Un Siglo de Quito a través de los prebendados de su Iglesia Monografías. 24
El deán Álvaro de Ce Cevallos Bohórquez Bohórquez
Juan Corbalán de Celis y Durán
Hijo de Álvaro de Cevallos, registrador en la Audiencia de Quito, natural del valle de Tranzo, y de Catalina de Silva, natural de Madrid, que habían llegado a esa ciudad de Quito en mayo de 1567. Nieto paterno de Suero de Cevallos y de doña María de Herrera, y materno de Andrés de Ocaña y de Leonor de Silva1. En 1583 don Álvaro se quejaba del corto sueldo que tenía, que apenas le llegaba para mantener a sus seis hijos, y pedía licencia para poder pasar su cargo a uno de sus hijos o a cualquier persona que a él le pareciese2. Álvaro cursó estudios en el colegio de la Compañía desde 1613 hasta 1620 en que se licenció en artes y teología. En abril de 1629 era cura beneficiado del asiento de Chimbo, habiéndolo sido anteriormente del pueblo y puerto de Manta y Chacapoto, y de Alansi, y en esa fecha el obispo fray Francisco de 1 2
AGI. Pasajeros L.5, E.330 AGI. Quito 47,N.12
Sotomayor, electo de la Plata, lo recomendaba al rey para que se le concediese alguna canonjía de las iglesias de las Indias. En 1635 seguía en su doctrina de San Miguel de Chimbo, ejerciendo además los cargos de Vicario superintendente de los de aquella provincia, Comisario del Santo Oficio y de la Santa Hermandad, y esta vez era el presidente de la Audiencia el que lo recomendaba para alguna prebenda. Cevallos había escrito al presidente Antonio de Morga, para que le hiciese la merced de escribir al licenciado Diego de Cevallos, su tío, primo hermano de su madre, que estaba en el Consejo de Ordenes, y le informase de sus créditos y honradez de su persona, para que así dicho don Diego tuviese argumentos con los que poder recomendarlo con el fin de que se le concediese alguna dignidad o 3 prebenda . La recomendación de su tío 3
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AGI. Quito 12,R.2,N.14
surtiría efecto, pues veremos cómo en 1638, estando de cura en Azancoto era promovido a una de las canonjías de la catedral de Quito.4
mún, debo con más atención proponer a Vuestra Majestad los de mayor talento y capacidad para este oficio, lo cual digo porque a petición de algunos que son virtuosos he escrito a Vuestra Majestad informes en abono y buen crédito de su virtud, y es muy diferente cosa tenerlas o hallarse con la capacidad necesaria para los aciertos que son debidos en la iglesia”
En el mes de febrero de 1647, quince días antes de partir de Quito el obispo Pedro de Oviedo, que pasaba como obispo a la diócesis de Charcas, daba cuenta al rey de los méritos del cabildo eclesiástico que quedaba en esa iglesia gobernando la sede vacante, y avisaba en su misiva que don Miguel Sánchez Solmirón, que por su santidad y virtud era digno deán de esa iglesia, había muerto el 27 de enero de ese año, de lo que daba cuenta para que proveyese su plaza en la persona que fuese más conveniente para ella, “porque realmente por la experiencia que tengo del gobierno y disposición del que es deán, como cabeza de todos los prebendados depende la paz del bien co-
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Y proponía una serie de eclesiásticos, que según su parecer, podrían ocupar la vacante. Entre ellos se encontraba el doctor don Álvaro de Cevallos Bohórquez, maestrescuela de esa catedral, y comisario de la Santa Cruzada, del que decía era persona muy noble y muy virtuosa, de gran capacidad y talento, al que se le podía conceder mayores puestos, que fue en quien finalmente se proveyó dicha plaza5.
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AGI. Quito 51,N.43
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AGI. Quito 77,N.70