PETER
EL CANGREJITO VALIENTE
LIBRETA PARA COLOREAR
DIRECTIVOS Y COORDINADORES CORALINA Director General
Elaboración de Texto
Subdirector de Mares y Costas
Diseño y diagramación
Subdirectora Jurídica
Revisión
Arne Britton González
Gilberto Antonio Myles Steel Joumaima Romero Barrios
Subdirector de Calidad y Ordenamiento Ambiental Dayana Mitchell Celis
Subdirector de Planeación y Desarrollo Institucional Rixcie Delano Newball Stephens
Coordinadora Grupo Providencia Asilvina Pomare Lever
Coordinadora Educación Ambiental Claudia Marcela Delgado
Secretario General
Quincy Alberto Bowie Gordon
Jefe de Control Interno Alvaro Madrid Guerra
Benett Biscaino
Dianira Calderon Lung
Claudia Aguilera Neira y Elizabeth Taylor
Ilustración
Ariadna Veléz Delgado
Peter Black Crab era un hermoso y joven cangrejito negro que vivía en el monte con su familia. Él y sus amigos, comían coco, mango y hojas también. Su vida era muy bella.
Por las noches veía las estrellas, mientras mamá bajaba al mar, para sus huevitos lavar. Siii, escuchaste bien, sus huevitos tenía que ir al mar a lavar, porque, así la vida para los cangrejitos debe iniciar.
Mamá y papá escogían las noches de luna llena para salir de sus madrigueras y bajar al mar. Caminaban desde el bosque pero en su recorrido, muchos peligros tenían que enfrentar.
Al cruzar la calle, papá y mamá llena de huevitos, muchos cuidados debían tener, para evitar que una moto o un carro los pudieran atropellar. Sería muy triste pues de esa forma morirían no sólo ellos, sino los miles de cangrejitos que estaban por nacer.
Además, debían enfrentar a aquellos hombres que de noche los salían a coger, y que no tenían cuidado de si huevitos cargaban, sino que cada cangrejo que veían, a su saco echaban.
La tala y que quema del Bosque Seco Tropical propio de las islas, era otra amenaza, porque el voraz fuego destruía su casa. Que peligroso era ser un cangrejo negro, pequeñito e indefenso en un lugar tan inmenso: carros, motos, hombres, fuego, todos juntos podrían acabar con toda la especie.
Cansado y triste por todo esto, Peter decidió un buen día: “haremos algo para resolverlo”, dijo con fuerza, porque muchas cangrejas y cangrejos habían salido al mar, pero nunca volvieron.
Muy decidido, una gran protesta organizó para levantar su voz, contra todo lo que casi la desaparición de su especie causó.
Entonces los cangrejos dejaron de salir, permanecieron escondidos, los cazadores se iban con sus sacos vacíos, ya nadie los veía, y los comenzaron a extrañar.
Fue en ese momento que Peter decidió a la gente enfrentar. Salió muy temprano a un terreno cercano y a un hombre sorprendió, subiendo por su mano.
El hombre asustado y también maravillado, con lágrimas en sus ojos exclamó: “¿dónde habías estado, hace mucho que no vemos ni a un sólo cangrejo, pensábamos que de ésta tierra todos ustedes se habían escapado”.
Peter con tono muy serio al hombre contestó: “si no nos dejan reproducir, pronto nos vamos a extinguir”.
-¿Qué quieres que haga?-, dijo el hombre desesperado.
Que nos cuiden, no nos atropellen, que el bosque no quemen y que a las cangrejas al mar llegar dejen. -Así lo haremos amigo, porque hoy reconocemos que por nuestra inconciencia, por poco los perdemos. Voy a declarar la veda y prometemos, que desde abril hasta julio, no los tocaremos-. El hombre reunió a todos y les contó lo acordado con Peter Black Crab. Por eso, desde entonces, cada año hay veda, pues si queremos cuidar la especie, debemos hacer una tregua. Hoy Peter Black es muy admirado, pues con su valentía, a su especie ha salvado.
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