Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho
Consuelo Isabel Ramírez Gama 4to Semestre Licenciatura en Educación Preescolar La charrería Educación Histórica en el Aula Martina Alvarado Junio 2017
El tema de la charrería, es demasiado amplio, y me interesa conocer más acerca de él, ya que uno de los espectáculos de gran tradición, en Zacatecas y en el país mexicano, son las charreadas, que se llevan a cabo generalmente en lienzos donde se realizan todo tipo de suertes, entre las que se encuentran; la cala de caballo, los piales, el coleadero, la jineteada de toros, las ternas, el jineteo de yeguas, la mangana y el famosísimo paso de la muerte, que es una de las suertes más peligrosas. La peculiar figura del charro mexicano es un símbolo de nuestra mexicanidad. Desde una perspectiva, histórica, la figura del charro mexicano, se remonta a la época de la colonia, cuando se originaron las haciendas de economía mixta, agrícola-ganadera, conocidas como estancias o ranchos. El primer contacto de los pobladores indígenas de América con el caballo, animal de cuatro largas patas, empleado como medio de transporte, se remonta a la época de la conquista. A lo largo de la Colonia y en la época de la Independencia, abundaron los hechos importantes de nuestra historia en los que el hombre a caballo jugó un papel de vital importancia, tanto en las luchas, como en el mantenimiento de la paz, y gracias a sus hazañas los charros consolidaron su figura. El antecedente de cómo se fue conformando la charrería como grupo importante, se remonta al siglo XVIII, cuando un contingente de soldados llamados “Dragones de la Cuera”, vigilaban los presidios desde Bahía Matagorda, en el Golfo, hasta el río Sacramento, en California del Norte. Para conocer más, acerca de ésta bella tradición mexicana, como lo es la charrería, es importante remontarnos a la historia de nuestro país, ya que dicha tradición se ha originado desde tiempos de la colonia, pues es un tema demasiado extenso, por lo que es necesario conocer y comprender dicha época trascurrida en nuestro país. Según algunos historiadores, su origen principal está en el traje de Salamanca, España, al que también se llamaba “Charro”. Uno de los principales precursores de la charrería fue Sebastián de Aparicio, quien guio a los indígenas en la realización de las faenas de domesticación y aprovechamiento de bestias de tiro y carga.
Fue así como el jinete mexicano pronto se hizo famoso por su destreza como vaquero en las grandes haciendas, donde los animales equinos y bovinos se contaban por millares. A finales del siglo XVII, la Nueva España era una tierra de jinetes y el charro mexicano ya tenía sus rasgos propios. A inicios del Siglo XIX, se autorizó los concursos de charros y desde entonces se otorgan premios a los mejores, aunque oficialmente en 1932, se declaró como su día, el 16 de septiembre y son considerados como reserva armada en nuestro país. El notable historiador Luis Pérez Verdía en su libro “Historia Particular de Jalisco” (1911) hace referencia al ranchero rico que: “…usaba vestido de cuero o de género de lana, mangas o sarape de estambre o de Saltillo, que alcanzaba el precio de una onza de oro, botas de montar llamadas de campana con ataduras de cuero o fuertes cintas de color y sobrero de ancha falda…” El traje charro tiene, entre sus antecedentes, los atuendos de los jinetes hispanos, quienes hacían prendas verdaderamente extraordinarias, especialmente suntuosas, con adornos de plata y oro. Una fuente importante en la que me podría basar para abundar en este tema, son libros de Historia, en particular sobre la historia de Jalisco, ya que dicho Estado, es el más representativo de esta tradición. La charrería no se ha llevado a cabo siempre de la misma manera, es un proceso que se ha transformado con el tiempo, por lo que podríamos basarnos en fuentes como lo son libros de historia, artículos, revistas, periódicos, documentales, entrevistas, trajes charros los cuales han cambiado con el paso del tiempo, fotografías etc. Son estas fuentes primarias, ya que han sido escritas o hechas en un tiempo específico, cercano al suceso.