CATALISIS 04

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EDICION 04 CONCEPCION, MARZO DE 2012.PORTADA: Cristian Toro - cristiantorou@gmail.com CORREO: EDITORIALCONTEXTOCRITICO@GMAIL.COM WEB: EDITORIALCONTEXTOCRITICO.WORDPRESS.COM


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La ilustración de la portada es el resultado de un ejercicio de visualización sobre aquellos aspectos intangibles del imaginario, planteado como una configuración dinámica en constantes procesos de construcción, destrucción y reconstrucción.

La clave es la observación de un ciclo natural de contención y expulsión entre figuras geométricas con colores fríos y otras con formas orgánicas que cargan colores opuestos, todo trabajado entre los conceptos de cálido-frío / natural-artificial. El espacio vacío al contener línea de horizonte, perspectiva y sombra se sitúa dentro de lo posiblemente real, es un entorno tangible que incluye la necesaria idea surrealista de una

En consecuencia de esto surge, en primer lugar, la exigencia de prescindir de símbolos que evidencien coordinaciones sobre el bien y el mal, las cuales al haber sido implantadas “sin preguntarle a nadie”, significan un constante deterioro de identidad social e individual; en segundo lugar, una necesidad de explorar las posibles connotaciones y discursos que se pueden tomar en cuenta con las imágenes; y en tercer lugar, no tranzar con aquel rol tosco y antagónico de diseñar imágenes de cruces, altares y banderas destruidas en llamas (las cuales tampoco dejan de ser necesarias en otros contextos). Se trabaja una propuesta que exija la interpretación del espectador, dando lugar a un juego de tentación de sentido, el cual por definición estará hecho en base de aquellas configuraciones culturales formales e informales, naturales e impuestas, de las cuales hemos sido, en cierta parte, víctimas.

dimensión plana como resguardo del imaginario. Finalmente la composición reflexiona sobre aquellos aspectos que reunidos de manera estética nos han maravillado como individuos culturales, sociales, biológicos e históricos; los cuales presentados en el interior de la revista a través de diversas imágenes y textos, serán atacados conciente y progresivamente en respuesta a un daño sistemático que han cobrado al sentir emocional de los sujetos.

Diseñador Grafico UBB flickr.com/cristiandeltoro cristiantorou@gmail.com


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Algunos lo definen como el año en que la era post-dictadura llego a su fin, otros tantos describen al año 2011 como la primera palada en el largo pero inevitable entierro del modelo actual. Pero en cualquiera de los casos este año en

Volvemos después de un año, y en ningún caso podríamos obviar lo paradojal que nos resultó, que, precisamente cuando nos planteamos poder ahondarnos en “El Imaginario”, descubir su corpus para luego proponernos un número en base a su desfragmentación y desmantelamiento, haya sido probablemente el año socialmente más turbulento en la vida de muchos.

edito rial

Hoy en día, podemos estar más o menos equivocados o no, pero en definitiva experimentamos y avanzamos en lo subjetivo, en lo propio y local, en la autoconstrucción y el autodiseño de nuestros espacios. Lo macro se volvio muchas veces irrelevante y las redes y microconexiones se tornan trascendentes. Y ésto, como un proceso de autoconciencia es el único capaz de desmantelar y deconstruir los imaginarios, es capaz de rajar la piel y mostrar las entrañas ausentes, es capaz de señalar lo oculto, de des-estandarizar, de des-caricaturizar, desestigmatizar y en definitiva DESTRUIR EL IMAGINARIO.

si mismo nos ha generado una interpelación masiva, un escopetazo bien dirigido con perdigones directos al cráneo, sismos en el continuismo. El año en que lo “establecido” tembló, en dónde la verdad “oficial” y sus voceros más férreos se ridiculizaron aun más, dónde lo homogéneo y lo antes “incuestionable” se transformaron en encrucijadas que poco a poco se disolvieron ante los ojos de quienes observaban y luego reaccionaron en una estrategia y acción política. Nuestras “imágenes”, nuestros pensamientos y por supuesto, nuestro actuar fueron puestos en jaque muchas veces y vimos la oportunidad y por sobre todo necesidad de re-imaginarlos, re-pensarlo dentro de un contexto nuevo. Surgieron así, una serie de tejidos argumentativos más o menos coherentes, pero pensados y vistos en perspectiva distinta al fin y al cabo.

Atte . Editorial (Con)texto Critico.

Agradecemos a ustedes por leerse a sí mismos y leer a sus pares, no cabe más que recordarles que nuestra editorial siempre tendrá un espacio para quienes quieran aportar en este proceso de auto construcción colectiva.

Volvemos a nuestro trabajo, siempre barajando distintas opciones más motivados que nunca, empecinados en buscar entre ustedes la diversidad y visceralidad punzante que tanto nos encanta, explotar espacios vacios, deshabitados, inertes y vomitarlos de expresión artística, crítica y literaria. En dónde podamos mancomunadamente ir construyendo proyectos claros, arterias bien firmes que conduzcan con fuerza vuestras ideas.


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Pienso en los días consagrados jueves de paro, particularmente en las relaciones de violencia entre encapuchados y carabineros post-marcha en la Plaza Perú. Este espacio, que durante casi 70 años desde su fundación se ha constituido como un territorio

Esto se plantea simplemente así: para que exista un fenómeno escénicoque denominaré teatral para ser más específicose requiere de un cuerpo en un espacio/escena siempre en presencia de un espectador, un “otro” (otros/as) que asiste y percibe en presente tal acción, que re-presenta y completa ciertas dinámicas. Quiero proponer de esta forma la óptica teatral para observar ciertas interacciones sociales, entendiéndose “lo teatral” no como el espejo que representa la vida social, sino como el martillo que la transforma mediante el lenguaje significando sus válvulas en purga; no como imitación, sino como transmutación de lo confuso, escamoteado y flotante.

“Un espacio escénico es el lugar donde se mueven los actores y técnicos, es decir, el área de juego propiamente con sus prolongaciones hacia el espacio” (Pavis,1998)1.

Jorge Tellier.

“Y yo diré: El mundo no puede terminar Porque las palomas y los gorriones Siguen peleando por la avena en el patio”.

La Plaza Perú como escenario circular.

de pertenencia simbólica de los estudiantes- por ahí pasamos, vendemos cosas libremente, pololeamos, carreteamos, protestamos etc.- y que dadas sus características en determinadas situaciones ha pasado a constituirse como un auténtico escenario circular donde estas dinámicas se ejercen. Si admitimos el carácter ritual del teatro, la participación de un grupo en un ceremonial, en un rito y luego en una acción ritualizada, el círculo representa el lugar primordial. “Pasadito las 3 de la tarde” comienzan a desarrollarse una serie de escenas ya consagradas que siguen etapas inalterables casi siempre: empieza la marcha,

como escenario circular.

A las características circulares que este espacio ofrece hay que añadir también otras acciones que refuerzan sus límites: pacojinetes que se ubican bloqueando los límites de la plaza creando una verdadera “cuarta pared”2 entre observadores y observados.

después a la Plaza Perú para finalizar con las actuaciones de nuestros verdes vs encapuchados/ as conocidos/as. Nada nuevo bajo el sol, nada demasiado diferente pasa nunca, y sin embargo ahí estamos, junto a una cantidad de personas espectando que ya envidiaría cualquier compañía teatral independiente de nuestra ciudad ¿Por qué será?.

Paulo Romer Licenciatura en Psicología pauloromeroraglianti@gmail.com

Plaza Peru


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Quiero reflexionar sobre la carga de significados que cobra este espacio sobre nosotros espectadores (o nosotros actores), sobre ese algo que recoge nuestros sentidos y nos retiene a quedarnos-a veces mucho rato y absurdamente incluso- a presenciar lo que está ocurriendo: habitualmente no hacemos nada más que presenciar como autómatas Es ese imán que atrae nuestras atenciones y que crea una atmósfera de extrañeza. De

Esta escisión origina el primer elemento esquizofrénico3. Se ha trazado una brecha (una grieta) entre quieres están fuera y quienes están dentro. Quien presencia el círculo intuye que tanto simbólicamente (coyuntura de los acontecimientos) como materialmente (semáforos que hace tiempo no funcionan, el maldito olor a lacrimógena), el espacio “Plaza Perú” se construye como un espacio de fisura con cierta “normalidad”. Al menos aparentemente.

El caso es que me tocó presenciar, cómo un “capucha” (de excelente puntería y precisión) impacto directamente a un carabinero. Acto seguido una masa importante del público, hasta ese momento aparentemente pasiva/aburrida ovaciona la acción y la celebra mientras el sujeto se quema vivo por casi 15 segundos. También pudo haber sido un encapuchado el masacrado por los carabineros, no es mi intención situarme a un lado o al otro (ningún bando me representa), sino en el reverso negativo que me permite ver la

cómplice perversión. El silencio de presenciar el combate no se rompe fácilmente, quebrarlo significa situarse en escena, y tomar un lugar dentro de la acción significaría renunciar así a nuestro cómodo anonimato. Es por ésto que, al igual que en un teatro, las acciones que tomamos en esta realidad creada (ritualmente) cobran una densidad inusitada, un sentido y un sentimiento políticamente intenso.

La palabra “Squizo” significa elemento separado, pedazo, fragmento, jirón. Lombardo, F “Nota para una caída Oblicua”

(3) (4)

(1) Pavis, P. (1998) “Diccionario Teatral” (2) Concepto utilizado en el teatro para separar imaginariamente lo que ocurren en el escenario del espacio social. Detrás de ella el espectador asiste a una acción que supuestamente ocurre al margen de él.

Tengo la impresión, cuando estoy en medio del clamor (ovaciones, gritos de apoyo al movimiento etc.) que algo emerge, y que esta realidad “escenificada” se vuelve topográfica; la actividad de un topo no es la de roer las raíces de algo, sino la de levantar tierra, de des-terrar, exhumar para dejar nuestros deseos inconscientes a la vista. Emerge entonces nuestra necesidad de per-vertir, manchar, inundar; y “... lo que debe ser nítido se muestre en su faz túrbia, poluída4”.

acción en si misma: hay un hombre quemándose y unos/as “otros” reaccionan aplaudiendo y celebrando. No puedo dejar de contextualizar este suceso y de plegarlo a su historicidad ¿En qué escenarios circulares estamos hoy: en el coliseo romano instalados ante la presencia de “los que van a morir saludan al Cesar”, o en una plaza europea de la edad media, donde un hombre debe arder porque la opresión autoritaria de un sistema se ha vuelto una herejía?


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El acto creativo finalmente es la suma de imaginarios que hemos ido integrando por nuestras vivencias,

En ambos casos, las palabras imaginario + Roto son micro universos conceptuales, dicho de otro modo, ambas palabras cargan con estigmas ya preconcebidos. Sin embargo es en esa suma donde se obtienen los resultados que se pudiesen esperar de cualquier acto creativo. Cuando se es creativo, romper parece ser una condición necesaria, corromper, una obligación.

Imaginar es un acto voluble... disuelto en el pensar y con una fuerte carga valorica, del alma, por lo cual instantáneamente lo vinculamos como un elemento de lo positivo. Lo roto, por otro lado, es una acción, un estado... finalmente una condición que nos lleva a lo poco integro, a lo que de un modo u otro se descompuso, ya no es lo que fue o nunca ha sido lo que querían que fuera.

Nicolas Castillo Diseñador Industrial nicolas.castillo.almendras@gmail.com

humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables, son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es la

Comenzamos a vernos hacia adentro, para proyectarnos de un modo particular. Nace la Identidad, la que está ligada a lo propio, a lo único, a lo exclusivo. Manfred Max – Neef plantea que “...Las necesidades

mientras que lo roto, es el atrevimiento a cambiar lo establecido por esas mismas vivencias... la reinterpretación que viene con aires de inspiración, como una cosa nueva, rápida... pasajera. La suma de acciones y pensares (imaginarias rotas) van sosteniendo nuestros discursos, nuestras posiciones, finalmente nuestros argumentos y es en ese instante cuando nos comenzamos a diferenciar del uno al otro, empezamos a hablar del yo y del nosotros (cuando nos encontramos con alguien que bebe de la misma agua) y del tú y del ustedes (cuando empezamos a servir en vasos diferentes).

Imaginario roto e Identidad

Finalmente, creer que pensamos todos del mismo modo es también un acto imaginario, es un acto común, es un acto caprichoso y sin lugar a dudas subjetivo, lo imaginario es subjetivo. Y esto dado principalmente, por que nuestras crianzas y vivencias

Las necesidades nos unifican. Nuestros placeres nos distancian. Agua necesitamos todos para saciar la sed, solo que algunos países prefieren Coca – Cola, otros Inka Kola. Nuestros vicios nos diferencian, nos apartan, así como nuestro imaginario nos une con un grupo determinado, nos ancla, nuestra parte rota nos distancia, nos diferencia. ¿Qué hacer con el imaginario? Tan predecible, lógico, NECESARIO. ¿Como encausamos lo roto? tan propio, tan único, SATISFACTORIO.

manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades. Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades...”.


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Es il贸gico e imaginario creer, del mismo modo, que no tenemos identidad... como si eso pudiese ser posible. Lo roto ha hecho un esfuerzo enorme para ense帽arnos lo diferente que somos los unos de los otros, mientras que el imaginario ha ido hilando finamente la trama que nos va uniendo a los nuestros en la urdimbre que componen la personas que nos rodean... de manera plana, claramente.-

Por lo mismo, es lamentable que todos concluyan lo mismo, sin embargo, es aun mas lamentable, que creamos que nos acercamos a la homogeneidad de pensamiento, no como elemento abstracto, no, sino como acto tangible, nuestro accionar.

han sido diferentes, nuestros actos creativos nacen de otros manantiales y las cosas que se nos han ido rompiendo van generando en nosotros productos exclusivos con respecto a los procesos de nuestra opini贸n.

Ilustraci贸n: Maraton - Mathias Sielfeld - flickr.com/notengonick


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El cuerpo es uno de los principales

A nuestro parecer existen a lo menos dos factores opresores que son condicionantes del uso y acción que ejercemos a diario con nuestros cuerpos: el contexto socio-cultural y la intersubjetividad .

La idea de plena libertad de acción y creación con nuestros cuerpos es ilusoria, como sujetos insertos en un ambiente social estamos en cierta medida condicionados por toda una estructura de acción, que influye en nuestro actuar y pensar, sobre y con nuestra corporalidad.

En el imaginario social, el cuerpo esta siempre ligado a una imagen determinada, esta relación semiótica entre el concepto “cuerpo” y la idea-imagen que de él se tiene, es un proceso cognitivo visual. Ahora, ¿que entendemos por imagen? “Una imagen es una especie de traducción mental que tenemos sobre la realidad tangible, una interpretación subjetiva

Para algunos es el lugar de complemento de los aspectos físicos y emocionales, otros opinan que es un lienzo que debe ser ocupado, pintado, modificado y reestructurado para darle la forma que lo idealice culturalmente, que lleve a la práctica la propia imaginación. Existen múltiples formas de comprender y modificar este espacio-tiempo, llamado cuerpo, algunas intervenciones son casi universales mientras que otras formas son particulares de ciertos grupos humanos.

dispositivos de dominación, se ha construido y reconstruido a través de símbolos de genero, edad, clase, raza entre otros, que han sido modificados intencionadamente. El contexto construye discursivamente a los cuerpos y este discurso es compartido subjetiva e imaginariamente con otros sujetos.

Ésta reflexión resulta ser un extracto de una etnografía del cuerpo.

Carolina Álvarez / Luna licenciadas de Antropologia caroi_1869@hotmail.com


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y condicionada por la cultura que, de forma dinámica, también condiciona desde afuera, nuestro cuerpo, otros imaginarios” . consideramos estos parámetros como dispositivos de dominación, Ejemplificamos esto con conceptos-imágenes cotidianos a nuestra cultura: todos aquellos elementos, el cuerpo femenino se ha imaginado, construido y reproducido, a partir de un regimenes definibles, construidos ideal que apunta a tener amplias caderas para una buena procreación, tener para someter a los cuerpos y a senos grandes para un buen amamantamiento, no tener vellos que se ligan los sexos masculino y femenino a la imagen del cuerpo masculino, y así, una infinidad de construcciones manejando y reificando desde ideales que se nos ha impuesto como mujeres y que nosotras mismas los imaginarios, las abstracciones hemos impuesto a otras subjetividades. La repetición constante de estas sobre este. ideas ha generado estereotipos que brutalmente han socavado las raíces de la realidad corporal, desnaturalizándola y cosificando los discursos sobre Los cuerpos han sido uno de los el cuerpo. principales objetos de construcción de imaginarios normativos. Los Aquel cuerpo exigido, muchas veces es inalcanzable, en particular para estereotipos y otros medios de aquellas personas que día a día, se ven bombardeadas de estereotipos dominación han inducido a que sobredemandantes. Al respecto Bourdieu alude que: “ la probabilidad de nuestro cuerpo ya no sea nuestro, sentirse incómodo con el cuerpo de uno… es más fuerte en la medida lo han disciplinado, han limitado en que hay mayor desproporción entre el cuerpo socialmente exigido y la sus márgenes, sus medidas, su relación práctica con el cuerpo que imponen las miradas y reacciones de expresión. Ahora, a conciencia de los demás.” aquella represión podemos destruir estos estereotipos normativos, para Es por ello que nos resulta imposible e ilógico separar nuestra corporalidad resignificar nuestros cuerpos como tanto imaginada como real de aquellas subjetividades que el resto de la territorio de lucha, generando sociedad ha construido para nosotros a lo largo de la historia por medio nuevos discursos de acción con y de dispositivos de poder, ejercidos directa o indirectamente sobre el cuerpo sobre él. humano. Es así como se instauran ciertos parámetros sociales para construir,


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Pierina Bartholin Estudiante de Arquitectuta pierinabz@gmail.com

Imagenes en mi centro


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Maria Jose Santa Maria

Bastante resuena esta frase en mi cabeza, no por el peso histórico que esta idea tuvo en alguna época, o por cuestionar el significado antropológico del trabajo, sino por la contradicción que produce, cuando se la intenta consagrar como eje moral de nuestra sociedad. Y es que el imaginario colectivo alrededor del trabajo, la representación social que hay sobre él, ha estado ligado a esta idea por mucho tiempo. Sin embargo, hoy comienza a perder sentido, por lo menos para mí, lo que me hace pensar que estoy palpando la transformación que comienza a sufrir este imaginario.

Luis Emilio Recabarren, ¿El socialismo qué es y cómo se realizará?, 1912

“CUÁNDO SE LE OCURRIÓ AL HOMBRE VESTIRSE, NO EXISTÍAN GÉNEROS NI HERRAMIENTAS. CUANDO SE LES OCURRIÓ A LOS HOMBRES VIVIR EN CASAS NO HABÍA NADA PARA CONSTRUIRLAS. ENTONCES APARECIÓ EL TRABAJO EN FORMA MÁS VARIADA Y DESDE AQUEL MOMENTO EL TRABAJO HA SIDO EL PODER MÁS GRANDE QUE HA CONVERTIDO EN REALIDAD TODAS LAS CAPRICHOSAS PERO JUSTIFICADAS ILUSIONES DEL HOMBRE”.


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Su consolidación histórica, podemos encontrarlo en el país hacia el siglo XIX. El trabajo como una forma de regeneración moral, fue uno de los ejes culturales de los primeros movimientos obreros. Se convierte - de la mano con la instrucción- en la actividad esencial del ser humano, que nos acerca de la manera más autentica al camino de las buenas acciones, de la honradez; la forma por excelencia de orientarse hacia el bien público y la única manera de retribuir, con nuestras capacidades, al resto de la sociedad. Así, el ser trabajador pasa a ser una aprobación moral en sí mismo, como condición, apoyado sobre todo en el hecho de que había una poderosa y reprochable minoría que no lo era. El trabajo mitificado como un medio de realización humano, glorificado por el pensamiento socialista que lo volvió una bandera de clase, ha calado muy hondo en nuestras ideas sobre el mundo. Hoy, cuando el poder esta centralizado local, nacional y mundialmente, todo lo que hacemos dentro del marco institucional de ese orden,

prescindir. Pero cuando me detengo a reflexionar acerca de la contingencia de la realidad social y concluyo que no se la puede definir en su esencia, porque no hay esencias sino solo interpretaciones construidas colectivamente, hijas del momento y espacio desde el cual emergen, los deber ser solo forman parte de una moral sustituible y esta consigna en particular ya no necesariamente encuentra razón en mi conciencia.

En vez de que la exteriorización de nuestras capacidades e inteligencia, vayan en favor de nuestra autonomía y emancipación, nos convertimos finalmente en la pieza clave de toda esta máquina; los que permiten que siga funcionando un sistema abstracto, que poco se entiende, y en donde los

pareciera contribuir a reproducir y engrandecer esos poderes. Y no estamos hablando solo de “trabajos perversos” definidos públicamente como los reproductores de estos, sino que también del que pretende mejorarlo, que no hace otra cosa que limpiar sus residuos y permitir que siga funcionando de forma más legítima aún.

Así, no parece casualidad solo el hecho que el trabajo que desempeñamos hoy como integrantes de esta sociedad, se posicione como parte fundamental del ciclo de la vida, una actividad imprescindible, sobre la que posamos nuestras mayores aspiraciones; sino que tampoco lo es el que haya dejado de ser valorado por su resultado, por los beneficios directos que aporta, sino que lo sea, avalado por este imaginario, por ser un estilo de vida, un valor en sí mismo del que no nos atrevemos a


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necesarios para vivir, se le asocia una imagen colectiva de diversión y por consiguiente de ociosidad y pereza, que lo legitima solo en esos espacios y tiempos de no-trabajo, de “tiempo libre”, situándolo así en un segundo plano valórico, ya que más que mal: “de eso no se come”. El primero de ellos entonces, el trabajo abstracto y sin sentido se institucionaliza totalmente y nuestro esfuerzo pierde toda dirección y sentido, ¿no es esto acaso la negación más profunda del sentido de vivir?

que nos deja faltos de expresión y realización. Los trabajadores ya no quieren, o no deberían querer, que con su sudor las industrias del país y sus instituciones crezcan, si luego van a ser aplastados por ellas mismas. No es que se quiera invocar una ideología con esto, sino que solo estamos hablando del juicio valórico más trascendental para los individuos: que su trabajo tenga como consecuencia el mejoramiento de su propia vida, y como no existe liberación si ésta no se vive en forma individual, ya no honra ser trabajador si el trabajo no es el medio para lograrlo.

Bajo esta realidad la imagen del trabajo, como actividad humana, se disocia. Hay uno institucionalizado y formalizado, que solo requiere de un fragmento de nosotros, el que creemos estar obligados a desempeñar por ser el único que nos permite sobrevivir dentro del sistema, y aunque no nos importe realmente si con nuestro esfuerzo este sistema siga funcionando -ya que no es nuestro proyecto ni nuestro problema- suficiente ya es conseguir los recursos necesarios para subsistir. El otro, es el que se relaciona con nuestras verdaderas inquietudes y habilidades, en donde nuestra “capacidad de hacer” encuentra sentido, y cuyo objetivo y función nosotros mismos definimos. No obstante, como a través de él el sistema no nos permite obtener los recursos

Visto así, la imagen construida alrededor del trabajo parece decaer y perder sentido, más aún cuando está idealizado como un deber ciudadano. Aparece inevitablemente ante mí la reflexión sobre el real valor de lo que hacemos, el destino de nuestras capacidades físicas, técnicas y mentales materializadas, que es finalmente de lo único que disponemos para interferir sobre el mundo. Se comienzan a abrir espacios en la mentalidad colectiva para que el trabajo formalizado, incluido y definido por el sistema en que vivimos, y todos los esfuerzos y perfeccionamientos que hacemos para entrar y mantenernos en él, no nos honra ni nos reúne, sino

Desde esta perspectiva, no me queda más que pensar que dentro de este imaginario el trabajo, ya fundamentado como un estilo de vida, ha perdido su sentido práctico: su capacidad de transformar colectiva e individualmente el entorno material, orientado por un proyecto de sociedad del cual deberíamos tener conciencia y participación. Ya no vivimos de nuestro trabajo, sino que vivimos para el trabajo, el que tiene como resultado final un beneficio que ni siquiera palpamos y que contribuye a engrandecer un proyecto que no nos interpela.

“Trabajadores del mundo: uníos y dejad de trabajar.” Jim Haynes, 1978

beneficios que se obtienen de él para la mayoría, resultan confuso e insuficientes.


21 Ilustraci贸n: Caos Silencio - fabricadesilencios.blogspot.com


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Homogeneizar. Igualar. Nivelar. Asemejar. Hoy en día, el camino que nos lleva a entender todo como básico, a destruir nuestra capacidad de poner en duda, de no creer; de desenmascarar la inoperancia. Inoperancia que por cierto, y a través de múltiples mecanismos, aparece hoy ante

Quién controla el imaginario social, controla el hecho social. La urbe acoje tanto a imaginadores como controlados.

“El espacio colectivo, proyectado bajo preceptos capitalistas, se resiste e intenta hacernos iguales en nuestra capacidad de patalear, velando siempre porque los modos sean distintos, hasta incompatibles. Porque si nuestro pensamiento se rigidiza, nuestras ciudades jamás.”

La Aldea Global se ha configurado con éxito rotundo, gracias a que el imaginario social se ha

nuestros ojos y nos deja en una situación de dura lex, sed lex (1). Inoperancia que ha hecho de nuestras ciudades, teóricamente focos de oportunidades e igualdad, en espejos dónde se refleja una realidad diametralmente distinta, una realidad muchas veces cruda y por sobretodo, invisible para la mayoría de los ojos.

Diego Cofr{e Licenciado en Arquitectuta dicofre@gmail.com

lo que realmente nos da la calle

Cuando mi pensamiento se “nivela” con el que el entorno quiere, se hace obtuso. Configura una línea de horizonte perfecta, en donde cualquiera silueta lo desvirtúa, lo ensucia. Cualquier acto, tal como una silueta, que altere “mi perfecto equilibrio creado” en el espacio público, tal como mi horizonte, desencajará. El problema (el feliz problema) es que este mismo espacio público aguanta mucho más. Habla por sí solo y durante mucho tiempo, en muchos lugares y momentos ha sabido desvirtuarse para, sin embargo, volver a componerse.

homogeneizado, igualado, nivelado, asemejado. Ha logrado entonces abrirse paso en una sociedad lubricada por años de control y de consignas “democráticas”: Una sociedad que poco a poco fue convencida de que el camino era uno y había que recorrerlo, a pesar de sus monstruosos obstáculos, para llegar a buen puerto. O al menos, para llegar a alguno.


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A partir de ésto es fácil comenzar

Es que toda nuestra sociedad chilensis parece que dejara guiar sus actos por el ya mítico Manual de Carreño. Desde la infancia, los códigos civiles, morales, éticos y sociales nos empapan de manera acelerada, sin que intentemos ni podamos hacer algo para ralentizarlos. Y es aquí, en la edad temprana, cuando se nos hace diferenciar lo bueno de lo malo. Scar es el malo, Mufasa el bueno. Y nadie a los 7 años es (o fue) capaz de ponerlo en duda. Y sucesivamente así. A los 10 años el niño medio chileno de clase media baja (la trinchera desde donde yo puedo gritar) casi sin excepción, tiene a los diversos personajes sociales perfectamente estigmatizados. Surgen los mecanismos de formación de ideas, las técnicas propagandísticas de gobierno, la religión como orientadora de conductas, los valores socialmente compartidos, las creencias, las “definiciones” de la realidad (2).

a echar a los variados (y por supuesto, minoritarios) actores en un mismo saco… se hace patente este rechazo estigmatizante hacia ciertos grupos, hacia ciertas actitudes sociales que se escapan a los cánones que el sistema, sus gestores, sus ciudades y sus instituciones nos han entregado: flaites, inmigrantes, gitanos, homosexuales, skins, anarkos, putas, capuchas y demás lumpen son uno solo. Y claro, son delincuentes todos. Existe aquí una

La verdad es que la mayoría de las veces es un mecanismo implementado por los padres en su mejor intención, para alejar a los peques de lo “malo”, y acercarlos a lo “bueno”. Por supuesto, lo que como padre se considera bueno y como padre se considera malo. El problema es que en una sistema “tan bien armado” como éste,

“nivelación”, en donde todos estos personajes son hundidos hasta el mismo punto.

las posibilidades de que el niño, cuando ya no lo sea, sea capaz de alejarse de las tempranas apreciaciones, son reducidas. Es aquí en donde entra en juego el rol de nuestras ciudades y de los espacios urbanos que ellas poseen. En la calle, y al menos en teoría, todos somos iguales. Cuando los pocos que tenemos son ocupados por las mayorías “socialmente aceptadas”, cuando los mejores se encuentran dentro de condominios rejados


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Y cuando el niño que ya no es tan niño ve, a través de la tele o en el mejor de los casos viviendo la ciudad, lo que pasa en estos “escenarios urbanos”, echa mano a su archivo de estigmas y discrimina “sin discriminar” entre el bueno y el malo. Y es fácil confundirse en un medio en donde el imaginario se ha perdido, en dónde la plaza de aquí es igual a la de allá, en donde los curaítos de la esquina del pasaje del barrio ya no existen. Y si los hay, son infinitamente menos aceptados y

y los del pueblo llano echados a su suerte es cuando empiezan los dramas. Como mencioné, el problema es que, a pesar de las diferencias garrafales que existen en su configuración entre territorios de una clase social u otra, los espacios públicos siguen y seguirán siendo públicos. Son humildes, y por definición aceptan a quienes sean. A las putas, a los cuicos y a los flaites. A los capuchas que tiran piedras. A los polis.

(2) Jordi Borjas, Máster en Gestión de Ciudad, U. de Catalunya. Revista Nueva Sociedad n°213, enero 2008.

(1) ‘Dura lex, sed lex’ es una expresión latina que traducida literalmente significa “ley dura, pero ley”.

La Aldea Global es fácil de manipular a través de ciertos medios. Por estos mismos también es fácil hacerse el difícil. Pero la calle es la que aguanta todo, incluso el choque entre los homogeneizados y la rica masa heterogénea. La calle, entendida como espacio colectivo, incluso proyectada bajo preceptos capitalistas, se resiste e intenta hacernos iguales en nuestra capacidad de poner en duda, de alegar, de patalear, de sentirnos conformes y de usarla. Pero de igual manera, trata siempre de que nuestros modos sean distintos, dispares y finalmente, hasta incompatibles. Porque si por una parte nuestro pensamiento se rigidiza y estanca, por otra, nuestras ciudades seguirán exquisitamente variables.

nadie sabe sus nombres. En donde le creo a la tele, en donde esa tele le cree a quien está más arriba y ese de arriba le debe creer a uno superior que nadie conoce, ni conocerá.


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Fabiola Lizama / Licenciado en Dise単o Industrial / fabiolalizama@hotmail.com


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EL PENSAMIENTO NUNCA

Cómo lo habrá hecho Piccazzo, Dalí, Da Vinci, Eintein y otros/as autenticos pensadores. “El pensamiento nunca piensa por si mismo, si no que se produce a partir de un campo de posibilidades.” Deleuze Este campo de posibilidades se refiere a la Imagen, la contextualización cultural, histórica y política en donde el poder de ésta imagen se ejerce sobre el pensamiento humano, es una forma de orientación inexorable de los imaginarios, no es visual ni materializable, por lo cual difícilmente puede ser definible y clasificable. Sin embargo, esta imagen preexistente se incrusta en aquello por lo cual el pensamiento es afectado en su mismo proceso y en un momento determinado. Esta imagen DOGMA se convierte en lo verdadero, en lo razonable, no funciona como medio, ni tampoco como fin, si no como la representación, innegable del pensar. Este adoctrinamiento político del pensamiento limita la posible libertad de creación, , creatividad pura, de pensamiento auténtico, crítico y dialéctico de la vida, la muerte, la sinrazón, etc. se instaura una imagen DOGMA como verdadera, válida y muchas veces esencial. Por ejemplo. La IMAGEN de la INSTITUCIÓN del MATRIMONIO permite la libre asociación contractual entre un hombre y una mujer, constituyéndolos como polos compatibles socialmente y muchas veces visualizándolos como portadores (creadores) de la institución familiar. Sus miembros tienen roles imaginarios socialmente adquiridos, los cuales son inmutables cuando los desfragmentamos. No se permite en esta institución

ENTRE- TELO-

Entonces, uno c a m i n a

Entonces, ya desde nuestros años prematuros encerrados en salas, en una cirugía demoníaca: imágenes, representaciones y morales metidas a puntapiés imaginarios hacia nuestras mentes, que poco a poco se arrincona como serpiente en el baúl oculto de la subconciencia y los sueños.

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Entonces está nublado allá afuera; el imaginario es la sombra en el recorrido, aquel de la cultura general y protocolos varios.

Entonces, en relaciones sociales

nuestras

hay una encrucijada; los hilos imaginarios se enrollan en los bolsillos y caminamos cabizbajos pensando sobre proyectos y recuerdos; sensibilidades varias por el cemento mojado de un invierno cualquiera.

DAVID MARIN/Estudiante de Filosofia /kn_el_juggler@hotmail.com


PIENSA POR SI MISMO

ALASKA imaginaria, por lo menos en Chile, la posible asociación entre personas de un mismo sexo o de una persona y un animal o una planta, o lo que sea, pero se reafirma a través de la ideología de la razón que es privilegiada la asociación entre hombre y mujer. Se invisibilizan otros aspectos como el amor, el deseo, perversiones, etc. ya que éstas también son enmarcadas dentro de la imagen DOGMA. Para poder generar un libre pensamiento es imprescindible destruir esta(s) imagen(es) institucionalizada(s) y suprimir del pensamiento todo modelo trascendental. TODO MODELO TRASCENDENTAL de pensamiento.

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Entonces comienza la transformación: dientes más blancos, mejores corbatas, gestos nuevos y puntos

relacionándose, cuando ya, sin darte cuenta, estás en las puertas del futuro, comienzan las palmadas por la espalda enorgullecidos todos por el reembolsamiento de tu existencia a ser una mercancía de mejor calidad: “otro más para nuestra querida civilización, ven y arrímate al tren del progreso colega” Nos dicen.

Sin estos moldes socialmente adquiridos y realizando un ejercicio de pensar-libre, sin cargas morales, éticas, económicas, políticas, etc. El pensamiento se convierte en sujeto libre y auténtico. Aun más, me cuestiWWono esta crisis, no digo que este proceso sea cierto, si no que apelo a una posibilidad, en el amplio sentido de la expresión, un ejercicio libre que todas y todos podríamos


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1º imaginario no es imaginación 2º imaginario es un espejo 3º imaginario no es un concepto sociológico 4º imaginario es representación, es decir, disolución entre lo real y lo ideológico: separación

Entonces afuera está nublado, y pones play: Los hilos imaginarios de nuestras relaciones sociales se enrollan en los bolsillos. Pero hay un detalle: la encrucijada persiste y algo no calza:

sobre las íes para el nuevo ciudadano; claro que es recomendable asegurarte una diferenciación: un peinadito quizás, un estigma talvez, una secta religiosa podría ser, un titulo oculto, carisma angelical, quien sabe. Todo esto no está nada de mal para encontrar la valorada identidad. Luego viene la admisión del hombre masa arrepentido… Como Hércules proclamando su existencia a los cuatro vientos… salud!

Entonces: la transgresión cotidiana del imaginario como aniquilación existencial de la dominación y lo monótono; dialéctica en cadena de contradicciones que apuñalan la moral impuesta de nuestras cabezas Entonces, por ultimo, es menester afirmar, que hay una cajita de hilos entre- telones, mejor no verla, harían de este escrito algo redondito: me quedo con que en nuestras relaciones sociales hay una encrucijada; que bueno que halla una.

El paisaje de don cualquiera anónimo, destructor de atomizaciones sediciosas

Entonces el paisaje del postmodernismo juguetón, maquinaria de identidades V/S

Entonces hay muchas opciones-paréntesis-sintaxis: Manos tomadas- fiesta en velorios-discusiones con gatos-dedos apagando televisiones-seres congelando sueños a través del arte- tragedias encapuchantesbesos gratuitos- persecución de cuerpos- fuego a leña-negación de protocolos- películas de Chaplin etcétera .

5º no estoy seguro de nada de lo que estoy diciendo Entonces, si de algo estoy seguro es que hay una cajita oculta detrás de las cortinas; el misterio milenario que ha abierto pechos e ilusiones durante toda la historia de la humanidad (¿Qué es?). Entonces: la transgresión cotidiana del imaginario como aniquilación existencial de la dominación y lo monótono; dialéctica en cadena de contradicciones que apuñalan la moral impuesta de nuestras cabezas en tensión permanente con nuestro vacío (que a veces se llena).


31 Ilustraci贸n: Bastian Bra uning - b Bra uning.tk


Aprehensiones culturales Rayen Hellwig

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Así, de frentón, entenderemos que la familia constituye una de las instituciones más influyentes en el proceso de crecimiento y aprehensión de los códigos culturales de un/a individuo/a. Durante el período en que ésta tiene influencia, se entregan valores, reglas, símbolos, colores, formas de ser -entre muchas otras cosas- que cumplen con el objetivo de formarnos para, algún día, ser cuerpos bien adaptados para el gran depredador: el neoliberalismo. Esta institución, defendida tanto por el ala más conservadora de nuestra sociedad, ha sufrido algunos pequeños cambios que son importantes de tener en cuenta: la familia de red extensa ha mutado hacia una desarticulación en distintos núcleos formados “idealmente” por un padre, una madre y los hijos o las hijas. Esta primera transformación descompuso la estructura familiar donde la abuelita inculcaba su cristiandad a la nieta y el abuelo hacía del nieto un hombre de bien. Son la madre y el padre quienes, en el poco tiempo que disponen para la construcción de relaciones fornidas, se preocupan de entregar la información necesaria para un buen pasar en la vida. Y esto es mucho decir, ya que el padre aparece para el beso de las buenas noches y la madre, si es que trabaja, relega el cuidado de sus hijos e hijas a una otra, la mujer que suple, la nana. La familia funcional que, esperábamos, conformara un continuo de amor y buenos modales se vuelve cada vez más ‘disfuncional’, datos que se obvian en la discusión actual. A pesar de que en el párrafo anterior se resume violentamente el proceso de construcción de la familia occidental -dejando de lado toda la influencia que tiene la proletarización en la conformación de esta familia ‘ideal’, se intenta caracterizar lo que hoy por hoy conocemos como familia: Esta familia que lucha por sacar adelante a sus hijos, pero que al mismo tiempo no está presente para hacerlo.


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Estos someros datos, que así de ligeramente presentados dicen mucho sobre cómo la familia actual incide en la formación de los cuerpos sociales, vienen a cantar una canción funeraria para una estructura familiar que ha sido arrasada por las devoradoras garras del sistema neoliberal y sus diferentes armas de destrucción masiva. Hablar de familia no significa lo mismo hoy que hace treinta años. Ahora, ¿Es esto ‘malo’? Y es que hay quienes


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insisten en que se pone en peligro la estabilidad estructural de la sociedad misma con estas nuevas familias monoparentales, homoparentales, miniparentales, etc. Su alegato puede hasta ser cierto, pero olvidan que su estructura ‘ideal’ de familia es fuertemente amenazada por sus propias políticas individualistas, que tienden a construir comunidades competitivas, de intereses egoístas y violentamente disgregadas, las cuales reproducen relaciones jerárquicas y sexistas entorno a los roles impuestos para mujeres, hombres, niños y niñas. Estos detractores de la idea de construir un nuevo imaginario de familia -porque no renuncian a la idea de la familia nuclear es la semilla fundamental de una sociedad “buena”, fomentan valores que no apuntan a crear comunidad, sino lejanas individualidades. Tratar de imponer y seguir perpetuando una idea de algo que ya no existe como tal, es irrisorio. Teniendo en cuenta lo anterior es que se hace imperativo deconstruir aquel imaginario familiezco que se levanta sobre la díada hombre-mujer o, más bien, padre-madre, ya que su rigidez, sexismo, conservadurismo, moralismo y represión, niega, suprime y censura las diversas maneras de expresar el amor, e afecto, la solidaridad y l tolerancia dentro de estos los grupos humanos. Por supuesto que sin cuestionar las estructuras de género en tanto masculinidades y feminidades hegemónicas, la crítica que se hace al modelo de familia que, aunque inexistente, se sigue manteniendo como único posible ante el objetivo de una sociedad bondadosa, es infructuoso. Romper con las lógicas de autoridad del hombre por sobre la mujer y por sobre otros hombres, romper con el círculo vicioso de la mujer como madre del hombre, como perdonadora eterna, romper con la homofobia y la reproducción de miedos y violencias desde la cuna entre muchos otros fenómenos que perpetúan la herencia corporal que nos han relegado generaciones menos críticas de nuestra vida en común se hace necesario antes y durante la deconstrucción de una institución que tiene un peso político deslumbrante. Dicen que al descomponer una partícula se libera energía... Quizás al descomponer la macropartícula llamada familia la energía que se libere busque su nicho en la integración plena de minorías


...Quizás al descomponer la macropartícula llamada familia la energía que se libere busque su nicho en la integración plena de minorías que entienden que lo que importa no es el órgano sexual de los/las cuidadores/as, sino la capacidad que aquellos –los/las cuidadores/ as– tienen de entregarle a la criatura que recién se integra en el mundo social

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que entienden que lo que importa no es el órgano sexual de los/las cuidadores/as, sino la capacidad que aquellos –los/las cuidadores/ as– tienen de entregarle a la criatura que recién se integra en el mundo social, herramientas que le permitan desarrollar plenamente sus capacidades sin odios, rencores, limitaciones o agresiones a su libertad. Luego de todo esto, parece mejor reemplazar el modelo familiar por una definición que, sin perder cualidades, engloba otros tipos de relaciones: el grupo doméstico. Es ésta unidad conceptual que parece dar cuenta de uniones menos tradicionales, o círculos de crianza distintos. Así, la familia formaría parte de estos grupos domésticos, pero no sería el único. Grupos de amigos o amigas, padres o madres solteras, hombres o mujeres que crían a hijos o hijas no propias… En última instancia, no despreciamos a quienes, desde sus patrones culturales internalizados, estén de acuerdo en construir familias con valores conservadores y religiosos, pero creemos fervientemente que debe existir tolerancia y aceptación, necesarias para considerar todas las formas y tipos de comunidades que se gestan cotidianamente y que también constituyen agrupaciones donde se reproducen códigos sociales necesarios para relacionarse entre humanos y humanas de una forma solidaria, respetuosa y afectivamente madura.


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MARIO ARAVENA

COSAS La construcción de un imaginario social muchas veces se produce a través de las revistas, las cuales tratan de armar un cierto panorama de una clase o grupo de personas que hacen cosas en común, algo cotidiano para ellos se transforma en un estilo de vida casi esteriotipado, como una especie de morbo por ver la historia de los demás que parecieran no tener problemas, el rostro se convierte en esa verdadera construcción mental de ese imaginario social, las personas que aparecen a continuación son famosas, solo que su rostro ha sido extirpado, transformados en carne común y corriente, tan solo eso, quedando el cuerpo enfrentado a nosotros.


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Hoy, casi nadie construye su casa. Pensar la propia vivienda, se transformó en un lujo para el sector “privilegiado” de nuestra sociedad. La cadena que unía generación tras generación, constituyendo una amalgama indisoluble entre vida y obra se cortó. La reconstrucción post-terremoto, nos sitúa

No hace tanto tiempo, cuando cada hombre construía su casa con sus propias manos. Bastaban cuatro palos, tres piedras, un poco de tierra y un poco de agua, “arquitectura sin arquitectos”. Vida y obra calzaban construyendo la riqueza de nuestro patrimonio, aunando las peculiaridades del contexto, con las formas culturales que la vida entretejía en cada rincón de Chile, con sus mestizajes y precariedades.

Las viviendas sociales actuales en Chile, salvo contadas excepciones, presentan serias deficiencias. Al respecto, cabría preguntar, ¿por qué una vivienda social debería tener un estándar inferior a otro tipo de viviendas?

frente a la problemática de las políticas públicas en materias de arquitectura y urbanismo. Al respecto, en relación a la vivienda, pareciera que la tendencia actual, consistiría en fomentar un catálogo de viviendas prefabricadas ofertadas por empresas constructoras, permitiendo la “libre” elección por parte de los futuros propietarios. La “ciudad por catálogo”, aparece como la nueva estrategia para construir nuestro país, llegó la época del “Chile supermarket”, con una arquitectura reducida a producto cosmético, tipo Seaside en “the Truman Show”. wFrente a la urgencia, la prefabricación, pareciera la respuesta lógica, si bien, no implica hacer las cosas de cualquier manera, cada ciudad, cada barrio, cada calle, cada casa, es un


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A todo encargo público, concurso público, pero concurso abierto que considere la calidad arquitectónica y urbana de las propuestas, pensado desde cada región, garantizado por el colegio de arquitectos, fomentado por las universidades locales, considerando respuestas particulares a cada encargo particular, con sus

Hace 50 años, tras el terremoto del 60, con un país con menos recursos, las soluciones desde el aparato público sin duda fueron muy superiores a las actuales. Era éste el ámbito donde surgen las obras arquitectónicas de avanzada, a modo de ejemplo, baste la CORVI.

¿Cómo reconstruir las viviendas en el Chile

de hoy? Si necesitamos respuestas urgentes, acudamos a la experticia, tenemos premios nacionales, por poner un caso. Pero para evitar posibles “conflictos de interés”, tenemos la vía del concurso público, abriendo opciones a muchos arquitectos que esperan oportunidades para confrontwar sus propuestas de igual a igual con las oficinas que se reparten la torta inmobiliaria.

caso particular. Las políticas públicas de los últimos años, han privilegiado el ranking de las estadísticas por sobre la calidad de las soluciones. Las viviendas sociales actuales en Chile, salvo contadas excepciones, presentan serias deficiencias. Al respecto, cabría preguntar, ¿por qué una vivienda social debería tener un estándar inferior a otro tipo de viviendas?

Esperemos que, en palabras de Rafael Moneo, la “indiferencia no se constituya como norma”, en materia de vivienda, toca invertir en serie y en serio.

Desde hace bastante tiempo la calidad de la vivienda pública es una tarea pendiente para nuestro país. El gobierno anterior no estuvo a la altura de los tiempos, el actual pareciera que tampoco está por la labor. La prefabricación no implica que las cosas se hagan de cualquier manera, la ciudad se construye casa a casa, no surge de forma espontánea.

requerimientos y limitaciones.

RUBÉN MUÑOZ RODRIGUEZ / Docente, Dpto. Diseño y Teoría de la Arquitectura FACD, UBB / rmr.arq@gmail.com


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Así, la ciudad no es más la idea de un grupo de arquitectos, sino la suma de ideas y acciones de millones de ciudadanos. El rol de estos profesionales deja de ser el de creadores de objetos ante el

La Arquitectura puede orquestar el bien común por medio del trabajo con el espacio. “El bien común” es un tema que debe ser tratado por el estado. Las crisis del Estado peruano en épocas pasadas generaron un desborde popular que terminó con 1/3 del país viviendo en la Capital. Triunfaron los emprendimientos emergentes: las invasiones y la autoconstrucción moldearon un nuevo tipo de ciudad. Según diversos estudios, aprox. el 70% de Lima ha crecido sin participación alguna de arquitectos.

1. CRITICA AL ROL DEL ARQUITECTO ANTE LA PROBLEMÁTICA DE LAS CIUDADES EN EL PERÚ //blog-citio.blogspot.com/

c.i.t.i.o@hotmail.com

Vista así, la arquitectura es el instrumento más poderoso para la equidad social, porque pone a la gente a soñar con cosas concretas y tangibles. Y la condición de ciudadano está ligada a la posibilidad de disfrute no solo del espacio (público y privado), sino también de la belleza inherente a esos sueños que construyen la ciudad, de modo que el acceso a esta no puede ser un privilegio de los que pueden pagar directamente por ella. Hay que buscar maneras de democratizarlo. 2. PROBLEMÁTICA EDUCACIÓN-PODER Y RE-INTERPRETACIÓN DEL CONCEPTO DE PARTICIPACIÓN

Para aportar a ciudades-con-ciudadanos que se auto-regulen más eficazmente y que sean capaces de provocar nuevos y mejores modos de vida, los arquitectos debemos cambiar de actitud, reforzar los discursos y abocarnos a la acción. La Arquitectura puede ir más allá de ser una labor (producción de bienes a consumir) o un trabajo (creación de cosas a usar) para ser acción que trascienda y cambie el rostro de nuestras ciudades. Es necesario recobrar nuestro rol de intelectuales y sumar al rol técnico el rol político.

CIUDAD a los marginados”, lo que se traduce en “construirles cosas”. Ahí hay dos errores: Primero, no es cuestión de llevarles e implantarles “nuestro” modelo de ciudad… es necesario ampliar el concepto y entender que eso que no comprendemos también es ciudad, una ciudad que nace y crece con otras lógicas, quizás mucho más complejas. Segundo, no es cuestión de darles obras construidas, sino de compartir procesos. Para que todos sintamos que somos partes de la ciudad los procesos de participación integral ayudarán a afirmar la condición de “ciudadanos reales” que sienten, piensan y actúan, y no solo votan en una elección

JAVIER VERA

PROYECTOS URBANOS Y PARTICIPACION


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La propuesta desde el lado formal-tradicional es “llevar LA

La ciudadanía es el derecho a ser parte del conflicto urbano. En Lima 70% la gente que vive y sufre su ciudad a diario toma decisiones provocadoras que no son reguladas por el estado. En la otra parte las autoridades o los profesionales toman decisiones reguladoras que no provocan. A esto último le llaman ciudad. A lo otro, periferia, cono, barriada, no-ciudad.

reto de ser criadores de sistemas en los que la construcción física de la ciudad es indesligable de su construcción mental. La ciudad es un organismo vivo al que no solo hay que regular, sino también provocar. No se trata de condicionar diseños para la ciudad: hay que diseñar las condiciones para que los ciudadanos la hagan suya.

Respuestas a ello se plantean, hoy, desde los llamados “proyectos participativos”, que dicen que para una buena intervención urbana-arquitectónica primero hay que conocer a las comunidades, comprender sus procesos sociales, sus manifestaciones culturales, etc, para “incluirlos”. Pero si comprendemos la dialéctica necesaria para la toma de decisiones que constituyen el concepto amplio de ciudad mencionado líneas arriba, nos daremos cuenta de que el tema no consiste en lograr que “ellos” (los excluidos) participen, sino en que “nosotros” (los auto-excluidos de décadas de crecimiento urbano) participemos. Invertir el orden de los factores en esta ecuación es vital para que los “proyectos participativos” no sean solo una moda pasajera, sino una verdadera opción de cambio.

En la ciudad formal primero se construye y después se habita. En la universidad nos enseñan a trabajar en ese escenario. Pero en la mayoría de nuestras ciudades la dinámica es inversa: Primero se habita y después se construye. ¿Cómo trabajar efectivamente en ellas si estamos cargados de una serie de lógicas, conceptos y formas de comunicación ajenas a esa realidad?


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Debemos comenzar por cuestionar nuestra etiqueta de “expertos” en un tema (el hábitat visto de manera integral) que realmente no hemos afrontado, y vivir procesos de des-aprendizaje e inter-aprendizaje con quienes sí lo afrontaron. En CITIO hemos buscado esto en las calles y con la gente, lo cual nos está ayudando a destruir nuestro rol autónomo de artistas y a renunciar a nuestro poder de control en los procesos de diseño como “expertos”, para

En la mayoría de nuestras ciudades: Primero se habita y después se construye. ¿Cómo trabajar efectivamente en ellas si estamos cargados de una serie de lógicas, conceptos y formas de comunicación ajenas a esa realidad?

¿Somos necesarios? Sí. Las condiciones de nuestras ciudades son paupérrimas, hay mucho trabajo por hacer, pero es normal que la gente (ese 70% al que hemos desatendido) no confíe. Urge trazar estrategias que permitan re-insertarnos en la sociedad con el rol que nos toca cumplir, que es el de enfrentar el problema del habitar (concentrado en la vivienda y el espacio público), en alianza con los ciudadanos, otros profesionales y las autoridades. ¿Somos necesarios? Sí. Pero la acción desde la arquitectura debe ir siempre más allá de lo necesario.

así retomar un lugar que creíamos perdido, aquel desde el que el arquitecto puede mejorar la vida en las ciudades en base al sentido común.


AUTOCONCIENCIA DESTRUCTIVA

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La necesaria autoconciencia en nuestros procesos de construcción. El ejercicio de trabajar desde la homogenizadora y universalizante fotografía referencial a la heterogénea y ausente fotografía liberadora. Para ésto necesitamos primero poder diferenciar entre una fotografía referencial y una liberadora. Posteriormente realizar el ejercicio de identificación con las imágenes siguientes. Por tanto a fin de aportar al proceso de identificación y toma de conciencia, contextualizaremos. La fotografía referencial, es una imagen permanentemente instrumentalizada por los medios de comunicación masivos, ya que estas imágenes están cargadas de información momentánea, son precisamente las imágenes del momento clave, único, decisivo y de máxima intensidad, pero a la vez imágenes totalizantes, globalizantes de procesos, periodos y coyunturas riquísimas. Ejemplo preciso, la Fotografía de Robert Capa del “soldado caído” en el aire, el preciso instante después de haber recibido un disparo en plena revolución española. O mas explicito

aun la fotografía icónica de la segunda guerra mundial, la batalla de iwo jima, cuando los militares estadounidenses logran tomar posesión de una de los últimos importantes bastiones de las islas japonesas, y alzan entre todos la bandera de su país. Este tipo de fotografías, con una gran carga informativa, es capaz de seleccionar estratos de un todo y a la vez son capaces de englobar procesos muchísimo más amplios. El problema con ésto, es la evidente anulación de múltiples e innumerables y riquísimos procesos inmersos en esta universalidad. Es la


evidente estigmatización, caricaturización y estandarización de un todo, diverso y heterogéneo lleno de imágenes ocultas y vivas.

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En cambio la fotografía liberadora trabaja desde la ausencia de información predominante, trabaja desde la intriga y la interpretación misma de los receptores,


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la fotografía liberadora es capaz de autoconstruirse desde lo local, no es universalizante si no libre a las interpretaciones, no es una jaula de información en que no cabe duda alguna. Si no que al contrario, remite cada vez menos a “situaciones reales”, es la subexposición misma de la información, es la ausencia de elementos compatibilizantes, es el ocultismo hecho imagen.


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Evidentemente la fotografía liberadora jamás servirá a los medios de comunicación masivos, acostumbrados a la tergiversación de la información, a la estigmatización de los procesos y a la nula interpretación de estos mismos. Por lo mismo es necesario primero avanzar en el reconocimiento de esta dicotomía, avanzar en la


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conciencia. Y de esta manera poder ser reales agentes destructores de imaginarios pre-establecidos, de subjetividades impuestas, de costumbres, imĂĄgenes y lecturas caricaturizantes de la realidad. Incapaces de escavar bajo ese manto de portadas, para encontrar entre lĂ­neas nuestra visiĂłn, nuestra subjetividad y por supuesto nuestro imaginario.


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