Las pesadillas de Eddy
Klaiton Murcia
Las pesadillas de Eddy
En un día normal como cualquier otro. Eran como las 7:45 de la noche, hora en que el pequeño Eddy tenía que alistarse para irse a dormir. Llegó su madre al cuarto de Eddy, cuando encendió la luz, estaba Eddy debajo de la cama, enrollado en la cobija de su cama, intentando esconderse de su madre. A él le gustaba esconderse y sorprender a la gente. Su madre ya lo había divisado desde que entró al cuarto, pero ella se dejó asustar de Eddy. Luego de estar jugando por 20 minutos, su madre le dijo: -muy bien Eddy es hora de dormir-. -cinco minutos más madre- le dijo Eddy con un poco de sueño, -todavía es temprano como para ir a dormir- dijo Eddy.
Pero su madre le dijo: - pero ya tienes que irte a dormir. Hay que madrugar para ir a la escuela mañana-. Entonces Eddy se recostó sobre su cama, mientras su madre apagaba la luz del cuarto -dulces sueños mi pequeño Eddy-. Su madre salía del cuarto mientras que Eddy la miraba con ojos entrecerrados por el sueño que lo agobiaba, hasta que se quedó dormido. Entonces pasó, Eddy entró en el mundo de los sueños y pesadillas, donde entran todos al momento de dormir. Es ahí donde se desarrollan los sueños y pesadillas. Eddy se encontraba en una casa, color marrón, grande a primera vista, a la cual entró. Adentro de esta se encontraba un sillón, color rojo, viejo, del cual salía una extraña luz, color perla.
-Pero que bello sillón- dijo mientras se acercaba con pasos agigantados. Pero cuando llegó a dos pasos de distancia, el sillón empezó a moverse. Eddy estaba asustado, -haaaa- gritaba mientras se alejaba del sillón. Cerró los ojos del miedo por un momento, pero cuando los abrió, el estaba en una montaña oscura. En esa montaña se encontraba un dragón, pero no era cualquier dragón, ese dragón era de un color negro porque era un dragón oscuro. Eddy al percatarse de su presencia se hecho a la fuga. Mientras bajaba corriendo por la montaña gritaba: ¡Haaa! ¡Auxilio! Sálvame de esa bestia- pero nadie lo ayudaba.
Por suerte para Eddy, el mundo de los sueños es extraño, porque en un segundo está en un lugar y al otro estás donde menos te lo esperabas. Pues eso le sucedió a él. Cuando bajaba la montaña desapareció, y apareció en un océano. No era un océano ordinario, pues porque en este, el agua era de un color negro, el cielo era rojo cual atardecer, los peces eran del tamaño de un autobús. Habían dos soles, uno de color verde y otro de color morado con rojo. Las aves no tenían plumas, pero si tenían piel de lagarto. Eddy primero tenia miedo, pero luego su miedo cambio por el asombro. Algo como esto no se veía en el mundo real, pues solo existe en este extraño y maravilloso mundo de los sueños. Eddy observo a lo lejos una silueta, -¿qué es eso?- dijo.
La sombra se acercaba cada vez más y más, hasta el punto en el que estuvo cara a cara con Eddy. -hola- dijo Eddy.¿quien eres?-. La sombra solo lo miraba fijamente con sus ojos rojos. Entonces la sombra movió su mano, tocando la frente de Eddy. Eddy cerro los ojos por un momento, pero al abrirlos estaba en otro lugar. Ahora se encontraba arriba de un edificio de 50 pisos. Se veía alrededor del edificio una ciudad en llamas, hay habían personas ensangrentadas que gritaban pidiendo auxilio, pues hay abajo también habían zombies, fantasmas y otros monstruos devoradores de hombres. Eddy no podía hacer nada más que solo ver como se devoraban a toda la gente. Eddy estaba llorando porque sabía que no hacía nada por ayudarlos excepto escuchar los gritos de la gente pidiendo ayuda.
Entonces los monstruos llegaron a donde estaba Eddy, por suerte para él estaba cerrada la puerta con llave, pero no duraría mucho, porque los monstruos estaban rompiendo la puerta. Al percatarse de esto, Eddy se fue a esconder atrás de unas cajas que estaban por ahí. Los monstruos rompieron la puerta, pero al no ver nada ahí se largaron por donde vinieron. Eddy quería despertar ya de esta pesadilla, pero no podía. Llegó la sombra de nuevo a donde estaba Eddy, y lo transportó a otro lugar. Le cerró los ojos antes de llevárselo para que no viera nada. -Abre los ojos niño- dijo la sombra. -¿Dónde estoy?- preguntó Eddy. -Estás a punto de ser torturado por todos los males de este mundo- dijo la sombra mientras sonreía.
Eddy estaba atado con una cadena oxidada. A su alrededor estaba una neblina oscura, había ahí también unas islas flotantes en las cuales habían cosas monstruosas, deformes, gigantes, ensangrentados, hambrientos, cosas muy, muy horribles. La sombra colocó un gancho de carnicería a la cadena que ataba a Eddy. El gancho estaba atado a un fénix, el cual es una ave de fuego. La sombra hizo que el fénix se llevara a Eddy, que sobré volara todas las islas. Eddy estaba al borde de la locura por todo el miedo que sentía. Pero de repente apareció una silueta blanca y brillante, como la luz del sol por la mañana. -pero que, pálida luz emana- dijo Eddy.
-Eddy, es hora de que salgas de este mundo y que regreses al tuyo- dijo la silueta blanca. Eddy cerró los ojos y escuchó con atención. -Eddy, es hora de ir a la escuela- escuchó Eddy. De repente abrió los ojos Eddy y vio a su madre. Nunca había estado tan feliz de verla. Pegó un brinco de la cama y salió a abrasar a su madre. Se dio cuenta de que había despertado de esa horrenda pesadilla.- ¿pero que te pasa?- dijo su madre. -nada, es solo que te extrañe- dijo Eddy llorando sobre su madre. -ya es hora de ir a la escuela, ¿quieres llegar tarde?- dijo su madre. -no te preocupes, no llegaré tarde- dijo Eddy.
Klaiton Eric Murcia González. Tengo 16 años de edad, curso el primer año de bachillerato en el Instituto Nacional Albert Camus. Curso el primer año en Supérate Merlet. Me inspire en una pesadilla que tuve a los 8 años para escribir este libro. Escribí acerca de mi pesadilla porque no son muchas las personas que se acuerdan de sus sueños, espero que al leer mi libro recuerden los buenos y malos sueños.