UNA MIRADA A
paisajes de película La Ribera de Navarra, tierra de contrastes y grandes ríos, ofrece al visitante la posibilidad de contemplar paisajes espectaculares y singulares que no se observan en otro territorio. Te invitamos a conocer la Ribera desde escarpes salvajes como Peñalén; miradores privilegiados como la Atalaya de Peralta o el mirador de Milagro; vistas incomparables como el Vedado de Eguaras o el Macizo de Roscas; para finalizar en la desembocadura del Ega y dejar descansar la vista entre las ricas huertas, cuyas verduras han hecho famosas a estas tierras. Peñalén. En la imagen superior, un paseo a caballo con los escarpes de Peñalén al fondo. Debajo, un ejemplar de milano, una de las aves que podemos avistar desde estos cerros ●
Peñalén Merece la pena comenzar esta visita por uno de los más hermosos parajes de la Ribera: Peñalén. Esta bella roca impresiona con su acantilado cortado a plomo sobre la unión de los ríos Arga y Aragón y la vega de ambos, que generan un paraje de alto valor naturístico. Se encuentra localizado en el
valle al que dan nombre estos dos ríos, y se sitúa en el término municipal de Funes. Las paredes que lo conforman dejan a un lado un impresionante escarpe de color rojizo que cae junto a la orilla. Por otro lado produce un barranco profundo, dejando las paredes al descubierto, donde se pueden contemplar lodos, arcillas y estratos de calizas, areniscas y yesos. Peñalén no sólo ofrece una belleza salvaje paisajísticamente hablando, sino que alrededor de sus paredes se pueden contemplar numerosas aves, como las chovas y las grajillas, que anidan en los agujeros de sus paredes, y halcones y milanos que vigilan sobrevolando silenciosos los acantilados.
El mirador de Milagro Nos dirigimos a Milagro, uno de los pueblos con mayor encanto de la Ribera de Navarra. Esta bella localidad, cercana a Funes, se encuentra emplazada sobre un escarpe de yesos dominando los ríos Ebro y Aragón. Tanto su nombre como su emplazamiento hacen referencia a su encomienda como mirador fortificado para vigilar la musulmana ribera de los reynos cristia-
La fortaleza medieval De la vieja Atalaya medieval de Peralta y de su fortaleza emplazada en la parte alta de la montaña se conservan vestigios de indudable interés. Destacan por su buen estado de conservación, y por ser la única de estas características dentro de la Península, la puerta de entrada o Portil de Lobos. En la parte sur existe un aljibe y un pozo vertical abierto en la roca conocido popularmente como el pozo de los moros, y que podría haber servido como galería para acceder al río a efectos de escape.
LA RIBERA DE NAVARRA
Esta localidad ribera ha crecido a orillas del río Aragón ●
Aragón y Arga. La unión de estos dos ríos, uno de los paisajes que nos depara Peñalén ●
La luz al sur de un Reyno
Vistas de Peralta y el Río Aragón.
La Atalaya de Peralta Muy cerca de Peñalén encontramos la localidad de Peralta, uno de los municipios desde los que mejor se pueden contemplar los contrastes naturales de la Ribera. Los acantilados de yesos blancos se elevan majestuosos sobre los bosques de sotos, tamarices y choperas. El mejor lugar para visionarlo es la Atalaya de Peralta. La Atalaya constituye el mirador perfecto para observar una gran cantidad de aves, que nidifican sobre los acantilados de yesos. Se pueden observar los ocres de la Ribera de Navarra al sur, que contrastan con los verdes de la Navarra del norte. Los sotos salpicados de vegetación, con las ordenadas huertas tradicionales. El hoy con el ayer, porque la antigua Atalaya constituye el núcleo originario de este municipio que se creó en lo alto del monte, aunque paulatinamente fue descendiendo hasta ocupar la llanura existente entre las faldas de la montaña y el propio río Arga. Para completar la visita, te recomendamos que te acerques hasta los cuidados Sotos de la Muga y Santa Eulalia, en torno al río Aragón.
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Estampa de Milagro. Esta localidad se encuentra sobre unos escarpes de yesos dominando los ríos Ebro y Aragón ●
nos. Junto a la Iglesia de Ntra. Sra. de los Abades, desde el Mirador de Milagro, comprenderemos la historia y la naturaleza de nuestra tierra. En este lugar podemos contemplar una de las mejores vistas del valle del Arga-Aragón. El paisaje es inigualable, y aparecen ante nuestros ojos todos los accidentes geográficos que va produciendo el río Aragón: meandros abandonados y en la cuenca fluvial, sotos y choperas, llenas de vida. El Vedado de Eguaras Continuaremos nuestros paisajes de película en dirección a Tudela, donde es obligatoria para el viajero hacer una parada en Valtierra y realizar este itinerario que nos permite disfrutar de uno de los mejores parajes naturales de Navarra: el Vedado de Eguaras. Se trata de un valle formado entre el término de El Plano y la Bardena Blanca, y constituye uno de los más bellos rincones de la Ribera. Un verdadero oasis en esta tierra bardeneras, debido a la frescura que el pinar que lo mora desprende. Habita en este espacio uno de los mejores bosques de pino carrasco de la Península y tiene
por ello la categoría de Reserva Natural. Junto al pino carrasco podemos encontrar un rico sotobosque formado por lentisco, más propio de Andalucía y Extremadura, coscoja, enebro y escambrón. El Macizo de Roscas En la zona más al Sur, en la tierra de los tres Reinos -Navarra, Castilla y Aragón-, emerge misterioso y mágico el Macizo de Roscas, en la localidad de Fitero. El asombroso macizo se iza como un gigante, a pesar de no superar los 600 metros, sobre dos pequeños ríos: el Alhama y el Añamaza. Desde sus peñas y ante nuestros ojos podemos admirar Navarra entera. En días despejados, se puede observar desde su cima la lejana panorámica de las altas cumbres pirenaicas, y dominar toda la vega del Alhama y Queiles, la ribera del Ebro, y las Bardenas, teñidas en rojo y ocre. La espectacularidad del macizo se debe a que está formado por conglomerados, calizas y areniscas que, esculpidos por la erosión del sol, el agua y el aire, producen una alternancia de entrantes y salientes en las pare-
la ermita de nuestra señora del yugo LUGAR DE ENCUENTRO Y HERMANDAD EN LA VECINA ARGUEDAS, DESDE LA ERMITA DE
“SENDAVIVA”. ESTE MIRADOR NATURAL ES UN LUGAR
NTA. SRA. DEL YUGO -BELLO EDIFICIO DEL SIGLO
DE ENCUENTRO Y HERMANDAD DE LAS GENTES
XVII UBICADO EN LO ALTO DE UNA SIERRA- SE DIS-
BARDENERAS QUE, DESDE EL SIGLO XV, VENERAN
FRUTA DE UNA EXCELENTE PANORÁMICA DE LAS
A NUESTRA SRA. DEL YUGO. ACTUALMENTE ES UN
BARDENAS REALES: DE FRENTE LA SARDA DEL
PUNTO DE DESTINO, DE DESCANSO, DE DISFRUTE
TRILLO Y EL CABEZO DE MEDIA CUENCA, AL
DE LOS SENTIDOS. PUNTO DE REUNIÓN DE PEREGRI-
FONDO EL VEDADO DE EGUARAS, Y A LAS FALDAS
NOS Y ROMEROS, DE GENTES DE LA RIBERA Y DE
DEL MIRADOR EL PARQUE NATURAL Y DE OCIO
QUIENES SE ACERCAN A VISITARNOS.
El Vedado de Eguaras se presenta como un verdadero oasis junto a las desérticas Bardenas ●
LA RIBERA DE NAVARRA
El aire fresco de la cumbre envuelve al Macizo de Roscas en un halo de misterio que nos invita a recordar la leyenda de la Cueva de la Mora, relatada por Gustavo Adolfo Bécquer. En ella, el ánima desconsolada de una princesa mora desciende al río en busca de agua fresca con la que calmar las ardientes heridas de su amado caballero cristiano, que yace en la gruta.
La desembocadura del Ega En la zona más occidental de la Ribera de Navarra encontramos un bello paraje que invita a la contemplación y descanso: la desembocadura del Ega. Este río desemboca en el Ebro en el término de Azagra. En todo su trayecto, el Ega está acompañado de cultivos, lo que provoca que al llegar a este punto lo haga en muchas ocasiones casi seco o con muy poco agua. A diferencia de otros grandes ríos como el Ebro, el Aragón y el Arga, no conserva grandes sotos fluviales pero sí pequeños bosquetes que albergan una comunidad faunística de gran valor. Uno de los parajes más bellos para disfrutar del Ebro es el conocido como paraje natural de La Barca, en Azagra. Este paraje unía el Reyno de Navarra con el de Castilla, y ha constituido una de las más importantes vías de comunicación desde época romana hasta
la actualidad. Como testigo del devenir histórico, en este singular paraje encontramos anclado un antiguo fortín. Si estos parajes constituyen paisajes de película, también lo son nuestras huertas. Desde el valle del Alhama, al Queiles, del Arga al Aragón y del Ega al Ebro, encontramos tierras bañadas de fértiles huertas, entre campos de cereal, olivo y vid. Un espectáculo, no sólo para la vista, sino también para el paladar.
La luz al sur de un Reyno
La Cueva de la Mora
des rocosas, dibujando imágenes curiosas: enormes lagartos, dragones, guerreros… Hasta llegar a la cumbre, podemos contemplar a lo largo del ascenso una gran variedad de vegetación, que en otros puntos del valle no se encuentran. Es de destacar por su gran valor ecológico el precioso reducto de coscojar que encontramos y que es testigo de lo que hace muchos años fue un bello encinar. Coscojas, espíreas, jaras, lavandas, tomillos y romeros restan de lo que antaño fue un bosque mediterráneo.
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Macizo de Roscas. Las peculiares formas de su cumbre, uno de los atractivos de este paraje ●