LA SOLIDARIDAD
En un mundo frío e impersonal, la preocupación por los demás y la entrega al prójimo crea un oasis de calidez y humanidad hacia el más desvalido marcando una diferencia en la calidad humana de ustedes que les permite actuar con la clara conciencia de quien ha a prendido a distinguir al más frágil, para ir en su ayuda y confortarlo. El Colegio cual burbuja transparente, mira hacia el mundo afuera.., propiciando las condiciones `para ayudar al desarrollo en ustedes lo más generoso de sí para permitirles vivir en actos concretos la solidaridad con ese mundo real de afuera. No son las politiqueras palabras, es la entrega lo que importa. Ustedes se ha formado como grandes personas capaces de percibir las necesidades ajenas, de sacrificar tantas veces su tiempo de descanso o de entretención para ir a entregarlo a quienes lo requieren, sin medir ni alegar por lo que pierden, pero con la alegría de dar., que nace de los más puros sentimiento de nobleza y entrega incondicional. La solidaridad como virtud posee antecedentes desde la época cristiana que lo anclan de manera directa con el ámbito del humanismo, virtud que no fue considerada ni por los romanos ni los griegos antes de Cristo. La solidaridad como concepto, muto hacia la fraternidad durante la revolución francesa, padeciendo una suerte de eclipse programático donde la traída libertad, igualdad y fraternidad fueron los cimientos de la democracia moderna. La solidaridad, olvidada en la modernidad es la virtud que viene a humanizar al hombre en su frialdad y lo armoniza en su soledad. La solidaridad es un puente hecho de 2 brazos, de la igualdad y la libertad, pero es en realidad el puente que c comunica dos realidades, 2 culturas, es el puente que tiende la mano al más desvalido, para reconfortar al que da y al que recibe.