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MANUAL DE SISTEMATIZACION DE EXPERIENCIAS AMBIENTALES

Sonia Lavín Herrera PIIE / FDLA Santiago, Julio 2000

Introducción El propósito de este documento es entregar a los grupos que trabajan en el desarrollo de proyectos de mejoramiento del medio ambiente, algunos elementos teórico metodológicos y técnicas de registro y sistematización de sus propias experiencias, a fin de que desde allí generen aprendizajes que puedan compartir con las comunidades con quienes trabajan. Desarrollamos los contenidos de este Manual asumiendo la incertidumbre que implica el reconocer la transitoriedad de nuestras “certezas”, recogiendo las palabras de Michael Ende: “Si tú cambias con cada experiencia que haces, ¿qué es lo que en ti permanece invariable? La manera de cambiar constantemente” 1.

Un punto de partida Cuando estamos realizando una actividad en terreno, con un grupo de jóvenes, o de niños, de mujeres o de ancianos, y suceden tantas cosas y se dicen tantas cosas importantes ¿no les pasa que piensan: ¿cómo hacer para rescatar todas estas expresiones, lo que dicen, lo que hacen, cómo lo expresan? Es cierto podemos pensar a veces - que todo esto que está sucediendo no está tan directamente relacionado con los objetivos de nuestro proyecto, y no tendría sentido ponerlo en nuestro informe. Pero, por otro lado, nos preguntamos, ¿no será que es precisamente allí donde están sucediendo las cosas más importantes, y se nos están yendo entre los dedos? ¿Cómo hacer para rescatar lo central de lo accesorio? ¿Quién decide qué es lo importante que debo comunicar? ¿Desde dónde me paro para decidirlo? Otras veces, quizás, estamos en una reunión con dirigentes sociales, y tomamos notas y más notas, hasta que nos duele la mano. Y cuando volvemos a nuestro escritorio, y tenemos que redactar un documento para dar cuenta de las actividades realizadas, nos preguntamos ¿de qué servirá escribir lo que dijo don Manuel, que es tan latero, o la señora Filomena, que siempre reclama por todo? Y terminamos por resumir sintéticamente, el objetivo de la reunión, los temas que se trataron y los acuerdos, y apagamos el computador, aliviados porque ya hicimos la 1

Ende, Michael “Carpeta de Apuntes”, Madrid, Alfaguara, 1996.

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tarea, pero con un dejo de insatisfacción: ¿para qué tanto esfuerzo en tomar notas, si al final ahí quedan, en el cuaderno.? De eso precisamente se trata este Manual. De darnos algunos ejes de reflexión en torno a los cuales conversar acerca del sentido de la sistematización, para desde allí derivar diversas formas a través de las cuales podamos registrar y sistematizar nuestras experiencias, transformándolas, así, en aprendizajes útiles para nuestras acciones en torno al medio ambiente y la calidad de vida.

UNIDAD I: ¿QUE ENTEDEMOS POR SISTEMATIZAR? El debate sobre la sistematización de las experiencias, ha estado particularmente ligado a la educación popular y a las prácticas de la investigación participativa, la investigación acción, a la investigación acción participativa - de amplio desarrollo durante la década de los 70 y 80 en América Latina - y la investigación acción participante, enfoque que incorpora las nuevas reflexiones de la década de los noventa en el contexto de la globalización y del modelo de desarrollo dominante.2

Sin pretender dar cuenta de los enfoques que han marcado las distintas propuestas de sistematización a lo largo de los últimos treinta años en América Latina recojo lo que Ghiso señala como “algunos acuerdos básicos” en las distintas tendencias. 3 •

“A toda sistematización le antecede una práctica. A diferencia de otros procesos investigativos a éste le antecede un “hacer”, que puede ser recuperado, recontextualizado, textualizado, analizado y reinformado a partir del conocimiento adquirido a lo largo del proceso.”

“Todo sujeto es sujeto de conocimiento y posee una percepción y un saber producto de su hacer. Tanto la acción, como el saber sobre la acción que posee son el punto de partida de los procesos de sistematización.”

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Particularmente importantes fueron los desarrollos sobre la epistomología de la praxis en México, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, entre otros países latinoamericanos, en las décadas de los 70 y 80’s, y el reposicionamiento de la investigación acción en los 90’s presentes en las publicaciones del CEAAL y en los documentos del Congreso Mundial de Investigación Acción Participante, celebrado en Cartagena en junio de 1997. 3 Ghiso, Alfredo “De la práctica singular al diálogo con lo plural. Aproximaciones a otros tránsitos y sentidos de la sistematización en épocas de globalización.” FUNLAM, Agosto de 1998.

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“Toda proceso de sistematización es un proceso de interlocución entre sujetos en el que se negocian discursos, teorías y construcciones culturales. Durante la práctica existen múltiples lecturas que tienen que hacerse visibles y confrontarse con el fin de construir un objeto de reflexión y aprendizaje común.”

“La sistematización como proceso de construcción de conocimiento sobre una práctica social, no es neutro; por el contrario, el interés que lo direcciona y los principios éticos que lo enmarcan son eminentemente emancipadores y transformadores. La sistematización hace parte de las propuestas socio-críticas de la construcción de conocimiento.”

“En la sistematización interesa tanto el proceso como el producto. El proceso vincula múltiples componentes uno de ellos es el pedagógico; nos formamos para sistematizar y sistematizando nos formamos. Estamos hablando aquí de aprendizajes altamente significativos para los que participan.”

Diego Palma (1992) plantea una diferenciación de los enfoques, básicamente en tres aspectos: los objetivos específicos, el objeto a sistematizar y en las metodologías, considerando la existencia de una fuente de unidad en un respaldo epistemológico común, que llama una “epistemología dialéctica”. 4 Recogiendo distintos aportes en esta línea, se puede distinguir distintos énfasis en el concepto de sistematización, de acuerdo a los propósitos que se relevan. Martinic (1984), pone el acento en el carácter reflexivo, ordenador y retroalimentador de la sistematización, cuando señala: “Con este concepto, se alude a un proceso de reflexión que pretende ordenar u organizar lo que ha sido la marcha, los procesos, los resultados de un proyecto, buscando en tal dinámica, las dimensiones que pueden explicar el curso que asumió el trabajo realizado.” Y agrega, “Como la experiencia involucra a diversos actores, la sistematización intenta dilucidar también el sentido o el significado que el proceso ha tenido para los actores participantes en ella.” 5 CEAAL (1992) , enfatiza la generación de conocimientos como principal intención de este proceso. ”Entendemos la sistematización como un proceso permanente, acumulativo, de creación de conocimiento a partir de nuestra experiencia de intervención en una realidad social, como un primer nivel de teorización sobre la práctica. En este sentido, la sistematización representa una articulación entre teoría y práctica … … Por un lado apunta a mejorar la práctica, 4

Palma, Diego “La sistematización como estrategia de conocimiento de educación popular” CEAAL , 1992. Martinic, Sergio “Algunas categorías de análisis para la sistematización. CIDE/FLACSO, Santiago, enero, 1984. 5

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la intervención, desde lo que ella misma nos enseña…; de otra parte … aspira a enriquecer, confrontar y modificar el conocimiento teórico actualmente existente, contribuyendo a convertirlo en una herramienta realmente útil para entender y transformar nuestra realidad.”6 Cadena, por su parte, pone el acento en el carácter participativo de la sistematización. “En la educación popular, la sistematización es una especie particular de creación participativa de conocimientos teórico-prácticos, desde y para la acción de transformación, entendida como la construcción de la capacidad protagónica del pueblo.”7 Ghiso (1998), desde una perspectiva crítica, y asumiendo que existen diversidad de sujetos y por consiguiente de lógicas y racionalidades, culturas y discursos que mueven a la reflexión y expresión del saber construido en relación a las prácticas, supone la existencia de diferentes respaldos epistemológicos, entre los cuales señala: el enfoque histórico – dialéctico; el enfoque dialógico e interactivo; el enfoque hermenéutico; el enfoque de la reflexividad y la construcción de la experiencia humana; y el enfoque deconstructivo. 8 Luego... ¿qué es para nosotros sistematizar? Sistematizar es un proceso colectivo de registro y reflexión continuo que acompaña nuestras acciones, a través del cual vamos haciendo distinciones de lo que ocurre en la realidad local, generando así aprendizajes que van enriqueciendo nuestra acción y las de las comunidades con las que trabajamos, y, a partir de ello, van enriqueciendo la teoría sobre la acción social. Por otra parte, cuando los sujetos participantes del proyecto se hacen parte del proceso de sistematización y participan en el registro a través de distintos medios y expresiones artísticas y culturales, este mismo proceso se constituye en un medio de crecimiento y desarrollo personal.

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Taller Permanente de Sistematización CEAAL/Perú. ¿Y cómo lo hace? Propuesta de método de sistematización. Lima, junio, 1992. 7 Cadena, Félix “La sistematización como creación de saber de liberación” CEAAL, Santiago, s/fecha. 8 Ibidem , Ghiso, 1998.

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UNIDAD II DESDE DONDE SISTEMATIZAR: ¿desde dónde y cómo se construye el conocimiento?

El sentido de sistematizar tiene que ver con la validez que nosotros le atribuimos, como medio de generar conocimiento, en la medida que este conocimiento sea legítimo y útil, no sólo para nosotros, sino para quienes y con quienes trabajamos. Sistematizar implica investigar, e investigar implica pensar la realidad que queremos transformar, e implica producir conocimiento desde ella y sobre ella, y para esto es necesario que nos clarifiquemos qué entendemos por realidad, y qué entendemos por conocimiento. Ustedes probablemente saben y se han enfrentado muchas veces a discusiones con respecto al concepto de “objetividad” , y habrán sido quizás cuestionados, por quienes se inclinan por la investigación cuantitativa, o la investigación “dura” (como le llaman), sobre la validez de realizar investigación en la acción. Lo que se juega detrás de esta polémica - que habitualmente se aborda como “investigación cuantitativa versus cualitativa” - es una concepción de ciencia (es decir, de cómo producir conocimiento) y una concepción de realidad. En otras palabras, de lo que se trata, en el fondo, es de preguntarnos: n ¿Existe un mundo “objetivo”, una realidad “objetiva” que puede ser aprehendida desde fuera de mí, como un algo dado, que yo, con determinados instrumentos de las ciencias sociales puedo comprender e interpretar? n ¿O es que yo, a través de mi propia biología como ser humano, percibo el mundo, percibo la realidad, y por eso, no puedo ser ajeno a él? Lo que aquí está en discusión es si existe o no distancia entre el Sujeto (el investigador) y el Objeto (lo investigado). Las ciencias positivas nos dicen: el sujeto es capaz de generar conocimiento en la medida que toma distancia del objeto de la investigación. El Sujeto, se señala, realiza una acción de “develamiento” de la realidad para dar cuenta del mundo “verdadero y objetivo.” Esta es, en breve, y a riesgo de un excesivo reduccionismo, la visión de las ciencias que se impuso desde el siglo pasado, y, que hasta el día de hoy es la predominante, y está detrás de la lógica de las encuestas, cuestionarios, de las evaluaciones de “costo-beneficio”, por mencionar algunos de los instrumentos y tipo de investigaciones que se realizan en esta perspectiva.

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La teorización de las ciencias sociales a lo largo del presente siglo ha levantado con fuerza la epistemología de la acción, que contrariamente a la anterior sustenta la anulación de la distancia entre el sujeto y el objeto, y la acción como instancia de generación de conocimiento. Por otra parte, a partir del desarrollo de la filosofía de las ciencias, y desde el propio bastión de las ciencias duras, ha surgido y se ha impugnado el status de la ciencia. Para no agotarlos con la mención de nombres y corrientes, quiero tomar las palabras de Humberto Maturana 9, quien desde el estudio de la biología de los seres vivos, llega, por otro camino, a la misma conclusión: “la objetividad no existe”. “No podemos decir: yo tengo la razón”. Con esta frase, Maturana pone como él mismo dice - la objetividad entre paréntesis. Cito a continuación unos párrafos que ilustran esta afirmación: “Lo que yo hago es poner la objetividad entre paréntesis, es decir, no usar el objeto como argumento para validar lo que yo digo.” … “¿Cómo puedo decir que el organismo capta lo de afuera, si lo que le ocurre al organismo tiene que ver con él?… Yo no tengo el privilegio de ver la cosa de afuera. Tengo que cambiar mi modo de estar en el mundo. Si tú y yo discrepamos sobre algo, no podemos ya más pretender que uno de los dos tiene acceso a la cosa “en sí”, ni pretender que uno es privilegiado y sabe cómo es la cosa, que es lo que corrientemente hacemos.” Si uno tuviera acceso a la cosa en sí, y el que tú la veas de una manera tiene que ver contigo, y el que yo la veo como la veo, tiene que ver conmigo, ¿con qué argumento nos peleamos? ¿Con la arrogancia de que yo soy mejor que tú? ¿Pero con qué fundamento, cuando tu experiencia es tan válida como la mía?”. 10

El conocimiento se nutre en la acción Existe aquí un reconocimiento de que la realidad no existe ajena a nosotros. Que la realidad es una construcción social, a la que se da forma intersubjetivamente en la sociedad. Es decir, la realidad se constituye a partir de las visiones de todos los actores intervinientes, que, a su vez, no están aislados en el espacio y en el tiempo, sino que están insertos en un momento histórico y en una situación determinada. Esta llamada “situación” contempla, tanto los aspectos estructurales (tales como las condiciones sociales, económicas, políticas en que los sujetos están inmersos 9

Humberto Maturana R. Chileno (1928) Biólogo PhD Harvard (1958) Profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. 10 Maturana, Humberto. En: Revista La Bicicleta N°48. Entrevista realizada por Eduardo Yentzen “La objetividad entre paréntesis”. Santiago de Chile. S/f

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en su diario vivir), como los aspectos fenomen贸logicos (sus percepciones, expectativas, los imaginarios sociales, etc.) de la realidad, y que, por lo tanto, incluye tanto al sujeto como al interlocutor. Es desde aqu铆, desde la intersubjetividad entre las personas y los grupos y desde la situaci贸n en que est谩n inmersos, desde donde es posible sistematizar nuestra realidad.

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UNIDAD III ¿PARA QUE SISTEMATIZAR? De las distintas concepciones de sistematización se vislumbra que no existe un sólo propósito en la acción de sistematizar. La sistematización puede cumplir múltiples objetivos, todos ellos válidos y compatibles entre sí. Es así como podemos señalar que la importancia de la sistematización radica en los siguientes aspectos, que se mencionan de menor a mayor grado de complejidad: n La sistematización permite el registro y ordenamiento de las experiencias Si cuando iniciamos un proyecto nos proponemos sistematizar, debemos prever los tiempos, los espacios y los instrumentos que requeriremos para hacerlo. Ello nos ayudará a contar con registros y documentos que vayan constituyendo la memoria del proyecto, para que no se nos escape el sentido y la forma como la vivimos, no sólo nosotros, sino los distintos actores que en él participan. n La sistematización permite recuperar las experiencias y categorizarlas Si cada una de las actividades del proyecto ha sido registrada (ya sea a través de notas escritas, papelógrafos, fotos, videos, etc.), podremos analizar nuestras experiencias, respaldarlas y fundamentarlas con lo que allí se dijo y se hizo, para luego, a un mayor nivel de abstracción traducirlas a categorías o clasificaciones que nos sean útiles para su posterior análisis y evaluación. n La sistematización permite la comprensión y reflexión del equipo sobre su propio trabajo y permite, por ello, retroalimentar la práctica

Si contamos con nuestras acciones documentadas, y hemos hecho un esfuerzo conjunto de agrupación y clasificación de las observaciones (por ejemplo: cuales las percepciones de los jóvenes sobre las acciones que realiza el municipio, o la CONAMA sobre el medio ambiente; en qué tipo de actividades les interesa participar preferentemente las mujeres en torno al medio ambiente; qué opinión tienen los adultos acerca de las posibilidades que abre el reciclaje de basura), esto nos permitirá reflexionar en cómo mejorar nuestro trabajo. n La sistematización permite el intercambio de experiencias con otros actores Si efectivamente hemos ido registrando nuestras experiencias, y en nuestras reuniones y análisis hemos logrado categoralizarlas, estaremos en condiciones de intercambiar nuestros aprendizajes con otros grupos o bien con otros actores de la comunidad. De otra manera, nuestras conversaciones versarán sólo sobre las 8


actividades realizadas a nivel anecdótico, pero no habrá intercambio real de aprendizajes. Si tenemos, en cambio, algún nivel de ordenamiento y de reflexión sobre nuestras experiencias, nuestras reuniones no sólo serán entretenidas, sino que nos permitirán comparar nuestras experiencias, aprender de los otros y compartir nuestros obstáculos y nuestros logros y aprender de ellos. n La sistematización promueve, si se logra la involucración de los actores, el crecimiento y desarrollo del sujeto, en la acción misma de sistematizar. Una sistematización que incluya a los propios actores del proyecto (por ejemplo a las mujeres o a los jóvenes o a los adultos mayores) en el registro de las actividades, puede tener para ellos un gran potencial de crecimiento personal y de compromiso con las acciones ambientales. Esto se logra en la medida que a ellos mismos se les interese en, por ejemplo, aprender a hacer un video y registrar las acciones realizadas a través de este medio; o se les invite a que escriban poemas o cuentos, o canciones en los que expresen sus deseos, sus sueños o sus compromisos con las acciones de conservación del medio ambiente. Estas actividades de sistematización se transforman, más allá de un simple registro, en una vivencia personal que tiene una capacidad de constituirse en un interés sustentable en el tiempo de las personas y los grupos que participen en la experiencia. n Por último, la sistematización permite un proceso permanente y acumulativo de construcción y de-construcción del conocimiento sobre la realidad social Esto quiere decir que si este proceso se cumple a través de un registro sistemático de las experiencias, y se realiza un proceso de reflexión sobre ello alimentado con la lectura e interpretación de textos teóricos y experienciales, se van generando nuevos argumentos ya sea que avalen o cuestionen los conocimientos emergentes sobre medio ambiente, desarrollo sustentable y calidad de vida.

¿Cuáles son, entonces, sistematización?

las

características

de

un

proceso

de

Un proceso de sistematización que intencione cumplir con estos objetivos, se caracteriza, entonces, por ser una sistematización: n n n n

intencionada reflexiva dialógica participativa 9


n transformadora Intencionada, porque se planifica y desarrolla como una acción que se engarza en el proceso mismo del proyecto. Reflexiva porque se constituye en una suerte de “espejo” del proceso, y, por lo tanto, entrega elementos para su redireccionamiento, en la acción. Dialógica porque convierte el diálogo en el principal instrumento de crecimiento Participativa porque involucra a todos los actores en su proceso Transformadora porque logra una apropiación de los sujetos de su proceso y los transforma en protagonistas de su historia.

¿Quién lleva a cabo, entonces, la sistematización? Habitualmente, y es la situación de la mayoría de los proyectos, la sistematización es entendida como un proceso que lleva a cabo un agente externo, o que se asigna a un miembro del equipo, y cumple, o pretende cumplir, con los primeros objetivos antes señalados. No es habitual, en cambio, que se intencione el involucramiento de los actores en el proceso. Un proceso de sistematización que pretenda cumplir con los anteriores objetivos, requiere involucrar, desde el diseño mismo del proyecto, las herramientas, los tiempos y los espacios, para garantizar que todos los actores tanto del grupo, como de la comunidad, participen en alguna medida de dicha actividad.

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UNIDAD IV ¿QUE SISTEMATIZAR? La decisión acerca de qué sistematizar, se relaciona, en una primera instancia, con los objetivos que persigue el proyecto y con los procesos que este intenciona y, como tal, será el equipo el que determine qué priorizar. Sin embargo, existen ciertas características y principios generales que pueden guiar la decisión del grupo. En el marco de la investigación - acción - participativa, se han identificado ciertos principios que pueden ser válidos para la construcción de conocimientos mediante la sistematización 11: n Significación: Nada ha de hacerse que no tenga significado para el grupo u organización, esto es, que no responda a una necesidad y a intereses concretos de los sectores con quienes y para quienes se trabaja. Esto significa que al diseñar el proyecto, así como en su etapa inicial de instalación del Proyecto, es necesario discutir a profundidad qué aspectos de la realidad interesa registrar y por qué, de manera que exista una intencionalidad clara en el acto de sistematización. Sin lugar a dudas, a lo largo del proceso se irán posiblemente incorporando nuevos elementos que se considere importante sistematizar, los que serán incorporados en la programación del Proyecto, en la medida que tengan sentido para los actores. n Articulación: La sistematización debe dar cuenta de los procesos en el contexto social y cultural en que estos ocurren: es decir, deben proveer información tanto del contexto local (comunitario, barrial, comunal), como del contexto más amplio, ya sea de la ciudad, del país, o de lo que sucede a nivel mundial. Esto tiene importancia en cuanto ello permite analizar los acontecimientos registrados en el marco de situaciones más n Historicidad: todo hecho social tiene una historia de la que se nutre y un proyecto a futuro que lo dinamiza. Por ello, es importante recoger el pasado o los antecedentes que han dado origen a la situación actual, el estado actual, y su orientación a futuro. En el tema ambiental, en especial, la perspectiva histórica aporta una visión muy rica del proceso, en la cual se puede apreciar,

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Cadena Barquín, Félix “Guía para la consolidación de procesos de sistematización y autoevaluación” Fundación Fiedrich Naumann Editorial Praxis.s/f

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por ejemplo, las dinámicas de deterioro ambiental, el efecto de las acciones emprendidas y su proyección a futuro. n Globalidad: es necesario considerar las perspectivas económicas, políticas, sociales, culturales, con el fin de dar cuenta de una visión global de la realidad. Sugerencia de actividades Se proponen ciertas actividades que permiten garantizar que la sistematización responda a los anteriores criterios: •

Caracterizar las necesidades y formular las preguntas en torno a qué nos interesa sistematizar – desde los distintos actores - a cuya resolución debe contribuir la sistematización.

Prefigurar los productos intermedios y finales de la sistematización. Por ejemplo, definir como producto la historia ambiental de el o los lugares o comunidades donde se desarrolla el proyecto; relatos de vida de las personas mayores que han vivido allí durante largo tiempo; recuperación de material escrito o gráfico: crónicas, fotografías, etc.

Especificar la información que se considere relevante en los ámbitos y procesos que puedan contribuir al desarrollo del proyecto;

Elaborar instrumentos para la identificación y registro de la información, tales como pautas de entrevistas; pautas de registros de actividades; guiones para los informes periódicos; formatos para recoger información de los eventos que se realicen, etc.

Obtener, registrar y ordenar primariamente la información, a nivel de la descripción de los hechos y actividades. Esto implica clasificar y seleccionar el material recolectado y mantenerlo en orden y asequible a todos los participantes.

Construir colectivamente los productos a través del análisis, articulación y reflexión sobre las prácticas, realizando reuniones periódicas en que se lea, analice y evalúe el avance del proyecto sobre la base del material recolectado, dando origen a documentos intermedios de sistematización.

Socializar los productos elaborados para su retroalimentación por quienes participaron en su elaboración. A partir de estos documentos de sistematización intermedios, se obtendrán elementos para discutir y reflexionar con los actores y enriquecer sus puntos de vista y mejorar su práctica.

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Instrumentar transferir los resultados para su inserción en la práctica. A partir de dichos resultados, elaborar estrategias y mecanismos a través de los cuales estos pueden ser entregados y difundidos para enriquecer las prácticas de los distintos grupos que trabajan en el mejoramiento ambiental y el mejoramiento de la calidad de vida.

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UNIDAD V ¿COMO SISTEMATIZAR? La observación y el registro La herramienta fundamental en un proceso de sistematización es la observación, entendida como la capacidad de poner todos nuestros sentidos al servicio de la percepción, la aprehensión y comprehensión de la realidad. “Observar implica mirar; pero también escuchar, sentir, percibir; es decir, poner en uso, poner a trabajar todos nuestros sentidos. Siempre tenemos la posibilidad de usar los sentidos, sin embargo, ¿hasta dónde lo hacemos?, ¿miramos?, ¿vemos?, ¿qué distinguimos?, ¿no hay en nuestra selección algo que hace que veamos ciertas cosas y otras no?” (Assael y Cerda, 1996). “… Usar la observación como instrumento supone también colocarse con cierta distancia frente a lo que se intenta observar: la suficiente como para mantenerse sensibilizado con lo que se observa; por lo tanto, no demasiado lejos, pero tampoco demasiado cerca. El estar “pegado”, demasiado involucrado o “comprometido” con la realidad también hace difícil distinguir lo que ahí realmente sucede”. (Ibidem, 1996) . La observación como instrumento se plasma en un producto, que es el registro. Registrar, por lo tanto, implica ver, mirar, oir y escuchar, en otras palabras, se trata de poner en juego las capacidades visuales, auditivas, sensoriales para plasmar la totalidad de la realidad observada y reconstruir una situación. El registro más habitual es el registro escrito, en el cual el investigador primero “graba” mentalmente, memoriza y retiene todos los componentes que es capaz de observar y los plasma en un registro escrito. Habitualmente se apoya a través de notas tomadas en el momento de la observación, pero se traduce en un registro escrito legible e inteligible, que debería ser realizado no más allá de 24 horas después del evento observado a fin de que sea capaz de transmitir con precisión todos los elementos de la realidad observada. El registro auditivo o grabación, es el método que habitualmente se utiliza para las entrevistas - individuales o grupales - que tiene la gran ventaja de recuperar la “textualidad” del discurso de los actores. No sólo es importante conocer el “qué se dice”, sino tanto o más importante es el conocer el “cómo se dice”. Si nosotros mismos nos observamos, cuando se nos pregunta ¿qué dijo, por ejemplo, el Presidente o el Ministro de Economía, sobre tal asunto?, lo habitual es que hagamos nuestra interpretación de sus palabras y que estas, a su vez, sean reinterpretadas por la persona que nos lo ha preguntado, perdiendo a menudo el sentido y el contexto en el cual se expresó esa opinión. 14


El registro, con fines de sistematización, debe recoger al máximo de lo posible, la literalidad del lenguaje de los actores, ya que allí se encontrarán las claves de “los sentidos” de su discurso. Otro instrumento clave es el registro audio visual que pueden presentarse a través de distinto tipo de representaciones: fotografías, videos, filmaciones y gráficas Este tipo de registro nos aporta un elemento central de la observación que es la posibilidad de transmitir el contexto espacial, y elementos de la situación en la cual se desarrolla el evento observado. El conjunto de registros escritos, auditivos y audio visuales, nos permitirán recuperar y analizar las realidades observadas, llevarlas a un plano de abstracción, construir categorías, contrastar estas “situaciones” con la teoría, a fin de aportar a la comprehesión de la realidad social y cultural de los actores de la comunidad.

Algunas técnicas de apoyo para la sistematización n La entrevista no estructurada La entrevista no estructurada o abierta se distingue de la entrevista estructurada (basada en un cuestionario con preguntas cerradas, propia de la investigación cuantitativa), en cuanto al grado de libertad con el cual actúan, tanto el entrevistador, como el entrevistado. En este tipo de entrevista se utiliza una guía de entrevista, que contiene los temas a ser abordados, lo que otorga el marco al diálogo, sin cerrarlo. Esto tiene la ventaja de abrir la posibilidad de que surjan nuevos aspectos, no considerados en el diseño de la investigación, o bien abrir pistas de interpretación relevantes para el proyecto. n La entrevista en profundidad. Es una forma de entrevista no estructurada que se caracteriza por centrarse en uno o dos objetivos muy delimitados. Este tipo de entrevista se utiliza preferentemente para profundizar en algunos aspectos que se han identificado como relevantes, en diagnósticos previos, realizados, ya sea a través de entrevistas abiertas, cuestionarios, observación y otros medios. Si bien esta técnica se caracteriza como no estructurada, al igual que cualquier técnica requiere, de una planificación previa, con el fin de garantizar al menos dos aspectos: que se aborden las distintas dimensiones del problema, y que se dirija hacia distintos momentos del tiempo. Por ejemplo, si el objetivo es conocer la percepción de las personas sobre los problemas ambientales de su comuna, será importante, preparar un esquema 15


basado en el concepto que manejamos de medio ambiente (para que aborde todas sus dimensiones), y tener siempre en mente tres momentos: pasado, presente y futuro. (¿Cómo era antes? ¿Qué problemas ve ahora? ¿Cómo se lo imagina a futuro?). La entrevista grupal En esta entrevista se trata de obtener información relevante a los objetivos del proyecto (o del estudio), mediante los puntos de vista que expresan los miembros de un grupo, en respuesta a una pauta sobre temas y preguntas que realiza el investigador. El grupo puede ser natural (como por ejemplo, un grupo de jóvenes de la comunidad, o un grupo de alumnos), o bien puede estar conformado específicamente para los efectos de la discusión (como, por ejemplo, madres jóvenes con hijos menores de tantos años, o bien, profesores de distintos tipos de colegios, etc.) En este caso se habla de una entrevista focal o focus group.

La historia de vida y los relatos de vida La historia de vida es una técnica de carácter biográfico de delicado manejo, por lo que se recomienda que quien la desee utilizar se prepare especialmente para ello. Se desarrolla a través de una serie de entrevistas abiertas, cuya característica central es que el entrevistado tiene la palabra. El investigador sólo invita al entrevistado a hablar sobre sí mismo y su historia, y lo acompaña con empatía, a lo largo de esta, durante el tiempo que el entrevistado desee. El papel del entrevistador consiste en identificar a personas que pueden aportar elementos importantes con el tema de investigación, lograr su confianza y ayudar sólo con preguntas que orienten la continuidad del relato. El relato de vida, de características similares a la anterior, permite, a diferencia de la historia de vida, intencionar el relato sobre uno o más temas que el entrevistador y el entrevistado determinen. Por ejemplo, el relato de experiencias escolares; el relato sobre la participación en actividades comunitarias. Esta flexibilidad hace que el relato de vida sea un medio más adecuado para recoger, por ejemplo, la historia ambiental de una comunidad. Tanto las historias como los relatos de vida, generalmente, aportan una extraordinaria riqueza y profundidad al estudio de la comunidad. La autobiografía. Constituye otra fuente de información cuya relevancia y valor relativo para la sistematización, radica en la capacidad de la persona de recoger su historia en el contexto socio - cultural en el cual se encuentra inserto. Es un elemento interesante a ser promovido entre los miembros de la comunidad, que puede tener un gran valor para favorecer el autoconcepto y ser un instrumento disparador de la participación y del crecimiento personal. 16


Las expresiones culturales Existe aquí una amplia gama de expresiones que pueden ser promovidas, con fines de sistematización, que pueden ser individuales /o colectivas: cuentos, boletines periodísticos, teatro, programas radiales, fotografías, videos, canciones, dibujos, murales, danza, mimos, etc. Estas expresiones pueden ser favorecidas a través de la organización de ferias, campañas, festivales, concursos, entre otros eventos. Esta línea, tiene la gran virtud de transformar a los miembros de la comunidad con la cual se trabaja, en protagonistas de la sistematización de su propio proceso de crecimiento, lo que transforma a la sistematización en un instrumento de crecimiento personal y grupal de gran potencialidad. Los medios audiovisuales Resulta actualmente habitual el que los proyectos utilicen la fotografía, el video y otros medios audiovisuales en el rescate de las experiencias de la práctica social. En la misma línea del rescate de las expresiones culturales, es importante destacar la utilización de medios audio visuales, no solamente para el registro desde el investigador de la experiencia, sino su utilización como instrumento de crecimiento y desarrollo de los propios actores. Estos tienen la gran ventaja de que, junto con entregar mucha información, no sólo de contenidos, sino de los climas y ambientes que se viven en cada momento del proyecto, permiten que la gente se “vea” y se reconozca, tanto en su corporalidad como en su discurso, lo que incide favorablemente en su autoestima y abre la posibilidad de conversar, analizar y reflexionar acerca de su propio proceso de desarrollo. En esta línea existen experiencias interesantes en que se han incorporado talleres de comunicación, como fotografía, video, radio y televisión. 12 El proceso de análisis El cúmulo de información que se recaba día a día en el trabajo de campo constituye una fuente casi inagotable de saberes en la medida que tengamos la capacidad y disposición para extraer de él sus significados. Hammersley y Atkinson (1983) señalan que el proceso de análisis de la información comienza en la fase anterior al trabajo de campo, en la formulación y 12

En esta línea existen experiencias interesantes como el Proyecto TAFOS, en Perú y la Red Latinoamericana de video popular y televisión educativa. Asimismo, el PIIE actualmente desarrolla esta forma de sistematización en el marco del Proyecto “Una Comunidad de Aprendizaje en torno al Trabajo Infantil”, financiado por la Fundación Kellog, y la ha incorporado a la sistematización del Proyecto “Participación de jóvenes en la protección del medio ambiente a nivel local”, patrocinado por el Fondo de las Américas.

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definición de los problemas de investigación y se prolonga a lo largo del proceso. Este se comienza a formalizar en las notas y apuntes analíticos que acompaña, a menudo, la lectura y revisión de los registros, e informalmente está incorporado a las ideas intuiciones y conceptos emergentes del investigador. De esta manera, el análisis de la información está estratégicamente orientada por el desarrollo teórico (está “teóricamente enraizada”). En otras palabras, la elaboración teórica y el registro de la información están relacionadas dialécticamente. 13 A menudo, el talón de Aquiles de los proyectos de intervención en el medio social, es que adolecen de espacios e instancias sistemáticas de reflexión sobre su quehacer. Si bien muchas veces existen discusiones grupales y se alcanza un cierto nivel de análisis y reflexión, este no se realiza en forma sistemática, ni se rescatan necesariamente los conceptos y categorías que de allí surgen, por lo cual las intuiciones, hallazgos o saberes quedan, generalmente, reducidos a las interpretaciones o los significados particulares, sin llegar a conformar una densidad teórica que realimente la acción. Así, finalmente, la sistematización se concreta en informes, manuales, cartillas, etc., que si bien constituyen productos legítimos del proceso de sistematización, no aportan necesariamente a la construcción de teoría a partir de la práctica social. Ahora, el desarrollo de los modelos y categorías teóricas ha sido frecuentemente considerado como un proceso “misterioso” sobre cuyo procedimiento poco se puede decir, desconociendo el acervo metodológico de las ciencias sociales, que aporta un rico instrumental teórico metodológico, como por ejemplo, el análisis del discurso, la focalización progresiva, las tipologías de diferentes perspectivas o estrategias, la triangulación (que puede ser complementaria a la anterior), la construcción de categorías analíticas y categorías sociales, por mencionar algunas. No está dentro de las posibilidades de este Manual, dar cuenta de la variedad de estrategias que es posible adoptar para profundizar en el proceso de análisis de la información. Sólo quizás apuntar, a manera de sugerencia, que el primer paso en el proceso de análisis es una lectura cuidadosa de los registros hasta alcanzar una gran familiaridad con ellos. A manera de un tamiz, se puede ir filtrando esta información a la luz de los grandes ejes que cruzan transversalmente el diseño del proyecto, por ejemplo, participación y medio ambiente, y extraer datos que resulten significativos. Preguntarse y preguntar a la realidad desde distintos ámbitos, por ejemplo, cómo se vive la participación, qué entienden por ello las autoridades, qué entienden los 13

Hammersley y Atkinson (1983) “El proceso de análisis” En: Etnografía: Métodos de Investigación” Barcelona, Paidos, 1994. Cap.8 pp 191-225.

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pobladores, cómo estas concepciones se contrastan con nuestro enfoque de participación, cómo opera en la realidad. A veces los conceptos surgen espontáneamente y nos encontramos frente a lo que los antropólogos llaman los “conceptos nativos”; en otra fase de desarrollo pueden surgir lo que Blumer llama los “conceptos sensitivos” que proporcionan al investigador un punto de referencia o una guía para la aproximación a las cuestiones empíricas, a diferencia de los “conceptos definitivos” que se refieren a lo que es común a una clase de objetos mediante la definición clara de sus atributos. Se considera que los conceptos sensitivos son un importante punto de partida, son el germen de la teoría emergente y proporcionan criterios para la recogida posterior de información.14 Dos dimensiones son centrales al proceso de análisis: el contexto y el tiempo en que estos ocurren. Es fundamental tener en cuenta el contexto o situación en que los acontecimientos ocurren y el momento en que la acción transcurre, para que ésta tenga sentido. Lo que la gente dice y hace se produce en el contexto de una secuencia de interacción. Por ello, plantearse las preguntas ¿cómo era antes? ¿cómo es ahora? ¿cómo te lo imaginas que será después? resultan claves para analizar el tema ambiental.

14

Ibidem Hammersley y Atkinson, 1994. pp.197.

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UNIDAD VI Un ejemplo de sistematización de una propuesta de desarrollo ambiental Sólo a título de ejemplo, y reconociendo muchas limitaciones a la sistematización realizada, se señalan a continuación los ejes adoptados por el Proyecto: “Modelando la Greda: participación ciudadana para el mejoramiento ambiental en Huechuraba”, proyecto desarrollado por el PIIE, en el marco del programa del Fondo de las Américas, en el año 1998. 15 Los propósitos de la sistematización se centraron en los siguientes elementos: n Recoger fuentes documentales de la historia ambiental del territorio n Levantar un estado de situación sobre el tema ambiental en la comuna n Sistematizar los procesos que promueve el proyecto: diagnóstico participativo, la animación de iniciativas locales, la generación de espacios de diálogo, la generación de redes, las estrategias de difusión. La primera aproximación se concretó, fundamentalmente, a través de fuentes documentales: libros, informes, documentos y fuentes hemerográficas. La segunda aproximación, es decir, la recuperación del estado de situación sobre el tema ambiental de la comuna, visto desde los actores, se ha recogido a través de registros de observación (en la línea que anteriormente se señala) y de entrevistas individuales y grupales., donde se consideraron los siguientes aspectos: • Grado de información que manejan los actores sobre la transformación de la comuna; • Percepción sobre los posibles beneficios y/o riesgos de las transformaciones; • Percepción de los actores sobre los efectos de las transformaciones en su vida cotidiana; • Comprensión sobre la problemática ambiental: • nociones sobre medio ambiente: qué es, qué es lo que abarca • nociones sobre contaminación - quién, cómo, dónde, cuándo y cuánto se contamina • percepciones sobre los problemas ambientales cotidianos: cómo era antes, cómo es ahora, cómo querrían que fuera; • Acciones de los vecinos tendientes a frenar la alteración ambiental; • Identificación de concepciones de “calidad de vida”: cómo conciben los actores “una vida de calidad”; • Identificación de indicadores de “malestar social”, tales como desconfianza, miedo, individualismo, aislamiento, deterioro de la vida asociativa, etc.

15

Se incluye anexo a los materiales del Taller, el informe final de sistematización.

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Identificación de indicadores de polarización social, tales como percepción de los actores sobre la situación de convivencia, indicadores de tensión entre los distintos actores, indicadores de vinculación entre los distintos actores, etc.

La sistematización de los procesos propios del Proyecto - tercera aproximación fue recogida, mediante la mantención de registros de todas las actividades realizadas, bitácoras o diarios de campo, fotografías y videos, así como registros auditivos y escritos de entrevistas y reuniones. El informe final se articuló en torno a una concepción de ambiente que integra el ambiente natural y el social de los grupos humanos que habitan en un territorio determinado, articulado con dos enfoques: el de participación, que transcurre desde una “participación inducida” a la participación como un proceso de “empoderamiento social”, y los enfoques de calidad de vida, que discurren desde una visión de “nivel de vida” basados en estándares materiales, a un concepto de “vida de calidad”, que aboga por una sociedad distinta o un “mejor vivir”.16 PIIE/FDLA Julio, 2000

16

Nájera Martínez, Eusebio “Por una vida de calidad. Notas sobre calidad de vida para el siglo XXI”, PIIE/FDLA, Marzo de 1999.

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Schutter, Antón de Investigación Participativa: una opción metodológica para la educación de adultos CREFAL, Pátzcuaro, Mich. México, 1986. Taller Permanente de Sistematización CEAAL/Perú. ¿Y cómo lo hace? Propuesta de método de sistematización. Lima, junio, 1992. Usher, R. E I Bryant La educación de adultos como teoría, práctica e investigación. El triángulo Cautivo. Ed. Morata. Willis, P “Notas sobre Método” En: Culture, Media, Language, Hutchinson, pp. 105-121 London, 1980.

Hall

et al.

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