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«Cuando le enseñas a la gente a lograr sus sueños, tu sueño propio se hace realidad».
Fuera de su seria y profesional faceta de médico cirujano Sergio Fernando Perea, de 29 años, se convierte en el divertido y talentoso «Doctor Chocolate». Ha dedicado parte de su juventud a sanar, a través de la risa, los corazones lastimados de aquellos que sufren de una enfermedad física y también del alma. La Fundación Doctor Chocolate nació en el año 2009, cuando el galeno Perea, junto a una compañera de su carrera, decidió vestirse de payaso y visitar en el ‘Día de la madre’ a unas pacientes en el Hospital Universitario de Santander. Han transcurrido 5 años, y ya son más de 70 profesionales entre abogados, administradores de empresas, auxiliares de enfermería y médicos los que invierten su tiempo en seguir el ejemplo del famoso médico estadounidense Hunter Doherty ‘Patch’ Adams, basados en la terapia de la risa; visitan a pacientes con enfermedades de alto riesgo en los hospitales, donde se vive tangiblemente la necesidad económica de algunas familias. Son cerca de 10 000 personas, entre niños y adultos, que logran recibir en 1 año la visita de los «chocodoctores». La Fundación Doctor Chocolate ha logrado constituirse como una organización autosostenible y obtener recursos para las actividades que llevan a los hospitales para hacer la obra social, con la donación de pañales y utensilios de aseo para sus pacientes. Ello se logra a través de la venta de chocolates y la animación de fiestas infantiles, durante las que en ocasiones los niños donan sus regalos a otros que se encuentran hospitalizados. De esa manera «doctor Chocolate» ha logrado cultivar en el corazón de esos pequeños el amor y la pasión por ayudar a los demás, al enamorar a los más pequeños con sus canciones, sus historias y, por supuesto, con la obra social que está detrás de cada una de sus actividades; así logran despertar en los niños el
deseo de algún día llegar a ser un «doctor Chocolate» más en el mundo. Otra de las exitosas acciones de la fundación son las campañas de salud, que van dirigidas a niños que por diferentes razones no tienen acceso a servicios médicos, pues se encuentran en municipios de difícil acceso y alejados de Bucaramanga. Es así como una vez al mes, aproximadamente 50 niños se benefician de la visita del «doctor Chocolate», quien con su equipo de profesionales, llega a repartir alegría y medicinas en los rincones de Santander. Esa dulce misión sigue creciendo con más sueños, más aliados y más razones para disfrutar de la sonrisa de esperanza que brota en los rostros de las personas que tienen el privilegio de ser visitados por el «doctor Chocolate».
«Vale la pena soñar, vale la pena imaginar cosas locas que hagan un bien a la gente, y es bueno creer en uno mismo, es bueno demostrarle al mundo que a pesar de que se interpongan muchos obstáculos LOS SUEÑOS SON MÁS GRANDES QUE LAS DIFICULTADES». («doctor Chocolate»).