5 minute read
Teólogos Bautistas Notables en la Historia
TEOLOGOS BAUTISTAS NOTABLES EN LA HISTORIA BENJAMÍN KEACH (1640-1704)
NNació en Buckinghamshire, Inglaterra, Keach fue sastre al principio. Bautizado a los 15 años, comenzó a predicar a los 18. Ministró la congregación en Winslow, hasta mudarse a Horsleydown (Caballo acostado), donde fue pastor (1668-1704) de la Iglesia que se convirtió en la New Park Street, el Tabernáculo Metropolitano bajo la pastoral de Charles Spurgeon . Como mensajero de esta iglesia, Por Phillip Bethancourt Keach fue a la Asamblea General de 1689 y suscribió la Confesión Bautista de Londres. Keach fue uno de los siete hombres que invitaron. La confesión no fue un asentimiento doctrinal mudo, ya que ese mismo año se entró en un Pacto Solemne, práctico y congregacional de las doctrinas bautistas. Spurgeon, después, la volvió a republicar.
Advertisement
Keach escribió 43 obras, sus “Parábolas y Metáforas de las Escrituras” es la más conocida. Por “El Instructor del Niño” fue perseguido, multado y ridiculizado en 1664. El “Catecismo de Keach “, es probable que fue compilado por William Collins. Fue sentenciado a multa, a dos semanas de cárcel y puesto en la picota (columna donde se exponía a los reos) en los poblados de Aylesbury y Winslow. El pequeño libro de Keach fue quemado en púbico. En la picota de Aylesbury esto fue lo que sucedió:
“El Sr. Keach se defendió a sí mismo y a la verdad con gran audacia. El carcelero lo interrumpía con frecuencia y al fin el sheriff mismo amenazó con amordazarlo. La gente, contrario a la costumbre, no tenía palabras de burla para el buen pastor perseguido, y no le arrojó algún misil ofensivo. Un ministro episcopal se aventuró a denigrar al Sr. Keach, siendo de inmediato reprochado por la gente con la impiedad de su propia vida, y su voz se ahogó entre las risas”. Horsleydown, fue la primera iglesia bautista inglesa donde se introdujo el canto de himnos, a diferencia de los salmos y paráfrasis. El himnario de Keach, publicado en 1691, provocó un fuerte debate en la Asamblea de los Bautistas Particulares (calvinistas) de 1692. De su escatología, anticipó un avivamiento entre los judíos al final de esta era. Algunas obras suyas son:
1. “La gloria de una iglesia verdadera, y su disciplina exhibida”. Londres, John Robinson (1697).
2.
3.
4. “El progreso del pecado, los viajes de la impiedad”. Londres: J. Clarke (5a edición, 1736).
“Los viajes de la verdadera piedad”. Boston, Lincoln y Edmands (Revisado y mejorado, 1831).
“Gold Refin’d” o “El Bautismo en su Pureza Primitiva”. Londres: Impreso para el autor. (1689). 5.
6.
7. “Exposición de las Parábolas y las similitudes de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Londres,Aylott and Co. (1858).
“Canciones espirituales: Siendo la médula de la Escritura, en Canciones de alabanza al Dios Todopoderoso; del Antiguo y Nuevo Testamento”. Londres, John Marshal (Segunda edición, 1700).
“El Catecismo Bautista”, comúnmente llamado “Catecismo de Keach”: una breve instrucción en los principios de la religión cristiana”. Filadelfia, American Baptist Publication Society. (1851).
8. “Tropologia: A Key to Open Scripture Metaphors”. Londres, William Hill Collingridge (1856).
9. “La médula de la verdadera justificación, o la Justificación sin obras”. Londres, Dorman Newman (1692).
10. “El conflicto del Joven con los Poderes de la Oscuridad:
Diálogo Poético entre Juventud y Conciencia”. Coventry, T.
Luckman. (Dakota del Norte).
11. “Las Escrituras, Superiores a todas las Manifestaciones
Espirituales”. En HC Fish (Ed.),
History and Repository of Pulpit
Eloquence, Fallecidos Divinos,
Containing the Masterpieces (Vol. I), Nueva York, Dodd,
Mead & Company. (1856).
12. “Se abrió una Mina de Oro: la
Gloria de la Rica Gracia de Dios
Mostrada por el Mediador a los
Creyentes: y su Ira Terrible a los Pecadores Impenetrantes”.
Contiene la sustancia de cuarenta de sus sermones temáticos.
Londres, Impreso para el autor (1694). De este último libro es el siguiente fragmento del sermón sobre la piedad.
“Sepamos, entonces, en primer lugar, que la piedad consiste del conocimiento correcto de las verdades divinas o los principios fundamentales del evangelio, los cuales todos los hombres deben conocer y dominar. “Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (1.Ti.3:16). Vemos por este texto que las grandes verdades de la religión cristiana son llamadas piedad.
Ahora bien, si alguno quiere saber más en detalle qué son esos principios de la verdad divina o los fundamentos de la fe cristiana, los cuales son lo esencial de la verdadera piedad, respondo: 2.
3. Que hay un Dios eterno, infinito, santísimo, omnisapiente, absolutamente justo, bueno y lleno de gracia, o la Deidad gloriosa que existe en tres Personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estos son uno, a saber, uno en su esencia.
Que este Dios, por su gran amor y bondad, nos ha dado una regla de fe y práctica segura e infalible que son las Santas Escrituras. Por ellas, podemos conocer, no solo que hay un Dios y Creador, sino también la manera como fue creado el mundo, con los designios o la razón por la cual hizo todas las cosas. También nos es dado saber cómo entró el pecado en el mundo y cuál es la justicia que Dios requiere para nuestra justificación (o la liberación de la culpabilidad del pecado), a saber, por un Redentor: su propio Hijo, a quien mandó al mundo. No existe ninguna otra regla o camino para saber estas cosas a fin de que los hombres sean salvos aparte de la revelación o los registros de las Sagradas Escrituras, siendo el misterio de la salvación muy por encima de la razón humana y por lo tanto, imposible conocer por medio de la iluminación natural en los hombres.
Que nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, quien es la garantía del Nuevo Pacto y el único Mediador entre Dios y los hombres, es realmente Dios (de la esencia del Padre) 4.
5.
6.
7. y realmente hombre (de la sustancia de la virgen María), teniendo estas dos naturalezas en una Persona, y que la redención, paz y reconciliación son únicamente por medio de este Señor Jesucristo.
Que la justificación y el perdón del pecado son exclusivamente por esa satisfacción plena que Cristo hizo de la justicia de Dios y se logran solo por fe a través del Espíritu Santo.
Que todos los hombres que son o pueden ser salvos, son renovados, regenerados y santificados por el Espíritu Santo.
Que en el Día Final habrá una resurrección de los cuerpos de todos los hombres.
Que habrá un juicio eterno, a saber, todos comparecerán ante el tribunal de Jesucristo en el gran Día y darán cuenta de todas las cosas hechas en el cuerpo; habrá un estado futuro de gloria y felicidad eterna para todos los creyentes verdaderos, y de tormento y sufrimiento eterno para todos los no creyentes y pecadores, quienes viven y mueren en sus pecados.
Ahora bien, en el verdadero conocimiento y creencia de estos principios (que son el fundamento de la verdadera religión o de la fe cristiana) radica la verdadera piedad en lo que respecta a su parte esencial”.