asentamientos prehispánicos, por ejemplo, en la región Puuc, una zona de pequeñas elevaciones al sur del estado, el nivel del manto freático es muy profundo, por lo que existen muy pocos cuerpos de agua disponibles (sólo dentro de grutas), pero el potencial agrícola de los suelos es elevado, por lo cual f lorecieron múltiples poblaciones que recurrieron a avanzadas técnicas de recolección y almacenamiento del agua pluvial para asegurar la subsistencia. La excavación de cisternas (llamadas chultuno’ob) y la construcción de gran-


Geografía

En cambio, en la zona de planicies del norte, donde el agua es abundante a través de miles de cenotes, la fertilidad del suelo es limitada, por lo cual los asentamientos se construyeron de tal manera que fuera posible aprovechar la más mínima superficie cultivable, cubriendo así grandes extensiones. Los sitios del litoral se ubican, generalmente, dentro de la ciénaga, donde fueron aprovechadas antiguas formaciones de playas a manera de islotes en los que se erigieron centros dedicados al comercio marítimo, la pesca y recolección de recursos del estuario, así como a la producción salinera. En comparación con otras regiones mesoamericanas, el norte del área maya se caracteriza por una marcada división territorial y política entre las distintas comarcas que la componen, las cuales competían constantemente por el dominio de la zona. La historia de los mayas peninsulares consta de una serie de alianzas y rupturas entre distintos estados, donde la guerra estuvo casi siempre presente. Esta falta de unidad, seguramente, fue la causa por la que los conquistadores españoles tardaron más de 20 años en dominar la región,

mientras que, con campañas mucho más cortas, subyugaron a imperios como el Mexica. Una vez establecida la cultura hispánica en la península de Yucatán, la fama de algunas ciudades prehispánicas, como Uxmal, Izamal, Chichén Itzá, Mayapán o la propia T’ hó, asiento de la Mérida actual, todavía persistía, a pesar de estar algunas de ellas abandonadas desde hacía años. Cronistas del siglo XVI, como fray Diego de Landa1 o fray Antonio de Ciudad Real 2, fueron los primeros en realizar mapas donde aparecen ubicados estos importantes sitios arqueológicos y en describir las características de sus edificios principales (ver figura 1). Fue a partir del siglo XIX cuando, con renovado interés, viajeros extranjeros —como Frederick Waldeck (1834-1836), John Loyd Stephens y Frederick Catherwood (1842-1843), Charles E. Brasseur de Bourbourg (1867), Desiré Charnay (1882) o Teobert Mahler (1895), así como los mexicanos Estanislao Carrillo (1845-1846) y Crescencio Carrillo y Ancona (1883)— compilaron documentos, elaboraron mapas —que sitúan numerosos sitios arqueológicos— y describieron edificios monumentales mayas —por medio de dibujos, fotografías y registros escritos— (ver figura 2).3 En 1864, el mapa publicado en París por V.A. Malte-Brun, basado en el trabajo de una

Landa, fray Diego de. Relación de las cosas de Yucatán. Col. Biblioteca Porrúa núm. 13. México, DF, Editorial Porrúa, SA, 1982. Ciudad Real, fray Antonio de. Relación breve y verdadera de las muchas cosas que sucedieron al padre fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva España siendo Comisario General de aquellas partes. Madrid, Imprenta de la viuda Calero, 1873. 3 Velázquez Morlet, Adriana, Edmundo López de la Rosa, M. del Pilar Casado L. y Margarita Gaxiola. Zonas arquelógicas, Yucatán. México, DF, INAH, 1988, pp. 12-15. 1

2

143

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

des reservorios o aguadas (en cuyo interior se localizan aljibes o buk’teo’ob) aseguraban el abastecimiento de agua, incluso durante prolongadas sequías.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Figura 1

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Mapa de la región de Maní, Yucatán, que muestra la ubicación de Uxmal. Anónimo (siglo XVI)

Vol. 2, núm. 2


INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Figura 2

Mapa de la expedición de J. L. Stephens y F. Catherwood (1843)

Geografía

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Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

Figura 3

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Mapa de Yucatán y regiones vecinas con la ubicación de algunos sitios arqueológicos, publicado en París por V. A. Malte-Brun en 1864

serie de cartógrafos cuyos nombres aparecen impresos en el mismo4, muestra la ubicación de varios sitios arqueológicos empleando una simbología específica para diferenciarlos de las poblaciones modernas, siendo notable, en particular, la concentración de asentamientos ubicados en la región Puuc (ver figura 3). En 1894, el gobierno de México creó una dependencia encargada de la protección y conservación de los restos arqueológicos del país, comenzando la ardua labor de inventariar la ubicación de los sitios localizados dentro del 4

5

territorio nacional. En 1916 se creó una nueva institución que continuó y complementó el trabajo previo, publicando sus resultados finales en 1939 en el primer Atlas arqueológico de la República Mexicana, que incluía más de 70 sitios localizados en el estado de Yucatán.5 En forma paralela, hubo otros investigadores extranjeros, como Herbert Spinden (1913) o Franz Blom y Oliver Ricketson (1925), que se preocuparon por conocer la cantidad, ubicación y distribución de ciudades mayas en esta entidad. Con la información que recopilaron,

Antochiw, Michel. Historia cartográfica de la península de Yucatán. Campeche, Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Gobierno del Estado de Campeche, Grupo Tribasa, 1994, p. 288. Vázquez León, Luis (Ma. Teresa Cabrero G., compiladora). “Historia y constitución profesional de la Arqueología mexicana (1184-1940)”, en: II Coloquio Pedro Bosch-Gimpera. México, DF, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, 1993, pp. 36-74.

146


Geografía

Mapa arqueológico de Yucatán. Tulane University, Middle American Research Institute (1940)

el Instituto de Investigaciones para la América Media (MARI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Tulane, bajo la dirección del propio Blom, publicó en 1940 un mapa de Yucatán con una cantidad mayor de sitios registrados (ver figura 4). Tiempo después, en 1959, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) comenzó un ambicioso proyecto llamado Atlas arqueológico de la República Mexicana que se iba a componer de 31 volúmenes, uno para cada entidad. Desafortunadamente, sólo fueron pu6

blicados tres libros, todos correspondientes al área maya: el primero trataba sobre el entonces territorio de Quintana Roo, el segundo, del estado de Campeche y el último, pertenecía a Chiapas. El volumen acerca de Yucatán nunca fue producido.6

Atlas arqueológico del estado de Yucatán No fue sino hasta la década de los 70 cuando inició el primer proyecto sistemático de regis-

Huchim Herrera, José G., Diana Trejo y Miguel Covarrubias R. “ The Creation of a GIS Archaeological Site Location Catalogue in Yucatan, Mexico: a Tool to Preserve its Cultural Heritage”, en : Preecedings of the Conference “Space Applications for Heritage Conservation. 5-8 November. Strasbourg, France, S2_6, CD ROM. Noordwijk, European Space Agency Publications Division, 2002.

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INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Figura 4


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Figura 5

Cobertura y Carta topográfica 16Q-d(4), escala 1:100 000. Atlas arqueológico del estado de Yucatán (1980)

tro de sitios arqueológicos con una metodología adecuada para las condiciones específicas de esta entidad, llamado Atlas arqueológico del estado de Yucatán; en él se registraron más de 1 120 sitios, cuya localización fue plasmada en cartas topográficas escala 1:100 000 (que en ese tiempo eran las más detalladas que se podían conseguir) producidas por la Secretaría de la Defensa Nacional (ver figura 5). El trabajo se basó, principalmente, en el análisis de fotografías aéreas, propiedad del Banco Agrario de Yucatán, SA, escala 1:20 000 de vuelos especiales con cobertura parcial del 148

Vol. 2, núm. 2

territorio estatal (sólo la llamada zona henequenera), tomadas en la década de los 60 cuando una enorme superficie de la entidad se encontraba libre de vegetación densa debido a las plantaciones de henequén que, en esa época, se mantenían en intensa producción. Con el empleo de esta técnica, heredada de la Geografía, se localizaron numerosos sitios desconocidos cuyos rasgos aparecían claramente en esas imágenes estereoscópicas. Para el resto de la superficie del estado se usaron fotografías aéreas pertenecientes a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) escala 1:75 000, que no fueron de gran ayuda debido a la altitud.


Geografía

Se emplearon otras fuentes para obtener información sobre la localización de sitios, desde una intensa investigación documental (que abarcó todo lo publicado hasta entonces, así como archivos de diversas instituciones), hasta encuestas directas a habitantes de varias poblaciones de Yucatán. También, se adoptó, por primera vez en la arqueología de la región, el sistema de coordenadas métricas conocido como Universal Transversa de Mercator (UTM), en lugar del tradicional de coordenadas geográficas, logrando una mayor precisión en las ubicaciones, que estaban basadas en el datum norteamericano de 1927. Los objetivos de este proyecto no se limitaban a producir un juego de mapas y un catálogo de ubicaciones de sitios, sino crear un acervo que contuviera datos relativos a la forma, volumetría y distribución de los asentamientos, que estuviera organizado en archivos individuales y 7

en el cual se incluyera un sumario bibliográfico para cada sitio. Estos datos, junto con los mapas correspondientes, constituyeron una valiosa herramienta para el estudio de diversos aspectos culturales de la sociedad maya prehispánica. Para alcanzar esta meta, fue necesaria la creación de una mapoteca, única en su género, donde se concentrara toda la información usada y producida por este proyecto.7 Es lógico pensar que un proyecto de estas características debería ser permanente, no sólo para auxiliar otro tipo de investigaciones, sino como apoyo en la toma de decisiones encaminadas a la protección y conservación del patrimonio arqueológico. Desafortunadamente, fue descontinuado por razones presupuestales y la mapoteca, desmantelada en fecha reciente, perdiendo funcionalidad uno de los más importantes acervos para la investigación arqueológica en el país. Lo más grave es que la actividad del registro de sitios en Yucatán dejó de ser controlada de forma sistemática, pues en algunos proyectos posteriores sobre estudios regionales a menor escala se pretendió dar continuidad a la metodología del atlas, pero en otros no, publicando sus resultados de manera individual. Estos proyectos, generalmente, han sido financiados por instituciones del extranjero y sus objetivos se han centrado en temáticas diversas, quedando los avances que lograron sin integrarse al acervo general que se había acumulado durante años.

Garza Tarazona, Silvia y Edward Kurjack. Atlas arqueológico del estado de Yucatán. México, DF, Secretaría de Educación Pública-INAH, 1980.

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Con este proyecto se empleó, por primera vez en el área maya, la tecnología espacial con fines arqueológicos. Un rudimentario receptor del Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés), llamado Geoceiver de la marca Majestic, fue utilizado para ubicar sitios con lecturas satelitales. Este método no se aplicó de forma exhaustiva porque el equipo era pesado, voluminoso y tomaba demasiado tiempo para obtener una posición geográfica (incluso días) ya que en ese entonces había muy pocos satélites en operación.


INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Entre los proyectos regionales se puede mencionar al denominado Cupul8, el cual cubrió la región ubicada entre Chichén Itzá y la costa del Golfo de México, con la intención de encontrar rutas comerciales entre la antigua capital y el puerto marítimo conocido como Isla Cerritos; el Chikinchel9, que se enfocó en la región noreste de Yucatán y tuvo como objetivo analizar los cambios en la economía política de esta zona durante la transición de la era prehispánica a la época colonial; el de la Región Puuc10, que se desarrolló en la zona sur del estado con el fin de documentar los tipos de suelo donde se asentaron las comunidades mayas; el de Reconocimientos en la Costa Norte11, dedicado a la localización de comunidades prehispánicas en el litoral norte de Yucatán; y, finalmente, el Costa Maya12, centrado en la región noroeste de la península, cuyo objetivo fue analizar la interacción que pudo existir entre los sitios costeros y los de tierra adentro.

Atlas arqueológico nacional A mediados de la década de los 80, un nuevo proyecto nacional fue puesto en operación, que

8

9

10

11 12

Vol. 2, núm. 2

tenía el ambicioso objetivo de registrar la totalidad de sitios ubicados dentro del territorio mexicano mediante la aplicación de tecnología moderna para acelerar el proceso de registro; también, se intentó convertir dicho proceso en una herramienta legal para incrementar la eficiencia en la protección de los monumentos arqueológicos, al poder demostrar ante cualquier autoridad el carácter público de la tenencia de la tierra donde se encuentre cualquier sitio registrado mediante cédulas oficiales avaladas por el Registro Público de Zonas y Monumentos Arqueológicos. Los miembros de este proyecto, además de las tradicionales técnicas de investigación documental, emplearon medios innovadores (como campañas en la radio) para obtener información sobre la ubicación de sitios desconocidos. Utilizaron mapas escala 1:50 000 (publicados por la Comisión de Estudios del Territorio Nacional/Dirección de Estudios del Territorio Nacional), donde plasmaron todos las coordenadas de ubicación de sitios del acervo creado por el anterior proyecto e incorporaron los asentamientos que ellos mismos pudieron registrar (ver figura 6).

Andrews, Anthony P., Tomás Gallareta N. y Rafael Cobos P. “Preliminary Report on the Cupul Survey Project”, en: Mexicon. Vol. IX, núm. 5:91-95. Berlín, 1989. Kepecks, Susan.“The Political Economy of Chikinchel, Yucatan, Mexico: a Diachronic Analysis from the Prehispanic Era through the Age of Spanish Administration”, en: Doctoral Dissertation. Madison, Wisconsin University, 1989. Dunning, Nicholas. “Lords of the Hills: Ancient Maya Settlement in the Puuc Region, Yucatan, Mexico”, en: Monographs in World Archaeology. Num. 15. Madison, Wisconsin, Prehistory Press, 1992. Andrews, Anthony P. Breve reconocimiento arqueológico de la costa norte central de Yucatán. Mérida, Yucatán, M.S. Centro INAH, 1997. Andrews, Anthony P. y Fernando Robles C. Proyecto Costa Maya: reconocimiento arqueológico en el noroeste de Yucatán, México. Mérida, Yucatán, M.S. Centro INAH Yucatán-National Geographic Society, 2003.

150


Geografía

Cobertura y fragmento de Carta topográfica F16C53, escala 1:50 000. Atlas arqueológico nacional (1988)

Su trabajo consistió en el análisis de fotografías aéreas escala 1:75 000 con cobertura de todo el territorio estatal. La ubicación de los rasgos arqueológicos identificados en las imágenes era posteriormente corroborada en campo; otros sitios no visibles desde el aire fueron localizados gracias a los datos que proporcionaron informantes de las localidades donde se realizaron los estudios. En total, el número de sitios registrados en Yucatán ascendió a 1 585.13 A pesar de los avances logrados, el proyecto del Atlas arqueológico nacional nunca llegó a concluirse, ya que en algunos estados no se comenzó con el registro y, en otros, sólo se obtuvieron resultados parciales. Finalmente, fue descontinuado por cuestiones presupuestales.14 13 14

Proyecto INAH-PROCEDE A mediados de la década de los 90 hubo importantes cambios en la legislación concerniente a la tenencia de la tierra en nuestro país; con las modificaciones al artículo 27 de la Constitución Mexicana y la creación de una nueva Ley Agraria, grandes extensiones de tierras ejidales obtuvieron certeza jurídica mediante títulos y certificados de propiedad con el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE), en el cual participaron instituciones como el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la Procuraduría Agraria y el Registro Agrario Nacional.

Velázquez Morlet, Adriana, et al., op. cit. Vázquez León, Luis. El leviatán arqueológico: antropología de una tradición científica en México. Tesis de Doctorado. Jalisco, CIESAS, Universidad de Guadalajara, 1995, pp. 124-128.

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INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Figura 6


INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Cuando se diseñó el PROCEDE no se tomó en cuenta el hecho de que existen lugares como playas, cuerpos de agua y sitios arqueológicos cuyo régimen de propiedad es del dominio público y que no pueden pasar a manos privadas. Ante tal situación, un par de años después de que se había puesto en marcha, el INAH implementó, a nivel nacional, un proyecto denominado INAH-PROCEDE, que tenía como objetivo principal la protección de los sitios arqueológicos, evitando que quedasen incluidos dentro de tierras ejidales que, en el futuro, se podían privatizar. Para alcanzar esa meta, era necesario establecer límites para cada sitio conocido y designar esas áreas como de protección especial antes de que concluyera el proceso de certificación de cada ejido. Una labor tan ardua parecía imposible de concretarse en todo el territorio nacional, sobre todo considerando las grandes limitaciones que tiene el INAH. Cuando el proyecto comenzó a operar en Yucatán, el PROCEDE tenía un avance cercano a 50%, por lo cual fue necesario diseñar una metodología que permitiera avanzar rápidamente y en forma simultánea en distintos ejidos. Se estableció un procedimiento en tres etapas de trabajo a realizarse de manera individual en cada núcleo agrario: la primera consistió en el análisis de cartas topográficas escala 1:50 000 publicadas por el INEGI, en las cuales se plasmaron los polígonos de cerca de 370 ejidos, así como las ubicaciones de todos los sitios arqueológicos registrados por los dos 152

Vol. 2, núm. 2

atlas anteriores, así como por los demás proyectos regionales que se han mencionado. Tras la ardua labor de conjuntar las coordenadas de ubicación de todos los sitios hasta entonces conocidos, se obtuvo, por primera vez, una base de datos unificada que permitió saber cuáles se encontraban en qué ejidos, con lo que fue posible tomar decisiones acerca de aquellas regiones que debían ser cubiertas y en qué orden. La segunda etapa consistió en realizar recorridos en los lugares seleccionados y en el análisis paralelo de fotografías aéreas escala 1:20 000. Para establecer los límites de los sitios, se procuró elegir rasgos que fueran identificables tanto en las imágenes aéreas como en el campo, marcando mojoneras que eran ubicadas con lecturas de receptores GPS. Los polígonos resultantes debían envolver, por lo menos, al núcleo cívico-ceremonial de cada asentamiento, así como una superficie significativa del área habitacional. En ocasiones, cuando la ubicación de los sitios coincidía con las mensuras de los ejidos, se trabajó en coordinación con las brigadas de medición del INEGI, pero en la mayoría de los casos se localizaban al interior, por lo que se tuvo que laborar de forma independiente. El uso intensivo de equipos GPS en el trabajo de campo permitió un rápido avance, además de lograr la ubicación de más de un centenar de sitios que no se conocían con anterioridad, con lo cual la base de datos se incrementó hasta 1 970 sitios al final del proyecto.


Geografía

Sin embargo, aún con tales limitaciones, el proyecto INAH-PROCEDE produjo un acervo que es de mucha importancia para cualquier investigación arqueológica que se realice en Yucatán, el cual consiste en: •

15

Una base de datos con coordenadas de localización de casi 2 mil sitios hasta entonces registrados. Un juego de cartas topográficas escala 1:50 000 con todos los sitios ubicados en ellas y con los polígonos de lamayoría de ejidos que se incluyeron en el PROCEDE. Un archivo con carpetas individuales para cada ejido y los sitios delimitados en éstos, que contienen toda la documentación producida durante las tres etapas de trabajo.

Proyecto Catálogo de Ubicación de Sitios Arqueológicos en el Estado de Yucatán (PCUSAEY) Este acervo ha demostrado ser de gran utilidad para otras actividades arqueológicas, sobre todo en cuestiones relativas a la protección del patrimonio cultural. El problema es que una buena parte de la información quedó solamente plasmada en papel, en especial el juego de cartas topográficas, por lo que surgió la preocupación de poder preservar esos mapas en algún otro medio. Asimismo, existía el problema de la falta de continuidad en el registro, por lo cual era necesario crear un procedimiento para actualizar de forma constante la base de datos de ubicación de sitios. Surgió, así, el PCUSAEY con el objetivo de implementar un sistema de información geográfica (SIG) que permitiera preservar la cobertura cartográfica en un medio digital, así como mantener una actualización constante de la base de datos y facilitar la consulta del material. Se recurrió una vez más a la cartografía del INEGI, pero esta vez en forma de modelos de datos vectoriales escala 1:50 000. El problema era que estos mapas fueron calculados con base en el datum ITRF92, mientras que toda la información tenía coordenadas acordes con el datum NAD27, por lo cual cada uno de los casi 2 mil pares de coordenadas tuvieron que ser convertidos mediante

Huchim Herrera, José G., Diana Trejo y Miguel Covarrubias R. “In defense of Maya Archaeological Record: INAH-PROCEDE Experiences in Yucatan”, en: Mexicon. Vol. XX, núm. 5:91-92. Berlín, 1988.

153

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

La tercera etapa consistió en la sistematización de la información recolectada en cada ejido, produciendo la documentación necesaria para iniciar el trámite de designación de áreas de protección especial. A pesar del gran esfuerzo que implicó este proceso, sólo se pudieron proteger unos 200 asentamientos prehispánicos (aproximadamente 10% del total) ya que, por falta de recursos financieros, únicamente tres arqueólogos fueron comisionados a este proyecto para cubrir toda la entidad. Por esta misma razón, el proyecto finalizó en el 2000, cuando aún no concluía el proceso de certificación de derechos ejidales.15


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

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Figura 7

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Cobertura y modelo de datos vectoriales y puntuales de la Carta topográfica F16C53, escala 1:50 000. Proyecto Catálogo de Ubicación de Sitios Arqueológicos en el Estado de Yucatán (2005)

un programa específico. Cuando finalizó este proceso, por medio de un programa comercial SIG se creó una capa de datos puntuales que podía ser sobrepuesta a las que forman los modelos de datos vectoriales. También, se integró otra capa de información puntual que contiene topónimos y otra con datos sobre los polígonos que delimitan las áreas protegidas, creándose así un sistema que se adecua a los fines de la investigación arqueológica y que permite una actualización constante (ver figura 7). Este sistema de datos puntuales, vectoriales y poligonales puede, además, combinarse 154

con información de tipo raster, como ortofotos digitales o imágenes satelitales georreferenciadas, aumentando el potencial que tiene para facilitar investigaciones sobre temas diversos. Desafortunadamente, como ha sucedido con todos los proyectos anteriores, éste fue descontinuado por falta de recursos financieros. Sin embargo, la actualización del sistema ha podido mantenerse en forma constante, ya que en la actualidad sirve para apoyar otros estudios regionales, por ejemplo, los que ha realizado el Proyecto Izamal del INAH entre la antigua capital maya y la costa del Golfo de México, por


Geografía

Conclusiones La historia de la cartografía arqueológica de Yucatán se inició hace más de 160 años, junto con el interés científico por conocer la localización exacta de las ciudades, pueblos y caseríos donde habitaron los mayas precolombinos. El trabajo conjunto de una diversidad de investigadores durante todo ese tiempo ha generado una base de datos que hoy en día contiene las coordenadas de ubicación de más de 2 300 sitios arqueológicos en el estado. El hecho de contar en la actualidad con una base cartográfica de gran exactitud, como los modelos de datos vectoriales que ofrece el INEGI, representa una importante ventaja para los arqueólogos ya que, además de ahorrarles valioso tiempo en la elaboración de mapas, facilita la interpretación de datos al hacer posible la interrelación de atributos topográficos, de abastecimiento de agua y de distribución de suelos con la posición geográfica de los asentamientos. La tecnología del siglo XXI, cada vez más sofisticada y a la vez accesible económicamente, ofrece posibilidades para lograr mayores avances en el registro de sitios, cada vez con mejor precisión. El empleo de imágenes satelitales de alta resolución y el uso de radares permitirán, quizá a corto plazo, incrementar de manera significativa la calidad en los trabajos de prospección.

En comparación con otros estados de la República, probablemente Yucatán es donde se han logrado mayores avances en el registro de sitios arqueológicos. Aún así, falta por hacer, ya que existen muchas regiones en las que se encuentran grandes cantidades de ruinas pendientes de ser descubiertas.

Glosario Chultun. Especie de cisterna excavada en la roca caliza destinada a almacenar agua de lluvia. Consta de tres partes principales, siendo la inferior un cuerpo o reservorio en forma de botella o campana, por lo general con fondo plano y con paredes recubiertas de argamaza o estuco, ocasionalmente con figuras modeladas que representan animales relacionados con el agua. La parte media se denomina cuello y consiste en una excavación de forma cilíndrica, similar a un pozo, que comunica al cuerpo con la superficie a través de la boca, donde inicia la tercera parte, conocida como área de captación, compuesta por una depresión de la superficie del terreno cuyo centro es la boca, para canalizar el agua pluvial. La entrada de agua se controlaba por medio de un brocal, anillo de piedra con cuatro o más canales labrados que se colocaba sobre la boca para evitar la entrada de hojas u otros materiales; finalmente, se tapaba con un disco de piedra, el cual impedía que el agua se ensuciara, a la vez que permitía tener un fácil acceso al vital líquido. Aguada. Cuerpo de agua artificial excavado en grandes depresiones naturales de terreno, alimentado por sistemas de drenaje que pueden ser tanto naturales como creados por el hombre. Por lo general, presenta bordos formados con el material extraído en dos de sus 155

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

medio del cual se ha logrado incrementar el número de sitios registrados.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

orillas, mientras que en las restantes funcionan como

satélites orbitales y estaciones terrestres que permiten

sistemas de captación. En el fondo arcilloso se exca-

conocer, por medio de aparatos receptores, la posición

vaban reservas adicionales llamadas buk’té, que eran

geográfica en la que uno se encuentra.

una especie de aljibe de forma cilíndrica con muro y

UTM. Siglas para Universal Transversa de Mercator;

piso recubiertos con piedra caliza, tapados con gran-

es un sistema reticular de coordenadas que divide a la

des lajas. Se llenaban por medio de filtración del agua

superficie terrestre en unidades métricas.

almacenada en el cuerpo principal. Las aguadas artificiales se encuentran en la zona sur de Yucatán y en

INEGI. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Vol. 2, Núm 2, mayo-agosto 2006

Vol. 2, núm. 2

Datum. Proyección matemática de la superficie de la Tierra basada en cálculos esferoidales.

el noroeste de Campeche, donde las fuentes naturales

Mapoteca. Gabinete para almacenamiento, organiza-

de aprovisionamiento del vital líquido son escasas. En

ción y consulta de mapas y la información geográfica

la zona norte de la península suele confundírseles con

relacionada.

grandes cenotes de origen natural.

Núcleo cívico-ceremonial. Se refiere al conjunto arqui-

Cenote. Palabra derivada del maya-yucateco dzonot, que

tectónico principal de un sitio arqueológico, donde

se usa para referirse a fuentes naturales de agua for-

se congregan los edificios públicos más importantes

madas por fenómenos de disolución de la roca cali-

y los lugares de residencia de las clases sociales más

za, exponiendo el manto freático. Pueden ser a cielo

altas que detentaban el poder político y económico de

abierto, semejando pequeños lagos o manantiales, o

las regiones bajo su dominio.

cubiertos, en el interior de cuevas o grutas de diversas profundidades. Son más comunes en las planicies

Mensura. Brecha que divide físicamente un terreno para establecer linderos de propiedad.

del norte de la península, donde no existen ríos y el

Sistema de información geográfica. Sistema computa-

manto freático está relativamente cerca de la superfi-

rizado que permite representar datos alfanuméricos

cie que en la zona montañosa del sur donde, debido

con referencias geográficas almacenados en medios

a diferencias en las formaciones geológicas, el nivel

electrónicos como atributos geográficos puntuales,

del agua es mucho más profundo, por lo que sólo en

vectoriales o poligonales que forman capas, las cua-

escasas grutas puede encontrarse el líquido.

les, al superponerse, originan mapas con temáticas

Ciénaga. Nombre local dado a la zona inundable y de

específicas.

marismas del litoral de la península de Yucatán, con

Raster. Formato digital para imágenes de rejilla o tese-

un rico ecosistema de estuario que representa una

lar que representan la superficie terrestre, como fo-

gran diversidad de recursos alimenticios para el ser

tografías aéreas, ortofotos, espaciomapas, imágenes

humano. Además del alto potencial de apropiación de

satelitales multiespectrales o modelos de elevación

alimentos a través de la caza, pesca y recolección, la

digital.

ciénaga, desde la época prehispánica, ha sido de gran importancia para la producción de sal. GPS. Siglas en inglés para el Sistema de Posicionamiento Global, creado y mantenido por el gobierno de los Estados Unidos de América con base en una serie de 156


Informática

Cambios tecnológicos y de indicadores

en la sociedad de la información En el presente trabajo se muestran una serie de indicadores que miden las modificaciones en la sociedad y están identificados como económicos, de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), de ciencia y tecnología e industria marcada, de insumo, de producto y de innovación, que motivan a una clasificación de las actividades que formarían un cuarto sector económico en Estados Unidos de América, Japón y México (como modelo) a raíz de la importancia que está retomando la sociedad con sus cambios tecnológicos y sociales y los impactos de éstos a nivel mundial y en nuestro país.

Introducción Este trabajo surgió de la necesidad de tener un análisis sobre un tema tan de moda como lo es la sociedad de la información. Al principio no fue fácil conseguir bibliografía, tuvo que programarse un viaje a la ciudad de México con el fin de recolectar libros y documentos que fueran útiles para desarrollar las ideas preconcebidas de lo que se quería analizar; la parte

más difícil nació con la búsqueda de los indicadores que pudieran medir no sólo un cuarto sector o sector económico de la información (definido por Machlup, Martín y Brent, entre otros), sino aquellos indicadores que señalaran los impactos ocurridos en la sociedad de la información en los ámbitos de la tecnología de la información y las comunicaciones, de ciencia y tecnología e industria marcada, de insumo, de producto y de innovación.

* Doctora en Sociología. Es coordinadora de Documentación y Análisis de la Dirección General de Estadística en el Instituto Nacional de

Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Teléfono: 01 (449) 910 53 14. Fax: 01 (449) 915 38 88. Correo electrónico: guadalupe.velasco@inegi.gob.mx

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María Guadalupe Velasco Ocampo*


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Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica

Vol. 2, núm. 2

La sociedad de la información es la expresión para denominar a la actual sociedad avanzada que, con ayuda de la TIC, ha influido de manera determinante en la vida de los individuos, las familias y las relaciones sociales, así como en la configuración de la cultura con un poderoso incremento en la producción, difusión y consumo de información.

para catalogar sistemáticamente al conjunto de características comparables.

La explosión y revolución de la información está estrechamente relacionada con el crecimiento exponencial de la ciencia y la tecnología, convertidas en las fuerzas productivas más importantes de la sociedad moderna.1

extendió a las operaciones de la inteligencia el concepto de división del trabajo, un concepto que Adam Smith sólo había aplicado a las operaciones mecánicas en el seno de la fábrica, al no haber vislumbrado la ganancia de tiempo que la organización del trabajo mental podía aportar a la producción industrial.

Breve historia La idea de sociedad regida por la información se inscribe en el código genético del proyecto de sociedad inspirado por la mística del número; éste fue tomando forma en el transcurso de los siglos XVII y XVIII y entronizó a las Matemáticas como modelo de razonamiento y acción útil. La primera definición de Estadística que dio Gottfried Achenwall (1719-1772) se fraguó en la tradición de utilizar las Matemáticas como ciencia del Estado que se propone ilustrar las excelencias y deficiencias de un país, además de revelar los poderes y las debilidades de un Estado, con un método de tablas cruzadas 3 4 1 2

El procedimiento estadístico para el Censo de Población de 1725, en la Prusia absolutista, convirtió a la Estadística en una disciplina científica en la práctica burocrática. Desde 1812, Charles Babbage2 (1792-1871)

En 1851, Babbage3 comentó que las máquinas de comunicación, como el telégrafo eléctrico, servían para el intercambio libre y sin límites entre las naciones tanto de mercancías como de conocimientos, que contribuían al provecho y propiedad de todos. Más tarde, en 1853, apoyó a Adolphe Quételet4 para organizar y llevar a cabo el Primer Congreso Internacional de Estadística en Bruselas, Bélgica, donde comenzó la normalización internacional de nomenclaturas y métodos de observación estadística. Por otra parte, el irlandés George Boale, en 1854, formuló la construcción de la Informática como disciplina autónoma. En 1885 se

Heinz Hillmann, Karl. Diccionario enciclopédico de Sociología. Barcelona, Herder, 2001, p. 841. Babbage, Charles. On The Economy of Machinery and Manufactures. Londres, A.M. Kelley, 1832, p. 36. Babbage, Charles. The exposition of 1851. Londres, J. Murray, 1851, p. 50. Quételet, Adolphe. Sur I’ homme et le developpement de ses facultés ou essai de physique sociale. París, Bachelier, 1835, p. 44.

158


creó el Instituto Internacional de Estadística, reuniendo a la comunidad científica. En Estados Unidos de América, en 1890 —en el levantamiento de su censo— se utilizó, por primera vez, la máquina para tarjetas perforadas; a partir de 1896, ésta fue industrializada y comercializada. En 1911 se implementó universalmente el uso de horarios alineados con Greenwich. En 1918, la Unión Soviética empezó a utilizar la contabilidad del tiempo en sus fábricas.

A partir de la década de los años 60, el ser humano comenzó ha vivir una etapa en la que los cambios tecnológicos se sucedían a una escala y velocidad sin precedentes, con una nueva forma de organización, donde la información se convirtió en un elemento indispensable para la vida, a tal grado que se empezó a reconocer con bastante seguridad la transición de las sociedades industriales o semirrurales y de servicios a una de la información.

En la década de los años 20 comenzaron a surgir las técnicas de mercadotecnia aplicadas al consumo masivo de productos y en la propaganda de partidos políticos. En la de los 30, se empezaron a utilizar estrategias internacionales para el control de las masas a través de campañas de propaganda. En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, de la cooperación entre civiles y militares surgió el cajón de ideas (think tank), que fue la cuna del análisis de sistemas de las metodologías sobre la eficacia de los costos y del sistema de planificación, programación y presupuesto, llevado a cabo por la contabilidad y la estadística.

Autores como Daniel Bell, Anthony Giddens y Yonejí Masuda la llaman sociedad posindustrial, mientras que William J. Martín, Ruben Brent, Cecilia Salas, Heberto Reynel Iglesias, Laura Ortega Carrasco, Egbert John Sánchez Vanderkast y Machlup la denominan sociedad de la información. En 1962, Machlup5 cambió las actividades de comunicación e información del sector servicios y manufacturas a otro de información con el fin de que, posteriormente, se pudiera tener un sector completo de información o cuarto sector.

En 1957, la entonces Unión Soviética lanzó al espacio su satélite Sputnik, que vino a cambiar las comunicaciones al agilizar el intercambio de información entre una parte del globo y la otra, así como al mandar señales a los televisores, a los teléfonos celulares, a las bolsas de valores, a los periódicos, etcétera.

Bell6, en 1960, hizo un análisis de cómo estaba cambiando el sector industrial y las modificaciones generadas en los mismos a causa del empleo de la tecnología de la información y las comunicaciones; también, observó que las actividades relacionadas con la información estaban en constante aumento, además de que

5 6

Machlup, Fritz. The production and distribution of knowledge in the United States. New Jersey, Princenton University, 1962, p. 15. Bell, Daniel. El advenimiento de la sociedad post-industrial: un intento de prognosis social. Madrid, Alianza, 2001. p. 578.

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Informática


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empleaban a un gran número de personas que generaban un alto porcentaje del producto interno bruto (PIB). Marc Porat7, en 1997, demostró que el índice más alto del PIB era producido por trabajos vinculados de una u otra forma con la producción, el procesamiento y la distribución de la información. Porat analizó actividades de información porque consideraba que éstas se consolidaban para formar un nuevo sector económico. En esta misma línea de trabajo, Manuel Castells8, en 1994, afirmó que el tercer sector económico (servicios) sentó las bases para el desarrollo de un cuarto, el de la información, pero para que esto pudiera ser posible se requería de la presencia de tres postulados: • Las fuentes de información y el crecimiento del conocimiento tuvieron que extenderse a la actividad económica a través de los procesos de información. • La actividad económica de la producción de servicios y la decadencia del empleo agrícola, seguida por una caída del empleo manufacturero, debieron generar una gran proporción de empleos para el sector de servicios. • La nueva economía pudo incrementar la importancia de ocupaciones con una alta información y contenidos de conocimientos

Vol. 2, núm. 2

o profesiones administrativas y ocupaciones técnicas, las cuales han tenido la posibilidad de crecer mucho y constituir una nueva estructura social. En foros internacionales, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)9 y la Comunidad Europea (CE) han enfocado el tema desde las perspectivas de tres actores: • Japoneses. Para ellos, la sociedad de la información es avanzada y cuenta con una sofisticada infraestructura de telecomunicaciones, así como con un sector tecnológico de información y una amplia red de comunicaciones que influirán en el aspecto económico y cultural. Yoneji Masuda10, su representante, considera que en una sociedad el sector de actividad más importante está constituido por la industria de la información. Para él, la computadora debe emplearse en beneficio de la sociedad aunque el bienestar nacional bruto se haya convertido en el objetivo de dicha industria, en lugar del aumento en el producto nacional bruto. • Estadounidenses. Para los americanos como Nick Moore11, el cambio tecnológico ha alterado profundamente la naturaleza y el carácter central de la actividad industrial en la sociedad. En los sectores primario y secun-

Porat, Marc Uri. The information economy: definition and measurement. Washington, DC, Government Printing Office, 1977, p. 78. Castells, Manuel y Aoyama Yuko. “Paths towards the informational society: employment structure in G-7, countries, 1920-1990”, en: International Labour Review. Vol. 133, num. 1. Geneve, International Labour Organization, 1994, p. 6. 9 OCDE. Measuring the Information Economy. París, OCDE, 2002, p. 28. 10 Masuda, Yoneji. La sociedad informatizada como sociedad post-industrial. Madrid, Fundesco Tecnos, 1984, p. 7. 11 Martin, William J. The Global Information Society. Londres, Aslib, Gower, 1997, p. 42. 7 8

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Informática

En México, el tema de la sociedad de la información ha sido abordado por muy pocos autores, entre los que se encuentran Heberto Reynel Iglesias y Cecilia Salas13, quienes consideran que dicha sociedad se da cuando la mayor parte, o más de 50%, de la población económicamente activa (PEA) labora en actividades relacionadas con la producción, comercialización y sistemas de información. Asimismo, las actividades relacionadas con la información generan la mayor parte del PIB en economías como la de Estados Unidos de América, más no en la de México. Egbert Sánchez Vanerkast, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad

Nacional Autónoma de México (UNAM), y un grupo de profesores del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas de la UNAM, presentaron en el 2000 el proyecto Hacia la Sociedad de la Información en México y Joel Estudillo García14, además de hacer una revisión teórica de las principales líneas de investigación, planteó el establecimiento de la división de labores en el sector de la información en México.

Perspectiva e indicadores La OCDE ha enfocado el tema de la sociedad de la información y los cambios tecnológicos de las siguientes perspectivas (en México se comienzan a aplicar algunos de estos indicadores): Económicas La información y comunicación como claves en los cambios tecnológicos del factor económico, que incluyen servicios que proporcionan comodidad, valor agregado, empleo y educación en la sociedad de la información (ver cuadro 1). Cuadro 1

Continúa

a) Recursos para la economía de la información: • Inversión en equipo de cómputo y software. • Consumo e inversión de bienes y servicios (teléfono, telefax, audiovisual y fotografía). • Patentes de TIC como un porcentaje del total de patentes. • Ocupaciones y habilidades en la economía de la información (total de computadoras relacionadas con la ocupación, otras TIC de altas habilidades relacionadas con la ocupación, TIC de ocupaciones de bajas habilidades).

Moore, Nick. “La sociedad de la información”, en: Reporte Mundial sobre Información 1977-1998. Nueva York, UNESCO, 1998, p. 289. Reynel, Heberto y Cecilia Salas. “El sector de la información en México: políticas e instrumentos para el desarrollo económico”, en: Información: Producción, Comunicación y Servicios. Vol. 1, núm. 3. México, UNAM, 1991, p. 6. 14 Estudillo García, Joel. La sociedad de la información en México: una aproximación. Tesis. México, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2000, p. 9. 12 13

161

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dario, la mano de obra ha sido reemplazada por máquinas y se ha perdido un gran número de empleos por la automatización. • Europeos occidentales. En voz de William J. Martin12, los criterios que deben considerarse para el desarrollo de una sociedad de la información son: - Tecnológico: la tecnología al servicio de oficinas, fábricas, escuelas y hogar. - Social: la información como un factor para mejorar la calidad de vida. - Económico: como fuente de valor agregado y empleo. - Político: un aumento de la participación y conciencia ciudadana. - Cultural: promoción de valores.


Boletín de los Sistemas Nacionales Estadístico y de Información Geográfica Cuadro 1

Concluye

b) El sector TIC: • Compartir las actividades producidas por la TIC en el sector agropecuario. • Tamaño y crecimiento del sector TIC. • La contribución del sector TIC al crecimiento del empleo. Investigación y desarrollo en industrias TIC seleccionadas. • La contribución del sector TIC al comercio internacional. • Exportaciones del sector TIC: compartidas en el total de exportaciones y su composición.

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• Comercio especializado de TIC y avance comparativo (índice TIC de exportación especializado, índice de propensión a la importación, índice TIC de especialización dentro de la industria). • Empresas foráneas afiliadas en el sector TIC.

c) Acceso y uso de las tecnologías de información: • Telecomunicaciones netas. • Infraestructura de Internet. • Acceso del TIC en los hogares. • Uso de Internet por los individuos. • Acceso y uso de Internet en los negocios. • Acceso y uso de Internet por tamaño y tipo de industria. • Barreras percibidas al acceso y uso de Internet en el sector de los negocios (porcentaje de computadoras utilizadas con 10 o más empleados, barreras de precios por tamaño de la empresa, negocios y personal calificado, seguridad y tamaño de la empresa, beneficios no obtenidos con el uso de Internet). • El precio para el acceso y uso de Internet.

d) Comercio electrónico: •Infraestructura para el comercio en Internet.

Vol. 2, núm. 2

TIC15 En esta perspectiva, los indicadores fueron preparados por la OCDE bajo la supervisión del secretario de este organismo para tener un conjunto de fuentes estadísticas que permitieran medir de manera consistente una definición internacional del sector de la tecnología de la información y de las comunicaciones (ver cuadro 2). Cuadro 2 Comparación entre países:

• El empleo en el sector TIC.

• Contribución de todos los negocios al sector del empleo. • Distribución del empleo TIC por sector industrial. • Distribución industrial del empleo TIC en los países miembros de la OCDE. • Valor agregado en el sector TIC. • Valor agregado como una parte de la producción en el sector TIC. • Valor agregado al promedio de empleo en el sector TIC. • Contribución a todo el sector negocios del valor agregado. • Distribución industrial del valor agregado al TIC. • Distribución industrial del valor agregado al TIC en los países miembros de la OCDE. • Investigación y desarrollo, gastos en el sector TIC. • Promedio de industria y desarrollo al valor agregado en el sector TIC.

• Medición de transacciones comerciales electrónicas.

• Contribución de industria y desarrollo a todos los negocios del sector.

• Internet y transacciones comerciales electrónicas (uso de Internet en los negocios de compra y venta).

• Distribución industrial del sector TIC al de industria y desarrollo.

• Internet y transacciones comerciales electrónicas por los consumidores (ventas en Internet compartidas por tipo de cliente).

• Innovaciones del sector TIC.

• Transacciones en Internet por producto y origen.

• Comercio internacional en el sector TIC. • Contribución de todos los negocios al sector comercio.

• Manejo y barreras del comercio en Internet.

e) TIC en la educación y el gobierno: • Promedio de estudiantes con acceso a las computadoras en educación secundaria, porcentaje de estudiates de secundaria que usan computadoras, razones para no utilizar computadoras en la secundaria y pocentaje de estudiantes mayores de 15 años que usan computadora en la escuela al menos una vez a la semana. • Acceso y uso de Internet y sitio web en los gobiernos de diferentes países.

Ciencia, tecnología e industria marcada16

Aquí, los indicadores son comparables a nivel internacional para que sirvan de análisis de las tendencias en el conocimiento económico de la ciencia, la tecnología y la industria y son desarrollados por la OCDE (ver cuadro 3).

OCDE. Measuring The ICT Sector . París, OCDE, 1998, p. 151. OCDE. Science, Technology and Industry Scoreboard. Towards a Knowledge-based Economy Science and Innovation. OCDE, 2001, pp. 146212.

15 16

162


Informática Continúa

Cuadro 3

Concluye

a) Midiendo la inversión en conocimiento:

• La contribución del sector TIC a los negocios internacionales.

• A través del conocimiento basado en la economía (inversión en conocimiento, crecimiento y formación de capital mixto).

• Uniones sin fronteras, adquisiciones y alianzas en el sector TIC.

• Tendencias en el gasto doméstico en investigación y desarrollo (IyD).

d) Integración global de la actividad económica:

• Financiamiento y difusión de la IyD.

• Negocios internacionales.

• Exposición a la competencia internacional de negocios por industria.

• Negocios IyD. • Negocios IyD por industria.

• Inversión extranjera flotante directa.

• Investigación y desarrollo en industrias y patentes seleccionadas TIC.

• Uniones sin fronteras y adquisiciones.

• Negocios investigación y desarrollo por tamaño y clase de las firmas.

• Actividad de afiliados extranjeros en manufacturas. • Actividad de afiliados extranjeros en servicios.

• Esfuerzos de colaboración entre los negocios y el sector público. • Difusión de investigación y desarrollo por la educación superior y el sector gubernamental.

• Internacionalización de industrias IyD. • Alianzas estratégicas internacionales entre firmas. • Dueños de inventos sin fronteras.

• Fundamentos públicos de biotecnología y patentes investigación y desarrollo.

• Cooperación internacional en ciencia y tecnología.

• Medio ambiente investigación y desarrollo en el presupuesto gubernamental.

e) Diferencias en el ingreso y productividad en la OCDE:

• Salud relacionada a IyD. • Investigación básica. • Defensa de la IyD en el presupuesto gubernamental. • Tratamiento de impuestos de la IyD. • Capital de riesgo. • Recursos humanos.

b) Recursos humanos en ciencia y tecnología: • Tendencias en investigaciones.

• Movilidad internacional de capital humano. • Movilidad internacional de estudiantes. • Innovaciones, gastos y ventas. • Aplicación de patentes a la Oficina de Patentes Europeas (OPE). • Patentes familiares. • Publicaciones científicas.

c) Inversión en TIC: • Inversión. • Gastos.

• Ocupaciones y capacitaciones en la economía de la información. • Infraestructura para la economía de la información. • Infraestructura en Internet.

• Balance tecnológico de pagos.

• Ingreso y niveles de productividad.

• Cambios recientes en el crecimiento productivo. • Productividad laboral por industria. • Industrias de tecnología y conocimiento intensivo. • La estructura de las economías de la OCDE. • Negocios internacionales por intensidad tecnológica. • Negocios internacionales en las industrias de alta y media-alta tecnología. • Ventajas comparativas por intensidad tecnológica.

En las perspectivas de insumos, productos e innovación, la Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología plantea otro tipo de indicadores que también entrarían en el sector de la sociedad de la información (ver cuadro 4). En México se desarrollan los propios, algunos de los cuales pueden coincidir con éstos.

• Uso de Internet y horas gastadas en línea. • Acceso y uso de Internet por los hogares e individuos. • Acceso a Internet por tamaño e industria. • Transacciones en Internet y comercio electrónico. • El precio de uso y acceso a Internet. • Tamaño y crecimiento del sector TIC. • La contribución del sector TIC al crecimiento del empleo.

Propuesta de clasificación de actividades Machlup y Porat en Estados Unidos de América, Masuda en Japón y el Sistema de Clasifica163

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Cuadro 3


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ción Industrial de América del Norte (SCIAN) en México han establecido la homologación de las actividades económicas y/o productos y servicios que formarían un sector de la información, o Cuadro 4

1. Indicadores de insumo:

Continúa

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a) Recursos financieros: •

Gasto en ciencia y tecnología (CyT).

Gasto en CyT en relación con el PIB.

Gasto en CyT por habitante.

Gasto en CyT por investigador.

Gasto en CyT por tipo de actividad.

Gasto en CyT por sector de financiamiento.

Gasto en CyT por sector de ejecución.

Gasto en CyT por objetivo socioeconómico.

Personal de CyT.

Investigadores cada mil integrantes de la PEA.

Personal de CyT por género.

Investigadores por sector.

Investigadores por disciplina científica.

Investigadores por nivel de formación.

Graduados (titulados de grado).

Graduados: de maestrías o equivalentes.

Graduados universitarios: doctorados.

b) Recursos humanos:

2. Indicadores de producto: a) Indicadores de patentes: •

Solicitudes de patentes.

Patentes otorgadas.

Tasa de dependencia.

Tasa de autosuficiencia.

Coeficiente de invención.

Publicaciones registradas en SCI (investigación).

Publicaciones registradas en PASCAL.

Publicaciones registradas en INSPEC.

Publicaciones registradas en COMPENDEX.

Publicaciones registradas en CA.

Publicaciones registradas en BIOSIS.

b) Indicadores bibliométricos:

Cuadro 4

Vol. 2, núm. 2

Concluye

Publicaciones registradas en MEDLINE.

Publicaciones registradas en CAB.

Publicaciones registradas en ICYT.

Publicaciones registradas en IME.

Publicaciones en PERIODICOS.

Publicaciones en CLASE.

Publicaciones en SCI (investigación) por habitante.

Publicaciones en SCI (investigación) en relación con el PIB.

Publicaciones en PASCAL en relación con el PIB.

Publicaciones en SCI (investigación) en relación con el gas to en IyD.

Publicaciones en PASCAL en relación con el gasto en IyD.

Publicaciones en SCI (investigación) cada 100 investigadores.

Publicaciones en PASCAL cada 100 investigadores.

Indicadores de innovación seleccionados.

3. Indicadores de innovación:

cuarto sector en estos países, lo cual podría servir como base a nivel mundial, y con el fin de comparar éstos, entre las diferentes naciones, se aplican indicadores, como los mencionados con anterioridad:17 • En Estados Unidos de América:18 teléfono y telégrafo; máquinas de escribir; computadoras; fotocopiadoras; educación en el hogar, el trabajo y la Iglesia; educación escolar, elemental y profesional; escuelas comerciales y vacacionales; profesores particulares; bibliotecas; libros y folletos; editoriales; periódicos y revistas; programas de cómputo; fotografías y fotógrafos; radio y televisión; telecomunicaciones; servicio postal; agentes de bienes raíces; notarías; auditorías; administración; autores; finanzas y gobierno.

La diferencia entre un indicador y un clasificador es que el primero es cuantificable, o sea, que el fenómeno observado se puede medir y servir de prueba en la medición de la existencia de relaciones teóricas. El segundo es la ordenación de los elementos de un conjunto, en este caso de actividades, clasificados según ciertos criterios establecidos. Los indicadores miden y los clasificadores acomodan. 18 Machlup, Fritz. Op. cit., p. 20. // Porat, Marc Uri. Op. cit., p. 80. 17

164


Informática

19

Industrias éticas: privadas (filósofos, líderes religiosos y profetas), religiosas (grupos religiosos, iglesias, órdenes místicas y templos) y cultivo del espíritu (centros de cultivo del espíritu, grupos de servicios voluntarios, caligrafía, yoga, esgrima, reiki y ceremonia del té).

• En México:20 edición de periódicos, revistas, libros y similares; fabricación, ensamble y reparación de procesamiento informático y de equipo, y aparatos para comunicación, transmisión y señalización; fabricación de partes y refacciones para equipo de comunicaciones; fabricación y ensamble de radios, televisores y reproductores de sonido; fabricación de componentes y refacciones para radios, televisores y reproductores de sonido; fabricación y reparación de máquinas fotocopiadoras; comercio al por mayor de computadoras y sus accesorios, al por menor de libros y periódicos y revistas; servicios postales de mensajería, telefónicos, de casetas telefónicas, telegráficos, otros de telecomunicaciones y de alquiler de equipo electrónico para el procesamiento informático; servicios públicos y privados de educación primaria, secundaria, media superior, superior, y que combinan los niveles de enseñanza pre escolar, primaria, secundaria, media superior y superior, así como de educación especial; servicios de enseñanza comercial e idiomas, de capacitación técnica, oficios y artesanías y de educación por parte de profesores particulares; servicios

Masuda, Yoneji. Op. cit., p. 46.

20

Estas actividades se encuentran en: INEGI. Censos Económicos. Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte. México, INEGI, 2002, pp. 183-186, 217, 232, 261-277, 306-310, 317, 325-340.

165

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• En Japón:19 − Industrias de la información: privadas (investigadores, escritores, analistas de crédito, investigadores de opinión), gráficas y editoriales (impresores, fotocopiadores, encuadernadores, editores y reprógrafos), publicidad y prensa (periódicos, agencias de noticias, revistas, empresas de publicidad y relaciones públicas), servicios y procesados (centros de procesos de datos, bancos de datos, empresas de software y servicios de tiempo compartido) y equipo (rotativas, ordenadores, terminales, máquinas de escribir y copiadoras). − Industrias del conocimiento: privadas (abogados, contables, consultores, asesores y diseñadores), de investigación y desarrollo (centro de ideas, títulos de investigación y empresas de ingeniería), de la educación (escuelas, cursos por correspondencia, seminarios y bibliotecas) y equipos (calculadoras electrónicas, equipos de investigación y materiales de enseñanza). − Industrias de las artes: privadas de información efectiva (novelistas, compositores, cantantes, pintores, fotógrafos, promotores y productores), servicios de información efectiva (grupos teatrales, orquestas, productoras de cine, empresas de televisión, cines y casas de discos) y equipos de información efectiva (equipos fotográficos, instrumentos musicales, de filmación, de grabación y televisión).


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públicos de educación elemental y media terminal; servicios públicos y privados de investigación y desarrollo científico; producción y transmisión privada de programas de radio; producción, transmisión y repetición de programas de televisión; servicios privados; servicios de autores, compositores y otros artistas independientes, privados; emisiones públicas de radio y televisión; servicios públicos y privados de bibliotecas, museos, jardines botánicos y similares; servicios de bufetes jurídicos, de contaduría y auditoría, de análisis de sistemas y procesamiento informático, de agencias noticiosas, así como de fotocopiado y similares.

Impactos Tanto a nivel mundial como en México, con el uso de tecnologías en la sociedad de la información, éstos son los siguientes: • Un impacto se da entre la mayor división de países y de individuos, los altamente calificados con tecnología de vanguardia y los desempleados o no poseedores, en otras palabras, entre los ricos del norte y los pobres del sur. • El poder que da la información lo puede centralizar el gobierno o la empresa privada, o bien, cuando la información se descentraliza y se comparte hay democracia. • El trabajo en casa puede aumentar, aunque no las prestaciones, porque muchas veces los empleados no tienen las mismas prestaciones que los que van a la oficina. 166

Vol. 2, núm. 2

• La política ha sido afectada al tener los medios de comunicación mayor información, lo que puede contribuir, en algunos casos, a una democracia participativa. • También, está desempeñando un papel de di-

solución o cambio en la estructura del empleo y en la relación con organizaciones, como los sindicatos y partidos políticos. • Una sociedad sin fronteras o globalizada a través de las comunicaciones electrónicas o Internet y la creación de redes mundiales simboliza el triunfo de la economía de mercado y la liberalización del comercio internacional. Las telecomunicaciones y la mundialización de la información han provocado, a su vez, una globalización de la economía, que se ha constituido, por primera vez en la historia, como un modelo económico universal, de tal forma que la innovación, la competencia y la cooperación son esenciales dentro de un mundo donde el proceso de cambio es persistente y muy rápido. • La preocupación acerca del impacto que tendrá la nueva tecnología en el trabajo de oficina se ha centrado en cuatro aspectos principales: la probable disminución de las oportunidades de empleo, la calidad de los trabajos que aún perduren, los posibles peligros para la salud y la seguridad asociados con las pantallas de visualización, y el temor de que la computadora tenga un efecto adverso en las relaciones sociales dentro de la oficina. • Los nuevos empleos son más técnicos y exigen un nivel más alto de habilidades y adiestramiento discrecionales; también, producen mayor satisfacción laboral y proporcionan a


Informática

• En la educación, el cambio se manifiesta en el uso de la computadora para dar clases, o bien, al buscar información relevante a través de Internet. • En la salud, cuando se consulta a un médico

mediante la red para que atienda algún padecimiento del paciente, o bien, si se utiliza la tecnología para que los médicos tengan intercambio de conocimientos. • Muchos autores hablan sobre el regreso a los pequeños pueblos, ya que se podrá trabajar en casa a través de Internet, o bien, consultar a un especialista o estudiar alguna carrera o diplomado sin tener que salir de casa, con la ventaja de tener un ahorro en combustible y tiempo de traslado, pero un aislamiento del individuo y una menor socialización.

Conclusiones La sociedad de la información está ligada al desarrollo de las tecnologías de la información que surgieron en la década de los años 60. El impacto de éstas ha sido de gran trascendencia, pues casi no hay campo de la actividad humana donde su presencia no sea palpable y no haya provocado cambios en la estructura social, económica, política, de salud y educativa. Por otra parte, puede decirse que las tecnologías de la información están creciendo, por lo que el interés gubernamental debe estar presente para planificar y evaluar hacia dónde vamos y rediseñar políticas y estrategias de modernización que traten de planear proyectos a 167

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los empleados una visión más amplia de todas las operaciones de la compañía. En cuestión de dinero, los bancos han desarrollado constantemente nuevas formas de mover más rápido los fondos entre ellos mediante el uso de computadoras y de procesos electrónicos, en lugar de utilizar mensajeros y documentos. El código de barras utilizado en las tiendas para marcar los precios acelera el proceso de cobro y reduce la mano de obra y sus costos. En cuanto a las compras desde el hogar, quienes más han utilizado este sistema son las personas de la tercera edad y los discapacitados que se ven obligados a quedarse en casa. El desempleo es un impacto notable, ya que la tecnología está reduciendo la demanda de mano de obra en toda suerte de áreas y de muchas maneras. La propia industria ofrece un volumen de empleo bajo; la violenta sacudida en las industrias del acero y automotriz ha sido mucho mayor de lo que se esperaba, se han creado empleos en los servicios, pero no los suficientes; la manufactura los ha reducido debido a la competencia extranjera y la adopción de métodos automatizados. La sociedad de la información también ha creado una serie de delitos, como el robo de dinero a través de tarjetas bancarias, meter información en programas ajenos, borrar memorias de las computadoras, introducir virus en las computadoras, etcétera. Todo ello ha dado lugar a la contraparte para poder resolver los problemas creados por los hackers.


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futuro y tener menos dependencia de los países desarrollados.

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También, es importante utilizar las nuevas tecnologías para tratar de distribuirlas en áreas rurales, lo cual ayudaría a mejorar o equilibrar las áreas geográficas en el país y su alta concentración de actividades en zonas urbanas. Si se planteara la posibilidad de que en el país se haga extensiva y consolide una sociedad de la información —ya que, actualmente, existen los indicadores para medir el cuarto sector, pero faltaría un marco jurídico y político en el que se desarrollara— sería necesario: • Formular e implementar una política de información. • Institucionalizar el sector de la información en el SCIAN (en sus apartados correspondientes al sector de la tecnología e información). • Identificar las actividades que están en el sector de la información y clasificarlas como tal. • Que el Poder Ejecutivo tenga objetivos claros y defina su papel dentro de la sociedad de la información. • Que se establezca un marco jurídico y político en el cual se desarrolle el cuarto sector.

Otras fuentes Brugger, Walter. Diccionario de Filosofía. España, Alianza, 2000. Caridad Sebastián, Mercedes. La sociedad de la información. España, Universidad Carlos III, 1999. 168

Vol. 2, núm. 2

Castells, Manuel. La sociedad red. México, Siglo XXI, 2002. Comunidad Europea. La sociedad de la información. Luxemburgo, Oficina de Publicaciones Oficiales de la Comunidad Europea, 1996. De la Mota, Ignacio. Enciclopedia de la comunicación, artes y ciencias técnicas. México, Noriega, 1994. Fernández Vázquez, Emilio. Diccionario de derecho público: administrativo, constitucional y fiscal. Buenos Aires, Astrea, 1981. Forester, Tom. Sociedad de alta tecnología. México, Siglo XXI, 1992. Forrester, Viviane. El horror económico. México, Fondo de Cultura Económica, 1997. Giddens, Anthony. Consecuencias de la modernidad. Alianza, Madrid, 1994. INEGI. Programa de Desarrollo Informático 2001-2006. Aguascalientes, México, INEGI, 2002. La Fontaine, Henry y Ottlet, Paul. “La vie internationale et l’effort pour son organisation”, en: La vie internationale. Vol. 1, Fasc. 1. Bruselas, 1912. Ottlet, Paul. La societé intellectuelle des nations. París, Alcon, 1919. El tratado de documentación: el libro sobre el libro: teoría y práctica. Murcia, Universidad de Murcia, 1996. Larousse. Pequeño Larousse Ilustrado. Diccionario enciclopédico. México, Ediciones Larousse, 1999. Shannon, Claude Elwood. Teoría matemática de la comunicación. Madrid, Forja, 1981. Sillis, David, L. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales. Madrid, Aguilar, 1979. Teodorson, George y Achilles G. Teodorson. Diccionario de Sociología. Buenos Aires, Paidós, 1992. Tönnies, Fernand. Comunidad y asociación: el comunismo y el socialismo como formas de vida social. Barcelona, Península, 1979.


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