Nº 01 - Septiembre 2013
En este número contamos con las siguiente colaboraciones: Cristina Goñi Javier Iriarte Idoia Arruabarrena Pilar Gómez Garbiñe Muruzábal Javier Alegría Maite Matamala... y nos gustaría contar también con las vuestras, porque todos tenemos muchas cosas que contar y difundir a la comunidad.
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INDICE Y CONTENIDOS
PÁGINA
Presentación.
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Comienzo del curso.
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Periodo de adaptación.
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El día que conocí la Escuela Infantil de Baztán.
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Desde Gure Haur Eskola 03 recomendamos...
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El rincón del cuento: la luna más hermosa.
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Rincón de las familias.
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Rincón de prensa.
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PRESENTACIÓN: GURE HAUR ESKOLA 0-3 Por Cristina Goñi Echenique
Presentación de la publicación, objetivos, invitación a las colaboraciones de las familias...
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HEMOS COMENZADO EL CURSO Por Garbiñe, Maider, idoia...
Artículo sobre el comienzo del curso, cómo ha sido, previsiones... todo aquello que pueda ser de interés para contarles a las familias.
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Seguimos con el comienzo del curso...
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EL PERIODO DE ADAPTACIÓN Por Maite Matamala García (1) 1: INICIACIÓN Comenzamos un nuevo curso y no podemos dejar de abordar el tema fundamental en estos días: el periodo de adaptación. En los últimos años todos los que estamos en educación, no solo el ciclo de edad 0-3 años, tratamos la adaptación de los niños a los centros dándole la importancia que tiene. En el pasado este tema no se tenía tan en cuenta; esa necesidad que tienen los niños de incorporarse a la escuela de manera paulatina, atendiendo a la individualidad de cada alumno, tener muy en cuenta las edades tan tempranas que tienen los niños cuando comienzan su andadura escolar, la primera separación de los padres con sus hijos y la incorporación de un medio conocido al mundo social. El periodo de adaptación lo viviremos de manera intensa todos: niños, padres y educadores. El niño será el protagonista, el que tendrá que pasar el proceso; tendrá la ayuda de todos, pero no lo podremos pasar por él. Este proceso de adaptarse a un mundo nuevo para el niño es muy intenso, y deberemos entender y comprender que tendrá reacciones casi desconocidas para nosotros, porque estará utilizando recursos y estrategias para expresar sus emociones. Por lo tanto nuestra primera clave es fundamental: estar relajados tanto padres como educadores; este consejo se lo recordaremos a los padres durante el tiempo que dure la aventura, porque no solo se adapta el niño, sino también la familia y especialmente la madre, ya que generalmente es ella la que hasta ese momento se encontraba al cuidado del niño. El niño necesitará seguridad para aceptar la separación; nos parece interesante y necesario acudir poco tiempo cada día, sin prisas, hasta que vaya teniendo confianza poco a poco. Observaremos sus reacciones e iremos valorando su satisfacción, alargando progresivamente su estancia en la Escuela hasta completar el horario. Los educadores tendremos un papel muy importante en este proceso de adaptación, porque necesitamos estar preparados, para comprender lo que están viviendo los niños y familia. Cuidaremos el acercamiento a cada niño, y observaremos las diferentes maneras de ser y estar de cada uno; será en ese momento cuando más relevancia tendrá la individualidad, porque cada niño es irrepetible y esta es una premisa, que en el periodo de adaptación nos ayudará a los profesionales en este proceso. Otro aspecto a cuidar será la relación con los padres: tenerles informados, contar lo que hace su hijo, cómo reacciona ante los momentos de juego, las emociones que haya manifestado ese día, si ha jugado con algún niño, si ha sonreído a la educadora, si ha expresado alegría al escuchar las canciones infantiles que se cantan en la Escuela Infantil…
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Será necesario, además, en este periodo cuidar especialmente la información sobre los temas, que más suelen preocupar a los padres, como son la comida y el sueño. Al niño le facilitaremos el poder mirar y observar los espacios, los juguetes, los compañeros, los educadores... A veces serán los juguetes el vínculo preferido para algunos niños, siendo su deseo acudir a la Escuela para jugar con ellos. Para otros el adulto será el vínculo escogido, por lo que requerirá de su presencia y atención. En definitiva, el periodo de adaptación será un momento esencial del curso escolar, que requerirá mucha energía y buen hacer por nuestra parte, sin olvidar que una buena planificación y organización será fundamental para que sea satisfactorio. A todos los profesionales, os deseamos un buen comienzo de curso y mejor periodo de adaptación. 2: EL TIEMPO LÓGICO Y CRONOLÓGICO Cada curso, todos los niños se tienen que adaptar, unos porque acuden por primera vez a la Escuela, otros porque cambian a una clase diferente; con una nueva educadora y nuevos compañeros. Habrá, por tanto, novedades para conocer, comprender y superar. Para los que se tienen que adaptar por primera vez a la Escuela Infantil, necesitan tiempo, además de otras cuestiones que más adelante detallaré, como ayuda por parte de los adultos que deberán acompañar al niño en su proceso de adaptación. Leyendo una definición sobre el tiempo, nos dice: “El tiempo es la magnitud física, que mide la duración o separación de las cosas sujetas a cambio; esto es: el periodo que transcurre entre dos eventos consecutivos que se miden desde un pasado hacia un futuro, pasando por el presente”. El tiempo es un tema importante, donde debemos confluir niños, padres y educadores. Los niños son los que conducen el proceso; para cada niño su tiempo es lógico y para los adultos casi siempre es cronológico. El concepto tiempo es el primer desencuentro que se da entre niños y adultos: cada niño necesita el suyo, para que la Escuela forme parte de su vida y la pueda aceptar internamente. Para que los niños se adapten, necesitan conocer su nuevo entorno, ámbito diferente a lo que hasta ese momento han conocido. Necesitan tiempo para observar y conocer a esos adultos, que les reciben y les consuelan con mimos y palabras de afecto. También necesitan tiempo para conocer a sus compañeros, niños que formulan demandas como ellos; y entender que los educadores atienden y reparten esas demandas entre el grupo de niños. Esto también es nuevo para ellos, ya que en el entorno familiar las relaciones adulto-niño se establecen de diferente manera. Otro apartado por el que los niños se toman su tiempo, es el conocimiento del espacio del aula. Los nuevos colores, olores, sonidos… un mobiliario diferente, ese rincón abierto que le permite, situado en el mismo, observar toda el aula y las relaciones que se establecen entre los adultosniños o niño-niño.
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También ese otro rincón más pequeño, más acogedor y más cerrado, donde se encuentren más tranquilos y seguros; donde se puede jugar o simplemente descansar para ordenar las ideas y sentimientos. Los objetos juegan un papel muy importante en este periodo; también se necesita tiempo para descubrirlos y encontrar los preferidos de cada uno, aquellos que nos hagan pasar buenos momentos. Después de conocer, los niños necesitan comprender e interiorizar, hacer su valoración personal sobre lo que han dejado en el camino, y lo que han ganado incorporándose al mundo escolar. Estaríamos en el momento de concluir, finalizar el proceso y vivir la escuela desde otra posición. Nuestro tiempo de adultos es cronológico: tenemos que incorporarnos a la vida laboral y a veces las prisas nos apremian, y nos impide atender el ritmo que necesita cada niño, para hacerse con la vida escolar; nos corresponde como adultos tomar conciencia del tema, además de estar afectivamente implicados en el proceso, atender de igual manera los progresos y a veces los retrocesos que tienen los niños en su adaptación. Cuando el niño es capaz de dar y recibir afecto, cuando se siente lo suficientemente seguro como para mostrar su mundo emocional y acepta los ritmos de la Escuela, son datos importantes que nos indican que estamos finalizando el periodo de adaptación. Cuando termina este proceso, y el niño está adaptado, supone un enriquecimiento y un bienestar para él y para todos los que hemos permanecido a su lado; de ahí, la importancia de respetar el tiempo de cada uno. 3: EL PERIODO DE ADAPTACIÓN HA FINALIZADO El otro día me hacía la pregunta sobre si en mi Escuela había finalizado el periodo de adaptación. Mi respuesta, con algunas dudas, es que sí; la duda está en que habría que escuchar a los niños, para conocer cuál es su punto de vista con respecto al tema. Mi Escuela pertenece al tramo de edad 0-3 años, y en ella se incorporan los niños por primera vez a la vida escolar. Por ello, si quiero saber si los niños comparten la misma opinión que yo, en relación a su adaptación, tendré que escucharles. Mi aula es la de los más pequeñitos; no tienen todavía el lenguaje oral, y por lo tanto tendré que escuchar otro lenguaje que no sea el lingüístico. En el artículo anterior decía, que un indicador de que el niño este adaptado es que muestre su mundo emocional; que exteriorice lo que siente, la risa, la alegría, si se encuentra triste, si se halla irritado, si necesita estar tranquilo, o si prefiere actividad. Los educadores también hemos hecho nuestro recorrido, y nos hemos adaptado a cada uno de los niños, porque los hemos contemplado en su individualidad con los matices que conlleva y, por supuesto, los hemos mirado como grupo; y ambas miradas no son las mismas. En ese punto hemos encontrado algunas dificultades que hemos tenido que trabajar.
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Me voy a referir por ejemplo al tiempo, ese concepto subjetivo que cada uno de nosotros tenemos de él. Los niños llegan con unos ritmos individuales, de sueño, de comida, de hábitos, de juego… que poco a poco, y en el periodo de adaptación, se van adecuando a los ritmos personales del grupo: todos comemos a la misma hora, también todos juntos vamos al patio exterior, los tiempos dedicados al juego así mismo los realizamos a la vez… Por ello, si valoramos la importancia de agrupar los tiempos, tendremos que establecer una organización escolar para que la Escuela funcione. Este proceso es el que hay que cuidar al máximo; tenemos que hacerlo paulatinamente, poco a poco, sin cortes rígidos, dando tiempo a cada uno para que acepte estos cambios y los incorpore a su vida escolar. Hemos podido observar que cada niño se ha adaptado de forma distinta, porque nos han tenido a los adultos de su lado, tanto a los padres como a los educadores. Pero hemos observado diferencias, unos niños se han resistido un poco más que otros, o simplemente han necesitado más tiempo y más ayuda, para vivir la escuela de una manera positiva. Unos han pedido afecto a los educadores; a otros niños se lo hemos dado, aunque no nos lo pedían explícitamente. Han sido tantas subjetividades a observar y tener en cuenta como niños había en el aula. Los niños son los protagonistas de su propia adaptación y han tenido que atravesar un camino, en el cual han vivido muchas cosas. Han experimentado muchos sentimientos, muchos de ellos encontrados, emociones en relación a la separación por unas horas del entorno familiar, e incorporarse a un mundo nuevo que es la escuela, donde las relaciones son diferentes comparándolas con su mundo familiar. Aprender a estar en ese entorno nuevo (la Escuela) hace que los niños hayan adquirido un bagaje, que les ayudará en posteriores adaptaciones, a las que seguro se tendrán que enfrentar en su vida. La adaptación tuvo un comienzo y también tiene un final. Por eso, los adultos cuidaremos que finalice bien la aceptación interna de cada uno. Un niño bien adaptado vive la escuela como algo suyo, donde sabe que tiene un lugar porque los educadores que estamos en ella se lo vamos a dar. (1) Maestra de Educación Infantil.
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EL DÍA QUE CONOCÍ LA ESCUELA INFANTIL DEL BAZTÁN Por Javier Alegría ¿Hará tres años? Sí, por ahí, más o menos, y era un día soleado, tal como podéis ver en la portada de esta publicación: azul, espléndido. De que el Baztán es un valle realmente seductor a nadie sorprenderá; entonces, también me sedujo la Escuela. Era realmente preciosa; esa es la palabra...
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DESDE GURE HAUR ESKOLA 0-3 RECOMENDAMOS... Un libro… EL MIEDO A LA LIBERTAD, de Erich Fromm
Una obra imprescindible de este gran psicólogo, psicoanalista y filósofo alemán, en la que analiza con profundidad la situación del ser humano en nuestra sociedad industrial, donde se ha liberado de una sociedad tradicional, pasando a ser víctima del consumo innato a la nueva sociedad, la industrializada. Y como consecuencia, existe un planteamiento muy sencillo y firme: ¿qué es la libertad y qué significado tiene, en la actualidad, una vez conseguido el nuevo status moderno? Excelente ensayo, donde realiza un repaso a las diferentes formas de vida que ha ido desarrollando históricamente la humanidad, a lo largo del tiempo. Editorial Paidós ISBN: 9789501244564
Una peli… HORIZONTES PERDIDOS (1937), de Frank Capra
Un cuento, pero un cuento maravilloso, contado por uno de los más grandes directores cinematográficos, de esos que en sus películas siempre transmitía un mensaje positivo y optimista. En esta, incide en ese sueño/ideal que todos llevamos dentro: encontrar un paraíso: ese maravilloso lugar, en el que todos los hombres puedan vivir en paz y armonía, donde prime la educación y el respeto. Aquí se llama Shangri-La. Lo dicho: una deliciosa historia, para una sociedad que necesitaba (y sigue necesitando) dosis de esperanza. Ya sabéis: palomitas y a disfrutar.
Un poco de música… con Ludwig Van Beethoven
Beethoven escribió cinco conciertos para piano y orquesta, dentro de su extensa obra; cualquiera de ellos son totalmente recomendables, para pasar una de esas veladas plenas de quietud y satisfacción. Todos ellos son magníficos, y que guste uno más que otro se debe únicamente a agrados personales; para mí, dentro de mis gustos, el tercero y el cuarto son los que más me han satisfecho. Pero no deja de ser sino una elección: la música de Ludwig Van Beethoven y, dentro de su espléndida trayectoria, la que escribió para piano, es fantástica. Para disfrutarla y emocionarse.
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EL RINCÓN DEL CUENTO: LA LUNA MÁS HERMOSA Por Javier Iriarte No tenía más de 2 ó 3 años, cuando descubrí la luna; ya la conocía. La veía en el cielo, cada noche, cuando caía la luz y se ocultaba el sol; pero esta era otra luna. Mi luna estaba en la habitación. Años después descubrí que aquella “luna” no dejaba de ser sino un reflejo, de la luz que se filtraba desde el salón de estar donde estaban mis padres y que, a través de la rendija abierta (muy abierta) de la puerta de mi dormitorio, penetraba en la habitación. Y que por esas cosas imposibles de describir, aquella luz se tornaba lunar, y adquiría incluso sus mismas formas. Era mi luna. Con aquella luna las noches fueron mágicas. No estaba solo; ella y yo formábamos una alianza indestructible: ella me salvaba de situaciones complicadas y de soledades perversas; y yo le era fiel: cada noche esperaba llegar a mi habitación, para encontrarme con ella. En alguna ocasión (pocas) no había luna; no porque se hubiera ocultado (situación atmosférica que hubiera sido muy lógica, aunque complicada de producirse en una habitación), sino porque mis padres cerraban la puerta. Entonces gritaba, mis padres acudían, y volvían a dejar la puerta lo suficientemente entreabierta, como para que regresara la luna. Mi luna. Juntos conversábamos, y yo le contaba las cosas de cada día: cuando a la “seño” se le calló la bandeja de croquetas al suelo, algo que produjo una carcajada general (ella, no; nunca entendí por qué); cuando descubrimos que en una esquina del patio había bichitos que se movían solos (me dijeron que se llamaban lombrices); aquellas siestas tan entrañables, donde se oían profundos rumores (pedetes, en realidad)... Uf, muchas cosas había entre la luna y yo. Cuando alguna noche no podía dormirme, ella me susurraba canciones al oído, y más de una vez la cogía con mis manos, estrechándola entre mis brazos. Era cierto, os lo juro. ¡Y cuando me liberaba de dragones, que acechaban en mis pesadillas! Por las mañanas ya no estaba; también tenía derecho a descansar. Pero, por las noches, siempre, salvo en aquellas noches “nubosas”. Con el paso de los años, multitud de situaciones me han evoado aquellos momentos: olores, sonidos, músicas… pero siempre, cuando veo la luna cada noche, ya no en mi habitación, sino en el cielo, ella sabe que siempre tiene (y tendrá) un refugio en mi dormitorio. Ya sé que todo el mundo ve la luna; pero permitidme compartir con vosotros una certeza: esa luna era mía: la luna de mi fantasía, aquella luna forjada en mi imaginación que nacía de una luz (la sala de estar), que seguía por el pasillo de la casa y que, con esa altanería que solo la luna sabe tener, entraba en mi habitación. Y compartíamos juntos los momentos de la noche.
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No tenía más de 2 ó 3 años. ¿Cómo? Cumplí 3 años, ahora recuerdo: la luna me felicitó, iluminándose más y cubriendo con su luz toda mi habitación. ¿Qué no era la luna, sino que mis padres habían abierto totalmente la puerta de mi habitación, para ver si dormía? No; ya sé que lo pensáis, pero no fue así: era la luna. Mi luna: La luna más hermosa.
Si quisierais participar en nuestro rincón del cuento, podéis enviarnos vuestros trabajos; no importa que sean mejores o peores, ni que su escritura sea exquisita, ni que su redacción sea paladina; lo que importa es que vuestras ideas, y vuestro sueños, no se queden en un cajón abandonados. Animaros a participar; a compartirlos.
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RINCÓN DE LAS FAMILIAS: VUESTRO ESPACIO Espacio para la participación de las familias, con sus escritos, comentarios u opiniones.
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RINCÓN DE PRENSA En este espacio, publicaremos aquellos artículos que pensemos que podrían ser de interés para vosotros, y que a todos nos puedan aportar conocimiento y opiniones.
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