CONTRAPESO REVISTA DIGITAL EDICIÓN 10

Page 1

VACAS VOLADORAS Décima edición 17/sept/2019


CONTENIDO MENSAJE DE LA EDITORIAL Es cosa de crítica. Teatro La ridícula idea de no volver a verte. LITERATURA VACAS VOLADORAS, Yolanda de la Torre. SIN LIBRETO


CONTRAPESO TEATRO cumple su primer año, estamos muy contentos de poder compartir nuestro trabajo con todos nuestros lectores. La revista digital es el primer proyecto de muchos que el colectivo CONTRAPESO Teatro decidió emprender; somos una compañía joven, pero con miras a un fructífero futuro artístico. Tuvimos colaboraciones de personajes del ambiente artístico muy importantes y cercanos a nosotros con quienes estamos profundamente agradecidos. En la primera edición contamos con el actor y director chihuahuense Miguel Serna, padrino de la revista; la segunda edición estuvo acompañándonos Cynthia Esparza escenógrafa y maestra de producción.


Para la tercera edición tuvimos la oportunidad de platicar con la actriz, directora y maestra de teatro Marcela Beltrán, una entrevista desde Culiacán Sinaloa. Siguiendo con la buena racha que mantenía la revista, para la cuarta edición estuvo en Sin Libreto la maestra de Técnica Alexander y primera mujer en enseñar esta técnica en México a la increíble Claudia Montero. Para la edición número cinco tuvimos la visita de Jon James actor chihuahuense actualmente radicado en Barcelona quien nos dio un giro sobre la carrera actoral. La sexta edición la encabezó Miguel Valverde artista visual, una muy interesante entrevista en la que nos habló del trabajo del muralista y los trabajos que más lo han satisfecho como artista. La edición siete fue un compendió de varios artistas invitados, como parte de la edición especial por el día mundial del Teatro, la que incluyó a Rubén Ortiz, Carlos Celdrán, ópera Portátil, José Miguel Delgado, Rocío Galicia, Ragnar Conde, Marcelo Mangone, y Boris Schoemann. Para la edición número ocho –la cual debemos de confesar, tardó en ser publicada- tuvimos la oportunidad de entrevistar a Claudia Santiago, actriz de cine, televisión y teatro, escritora, directora e investigadora que nos compartió

sus experiencias en los diferentes ambitos artisticos –por cierto en Netflix se encuentra la película Nadie sabrá nunca-.


Siguiendo con la racha cinematográfica, para la edición nueve contamos con Alisarin Ducolom, diseñadora de arte y actriz quien nos compartió sus experiencias con el cine internacional. Y ahora, la edición número 10 con la intervención de vacas voladoras yendo de una página a otra y una breve, pero hermosa conversación con la creadora de estás volátiles vacas, Yolanda de la Torre, escritora, maestra y amiga. La revista desde luego no pudo funcionar por si sola, tuvimos a lo largo del año diferentes colaboradores, a los cuales les estamos muy agradecidos por su apoyo, es para nosotros un verdadero honor que formen parte de la revista digital. Agradecimiento a: Eduardo Heredia, Mario Vega, Denisse Robles, Victoria Laphond, Ramón ACM, Jazmín Calderón e Iván Sparrow. Gracias a lo lectores, que son la parte más importante del proyecto. Gracias por sus visitas, sus comentarios y el compartir la revista. CONTRAPESO Revista digital no busca imponer verdades y mucho menos juzgar lo que el arte actual ofrece, es tan solo un medio que permite conocer a través de las letras y a través de ensayistas, críticos e investigadores, que se dan a la tarea de apreciar y buscar los discursos o la falta de ellos, lo que nos otorgan las nuevas artes.



Varias vacas voladoras han aterrizado retorcidas de risa en distintos universos paralelos. Es una broma entre ellas y Stephen Hawkings. Una vez Lenin vio una vaca voladora asomada por su ventana. Fue una tarde revolucionaria.

Mientras tejía por la mañana y destejía por la noche, Penélope contemplaba las vacas voladoras dibujadas en el cielo de Ítaca.

A las vacas voladoras blancas les gusta tatuarse la noche.

Buda miró la danza de una pequeña vaca voladora al caer la tarde. Es el fin del Samsara, dijo.


Es cosa de crítica La crítica en el arte es fundamental tanto para el creador, como para el público consumidor. Parte del éxito de algún álbum musical o una película depende de las críticas que expertos en el tema realizan a partir de una primera prueba. En el teatro no se está muy lejos de esto, aunque sabemos

que el consumo teatral es verdaderamente escaso en comparación a otras artes. Sin embargo, es importante

reconocer el oficio y lo complicado que puede llegar a ser la crítica artística. Si bien la crítica debe dejar de lado la percepción individual, es decir, no puede basarse en el gusto del crítico, sino en una serie de información, experiencias, estéticas y largos estudios

que el crítico, bien llamado así, tiene en su bagaje cultural, no quedan exentos de partir de una percepción personal,

imposible ver a través de ojos ajenos, por ende, tienden a ser acusados de celosos, vanidosos, seudo intelectuales, artistas frustrados y se generan controversias alrededor de las figuras del crítico.


La mala reputación siempre antecede, de alguna u otra manera es un oficio ambiguo, como la de un árbitro o un tránsito. “Ganarse a un crítico” pareciera la única manera de poder mantenerse en el mercado, para bien o para mal. Dicen que no hay crítica mala, sino

malo que ni siquiera se genere una.

El oficio del crítico ha cobrado un nuevo auge gracias a las redes sociales y la cantidad de medios que se tienen al alcance para publicar una opinión, pero a la vez nos enfrentamos con críticas

que lejos de estar basadas en argumentos subjetivos se toman la libertad de “basado en mi opinión” y dejan, la mayoría de las

veces, el oficio del crítico mal parado.

Si bien las redes sociales sirven para expresarnos a conveniencia, solemos creer que nuestra opinión no debiese ofender a nadie y si lo hiciera estamos en nuestro derecho por expresarlo a través de

una cuenta propia, lo que deviene en una serie de “críticas”, mal aprovechadas.


La vida es vuelo: CalderĂłn de la Vaca. La vaca voladora de Bach siempre estaba en fuga. Mahoma es el profeta de AlĂĄ; las vacas voladoras, su ejĂŠrcito alado. A las vacas voladoras les encanta bailar: si hay un tornado, les da por el twist; si tiembla, lo suyo es el mambo.


Dentro de lo que se conoce como ética profesional encontramos ciertos lineamientos que permiten un sano desarrollo de las actividades profesionales, denigrar una pieza artística a través de un blog no especializado o un muro en Facebook rompe, en definitiva, con esta ética; le da un fuerte golpe a quienes se especializan en la crítica artística. Podríamos pensar que este tipo de críticas poco o nada tienen de trascendentes, sin embargo, bien sabemos que la información viaja rápido y a veces estás opiniones caen en manos de gente con mucha influencia en las redes, lo cual puede rápidamente levantar el valor o disminuir el valor comercial de una pieza artística. El doble filo de las comunicaciones globales. Queda pues, saber discernir entre medios especializados, de fuente confiable o de profesionales con argumentos basados en los parámetros estéticos mundiales, históricos, artísticos; en toda la serie de influencias sociales, culturales, geográficas y políticas. Vale la pena detenerse a pensar en la manera de expresar nuestra opinión subjetiva con respecto al trabajo de otros, para evitar caer en una deplorable ética profesional y no convertir nuestro chismorreo en una denigración del oficio del crítico.


La ridícula idea de no volver a verte

Rosa Montero, Editorial Planeta, 2014. ¨Querido Pierre, a quien ya no volveré a ver aquí, quiero hablarte en el silencio de este laboratorio, donde no imaginaba tener que vivir sin ti. Y quiero empezar acordándome de los últimos días que vivimos juntos¨ Primer párrafo de la primera entrada del diario de Marya Sklodowska el 30 de abril de 1906 iniciado, once días después de la muerte de su esposo. ¨El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti

sin paliativos, lo primero que te arranca es la Palabra¨. Primer capítulo del libro ¨La ridícula idea de no volver

a verte¨ de Rosa Montero, Editorial Planeta, 2014.


Para muchos el nombre de

Marya Sklodowska no les resulta conocido; antes de leer este libro confieso que yo formaba parte de esos muchos pero Marya era el verdadero nombre de la única mujer en ganar dos premios Nobel, la primera en licenciarse

en ciencias en la Sorbona, la primera en doctorarse en Ciencias en Francia, la primera en ser titular de una

cátedra, la única mujer presente durante varios años en los Congresos científicos Solvay, admirada por

Einstein, amada por Pierre. La historia la recuerda con el nombre de Marie Curie.


Las biografías de Curie abundan y pareciera que nada

queda por develar en la vida dedicada a la ciencia de esta mujer pionera en tantos aspectos. Este libro nace a partir de la lectura realizada por Montero del diario escrito por Curie luego de la muerte de Pierre. Un diario íntimo, breve, de apenas unas 20 páginas, escrito a lo largo de un año. En

él, Marya dedica amorosísimas palabras, recuerdos, vivencias, le cuenta acontecimientos recientes, se

desahoga, se culpa por no haber hecho más, dicho más, reído más, dedicado más tiempo y alma a él, su colega, compañero, padre de sus hijas, ávido admirador e impulsor de su labor de investigación y amante.

El diario, incluido al final del libro de Rosa Montero, viaja ciento tres años en el tiempo para encontrarse con el alma de otra viuda. Rosa perdió a Pablo en el año 2009. Dos mujeres distintas, dos épocas distintas, dos estilos de escritura distintos, dos parejas distintas; por supuesto, el duelo debería ser también distinto aunque el desconsuelo y la pérdida sean similares.


Las vacas voladoras negras llevan la noche afuera y la luz por dentro.

En la genealogía evolutiva de las vacas voladoras había un Ícaro

Las vacas voladoras aman a los gatos que tienen los pies de trapo y los ojos al revés. En el cielo también tiembla. Lo saben las vacas voladoras, asiduas lectoras de Huidobro. Una vaca voladora se estrelló contra la realidad. La realidad quedó severamente fracturada.


Marie se desborda y vomita a través de la pluma su sufrimiento, a la luz de las velas, sentada en un asiento incómodo en un rincón de su laboratorio, con los dedos quemados y deformes por la radiación a la que ha estado expuesta por tantos años, la misma que ha causado la

muerte de Pierre (para cuando a Pierre lo atropella un coche de caballos en París partiéndole la cabeza en dos, el hombre estaba en los huesos, a punto de perder la vista y con graves problemas de salud causados por su exposición al Radio) y terminará llevándola también a ella

a la edad de 67 años. Rosa, sentada frente a su ordenador,

en

la

comodidad de su hogar,

en

perfecto

estado

de

salud, se contiene. El dolor se siente, no se lee. Pablo está

en

cada

página,

incluso en los capítulos en

los que no le nombra.


Rosa atesora los recuerdos de su vida junto a Pablo, los protege de los ojos curiosos, comparte pocos momentos íntimos, y sin embargo se intuyen. El lector puede sentir el momento y la frase que hizo a Rosa Montero voltear hacia la ventana y hacer una pausa en la escritura, talvez derramar una

lágrima y tomar las llaves para tomar un poco de aire fresco en la calle. Se pueden echar de menos los párrafos que luego de volver con la cabeza un poco más fresca pero el alma contrahecha, decidió eliminar y mantener para siempre su historia en privado. A fin de cuentas, es la historia de Pablo y Rosa, no la del mediático periodista español Pablo Lizcano y la escritora Premio Nacional de las Letras 2017, Rosa Montero. Y no deja de llamar la atención cómo una escritora prolífica, autora de una treintena de libros (novela, infantiles, periodismo, antologías de relatos, etc.), con un don indiscutible para la palabra escrita, anda a oscuras, de puntillas, se tropieza, se levanta y va a tientas tratando de encontrar el interruptor que encienda de nuevo la luz, cuando la historia

que tiene que contar es la propia, y uno sólo puede imaginar


el tormento escondido detrás de cada punto en cada

oración. ¨La creatividad es justamente esto: un intento alquímico de transmutar el sufrimiento en belleza. El

arte en general, y la literatura en particular, son armas poderosas contra el Mal y el Dolor. Las novelas no los vencen (son invencibles), pero nos consuelan del espanto.¨ Este libro debió ser la catarsis de Rosa Montero, su intento alquímico de transmutar su

sufrimiento en belleza. Y lo logró más no en la manera en que lo hizo Marie Curie, quien nunca se dedicó a la

literatura y a quien no le faltaron palabras para narrar su pena.


Una vaca voladora vio una mariposa azul. Es Krishna, dijo. En una pequeña tabla sumeria hecha de arcilla puede verse el combate entre Gilgamesh y una vaca voladora, especie tan respetada en tiempos antiguos, dicen, como los leones alados de Babilonia. Adán no quería una mujer. Adán quería una vaca voladora. La primera vaca voladora comenzó a aletear orejas, rabo, pestañas y bigotes. Y se hizo el milagro.


Rosa habrá transformado el sufrimiento en belleza, pero dudo que haya consolado su espanto. ¨Por eso creo que no puedo decir nada más sobre Pablo: su lugar está en el

centro del silencio¨. El silencio, la falta de palabras. El espanto de cualquier escritor. El silencio viviendo dentro de

Rosa Montero, ocupándola, llenándola toda. Pero es que siempre es tan difícil hablar o escribir sobre lo más íntimo. ¨Los

personajes

de ficción son las marionetas

del

inconsciente¨, pero en esta historia no cabe la ficción en la que la pluma de Rosa Montero corre desbocada. Pablo,

Pierre, Marie y Rosa son personas reales, sus historias, anécdotas, luchas, padecimientos, condenas, conquistas y

abatimientos fueron verdaderos y solo Rosa les sobrevive para contarlos.


¨El tuétano de los libros está en las esquinas de las

palabras¨. El tuétano de este libro es angustioso más no trágico. Ahí radica su belleza. En la ternura que cubre al vacío, el amor que llena la ausencia, la esperanza que vence a la nostalgia, la memoria que triunfa sobre el olvido, la belleza que se vislumbra aun en la oscuridad, en lo que no se dice pero se

capta. Y Montero pudo haber escrito un libro titulado ¨La princesa y el lobo azul¨ y Pablo hubiera seguido

apareciendo en cada esquina de cada palabra. A Susan Sontag se atribuye la frase: El arte es

seducción, no rapto. Marie Curie fue una científica irrepetible, Rosa Montero es una artista única. El

diario de Marie es un rapto, el libro de Rosa, seduce -Denisse Robles-


El sultán detestaba las historias de vacas voladoras de Sherezada. La vida es una gran vaca voladora que nos regala la leche, pero nunca las galletas.

Silencio. Hoy nació una vaca voladora Entre el enjambre de mariposas amarillas que seguía a Mauricio Babilonia había oculta una vaca diminuta, alada como un sol. Como todo lo esencial, las vacas voladoras son invisibles para los ojos


¿Cómo nacieron las vacas voladoras? Sucedió una mañana en los primeros meses del 2012, yo vivía en el tercer piso de un viejo edificio, en un depa con vista al viaducto desde donde tenía un paisaje de cielo y las partes más altas de los edificios aledaños con sus azoteas cargadas de ropa limpia cuartos llenos de trebejos y anuncios espectaculares. Mi escritorio estaba junto a una de las ventanas de la sala, ahí pasaba yo la vida pegada a la pantalla de la computadora lo mismo en días de trabajo duro que en mis largas jornadas de ocio. Esa mañana, mientras procrastinaba de lo lindo, miré hacia el cielo, lucía limpio con las nubes altas y el sol en ascenso, abajo el flujo vehicular del viaducto parecía una interminable serpiente de dos carriles; bajo la luz cenital todo parecía posible, algo así debí haber pensado porque de pronto escribí en Facebook hay días en que las vacas vuelan y ese fue el inicio de una larga saga que se extendió hasta 2015 cuando se había convertido en más de cien aforismos y mini ficciones que yo veo como pequeñas intervenciones gordas y aladas en la historia la mitología el arte y la ciencia, diminutas viñetas que encierran un discurso de resistencia y rebeldía. Eso son mis vacas voladoras. -Yolanda de la Torre-




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.