Novena edición 09/julio/2019
ALISARINE DUCOLOMB Diseñador de producción y actriz TEATRO-LITERATURA-SIN LIBRETO-CINE-MÁS
CONTENIDO MENSAJE DE LA EDITORIAL Quién de nosotros. LITERATURA ALISARINE DUCOLOMB. SIN LIBRETO El cine como arte subversivo. CINEFILIA
CONTRAPESO TEATRO busca ampliar los espacios para la difusión cultural, tanto local como nacional, por eso se decide a crear la revista digital CONTRAPESO. La revista busca ser del interés del creador y admirador del arte en sus diferentes disciplinas, pero también ser un espacio abierto para quienes quieran formar parte del contenido: ensayos, crítica, nota o publicidad. No busca imponer verdades y mucho menos juzgar lo que el arte actual ofrece, es tan solo un medio que permite conocer a través de las letras y a través de ensayistas, críticos e investigadores, que se dan a la tarea de apreciar y buscar los discursos o la falta de ellos, lo que nos otorgan las nuevas artes.
Quién de nosotros
-Denisse Robles-
Al leer las primeras obras de algunos escritores consagrados, resulta casi imposible reconocerlos en ellas. Su estilo aún no ha sido modelado, sus influencias matizadas, su título validado, o bien, su timidez de escritor primerizo aún no les permitía decir ¨esto soy yo, así escribo, esto te quiero contar¨. Curiosamente este no es el caso del escritor uruguayo Mario Benedetti, tal vez el escritor más leído y traducido, surgido de la fértil Generación del 45. La pluma de Benedetti alcanzó a más de ochenta libros. En 1945, Benedetti publicó su primer libro ¨La víspera indeleble¨, pagado y editado por él mismo y del cual solo se imprimieron 500 ejemplares. De aquel libro que contenía poemas, Benedetti no logró vender ninguno de los ellos; siempre renegó de los poemas que integran La víspera indeleble, hasta el punto que en su antología poética no aparece ninguno de estos y aquel libro nunca más se volvió a editar. En 1953 publicó entonces su primera novela ¨Quién de nosotros¨. Desde las primeras páginas puede leerse al Benedetti que sería traducido a más de veinte idiomas y se convertiría en un escritor imprescindible de la literatura latinoamericana contemporánea.
Quién de nosotros es una novela que aborda las distintas versiones de la historia del triángulo amoroso conformado por Miguel, Alicia y Lucas. Es La novela se divide en tres partes, en cada una de ellas los personajes involucrados cuentan en primera persona su versión y participación en la historia. Los hechos narrados se suceden en un periodo de diecisiete días, por lo que es una novela rápida y corta. La novela inicia con Miguel escribiendo un diario en donde registra cómo conoció a Alicia y Lucas, recordando sus años en el liceo. Luego de una infancia difícil, Miguel se convierte en un tipo práctico, simple, introspectivo y convencional. Testigo silencioso de su propia vida, vive en la inconformidad tratando de pasar inadvertido para todos, incluso para Alicia, a quien describe como una mujer apasionada, inteligente, comprometida con sus ideales, quien disfruta de la literatura y el debate. Miguel no entiende por qué Alicia con el correr de los años lo ha escogido a él sobre Lucas, amigo mutuo, dueño de una personalidad más acorde con Alicia. Miguel se había resignado a perderla y exactamente con el mismo sentimiento acepta haber sido el elegido. Pero en su mente siempre habrá dudas, y esas dudas lo atormentarán a lo largo de su vida de matrimonio. Miguel nunca se sintió digno del amor de ella y se intranquiliza
al pensar que Alicia de quien realmente estaba enamorada era de Lucas, y que sin importar el tiempo que haya pasado, lo sigue estando, al mismo tiempo que acepta que él nunca la amó. Miguel, después de varios años de matrimonio e hijos en común, decide lanzar a Alicia a los brazos de Lucas, con el propósito de ver su teoría confirmada. Pero esta es solo una versión de la historia, y cuando creemos conocer cada arista del triángulo, una nueva versión nos reacomoda y nos deja mirando en otra dirección y fraternizando con un personaje distinto. Benedetti construye a sus personajes dándoles una individualidad propia, siempre queda algo velado en cada uno, y siempre hay un motivo para que algo permanezca oculto, pero quién de nosotros se muestra totalmente. Quién de nosotros termina en una frase abierta -¨Pero, ¿quién de nosotros juzga a quién?¨ Y al cerrar el libro surgen como avalancha muchas otras: ¿quién causó mayor sufrimiento?,¿quién lo hizo de forma premeditada?,¿quién traicionó a quién?,¿quién es el intruso?, ¿quién sufrió más?,
¿quién es la víctima y quién el victimario?, ¿quién manipuló a quién?, ¿Quién podría dejar de reconocer la pluma de Benedetti en Quién de nosotros? Tuvieron que pasar siete años para que Benedetti escribiera otra novela. En ese lapso publicó Poemas de oficina, el ensayo El país de la cola de paja, algunos cuentos, la obra de teatro Ida y vuelta, y realizó colaboraciones para algunos diarios. En su segunda novela se consolida su estilo, el mismo estilo limpio, complejo y accesible que nos mostró en Quién de nosotros. La crítica lo aclama y lo convierte en un escritor de culto. Toda Latinoamérica primero, luego el mundo entero, voltea a ver a Mario, el escritor uruguayo más reconocido al día de hoy. En su segunda novela, Martín Santomé, un hombre maduro de 49 años, se enamora de la joven Laura Avellaneda y juntos viven un romance fugaz. A esa novela la tituló La tregua. Pero, ¿quién de nosotros, no la conoce?
SIN LIBRETO
ALISARINE DUCOLOMB
Conocí a Alisarine en la ciudad de México hace ya muchos años, ahora me parecen mucho al mirar hacia atrás, sin embargo la recuerdo como si la hubiera conocido apenas ayer, en esa fondita de empanadas rusas –qué por cierto ya desapareció- y saberme frente a una mujer tan extraordinaria.
¡Quién es Alisarine Ducolomb? Uy, la pregunta del millón. A veces uno se pasa toda la vida preguntándose quien es sin lograr responderlo, pero siendo más aterrizada podría decir que soy mujer, cineasta, lo que paga mi renta es hacer diseño de producción en películas y lo que más me gusta hacer es viajar.
¿Qué significa ser director de arte? Ser Diseñador de Producción (que por cierto, no es un término que no me agrada mucho) es entender una película visualmente y poder transmitir esto en la pantalla de maneras muy concretas. Decidir –a partir de una narrativa, de una época, de un género- los colores, los ambientes, los muebles, los
los objetos y todo el “look” general de una producción. Supervisando también el vestuario, los peinados, el maquillaje, la iluminación…es decir todo lo que aparezca en pantalla y que le dé un contexto o un marco visual a una narración cinematográfica. Si pudieras elegir una solo producción de todas en las que has participado tanto como directora como diseñadora ¿cuál sería y por qué? De elegir una sola, creo que sería “Las Tinieblas” de Daniel Castro Zimbrón. Fue un proyecto que se hizo con mucho entusiasmo y entre amigos. Tuvimos mucho tiempo para proponer, para descartar, para decidir y fue un proceso muy divertido. No teníamos tantos recursos, pero los suficientes para hacer lo necesario, y creo que los empleamos bien porque estábamos todos en el mismo canal creativo.
Cuando se forma un grupo así, el trabajo es muy disfrutable. Además que era una película en la que podíamos fantasear un poco, no estábamos tan atados a las leyes del realismo. Eso también se agradece. Poder jugar. Si pudiera elegir otra, aunque yo no haya sido la diseñadora, sería “Romeo+Julieta” de Baz Lurhmann. ¿Cuál fue tu primera experiencia en el ámbito cinematográfico? Mi mamá actuó en “El Topo” de Alejandro Jodorowsky y trabajó bastante con él como su asistente de dirección, así que de alguna manera desde siempre me sentí cercana al cine. Pero personalmente, mi primer trabajo fue una serie francesa que filmamos en Cancún y a la que me llamaron por hablar francés, no por saber de cine. Fue una pesadilla, pero aprendí. Me tocó ser la asistente del Productor Francés, o ser el equivalente a una coordinadora de producción, pero cuando no se sabe nada, uno comete muchos errores. Creo que era en mi primer año del CUEC así que era muy inexperta. Aprendí muchas cosas de organización, pero aprendí también a nunca querer trabajar en el área de producción.
¿Qué ha sido lo más difícil que has hecho en tu trabajo? Lo más difícil que he hecho es construir una cabaña en exteriores, que no es para nada lo mismo que construir en un foro con las condiciones controladas. En el mundo real tienes que lidiar con lluvias, inundaciones, nivelar terreno, pelearte con el frío o con el calor excesivos. Pero en realidad, lo más difícil no es eso, es saber como tratar a la gente y cómo colaborar. En mi puesto estás en una posición difícil, no solo es diseñar o imaginar un mundo, es enfrentarse a muchos problemas de logística y de trato personal. Decidir qué equipo es ideal para qué proyecto, ganarte a la gente, ser justo pero no dejar que abusen de ti. Es un balance muy delicado entre muchas cosas y conseguirlo es muy difícil. Estuviste nominada a Las diosas de Plata en la categoría de mejor Actriz por La habitación. Sin embargo, ya has participado como actriz antes ¿Cómo fue tu experiencia delante de las cámaras? Sí, creo que era mejor Coactuación Femenina. Una sorpresa porque no es mi gremio, pero sí, ya había actuado un par de veces. En algunos cortos del CUEC, en una serie dirigida por Mafer Suárez (“Cuentos para Solitarios”) y en “la Danza de la Realidad” de Jodorowsky. Creo que eso me preparó para todo lo que pudiera venir más adelante. Alejandro es muy exigente
, y aunque en el momento puede ser difícil, siempre hay una lección detrás. En “La Habitación” trabajar con Alejandro Valle fue muy agradable, tuvimos muchos ensayos y eso ayudó mucho. Aunque muchas veces deseé haber tenido una formación más profesional porque sin tenerla, todo tiene que ser por intuición y confiando en quien te guie. Actuar es mucho más agradable que hacer Arte, te ofrecen café, te tienen una silla especial, te traen pantuflas…el trato es otro, aunque el desgaste es mucho mayor. Trabajar con las emociones es agotador. Me encantaría intentarlo de nuevo algún día.
¿Consideras que dirección/diseño de arte este siendo bien valorada en la cinematografía mexicana? Creo que el diseño de arte está valorado en el sentido en que a la gente le importa que una película se vea bien. Se busca una buena factura, pero no necesariamente te dan los recursos necesarios para lo que se está pidiendo. A veces te exigen mucho y te dan poco y a veces esa relación es mucho más pareja. Hay películas que tienen mucho presupuesto en arte y no se nota y hay otras que saben utilizar muy bien los recursos. Pero sí, se habla ya bastante del diseño de arte y a la gente le interesa más que antes.
Has trabajado con directores australianos, americanos, neozelandeses, franceses, mexicanos, españoles, chilenos, y seguramente otras tantas nacionalidades faltantes. Se hablan idiomas diferentes en cuanto a una concepción visual, según cada director, según el proyecto fílmico ¿hay un lenguaje, en términos metafóricos, una frase que repitas en cada uno de tus diseños o direcciones que sean una especie de dicho característico de ti? El diseño de una película cambia mucho según quién la dirija. Tal vez uno como diseñador sí tiene un estilo en particular, a mí por ejemplo me interesa mucho la verosimilitud. Hasta dentro de la fantasía hay reglas y no me gusta cuando algo es poco creíble…personajes que son pobres pero que viven en departamentos que nunca podrían pagar y ese tipo de cosas…Me interesa que un personaje sí se integre a su entorno y se entienda su historia a través de lo que lo rodea. No sé si eso sea algo característico en mí pero sé que es algo en lo que intento trabajar.
¿Hay algún director de cine con quien quieras trabajar? Hay miles de directores con los que me gustaría trabajar pero me daría terror no estar a su altura. Hay otros que admiro y con los que siento que podría armar buen equipo, como con Amat Escalante. Pero en un mundo ideal, probablemente Lars Von Trier. ¿Alguna vez has pensado en dirigir tu propia propuesta fílmica?
Desde que entré a estudiar cine, el plan era hacer mis propias películas, pero nunca me he sentido suficientemente preparada; ahora que todo el mundo filma, tal vez me anime.
¿Qué planes tiene Alisarine a corto, mediano y largo plazo? Justamente a corto, mediano y largo plazo, el plan es el mismo: no aceptar proyectos que no me interesen profundamente. Eso es muy difícil porque hay que comer y no siempre llegan buenos proyectos, pero poder decidir sobre mi tiempo y lo que hago con él. Emplearlo para crear algo de lo que al final pueda estar satisfecha. Ese es el plan.
PREFACIO AMOS VOGEL El cine como arte subversivo Los Estados Unidos contemporáneos –un coloso del capitalismo tardío de grandes corporaciones que, sin embargo, sesenta como una democracia, aunque está dominado por un mercantilismo y un consumismo exacerbados- intentan dominar el mundo por medio de las industrias trasnacionales, del cine y la televisión hollywoodenses, de la exportación de “sus” valores culturales, de la disneyficación del planeta. El resto del mundo no debe temer a los dinosaurios y a los extraterrestres, sino a la cosificación de todas las esferas de la existencia, a la comercialización, aparentemente imparable, de la vida y la sociedad, a la creciente maldición internacional de los parques temáticos que proliferan por doquier, a la generalizada invasión mundial de los centros comerciales. Al parecer, nuestro destino es la homogenización de la cultura: una nivelación hacia abajo, una indiferencia perniciosa que anestesia.
El espacio en el que la infantilización de la raza humana se revela con mayor claridad es dentro de las monstruosas estructuras de la televisión estadounidense. Por primera vez en la historia, el medio masivo más poderoso de la sociedad se encuentra totalmente controlado y dominado por los anunciantes y el mercado, impulsado por obligaciones comerciales y saturado de una publicidad ubicua que proporciona audiencias a los anunciantes (en lugar de programas a las audiencias) y de una gama cada vez más enorme de canales estadounidenses, el más poderoso del mundo hoy en día, no se queda atrás en cuanto al éxito para a formar públicos idiotas. Estamos inundados de historias banales que no consiguen explorar el maravilloso potencial estético del medio, que consienten el mínimo común denominador, que horrorizan por su concentración en la violencia más cruel y que
con aires de superioridad, muestran una perversión de lo sexual coartada por prohibiciones obsoletas. Hay que agregar una fijación obscena (motivada por las ganancias) por conseguir grandes éxitos de taquilla, que promueve la producción de más y más películas dentro del rango de los cien millones de dólares. Para aquello que aún cuentan con recursos de identidad personal –un empeño cada vez más difícil y peligrosono existe ninguna obligación más importante que intentar contrarrestar estas tendencias. De no ser así, las generaciones futuras podrían acusarnos de haber sido “alemanes buenos” de nuevo, de haber cooperado con el mal por medio de nuestro silencio. Bajo estas circunstancias, el silencio es complicidad.
En el transcurso del siglo pasado, bañado en sangre, hubo algunos momentos de esperanza: los impulsos igualitarios detrás de la revolución rusa de 1917 (pervertida en menos de diez años), los intentos de los kibutz por establecer comunicas socialistas en Israel (hoy en día explotan mano de obra árabe o de los países en desarrollo), la promesa de los años sesenta (que traería como resultado la
situación histórica actual). Varios años después del cambio de milenio, estos impulsos humanistas parecen hacer quedado atrás. Qué gran placer, entonces, para un hombre de cine, ayudar a describir y apoyar estas “excepciones”. Y aunque ahora tengo más de ochenta años, mi búsqueda continúa sin cesar. Todavía voy a festivales de cine, a ciclos en museos y presentaciones especiales; participo como miembro de jurados y comités de selección, escribió artículos y reseñas; asesoro a distribuidores y exhibidores potenciales; además de que escribo cartas de apoyo dirigidas a fundaciones e instituciones gubernamentales para obtener becas y subsidios. Desde la edición original de este libro han ocurrido cambios trascendentes; entre ellos, la desaparición de la Unión Soviética y de Alemania Oriental, la disolución de Yugoslavia, el triunfo mundial del cine y la televisión comerciales producidos en Estados Unidos. Sin embargo, no encuentro razones para modificar ninguna de las ideas o estructuras básicas que se presentaron en la edición original.
Para mí, la conclusión más relevante a la que llegué en el pasado sigue siendo verdad el día de hoy. Al darme cuenta de su importancia, la coloqué sigilosamente al final de mi libro, sin recalcarla o situarla en un párrafo por separado, para asegurarme de que el verdadero mensaje de la obra fuera apreciado sólo por aquellos que leyeran hasta el final. Por tanto, para mí no hay mejor manera de concluir este prefacio que, otra vez, no llevar hacia ella la atención de mis nuevos lectores.
Penny Lane, nació en los suburbios donde todos se saludan, adicta a leer lo que caiga en sus manos y de vez en cuando corregir la ortografía. Fanática de los crucigramas y acertijos. Estudió la licenciatura en Teatro en la Facultad de Artes de la UACH. Ha escrito para revistas electrónicas, trabajó en la radio; como asistente de escenografía, en producción, dirección, actuación y hasta de niñera. Busca ganarse la vida haciendo lo que le gusta y con el mínimo esfuerzo, como todos.
Denisse Robles. Nacida en Ciudad Juárez, Chihuahua. Amante de los libros, el café y el vino. Por suerte los tres amantes se conocen y se llevan de maravilla. Licenciada en Educación Preescolar, cursando el último semestre de la Maestría en Docencia. Admiradora de los colores con que se pinta el cielo con cada puesta del sol. Poseedora de un sentido del humor bastante torcido y llanto fácil ante las cosas más absurdas. Lectora obsesiva desde los diez años, escritora inexperta a la que la inspiración le llega siempre un minuto después cuando el tiempo apremia. Colaboradora de la revista Contrapeso sin más credenciales que su apasionada entrega a la bibliofilia.