GUÍA GENERAL
Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez
Zacatecas, México, 2020
GOBIERNO DE LA REPÚBLICA Alejandra Frausto Guerrero Secretaria de Cultura Esther Hernández Torres Directora General de Vinculación Cultural Lucina Jiménez López Directora del inbal
GOBIERNO DEL ESTADO DE ZACATECAS Alejandro Tello Cristerna Gobernador del Estado
MUSEO Mercedes de Oteyza y Manuel Felguérez Presidentes Vitalicios del Consejo Directivo del Museo Víctor Hugo Becerra Femat Director José Luis González Martínez Subdirector Héctor Ávila Ovalle Relaciones Públicas y Difusión Georgia Aralú González Pérez Israel David Piña García Edición
Alfonso Vázquez Sosa Director General del Instituto Zacatecano de Cultura «Ramón López Velarde» Pablo Manuel Alejandro Torres Corpus Coordinador Administrativo del izc
MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Agenda 2030, 2018, óleo sobre tela, 200 x 500 cm
MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Dirección Cristóbal Colón s/n, esquina Seminario, Centro Histórico, Zacatecas, Zacatecas Teléfonos: 492 924 3705 492 922 2255
Horarios Abierto de miércoles a lunes de 10:00 a 17:00 horas Cerrado los martes, 25 de diciembre y 1 de enero Costos Admisión general: $30.00 pesos Estudiantes, maestros y adultos mayores: $20.00 pesos Entrada gratuita: menores de doce años, grupos escolares de educación inicial y básica Domingos, entrada libre al público zacatecano www.maamf.com.mx Redes sociales www.facebook.com/ museodearteabstractomanuelfelguerez www.instagram.com/ museodearteabstractomanuelfeguerez Correos electrónicos maamf_vh@yahoo.com.mx maamf_zac@yahoo.com.mx maamf.difusion@gmail.com
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Contenido
9 Presentación Víctor Hugo Becerra Femat 11 Un triángulo perfecto: arte, artista y ciudad Alberto Ruy Sánchez 17 La historia del inmueble y del museo 25 Las colecciones 29 Sala mayor, conjunto escultórico 31 Sala de la ruptura 35 Ruta de la Amistad 39 Murales de Osaka 43 Artistas en divergencia 47 Artistas en tránsito 49 Colección antológica de Manuel Felguérez 71 Sala de los zacatecanos 72 Exposiciones temporales
75 Servicios del museo
MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) El habitar tu huella, 1986, óleo sobre tela, 180 x150 cm Colección inba/maamf
Presentación
A casi veintidós años de haber sido creado, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez (maamf) se consolida como uno de los espacios dedicado al arte contemporáneo de mayor trascendencia en el país, inclusive es el único museo en su género en México y América Latina. Durante este periodo no sólo ha crecido en áreas de exhibición y de servicios, su acervo también ha incrementado sustancialmente, pues ha conseguido atesorar una significativa cantidad de obras de alrededor de doscientos artistas nacionales e internacionales. De manera habitual, el museo cumple con su principal objetivo: fomentar y difundir la producción del arte abstracto tanto del ámbito local como del internacional, desde su apertura a la fecha, se han realizado más de ciento treinta exposiciones temporales presentadas en sus salas. Asimismo, busca mantener esa proyección nacional y mundial, mediante la exhibición de muestras itinerantes y el préstamo de obra para exposiciones en reconocidos museos. Gracias a sus características e instalaciones, el museo ha sido sede de importantes encuentros de carácter académico, político y cultural, entre otros destacan la celeALBERTO CASTRO LEÑERO (1954-) Paisaje urbano, 1974, óleo sobre tela, 250 x 140 cm Colección maamf/ comodato
bración de la xxvii Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Río; y la visita de los reyes de España, don Felipe vi y doña Letizia, acompañados por el entonces presidente de la república, con la finalidad de estrechar la relación comercial y turística de ambas naciones. Por medio de su programa de actividades artístico-culturales, el museo se ha sumado y contribuido a la
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oferta cultural de la ciudad de Zacatecas. De igual modo, es indispensable mencionar que el Festival Internacional de jazz y blues, que durante varios años se celebró en la Sala Mayor, se concibió en el propio museo. En junio de 2020, el maestro Manuel Felguérez falleció en su casa de la Ciudad de México. Este lamentable acontecimiento nos impulsa a promover intensamente su amplio y valioso legado hacia la posteridad. El objetivo de la guía es poner al alcance de nuestros visitantes, el significativo acervo que alberga el recinto; esperamos que sea una útil herramienta para la comprensión y disfrute de este maravilloso espacio museístico, orgullo de México y de todos los zacatecanos. Víctor Hugo Becerra Femat
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Fachada principal del museo. Fotografía: Eric Verdier
Un triángulo perfecto: arte, artista y ciudad El Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en Zacatecas1 La existencia del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en México es un acontecimiento de gran importancia que no hará sino crecer con el tiempo. De inicio, simboliza el principal testimonio tangible de uno de los movimientos estéticos más significativos de la historia en el arte mexicano del siglo xx y de su vigencia actual. Paralelamente, es una muestra elocuente de la obra y de la presencia de uno de sus protagonistas más activos, con una vasta producción y enseñanzas en torno a la naturaleza de este arte. La validez del aludido movimiento —caracterizado por una sensibilidad creativa, viva y creciente, no más que un grupo homogéneo y cerrado de artistas— se proyecta sin duda hacia el futuro. Implica un modo distinto de percibir el mundo porque el arte abstracto hoy no lo toma literalmente como referencia. (El artista abstracto crea una nueva realidad de formas). Entraña Este texto, en su versión original, se reproduce en el Catálogo Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, 2002. 1
también la afirmación inequívoca de que los caminos del arte son muy variados, además aquí, como en cualquier parte, se tiene la posibilidad de explorarlos con lenguajes estéticos, múltiples y crecientes. Es pertinente decir que el arte abstracto, en un país de espíritu y estilos profundamente barrocos, es la multiplicación al cuadrado de lo posible: una demostración
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notable y contrastante de la libertad. Se trata de un arte que justo por eso enriquece de forma radical a la cultura del país y, en lo inmediato, a aquellos que al apreciarlo pueden gozarlo. Nuestros sentidos al interior del museo constatan incesantemente cómo la imaginación se vuelve trazo imprevisible y cómo la creatividad se multiplica de manera paradójica en el rigor formal. Es evidente que sólo un artista de impecable coherencia y en plena madurez inventiva podría haber concebido este museo excepcional en México: Manuel Felguérez. El museo representa, asimismo, un invaluable reconocimiento de su estado natal, Zacatecas, a un artista ejemplar en diversos sentidos; representa además un cauce establecido para que el propio Manuel Felguérez comparta con un público
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Manuel Felguérez en su estudio, 1973. Fotografía: archivo Mercedes de Oteyza y Manuel Felguérez
amplio y creciente su obra, su idea del arte, su capacidad de convocatoria artística, su apertura estética, así como su inteligencia y energía como promotor cultural. A nueve lustros de haber mostrado por vez primera públicamente su obra (1954), casi cinco décadas de impresionante rigor formal en las que ha inaugurado distintos senderos —fiel siempre al sistema inventivo asombrosamente lógico que ha ido apuntalando—, Manuel Felguérez, junto con su esposa Mercedes Oteyza, donó una colección representativa de su trayectoria artística. Su destino fue este recinto a él dedicado en la ciudad de Zacatecas, el cual pronto iniciaría una colección de arte abstracto de otros artistas de la segunda mitad del siglo xx. Tras inaugurar su primera fase, el proyecto creció considerablemente gracias al entusiasmo del gobernador Ricardo Monreal, quien propició la donación del edificio adjunto con el propósito de transformarlo en lo que ahora es un singular museo que defiende (literalmente otorga fortaleza) el arte abstracto de determinados países, en particular de México, aparte de que abre un espacio inédito para su existencia pública y reconocimiento. Sin embargo, la trascendencia de este específico arte, propio de la modernidad del siglo xx y de Manuel Felguérez —artista sólido e innovador, que se aleja de las tradiciones evidentes y crea nuevas—, se multiplica al hacerse pública en un ámbito urbano de muy fuerte tradición artística que comprende de la Colonia al siglo xix: arte, artista y ciudad se potencian de manera compleja y complementaria; sus cualidades mutuas se contrastan y transmiten. El hecho de que esto acontezca en la ciudad de Zacatecas
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es doblemente significativo, no sólo porque Manuel Felguérez nació en ese Estado (en concreto en la Hacienda de San Agustín, área municipal de Valparaíso), y el museo reconoce el valor de su obra y de su vida, sino porque es una ciudad cuya riqueza estética histórica parece ir a contracorriente del arte abstracto: su catedral de notoria fachada barroca, sus calles y edificios de acentuado espíritu novohispano son, en gran medida, de origen decimonónico y de principios del siglo xx. El carácter innovador de lo abstracto destaca aquí por evidente contraste. Aunque eso no es todo, algo muy importante sucede de modo simultáneo. El arte abstracto nos permite observar la lógica formal que es intrínseca en el arte a lo largo de la historia. Llega incluso a enriquecer nuestra percepción del bello paisaje austero de la región. Este museo incide en un ámbito urbano de gran belleza a la vez que muestra otra dimensión de él: multiplica la ciudad hacia adentro, hacia el ahora y hacia el mundo; hacia sus posibilidades estéticas más profundas. En seguida, ofrece esas posibilidades recién abiertas al espíritu creador o simplemente gozoso de sus habitantes y de aquellos que lo visitan. Marca, asimismo, a la ciudad extendiéndola y actualizándola en la oferta del arte reflejado en ella, además la conecta con otros ámbitos del mundo a través de los hilos secretos pero candentes de la experiencia estética. Una ciudad volcada hacia su historia de pronto puede salir de esa sombra que le ha resultado tan maravillosamente fértil y explorar bajo el sol del presente otros tipos de creatividad. Así, el museo añade a la ciudad un rasgo radicalmente nuevo en su complejo carácter, y ello
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no es algo desdeñable. Son contados en la historia los artistas que, como Manuel Felguérez, llegan a ejercer tal trasformación subterránea y profunda en su entorno cultural urbano. Vista parcial de la ciudad de Zacatecas con el edificio del Seminario al fondo, 1914. Fotografía: Colección Federico Sescosse Lejeune
Triple ecuación de originalidades: un arte, un artista y una ciudad entrelazan en este museo único la fuerza de sus peculiaridades, a fin de crear la singular excepción que ahora públicamente podemos disfrutar. Apreciemos este abstracto triángulo creativo en cada una de sus partes. Alberto Ruy Sánchez
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La historia del inmueble y del museo Etapa del Seminario El edificio que alberga actualmente al Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, comenzó a construirse en Fachada de la capilla del Antiguo Seminario. Fotografía: Eric Verdier
el año de 1870 para alojar el Seminario Conciliar y Tridentino de la Purísima, a petición de don José María del Refugio Guerra y Alba, segundo obispo de Zacatecas. La planta del edificio fue trazada por el arquitecto práctico don Sixto Espinoza, por instrucciones del primer rector don Agustín de Jesús Torres. El Seminario funcionó hasta
Vista parcial de los Seminarios Mayor y Menor, calle Colón. Fotografía: Colección Seminario Conciliar de La Purísima
1914 y formó en sus inicios a ilustres zacatecanos, desta-
can el poeta Ramón López Velarde, quien realizó ahí sus estudios en el periodo 1900 -1902; el santo mártir Mateo Correa Magallanes y el fundador de la Congregación de Colegios jadilop, José Anastasio Díaz López, entre otros. Respecto de la vida de Ramón López Velarde en el Seminario, se sabe que
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hacia octubre de 1900 su padre lo acompaña a Zacatecas para ingresar al Seminario Conciliar y Tridentino (...) donde cursa los dos primeros años de humanidades y obtiene en ambos un premio de primer orden, la nota «perfectamente bien» y la «mención honorífica» por dedicación y buena conducta (...) Testigo de ese tiempo en el Seminario, el padre Francisco Acosta, quien fuera compañero de López Velarde comentó: (...) que, en las caminatas al Cerro de la Bufa, a donde solían acudir con maestros, el vate prefería «platicar con los mayores que divertirse con los muchachos de su misma edad». No obstante, los recuerdos del padre Acosta, que suponían una vida de enclaustramiento en el Seminario, la verdad es que el poeta vivía inquieto y feliz en la ciudad de Zacatecas; momentos que más tarde lo inspirarían, para escribir su poesía «La bizarra capital de mi Estado», dedicada a su amigo Jesús B. González.2
El 24 de junio de 1914, un día después de la histórica Toma de Zacatecas, el Seminario fue ocupado y saqueado por las tropas villistas, su mobiliario fue destruido; además seminaristas y sacerdotes fueron despojados de su edificio, los cuales, conducidos por el canónigo don José María Huci, tuvieron que salir al extranjero para instalarse temporalmente en Castroville, Texas. Una vez que el edificio del Seminario fue desocupado, la finca se usó como cuartel militar y vecindario; poco tiempo después cayó en desuso. En la sobria fachada del edificio original resaltaban las ventanas y la puerta de acceso, ambas dotadas de arcos trilobulados de estilo arabesco; la portada de su capilla poseía un marcado estilo neoclásico; y en su patio principal sobresalían las arcadas de influencia mudéjar.
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2 Elisa García Barragán y Luis Mario Schneider, Ramón López Velarde. Álbum, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1988, pp. 26 -28.
Etapa del penal Celda y puentes de la sección del antiguo penal. Fotografía: Eric Verdier
El primer sitio donde se edificó un penal en la ciudad de Zacatecas fue en la antigua calle de San Francisco, ahí permaneció hasta 1575. Más tarde, las autoridades de la ciudad decidieron comprar un terreno al costado poniente de la Plaza del Tianguis —en la actualidad se ubica el Teatro Calderón— para construir uno nuevo. Consumada la Independencia se dispuso rentar parte del convento de Santo Domingo con la intención de trasladar a los presos a ese sitio. A partir de las Leyes de Reforma, el edificio pasó a poder del gobierno, el cual decidió convertirlo en cuartel general y en Penitenciaría del Estado, esta última se verifica aún en el año de 1964. Año en el que también inicia la rehabilitación del antiguo Seminario a fin de trasladar el sitio carcelario; derivado de ello sufrió drásticas transformaciones en su estructura original. Cabe mencionar que funcionó como prisión de hombres y mujeres todavía hacia 1995.
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La Penitenciaría del Estado de Zacatecas tenía una capacidad para doscientos veinte internos, con sección de hombres y mujeres por separado, además de las áreas administrativas y de juzgados, contaba con talleres de oficios: carpintería, herrería, imprenta, etcétera. Para 1988, la población duplicaba ya su capacidad (cuatrocientos treinta y siete internos), trescientos siete eran del fuero federal y ciento treinta del fuero común. Según la tipificación de los delitos, 50 por ciento era contra la salud, 30 por ciento por robo, 15 por ciento por homicidio y 5 por ciento por riñas, violación y golpes.3
En 1987, tras un peligroso amotinamiento, el Gobierno del Estado gestionó la construcción de otro penal, pues además de los graves problemas que aquejaban a los reclusos —sobrepoblación, insalubridad, insuficiencia de espacios, falta de infraestructura y malos servicios—, su ubicación en el Centro Histórico representaba una seria amenaza para la seguridad vecinal y dañaba la imagen de la ciudad. En 1995 los reos fueron trasladados al nuevo Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cieneguillas, dos años después, en 1997, iniciaron los trabajos de restauración y adecuación del inmueble, de esa manera comenzaría la primera etapa de lo que entonces sería el museo y un Centro de Convenciones.
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María Isabel Shaadi Guraieb, Centro de Readaptación Social del Estado de Zacatecas, tesis de Licenciatura en Arquitectura, México, Universidad Iberoamericana, 2000. 3
Etapa del museo Patio principal, primera etapa del museo (2002). Fotografía: Archivo maamf
Cuando la corriente abstracta se había consolidado en México y era aceptada y fomentada por galerías de arte, así como por autoridades culturales, Manuel Felguérez soñaba con un museo dedicado a promover la obra de diversos artistas abstractos del país; sin embargo, tendrían que pasar cerca de tres décadas para que ese sueño se hiciera realidad. Desde la administración del general Fernando Pámanes Escobedo se acostumbraba rescatar inmuebles históricos en el centro de la ciudad de Zacatecas, con el propósito de destinarlos a actividades culturales, principalmente museos. De esa forma nacieron, entre otros, el Museo Francisco Goitia, dedicado al ilustre pintor fresnillense y a distintos artistas zacatecanos contemporáneos; el Museo Universo de Pedro Coronel, con la vasta
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colección de arte universal que él obsequió poco antes de su fallecimiento; el Museo Rafael Coronel, con extraordinarias muestras de arte popular mexicano, piezas prehispánicas y dibujos de Diego Rivera concedidas por el mismo autor. Correspondía el turno ahora al pionero del arte abstracto mexicano, Manuel Felguérez, quien en 1997 fue invitado por el gobernador Arturo Romo Gutiérrez para crear un museo con su obra, que en aquel entonces abarcaba varios lustros de impresionante producción. Tras explorar múltiples espacios —se consideró también la posibilidad de construir un nuevo edificio—, se eligió el antiguo Seminario, en ese momento recién desalojado, con el fin de integrarlo en el circuito de museos del Centro Histórico de la ciudad. Luego de un año de intenso trabajo y gestiones, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez —primero en su tipo en México y América Latina— abre sus puertas el 4 de septiembre de 1998. En 1999, el gobernador Ricardo Monreal Ávila determinó entregar todo el inmueble con el objetivo de ampliarlo. El maestro Felguérez y su esposa Mercedes de Oteyza, en colaboración con numerosos artistas y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (inbal), enriquecieron su acervo con magníficas colecciones que muestran más de medio siglo de arte abstracto en México. A partir de ahí, el museo constantemente realiza mejoras en su estructura, además recibe valiosas donaciones de artistas nacionales y extranjeros; por ende, es ya un referente obligado para aquellos interesados en este tipo de arte. De modo complementario, es un sitio
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museográfico de gran calidad, donde la arquitectura original de su edificio armoniza con elementos y materiales modernos, cada espacio resulta sorprendente. Sus visitantes pueden conocer el desarrollo del arte abstracto mexicano y admirar las obras de alrededor de doscientos artistas plásticos nacionales y extranjeros, representados en el museo a través de más de ochocientas piezas de pintura, escultura, grabado, aparte de distintos objetos personales del maestro Felguérez. Es imprescinSala Mayor del museo. Fotografía: Eric Verdier
dible hacer alusión de las exposiciones temporales, que comprenden propuestas del arte abstracto nacional e internacional.
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Sala 3, Artistas en divergencia (Colectiva). Fotografía: Eric Verdier 24
Las colecciones
La Colección Nacional e Internacional abarca obra de artistas nacionales y extranjeros que han incursionado en el arte abstracto. Es la más completa y valiosa muestra de esta corriente desarrollada en México e Iberoamérica desde la década de 1950 hasta nuestros días. Reúne representantes del llamado movimiento de ruptura: Lilia Carrillo, Vicente Rojo, Fernando García Ponce, Vlady, Enrique Echeverría, Kazuya Sakai, entre otros. Asimismo, creadores de las siguientes generaciones: Luis López Loza, Águeda Lozano, hermanos Castro Leñero, Irma Palacios, Fernando González Gortázar, Jordi Boldó, Ricardo Mazal, Susana Sierra, Victoria Compeán, Vladimir Cora, Yvonne Domenge, Ismael Guardado, Jesús Mayagoitia, Alfonso Mena Pacheco, Juan Manuel de la Rosa, Alfonso López Monreal, por mencionar algunos. De los artistas latinoamericanos destacan Eduardo Ramírez Villamizar, Fernando de Szyszlo, Arcangelo Ianelli, Omar Rayo, Carlos Rojas, Fanny Sanín; de los españoles sobresalen Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada, Antonio Suárez y José Luis Simón. Concerniente al arte abstracto, Juan García Ponce, uno de los escritores más reconocidos del siglo xx en México y crítico de arte de la generación de la ruptura, expresó: El arte abstracto tiene como base sólo elementos indispensables: el color y la forma, la forma y el espacio, puede decirse sin exageración ninguna que nos dejan sólo frente a la obra en sí. La elección de formas que se transforman una y otra vez, cambiando de acuerdo con las exigencias de la obra para determinarla en uno de sus aspectos. Esas
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CORDELIA URRUETA (1908-1995) La flor del escudo, 1964, óleo sobre tela, 90 x 140 cm Colección inba/maamf
Elizabeth Sánchez Garay (coord.), Vanguardias y neovanguardias artísticas: un balance de fin de siglo, colección Polifonía, México, Universidad Autónoma de Zacatecas/ lvii Legislatura del Estado de Zacatecas/Plaza y Valdés, 2003, p. 13. 4
formas y espacios, unas veces son puramente líricas y otras estrictamente geométricas. El resultado es una variedad múltiple por no decir infinita; dentro de ella se hacen presentes las posibilidades mismas de la plástica. En este arte se encierran las posibilidades de la imaginación absoluta. Al eliminar toda imitación de los objetos exteriores a ella misma nos deja frente a los que debemos considerar su esencia: la creación en sí, el arte a solas consigo mismo. Es el diálogo con el espectador el que cierra el ciclo de la creación.4
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Sala mayor, conjunto escultórico
Sala Mayor, detalle en pasillo superior. Fotografía: Archivo
Al ingresar al recinto se aprecia arte escultórico de diver-
maamf
visible en los corredores de la planta alta para integrarse
sos artistas. En la escalinata resalta la obra monumental Orden suspendido, realizada por Manuel Felguérez en 2011, quien también seleccionaría el conjunto escultórico
en ese espacio arquitectónico. Sobresalen los trabajos de prestigiados artistas como Gunther Gerzso, Paul NeSala Mayor, vista panorámica. Fotografía: Eric Verdier
vin, Vicente Rojo, Fernando González Gortázar, Jorge Yázpik, Luis López Loza, Ernesto Paulsen; a esta muestra se suma la obra de Gustavo Pérez, considerado como el más destacado ceramista contemporáneo de México.
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Sala de la ruptura
Generación de la ruptura es el nombre con que se conoce al grupo de jóvenes creadores que a mediados del siglo xx
incursionaron en un nuevo lenguaje artístico en Mé-
xico. La propuesta rupturista se orientó hacia la apertura de las vanguardias europeas en boga, dejando de lado el predominio nacionalista como único camino de las artes en el país. Rufino Tamayo y Carlos Mérida libraron las primeras batallas con los muralistas; poco después Pedro Coronel, Juan Soriano y Gunther Gerzso se unieron al movimiento. Mucho se ha escrito ya acerca de los integrantes de esta generación y cada autor hace su propia relación de artistas, dependiendo de la etapa histórica que se investigue; sin embargo, la mayoría coincide que en sus inicios sobresalieron: Lilia Carrillo, Fernando García Ponce, José Luis Cuevas, Alberto Gironella, Vlady, Vicente Rojo, Manuel Felguérez y Enrique Echeverría. Los más jóvenes fueron Rodolfo Nieto y Francisco Toledo, todos ellos comprometidos con una propuesta de «pluralidad, universalidad, apertura y originalidad»; nacidos entre 1925 y 1935, el aludido grupo conformó el núcleo principal de la generación ANTONI PEYRÍ (1924-2017) Vuelo nocturno, 1975, óleo sobre tela, 200x125 cm Colección maamf/ comodato
de la ruptura. En la década de 1950 se agregaron, en distintos momentos, Arnaldo Coen, Helen Escobedo, Maka Strauss, Brian Nissen, Antoni Peyrí, Kazuya Sakai, Gabriel Ramírez, Francisco Corzas, Federico Silva, Gustavo Arias Murueta, Francisco Icaza, Gilberto Aceves Navarro, por citar algunos. Relativo a los integrantes de la generación de la ruptura, Octavio Paz expresó:
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Entre 1950 y 1960, generación a la que pertenece Felguérez —Cuevas, Rojo, Gironella, Lilia Carrillo, García Ponce— emprendieron una tarea de estética e higiene intelectual: limpiar las mentes, los cuadros. Aquellos muchachos tenían un inmenso apetito, una curiosidad sin límites y un instinto seguro. Rodeados por la incomprensión general, pero decididos a reestablecer la circulación universal de las ideas y las formas, se atrevieron a abrir las ventanas. El aire del mundo penetró en México. Gracias a ellos, los artistas jóvenes pueden ahora respirar un poco mejor.5
Octavio Paz, Los privilegios de la vista ii: arte mexicano, México, Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 373. 5
ÁNGELA GURRÍA (1929-) Guitarra, 1990, talla directa, 70 x 40 x 12 cm Colección inba/maamf
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OMAR RAYO (1928-2010) Nudo de agua 5, 1993, acrílico sobre tela, 197 x 100 cm (tríptico) Colección inba/maamf
LUIS GARCÍA GUERRERO (1921-1996) Sin título, 1996, óleo sobre tela, 35 x 80 cm Colección maamf/ comodato
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HERBET BAYER (1900-1985) Muro articulado, Estación 12, 1968, maqueta, madera ensamblada y pintada, 35.5 x 16 x 16 cm Colección Ruta de la Amistad
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Ruta de la Amistad
La Ruta de la Amistad la conforman maquetas y reproducciones de esculturas urbanas. Esta colección ejemplifica, en el marco de la xix Olimpiada de México 68, el impulso que recibió en México la escultura urbana y el arte abstracto en la década de 1960. Mathias Goeritz pugnaba por un arte sin fronteras capaz de reestablecer el espíritu de la época, de ahí que fomentara la presencia del arte en espacios públicos y abiertos. Durante la primera Olimpiada Cultural, evento que acompañó de manera paralela el desarrollo de los Juegos de la xix Olimpiada de México 1968, Mathias Goeritz, junto con el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, director del comité organizador, esbozó el proyecto de La Ruta de la Amistad, eje central de la Reunión Internacional de Escultores, en el que participaron artistas de distintos países: Suiza, Checoeslovaquia (actual República Checa), Japón, Francia, Uruguay, Italia, Bélgica, Estados Unidos, Polonia, España, Austria, Holanda, Israel, Hungría, Marruecos y México. Se designó un tramo de diecisiete kilómetros sobre el Periférico Sur de la Ciudad de México, con la finalidad de unir las diferentes sedes olímpicas. La Ruta de la Amistad integra veintidós esculturas abstractas monumentales, construidas con hormigón armado, y cuya altura oscila entre cinco y dieciocho metros. Su objetivo primordial era la búsqueda del movimiento; cada ángulo de visión varía conforme el espectador se desplaza dentro del espacio.
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El desproporcionado crecimiento de la ciudad y el descuido por parte de los habitantes y de las autoridades, han provocado que ese espacio designado ya no le pertenezca, hecho que desemboca en la pérdida de su sentido original. En agosto de 1994 se creó el Patronato Ruta de La Amistad, ac, fundado por el publicista Luis Javier de la Torre y el arquitecto Javier Ramírez Campuzano, los cuales de modo altruista y en coordinación con
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Maquetas para la Ruta de la Amistad, 1968.
la iniciativa privada, embajadas e instituciones culturales, se han propuesto restaurar y conservar este emblemático camino de arte. Las reproducciones de las esculturas fueron escaneadas e impresas en tercera dimensión (la empresa cav Diseño e Ingeniería facilitó las maquetas).
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Murales de Osaka
Gracias a su monumentalidad y temática, los murales de Osaka son, sin lugar a dudas, una de las colecciones que más sorprende a los visitantes y que por sí misma justifica el desplazamiento a la ciudad de Zacatecas. La colección la conforman doce pinturas, realizadas a petición de don Fernando Gamboa —promotor cultural, museógrafo y comisario de grandes exposiciones internacionales—, quien en 1969 convocó a once jóvenes pintores a participar en un mural colectivo, en el que se denunciaba «el angustioso desajuste de la equivocada aplicación de la máquina, la tecnología y la ciencia no utilizadas para el beneficio y la armonía de los pueblos». El propósito era que se exhibiera en el pabellón mexicano, diseñado por el arquitecto Agustín Hernández, en la Feria Mundial de Osaka 70, cuyo tema central fue «El progreso y la armonía para la humanidad». Once insignes artistas —Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Arnaldo Coen, Francisco Corzas, Roger von Gunten, Francisco Icaza, Gilberto Aceves Navarro, Brian Nissen, Antoni Peyrí y Vlady— participaron en la creación de los murales, pinturas en FRANCISCO ICAZA (1930-2014) Computadoras represivas (detalle), 1969, acrílico sobre tela, 500 x 694 cm Colección inba/maamf
realidad de gran formato ( 6 x 8 metros). Estos artistas, representantes de la generación de la ruptura, fundaron en 1968 el Salón Independiente. Trabajaron conjuntamente
dentro de las instalaciones de la fábrica de Carlos García Ponce, método que se llevó a cabo por primera vez en una obra de esa magnitud con el objetivo de armonizar la colección.
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Los murales, después de haber sido expuestos en Osaka, Japón, fueron resguardados por el inbal; no obstante, una parte significativa permaneció enrollada por más de cuarenta años. Incluso, la obra en sí estuvo a punto de dispersarse, puesto que cuatro murales se habían prestado a sedes culturales de algunas ciudades de la república (Mérida, Ciudad Juárez, Tijuana y Aguascalientes). En 1999, al concretarse la ampliación del museo, el maestro Felguérez gestionó ante el inbal, que se integraran y se exhibieran de modo ininterrumpido en esta gran sala del museo. Finalmente, se trasladaron, remontaron, restauraron y por vez primera se mostró el conjunto en su totalidad.
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Murales de Osaka, vista panorámica. Fotografía: Eric Verdier
LILIA CARRILLO (1930-1974). La ciudad desbordada, contaminación del aire, 1969, acrílico sobre tela, 500 x 640 cm. Colección inba/maamf
FERNANDO GARCÍA PONCE (1933-1987) Sin título, 1969, acrílico sobre tela, 489 x 590 cm. Colección inba/maamf
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Artistas en divergencia
A partir de la Sala 3 se expone la obra de la generación en divergencia, bautizada así por Jorge Alberto Manrique, que agrupa a los artistas nacidos entre 1935 y 1945 aproximadamente, generación inmediata posterior a la ruptura; pese a su juventud hubo quienes se inmiscuyeron en protestas y eventos a favor de sus mayores. Se trata de una generación que vivió una situación diferente a la de sus antecesores; su acceso a la información fue mayor, así como la oportunidad para ejecutar actividades laborales y de formación académica fuera del país. Se caracterizaron por poseer personalidades, ideologías e intereses artísticos muy diversos que llegaban a los extremos: los había abstractos, figurativos, rebeldes y tranquilos, todos comprometidos con la apertura y la individualidad, en parte porque en su juventud algunos tuvieron la oportunidad de participar en el Salón Independiente. La generación en divergencia continuó la propuesta de la generación de la ruptura, ya que con un discurso plástico más abierto, rico en visiones y planteamientos estéticos, encontraron la convicción común de que todo camino es posible, esa convicción y solidez de su perspectiva y trabajo creativo constantes hicieron viable la VICTORIA COMPEÁN (1951-) Sin título, 1990, óleo sobre tela, 211 x 92 cm Colección maamf/ comodato
renovación del arte mexicano. Pertenecen a la aludida generación Arnaldo Coen, Raúl Herrera, Luis López Loza, Roberto Donís, Fernando González Gortázar, Ilse Gradwohl, Jan Hendrix, Águeda Lozano, Carlos Olachea, Irma Palacios, Ricardo Regazzoni, Ricardo Rocha, Susana Sierra, Gustavo Ramos Rivera,
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entre otros. Muchos de ellos, influenciados por sus antecesores, optaron por diferentes lenguajes característicos del arte abstracto: informalismo, expresionismo, constructivismo, geometrismo, lirismo, suprematismo, gestualismo, minimalismo, rayonismo.
ÁGUEDA LOZANO (1944-) Sin título, 1999, acrílico sobre tela, 180 x 210 cm Colección maamf/ comodato
FANNY SANIN (1938-) Acrílico número 2, 1983, acrílico sobre lino, 153 x 158 cm Colección inba/maamf
MIGUEL ÁNGEL ALAMILLA NÚÑEZ (1955-) Sonido interior, 1998, óleo sobre tela, 136 x 185 cm Colección inba/maamf
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YVONNE DOMENGE (1946-2019) Ritmos sonoros, 1998, madera de palo verde entintada con cochinilla, talla directa, 80 cm de diámetro Colección inba/maamf
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Artistas en tránsito
Los artistas en tránsito, nacidos entre 1945 y 1955 (representados en la Sala 5), sobresalieron en la década de 1980. Retoman determinadas técnicas y materiales de soporte, que habían caído en el abandono a raíz de las discrepancias con los exponentes del muralismo. Ahora, con un enfoque renovado, combinando la tradición del arte mexicano, al igual que la pluralidad cultural del país, con la herencia cultural europea, pasada y reciente, logran un abanico de posibilidades mayor que el creador aprovecha como medio de expresión. En esta generación de artistas más jóvenes se encuentran: Miguel Ángel Alamilla, Ernesto Álvarez Cortés, Luis Argudín, Jordi Boldó, José Luis Bustamante, Victoria ComMIGUEL CASTRO LEÑERO (1956-) Nueva luna, díptico, 1997, óleo sobre tela, 130 x 300 cm Colección inba/maamf
peán, Vladimir Cora, Gabriel de la Mora, Aníbal Delgado, Yvonne Domenge, Beatriz Ezbán, Rosario Guajardo, Ernesto Hume, Perla Krauze, Marina Láscaris, Alfonso Mena Pacheco, Jesús Mayagoitia, Ricardo Mazal, Antonio Nava, Ignacio Salazar, Nunik Sauret, Sebastián, José Villalobos y Jorge Yazpik; los hermanos Alberto, José, Francisco y Miguel Castro Leñero.
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Colección antológica de Manuel Felguérez
Esta colección constituye el origen y la base del museo. A través de ella se puede admirar la muestra antológica del maestro Manuel Felguérez, misma que da cuenta de su versatilidad, y de su abundante y multifacética producción. Manuel Felguérez nació en Valparaíso, Zacatecas. Desde niño mostró inclinación por las artes; no obstante, es hasta los diecinueve años, en su primer viaje a Europa, cuando descubrió que lo más importante en el mundo era el arte, fue entonces que decidió iniciarse como escultor. En 1949 viajó por segunda ocasión a Francia para estudiar al lado de Ossip Zadkine en la Académie de la Grande Chaumiére en París, donde también frecuentó el taller de Brancusi. Sus experiencias al lado de Zadkine en París y de Zúñiga en México, así como su constante investigación y experimentación le otorgaron seguridad en el manejo de materiales y técnicas, no sólo en lo concerniente a la escultura, sino además en la pintura y el muralismo, incluso le permitieron construir su propio lenguaje. A partir de su primera muestra en 1958, Felguérez participó en innumerables exposiciones individuales y colectivas nacionales e internacionales. Su obra se exhibe MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) La espiral rota, 1993, óleo sobre tela, 140 x 220 cm Colección maamf/ comodato
en importantes recintos museísticos y espacios públicos de México, en países de Europa, Asia y América, y en múltiples colecciones privadas. La muestra la integran pintura, escultura y obra gráfica de las diferentes épocas por las que el artista ha transitado: el informalismo, Eva futura, Espacio múltiple, La máquina estética, Superficie
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imaginaria, Geometría orgánica y obras de reciente creación. Aunque Felguérez comenzó como escultor, sus primeras pinturas se inscriben dentro del informalismo, tendencia estética predominante en Francia durante su juventud; evidencia de ello son Pintura vii, Pintura x y Vuelo espacial. En la etapa posterior se inclina más hacia el constructivismo, donde aparece el lenguaje de formas y objetos encerrados, al igual que elementos supeditados a las formas del cuadro. En la misma década de 1960, aparecen con frecuencia torsos que se diluyen a su geometría o que van hacia ella, etapa que denominó Eva futura, según se aprecia en Elaboración de los signos y en su pintura La tecnología deshumanizada victima al hombre, ubicada en la Sala de Osaka. Superficie imaginaria es una continuidad de sus diseños en computadora. A pesar de que continúa utilizando la técnica moderna, libera su enorme caudal de lirismo, en el que el color blanco, al lado de los grises y los ocres, es protagonista. Tal como lo atestigua el título de la serie, es ese campo siempre imaginario en el que el lenguaje de Felguérez se hace visible. En Geometría orgánica se vislumbra la manera en que el artista privilegia las formas orgánicas. La organicidad se desborda y junto con la geometría cobra una nueva vida, como si las formas hubieran entrado en movimiento y la geometría impecable de antes se hubiera visto invadida. Sala Antológica. Línea de vida. Fotografía: Eric Verdier
Los resultados de la serie no son fortuitos, recordemos que el maestro Felguérez en su juventud practicó la taxidermia, lo que significa que era un conocedor de los órganos internos del cuerpo animal.
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A finales de los 1980 deja de titular sus series y hace a un lado la evidente geometría que había estado realizando, pero sin abandonarla del todo. Regresa a sus orígenes, donde el lenguaje y sus formas, además de ser más libres, adquieren mayor exaltación y colorido, estilo que caracteriza su obra hasta las postrimerías del siglo xx y los albores del xxi.
Línea de vida de Manuel Felguérez A través de objetos personales, fotografías, carteles, publicaciones, maquetas de obra pública, pinturas y esculturas de pequeño formato exhibidas en una gran vitrina, se brinda testimonio de la trayectoria y línea de vida del maestro Manuel Felguérez, considerado pionero del arte abstracto en México. Su obra, integrada por pintura, escultura, grabado e intervenciones arquitectónicas, se expone en museos y colecciones públicas en el país y en el extranjero. Sin duda es también uno de los principales representantes de la plástica mexicana de los siglos xx y xxi. Manuel Felguérez nació en 1928 en la hacienda de San Agustín del Vergel en Valparaíso, Zacatecas, lugar en el que su padre fue hacendado. En aquella época se vivían tiempos muy difíciles, pues había terminado la revolución armada. Nieto, bisnieto y tataranieto de terratenientes fue el primogénito de tres hermanos; se educó con los hijos de los peones, con ellos jugaba y estudiaba. A principios de 1935, la familia se mudó a la Ciudad de México, pero casi al año su padre falleció.
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Jorge Ibargüengoitia, Manuel Felguérez y la Pitacocha, s/f. Fotografía: Archivo Mercedes de Oteyza y Manuel Felguérez
Sus abuelos maternos eran propietarios del Teatro Ideal, en la calle de Dolores del centro de la Ciudad de México. Tras la muerte de su abuelo, él y su madre acompañaban a su abuela todas las noches a cobrar la taquilla. Según Manuel, cuando iba al teatro jugaba en los camerinos y veía las representaciones. Fue integrante de los boy scouts de los ocho a los veintitrés años junto a su mejor amigo de la época Jorge Ibargüengoitia, mismo que en el cuento «Falta de espíritu scout», narra ciertas anécdotas del viaje que hicieron juntos a Europa en 1947 para asistir a una junta internacional de scouts ( jamboree), realizada cerca de París. A lo largo de cuatro meses recorrieron Francia, Italia, Suiza e Inglaterra. Manuel evoca que en aquella Europa sembrada de tumbas sólo los museos eran gratis y le fascinaron. El propio Ibargüengoitia relata:
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A Felguérez, lo conocí hace mucho, en una época en la que realmente éramos demasiado jóvenes (...). En Londres, 1947, durante un atardecer, lo vi dibujar un paisaje rudimen-
tario, que resultó ser para mi sorpresa, el principio de una de esas rarísimas vocaciones firmes.7
En 1948 ingresó a San Carlos, pero únicamente permaneció cuatro meses; luego decidió que su futuro estaba en Europa. Así que al año siguiente regresó a París y, por recomendación de una amiga, se inscribió con el maestro Ossip Zadkine, en la Académie de la Grande Chaumiére; en esa ciudad también llegó a frecuentar el taller de Brancusi, como ya se había mencionado. Entre 1950 y 1954 realizó múltiples actividades: influido por las esculturas de Henry Moore, se inscribió en la Licenciatura de Antropología e Historia, asistió a clases de arte moderno en la Escuela de Mascarones, en San Cosme, Ciudad de México. Estudió el oficio de la terracota en La Esmeralda, con Francisco Zúñiga; se casó con Ruth Rohde y se fue un año a Puerto Escondido, Oaxaca. En una chocita cerca del mar moldeó sus primeras figuras de barro profesionales, con las que presentó su exposición inaugural de escultura. La crítica lo trató muy bien. Por única vez en su vida, rememora Manuel, vendió toda la exposición, y gracias a que Justino Fernández, Paul Westheim y Mathias Goeritz lo recomendaron, el Gobierno de Francia le concedió una beca. Así retornó a París, donde le asignaron un estudio en la Casa de México, al lado trabajaba la pintora Lilia Carrillo. Lilia y Manuel se hicieron amigos, visitaron a Braque y expusieron en el Petit Palais. De vuelta en México, la
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7 Dore Ashton, Juan Villoro, Jorge Reynoso Pohlenz, Alberto González Torres, Angélica García Gómez, Manuel Felguérez. La invención constructiva, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, 2009, p. 187.
relación fue inevitable: en 1960 aprovecharon una exposición de la Unión Panamericana en Washington para casarse. Desde 1959 empezaron a trabajar en teatro, ambos montaron la escenografía de La dama de las camelias. Cuando Alejandro Jodorowsky vio su trabajo, los llamó. La primera obra que hicieron con él fue La elección. Laboraron juntos alrededor de cinco años y participaron en al menos veinte obras, formaron parte de su propia compañía, denominada inicialmente Teatro de vanguardia y luego Teatro pánico. La época con Alejandro Jodorowsky fue simultánea a un momento en el que Manuel Felguérez, a través de La ópera del orden, 1964. Fotografía: Archivo Mercedes de Oteyza y Manuel Felguérez
la realización de murales escultóricos, buscaba la integración plástica con la arquitectura. En 1962 terminó la construcción del mural para el Cine Diana; el segundo mural que inauguró fue en el Deportivo Bahía en 1963, era una pared de cien metros de largo por cinco de alto, edificada con conchas de ostión y caracoles marinos.
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En 1972, Felguérez llevó a cabo diseños para la película La montaña sagrada, dirigida por Alejandro Jodorowsky, quien le pidió una fábrica de arte, entonces hizo una serie de cajas cuadradas de diferentes tamaños, en las que los actores se meterían desnudos y mostrarían, siempre en movimiento, un pecho, un brazo, los glúteos, lo que fuera. Desde 1956 se desempeñó en el ámbito académico. Impartió clases en la Universidad Iberoamericana, participó en la elaboración del proyecto de creación de la carrera de Artes Visuales, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) en 1970, donde fue maestro e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas. Fungió como investigador huésped en la Universidad de Harvard en 1976 y como profesor invitado en la Universidad de Cor-
nell en Estados Unidos: A decir de Manuel Felguérez, la Segunda Guerra Mundial provocó una gran diáspora y el abstraccionismo se extendió por todo el mundo. En México el arte abstracto empezó a gestarse tardíamente, alrededor de la década de 1950; al mismo tiempo, surgieron una serie de galerías como la de Antonio Souza y Proteo donde el público tuvo la oportunidad de conocer y de valorar a los pintores abstractos. Felguérez también comenta que la aparición del arte abstracto en México suscitó una gran conmoción, una agria y apasionada polémica que no cesó hasta que las autoridades culturales tuvieron que declararse neutrales y aceptar todas las tendencias plásticas.8
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MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) New York, 1966, óleo sobre tela, 115 x 128 cm Colección inba/maamf
La Casa del Lago en la década de 1960 fue un importante espacio para los artistas de esta generación. Durante esos años su galería la coordinaba Mercedes de Oteyza, compañera en aquel tiempo de Juan García Ponce. Este último a su vez realizó exposiciones de diversos artistas como Vicente Rojo, Juan Soriano, Kazuya Sakai, Lilia Carrillo, José Luis Cuevas, Chucho Reyes y el mismo Felguérez. En 1968, Manuel Felguérez fue representante de Artes Plásticas del Comité de Lucha de Artistas e Intelec-
8 Ibid., pp. 192-193.
tuales. Organizó el mural colectivo, el cual se hizo sobre las láminas con las que el gobierno había protegido la
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escultura de Miguel Alemán en Ciudad Universitaria y a la que los estudiantes ya habían decapitado. Las láminas eran muy altas, entre diez y doce metros. Consiguieron algunos andamios y corrieron la voz para que acudieran a pintar, paulatinamente el mural se fue llenando; sin embargo, el ejército entró antes de que concluyeran. Fue un arte colectivo, público y efímero. Cuando el inba convocó a la Exposición Solar dentro de la Olimpiada Cultural en 1968, los jóvenes rupturistas decidieron no colaborar con un Estado represor. Brian Nissen, Kazuya Sakai y Manuel Felguérez difundieron que se reunirían en la galería Pecanins para conformar un Salón Independiente. Cada artista trabajó dos de sus obras, la inauguración tuvo lugar el 4 de octubre en la Casa Isidro Fabela. Al año siguiente organizaron el Segundo Salón Independiente, participaron alrededor de
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Mural efímero frente a Torre de Rectoría de la unam, 1968. Fotografía: Archivo Mercedes de Oteyza y Manuel Felguérez
cincuenta artistas, los cuales acordaron que debían crear una obra en papel periódico de gran formato y destruirla después de la exposición. En 1970 se realizó el último Salón, debido a ciertas diferencias entre los autores. En 1975, a través de Fernando Gamboa, se llevó la exposición El espacio múltiple a la Bienal de Sao Paulo, misma que fue considerada una propuesta novedosa, de ahí que le otorgaran al maestro Felguérez el Gran Premio de Honor. A partir de entonces ha mantenido esa búsqueda acompañado de Meche (Mercedes de Oteyza), amiga de siempre y con quien se casó el mismo año de 1975. A lo largo de su trayectoria, Manuel Felguérez ha sido merecedor de distintos premios y reconocimientos nacionales e internacionales, destacan los siguientes en orden cronológico: 1968: Segundo Premio de Pintura, Primera Trienal de Nueva
Delhi, India. 1975: Beca de la Fundación Guggenheim de Estados Unidos
y el Gran Premio de Honor de la xiii Bienal de Sao Paulo, Brasil. 1988: Premio Nacional de Artes de México. 1993: Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores
de Arte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). 2006: Encomienda de la Real Orden de Isabel la Católica,
Gobierno de España. 1987 y 2009: Dos exposiciones retrospectivas de su obra,
Museo del Palacio de Bellas Artes. 2009: Doctorado honoris causa, Universidad Autónoma Me-
tropolitana (uam) y Creador Emérito, Conaculta y Gobierno del Estado de Zacatecas.
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2012: Premio Estatal de Artes «Francisco Goitia», Gobierno
del Estado de Zacatecas. 2016: Medalla Bellas Artes por el inbal. 2018: Doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma
de Zacatecas «Francisco García Salinas» (uaz).
El legado que Manuel Felguérez deja a los mexicanos y al mundo, aunado a su obra pictórica y escultórica, está representado por imponentes murales y esculturas urbanas, diseminado en diferentes ciudades del país, particularmente en la Ciudad de México; y en importantes espacios culturales que llevan su nombre: Galería de Arte Electrónico del Centro Nacional de las Artes; Galería Metropolitana en la Rectoría de la uam; Casa Municipal de Cultura de Valparaíso, Zacatecas; y Biblioteca del Hotel The Sebastian en Vail, Colorado. Como reconocimiento a su trayectoria y a su aportación artística, en 1998 se fundó el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, cuyo acervo, en buena parte, fue donado por el propio artista y su esposa Mercedes. Desde su primera exhibición en 1958, Felguérez participó en más de cuatrocientas exposiciones individuales y colectivas en distintos espacios culturales de México y del mundo, tal como lo constatan carteles y publicaciones de dominio público. Su obra forma parte del acervo de sobresalientes ámbitos museísticos y culturales de México, así como de países de Europa, Asia y América, además de innumerables colecciones privadas. El 26 de septiembre de 2018 se inauguró su pinturamural Agenda 2030 (5x2 metros), misma que el Gobierno de México obsequió a la Organización de las Naciones
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Unidas (onu) en la ciudad de Nueva York. El acceso al salón plenario fue el espacio elegido para la exhibición permanente de esta imponente obra, que constata de manera contundente la relevancia de Manuel Felguérez en el arte universal y mexicano, pues es la segunda pieza de un autor nacional que se muestra en ese prestigioso recinto parlamentario. Hasta el momento de su muerte, acaecida el 7 de junio de 2020, el maestro Felguérez continuó con su incansable labor creativa: desarrolló sólidos proyectos para el museo y participó en diversas muestras curatoriales como la exposición Manuel Felguérez. Trayectorias, inaugurada en diciembre de 2019 en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la unam. A lo largo de los veintiún años de la existencia del museo, la valiosa gestión de él y de su esposa Mercedes ha sido determinante para su crecimiento y para la promoción del arte abstracto nacional e internacional. Serie de carteles, diversas exposiciones Colección inba /maamf
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Jardín de las esculturas Previo a la siguiente sección del museo se encuentra un pequeño patio ajardinado de dimensiones geométricas, adosado a la capilla del antiguo Seminario, predominan las esculturas de formas orgánicas ejecutadas por Manuel Felguérez sobre diversos materiales pétreos en 1996. Fotografía: Eric Verdier
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MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) El Autómata de Hagelberger, 1973, serigrafía, pa ii, 57 x 48 cm Colección inba/maamf
Espacio múltiple o límite de una secuencia En las Salas 10 y 11 se exhibe lo más representativo de la producción geométrica de Manuel Felguérez, se trata de las series Espacio Múltiple y Máquina Estética, resultado del uso de la computadora como instrumento de diseño. Gracias a esto se le considera pionero del arte digital en México. Las obras que integran Espacio Múltiple derivaron de una investigación que realizó en el Centro de Cómputo de la unam (1973) y son el preámbulo de Máquina Estética. En palabras del maestro Felguérez se dio del siguiente modo:
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A partir de unos cuantos conceptos geométricos simples: como el círculo, el triángulo o el cuadrado; organizados hasta producir una forma-idea. Después, con un lápiz dibujar sobre el papel esta forma-idea y darle un orden. Quisiera hacer ya no la forma en el espacio, sino la forma que crea espacio, el movimiento que crea espacio, la multiplicación de la escala o la multiplicación del objeto para penetrar múltiples espacios; permutar las formas, aplicar la combinatoria, utilizar el desplazamiento. En definitiva descubrir, inventar, demostrar la forma viva dentro del espacio múltiple.9
Es oportuno mencionar que cuando Manuel Felguérez fue invitado como investigador huésped al Carpenter Center for the Visual Arts de la Universidad de Harvard, diseñó, con la ayuda del ingeniero en sistemas Mayer Masson de la American Electric Power, un programa informativo que permitía la construcción, casi ilimitada, de nuevos «ideogramas-diseños», que resultaban de la combinación de formas geométricas, identificadas por el artista como constantes en su lenguaje plástico. Diseños
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Reflexiones de Manuel Felguérez a propósito de El Espacio Múltiple, presentada en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México en 1973. Manuel Felguérez, El espacio múltiple, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1979. 9
MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Signo convexo, 1973, fierro policromado, 25 x 32 x 29.5 cm Colección inba/maamf
que él mismo seleccionaba para desarrollar su propuesta plástica: lacas, serigrafías, relieves y esculturas. A partir de una forma y de un color de dos dimensiones, por sucesivas combinaciones llega a la pintura y del relieve a la escultura. Una forma es el comienzo hacia otra forma. El artista resuelve así la separación entre el espacio MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Signo convexo, 1973. Izquierda: tinta sobre papel, 30 x 29 cm Colección maamf/shcp pago en especie. Derecha: acrílico sobre cartón, 30 x 35 cm Colección inba /maamf
bidimensional y el tridimensional, el color y el volumen. De modo que los espacios múltiples se despliegan ante nosotros y se transforman en otro espacio. En cada conjunto podemos encontrar la matriz —resultado de su trabajo en computadora—, la maqueta en la que ensayó los colores y la multiplicación en diferentes posibilidades plásticas: pintura en laca, serigrafía, relieve y escultura. En la sala audiovisual se reproducen en paneles de madera los ideogramas derivados de su trabajo en computadora, además de material videográfico que relata parte de su trayectoria.
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Arco del día En este pequeño espacio —que antaño sirviera quizá de sacristía—, la escultura en bronce Arco del día descubrió su ubicación dentro del museo, pues en el momento del montaje, incidentalmente la pieza se colocó en el área en la que ahora se encuentra. A decir verdad, ese lugar es el idóneo para su exhibición, y el contraste con la cúpula y las vetustas paredes remarcan su forma orgánica.
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MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Arco del día, 1996, bronce, 185 x 205 x 195 cm Colección inba /maamf
Capilla En la capilla del Seminario (Sala 13) se exponen obras recientes de Manuel Felguérez, en ellas el interés por el azar y el riesgo son una constante, característica principal de su pintura de fines del siglo xx e inicios del xxi. Prevalece el Retablo de los mártires, obra monumental que el maestro realizó ex profeso para el espacio donde estuvo el altar del antiguo templo en el año 2001. En opinión de Alberto Ruy Sánchez: Es obra múltiple: cuadro, ensamble y escultura a la vez. Hecha de alambres retorcidos, láminas y telas desgarradas y escurridas: en él, la mirada nos lleva de lo plano a lo voluVista panorámica de la Capilla. Fotografía: Eric Verdier
minoso, siguiendo engañosamente muchas veces la misma línea sobre las telas. Así, plano y volumen se comunican por lo inesperado de la materia. Y el ojo tiene que descifrar cada vez algo que no es evidente en el retablo.
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Cuatro rectángulos básicos lo forman al fondo, constituyendo en sus límites una delgada cruz, casi implícita, casi hecha de líneas vacías. Un quinto rectángulo, más pequeño y de tono distinto, literalmente otro cuerpo, se sobrepone a la intersección de las líneas rectas y prácticamente se introduce entre ellas.
MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Retablo de los mártires, 2001, relieve sobre tela, 700 x 500 cm Colección inba/maamf
Este otro cuerpo está cruzado por una forma que parece haber sido levemente torcida como una tela y acomodarse, casi colgando, de la línea horizontal de la cruz formada por los rectángulos básicos. Arriba de las telas, un mar negro impone su presencia como un melancólico cielo perturbador. Varias líneas negras parecen corresponder al trazo certero de un destino: delgada geometría precisa en un atisbo de caos.
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Justo en el centro de la capilla se observa una cripta de la etapa del Seminario, elemento encontrado al restaurar el espacio y que jamás se usó. Con todo, se decidió mantenerla como testimonio histórico del edificio. Complementariamente, en esta sala es de gran interés la escultura en vidrio, maqueta del proyecto para el corporativo regiomontano Vitro, la cual nunca se ejecutó debido al riesgo latente de los fuertes vientos. Se advierte, por el juego de transparencias, la sugestión virtual y los desplazamientos dinámicos, la influencia que Felguérez recibió del constructivismo ruso en su juventud.
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Alberto Ruy Sánchez, «Un triángulo perfecto: arte, artista y ciudad. El Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en Zacatecas», en Alberto Ruy Sánchez, Teresa del Conde, Luis Martín Lozano, Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, México, Artes de México y del Mundo, 2002, p. 60. 10
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Isla San Luis Isla San Luis es el título de esta obra de 1981, donde la geometría impecable y colorida se llena de una peculiar maquinaria de relojería desmantelada y de objetos encontrados. Obra que el maestro Felguérez creó durante sus largas estancias en París. Su pasión por experimentar lo conducía a la búsqueda de objetos de la vida cotidiana, para integrarlos a su pintura.
MANUEL FELGUÉREZ (1928-2020) Isla San Luis, 1981, relieve, pintura y objeto encontrado, 200 x 400 cm Colección inba/maamf
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Sala de los zacatecanos
Vista panorámica Sala de exposiciones temporales. Exposición Emilio Carrasco. Fotografía: Archivo
Finalmente, en la Sala de los zacatecanos es posible
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tés. Asimismo, en ocasiones se exhiben aquí exclusivas
apreciar obra de artistas locales de probada trayectoria, quienes se han inclinado por el arte abstracto como lenguaje plástico: Ismael Guardado, Juan Manuel de la Rosa, Alejandro Nava, Alfonso López Monreal, Francisco de Santiago, Juan Nava, Sara María Terrazas, Javier Cormuestras temporales.
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Exposiciones temporales Desde su apertura, el Museo Manuel Felguérez se ha distinguido por un sólido programa de exposiciones temporales, que dan muestra del talento en el arte abstracto de artistas locales, nacionales e internacionales, además permiten acercar a nuestros visitantes a las múltiples muestras de pintura, gráfica y escultura, las cuales atestiguan el proceso creativo del arte abstracto. En estas salas se han presentado obras de grandes artistas como Augusto Rodin, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Manuel Álvarez Bravo, Gunther Gerzso, Fernando Botero, Omar Rayo y Kazuya Sakai, por mencionar sólo algunos de los más reconocidos. Año con año se exhiben entre ocho y diez propuestas artísticas que a su vez han incluido a Vicente Rojo, Fernando García Ponce, Jorge Dubon, Roger von Gunten,
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Vista panorámica Sala de exposiciones temporales. Exposición Luis López Loza. Fotografía: Archivo
Ricardo Mazal, Alfonso Mena Pacheco, Irma Palacios, Luis
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difusión de la producción abstracta en los estados de
López Loza, Francisco Castro Leñero, Hiroyuki Okumura, Águeda Lozano, y los españoles Albert Ràfols-Casamada, Rafael Canogar, Josep Guinovart, Antoni Peyrí, José Manuel Ciria, Alberto Bañuelos Fournier, Manel Pujol Baldas. Paralelamente, el museo ha promovido la revisión y la república mexicana a través de exposiciones colectivas que han reunido obras de artistas provenientes de Aguascalientes, Baja California, Jalisco, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Yucatán y Zacatecas. Sobresalen, de igual modo, exposiciones colectivas de carácter internacional: Abstracciones: Nueva York, París, Cuenca, México — con obras de célebres artistas como Robert Motherwell, Willem de Kooning, Mark Rothko, Poliakoff, Jean Dubuffet, Ives Klein, Pierre Soulages, Antonio Tapies, Antonio Saura y Rafael Canogar—;
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y Geometría sin fin —presentada en la xiii Bienal femsa, en las que participaron Julio Le Parc, Joaquín Torres García, Carlos Cruz Diez, Eduardo Ramírez Villamizar, Jesús Rafael Soto, Luis Tomasello, Francisco Moyao, Marcelo Bonevardi, Francisco Mato, León Ferrari y Lygia Clark. Huelga decir, que en el museo nos hemos preocupado por proyectar y difundir los valores zacatecanos, así como la obra de artistas que forman parte del acervo. En ese sentido, se han organizado y exhibido muestras en distintos museos y espacios culturales del país (Aguascalientes, Chihuahua, Ciudad de México, Gómez Palacio, Jalapa, Mérida, Monterrey, Querétaro, Saltillo, Toluca); y el extranjero (Alemania, China, Cuba, España, Francia y Polonia). Cartel para la exposición Abstracciones. Archivo maamf
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Servicios del museo
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Taller de Museograbado. Fotografía: Archivo maamf
Museograbado El Centro de Formación Producción e Investigación Gráfica Museograbado, como parte de los servicios que ofrece el museo, comenzó sus actividades el 6 de diciembre de 1999, bajo la iniciativa de Manuel Felguérez y Mercedes
de Oteyza, con el apoyo del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y el Instituto Zacatecano de Cultura «Ramón López Velarde» (izc). El taller se especializa en diversas técnicas: litografía, grabado y gráfica digital, aparte de investigar sobre
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técnicas y materiales. Ha recibido a renombrados artistas como José Luis Cuevas, Francisco Toledo, Gilberto Aceves Navarro, Vicente Rojo, Antoni Peyrí, Luis López Loza, Francisco Castro Leñero, Irma Palacios, Jordi Boldó, Manuel Felguérez. Museograbado es un espacio de apreciación del arte impreso, cuenta con colecciones de gráfica contemporánea disponibles para su venta, organiza exposiciones y difunde la disciplina del grabado en los ámbitos nacional e internacional. Establece programas educativos dirigidos a artistas, impresores, coleccionistas y público en general, además genera proyectos artísticos en estrecha colaboración con la comunidad. En su área de exhibición es posible adquirir obra gráfica.
Biblioteca y Centro de Documentación Mercedes de Oteyza La Biblioteca y Centro de Documentación Mercedes de Oteyza se compone de un acervo especializado en artes plásticas de los siglos xx y xxi, orientado principalmente al arte abstracto: publicaciones periódicas, catálogos individuales, catálogos colectivos, libros, películas y fondos documentales. Estos últimos se clasifican a su vez en Fondo Biblioteca Mercedes de Oteyza. Fotografía: Archivo maamf
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Documental de Artistas con Obra en el museo, Archivo de Exposiciones Temporales y Fondo Fotográfico. Por ende, la biblioteca es ya un punto referencial para la investigación del arte abstracto, gracias a la legitimidad de sus fondos, procedentes, en su mayoría, de los mismos artistas. El servicio primordial es brindar información y herramientas útiles a investigadores, docentes, estudiantes interesados en el arte abstracto. La entrada es libre y el horario de atención es de 9:00 a 15:00 horas.
Tienda-Librería Educal El museo cuenta con la Tienda-Librería Educal, que forma parte de una de las mayores redes de librerías en el país y que administra la Secretaría de Cultura. En ella se pueden conseguir libros de arte, novela, poesía, literatura infantil, revistas, souvenires, música, películas, inclusive utilitarios con imágenes de obras del museo.
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Librería Educal. Fotografía: Archivo maamf
Eventos culturales Panorámica del Auditorio Juan García de Oteyza. Fotografía: Eric Verdier
Paralelo a las exposiciones temporales, en el transcurso del año se promueven distintos eventos artístico-culturales: conferencias, conciertos, actividades académicas, cine, danza, teatro. Dos son los espacios que sirven de apoyo para la realización de dichas actividades, el Auditorio Juan García de Oteyza, con una capacidad de doscientas cincuenta personas y la sala audiovisual para treinta.
Sensibilización El Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez proporciona visitas guiadas gratuitas, dirigidas a diferentes grupos desde preescolar hasta nivel universitario. El recorrido dura de treinta a cuarenta y cinco minutos. Si las condiciones lo permiten, al terminar se ofrece un taller de arte, con el objetivo de propiciar la reflexión de los estudiantes en torno al arte abstracto. Se agenda con previa cita mediante oficio con diez días de anticipación.
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Guía general. Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez Segundo semestre de 2020 Impresión Editorial Los Reyes Tzinal 4, casa 4 Lomas de Padierna Tlalpan, 14240 Ciudad de México Mil ejemplares más sobrantes
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