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Petróleo y poder Pablo Moctezuma Barragán

La problemática migratoria en el norte y la seguridad pública, temas que el gobierno saliente manejó de tal manera que los convirtió en urgencias a abordar. En declaraciones previas y en el discurso, la nueva Administración ha dejado entrever que tomarán distancia con el gobierno anterior adoptando enfoques centrados en derechos humanos y diálogo en reemplazo de la militarización, aunque las propuestas concretas se conocerán en los próxios días de marzo.

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El conflicto mapuche en Walmapu, marcado por la militarización, presos políticos mapuche, grupos de resistencia armada y un Estado de Excepción sostenido durante 6 meses, es otro tema a resolver. Desde el nuevo Ministerio del Interior manifestaron su disposición a crear una mesa de diálogo con actores clave de la zona y realizar una salida política al conflicto.

La implementación del feminismo prometido en campaña, iniciado con un gabinete paritario, debe ir más allá de la incorporación de mujeres en el gobierno y del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género en el Comité Político del Presidente, de forma tal que sea capaz de avanzar en materias como de educación sexual integral, transversalización de políticas feministas y el lanzamiento de una Ley de violencia de género, entre otras.

La condonación de la deuda del Crédito con Aval del Estado para estudiantes de Educación Superior (que actualmente tienen 669 mil personas) asegurada por la ministra Siches, tendrá que ser llevada a cabo por Hacienda. Debido al alto costo de su implementación, se deberá eje-

cutar de manera gradual, tardando dos décadas en completarse. Este ítem es clave, ya que fue el motor de las movilizaciones estudiantiles del 2011, de donde proviene parte importante del gabinete.

Otro desafio corresponde a la gobernabilidad, debido a la conformación del Legislativo. En el Senado, 20 de 50 son los senadores de la coalición ( 21 si se incluye a Fabiola Campillai, cegada por la policía en 2019). La cifra llega a 25 si se suman dos independientes cercanos a la ex Concertación y los dos de la Democracia Cristiana (DC). La derecha cuenta con 25 en esta cámara (contando con el senador del Partido Repúblicano de Kast). En la Cámara Baja, de los 155 escaños, 65 son del gobierno, que podrían estirarse a 74 si se suma la DC y el disuelto Ciudadanos. Cercanos pero distantes se encuentran el Partido Humanista, el Ecologista Verde y el independiente Carlos Bianchi, que podrían ayudar a llegar a 80 representantes. En disputa se ubican los siete escaños que suman el Centro Unido (uno) y el Partido de la Gente (Parisi, con seis). La derecha, contando al gobierno saliente y al partido de Kast, suma 68 diputados.

La relación con la Convención Constitucional es otra arista para considerar. Boric declaró su apoyo al proceso, a diferencia del gobierno saliente, lo cual configura un escenario de colaboración y diálogo de cara al plebiscito de salida, principalmente porque ambos fenómenos políticos son, en parte, encauce del descontento social expresado en los últimos años. Sin embargo, la constante presión mediática que sufre la instancia puede enredar algunas materias de la agenda del gobierno.

Por último, la implementación de la nueva Constitución -a partir de las normas ya votadas que están dentro del borrador o aprobadas en sus respectivas comisiones- incorporaría y cambiaría una serie de elementos del sistema político con la eventual eliminación del Senado y la creación de una Cámara Territorial, la inclusión de Justicia Feminista y la perspectiva plurinacional en diversos aspectos político-administrativos.

La reinvindicación de los pueblos indígenas, principalmente de la comunidad mapuche, tema obligado en la agenda política y social

PETRÓLEO Y PODER

PABLO MOCTEZUMA BARRAGÁN, DOCTOR EN ESTUDIOS URBANOS, POLITÓLOGO, HISTORIADORY MILITANTE SOCIAL

Este 18 de marzo su cumplió el 84 aniversario de la expropiación petrolera, en medio de una crisis mundial de energéticos y de abasto alimentario debido primero a la pandemia de Covid 19 y ahora al conflicto Ucrania-Rusia y las sanciones de Occidente contra esta potencia que ocasionan que se dispare el precio del petróleo.

Lázaro Cárdenas supo ver la importancia estratégica del petróleo para la soberanía nacional. Ante el asombro mundial expropió el petróleo y resistió las presiones de las corporaciones extranjeras y el bloqueo a nuestro país con el objeto de doblegar a su gobierno. Dejaron las instalaciones en pura California Standard Oil Company of México, y otras más, así como sus filiales o subsidiarias. En total fueron 1 7 compañías extranjeras las expropiadas.

Así México obtuvo el control total sobre la producción y comercialización del petróleo en territorio nacional, en mar y tierra. A los 3 meses, el 1 7 de junio, se creó Petróleos Mexucanos (Pemex). De esta manera se reconoció la soberanía energética de México como pilar fundamental del desarrollo. En 1960 se nacionalizó la energía eléctrica colocándola en manos del Estado. Estas políticas de soberanía energética y de soberanía nacional significaron un impulso al desarrollo que

chatarra y se llevaron a todos los técnicos, pero los trabajadores mexicanos lograron levantar la industria. Cárdenas apoyó y tuvo el apoyo del Sin-

Lázaro Cárdenas, con el pueblo, obtuvo para México el control total sobre la producción y la comercialización del petróleo en el territorio nacional

llevó en esa época al crecimiento promedio del país al 6 por ciento anual del Producto Interno Bruto (PIB). Esto sorprendió al mundo

dicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana que reclamaba reivindicaciones estallando una huelga en 193 7 que, ante la cerrazón e insolencia de las corporaciones, dio lugar a que el presidente decidiera, valientemente, la expropiación.

El decreto de Cárdenas consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles, de Royal Dutch Shell, la Huasteca Petroleum, la Sinclair Pierce Oil Company, la Mexican Sinclair Petroleum Corporation, la Stanford y Compañía, la Penn Mex Fuel Company, la Richmond Petroleum Company, la entero que comenzó a hablar con insistencia

del "milagro mexicano".

La política de Lázaro Cárdenas, respetada hasta 1976, era la de usar el petróleo exclusivamente para el desarrollo nacional, México no exportaba una gota de petróleo, la economía crecía y teníamos hasta inicios de la década de 1970 soberanía alimentaria además de que sustituimos muchas importaciones. México defendía su soberanía.

Las corporaciones extranjeras y sus gobiernos no cejaron hasta recuperar para su beneficio el petróleo mexicano. Ya en la época de Miguel Alemán habían logrado que les diera 16 concesiones a compañías estadunidenses, califica-

das como "independientes", bajo la etiqueta de los contratos-riesgo (en los que no había riesgo alguno). Posteriormente, en la administración de Adolfo López Mateos, se modificó la constitución para, sin ambigüedades, prohibir las concesiones y hacer valer el espíritu de nuestra máxima ley. No sólo aprovechábamos el oro negro para el desarrollo de México, sino que además, y porque eso es natural y conveniente, para darle más valor al petróleo, con seis refinerías en funcionamiento, nos convertimos en un gran productor de petroquímicos; siendo completamente autosuficientes en gasolina hasta la década de 1980.

La táctica de Estados Unidos y sus organismos financieros para recuperar sus v1eJas posiciones, fue la de endeudarnos para ponernos la soga al cuello a través de la deuda externa. La deuda se disparó de 1 mil 600 millones de dólares al terminar López Mateos; 3 mil 600 millones de dólares con Díaz Ordaz, y se cuadruplicó a 19 mil millones de dólares a finales de 1976. Fue entonces cuando Luis Echeverria firma la primera "carta de intención" y pone la economía mexicana en manos de los intereses extranjeros que defendía el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así dio una puñalada por la espalda a la soberanía económica, lo que comprometió desde luego, la soberanía política del país. Con López Portillo la deuda llegó a los 85 mil millones de dólares y quedamos sujetos al FMI que obligó a petrolizar la economía y a poner nuestro oro negro a disposición de Estados Unidos y sus socios. Al final del sexenio 1976-1982 ya se exportaba 1 millón y medio de barriles diarios de petróleo.

Mientras guardábamos el petróleo para el desarrollo nacional, tuvimos una época de crecimiento al 6 por ciento anual, pero luego tras de que nos convertimos en un gran exportador del petróleo, lejos de beneficiarnos, la economía se

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