Arquitectos
Arturo Blanco Herrero
Alegría Colón Mur (BmasC arquitectos)
Situación
Calle Mártires, s/n. Sotillo de la Adrada (Ávila)
Proyecto 2004
Ejecución Obra 2005 – 2006
Colaboradores en proyecto Juan Carlos Casillas, Jacinto de la Riva (Ingeniero de Estructuras)
Colaboradores en obra Fernando Ibarrondo (Aparejador)
Promotor
Junta de Castilla y León. Consejería de Educación. Dirección Provincial de Ávila
Empresa Constructora
CEINSA Sergio (Jefe de obra)
Superficie construida 559 metros cuadrados
Presupuesto 462.726 euros
Fotografías Miguel de Guzmán
Guardería Sotillo de La Adrada, Ávila
En una parcela exenta rodeada de instalaciones municipales y pequeñas edificaciones de apoyo se localiza la construcción de la nueva guardería en el municipio de Sotillo de la Adrada (Ávila).
En un entorno agredido por nuevas construcciones de viviendas durante los últimos veinte años, la materialidad del edificio quiere aislarse de su contexto más inmediato con el fin de preservar la intimad de sus pequeños usuarios. Para ello se crea un perímetro cerrado y continuo que en algunos casos se amolda a los límites de la parcela y en otros busca sus mejores circunstancias. El material que se utiliza para su recubrimiento, tablas de madera de pino colocadas en vertical, está muy relacionado con el entorno (el valle del Tietar), la madera ha sido usada en este lugar durante décadas por la construcción tradicional para la realización de sus características balconadas, queriendo ser también además de límite una vinculación y manifiesto por las bondades del entorno perdido, del material olvidado, un límite de la memoria, un límite habitado, un límite que contendrá desde los primeros usos la imaginación de los niños.
Dentro de esta tapia, de este muro blando se condensan los espacios de vida y de color del edificio, caracterizados por dos patios y dos espacios cerrados conectados por un brazo de luz y vidrio, donde éste y el barro cocido se hacen protagonistas.
Se utiliza la teja cerámica plana como elemento característico en el acabado de las cubiertas. Dos cubiertas que se convierten en protagonistas, en presencia habitable y que desparraman su materialidad sobre el patio de juegos.
En el interior se descubren espacios con cualidades de color conferidas por los lacados de las carpinterías y diferentes superficies cerámicas coloreadas. Los espacios de recorrido se han pensado para que los niños tengan relaciones visuales propias con los exteriores, al mismo tiempo las aulas están acotadas en altura por luminarias descolgadas.
Arturo Blanco / Alegría Colón
BmasC arquitectos
El edificio quiere aislarse de su contexto más inmediato con el fin de preservar la intimad de sus pequeños usuarios. Para ello se crea un perímetro cerrado y continuo que en algunos casos se amolda a los límites de la parcela y en otros busca sus mejores circunstancias. El material que se utiliza para su recubrimiento, tablas de madera de pino colocadas en vertical, está muy relacionado con la construcción tradicional del valle del Tietar.
Se utiliza la teja cerámica plana como elemento característico en el acabado de las cubiertas y de los paramentos verticales que delimitan los volúmenes dentro del recinto de la guardería.
Los lacados en color de las carpinterías y las superficies cerámicas coloreadas caracterizan las cualidades de cada espacio. Los recorridos se han pensado para que los niños tengan relaciones visuales propias con los exteriores, al mismo tiempo las aulas están acotadas en altura por luminarias descolgadas.
Arquitectos
Carlos Pereda Iglesias + Óscar
Pérez Silanes
Situación
Calle Palencia 10, Medina de Pomar, Burgos
Plazo de ejecución
marzo 2006 julio 2007
Aparejador
Juan Ruiz Cuevas
Promotor
Asociación gastronómica los condes
Colaboradores gestión de obra
José Luis González y José Ignacio
Brizuela
Constructor
Construcciones Alberto Pérez González y José Marañón
Cocina
carpintería Jesús Olcoz + Da.z
Jardinería
Vía Verde Manuel Aguilera
Mobiliario y equipamiento
m40 Jesús Armendáriz
La Ferretera Navarra
Fotografías
César San Millán
Los condicionantes previos del encargo de este proyecto suponían paradójicamente un gran reto profesional: primero por su reducidísimo programa; segundo por los escasos condicionantes que a priori la parcela aportaba, y tercero por la limitación presupuestaria a la que nos enfrentábamos. Al mismo tiempo, y junto a estos, estaba presente la molesta sensación de la existencia de una marcada idea tipológica preconcebida, extendida en la zona.
Por otro lado, la propiedad, un conjunto de buenos amigos que albergaban la idílica idea de la construcción de este espacio desde hace años, no establecieron ningún tipo de pautas a seguir en el desarrollo del proyecto a parte del propio programa, permitiendo además, una total libertad y confianza en el desarrollo del trabajo del equipo de arquitectura.
El programa se ajustaba básicamente en la definición de un espacio, que albergara la actividad que se desarrolla en una sociedad gastronómica… cocinar, estar, comer, hablar, mirar, disfrutar….. siempre y cuando fuera lo suficientemente flexible para diferentes momentos, y que pudiera tener continuidad con una terraza exterior que lo ampliara. Junto a éste, era necesario un
espacio para el utillaje, además de un aseo y una despensa.
La definición de la parcela marcaba los siguientes mínimos condicionantes: por un lado, se encontraba en el punto final de una urbanización fuera del casco urbano del municipio, situada sobre una planicie elevada y con vistas lejanas al este sobre la ciudad histórica; Por otro, el acceso peatonal y rodado se localizaba únicamente en uno de sus lados; Y por último presentaba una geometría irregular, de una proporción relativamente apaisada en la dirección este _ oeste. El resto de condicionantes estaban vinculados al cumplimiento de la normativa vigente, que a grandes rasgos definían alturas y retranqueos.
La propuesta traza una organización del programa muy clara, casi sintética, pudiéndose definir a modo de esquema; el espacio general se dispone de forma alargada en el sentido apaisado de la parcela buscando la orientación este oeste y las vistas lejanas de la ciudad histórica, que junto a la terraza exterior dispuesta a continuación con la misma crujía enfatizan la traza longitudinal de la propuesta. El resto espacios, cuelga de éste a modo de apéndices reflejando la dependencia programática del mismo.
Espacio para una sociedad gastronómica Medina de Pomar, Burgos
El espacio general, queda cerrado en sus lados este y oeste por dos grandes paños de vidrio sin carpintería, retranqueados con respecto al perímetro de la edificación, buscando por un lado dos espacios exteriores cubiertos en continuidad visual, casi física, con el interior y por otro aprovechar la garantía de una óptima orientación y los efectos que la luz envolvente provoca en su interior.
Este esquema proporciona de igual modo otros efectos como las vistas cruzadas, confundir el límite entre el exterior e interior o simplemente poder mirar al mismo tiempo y en un solo golpe de vista “el fuera”, “el dentro” y la lejanía del casco histórico, cuestiones que manifiestan que la obra de arquitectura siempre es mucho más densa que lo que definen los documentos de proyecto.
La organización de los espacios se transforma en una volumetría nítida y rotunda, adquiriendo importancia la elección material de los revestimientos. Por un lado la teja, que se dispone tanto en cubierta como en fachadas, casi obligando, la continuidad volumétrica del espacio general con sus anexos. Esta decisión hace mostrarse al volumen como un caparazón irregular, un ejercicio de papiroflexia.
En este esquema compositivo y de organización, los lados perpendiculares remarcan esta idea y se cierran de vidrio y entarimado de iroco, buscando
las vistas y la opacidad donde corresponde. Es el plano que al plegarse “captura” el espacio exterior, transformándolo en habitable pero dejando que siga con esa vocación de exterior, matizado por la voluntad arquitectónica.
Quizás la decisión más relevante del proyecto y que dota a la edificación de su personalidad final, es la elección de sus materiales: el término natural es el común denominador de los elementos que revisten el volumen y que entendíamos que se adaptaba de forma precisa al concepto de la idea original de la propiedad y que la propuesta perseguía.
La teja como revestimiento, su textura, su color, su irregularidad material y su expresividad aporta a la obra ese grado de abstracción dotándole un carácter diferenciador y que junto a la traza volumétrica lo saca de la memoria tipológica popular de la zona. Reforzando este esquema compositivo todos los cierres de madera que se disponen entarimados, camuflando paños móviles entre los fijos, haciendo que su textura geométrica aporte el contrapunto natural a la composición abstracta del volumen.
El paso hacia el interior supone pasar de lo texturado a lo terso, de lo pautado a lo plano, de la luz ambiente a la luz envolvente, del espacio general a las vistas focalizadas.
Interiormente y en continuidad con los espacios exteriores laterales cubiertos se optó por una materialidad resistente, el hormigón visto en suelo y techo y el zócalo cerámico y yeso.
Mención aparte, requiere el empanelado de madera, estriado, que aglutina el frente que da acceso a los espacios anexos, como fórmula material y compositiva para no perturbar la pureza espacial del espacio general, donde únicamente el volumen de la cocina reconoce el fin del mismo. El volumen del baño, queda perforado por un patio, que le aporta sus necesidades primarias, ventilación y privacidad, y le dota de ese plus de complejidad a la volumetría general.
Arquitectos:
Eduardo Escauriaza
Aurtenechea&Pérez-Iriondo Arquitectos Asociados S.L.
Aparejador:
José Félix Ramsden
Constructora
Bruesa Construcción S.A.
Promotor
Vivienda y Suelo de Euskadi, S.A.
Fecha Inicio
Mayo de 2005
Fecha Terminación Octubre 2008
Colaboradores:
Estructura: AFER INGENIERÍA
Instalaciones: Factor 4 Telckrom
127 Viviendas: 25 Sociales y 102 de Protección Oficial Barrio de San Antonio de Etxebarri. Bizkaia
En la mayoría de las parcelas el E.D. ordena los volúmenes, componiendo dos líneas paralelas de edificación adaptándose a la geometría resultante de la parcelación y el Proyecto de Urbanización.
Se genera un espacio central interior cruzado por galerías de acceso entre los edificios paralelos: en general uno en nivel superior y otro en inferior. Este espacio que tiene la rasante escalonada ascendiendo hacia el norte, queda compartimentado en patios unas veces abiertos a la calle, otras cerrados.
Las rasantes de esta volumetría nacen de las fuertes pendientes y de la necesidad de la adaptación al Decreto 68/2000 de condición de accesibilidad.
Por medio de túneles-zaguanes se cruza desde las calles hasta el espacio central donde se ubican los portales y galerías.
Para salvar el gran desnivel entre la calle alta y la baja se aprovecha para colocar niveles semienterrados, que alojan todos los garajes y todos los trasteros.
La mayor parte de las viviendas colectivas se distribuyen ubicando las piezas principales hacia
las dos calles longitudinales ya que disponen de buena orientación, y los servicios hacia el espacio interior. Las viviendas unifamiliares adosadas disfrutan de una escalera interior como centro organizador del espacio.
Los volúmenes se diseñan continuos a modo de volumen lineal pero que se escalona y adapta a las rasantes, y a su accesibilidad. El juego de las cubiertas con el escalonamiento es lo que da el carácter a la promoción.
Cimentación. Es destacable que en las distintas parcelas se resuelven los cimientos de manera diferente.
El terreno es muy deficiente y se compone de estratos de rellenos primitivos.
Según la altura de la edificación y las condiciones de la parcela, se han empleado distintas soluciones de cimentación especial como: pilotaje de gran sección; micropilotaje; pozos de hormigón, etc
Para las contenciones se han empleado también: pantallas; muros por bataches micropilotados; y distintos sistemas de anclajes.
FACHADAS
Carpinterías de madera guinea sobre unos premarcos de resina de poliéster que resuelven el encuentro con la fachada invertida. Muro cortina de aluminio en galerías.
Fachada ventilada de fábrica de bloque de termoarcilla, raseado al exterior con mortero de cemento hidrofugado de 2 cm y paneles de lana de roca de 5 cm adherida.
Dos tipos de revestimiento: uno a base de teja cerámica plana, colocada sobre sistema de doble rastrel de madera tratado, y recibida con tornillería de acero inoxidable.
La mayor parte de las viviendas colectivas se distribuyen ubicando las piezas principales hacia las dos calles longitudinales ya que disponen de buena orientación, y los servicios hacia el espacio interior. Las viviendas unifamiliares adosadas disfrutan de una escalera interior como centro organizador del espacio.
Los volúmenes se diseñan continuos a modo de volumen lineal pero que se escalona y adapta a las rasantes, y a su accesibilidad. El juego de las cubiertas con el escalonamiento es lo que da el carácter a la promoción.