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Índice ABREVIATURAS Y ACRÓNIMOS..……………………………………………………………. 4 RESUMEN…………......…………......…………......…………......…………......………….......... 6 ABSTRACT………………………………………………………………………………………… 7 1. INTRODUCCIÓN……......……………………………………………………………………… 8 2. MARCO DE ANÁLISIS DE LA CONSERVACIÓN IN SITU …………...………………… 10 3. METODOLOGÍA…………..…………………………………………………………………… 12 4. RESULTADOS…………..…………………………………………………………………….... 13 4.1. MODALIDADES QUE FAVORECEN LA CONSERVACIÓN IN SITU DE LA BIODIVERSIDAD………………………………………....................................... 13 4.1.1. ÁREAS PROTEGIDAS ……………………………………………………..........13 4.1.1.2. ÁREAS DE PROTECCIÓN ESPECIAL……………………………………..…..... 18 4.1.1.3. RESERVAS NATURALES PRIVADAS………………….........……....................... 18 4.1.1.4. REGIONES DE CONSERVACIÓN…………………………….........…….……... 20 4.1.2.5. CORREDORES…………………………………………………………......... 23 4.1.2.6. HUMEDALES RAMSAR………………………………….………………… 26 4.1.2. AGROBIODIVERSIDAD: HUERTOS FAMILIARES Y CAMPOS AGRÍCOLAS CON TECNOLOGÍA TRADICIONAL…………………………………………………….. 28 4.2. CAPACIDADES NACIONALES QUE FAVORECEN LA CONSERVACIÓN IN SITU ............................................................................................... 32 4.2.1. RECURSO HUMANO……………………………………………………........... 32 4.2.2. FINANCIAMIENTO …………………….………………………………………. 36 4.3. INSTRUMENTOS DE GESTIÓN…………………………………………............... 42 4.4. MARCO INSTITUCIONAL……………………………………………………....... 45 4.5. MARCO LEGAL Y DE POLÍTICAS…………………………………………....... 54 4.6. LIMITANTES DE LA CONSERVACIÓN IN SITU…………………................... 56 5. CONSIDERACIONES GENERALES……………………………………………………........ 59 6. CONCLUSIONES..…………………………………………………………………………..… 71 7. RECOMENDACIONES…………………………………………............................................... 72 8. GLOSARIO….........……………………………………………………………………………... 73 9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………………........ 75 10. ANEXOS….........……………………………………………………………………………...... 83


Índice de cuadros Cuadro Cuadro Cuadro Cuadro Cuadro Cuadro

1. 2. 3. 4. 5. 6.

Cuadro Cuadro

7. 8.

Cuadro 9. Cuadro 10. Cuadro 11. Cuadro 12. Cuadro 13. Cuadro 14.

Cobertura ecológica del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP)....... Zonas de vida y su representación en el SIGAP....................................................... Ecosistemas representados en el SIGAP................................................................... Categorías de manejo de las áreas protegidas........................................................... Distribución de las áreas protegidas por categoría de manejo en Guatemala........... Bio-regiones para la conservación, de acuerdo a la priorización propuesta en la Estrategia Nacional de la Biodiversidad........................................................... Humedales de Guatemala adscritos a la Convención RAMSAR.............................. Vegetación más frecuente en los huertos familiares de la región de Alta Verapaz y de la región semiárida de Guatemala..................................................................... Ejemplos de relación hombre/área en las áreas protegidas del SIGAP..................... Ejemplos de los montos generados anualmente por concepto de cobro por el ingreso a las áreas protegidas................................................................................ Donantes internacionales de apoyo a la conservación in situ en Guatemala............ Entidades administradoras de áreas protegidas y humedales RAMSAR.................. Resumen de entidades nacionales y su intervención en la conservación in situ de la biodiversidad.................................................................................................... Marco jurídico y de política relativo a la conservación in situ de la biodiversidad..

14 15 16 17 18 22 27 30 33 37 40 48 53 55

Índice de figuras Figura Figura Figura Figura Figura

1. 2. 3. 4. 5.

Parque Nacional Yaxhá, Petén.................................................................................. Diagrama de perfil de un huerto familiar comercial en Chisec, Alta Verapaz......... Campo manejado con agrícultura tradicional........................................................... Taller de conservación in situ. Ciudad de Guatemala............................................... Ejemplo de huerto familiar dentro de la Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil....................................................................................

16 29 31 32

Las 14 ecorregiones terrestres de Guatemala............................................................ Áreas de protección especial del SIGAP................................................................... Especies de prioridad para los proyectos de reforestación del PINFOR.................. Organizaciones no gubernamentalers sin fines de lucro en la conservación in situ.. Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas.............................................................. Región de conservación y desarrollo sostenible Sarstún-Motagua (RECOSMO)... Mapa de corredores biológicos y áreas protegidas del SIGAP.................................. Tramos Corredor Biológico del Caribe..................................................................... Corredor Reserva de Biosfera Sierra de las Minas-Biotopo del Quetzal Mario Dary... Corredor Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic-Reserva de Biosfera Sierra de las Minas.................................................................................................... Propuesta del Corredor Biológico del Sur (COBIOSUR)......................................... Cadena Volcánica occidental y corredor biológico del altiplano guatemalteco........ Corredores en el departamento de Izabal...................................................................

83 83 84 84 86 87 88 89 89

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Anexos Anexo 1. Anexo 2. Anexo 3. Anexo 4. Anexo 5. Anexo 6. Anexo 7. Anexo 8. Anexo 9. Anexo 10. Anexo 11. Anexo 12. Anexo 13.

90 90 91 93


Abreviaturas y Acrónimos AMSA AMSCLAE AMASURLI ANAM ANACAFE ADISO ARNPG ARCAS A3K ASOREMA CATIE CCAD CDB CDC CECON COBIOSUR CONAP CONSUROC CI FDN ENB FCG FUNDAECO FUNDARY FP FNPV FONACON FOGUAMA GEF ICTA IIDESO IDAEH INAB INGUAT IPGRI IRTRA JADE MARN MINEDUC OCRET PCA PDS PINFOR PROARCA-APM PROGAL RAMSAR RNP RBM SEPRONA SIGAP SIPECIF SIG TNC TRIGOH WCS USAC USAID UVG URL

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Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Amatitlán Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Izabal Asociación Nacional de Municipalidades Avocación Nacional del Café Asociación para el Desarrollo Integral y Sostenible de Oriente Asociación de Reservas Naturales Privadas de Guatemala Asociación de Rescate y Conservación de Vida Silvestre Asociación Tercer Milenio Asociación de Organizaciones No Gubernamentales de Recursos Naturales y Medio Ambiente Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo Convenio sobre Diversidad Biológica Centro de Documentación del CECON Centro de Estudios Conservacionistas de la USAC Corredor Biológico del Sur Consejo Nacional de Áreas Protegidas Centro Universitario de Sur Occidente Conservation International Fundación Defensores de la Naturaleza Estrategia Nacional de Biodiversidad Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en Guatemala Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación Fundación Mario Dary Rivera Fundación Pro-Petén Fundación Naturaleza para la Vida Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza Fondo Guatemalteco de Medio Ambiente Global Environmental Facility Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Agrícolas Instituto de Investigaciones y Desarrollo del Sur-Occidente Instituto de Antropología, Etnología e Historia Instituto Nacional de Bosques Instituto Guatemalteco de Turismo International Plant Genetic Resource Institute Instituto de Recreación para los Trabajadores Justicia Ambiental, Empoderamiento Comunitario y Equidad Social para la Conservación de las Áreas Protegidas de la Región de Sarstún-Motagua Ministerio de Recursos Naturales y Ambiente Ministerio de Educación Oficina de Control de Áreas de Reserva Territoriales del Estado Planificación para la Conservación de Áreas Programa de Desarrollo Sostenible del Peten Plan de Incentivos Forestales Programa Ambiental Regional para Centroamérica. Componente de Áreas Protegidas y Mercadeo Ambiental Programa de Gestión Ambiental Local Convención para la Conservación de los Humedales Reserva Natural Privada Reserva de la Biosfera Maya Servicio de Protección de la Naturaleza Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas Sistema de Prevención y Combate de Incendios Forestales Sistema de Información Geográfica The Nature Conservancy Alianza Trinacional para la Conservación del Golfo de Honduras Wildelife Conservation Society Universidad de San Carlos de Guatemala United States Agency of International Development Universidad del Valle de Guatemala Universidad Rafael Landívar


Agradecimientos Este trabajo fue posible gracias a la participaciรณn y colaboraciรณn de numerosas instituciones y expertos que gustosamente proporcionaron informaciรณn y materiales. Se agradece a la

Fundaciรณn para el Ecodesarrollo y la Conservaciรณn (FUNDAECO) por proporcionar parte de los mapas para ilustrar este documento.


Resumen Guatemala es reconocido como un centro de riqueza biológica. Las 14 zonas de vida del país contienen una diversidad de ecosistemas que a la vez mantienen cerca de 7,754 especies de flora; más de 200 especies de reptiles; 651 especies de peces; más de 180 especies de mamíferos; casi 500 especies de aves residentes y 205 especies de aves migratorias; así como una alta diversidad genética de cultivares primitivos y especies cultivadas (URL/IIA/IARNA, 2004). No obstante, esta biodiversidad está siendo destruida debido al uso indiscriminado y a la presencia de una serie de amenazas de tipo antropogénico. La especie humana depende de la biodiversidad para su supervivencia (UNEP/CDB, 2001); ya que de ella se obtienen productos para la alimentación, uso medicinal, industria y otros beneficios que pueden aportar al desarrollo económico del país. Por lo tanto, es preciso implementar acciones encaminadas a garantizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad La biodiversidad en sus distintos componentes (genes, especies y ecosistemas), puede ser conservada en su medio natural o fuera de él mediante metodologías de conservación in situ y ex situ. La conservación ex situ es la conservación de los componentes de la biodiversidad fuera de su hábitat natural; mientras que, la conservación in situ es la conservación de la biodiversidad dentro de los hábitats en donde ésta ocurre naturalmente. Dentro de las modalidades de conservación in situ se encuentran las áreas protegidas en diferentes categorías de manejo. En Guatemala la conservación in situ se desarrolla principalmente a través del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). El SIGAP cuenta con 162 áreas protegidas, las cuales hacen un total de 3,357,470.26 hectáreas; extensión que constituye

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aproximadamente un 30.83% del territorio nacional. La administración y coordinación del SIGAP está a cargo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), organismo de tipo gubernamental responsable de asegurar la conservación de niveles socialmente deseables de biodiversidad. El CONAP, ha delegado la co-administración de las áreas protegidas a 6 ONG´s, 14 Municipalidades y 5 organismos gubernamentales. Las reservas naturales privadas son administradas por los propietarios de las mismas. Para efectos de este diagnóstico, la conservación in situ incluye las modalidades de humedales RAMSAR, de los cuales existen 7 adscritos para Guatemala, mismos que ocupan una extensión de 626,592 hectáreas. Los esfuerzos de conservación in situ incluyen dos regiones administrativas de conservación; tierras designadas para corredores; y, sistemas de agricultura tradicional. De los resultados obtenidos, fue posible detectar que a pesar de las fortalezas en conservación existen serias limitantes que afectan la gestión efectiva de la conservación in situ en Guatemala. Estas limitantes incluyen: escaso presupuesto Estatal asignado para el manejo de las áreas protegidas, registros escasos, poco personal capacitado y con disponibilidad para residir en las áreas protegidas, equipo e infraestructura insuficientes para atender las necesidades de control y vigilancia y la atención a visitantes, escasos recursos para atender la coordinación interinstitucional y, por ende, escasos recursos para hacer eficientes los planes y Estrategias que han sido diseñados para ordenar y orientar las acciones de manejo y uso sostenido de la biodiversidad. En este documento se describe en forma resumida las modalidades de conservación in situ en Guatemala, así como las capacidades nacionales que favorecen los esfuerzos de conservación y manejo de la biodiversidad.


Abstract Guatemala is recognized as a center of biological richness. In the country there are 14 ecological zones and 14 terrestrial ecoregions, which together maintain near 7,754 species of flora; more than 200 species of reptiles; 651 species of fish; more than 180 species of mammals; almost 500 species of resident birds, and 205 species of migratory birds. At the same time, Guatemala, along with the rest of Mesoamerica, is a center of genetic diversity for wild and cultivated crop species (URLIIA/IARNA, 2004). Nonetheless, the indiscriminate extraction of biodiversity, as well as the presence of a series of anthropogenic type threats is destroying the biodiversity at a rate higher than its own resilience can tolerate. Therefore, it is mandatory to implement actions oriented to guarantee the conservation and sustainable use of genes, species and ecosystems, as the three main components of biodiversity. Means for biodiversity conservation include in situ and ex situ methods. Ex situ conservation or “offsite� conservation is protecting threatened species of plants and animals, by placing them under the care of humans; whereas, in situ conservation is the protection of animal and plant species in their natural habitats. In situ methods include the legal protection of large natural areas in different categories, such as national parks, wildlife refuges, private lands and biosphere reserves, among others. In Guatemala, in situ conservation is developed mainly through the Guatemalan System of Protected Areas (SIGAP). The SIGAP is conformed by 162 protected areas, which altogether make 3,357,470.26 hectares; this extension constitutes

30.83 % of the national territory. In situ methods in Guatemala include 3 main biological corridors initiatives; 2 administrative conservation regions; 7 wetlands listed in the RAMSAR Convention; and various traditional agriculture systems such as home gardens and traditional cropping. The National Council of Protected Areas (CONAP) is the governmental organization legally in charge for the management and coordination of SIGAP. However, CONAP has delegated the coadministration of the areas to 6 NGO´s, 14 Municipalities and 5 more governmental organizations. Private natural lands are managed by land owners. The results of this analysis indicate that despite the efforts in biodiversity conservation, there are several shortcomings that seriously affect the effectiveness of in situ conservation in Guatemala. These shortcomings include: insufficient budget; unsuitable records; low personnel availability; insufficient equipment and infrastructure to carry out monitoring and control activities, as well as for attention to visitors; limited resources to conduct stakeholders coordination; and, therefore limited resources to effectively formulate and carry out national and site conservation planning. The content of this document include an explanation of the current situation of in situ conservation in Guatemala; a short discussion about the shortcomings is also included. The information contained in the document was gathered through interviews and questionnaires to experts and stakeholder, workshops, and secondary information revision.

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1. Introducción De acuerdo al Perfil Ambiental del 2004, Guatemala ha sido identificado como uno de los puntos más ricos en biodiversidad, que a la vez se encuentran altamente amenazados (URL/IIA/IARNA, 2004). La riqueza biológica de Guatemala está dada por su posición biogeográfica, por la existencia de 14 zonas de vida y 14 ecorregiones terrestres (Anexo 1), las cuales se dividen en una diversidad de ecosistemas (Secaira y Castro, 1999; URL/IIA/IARNA, 2004). Estos ecosistemas mantienen aproximadamente 7,754 especies de flora; más de 200 especies de reptiles; 651 especies de peces; más de 180 especies de mamíferos y casi 500 especies de aves residentes, además de 205 especies de aves migratorias (URL/IIA/IARNA, 2004). Adicionalmente, junto con el resto de Mesoamérica, Guatemala es centro de diversidad genética de cultivares primitivos y de plantas cultivadas que constituyen una serie de bienes y servicios de beneficio para la economía, la industria y la seguridad alimentaria del país (URL/IIA/IARNA, 2004). Pero, la riqueza biológica de Guatemala está expuesta a una serie de presiones y amenazas que incurren en la pérdida, la degradación y la fragmentación acelerada de la misma. Es por ello que diversas instancias tanto gubernamentales como no gubernamentales, con o sin fines de lucro, realizan esfuerzos para manejar la biodiversidad tanto en su medio natural (in situ) como fuera de él (ex situ). De acuerdo con el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), ratificado por Guatemala en 1995 según Acuerdo Gubernativo 5-95, la conservación de la biodiversidad en medios in situ es una de las medidas centrales que la sociedad debe tomar en cuenta para salvaguardar los recursos naturales de un país (Secaira y Castro, 1999). La finalidad de la conservación in situ es mantener los procesos evolutivos y el equilibrio de los ecosistemas.

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El texto del Convenio sobre Diversidad Biológica (UNEP/CDB, 2001), explica que la conservación in situ es la conservación de los componentes de la diversidad biológica dentro de su hábitat natural. Por lo consiguiente, la conservación in situ se desarrolla mediante el manejo de espacios naturales delimitados para la protección de las especies, los ecosistemas y la variabilidad genética existente. Estos espacios naturales protegidos pueden clasificarse en reservas de biosfera, parques nacionales, refugios de vida silvestre, biotopos protegidos, reservas naturales privadas, zonas de veda definitiva, áreas de protección especial y reservas de manantiales, entre otros. Dentro de las modalidades para la conservación in situ de la biodiversidad también se incluyen los humedales, los sistemas tradicionales de cultivo, los huertos familiares y los espacios designados para crear conectividad entre áreas protegidas. Estas áreas se perciben como sistemas que albergan gran riqueza biológica en todos sus niveles de organización. El proyecto Evaluación de las necesidades para la creación de capacidades en biodiversidad, coordinado por la Oficina Técnica de Biodiversidad (OTECBIO) del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), tiene entre sus objetivos evaluar las necesidades de cuatro prioridades nacionales en el ámbito de la biodiversidad, además de proponer un programa de fortalecimiento a las capacidades institucionales. En ese contexto, el presente diagnóstico, como parte del proyecto en mención, pretende dar a conocer la situación actual de la conservación in situ en Guatemala. En un primer capítulo, el documento expone una breve descripción de las modalidades de conservación in situ existentes en el país. En un segundo capítulo, el documento expone un resumen sobre las capacidades nacionales en materia de recurso humano, financiamiento, registros e


información, gestión, además del marco institucional y del marco legal relativo a la conservación in situ. El documento incluye una discusión sobre las posibles debilidades o limitantes que interfieren en la gestión efectiva de la conservación, y sobre las cuáles habrá que poner atención para garantizar el manejo adecuado la biodiversidad en el país.

La información presentada en este documento fue recopilada a través de entrevistas a expertos, cuestionarios, talleres de consulta, visitas de campo, revisión de los registros y bases de datos, revisión de presentaciones y de documentación varia.

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2. Marco de análisis de la conservación in situ El marco de análisis pretende introducir al lector en el tema central de este diagnóstico. Para el efecto, se expone la definición de conservación in situ, sus objetivos y las distintas modalidades utilizadas para desarrollar este tipo de conservación.

2.1. Definición del tema El Convenio sobre Diversidad Biológica (1993), explica que la conservación in situ es “la conservación de los ecosistemas y los hábitat naturales, y el mantenimiento y recuperación de poblaciones viables de especies en sus entornos naturales”. En otras palabras, la conservación in situ es la conservación de los componentes de la biodiversidad (ecosistemas, especies y genes) dentro de su hábitat natural. Por el contrario, la conservación ex situ es la conservación de los componentes de la biodiversidad fuera de sus hábitat naturales (UNEP/CDB, 2001).

2.2. Modalidades de conservación in situ

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protección de especies críticamente amenazadas; recursos naturales, geológicos y culturales especiales; así como germoplasma de recursos vegetales de importancia para la economía familiar y la seguridad alimentaria. Dentro de estas modalidades de conservación in situ se consideran los humedales, los sistemas tradicionales de cultivo, los huertos familiares y los corredores o espacios designados para crear conectividad entre áreas protegidas.

2.3. Objetivos de la conservación in situ La finalidad de la conservación in situ es proteger la base genética, mantener las estructuras de las poblaciones, y permitir los procesos evolutivos y el equilibrio para generar nueva biodiversidad (Baena et al., 2003; Damania, 1996). Por lo tanto, la conservación in situ no solamente protege los genes y genomas, sino también las especies y sus comunidades, el hábitat y los ecosistemas, alcanzando con ello la protección de todos los niveles de organización de la biodiversidad.

La conservación in situ de la biodiversidad se lleva a cabo en espacios naturales, delimitados para protección de las especies, los ecosistemas y la variabilidad genética existente. Estos espacios naturales protegidos o áreas legalmente protegidas, pueden clasificarse en parques nacionales, refugios de vida silvestre, biotopos protegidos, reservas naturales, zonas de veda definitiva, áreas de protección especial y otras categorías que se consideren importantes. Entre ellos se encuentran las reservas de biosfera, las cuales son áreas grandes que abarcan más biodiversidad y previenen el aislamiento de la misma (Miller, 1990).

Dependiendo de las características de la diversidad que se pretende conservar, la conservación in situ permite proteger áreas en donde existe alto endemismo; áreas que son centros de origen de especies particulares; áreas que contienen parientes silvestres de especies cultivadas; áreas con variedades nativas; así como áreas que albergan servicios ambientales, procesos ecológicos, monumentos culturales y aspectos culturales tradicionales.

Igualmente, existen otras unidades ricas en biodiversidad y que, manejadas adecuadamente, pueden constituirse en lugares especiales para la

De acuerdo a la Estrategia Nacional de Conservación y Uso Sostenido de la Biodiversidad (2000), para que la biodiversidad pueda ser conservada in

2.4. La conservación in situ en Guatemala


situ deben existir tanto condiciones ecológicas, como condiciones sociales; así como el debido respaldo político. En ese sentido, la conservación in situ supone áreas silvestres no perturbadas o poco perturbadas, hábitat de especies migratorias o especies endémicas, espacios para el intercambio genético de las especies, así como áreas para el manejo integrado de los recursos y de los ecosistemas. Por lo consiguiente, dentro de este análisis se tomaron en cuenta como modalidades de conservación in situ todas aquellas áreas silvestres que están legalmente protegidas y que actualmente conforman el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). Dentro del SIGAP, existen espacios que están en interconexión con otras áreas silvestres, permitiendo la formación de corredores para el intercambio y la dispersión de organismos. También se incluyen los humedales RAMSAR como hábitat de especies migratorias, reservorio de germoplasma y en donde prevalece una alta biodiversidad en todos sus niveles de organización. Asimismo, se han considerado las regiones administrativas de conservación, o conjuntos de áreas protegidas en donde varios actores coordinan para la toma de decisiones conjuntas.

En cuanto a otras modalidades de conservación in situ, se incluyen los agroecosistemas o espacios que albergan agrobiodiversidad. La agrobiodiversidad forma parte de la biodiversidad. Su principal característica es que la misma es manejada activamente a través del cultivo y uso (Baena et al., 2003). En ese sentido, la agrobiodiversidad puede ser conservada in situ mediante la protección de los sitios en donde se han desarrollado sus características, o mediante la protección de los sistemas en donde ésta se cultiva (Baena et al., 2003). Entre estos sistemas o agroecosistemas se encuentran los huertos familiares o jardines de traspatio, los cuales son espacios que pueden contener una gran variedad de plantas útiles para el consumo y el uso en el hogar. Entre ellas, hortalizas, plantas medicinales, especies, arbustos y árboles (Baena et al., 2003). El mantenimiento de estos agroecosistemas permite conservar in situ el germoplasma de cultivos importantes, muchos de los cuales no se están conservados en medios ex situ (Oldfield y Alcorn, 1987).

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3. Metodología El Diagnóstico de la conservación in situ de la biodiversidad en Guatemala se desarrolló por medio de seis métodos principales: a)

b) c) d)

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Entrevistas directas y consultas con expertos involucrados en las actividades de conservación in situ. Revisión de información secundaria. Revisión de bases de datos y registros de las áreas protegidas. Taller de consulta y discusión con representantes de las instituciones involucradas en la administración de áreas protegidas, en el manejo de humedales, en el manejo de corredores, y en los procesos de planificación para la conservación. Se tomó en cuenta a las

e)

f)

instancias que proveen asistencia técnica, fortalecimiento institucional y financiamiento. Asimismo, se incluyen los involucrados en proyectos de desarrollo sostenible, así como los actores relacionados con huertos familiares y campos de agricultura tradicional Un cuestionario, que fue distribuido entre instituciones y personas con el fin de determinar el estado actual de la infraestructura, del equipo utilizado, las capacidades humanas y las principales fuentes de financiamiento en la conservación in situ. Discusión del marco de análisis para definir los alcances del diagnóstico.


4. Resultados 4.1. Modalidades que favorecen la conservación in situ de la biodiversidad Los medios que favorecen la conservación in situ de la biodiversidad a nivel nacional incluyen las áreas silvestres protegidas en sus diferentes categorías de manejo, los corredores o interconexiones, los huertos familiares y los campos de agricultores con tecnología tradicional (Azurdia, 2004). Para propósitos del presente Diagnóstico, también se toman en cuenta los humedales adscritos a la Convención RAMSAR y las regiones administrativas de conservación.

4.1.1. Áreas protegidas Clasificadas como parques nacionales, reservas naturales, refugios de vida silvestre, sitios arqueológicos y monumentos culturales; las áreas protegidas son un elemento central en las estrategias nacionales para conservar la biodiversidad y para promover el uso sostenido de los recursos naturales (UICN, 2004). Las áreas protegidas persiguen la protección de los recursos biológicos y de las comunidades naturales, así como la protección de los ecosistemas, los recursos culturales y los servicios ambientales (por ejemplo, recursos hídricos y secuestro de carbono) (Secaira y Castro, 1999). Las áreas protegidas también son importantes para proteger parientes silvestres de plantas cultivadas1 en lugares donde las poblaciones de parientes silvestres crecen en forma natural (USDA/CIAT/ IPGRI/FAUSAC, 2005). En este contexto, las áreas protegidas están orientadas a proteger lugares escénicos, a proteger la provisión de bienes y servicios para las comunidades locales y a proteger el hábitat de especies particulares, asegurando que una gran variedad de hábitat pueda ser conservado (Secaira y Castro, 1999).

En Guatemala, las áreas protegidas son territorios que el Estado protege mediante un decreto legislativo2, el cual regula el uso del suelo y de los demás recursos naturales (CONAMA, 2001). Las áreas protegidas legalmente declaradas tienen como objeto la conservación y el manejo sostenible de los recursos de la flora y fauna silvestre (Secaira y Castro, 1999; Decreto Ley 4-89 y sus Reformas). En algunas de ellas, se permite el uso de los recursos por parte de las comunidades, mientras que otras protegen el patrimonio cultural de la nación. De acuerdo al artículo 8 del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), los países contratantes “deberán establecer un sistema de áreas protegidas o áreas donde haya que tomar medidas especiales para conservar la diversidad biológica”. En ese sentido, y aún previo a la ratificación del CDB, Guatemala ha conformado el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP) (Anexo 5), el cual está integrado por 1623 áreas protegidas legalmente declaradas, y por las instituciones que las administran. La administración y coordinación del SIGAP está a cargo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP). El SIGAP está fortalecido por el Sistema Centro Americano de Áreas Protegidas (SICAP), el cual abarca un total de 704 áreas protegidas, las cuales representan una diversidad de eco-regiones (Girot, 2000). Entre las regiones más representadas en el SICAP se encuentra la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), una de las áreas protegidas más importantes de Guatemala (Girot, 2000; Secaira y Castro, 1999). Las áreas protegidas con límites definidos que integran el SIGAP, más sus zonas de amortiguamiento, abarcan una extensión del

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Agrobiodiversidad Decreto del Congreso de la República de Guatemala. 3 Dato actualizado a noviembre del 2005. Información de Unidades de Conservación, CONAP 2

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3,357,470.26 hectáreas; extensión que constituye un aproximadamente el 30.83 % del territorio nacional. Del total del SIGAP, casi el 82% de la tierra protegida está ubicada en los departamentos de Petén e Izabal, con un total de 2,766,900 hectáreas. Este dato incluye las zonas núcleo, las zonas de amortiguamiento y las zonas de uso múltiple de las áreas en cuestión (Secaira y Castro, 1999; SIGAP, 2005). Del total de áreas en el SIGAP, 11 son transfronterizas. Las áreas del Sistema Nacional tienen extensiones que van desde las 11 hasta las 289,912 hectáreas; siendo las de mayor extensión el Parque Nacional Laguna del Tigre con 335,080 ha, el Parque Nacional Sierra del Lacandón con 202,865 Ha y la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas con 240,803 ha. De acuerdo con el Perfil Ambiental

Cuadro 1.

En referencia a la cobertura ecológica del SIGAP (Cuadro 1), los datos actuales indican que las áreas protegidas representan y protegen la biodiversidad

Cobertura ecológica del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). Biomas

Eco región

Bosque de montaña

Bosque seco de pino-roble Bosque húmedo de la Sierra Madre Bosque montano Bosque húmedo del Atlántico Bosque húmedo de Tehuantepec-Manchón Bosque seco de pino-roble Bosque húmedo de Tehuantepec Bosque espinoso del Valle del Motagua Bosque seco de pino-roble Bosques húmedos de la Sierra Madre Bosques secos del Pacífico Bosques húmedos de la Sierra Madre Bosque montano Bosque seco de Pino-Roble Bosque húmedo de Tehuantepec Bosque húmedo del Atlántico Bosque húmedo de Tehuantepec

Selva tropical lluviosa Selva de montaña Chaparral espinoso Sabana tropical Sabana tropical húmeda Selva subtropical húmeda

Selva tropical húmeda Tropical lluviosa

Fuente: Secaira y Castro, (1999); SIGAP (2004).

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de Guatemala, más del 50% de las áreas que componen el SIGAP tienen menos de 1 mil hectáreas, mientras que aproximadamente el 26% tiene extensiones entre 1 mil y 5 mil hectáreas. Según Secaira y Castro (1999), las áreas pequeñas no contribuyen con la conservación relativa de la biodiversidad del país, pero sí contribuyen a la protección del patrimonio cultural y escénico, a la recreación y la educación ambiental. Por el contrario, las áreas de mayor extensión comprenden zonas que protegen rasgos naturales de interés nacional e internacional, así como servidumbres ecológicas de beneficio para las comunidades locales y para los habitantes de la Nación.


4. Resultados 4.1. Modalidades que favorecen la conservación in situ de la biodiversidad Los medios que favorecen la conservación in situ de la biodiversidad a nivel nacional incluyen las áreas silvestres protegidas en sus diferentes categorías de manejo, los corredores o interconexiones, los huertos familiares y los campos de agricultores con tecnología tradicional (Azurdia, 2004). Para propósitos del presente Diagnóstico, también se toman en cuenta los humedales adscritos a la Convención RAMSAR y las regiones administrativas de conservación.

4.1.1. Áreas protegidas Clasificadas como parques nacionales, reservas naturales, refugios de vida silvestre, sitios arqueológicos y monumentos culturales; las áreas protegidas son un elemento central en las estrategias nacionales para conservar la biodiversidad y para promover el uso sostenido de los recursos naturales (UICN, 2004). Las áreas protegidas persiguen la protección de los recursos biológicos y de las comunidades naturales, así como la protección de los ecosistemas, los recursos culturales y los servicios ambientales (por ejemplo, recursos hídricos y secuestro de carbono) (Secaira y Castro, 1999). Las áreas protegidas también son importantes para proteger parientes silvestres de plantas cultivadas1 en lugares donde las poblaciones de parientes silvestres crecen en forma natural (USDA/CIAT/ IPGRI/FAUSAC, 2005). En este contexto, las áreas protegidas están orientadas a proteger lugares escénicos, a proteger la provisión de bienes y servicios para las comunidades locales y a proteger el hábitat de especies particulares, asegurando que una gran variedad de hábitat pueda ser conservado (Secaira y Castro, 1999).

En Guatemala, las áreas protegidas son territorios que el Estado protege mediante un decreto legislativo2, el cual regula el uso del suelo y de los demás recursos naturales (CONAMA, 2001). Las áreas protegidas legalmente declaradas tienen como objeto la conservación y el manejo sostenible de los recursos de la flora y fauna silvestre (Secaira y Castro, 1999; Decreto Ley 4-89 y sus Reformas). En algunas de ellas, se permite el uso de los recursos por parte de las comunidades, mientras que otras protegen el patrimonio cultural de la nación. De acuerdo al artículo 8 del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), los países contratantes “deberán establecer un sistema de áreas protegidas o áreas donde haya que tomar medidas especiales para conservar la diversidad biológica”. En ese sentido, y aún previo a la ratificación del CDB, Guatemala ha conformado el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP) (Anexo 5), el cual está integrado por 1623 áreas protegidas legalmente declaradas, y por las instituciones que las administran. La administración y coordinación del SIGAP está a cargo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP). El SIGAP está fortalecido por el Sistema Centro Americano de Áreas Protegidas (SICAP), el cual abarca un total de 704 áreas protegidas, las cuales representan una diversidad de eco-regiones (Girot, 2000). Entre las regiones más representadas en el SICAP se encuentra la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), una de las áreas protegidas más importantes de Guatemala (Girot, 2000; Secaira y Castro, 1999). Las áreas protegidas con límites definidos que integran el SIGAP, más sus zonas de amortiguamiento, abarcan una extensión del

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Agrobiodiversidad Decreto del Congreso de la República de Guatemala. 3 Dato actualizado a noviembre del 2005. Información de Unidades de Conservación, CONAP 2

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3,357,470.26 hectáreas; extensión que constituye un aproximadamente el 30.83 % del territorio nacional. Del total del SIGAP, casi el 82% de la tierra protegida está ubicada en los departamentos de Petén e Izabal, con un total de 2,766,900 hectáreas. Este dato incluye las zonas núcleo, las zonas de amortiguamiento y las zonas de uso múltiple de las áreas en cuestión (Secaira y Castro, 1999; SIGAP, 2005). Del total de áreas en el SIGAP, 11 son transfronterizas. Las áreas del Sistema Nacional tienen extensiones que van desde las 11 hasta las 289,912 hectáreas; siendo las de mayor extensión el Parque Nacional Laguna del Tigre con 335,080 ha, el Parque Nacional Sierra del Lacandón con 202,865 Ha y la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas con 240,803 ha. De acuerdo con el Perfil Ambiental

Cuadro 1.

En referencia a la cobertura ecológica del SIGAP (Cuadro 1), los datos actuales indican que las áreas protegidas representan y protegen la biodiversidad

Cobertura ecológica del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). Biomas

Eco región

Bosque de montaña

Bosque seco de pino-roble Bosque húmedo de la Sierra Madre Bosque montano Bosque húmedo del Atlántico Bosque húmedo de Tehuantepec-Manchón Bosque seco de pino-roble Bosque húmedo de Tehuantepec Bosque espinoso del Valle del Motagua Bosque seco de pino-roble Bosques húmedos de la Sierra Madre Bosques secos del Pacífico Bosques húmedos de la Sierra Madre Bosque montano Bosque seco de Pino-Roble Bosque húmedo de Tehuantepec Bosque húmedo del Atlántico Bosque húmedo de Tehuantepec

Selva tropical lluviosa Selva de montaña Chaparral espinoso Sabana tropical Sabana tropical húmeda Selva subtropical húmeda

Selva tropical húmeda Tropical lluviosa

Fuente: Secaira y Castro, (1999); SIGAP (2004).

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de Guatemala, más del 50% de las áreas que componen el SIGAP tienen menos de 1 mil hectáreas, mientras que aproximadamente el 26% tiene extensiones entre 1 mil y 5 mil hectáreas. Según Secaira y Castro (1999), las áreas pequeñas no contribuyen con la conservación relativa de la biodiversidad del país, pero sí contribuyen a la protección del patrimonio cultural y escénico, a la recreación y la educación ambiental. Por el contrario, las áreas de mayor extensión comprenden zonas que protegen rasgos naturales de interés nacional e internacional, así como servidumbres ecológicas de beneficio para las comunidades locales y para los habitantes de la Nación.


Cuadro 2.

Zonas de vida de Guatemala y su representación en el SIGAP. Zonas de vida

Ha. 2003

Ha. 2004

bh-MB

Bosque Húmedo Montano Bajo

79,831.58

79,785.64*

bh-S(c)

Bosque Húmedo Subtropical Cálido

bh-S(t)

Bosque Húmedo Subtropical Templado

53,812.31

69,010.11

bmh-M

Bosque muy Húmedo Montano

17,702.43

bmh-MB Bosque muy Húmedo Montano Bajo

Ha. Nacional 2003 (%) 2004 (%)

971,456.87

8.2

8.2

1,936,132.26 1,936,175.84 2,657,461.72

72.9

72.9

1,245,249.45

4.3

5.5

17,739.41

110,514.20

16.0

16.1

85,463.38

86,180.63

553,348.87

15.4

15.6

bmh-S(c) Bosque muy Húmedo Subtropical Cálido

770,810.26

776,020.57

4,008,891.00

19.2

19.4

bmh-S(t) Bosque muy Húmedo Sutropical Templado

56,838.66

63,595.46

264,957.21

21.5

24.0

bmh-T

Bosque muy Húmedo Templado

62,436.31

129,815.18

265,078.72

23.6

49.0

bp-MB

Bosque Pluvial Montano Bajo

49,825.23

50,060.28

92,213.59

54.0

54.3

bp-S

Bosque Pluvial Subtropical

781.42

4,741.86

113,953.42

0.7

4.2

bs-S

Bosque Seco Subtropical

5,518.70

5,494.63*

409,902.27

1.3

1.3

me-S

Monte Espinoso

0.00

164.93

93,791.39

0.0

0.2

Bs-T

Bosque Seco Tropical

0.00

0.00

16,172.11

0.0

0.0

Bh-M

Bosque Húmedo Montano

0.00

0.00

8,788.16

0.0

0.0

28.9

29.8

Totales

3,119,152.56 3,218,784.54 10,802,990.8060

Fuente: OTECBIO-CONAP 2005a.

y sistemas ecológicos de 11 de las 14 zonas de vida del país (Cuadro 2); de las cuales 7 están representadas en forma completa, con más del 10% (Secaira y Castro, 1999; OTECBIO-CONAP, 2005a). Del grupo restante, 4 e s t á n representadas en menos de un 10% y tres no tienen ninguna forma de protección (García, 2004;

OTECBIO-CONAP, 2005a). De igual forma, de las 14 ecorregiones presentes en el país (Anexo 1), los Bosques Secos de Centro América, los Manglares de Tehuantepec-Manchón y la Región Semiárida del Valle del Motagua tienen la cobertura más baja (<10%) dentro del SIGAP. Mientras tanto, los Bosques Húmedos de Tehuantepec es la región con mayor cobertura (>50%) (CONAP, 2004a). Las ecorregiones totalmente representadas dentro del SIGAP son los bosques húmedos de Yucatán, los manglares de la costa beliceña y los manglares del norte de Honduras (CONAP, 2004a).

15


mayores, quirópteros, peces, reptiles, crustáceos; bosques de pino, bosques deciduos, bosques de coníferas, manglares y diversa vegetación acuática (Azurdia, 2004). Aún así, un buen número de las áreas protegidas no garantizan la conservación de Cuadro 3.

sitios de alta diversidad, puesto que ciertas áreas fueron declaradas sin bases científicas y técnicas, previo a la creación del SIGAP y con fines distintos a la conservación de la biodiversidad y de otros recursos naturales.

Ecosistemas representados en el SIGAP.

Ecosistemas

Humedales

Humedal (pantano y laguna) Manglar Latifoliadas Latifoliada abierto Coníferas Coníferas abierto Mixto abierto Bosque encino

Laguna del Tigre Bocas del Polochic Punta de Manabique Manchón Guamuchal

Fuente: Secaira y Castro, (1999).

4.1.1.1. Categorías de manejo La Ley de Áreas Protegidas (Decreto Ley 4-89 y sus Reformas) establece para el sistema nacional,

Figura 1. Parque Nacional Yaxhá, Petén.

16

Fotografía: Claudia Ruiz

6 categorías de manejo y 15 categorías específicas. Las distintas categorías (Cuadro 4) proveen de los lineamientos de gestión, administración y conservación de las áreas protegidas; por lo que son útiles para definir los usos que son permitidos, restringidos y prohibidos en las áreas protegidas (Secaira y Castro, 1999; Decreto Ley 4-89).

De las 15 categorías que se especifcan en el Reglamento, 11 están representadas dentro del SIGAP. Las reservas naturales privadas representan el 38% de las categorías; seguidas por las zonas de veda definitiva, las cuales representan un 24% y los parques nacionales (Figura 1) con un 14%. El resto de las áreas, representan entre el 1% y el 7% de las categorías.


Cuadro 4. Categorías

Categoría de manejo

de manejo de las áreas protegidas

Categorías específicas

Categoría Tipo I

• Parque Nacional • Reserva Biológica

Categoría Tipo II

• Biotopo Protegido • Monumento Cultural • Monumento Natural • Parque Histórico • Área de Usos Múltiples • Refugio de Vida Silvestre • Manantial • Reserva Forestal

Categoría Tipo III

Categoría Tipo IV

• Parque Regional* • Rutas y Vías Escénicas • Área Recreativa Natural

Categoría Tipo V

• Reserva Natural Privada

Categoría Tipo VI

• Reserva de la Biosfera

Características

Áreas extensas; contienen ecosistemas, rasgos o especies de flora y fauna de valor científico; maravillas escénicas de valor nacional o internacional; los procesos ecológicos y evolutivos son espontáneos. No se permiten las alteraciones del paisaje o extracción de los recursos para usos productivos. De extensión variable; pocos rasgos naturales sobresalientes; contienen vestigios arqueológicos o históricos; potencial para la educación, recreación y turismo limitado. Relativamente grandes; con cubierta de bosques; zonas para la producción sostenible; producción forestal; pueden haber sufrido alteración antropogénica, pero aún conservan buena porción del paisaje natural. Se conservan comunidades bióticas, especies silvestres con fines educativos y recreativos. La alteración y modificación del paisaje son permisibles. *Usualmente son de propiedad municipal. Áreas propiedad de personas individuales o jurídicas, destinadas de forma voluntaria a la protección y conservación de hábitat para flora y fauna, comunidades bióticas y rasgos del ambiente. Áreas de importancia mundial. Extensas; permiten la coexistencia armoniosa de diferentes modalidades de conservación, uso y aprovechamiento sostenible de los recursos. Son modelos o patrones para medir los cambios de biosfera a largo plazo. Deberán proponerse para reconocimiento mundial ante la UNESCO.

Fuente: Artículo 8, Decreto Ley 4-89

El Cuadro 5 muestra la distribución de las áreas protegidas delimitadas que integran el SIGAP por categoría de manejo. Los datos dentro del cuadro incluyen las áreas Río Sarstún, Punta de Manabique y Semuc Champey; así como una reserva natural privada; las cuatro de reciente declaración legal. El total en hectáreas para las áreas protegidas en sus diferentes categorías de manejo no incluye las extensiones para las zonas de usos múltiple y de

amortiguamiento de la Reserva de Biosfera Maya y de los Complejos I y II. En los últimos 6 años, entre 1999 y 2005, el número de áreas protegidas del SIGAP se incrementó en un 57%. Este incremento incluye 57 nuevas áreas protegidas; entre ellas, 47 reservas naturales privadas y 7 parques regionales municipales. Este incremento se debe, entre otros factores, al gran 17


Cuadro 5.

Distribución de las áreas protegidas por categoría de manejo en Guatemala. Tipo

Categoría de manejo

Áreas

Total en hectáreas

I

Parque Nacional

21

742,434.00

I

Reserva Biológica

1

147,578.00

II

Monumento Cultural

6

7,399.00

II

Biotopo Protegido

6

118,758.00

II

Monumento Natural

1

1714.00

III

Área de Usos Múltiples

4

157,709.00

III

Refugio de Vida Silvestre

6

142,900.00

III

Reserva de Manantiales

2

52,805.00

IV

Parque Regional

11

35,128.27

V

Reserva Natural Privada

58

24,172.47

VI

Reserva de Biosfera

4

417,402.00

Zona de Veda Definitiva

36

123,167.00

Total

156

1,971,166.74

Sin tipo

Fuente: Secaira y Castro, 1999; SIGAP (Abril, 2005).

interés que han mostrado los propietarios de tierras privadas en proponer sus fincas como reservas naturales, así como a la consolidación de la Asociación de Reservas Naturales Privadas (ARNPG); y al interés de las municipalidades en proponer tierras para la conservación (CONAP, 2004a).

4.1.1.2. Áreas de protección especial Las áreas de protección especial son áreas de importancia para el Sistema Nacional (PROARCA/CBM/CI/TNC/WCPA, 2003), pero no están legalmente declaradas; sin embargo, están siendo manejadas como áreas protegidas, aunque no exista una declaratoria legal. El artículo 10 del Reglamento de la Ley de Áreas Protegidas indica que las áreas de protección especial pueden ser incorporadas al SIGAP, previo cumplimiento del estudio técnico y de otros requisitos que establece 4

18

Dato actualizado a Abril del 2005.

la Ley y su Reglamento. El Decreto 4-89, en su artículo 90, reconoce 37 áreas de protección especial. Estas áreas representan biomas y ecosistemas que integran una alta diversidad de especies y de recursos naturales y culturales. De las 37 áreas, 24 han pasado a formar parte de las áreas con declaratoria legal. Actualmente, se registran 154 áreas de protección especial (Anexo 2), pero no todas tienen límites definidos; por lo que no es posible obtener un estimado de la extensión total de las áreas ni de la porción que ocupan dentro el SIGAP.

4.1.1.3. Reservas naturales privadas En su artículo 8, la Ley de Áreas Protegidas establece que las reservas naturales privadas son una categoría de manejo de áreas protegidas. Las reservas naturales privadas (RNP) pueden contener cantidades significativas de bosque, reservas de


agua, madera y comunidades bióticas; además, pueden albergar flora y fauna silvestre de importancia para su protección y manejo (Molina y Beavers, 2003). En tal virtud, la creación y administración de reservas naturales privadas proporciona un elemento importante para mejorar la conectividad y representatividad ecosistémica del SIGAP (PROARCA/CMB/CI/TNC/WCPA, 2004). Las reservas naturales privadas son propuestas por los propietarios, que de forma voluntaria quieren proteger los valores naturales y culturales de sus fincas. De acuerdo con el artículo 10 del Decreto 4-89, las reservas deben ser manejadas por el propietario de acuerdo a las normas y reglamentaciones aplicables al SIGAP. La tendencia de visualizar a las reservas naturales privadas como generadoras de bienes y servicios ambientales, así como de recursos naturales, ha provocado que las tierras privadas se conviertan en una fortaleza para la conservación in situ puesto que, por medio de ellas, es posible incrementar la porción de tierra bajo algún grado de protección (ARNPG, 2003; Saunier y Meganck, 1995). Para abril del 2005, el SIGAP cuenta con un total de 58 reservas naturales privadas (Anexo 5). Las mismas cubren una extensión de 24,172.47 hectáreas, representando el 0.71% de la cobertura del SIGAP. Las reservas están localizadas en 14 departamentos del país, entre ellos el Petén, Alta y Baja Verapaz, Izabal, Retalhuleu, Santa Rosa, Chimaltenango, Suchitepéquez y Sololá. Gran parte de estas áreas protegidas están en interconexión o dentro de los límites de áreas protegidas, por lo que forman parte de corredores biológicos, humedales y zonas de uso múltiple. Ecológicamente, las reservas naturales privadas se encuentran representando 10 de las 14 zonas de vida del país, incluyendo aquellas que están poco representadas dentro del SIGAP; por ejemplo, el monte espinoso en el Valle del Motagua (Molina

y Beavers, 2003; ARNPG, 2003). Las reservas naturales también representan ecorregiones de bosques húmedos, bosques secos de pino-roble y bosques montanos. La cobertura boscosa incluye bosques latifoliados, latifoliado denso, latifoliado abierto, bosque mixto y coníferas; además de cobertura de café con sombra, hule y cacao (SIGAP, 2004). Las acciones que se realizan en las reservas privadas son variadas, pero las mismas deben ir encaminadas hacia la protección y uso de los valores culturales y naturales que la sustentan. Las estrategias incluidas en los planes de manejo de las reservas naturales, incluyen actividades amigables con el ambiente para evitar la degradación de los recursos provocada por las actividades humanas. En tal sentido, en las reservas naturales privadas se promueve el turismo ecológico y las actividades agroforestales (producción de café con sombra). Además, se fomenta el uso público, la investigación y la educación ambiental. Las actividades de protección incluyen el combate de incendios y el control de la cacería (Burge et al., 2002). Para mejorar el manejo, las reservas privadas pueden zonificarse delimitando un área de protección o área de conservación y un área de producción. El número de reservas privadas en Guatemala ha incrementado de 13 reservas en 1995 a 58 en el 2005. Este incremento es posible gracias al interés que han mostrado los propietarios privados en proponer sus tierras para protección. Los incentivos son en gran parte el amor por la tierra, el legado para las futuras generaciones, la seguridad sobre la tenencia de la tierra y protección contra invasiones, acceso a mercados especializados por medio de la certificación ambiental (ejemplo: las certificaciones de café), acceso a programas de incentivos forestales con fines de conservación (ejemplo: PINFOR) y acceso a financiamiento externo. Todo ello, unido a objetivos para la protección de recursos naturales y culturales singulares. 19


4.1.1.4. Regiones de conservación La conservación in situ contempla la protección de una serie de áreas protegidas interconectadas por corredores o por fragmentos que permiten el intercambio genético y el desplazamiento de las especies. Esta serie de áreas protegidas dentro de un territorio definido se denomina regiones de conservación. Las regiones de conservación son divisiones administrativas en las que “se comparte la visión regional, mediante la participación de varios actores (gubernamentales y privados) que toman decisiones colectivas” (CONAMA, 2001; Santizo, 2004). “Las regiones de conservación fortalecen la conservación in situ de la biodiversidad mediante un manejo integrado de las áreas protegidas y de los recursos naturales que estas albergan, sin perder cada área su independencia y características propias de manejo” (Santizo, 2004).

A. Región RECOSMO Ejemplos de regiones de conservación de tipo administrativo incluyen la Región de Conservación y Desarrollo Sostenible Sarstún-Motagua (RECOSMO)5 (Anexo 6). La región RECOSMO fortalece al SIGAP mediante el co-manejo de once áreas protegidas que sostienen una gran riqueza de ecosistemas, comunidades y servicios ambientales (Santizo, 2004). Las áreas protegidas que integran la región RECOSMO son en primer lugar, nueve áreas que integraron el proyecto durante los 6 años de su duración, más dos nuevas que pasan a formar parte de la región con el apoyo y seguimiento del Proyecto “Justicia Ambiental, Empoderamiento Comunitario y Equidad Social para la Conservación de las Áreas Protegidas de la Región de Sarstún-Motagua” (JADE).

5

Las áreas que integran la región RECOSMO son las áreas de protección especial Sierra Santa Cruz y Sierra Caral, el monte espinoso del Valle del Motagua6 y las siguientes áreas con declaratoria legal: 1) Biotopo para la Conservación del Quetzal, Mario Dary 2) Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic 3) Biotopo para la Conservación del Manatí, Chocón Machacas 4) Reserva de Biosfera Sierra de las Minas 5) Parque Nacional Río Dulce 6) Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil 7) Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique 8) Área de Uso Múltiple Río Sarstún Nueve de las áreas protegidas de la Región RECOSMO, sin incluir las tierras de los corredores, cubren una extensión de 651,374 hectáreas. Juntas protegen una alta diversidad de ecosistemas de gran riqueza biológica, que además provee una serie de bienes y servicios de múltiples beneficios para los pobladores y los agroindustriales del lugar (Santizo, 2004). Además, la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas es una importante fuente de germoplasma forestal del cual se deberían conservar muestras en medios ex situ para futuros proyectos de producción y de reforestación. La zona marino costera, la zona semiárida, el bosque mixto, el bosque nuboso, el bosque tropical lluvioso y el bosque inundado son los ecosistemas más ricos y diversos de la Región RECOSMO. Estos ecosistemas albergan y sirven de hábitat esencial para la mayor biodiversidad del país. Especies de reptiles (cocodrilos, iguanas y tortugas marinas), mamíferos (osos hormigueros), moluscos, peces, crustáceos, insectos diversos, aves acuáticas residentes y migratorias, especies de árboles

Proyecto de largo plazo (6 años) que finalizó en diciembre del 2004. Sierra Caral y el Monte Espinoso del Valle del Motagua se integran con el Proyecto JADE

6

20


latifoliados (sapotáceas7 ) , cipreses, pinos, encinos, musgos, líquenes, helechos y epífitas propias de las regiones tropicales; así como especies bandera, como nuestra ave símbolo el Quetzal y el Manatí, constituyen la riqueza biológica que remansa en la Región RECOSMO (Santizo, 2004). El uso de estas especies es diverso, desde el ecoturismo y la recreación, hasta la obtención de productos de alto valor en el mercado, tales como productos pesqueros, productos maderables, leña para la generación de energía, frutales y plantas medicinales8 . En la Región RECOSMO se han conducido una serie de actividades de desarrollo sostenible de apoyo a las comunidades locales y para la conservación de la biodiversidad. Algunos ejemplos incluyen proyectos productivos, como establecimiento de plantaciones forestales PINFOR, producción y comercialización de plantas medicinales, proyectos de piscicultura y pesca sostenible, reproducción de iguanas, construcción de tortugarios y manejo agropecuario (Santizo, 2004).

B. Reserva de Biosfera Maya La Reserva de Biosfera Maya (RBM) se considera dentro de las regiones de conservación de tipo administrativo, puesto que la misma está zonificada en 10 áreas protegidas con diferentes categorías de manejo; entre ellos, parques nacionales, biotopos protegidos y monumentos culturales. Las áreas protegidas que integran la RBM, así como la zona de uso múltiple y de amortiguamiento abarcan un área de 2,160,204 hectáreas (SIGAP, 2005). Por su gran extensión, la RBM provee la posibilidad de conservar ecosistemas completos y asegurar el mantenimiento de poblaciones de flora y fauna que no podrían sobrevivir en reservas pequeñas y aisladas” (URL/IIA/FACC/IARNA, 2004). La

misma, protege amplios recursos naturales y culturales del departamento del Petén (Girot, 2000; Secaira y Castro, 1999); constituyéndose en una fuente de germoplasma de especies de árboles y plantas, silvestres y cultivadas de importancia para la economía del país. Por ejemplo: chicozapote (Manilkara zapota), canistel (Pouteria campechiana), xate (Chamaedorea sp.), pimienta negra (Pimenta dioica), cericote (Cordia dodecandra), chaya (Cnidoscolus chayamansa), jícama (Pachyrhizus erosus), chile habanero (Capsicum chinense), cucúrbitas (Cuburbita sp.), jocote jobo (Spondias radlkoferi), caobas (Swietenia spp.), palo blanco (Cibystax donell-smithii). De esta última, el germoplasma se comercializa. La RBM también protege poblaciones silvestres de jaguares (Panhtera onca), guacamayas (Ara macao), saraguate (Alouatta pigra) y otras especies de la Selva Maya. Con el objeto de disminuir la presión y el avance de la frontera agrícola, en la ZAM de la reserva se promueve la conservación de los bosques remanentes, así como una serie de actividades agropecuarias sostenibles (URL/IIA/FACC/IARNA, 2004). C. Bio-regiones para la conservación Las bio-regiones son un conjunto de ecosistemas altamente relacionados, a los cuales se les define una frontera con criterios ecológicos y biofísicos, como estrategia de manejo (CONAMA, 2001). Las bio-regiones comprenden áreas silvestres de interés para la conservación, una región de conservación puede tener varias bio-regiones (CONAMA, 2001). Actualmente existe la propuesta, aún no oficializada, de 9 bio-regiones (Cuadro 6) de conservación (Castro, com per, 2005). Las bio-regiones fueron propuestas en el documento de Corredores

7

Caimitos, Chicos, Zapotes y otras especies nativas. Santizo (2004) reporta para la Región RECOSMO 305 plantas medicinales para el consumo local, de las cuales el 45% son nativas.

8

21


Biológicos y en la Estrategia Nacional para la conservación y uso sostenible de la Biodiversidad. Las mismas, se establecieron de acuerdo a los ecosistemas esenciales para la protección de biodiversidad (zonas de vida, biomas y ecorreCuadro 6.

giones), así como para proteger servicios ambientales tomando en cuenta su viabilidad en la protección de especies y los vacíos de representatividad en el país (Secaira y Castro, 1999; CONAMA, 2001).

Bio-regiones para la conservación, de acuerdo a la priorización propuesta en la Estrategia Nacional de la Biodiversidad.

Bio-regiones para la conservación

Descripción

Complejo Sierra de las Minas-Bocas del Polochic

Coincide con áreas protegidas de gran extensión. Importante fuente de germoplasma forestal y de servicios ambientales. Alto endemismo de especies de fauna.

Izabal-Caribe

Coincide con áreas protegidas. Incluye las áreas de la región RECOSMO. Alta diversidad de especies de flora y fauna de importancia para la economía del país. Presencia de herpetofauna amenazada o en vía de extinción.

Laguna El Tigre

Coincide con área protegida y con humedales Ramsar.

Cuchumatanes occidentales

Coincide con pocas áreas protegidas. Alto endemismo de flora y fauna. Se encuentra la mayor diversidad de especies de coníferas, encinos y robles. Zona del pinabete (Abies guatemalensis). Región importante por su agrobiodiversidad. En los cultivos todavía se encuentran cultivares primitivos y parientes silvestres de especies de maíz, frijol, aguacate, chile, papa y tomate, otros cultivos nativos de consumo regional o local.

Cuchumatanes orientales

Incluye los Cuchumatanes orientales y Sierra de Chamá. Coincide con pocas áreas protegidas. Alto endemismo de flora y fauna. Zona del pinabete.

Alta Verapaz norte

Alto número de plantas endémicas. Alta Verapaz cuenta con el mayor porcentaje de áreas protegidas dentro del SIGAP.

Volcanes occidentales

Alto endemismo florístico. Poca presencia institucional. Coincide con zonas de veda definitiva. También, se encuentran cultivares primitivos y parientes silvestres de frijol (Phaseolus) y maíz (Zea mays). En esta zona se encuentra la mayor diversidad genética de los principales parientes silvestres de las plantas cultivadas nativas de Guatemala (Azurdia, com per, 2005).

Lacandonía

Coincide con áreas protegidas y dentro de la Selva Maya. Contiene comunidades ecológicas variadas, zonas de composición florísticas altamente diversas, así como fauna amenazada y en peligro de extinción. Los ecosistemas naturales incluyen la sabana herbácea alta, ciénagas y humedales con vegetación arbustiva baja. La región incluye cenotes, cuevas y otros cuerpos de agua, así como ruinas y vestigios de sitios arqueológicos mayas.

Fuente: Secaira y Castro, (1999); CONAMA (2001); Secaira et al (2001); URL/IIA/FACC/IARNA (2004); CONAP (1999).

22


Las regiones fueron priorizadas por economía de escala para economizar recursos y se clasificaron por su importancia nacional y regional (Castro, com per, 2005). A la fecha, la propuesta no se ha implementado.

4.1.1.5. Corredores Los corredores, enlaces territoriales o interconexiones, son una herramienta para la conservación de la biodiversidad (Godoy y Cardona, 1996). Por medio de ellos, se protegen sitios que albergan biodiversidad clave, así como sitios que permiten el movimiento y la dispersión de plantas y de animales; con lo cual, se garantiza el intercambio genético y la evolución. Los beneficios de los corredores incluyen, entre otros, su contribución al mantenimiento de servicios ambientales, así como a aumentar la viabilidad de las áreas protegidas mediante la conectividad; evitando así el aislamiento geográfico, biológico y ecológico de los ecosistemas (Corredor Biológico Mesoamericano, 2003). En Guatemala pocas áreas protegidas tienen enfoque de paisaje; por lo tanto, para evitar el aislamiento e incrementar la representatividad de los ecosistemas y de las zonas de vida, es importante detectar zonas prioritarias que puedan fortalecer la conectividad natural entre las áreas (Bennett, 2004). Los esfuerzos encaminados hacia la conservación a escala de paisaje deben garantizar una base adecuada de los recursos genéticos y productivos que se encuentran en áreas fuera de las áreas protegidas (Díaz, 2004). Dichas áreas pueden contener remanentes de biodiversidad y de otros recursos naturales que estén expuestos al deterioro por constantes amenazas naturales y antropogénicas. Asimismo, las áreas fuera de áreas protegidas pueden contener agro-ecosistemas que albergan biodiversidad de importancia económica y para la seguridad alimentaria del país (FUNDAECO, n.d.).

En Guatemala, existe una propuesta para la conformación de corredores a nivel nacional (Anexo 7), los cuales contribuirían a formar el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM). Sin embargo, estás propuestas no han sido del todo implementadas. Son pocas las iniciativas de corredores que se están desarrollando con el apoyo de las Ong´s y de los propietarios de reservas naturales privadas. Entre las iniciativas de corredores actuales se encuentra el Corredor del Caribe (Anexo 8) o corredor piloto, mismo que une la Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil con el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique y el Área de Protección Especial Sierra Caral. Este corredor coincide con los seis (6) corredores que interconectan las áreas protegidas de la Región RECOSMO. Los corredores de Guatemala están constituidos principalmente por tierras privadas o reservas naturales privadas; pero también se incluyen las tierras nacionales, las tierras comunales, las tierras municipales y las concesiones forestales (Godoy y Cardona, 1996). Las reservas naturales privadas y los parques regionales municipales pueden establecerse y formar parte del SIGAP a través de una Resolución del CONAP, o por medio de una Resolución del Consejo Municipal (Reglamento 759-90), según sea el caso.

A. Corredores de la Región RECOSMO 1) Reserva de Biosfera Sierra de las Minas – Biotopo Protegido Mario Dary (Biotopo del Quetzal) 2) Reserva de Biosfera Sierra de las Minas – Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic 3) Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil- Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique- Área de Protección Especial Sierra Caral (Corredor del Caribe) 23


4) Área de Protección Especial Sierra Santa CruzRefugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic 5) Reserva de Biosfera Sierra de las MinasReserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil 6) Área de Protección Especial Sierra Santa CruzBiotopo Protegido Chocón Machacas (Santizo, 2004) De los corredores de la Región RECOSMO, el corredor Reserva de Biosfera Sierra de las MinasBiotopo Protegido del Quetzal (Anexo 9), es el más documentado en cuanto a la información generada sobre la biodiversidad presente en la zona. Este corredor es considerado como una de las iniciativas modelo de los corredores en Guatemala. El mismo está ampliamente apoyado por la ARNPG y por las municipalidades de las comunidades de la región de Baja Verapaz. El corredor actualmente lo conforman 7 reservas naturales privadas y una tierra municipal localizada en Purulhá, Baja Verapaz. Estas tierras abarcan extensiones entre 22 y 1000 hectáreas. Los proyectos que toman lugar en las áreas que conforman el corredor incluyen principalmente actividades ecoturísticas, proyectos de cultivo de hortalizas, proyectos de producción de miel, proyectos de conservación de la biodiversidad in situ (por ejemplo: un proyecto para la conservación de orquídeas) y proyectos de agroforestería, como la siembra de café con sombra y de madrecacao (Gliricidia sepium) en cultivo de pimienta de castilla (Piper nigrum). El corredor también es funcional como refugio y alimentación de aves migratorias. El corredor biológico que interconecta las áreas protegidas Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic-Reserva de Biosfera Sierra de las Minas9 (Anexo 10) tiene como objetivo asegurar la conectividad de los bosques del humedal de Bocas de Polochic, con los bosques de la Sierra 9

Las dos áreas protegidas son administradas por la misma institución. Consejo Comunitario de Desarrollo.

10

24

de las Minas (FDN, 2004). El corredor atraviesa una amplia plantación de palma africana (Elaeis guinensis) y presenta la ventaja de que las tierras que lo conforman pertenecen a un sólo propietario (FDN, 2004). En el corredor se conducen proyectos de reforestación para el manejo integrado de toda la cuenca y para la recuperación de especies de árboles nativos. La reforestación se ha realizado con especies nativas como santa maría (Calophylum brasiliense), ronron (Astronium graveolens), chico zapote (Manilkara zapota), cedro (Cedrella mexicana) y conacaste (Enterolobium cyclocarpum) (FDN, 2004). Adicionalmente, en el corredor se promueve la diversificación de los cultivos agrícolas, a través del cultivo de hortalizas nativas y especies ancestrales. En cuanto al corredor piloto o Corredor Biológico del Caribe (Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil-Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique-Área de Protección Especial Sierra Caral) (Anexo 7), está constituido por tierras privadas y comunales entre las áreas protegidas; siendo una de las principales interconexiones, el Parque Municipal Montaña Chiclera con 1,880 hectáreas. El corredor tiene un área aproximada de 35,000 hectáreas y 5 puntos estratégicos en donde se han iniciado los trabajos de conectividad (Corado, com per, 2005). En el área se promueven actividades de turismo, educación ambiental, uso de la biodiversidad para elaboración de artesanías, planes de trabajo para fincas ganaderas y estrategias para la incorporación de reservas privadas. Las actividades en las tierras del Corredor del Caribe son principalmente la agricultura sostenible y la agroforestería. El corredor cuenta con la participación comunitaria de 18 COCODES 10 ; entidades del Estado, municipalidades y empresas privadas y ONG´s como FUNDAECO y FUNDARY. Estas instancias conforman la Coordinadora del Corredor Biológico del Caribe, la cual necesita el respaldo y figura legal correspondiente para la administración de


tan importante corredor. Paralelamente a los esfuerzos que se realizan en el corredor del Caribe, conjuntamente con Honduras se definió el Corredor Biológico Binacional Merendón, región binacional dentro de la cual se han identificado un promedio de 9 áreas protegidas (Corado, com per, 2005). B. Corredor Biológico del Sur Las iniciativas para fortalecer la conservación a escala de paisaje toman en cuenta la propuesta para la creación del Corredor Biológico Costa SurCanal de Chiquimulilla (COBIOSUR). El COBIOSUR (Anexo 11) pretende conectar una serie de sitios y ecosistemas remanentes de importancia para la conservación. A lo largo, el corredor se extiende desde el Sureste del país en el departamento de San Marcos, hasta la frontera con El Salvador. El mismo, integra las áreas de Manchón Guamuchal (Humedal RAMSAR), Sipacate Naranjo (Parque Nacional), Monterrico (Área de Uso Múltiple), Hawaii (Área Propuesta) y el Paraíso La Barrona (Sitio Binacional). La propuesta busca incluir las reservas naturales privadas que ya están constituidas, así como los remanentes boscosos que se encuentran en las bases y destacamentos navales de la zona; además de, las lagunas y sistemas lagunares remanentes a lo largo de la región. El corredor es funcional para la protección de tortugas marinas, aves playeras y acuáticas residentes y migratorias, aves rapaces migratorias, murciélagos y ecosistemas de manglares, playas arenosas, remanentes de bosque seco sub-tropical y complejos lagunares (FUNDAECO, n.d.).

C. Otras iniciativas Las propuestas de corredores incluyen el corredor de la cadena volcánica del Altiplano (Anexo 12), el cual pretende integrar las zonas boscosas remanentes en los conos volcánicos. La cadena

volcánica es el segundo sitio propuesto en el portafolio del Proyecto MIRNA. La misma, abarca la cadena volcánica Occidental de Guatemala, desde el volcán Tacaná (4,093 msnm) en Sibinal, San Marcos; hasta los volcanes de Tolimán y Atitlán en Sololá (Secaira et al, 2001). El sitio ha sido identificado como prioritario para la conservación de la biodiversidad debido a que se caracteriza por contener altos niveles de endemismo tanto de flora como de fauna. Entre los grupos de especies endémicas se encuentran insectos, aves, hongos (basidiomicetes), así como especies de plantas tales como las orquídeas y bromelias (Secaira et al, 2001; Ríos, 2003). Además, la zona representa un reservorio de germoplasma de árboles frutales, coníferas y encinos; así como cultivares de frijol, maíz y cucúrbitas. En materia de agrobiodiversidad, los volcanes occidentales son centros de riqueza de géneros tales como; Annona spp., Amaranthus sp., Capsicum spp., Chamaedorea sp., Crotalaria sp., Ipomoea sp., Persea spp. y Solanum sp. (USDA/CIAT/IPGRI/FAUSAC, 2005). Esta zona, al igual de los Cuchumatanes occidentales, ha sido sugerida para la conservación de especies de agrobiodiversidad importantes para Guatemala y con mayor erosión genética (USDA/CIAT/IPGRI/FAUSAC, 2005). Sin embargo, los esfuerzos de conservación en esta zona son pocos; la mayoría se desarrollan en la parte del Altiplano, no así en la boca costa en donde se encuentra un buen número de áreas privadas que se podrían incorporar al portafolio de conservación (Secaira, E. com per, 2005). Con respecto a otros corredores, la constitución de conexiones entre áreas protegidas incluyen: 1) el corredor que conecta el Área de Usos Múltiples Río Sarstún-Biotopo Protegido Chocón Machacas y 2) el corredor de Reserva de Biosfera Sierra de las Minas–Bosque seco Valle del Motagua. El corredor que conecta la Sierra de las Minas con la región del Valle del Motagua es importante debido a que la región semiárida del valle del Motagua contiene el monte espinoso subtropical y el bosque 25


tan importante corredor. Paralelamente a los esfuerzos que se realizan en el corredor del Caribe, conjuntamente con Honduras se definió el Corredor Biológico Binacional Merendón, región binacional dentro de la cual se han identificado un promedio de 9 áreas protegidas (Corado, com per, 2005). B. Corredor Biológico del Sur Las iniciativas para fortalecer la conservación a escala de paisaje toman en cuenta la propuesta para la creación del Corredor Biológico Costa SurCanal de Chiquimulilla (COBIOSUR). El COBIOSUR (Anexo 11) pretende conectar una serie de sitios y ecosistemas remanentes de importancia para la conservación. A lo largo, el corredor se extiende desde el Sureste del país en el departamento de San Marcos, hasta la frontera con El Salvador. El mismo, integra las áreas de Manchón Guamuchal (Humedal RAMSAR), Sipacate Naranjo (Parque Nacional), Monterrico (Área de Uso Múltiple), Hawaii (Área Propuesta) y el Paraíso La Barrona (Sitio Binacional). La propuesta busca incluir las reservas naturales privadas que ya están constituidas, así como los remanentes boscosos que se encuentran en las bases y destacamentos navales de la zona; además de, las lagunas y sistemas lagunares remanentes a lo largo de la región. El corredor es funcional para la protección de tortugas marinas, aves playeras y acuáticas residentes y migratorias, aves rapaces migratorias, murciélagos y ecosistemas de manglares, playas arenosas, remanentes de bosque seco sub-tropical y complejos lagunares (FUNDAECO, n.d.).

C. Otras iniciativas Las propuestas de corredores incluyen el corredor de la cadena volcánica del Altiplano (Anexo 12), el cual pretende integrar las zonas boscosas remanentes en los conos volcánicos. La cadena

volcánica es el segundo sitio propuesto en el portafolio del Proyecto MIRNA. La misma, abarca la cadena volcánica Occidental de Guatemala, desde el volcán Tacaná (4,093 msnm) en Sibinal, San Marcos; hasta los volcanes de Tolimán y Atitlán en Sololá (Secaira et al, 2001). El sitio ha sido identificado como prioritario para la conservación de la biodiversidad debido a que se caracteriza por contener altos niveles de endemismo tanto de flora como de fauna. Entre los grupos de especies endémicas se encuentran insectos, aves, hongos (basidiomicetes), así como especies de plantas tales como las orquídeas y bromelias (Secaira et al, 2001; Ríos, 2003). Además, la zona representa un reservorio de germoplasma de árboles frutales, coníferas y encinos; así como cultivares de frijol, maíz y cucúrbitas. En materia de agrobiodiversidad, los volcanes occidentales son centros de riqueza de géneros tales como; Annona spp., Amaranthus sp., Capsicum spp., Chamaedorea sp., Crotalaria sp., Ipomoea sp., Persea spp. y Solanum sp. (USDA/CIAT/IPGRI/FAUSAC, 2005). Esta zona, al igual de los Cuchumatanes occidentales, ha sido sugerida para la conservación de especies de agrobiodiversidad importantes para Guatemala y con mayor erosión genética (USDA/CIAT/IPGRI/FAUSAC, 2005). Sin embargo, los esfuerzos de conservación en esta zona son pocos; la mayoría se desarrollan en la parte del Altiplano, no así en la boca costa en donde se encuentra un buen número de áreas privadas que se podrían incorporar al portafolio de conservación (Secaira, E. com per, 2005). Con respecto a otros corredores, la constitución de conexiones entre áreas protegidas incluyen: 1) el corredor que conecta el Área de Usos Múltiples Río Sarstún-Biotopo Protegido Chocón Machacas y 2) el corredor de Reserva de Biosfera Sierra de las Minas–Bosque seco Valle del Motagua. El corredor que conecta la Sierra de las Minas con la región del Valle del Motagua es importante debido a que la región semiárida del valle del Motagua contiene el monte espinoso subtropical y el bosque 25


riachuelos (CONAP/USAC/UICN, 2001). Del total de humedales en Guatemala, 7 han sido adscritos a la Convención RAMSAR, 4 reconocidos y 3 en proceso de inscripción. Los humedales RAMSAR (Cuadro 7) en Guatemala ocupan un total de 626,592 hectáreas del territorio nacional. Estos humedales son también áreas protegidas o están dentro de ellas, por lo que su manejo se implementa a través de los planes sugeridos para el área respectiva.

Fuente: FUNDAECO (2005); Secaira y Castro (1999); CONAP/USAC/UICN (2001); FDN (2004); CONAP/RAMSAR (2005); CONAP/RAMSAR (2005); Castro, com per, (2005).


2001; Azurdia, 2004; Azurdia et al., 2004).

de la biodiversidad, estriba en que los huertos son


Los huertos son de importancia en la economía campesina y en la seguridad alimentaria de la población, puesto que de ellos se obtienen productos diversos para alimento, combustible, medicina, materiales diversos y especias. Los productos obtenidos de los huertos son en gran parte para autoconsumo, el remanente se comercializa en los mercados comunales (Leiva et al., 2001). Se estima que aproximadamente un 30% de los ingresos de la familia proviene de la venta de hojas, frutos y semillas que se obtienen de un huerto familiar (Leiva, 1998 en Azurdia y Leiva, 1999).

Los estudios conducidos entre 1999 y 2001, en Alta Verapaz y en la región semiárida del país (Progreso, Zacapa y Chiquimula), caracterizaron 118 huertos, identificando 500 especies de plantas; algunas de las cuales han sido trasladas a huertos familiares cuando se encuentran amenazadas en su medio natural (Leiva et al., 2001). Los huertos identificados variaron en tamaño desde 0.009 a 0.25 hectáreas. En la región semiárida, los investigadores encontraron 276 especies de plantas silvestres y cultivares, incluyendo especies herbáceas, arbustos, enredaderas y especies forestales; de las cuales, el 50% son especies nativas (Leiva et al., 2001). En Alta Verapaz, los resultados reportaron un total de 414 especies utilitarias que representaron 297 géneros y 103 familias.

En Guatemala, los huertos familiares han sido poco estudiados (Leiva et al., 2000). Los pocos estudios que se han desarrollado incluyen la identificación de la variabilidad de las especies contenidas en los huertos familiares de las regiones de Alta Verapaz y de la región semiárida del oriente del país (Leiva et al., 2001).

Los huertos familiares identificados fueron categorizados como de subsistencia y comerciales (Leiva et al., 2001), conteniendo plantas que pueden ser utilizadas para la alimentación, principalmente frutas como el zapote (Pouteria sapota), hortalizas como chile (Capsicum spp.) y Chayote (nahuatl) o güisquil (maya) (Sechium edule); así también

consecuencia, los huertos familiares son considerados como una complementariedad de doble vía para la conservación in situ y ex situ.


se identificaron especias, tallos y raíces (Cuadro 8). Además, se encontró que la mayoría de las especies medicinales en los huertos familiares son especies nativas (Leiva et al., 2001), algunas de las cuales ya han sido domesticadas. Otros estudios sobre agrobiodiversidad identificaron la distribución y riqueza genética para algunas especies de Phaseolus silvestre, principalmente para especies de parientes cultivados. El estudio, realizado en Guatemala en el año 2002, muestra que el área de mayor riqueza de Phaseolus se encuentra localizada entre los departamentos de Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla (USDA/IPGRI/CIAT/FAUSAC, 2005).

Los resultados reportan que no todas las especies de Phaseolous que se identificaron se encuentran dentro de áreas protegidas; por lo que, los investigadores han recomendado que nuevas áreas protegidas deban ser establecidas en el occidente del país, en zonas en donde se encuentra la mayor abundancia de especies silvestres de Phaseolus. Esto, con el fin de asegurar la diversidad genética de las especies en su medio natural (USDA/IPGRI/CIAT/FAUSAC, 2005). Dentro de las áreas protegidas, especies de Phaseolus vulgaris (frijol común) se reportaron en las áreas protegidas del Volcán de Agua, Volcán de Pacaya y la Sierra de las Minas.


Esfuerzos adicionales para detectar la biodiversidad presente en los huertos familiares incluyen las caracterizaciones dirigidas por el CBM en 11 comunidades del Corredor del Caribe. Durante la caracterización social y económica de las comunidades se detectó que los huertos familiares o traspatios albergan plantas de maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus spp.), arroz (Oryza sativa), chile (Capsicum spp.) aguacate (Persea spp.), anona (Annona spp.), coco (Cocus nucifera) y bananos (Musa sapientum). No se tiene un inventario de las especies, y se carece de información adicional referente a especies endémicas y su origen (nativas o introducidas). Otro esfuerzo relacionado a huertos familiares para la conservación in situ de especies endémicas, incluye el realizado por Fundación ProPetén en 7 comunidades de la región Maya Itzá y de la zona de amortiguamiento de la Biosfera Maya. Los esfuerzos promueven el cultivo de especies tradicionales del área, basándose en que cada vez son más las especies tradicionales que están siendo substituidas por especies exóticas, principalmente por hortalizas (Rosales, com per, 2005). Actualmente, existe una caracterización de los huertos de la región Itzá, pero la misma no ha sido publicada. Por su parte, el IV Censo Nacional Agropecuario reporta 63 cultivos en los traspatios de las viviendas. Los cultivos se desarrollan en áreas específicas de las viviendas censadas entre el 2002 y el 2003. De las 63 especies que se reportan en el traspatio, las que se encuentran en el mayor número de viviendas son: aguacate, banano, coco, durazno, melocotón, jocote, limón, mandarina, mango, manzana y naranja (INE, 2005). 4.1.2.2. Campos agrícolas con tecnología tradicional Los campos agrícolas manejados con técnicas de cultivo tradicional (Figura 3) contribuyen con la

Figura 3. Campo manejado con agricultura tradicional. Fotografía: Helmer Ayala

conservación in situ porque albergan una gran variedad de razas primitivas de especies agrícolas y de sus parientes silvestres (Ayala, 1999; Eyzaguirre y Watson, 2001). Los campos agrícolas con tecnología tradicional cumplen la función de conservar la variabilidad de especies agrícolas primitivas o ancestrales. Por ejemplo, especies que fueron introducidas en los tiempos de la colonia o que han sido cultivadas desde tiempos ancestrales. En este tipo de agricultura, los agricultores se encargan de almacenar, bajo condiciones artesanales, el material genético (ejemplo: semillas) de las especies que cultivan. De tal manera que el mismo pueda ser utilizado en el próximo ciclo de producción. Este mecanismo permite proteger la especie, y por lo tanto, contribuye con la conservación de los recursos genéticos vegetales. En los campos agrícolas usualmente se encuentra una asociación de cultivos, como se observa en la Figura 3 en la cual aparecen el maíz (Zea mays), la yuca 31


(Manihot esculenta), el quequexque (Xanthosoma violaceum) y el banano (Musa sapientum), común en el área de Alta Verapaz. En Guatemala existe poca información sobre los campos agrícolas con agricultura tradicional. Los esfuerzos dirigidos hacia esta forma de conservación incluyen la asistencia técnica, la investigación y la colecta de germoplasma para la conservación en proyectos específicos. Por ejemplo, el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) apoya un proceso de consulta para el Figura 4. Taller de conservación in situ. Ciudad de Guatemala. mejoramiento de variedades de maíz estudiantes de tesis y de Ejercicio Profesional en los campos agrícolas tradicionales de HuehueSupervisado, los investigadores, consultores tenango. Asimismo, provee asistencia técnica para externos y los expertos de organismos internael aprovechamiento del xate en las comunidades cionales. A las capacidades humanas se pueden del Río Usumacinta. agregar las generaciones de profesionales especializados que se han incorporado al mercado Los objetivos de los proyectos mencionados polaboral (CONAP, 1999a). drían estar orientados no necesariamente hacia la conservación; más bien, el objetivo es mejorar la El recurso humano a tomar en cuenta, incluye el producción e introducir nuevo material genético personal técnico y administrativo asignado por el con mayor potencial de rendimiento, promoviendo CONAP para el seguimiento y coordinación del así la substitución del material genético tradicional. SIGAP. Parte de este personal está ubicado en el Departamento de Unidades de Conservación, el cual cuenta con 5 personas en las oficinas centrales; 4.2 Capacidades nacionales que favorecen entre ellos un director y cuatro técnicos. Los la conservación in situ técnicos atienden las secciones de Ecoturismo, Monitoreo y evaluación del SIGAP, Áreas 4.2.1 Recurso humano protegidas y Registro del SIGAP, respectivamente. Este departamento ha indicado que el personal no Las capacidades humanas en la conservación in es suficiente para desarrollar las actividades. Sin situ de la biodiversidad, están dadas por el personal embargo, es posible concretar algún apoyo a través permanente a cargo de la administración y manejo del personal ubicado en las 13 sedes regionales de las áreas de conservación, tanto a nivel de con las que cuenta CONAP 15. dirección como a nivel técnico; así como el personal encargado del control y la vigilancia (Figura 4). Adicionalmente, el CONAP tiene contratados, Dentro de las capacidades humanas se incluyen entre guarda recursos y encargados de parques, un los voluntarios nacionales e internacionales, los 15

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Las sedes regionales de CONAP están ubicadas en el Altiplano Central, Altiplano Occidental, Las Verapaces, Nororiente, Oriente, Sur Oriente, Costa Sur y Petén con subregionales en Poptún y Sayaxché.


total de 340 personas laborando de manera permanente para el SIGAP. Dicho número incluye 115 trabajadores asignados a las áreas protegidas en co-administración, cuyo salario está cubierto por el CONAP. El salario promedio mensual de un guardarecurso es de Q 1,500.00 nominal, además de las prestaciones de Ley. Los guardarecursos atienden directamente las labores de control y vigilancia en el campo (artículo 77, Decreto 4-89). Debido a la carencia de registros completos del recurso humano a nivel nacional, no es posible estimar el número de personal que actualmente labora en la conservación in situ, así como su nivel de formación. Como se indica, los registros al respecto de las capacidades humanas son escasos o incipientes. Sin embargo, fue posible establecer alguna relación hombre/área para algunas áreas protegidas, como se describe en el Cuadro 9. En cuanto a los huertos familiares y campos agrícolas tradicionales a cargo del CONSUROC, estos son manejados por 8 personas, dos directivos (también técnicos) y el resto a cargo de las actividades técnicas. De esta forma, podemos

concluir que el personal asignado no es suficiente para desarrollar de manera efectiva la gestión en las áreas de conservación. La diferencia en términos de número y formación del personal es válida, ya que las áreas tienen diferentes extensiones y necesidades. No obstante, la mayoría de las instituciones consideran que el personal es insuficiente para atender las necesidades de manejo de las áreas. En las áreas protegidas se dan casos en que no existe personal específico para coordinar cada área, incluso en otras áreas protegidas no hay presencia institucional. De igual forma, el personal que labora en las reservas naturales privadas y en los parques regionales municipales es mínimo. En lo referente a la gestión de fondos, aunque la mayoría de instituciones dependen de fuentes externas de financiamiento, un gran porcentaje de ellas no tienen una persona asignada únicamente para buscar fondos externos. En la mayoría de los casos, son los directores administrativos y financieros, principalmente de las organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro, los que se

Cuadro 9. Ejemplos de relación hombre/área en las áreas protegidas del SIGAP. Área protegida

Extensión (Ha)

Recurso humano

Hombre/área

Parque Nacional Tikal

55,005

160 entre guarda recursos, personal técnico y el coordinador del Parque.

1/344 ha

Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic

20,760

9 personas; incluyendo 5 guarda recursos, un coordinador y un administrativo

1/2307 ha

Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique

66,900

12 personas; 8 guarda recursos y 4 técnicos

1/5575 ha

Área de Usos Múltiples Volcán y Laguna de Ipala

2,012

19 personas; 7 a cargo de la dirección y coordinación, 8 guarda recursos, 1 técnico de campo y varios voluntarios

1/251.5 ha

202,865

40 personas entre administrativos, técnicos y guarda recursos.

5072 ha

Parque Nacional Sierra de Lacandón

Fuente: Registros SIGAP (2005), entrevistas (2005).

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encargan de elaborar propuestas y gestionar los fondos necesarios. Pero, debido a que la recaudación de los fondos es una actividad de importancia en la que se invierte un tiempo oneroso, algunas de las organizaciones recurren a la contratación de consultores externos para el desarrollo de propuestas. Con respecto al personal técnico y de campo en las áreas de conservación, el mismo está asignado para desarrollar actividades de monitoreo biológico, relaciones comunitarias, investigación y educación ambiental. Aún así, el personal no es suficiente para cubrir la demanda principalmente en el área social, en donde se necesitan expertos para desarrollar el tema de género y capacitación comunitaria. También existe escasez de personal para cubrir la demanda de investigación científica y levantamiento de datos en biodiversidad. En general, se ha indicado que el personal que labora en la conservación in situ es limitado. En este sentido, un número reducido de instituciones subsanan las necesidades de personal por medio de programas formales de voluntariado, los cuales se promueven a través de páginas de internet, o bien a través de organismos internacionales que brindan apoyo comunitario, tales como Peace Corp (Cuerpo de Paz) y la Cooperación Japonesa JICA. Las páginas de EcoMundo y EcoIndex también son medios efectivos para establecer contacto con voluntarios internacionales. Los voluntarios, tanto nacionales como extranjeros, constituyen una capacidad que fortalece sustancialmente las limitaciones de recurso humano. Por ejemplo, una de las Ong´s menciona que por medio de su programa de voluntariado recibe hasta 300 voluntarios por año. Aunque esta cifra puede variar año con año, los voluntarios, quienes proceden de diversas partes del mundo, respaldan las actividades de manejo de las áreas, 16

colaborando en distintas actividades, dentro de las que se incluyen los patrullajes y las capacitaciones a comunidades. Sin embargo, en la mayoría de los casos no existen planes de voluntariado o normas concretas para orientar su labor. Los estudiantes de distintas universidades se integran a la conservación in situ cuando existe algún proyecto específico. En estos casos, las instituciones interesadas en el trabajo de los estudiantes deben proveer los gastos de viaje, comida, equipo para la investigación, así como un lugar para residir. Cuando existen convenios16, las universidades colaboran con el equipo para la investigación y con los gastos de los estudiantes. Los estudiantes provienen de las distintas universidades del país, principalmente de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), Universidad del Valle (UVG), Universidad del Istmo y Universidad Rafael Landívar (URL). 4.2.1.1 Nivel de formación y especialización El recurso humano que labora en las actividades de conservación in situ es multidisciplinario. El nivel académico del personal administrativo y de campo incluye profesionales de nivel medio de diversas ramas; así como profesionales con título de técnico universitario, licenciatura y maestría. Unos pocos poseen doctorado (PhD). Los guardarecursos tienen educación primaria mayormente. La especialización del recurso humano es variada, la mayoría de los profesionales universitarios son ingenieros agrónomos, ingenieros forestales, biólogos, sociólogos, trabajadores sociales y ecoturistas. El resto lo integran dasónomos, pedagogos, arqueólogos, arquitectos, ingenieros ambientales, agroecólogos, comunicadores sociales, población y medio ambiente, acuicultores, y técnicos con especialización en manejo de los programas de Sistemas de Información Geográfica

Convenios entre las universidades y las organizaciones encargadas del manejo de áreas protegidas.

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(SIG). El personal de dirección y administración incluye peritos contadores, bachilleres, licenciados en administración de empresas, desarrollo internacional y abogados. La formación de los voluntarios internacionales es diversa, pero la mayoría posee estudios universitarios. En cuanto a los estudiantes de tesis, éstos provienen de las carreras de biología, veterinaria, arquitectura y agronomía.

Para mejorar la gestión de las áreas de conservación, la capacitación debe darse a todos niveles, evaluando las necesidades de las autoridades y de los tomadores de decisión; así como del personal de campo y de los actores locales. Los programas de capacitación deben extenderse hacia la formación y fortalecimiento de futuros capacitadores. De tal manera que, los conocimientos adquiridos se hagan extensivos entre los residentes de las comunidades. La capacitación en las áreas protegidas debe tener relación con las necesidades de los POA´s y de los Planes Maestros.

4.2.1.2 Capacitación En términos de la capacitación, el CONAP y otras organizaciones patrocinan capacitaciones e intercambios entre guarda recursos y entre personal técnico. A pesar de ello, en la conservación in situ no existen programas de capacitación continua; ya que son pocas las instituciones que cuentan con programas internos para la formación de investigadores, estudiantes, técnicos y comunitarios. De igual forma, algunas instituciones carecen de programas de inducción. Además, la inestabilidad y la alta rotación17 del personal conlleva a que exista pérdida del capital humano que ya ha sido capacitado. Las principales fuentes de capacitación en el tema de biodiversidad, medio ambiente y manejo de recursos naturales, las constituyen las universidades nacionales, universidades extranjeras e intercambios entre expertos. Muchas de las capacitaciones recibidas se generan a través de convenios entre las instituciones y el sector académico. Por medio de los convenios, es posible obtener becas, intercambios o cursos cortos en el exterior. No obstante, la capacitación para fortalecer el recurso humano en el tema de áreas protegidas y manejo de biodiversidad en medios in situ sigue siendo incipiente.

De acuerdo al proceso de consulta, se estableció que las necesidades actuales de capacitación para fortalecer la gestión de la conservación in situ, deben comprender los siguientes temas: a) b) c) d) e) f) g) h)

Planificación para el manejo de áreas protegidas Gestión comunitaria Resolución de conflictos Extensión Educación ambiental Técnicas de capacitación comunitaria Conservación in situ de la agrobiodiversidad Formulación de proyectos e identificación de fuentes de financiamiento i) Aspectos legales y jurídicos j) Capacitación a educadores (maestros y Ong´s) k) Capacitación en aspectos de desarrollo y conservación dirigidos a la mujer l) Capacitación para bomberos forestales m)Atención al público n) Calidad total o) Relaciones humanas p) Primeros auxilios q) Taxonomía r) Genética de poblaciones s) Técnicas de monitoreo y evaluación t) Sistemas de información geográfica (SIG)

17

En las instituciones del Estado existen cambios constantes de personal. La mayoría de los cambios ocurren al final de cada año, en el mes de diciembre. Estos cambios afectan la continuidad de los procesos iniciados, afectando tanto a la gestión propia de la institución como a los usuarios de la misma y por ende al país.

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4.2.2 Financiamiento El financiamiento para apoyar la gestión de la conservación in situ está comprendido principalmente por los presupuestos estatales; los fondos generados producto de la venta de bienes y servicios; y, los fondos provenientes de donantes nacionales e internacionales.

4.2.2.1 Fuentes internas A. Generación de recursos propios Las fuentes internas para el financiamiento de la conservación in situ incluyen la generación de fondos propios, los cuales se crean a través de una serie de mecanismos como los descritos a continuación: a) b) c) d) e) f) g) h) i) j) k) l) m) n) o) p) q) r) s)

18

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Paquetes de ecoturismo Tarifa por ingreso a los parques Alcancías de la naturaleza Pago por agua (servicios ambientales) Venta de camisetas, gorras, calcomanías Ventas de boletines y revistas Venta de calendarios Donaciones de personas particulares y de fundaciones privadas (Rotarios y ANACAFÉ) Membresías a socios Cuotas por alquileres de infraestructura Antenas de comunicación Torres de transmisión de energía Venta de productos que pueden ser extraídos de las áreas de conservación Cuotas de voluntariado Vivero forestal para la venta de plantas Alquiler de áreas agrícolas Multas por actos ilegales Licencia de aprovechamiento forestal Donaciones en especie [Cuestionario (2005); Entrevistas (2004 y 2005); ARCAS, (2004)]

También humedal RAMSAR

Estos mecanismos financieros constituyen hasta un 40% de los ingresos de las instituciones involucradas. Los mismos tienen como objetivo superar el riesgo de las limitaciones presupuestarias, sin embargo aún no garantizan la sostenibilidad financiera de las áreas de conservación (Mejía y Tribouillier, 2003). La venta de servicios de turismo es uno de los principales mecanismos para el sostenimiento financiero de las áreas de conservación. Dicho mecanismo es una fuente alterna de ingreso para cubrir gastos administrativos y para apoyar los proyectos que se desarrollan en las áreas protegidas. No obstante, estos ingresos no garantizan la sostenibilidad de las áreas; puesto que su continuidad dependerá de factores diversos, entre ellos, la capacidad de las instituciones y de las comunidades para mantener los atractivos de las áreas protegidas. Ejemplos de la generación de fondos por la venta de paquetes ecoturísticos incluyen la Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil, en donde se genera cerca de Q6,000.00 mensuales por actividades de ecoturismo en el Sendero Las Escobas (Villeda, com per, 2005). De igual forma, el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique18 puede generar hasta Q 10,000.00 anuales por concepto de paquetes turísticos (García, com per, 2005). Los ingresos varían dependiendo de la afluencia de turistas al área y de los costos de operación. Mientras tanto, la Fundación Pro-Petén capta fondos para el mantenimiento de la estación biológica Las Guacamayas por medio de paquetes de turismo científico. En este caso, los “tours” generan ingresos pero no garantizan la sostenibilidad de la estación. Los pagos por servicios ambientales, como agua, también constituyen una fuente de ingreso para la protección de los recursos naturales. A este respecto, por medio de un convenio anual con la


Hidroeléctrica del Atlántico (HEDASA) se generan Q 8,000.00 mensuales (Q 96,000.00 anuales) que se destinan hacia la protección y manejo de la Cuenca del Río Las Escobas en la Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil (Villeda, com per, 2005)

ones exitosas en programas de voluntariado, cobran a los voluntarios una cuota semanal de US$50 y US$100, con lo cual han podido generar ingresos de hasta Q 50,000.00 por año (ARCAS, 2004).

B. Presupuestos estatales Los fondos privativos también son constituidos por el cobro de ingreso a los parques nacionales, monumentos culturales y parques regionales municipales, entre otros, tal como se observa en el Cuadro 10. Los fondos por concepto de ingreso a los parques apoyan el manejo de las áreas de conservación, pero no garantizan la sostenibilidad de las mismas. En algunos casos, los ingresos son canalizados para cubrir necesidades operacionales de las entidades administradoras, mientras que la reinversión para mantener las actividades operativas de las áreas protegidas es mínima (INAB, 2004). La generación de fondos no restringidos incluye donaciones de particulares, pago por membresías anuales, venta de calendarios, boletines y mercadería especial como gorras, camisetas y lapiceros. Entre los fondos no restringidos se incluyen las alcancías de la naturaleza, utilizadas por FUNDAECO, las cuales generan entre Q50.00 y Q 100.00 al mes cada una. También, organizaci-

Las fuentes de financiamiento para la conservación in situ incluyen los fondos estatales, o presupuestos asignados a las instituciones encargadas. Estos fondos por lo general son un aporte reducido en comparación con el alcance de los objetivos institucionales y de los planes operativos correspondientes (PNUD, 2002). De acuerdo con PNUD (2002), el total de recursos para la gestión ambiental (medio ambiente y recursos naturales) representaba en el año 2001 sólo el 1.6% del presupuesto nacional. Martínez (2003), indica que en el año 2002 el Gobierno de Guatemala invirtió apenas el 0.72% del presupuesto global en temas relacionados con el ambiente y el patrimonio natural. Esto demuestra que los presupuestos son escasos para que la gestión de la conservación tenga un impacto significativo. En lo correspondiente a las áreas protegidas, en el año 2005 el CONAP tiene aprobado un presupuesto de funcionamiento de Q 31,926,544.00; es decir, un aproximado de Q 75.00 por hectárea de tierra

Cuadro 10: Ejemplos de los montos generados anualmente por concepto

de cobro por el ingreso a las áreas protegidas.

Área protegida

Monto anual

Concepto

Laguna del Pino

Q 100,000.00

Ingreso de visitantes

Parque Nacional de Volcán Pacaya

Q 600,000.00

En el año 2003 por ingreso de estudiantes, visitantes nacionales e internacionales, con tarifas de Q5.00, Q10.00 y Q25.00, respectivamente

Monumento Natural Semuc Champey

Q 489,789.00

En el 2003, por cobro a los turistas

Laguna de Ipala

Q 49,000.00

Q 5.00 por visitante

Fuente: Rosito, com per, 2005; INAB, 2004; Semuc Champey, 2003; Cifuentes, com per, 2005.

37


protegida. Del presupuesto actual, Q 11 millones deberán cubrir las actividades de fomento y administración del SIGAP (156 áreas protegidas) y Q 3 millones serán destinados para las actividades de protección y restauración del Parque Nacional Laguna del Tigre; lo que, en conjunto corresponde al 43% del presupuesto total. El presupuesto del SIGAP proviene del presupuesto que el Estado ha asignado al CONAP; el mismo está designado para cubrir el pago de salarios de guardarecursos19, personal administrativo y personal técnico; así como para equipamiento, infraestructura, materiales y suministros y otros (Fuente, Departamento Financiero-CONAP-, 2005).

El Centro de Estudios Conservacionistas (CECON-USAC) tiene 6 áreas protegidas bajo su administración, las cuales incluyen 5 biotopos y un área de usos múltiple. El CECON depende del presupuesto general ordinario asignado por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Del presupuesto general de la USAC, al CECON le corresponden aproximadamente el 1.8%; el cual es distribuido entre las 7 áreas protegidas a su cargo. El CECON también cuenta con un presupuesto anual de funcionamiento de Q 110,000, el cual sustenta el manejo de las áreas protegidas mediante la compra de equipo, pago de salarios y mantenimiento de infraestructura, entre otras.

Por su parte, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) tuvo una asignación presupuestaria de Q 57.5 millones en el año 2005, a diferencia de los Q 30 millones asignados en el año 2003 (Martínez, 2003; Tejeda, com per, 2005). El INAB invierte el 4.48% del presupuesto asignado en el manejo de las áreas protegidas bajo su administración. En el caso del Parque Nacional Laguna Lachuá, la institución invierte Q 1 millón anual en la operación del área de influencia; el 20% de este presupuesto proviene de fuentes externas de financiamiento, pero el 80% restante es aporte del presupuesto de la institución. Entre sus aportes, el INAB provee más de Q 200,000 anuales para el manejo del Parque Nacional Volcán de Pacaya. Al presupuesto del INAB se suman los recursos financieros del Programa de Incentivos Forestales (PINFOR), el cual consiste en el 1% del presupuesto de ingresos ordinarios del Estado (PNUD, 2002; Escobedo, com per, 2005). Para finales del 2003, el PINFOR invirtió en hectáreas plantadas y manejadas un aproximado de US$ 11.65 millones, lo cual corresponde al 0.3% del presupuesto general de la Nación (PNUD, 2002). Para septiembre del 2004, la inversión del PINFOR fue de aproximadamente US$ 51.5 millones (Escobedo, com per, 2005).

El Instituto de Antropología, Etnología e Historia (IDAEH), recibe aproximadamente Q 73 millones anuales para su gestión en sitios arqueológicos, museos y monumentos a nivel nacional. El IDAEH es responsable del manejo de 44 sitios arqueológicos, entre los que se suman 3 parques nacionales, que además protegen recursos naturales extraordinarios20. Aunque, no fue posible identificar cuánto de este monto se invierte en las áreas protegidas a cargo del IDAEH, el Instituto destina aproximadamente Q 12 millones para cubrir las necesidades de funcionamiento del Parque Nacional Tikal.

19 20

38

A los presupuestos estatales se suman los presupuestos de las Municipalidades, los cuales son aún más escasos. Por ejemplo, mientras unas municipalidades reciben Q 160,000 para gestión ambiental, otras perciben la asignación de más de Q 500,000.00, lo cual incluye la compra de materiales y pago de salarios. El presupuesto asignado para la gestión ambiental debe cubrir actividades de divulgación, reforestación, prevención y control de incendios forestales, protección de los bosques, tratamiento de desechos y capacitaciones, entre otros. Consecuentemente, las municipalidades deben gestionar fondos

Un guarda recurso devenga un salario promedio del Q1,500.00, más sus prestaciones de Ley. Parque Nacional Tikal, Mirador Río Azul y Yaxhá –Nakum-Naranjo


externos para el mantenimiento efectivo de las áreas protegidas bajo su administración. Los guardarecursos constituyen el mayor aporte de las municipalidades para el manejo de las áreas protegidas. Por ejemplo, las 14 municipalidades de los departamentos y municipios en donde se ubica la Reserva de Biósfera Sierra de las Minas apoyan la gestión del área protegida mediante el aporte de 1 ó 3 guarda recursos, lo que en términos monetarios implica aproximadamente entre Q 30,000.00 y Q 48,000.00 al año. En materia de financiamiento, no se detectan fuentes específicas para financiar el establecimiento, manejo, investigación y control de los huertos familiares; así como de los campos de los agricultores. El IIDESO del CUNSUROC-USAC, menciona que los fondos para cubrir las actividades en los huertos familiares provienen principalmente del presupuesto ordinario de la Universidad.

4.2.2.2 Fuentes externas de financiamiento A pesar de los fondos existentes, la mayoría de organizaciones involucradas en el manejo in situ indican que los financiamientos actuales no garantizan la sostenibilidad de los proyectos, siendo necesario depender de financiamiento externo. El financiamiento externo varía en duración, desde 1 año hasta 6 años, pero los mismos siguen siendo temporales y no tienen continuidad. Las fuentes de financiamiento externo proveen un alto porcentaje de los fondos generados para el manejo de áreas protegidas y para lo relativo a la conservación in situ. Los donantes nacionales y los proyectos de cooperación de mediano y largo plazo, así como las agencias de desarrollo y las organizaciones conservacionistas internacionales, constituyen las principales fuentes externas de financiamiento (Cuadro 11) (PROARCA/CMB/CI/TNC/WCPA, 2003). Estas fuentes proveen de un complemento a los presupuestos y

dinamizan las actividades de conservación; sin embargo, un alto porcentaje de ellas son temporales por lo que no aseguran la sostenibilidad de los proyectos planteados (Grupo Andino, 2001).

A. Donantes nacionales Las instituciones relacionadas con el manejo de biodiversidad, recaudan fondos a través de propuestas de proyectos que compiten ante donantes nacionales. En su mayoría, estos fondos son de corto plazo (de seis a diez y ocho meses) y se utilizan para desarrollar una variedad de proyectos puntuales; ya sea en investigación, planificación y desarrollo de capacidades de gestión. Los donantes nacionales constituyen una fuente importante para la generación de fondos para la conservación. Entre los más importantes se incluyen los de cooperación financiera y técnica para la realización de proyectos de investigación científica y de desarrollo tecnológico, como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYT), el cual provee financiamiento a través de sus distintos programas y mecanismos financieros: SENACYT, FONACYT, FODECYT y AGROCYT. Este último puede financiar hasta $65,000 para proyectos no mayores de 3 años. El Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza (FONACON), con un presupuesto anual de US$ 375,000.00, brinda apoyo financiero a instituciones del Estado, universidades, organismos de la sociedad civil y a comunidades para que desarrollen proyectos en pro de la protección, conservación y restauración de los recursos naturales (FONACON, 2004). De acuerdo con los entrevistados, el CONCYT y FONACON son las principales fuentes de financiamiento y de cooperación por medio de las cuales se ha logrado captar fondos para proyectos 39


Cuadro 11. Donantes internacionales de apoyo a la conservación in situ en Guatemala.

40

Donante/Duración del financiamiento

Ejemplos en los que provee financiamiento

Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI)

• Capacitación en GIS, fortaleciendo a las instituciones con equipo • Infraestructura en Parque Regional Municipal Montaña Chiclera • Apoyo a programas de ecoturismo y financiamiento en proyectos para la investigación y ordenamiento de los recursos pesqueros a nivel nacional

Conservación Internacional (CI)

• Proyectos de gestión de las reservas privadas e incentivos de conservación

Cooperación Holandesa

• Provee financiamiento para el manejo del Parque Nacional Laguna de Lachuá • Apoya el manejo de la parte norte de la Sierra de las Minas • Fortalece la gestión de los parques municipales de occidente • Proyecto de Fortalecimiento a la Gestión de las Áreas Protegidas y la Biodiversidad de Guatemala, a ejecutarse del 2005 al 2010

Fondo Francés del Medio Ambiente

• Desarrollo de la certeza jurídica de la tierra, fortalecimiento institucional, manejo in situ de xate, tillandsias y de material vegetativo para desarrollo productivo • Compra de tierras para la conservación

Fundación Toyota compartido con fondos de RAMSAR

• Financiamiento para la escuela de promotores agroforestales y para la capacitación de guardarecursos

Asociación Suiza para la Cooperación Internacional Helvetas, a través del Programa de Bosques del Altiplano Occidental –ProBosques

• Ejecución del manejo de los bosques municipales de Quetzaltenango

National Fish and Wildlife Foundation (NFWF)

• Estudios y monitoreo de aves migratorias, aviturismo y bandeo de aves • Proyectos de agroforestería (café con sombra) • Apoyo a reservas ecológicas y a reservas naturales privadas

Proyecto RECOSMO (Fondo Mundial del Medio Ambiente y Gobierno Real de los Países Bajos)

• Proyectos diversos en conservación de la biodiversidad, planificación estratégica, desarrollo sostenible, educación ambiental formal y no formal, fortalecimiento de los grupos locales y enfoque de género en 9 áreas protegidas de la región RECOSMO y sus interconexiones

Proyecto JADE (Gobierno Real de los Países Bajos)

• Continuidad y consolidación de los esfuerzos del Proyecto RECOSMO. Brinda atención a 2 nuevas áreas protegidas y a nuevos elementos, incluyendo un monitoreo eco-regional de la biodiversidad

Programa Ambiental Regional para Centroamérica, Proyecto Áreas Protegidas y Mercadeo Ambiental (Proarca/APM)

• Desarrollo y formación del fondo de agua para apoyar la sostenibilidad financiera de la Sierra de las Minas • Fortalecimiento institucional y actividades varias de apoyo al manejo de las áreas protegidas del Golfo de Honduras • Sostenibilidad financiera y fortalecimiento institucional


The Nature Conservancy (TNC) gestión

• Por medio del Programa Parques en Peligro TNC apoya la de la Reserva de Usos Múltiples de la cuenca del Lago de Atitlán, la Reserva de Biósfera Sierra de las Minas y el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic; así como la zona del bosque espinoso para la protección de aves migratorias (Por ejemplo: Dendroica sp.) • Fortalece los corredores mediante el apoyo a las reservas naturales privadas • Provee fondos para monitoreo de aves en la Reserva Protectora de Manantiales Cerro San Gil • Fortalece la elaboración, implementación y actualización de los planes maestros en varias de las áreas protegidas • Contribuye en la elaboración de PCA21

Wildlife Conservación Society (WCS)

• Apoya el manejo de áreas protegidas en Reserva Biosfera Maya (Parque Nacional Laguna El Tigre, Parque Nacional MiradorRío Azul y corredor Laguna del Tigre-Mirador) • Colabora con el monitoreo remoto de la RBM • Actor en el diseño de planificación eco-regional de la Selva Maya • Fortalecimiento institucional a las ONG´s co-administradoras de áreas protegidas en Petén

Fuente: Santizo (2004); JADE (n.d.); Entrevistas (2004 y 2005).

de investigación y de desarrollo sostenible. A través de dichos proyectos, se obtienen fondos para la compra de equipo y materiales, los cuales una vez finalizado el proyecto pasan a formar parte del inventario de la institución. La Dirección General de Investigación (DIGI), es otro de los principales donantes. La DIGI es una entidad de carácter nacional que provee financiamiento a las unidades académicas de la Universidad de San Carlos que deseen realizar proyectos de investigación. Las líneas de investigación de la DIGI incluyen once temas prioritarios entre ellos, los recursos naturales y el medio ambiente. Se suman a los donantes nacionales, la Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en Guatemala (FCG). El FCG, es un fondo ambiental creado para apoyar proyectos y actividades de conservación y manejo de recursos naturales (FCG, 2005). El fondo provee finan-

ciamiento a instancias de distinta índole e investigadores individuales que quieran desarrollar proyectos en áreas protegidas, proyectos de educación ambiental formal y no formal, fortalecimiento institucional, investigación, manejo de flora y fauna silvestre, conocimiento y entendimiento de la biodiversidad y capacitación (FCG, 2005). El fondo apoya pequeños proyectos de tesis con un límite de Q 20,000 por proyecto y Q 50,000 para otros proyectos. El FCG también administra otras donaciones, y a la vez maneja una cartera de proyectos con fines de conservación y de gestión ambiental. Dentro de las fuentes de financiamiento internas se encuentra el Fondo Guatemalteco de Medio Ambiente (FOGUAMA), creado por el Gobierno de la República en el año de 1997. El Fondo tiene como principal misión el financiamiento de proyectos de desarrollo ambiental sostenible y para la protección de los recursos naturales y culturales del país.

21

Plan de Conservación de Áreas

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Finalmente, se puede mencionar el Programa de Gestión Ambiental Local (PROGAL) el cual promueve el desarrollo de proyectos productivos y de desarrollo en la Región RECOSMO. El Programa beneficia exclusivamente a comunidades organizadas de las áreas protegidas y corredores biológicos dentro de la Región RECOSMO. Entre los proyectos que se han financiado a nivel comunitario se encuentran: producción de artesanías, diversificación de la producción agrícola a través del cultivo de hortalizas nativas y protección de la biodiversidad por medio de la reforestación y proyectos de ecoturismo. Desde su creación en 1996, el programa ha financiado 30 proyectos comunitarios anuales, en los cuales ha invertido aproximadamente Q 4 millones (Rosales, com per, 2005). Actualmente, el programa ha pasado a formar parte del Proyecto JADE, con lo cual se incrementa su capacidad financiera para continuar apoyando proyectos anuales. Se calcula que la inversión del programa hasta el 2010 será de casi Q 1,900,000.00 al año (Rosales, com per, 2005). B. Donantes internacionales El Cuadro 11 describe ejemplos de las instancias de financiamiento de la comunidad internacional. Los organismos internacionales han brindado un aporte significativo a las actividades de conservación. Estas instancias prestan su apoyo en la creación de capacidades, así como en los procesos de conservación y protección del medio ambiente, y para el manejo de la biodiversidad (CONAP, 1999a). Las donaciones externas que se han invertido en áreas protegidas y en sus zonas de influencia, así como en el fortalecimiento de capacidades para la conservación in situ, provienen de organizaciones internacionales y de fundaciones privadas de cooperación tales como World Wildlife Fund

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(WWF), Catholic Relieve Service (CRC), Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Global Environment Facility (GEF), Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GTZ), Banco de Reconstrucción Alemán (KFW), NORAD, DANIDA, Cooperación Suiza, Cooperación Austriaca para el Desarrollo, Fundación McArthur, Premio Ford a la Conservación y Embajada del Reino Unido, entre otras. Estas instancias han aportado financiamientos significativos, aunque no suficientes, para el manejo de áreas protegidas y biodiversidad en Centro América; ya sea mediante la gestión directa en las áreas, o bien a través de donaciones, préstamos y fondos no reembolsables. Por ejemplo, el GEF aprobó en 1997 un financiamiento de 10.94 millones para el establecimiento del programa de consolidación del Corredor Biológico Mesoamericano (CBM). Entre 1995 y el año 2003 el GEF ha aprobado para Guatemala financiamientos de más 13 millones de dólares americanos para proyectos en manejo de áreas protegidas, manejo integrado de recursos naturales en el altiplano guatemalteco y consolidación de parques regionales municipales, entre otros (GEF, 2004).

4.3 Instrumentos de gestión Para fines de este estudio, los instrumentos de gestión en la conservación in situ comprenden los instrumentos diseñados para planificar, organizar, dirigir, controlar y por lo tanto coordinar las actividades implementadas dentro de las áreas de conservación discutidas en este documento. Estos instrumentos deben funcionar para la toma de decisiones técnicas y administrativas, así como para evaluar y dar seguimiento a los planes y objetivos propuestos. En tal sentido, los instrumentos de gestión en la conservación in situ incluyen, entre otros, los indicados para la gestión del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas


(SIGAP); mismos que se estipulan en el Decreto 4-89 y sus Reformas, y que fueron aprobados según Resolución del CONAP No. ALC 043/97. De acuerdo a la citada resolución, los instrumentos para la gestión del SIGAP son: 1) estudios técnicos, 2) planes maestros, 3) planes operativos anuales, y 4) evaluaciones de impacto ambiental.

no cuentan con planes maestros; esto incluye las reservas naturales privadas y los parque regionales municipales, los cuales tienen 10 planes piloto y 3 planes maestros en proceso, respectivamente. Estos planes han sido elaborados con el respaldo de la metodología para la Planificación de Áreas (PCA). Los mismos no se han presentado al CONAP para su aprobación (Castro, com per, 2005).

4.3.1 Estudio técnico El estudio técnico es un requisito previsto para la declaratoria legal de nuevas áreas protegidas o para la recategorizacion de áreas protegidas ya existentes (artículo 11, Decreto 4-89). El estudio técnico deberá describir las características técnicas, sociales, físicas y legales de las áreas protegidas.

4.3.2 Plan maestro De acuerdo con el artículo 18 del Decreto Ley 489, el manejo de las áreas protegidas del SIGAP estará definido por su respectivo plan maestro. El plan maestro es el documento rector para la ordenación territorial, gestión y desarrollo de las áreas protegidas. Este instrumento debe contener las políticas y directrices generales, así como los distintos programas de manejo, conservación, investigación, ordenación y uso de los recursos a desarrollarse en las áreas protegidas (CONAP, 1999a). La elaboración del plan maestro debe ser participativa y consultada con los distintos actores e involucrados, y su aplicación es fundamental para la sostenibilidad de los ecosistemas (CONAP, 1999a). Para Junio del 2005, 31 áreas protegidas en sus diferentes categorías cuentan con planes maestros aprobados o en proceso de aprobación; mientras que 6 necesitan ser actualizados (CONAP, 2004b; SIGAP, 200422). El resto de las áreas protegidas

22

4.3.3 Plan operativo anual El artículo 18 del Decreto 4-89 también indica que cada área protegida deberá contar con su respectivo Plan Operativo Anual (POA), el cual será elaborado por el ente administrador del área, aprobado y supervisado por CONAP. El POA deberá contener las actividades y responsables, un calendario de ejecución y el respectivo presupuesto. El POA es una herramienta necesaria para orientar al CONAP en el monitoreo y evaluación de las áreas protegidas. Las entidades públicas o privadas encargadas del manejo de áreas protegidas deberán enviar al CONAP, un informe anual sobre el avance del POA (artículo 20, Acuerdo Gubernativo 75990, Reglamento de la Ley de Áreas Protegidas). Los registros del SIGAP (2004), indican que 35 áreas protegidas cuentan con su respectivo plan operativo anual (Castro, com per, 2005).

4.3.4 Evaluaciones de impacto ambiental (EIA) El artículo 20 de la Ley de Áreas Protegidas regula lo relativo a los EIA dentro de áreas protegidas. Los objetivos del EIA son esclarecer las actividades que tendrán lugar dentro y en el perímetro de las áreas protegidas, mismas que deben ser compatibles con los planes maestros. Sin embargo, el artículo 20 no esclarece las medidas de urgencia en caso de desastres, tampoco considera las medidas de

Registros del SIGAP a diciembre del 2004

43


reparación o indemnización por daño, y lo que es más importante, no hace referencia a procesos de consulta pública (CONAP, 2005).

4.3.5 Otros instrumentos de gestión

nados. El proceso de evaluación consiste en visitar las áreas protegidas, en donde además se sostienen reuniones con los directores de los parques, guardarecursos y representantes de las comunidades. Es importante contar con los insumos de varias personas y sectores para evitar el sesgo en la información.

4.3.5.1 Monitoreo y evaluación del SIGAP Entre los instrumentos de control en la conservación in situ se incluyen las herramientas para evaluar la efectividad de manejo de las áreas protegidas del SIGAP. La metodología utilizada ha sido adaptada y modificada de la Estrategia para el Monitoreo del Manejo del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas desarrollada por PROARCA/CAPAS (Olivas, 2002). Su aplicación permite medir el grado en que las áreas están protegiendo sus valores, con el objetivo de promover que los esfuerzos de manejo sean mejorados en el tiempo (PROARCA/APM, 2004; CONAP, 2004a). Para el efecto, el análisis de calidad de la gestión incluye indicadores de ámbito social, ámbito administrativo, para los recursos naturales y culturales, de ámbito político-legal y de ámbito económico-financiero. La metodología es un proceso sencillo, entendible, simple y no requiere de mayor inversión (Olivas, 2002). La misma se ha aplicado en Guatemala desde el año 2002 con un aumento progresivo en el número de áreas a evaluar. En el año 2002 se evaluó un total de 13 áreas, mientras que en el 2004 se evaluó un total de 47 áreas23. En el año 2005 se pretende evaluar 52 áreas, pero el personal y los presupuestos para cubrir el proceso, son limitados. No obstante, la evaluación se conduce anualmente, tomando en cuenta aquellas áreas para las que existe línea base, las que tienen presencia institucional y por lo tanto cuentan con planes maestros aprobados o planes operativos encami23

44

4.3.5.2 Plan de manejo forestal De acuerdo al Reglamento de PINFOR, el plan de manejo forestal debe incluir, entre otros, un plan de manejo forestal de bosque natural para protección de los recursos naturales (INAB, 2004a). El plan de manejo debe incluir la planificación, actividades y control a seguir. Cuando el incentivo ocurre dentro de un área protegida, el plan de manejo deberá ser aprobado por el CONAP.

4.3.5.3 Planes de conservación de áreas (PCA) Además de los instrumentos indicados, existe otra forma de planificación para la conservación. La misma se considera una fortaleza nacional, ya que busca la protección integral de las áreas protegidas. Estos instrumentos de planificación son elaborados con base a procesos participativos que orientan a los actores e involucrados a identificar los elementos prioritarios para la conservación, tanto naturales como culturales, así como a identificar las amenazas que afectan la integridad de estos elementos. La metodología del PCA permite definir las estrategias para mitigar las amenazas y definir los lineamientos apropiados para la gestión de las mismas. En resumen, el PCA, previamente denominado Planificación para la Conservación de Sitios24 (PCS), es un proceso de planificación estratégica que integra información que sustenta los planes maestros de las áreas protegidas; por lo tanto, para

Los detalles de la reciente evaluación pueden ser consultados en el Departamento de Unidades de Conservación del CONAP. Sección Monitoreo y Evaluación del SIGAP. 24 Plan de Conservación de Sitios (PCS). Metodología utilizada por TNC dentro del proceso de planificación conocido como Conservation by Design. Para mayor datos revisar el www.tnc.org


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