Hablemos del Programa Cinturón Verde Metropolitano en Medellín

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CINTURÓN VERDE METROPOLITANO Respuestas a las preguntas formuladas por el programa de formación de opinión pública “Hablemos de Medellín” de COMFENALCO Antioquia. Hablemos del Programa Cinturón Verde Metropolitano en Medellín, del jueves 26 de septiembre. Respuesta: En el territorio rural-campesino de Medellín y del Valle de Aburrá ya existe lo que la administración municipal busca con el Cinturón Verde Metropolitano y el Jardín Circunvalar, lo que falta es protección del territorio rural - campesino, legalización de la propiedad, fortalecer y proteger la economía y la vida campesina. Por Héctor Manuel Lugo A Corporación ecológica y Cultural penca de Sábila Para tener presente, antes de comenzar: Según la empresa de desarrollo urbano EDU El Cinturón Verde Metropolitano, es una estrategia de planificación y de intervención integral de largo plazo, para controlar la expansión y consolidar un territorio equilibrado y equitativo en la zona de encuentro entre lo urbano y lo rural, mediante la sumatoria de programas y proyectos de la Alcaldía de Medellín y de los Municipios que conforman el Área Metropolitana del Valle de Aburra. Y el Jardín Circunvalar de Medellín, es una estrategia de intervención integral del hábitat de corto y mediano plazo, en el marco de Cinturón Verde Metropolitano, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Medellín. 1. PROBLEMÁTICA Y CONTEXTO 

¿De qué manera se atenderá y se prevendrá la ocupación informal y la especulación inmobiliaria en los bordes y laderas de la ciudad, en el marco del programa Cinturón Verde Metropolitano?

Hay que partir de reconocer por una parte, que el problema de la ocupación informal de las laderas es un problema estructural que el Estado y la municipalidad no han querido atender y que la institucionalidad de la planeación y el ordenamiento de la ciudad han sido incapaces de 1


encontrar alternativas innovadoras para ello; son mal contadas entre 4.500 y 5.000 viviendas al año que se requieren para dar solución a las familias que llegan a la ciudad, provenientes, como se ha visto en estos días, de un campo que históricamente adolece de atención por parte del Estado. De otra parte, la municipalidad en su falta de continuidad de políticas debido a que los gobiernos de turno quieren imponer improntas en el territorio a cualquier precio, desvían o desatienden los acuerdos que a largo o mediano plazo se plasman en instrumentos de ordenamiento de la ciudad, como los planes locales o el POT por ejemplo, razón por la cual entre otras cosas y sin temor a equivocarnos no se ha ejecutado el 20% de lo que estaba previsto en el POT inicial de 1999 y en los posteriores ajustes que conocemos hasta el día de hoy. Hemos aprendido a hacer ciudad, es cierto, pero para no más del 30 % de la población de Medellín, para el restante 70 %, incluyendo el territorio rural-campesino, no se ha hecho ciudad, lo poco que existe en el campo y las laderas de la ciudad lo han hecho las comunidades populares y campesinas con sus propias manos y muchas de estas comunidades son informales porque el Estado así lo quiere. Hace más de 20 años el PRIMED1 (Programa Integral de Mejoramiento de Barrios Informales, para dos fases: 1.993-1997, 1.998 - 2003 según decreto 478 de 1998) estableció una política que a nuestro modo de ver atendía esta problemática de los asentamientos informales, o de asentamientos en zonas de alto riesgo, su propuesta era la implementar políticas que ordenaran lo que todo mundo sabía que inexorablemente iba a pasar: las laderas y los suelos de alto riesgo se densificarían. Las cifras así lo constatan, para el año 2003 se proyectaba una población de 300.000 habitantes en asentamientos subnormales, eran 87 asentamientos en el año 1999 y actualmente según lo anuncia la administración municipal superan los 130. Por estas circunstancias en 1993 se concibió un plan para su manejo que proponía reubicación, mejoramiento o consolidación barrial en donde fuera posible, y como quedaban terrenos baldíos por la reubicación y estos terrenos eran considerados de alto riesgo, se consideraba una intervención innovadora que transformara el sector en oportunidad de espacio público, recreación o paisaje. En ese entonces como ahora se requería para estos asentamientos: superación de las condiciones de pobreza con el mejoramiento de viviendas, legalización de escrituras, recuperación y estabilidad de terrenos, recuperación de microcuencas, incremento de los índices de coberturas de acueducto y alcantarillado, infraestructura peatonal, equipamientos sociales, educativos, recreativos y de salud, así como incremento del espacio público y la infraestructura vial. Y claro, generación de empleo con el desarrollo de obras, y no propiamente poniendo adoquines, sino participando integralmente en la fabricación de hábitat e infraestructura.

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Según el PRIMED “En 1993 había en Medellín 70 asentamientos subnormales, 87 en 1997 y actualmente 104 ubicados en ocho sectores que albergan 12% de las viviendas de la ciudad (21.000 aproximadamente). En 1997 estos barrios albergaban unas 250.000 personas (14% de la población total) con una proyección al 2003 de 300.000 personas en bajas condiciones de habitabilidad, pues todos mostraban características deficitarias con respecto a la vivienda, los equipamientos comunitarios, los servicios públicos y sociales, además de los promedios más altos de muertes violentas, la primera causa de mortalidad en toda la ciudad (24,7%)”. Programa Integral de Mejoramiento de Barrios Subnormales, –Primed–. Medellín, Antioquia. En e x p e r i e n c i a s m á s e x i t o s a s de 1 9 9 9.

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Pero este manejo requería de gestión, regulación y control al largo plazo, lo que parece que es prácticamente imposible en estructuras administrativas tan jóvenes e imperfectas como las de esta ciudad. Esto lo traigo a colación para evidenciar 2 aspectos: de una parte los requerimientos en las laderas están lejos de ser las que ofrece el cinturón verde, y de otra porque esta alternativa del cinturón verde se ha promovido como una alternativa innovadora para frenar la expansión urbana en las laderas de la ciudad, lo que genera muchas dudas, pues es sabido por cualquier persona, urbanista o no, que la disposición de vías y equipamientos en algún lugar son generadores de mayor densidad urbana, esta alternativa que lleva más de 20 años en discusión nunca ha sido bien valorada. Para evitar esta densificación metros arriba del cinturón se requiere de capacidad de regulación y control urbano, y es evidente que en Medellín no existe esta capacidad, y con seguridad ni con las bases militares que se han propuesto esto sería posible. Entonces, por este lado la plática se perdería. Lo que si se requiere y la comunidad en oposición al cinturón verde lo ha expresado, es un proceso de consolidación de los barrios que han esperado por más de 15 años, muchos por más de 30 años, que esta ciudad los acoja y los deje de tratar como zonas marginales. Las familias que viven en zonas de alto riesgo también están en espera de que se les ofrezcan alternativas. Como dice alguien de la comunidad “con esto del cinturón verde o jardín circunvalar de todo se ha hablado pero de mi casita (mi hogar en donde vivo) nada se ha dicho”. Para hacer esto solo hay que seguir los intereses de la comunidad, los planes de desarrollo local y las directrices del POT. Se puede afirmar que el jardín circunvalar no pondrá fin a la especulación inmobiliaria, y que el gobierno no quiere regular y controlar la expansión incontrolada de la ciudad, altos de calazans, el poblado, ciudadela de occidente, los limonares, Belén Rincón, los bordes en San Cristóbal, San Antonio de Prado y Altavista así lo demuestran. 

¿Cuál es el modelo y enfoque de intervención urbanístico, ambiental y social del programa Cinturón Verde Metropolitano?

El cinturón verde deja pues planteado para la ciudad, del lado del cinturón, la incapacidad de controlar y ordenar la expansión urbana, y aunque la EDU insista que no quiere hacer un muro de contención si requiere de un cinturón. ¿Por qué es que en esta ciudad a cambio de ordenar lo que se sabe que vendrá, se elige la prohibición que nunca funciona y nos hacen perder recursos y tiempo en policía, cárceles, juzgados y planes que no funcionan?. Del lado del verde urbano, el proyecto del cinturón verde, vuelve e insiste en reducir el asunto de la ecología urbana y del medio ambiente, a un programa de siembra de árboles, olvidando que la sostenibilidad y el desarrollo humano sostenible es ante todo humano, y más aún cuando se trata de comunidades que han carecido de todo históricamente; mujeres y hombres que viven en las laderas requieren los beneficios que esta, su ciudad posee.

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Los aportes a la ecología urbana solo se lograrán con el manejo integral del suelo, las aguas, la flora, la fauna y la biodiversidad, con el bienestar ecológico de la ciudad, lo que incluye cuerpos saludables. Lo ha planteado el actual POT como eje estructurante, imponiendo una responsabilidad de la propiedad privada y del Estado con el entorno natural y el ambiente, con las fuentes de agua, la alimentación y el bienestar de la base orgánica que habita la ciudad. Esto se logra entre otras restituyendo y recuperando la base natural que ha sido característica históricamente de este Valle de Aburrá y del trópico húmedo, con salud y con bienestar social y ecológico. Ese es el verde urbano que reclama la sostenibilidad ecológica y ambiental, restitución de la base natural para consolidar el lugar, para tejer los lugares, y no pinos y eucaliptos que solo son producción de madera y celulosa para papel. Los pinos y eucaliptos no aportan a la singularidad de esta ciudad que es ante todo de la bio - diversidad, lo que esperamos es recuperarla a través de conectar la biodiversidad por la red de quebradas, incluyendo el río Medellín, con más y nuevas áreas verdes en los lugares, en los barrios quiero decir, con control ambiental del transporte, la industria y el comercio, con disminución de la movilidad privada y el ofrecimiento de más y mejor transporte público eléctrico, etc. Particularmente creo que los jardines son una buena alternativa, es más los considero imprescindibles en la recuperación de la ecología urbana, pues aportan feminidad a la ciudad, pero los prefiero ligados al lugar y no como jardín circunvalar. La ecología urbana, mirándola respetuosamente, es parte de los hilos con los que se teje la ciudad, es conectividad y continuidad de lugares, es consolidación barrial y de espacio público, pero más profundamente es consolidación de una ciudad singular de y para la bio - diversidad. En materia ambiental, lo que remite a un medio ambiente sano y a la disminución del impacto ambiental que genera la degradación de energía que hace la ciudad con sus maquinas, los vehículos, la industria y el comercio, a la disminución del impacto ambiental que genera el consumo al contaminar todas las aguas y al generar residuos incluidos los peligrosos, al calentamiento global y la extinción de especies, etc. , definitivamente el Cinturón Verde Metropolitano, tal y como nos lo han anunciado, poco aporta en materia ambiental y al bienestar ecológico. La necesidad de ecología urbana y tratamiento ambiental de la ciudad sobrepasa con creces la perspectiva de la captación de carbono con pinos y eucaliptos, del reciclaje y de los ahorros pocos significativos de energía y agua que promueve la administración municipal para los estratos 1 y 2 de la ciudad, deteniéndonos un poco para pensarlo bien, ante estos programas de reciclaje y ahorros de energía me parece que no es un error ecológico asegurar que los habitantes de las laderas requieren de consumo, pues no tienen nada que desperdiciar. Quitando los jardines, pinos y uno que otro mirador, el cinturón verde o el jardín circunvalar, solo será un andén de adoquines que conectará las residencias – cajones y las bases militares que se proyectan construir: las residencias – cajones las hará la inmobiliaria con 217.800 millones y la administración gastará $ 322.395 millones de pesos de nuestros impuestos en el andén

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circunvalar, son en total $ 540.000 millones2, de los cuales el 40 % será en vivienda, el 30 % en infraestructura y movilidad, el 10 % en medio ambiente y quebradas, 10 % en equipamientos educativos, y el resto 10 % en cultura y deportes. 217.800 millones serán para la inmobiliaria, el resto: $ 322.395 millones para desarrollo de hábitat, es decir para suplir la carga que genera el desarrollo de vivienda. De nuevo el beneficio será para la inmobiliaria y la carga para nuestros impuestos. La plusvalía será nuevamente de la inmobiliaria, pues ella será quien aproveche la especulación de suelo que se generará metros arriba y metros abajo del andén circunvalar. De nuevo la ciudad seguirá siendo parasitada por la inmobiliaria urbana. Según lo ha informado la EDU, de este macroproyecto eran 136.398 millones para invertir en el 2013, y hasta el 8 de julio de 2013 sólo se habían desembolsado 14.000 millones, tan solo el 10 % de lo que se esperaba invertir en el 2013. Qué pasará con esta plática de nuestros impuestos que hasta ahora sólo es una partida sin destinación clara, sin resultados, sin responsabilidad administrativa que garantice el buen uso de los sagrados dineros públicos?, hasta ahora tan solo el 30 % de los recursos del macro – proyecto tienen destinación específica, y de esta destinación no se tienen definidos los resultados para el 100 % de la inversión. Dada esta situación y como hasta ahora poco se ha definido de lo que hará el macro - proyecto, una líder comunitaria de las comunas expresa que este es un “Mago-proyecto”, haciendo un símil con el mago que saca cosas de un sombrero según se le antoje al mago…y un conejo puede ser lo que saque esta vez, pues de cinturón pasamos a jardín y el mono -riel que se ofreció en un inicio es ya una fantasía. 

¿Cómo se articulara el programa Cinturón Verde Metropolitano, el proyecto Jardín Circunvalar y con los Planes de desarrollo local y Corregimental en Medellín?

Dando una mirada rápida a los planes locales de las comunas y zonas de las laderas de Medellín, a los planes participativos de los corregimientos de San Antonio de Prado, San Cristóbal, San Sebastián de Palmitas y Santa Elena, se puede afirmar que el macroproyecto del Cinturón Verde Metropolitano y del Jardín Circunvalar no han integrado los planes de desarrollo local de los Barrios y corregimientos que serán afectados con el macro proyecto, tampoco contienen de manera integral los POT de los diferentes municipios del Valle de Aburrá, y no consultan las necesidades de la comunidad, por esto la comunidad reclama: quiere saber qué, cómo, cuánto, en dónde, se hará este macroproyecto, que población será desplazada, reubicada o qué pasará con su informalidad, si entregan su vivienda a cambio de qué alternativa, si van a comprar viviendas o terrenos a como tasarán el metro cuadrado, o cual será el alto costo de impuestos 5 años después del proyecto. A la comunidad se le ha mostrado una intención de proyecto, pero no se ha hecho una consulta libre y bien informada. La administración municipal se ha parado en el borde de ciudad y se ha proyectado hacia metros arriba del cinturón verde, de espaldas a los barrios populares y pasando por encima del territorio rural-campesino del municipio de Medellín, ahora trata de convencer a las administraciones de los 9 municipios del Área Metropolitana que hagan lo mismo. El cinturón verde es una zona de 2

Las cifras que aquí se presentan son entregadas por la EDU en la exposición del 8 de Julio del año 2013 en el Concejo de Medellín.

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encuentro entre lo urbano y lo rural según se expresa en el objetivo del proyecto, y será para cultivar: Urbanismo cívico pedagógico, medio ambiente, hábitat integral, empleo, deporte y seguridad, movilidad, ruta de campeones, transporte limpio, en fin para cultivar, pero aunque no lo crean realmente los y las cultivadoras, los campesinos y las campesinas que viven metros abajo y metros arriba del jardín circunvalar, quedan por fuera del proyecto, pues el mago - proyecto no mira con responsabilidad lo urbano y no toca lo rural. Quedan por fuera del proyecto 6.000 Has, 43 veredas y aproximadamente 50.000 personas campesinas de Medellín, y 22.000 Has y aproximadamente 200.000 personas campesinas del Valle de Aburrá. El territorio rural-campesino de nuevo será olvidado. Reitero, entre el borde de ciudad y el borde inferior del territorio ambiental existen mal contadas 22.000 Has en territorio rural-campesino que albergan 50.000 personas en Medellín y 200.000 personas campesinas en el Valle de Aburrá. La comunidad campesina y de los corregimientos se extraña ante este proyecto, y con razón, lo que se busca con el cinturón verde ya existe en el territorio rural-campesino de los corregimientos de Medellín y de los municipios del Valle de Aburrá, en estos territorios se puede encontrar producción de alimentos para la ciudad, servicios ambientales en agua, aire limpio, fauna y flora, hábitat tradicionalmente rural campesino y por tanto paisaje, patrimonio cultural y espacio público para la ciudad, hábitat propio para el ecoturismo, y sobre todo gentes campesinas que viven y saben de su economía campesina. Estas gentes campesinas saben generarse su propio empleo y cuentan con patrimonio familiar; sus fincas campesinas de entre 0 y 5 hectáreas. Con seguridad este hábitat bien consolidado y protegido sería más eficaz en el control de expansión urbana que el Jardín Circunvalar.

Esta riqueza social, cultural, económica, ambiental y de hábitat, que genera la vida campesina está en riesgo de desaparecer, y para su conservación tan solo requieren de protección y 6


compensación por lo que tienen, saben y hacen, y que se traduce en producción de alimentos, servicios ambientales y hábitat para la ciudad. Para su protección se requiere de dos alternativas que quedaron pendientes en los 12 años de ejecución del actual POT y en los planes de gobierno de las anteriores administraciones municipales: de un lado reconocer la existencia y asegurar la protección del territorio rural-campesino, escoger una figura de las que están propuestas en la Constitución Nacional que permita proteger el Hábitat rural-campesino, bien sea reserva campesina, Distrito Agrario, microrregión de tratamiento especial, microrregión con uso prioritario del suelo, Patrimonio cultural ETC. De otra parte se requiere recoger recursos de impuestos ambientales, de los generados en la comercialización de alimentos y de los disponibles para salud, educación, cultura etc., y revertirlos como compensación para el Desarrollo rural-campesino. Esto es en fortalecimiento de la Unidad Agrícola Familiar, finca campesina; en protección y apoyo de la economía campesina; en mejoramiento de la calidad de vida; y en consolidación del hábitat rural-campesino. Estos 4 aspectos permitirían consolidar una microrregión rural-campesino para Medellín y el Valle de Aburrá que sería mucho más efectiva para los propósitos que se han definido en el Cinturón Verde Metropolitano y el Jardín Circunvalar. Los recursos para lograrlo en Medellín, haciendo las cuentas que propuso la Universidad Nacional en el Plan de Desarrollo Rural Sostenible para Medellín3, no superan los 250.000 millones, la mitad de lo considerado en el Jardín Circunvalar. Este Plan, el Plan Eco y más de 20 planes que ha contratado la misma administración municipal demuestran que es más barato consolidar el territorio rural - campesino y más efectivo en ciudad sostenible que lo que se ha propuesto en el Jardín Circunvalar. En resumen para este punto, si el macroproyecto recogiera los planes de desarrollo local de los corregimientos, de las comunas y zonas de Medellín, así como las directrices y proyectos del POT, el tratamiento en los bordes de ciudad implicaría la consolidación de los barrios con políticas de mejoramiento de hábitat, vivienda y movilidad hacia el centro de la ciudad, proyectos para recuperar y consolidar barrios subnormales y proyectos para reubicar barrios que se han desarrollad en zonas de alto riesgo no recuperables. De otra parte implicaría la consolidación del territorio rural-campesino, la economía y la vida campesina. Así se lograría consolidar los bordes de ciudad con bienestar social, innovación, ordenamiento territorial y control a la expansión urbana en las laderas de la ciudad. Y Por último así se haría integración de campo y ciudad. En el territorio rural-campesino del Valle de Aburrá ya existe lo que la administración municipal busca con el Cinturón Circunvalar. Hector Manuel Lugo A Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila

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Plan de Desarrollo Rural Sostenible. Y reconocimiento y valoración de la ruralidad de Medellín. Luis Carlos Quintero Ruiz, coordinador técnico. Estudio elaborado por La Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, en convenio con la Alcaldía de Medellín. Medellín, Junio de 2011.

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