HISTORIA DEL ARTE EN LA REGIÓN DE ANTOFAGASTA
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DEL ARTE RUPESTRE AL SIGLO XXI
WALDO VALENZUELA MATURANA
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SERGIO GAYTÁN M. EDITOR
Hermano de todos los pinceles “Conocí a Waldo Valenzuela en circunstancias completamente de novela. Iba en el recordado Vagón Cultural de la U. de Chile… cuyo servicio se pensó únicamente para el Norte, en 1951, cuando, hallándonos en Ovalle, alguien me informó sobre un adolescente que pintaba. No dudé en tratar de conocerlo. Tampoco, demoré en hallarme delante de un muchacho que, apasionadamente, hablaba de Pintura y de sus pinturas. Creí en Waldo Valenzuela. Tercer Waldo para la historia de nuestra plástica: Waldo Parraguez, de genio indudable, prematuramente fallecido; y Waldo Vila, cuyas excelencias iban de lo chileno a lo abstracto, con iguales donaires. Pasaron los años y el azar lo trajo a la U. del Norte, donde ha sido una especie de gran hermano de todos los pinceles y todas las esperanzas que, ahí, se incuban, ansiosas de expresión. De la Tierra al Hombre. Y del Hombre a Jesús. Éste es su rumbo. Artista consciente de los deberes del hombre, no esquiva denuncias. Y no las esquiva, porque sabe que dentro de sus ímpetus de arte, cabe la gota pura del Amor, que ilumina, exalta y redime”. Linterna de Papel. Waldo Valenzuela / 1979 El Mercurio, Antofagasta, noviembre 24, 1979.
“No somos, solamente, cobre, salitre y mar, porque sus pintores han enriquecido esta tierra, brindándole dones de su espíritu, vibrante en la gracia de la forma y el encantamiento del color”. Andrés Sabella
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Dedicado a mi esposa Ulda Miranda Molina, que en febrero de 1975, buscó hasta encontrarme.
Registro de Propiedad Intelectual N° 123.567 I.S.B.N. 978-956-00000654321 © Waldo Valenzuela Maturana Proyecto la edición: SGM Corporación Pro Antofagasta Chile Primera edición, Octubre, 2018 Diseño portada y montaje William H. Braña P. Ideavisual SPA Fotografías: Museo Andrés Sabella Pinacoteca UC del Norte Sala Chela Lira, UC del Norte Jaime Alvarado García Patricio Espejo Leupin Andrés Gutiérrez Ottorino Ovalle Ortiz Claudio Pérez Cristian Rojas Ossandón Laboratorio fotográfico Federico Welder Impreso en Ñopqr Stuvwkyz Impreso en Chile / Printed in Chile
Dios es llamado Creador –poietes– porque hizo surgir un mundo de la nada. También al hombre se le denomina “poeta”, cuando logra –con los elementos que el mundo le brinda– crear algo nuevo, inédito. “Sobre una nueva tela, yo busco algo nuevo”. Vincent Van Gogh ha cristalizado en esta frase el sueño de todo artista. “El Museo –agrega Malraux en las “Las voces del Silencio”– es uno de los sitios que da la más alta idea del hombre. Esas obras son la conciencia de una búsqueda apasionada, de una re–creación del universo frente a la creación”. Es esta re–creación del universo hecha por el hombre la que trataremos de analizar. “Imagen y Semejanza” de Dios, a su imagen y semejanza habrá de crear. “No hay Arte ateo, prosigue Gabriela Mistral en su Decálogo del Artista: aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza”. Etienne Gilson en Pintura y Realidad confirma: Si el objeto próximo del arte es hacer que ciertos seres nuevos existan… el artista es la más alta imagen del Dios creador, precisamente en tanto que creador. José Donoso Phillips S. J.
… una sabiduría divina, misteriosa, escondida… (1 Corintios 2,7) Edición: Universidad Alberto Hurtado Universidad Católica del Norte.
Todo el que ahonde en los tesoros escondidos de su arte, es un envidiable colaborador en la construcción de la pirámide espiritual que un día llegará hasta el cielo. DE LO ESPIRITUAL EN EL ARTE Vasili Kandinsky
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ÍNDICE Trazos gruesos para esta obra Carlos Tarragó Cardonne Palabras de un amigo en el tiempo Claudio di Girólamo Carlini Arte en la Región de Antofagasta: Inicios, fracturas y desarrollo Antes de las universidades fue el Arte
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INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I Substrato ancestral Arte Rupestre Atacameño Cerca de 13.000 años Camélidos andinos, tema central Petroglifos informalistas o no figurativos Petroglifos abstractos de Punta Negra, Taltal Petroglifos y rutas caravaneras Geoglifos de Chug–Chug Tabletas de San Pedro de Atacama y el uso de alucinógenos Arte y shamanismo El Hieratismo Sacral en las tabletas de San Pedro Petroglifos, acción mágica y/o shamánica Pictografías o pinturas de Taira, Yalquincha, Cueva de San Lorenzo, Quebrada de El Médano, e Izquña, Taltal Pictografías o pinturas de Taira Pinturas en Yalquincha Calartoco Pictografías atacameñas de la Cueva de San Lorenzo Pictografías de El Médano Sitio de Punta de Plata Sitio de Loreto Tierra del Moro Quebrada de San Ramón Sitio de Caleta Buena Sitio Plaza de los Indios Pinturas de Izcuña Petroglifos de Gatico Proceso de sedentarización: Cerámica, cestería y textiles Hace 3.500 años Cerámica Cestería Textiles Color en el arte amerindio Tejedoras de Topáter Arquitectura: El pukará de Quitor Arquitectura de Tulor Influjo Tiwanaku e Inca Hace 1.450 años Joyas Precolombinas en 1976 El Tawantisuyo o Imperio Inka Despertando del sueño
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30 PROPUESTA Arte del Periodo Colonial Hace 400 años Arquitectura del Templo Católico Obras pictóricas coloniales Restauración iglesia de San Pedro de Atacama Patrimonio religioso en Chile Su valoración: un proceso en desarrollo Cristos tallados y hallados en el tronco de un árbol El Cristo del siglo XVI, en el descampado de Atacama El Cristo de Limache El Cristo de Chacabuco Raíces de la Religiosidad Popular Danzas promesantes e influjo en la Pintura Antofagastina contemporánea Siglo XIX: Dibujantes de las expediciones científicas y el influjo de la Pintura Francesa Dibujos del naturalista Alcides Dessalines D’Orbigny (1802 – 1857) y del pintor Mauricio (Johan Moriz) Rugendas (1802 – 1858). CAPÍTULO II CAPÍTULO III Siglo XX: El Arte Latinoamericano asume su tradición Pre Hispánica Precursores de la Pintura Antofagastina Proceso fundacional Pintando y sembrando en el desierto Influjo del Impresionismo y del Post Impresionismo francés César Soto Moraga Sixto Rojas, el pintor de las salitreras Miguel Gormaz V. Nicolás González Mario Bonat Theo Goldacci, pintor y fotógrafo Julio Hermosilla Lily Vásquez Raúl Finsterbuch Labarca Humberto Palma Díaz Artistas nortinos y dibujantes gráficos en Santiago Pedro Reszka Lily Garafulic Cayetano Gutiérrez Valencia, Zayde Rafael Alberto López Arturo Valenzuela Percy Eaglehurst Lugoze, Luis Goyenechea Zegarra Palooka, Jorge Silva Quezada Carso. Carlos Sotomayor Karlo, Carlos Fernández Vitrales de la Iglesia Catedral San José, Antofagasta PROPUESTA Fundación Pintura Sociedad de Bellas Artes
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y Sala de Exposiciones de la I. Municipalidad Protagonistas principales Chela Lira Osvaldo Ventura Nicolás Pérez, dibujante Alejandro Galetovic Sala de exposiciones “Van Gogh” Dr. Abraham Cuchacovic Carlos Contreras, arquitecto y pintor Jorge Court Mook, el Capitán Court Raúl Campaña, fotógrafo y pintor Fernando Morrás Sancho Juan Francisco González, Huelén El pintor holandés que vivió con los monos Luis Lira, arquitecto y dibujante Marta Zúñiga Arturo Ramírez Alejandro Cuéllar Humberto Loredo, hombre de radio y pintor CAPÍTULO IV CAPÍTULO V Década del ‘60: Época de Oro de la Plástica Antofagastina Escuelas Universitarias de Arte Academia de Bellas Artes y Depto. de Artes Visuales. U. del Norte Waldo Valenzuela Maturana Osvaldo Thiers Iván Lamberg Luis Araneda Ronald Clunes Emilio Miguel Eduardo Muñoz Gregorio Trincado Ramón Ibarra Laval y Alicia Valenzuela Varas Raquel Bravo Secundino Carrizo Vanessa Inglez Brown Danitza Vrsalovic Andrés Sabella, dibujante, cronista y protagonista de la Plástica Antofagastina CAPÍTULO VI PROPUESTA Padre José Donoso Phillips, S. J. Ex Alumnos de la Academia de Bellas Artes y del Depto. de Artes Visuales, U. Del Norte Pedro Miranda y Jorge Flores Pedro Miranda Ronald Clunes María Iratchet del Hoyo Alfonso Medina Joaquín Contreras Juan Salva Avelino Sanhueza Hamen
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Jaime Cabrera Pedro Quiquincha, diseñador y pintor Juan Prado Santander, pintor y retratista Max Véliz González, pintor, escultor y grabador Hugo Salazar Yasna Fertilio Mireya Gordo, acuarelista Edith Medel Uberlinda López María Cristina Martínez Beatriz Arce Claudio Arce Aguirre Marcela Ortega Orlandini Germán Morales Jofré Carlos Troncoso Cicardini Hugo León Morales, escultor Luis Navarro, fotógrafo Manuel Escobar Catálogo del Depto. de Artes Visuales. Promoción 1969. Ricardo Cocca Pasalacqua. Modelos de la Academia de Bellas Artes y del Depto. de Artes Visuales de la U. del Norte. Depto. de Arte. U. de Chile. Sede Antofagasta Artistas Plásticos, U. de Chile Osvaldo Silva Castellon Juan Hernando León Poesía Visual de Guillermo Deisler Teresa Montiel Margarita Pellegrin El escultor René Espíndola Morales Jaime Salazar Eduardo Muñoz Jaime Valenzuela Ex alumnos del Depto. de Arte, U. de Chile. Antofagasta Graciela Ramos Juan Flores Larama PROPUESTA Bladys Monardes Luisa Tobar Branko Marinov Juan Lafuente Gómez Víctor Carvacho Iván Lamberg La pintura de Osvaldo Thiers Ramón Ibarra y Alicia Valenzuela Manuel Duran Díaz CAPÍTULO VII Catálogo Pinacoteca de UC del Norte Primer Encuentro de Pintores y Escultores del Norte, 1961 El contexto Histórico Ancestral a) El Arte Atacameño ya poseía un museo b) Vigencia del gran legado hispano
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Creación de la Pinacoteca de la U. del Norte (1964) Donación de Iván Lamberg Pintura de los ‘60 en la Pinacoteca Artistas invitados en los sesenta Premios Nacionales de Arte en la Pinacoteca Colección Unesco: Reproducciones de acuarelas de los Grandes Maestros Donación obra gráfica y pictórica de Jorge Flores Navea Donación de la Fundación Andes: la Colección Arte Joven Ahora Pintura, gráfica y escultura Donación de Felipe Rillón Fontaine. Artistas Regionales Adquisiciones Salón de Mayo y la legendaria Sala Ercilla Salón de Mayo en el tiempo Primer Salón de Pintores y Escultores del Norte Nace el Salón de Mayo, 1965 Muerte y resurrección del Salón de Mayo Sala de Exposiciones de Librería Norte Libros Cinco sacerdotes pintores El Padre Mario Vergara, Sacerdote Jesuita Pinturas del Padre Gustavo Le Paige Pintura expresionista del padre Antoine Kniebily Renato Hasche S. J. y la decoración de la Capilla circular de la UCN Padre Carlos Hallet, S. J. y sus acuarelas La legendaria Sala Ercilla Camilo Mori, en Antofagasta Bellas Artes de la U. del Norte Juana Lecaros Izquierdo (1920 – 1993). Ramón Vergara Miguel Venegas y su paso por Antofagasta PROPUESTA Gregorio de la Fuente, pintor y muralista Mauricio de la Carrera Renzo Pecchenino, Lukas en Antofagasta David Maturana Pintura Mural en Antofagasta Fray Pedro Subercaseaux Tomás Roessner Osvaldo Ventura Claudio di Girólamo, pintor, muralista, cineasta y director teatral Carmen Cereceda Pintura mural de Juan Salva y Jaime Cabrera Max Véliz Pedro Quiquincha José Kura Luis Núñez Julio Sepúlveda y su pintura mural Adriana Urbina y sus composiciones murales Arte urbano y callejero, el Grafiti La ruta del Graffiti, Antofagasta Un mural de Marko Franasovic Brigada Ramona Parra, en Antofagasta
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Campamento cuenta con su propia Capilla Sixtina Museo de Arte Público (MAP) La Escultura y escultores nortinos Jorge Tarbuskovic Osvaldo Ventura Luis Araneda Emilio Miguel Harold Krussell Avelino Sanhueza Hugo León Max Véliz William Rivera Gregorio Berchenko, escultor Carlos Troncoso Juan Flores Larama, ceramista y escultor Juan Bravo, artesano y escultor en fierro El escultor en hierro forjado Franklin Berríos Luis Alfaro Agustín Llagostera y sus esculturas del Parque Atacameño Raúl Cuello, escultor Mario Irarrázaval y La mano del desierto PROPUESTA Los ochenta Segunda fractura socio–cultural: El apagón Renovación de la Capilla Universitaria de la UCN Creación del Centro Experimental Artístico “Cristo en el Arte”. Motivación y desarrollo “Salón de la Plástica Antofagastina” Pinacoteca Juvenil del LEA Pintando la Región de Antofagasta Imaginario Juvenil del Lea Ketty Farandato Galería Imagen, de Flor Venegas Jovita Concha Julio Sepúlveda Patricia Hernández David Maturana Pablo Reyes Ettie Rocco Mercedes Baeza Ibar Benavides Luz María Ovalle Los 90 y la Nueva Institucionalidad Cultural Daysi Álvarez Rosario Ayoroa Máximo Álvarez Josefina (Pepa) Barros Armando O’Ryan Isaías Castillo Pamela Chellew Marko Franasovic
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Isabel Fuster Eli González Ana María Garín Verónica Rodríguez Alicia Guzmán María Raquel Guillier Manuel Ossandón Griselda Muñiz Elizabeth Ríos Alexis Díaz Juan Pablo Loo Juan Pablo Díaz Jorge Cabrera CAPÍTULO VIII CAPÍTULO IX PROPUESTA Mónica Jorquera Ana Castillo Atenas Alda Tello Patricio Lamoza Roberto Carrizo María Bernarda Valenzuela Julio Morales Guicela Ovalle Cecilia Fletcher Héctor Garcés Hill María Loreto Bolados Alfonso Medina Leonel Herrera Palacios Colectivos de Arte Apech, Antofagasta Mujeres por el Arte Colectivo “Los del Norte” Colectivo “Se Vende” y Dagmara Wyskiel SE VENDE + Juan Castillo En los umbrales del siglo XXI Nuevos vehículos de expresión en las Artes Visuales Adriana Zwanic Instalaciones Persistentes falencias educaciones y culturales en la Antofagasta de los inicios del siglo XXI y valores emergentes Nuevos Espacios Valores emergentes Macarena Gutiérrez Gebauer Macarena Sharpe Salvador Lauriani Saddy Espinosa Manuel Berríos Eduardo Chávez Marcelo Bordones Jeannette Juárez
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Fabián Mayta Arlete Morales Camila Díaz Juanita Tagle Miranda Línea y color en Lito Navarrete Alejandro García Alberto Vargas y la fascinación del Espacio Andino Marcia Espinosa Chellew Felipe Espinosa Chellew Patricio Chávez Rossel Jorge Witwer CAPÍTULO X PROPUESTA Nelson González Rodrigo Herrera Aguirre Pasaron por el escenario de la Plástica Antofagastina Francisco Medel Franz Reimers Alejandra Reese Alejandro Cerezo El Arte de la Ilustración La ilustración en Antofagasta Dibujona CAPÍTULO XI El mundo de las Artesanías Artesanía en la Región Antigua “Feria de Artes Plásticas del 14 de Febrero” Plan Cordillera Cementerios pampinos Nelly Lemus, La Pacarisca Festival del Folclor Latinoamericano Cristo de Chacabuco Tesoros Vivos San Pedro de Atacama: talleres y mercado artesanal Artesanos urbanos Arte de la Arquitectura Reflexión caminada de un dibujante y pintor Arquitectura en Antofagasta Visión telúrica de la urbe Primeros pobladores Salitreras De espaldas al mar Ciudad larga Estructuras arquitectónicas Templos Edificios educacionales y otros Ciudad universitaria Monumentos históricos Sitios de la Memoria, bajo la sombra de Caín Domos y cúpulas de los observatorios astronómicos El espacio azul de Antofagasta
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Fotografía, dibujando y pintando con la luz Fotógrafos gráficos de la prensa local Rolando Gómez Smith El fotógrafo Illanes Valores jóvenes Luis Navarro Vega Refundación de la fotografía chilena Nora Peña y Lillo, fotógrafa autoral PROPUESTA CAPÍTULO XII Los que se iban quedando fuera Jorge Letelier Núñez Dora Puelma Carlos Pedraza James Smith Ludwig Zeller Susana Wald Sonja Babarovic Denegri Mimi Vinka Marinovic Zlatar Leonel Iribarren Álvarez Tatiana Álamos Adriazola Héctor Marino Meléndez Aquellos que algún día la prensa rescata Guillermo Córdova De los más recientes Osvaldo Torres Al margen CONCLUSIÓN La Roca en el desierto Pintores y Escultores en Antofagasta Víctor Carvacho. Crítico e Historiador del Arte. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte AICA–UNESCO. París. Revista PEC (Política, Economía y Cultura). Santiago, diciembre 2, 1966. Catálogo Exposición: “Los Precursores de la Pintura antofagastina” – Waldo Valenzuela Maturana U. del Norte. Galería “Enrico Bucci”. Septiembre, 1977.Santiago. Sala “Juan Francisco González”. Noviembre 1977. Antofagasta. “El Mar en la Pintura Chilena” – Waldo Valenzuela Maturana Depto. de Artes Visuales. Publicación “El Mar y Antofagasta”. U. del Norte. Dirección de Comunicaciones y Extensión. Depto. de Pesquería. Mayo 1980. Encarnación, Arte y Belleza – Waldo Valenzuela Maturana Cuadernos de Teología. Revista Semestral. Depto. de Teología. UCN. Antofagasta, Chile. Vol. N°2 diciembre 2009. Introducción al Catalogo “63 años de Pintura, Waldo Valenzuela Maturana, 1950 – 2013” Sala de Exposiciones “Chela Lira”. UCN. APÉNDICE Alfarería y arte rupestre atacameño
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Carlos Tarragรณ Cardonne
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Claudio di Girolamo Carlini Palabras de un amigo en el tiempo Un libro valiente y necesario… ¡Tamaña empresa! Abordar una tarea como esta significa una aceptación consciente de poner a prueba amor y constancia durante un largo tiempo y, sobre todo, un compromiso vital con un objetivo claro y fundamental: el de rescatar y traernos de vuelta la obra de tantos y tantas que nos precedieron en el camino azaroso del arte. Significa un reconocimiento a las raíces, dirigir la mirada agradecida a “los y las de antes y de hoy” que mantuvieron la continuidad de la cadena de transmisión de la belleza de generación en generación hasta nuestra cotidianeidad. Es un largo ejercicio de memoria y de reencuentro con el re-cuerdo, escrito así para invocar su raíz semántica del re-cordare de nuestra habla madre latina, que no es otra cosa - nada menos y nada más - que la capacidad que todos y todas tenemos de “poner de nuevo en el corazón” nuestro propio andar por los caminos del mundo…
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Por lo mismo, recuerdo construido en el tiempo, con paciencia enorme, olvidando a conciencia, prejuicios o gustos personales a la hora de elegir nombres, disciplinas, técnicas y estéticas, con una mirada más inclusiva que selectiva, dejando al lector la libertad inalienable del juicio, resistiendo las inevitables presiones externas de apuros la mayoría de las veces ficticios que suelen amenazar el ritmo y el “tempo” del amor y el respeto debidos que exige una investigación de tamaña envergadura. Evitando el ejercicio del “gusto personal” en favor de toda la objetividad posible, virtud esencial de un “historiador” del arte que se respete. Todo lo anterior, por cierto, no le impide a Waldo testimoniar en sus escritos y reflexiones “su” fe cristiana, sin ampulosidad ni afán alguno proselitista ni ejemplificador, sino que con el solo propósito de expresar su agradecimiento por un don recibido, tan importante para él, que ha llegado a ser el eje de su propia visión de mundo y por supuesto del arte, que conforma la base conceptual de sus escritos y sobre todo de su larga y prolifera producción visual. Ya desde las primeras páginas de su “Introducción” que inicia esta extensa obra y que titula como “Encarnación, Arte y Belleza”, Waldo nos plantea su punto de vista muy propio y expone sin vacilar su objetivo de demostrar la indisoluble unión armónica entre la obra artística y la trascendencia espiritual en todas sus manifestaciones. Lo hace a través de una apretada selección de hitos del desarrollo del arte durante el proceso de humanización de nuestra especie. Al interior del progreso de este viaje se multiplican, una tras otra, cantidad y calidad de miradas que nos revelan la multiplicidad de mezclas de las raíces culturales que van nutriendo las estéticas elegidas por cada una y cada uno de los artistas y cultores que dedicaron y dedican su vida al cultivo de las diferentes disciplinas de las artes visuales. El todo, ordenado con esmero y precisión en seis extensos capítulos, presentados y redactados con un lenguaje simple y directo, de manera didáctica, al alcance de todo lector o lectora, niños y niñas, maestros, estudiantes, adultos y ancianos… Se trata de textos pensados para ser entendidos a la primera lectura, sin sombra alguna de “erudición” prefabricada y que permiten su lectura por separado, sin perder la visión del conjunto.
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Por cierto, querido Waldo, mucho más habrá que reflexionar y comentar sobre este trabajo tuyo de expresa intención didáctica, siguiendo tu invitación a transitar desde sus páginas por la ruta que va trazando la presencia en el tiempo del polifacético patrimonio artístico del territorio de tu amada Región, tras el intento de desentrañar las posibles y casi infinitas respuestas a la pregunta clave y definitiva del arte … Querido amigo y hermano Waldo, cuando decidiste iniciar esta maciza obra y fijar como su objetivo-eje el abarcar un arco de tiempo tan amplio como el que transita desde el arte rupestre hasta nuestros días, tuviste la valentía de enfrentarte con el desafío de identificar, conocer y clasificar la variedad e importancia de los lazos que van tejiendo en el tiempo la trama de los caminos que iniciaron nuestros ancestros. Los mismos que hasta hoy siguen siendo los nos permiten conocer los avatares de las tentativas de sus constructores, plagadas de éxitos y derrotas, de hallazgos y fracasos, de “fracturas” repetidas en el tiempo para construir paso a paso la ruta de la historia del arte de este rincón de nuestra tierra. Por mi parte, considero que saliste de tamaño desafío con un rotundo éxito… Lograste traer esta historia hacia nosotros condensada en un contundente e imprescindible archivo, reunido a golpes de dedicación, honestidad y visión de futuro y que dedicas con generosidad a las nuevas generaciones con las simples y profundas palabras llenas de amor y de ánimo que cierran este libro, en el que empeñaste una larga etapa de tu ardua y exitosa lucha en favor de la belleza… “…Con esta obra les dejo a Uds. “los pirquineros que vienen”, varias vetas abiertas para proseguir investigando, profundizando; ninguna de ellas está agotada; incluso yo diría que un solo capítulo de esta breve Historia del Arte, da para una vida entera…” Gracias Waldo… Recibe un enorme y fraternal abrazo desde mi antigua y siempre nueva amistad de más de cincuenta años, Claudio di Girolamo Febrero de 2018
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Notas para la Pintura del Norte Grande La ancestral idea de la omnipotencia creativa que sustenta muchos de los credos, induce al hombre a pensar en el origen de las cosas. Al hacerlo, las aprecia en tanto son en conformidad con los datos existentes. Pero, suele suceder que junto al ser de las cosas, asome el debe ser de las mismas. Se habla de una pintura local y, al hacerlo, se impone la posibilidad de inquirir por las observaciones existentes acerca del entorno esencial para entender la pintura del Norte chileno. ¿Cuánto supo o sabe de esto el individuo común? Es tema que se debe averiguar. La pintura regional es un importante factor de cultura. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, suelen formularse ocasionales apreciaciones donde se advierte un determinado empirismo. El saber de muchos está allí. La idea ya se impuso.
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Algunas expresiones pictóricas –es común, en principio y de modo consuetudinario, hablar de “cuadros”– son conocidas y, por su calidad, merecieron distintos calificativos. En el tiempo ha existido significativa información pictórica. Pero, si varios de esos documentos están respaldados por prestigiosas firmas de intelectuales, consta que hubo carencia de una obra que, mediante una panorámica, de ser posible con aportes interdisciplinarios, se atuviera a criterios de especialistas para esclarecer los principales atributos de la primera pintura regional. El inmenso territorio que se extiende más allá del “Chile viejo”, para sorpresa de ocasionales viajeros, tenía una gama de diminutos poblados típicos que, no obstante las diferencias y semejanzas, sólo resultaban ser la natural expresión del entorno en que surgían. Uno de éstos fue Cobija y para el tema, debe asociársele con dibujos de Alcides Dessalines d´Orbigny (1802 – 1857), antropólogo, naturalista y explorador francés. Éste, aún en la cubierta del navío en que viajaba, según sus recuerdos de 1830, anotó que “… al recorrer con los ojos la campaña de Cobija (…) veía a la derecha un cabo negro, formado de rocas deshechas; al frente una costa donde el oleaje rompía con estrépito; y arriba, una llanura en pendiente completamente pelada, que parte del mar y se eleva poco a poco hacia las montañas abruptas, también secas y peladas…”
Luego desde un lomaje en las inmediaciones de Cobija, cual complemento a su quehacer habitual, la artística impresión de D´Orbigny, es la siguiente: “… trepé con trabajo una barranca cortada casi perpendicularmente, de donde dominaba la rada. Era, sin duda, el lugar más apropiado para tener una idea justa del país. Aproveché de inmediato la ocasión y tomando un lápiz copié el paisaje que se presentaba ante mis ojos, sin embellecerlo. Debajo de mí, el mar rompía sobre la costa, llano como un espejo, presentándose en todo su esplendor; a la derecha aparecía Cobija completa, con sus peñascos, sus casas sin techos y los navíos de la gran rada; todo terminaba en esa punta basáltica que forma la extremidad sur del puerto. Arriba, terrenos completamente pelados se elevan en suave pendiente hasta el pie de las montañas abruptas, las más altas de todos los puntos de la costa, señal fácil de ver por los marinos, que les facilita el reconocimiento del puerto”. En estas circunstancias crea el impresionante dibujo que hasta hoy se admira como la “Vista del puerto de Cobija”. Otro viajero que se asomó a Cobija fue el alemán Mauricio (Johan Moriz) Rugendas (1802 – 1858). Este pintor, ¿romántico o audaz precursor del realismo? ya que, según Carlos Keller (1960) estuvo lejos “del convencionalismo, de las escuelas intelectualmente concebidas”, dedicó parte de su vida a los viajes por países lejanos: México, Brasil, Argentina, Perú, pintando los modos de vida que conoció. En Chile, la vida capitalina, la naturaleza de la zona central y lo concerniente al pueblo araucano, fueron algunos de sus temas favoritos. Notable su retrato de Carmen Arriagada de Gutike pintado en el Santiago de 1835. Diez años después dejó el país. De estos días, presumiblemente data el más conocido de sus dibujos para el nortino puerto de Cobija. “Calle principal de Cobija” es un dibujo de trazo muy definido. Punto de vista creativo que, desde el extremo sur de la rada, se proyecta para realzar la imponente cadena montañosa que parece resguardarla. Ésta, de minuciosa orografía y la absoluta transparencia del cielo, a la par que definen el plano de fondo, revelan una luminosidad
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meridiana. El recto trazado de techumbres y muros validan un lejano punto de fuga y acentúan la profundidad del lugar. Un típico poblado de esos días que, en la perspectiva simple de una calle, muestra edificaciones bajas para resaltar, gracias a un declive, la existencia de una construcción de dos pisos con un mirador que da a la bahía. La nota humana, en primer plano, tercio inferior del dibujo apaisado, la ponen dos personajes detenidos, a pleno sol, y en posible coloquio.
Años debieron transcurrir para que la otrora “Peña Blanca”, luego llamada “Caleta de la Chimba”, recién aceptara la denominación de “Antofagasta”, aunque algunos optaban para sus documentos por el nombre de “Antofagasta – La Chimba”. Antofagasta sólo era entonces una emergente urbanización y ya contaba con un pintor reconocido. Tras la posesión chilena de Antofagasta, la ciudad contó con otro “pintor y dibujante”: José Villagra Cardemil del que existen algunas menciones periodísticas.
El realismo de ambos dibujos merece elogios, siendo visiones diferentes. El detalle a distinguir, de modo anecdótico, radica en que Rugendas omite, en el suyo, las tres palmeras del pueblo que, aunque casi imperceptibles, sí registrara D´ Orbigny y que tanto dieron que hablar por años.*
En la pintura de la región Eduardo H. Neill es un hito. Por cronología, y según cánones hoy conocidos, se debiera considerar como perteneciente a una generación formada al amparo de ciertas ideas concebidas y divulgadas durante el Romanticismo, que quizás compartió algunas de las del posromanticismo y que pudo ser testigo de las impactantes novedades propuestas por E. Zola. En el paso de los siglos XIX y XX, las conciencias estéticas afines, fueron tentadas, en las letras, por movimientos culturales ligados al Modernismo.
* Jorge Cruz Larenas. Fundación de Antofagasta y su primera década. (1966. P. 32) Anotó del caso: “… el capitán Vaillant, del barco francés la “Bonite”, que pasó en 1836, tiene una impresión muy poco favorable: “Nada es más triste, ni más miserable que el aspecto de la ciudad, o más bien dicho, de la aldea de Cobija; nada más horroroso que la caleta, en el fondo de la cual ella se oculta. Las montañas desnudas y desoladas que rodean a ese lugar salvaje ofrecen por todas partes trazas del mineral de cobre que abunda en el país, pero no se ve otra vegetación que algunos cactus y tres palmeras raquíticas de las cuales los habitantes se enorgullecen como de la octava maravilla del mundo”. Rápidamente estos personajes continuaron su viaje. Pesados baúles con bocetos, pinturas y apuntes, cruzaron mares y quedaron arrumbados en lejanos sitios del viejo continente. En estos remotos territorios, los efectos de tal situación fueron, de hecho, ignorados. Para la pintura, algo se había fracturado. Se impuso la discontinuidad de la cultura pictórica. En el medio estrictamente local de los aficionados al tema pictórico, llama la atención que recién Isaac Arce Ramírez, en su volumen Narraciones Históricas de Antofagasta (1930), refiriéndose a la ciudadanía de la década de 1870, señale como “pintor distinguido” (P. 187) a don Eduardo H. Neill, de nacionalidad inglesa y médico de la Empresa Melbourne Clark y Cía.
Un naturalista, un pintor, un médico con aficiones pictóricas y un pintor y dibujante, dadas las escasas circunstancias expuestas, son más que una secuencia de nombres y en algo contribuyeron al tema que aquí se bosqueja. La ocasión da para anotar que, en otros lugares, al paso de los años, ¿quién podría dudarlo?, se ha repetido esta situación. (Aquí, los citados, son sólo a modo de una ejemplificación). Estos antecedentes, aunque mínimos, podrían respaldar una caracterización provisional de la pintura canónica de la Región como un hecho cultural, en su origen, asumido por individuos o de estas latitudes o procedentes de otras, lejanas, que con algunos de los indispensables conocimientos específicos, crearon las primeras obras pictóricas en y de estas tierras. Por esos días, pintores foráneos y locales, quizás sin siquiera advertirlo, protagonizaron esta gesta por la pintura. Circunstancias de época, propias de los poblados del desierto nortino, fueron determinantes para que E. H. Neill no haya sabido que, aunque lo precedieron por algunas décadas, en su afición se vinculó con dos grandes personajes de la cultura del siglo XIX. Cabe la posibilidad de imaginar que algo similar le aconteciera a Villagra Cardemil. Es de creer que la mentalidad de estos pioneros, aunque momentáneamente, se debió adecuar a diminutos entornos urbanos que requerían integrar
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esfuerzos para progresar en todo aquello que los definiría como ciudades. Los pueblos nortinos de esos años, se desdibujaban en su aislante lejanía. La geografía desértica con sus caletas y atracaderos de una costa milenaria; la inmensa pampa salitrera que invitaba a la diversificación con el reciente aporte de la plata descubierta en Caracoles (1870), así como la conocida riqueza de antiguos yacimientos cupríferos y lejos, allá en el oriente, ancestrales y rústicos poblados de aguadas y oasis, a los pies de los montes cordilleranos, eran suficientes para entender que en esta naturaleza predominaba el desierto más árido del mundo.
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Eduardo H. Neill hombre maduro al que, por formación cultural, le atribuiremos suficientes conocimientos de plástica para cultivarla como pasatiempo, fue un observador primordial de esa naturaleza tan distinta de la europea de su origen. La atribución de esos conocimientos es el correlato de su condición de “aficionado”. Desde la perspectiva de un conocedor de la pintura, se debió sentir atraído por la diversidad de las novedades telúricas percibidas y las gamas cromáticas que se degradan por efectos de la luminosidad y el transcurso temporal. Poco cuesta imaginar para éste y algún pintor más, las marinas, paisajes y otros bocetos ocasionalmente ejecutados para dar cuenta de una diversidad de puntos de vista creativos advertidos en sus desplazamientos por estos lugares. Es conveniente viajar a los orígenes. En principio hay en esto una necesidad que se torna en imperativo en países donde los grandes movimientos culturales, si llegaban –fue el caso de la América del siglo XIX– lo hacían con significativos retardos y las inevitables modificaciones producto del tiempo transcurrido. Aludir, en sentido lato a las instancias Románticas, más la mención de los personajes aquí considerados, obliga a fijar la atención en Francia para poder asimilar la idea que guía estos párrafos.
chileno, no obstante el tenor optimista que adornaba rimbombantes juicios patrióticos, nada resaltaba, excepto la costumbre ya existente de asociar a París con el despilfarro hecho por magnates nacionales y sus familiares que, con frecuencia, viajaban a tierras galas para… darse tono. En este Norte de añejas y, por ende, evidentes limitaciones, aunque parezca una paradoja, tiene su punto de partida la pintura canónica de la Región. En su origen, tal vez nadie se dio el trabajo de reflexionar en sus atributos de época. ¿O nadie quiso hacerlo? Esta pintura debió nacer con algunas ideas, tal vez hasta rústicas, pero afines al instante en que el Romanticismo, tardíamente recibido y entendido, quizás a medias, y otras que desgajadas del Posromanticismo europeos, daban sus últimos resplandores. Luego el tiempo transcurrió. Las crisis del Norte, siendo de muy variada naturaleza, dieron motivos suficientes para que, sin ningún distingo cualitativo, se le arrimaran capítulos y capítulos a una historia con más pretensiones que reconocimiento. El menudo acontecer cae en el olvido. En lo literario y lo pictórico, los géneros surgen por imitación y por influjos y, no obstante el que algo similar haya dicho Umberto Eco, allí hay una gran verdad. Eso fue lo que faltó en estas tierras. No hubo o no pudo haber, en lo concreto, ni influjos, ni cultores que imitaran a grandes maestros. Este es un Norte de seres transeúntes al que han llegado muchos amantes de la pintura. Con su generosidad característica han hecho obra aquí y allá ofreciéndola hasta en míseros intercambios. Un día de tantos, como llegaron, se fueron. De esos pintores y sus obras, ¿cuál fue su legado? porque pintores hubo, aunque algunos, infortunadamente, ni siquiera fueron merecedores de unas notas para hoy entender la pintura de este Norte.
En el Chile de esos días y en las tierras del norte salitrero, ¿cuál pudo ser el conocimiento de la pintura romántica? En el mundo de esos días se imponía la frase de Teófilo Gautier: “Eugenio Delacroix forma con Víctor Hugo y con Héctor Berlioz la Trinidad del arte romántico”. Algo similar acontecía en Alemania y en Inglaterra. En el Norte
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Osvaldo Maya Cortés Miembro Correspondiente, Academia Chilena de la Lengua Antofagasta, febrero de 2017
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Exposición de caricaturas y dibujos de Silvestre Cortés, quien en 1930 diseñará la portada de Narraciones Históricas de Antofagasta, de Isaac Arce R. De La Ilustración, Antofagasta.
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“La primera respuesta que surge cuando nos interrogamos por nuestra identidad, dice relación con la interacción con el territorio: somos mujeres y hombres de desierto, llegando a concluir que hombre y territorio configuran una unidad indisoluble. La huella del hombre en el territorio y la huella del territorio en el hombre, es una de las expresiones básicas de la cultura”. Padre Gerardo Claps Gallo, S.J. Rector Fundador Universidad del Norte
“El Norte imprime carácter como un sacramento”. Padre Alfonso Salas Valdés, S. J.
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INTRODUCCIÓN
“La primera respuesta que surge cuando nos interrogamos por nuestra identidad, dice relación con la interacción con el territorio: somos mujeres y hombres de desierto, llegando a concluir que hombre y territorio configuran una unidad indisoluble. La huella del hombre en el territorio y la huella del territorio en el hombre, es una de las expresiones básicas de la cultura”. Padre Gerardo Claps Gallo, S.J. Rector Fundador Universidad del Norte
“El Norte imprime carácter como un sacramento”. Padre Alfonso Salas Valdés, S. J.
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Petroglifo de Los Infieles. Zona de Taltal.
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Arte en la Región de Antofagasta: Inicios, fracturas y desarrollo “Antofagasta, donde el sol canta desnudo” Andrés Sabella
Esta obra de subjetivo contenido histórico y
estético, pretende ser un aporte al conocimiento y estudio del desarrollo del arte en nuestra Región, que en cuanto a presencia del Arte Moderno se inicia apenas a principio del siglo XX. Su avance en el tiempo alcanza solo a 100 años y un poco más, recordemos que en la Zona Central, la pintura tiene algo más de 200 de historia con la salvedad que posee un rico bagaje previo de pintura Colonial, aunque más modesto, si la comparamos con el lustre estético de los virreinatos y, en el caso específico de templos católicos del altiplano al interior de Arica, Iquique y Antofagasta, subsidiarios del áureo esplendor del Virreinato del Perú, aunque estos últimos de una mágica austeridad andina, casi evangélica. Los 100 y un poco más de Historia del Arte Moderno, se extienden hacia el pasado Pre Hispánico de 11 a 12 mil años, con la incorporación del Arte Atacameño: desde el Rupestre a nuestros días. Conviene recordar que en América Latina los países con más poderoso devenir artístico, en el tiempo, son aquellos que poseen la herencia de grandes Culturas Precolombinas o que en la Colonia fueron Virreinatos. No tuvimos ni lo uno ni lo otro. Pese a esas falencias, el nuestro fue solo Capitanía General, durante el periodo Colonial; en la etapa Precolombina contó con la singular riqueza del Arte Atacameño, Diaguita y Mapuche. En el arte del XX, Chile ha hecho extraordinarios contribuciones al Occidental, a través de Roberto Matta (1911-2002) en pintura y, en poesía, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Nicanor Parra y otros. Nuestro tema central es la Historia DE La
Pintura EN Antofagasta, que es muy joven pero muy intensa desde la década del ‘40. Se incluye a modo de substrato esencial una breve semblanza del Atacameño, lo cual nos otorga una tradición cultural y artística. Incluso en éste, encontramos petroglifos (dibujos incisos en piedra) y pictografías (pinturas sobre piedra), en aleros rocosos de sorprendente singularidad y belleza. En cuanto a documentación contamos con un pequeño folleto que se editó con motivo del primer Centenario de la ciudad (1966): Pintura antofagastina. Desde Soto Moraga a nuestros días (1968), de Ibar Méndez Trujillo, Osvaldo Ventura López y, Danilo Tacussis Estay. Además, un importante artículo sobre la Pintura en Antofagasta dado a conocer por la Revista de Estética de la UC de Santiago, Aisthesis, 1977, autor es nuestro poeta y dibujante Andrés Sabella, cronista y protagonista de nuestra plástica hasta 1989, año de su muerte. Aunque, con el lógico devenir del tiempo, tuvimos la oportunidad de rescatar y conocer otros valiosos documentos, sobre el tema. En dicho ejemplar se refiere al escrito de nuestro primer historiador don Isaac Arce, en Narraciones Históricas de Antofagasta (1930):
“deducimos
que el primer pintor que arribó a la
ciudad fue el doctor inglés contratado por la
Clark
Empresa
Eduardo H. Neil, Melbourne
salitrera
Cía. Neil desembarcó en el puerto recién 1866, a mediados de 1872. Dibujó abundantemente, pintando varias marinas. Don Frank Coxhead Neil, su descendiente, nos informó que, en el número especial de la revista Zig– Zag, dedicado al Centenario de la República, se reproducen dibujos del médico-pintor”. y
fundado en
Sabella, dos años después, al momento de glosar la “Historia cultural de Antofagasta”, Primera Época, memoria que sirvió para que dos estudiosos nortinos se recibieran de
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profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica, U. del Norte, 1979. Estos eximios alumnos, son el hoy Dr. José Antonio González P., Miembro de Academia Chilena de la Historia y, el académico universitario, Jorge Paniagua S. Respecto de lo que nos interesa, este voluminoso volumen, reseña que: “el primer pintor que crea, acá, con paleta y oficio, es el doctor Eduardo H. Neil., quien arriba al puerto, en 1873. En su estudio de calle Caracoles 138, atendió, en 1879, el pintor José Villagra Cardemil. Los autores nos proporcionan un dato precioso: este artista “antofagastino” fue el primero que dibujó un croquis del Combate de Angamos, de 8 de octubre de 1879, para El Pueblo Chileno del día 15, siete después de la derrota del “Huáscar”.
El texto sabelliano, es del domingo, diciembre
23, 1979, en El Mercurio.
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Su preocupación por este inglés, seguía latente. Así, en su Linterna de Papel, “Clamar en el desierto, pintar en el desierto” (El Mercurio, Antofagasta, febrero 10, 1982), expresa que:
“Hace ciento diez años, comenzaba a vivir, en el Antofagasta en pañales, el médico-pintor Eduardo H. Neil. Es el padre de los pintores nortinos. Fue el primero en deslumbrarse frente a la majestad de nuestros atardeceres y la majestad de nuestras extensiones pampinas”.
En síntesis y publicación en fascículos de El Mercurio, el trabajo de investigación fidedigna “Antofagasta. Ciudad con historia”, de María Teresa Ahumada Manchot, Héctor Ardiles Vega y Floreal Recabarren Rojas, historiadores; el último fascículo se dedica a las artes, no más de siete páginas, que destacan la llamada Época de Oro de la Plástica Antofagastina con la creación de las Escuelas Universitarias de Arte y el rol del Liceo Experimental Artístico (LEA), a partir de los ´80.
“Arte 60”, “Rescatando una generación olvidada en las Artes Visuales. Antofagasta de los 60”, cuya autora es la Diseñadora Gráfica Milka Marinov Vlahovic, quien profundiza en la Época de Oro. Milka tuvo el privilegio durante su infancia y juventud de conocer muy de cerca a gran parte de esos protagonistas y ser testigo del desmantelamiento del Depto. de Arte de la U. de Chile, Sede Antofagasta, durante la dictadura cívico militar de 1973. No podemos dejar de mencionar un aporte importantísimo al conocimiento de las estrechas relaciones entre artistas plásticos (regionales, nacionales y de todos los tiempos) y Sabella, en el libro de José Antonio González Pizarro, Andrés Sabella. Itinerario biográfico y obra literaria de un hombre del desierto de Atacama, editada por UCN, 2013. Obra señera, a la cual habrá que volver ya que el conocimiento de González Pizarro proviene no solo de su vocación de historiador sino de su cercanía familiar con el poeta. Al decir “de todos los tiempos” me refiero a que Andrés pertenecía a esa raza de poetas a quienes el universo de las artes visuales es porción importante de su universo personal. En el 2015, gracias a las acuciosas investigaciones de nuestro crecer cultural y colaboración del escritor, antologista y Miembro Correspondiente, Academia Chilena de la Lengua, Sergio Gaytán M., investigador perpetuo de nuestro pasado cultural y “sus alrededores”, nos hizo llegar un artículo del pintor y Capitán de Ejército Jorge Court Moock, de la etapa de la Sociedad de Bellas Artes (1942 – 1962), a quien le llamaban “el Capitán Court”. “Cincuenta años de pintura en Antofagasta” (El Mercurio, diciembre 16, 1956). (Ver Apéndice), resulta ser una síntesis esclarecedora, para esa época aun cercana a sus inicios. En su reflexión en torno a la pintura chilena, coincidimos en absoluto la interrogante que Antonio R. Romera se plantea: ¿Existe en realidad una Pintura Chilena? Court se la hace con respecto a la nuestra, y en ambos casos, la respuesta es
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afirmativa. La importancia que se le otorga al Arte Atacameño se debe a que en la década del 60 los maestros de las escuelas universitarias: del Norte y de Chile, hacen suya la nueva visión y toma de conciencia de la revolución formalista de comienzos del XX (iniciada a fines del XIX) en que son redescubiertos los universos de belleza de Oriente, África, Polinesia, Pre Colombino en sus diversas latitudes, de los Niños (que dejan de ser “garabatos”) e incluso la dramática expresión plástica y pictórica de los enfermos mentales.
Trazos del párvulo Agustín Gaytán Navarrete, 2015.
Coincide la del 60 con la actividad de los arqueólogos que traen a la superficie desde la matriz atacameña y logran poner en valor el arte rupestre, cestería, cerámica, tallas en madera y textiles. Es la herencia del Padre Gustavo Le Paige S. J., creador del Museo Arqueológico de la U. del Norte en San Pedro de Atacama; las investigaciones de Lautaro Núñez A. (Premio Nacional de Historia, 1992), Agustín Llagostera M., y Patricio Núñez H., quienes investigan en las primeras expresiones ilustrativas del desierto, altiplano y litoral. Esta labor de rescate la acogieron los plásticos de los 60 dentro de un proceso continental de redescubrimiento de nuestras raíces que se gesta a inicios del XX y cuyos primeros intérpretes fueron, entre otros, muralistas mexicanos, poetas chilenos, sociólogos brasileños, la teología de la Liberación y Boom de la Literatura Hispanoamericana, con escritores de la talla de García Márquez, Arguedas… Fue un intento con éxitos y logros de atrevernos a pensar y crear desde nuestra realidad o circunstancia, desde un continente
donde pareciera que no hemos roto aun el cordón umbilical con Gea, con la madre tierra, con lo telúrico. No olvidemos que en la Europa del XIX fue la labor de los arqueólogos (además de la Revolución Francesa) lo que hizo posible el segundo renacimiento del Arte Griego a través del gélido Neo Clasicismo, decimonónico. El influjo Atacameño en los creadores de los 60, no fue un simple “paisajeo” de la cultura Licanantay (Likan’antay, “gente del país”; de la tierra; voz kunza); sino sentido con cordialidad, asimilado y reinterpretado. En los inicios de la segunda década del presente siglo, el colectivo “Los del Norte”, reinterpreta a través del arte, la profunda comunión de los changos, habitantes originarios del litoral con “la mar” (Mamacocha); ellos, los changos, fueron los autores, al utilizar los pigmentos del óxido de fierro para sus imágenes vistas desde lo profundo de las aguas: cetáceos, delfines, lobos marinos, peces, etc. Es evidente que no podemos dejar de preguntarnos: de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos? para sacarnos las máscaras y enderezar nuestros pasos hacia el futuro. Frente a nuestra débil tradición plástica urbana de aquellos años, el arte Pre Hispánico de los Andes Centrales y la Pre Cordillera la sentimos como una presencia poderosa y pese a no tener los códigos de su lectura, la intuición propia del artista lo suple gracias a nuestro mestizaje que nos permite entender como occidentales pero la concebimos como el indio que ejerce pulsión desde dentro, fue entonces que tomamos conciencia de que estábamos insertos en el Complejo Cultural Andino, que incluye a Ecuador, Perú, Bolivia, Norte chileno y argentino. E incluso fuimos más lejos, nos identificamos con la tradición cultural y social del continente, de la “Patria Grande”.
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Debo recordar que en los 60, fui el primer pintor que al egresar de una universidad se asienta aquí, lo que me permite ser protagonista, testigo y cronista hasta el presente. Tal condición me concede analizar el transcurso sociopolítico cultural, pero de igual modo comunicar profundas vivencias dada esta condición e incluso poseer un reducido pero rico anecdotario. (Sin embargo, hay que
retornar a la casa del Padre con un ramillete de secretos que espero no revelar).
El otro elemento que destaco, es la implicancia sociopolítica en el auge de la plástica de los sesenta, que se inició con el triunfo de la Revolución Cubana y que se identificó desde fines de los sesenta hasta 1973, y que significó el compromiso político de los creadores de ambas universidades y pintores locales, si bien no de todos.
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Circunstancia esta última en la que coincidimos con los de Santiago, en el compromiso con la aceleración de los procesos que se comenzaron a vivir en todo el continente y en especial en Chile, previo al triunfo de la Unidad Popular, prueba de tal coincidencia fue la participación de pintores antofagastinos invitados a concurrir en la gran exposición organizada por el IAL (Instituto de Arte Latinoamericano, U. de Chile, Santiago). Ésta se inauguró en el Museo de Arte Moderno –aún en Quinta Normal– y luego reinaugurada, en Sala Ercilla, U. del Norte; contó con catálogo con introducción del teórico, Miguel Rojas Mix.1 Quizás fue en lo único que coincidimos ya que si bien Santiago al igual que las demás capitales del continente bailaban de acuerdo a los ritmos de la metrópoli de turno: europea o norteamericana, aquí vivíamos la experiencia de un camino hacia lo profundo del paisaje humano y geológico del Norte Grande, región que nos conecta y abre hacia América Latina.
igual que las fracturas geológicas, crean un contexto traumático que, posterior al sismo mayor, las réplicas se extienden a través del tiempo y pueden provocar una sacudida de mayor o menor intensidad, tarde o temprano. La primera, fue la invasión hispana que para los pueblos originarios fue poner el mundo al revés y cuyo ímpetu y hondura es posible sea la causante de “la difícil juventud de nuestro mestizaje” y en extensas zonas de América Latina, ¿adolescente? nuestras jóvenes repúblicas, fueron construidas sobre una cisura psíquica y cultural que de vez en cuando nos recuerda, que si bien es intangible está siempre activa. En los ´70, el establecimiento violento de las dictaduras militares (segunda fractura), lograron establecer la entrega de nuestras fuentes de materias primas a las transnacionales y la “dictadura del mercado transforma la educación y la salud en un bien de consumo, y las pensiones en un negocio” y, desmantela una tradición humanista cimentada a través de décadas en nuestra universidades. Eso significó el cierre del Depto. Artes Visuales, U. del Norte y toda su área humanista, que no ha vuelto a abrir sus talleres y de igual modo en la U. de Antofagasta, situación que a fines del 2014, después de 40 años, se restituye en parcialidad con el anuncio de la creación y apertura de las Escuelas de Teatro y Música. Fueron varios los maestros que murieron en el exilio (y uno al volver), como lo veremos al momento de escribir sobre cada uno, y labrar su historia en la nuestra, enclave del Complejo Cultural Andino, en nuestro continente.
Conviene no olvidar que esta larga historia sufrió dos notables quiebres sociales que al
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Antes de las universidades fue el Arte
extensión que deberían ser responsabilidad de las universidades locales en Plástica, Música, Teatro, Danza Moderna y Ballet.
Por fortuna fue y ha sido así a través de toda la historia del Arte y lo es en la corta historia bajo influjo europeo en nuestra ciudad, sin embargo, la enseñanza artística en nuestras instituciones de educación superior, tuvo una duración aproximada de unas dos décadas (1957-1982), pero ya estaba presente en nuestra región desde la llegada del hombre al desierto y, proseguirá mientras en el ser humano exista la necesidad de un grado de comunicación superior. Ni al devenir científico, ni al tecnológico les es posible erradicar en el hombre la experiencia y comunicación estética y la experiencia y comunicación religiosa.
Como dijo el poeta, al volver la vista atrás… comprobamos que sigue siendo una curiosa urbe, debido a que le faltan “historias”. Dónde la Historia del Periodismo, dónde la Historia del Teatro, dónde la Historia de la Fotografía, dónde la Historia del Ballet, dónde la Historia de la Música, dónde… Intentamos contribuir a llenar este vacío en lo que respecta a nuestra especialidad, las Artes Plásticas, aunque a instantes nos “desviamos” hacia otras, como fotografía y música, breves consideraciones, aún en pañales. Recordemos que entre las reflexiones del maestro Sabella, al finalizar 1956, de manera retórica se preguntaba:
Un filósofo del siglo 18, de cuyo nombre no me acuerdo, lo pensó así, que el desarrollo de la ciencia y la técnica, terminarían por dar muerte a la Religión y el Arte, aunque dudo que ese día pueda llegar, salvo quizás, en el momento en que dejemos de ser humanos y nos transformemos en entes robotizados.
1 Miguel Rojas Mix: Escritor e Historiador.
Licenciado en Derecho y Profesor de Estado en Historia, U. de Chile. Doctor en Filosofía en U. de Colonia (Alemania) y Doctor de Estado en lettres de la Sorbona. Catedrático U. de Chile. Creador y Director del Instituto de Arte Latinoamericano, U. de Chile. Su lema es “Mi Norte es el Sur” (de Sur América).
Con el cierre de las Escuelas Universitarias por la dictadura cívico militar, inicios de los ’80, se produjo el “Apagón Cultural”. Providencialmente se creó el Centro Experimental Artístico, que a través del LEA trabaja a nivel de Educación Media y emprende una labor de Extensión desde 1983 hasta el presente. El Centro Experimental Artístico cubre en gran medida las tareas de formación y
“¿Cómo ignorar que Antofagasta entregó a Chile figuras de personal relieve, en el foro, en la historia, en la pintura, en las letras y el periodismo nacionales? Antofagastinos de origen, o de aquerenciamiento, Antonio Pinto Durán, Monseñor Luis Silva Lezaeta, Isaac Arce, Lily Garafulic, Arturo Valenzuela, Dora Puelma, Jorge Letelier, Carlos Pedraza, Cayetano Gutiérrez Valencia, Mario Bonat, Lenka Franulic, Neptalí Agrella (sic), Julio Asmussen, Salvador Reyes, Alberto Mauret Caamaño, Arturo Barraza, Atilio Machiavello, Augusto Iglesias, por citar a los más notables, pasearon su juventud, por nuestras calles, brindando a la patria la realidad de sus talentos”. Críticas y problemas. Notas de Cultura. Un juicio de “El Duende”.
La nueva Institucionalidad Cultural que se establece desde comienzos de los 90 con la creación de los Consejos Regionales de la Cultura y las Artes, y Fondos Concursables vienen a intensificar y dinamizar el movimiento cultural y artístico en Antofagasta y el país. La necesidad de que la enseñanza artística vuelva a las universidades es una carencia, dado a que
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los jóvenes talentos que salen a estudiar hacia la zona central y el extranjero no retornan, salvo excepciones, lo cual es un despilfarro y pérdida de identidad para toda la región. Pese a todo, la necesidad de que la enseñanza artística vuelva a las Universidades sigue siendo una necesidad dado a que los jóvenes talentos que salen a estudiar arte en la zona central y el extranjero no vuelven, salvo excepciones, lo cual es realmente un despilfarro y pérdida de identidad para toda la región. Esta situación comienza a cambiar en los inicios del 2016. En la obra Siglo y medio de Pintura Chilena. Desde Gil de Castro al presente (Instituto Cultural de
Las Condes. 1976),
el crítico e historiador del
Arte Víctor Carvacho, les recuerda a los lectores de tan circunscrita obra que esa historia comenzó
36
hace
11
o
12. 000 años, 1976:
transcribo parte del
texto escrito en
“El título de “La Pintura en Chile” parece sencillo y simple. Sin embargo, no lo es. Ante su enunciado se piensa solo en los siglos XIX y XX. Quedan sin siquiera una cita, el horizonte colonial con sus
Cunturchucuña
no desdeñables doscientos cincuenta y tantos
saber cómo se expresaban mediante formas y colores
años y también queda en el olvido el horizonte
los habitantes de nuestro territorio hace más de un
prealmagrino, de incalculable dimensión temporal.
milenio.
Ya
un sueco nos había revelado las pictografías
y petroglifos del adoratorio de
Recientemente Hans Niemeyer
Taira,
en
Calama.
ha ampliado tales
y
Yerbabuenani. Toponimia
tan
rara marca con esos lugares, todo un capitulo, el más reciente que se haya escrito, sobre unas pinturas ignoradas. Y no es asunto de poca monta
Después
de lo dicho podemos, sin sentimientos de
culpa, marcar los hitos de la pintura de la era republicana…”
investigaciones a las pinturas rupestres de la sierra de
Arica. Nos
hace conocer nuestra ignorancia
sobre la pintura prehistórica de
Chile.
Para la sierra de la región citada levanta el velo de siete abrigos parietales cubiertos de animadas escenas pintadas con animales y hombres, principalmente.
Hasta ahí Víctor Carvacho, haciendo la defensa de un pasado ignorado en aquellos años.
El
colorido, nos dice el autor, tiene las entonaciones que dan las tierras nortinas: amarillo, ocre, rojo sangre fresca y negro. de
esos
verdaderos
Anotemos
santuarios
de
los nombres la
pintura
prehistórica, su eufonía aimara: Vilacaurani, Incani
1
y
2, Alcacarauni, Tangani 1
a
7, Toncolala,
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CAPITULO I SUBSTRATO ANCESTRAL
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CAPITULO I: El substrato ancestral El pasado debe enseñarnos a no estudiarlo por lo que es solamente, sino para que tratemos de ver si somos capaces de dirigir su evolución, su ascensión, su progreso.
Padre Gustavo Le Paige. S. J. *
Pedro Miranda, ilustración.
El substrato ancestral Arte Rupestre Atacameño Cerca de 13.000 años
38
La revolución artística que se produce en el arte europeo, inicios del siglo XX, hizo posible redescubrir nuevos universos de belleza, entre ellos, el Pre Histórico y, en lo específico, el Rupestre. La revolución formalista en que la forma, adquiere tanto o más importancia que el tema, si se asume que dibujo, forma y color, de por sí, comunican un contenido más profundo, entrañable y a veces casi críptico o secreto. La creación como unidad fundamental de la cultura de un pueblo, está presente en la Región con una antigüedad de 12 mil años, de ello dan testimonio los primeros litos que se labraron a manera de estrella ¿solar?, encontrados en nuestro litoral nortino, fruto de los changos, etnia que ejerció un verdadero dominio sobre el mar, al cabalgar en sus balsas de cuero de lobo marino y sostener un intercambio de productos alimenticios y artefactos, con los pueblos del altiplano. El Industrial, Antofagasta, octubre 1, 1896, publica un artículo de L. Vergara Flores, firmado en Tocopilla, en agosto 23. Piedras escritas. A dos leguas del vallecito de Quillagua… la figura que domina más es el círculo, con un circulito pequeño en el centro. Representa al gran rei de la creación, fuente vivificadora de todo jérmen vital i orgánico… (y si posee además) circulitos pequeños (son) los demás astros…
* Madrid, Jacqueline. Entrevista al Padre Gustavo Le Paige. Boletín de la Sociedad Arqueológica de Santiago, N° 3, 1965. La Trinidad, culto de gran lujo, está figurada por tres serpientes unidas a sus cabezas. Otras figuras corresponden a llamas (machorros), asnos, perros, reptiles acuáticos como el caimán. La Guerra. 4 indios, dos de cada lado, lanzándose flechas, encima está el dios Sol, con dos patas, como diciendo que marcha. A la izquierda del Sol, la serpentina divina con la cabeza dirigida hacia el astro rei, como implorando haga cesar aquella sangrienta batalla. De época republicana y en la medida que la ciudad se expandía, en los galpones de la firma Lihn y Cía., cercanos al borde costero, en tanto explotaban uno de los muelles, y al hacer unas pequeñas excavaciones para una nueva construcción, se produjo el hallazgo de restos humanos. Y con éstos, piedras para flechas i alfileres de hueso… (sin duda de) familia indígena. Se estimó su data mínima de un siglo o más, como lo leímos en El Industrial, jueves, agosto 5, 1897.
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En 1928, el texto que expone la Colección Luis Álvarez Urquieta, planteaba que:
sería una omisión imperdonable el no citar el Atacameño, al cual podremos calificar de autóctono. La cultura Atacameña, que fue anterior a la Incaica, pues los autores la colocan entre los años 900 a 1350 de nuestra era, mientras que la Incaica la ubican entre 1350 a 1530, según datos del Dr. Aurelio Oyarzún Los aborígenes de Chile, tuvo un área bastante grande, pues se extendió desde el salar de Atacama y del Arísaro, hasta el sur del Perú, Bolivia, N. O. argentino, y llegó hasta más al sur del centro de Chile. Los Atacameños
conocían
el
laboreo
de
los
metales y aún nos dejaron hornos de fundición.
Trabajaron
herramientas en piedra y en madera y
usaron ponchos muy bien tejidos, adornados con franjas de colores, túnicas, sacos de mano, etc.
Pero
lo más que nos interesa… son su alfarería,
de fina composición, ya decorada, ya de un solo color, vasos, platos, ollas, etc., y sus tallados en piedra o madera.
Las que adornaban estos trabajos
consistían en animales, peces, pájaros, cruces, rayos excéntricos, figuras
(tal
vez imitaban al sol) y diversas
geométricas.
Una
buena
colección
estos recuerdos puede admirarse en nuestro
de
Museo
Etnológico y Antropológico.
Al acotar un aspecto de la alfarería, Agustín Llagostera Martínez (ver El arte atacameño: Universo de identidad en un pueblo precolombino, en Tesoros de San Pedro de Atacama. Museo Chileno de Arte Precolombino. Santiago. Ograma. Santiago, 2ª Edic., 1988), precisa que:
La
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alfarería negra pulida, con su técnica y sus
formas específicas, constituyó un estilo muy propio de los atacameños. Puliendo y bruñendo con esmero los tiestos, agregándole hematita (óxido de hierro), y luego cociéndolos en atmósfera reductora (sin oxígeno), lograron obtener una lustrosa matriz negra, uno de los caracteres distintivos de su cerámica.
El vasto despliegue del Rupestre, desde el litoral a la precordillera, presente en lomajes y cerros, afloramientos rocosos, paredes y aleros del río Loa, a través de petroglifos (dibujos en piedra), pictografías (pinturas sobre rocas, peñas y piedras) y geoglifos (dibujos sobre la superficie de la tierra), proposiciones que nos ubican en el umbral de la práctica del dibujo y del grabado sobre un material perenne: la piedra, para ellos, símbolo de lo eterno. Las
pictografías
son
las
primeras
expresiones
Arreglo estético de “subir” la figura antropomorfa a un camélido. Santa Bárbara, Alto Loa. Los petroglifos del sitio Tarapacá-47 y su contribución del arte rupestre colonial andino. José Luis Martínez / Marcelo Arenas.
pictóricas en nuestra geografía y los geoglifos, que no suelen ser tan vastos como los de Nazca, Perú, pero igual poseen la fascinación de dibujar directo sobre la piel de la madre tierra, así como en el presente se cultiva el del tatuaje y el Body Art al dibujar y pintar sobre la piel del cuerpo humano, que logra imitar rasgos propios de pueblos ancestrales.
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En el mundo de las interpretaciones frente a éstas, el antropólogo Juan Van Kesssel, en La pictografía rupestre como imagen votiva. (Un intento de interpretación antropológico) (1976:227), nos entrega su opinión: representan
en
diferentes
tamaños
figuras
(el hombre puede aparecer con o sin instrumentos, adornos, o en actividades de culto), zoomorfas (éstas son muchísimas veces los auquénidos, pero también felinos, perros, cóndores, ñandúes, etc.), fitomorfas y simbólicas y geométricas, cuya referencia suele ser desconocida. antropomorfas
La zona de ubicación está de preferencia en tierras altas (sierra y altiplano): Alto de El Loa, Socaire, Peine y en la costa, área de Taltal. El arqueólogo Lautaro Núñez, en Geoglifos y tráfico de caravanas en el desierto chileno (1976:174), aporta, para lo que es de nuestro interés, una descripción del sitio “Quillagua Sur”:
40
Se trata de un personaje principal con brazos abiertos en cruz con los extremos caídos verticalmente, rodeado
de
figuras
erosionadas
con
diseño
antropomorfos, rayas verticales y horizontales, llamas. Al pie del conjunto… el trazado profundo de los senderos prehispánicos…
Casi dos décadas antes, Bernardo Tolosa Cataldo, siendo Conservador del Museo Regional, dependiente de la U. del Norte, 1967, describe en Pinturas Rupestres en Quillagua, pequeño texto, mimeógrafo, 16 págs., diagramado por el arquitecto Carlos Contreras A., láminas en negro y rojo. Corresponden a un conjunto contemporáneo a la ocupación española. El lugar se denomina Pillalla –especia vegetal que crece a orillas del río Loa– En la primera cavidad: dos en color rojo Venecia, cuatro en gris negro o
sale una línea en forma de semicírculo de unos
15
cms…
Las estudiadas suman en total 54 que se distribuyen, según las técnicas empleadas en:
39 pinturas hechas en color rojo; 10 pinturas en gris negros azulados, 5 incisiones (raspados)…
azulados, y dos signos realizados por incisión en la pared de la cueva… creemos ver figuras humanas esquematizadas…
Más al Oeste… hallamos pinturas en rojo ladrillo, una de las cuales parece representar un pez. Junto a él… motivos de forma circular, en color azul oscuro… Una… representa un ser humano bastante voluminoso, de cuyos brazos (antebrazos)
Al Oeste del sitio… en otro promontorio… dos dibujos… uno, corresponde a un auquénido y la segunda a cuatro cuadrados unidos teniendo cada uno de los cuadros un punto central… sugiero para ellas una edad relativamente reciente… son jinetes…, lo que nos señala la persistencia de estas prácticas artísticas hasta los tiempos más tardíos.
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41
Gonzalo Pimentel G. (Museo San Pedro de Atacama, UCN) en Geoglifos e imaginarios sociales en el Desierto Atacama (Región de Antofagasta, 2011:163 y ss.), plantea un punto de vista crítico e interesante, respecto de esta manifestación rupestre, donde: el estudio de lo simbólico no tenía sentido ni cabida en sus lineamientos teóricos… visión inocente que apostaba a cerrar los ojos ante la realidad en vez de problematizarla… de
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Podemos visualizar que se empieza a producir una vuelta a la tuerca al citar a I. Hodder, U. Cambridge (1982), quien señala que toda cultura material tiene una dimensión simbólica. Al retomar el planteamiento de Pimentel, indica que
es la perspectiva abonada desde la cultura visual, ya
que
al
ser
manifestaciones
las del
representaciones ámbito
de
las
rupestres
ideas
y
el
imaginario social, que al contener un alto valor comunicacional,
simbólico
y
estandarización
técnica y formal, como es el caso de los geoglifos en el
Norte Grande,
son referentes propicios para
acercarse al campo ideológico de las sociedades prehispánicas del desierto de
Su
Atacama…
rol no fue la simple señalización para viajeros
interregionales, sino que, dotados de contenido y significados, fueron expresiones del imaginario
Figura
42
humana
enmarcada
y
elaborada
social
y
de
su
propia
realidad
objetivada…
principalmente mediante técnica aditiva que forma
visualmente los geoglifos tendrían que expresarlo
la figura y el fondo que se logra con técnica
a través de su alta estandarización y redundancia,
extractiva.
todo ello en consistencia con los procesos sociales
(Dibujo M. de la Maza, imaginarios… Ob. cit., 2011:195).
en
Geoglifos
e
e históricos que le fueron contemporáneos.
Dos figuras humanas enmarcadas, sitio Chugchug Este-2, construidas por adición de clastos oscuros y mediante técnica extractiva se despeja alrededor de las mismas para producir el fondo y marco de las mismas. (Dibujo F. Gili, en Geoglifos cit., 2011:194). El
e imaginarios…
Ob.
común de los lectores, legos absolutos en
instrucción, no dimensionan su Para nuestra región primero fueron 4, 25, luego 50 los sitios que, en un espacio aprox de 10.120 km2, contienen sobre setecientas figuras y se espera que continúen en aumento, dado próximas investigaciones. la
materia,
sin
importancia.
El mayor reservorio lo constituye, en la actualidad, los geoglifos de Chug–Chug, que concentra más del 50% de todos los motivos. Son 395 las registradas: motivos geométricos, geométricos compuestos como rombos escalerados y círculos concéntricos, geométricos simples como rectángulos; figuras humanas por sobre zoomorfas, indeterminados; entre los zoomorfos, camélidos, aves (suri), lagartos, un cetáceo, dos albacoras (Xiphias gladius), tres peces, dos cuadrúpedos indeterminados (Pimentel, Ob. cit.).
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Geoglifos de Chug–Chug. Camélidos en variabilidad constructiva, desde convenciones formales más naturalistas hasta representaciones más esquemáticas.
Geoglifos de Chug–Chug. Motivos antropomorfos. En recuadro, tipología formal de túnicas y tocados. (Dibujo Boroka Kis, en Geoglifos e imaginarios… Ob. cit., 2011:199).
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La variabilidad de las antropomorfas, según este arqueólogo, va desde las simples hasta de gran complejidad:
ataviadas
con
túnicas
y
tocados,
portando varas o báculos, hachas, escudos y lanzas, en actos de pesca o en la imagen icónica del sacrificador1 con un hacha y una cabeza cercenada en una de sus manos…
Su
época, ca.
500 AC – 100 DC.
Dibujos de geoglifos de Chug–Chug, que representan figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas.
44
Descarta que hayan sido meras señales de tránsito… sino un sistema comunicacional de expresión y expansión de contenidos e imaginarios e ideológicos. Elemento icónico homogeneizante y relevante es la cruz andina, que se presenta en distintos soportes: litoescultura, cerámica, textiles, petroglifos… Concluye Pimentel que los geoglifos jugaron un rol clave como manifestación de los contenidos ideales e imaginarios de las comunidades que le
dieron vida, y cuya imagen nos resulta la mejor revelación normada de ese imaginario en su propio mundo de representaciones (2011:180). Se pueden observar en afloramientos rocosos en Huatacondo (extremo sur de Tarapacá); en quebrada de Tamentica; a lo largo del camino al pucará de Lasana en rocas desprendidas de los acantilados; en aleros rocosos de la quebrada de Caspana; pictografías en Paposo (quebrada vecina a Taltal); zona de Tocopilla y otros.
1 Respecto del sacrificador, es personaje que lleva un hacha u otro instrumento cortante, una cabeza humana cercenada y, a veces, un cautivo con las manos atadas o un cuerpo descabezado. Decenas de instrumentos del norte de Chile, tallados en madera o huesos, textiles, objetos metálicos y paneles rupestres, muestran diversas versiones… Una de las características de la iconografía andina es que muchas de las situaciones representadas en imágenes, responden a acciones realizadas y no a discursos míticos o idealizados.
Los
mitos operaban como modelos para la acción
ritual… en los cementerios del desierto chileno los arqueólogos han encontrado hachas, tumis, cabezas sin cuerpo, cuerpos sin cabeza y restos desmembrados que demuestran que hubo víctimas sacrificadas…
(En Gorros del Desierto de Atacama. Headwear of the Atacama Desert. Museo Chileno de Arte Precolombino. José Berenguer R. Edición bilingüe. Ograma impresores. Santiago,
2015. Pág. 87).
Jannice Rojas Vásquez, el Niño vestido de blanco, petroglifo, Sector Chacras Viejas, en Lasana. Relatos y poemas del
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Valle y del Alto, de Osvaldo Rojas Mondaca.
Respecto de Caspana, valga acotar que el trabajo de Leonor Adán M., Mauricio Uribe R., Pilar Alliende E. y Nuryluz Hermosilla O., Entre el Loa y San Pedro: Nuevas investigaciones arqueológicas en la localidad de Caspana (Prov. El Loa. II Región, Chile), nos dice que en su arte rupestre se registran grabados, pinturas y mixtos; y que las pinturas utilizadas,
son de colores rojo, negro, amarillo, blanco y verde; que los motivos zoo, antropomorfos, geométricos y abstractos; que destacan figuras de camélidos en una gran variedad de estilos, en
Salado, Taira, Santa Bárbara e Inka… que en la Cueva del Diablo, hay un panel con tres antropomorfas, con
varios casos vinculados a los del río
camisas y tocados cefálicos asociados a una hilera de camélidos estilizados, que son llevados con una soga por uno de los hombres.
45
El historiador Óscar Bermúdez Miral, en su artículo de divulgación, El arte rupestre en los desiertos del Norte (En Viaje. Revista mensual. Septiembre 1958. Año XXIV. Edición N° 299. Págs. 18 y ss.), trataba de dilucidar el misterio que encierra la confección de dichas figuras; especula que éstos pudieron haberse hechos
para que los dibujos quedasen inaccesibles a manos extrañas.
Bermúdez Miral, continúa y expresa que: en el camino de Chiuchiu a Lasana, (hay) zoomorfas, de vicuñas, zorros, gatos, pájaros, advirtiéndose raras veces la forma humana.
valiéndose de una silla colgante, sujeta con cuerdas en la cima del barranco; pero igual es posible que los grabadores se hayan podido afirmar en partes salientes de la roca, las cuales destruyeron después
Jannice Rojas Vásquez, Lasana, petroglifo, Sector Descanso en Lucio, en Ob. cit., de Osvaldo Rojas Mondaca.
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Estos lugares siempre provocaron un estado de seducción quizás porque el sitio fue electo previamente por su sacralidad natural o por su ubicación en correspondencia con el mapa del cielo nocturno. Fascinante ciencia nueva es la arqueo–astronomía que investiga la relación de las constelaciones nocturnas con los espacios sacros de las diversas culturas originarias del mundo.2
los inicios y expansión de su vida sedentaria y del proceso agro–alfarero y aún más, incluso, se encontraron otros pertenecientes al periodo de ocupación hispana, donde se dibujó sobre piedra, la planta de una iglesia católica.
Del historiador al literato, pues Mario Bahamonde, expresó su fascinación por esta destreza parietal y lo dio a conocer en la revista Áncora N° 5, de 1971:
Hay
un imponderable de fascinación, de extraño
encantamiento
que
golpea
más
hondo
en
el
auténtico nortino y que lo lleva a intentar la superación de estas dificultades para desentrañar el contenido del remoto pasado humano regional…
Allí,
en las piedras de unos paredones, hay unos
extraños dibujos de llamos, vicuñas, quipus y la
46
clara figura de un inca, todos ellos en un color rojo encendido.
El viajero debe subir hasta ese muro
por una pendiente dura y jadeante, hasta llegar a una terraza.
De seguro fue un lugar sagrado, ¿de quiénes?, ¿y con cuáles extrañas ceremonias de dolor y de sangre? Falta averiguarlo, como falta por averiguar toda la honda existencia ancestral
Pintura rupestre, del Formativo Temprano, en Sistemas de proyectiles y cambio social durante el tránsito Arcaico Tardío de la puna de Atacama, de Patricio de Souza Herreros.
de esta tierra.
En una oportunidad le escuché a Lautaro Núñez, una experiencia vivida en la quebrada de Tarapacá, donde gracias a información previa, un grupo de investigadores inició una expedición, trabajo de campo, para dar con el lugar de un conjunto de petroglifos que se encontrarían en un paredón rocoso. Al internarse, se llegó a un lugar junto a altos acantilados; sintió la convicción por el clima de indudable sacralidad del espacio, que ese era el sitio y en efecto lo era; estaban a una altura en que solo descolgándose podrían acceder al lugar. La sensibilidad del estudioso para percibir la dimensión, el clima sagrado del espacio, hizo posible dar con el lugar antes que llegara el guía. El Rupestre Atacameño se desarrolla en las etapas correspondientes a su vida trashumante al organizarse en macro y micro bandas, luego en
El Dr. en arqueología, Agustín Llagostera, aporta una reflexión valedera y honda en torno al sentido profundo de éste:
Entre
los pueblos aborígenes, desde muy antiguo,
existe la creencia generalizada de que la muerte es solo el paso a otro estado de vida a través del cual se pasa a morar en la dimensión donde residen las entidades que controlan el mundo terrenal.
A
través de ritos y ceremonias se mantiene la
comunicación con los difuntos y se asume que ellos pueden interceder ante las entidades en beneficio de los mortales.
Esta ansiedad la dejaron plasmada en los petroglifos y pictografías, verdaderas cartas dirigidas al más allá; mensajes en las rocas que expresaban el
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deseo de establecer contacto con las entidades del destino para manifestar la sentida necesidad de una cacería fructífera, el voto por la prosperidad de los animales que representaban su sustento y el anhelo de la mantención del equilibrio cósmico que se
Solo a manera de curiosidad y como acotación marginal, digamos que otros dibujos que se pueden observar desde el cielo, son las cartas de los aeródromos de emergencia, ejemplos, Quillagua, María Elena:
traducía en bienestar general.
Para
ellos no era una obra de contemplación o
deleite como lo es para nosotros, sino una forma de elevar una plegaria, un ruego, a través del mágico trazado del dibujo; era un lenguaje mágico para comunicarse con las entidades sobrenaturales.3
Tres kilómetros al norte de Quillagua se marcaron las cuatro esquinas de un pequeño campo aéreo de emergencia de
450
por
200
Cinco
kilómetros al este de la
demarcado con una gran
Retornemos al pukará de Lasana, en la medida que el periódico Críticas y problemas, se permite saludar a Roberto Montandón, quien estuvo alrededor de cuatro años, en labores de restauración, y:
metros unido por un
camino al pueblo…
L
Oficina Grutas
fue
de cal en sus cuatro
esquinas, un campo aéreo en un terreno duro y arenoso, de
600
por
orientado de sur a norte.
400 No
metros de ancho, muy lejos de allí, a
Oficina Santa Fe, 500 por 400 metros4
dos kilómetros al noroeste de la se marcó otro similar de
… luchó, piedra a piedra, por reconstruirle, remató su obra con éxito verdadero. No se trata de una faena de artesano, sino que de cientista y artista, alianza que define a este hombre que, en la soledad del desierto, disfruta con nuestro panorama de fuego y lucha por erigir en Chile, una conciencia de sus principales hitos arqueológicos para bien de su propio destino.
2 Interesante es atender lo que señala el geólogo Guillermo Chong D.: Los cielos son tan estrellados que los pueblos atacameños buscaban interpretaciones en el cielo nocturno no como los griegos, al destacar las estrellas, sino que en las sombras que dejan las estrellas en la Vía en
Láctea. El escenario geográfico de la Región de Antofagasta, Guillermo Chong y Gerhard Hüdepohl,
Región de Antofagasta. Pasado, presente y futuro. Core. Consejo Regional, 2% de Cultura – UCN. 2009:23.
3 Dr. Agustín Llagostera Martínez. Los antiguos habitantes del Salar de Atacama. Prehistoria Atacameña. Pehuén Editores – UCN. Santiago, noviembre 2004. 4 Alberto Moreno Fernández. La aviación en Tocopilla. Dirección General de Aeronáutica Civil – Chile. De la serie de la Aviación Regional – Tomo N° 4. Santiago, agosto 2014, pág. 9.
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Camélidos andinos, tema central En el Rupestre de la prehistoria europea (Cuevas de Altamira, España), el tema central no es el hombre sino el animal, elemento que hace posible la subsistencia: la caza mayor. La delineación de la figura humana en esta etapa del proceso de la humanidad, es decir, del Arte, es complementaria en la composición, son solo trazos que sostienen un arco y flecha. En la prehistoria europea, son bisontes, ciervos, mamuts, etc., y acá camélidos, llamas (Lama guanicoe), vicuñas (Vicugna vicugna), alpacas (Lama alpacae) y guanacos (Auchenia guanacus), al igual que en Europa la figura humana son solo líneas que sostienen un arma aunque con algunas excepciones en que se la dota de formas.
48
nuestro abecedario, caracteres inspirados directa o remotamente en formas naturales. Llamas y camélidos fueron dibujados por percusión en estilo naturalista: al pastar, al ser cazadas, desplazándose, preñadas, o en procesos de domesticación. La figura humana no estuvo ausente en nuestra práctica rupestre, esa pictografía que muestra a una joven con faldellín y pechos desnudos en una actividad de danza ritual y o domesticación de una llama, dota a nuestro arte parietal de esa calidez y ternura de lo femenino, y alcanza una síntesis poderosa en esa composición maestra del rupestre atacameño, el petroglifo El Señor de los Camélidos5 donde el shamán o personaje mítico, provisto de una máscara solar y boca de felino, sostiene en alto en cada mano una rama o cetro en actitud de poder o bendición de dos camélidos unidos por sus grupas en un dibujo esquemático y no orgánico. Los arqueólogos lo califican en el estilo Isla.
Petroglifos informalistas o no figurativos
Es evidente que el tema no es lo más importante, pero es motivo o excusa para desencadenar vivencias profundas y de validez universal (hay una lectura más profunda de líneas y formas, el color suele florecer sobre la representación madura). Es posible que los primeros bosquejos de llamas tuvieran como motivo provocar un efecto de magia simpática, permitiendo una cacería y/o domesticación exitosa, posterior al dibujo de ellas, en las paredes del alero rocoso o dar gracias por tenerlas e invocar y exorcizar generosas pariciones. El petroglifo, o dibujo por percusión sobre la superficie oxidada de la piedra, revela la profundidad del esfuerzo por grabar la línea que pronuncia o designa lo real, intensidad que aún se conserva. Del dibujo nació el diseño de las letras de
En un escenario de museo in situ, la iconografía del rupestre nortino va desde lo naturalista al lenguaje simbólico e incluso abstracto. En los alrededores de Taltal, amén de las magníficas pictografías en torno a la caza de ballenas, se descubrieron esquemas informalistas, que proyectan un ejercicio gratuito de líneas incisas sobre la superficie oxidada de la piedra, sin la pretensión de dibujar un carácter natural quizás solo por el goce de rayar o de ver aparecer una forma incisa. Estas rayas, las encontró con anterioridad, el Padre Le Paige S.J., alrededores de San Pedro de Atacama, década del 60. Él hablaba de bocetos. Le Paige S.J., dio no sólo una, sino dos noticias:
de su descubrimiento arqueológico de huellas del hombre del paleolítico, el 4 de noviembre de 1955, en Tambillo, a 27 kms al sur de San Pedro de Atacama, y los efectuados el 18 de diciembre cerca del Salar de San Martín, a 10 kms al sur de Ollagüe.
5 El Señor de los Camélidos lo llevé al dibujo primero y luego a una pintura de gran formato y que exhibí en Sala de Exposiciones de UA, en 2007.
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Esto lo hizo a través de la revista Mensaje, según José A. González P., en su artículo La revista Mensaje y su mirada a la sociedad chilena en la década de 1950, que se puede leer en Los jesuitas en el desierto de Atacama. Evangelizando el norte bravo, siglos xix y xx (2006).
Petroglifos abstractos de Punta Negra, Taltal El arqueólogo Patricio Núñez Henríquez (1938 – 2017), es autor de Vivir después de soñar (Proyecto Fondecyt N° 1100951. Investigadora María Victoria Castro Rojas. Museo Augusto Capdeville, Taltal. Andros Impresores. Santiago, 2016), donde interroga los posibles considerando de los petroglifos abstractos de Punta Negra. Protagonista: conjuntos de líneas rectas, incisas en la piedra, material eterno para signos y símbolos de los antiguos, alineadas en verticales, diagonales u horizontales. Es un verdadero aporte al estudio de la Historia del Arte en la región, específicamente en el campo del espíritu abstracto y está escrita con rigor científico de arqueólogo y sensibilidad de artista.
geométrica y del expresionismo abstracto o informalismo. Los nombres de Vassily Kandinsky, Paul Klee, Mondrian, Pollock, Antoni Tapies, ayudan a entender el fenómeno del arte abstracto, como síntesis poderosa de una tensión espiritual extrema, de contenidos inefables. Conviene recordar que la revolución formalista del arte occidental, en los inicios del XX, permitió redescubrir otros universos de Belleza, tildados de bárbaros o primitivos, cuando aún se estaba bajo el influjo de los cánones de la herencia Greco– Romana. Transcribo algunos párrafos de su capítulo final:
Estos hechos permiten postular que los petroglifos habrían sido realizados durante actividades rituales en espacios considerados sagrados donde se interactuaba con lo sobrenatural. Lo más aceptable sería, entonces, la intervención de personas muy especiales, los chamanes. Para comprender el origen de las creencias animistas como del chamanismo en Punta Negra, se tuvo muy presente la estética y características, al considerar que dicha comunidad costera, con toda seguridad, manejaba ciertos principios de religiosidad, como la importancia del concepto de las energías que emanan de todo ser u objeto, para explicar lo visible por lo invisible, en este caso las rocas.
Se ha dicho que la curva es la línea de Dios, desplegada en la naturaleza y que la recta es creación del hombre. Hay que reconocer que la vertical establece en el espectador un estado de anhelo hacia lo alto; no olvidar la verticalidad del gótico y la horizontal que nos relaja y descansa. En los paneles rocosos de Punta Negra, ¿podemos referir de una lluvia torrencial de verticales, de hiladas de lluvia o del mapa del cielo? ¿Las rectas virtuales unen una estrella con otra? En los petroglifos, analiza una cruz, en que la recta, es la vertical que interviene la horizontal, cuya fuente inspiradora es el horizonte marino, (en la condición receptora de mamacocha). La recta vertical irrumpe e interviene la naturaleza en el acto de la voluntad humana, estableciendo otra dimensión de lo real, una sobrenaturaleza. En su libro, Núñez comienza por investigar el concepto de Belleza, presente en la reflexión de filósofos y estetas; prosigue su indagación en las meditaciones escritas, de artistas del pasado y del XX, en especial el pensamiento de aquellos que fundaron las bases conscientes de la abstracción
Y concluye:
Las rocas sagradas, o huacas serían de las primeras manifestaciones conocidas de la costa norte de Chile con ritualidad mágico religiosa en un espacio preestablecido, que habrían podido funcionar dentro de las relaciones sociales de poder, pues en ellas se involucraba la conciencia individual y social de la comunidad con su chaman o guía, y la comunidad que hace suya la ritualidad ceremonial, participando, creyendo. Viviendo después de soñar.
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Se debe sumar una maciza bibliografía: Adorno, Eco, Eliade, Hauser, Kant, Levi–Strauss, Marx, Mostny, Capdeville…, que resumen filosofía, estética, arte, política, para estos más de 40 paneles
rocosos de batolito con cinco conjuntos de rocas, es decir, una muestra no menor, para aquellas rayas o aparentes marcas de afiladores, que indicarían un trasfondo espiritual.
Petroglifos y rutas caravaneras
Si bien el rupestre cumplió funciones para señalizar las rutas caravaneras que conectaban la costa con la precordillera, es indudable que, en lo fundamental, asumió funciones mágicas a través del arte del dibujo y en algunos casos incluso del color.
50
Conviene observar que los en la superficie de piedras o paredones rocosos, proyectan imágenes en forma libre, sin enmarcarlas ni separarlas del paisaje circundante e inserto en él. Es posible que en esas etapas de los inicios, al no estar la sociedad estructurada y moverse desenvueltamente por la geografía nortina en micro o macro bandas
trashumantes, en busca del alimento y de buenos pastos, la imagen no se separe del entorno por un marco, ella está inserta en la naturaleza como sobrenaturaleza o creación estética. Quizás hoy el artista, que no acepta dibujar o pintar en un formato que sea dable enmarcar, es el grafitero (guardando las distancias), que escoge amplios paños de muros de la urbe a la vista de transeúntes y vecinos, a quienes brinda el goce de romper la monotonía diaria de ver las mismas puertas, muros y ventanas, interviniendo con gozo el rostro cabizbajo.
Geoglifos de Chug–Chug
Geoglifos de Chug –Chug Catastro de Geoglifos. Luis Briones y Claudio Castellón.
La técnica del dibujo sobre la superficie de la tierra son los geoglifos, trazados al utilizar la piedra aglomerada para establecer los trazos o líneas, como sobre la cálida piel de la madre tierra, en un ejercicio amoroso sobre las convexidades o concavidades de las faldas de cerros o quebradas.
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Geoglifos de Chug –Chug. A unos 250 kms al noreste de Antofagasta, cercanías de María Elena, última salitrera habitada y activa, es posible encontrar la mayor concentración de geoglifos atacameños. Son más de 400 entre abstractos y figurativos distribuidos en cinco cerros, con representaciones de técnica rupestre que podrían alcanzar una antigüedad de hasta tres mil años. Están en faldeos de los cerros de tal modo que pueden ser observado desde el plano o desde otro faldeo; es obra en equipo ya que de otra manera hubiera sido imposible efectuarlos, mientras unos ejecutaban otros corregían y dirigían desde la distancia. El problema radica que una persona al caminar en un terreno plano puede que lo haga sin darse cuenta de que está sobre una expresión artística ancestral, a ello se suma hoy desde el paso de vehículos motorizados: automóviles, motocicletas y ciclistas que los intervienen sin ningún respeto: alevosamente.
Geoglifos de Chug –Chug La técnica o diseño directo sobre la superficie de la tierra consistía en retirar el material oxidado o más oscuro, deja al descubierto la superficie cruda o más clara y conforma así el lleno de la figura o acumula el material suelto de piedras para darle cuerpo al trazo o línea que la delimitaba.
Geoglifos entrada norte al área montañosa de Chug –Chug. Dibujo: Jaime Pérez Millán.
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Realidad que se avala con lo planteado en el Prólogo de Branko Marinov Martinic, para Catastro de Geoglifos. Provincia de Tocopilla, Región de Antofagasta, Chile (2005), de los investigadores Luis E. Briones Morales y Claudio E. Castellón Gatica. Marinov, detalla:
52
Estos trazos ancestrales se encuentran diseminados en nuestro desierto, conforman la más extraordinaria, rica y desconocida “galería de arte”. Pero están a la intemperie, en lugares recónditos y de difícil acceso. Por siglos, han permanecido dramáticamente expuestas al deterioro casi siempre irreversible por causas tan diversas y complejas, como entre otras, la erosión eólica; la corrosión ácida y salina; los cambios bruscos de temperatura y por la acción devastadora del ser humano que, los destruye, los desfigura ex profeso o inadvertidamente ya sea por puro vandalismo o como resultado de temerarias prácticas a campo traviesa en motocicletas o poderosos vehículos todo terreno.
Este patrimonio arqueológico, solo se aprecia de manera íntegra con imágenes aéreas, desde un cerro a otro o desde el paredón contrario en una quebrada. Los pueblos del interior de la región de Antofagasta efectuaban travesías con camélidos a través del desierto para el trueque de productos de un oasis a otro, alcanzaban hasta litoral e incluso a regiones vecinas. En estos tramos –que ahora se estudian con el nombre de rutas caravaneras–
las comunidades prehispánicas dejaron dichas representaciones que van desde vestimentas de su época, llamas que pastoreaban, balseros que navegaban en cueros de lobos inflados y peces espada que extraían desde el litoral y todo un rico bagaje de imágenes simbólicas o de difícil traducción hoy. Se estima que allí está la mayor concentración de geoglifos a nivel mundial, solo comparables con Nazca (centro Sur de Perú), que es patrimonio de la humanidad. En el inventario de sitios con geoglifos, Briones y Castellón, Ob.cit., para la comuna de María Elena, destacan: Cerros León, Aguirre, Posada, Las Mulas, Figuras, Soronal, Las Fundiciones; Cerrito Lagarto; Los Balseros, La Encañada, Santa Fe oeste, Rosa–22, Sloman Norte, Chug–Chug, Pampa Algorta, Mina Fakir Norte. Y para la comuna de Calama: Lomas sureste de Chiuchiu, Cerro Chintoraste, Cerrito de Aralar, Las Torres, Cerrito Negro, Toconce, Cerros de Moctezuma y Chuquicamata oeste. Los autores especifican que el cordón montañoso conserva unos 450 geoglifos, que se distribuyen en cinco paneles con eje norte–sur, orientándose la mayoría en dirección este:
Chug–Chug, es quizás el sitio más importante de la Segunda Región (hoy, región de Antofagasta), no solo por la cantidad de los diseños sino por su variedad. Aquí es posible observar círculos concéntricos y punto céntrico, círculos con punto céntrico, rombos escalerados, balseros arponeando, figuras humanas simples y complejas, zoomorfas, ornitomorfas y abstractas.
Geoglifo Cerros León. Figura antropomorfa que sostiene un pez con su mano derecha.
Geoglifos La Encañada. Sector Antena. Izq.: Frente a petroglifos de Calartoco.
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Geoglifo Cerrito Lagarto – Santa Fe Norte. Margen Este río Loa inferior. Lagarto de cuerpo henchido, posiblemente relación con algún culto a la fecundidad. Geoglifo zoomorfo
Geoflifo ornitomorfo.
53
Vía Cerro Posada.
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Tomas Sepúlveda, antropólogo y director de proyectos en “Desierto de Atacama,” con respecto a Chug–Chug estima que: Los geoglifos son como un libro, escrituras monumentales que nos dejaron los antiguos habitantes de Atacama.6 La Fundación Desierto de Atacama solicitó al Ministerio de Bienes Nacionales, enero 2015, que el polígono sea declarado como Bien Nacional Protegido, de igual modo solicitó junto a la Mesa Intercultural Parque Arqueológico Chug–Chug, liderada por las comunidades indígenas de Chunchuri en Calama y de Quillagua, y propuso un modelo de gestión para que las propias comunidades administren el parque.
54
Sin ser foco específico de su atención, el arqueólogo Luis Briones Morales, nos entrega una referencia colateral en su texto Geoglifos del Norte de Chile. Región de Arica y Parinacota (Gobierno de Chile. Consejo de Monumentos Nacionales. Salesianos
Impresores S.A. Santiago. 2008), respecto de los geoglifos de Chug–Chug:
… en la comuna de María Elena, se han localizado importantes sitios con geoglifos y sus contextos arqueológicos asociados, propios del complejo caravanero. Del mismo modo, contamos con antecedentes que testimonian la presencia de algunos sitios en la comuna de Calama, siempre en el contexto del tráfico caravanero desde o hacia San Pedro de Atacama, enclave cultural importante en el proceso de intercambios con otros territorios, en especial el noroeste argentino por el este y el Pacífico por el oeste. Algunos sitios marcan su relevancia como la sierra de Chug–Chug, serranías que bordean el río Loa, cerro Posada y otros. Todos conservan geoglifos de características comunes pero, muestran lo que los hace diferentes. (Ob. cit., pág. 20).
Geoglifos. Camélidos. Santa Fe Oeste.
Cultura Tiwanaku, centro de irradiación cultural y religiosa
Hace 1450 años… A orillas del lago Titicaca, a 3.800 m.s.n.m., fue consolidándose un verdadero estado, al parecer no imperialista cuyo influjo se hizo sentir gracias a su cosmovisión religiosa, hasta el punto que Llagostera le llama, el Gran Oráculo de Taypicala, nombre que significa Piedra del Centro, su expansión pacifica
se estableció a través de colonias, en partes del territorio puneño que hoy nosotros designamos como Complejo Cultural de los Andes Centrales, que incluye además de Bolivia, el sur del Perú, nordeste argentino y norte chileno.
6 El Mercurio, Antofagasta, diciembre 25, 2016. “Los geoglifos de Chug-Chug que resisten el paso del hombre”. Fundación Desierto de Atacama.
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El complejo arquitectónico de Tiwanaku es monumental y está conformado por estructuras piramidales, hasta la hermosa Puerta del Sol, donde podemos observar a Viracocha, a quien un autor llama el Dios que llora por lágrimas que de 3 en 3 se deslizan por sus mejillas. Se calcula que la urbe prehispánica y su centro ceremonial pudieron albergar 30 mil habitantes.
Tabletas
de
San Pedro
de
Atacama
El influjo estético– religioso de Tiwanaku en la cultura Atacameña le hizo perder en cierto modo su identidad, que recuperan tras la pérdida de su hegemonía. A sus características estéticas nos referimos, en el diseño de tabletas para el uso de alucinógenos.
y el uso de
alucinógenos
El arqueólogo Agustín Llagostera Martínez, publica un texto denso pero de agradable y asequible lectura, en torno a las Tabletas de San Pedro de Atacama, arte y shamanismo, editada por la UCN mediante el Consejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, convocatoria 2016. Quien desee profundizar en el alucinante tema del uso de alucinógenos en nuestros pueblos originarios, ésta otorga la posibilidad de quedar informado en plenitud.
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Los invasores hispanos las denominaron: tabletas de rapé pensando en la costumbre europea de aspirar tabaco en polvo. Las tabletas de San Pedro de Atacama, las más bellas, en su mayoría corresponden al poderoso influjo del gran centro religioso de orillas del lago Titicaca, Tiwanaku, en cuyo entorno no hubo imposición militar, solo presencia cultural y religiosa. Si bien eran para aspirar alucinógenos, las de mayor fuerza y belleza estética fueron labradas en madera, hueso o piedra bajo la cosmovisión Tiwanaku, antes y después de la presencia del gran centro religioso panandino, la cultura Atacameña ya había diseñado y elaborado las propias, con mayor sencillez, ateniéndose a su religiosidad agro–pastoril. Ricamente labrada en su segmento superior para ser sostenida, con una iconografía que alude a energías del mundo animal a través de imágenes de felinos: gato andino, puma, jaguar y aves falcónidas como el cóndor, iba acompañada de
un tubo para aspirar la sustancia psicotrópica a través de las fosas nasales. Las imágenes eran bi o tridimensionales, con piedras como turquesas, por ejemplo, engastadas en el cuerpo de la imagen o en sus bordes. Esta iconografía pese a ornamentar una tableta para su uso mágico–religioso posee una gran belleza estética y a pesar de sus dimensiones tan pequeñas, gracias a su hieratismo sacral revelan un evidente sentido de monumentalidad, que le permitió al arqueólogo Llagostera traducirlas a obras escultóricas que se ubican en el Parque Atacameño a la entrada del Campus Angamos de la UCN (ver textos dedicados a la Escultura en Antofagasta).
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Las sustancias alucinógenas que hacían posible el trance o éxtasis del shamán para entrar en comunicación con sus dioses bondadosos o malignos, eran sustancias de origen vegetal, que eran depositadas en polvo en la concavidad de la tableta, procedentes de la selva amazónica o de zonas arbóreas del noroeste argentino, como es el caso del cebyl de uso entre los atacameños. Estas sustancias psicotrópicas están presentes en diversos pueblos y culturas a través del tiempo:
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Los shamanes americanos y en especial los sudamericanos, casi sin excepción, utilizaron y utilizan plantas psicoactivas para inducir al éxtasis. Dentro del centenar de plantas americanas, destacan la ayahuasca o yaje, una liana que crece en las regiones selváticas y que hoy ha sido incorporada en las ceremonias de religiones modernas, como el Sant Daime en Brasil; varias enredaderas como el ololinqui, pariente del suspiro que adorna las rejas de nuestros jardines; el floripondio, cuyas flores pendulan inocentemente en las plazas y avenidas; una gran variedad de cactáceas como el peyote de los mexicanos y el San Pedro de los andinos; numerosas especies de hongos de los géneros Psilocybe y Panaeoulus; el Kaule y el latue (árbol de los brujos) entre los mapuches; las semillas de la vilca o cebyl, uno de los alucinógenos más difundidos entre los nativos de América del Sur. En los lugares donde se dispone de varios de estos vegetales, se reconocen poderes específicos para cada uno de ellos; entre los aborígenes yagua de Loreto (Perú) se distingue los que hacen ver y los que hacen viajar; los que enseñan el arte de curar o de hechizar; los que calientan el cuerpo o los que afinan o embellecen la voz para seducir; los que dan fuerza; los que queman las almas o cicatrizan las heridas, y los que se intercambian con las entidades. Los shamanes no eran solo curadores sino, líderes políticos importantísimos, los que al tener éxito se podían convertir en líderes locales y señores absolutos.
Arte y shamanismo
El fenómeno del shamanismo está presente en todas o casi todas las culturas ancestrales, el término shamán proviene de la región de Siberia, que se aplica a este personaje sacerdotal que utiliza toda una parafernalia incluso el uso de hierbas y semillas con poderes psicotrópicos, música propiciatoria, etc., cae en estado de trance al identificarse con los poderes de felinos en la zona andina, del jaguar en la amazonía o con aves falcónidas para contactarse con entidades invisibles, protectoras o malignas. El shamán hoy ejerce un tal poder de fascinación, hasta el punto de que existe un movimiento, el neo– shamanismo, que lo practica el hombre occidental, a veces con asesoría científica o sin ella, cayendo en manos de charlatanes. Está enraizado o identificado con las fuerzas de la naturaleza tanto diurnas como nocturnas y la droga le permite trasladarse o viajar a través del cosmos. Ejerce poderes ya perdidos, (conservados hoy por el poeta, el artista que indaga en lo profundo) o en el hombre o mujer sensible a la naturaleza, que no solo la mira, sino la contempla (con–templo), con sentido sagrado se siente miembro de ella; aprende en el silencio a escucharla como un canal de comunicación entre el cielo y la tierra, y dialoga con las entidades invisibles para ayudar a su pueblo. Transcribo, de nuevo un texto de Llagostera del capítulo: Cosmovisión y Arte Shamánico, ob. cit.:
Dentro de este contexto, pasa a ser el recurso psicológico más importante que coadyuva a la supervivencia del ser humano, constituye un artificio mágico para interactuar con un mundo que se piensa está gobernado por fuerzas sobrenaturales. En estas circunstancias, no solo se asocia a la magia, sino que es magia per se; es el recurso cabalístico más valioso, ya que tiene el poder de ejecutar signos que materializan los elementos de una ansiedad. A través del diseño se produce la comunicación con las entidades que se suponen controlan la existencia y el destino del mundo terrenal, expresan gráficamente la esencia del problema para el cual se desea la intervención divina.
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Las imágenes no solo representan a las entidades, sino que son capaces de captar su esencia o incluso su presencia: son la materialización concreta, tangible y visual hacia las cuales dirigir la plegaria, al igual como sucede con las imágenes de los santos en los templos, o con las modeladas entre las comunidades indígenas, tales como talismanes zoomorfos, muy apreciados por creerse que protegen a los animales a los que representan y que favorecen la reproducción de las mismas. …, el shamán necesita de las imágenes simbólicas, representativas del numen con el cual quiere interactuar o del evento que se quiere reproducir lo que, ayudado por los alucinógenos, producirá la transformación esperada, siendo a veces el contacto físico con el elemento real o con su representación plástica lo que desencadena el mecanismo mágico de la transmutación.
Llagostera, nos informa que ellas estuvieron en uso en grandes facciones de las culturas originarias del continente, pero al estar labradas en madera o hueso la intensa humedad de zonas selváticas o boscosas, las haya destruido uniéndose a la tierra de las sepulturas. Gracias al clima del desierto más seco del mundo, las pequeñas y grandes obras de las tabletas de San Pedro de Atacama, transforman al Museo Arqueológico, en un reservorio único y singular, donde están presentes tabletas anteriores al influjo Tiwanaku y posteriores, además de las de pueblos vecinos que si no hubieran llegado al territorio Atacameño, quizás por trueque, jamás habríamos conocido.
El Hieratismo Sacral en las tabletas de San Pedro
Es en el complejo alucinógeno, en sus tabletas y tubos de aspiración, donde se hace positivo el fuerte influjo de una de las grandes culturas de los Andes Centrales: Tiwanaku. En estas pequeñas tabletas es posible observar la imagen del shamán en estado de trance o sosteniendo en su mano la
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cabeza decapitada de la víctima por medio de un diseño que evidencia un hieratismo sacral propio de una experiencia mágico–religiosa profunda, como era la proveniente de las orillas del Titicaca o Cultura Tiwanaku. Las artes en que se da un predominio de una concepción mágico–religiosa fuertemente estructurada, elimina el movimiento en las figuraciones, y le otorga preeminencia a un poder espiritual intangible que emana del diseño casi geométrico de los objetos o piezas sagradas.
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El fenómeno está presente en varios periodos de la Historia del Arte, hieratismo sacral, por ejemplo, en el Egipcio o Bizantino y es algo mucho más profundo que el producto de un estado jerarquizado o todopoderoso, es un fenómeno casi inefable, en que las formas fijas irradian vida desde su quietud, desde su contención estética voluntaria y consciente. Los en movimiento para el hombre occidental significan vida y las en reposo o estáticas, muerte. Para los antiguos uno en quietud era vida irradiante desde lo profundo del Ser.
Petroglifos, acción mágica y/o shamánica
Es posible que el creador que dibujaba por percusión o pintaba sobre piedra o en un paredón rocoso o lo hacía directo en la tierra fuera shamán, es decir, ejerciera una función sacerdotal, puente entre su pueblo y sus dioses. Cabe recordar que todas en sus inicios estuvieron unidas a rituales mágicos–religiosos, efectuados en santuarios naturales. El inicio de una creación parietal y su terminación, imagino que iría acompañada de un ritual donde danza, música y canto, creaban un clima propicio a la labor de creación del shamán. Es indudable que hasta nuestros días, el ejercicio conserve aún una dimensión mágica, en especial, para quien observa desde fuera el acto creador. Al ser tema central de este estudio, las pictografías son magistrales: las jovencitas cubiertas solo por faldellín y senos desnudos, al participar en una danza comunitaria; la caza de ballenas en la quebrada de El Médano (aprox 90 kms al norte de
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Taltal, entre los 1300 y 1700 msnm), y los camélidos dibujados y pintados en los aleros rocosos del Alto Río Loa, nos recuerdan que no fuimos los primeros en traer el arte de la pintura al Norte.
Pictografías o pinturas Cueva de San Lorenzo,
de
Taira, Yalquincha,
Quebrada de El Médano, e Izquña, Taltal
Pictografías o pinturas de Taira
Estas pinturas son excepcionales por su composición de camélidos superpuestos, figuras antropomorfas e intensidad del color, lo cual testimonia dominio del tema y técnica pictográfica. Transcribo detalles técnicos y apreciaciones de dos importantes investigadores del Arte Rupestre: Grete Mostny y Hans Niemeyer7:
Fueron descubiertas en 1943 por Stig Ryden y dadas a conocer al mundo científico, la existencia de un gran yacimiento de pinturas rupestres en Taira, en el cañón del río Loa Superior. Las pinturas se practicaron en la pared oriental del cañón en inmediata relación con la vertiente de aguas calientes de Ampahuasi, y en grandes bloques desprendidos de ella. Al igual que los petroglifos en camino a Lasana grabados en bloques desprendidos del acantilado. La técnica de este estilo es la combinación pintura–grabado. Se graban los contornos de las figuras y se pinta la superficie así delimitada, de rojo y amarillo, y la lineatura incisa se remarca con pintura blanca. Los colores que más se emplean son el rojo, el amarillo y el blanco en sin contorno de grabado. La temática fundamental consiste en la reproducción de grandes y majestuosos camélidos, de perfil; pero hay rebaños de éstos arreados por numerosos hombres, algunos premunidos de honda, de arcos y venablos. 7 Arte
rupestre chileno.
Grete Mostny Glaseer – Hans Niemeyer Fernández. Serie
Patrimonio Cultural Chileno. Colección Historia del Arte Chileno. 1983.
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el
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En el texto Arte Rupestre atacameño, de Bustos C. y Lehnert S., al parafrasear a Berenguer, comentan que en ellas existe una preocupación por la fecundidad y multiplicación de los rebaños de camélidos, a lo que se agrega que estos pastores conocían los movimientos del sol en las distintas estaciones del año y que habrían establecido relación de la posición de las constelaciones con la cosmogonía pastoril. El fotógrafo profesional, Eugenio Hughes González–Pagliere, en su libro San Pedro de Atacama, Servicios de impresión Láser S.A., Santiago, 2011:7, comenta que los paneles que
cubren el paredón rocoso de Taira en el Alto Río Loa, por:
belleza y vitalidad de sus imágenes representan lo más elevado en su género dentro de la prehistoria americana, situándose al mismo nivel artístico de las cavernas pintadas del Paleolítico europeo. Antiguos pastores alrededor del año 500 a.C. utilizaron una combinación de pintura y grabado, superponiendo camélidos en distintos planos como sección de un ritual donde buscaban asegurar la fertilidad y multiplicidad de sus rebaños.
Para algunos la más emblemática la constituye El Señor de los Báculos, representación del Dios Wiracocha, Dios creador de la mitología inca, el más famoso e importante de los dioses andinos. Ver Alto Loa. Identidad y Patrimonio, de Carlos González Riffo, Pro–Loa, 2016, pág. 65.
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Camélido en el alero Taira. Tomado desde Qhapaq Ñan. El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile. Consejo de Monumentos Nacionales. 2015.
Pinturas en Yalquincha
El investigador autodidacta Osvaldo Rojas Mondaca (Director Museo de Calama), en Historia Natural del Desierto de Atacama, nos entrega un dato importante acerca del posible fijativo que se utilizó en las pictografías para su permanencia en el tiempo, transcribo un segmento del texto por la comunión que revela con el quehacer de estos artistas ancestrales: La comunicación por los portales pintados en la roca con los dioses, el tiempo los conserva. Especial atención amerita el Alero Yalquincha, que reúne expresiones del rupestre local. Fueron
elaboradas con minerales de color rojo y negro. Posiblemente, sangre, con fijadores vegetal y animal, mezclados hasta formar pastas, las que aplicadas en las rocas se fusionaron a tal grado que su permanencia se mantiene desde miles de años. Al pretender situarnos en los tiempos del hombre de Yalquincha, éstos habrían entrado en un inframundo; haber compartido con sus dioses un diálogo místico, a través de estas puertas de comunicación con su mundo inmaterial.
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Hoy esos espíritus se revelan en estas pinturas que hieráticas nos quieren entregar los mensajes que guardan, la sonrisa del sacerdote que radiado nos observa, los guerreros en formación mantienen su espera; donde quiera que se mire con atención, se descubren llamas, personajes, geométricas, que no se repiten; cada una está pintada con detalles. Creo que los auquénidos no representan la domesticación, sino vínculos simbólicos entre hombres y animales. El Alero mantiene
concentraciones de vegetales que corresponden a antiguas fogatas, y restos de talleres de fabricación de cuentas de collares de malaquita, lo que nos indica que era necesario destacar el lugar. El taller evidencia la larga permanencia de personas en este lugar; el sacerdote radiado, pared inferior, presenta una flecha en el centro de su tocado cefálico, señal que indica alguna dirección, algún lugar y, que es similar a un petroglifo del Valle de Lasana.
La comunión de Rojas Mondaca con la obra ancestral (el arte como el grado más alto de comunicación del hombre, más allá del lenguaje cotidiano y cercano a la oración), nos convence que no importa que los códigos se hayan perdido, la sintonía y afinidad con dicho arte igual se produce cuando el hombre sensible se hace receptivo a ella.
Calartoco
Bustos C. y Lehnert S., en Ob. cit., se pronuncian por las figuras humanas que aparecen en los petroglifos de Calartoco, que representan a cazadores que sostienen armas ataviados con
penachos, pastores que guían piños de llamas y balseros en actitud de arponear (pág. 55), estos últimos sirven para demostrar el intercambio de bienes en los habitantes del litoral y del altiplano.
Cazador con tocado de plumas y que porta lanza dardos. Gentileza de Jaime Alvarado García.
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Pictografías atacameñas de la Cueva de San Lorenzo
Alegría me produjo cuando por primera vez vi los cuerpos de las bailarinas atacameñas en una danza circular y ritual cubierta solo por faldellines y con sus pechos desnudos, en las pictografías de la Cueva de San Lorenzo. Ya los cuerpos de los cazadores de las de Caspana nos habían hecho sentir el cuerpo joven de los varones Likanantay. De alguna manera, nos hacen comprender que para dibujantes y pintores de esos tiempos, el cuerpo no tenía secretos. Él nos regocija con la certidumbre de un posible Eterno Presente, esas niñas atacameñas que bailan, son las mismas que vemos para el 16 de julio en La Tirana, o el 8 de diciembre en Antofagasta, son ellas, sí. O hermanas de las hermosas Señoritas de Tlatilco, Valle de México, o de las Tanagrinas del arte griego, a.C., estatuillas de barro cocido encontradas en antiguas necrópolis, que nos permite decir que existiría una familia universal del arte.
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Pieza original donde está la figura.
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Pictografías de El Médano
Nuestros arqueólogos nortinos son singularmente sensibles a la dimensión estética del Arte Rupestre, cada uno de ellos, desde Le Paige8, Lautaro Núñez, Bente Bitman, Patricio Núñez, Agustín Llagostera, entre otros, y los que forman equipo con ellos, se distinguen por enfatizar la búsqueda de la expresión artística a través de los trazos incisos en piedra o la intensidad del color, como es el caso de la utilización del rojo en la temática marina de los paredones rocosos en la quebrada de El Médano, que incluso llevó al colectivo “Los del Norte”, a realizar una experiencia de bajar y sumergirse en la experiencia vital del pueblo chango e ir más allá de la búsqueda de identidad, a vivir la experiencia de redescubrir el pigmento (óxido de fierro), para utilizarlo en la reinterpretación de imágenes de este pueblo que no solo cabalgaba sobre las olas, sino que se introducía en los senos profundos de Mamacocha o Madre de las aguas, en busca del alimento o de experiencias sobrenaturales que solo podemos intuir.
Respecto de la cultura atacameña se pronunciaron, Max Uhle, Senéchal La Grange, Cúneo Vidal, Cañas Pinochet, Oyarzún… Omer Emeth (Emilio Vaisse) hizo minuciosos estudios. Al igual que en la década del ‘60, los aportes de la arqueología enriquecían nuestro imaginario… ahora en los inicios del XXI, “Los del Norte”, redescubren la cosmovisión de los changos en su comunión con el mar. El rojo de las pinturas del Médano irradia su intensidad más allá de los bordes de la imagen en este caso: ballenas, cetáceos, congrios, cachalotes, delfines, escualos, lobos de mar, manta rayas, pez espada, pez martillo, y tortugas; cánidos como zorros y perros. El rojo posee hasta hoy distintas acepciones: amor, pasión, peligro, etc. Incluso una dimensión sagrada, en su más alta expresión: VIDA, color al cual tradiciones ancestrales le otorgan un poder protector, un exorcismo a través
Gentileza de Mauricio González Quezada, Caminantes del Desierto. Antofagasta. Se mantuvo la presencia humana, para que sirva de referencia al murallón. 8 De todas maneras no se debe olvidar que antes de él, hubo varios otros; desordenadamente, Ricardo Latcham, padre, desde principios del XX hasta casi 1925, intentó desentrañar los misterios de la civilización atacameña y estableció, después de prolijos estudios, su grado de cultura y la influencia de su civilización… interior de
Latcham,
en persona, pala en mano, hizo excavaciones en todo el
Calama. Sus trabajos están impresos en varios libros que solo algunos bibliógrafos poseen. (Críticas y problemas. Antofagasta, noviembre 26, 1955).
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de la temperatura irradiante del pigmento rojo, absorbiendo lo oscuro. El 2003, Patricio Núñez Henríquez y Rodolfo Contreras Neira, mostraron y demostraron su interés por las Pinturas Prehispánicas de Taltal, y gracias a proyecto Fondart, editaron dicho libro. Después de un tiempo, Patricio Núñez, Contreras y Rodríguez en Reflexiones Antropológicas en torno a la cosmovisión de los habitantes pre hispanos de la costa sur del Norte Grande 9, nos dicen:
Consideramos a la quebrada El Médano como un espacio sagrado, votivo y ceremonial, donde las comunidades costeras establecieron un complejo sistema de comunicación con el mundo sobrenatural, expresando a través del arte pictórico, un lenguaje de interlocución con la naturaleza que se manifiesta y materializa en el mar y sus especies.
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Sitio “Miguel Díaz”, cuyas escenas representadas se relacionan con la fauna marina, donde se distinguen mamíferos como: lobos de mar, delfines y cetáceos en un equilibrio estético armónico, donde la tridimensionalidad que el artista imprime, configura la escena en una perspectiva desde el fondo del mar, donde los animales representados parecen danzar en el agua sobre el centro superior del artista:
En los fauves, en París, a comienzos del siglo anterior, liberaron el color en un juego estético, aquí los changos lo lograron en un juego de vida o muerte (aunque con lo sagrado no se juega); el rojo de El Médano, nos da en pleno pecho, nos pinta por dentro, ¿o será que funciona nuestro mestizaje? La composición sin marcos de estas iconografías nos reservan una sorpresa: las imágenes de pesca mayor de cetáceos en sus briosas balsas de cuero de lobo, al arponear y arrastrar su presa hacia la costa, están vistas desde las profundidades del mar, es la visión desde una perspectiva abisal que tenían los expertos buceadores que, al compararse con el lobo marino, lo pintaron de pie similar a un ser humano. Para mayor abundamiento en la zona de Taltal se encuentran pictoglifos en “Miguel Díaz”, Punta de Plata, Loreto, Tierra del Moro, Quebrada de San Ramón y Caleta Buena y, petroglifos, en Plaza de Indios.
Según lo planteado por Patricio Núñez H. y Rodolfo Contreras en el V Congreso Chileno de Antropología del Colegio de Antropólogos de Chile A. G, San Felipe, 2004, en el texto El Arte Rupestre de Taltal, Norte de Chile, y que sumariamente se detalla a continuación:
Sitio de Punta de Plata: A 300 metros de la línea costera, se aprecia la representación pictórica de tres animales marinos estilizados, 2 delfines y un cetáceo y 2 que no se pueden identificar por su estado de conservación. En el interior del alero se distinguen ocho en mal estado, solo identifica un delfín, un cetáceo y una manta raya. Contiguo al alero principal, otro conjunto, identifica un gran cetáceo y 2 no reconocibles por su deficiente estado.
9 Taltalia. N° 1. Revista del Museo Augusto Capdeville Rojas, Taltal. 2008.
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Sitio de Loreto: Se distinguen animales marinos y un ave en tintes rojizos. Se identifican mamíferos marinos como: cetáceos, delfín, manta raya, una gaviota o ave marina y una abstracta que podría ser una red o chinguillo, con un total de 11:
Tierra del Moro: Encontramos allí un gran bloque granítico aislado con un conjunto de pinturas, que identifican mamíferos marinos como cetáceos, lobo de mar, manta raya y mamíferos terrestres como un camélido y una posible taruca o huemul del norte. Se distingue una abstracta que se puede relacionar con chinguillo, red o corral.
Quebrada de San Ramón: A una distancia de 16.5 kilómetros de la costa y a 830 m.s.n.m., se encuentra un grupo de representaciones
pictóricas sobre un bloque granítico con un animal domesticado (Llama), tirado por un hombre por medio de una soga corta.
Sitio de Caleta Buena: A 6 km al sur de Taltal, se encontró a metros de la orilla del mar un bloque granítico aislado, que tiene representaciones de pescados con la técnica de grabado de incisión estilo Las Lizas (H. Niemeyer, 1985). Éste sería la manifestación ubicada más al norte, como rupestre característico del sitio Las Lizas del norte chico.
Sitio Plaza de los Indios: Aprox a 10 km al sur de Taltal (costa) se llega a la desembocadura de la quebrada El Bronce, sector conocido como Plaza de los Indios. En la meseta norte se ubica una gran pared rocosa, y se distinguen: dos figuras antropomorfas, cruz recostada que mira al sur–este y líneas que se entrecruzan y esbozan otras más complejas que lamentablemente el paso del tiempo y la exposición a las fuerzas de los elementos terminaron por borrar, y dejan en su lugar una extensa capa rojiza.
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Pinturas de Izcuña
Petroglifos de Gatico
Un poco más al norte de El Médano, y pasada quebrada La Plata, está la quebrada de Izcuña y más al norte Botija. Aquí, cedemos el escrito al investigador y arqueólogo Benjamín Ballester R., quien en colaboración con el geólogo Javier Álvarez A., publicaron en Taltalia N° 7/8 (2014/15), Nadando entre alegorías tribales o la Crónica del descubrimiento de las pinturas de Izcuña:
El alto número de pinturas contrasta con lo acotado de la temática tratada… el tópico… no logra salir del mar y los elementos más comunes son las de animales marinos y embarcaciones, acompañados de diseños abstractos y unos pocos camélidos. La escena más recurrente es la de caza marina con embarcación.
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Tal vez uno de los primeros documentos sobre su existencia corresponde al geógrafo, geofísico e ingeniero alemán Herbert Hornkohl quien en 1954 publicaba una breve nota sobre unos ubicados en Punta Grande, 5 km al norte de Gatico10, comuna de Tocopilla, (se puede leer en Los petroglifos de Gatico en la Provincia de Antofagasta, Chile. Revista Chilena de Historia Natural 54(12):152-154), donde la historia oral de los tocopillanos asegura que éstos esconden grandes tesoros y riquezas. Se trata un enorme bloque errático de cuatro metros de alto y otros cuatro de ancho.
Una nave dibujada con un trazo lineal en forma de media luna acostada, a veces con uno o dos tripulantes, dispuesta… por sobre una presa ilustrada de un tamaño notoriamente mayor y unidos entre sí por entre una y cuatro líneas que simbolizan las cuerdas de retención de los arpones.
Las presas exhiben un detalle acabado y consciente de los elementos anatómicos de cada una de las especies representadas, demuestran un elevado conocimiento morfológico y fisionómico de los animales marinos por parte de los pintores: se distinguen… delfines, lobos marinos, tiburones, jibias, albacoras y distintos tipos de ballenas. Quien estuvo detrás del trazo y las figuras debió ser alguien que tuviera constante acceso a lo que dibujaba, por la elocuencia y similitud entre la representación y la especie real de carne y hueso. Individuos que debieron estar íntimamente ligados al mar, a la vigilia de sus habitantes submarinos y firmes conocedores de sus condiciones cotidianas.
De esto resta todavía muchísimo que esperar para que sea desentrañado por especialistas, pues a nuestro Norte, le quedan innúmeras páginas por ser escritas.
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Gentileza de Benjamín Ballester. Sitio de arte rupestre de Gatico.
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Detalles de petroglifos de Gatico.
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60 años después el arqueólogo, nuestro amigo Benjamín Ballester, Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne, revisita a los petroglifos de Gatico, Tocopilla y producto de esa investigación, registró 11 motivos rupestres, un número mayor al presentado originalmente por Hornkohl (1954). En el primer panel se distinguen tres motivos: 1) una cruz realizada por raspado e incisiones lineales con un artefacto delgado y con filo; dos camélidos; 2) uno de cuerpo arqueado y con dos extremidades delanteras y dos traseras estiradas, creado mediante un trazo curvo por piqueteo; 3) junto a otro de cuerpo más esquemático, lineal y recto, con solo una extremidad delantera y una trasera perpendiculares al cuerpo, relleno, con su cabeza y orejas dibujadas mediante una misma línea recta. Como es de entender, la descripción es mucho más extensa y aquí solo damos un brevísimo vistazo a lo que nos concierne desde el punto de vista artístico. 10 Gatico: Pequeño
puerto minero, cuyos saldos destartalados se notan en el camino costero a
fundición para explotar el cobre de las minas cercanas.
Tocopilla
y que tuvo cierto auge cuando una compañía inglesa instaló grandes hornos de
Mario Bahamonde. Diccionario de voces del Norte de Chile. Edit. Nascimento. Santiago, 1978, págs. 163 y ss.
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Proceso de sedentarización: Cerámica, cestería y textiles
Hace 3.500 años
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Con el advenimiento del proceso de sedentarización y agriculturización, domesticación de camélidos y construcción de las primeras aldeas, verdadera revolución en la relación del hombre con la naturaleza y en sus relaciones sociales: división del trabajo, etc., repercute de modo innegable en el quehacer creador, a partir de ahora dibujo, diseño, color, textura, contarán con un marco, es decir, con límites definidos, aquellos que imponga el objeto doméstico, utilitario, cotidiano o de uso ritual. No existe ya o solo en parte, toda la amplitud del paisaje para recorrerlo, se inicia el proceso de sedentarización, el hombre ha conquistado para quedarse, un espacio bajo el sol y el artista traza composiciones cerradas, las enmarca dentro de los límites. El hombre se esclaviza por lo que conquista. El marco o los límites espaciales llegan cuando la sociedad se estructura y ordena (llega con el RUT, Rol Único Tributario o Cédula de Identidad).
Cerámica La cerámica o modelado de la greda se nos presenta siempre como la primera, la primordial expresión artística del hombre, aunque es posible que lo primero haya sido el dibujo o cestería y textiles. El modelado del barro, de la greda, en la confección de objetos utilitarios para la conservación de semillas, alimentos o bebidas y su decoración, hizo posible saber cómo un pueblo dibujaba o pintaba, como es el caso del Arte Griego, antes de Cristo, ya que su pintura la conocemos solo a través de la decoración y pintura de sus vasos o posibles copias en la pintura romana. El de la greda en los pueblos originarios tiene que haber estado cargado de sentido, sentimientos encontrados y sensualidad. Al modelar la panza de un botijo, le hacía sentir la palpitación del vientre de una niña embarazada, conformando formas preñadas y fálicas; les permitía compartir un poder creador, engendrador de estilos. En el modelado ancestral estaba comprometida alma y cuerpo del creador. Florece el Atacameño en su cerámica austera en jarros monocromos: negro pulido azulado y rojo, ambas de fino y singular diseño. En la cerámica negra su cuello se remata por la insinuación de rostros dentro de un óvalo de exquisito dibujo, que se indican mediante pequeños orificios: ojos, nariz y boca. En lenguaje actual, serían acciones minimalistas. O, proféticamente, la austeridad de todo el arte chileno, enemigo de inflar las formas, enmascarándolas con una falsa carga de energía. En la precolombina, e incluso en la atacameña, podemos comprobar que pequeñas obras y de uso cotidiano, su diseño posee un cierto sentido de grandiosidad que en contraste, a veces con afanes escultóricos de hoy, de gran volumen y altura no poseen grandeza y mucho menos monumentalidad. Al observar el precolombino debemos recordar siempre, que las piezas que apreciamos en los museos están fuera de contexto, no obedecían al concepto nuestro, occidental, de obra de arte
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concebida para su contemplación estética, eran instancias que cumplían una función utilitaria y/o ritual. No solo el diseño es en absoluto Otro, en relación con nuestra formación, el color posee otra simbólica que establece diferencia de género, condición de soltero o casado, pertenencia a una determinada etnia o ubicación social, etc.
Es posible que más de alguno de un ceramio fuera una oración encarnada en la forma sobre alimentos y bebidas, dibujado y pintado. En occidente hacemos una oración sobre los alimentos en un acto verbal y externo, es posible que en el mundo indígena la oración iba ya contenida en la escudilla o jarra.
Cestería
¿Qué fue primero, amasar y modelar la greda o el trenzar fibras vegetales? Es posible que la cestería haya sido anterior a la cerámica y una cesta recubierta de barro o greda para impermeabilizarla, haya dado paso a ésta. La cestería atacameña es de bella geometría en su confección espiralada; hay un diseño inicial en la base, al centro, donde suele estar el de una cruz que en su cosmovisión puede aludir a los cuatro puntos cardinales o al centro sagrado donde se cruzan dos caminos y hay que optar. Al observar una secuencia y a través de varias piezas, como la cruz, entraba en movimiento helicoidal hasta adquirir tal dinámica que sus brazos se desprendían de su centro, me pregunto ¿qué sucedería en la sociedad atacameña en esos momentos? ¿Que fenómenos sociales acusaría? Recurrimos de nuevo al historiador Bermúdez Miral, en sus Crónicas Nortinas: Quillagua, un milagro del río Loa (Rev. Zig-Zag, agosto 30, 1963, págs. 19 y ss.), donde plantea que en el sector de La Capilla:
Se llegó a un gran adelanto en la cestería de tejido fino y compacto. En el Museo Histórico de la U. del Norte… se puede apreciar la cestería de Quillagua, consistente en platos de diversos tamaños, canastos embreados por dentro y fuera, capachos y utensilios de uso doméstico.
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Textiles
En los tejidos a telar se conjugan la simbólica del diseño con la del color; predominan las gamas tonales que aluden a la tierra y al espectro del arcoíris, de rara elegancia, al desarrollar una incuestionable capacidad de abstracción en sus alusiones a su paisaje y cosmovisión.
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Sin perder contacto con el propio de los Andes Centrales: Chavín de Huantar, Mochica, Chimú, Tiwanaku, Paracas, Nazca e Inca, el Atacameño posee características regionales de evidente y gran singularidad, de sutiles inflexiones en el dibujo, composición de su diseño y colorido de fuerte carga telúrica, de tal modo que no se puede confundir con los estilos de las culturas nombradas. Belleza y armonía del lenguaje plástico con que enriquecían su entorno cotidiano, ritual o funebrio, es pronunciada por la etnia Likanantay con voces propias sin romper el diálogo con formas y color del de los Andes Centrales e incluso, con el Amerindio del resto del continente. Para Ingeborg Lindberg –Técnicas en tejidos del área andina de la provincia de Antofagasta. revista de la universidad del norte (sic), N° 2. Abril 1967. Págs. 83 y ss.:
Conocen por tradición las plantas tintoreras, por ejemplo sinapaya que tiñe rojo solferino; pacul que da un lindo color vicuña, y añil… planta cuyo extracto tiñe de azul claro y que era conocida ya en tiempos precoloniales.
Ingeborg, era Directora del Museo Regional de la U. del Norte e investigadora del Depto. de Antropología. En el mismo periodo de su artículo, dictó la conferencia Cinco mil años de industria textil. La multidisciplinariedad de los trabajos se demuestra en tanto el fotógrafo de los textiles es Bernardo Toloza y, el mapa regional, fue del arquitecto Carlos Contreras. La invasión hispana para los pueblos originarios significó una vuelta de mundo, al borde casi de un fin de mundo y para España, un encuentro con un universo absolutamente Otro, que en el momento del choque no pudo traducir de manera correcta. Un teólogo europeo ha escrito: No hay culturas de primera, de segunda o de tercera, todas las culturas están a una misma distancia de Dios, y punto… agrego yo.
La tejeduría es una de las artesanías más antiguas y de más sólida tradición en toda el área andina. Atestigua en forma clara maestría, gusto personal y el espíritu creador del tejedor y las tradiciones regionales.
Nos detenemos un breve instante para referir algo más sobre esto. Los telares eran confeccionados por los mismos pueblerinos en maderas de la zona: chañar, algarrobo, peral, cactus. Respecto de la coloración de las lanas: El color chumpi o café se obtiene al mezclar dos materias vegetales: la corteza del eucalipto y la resina del algarrobo… Como mordiente se agrega piedra miño y jugo de limón, de cidra (sic; sidra) o vinagre…
Fragmento de tejido preincaico de Quillagua. Los colores escogidos eran el rojo y el amarillo sobre fondo azul. (Museo Histórico de la U. del Norte). Boceto de la Doctora de la UC de Chile, Ingeborg Lindberg, 1963. En revista citada.
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Color en el arte amerindio
variados colores, mezclados con geométricas y representaciones antropo o zoomorfas.
Es evidente que para el hombre occidental el color posee un enunciado un tanto superficial hasta el punto de que nos hemos alejado de su sentido profundo que lo enraíza con el misterio de la vida, de la muerte y de la luz, de la noche y del día y del diálogo con la tierra y el cielo. Se hace evidente cuando a una tejedora se le facilitan colorantes importados, se rompe de inmediato la armonía natural, orgánica de sus composiciones. En la original que hoy redescubren los artesanos, estos son obtenidos de raíces, hojas y tierras. Poeta y pintor indagan en la vibración espiritual del color, aunque por caminos distintos y propios de su rica subjetividad. Por el colorido de su atuendo o tocado, los pueblos originarios se podían distinguir unos de otros en su condición étnica e incluso de su condición social o matrimonial. En el contemporáneo de América Latina el color posee una temperatura que no encontramos en el europeo. Como es el caso de la pintura nortina en que hasta las tonalidades frías son cálidas.
Tejedoras de Topáter
Osvaldo Rojas Mondaca, ahora desde su libro Prehistoria de Calama, nos plantea:
Las condiciones climáticas del área Topáter han sido favorables para la conservación textil. Mantas, bolsas, cordelería, otros de uso ritual, algunos ricamente decorados, donde aún es posible analizar sus coloraciones. Las bolsas fueron utilizadas como receptáculos para guardar quínoa, maíz o harina de maíz; la decoración nos presenta listados de
11 Aunque
hoy existentes interpretaciones diferentes.
Algunos
De su análisis se puede obtener conclusiones valederas acerca de la posición social de quien los utilizó, personalidad de tejedoras, contacto con otras comunidades, conocimientos técnicos y medio ambiente. Recordemos que Topáter es sector de lomas, al oriente del valle de Calama; concentra vestigios de vida de sus primeros pobladores, desde sus primeros cazadores a periodos muy tardíos.
Arquitectura: El pukará de Quitor
Si bien ascender el pucará (quechua: pukará: defensa) de Quitor (al norte de San Pedro de Atacama), es caminar entre ruinas, testigo de una gesta heroica de resistencia11 frente al invasor hispano, su diseño estructural basta para ver crecer los muros, al arte de las piedras elevándose frente al paisaje, más lunar que solar del valle. Creemos saber que sus techos o cubiertas eran de madera de cactus, solo sentimos las piedras recostadas y sostenidas en la pendiente como defensas y escudos. A un arqueólogo amigo le escuché una vez que si el invasor hispano hubiera demorado algo más, el pueblo Licanantay nos hubiera legado en herencia un Machu Picchu, es cierto que podemos soñar desde la herida, desde la fractura en la geografía social, herida que a pesar del sincretismo cultural, todavía duele.
arqueólogos observan que muchos pukaras y otros sitios fortificados son inapropiados para la defensa, porque presentan
múltiples accesos, carecen de parapetos o tienen muros demasiados largos como para defenderlos en todos sus puntos destructivas.
(Arkush y Stanish, 2005). Otros dudan que haya habido guerras reales o
Señalan que se trataba, más bien, de batallas rituales o contenidas, donde el objetivo no era matar al rival, sino únicamente herirlo… Sin embargo, ciertos traumas en los esqueletos
del periodo, trofeos de miembros del cuerpo humano, esqueletos mutilados, artefactos hechos con huesos humanos… indican que las guerras andinas tuvieron poco de míticas y mucho de reales.
En Gorros del Desierto de Atacama. Ob. cit. Pág. 56.
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Arquitectura de Tulor
lugar a pasadizos intercomunicados en forma laberíntica y que su diámetro fluctúa de 6 a 9 metros.
Tulor está a 7,7 kms al suroeste de San Pedro de Atacama. Los primeros restos se encontraron en 1956, por Le Paige, S.J. A los pocos años, 1960, conocida la noticia de estas estructuras de las habitaciones circulares del ayllu, que yacían sepultadas por la arena, llegaron a Antofagasta, de paso hacia el lugar del hallazgo de la revelación, destacados artistas plásticos y maestros de Teoría del Arte de las universidades de la capital. Recuerdo a Nemesio Antúnez (1918/93) y al académico, ensayista y maestro de estética Luis Oyarzún Peña (1920/72), Fac. de Bellas Artes, U. de Chile, Santiago.
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Su modo de vida, consolidaría un aspecto más productor que depredador. Su diseño orgánico y modular, casi domos construidos con adobones de barro, y techados con madera y varillas, destacan en su concepción los recintos de planta circular perfecta, imbricados, que nos conectan con trazos y ritmos formales y arquitectónicos universales. Conformaban un verdadero laberinto de recintos interconectados.
La aldea de Tulor fue desenterrada de la arena; cuando se construyó y habitó, estaba rodeada por vegetación, aguas, humedales, pero el clima cambió. ¿Cuál irá a ser el destino de nuestras actuales aldeas? El viento que baja cada madrugada desde la precordillera y el desierto al arrastrar polvo ¿terminará por sepultar nuestras ciudades puertos? En su restauración colaboró junto a los arqueólogos, nuestro desaparecido Eduardo Muñoz González, quien no solo recuperó los viejos templos andinos, sino con el salvataje de dichas construcciones ancestrales. Así, en su texto Ruinas de Tulor. Conservación y restauración, en Hombre y Desierto N° 1, 1987, U. de Antofagasta, los fechados de radiocarbonos nos transportan a los 2.250 y 1.650 A.P.:
estructuras circulares que son enlazadas unas a otras por construcciones anexas multiformes con paredes rectas, curvas y mixtas, dando
Tulor 1, descubierta en los años 50, y redescubierta en 1981. Se le asigna una antigüedad de 2.500 a 2.800 años. Muñoz G. y Mónica Bahamondez Prieto, explican que la protección del sitio, dado su ubicación en un paraje desértico y solitario favorece el huaquerismo y otros desmanes. De allí, su necesaria restauración. En otros de sus escritos, plantean que el sitio es de aprox. 2.800 m2 y que:
está afectado por el clima imperante en el área que desertificó el lugar, dando paso al agente de carácter eólico que sepultó las ruinas por unos 1.700 años.
En 2005, el programa World Monuments Watch, declaró a la aldea como uno de los cien sitios arqueológicos más amenazados del mundo.
Influjo Tiwanaku e Inca
Hace 1.450 años12
Las Artes en que se da un predominio de esta concepción, estructurada con fuerza, se elimina el movimiento en las figuraciones, le otorga preeminencia a un poder espiritual intangible que emana de lo casi geométrico de los objetos o piezas sagradas. Este fenómeno está presente en varios periodos de la Historia del Arte, solemnidad sacral, por ejemplo en Egipto o Bizancio. Y es algo mucho más profundo que el fruto de un estado con jerarquía o todopoderoso, es un fenómeno casi inefable, en que las formas fijas irradian vida desde su quietud, desde su contención estética voluntaria y consciente.
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Los diseños en movimiento para el hombre occidental significan vida y las en reposo, muerte. Para los antiguos un diseño en quietud era vida irradiante desde lo profundo del Ser. Patricio Núñez, en otro de sus textos13, nos indica que:
En el ayllu de Larache de San Pedro de Atacama, un grupo Tiwanaku, además de realizar hermosas tabletas y tubos de madera, utilizó el oro en objetos de orfebrería. Sencillos vasos (keros) con representación naturalista de rostros humanos, pulseras, anillos, diademas y otras piezas. La orfebrería responde a esa milenaria tradición de martillar al frío metales nativos como el oro hasta lograr una lámina. Recordemos la lámina de oro de los pescadores de la aldea de Caleta Huelén…
Fotografía de Claudio Pérez, 1985. A cielo abierto. Ruinas de Tulor. San Pedro de Atacama.
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Joyas Precolombinas en 1976
El rector delegado de U. del Norte, 1976, bajo la premisa de la protección del patrimonio cultural autóctono, inicia el catálogo de Joyas Precolombinas. (U. del Norte–Galería de Arte Enrico Bucci. Septiembre 14/octubre 11. Huérfanos 526, Santiago). Huelga decir que la actividad contó con el patrocinio de la Asesoría Cultural de la Honorable Junta de Gobierno y Secretaría Nacional de Cultura y la cooperación de un banco, una minera, una línea aérea, una empresa gráfica y una galería. El texto, breve, a dos columnas, engalanado con reproducciones en blanco y negro, mostró 26 objetos del Museo de Arqueología de San Pedro de Atacama; 4 del Museo Regional de Iquique; 2 del Museo Regional de Antofagasta y, 38 del Museo de Arqueología de Azapa, Arica, donde se explica:
Hay formas diferentes de comprender y sentir la historia del arte. Quizás es necesario expresar
lo que siente un arqueólogo ante las propias colecciones, que hoy reciben el calificativo de Joyas Precolombinas. En principio, muchos tememos que esta Exposición, a ojos de los viejos artesanos precolombinos, se presentaría como un acto de ritual desconocido y absolutamente sacrílego. El arte no estuvo solo en la compleja liturgia andina precolombina. Lo que ahora entendemos por bello y aislamos como valor estético en sí mismo, tiene desconocidas resonancias en sociedades que respondieron con un lenguaje diferente al del mundo occidental de cuño europeo. A pesar de no contar con un código capaz para descifrar el significado explícito de la simbología representada en estas piezas, llamadas de arte, sentimos su virtuosismo artesanal que trasciende las limitaciones culturales y cronológicas.
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Los arqueólogos no excavamos para embelesarnos ante estas joyas; lo hacemos bajo la perspectiva de reconstruir sociedades a través de todos los hechos humanos sepultados, no importa cuáles sean sus categorías estéticas, ni menos aún cuál sea su situación de desarrollo cultural.
para continuar una investigación sistemática al servicio del hombre de ayer y hoy que viven y se realizan en un mismo paisaje que, muchas veces, sin saberlo, son portadores de una de las más ricas tradiciones culturales ancestrales y absolutamente nuestras. Lautaro Núñez Atencio Arqueólogo de la U. del Norte
12 Utilizo la datación de estos periodos prehispánicos, desde el texto de Agustín Llagostera M., ya citado. 13 Visión histórica del Arte Preinkaiko. Norte de Chile. U. de Antofagasta. Sergraf Ltda. Antofagasta, 2002.
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Entre estas sociedades precolombinas apreciamos que cerca de 11.000 años de presencia humana conducen a la emergencia de comunidades campesinas que a través de un énfasis en la especialización de oficios, producen artesanía de jerarquía. Surgen estilos de excelencia que definen diseños diferenciados. Pero ¿cuál es su significado más íntimo? ¿Qué acciones humanas ocultan? ¿Cuál es su mensaje simbólico? ¿Qué lenguaje preexistente quedó grabado y bajo qué percepción del mundo precolombino fue elaborado?
La reproducción del texto in extenso, la consideramos un aporte a dicha cultura, si evaluamos que la expo sólo se exhibió en la capital y, por ende, la folletería, quedó en ese espacio. Entre las joyas expuestas, kero de oro y de madera; hacha de ceremonias elaboradas en oro; lajas grabadas con camélidos y geométricos; bolsas tejidas con diseños policromos; calabazas pirograbadas; vaso de cestería. Camisón policromo usado como poncho. Elementos ornamentales de pesca y caza marina; para prácticas alucinógenas; pipa con técnica cerámica negra pulida; tableta de insuflar rapé; hacha de cobre ceremonial, entre otros, y que eran dignas de conocerlas en otras latitudes, al menos, del país.
Por cierto que tras de cada joya hay una sociedad que se moviliza con sus propias pautas culturales, sus anhelos y esperanzas, tan distantes de las nuestras, pero que a pesar de todo, logramos interpretar después de largos procesos de aprendizaje científico. En fin, una sociedad muerta busca su palabra a través de la ciencia antropológica, y, se reconstruye, constituyendo la más larga historia de este angosto y viejo territorio. Y esta misma sociedad nos enseña el manejo de los viejos recursos y nos enraíza a una matriz cultural sólida, a la base misma de la cultura chilena. La presencia de estas joyas es un llamado a una campaña permanente de defensa del patrimonio cultural. Esta belleza solo exige respeto, admiración y una fuerte colaboración
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El Tawantisuyo o Imperio Inka
El imperio Inka o imperio de los Cuatro Suyos, cuyo corazón se ubicaba en el Cuzco se expandió hacia los cuatro puntos cardinales: hacia el Norte alcanza hasta lo que es hoy el Ecuador o Chinchaysuyo; hacia el Oriente hasta los bordes de la selva amazónica; el Antisuyo, hacia el Poniente lo que es hoy parte del Perú o Contisuyo y, hacia el Sur del Cuzco abarcó lo que es hoy Chile, hasta las orillas del Maule y noroeste argentino, el Collasuyo.
hacia la abstracción como si una poderosa presión espiritual eliminara todo detalle adventicio, casi lindante con una geometría que espiritualiza la materia. Visible por lo demás en la poesía que obtienen en el engarce de la piedra al levantar un muro ciclópeo en Sacsahuamán o el muro de un edificio en el Cuzco. El genio de la petricidad lo poseyeron siglos antes que el término se diera en el del siglo XX.
El genio imperial de los quechuas tuvo como lección primera el sistema panandino de Tiwanaku de fuerte irradiación religiosa y los inkas agregaron el poder militar y organizador propio de una concepción de estado centrada en su veneración de Inti o el dios Sol. Para su expansión hicieron uso del diálogo y sistemas de complementariedad o de las fuerzas como la que aplicaron con el pueblo Diaguita en los territorios de Elqui y Limarí.
El arte Atacameño fue más proclive al influjo Tiwanaku que al Incásico, los aríbalos están presentes en un estilo elemental y al parecer algunas soluciones constructivas lo hicieron aun en la arquitectura colonial, en especial en algunos juegos de ángulos.
El Imperio Incásico se expresó en lo primordial a través de su genio ingenieril y arquitectónico: sus sistemas de vialidad (el camino del inca, sobre el cual se construyó trozos de la actual carretera Panamericana). Machu Picchu complejo arquitectónico de belleza inaudita que se yergue en el corazón de la selva, como adoratorio y quizás cumplió funciones como centro administrativo o nido de águilas. Su cerámica se revela a través de vasos Kero, escudillas y aríbalos una fuerte y sutil tendencia
Los adoratorios solares al inmolar vidas de criaturas puras, de niños, se ubican en santuarios de altura: Volcán Llullaillaco (6.739 msnm), Región de Antofagasta. Se compone de tres cuerpos: uno masculino de 7 años y dos femeninos de 6 y 15, acompañados por más de cien objetos, entre los que se cuentan 37 figuras humanas y de camélidos. El que alcanzó mayor notoriedad fue el del Nevado El Plomo (5.400 msnm), próximo a Santiago. Entierro de un niño de 8 años, acompañado de una estatuilla femenina y dos de camélidos. Los objetos semejan juguetes infantiles, pero entrañan un sentido simbólico, son verdaderas pequeñas obras de arte.
Despertando del sueño
Al hacer un alto en nuestra contemplación de un pasado cada día más vigente, nos preguntamos: En el arte contemporáneo, con nuestras imágenes ¿qué pretendemos exorcizar?, ¿tenemos conciencia de las fuerzas invisibles del adversario? o ni siquiera tenemos razón de ello y estamos convencidos de que todo va bien, pese a que vivimos inmersos en un estado de angustia existencial permanente. Pero tranquilos, el artista expulsa desde cada rincón del
planeta, con su obra y su vida, no maculada por el lucro y además legiones orando. A veces hasta se le va la vida en su lucha con el Ángel: Vicente Van Gogh, Violeta Parra, Pablo de Rokha, Jorge Flores… No todo lo va a solucionar la ciencia y la tecnología, que tienen sus límites. Proseguimos entonces.
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CAPITULO 3 SIGLO XX: EL ARTE LATINOAMERICANO ASUME SU TRADICIÓN PRE HISPÁNICA 79
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CAPITULO 3: Siglo XX: El Arte Latinoamericano asume su tradición Pre Hispánica Es en este largo espacio de tiempo, desde el Arte Rupestre al Atacameño, donde es posible observar su desarrollo en plena comunión con su entorno y en el que el genio creador de los pueblos originarios alcanza una perfecta adecuación entre forma y contenido, ya que era el fruto de un poderoso diálogo entre hombre y naturaleza, entre éste y sus dioses e incluso los procedentes del noroeste argentino o de Tiwanaku; se movían en una cosmovisión compartida o muy cercana, insertas en el mismo Genio y porque eran respuestas culturales a desafíos comunes.
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Cultura y Arte amerindios conforman un substrato ancestral poderosamente radioactivo en este hemisferio, caminamos sobre culturas que fueron sepultadas o se sumergieron para no morir, es un estado de alma que irradia de manera permanente sobre el devenir cultural moderno. Es como si hubiéramos levantado habitaciones y lechos sobre las tumbas de los abuelos y ellos intervinieran nuestros sueños nocturnos o igual cuando soñamos despiertos. En la macrorregión, España al derribar el frondoso árbol sacro de las culturas autóctonas, no logró extraer las raíces y desde los inicios del anterior e incluso antes, desde las expresiones del Colonial que con brotes y rebrotes del viejo tronco se hacen visibles en todas las manifestaciones de la cultura y el arte mestizo del continente.
La toma de conciencia de esta presencia ancestral no está en nuestros precursores; conviene recordar que el del XIX fue francés y solo se evidencia en los sesenta gracias a la labor de los arqueólogos que comenzaron a extraer desde el útero geológico las singulares manifestaciones atacameñas.
Asumir el mundo precolombino como sector del ser americano, es un fenómeno propio del XX en América Latina; está en las raíces de lo que somos, es reciente, del siglo pasado y en gran parte se debe a la revolución formalista de los orígenes del XX que implicó una crisis de la herencia Greco– Romana en Occidente. A partir de la revolución del arte moderno, en que el tema de la forma en sí supedita el tema o contenido a un segundo plano: la forma se trans–forma en contenido en sí misma.
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Este fenómeno redescubrió nuevos universos de Belleza, además del Arte Occidental: se asumió el Africano; Oriental: China y Japón; de India; el Pre Hispánico; de las artes populares o folklor; el de los niños e incluso de los enfermos que padecen desequilibrios mentales.
El arte europeo dejaba de ser el único arquetipo. El abanico se abría en toda su amplitud y diversidad cultural, esto no solo fue un fenómeno estético, sino es evidente que tuvo repercusiones sociales y políticas. En los concursos de belleza se comenzó a elegir reinas morenas y de pelo negro (los cánones cambian), las dictaduras estéticas suelen durar mucho o ser porfiadas: resurrectan.
Precursores de la Pintura Antofagastina
Transcribo el contenido completo del Catálogo de la exposición, 1977, porque hoy es documento histórico de las ideas que manejábamos en aquellos años, y las familias poseedoras de sus creaciones. (Ver Apéndice).
Esta primera y única exposición que organizamos de los pioneros de la pintura antofagastina con el patrocinio de la U. del Norte y su Dirección General de Comunicaciones, 1977, se inauguró primero en septiembre en Santiago, “Galería Enrico Bucci” y en noviembre en la “Sala Juan Francisco González”, Sucre 485. Sala donde permanecimos dos o tres años luego del cierre de Sala Ercilla.
Proceso fundacional Pintando y sembrando en el desierto
El proceso de creación artística que se inicia en nuestro puerto, a fines del XIX y comienzos del XX, gira en lo fundamental en torno a la pintura, lo que resulta bastante singular, pues al faltar el manto vegetal por su condición desértica, la geología se
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expone desnuda en su estructura y al hablar de éstas, la ciudad y el Norte Grande debieran ser tierra de escultores, mas ha sido tierra de pintores, que bajo circunstancias especiales debieron ejecutar más de alguna escultura, siendo en lo específico lo segundo. Esto no significa que el desierto nortino no sea fuente de inspiración para un creador, creo que el escenario que se nos brinda es bastante complejo para un artista plástico o visual, veamos lo que se nos ofrece: El Universo místico de la Pre–Cordillera Andina que irradia una espiritualidad, presente aquí, y en toda la columna vertebral del continente, los mágicos aleros rocosos dibujados y pintados del río Loa (por los shamanes: conjunción de sacerdote y artista).
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Desierto, remolinos (espirales de viento y arena) y pueblos fantasmas que albergaron murmullos, conversaciones y risas, hasta llegar al litoral con sus puertos y caletas, sin olvidar la gesta heroica del hombre, repetida una y mil veces: desde los originarios adecuándose al medio inhóspito, el conflicto del Pacífico y sus batallones olvidados, el heroico y trágico nacimiento del movimiento obrero que surgió en las salitreras, lucha que labró la conciencia social del país entero. Pero, la prensa hace saber una opinión de un ciudadano, que denuncia la existencia de Cuadros inmorales, en una casa de la calle Bolívar, donde hai unos cuadros inmundos e inmorales por las figuras que representan i que sus dueños exhiben abriendo las ventanas que dan a la calle, para escandalizar a todas las personas que por allí trafican en dirección a la plaza del mercado. Ver, El Pueblo, diario de Antofagasta, octubre 8, 1885. El derecho a réplica se publicó al día siguiente: el dueño del cuadro nos ha manifestado la injusticia de los conceptos del cronista… no hai motivo alguno para juzgar inmorales cuadros mitológicos que la civilización moderna exhibe en todas partes como obras de arte. Eran visiones de un pueblo que estaba obligado a crecer y tolerar distintos puntos de vista. 1886 El Pueblo, mayo 29. Se reproduce el
artículo El Dibujo obligatorio, de Alejandro Cicarelli. 1888 El Pueblo, julio 16, entrega el resultado de El Certamen de la Sociedad de Artesanos. Entendemos que son aficionados. Categoría Artes. 1° Elisa Pigatti, educacionista, que confeccionó un retrato al lápiz del Presidente José Manuel Balmaceda. 2° Paula Rui–Pérez, cuadro al lápiz, El Verano. Primera Mención Honrosa, Lucía Rui–Pérez, cuadro al lápiz, Dama griega. Rubro Industrias: Primera Mención Honrosa, Tomás Stillman, con una muestra en alabastro tallada i pulida con gran perfección. El Industrial, Antofagasta, enero 12, 1895, publicitaba para la venta, retratos de artistas de la Compañía de Ópera i Opereta, del tenor Pinelli, soprano señora Pavan, barítonos Bernini y Barrera. ¿Acaso comienza aquí la era de los poster? El Industrial, Antofagasta, agosto 8, 1896. Pintura de retratos. Estudio Artístico de Pintura. Baquedano 109. Por solo el tiempo de un mes he establecido mi taller de pintura de retratos en este puerto. Realizo todo jénero de pintura… se entregarán con ricos marcos. Augusto Schimmer, Académico de la Escuela de Bellas Artes de Viena. El 27, se hacía notar a un artista recién llegado del sur, el joven Horacio Meza Pinochet, alumno distinguido de la Escuela de Bellas Artes de Santiago. Ha enseñado un cuadro a pluma; dibuja con rapidez estraordinaria i con bastante fidelidad. Como cristiano y solo con el fin de contextualizar, el sacerdote Luis Silva Lezaeta, hacía saber a la opinión pública la deplorable situación por la que atravesaba el Hospital del Salvador. 1897. Después de su estadía en el puerto de Taltal, llega (marzo 30) el artista pintor D. Bourrelly, de la Academia de Pintura, de París. Se le indica como notable paisajista, pero sus mejores triunfos en el ramo de Retratos. Atiende en Condell 105. Sus trabajos se exhibieron en las ventanas de las tiendas La Riojana i El Gallo. Uno de ellos fue del edil Hermójenes Alfaro. A partir de junio 16, aloja en el Hotel Sud-Americano, el artista pintor boliviano, José García Meza, laureado en Europa. Sus retratos al óleo pueden ser del natural o por fotografía. En El Industrial, Antofagasta, mayo 20, 1904, encontramos una noticia pictórica, con motivo
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del primer aniversario del Club Internacional de Obreros, donde uno de sus socios, exhibe un “gran cuadro de Francisco Bilbao (tamaño natural y pintado al óleo) por el artista pintor boliviano Sr. Bernardino Olivares”. Motivo: aniversario de las fiestas patrióticas del 21 de mayo. Escoger uno solo de estos escenarios da para dedicarle una vida entera, pero viviendo a orillas de este multifacético escenario nos tienta con la posibilidad de asomarnos siempre a cada uno de ellos, lo cual sería una actitud liviana... cada tema agotaría más de una vida. Hace algunos años un galerista de Santiago, al enamorarse del Norte, Enrico Bucci (Italia, 1929; llega al país, en 1953; en 1972, expuso en la ciudad; en 1974, recorre la zona con varios plásticos nacionales, entre ellos, Vergara Grez), nos decía: en Europa hay una obra de Arte a la vuelta de cada esquina, pero ustedes tienen esto: El Desierto, deshabitado pero... habitado por una presencia. Para trabajar con razón de ser en el Norte hay que empamparse, como lo reconoce Benjamín Subercaseaux en Chile o una loca geografía (1940): Hay un mundo fuera del mundo que lo atrae como un torbellino de silencio, para pintarlo hay que quedarse e irnos hacia la espiral del silencio, silencio habitado sin duda. Pero años antes, con el desborde que produjo la plata de Caracoles, Pedro Pablo Figueroa. Diccionario…, pág. 542, nos expone sobre:
Guillermo Córdova. Pintor y dibujante. Chañarcillo, 1866. Obedeciendo al instinto de su inspiración se manifestó pintor en Caracoles, 1884, pintando paisajes de las sierras. Primera obra, La Isla de Caracoles, que posee, en Antofagasta, el Senador Enrique Villegas. Después pintó Un campamento de soldados, copiando la más viva realidad. Por encargo del Gobernador de Antofagasta, Ramón Rivera Jofré, pintó un cuadro de la ciudad marítima, que se conserva en la sala de la Municipalidad. En 1886 se trasladó a Santiago, Escuela de Bellas Artes de la U. Hizo estudios de dibujo y escultura. Ilustró El Lector Americano, de J. Abelardo Núñez, con dibujos que se han reproducido en Europa y Estados Unidos. Ha
producido numerosas alegorías de la más admirable espresion y orijinalidad. Es artista de inspiración y de talento.
Siempre una referencia obliga a indagar más. En añosos recortes de la prensa local, gracias a nuestro amigo, el geólogo e investigador histórico, Patricio Espejo Leuin, podemos complementar otros valiosos antecedentes: Vista Jeneral de Antofagasta.– Desde hace algunos días, el joven artista don Guillermo Córdova, autor de los dos cuadros al óleo que representan las visas jenerales de La Placilla i La Isla de Caracoles i que ya hemos dicho serán enviadas a la Esposicion de Octubre, se encuentra trabajando a bordo de uno de los buques mercantes la vista jeneral de nuestro puerto tomada desde dicha nave, con el objeto de ser presentada a la Esposición. (Leer más en el Apéndice).
83 En esta etapa sobre la expansión del Arte en la primera mitad del siglo anterior y que ocupa un espacio previo a la creación de las universidades y en este caso a la fundación de la “Norte” (hoy UCN), consultamos dos publicaciones: Pintura antofagastina…, Méndez, Ventura y Tacussis y, el artículo Pintura de Antofagasta, Revista Aisthesis, de Sabella, Su
fundación en las medianías del
XIX
y la vida
que adquiere con motivo de la explotación del salitre primero y luego del cobre, el polo artístico de la región se traslada al litoral.
Sabella,
estudioso de su breve historia, en la
publicación citada, transcribe una referencia que Isaac
Arce,
hace en
Narraciones
históricas…
(1930),
nos
informa que del primero del cual se posee noticia, es el
Dr. inglés Eduardo H. Neill, quien se la Empresa Salitrera Melbourne Clark
contrató con y
Cía.,
el que
pintó abundantes marinas y que habrían adornado algún salón del
Club de La Unión, en Santiago. Otro
antecedente, rescatado desde archivos de masonería local, indica que quien ocupa el sitial de Venerable Maestro: el querido hermano Dr. Eduardo H. Neill, durante varios años abnegado y gratuito servidor de
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la Junta de del
Beneficencia Salvador.
y
Administrador
del
Hospital
Sabella mantendrá la vigencia de Neill, y según Gaytán M., en Calas para Andrés Sabella (2011:105): asevera
sus indagaciones frente a la pintura local, lo hacen afirmar y reafirmar que pintores nortinos.
Fue
Neill: “Es
el padre de los
el primero en deslumbrarse
frente a la suntuosidad de nuestros atardeceres y
(Clamar en En su artículo Viejos médicos de Antofagasta, 13-XII-1959, señala hacia 1872 que Neill… “por lo que calculamos que fue… el primer artista que residió en nuestro puerto”. Una tercera referencia, está en Nuestros médicos–escritores, 26-IV-1982: Neill “quien, siendo pintor fijó, aquí, las primeras vibraciones espirituales. Llegó a la ciudad en 1872 y fue, sin disputa, el primero en fascinarse con la ebriedad de colores de nuestras aguas y nuestros cerros.
En breve nota: Algo de Arte, (El Mercurio, julio 16, 1916), de Carlos Báez Frías, comenta sobre la próxima expo de José Ferretti, chileno. En la edición del viernes 21, se dice que se la puede visitar en Prat esquina San Martín.
Este se incrementará en gradualidad donde la construcción de la nueva Catedral, significó la presencia del Arte de los Vitrales que la joven ciudad encargó a Alemania.
la majestad de las extensiones pampinas” el desierto, pintar en el desierto).
84
En 2015, hemos dicho en Introducción, que Gaytán M., me envió artículo de Jorge Court, 50 años de Pintura…, que permite complementar textos con nuevos detalles, como por ejemplo: Podríamos decir y esto obtenido de quienes conocen la historia de la ciudad que, Arturo Meza que en 1910 vino de Santiago por razones de su ocupación fue el primer pintor que hizo labor en Antofagasta.
En 1917, julio, arquitecto Leonello Bottaci ha pasado una cuenta por confección de planos, presupuestos, especificaciones y bases para las propuestas para la construcción del Garage y Morgue Municipal. En el mismo mes, la Junta de Beneficencia se da por recibida del retrato del Dr. don Eduardo Le–For (por el) artista pintor Joaquín Larraguibel; será instalado en Pabellón de Cirugía del Hospital del Salvador, de calle Avda. Argentina.
En septiembre, la ciudad pudo apreciar la Expo de cuadros de don Ovidio Guzmán S., en el espacio de Mueblería Spina, Prat 326. Entre los que adquirieron tela, está el intelectual Aníbal Echeverría y Reyes, para Día nublado y Por los suburbios; Soto Moraga, compró Tarde nublada y don Pedro Stancic Rock, Los primeros rayos.
Ocho años más tarde, la prensa local, informaba de: Pero valga un breve paréntesis. El Industrial, julio 3, 1901, informaba que Gregorio Pardo V., artista dibujante, especialista en retratos al lápiz, ofrecía sus servicios. Explicaba que el marco era al gusto del interesado. Su taller, en Prat 165.
Ubica en segundo lugar a Miguel Gormaz Valdés: en 1914, procedente de Copiapó llegó Gormaz, pintor miniaturista cuyas muestras son de calidad superior al mencionado. Hacia 1917, encontramos que tiene como domicilio Bolívar 481, datos entregados por el registro de Inscripción Electoral.
Los primeros Juegos Florales de Antofagasta organizados por La Ilustración. Serán a beneficio del Reformatorio de Niños – Resultados de los concursos de La Ilustración – La exposición del Cine Colón. La Ilustración. Antofagasta, enero 9, 1925 El sábado 17 del presente se inauguró, en la tarde, en el Cine Colón, una Exposición de cuadros, affiches y fotografías, organizada por la revista regional La Ilustración, con el objeto de presentar al público los affiches premiados en un concurso que efectuara hace poco y los retratos de las señoras y señoritas que tomaron parte en el torneo de belleza que ha llevado a cabo el mencionado semanario.
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Además de affiches y retratos se exhiben cuadros originales de la señora del Dr. Juan Herrera, Sra. Elena de Herrera, y de los locales señores César Soto Moraga, Nicolás A. González y Rafael Alberto López. Figuran, asimismo, algunas producciones del pintor regional Sr. Gormáz, hoy caído en desgracia, del famoso chileno don Juan Francisco González y un cuadro de Carlos Lundsted que ha llamado la atención de personas entendidas.
Por personalidad y calidad comenzamos con César Soto Moraga, pero previo a todo, visualizaremos primero el ámbito pictórico en que se movían.
Influjo del Impresionismo y del Post Impresionismo francés
El influjo de la pintura francesa está presente en todo el XIX, en la chilena y en todo el continente y no solo es artístico sino ideológico, las guerras de
emancipación y el establecimiento de las nuevas repúblicas están envueltos en el ideario de la Revolución Francesa. El XIX es francés en América Latina y diría hasta muy avanzado el XX. Y no podía ser de otra manera, en los modestos pero valiosos precursores. La pincelada corta, fragmentada, mezclada en directo con la tela, escrutaba a toda costa los efectos de luz matinal en un paisaje de la Avenida Argentina, en la antigua Antofagasta o los espejeos luminosos del mar junto a una goleta en el puerto, ambas de Nicolás González, buscaban cualquier rincón con verde para pintar, la mancha rápida en pequeñas telas o cartones era la solución. Si bien la francesa implica el realismo naturalista, en los comienzos se quedaron de manera tardía con la mancha impresionista que persigue la luz (solar). El más antiguo de los precursores Soto Moraga, plantó sus propios árboles en torno a su casa para que no le faltara el verde. En las últimas de González: en un desnudo femenino es posible observar el afán de explorar la estructura geométrica como en Paul Cezanne (post Impresionismo).
César Soto Moraga (1877?-1935)
La Pintura, con mayúscula, ingresó a Antofagasta en 1905 en la caja de óleos de César Soto Moraga (nacido en el pueblo de San Fernando –o pueblo de indios– de Copiapó). Estudió en la Escuela de Bellas Artes, U. de Chile, Santiago, con el maestro Pedro Lira (1845-1912) y habría sido condiscípulo suyo Alfredo Valenzuela Puelma (1856-1909). Cultivó el retrato, paisaje y naturalezas muertas. Lira, en su Diccionario Biográfico de Pintores (1902), en el mínimo espacio que dispuso para los Pintores chilenos vivos en 1901, destaca que el nuestro, recibió mención honrosa, 1891, pero, no entrega mayores antecedentes. Un
dato curioso revela
Sabella,
en un artículo
dedicado a su persona:
En 1910, nuestros Salones Oficiales eran austeros, compuestos y tremendos: don César obtuvo, allá,
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Premios. Pintaba, majestuosamente, las Eran su fuerte. Unas orejas que… parecían oír el comentario crítico… nobles
orejas.
Críticas y problemas. Año I. Nº 29. Antofagasta, sábado, marzo 12, 1955. Pág. 3.
Al parecer su vida estuvo salpicada de hechos nefastos. Así lo refiere El Mercurio. Antofagasta, diciembre 10, 1921. Consideremos que por aquellos años, los periodistas no declaraban autoría:
Una modesta exposición de arte Con el artista pintor Soto Moraga.- Su carrera y sus telas.- La crisis económica lo obliga a vender sus producciones.
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Existe en la ciudad un pintor que lleva su vida modesta y bohemia en medio de la indiferencia pública, que lo ha dejado sumido en el olvido del arte que practica con verdadero talento. Vive como todos los de su profesión: pintando cuadros al óleo y a la acuarela; interpretando en la tela con mano maestra las bellezas de la naturaleza y produciendo en una palabra, todo lo que significa arte de buen gusto. Ese artista modesto e inteligente es conocido de todos: don César Soto Moraga, el hombre del indispensable toneau y de la muleta, como cariñosamente le dicen sus amigos. Supimos que preparaba una pequeña exposición de sus producciones al óleo y a la acuarela. Llegamos hasta él, para imponernos de sus propósitos y de su arte. Lo encontramos en su taller de la calle de Sargento Aldea N° 44, local donde realiza la exposición de sus muchos cuadros de todos los tamaños, para todos los gustos y todos los precios. Se educó en la Escuela de Bellas Artes de Santiago y tuvo como maestro al celebrado artista don Pedro Lira, que ha dado al país pocos pero buenos ….. (ilegible) del arte que enseñó sabiamente.
Ocho años, nos dice, estuve en ese templo de mi educación artística y obtuve en él dos segundos premios y más tarde, tres primeros premios, todo lo cual forma mi orgullo en la carrera que abracé desde joven. Aquí tengo algunas de mis producciones, nos agrega. Las otras están en distintos pueblos. De éstos, nos dice señalándonos sus cuadros, deseo deshacerme, debido a la crisis económica que me obliga a buscar dinero. Quiero venderlos, a pesar de que son pedazos de mi alma, pues les tengo cariño, porque en ellos he puesto todo lo que sé en pintura. Es modesta y pequeña mi exposición, continúa, y no deseo hacerla en otros sitios donde sea obligada la visita del público. Quiero efectuarla en este rincón de mi pieza, para que lleguen hasta aquí los que se interesen por una de estas telas… Hasta ese extremo llega su modestia y bohemia. Pretende que llegue el público hasta el rincón de su taller, donde vive, como si quisiera esconderse de las miradas de los agenos (sic) del arte que pudieran quitarle colorido a sus telas. Es lástima que don César, haya escogido su taller como sitio para la exposición pues no es del todo apropiado, a pesar de algunas razones que nos dio, dignas de ser aceptadas. Son numerosos los cuadros que están a la venta y en todos ellos se ….. (ilegible) que los hace nítidos y hermosos. Nos llamaron la atención algunas representaciones de cuadros que existen en el Salón de Bellas Artes de Santiago ….. (ilegible) paisajes de los alrededores de la capital, algunos desnudos, frutas, etc. Su autor venderá todo esto al que se interese por comprárselo, a precios bajos, de acuerdo con la situación económica del momento. En otra hoja, artículo de prensa, sin más detalles, se puede leer: Los cuadros de Soto Moraga. Han llamado la atención en el Stand Municipal de la Exposición, las telas expuestas por el distinguido pintor, que se encuentra enfermo en el Hospital desde hace tiempo. Son hermosos los cuadros que pintó un año atrás, cuando tenía el propósito de dirijirse (sic) al sur. Los interesados en adquirirlos, pueden
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dirijirse a los señores Fernando Murillo Le Fort, Nicolás González y Ramón Peña Cisternas, encargados de venderlos.
de que una exposición se repita, varios años después. Fue lo que aconteció con las de él y Nicolás González, cuya tarjeta, a nuestra vista dice que ambos
Creemos que pocas veces en la vida se da el caso tienen el honor de invitar a Ud. y familia a nuestra Exposición de Cuadros que se inaugurará el miércoles 4 de junio a las 11 a.m. en el “Cine Colón”, calle Prat. Antofagasta, junio 4, 1924.
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La Ilustración. Antofagasta, década del 20.
Desde aquella época transcurrieron años, desconocemos cuántos, pues el recorte del periódico, por su reverso, nos informa, a través de un aviso publicitario, por ejemplo, que en Bazar Coloso, por $ 85.- Ambo medida, buena confección para todos gustos, sastrería. O que Los precios para esta matinée son los de costumbre, o sean (sic) Platea $ 2.50; media $ 1.10; Balcón $ 1.- y galería $ 0.40. La información se corrobora con el artículo La exposición de cuadros Soto–Moraga / González. Quedará abierta al público el jueves próximo. El artículo breve, aunque a tres columnas, aporta foto de González:
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Como hemos informado en ocasiones anteriores, después de una larga y paciente labor realizada por los profesionales del pincel, señores César Soto Moraga y Nicolás González, se han propuesto inaugurar una exposición a fin de que el público pueda aquilatar el mérito y adquirir las que sean de su agrado. Éstos vuelven de nuevo a entregar juntos su producción a la observación de todos los amantes de las manifestaciones artísticas, al igual que lo hicieran en 1924, cuando llevaron hasta el foyer del fenecido teatro Cine Colón alrededor de doscientas telas. En aquella época recogieron como fruto de su esfuerzo el aplauso cariñoso de quienes en realidad saben apreciar lo que significa ser artista en medio del ambiente de estas regiones, enteramente hostiles a la creación de los que nacieron pintores.
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No hay en ellos pretensión alguna que no sea triunfar honradamente con sus obras, y es por eso que se pierden en sus talleres, para aparecer después de muchos años con el ansia de que se confirmen los progresos que creen haber conseguido en el difícil arte de transportar imágenes a la tela. Exhibirán sus telas, que suman un número de ochenta, en el local de la Casa Hans Frey, ubicado en Prat, al lado de la Sociedad Protectora de Empleados. El acto de inauguración tendrá lugar el jueves próximo a las 6 de la tarde, y a él serán invitadas… Un documento, gracias a las muchas veces poco comprendida labor del periodista, sobre todo en la época cuando este profesional, no firmaba sus escritos. En el verano de 1931, lo entrevistó nuestro poeta mayor: Muchacho, nos aleccionó, yo soy cojo, pero ¿qué importa eso?, un pintor puede ser cojo, faltarle un brazo, un ojo, padecer sordera, carecer de gusto y olfato pero le bastará un ojo y una mano para pintar, sin que nada le detenga. Abrió una ventana: allá están el mar, el puerto, el cielo, la tierra seca. Crece el árbol que planté, ¿qué me
falta para poseer el mundo? Ese veraniego febrero, es fecha de la publicación de la revista ANTOF, aventura sabelliana que sólo alcanzó dos números. En la primera, impresa en la que hoy es casa habitación de Sergio Gaytán M., se confeccionaron los 300 ejemplares, por el modesto impresor Rafael Íñiguez (José Santos Ossa N° 380) y que reunió colaboraciones de lo más selecto de nuestras letras y donde se puede leer que: En el plano artístico, celebraba ANTOF la Exposición de César Soto Moraga y Nicolás González, cuyas telas dieron cimento a cuanto se ha conseguido, luego, en nuestro ambiente plástico. Linterna… Antof, una historia literaria. Fotocopia sin fecha exacta, pero de octubre, 1981. Para sobrevivir en un medio tan hostil al Arte creó una empresa de carretas para trasladar minerales desde la pampa, pero la rueda de una de ellas le molió su pierna derecha, de ahí su apodo el cojo Soto Moraga. Esto se confirma en el sostenido avisaje: C. Soto Moraga. Empresario de carretas. Escritorio Sucre 140. Teléfono 40 y escritorio ambulante con ruedas “El Tucapel”. La muestra, en El Mercurio, Antofagasta, viernes, julio 7, 1916 y siguientes. Sabella nos entrega una imagen sugestiva de quien lo conoció en su juventud: Don César, de chambergo y corbata flotante, lucía un clavel rojo en el ojal de su vestón, como símbolo de sus rebeldías y esperanzas. En la Casa de la Cultura, se mantiene en la actualidad la Pinacoteca de Andrés Sabella, colección de dibujos, grabados y pinturas que el poeta atesoró a través de toda su vida; en ella se puede observar unos roqueríos del litoral que azotan las olas, en una pincelada briosa, con un cierto toque decimonónico, es afán del maestro. En Pintura Antofagastina,
se
le
reconoce
su
habilidad para el retrato, paisajes y naturalezas muertas.
Así,
para su óleo
Mujer,
se valora por color, soltura
y blandura, en suma, maestría.
Lúcumas,
visiblemente
anterior, tiene riqueza de colorido, logradas formas, las mismas cualidades anteriores un poco más trabajadas
(pág. 16).
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Gentileza Claudio Arce César Soto Moraga, Casa Refugio En Antofagasta.
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En torno a su figura, se allegó un pequeño grupo de jóvenes con talento pictórico, entre estos destacan
Cayetano Gutiérrez Valencia, Zayde; Rafael Alberto López Patiño, RAL o Lopito y Nicolás González Paredes, quienes por su consejo viajan a Santiago e ingresan a Bellas Artes a estudiar y perfeccionarse, de donde regresarán en 1925. Durante su estadía su fuente de inspiración fue el paisaje nortino y su gente. Estos tres jóvenes emigraron por motivo de la crisis salitrera. En
opinión de quien lo conoció, no solo a través
de la entrevista de
1931,
a la que se debe sumar
Una
Pintor Soto Moraga, primavera del mismo año (El Industrial, setiembre 11, 1931, pág. 14), y que se puede leer en el Apéndice de ésta; Sabella, Linterna…, 25 pintores antofagastinos. El Mercurio, jueves, febrero 21, 1980, recalcará que: visita al
El
fundamental es, aquí,
César Soto Moraga,
a
cuyos pinceles le debemos el impulso más sólido en los inicios de la plástica antofagastina.
Soto Moraga,
El
cojo
como le llamaron nuestros padres,
después de un largo olvido injusto, torna, como
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uno de los que merecen mirarse, otra vez, con detención.
Poseía oficio vasto y poesía sensibilidad para cuanta Sería conveniente coleccionar el mayor número de sus cuadros, organizando una expo que lo ofreciese, en definitiva a su valorización. forma se incendiase de colores.
El Abecé. Antofagasta, julio 20, 1934, a través del periodista y escritor que se encubría bajo el seudónimo de Raúl Detachi, planteaba hacia sus últimos días:
Don César Soto Moraga se encuentra desde hace largo tiempo recluido en el hospital del Salvador, a causa de una lesión que accidentalmente sufriera en un brazo, desgracia que vino a agravar su antigua invalidez, impidiéndole toda actividad.
90
Es una personalidad que podemos considerar netamente antofagastina. Vino a radicarse entre nosotros hace ya casi treinta años, en plena juventud, no para seguir cultivando el arte pictórico, con el que consiguiera en Santiago, sino para sumarse a la pléyade de hombres de esfuerzo que por aquellos tiempos luchaban bravamente en esta ciudad, que era un emporio de febriles actividades. Con decisión heroica, dadas las desventajosas condiciones físicas en que se hallaba, no se dejó superar por nadie en esa vida de ajetreos intensos, de batallar continuo, que demandaba energías superiores. Luchó solo, sin pedir jamás favores a nadie y en una ocasión en que se le aminoraron las actividades, sorprendió a la naciente aristocracia antofagastina con un valiente aviso: Trabajo pido para mis carretas. En medio de la lucha por la vida se dio tiempo para las expansiones intelectuales; pintó numerosas telas y actuó con gallardía en la Asamblea Radical, en el Club de Tiro al Blanco y en otras instituciones, destacándose por su espíritu animoso y su simpática intransigencia respecto de las nulidades que pretendían colocarse en situación prominente.
La crisis lo dejó sin trabajo. Se aisló en una quinta de los arrabales para ganarse la vida con pequeños cultivos y para seguir pintando cuadros sin que lo incomodaran las pequeñeces del plano urbano. En ese aislamiento le ocurrió la desgracia que lo ha inmovilizado y, sin decir nada a nadie buscó otro aislamiento en el hospital. Desde allí pide un único favor: que con motivo de la Semana Antofagastina se miren sus cuadros y se venda algo. Merece que la Municipalidad le asigne un sitio en la expo y atienda a la venta de esas telas. Soto Moraga ha ganado de sobra el derecho a la defensa que pueden ofrecerle ahora los antofagastinos, entre los cuales ha sido un ejemplo de orgullosa fe en el valor del hombre, cuando se tiene la decisión de marchar solo, sin pedir favores. Comprar un cuadro será rendir un homenaje al espíritu de lucha y de empuje que ha sido el mejor factor de nuestro progreso, porque él representa bien a cuantos lo hayan tenido.
Aún más, en el mismo periódico e igual día, en nota distinta, El pabellón municipal, Detachi escribía, con denodada preocupación:
El pabellón municipal concentra una colección valiosísima e interesante de objetos artísticos y productos del trabajo y de la industria de la ciudad de Antofagasta. Debemos mencionar la colección de valiosos cuadros presentados por el primer (artista) regional don César Soto Moraga, de reconocido prestigio y que se encuentra en la actualidad enfermo y sin recursos. Sabemos que numerosas personas, deseosas de prestar su ayuda a este pintor nuestro que se halla ahora desvalido y yace en el lecho de un hospital, han separado ya algunos cuadros. En seguida pudimos admirar una preciosa colección de fotografías artísticas, presentadas por el genial amateur, Sr. Alcázar, con interpretaciones de don Andrés Sabella Gálvez.
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No es posible describir en unas cortas notas de crónica la valía de estos trabajos y nos limitamos a recomendar con sinceridad al público que se acerque a admirarlos en el pabellón presentado por la Alcaldía.
el cielo y el mar y en la vastedad del horizonte Cerro Moreno, como testigo del milagro de un desierto que floreció por su mano de artista.
Asimismo, los trabajos ejecutados por los reos de la cárcel, consistentes en juguetes…
Al final de su vida construyó en los faldeos de los cerros hacia el sur de la ciudad, una casa taller en la que se aisló.
A mediados de los 60, se inauguró el Museo de Arte de la “Norte”, al ocupar los espacios que quedaron con motivo de su traslado al nuevo Campus Angamos; será el albergue provisorio de la naciente Pinacoteca y una de sus salas, la dedicada a la pintura regional llevó su nombre.
Sabella finaliza: Murió en el Hospital del Salvador de la ciudad, pobre, barbón, como un Cristo olvidado, casi desconocido y con las manos llenas de pintura.
En Pintura Antofagastina…, se dice que en Mujer, de propiedad de Leoncio Arce: hay color, soltura y blandura, en suma, maestría. En el óleo Lúcumas, tiene riqueza de colorido, logradas formas, las mismas cualidades anteriores un poco más trabajadas. el óleo
La
segunda edición del libro de
91
PRO-A (2014)
señala:
Su pintura académica y realista se abre finalmente al impresionismo a través del paisaje, retratos y naturalezas muertas. Son una ventana que nos muestra el pasado, donde aparece entre
Sixto Rojas, el pintor de las salitreras
Lápida en el Cementerio de Antofagasta.
sobreviviente de dicha masacre; entre los dirigentes de la huelga, sería el intelectual del grupo, conformado peruanos, bolivianos, paraguayos y Pasó por muerto entre los cadáveres de la matanza, posteriormente amigos peruanos lo habrían rescatado desde Iquique, ayudándolo a viajar al Perú donde trabajó y continuó sus estudios. por
Sixto Rojas, según su biografía fue iquiqueño (por adopción), decorador, escultor y pintor de gran arte, nacido en Caleta Buena, hombre de una excelente formación académica, conformaba el grupo de los artistas e intelectuales de Iquique, en Sixto Arturo Rojas Acosta y el otro 21 El de la Masacre, de Héctor G. Sorich Rojas. (Tall. Imp. Ángel’s, Iquique). Agrega, que fue un activo participante en el Centro de Estudios Sociales Redención, creado en Iquique por Luis Olea Castillo, quien sería vice-presidente del directorio de la Huelga, en 1907 (Santa María, de Iquique). Su
vida está envuelta por la leyenda.
Habría
sido
chilenos,
chinos.
Respecto de Antofagasta, se expresa que vivió entre 1923 y 1928, se radica con su familia en la calle Maipú 643, y se dedica a decorar el segundo piso de la Municipalidad. Similar trabajo realiza en el Teatro Imperio y la casa comercial Jiménez y Cía. Opinión que no compartimos en su totalidad, pues Sixto fue quien decoró el Salón de Honor de la I. Municipalidad (1913). Y contribuyó con acciones importantes
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en Iquique, como en el Casino Español, Gruta de Cavancha, etc. Es posible que su condición de pintor la haya segmentado en obras de decoración, cielos y
un antiguo ejemplar de
muros muy en boga por el influjo de la arquitectura
por la sequedad del desierto, es una imagen digna y
francesa de la época, fin de siglo y por confeccionar
alucinante.
retratos y paisajes con temas clásicos.
su vida en el desierto.
Es el pintor y decorador, que ornamentó el edificio I. Municipalidad de Antofagasta según placa ubicada en el pasillo de entrada en lo que es hoy, la Casa de la Cultura:
No
Sixto en El Mercurio local: es su ataúd
sé por qué razón hay una imagen de
abierto, con sus ropas y facciones muy bien conservadas
Hay material como para escribir e imaginar En América Latina el realismo mágico no es solo un hecho estético.
de la
Edificio de la Ilustre Municipalidad de Antofagasta: La
construcción
comenzó
el
Kader. Destacan en su interior del artista Sixto Rojas Acosta.
1913, de Luis Abd–El–
año
acuerdo al proyecto del ingeniero
Miguel Gormaz V.
Habría nacido en Copiapó, 1914. No son conocidos sus estudios artísticos; pintó retratos y naturalezas muertas. Los autores de Pintura antofagastina. Desde Soto Moraga…, expresan que:
las decoraciones
Por 1914,
Bicentenario Chile 2010.
Taltal se traslada a Miguel Gormaz, pintor
desde
el copiapino
la ciudad retratista
poseedor de una prolija educación artística reflejo
92
Algo sabemos gracias a recuerdos de su hijo, Raimundo Rojas, quien fue funcionario de la “Norte”, en la oficina de registro curricular y que con gran talento escribía relatos de la pampa. Me contaba que cuando en la Oficina Salitrera
de la época en la que el realismo era una escuela y el claro oscuro una necesidad.
Gormaz
no deja
discípulos, pero sí una obra perdurable por su calidad. (pág.
5, 6).
donde vivían faltaba dinero para parar la olla su padre, con rapidez, pintaba en un cartón de pequeño formato, un colorido gallo con su cresta roja, cantando el amanecer.
Él debía salir presto a venderla entre las casas de la Oficina y con el dinero que recaudaba, lograban comer. En
una oportunidad sobrevivieron al cuidar una
Oficina Salitrera desocupada, y habitaron la casa de un jefe que contaba incluso con Biblioteca, donde él se instaló a leer, tomándole el gusto a la lectura y luego se dedicó a escribir. A fines de los 70 o comienzos de los 80, ya existía la Escuela de Arquitectura y un arquitecto que conocía esos relatos, se interesó por filmar uno de los cuentos al interior de una Oficina Salitrera abandonada, creo que de Chacabuco, pero nunca se pusieron de acuerdo en torno a la ambientación y vestuario; el nobel cineasta quería que los personajes vistieran de blanco como en una factoría centroamericana y
Raimundo
se opuso con tenacidad de
pampino.
Falleció
hace algunos años y si hoy viviera lo
interrogaría largo sobre su padre
Más
(pág. 16), señalan que en el óleo Rosario Escobar Carvajal, doña Rosario Escobar C. viuda de
adelante
retrato de la señorita propiedad de
Sepúlveda:
el maestro se demuestra poseedor de una
técnica depurada que revela una prolija disciplina artística, rico en color y textura bien conseguida.
Sabella, en su breve pero enjundiosa Pintura en Antofagasta, artículo de Revista Aisthesis, nos dice:
En 1914, se instaló en la ciudad el pintor copiapino Miguel Gormaz, atildado, mesurado, en su persona y en sus óleos, de impecable oficio. Admiramos en Copiapó dos retratos suyos, tersos y limpios: los de Francisco Bilbao y Guillermo Matta. Gormaz guardaba fidelidad a la verdad de sus modelos. Vivió enseñando, sin mezclarse en los altibajos de la vida artística de provincia. Su hija Luisa lo prolongó en el culto de las flores.
Sixto Rojas el pintor de
las salitreras.
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En el libro Antofagasta: Una historia en imágenes, 1979, cuyos autores son los profesores de Historia Contemporánea e Historia de Chile, Sede U. de Chile, Juan Panadés Vargas, Floreal Recabarren Rojas, Antonio Obilinovic Arrate, con textos poéticos de Alfonso Calderón Squadritto, de la Pontificia UC de Chile, nos entregan un dato valioso:
El
edificio municipal
(hoy Casa
de la
Cultura)
1914 durante la administración Alcalde Poblete… su Salón de Honor elegantemente amoblado y alfombrado, en 1918 Gormaz recibió la orden de pintar a los ex Alcaldes Hermógenes Alfaro y Manuel Verbal, cuyos cuadros pasaron a adornar el Salón de Honor. inaugurado en del
El
confirma lo que apuntó
técnico del oficio del maestro
Sabella:
Gormaz
el dominio
para trabajar
el retrato y en especial el ser capaz para atender un encargo institucional.
La investigación directa en la prensa –El Mercurio, Antofagasta– dice otra cosa, dado que la columna Municipalidad, de jueves, agosto 24, 1916, da cuenta de la Sesión Ordinaria de agosto 20, del mismo año, donde se examinarán los retratos de los Alcaldes señores Manuel Verbal y Hermójenes Alfaro, dado que Gormaz hizo llegar una Solicitud, por estar pendiente el pago por su trabajo. Incluso, una lectura más atenta, se desliza, como de costumbre cuando no se es experto en la materia, algunos reparos. Luego, hay disparidad de fechas, y estos serían anterior a lo propuesto por el libro recién mentado. Para contextualizar agosto de 1916, el 1°, refería Eleodoro Rojas, con sus proezas de tirabuzón y looping de loop; jueves 17, de un gran temporal en Mejillones, con destrozos en varias embarcaciones; el domingo 20, como para pensar que todo sigue igual, sobre la campaña decidida las acrobacias del aviador nacional
en contra de los perros vagos con motivo de la hidrofobia.
Se
trata de exterminar a la raza canina,
sin consideración de ninguna especie….
Las siguientes ediciones hasta fin de mes, dan cuenta Una tragedia en la bahía, con cinco muertos; más adelante la noticia tendrá un vuelco, pues se tildó de crimen, dado que no se hizo nada, para rescatarlos, labor que comprometía a los vigilantes del litoral. Volvamos a lo positivo y cultural. La Academia Chilena de la Lengua, designa miembro académico al Ilustrísimo Obispo de Oleno, don Luis Silva Lezaeta. Ahora son dos, con Aníbal Echeverría y Reyes, quien redacta un largo artículo de su visita a Bolivia. Como preludio a las fiestas patrias:
exposición con obras seleccionadas de entre
las que poseen las familias antofagastinas.
Los Soto Moraga, Echeverría y Reyes, Darío Izquierdo y Cayetano Astaburuaga, que insistían en que las telas deben ser originales, no copia de otros cuadros. autores de la idea:
Dado
que la ciudad contaba con copistas de
excelencia.
Se sabía de la existencia de obras de Benito Rebolledo, Lobos, Izquierdo, Alegría, (José) Backaus…
Rebolledo Correa, estuvo en Antofagasta, en fecha que el profesor del San Luis, el ecuatoriano Rafael Coronel, época del 20, donde le indicó a Sabella cómo construir sonetos, en plena clase de castellano, nos lo recuerda así (En Viaje N° 370. Agosto de 1964):
Tuve la alegría de conectarlo con mi concuñado, con Carlos Vial, director de El Mercurio de Antofagasta. Vial le compró muchos cuadros… Cuadros inmortales, síntesis de realidad, de belleza pictórica, de poesía y esencialmente de amor a su tierra.
Los animalistas
aún no hacían su aparición, y los mejores amigos del hombre, tenían tomada la urbe.
El
23, la construcción del puerto era Pinkas, la defendía para la ciudad, y Mejillones. El sábado 26, dejaba registro para
miércoles
tema y don Julio no en
se
de
Una Esto
Toldo Ramona Vega.
gran temblor de ayer y que en la mina
produjo la muerte de una mujer:
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Nicolás González (1900-1959)
Imágenes de Nicolás González Paredes, rescatadas de épocas distintas.
En 1900 la actividad salitrera se incrementaba en la Zona Norte, ésta era la que intensificaba el movimiento o flujo portuario. En ese tráfago creciente, nació Nicolás, en diciembre 6, 1900 y murió en diciembre 26, 1959. Sus padres fueron don Albino González y doña Carlota Paredes. Casado con Andrea Araya Rojas. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Margarita, Eliana, Carlos y Reinaldo. Su niñez se desenvolvió íntegra en la ciudad. Consiguió las preparatorias (básica) y humanidades (media), en el Liceo de Hombres. Las artes recién se empezaban a manifestar en la ciudad y es así como Soto Moraga, abre su taller en 1905, con posterioridad el copiapino Miguel Gormaz da vida a un segundo. En el concierto regional, en 1915 se inaugura y pone en movimiento el mineral de Chuquicamata. Estas dos fuentes de trabajo: salitre y cobre, lograron bienestar para esta zona, la que contaba con una población de más o menos 20.000 habitantes.
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En 1917 González Paredes se une a Cayetano Gutiérrez Valencia –Zayde– y Ovidio Guzmán (Mario Bonat); toman contacto con Soto Moraga quien junto con Rafael Alberto López Patiño – Lopito– acuden a su quinta en busca de consejo y orientación a sus inquietudes. Se reunían con el afán de pintar, paseaban en esa época en el inolvidable cabriolé (especie de coche ligero) de Soto Moraga, y llegaban hasta los roqueríos de nuestras playas. Solo el tiempo fue capaz de romper su camaradería, y es así como González, ya reconocido como autodidacta va en busca de nuevos horizontes, por lo que ingresa al Bellas Artes, U. de Chile, Santiago donde logra su reconocimiento al distinguírsele como el Primer Premio en Dibujo. Se le califica como pintor de paisajes, desnudos y bodegón. En el segundo curso de Pintura Decorativa, obtiene un segundo premio al interpretar a cabalidad las Danzas de Tórtola Valencia, famosa bailarina española de aquel tiempo. Con estos alicientes y elogios comenzó a descollar en el escenario artístico capitalino. Por su forma de ser, jamás se integró en las corrientes en que se embarca un joven pintor ante un nuevo horizonte. González Paredes, habría recibido influjos del español Fernando Álvarez de Sotomayor (18751960), a través de los integrantes de la Generación
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del 13. Aunque, como se sabe, Álvarez dejó Chile en 1915:
Desde los 17 años estudié en la Escuela de Bellas Artes, ahora incorporada a los planteles universitarios. Fueron mis maestros el célebre Juan Francisco González (1853-1933). Monsieur (Ricardo) Richon Brunet1 (París, 1866-Santiago, 1946) y Julio Fossa Calderón (1874-1946). Después de cinco años regresé para luego exponer en Santiago y Valparaíso. La crítica me fue favorable pero me sentía desarraigado y volví al Norte. En Antofagasta, donde ha transcurrido casi toda mi vida artística.
Lo confesó en una conversación publicada por el diario El Tarapacá, (Iquique, viernes, agosto 15, 1958, pág. 5), con motivo de su exposición de 26 telas, en el Salón de Honor del Club de la Unión. El periódico lo reconoce como un antofagastino, notable maestro del pincel. (Ver Apéndice). Ésta era sombría y de pincelada ancha, que dibujaba el volumen, de formas amplias y de tonalidades cálidas, por el predominio del tema de enjundia costumbrista. Sus primeras exposiciones fueron en el foyer del Cine Colón de Antofagasta, espacio expositivo al lado del pasaje Castillo. Expuso en 1924 junto con su maestro, el precursor Soto Moraga. La exhibición fue publicada por diversos medios, donde destaca el reportaje gráfico en el semanario La Ilustración, pág. 13 completa:
Existe imagen de ambos, así como dos fotos paneles de los muros donde fueron montadas: Dos rincones de la Exposición Soto Moraga – González.
Juicio crítico que hace El Abecé en su edición del 6 de junio de 1924. Por Gonzalo Medina. La exposición de cuadros Soto Moraga-González. ¿Hay ambiente para las cosas de arte en la ciudad modelo? – Alentemos el heroísmo de los artistas.
Fueron nada menos que 140 telas. Es interesante saber que a mediados del 20, había cierta preocupación por la difusión cultural de sus habitantes. Leamos:
Hemos organizado esta exposición con el fin de dar impulso a las artes plásticas y hacer una modesta demostración del grado de cultura a que ha alcanzado el Norte de Chile y pondremos término a ella el sábado 24 del presente, realizando en el Teatro Nacional unos Juegos Florales, los primeros que se efectuarán en Antofagasta, y que propicia La Ilustración. En esta velada se proclamará la Reina del Torneo de Belleza Regional, se repartirán los premios otorgados en los concursos de affiches y literatura, los autores agraciados leerán sus respectivos trabajos y distinguidas señoritas de la sociedad harán un poco de música a beneficio del Reformatorio de Niños.
Exposición de Pinturas. Soto Moraga – González. Con franco y merecido éxito se inauguró la semana pasada, en el Cine Colón, la brillante exposición pública que hasta la fecha están haciendo de sus hermosos cuadros los notables pintores regionales señores César Soto Moraga y Nicolás González. 1 Su nombre completo, Ricardo Luis Jorge Richont Brunet. Para Alfredo Aliaga S., en su texto de difusión Breve historia de la Plástica Chilena, publicado por la revista mensual En Viaje, marzo 1961, Año XXVIII. N° 329. Santiago. Algo nos dice sobre cómo se chilenizó. En Sevilla conoció a la Srta. Ruiz Olavarría, hermana del cónsul de Chile en esa. Fue su esposa. Llegó a nuestro país en 1900; profesor de pintura entre 1903 y 1906; subdirector de Bellas Artes, en 1913. Crítico y comentarista de arte; ilustrador, de Pacífico Magazine; director artístico de Zig-Zag…
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2º Premio, Pirro, don Rafael Alberto López; Terceros premios, Perico, don Silvestre Cortés y, Francis, don Francisco Garrido. El catálogo continúa al mencionar las de la señora Elena de Herrera, en un total de 47. Dentro de la temática que abordó, pasajes de Santiago, del Sur de Chile, canales magallánicos, otros, incluso de Europa: en el Tirol, cuadro holandés, El Elba, cerca de Dresden, Campiña austríaca…, de Kingston, Jamaica. Pero, el asignado con el número 31, ofrecía Puesta de sol en la pampa salitrera y el 32, Pampa salitrera.
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Gentileza Gabriel Amengual y Acuña. Catálogo de la Expo 1925.
Estaba escrito en el díptico de La Ilustración. “Catálogo de la exposición de Affiches / Fotografías y Cuadros. Cine Colón del 17 al 24 de enero de 1925. Antofagasta. Entrada gratis”. Respecto de los afiches que logran premios, el primero, fue para Tato, de don Nicolás A. González:
Se dio a conocer en portada del domingo, enero 25, 1925.
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En pág. siguiente, los de Nicolás A. González, del 48 al 78, de temática estrictamente antofagastina: Muelle del salitre; Botes, Baños del Manzano; Crepúsculo en la poza; Mañana en la poza; Plaza Centenario; Chalet; Parque 12 de Octubre. El 79, retrato de González preparado por Carlos Lundstedt (1895-1955), El Pintor del Puerto (Valparaíso). Enseguida, los seis de Soto Moraga y, para completarla, del 86 al 109, los de Rafael A. López. Nueva portada de La Ilustración (Antofagasta, mayo 3, 1925. Nº 82. Año II. Edición de 24 Págs.):
Gentileza Pinacoteca Andrés Sabella. Nicolás González, Botes, 1925.
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Este artista antofagastino, es uno de los nuestros que ha triunfado. En la Escuela de Bellas Artes mereció altos votos en concursos internos de competencia donde han intervenido jueces como el profesor Richon Brunet. En nuestra revista obtuvo el primer premio en afiches, por una producción suya, de este emotivo y originalísimo, que fue justamente apreciada por los entendidos.
el arte pictórico es que González ha progresado notablemente, habiendo algunas telas que se han estimado como verdaderos aciertos.
Pero González es algo más que un dibujante armonioso, de líneas subjetivas, de un arte comprimido en los trazos fugaces de la pluma elucubra y fantasea.
1927, octubre, expuso con los hermanos Quevedo en la sala Dittrich & Silberfeld en Santiago. Sobre esa exposición se escribió en la prensa y el crítico Nathanael Yáñez Silva se refiere a un arte de manchas, un concepto que siguió utilizado la crítica sobre su producción pictórica.
Es ante todo, un pintor, fuerte en sensibilidad, que a pesar de provenir de estas tierras nortinas, donde el color que toma la retina del ojo observador y artista, es crudo, y tiene un ocre ferruginoso, propio al ambiente fabril, él sabe ser un poeta de su pincel, y ensueña motivos que, aunque llevan la característica lugareña, peregrina a otros cielos, bajo otras atmósferas, y produce motivos como el que reproducimos que revelan un temperamento esquisito (sic), y que hace recordar a esos pintores holandeses, por los matices sombríos, que dan a sus composiciones el carácter sobrio, vigoroso, de las telas que han firmado los más sintéticos interpretadores del alma nórdica europea.
El público ha correspondido a los esfuerzos y entuciasmo (sic) del joven artista adquiriendo un buen número de sus cuadros, estimulando así su labor y dándole bríos para seguir adelante.
Estas muestras en el Colón culminan en mayo de 1926 con una monográfica donde puso a la venta 80, y entre sus compradores estuvo Camilo Mori. Mori expuso en ese mismo foyer entre enero 31 y febrero 11 y permaneció en la ciudad retratando a la sociedad antofagastina. El trabajo pictórico aparece en un comentario de una revista de nivel nacional (sólo poseemos la hoja, fechada en mayo 29, 1926 y correspondería a la revista Comentarios):
Con buen éxito artístico y pecuniario clausuró su exposición de cuadros que durante varios días mantuvo abierta en el foyer del Cine Colón, don Nicolás González. La opinión unánime de todos los entendidos en
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Gentileza Gabriel Amengual Acuña. Catálogo. Santiago, octubre 1927.
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Una vez que egresa, la opinión es unánime en reconocer su talento al exhibir nuevas obras junto a los hermanos Albino y Manuel Quevedo (profesor de dibujo, nació en 1897). Contaba en esa fecha solo 25 años. La exposición de cuadros fue en la sala Dittrich & Silberfeld (Agustinas 1049. Teléf. 2782. Santiago, octubre, 1927), en cuyo catálogo/ invitación, que hemos tenido a la vista, aparecen 22, desde donde destacamos: Lanchas maulinas, Esperando carga, En la poza, Desde el Malecón del Salitre, Sol de tarde en la Poza, Cargando salitre, Cervecería Mitrovich, Remolcadores en la Poza, todas imágenes de la ciudad. Las Últimas Noticias (Santiago, octubre 11, 1927, pág. 18), hizo eco de la exposición y destacó la labor de estos tres jóvenes pintores. De Nicolás A. González, el periódico, reseñó:
Fue lugar de encuentro de escritores como Sabella y Mario Bahamonde. Su mejor alumno fue Jiménez Moya (pintor de caballos). Dentro de sus recuerdos, Sabella se refiere a una frase que publicó en El Industrial (marzo 13, 1937), donde se admira de:
su alta soledad; aludiendo a sus pinceles, les comparamos a lanzas que refulgen después de una victoria sin otro laurel que un fuerte y sincero latido de júbilo, llenando toda la latitud de su corazón.
… fue una esperanza para la pintura nacional; pero hace años se fue a Antofagasta, y le perdimos de vista, se nos dice que ha progresado mucho y que tiene unos trozos de puertos de verdadero mérito.
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En 1928, la crisis derivada del salitre provoca que emigre de la ciudad. En enero de 1931 vuelve a exponer en Antofagasta con Soto Moraga, esta vez en sala de la casa fotográfica Hans Frey. En Santiago acudía a un taller junto a los hermanos Albino (1890-1944) y Manuel Quevedo S. En 1936, ya en la ciudad, se incorpora al taller Estudio Chile, que integraban el dibujante Ricardo Jiménez, Osvaldo Ventura, Palma Díaz, Julio Hermosilla y otros. Al cierre de éste abre su estudio en Arturo Prat, en lo que fue después el primer museo histórico de la “Norte” (1976), donde artistas y principiantes las llevaban para su crítica. Desde el taller de González se gestó la idea de crear y fundar la Sociedad de Bellas Artes, donde enseñaría en la Academia de Pintura hasta 1949.
Nicolás González P., recibe del Intendente Manuel Morales, la insignia que lo acredita Caballero del Ancla. Presencia el acto el Secretario Municipal, señor Alfonso Jeria. El Mercurio, febrero, 1955.
2, de los cuales se cree que era pariente. Albino lamentaba el retorno de Nicolás a Antofagasta, ya que en los momentos de soledad y que necesitó de un consejo fraternal siempre estuvo presente. Al término de este periodo de estudios retorna al Norte junto a Zayde, éste como dibujante de la primera página de El Mercurio, local. Entre tanto, Lopito hacía lo mismo en La Ilustración. 2 Por línea materna, entroncaba con don Juan Francisco (González): era Quevedo González. Andrés Sabella, Cabeza de
tonto. Revista Ercilla. Semana del 31 de octubre al 6 de
noviembre, 1973. Pág. 38. Respecto de Albino, en el XIII Salón de Verano de Viña del Mar, Palacio de Bellas Artes, obtuvo primer premio en Dibujo.
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En lo contemporáneo de dicha remembranza (Críticas y problemas. Año I. Nº 50. Antofagasta, sábado, agosto 13, 1955. Una nota de Herakles: Nicolás González. Pág. 2), detalla que:
Nicolás González, pintor. Por Andrés Sabella Pocas vidas tan laboriosas y silenciosas, como la de este pintor, cuyos ojos no se fatigaron jamás en la dura y ardiente faena de buscar en los seres y en las cosas la luz de su perdurabilidad… pertenece a una generación de briosa inquietud: sus primeros pinceles fueron los mismos que usarán Albino y Manuel Quevedo, esos dos nobles y queridos hermanos de idéntica riqueza humana y plástica. Su inquietud se manifestó como encuesta inmarchitable a nuestra Naturaleza; sin provenir de Braque, confirmó lo que el fascinante pintor aconsejaba: Nunca tendremos reposo, el presente es perpetuo. Y en este sumergimiento de su visión al agua del quehacer cotidiano, se lavó de cualquiera banalidad.
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Ama el color, acaricia la forma; vive para sus dominios; sin embargo, ningún cuadro suyo lo entrega al juego del azar. Pinta con entera pasión y entera lucidez. No confía de los sistemas de la sorpresa. Así, levanta, ahora, una centena de óleos con la rúbrica de su verdad. González permanece fiel a su destino. En El Industrial, del 13 de marzo de 1937, escribimos de él, admirándole en su alta soledad; aludiendo a sus pinceles, les comparamos a lanzas que refulgen después de una victoria sin otro laurel que un fuerte y sincero latido de júbilo, llenando toda la latitud de su corazón.
Gentileza Pinacoteca Andrés Sabella. Trabajos de los hermanos Quevedo Paredes.
En realidad, El Negro González ha sido un guerrero sutil. Sin otra armadura que su confianza, lidió con la indiferencia, contra los silencios, contra la ceguera general, hasta imponer la dignidad de su tarea, que nos enseña, apasionada y auténtica, en la Sala Van Gogh, donde Antofagasta puede reconocer la tonalidad de sus tardes, la vibración de su claridad, la belleza de sus piedras y el sugestionante despliegue de su mar.
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Antofagasta ofrece un difícil panorama de paredes y de techos, un panorama ciego. Más allá de éste, los cerros y el océano se yerguen para la contienda del arte. No repetirse, acertar en la selección de los temas, importa ya una primera jornada triunfal; González pinta esto, sacándole siempre un resplandor, un ángulo, nuevos. Es el pintor que no se ofusca, el pintor con garfios en el iris para atrapar lo que merece un esfuerzo de enaltecimiento. Nuestra I. Municipalidad le honró, en 1955, condecorándole con el Grado de Caballero del Ancla: expresa este merecimiento que Nicolás, por raíz, por fervor y por paleta, es: El Pintor de Antofagasta. Los críticos glosarán sus telas, las viviseccionarán, como trozos vivos. Nosotros sólo queremos destacarle en bajorrelieve de afecto y gratitud. Sólo deseamos que estas palabras lleguen a todos los antofagastinos, como una incitación cordial para conocerlas, pues conociéndola la estimarán y estarán orgullosos de su jerarquía. Antofagasta produce pintores de sangre. Nicolás es una de nuestras efigies capitales, de aquellas que no doblega el cansancio y que le ganan al tiempo una ventana para posarse, allí, a contemplar su huella, esto es, una efigie de hombre que queda entre los hombres, cuando los vanos no son sino olvido y ceniza.
Con posterioridad se cristaliza la idea de tener un taller donde tuvieran cabida todos los de la localidad. Es así como el 28 de diciembre de 1941 nace la Sociedad de Bellas Artes, institución que constituye el primer organismo que en forma constructiva y docente, activa todas las manifestaciones artísticas por espacio de veinte años. El Abecé, octubre 20, 1943, en su comentario sobre la Segunda Semana del Arte, decía de González:
en quien si no se acentúa una conciliación definitiva de su técnica, hay sí en varios de sus cuadros un indiscutido mérito pictórico… No es la acuarela una de las formas más fáciles para conseguir una representación de calor (sic, asumimos que se quiso decir color), de armonía y de gusto. Por el contrario, muchas son sus dificultades. La diafanidad, la transparencia que necesitan estas pinturas son siempre el escollo de quienes no dominan sus secretos.
El mismo periódico (octubre 22), Manuel Astica Fuentes3, expresa su juicio, el que por cierto no se comparte:
Otra cosa debemos decir de Nicolás González, que es en verdad desconcertante en su envío. Al lado de una naturaleza muerta, de añeja fórmula preciosista, nos presenta un admirable retrato de mujer de moderna factura. Es un espíritu vacilante y que no se ha encontrado a sí mismo.
El 24 de diciembre, exposición de Bellas Artes, local de Línea Aérea Nacional, González: se presentó muy bien con un lote de cuadros; como siempre se destaca con los temas lugareños de nuestro puerto donde refleja el ambiente, sacando un buen partido. En diciembre 31, pág. 3, El Mercurio, entrega un artículo sobre Dos Pintores. De González Paredes, expresa que:
es un viejo cazador de temas y motivos. Sus pinceles, su paleta y su alma se engarzan para armonizar en la forma, en la tonalidad y en la emoción del rincón bellamente apuntado. Es
3 Astica (1906/1996), escritor –ensayos, conferencias, comedia; incluso para algunos un precursor de ciencia ficción– periodista y crítico en varios medios de prensa. Labores salitreras de su padre, le permiten vivir en Antofagasta.
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curioso observar el dominio que tiene sobre los colores, pero es curioso apuntar cómo en su cuadros domina uno solo de ellos en difusión de tonos y sombras. Ni podríamos afirmar tampoco que su raigambre lo haya llevado a sentir nuestro paisaje con un motivo de exaltación. Apenas hay manchas regionales entre sus cuadros. Su valor está en la insistencia constructiva, en la continuidad ininterrumpida aunque ella lo lleve por el altibajo de sus producciones, en el ejemplo que esto encarna para los que sienten como él una emoción que se hace formas y colores frente a cada paisaje.
los óleos de Nicolás González, cuya acentuación de un rojo febril dan a algunas de sus composiciones tonalidades de crisol; sus desnudos tienen suavidad de cuerpos que, a la manera de lámparas hablarán de vigilias rumiadas en ocios casi huraños.
La actividad expositiva, continúa en 1949 en el Auditorio de la Municipalidad.
El otro es Humberto Palma.
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Argentina, leído el sábado 20, noviembre, 1948 y reproducido en El Mercurio, domingo, noviembre 28, 1948. Año XLII. Nº 14.687. pág. 7:
Al siguiente, 1944, en el artículo de El Mercurio, Lo que representa la Exposición de Pinturas, donde se valora aparte del contenido emocional que encierra todo conjunto estético, la exposición que se realiza en estos momentos en el salón de la Línea Aérea y a la cual han concurrido numerosos pintores de prestigio, tiene para Antofagasta, una valía fuera de lo común:
González ha sabido darle a sus cuadros una interesante variedad en cuanto a sus motivos y temas. Fluctúan entre el paisaje de armónico colorido, el rincón de ciudad originalmente encontrado y diversas manchas marineras, llenas de animación y movimiento. Es uno de los que más se deben a su propio esfuerzo, a su tesonero deseo de captar y producir. Por eso es que sus motivos navieros, en especial el signado con el número 16, han concentrado el interés del público.
De manera paralela, en esto de ganarse la vida, alrededor de 1945 fue fundador y Secretario General de la Sociedad de Constructores, Contratistas y Fabricantes de Materiales de Construcción. Participará en una serie de exposiciones colectivas. Destaca la emblemática Exposición de obras antofagastinas, Salta, 1948, comisariada por Chela Lira, donde rescatamos el discurso de Samuel Meza González, Cónsul de Chile en Salta,
González Paredes, en 1950, junto a Palma Díaz, recibe a sus primeros alumnos en el nuevo local de Bellas Artes, en J. J. Latorre 2842, erigido en esa época por la I. Municipalidad, edificio diseñado por Jorge Tarbuskovic y construido por el pintor y constructor González, bajo la Alcaldía de don Antonio Salas Faúndez. En 1953 la I. Municipalidad –a instancias del periodista y poeta Manuel Durán Díaz– crea el máximo galardón que se otorga a quienes sirvan a la ciudad sin afanes de lucro, sea en el campo del Arte, la Ciencia o el Servicio Social, el Ancla de Oro. Quienes primero la recibieron fueron el poeta Andrés Sabella y el médico de los pobres, Dr. Antonio Rendic. En su caso se hizo acreedor por su fecunda y encomiable labor tanto pictórica como docente.
1954, premio único en óleos por Desde mi ventana, Salón de Primavera, Sociedad de Bellas Artes, IV Conferencia de Municipalidades. En julio de 1955, nace una nueva sala de exposiciones. Ésta obedecía a la necesidad de entregar un local adecuado, propicio a las labores artísticas. La iniciativa motivó a Alex Galetovic, al ofrecer al servicio público, una sala, adjunta a su estudio fotográfico. Del segundo y tercer párrafos del díptico, Sala de Exposiciones – Julio de 1955,
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leemos: Es honroso presentar en la inauguración al pintor Nicolás González, cuya labor plástica merece un lugar de reconocimiento en la pintura chilena. (…) La presente Exposición es una muestra avanzada de sus cualidades técnicas y de su valor personal bien definido.
En esta exposición, se nota anhelante de conseguir en la interpretación de la pintura toda la magestad (sic) de la luz, por eso, a veces, tras este anhelo se deja embrujar por esta maravilla de la naturaleza y son sus cuadros, una sinfonía de color.
De las dimensiones de la sala, un dato importante lo entrega el montaje de la misma, con capacidad para 55. En lo local, Nocturno (Población Norte); Desde mi terraza, que el año anterior obtuvo Premio Municipal; Paisaje de Población Favorecedora; Quinta Edén; Caleta de pescadores; Punta muelle del F.C.A.B., Obras del puerto; Apunte de esquina Manuel Rodríguez; en el plano regional, el 24, Campamento de Aucanquilcha (azufrera del sector de Ollagüe) y, el 51, Viejo Pampino, entre otros.
En 1955 Alex Galetovic abrió la Sala Van Gogh en su taller fotográfico e inaugura con González. 1957 se inicia con el Salón de Artes, los premiados fueron: Primer premio en sección Óleos, señor Nicolás González; primer premio en sección acuarelas, señor Jorge Court; primer premio en sección dibujos, señor Andrés Sabella; primer premio en sección fotografía Sr. Danilo Tacussis y primer premio en sección noveles, Sra. Elsie Wood de Rodríguez. (El Mercurio. Antofagasta, miércoles, febrero 13, 1957. Pág. 2). Nicolás González P.
En 1955 la I. Municipalidad le otorga el Ancla de Oro, que lo acredita como el más vigoroso y decidido a interpretar el paisaje de la ciudad. (Se hace notar que no se presentó a recibir la distinción. Es curioso, pero tiempo después, existe fotografía donde luce el Ancla en su solapa). La moción fue presentada y defendida por los regidores Adolfo Bultó Pi y Mario González Zubia. Al honrársele Caballero del Ancla, Sabella le dedicó un poema que conjugaba con sus gustos. Al recibir el galardón, nueva exposición de óleos, y se especifica que González, ya es Caballero del Ancla. Fue en la Sociedad de Bellas Artes y, el segundo párrafo del catálogo, expone:
Pero hubo otro reconocimiento, ya que la Sociedad de Bellas Artes, otorgó un premio especial al señor Jorge Tarbuskovic por haber permitido exhibir su trabajo en bajo relieve Canto al Trabajo. Al respetar el canon de la época, el discurso de apertura correspondió al Alcalde Osvaldo Mendoza Contreras y el premio a González Paredes lo entregó el Intendente, Justo Pastor Martin. El periodista O’Higgins Guzmán4, en los prolegómenos de la universidad, 1957, dictó un curso de verano sobre La pintura en el siglo XX y meses después, su Academia de Bellas Artes, dependiente del Depto. de Extensión Cultural, dictaba un nuevo curso, cuyo
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objetivo es doble: buscar una forma de expresión adecuada a la región y formar el gusto del público para que sepa captar los valores estéticos del severo paisaje nortino. Cuenta con 36 alumnos. Algunos son valores ya conocidos, como la Sra. Elsie Word (sic) de Rodríguez (creemos que la errata se quiso referir a Elsie Wood) de Rodríguez y los hermanos Tapia, Jorge Court, Nicolás González, Abraham Cuchacovic…
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En noviembre de 1957, González presenta la exposición Óleos, Sociedad de Bellas Artes, donde mostró 50, algunas de gran valor como: Maternidad, Caserío de Avda. Argentina, que incluso casi la convierte en leit motiv, al enseñar Paisaje de Avda. Argentina, Terminación Avda. Argentina; Caserío de la Población La Favorecedora (dos con idéntico nombre), Techos de la Población La Favorecedora y otras, donde demuestra su gran talento aplicado al paisaje de nuestra urbe. El catálogo (díptico), contiene el poema de Sabella:
4 O’Higgins Guzmán Soriano, Santiago, septiembre 17, 1914, en el seno de una familia con raíces nortinas. Falleció en junio 10, 1999. Estudió derecho en la U. de Chile, pero no se tituló. Se radica en Antofagasta, entre 1943 al 1956, en el rubro de negocios gastronómicos. Estas actividades le permiten ser dueño de su tiempo y dedicarse a la cultura. Traba amistad con el multifacético Andrés Sabella, el historiador Óscar Bermúdez, el pintor Jorge Court, el profesor Ruperto Tapia Caballero y el rector del Liceo de ese tiempo, el escritor Mario Bahamonde. Con cierta asiduidad publica sus comentarios en El Mercurio local, sobre las distintas expresiones del Arte. Al fundarse la U. del Norte, 1957, el rector Gerardo Claps, lo invita a unirse a ese nuevo equipo de trabajo. De cada una hacía análisis y registraba su opinión y conclusiones en unos tarjetones de cartulina escritos a mano o a máquina. En ellos, comentarios a Isaac Arce, Eduardo Barrios, Bahamonde, Bermúdez, Mario Cortés, Nicolás Ferraro, Andrés Garafulic, González Zenteno, Nicomedes Guzmán, Pezoa Véliz, Salvador Reyes, Sabella, Víctor Domingo Silva, Teiltelboim… El prólogo de su obra, 1970, y que no publicó, resume la pasión de su vida: “Mi abuelo, don Luis Samuel Guzmán Luco llegó a la región de Antofagasta… en la década de 1870. Su padre, don Victorino Guzmán Cortez nació cerca del mineral de Caracoles, a bordo de la carreta que los transportaba hacia la Placilla de Caracoles, en Julio de 1879. Mi padre, inició su vida laboral con Mitrovic Hermanos, industriales y comerciantes cuyas oficinas principales funcionaban en la esquina noreste de las actuales calles Baquedano y San Martín. Con su ayuda los hermanos menores estudiaron. Arturo y Leonardo fueron médicos. Leonardo fue diputado y senador –más de una vez– por Antofagasta. La tercera generación –a la que pertenezco– es antofagastina. Cerca de un siglo de tradición familiar en el Norte salitrero es mucho decir. Equivale a un amor incorporado al alma, a la sangre. Este libro es el fruto de ese amor. Y en el centenario del primer poblamiento de Antofagasta, entre cuyos primeros pobladores se contó mi abuelo don Luis Samuel, me da ocasión para testimoniar este amor. Después de conocer la pampa, de escuchar y evocar a sus hermanos mayores, hombres netos del salitre, vivió largos años que fueron de meditaciones y lecturas apasionadas sobre el hombre del norte y sus cosas, en el gran mineral del desierto de Atacama. Los seres humanos que allí vio, conoció y sirvió, en la faena minera y fuera de ella, son los mismos que pueblan la narrativa del Norte Salitrero: extraño, increíbles. Y no son los jefes ni las figuras míticas que por razones políticas han querido forjar los escritores de la región, Me refiero a los de la masa, los que realmente empuñaron la herramienta de trabajo, los realmente explotados, con grandezas y miserias. Ello, todavía, prolongan el alma de aquellos que forjaron la pretérita grandeza del salitre chileno.
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Canción de Taller A Maese Nicolás
Pintor de silenciosa llamarada, ¡oh, Nicolás!, un piélago de luz es tu mirada.
Mar y piedra te llaman: ¡Camarada! El aguarrás besa tu sien de médula estrellada.
Gentileza María Canihuante V. Nicolás González junto a Alejandro Galetovic. invitación firmada con tinta azul, saludaba:
De sol y savia, de candor y nada ¡oh Nicolás! tu siempre das
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pintura de raigambre desvelada.
1957, primer premio, pintura al óleo, en Salón Oficial de la Sociedad. 1958, primer premio, en igual categoría, en 4º Salón Oficial, de la Sociedad.
En 1958 en la U. del Norte, recién fundada, se forma una Academia Libre bajo la Dirección de O’Higgins Guzmán, la que contó con la colaboración de pintores regionales que ejercieron labores docentes, entre ellos: Marina Ledesma, Nicolás González y Jorge Court. Con gran repercusión en la prensa, expuso en el Club de La Unión, Iquique, 1958, donde incentivó la formación de una Sociedad de Bellas Artes. En Pintura Antofagastina…, se plantea que: En Caserío porteño, de dorados colores, y en las Marinas, de la misma época, conquista el maestro la más alta expresión de su talento y técnica que más tarde dejará en busca de otros derroteros.
Última dicho mes,
exposición. Corría agosto, era el 6 de 1959. Nicolás González P., con tarjeta de
Gentileza Gabriel Amengual Acuña. Tarjeta de invitación a Exposición de Óleos. muy atentamente a
Ud. y tiene el agrado de invitarle
a la inauguración de su exposición de óleos, que se efectuará el día
7
p.m., en el salón de la
2842. Su
del mes en curso, a las
7.30 Soc. de Bellas Artes, Latorre
amable visita será el mejor estímulo para
el pintor.
Sesenta días después, diciembre 26, 1959, sorprendió a la ciudad con su repentina muerte provocada por una diabetes avanzada. El velatorio fue en el edificio Sala de Exposiciones de la I. Municipalidad en calle Latorre en que él intervino como constructor. Se le montó guardia. El sepelio se realizó hacia las 10.30 de la mañana, encabezaron el cortejo el Alcalde Osvaldo Mendoza Contreras, quien despidió los restos junto a Danilo Tacussis, Sabella y el R.P. Gerardo Claps, rector de la U. del Norte, quien dijo los últimos responsos.
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El Mercurio, Antofagasta, martes, diciembre 29, 1959. Pág. 7, a dos columnas titulaba: Amó a su ciudad y lo hizo con la emocionada sencillez de sus siempre inquietos pinceles. de
Mendoza,
Eran renglones del discurso
el que continuaba con la fraternidad
generosa de su corazón que vivió para sus telas, trasladando a ellas el azul del cielo antofagastino, el violeta de sus cerros y el rincón familiar de sus casas y paisajes.
Tacussis Estay, expresó: Cuán grande fuiste maestro, cuán sencillo y humano. Nunca de tu boca salió una palabra desalentadora, ni en tu alma hubo indiferencia. Bellas Artes, tu casa, ha detenido su brújula. Después fue el turno de Sabella:
Ahora
cuando la última campanada calló, ha Nicolás González, sin ruido alguno como vida. Un golpe seco al corazón y los ojos
obedecerse, resueltamente: abandonó la Capital y se internó en los cien mil vericuetos del matiz de nuestras piedras y aguas. Pintó con abnegación, con sinceridad, con mano briosa y corazón alegre. Los cuadros brotaban en cálido impulso de color y a todos unía un inconfundible hálito de fuego: era la marca de nuestra naturaleza que, allí, iba quedando viva para el arte. Ahora, cuando la última campanada navideña calló, ha muerto Nicolás González, sin ruido alguno, como fue su vida: un golpe seco al corazón y los ojos no volvieron a mirar el mundo que había comprendido y amado, con rica sangre de hombre sencillo y profundo. Su herencia de color es vasta. Un día, poseer un González, de Nicolás, será un orgullo, porque encierran los más valiosos testimonios de nuestra luz de Infierno y Paraíso.
muerto fue en
no volvieron a mirar lo que había comprendido y amado con rica sangre de hombre sencillo y
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profundo…
No
diremos a quien nunca descansó,
duerme en paz, hombres como
Nicolás,
seguirán
despiertos, viviendo y actuando en sus obras y en el ejemplo que dejaron.
Cerró las exequias el Rector de la U. R.P. Gerardo Claps Gallo, quien dijo responso.
del
Norte,
el postrer
Al aprovechar los vínculos con la prensa capitalina, en este caso, en el espacio asignado Correspondencia del Norte, en el diario La Segunda (diciembre 31, 1959), Sabella da a conocer la noticia a nivel nacional:
Muerte de un Pintor Era un Pintor con los ojos enriquecidos por una cotidiana inmersión en la luz de Antofagasta, que es luz plena, con potencia y sorpresas. Era un varón silencioso, moreno, como sus hermanos de pampa, andariego de cerros y de costas. Se llamaba Nicolás González. Había vivido en Santiago, compartiendo el pan, la amistad y el taller con Albino y Manuel Quevedo, los nobles pintores. Un día, sintió que el Norte le llamaba y que aquel mensaje debía
La Norte contrata en 1960 a Waldo Valenzuela Maturana, recién egresado de Bellas Artes, U. de Chile, Santiago, para asumir la Dirección de la Academia y estructurarla a nivel universitario. Se crea el Museo de Arte Regional, que surge bajo la iniciativa de Gerardo Claps, Andrés Sabella y Waldo Valenzuela, las dos salas del Museo llevaron los nombres de los precursores Nicolás González y Soto Moraga. Al continuar en 1960, Sabella, le hace una semblanza en su artículo sobre el Pintor Nicolás González:
Conocí al pintor Nicolás González en 1933. Nicolás colocaba sus cuadros en todos los sitios imaginables. Si hubiese cultivado un jardín con grandes árboles, sus telas hubiesen fulgurado ahí, como en poderosos caballetes. Me contó el acre primer día de su vocación: ¡ser pintor! El rostro de la familia no fue de simpatía. Aunque el apellido tremola nimbado por el prestigio de muchos González ilustres, con don Juan Pancho a la cabeza, los parientes de Nicolás pensaron que la vida excedía las posibilidades de una paleta y le buscaron quehaceres de porvenir. Pero el muchacho no cejó y decidió el hambre y las necesidades para disfrutar del dominio de su alma por el ejercicio inquebrantable del color.
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Escribo: color. Y todo Nicolás González cabe en esta mágica y deliciosa palabra. Su vida fue un peregrinaje hacia el corazón del color. Nacido bajo los signos ardorosos de nuestra luz nortina, cayó en las complicaciones de lo gris y lo sombrío. El gris encierra trampas y abismos y resulta difícil labor romper sus ataduras y sobrenadar encima de su hondura para conseguir el seno de la claridad. González –discípulo de don Juan Pancho y de Fossa Calderón– bregó, por diafanizar su paleta y cuando murió gozaba de esa conciencia de color vivo que fue su distintivo y su alegría. González amaba los puertos con sus engranajes de adioses y gaviotas, con sus hierros y tiznaduras de humo. ¡Cuántas manchas de inspiración marina salieron de su mano! El mar constituía un filo de tentación en su retina. Nicolás lo contemplaba largamente, y luego lo volcaba contra sus telas, produciendo marinas de suave y nostálgico rango. La pintura de Antofagasta no abunda en temas: techos, calles, pedazos de puerto y techos otra vez, y cerros, cerros, cerros. González descubrió el paisaje tremendo del cuerpo femenino: pintó desnudos. Fue el pintor antofagastino que mayores desnudos produjo en su carrera de casi 35 años. Nicolás saltaba por el mundo de las sorpresas. Amaba el azar. Descubría esquinas que engrandecían su obra, calles que sombreaba su mirada. Del mar al desnudo y, de aquí, a los paisajes urbanos, que supo comprender en sus ternezas de madera y calamina y al estudio de cabezas que parecían modeladas para el volumen de una escultura, iba El Negro en su infatigable tarea de todos los días. Porque pintar no fue en Nicolás merced de vez en cuando sino que cotidiano sacrificio y cotidiana batalla consigo mismo.
En 1961 se establece el premio Municipal, Premio de Honor “Nicolás González”, para la obra pictórica de extraordinaria calidad en la Feria de Artes Plásticas del 14 de Febrero, fiesta del aniversario de la ciudad. Esta distinción desaparecerá, junto con la Feria, de iniciativa Municipal, que se efectuó a lo largo de una década.
Sabella en artículo de La Nación, Santiago (domingo, marzo 14, 1965), nos dice:
Nicolás González era el pintor de Antofagasta, vivía en quehaceres de marcos, telas y pomos, a la plena luz del Universo, sin pretender jamás teorías de comerciante en arcoíris. Poseía alta la frente morena y alto el corazón y los sentidos para el hallazgo de la belleza. Era de aquellos hombres en quienes no se derrumba jamás el castillo de su quimera. Por tal maravillosa razón de lealtad asimismo soporto miserias y estrecheces, agravios y pequeñas trampas de envidiosos, saliendo, sin perder un hilo, la trama de su espíritu creador. En su viaje a Santiago, llevaba grabada a fuego una consigna, la de sus virtudes: la de no perderse en el tráfago de la moda y la bohemia. En su retorno al terruño, se entregó en definitiva a la pintura, múltiple en los matices de nuestros cerros y distancias. Iniciase su dialogo con las dos, su intimidad con los tristes verdores de Antofagasta, solía exclamar limpio de torpes vanidades: Este paisaje me queda bien... podría pintar otros. Y no mentía. El paisaje nortino le quedaba ni pintado. El negrito se sentía cómodo entre estas montañas arrugadas por los siglos. Junto a estos árboles donde parece anidar una inmensa tristeza. Se le conocieron diferentes talleres en mala y buena ventura… pero en ninguno ni en ningún trance le varió su pasión. Trabajaba la mancha rápida, en cartones de pequeño formato, lo que constituía uno de sus deleites. En varias ocasiones, mientras ejercía su labor de constructor, confesó que debía con frecuencia despertarse porque el pintor al menor incentivo se le desbordaba, sumergiéndole en la observación deleitosa de formas y tonos que le salían al paso de sorpresa. Su hogar llegó a contener doble pared: la construida y la que sobre esta iba colocándole a diario una mancha.
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Es en la etapa final, 40–50 donde González vive su encuentro con la luz de Antofagasta; su oficio se hace más elemental, hasta primitivo, pierde la ciencia que obtuvo en la zona central. Esta simplificación de su técnica hizo posible percibir lo inefable, las visiones matinales que, según Sabella, es la ciudad donde el sol canta desnudo.
de cuerpos al aire libre; incursionó en el desnudo de estudio. Sus representaciones realizadas al aire libre capturaron con propiedad la luminosidad ambiental, definiendo escenas con colores detonantes y festivos, un lenguaje equiparable a la intensidad del fauvismo.
Este fenómeno que se produce solo en la pintura, cuando las pastas, el color se transforma en luz, que es la suma de la luz física que inunda el paisaje y la mental que brota desde el alma del pintor. Al lograr esta alquimia, alcanzó un grado de plenitud espiritual, que en cierto modo viene a ser la coronación de su ejercicio, porque en el arte y ciencia de la pintura, el protagonista principal es la luz, sin ella no hay color, pero puede haber luz sin color. La creación se inicia en el instante en que Dios instaura la Luz. Pero estas disquisiciones teológicas quizás no vengan al caso con el nuestro. De alguna manera, nos hizo comulgar con todos los atardeceres de la costa del Pacífico.
La equiparación de la de González al fauvismo surgió de una apreciación de Sebastián Illanes en el marco de la conferencia La pintura del antofagastino Nicolás A. González Paredes, de Claudio Galeno en la exposición Colección En Viaje – MNBA”, en el Centro Cultural Estación Antofagasta, agosto 4, 2011. Conocer y desentrañar su proceder es tarea pendiente.
Trabajó el desnudo femenino, la modelo era una buenamoza de tipo exótico, menuda, interesante y con aire tahitiano. El último influjo perceptible fue la del post Impresionista francés Paul Cezanne, visible incluso en el tratamiento de sus desnudos. Alcanzó a ejercer docencia en Bellas Artes, U. del Norte, hasta 1959, año de su muerte. Treinta años después, Osvaldo Ventura López, funda su propia academia e inaugura su salón Antonio Salas Faúndez (Condell 2782). En aquél, reaparece la del negro González, que según Sabella, en su Linterna… febrero 21, 1980:
Gentileza Patricio Espejo L. Nicho de Nicolás González Paredes, en Cementerio General, Antofagasta.
vivió sin claudicar, pintando, en manchas admirables, el paisaje urbano y marino de Antofagasta. Se enamoró de los verdores singulares que nos definen y concedió importancia a la enseñanza, comunicando a los jóvenes cuánto sabía en cosas de taller.
Se debe concluir, por ahora, y reconocer que fue un maestro:
Su técnica sostenida en el uso de manchas, conjuga con sus temas donde prevalece el paisaje y las escenas
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Fernando Nava C.
Caricatura del dibujante boliviano, de La Ilustración, Fernando Nava C.
El periodista Santiago Barrios, en artículo citado, expresó: Injusticia y grande sería si no dedicara un recuerdo cariñoso al primer dibujante que tuvo la Revista. Bien se merece Fernando Nava todo el reconocimiento de sus compañeros y amigos. De alma infantil y de corazón grande. Nava es un hombre de esfuerzo silencioso. Trabajador, inteligente y tenaz, de gusto artístico
bien definido y novedoso; nuestro amigo tiene mucha obra en el Semanario. Como todos los que laboran en el periodismo esperando el día para irse al final, le llegó su turno y nos dejó. Se marchó en busca de mejores expectativas y hoy es todo un minero en su patria, Bolivia. ¡Ojalá que allí encuentre lo que nos obsesiona, pero que jamás se deja alcanzar!
109
Portada de La Ilustración Antofagasta, noviembre 4, 1923.
Portada de La Ilustración Antofagasta, noviembre 25, 1923.
Portada de La Ilustración Antofagasta, diciembre 2, 1923.
Portada de La Ilustración Antofagasta, marzo 30, 1930.
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Mario Bonat
El antofagastino Ovidio Guzmán Salce / Mario Bonat (1889-1982), un determinado día enfiló rumbo a la zona central, y tanto Santiago como Valparaíso (donde escribió para El Mercurio, del puerto; con anterioridad ejerció la crítica para El Industrial (1927), de la localidad), fueron los espacios de sus quehaceres. Tenemos somero conocimiento de sus hermanos Euclides, 1887 y Blanca Nuvia, 1888. En abril, 1956, vino de vacaciones al lar natal. Sabella no tardó en dedicarle una crónica, donde lo describió como
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pieza central de una pequeña y brillante promoción, nacida y educada en Antofagasta, Bonat compartía de preferencia, con Salvador Reyes y Cayetano Gutiérrez Valencia, las trincheras literarias de treinta años atrás. Prologado por el doctor don Ismael Larraín Mancheño, publicó, en 1921, los cuentos de su libro La caricatura del amor… No olvidemos que Bonat comenzó pintando óleos y Gutiérrez Valencia, cuyo pseudónimo –Zayde– se vinculó, reciamente, al periodismo chileno, por la originalidad de sus dibujos, principió contando las sílabas de un soneto.
Mario Bonat, 1922. En La Caricatura del Amor.
Reúne la conjunción de pintor y escritor. Uno de sus contemporáneos, Salvador Reyes Figueroa, se encarga de informarnos, en sus recuerdos dados a conocer en la revista Áncora 3 ¡Qué diablos! ¡La vida es así! En la vieja Antofagasta (págs. 49 a 56) que, el padre de Mario poseía una imprenta. Y, cuando niños
Figura de Mario Bonat. Críticas y problemas. Año II. Nº 71. Antofagasta, sábado, abril 14, 1956. Pág. Dos.
Mario Bonat, en La Ilustración.
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Gentileza Pinacoteca Andrés Sabella. Ovidio Guzmán.
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Hacíamos grandes dibujos con lápices de colores y nos los cambiamos cuando nos reuníamos a jugar por la tarde.
Mario
ya dibujaba bien, mientras que
yo no era más que un mamarrachero. tema preferido era el combate de Iquique.
Nuestro Se veía en
nuestras creaciones, la
Esmeralda hundiéndose con Huáscar que hacía fuego con todos sus cañones. el pabellón en alto, frente al
Casi
una
anécdota
Ovidio Guzmán, Pasaje Chile Óleo sobre madera
escribe
Ernesto Eslava, en el periódico Última Hora. (Santiago, octubre 24, 1971), sobre el escritor nortino. La el
columnista
traemos a colación puesto que aclara aspectos de él:
Cubierto
por la densa bruma
de la provincia y escuchando el embate marino de las playas del
Norte,
el escritor que
111
nos ocupa, fue primero pintor y llevó a sus telas el paisaje de
Antofagasta, y presentó Mario Bonat,
una muestra,
cuando se encumbraba en la
14 años. Vendió todos sus cuadros. Resultó el artista precoz.
adolescencia de los
Sabella, en su Linterna…, El Mercurio, Antofagasta, julio 7, 1982, nos recuerda que Bonat ganó variadas distinciones, como acuarelista. Como La
1921, Amor, con prólogo del Dr. Ismael Larraín Mancheño. En la revista Gong, Oreste Plath reprodujo Terceto. publicó
escritor,
en
caricatura del
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Theo Goldacci, pintor y fotógrafo
A la distancia, ya no sabemos si vale preguntar qué habrá sido de aquellas que alguna vez engalanaron las habitaciones de las primeras familias antofagastinas.
El texto Pintura Antofagastina, consigna otro par 39, Gatico, pequeño puerto minero en dirección hacia Tocopilla y, número 40, Isla del Maury, lugarejo en pleno centro de nuestra urbe. de óleos: número
En
casa de la familia
Farandato,
en el antiguo
comedor, propiedad de la profesora y gestora cultural,
Ketty Farandato Politis, Carrera
Coquimbo, (hoy, Clínica
con
de la cual se conservó la fachada
Oftalmológica), tuve la oportunidad de ver una gran tela al óleo, ambiciosa composición pictórica, de gran calidad, con una escena campesina de seguro de su patria por las vestimentas europeas de los campesinos. Cuán necesario se hace la creación de un MAC (Museo de Arte Contemporáneo), en Antofagasta, para acoger la de nuestros artistas y de los que estuvieron de paso por el
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Norte o se quedaron en definitiva.
Julio Hermosilla (1905/68)
En octubre de 1943, al participar en la Segunda Semana del Arte, la crítica de El Abecé, octubre 22, por Astica Fuentes, opinaba que: Sabella nos informa en Pintura en Antofagasta, Aisthesis, que Goldacci compró una quinta y preparó las rosas de sus telas, pero fueron los muelles salitreros los de mayor brío de su paleta. Aquí, se puede consignar su óleo Muelle. Theo era de origen griego (y según la fuente de información, su apellido se ha escrito de distintas maneras: Goldacci, Gioldaci, Gioldacis); fotógrafo profesional que tuvo su estudio en Manuel Antonio Matta, esquina Uribe. revista
Court,
en
Cincuenta
años…, le dedica un par de
líneas, e incluso, aporta otro valioso antecedente, frente a lo que nos importa:
En el caso de Julio Hermosilla, podemos considerar que su técnica se puede superar hacia una concepción más moderna.
Su
magnífica tela de la cumbre de
un volcán, hubiera sido verdaderamente admirable en una exposición de hace treinta años.
Es
este un
artista que puede salvarse si se sabe renovar.
En
cambio, en la edición del día siguiente
(23),
se
hizo una valoración en absoluto sentido contrario:
de los extranjeros que honraron con su labor el arte pictórico antofagastino, no podríamos olvidar al griego a
Giovani
Gioldacis, fallecido recientemente, ni Zampollini, gran pintor italiano que
permaneció en nuestra ciudad por espacio de varios
El
envío del conocido pintor
Julio Hermosilla, Se ve ya en él,
acusa una notable renovación.
el artista enamorado de los colores que sabe manejarlos con destreza.
meses y durante los cuales realizó interesantes trabajos.
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En expo Salta, 1948, González, ya citado,
según nuestro cónsul
Meza
Hermosilla nos regala siempre sorpresas, con su afán descriptivo: cerros y ángulos de típica belleza un poco desgarrados en su amansura y soledad, pero efectivos documentos de una tierra huraña que sabe tornarse materna cuando la mano solicita su emoción. Su Quebrada de Peine, del interior de Antofagasta… son láminas de estaño, coloreadas por una sensibilidad que quiere ensayar una admonición severa y se quiebra, finalmente, en religiosa bendición. Es un símbolo de la naturaleza cuando quiere ser torva y ceñuda y nos sorprende de improviso con su maternidad avanzada.
A mi llegada a Antofagasta, 1960, organizamos un primer Salón de Pintura Antofagastina, en la que comprometí la participación de todos los plásticos que en ese momento aquí se encontraban; creo que fue Ventura y Sabella, quienes me hablaron del autodidacta Hermosilla Cubillos (nacido en Iquique), quien participó durante algún tiempo en la ciudad, dedicado a la minería y que se encontraría en Calama. Al hacer uso de los contactos que la naciente “Norte” tenía en Calama, tratamos de ubicarlo, pero fue imposible y si alguna vez estuvo nadie sabía nada. No insistí y es así como transcurrieron alrededor de 52 años sin tener noticias de él. De manera reciente familiares, vinculados a las Artes Plásticas, me hacen llegar antecedentes de su biografía y un CD con reproducciones; había fallecido en 1968, quien evidentemente jugó un papel en esa etapa heroica de nuestro desarrollo artístico. Su padre, Pedro Julio Hermosilla Corbalán, fue profesor de Artes Plásticas, pintor y veterano de la guerra de 1879. Su hijo, Julio Antonio Hermosilla Cubillos, estudió en la Escuela de Minas de La Serena, titulándose como Técnico en Minas, Topógrafo y Dibujante Técnico. Trabajó en varias empresas mineras de la época, con posterioridad como ingeniero de minas del Instituto Minero en Antofagasta. Cultivó amistad con Osvaldo Ventura y Chela Lira, con quienes y junto a otras personas fundaron la Sociedad de Bellas Artes de la localidad. Autodidacta en quien
de seguro el influjo se hizo relevante. Impresionó en aquella época con su estilo donde daba énfasis a paisajes del altiplano chileno en relación con la rica minería de la zona. En Pintura Antofagastina, se consigna su óleo, Paisaje de la cordillera. Para Sabella, la valía de Hermosilla, estuvo en haber dado a conocer las oquedades de las minas nortinas, abriendo un tema que no ha conmovido a otros (febrero 21, 1980). Al abordar la temática minera, causó impacto no sólo en lo local, sino incluso a nivel nacional. A fines de los 50 fue premiado en Salta, Argentina, Campamento del Che Quiroga (campamento minero), cuadro que quedó en poder de Chela Lira. Más tarde se radica en Santiago donde ejerció como profesor de la Sociedad de Bellas Artes, viajó a Europa y visitó España, Francia e Italia. Fue copartícipe del primer Directorio de dicha Sociedad, creada en 1942. por
Court en su texto, agrega un detalle estilístico singular:
Entre los que actualmente practican la Pintura, podríamos citar fuera de los ya nombrados a: López, Galetovic y Hermosilla, este último, pintor de interiores de minas, pampa y cordillera en que su estilo personal y sincero nos recuerda al Aduanero Rousseau.
En la exposición de Pintura Antofagastina, organizada por Méndez, Ventura y Tacussis, con motivo de los primeros 100 años de la ciudad, se exhibieron tres del pintor, noviembre de 1968. Don Julio Antonio fallece en Santiago agosto 1, 1968. Sus restos reposan en el Mausoleo de la Sociedad de Bellas Artes, Santiago. Cuadros en poder de su hija Guacolda y su sobrino Gonzalo, nos hablan de su amor por el Norte: Paisaje de Ticnamar, Paisaje Cordillerano, Paisaje de Quillagua y Desde el muelle histórico. Confiamos en que algún día aquí exista el MAC, donde se recuperen y atesoren creaciones como éstas.
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Lily Vásquez
Lily Vásquez Claro, habría nacido en la pampa salitrera, cuyo lugar exacto desconocemos, pero gracias a la información de la Segunda Semana del Arte, 1943, tiene 22 años, lo que nos lleva a 1921 y que, desde 1928 vive en la Oficina Salitrera Araucana (El Mercurio, octubre 17, pág. 4). En el evento obtuvo Primer premio, pintura al óleo, Retrato N° 167 y conjunto de cuadros de la señorita Lily Vásquez. Recibió Medalla de Oro; 2° Humberto Palma, Medalla de Plata con centro de oro y, 3° Nicolás González, medalla de Plata. El Abecé, octubre 20, 1943, comentaba el acontecimiento cultural a dos columnas: Este segundo salón libre de la Municipalidad. El periodista anónimo, después de introducir el tema, se refiere a que:
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Lily Vásquez, posee un interesante temperamento artístico. Su contacto directo con el desierto, los años vividos en el páramo de la pampa, han impreso en ella un auténtico sentido regional. Ahí están El hojalatero y esa pequeña mancha de una vieja oficina salitrera que producen una admirable impresión de regionalismo. Llenas de ese colorido que está ausente de los ojos profanos, son ambos cuadros un envío que nos hiciera el mismo desierto por intermedio de una delicada personalidad femenina.
En la edición del viernes, octubre 22, 1943, El Abecé, publica la crónica Marginales a la Semana de la Cultura, con bajadas de El II Salón Libre – Los óleos. La firma el porteño periodista y escritor, Astica Fuentes. Algunos de sus párrafos son absolutamente objetables, al no ajustarse a la realidad del devenir del arte pictórico local. No se puede andar de paso por una ciudad, recorrerla, rememorar que dejé en ella parte de mi juventud… y mi modesto trabajo en plena pampa, lo que agrava más su error.
Si se me pidiera un balance estricto, desde el punto de vista técnico y artístico sobre el II Salón Libre de Artes Plásticas… El resultado del balance sería desconsolador… Los artistas antofagastinos estaban hasta hace muy poco huérfanos de todo estímulo
y orientación. No se había verificado exposiciones, no había autoridades que de ellos se preocuparan… Es por esta razón que se advierte que el arte antofagastino, salvo dos o tres excepciones de considerable valor, demuestra estar con no menos de veinte años de retraso y aún más con relación a la moderna expresión plástica.
Juicio que no es posible compartir y esta pequeña historia, demuestra lo contrario. Vamos ahora a su valoración:
En el caso de la Srta. Vásquez, que se me informa que es muy joven y que presenta un buen envío, se advierte una lucha tremenda entre el espíritu de esta niña y las fórmulas establecidas. Su obra pictórica tiende a lo social, pero se traduce en su color, en su dibujo, en la técnica del pincelado, y en su construcción general dentro de términos absolutamente estáticos y académicos que hacen peligrar seriamente éste que puede llegar a ser un gran valor de la pintura chilena.
Magister dixit. El maestro lo ha dicho. El tono doctoral, mueve a risa. Curiosamente, el Alcalde Héctor Albornoz, fue objeto de reconocimiento por la prensa, dado el apoyo a este segmento de la cultura:
Albornoz es el primer Alcalde artista que tiene Antofagasta. Él conoce la bohemia sin champán y sin monóculo de los artistas pobres… ha estado en los escenarios del pueblo, interpretando las tragedias del pueblo. El Alcalde pone un bálsamo, un tierno bálsamo de luz en los ariscos campos de la lucha diaria. Un poco de luna sobre los remansos del verso, un poco de ensueño en el alma del pintor, el ingenio chispeante de la calle reverdece el lápiz del joven caricaturista. Todo es una fiesta de versos, de pinceles y de modelos sobre la augusta diafanidad del ideal. Antofagasta no solo obsequia a la patria salitre y
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HISTORIA DEL ARTE EN LA REGIÓN DE ANTOFAGASTA
cobre… sino… saben arrancar espiritualidad ante la enhiesta y desnuda montaña en la soledad de la pampa. Antofagasta da versos, da paletadas de ilusión, Antofagasta ríe con las piruetas caricaturescas, Antofagasta vibra y dice: soy joven y soy artista…
Antes de finalizar el año, una nueva exposición, ahora en el local de Línea Aérea Nacional, en que El Abecé, diciembre 24, 1943, expresó: Lily Vásquez con sus cuadritos de temas de la pampa, a pesar de esa aridez claustral, ha captado muy bien la luz ardiente de los atardeceres.
Leer más en Apéndice
El año 54 del XX siendo alumno en el Taller del maestro Pablo Burchard (1875- 1964), una mañana la sesión fue interrumpida por una visita, se trataba de una ex alumna que residía en el Norte, en la Oficina María Elena. Esa mañana observamos dos o tres óleos con el tópico pampino, obreros trabajando el caliche con barreta y picota (que podría corresponder al óleo Faena en la pampa y que, alguna vez, engalanó las paredes de la antigua casa del poeta Manuel Durán Díaz), sus indumentarias blancas contrastaban con el ocre de la tierra y el azul vibrante del cielo, era un paisaje horizontal y por qué no pensar que pudo ser su óleo Atardecer pampino, y que ufano enseñaba a sus amigos Osvaldo Ventura. Su irrupción fue como un golpe de iluminación en el gris santiaguino del taller.
El artículo por su ubicación, adquiere la característica similar a una Editorial; lo firma: M. Se asume que los elogios hacen justicia a la labor efectuada, en la medida que:
Desde 1941, en breve recuento, destacan conferencias y charlas de intelectuales… Antonio ; del penalista y catedrático español, Manuel López Rey, del poeta y escritor Andrés Sabella, del intelectual Volodia Teite-El-Boim (sic), charlas sobre escultura eslava por Antonio Tomicic y dos recitales poéticos… Antonio Rendic y Srta. Lucila Durán. En julio de 1942, auspició el primer Salon Libre de Pinturas y Fotografías…
En parte de su discurso el Alcalde señaló que en esta actividad:
se han hecho presentes, en singular torneo, sin otras armas que la pluma, el lápiz y el pincel los espíritus más selectos de esta ruda tierra maestra de esfuezo y trabajo. Por unos cuantos días el alma ha vencido a la materia… y los ojos, acostumbrados a los ásperos paisajes de estas regiones eternamente grises, se han dado un festin de luz y de colores en medio de estas muestras exquisitas de la espiritualidad de nuestros jovenes artistas. … almas que tratan de expandirse hacia lo alto, hacia el cielo como en un desafío a las estrellas. Esos rostros de mujer finamente trabajados; esos paisajes; esos cuadros de hermoso colorido; que expresan las ansias de ideal de nuestros artistas…
Jamás imaginé que a fines de la centuria bocetaría durante una semana con mis alumnos del LEA en María Elena, incluso me llamó la atención que los más avanzados de Bellas Artes ese año viajaron en el Longitudinal Norte, en vacaciones de invierno, a la Fiesta de La Tirana y retornaron fascinados. El historiador regional José A. González P., nos informó que Sabella subió a la Oficina salitrera María Elena para inaugurar una expo de Lily, en los 50, tal vez, a fines de la década pues a comienzos Andrés se encontraba aun en Santiago. Para el poeta, era un aporte excepcional en la vida cultural de la pampa. Otra expo está registrada en la Sala Previsión del Banco de Chile, Santiago, noviembre 1962, bajo el título de Pinturas de Lily Vásquez. En la exposición del 68, exhibió tres óleos: Atardecer pampino, propiedad de Ventura; Faena en la pampa, propiedad del periodista y poeta Manuel Durán Díaz y, El Herrero, propiedad de Prudencio Gómez. Y tal vez, sin querer queriendo, estas líneas dedicadas a su pintura, se redactaron desde un presente a un pasado no tan lejano, nos lleva a entroncar con el artículo de El Mercurio, local, sin más datos, por ser un recorte de 1944, y apareció bajo el título de Lo que representa la Exposición de Pinturas, que incita al periodista a divagar, aparte del contenido emocional
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que encierra todo conjunto estético, la exposición que se realiza en estos momentos en el salón de la Línea Aérea y a la cual han concurrido numerosos pintores de prestigio, tiene para Antofagasta, lo lleva a referirse al
breve envío de la señorita Lily Vásquez…, a través de sus tres primeros cuadros, nos estimula a la mejor comprensión del paisaje de nuestro desierto. Y parece una paradoja tener que hablar de paisaje en el desierto. Pero después de observar el colorido, después de mirar el contenido emocional que ella le comunica a sus motivos, es justiciero reconocer que en la pampa hay belleza, propensa sí sólo a quien sea capaz de captarla.
– Conosur Ltda.), se reproduce un fino dibujo de Finsterbuch, firmado por Rady. Formó parte de Expo Rostros del Salitre, que él presentó, en el diario La Opinión, Santiago, mayo 1935. El dibujo es de línea fina y casi musical, en contraste El borde del sombrero esta recortado en puntas como lo llevaría, años más tarde, el personaje popular de Juan Verdejo creado por Coke en la revista de humor político Topaze. con el rostro del obrero.
En Anales 11, U. del Norte, noviembre 1978, está Doctor Honoris Causa, de nuestro poeta y dibujante Andrés Sabella, con una antología de su obra, donde dedicada a celebrar el nombramiento como
encontramos un poema que rinde tributo a este pintor y dibujante; transcribo parte de la segunda estrofa que de alguna manera ilustra la motivación de su aventura
En la monografía Salitreras del Norte Grande, huellas de un pasado, CORE, 2011, ilustrada con una selección de Patricia Hernández Morales, quien en la introducción nos relata:
116
estética:
El año 2000 nació la exposición Homenaje a la Pampa Salitrera. No he olvidado los poemas recitados por la señora Miriam Aranda Vega, pampina de la Oficina Alemania, ni las emocionadas palabras de don René Vásquez Claro, hermano de una destacada pintora del quehacer pampino. Me dijo conmovido: sus pinturas reflejan el alma de la pampa, tienen vida, usted ama la pampa.
Raúl Finsterbuch Labarca
En el artículo de Court 50 años…, agrega junto a Lily Vásquez quien pintó el tema de la Salitreras porque vivió en ellas, el nombre de Raúl Finsterbuch Labarca, quien en 1933 y 1934 realizó exposiciones en Antofagasta y Santiago de la obra que efectuara en plena pampa, trabajando como obrero en oficinas salitreras, para mejor captación de la estampa del pampino. A él no le bastó la imagen, de algún modo tenía que vivir la experiencia. del
En la cuarta edición de Norte Grande, la novela Salitre de Andrés Sabella, (Edit. Jurídica Ediar
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Humberto Palma Díaz
Los únicos datos de Humberto Palma Díaz son los que se encuentran en la breve publicación Pintura antofagastina… Nacido en Valparaíso, discípulo de Carlos Alegría (1882-1953); según el crítico e historiador del Arte, Antonio R. Romera, Alegría fue discípulo del maestro Pedro Lira y uno de los 4 Grandes Maestros de la Pintura chilena. Palma Díaz, pintó paisajes y bodegones y al igual que su maestro encontró en la mancha al aire libre su máxima expresión.
De
inagotable entusiasmo, enamorado de
la pintura, trató de transmitir su pasión a la juventud como maestro de la
Palma
Sociedad de Bellas Artes.
ha logrado a través de su conjunto de
pequeños óleos una bella realización.
Catálogo de la soleda
de
técnica digna de cultivarse con todo el interés
A Raúl Finsterbuch Labarca
que estas cosas merecen.
Fuisteis los vagabundos, inmensamente, amargos,
Sus cuadros por sí mismos
elogian su gusto por el paisaje y por la armonía.
Son que arrastraron la pobreza, de
Salta
cada uno de ellos el paciente cuidado de una
como una evocación de esos sueños de ser
que el hombre del norte suele tener.
“oficina en
“oficina”, como un perro teñido por tormentas
– perro de la
En opinión 22, 1943:
de
Astica Fuentes, El Abecé,
octubre
muerte; los hijos del trigo vueltos centinelas de la pampa.
Soñadores de la guitarra que iluminaria vuestras canas,
Humberto Palma… definida personalidad pictórica, refleja fielmente en su envío su calidad artística lograda y ya madura. La técnica de su pincelada, su magnífico equilibrio y su temática, nos trae el recuerdo de Juan Francisco González.
atorrantes deshechos por las manos de la sombra, galanes a quienes una mecha de dinamita acalló el monólogo del sueño,
En
1943, diciembre 24, Palma en sus grises luminosos es feliz en sus aciertos, interpretando la región de El Loa. De manera general, el periodista de El Mercurio, se refería a estos casi 50 motivos que la víspera de navidad de
con otra exposición, donde
“azuleados” que una zancadilla del hambre tiró contra las piedras varones pateados por metralla y por miseria:
mostraban
sois el rumor grave y seco que corre en el caliche, el tono de sangre maltratada y la acritud del
El
variado ambiente que los pintores han elegido
para la confección de sus cuadros abarca desde
yodo, las sales amoniacales cuando sacan su espada!
los temas sureños hasta el rincón auténticamente pampino, tanto desde la costa como del desierto,
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todos
ellos
confeccionados
con
el
sentido
modernista.
Al
cierre del año, diciembre
prensa antofagastina, artículo
31, el decano El Mercurio, opinaba
de la en el
Dos Pintores, respecto del quehacer de este:
otro inquieto del espíritu, también tiene un camino largo en su jornada de pintor.
Sus
cuadros
tienen algo de su imagen, de su figura de hombre andariego y es por eso que en ellos hay siempre una
Humberto Palma encarna un archivo de viejos recuerdos. Desde muchos años que viene vaciando en sus telas todo eso que le dicta su gusto. Para él la pintura no constituye sino una devoción, la más bella devoción que puede tener el hombre en su afán de interpretar el contenido de belleza que cargan sus sueños. Igualmente, es un viejo buscador de motivos. Los persigue ansiosamente en los rincones de nuestra provincia y así ha encontrado esa bonita mancha que enfoca un lugarejo de los alrededores de Calama o ese otro cuadro de mar, con un fondo de Cerro Moreno.
suavidad de tonos imprecisos, de formas fugaces, de sombras en fuga.
Tal
vez sea más interesante
destacar sus largos años de laboriosidad que el producto de su labor misma.
Sus
cuadros van
quedando siempre atrás, como todas las cosas
Otra de sus expo, Óleos de Humberto Palma, se efectuó en la Sala Previsión del Banco de Chile, Santiago, octubre 1962.
que circundan la vida del artista; en cambio su entusiasmo camina a parejas con él, como conduciéndolo, como mostrándole de realizar lo
Artistas nortinos y dibujantes gráficos en Santiago
que nunca se ha logrado y siempre está presente…
118 Concluye el artículo con una tanto González como Palma, son:
reflexión, pues
Artistas nortinos que nacieron en Antofagasta y alcanzaron vuelo en Santiago y Europa son, entre otros, los maestros, Pedro Rezka (1872 ¿o, 1875?1960) y la escultora Lily Garafulic (1914-2012).
dos pintores de auténtica estampa nortina, que han estado siempre en nuestras calles frente a
Pedro Reszka
nuestro mar, a la sombra de nuestras inquietudes.
Según
comentario
de
un
viejo
pintor
antofagastino,
Palma Díaz habría pintado en nuestra Catedral, no obstante, la única, aparte de la de fray Pedro Subercaseaux (1881-1955), se encuentra en el pequeño atrio interior, bóveda superior, entre la gran puerta de la nave central y mamparas, una escena no muy clara, deteriorada por el terremoto de 1995 al parecer, es una imagen de La Ascensión del Señor, que aún se conserva y que no fue restaurada con posterioridad al movimiento sísmico. Una
opinión periodística, de
El Mercurio (Lo que Antofagasta, lunes, diciembre 27, 1943), señalaba: representa la exposición de pinturas.
Al antofagastino Pedro Abelardo Reszka Moreau (en otras biografías, dice Moreno), tuve la oportunidad de conocerlo una mañana al interior del Palacio de la Alhambra; en la Sala de Exposiciones, se exhibían algunas de sus telas. Su padre, el polaco Teófilo Reszka Wismach, emprendió varias actividades empresariales en Antofagasta, entre las que se cuentan: proceso de agua de mar para uso potable o condensos; fábrica de cervezas, de jarabes, lavandería a vapor, vivero de ostras que traía del sur.5 Don Pedro sentado en el borde de la fuente, protegido por un grueso abrigo, bufanda y
5 Ver Marcelo Corvalán Masson. Presencia eslava en el Norte de Chile. Testimonios para una historia. U. de Antofagasta. Impreso en Talleres Gráficos UNorte. S/fecha.
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sombrero tomaba solcito en el frío invierno del 52. Lo saludé con profundo respeto, imaginé que ya bordeaba los 90 años. Falleció el 6 de febrero, 1960. Sus primeros trazos fueron guiados por don Juan Francisco González. Recién en 1893, ingresa a Bellas Artes, Santiago, donde fue alumno de Cosme San Martín (Valparaíso, 1850 - 1906; permaneció alrededor de diez años en Europa) y Pedro Lira. Viajó a Buffalo, Estados Unidos, en 1901, en su calidad de comisario de la delegación chilena a la Exposición Panamericana y recibió Medalla de 2ª clase.
El Diccionario Biográfico de Pintores (1902), Pedro Lira, uno de sus contemporáneos destaca algunos de sus logros: mención honrosa, dibujo, 1893; medalla de 3ª clase, dibujo, 1894; medalla de 2ª clase, dibujo, 1896; medalla de 3ª clase, pintura, 1897; medalla de 2ª clase, pintura, 1898. de
Un
Francia, en sus cursos de perfeccionamiento. Reszka, junto al nortino de Copiapó Juan Harris Flores (1867 - París, 1949) y Manuel Thompson (¿Thomson?) Ortiz (Valparaíso, 1875 - París, 1953), concurren a depositar flores hasta la tumba definitiva del maestro porteño Alfredo Valenzuela Puelma, en el cementerio Villejuif, de París (1910). año estuvo en
Según catálogo Exposición de Primavera. 18– octubre–1918, Federación de Estudiantes de Chile, participa, pero fuera de concurso, en la línea de Dibujo, con Carbones (croquis de un estudiante). En la misma oportunidad, lo hizo su esposa, Paula Cremazy de Rezka, con Paris du Moyen–Age. En 1947, celebradas las Premio Nacional de Arte.
fiestas patria, obtuvo el
En el verano de 1948, recibe el del Salón Oficial de Viña del Mar.
de la trama de la pintura nacional al
grupo
que
señala
el
paso
naturalismo a la estética del plein–air.
del
Agrega:
Desde la presidencia de la Sociedad Nacional Bellas Artes ha difundido y enaltecido todo referente a la pintura (1960:128).
de lo
En 1961 el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso, declaraba a través de J. Raúl Gorigoitía, administrador, poseer entre las obras varias, una Naturaleza muerta. En la Revista de Arte, N° 16, de la Facultad de Bellas Artes, U. de Chile, mayo 1962, el artículo La Sociedad Nacional de Bellas Artes de Chile, Abel Santa María Magallanes, reconocía que de manera paralela a la
función de divulgación y fomento, ha sido preocupación preferente de la instituci6n, la enseñanza de las artes plásticas, que estuvo a cargo, en sus comienzos, del insigne maestro don Pedro Reszka Moreau (Premio Nacional de Arte), recientemente fallecido.
Es sabido que contribuyó a la formación de varios discípulos.
Lily Garafulic
También el color importa cierta sensualidad Lily Garafulic
premio de honor
La Sala de Exposiciones del Ministerio de Educación, decide homenajear a tres de sus premios nacionales con una muestra de cada uno. Exponen: Pablo Burchard, Pedro Reszka y Camilo Mori. Antonio R. Romera lo define:
Dentro pertenece
Lilia Justina Garafulic Yancovic, nace en Antofagasta en mayo 14, 1914, es la menor de nueve hermanos. Su padre, Pedro; su madre, Margarita, ambos naturales de Neresizce, Brac, Dalmacia. Las primeras letras las aprendió en el Escuela Yugoslavia, más tarde, Colegio Yugoslavo, hoy
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Hrvaska Skola San Esteban. Se radica en Santiago, a partir de 1914. En 1934 ingresó a Bellas Artes, U. de Chile, siendo sus maestros el escultor Lorenzo Domínguez (1903- ) y el pintor Hernán Gazmuri (1901/79). Al momento de entregar los premios del Salón Oficial de Bellas Artes, 1936, se premia en escultura a Lorenzo Domínguez, ella, obtiene mención en la especialidad, junto a Raúl Vargas. Prosigue estudios de escultura en piedra de José de Creft y en el taller de grabado de Williams Hayter, New School of Social Research, Nueva York, en 1944/45. 1947, en Europa, de mosaicos, en la Escuela de Ravena, Italia; así como en Medio Oriente. Su más destacada y de significativo peso específico son los 16 Profetas del Santuario de Lourdes en Santiago. Nos parece válido destacar que en 1949, en la Sala del Pacífico, se inauguraba una expo de mosaicos, que tenía destino hacia el baptisterio de esa iglesia de Lourdes.
120
El Catalogue biografhical and critical notes by Carlos Humeres Solar, en pág. 90, señala: El estilo de este artista es vigoroso, con tendencia a lo monumental, basado en la simplificación esencial de la forma, sin descuidar la expresión de fuerza o el carácter expresivo.
es Directora del Museo de Bellas Artes. En 1997 fue galardonada con el Premio Nacional de Arte. Falleció en Santiago, mayo 15, 2012, después de haber vivido 98 años de fructífera existencia. Dentro de su bibliografía se debe destacar el catálogo de la Exposición Lily Garafulic. 100 años. Una doble mirada. Confin Ediciones. En el ámbito póstumo: Lily Garafulic. Premio Nacional de Arte, de Isidora Osorio, cuyo título completo es Lily Garafulic. De lo figurativo a lo abstracto, que corresponde a la colección Premios Nacionales. (Confín Ediciones, QuadGraphies, Santiago, marzo, 2014 y que contó con el auspicio de la banca brasileña Itaú Fundación). Su extraordinaria figura alcanzó réplica con la exposición y catálogo Lily Garafulic. A Centenary Celebration. Celebración Aniversario. Washington D.C. New York, NY, 2014, cuya factura corresponde al gobierno de Chile, a través de la Dirección del Ministerio de Relaciones Exteriores. Consulado general de Chile en Nueva York, a la que se sumó la Organization of American States y AMA, Art Museum of the Americas y el Instituto Cervantes, Nueva York, at Amster Yard. Acredita exposiciones en Nueva York, Bogotá, Lima, Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo, California… Nos parece pertinente declarar Bontá Costa (1899-1974), le retrato.
Marco
confeccionó
un
Su hermano Andrés Clemente (1904), arquitecto, cuentista y novelista, es autor de
En 1953, su escultura Niobe, recibió el Premio de Honor, en el 64 Salón de Artes Plásticas, en ceremonia efectuada en el Museo Nacional.
la
emblemática
novela
Carnalavaca. Novela de las tierras rojas (Edit. Nascimento, 1932). La veta creadora de
Antonio Romera, se refiere así a su trabajo: Su obra vigorosa y llena de fortaleza parece desmentir la mano femenina que la produce. Entre
aquí, que
esta
familia
se
extiende
hasta nuestros días con la
participación
sobrino
de
su
Nicolás Garafulic,
nieto
San Miguel Aka, Piglet,
que
se
empieza a destacar como
1973/1977,
uno de los artistas con proyección del presente
Lily Garafulic, Retrato, escultura.
siglo.
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Cayetano Gutiérrez Valencia, Zayde
La Federación de Estudiantes de Chile, organizó Exposición de Primavera, con fecha 18– Octubre–1918, cuyo catálogo (La Imprenta Diener, Santiago), para sus Federados, tuvo un valor de 20 cts. Como nuestro artista residía en la capital (Ramírez, 655), participó de ella con las pinturas números 58. La Palma; 59. Barrios Bajos y 60. Tarde en San Bernardo. Sí, figura como Gutiérrez, Valencia. Compartió muros, entre otros, con Agustín Abarca, Arturo Gordon, Camilo Mori, Luis Vargas Rosas y fuera de concurso los maestros Juan Francisco González, Exequiel Plaza… la
Gutiérrez Valencia nació en Antofagasta en marzo 15, 1898. Dibujante, ilustrador y pintor, hermano de la poeta Raquel Gutiérrez, autora del texto poético Ajorca. Sus primeros estudios en el antiguo Liceo de Hombres, prosiguiéndolos, en 1918, en Santiago al ingresar a Bellas Artes, donde fue alumno del maestro Juan Francisco González (1853-1933). Muy joven se desempeñó Mercurio, de Antofagasta, Murillo Le–Fort. Dibujos
El Fernando
como reportero de que dirigía e
ilustraciones
están
desperdigados en periódicos y revistas:
El Abecé, El Mercurio, La Nación, Zig-Zag, Vea, En Viaje… 1917,
se
producirá
la
primera
exposición
de
Gutiérrez Valencia, joven artista, según El Mercurio, sábado, noviembre 24, que ha logrado
cuadros de
interesar a muchas personas en la adquisición de diversas telas y le han pedido en venta otras.
Ésta,
como lo dijimos, era en el espacio del mismo medio periodístico.
La
En
el espacio editorial, se hacía cargo de uno de
los libros impresos por Imprenta
Skarnic:
En El Abecé, lunes, abril 17, 1922, en su Página Literaria, donde aparecían dos textos de Gustavo Alvial, uno dedicado a Gabriela Mistral y el otro, a Víctor Domingo Silva; Divagaciones, prosas poéticas de Raquel Gutiérrez, no detectadas por Sergio Gaytán
edición del domingo, nueva noticia,
121
sobre lo mismo, donde se deja constancia de la cultura artística de nuestra sociedad que, junto con adquirir algunas telas, se ha dado cita en esta imprenta, para emitir juicios sobre arte pictórico.
Nueva noviembre
nota sobre la expo, 28, se trata ahora de
se lee el miércoles,
un pequeño cuadro que solo ayer fue agregado.
Se
titula
El
varadero de
Playa Blanca
y no
dudamos en clasificarlo como uno de los mejores que se exhiben; hay una armonía exquisita en todas sus tonalidades, y en su conjunto se desprende verdadera sinceridad artística.
Los elogios prosiguen el sábado, diciembre 1, cuya expo ha demostrado, fuera de toda discusión, ser el más sobresaliente de nuestros pintores regionales.
El
domingo, se continúa comentando
el éxito de esta primera exhibición… debe sentirse plenamente satisfecho por este primer y completo éxito; pero lejos de dormirse en los laureles, debe servirle de estímulo para que no desfallezca en sus esfuerzos y ansias de estudio.
Gentileza Patricio Espejo L. El Abecé. 1879 – 21 DE MAYO – 1921 Año I. Antofagasta. N° 221
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M., segundo editor de Ajorcas (la primera, de Mario Bahamonde); foto e información de Alejandro Zegri, literato chileno que iba rumbo a Ecuador; una prosa de S(antiago) La Rosa; y, en lo central, el relato Las Ruinas, de Mario Bonatt, ilustrado “Por Gutiérrez Valencia”. Es una Visitas Nocturnas, a las ruinas de Huanchaca: Poseídos de la sensación de serenidad que prodigan las alturas, nos pusimos a contemplar el panorama.
De un lado Antofagasta, semejante a un escaparate de joyería, con su millar de luces.
Del otro, Coloso, hiriendo de puntos radiantes la obscuridad.
122
Abajo, el Campamento de las Canteras
Portada del libro. Ilustración C. Gutiérrez Valencia, 1921.
brillaba en lucecillas…
¡Las miserables luces que fabrican los hombres!...
La misma edición, en otra de sus páginas presenta un esquema de: El Match del Sábado, que sostendrían los púgiles Sala (sic) y Vicentini. y que es una elocuente demostración del adelanto a que ha llegado en nuestra ciudad el arte tipográfico y del pie de adelanto en que están los talleres de El Abecé.
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los indicios lo señalan; la experiencia del pasado, lo asegura. El tráfico normal entre el productor y el consumidor se está reanudando rápidamente tendiendo su puente con CONFIANZA. Bajo el puente de la Confianza, para seguir un camino recto y mantenerlo. Los negocios están resucitando como resucitaron después de la depresión de 1896, 1904, 1908 y 1914. La industria y el comercio aumentan a diario, la falta de empleo disminuye, los empréstitos se extienden. Los negocios vuelven a recuperar toda su importancia e impulso. El Abecé, domingo, Antofagasta, mayo 30, 1921.
LA PROSPERIDAD ESTÁ A “LA VUELTA DE LA ESQUINA” EL ABECÉ LE AYUDARÁ A ENCONTRARLA
El grabado consiguió el impacto que el editor intuyó y, hoy como ayer, los escrupulosos de siempre hicieron su propio negocio: El Abecé, domingo, abril 23, 1922, la engalanó con una policromía (ver pág. X):
Tema del grabado era una alegoría relativa al optimismo que reina en todos los círculos de esta provincia con motivo de la mejoría lenta pero segura que se viene sintiendo en todos los negocios y actividades. Interpretó con mano maestra y en forma artística la realidad del momento cristalizando la idea en un puente que está próximo a recobrar su posición horizontal y servir de unión a las riberas de un ancho y acaudalado río en cuyas márjenes está una multitud agrupada, ansiosa de aprovecharse de este restablecimiento de la confianza… Por desgracia no se cita el nombre del artista, el que tampoco lo firmó. Por ciertas líneas y trazos postulamos que sería creación de Zaide.
La bajada o pie de mono de la ilustración, rezaba:
Los negocios están entrando en una era de prosperidad. Los peritos lo proclaman así, y todos
como siempre no faltaron algunos amigos de lucrar indebidamente y se permitieron venderlo al precio de 20 centavos, tal como el diario, lo que constituyó sencillamente un abuso puez (sic) se trataba de un obsequio a nuestros favorecedores. Las personas que deseen tener un ejemplar de nuestro artístico grabado puede(n) pasar a cualquier hora del día a solicitarlo en nuestras oficinas, donde se les proporcionará gratuitamente.
Sorprende la generosa actitud del croata Mateo Skarnic, director propietario del medio. Pero antes, varios años antes, noviembre 1917, se ofrecía su próxima expo en los salones de El Mercurio, local. Era hora ya de anunciar la Exposición Zaide, de caricaturas y dibujos de nuestro colaborador artístico, expresa El Abecé, abril 26, 1922. Consta de unos cuarenta cartones. Entre los personajes caricaturados figuran funcionarios, políticos, periodistas, y profesionales de la localidad.
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El mismo día, El Abecé, jueves, abril 27, 1922. Pág. 3, entrega un extenso comentario, a dos columnas, que firma Aviraneta: La exposición de Cayetano Gutiérrez (Zaide). El punto de vista crítico frente al casi nulo apoyo al artista, no se calla:
llegar a poseer una cultura que en cualquier otra parte habría merecido la más amplia ayuda, pero que aquí, en esta ciudad del nitrato, en que todo el mundo se agita única y exclusivamente tras los negocios, en que el precio y el consumo del salitre constituyen el alimento diario de las mentes se ha mirado con indiferencia, relativa, atrayendo la atención únicamente de un reducido círculo.
Destacamos algunos de sus alcances:
124
Zaide se nos presenta bajo dos características: como caricaturista y como dibujante del natural. Como caricaturista ha conseguido salvar con habilidad los números escollos con que se tropieza en este jénero de actividades y aunque su escuela no tiene características bien definidas, demuestra en casi todas sus producciones poseer un lápiz elegante y feliz que en pocas líneas la permite dar parecidos espléndidos y en que se refleja asi mismo (sic) el carácter lijeramente irónico y observador del artista, que ha aprovechado admirablemente pequeños e insignificantes detalles, pero que son característicos del sujeto y que se nos presentan de inmediato al recuerdo al verlos reproducidos por el lápiz de Zaide.
Las caricaturas tanto como los apuntes del natural y fantasías han sido elojiadas sin reparo… en todos sus trabajos y concepciones campea un lápiz elegante, hábil y un sentimiento honradamente artístico que coloca a éste en circunstancias de poder predecir muy halagadores vaticinios de lo que podría conseguir para su prestigio en ambientes más amplios y apropiados que el nuestro… Lo merece su esfuerzo y su inteligencia. El Mercurio. Antofagasta, abril 28, 1922, consignaba lo que sigue:
La exposición de Zaide. Éxito artístico del joven caricaturista Con todo éxito se inauguró ayer en la tarde, en el amplio local del Café Río de Janeiro, la anunciada exposición de caricaturas y dibujos artísticos que había prometido el joven pintor don Cayetano Gutiérrez Valencia, cuyas obras en el arte de la caricatura con firmadas con el seudónimo de Zaide.
La soltura para el dibujo es una de las cualidades más sobresalientes en las caricaturas de Zaide. Se ve que sus líneas son precisas, y hasta fluidas, si se nos permite la espresión (sic). El molesto trabajo del retoque y del rebuscamiento del parecido no se nota en ellas y nos producen la impresión de que ellas le salen a la primera tentativa.
El Abecé confirma la exposición y se refiere al numeroso público que asistió atraído por lo que ha venido hablando la prensa del joven artista. Un poco más crítico, el repórter señala:
Las hazañas de Colón.
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En resumen, la exposición de caricaturas y dibujos de Zaide es un verdadero triunfo artístico para este modesto muchacho, que debe su obra solo a su esfuerzo personal. Muchas de las exhibidas en esta exposición han sido ya adquiridas.
Vuelve a la carga El Abecé, abril 30, 1922, a través de uno de sus conocidos colaboradores el escritor Mario Bonatt, quien nos deja sus Impresiones:
Caricatura de Aníbal Echeverría y Reyes, firmada por Zaide.
El joven artista, cuya modestia característica hace más simpática su labor, ha alcanzado con la exposición de caricaturas… uno de los más sonados éxitos de su carrera artística; así lo confirmó el público… del cual pudimos oír elogiosos conceptos…
125
Consideramos que la exposición, tanto por la corrección de las líneas de los diferentes dibujos y caricaturas presentadas, como por el real parecido de las personas, las cuales adivina el espectador sin mayor esfuerzo mental, es una de las más importantes exhibiciones que nos haya ofrecido (uno de) los artistas regionales. Las caricaturas presentadas en la exposición de Zaide corresponden a los siguientes caballeros: Drs. Pemjean, Morán Gost y (Leonardo) Guzmán; Alberto Mauret Caamaño; Aníbal Echeverría y Reyes; Manuel J. Castillo; Alberto Bahamondes; Carlos Roberto González; Julio Palma Labbé; Ovidio Guzmán… De todas estas caricaturas, las que más han llamado la atención, según pudimos apreciar ayer, son las de los señores Dr. Morán Gost… y Aníbal Echeverría y Reyes. Llamaron considerablemente la atención algunos hermosos dibujos… Claro de luna sobre las ruinas de Playa Blanca. Está hecho con el más delicado gusto artístico; igual impresión han causado el motivo simbólico El regreso y el denominado Amanecer, que simboliza la alborada sobre una bella y soñolienta carita de mujer.
Portada del libro homónimo. Ilustración, 1921. Página interior.
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Este Zaide, tan pequeño, es ante todo y sobre todo un pintor vigoroso. Hace caricaturas sólo por no perder sus momentos de ironía, porque como buen artista plácele aprovechar todas sus emociones. ¿Qué el humorismo habla al sentimiento? Pues a vestir el sentimiento de cascabeles, ¡y a hacer reír! Pero, como digo, Zaide es ante todo pintor. Y así es como en medio de los rasgos cómicos de sus caricaturas surje de pronto, sin que él lo quiera, la nota seria, honda, del. Ahí está Claro de Luna, dándonos, a pesar de su simplicidad, la emoción del cuadro. No se ha pretendido allí hacer alarde de dotes pictóricos, pero ese Claro de Luna nos hace de inmediato la impresión de un cuadro, hay en él el sentimiento de la luz lunar y de la atmósfera fría de la noche. En cuanto a sus dibujos, lijeros, frívolos y juguetones, todos ellos cojen al observador y no le dejan hasta después de haberle saturado con el fresco aroma de la elegante espontaneidad con que han sido ejecutados. Sujestionan las Cabezas de Mujer exornadas con la coquetería innata del sexo. Las líneas sencillas, que se insinúan fáciles y llenas de gracia, prestan simpatía y atracción a los rostros deliciosos. ¡Zaide debe sentirse orgulloso y perfectamente feliz de ser el autor único de tan adorables cabecitas! Mario Bonatt Gentileza Patricio Espejo Leupin. Portada para el libro citado.
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Prolífico le fue el año 1922, pues su amigo Mario Bonatt, de solo 21 años, tan antofagastino como él, le encargó la portada para su libro La caricatura del amor. 8 cuentos y 2 prosas. Prólogo (Palabras iniciales) de don Ismael Larraín Mancheño. Elojio lírico de Julio Talanto (Augusto Iglesias M.). Carátula de (Cayetano) Gutiérrez Valencia. No usó el seudónimo de Zayde. Fotografía del autor. Imp. Chile, 152 págs. Antofagasta. La identidad civil de Bonatt, es Ovidio Guzmán; fue redactor de El Mercurio. Obtuvo el Primer premio en cuentos, en los Juegos Florales de 1925, en Antofagasta. Capítulo dibujante por de
Zayde,
distinguido
merece
El Mercurio
local, bajo el seudónimo
su
paso
como
en un estilo recargado de elementos
decorativos que, según
Sabella,
lo emparentaba con
los del gran ilustrador argentino,
Alejandro Sirio.
Una
parrafada
para
este dibujante a pluma, está en la que editó
Gaytán M., Nortinos para el Bicentenario; donde a
se
nos
conocer
Gutiérrez
da que
Valencia,
ilustra la portada del
Ilic Ilic
Sombras Dinka (pág. 54);
un
en
libro de
Luces
la
y
poeta
estilo
que
se
embelesa en los juegos de la línea al reinterpretar lo real a través de una caligrafía cargada de sugerencias, conjuga el diseño de letras y figuras en un mismo acento.
Sabella, en su Linterna… Zayde, un dibujante de este diario, s/f, recuerda el año 1927, en la ciudad: Zayde… era dibujante dominical de El Mercurio de Antofagasta. Sus dibujos, del tamaño casi de una de sus hojas, aparecían en primera página, con títulos sutiles y,
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Portada de El Mercurio, que testimonia la ilustración de Zayde.
a veces, con textos que componía de inspirada poesía. Eran dibujos decorativos, de profundas sugestiones fantásticas, con largos cuerpos humanos y extrañas faunas y flores de pesadilla: mundos de imposible donde el mar y el tiempo se fundían; donde las mujeres mostraban sus pechos en espiral y los hombres, sus músculos para vencer el peso de todos los sueños. Semana a semana, vivíamos expectantes, aguardando qué imaginaciones nos regalaría Zayde. De mañana, salíamos a comprar el diario y, durante la misa de nueve, en la Catedral, en lugar de concentrarnos en la liturgia, nos sumíamos en los territorios de utopía de Cato, como le llamaba familiarmente, su hermana Raquel, la poetisa. Seguramente, Dios nos perdonará estas desatenciones, al considerar la importancia del arte.
127 El Mercurio de Antofagasta, domingo 22 septiembre, 1929 El Gato Negro. Cuento por Edgard Poe. Ilustración de Zayde.
Corresponde a El Mercurio… el mérito de haber contribuido al desarrollo de un aspecto nuevo del dibujo chileno: el ornamental. Zayde lo condujo hasta un límite de poesía. Leer más en Apéndice. Prosiguió su trayectoria en Santiago, desempeñándose durante largos años como ilustrador del suplemento dominical de La Nación, cambiando de dibujante a un estilo pictórico con un estilo más suelto que utiliza la mancha, aguatintas de dos o tres colores. Aún recuerdo sus ilustraciones al pincel durante los cincuenta. El Mercurio. Antofagasta, viernes, octubre 25, 1929 ¡Primavera, clarinada de juventud! Ilustró Zayde.
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Una vez que Zayde viaja a Santiago, a perfeccionarse en el Bellas Artes, Sabella nos informa de su sucesor en El Mercurio local: Muchos de sus dibujos, de fantasía exuberante, se publicaron en las primeras páginas dominicales de este diario, entre 1927 y 1930. A Gutiérrez Valencia lo reemplazó don Rafael (Peralta Reyes). Linterna…, “Don Rafael y “El Peneca”. El Mercurio, fotocopia sin fecha exacta, pero de febrero de 1984.
Zayde nos presenta una exquisita sensualidad, en Post Vita, revista Acronal, Antofagasta, diciembre, 1929.
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La revista mensual En Viaje, N° 314, diciembre 1959, en el artículo El romántico puerto de los cerros, referido a Valparaíso, declara que: Los dibujos que ilustran están líneas son apuntes de nuestro colaborador, el pintor y dibujante Gutiérrez Valencia (Zayde), que ha captado con gran acierto el alma que anima las calles de los cerros del puerto. En ellos puede adivinarse a la vez la vida de las gentes que los habitan. En estos croquis simples y rápidos el dibujante ha reflejado la verdadera nota que vibra en el Valparaíso romántico de los cerros. Para la articulista de la revista En Viaje, Olga Arratia: Sus dibujos son de tal sugerencia, es tanto su vuelo creativo, que, al terminar de leer el relato o cuento, quedamos con los ojos clavados en el inquietante dibujo que nos hizo soñar y presentir a veces, mucho más que la plenitud artística de la creación que encierran las palabras. Dibujos con atmósfera, de Zayde, Rev. En Viaje, 1957
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Un pensamiento del pintor e ilustrador lo retrata de cuerpo entero: como pintor soy un impresionista y poseo el mérito que el arte requiere y que por lo general se olvida, el Dibujo.
Ambos dibujos en Revista En Viaje, N° 329. Santiago, marzo de 1961.
De igual modo, Rafael Alberto López, colabora en la revista La Ilustración como dibujante gráfico, ilustra con posterioridad, la revista semanal Don Fausto, cuyas portadas se distinguían por la calidad de su dibujo y un cierto estilo antañoso. La labor de ellos tres inquietó a la juventud antofagastina, que se agrupó en torno a Ricardo Jiménez Moya, quien en 1934 funda su estudio Chile, y ofrece cobijo a Osvaldo Ventura, Humberto Palma y otros. En 1936 se incorpora a éste Nicolás González, de reciente retorno y quien ya trabaja en el propio.
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Manuel Seoane (1900 / 1963), intelectual y ensayista peruano, adherente del aprismo.
Juan Guzmán Améstica (1931 / 1980), dramaturgo chileno: “Trigo morado”, “Junto a los rieles”, “Juanito”, “El caracol”, “Wurlitzer.
En el estudio de González Paredes se hace una silenciosa labor al calor de fraternales reuniones en las que se empieza a configurar la necesidad de agruparlos a todos los que trabajan solitarios o en talleres, en una institución grande y amplia, donde tengan cabida diversas especialidades plásticas, idea que cristalizó el 28 de diciembre, 1942, con la fundación de la Sociedad de Bellas Artes, que logró aglutinar todas las manifestaciones del Arte por espacio de 20 años.
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Adán y Eva (la antigua Varona), al quebrantar la ley impuesta por Jehová Dios, les fueron abiertos los ojos y tuvieron conciencia, de manera violenta de su desnudez integral…
Ilustración para la leyenda de la ciudad de Tololo Pampa.
Olga Arratia, en su Glosario Artístico –revista En Viaje (Santiago, junio 1964, N° 368)– nos dice:
naciendo o muriendo en algo inexplicable y deseado, arrollado por sus sueños.
Es hijo del Norte y nosotros agregaríamos: hijo de Chile, de nuestra tierra entera, porque su alma y sus ojos de artista dan vida con igual pasión a todo el inmenso y diverso paisaje que nos rodea. Es un impresionista. Su mirada no se quiebra para transmitir las formas gráciles o macizas que amasa con el color; pero, en este perfil de los seres y las cosas, el pintor coloca –y es lo que se siente de inmediato– su espíritu lírico, en el que envuelve ese contorno material de las figuras. (…)
Una segunda foto y dos parrafones siguen señalando la celebración de sus 50 años de labor pintando y anuncia que: recorrerá el norte con sus retratos y paisajes en que campean los trazos finos de sus plumillas y la impetuosa expresividad de sus óleos y acuarelas.
Zayde es el desquite de Cayetano Gutiérrez Valencia. Es el cariñoso y díscolo gemelo que desahoga libremente todo lo mutilado o reprimido que van dejando los días en el corazón de un artista. Acaso Zayde sea su ojo sonámbulo que lo hace errar en lugares de pavorosa belleza y a los que los pobres mortales no tienen acceso… Ha cumplido recientemente 50 años de vida artística… Es él quien ha ilustrado cientos de cuentos aparecidos en primera página en los diarios santiaguinos… Muchas veces nos ha manifestado que el dibujante le da la paz económica al pintor… Pensamos que, dibujando, Zayde se encuentra a sí mismo como
Cayetano Gutiérrez Valencia y su hijo Manuel en Revista En Viaje.
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Sabella, en Zayde, un dibujante de… precisa lo de la pintura. En Santiago: Le topábamos en El Diario Ilustrado, en La Nación, en los talleres, en los salones de exposiciones, sin variar su estampa. Pero, de repente, variaron sus materiales y se dedicó al óleo. Se convirtió en lo que siempre ambicionaba ser: pintor. Y logró serlo, con señorío. Un pintor tranquilo, porque debajo de las pinturas asegura a su arte un sólido sostén dibujístico.
De pie, de izq. a der.: Hernán Espejo, Darío Oñate, Rafael Coronel, Oreste Plath, Sady Zañartu, Florencio Zorrilla y Roberto Lemus. Sentados: Lidia de Coronel, Manuel Jofré, director de la revista En Viaje, Olga Arriata, Cayetano Gutiérrez V., Jorge Espejo y Graciela Illanes. El pequeño es su hijo Miguel.
En agosto de 1962, con apoyo de su gremio, expuso en la Sala del Círculo de Periodistas, Santiago. Los dibujos que ilustran estas líneas son apuntes de nuestro colaborador, el pintor y dibujante Gutiérrez Valencia (Zayde), que ha captado con gran acierto el alma que anima las calles de los cerros del puerto. En ellos se puede adivinar a la vez la vida de las gentes que los habitan. En estos croquis simples y rápidos el dibujante ha reflejado la verdadera nota que vibra en el Valparaíso romántico de los cerros. Revista En Viaje, diciembre 1959.
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Pintura Antofagastina, destaca su Astillero del Maury y, lo describe por ser vigoroso de color, de sólida construcción, y el hábil juego de luces está planeado y conseguido plenamente. Zayde, según recuerda Sabella, Antonio R. Romera, lo destaca entre los buenos naturalistas nacionales, celebrando el aclaramiento de su paleta, ganando en duros desvelos al aire libre (febrero 21, 1980).
En 1968 y por sus reconocidas dotes artísticas como dibujante gráfico se le distingue con el Premio Nacional de Periodismo Gráfico. Con anterioridad obtuvo el Premio de Dibujo, que otorgaba el Círculo de Periodistas de Santiago, en 1941. Publicó en nuestros diarios y de aquella época, artículos sobre arte y exposiciones.
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Chilenidad campesina.
En abril de 1664 el comandante Ignacio de la Carrera (ascendiente de los hermanos Carrera), libraba a la ciudad de Lota al derrotar en la cuesta de Villagrán o Marigueño a los dos mil indios que la amenazaban.
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Rafael Alberto López Rafael Alberto López Patiño, antofagastino, que nace en abril 8, 1897, a las seis i media de la tarde, en el lugar que moraban sus padres: Empresa del Ferrocarril, casa N° 31, dado que su progenitor, Eulogio López H., de 32 años, chileno, declara como profesión Maquinista de dicha empresa; su madre, Beatriz, chilena, que al igual que otras mujeres de la época, declara como profesión labores del sexo, según leemos en Rejistro de Nacimientos en la Circunscripción de Antofagasta, Núm. 1 del mismo Departamento. Inscripción 187, pág. 94. Estudió en Bellas Artes, U. de Chile, y en Francia e Italia. Paisajista, retratista, dibujante gráfico. Fue profesor de Artes Gráficas en la Escuela de Artes Aplicadas, de Santiago. Falleció en 1967. En lo personal recuerdo las portadas de la revista Don Fausto, ilustradas bajo el nombre de Rafael Alberto (o Ral). Eran ilustraciones que poseían el encanto de dibujantes europeos de antaño. En La Ilustración (Antofagasta, octubre 19, 1924),
el periodista Santiago Barrios, fue comisionado para redactar y presentar a Mis compañeros de trabajo y colaboradores. Las líneas para Rafael Alberto, señalaron que: es nuestro dibujante y aunque es conocido de sobra por el público, bien se merece que oiga hablar algo de él una vez más. Amante de su arte, ambicioso de gloria para su patria y para los suyos, López guarda en su alma todos los sentimientos de la belleza artística. Observador profundo y enamorado de las infinitas manifestaciones hermosas que nos depara la vida, ya sea cuando nos deleitamos viendo pasar una muchachita de rostro angelical o cuando sentimos las nostalgias del mar en las noches de luna en que las aguas plateadas nos invitan a arrullarnos en su blando regazo, López es su fiel intérprete pintor. Su lápiz ha producido hermosos trabajos y hoy está solo marcando un compás de espera, para volar a España y allí perfeccionar sus conocimientos pictóricos y consagrar su nombre y el de su patria.
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Gentileza Gabriel Amengual Acuña. Rafael Alberto López, fotografía en La Ilustración. Antofagasta, 1925.
Gentileza Patricio Espejo Leupin. Rafael Alberto López, caricatura en La Ilustración Antofagasta, 1924.
Lo–Pito, Rafael Alberto López. Ilustraciones para Viajes y aventuras de Alberto Donoso. La Ilustración. Semanario Regional Ilustrado. Antofagasta, 25 de enero de 1925, pág. 2.
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Algunas décadas después éstas, de mucho texto y pocas imágenes, fueron ilustradas bajo el seudónimo de David Daniel, quien en los ‘60 fue docente de la Academia y luego de Artes Visuales, U. del Norte, nada menos que el maestro, casi antofagastino, Iván Lamberg.
Agrega, que en la parte editorial diseñó la portada del libro El país de los sueños, de Adolfo Montiel, en 1940, o para un número de la revista Pampa de 1965, que mostraba el muelle mecanizado de Tocopilla y el desierto con María Elena, y que para la relevante muestra chilena en Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, diseñó la emblemática portadilla para el catálogo Chile en Sevilla.
El arq. Claudio Galeno I., publicó en su blog –noviembre 18, 2014– un pequeño texto titulado Rafael Alberto López y los principios de la ilustración en Antofagasta, donde expresa que en octubre de 1924 se referían al ilustrador, de la siguiente manera:
La Ilustración (Antofagasta, enero 9, 1925), informaba acerca de Los primeros Juegos Florales de
Observador profundo y enamorado de las infinitas manifestaciones hermosas que nos depara la vida, ya sea cuando nos deleitamos viendo pasar una muchachita de rostro angelical o cuando sentimos las nostalgias del mar en las noches de luna en que las aguas plateadas nos invitan a arrullarnos en su blando regazo, López es su fiel intérprete pintor. Su lápiz ha producido hermosos trabajos y hoy está sólo marcando un compás de espera, para volar a España y allí perfeccionar sus conocimientos pictóricos y consagrar su nombre y el de su patria.
Portada de La Ilustración, Antofagasta, abril 6, 1924. Dedicada Al Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, en el Día de su Aniversario, firmada por Rafael Alberto López.
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Antofagasta organizados por La Ilustración. Serán a beneficio del Reformatorio de Niños – Resultados de los concursos de La Ilustración – La exposición del Cine Colón:
El sábado 17 del presente se inauguró, en la tarde, en el Cine Colón, una Expo de cuadros, affiches y fotografías, organizada por la revista regional La Ilustración, con el objeto de presentar al público los affiches premiados en un concurso que efectuara hace poco y los retratos de las señoras y señoritas que tomaron parte en el torneo de belleza que ha llevado a cabo el mencionado semanario. Además de affiches y retratos se exhiben cuadros originales de la señora del Dr. Juan Herrera, Sra. Elena de Herrera, y de los pintores locales señores César Soto Moraga, Nicolás A. González y Rafael Alberto López. Figuran,
asimismo, algunas producciones del pintor regional Sr. Gormáz, hoy caído en desgracia, del famoso pintor chileno don Juan Francisco González y un cuadro de Carlos Lundsted que ha llamado la atención de personas entendidas.
El catálogo de la Expo de afiches, fotografías y cuadros, Cine Colón, Antofagasta, 17 al 24 de enero, 1925, da cuenta de 23, donde destacan los retratos a varias damas de la sociedad local. Lástima, que no se declaren los nombres, sino solo las iniciales, como ejemplos, Srtas., A.G.R., E.G., G.A., R.S., O.P. y de las Sras. E.V. de V., E.B. de P., P.L. de L. Portada de La Ilustración. Nº 69. Antofagasta, febrero de 1925. Edición de 20 págs. Dibujo de R.A. López, Señorita Violeta Urízar, Reina de los primeros Juegos Florales de Antofagasta.
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Portada de La Ilustración, Antofagasta,agosto 10, 1924. Dibujo de Rafael Alberto López.
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Rafael Alberto López, afiche que obtuvo el segundo premio, en el Concurso de Affiches, de La Ilustración, Antofagasta, 25 de enero de 1925, pág. 2.
Rafael Alberto López en La Ilustración
Respecto de la publicidad, dado que ejercía como ilustrador o diseñador gráfico, López, engalana el aviso de Almacenes Giménez, a toda página, extremo superior izquierdo, dos cabezas de varones, para lucir corbata (tradicional) y de garza (humita). En inferior derecho, una pareja. Él con tenida deportiva fuma en pipa. Ella, como deprimida y triste, descansa en una silla. Y como en muy pocas veces, la firma del autor: R. Alberto. De la redacción del aviso, que demuestra contemporaneidad, destaca muy pronto inauguración del Sube y Baja, es decir, del ascensor para acceder a los cinco pisos de la tienda. Invita a aprovechar la oportunidad de apreciar el surtido de cuellos, estolas y capas de Marabut. (Ave zancuda, similar a la cigüeña, cuyas plumas servían de adorno).
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Suyas fueron las portadas de La Nación y de El Diario Ilustrado. Sabella nos entrega más antecedentes:
Atrapado por el periodismo, laboró en la capital, Rafael Alberto López (Rafael Alberto), con quien compartimos casa en Santiago, uno de los cuarteles de la bohemia universitaria de 1933. López retratista afortunado y dibujante certero recorrió ejerciendo una cátedra en la Escuela de Artes Aplicadas de la U. de Chile. López Patiño figura entre los colaboradores de la revista Okey. Ganó, nada menos que, Medalla de Honor, por sus óleos, en la Exposición de Sevilla, de 1929. Años después recibió el Premio “Arrau”, destinado a quienes dieron a su vida la severidad de una larga y profunda faena creadora. En febrero de 1980, Osvaldo Ventura, en su propio salón Antonio Salas Faúndez, inaugura la expo 25 Pintores Antofagastinos. Para Sabella, ésta fue una verdadera antología de color y una especie de historia de la pintura nuestra. Un párrafo, se lo dedicó a López Patiño:
Gentileza Pinacoteca Andrés Sabella. Rafael Alberto López Patiño.
Rafael Alberto López, gran dibujante, con éxitos en los diarios más poderosos del país, distinguido en la Exposición de Sevilla, en 1929, tras larguísima tarea periodística, se enfrenta con el óleo de su juventud, consiguiendo aciertos que le aplauden hoy los críticos de la capital. (Linterna…, febrero 21, 1980). Arturo Valenzuela
Antofagastino nacido en 1900. Estudió en el Bellas Artes, U. de Chile, y Curso de Profesores de Dibujo del Instituto Pedagógico, donde se graduó de Profesor de Estado en Dibujo. Expuso en Nueva York, Sevilla y Buenos Aires. En el país, en uno de los salones oficiales, recibió un Primer Premio, 1941. El Catalogue…, pág. 156, acota:
Cultiva la pintura al óleo y la acuarela, tratando temas de costumbres, captando el ambiente con vivo sabor local tanto en el paisaje como en los tipos populares.
Le asigna tres: los óleos Mañana de feria y Escenas del canal de Tenglo y, Comerciantes del río Valdivia, acuarela. Naturalista que trabajó la cuestión costumbrista de la zona central, y destacó como retratista. Durante los ‘50 exhibía en la Sala del Banco de Chile, donde solían exponer los artistas que se dedicaban al paisaje o escenas costumbristas, como Luis Strozzi (1891-1966), que al decir de Antonio R. Romera, es solo paisajista. No quiere ser, no aspira a ser otra cosa que el cantor sencillo y verídico de los contrafuertes, de las vertientes, de los vallecillos cordilleranos (1960: 131); Arturo Pacheco Altamirano (1905-1978) y otros. En mi etapa realista y costumbrista, visité más de alguna exposición de Arturo Valenzuela, tras tratar de descubrir esa pequeña partícula de Chilenias que hubieren captado sus pinceles.
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Percy Eaglehurst
Percy nació en Antofagasta, noviembre 2, 1922 y falleció en Santiago, el 2013. Miembro de una destacada familia antofagastina dedicada a la educación, fue en sus comienzos alumno en los talleres de Pintura de calle Latorre, Sociedad de Bellas Artes; con posterioridad, estudió Construcción Civil y luego deriva, directo, a Pedagogía en Artes Plásticas, U. de Chile, Santiago. Docente –dibujo y publicidad– en el Instituto Técnico, de la U. Técnica del Estado, Santiago. En 1943, octubre 23, El Abecé, al referirse al Salón de Pintura y Dibujo, organizado por la Municipalidad, señala que: el prometedor envío de Percy Eaglehurst, alumno del Liceo. Un poco más de dedicación y de audacia puede darnos al caricaturista hábil y certero que sabemos vive dentro de Eaglehurst.
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Su camino fue de un artista gráfico, dibujante de historietas donde le dio vida a Manilong, el caco perfecto, que lo publicaba el Pobre Diablo, pero la que alcanzó gran popularidad fue Pepe Antártico, personaje que por su psicología era muy distinto al chileno gris de aquellos años. En su libro Percy,
La antofagastinidad, incluso de su personaje.
Percy Eaglehurst en Antofagasta, clásico retrato de Barahona.
Trozos y Trazos (2014) explicó el origen del nombre del personaje:
Mi decisión oscilaba entre Pepe y José, con el apellido Fresco. Me bajé en la esquina de Los Gobelinos y de ahí caminé hacia el diario… De pronto mis pensamientos se vieron interrumpidos por una serie de arcos de triunfo instalados en la calle (…) La Municipalidad de Santiago los había levantado en el camino que debía recorrer dentro de algunas horas el Presidente de Chile, Gabriel González Videla, quien regresaba desde la Antártica.(…) Cada arco tenía la frase ‘Bienvenido desde la Antártica’. De repente asocié mi caricatura con la Antártica y me dije Pepe Antártico.
Eran tiempos de hegemonía de los dibujos, personajes y películas de dibujos animados de Walt Disney y la competencia entre las revistas picarescas Rico Tipo (de Argentina, de Divito) y Pobre Diablo (chilena, de Pepo–René Ríos Boettiger6). Su tira La broma en vida, hizo esbozar sonrisas alrededor de 30 años a los lectores del diario La Tercera. En 1969 se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo, con menciona en Dibujo. Gracias a una beca viajó a U.S.A., a la U. de Oklahoma, donde se dedicó al Dibujo Animado y estuvo como invitado en los Estudios Disney, de Los Ángeles.
6 Pepo. René Ríos Boettiger, 1911-2000. Este destacado historietista chileno, es el creador del personaje Condorito, a quien dio vida hacia 1949.
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Volvía cada año para el verano junto a su esposa e hijas y eran infaltables en las mañanas y mediodía del Balneario Municipal, cuando era la única playa segura, no privada. Siempre estaba presente en las inauguraciones de febrero de la Feria de Artes Plásticas, propiciadas por la I. Municipalidad y en los 90 nos acompañó al inaugurar una muestra con alumnos del LEA, Galería Enrico Bucci, calle Huérfanos, Santiago.
Su hermana Odette, fue acuarelista y expuso algunos de sus trabajos en la ciudad, como el Salón de Pintura y Dibujo, de 1943. Son de interés los trabajos firmados por Odette Eaglehurst; buena disposición para el paisaje y para el colorido.
Percy visto por PERCY.
Lugoze, Luis Goyenechea Zegarra
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Lugoze, el caricaturista, nació en Antofagasta en 1923. Gaytán M., en ob. cit., nos ilustra que su carrera comenzó en 1942 con la tira cómica Conscripto Videla, para El Abecé. Trabajó en la famosa revista El Pollo Tejada, de Antofagasta. Allí colaboró una de las más interesantes tríada de dibujantes antofagastinos: Percy (Eaglehurst), Palooka y Lugoze. Quién no recuerda (los de mi generación) dibujos y personajes de la autoría de Lugoze en la revista picaresca Pobre Diablo y en El Mercurio de Santiago, Perejil, que derivó de su personaje Flor de vago, producto de su estadía en Buenos Aires.
El eximio LUGOZE visto por Palooka.
Esta tira cómica se publicó en Críticas y Problemas, del Antofagasta a mediados de la década del 50.
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Aunque antes de Perejil, existió el famoso Juan Verdejo otro Roto, pícaro, inteligente y ladino creado por Jorge Délano Frederick (18951980), Coke, de profesión periodista, deriva a la caricatura; pintor, cineasta que en 1939, participa de la producción de la primera cinta sonora; hipnotizador, parapsicólogo, que se formó con los de la Generación del 13, en Santiago.
con: Así opina el fino dibujante humorístico, creador de Perejil, característico del ingenio de nuestro pueblo. (Marzo, 1961. Año XXVIII. N° 329. Pág. 50).
Impulsor de la revista Topaze en que, semana a semana, le tomaba el pulso al acontecer político nacional, gráfica y humorísticamente a través de certeras caricaturas. Premio Nacional de Periodismo, 1964. Su perfil poco conocido fue la práctica de las disciplinas de Pistola Libre y Fusil militar, donde logró cuatro campeonatos nacionales. Se le distinguió mejor deportista de 1985.
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La revista mensual En Viaje, que por décadas mantuvo la sección Propaganda y Turismo de los Ferrocarriles del Estado, aprovechó la popularidad de Lugoze y su personaje Perejil, que no se negaron a aparecer en la publicidad de una marca de un estimulante que, radialmente, se transmitía con la simple frase Yo… Nescafé, la que avaló con el texto: Para mí, que acostumbro a trabajar de noche, la tacita de Nescafé es mi compañera inseparable, siempre bienvenida y reconfortante… que el creativo de la agencia CH – U – 50, complementaba
Lugoze recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1966, fue destacado, con antelación con el Premio SIP Mergenthaler, 1962 de la Sociedad Interamericana de Prensa. En el segmento editorial, es autor del libro Carica-tuyas y de otras celebridades, 2004.
Palooka, Jorge Silva Quezada
Así ve Lugoze a PALOOKA; en una de sus exposiciones; con el futbolista “Pelé”, para el mundial de 1962.
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Dibujante, periodista, publicista y pintor miniaturista, nació en Antofagasta en mayo 23,1918 y, falleció en Santiago, cumplidos los 85, octubre 3, 2003. Estudió en el otrora Liceo de Hombres. Por 12 años trabajo en la Chile Exploration Co. A fines de los ’60, exhibió sus caricaturas de personajes famosos y miniaturas pintadas en Sala Ercilla, de la “Norte”; durante el transcurso de la exposición, las pintaba en público. Tuvimos la oportunidad de conversar acerca de Pepo y otros dibujantes de historietas. Él fue quien me hizo saber que cuando un dibujante tenía éxito con alguna tira cómica al poco tiempo contrataba a un guionista y un equipo que le dibujaba las viñetas y diagramaba, etc.
En la Segunda Semana del Arte, Antofagasta, 1942, en la categoría Dibujo, obtiene con Retrato (N° 150) el segundo premio. Era simplemente Jorge Silva. El primero lo obtuvo Héctor Carvajal y la Mención Honrosa “la señorita Aída Zalaquett”. En Santiago trabajó para los periódicos La Hora y en La Tercera, diario del cual fue el artífice del primer logo. Luego lo hizo para El Golpe y La Tarde, entre otros medios impresos. En 1952, obtuvo el Premio de Honor de la Alianza de Dibujantes de Chile. Hacia 1967, instala su propia Agencia Publicitaria Palooka. Allí, traba amistad con otro antofagastino, Luis Cerna, dibujante de revistas y diarios como La Tercera y Las Últimas Noticias.
Y era lo que sucedía con Condorito, de Pepo y si no me equivoco, Percy contó con un dibujante a su servicio, mientras atendía otros requerimientos de su oficio. Un poco lo que sucedió con Disney en que sus clásicos personajes solo los dibujó en sus inicios y, que con posterioridad, contó con equipos de dibujantes que debían ser por lo demás conformarse a su estilo. Palooka se inicia en la revista satírico–política El Pollo Tejada, donde apareció uno de sus primeros personajes: Mentolato, que estaba en todas partes y sabía de todo. En su segunda época, fue dirigida por Enrique Agullo Bastías, periodista e historiador (Antofagasta, 1910/90). Según nos informa Gaytán M., dicha revista fue semillero de dibujantes. Percy, la cataloga como precursora de Topaze.
Palooka, boxeador antofagastino Andrés Osorio en Críticas y Problemas
Según su propia confesión a un periódico español (Jorge Silva, miniaturista chileno, por Álvarez, diario El Alcázar, Madrid, febrero 22, 1978), explicó que sus
miniaturas son: Una obra de chinos. Pintó con un pincel de un solo pelo y con la ayuda de lentes ópticos y lupa. La técnica que empleó es, sencilla y original. Usó la acuarela a témpera, pero tratada con una solución de algas marinas que da a la obra más aspecto más propio de un óleo. El empleo de algas marinas es, en realidad, una invención mía, que me ha dado muy buenos resultados.
A la hora de sus exequias, hizo uso de la palabra Lugoze. Parte del texto, lo publicó La Tercera (octubre 10, 2003): Los que fuimos dibujantes del Pollo Tejada, única revista humorística del puerto nortino donde tú trabajaste, también Percy y yo, ahí nos iniciamos y seguimos nuestra amistad aquí en Santiago y la continuaremos en el más allá. Mientras tanto, descansa en paz, que demuestra el humor que los caracterizaba.
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En nuestra revisión, hallamos este artículo que se refiere a estos tres hacedores. El texto in extenso, en Revista 14 de Febrero. 1954. Pág. 17:
Tres lápices antofagastinos triunfaron en la capital: Percy – Lugoze y Palooka. En la antofagastina residencial Banda de Santiago, nos reunimos en un almuerzo con los lápices triunfantes de tres muchachos nuestros: Percy – Lugoze y Palooka. (…)
otros dibujantes, una Academia de Dibujo y Pintura Libre. Palooka: Jorge Silva, esforzado dibujante que triunfó en Santiago. Hombre múltiple de La 3ª de La Hora y su jefe de publicidad. Tesorero del Círculo de Dibujantes Periodísticos y especializado en dibujo deportivo, que le dio el gran prestigio de que goza. Casado, 4 hijos: Ruth, 11; Jorge, 9; Carmen y Sergio de 2 y 3 años.
Lugoze: Luis Goyenechea Zegarra, 30 años, casado, dos hijos: Lucho y Alejandro, nacido por esos días. Conceptuado el segundo dibujante de Chile, después de ese genial Pepo que conocimos en los estudios de Topaze, en amable charla con Avelino Urzúa, el antofagastino Director de ese festivo semanario chileno.
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Percy: Percy Eaglehurst Ramos, 30 años, casado, dos hijos: Diana y Maureen. Profesor de dibujo del Instituto Nacional y del Pedagógico Técnico. Dibuja para La 3ª de La Hora y El Imparcial. Tiene una industria de banderines y estampados artísticos en género. Dirige, en compañía de
Las miniaturas de Palooka, oscilaban entre los 4 y 5 centímetros.
Carso. Carlos Sotomayor
En este recuento de los caricaturistas, no se puede dejar de mencionar a Carlos Sotomayor Orozco, Carso, que, tal vez, sin ser de la ciudad, colaboró de manera activa con folletos y otras actividades literarias emprendidas por el maestro Sabella. Falleció en Santiago, enero 14, 2003. Tras su deceso Las Últimas Noticias, indicó que,
era un talentoso dibujante y caricaturista, que trabajó en dicho medio entre 1960 hasta los últimos años de la década del 90. Su pincel y plumilla encontraban con precisión el rasgo que retrataba la identidad de cualquier personaje. Le correspondió hacer todas las ilustraciones de este diario en tiempos de la impresión tipográfica.
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Humor político
Su amistad con Sabella
Junto a otro antofagastino, Luis Cerna Alvarado –autor de la tira diaria Cuchepo, un cortadito, hombre sin piernas– publicó en la revista infantil Remolino. Su labor de apoyo como dibujante de contenidos educativos no impidió que creara un personaje de historietas llamado Chiloto. Como caricaturista político participó en Topaze, (década del 90), donde creó El Conde Gabriel. Alusión directa al político democristiano y embajador, Gabriel Valdés Subercaseaux. Carso, un dibujante de calidad.
culebra); Es mejor dar que recibir. (Un boxeador)…
Karlo, Carlos Fernández
Antofagastino. Nació en 1977. Diseñador gráfico y dibujante humorístico de oficio. Aquí se hizo caricaturista y dibujante de prensa en los diarios La Estrella del Norte, La Estrella del Loa y La Prensa de Tocopilla. En El Mercurio y en La Hora publica las tiras cómicas de Don Serapio, dibujos humorísticos donde resalta los valores de la tercera edad.
En 2009, se radica en Santiago, donde se abre paso en el comic nacional, publica través de RIL Editores, el libro Humorarte, selección de sus tiras cómicas subidas en el blog Karlo Humor. Karlo se define como más humorista que dibujante.
Es genial donde el Dr. Rendic ausculta la palma de La Mano del Desierto (1992), escultura de Mario Irarrázaval (1940; Premio Nacional de Arte, 1964), que se levanta en pleno desierto. Durante el 2008, edita y publica los cuadernillos Humorarte. Prevención con humor, donde se hace acompañar de los dibujantes Tey y Erwin Garay. En el Nº 1, Editorial, declara que publicó con anterioridad 6 números de una revista llamada Que Pa los años 2006-2007 (San Fondart). Los dibujos de Humorarte, así como las frases, de la que dejamos una breve selección, se caracterizaron por un especial humor: No soy un completo útil… por lo menos sirvo de mal ejemplo; La esclavitud no se abolió, se cambió a 8 horas diarias; Mi madre es una arrastrada. (Una
Gentileza Pinacoteca Andrés Sabella. Karlo. Dr. Rendic ausculta La Mano del Desierto, 1992.
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Llama
la atención que su línea está libre de toda carga
sarcástica y sus figuras están dibujadas con respeto y cariño.
Sus dibujos acuarelados se pueden observar en la colección de Pinacoteca Andrés Sabella.
la
En
No son de menos curiosidad los caprichos subrealistas presentados por Ferraro, con un poco de dureza todavía, pero muy lleno de ese mundo interior que es para todo ejecutante la mejor huella de esperanza.
necesaria vuelta atrás, no podemos dejar escapar a
algunos extranjeros que de paso aquí expusieron. sin mayores antecedentes, pero fechado en
Un recorte, 1919, Bellas Artes,
y que firma el seudónimo de Tartarín, sabemos de las
Otra curiosa mención que hace El Abecé, octubre 23, 1943, de la misma fecha que lo expresado para Ferraro, es la alusión a composiciones de un par de hermanos, que viven en el interior:
Esposiciones Crandford Smith i Price King… Se inició con la exposición pictórica de Crandford Smith, en el antiguo Hotel Edén, i a los pocos días se abrió la exposición de acuarelas de Miss Alice Price King, en el “Café Río Janeiro”. Ambas exposiciones han tenido un magnífico éxito… Tanto Smith como Miss Price King son de mérito indiscutible… En las telas de Smith vibra la luz i triunfa la diafanidad; las tonalidades limpias i armoniosas rebosan vida sana i optimista. Es el pintor del estío.
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Miss Alice Price King es menos vibradora i mas minuciosa i más serena en todos sus aspectos; ya sea ante las melancolías de los crepúsculos otoñales, ya ante los rayos ardientes y joviales de los días de sol que bullen como una vida inquieta. Estas dos interesantes exposiciones han mantenido, pues, en sincera deleitación a todos los espíritus cultos i de sentimientos estéticos de nuestra mui mercantilista i mui atareada ciudad…
Nos parece interesante que, desde aquellos años, en la prensa local, se deslicen comentarios sobre exposiciones pictóricas. Para la celebración de la Fiesta de la Primavera, octubre 1940, el comité organizador extendió el plazo de recepción, tanto de Prólogos (?) y Affiches. Se justificaba a petición de artistas de la pampa que no alcanzaron a hacer sus envíos. Párrafos anteriores comentaron trabajos del alumno Percy Eaglehurst. Liceano fue también el después poeta y narrador, nacido en Pampa Unión (mayo 30, 1921), (Luis) Nicolás Ferraro Panadés:
Llamaron la atención los trabajos enviados… por Pacífico y Vidal Mondaca, de Toconao. Se trasluce en ellos, una ansia de acercarse al color y a la forma, pero ausentes de toda dirección. Son artistas sin más maestro que su propia intuición. Su fuerza se expresa en ese cuadro Los llamos, que parecen golpes de pinturas, dados con maestría.
La edición viernes 22, crónica de Astica Fuentes, se deslumbra con el trabajo que observó de estos hermanos:
Pacífico y Vidal Mondaca, pintores intuitivos, autóctonos de Toconao y descubiertos por el escritor Manuel Durán Díaz. Sus obras tienen una infantil belleza que nos hace sin querer pensar en los candorosos primitivos italianos. De técnica rudimentaria, pintados sobre madera, con dibujo balbuceante y sin otros colores que los que la casualidad y la suerte les ha deparado en el aislamiento en que viven, estos dos maravillosos intuitivos, no debieran por ninguna razón recibir lecciones de escuelas ni academias. Son artistas puros, en la más extensa expresión del concepto. Arrancan de la naturaleza y de su sensibilidad lo mejor que es capaz de traducir sus espíritus. Como elemento documental la obra de estos es preciosa y nos habla de cómo en el fondo de los más apartados vallecitos cordilleranos, donde no llega ninguna manifestación, donde se vive como en los albores de la humanidad, florece el arte, el arte vivo, incontaminado y sin alarde.
De todas maneras, desconcertantes los distintos juicios de Astica.
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Vitrales de la Iglesia Catedral San José, Antofagasta7
González Pizarro, Waldo Valenzuela Maturana. 2009. Después
Nuestra Catedral está dentro del estilo NeoGótico y sus vitrales fueron diseñados y construidos por artistas y artesanos que trabajaban para casas especializadas en Francia y Alemania y que surtían las necesidades de los templos y mansiones privadas construidas a fines del XIX e inicios del XX.
exalta sus trazos por la presencia del contorno de las nervaduras del plomo
Durante el XIX los dos grandes estilos fueron el Neo-Clásico y el Romanticismo. El segundo brotó como rebeldía al primero, pero junto a ellos y a fines de siglo surgen el Realismo, el Naturalismo e incluso el Impresionismo como reacción, todos estos surgen en Francia y logran una dimensión internacional sin alcanzar a la arquitectura tal como lo fueron el Románico y el Gótico en su momento. El Naturalismo se circunscribe a lo que se ve, sin agregar ni quitar, pero en el caso de las escenas de los Misterios del Santo Rosario de nuestros vitrales el artista debió otorgarle una gran importancia a la composición ya que esta juega un papel fundamental al conceder a las imágenes una carga simbólica por su ubicación.
(propio
de la técnica del
vitraux), que sostiene cada placa de vidrio, que acentúa la musicalidad y une cada porción de color.
Un Fueron creados a comienzos del siglo anterior por la firma alemana Franz Maer en estilo Naturalista, Munich Style. Más detalles acerca de sus autores no fue posible obtenerla, la documentación desapareció con las peripecias de la segunda guerra mundial.
de la composición el dibujo es el elemento
más importante, el cual es cálido, envolvente, y
elemento de gran importancia dentro de la
Gótico y de igual modo en el Neo-Gótico fue el dibujo o diseño del drapeado (Modo o manera como caen, doblan o acomodan los paños que envuelven o cubren los cuerpos): en la ejecución de pinturas, vitrales y esculturas, que es el estudio y ejecución de la caída de los paños, telas y géneros en los trajes: túnicas, capas y mantos en el atuendo de los personajes. Fueran estos profetas, apóstoles, santos o personajes de la corte celestial o terrenal. composición del estilo
En de
el
Gótico
quiebres
ese acomodo se daba a través
geométricos
al
utilizar
líneas
rectas,
diagonales y quebradas en consonancia con el sentido de verticalidad del estilo, es cierto que estaba presente la curva, pero esta se daba majestuosa, en los grandes ritmos de los paños y no en los detalles.
En el Neo Gótico de fines del XIX y principio del XX poco se respeta esa solución e ingresa la línea curva en el tratamiento de la caída de los paños y exalta el
7 Vitrales de la Catedral de Antofagasta. Un patrimonio cultural. Editorial Arzobispado de Antofagasta. Textos: José Antonio
Gentileza Arzobispado de Antofagasta. X vitral: Jesús es crucificado y muerto. Fotografía de Lionel Godoy Zepeda.
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juego de concavidades y convexidades, humanizando el
con los
atuendo en consonancia con los cuerpos.
a mirar hacia lo alto donde la luz los transforma en
A
nivel de
los grandes estilos se ha pasado de la interpretación de
Dios. En éstos, el drapeado se soluciona a través de la curva, sin perder el rigor, el de la composición se humaniza. la trascendencia a la inmanencia de
Cada Misterio
del
Santo Rosario (que
es el gran
15 Misterios
del
Santo Rosario
nos invitan
destellos de piedras preciosas según la hora y el día.
Pero
si no lo podemos hacer, desgranemos las
cuentas del
Rosario
o de un modesto decenario
para contemplar orando los misterios de nuestra fe, mientras lo ejercemos y nos introducimos en el clima
tema que ilustran) se encuadra en el ojival de la
espiritual de cada
vidriera y la imagen interior doblemente enmarcada en
letánicamente nos acompañarán y depositarán en la
Gótica,
sequedad de nuestros corazones (a manera de gotas
la estructura arquitectónica de una catedral
Misterio,
recitadas
de rocío) la
ojival, estando siempre la escena o el personaje principal
interior, reconstituyendo el tejido del alma que tanto
bajo el arco central.
necesitamos hoy.
su ubicación en lo más alto
de la nave central de nuestra catedral, los vitrales
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de
Dios
Ave Marías
conformada por columnas y tres arcos de tracería
Por
Gracia
las
que restablecerá esa paz
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