La vejez a veces parece verse silenciosa, con pies lentos, manos temblando y arrugas que adornan su rostro. Se ve desde el reflejo de la juventud, es distante pero cerca, queriendo herirnos con un fuerte adiós. Pero la vejez tiene algo en constante; la soledad, quien difiere en las personas de la tercera edad, cargándolos de sentimientos nostálgicos, muchas veces por recuerdos vagos, pero estos mismos recuerdos los hacen envolver en un círculo donde se encuentran perdidos y sin escape, ya que muchas personas de la tercera edad son con frecuencia abandonados por sus familiares, o por nosotros mismos como sociedad.