Revista Porro y Folclor Edición especial abril 2021

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Edición especial. Abril de 2021

Escuela República de Panamá Aporte educativo al barrio El Coco

Cotidianidades en la memoria  de la Comuna 13 Fanny Pabón Restrepo Gestando desde la cultura una transformación social en la Comuna 13

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Porro y Folclor es una publicación de la Corporación Artística y Cultural Recreando Año 19/ Edición Especial/ Abril 2021 Director José Alonso Franco Londoño Comité editorial Luis Humberto Arboleda M Astrid Álvarez Muñoz Luis Fernando Avendaño Marcos Fidel Vega Seña Juan Pablo Ricaurte L Colaboradores Luis Humberto Arboleda Marcos Vega Seña José Alonso Franco Londoño Fotografía cortesía Corporación Full Producciones Corporación Festival del Porro Corporación Recreando Rocío María Montoya Muñoz Digitalizando el Pasado

Teatro Música Comparsa Talleres Artísticos Calle 42 NO. 104 - 62 / Tel. 2996419

Corrección de texto Marcos Vega Seña Luis Humberto Arboleda M Gerencia Astrid Álvarez Muñoz Diseño y diagramación Juan Fernando Criales M. Portada Vivienda antigua barrio San Javier Foto. Revista Porro y Folclor Composición por Juan Fernando Criales Impresión Distribución Digital Oficina en Medellín Cl 42 No. 104 - 62 revistaporroyfolclor@gmail.com www.recreando.com.co ISSN. 2248-4647

Contenido Editorial

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La voz detrás de la imagen

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Escuela República de Panamá Aporte educativo al barrio El Coco  Carnaval de La 13  Arte, Cultura y Vida de Resistencia  LA COMUNA 13

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Imágenes, Hechos y Realidades  Cotidianidades en la memoria  de la Comuna 13

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Fanny Pabón Restrepo Gestando desde la cultura una transformación social en la Comuna 13 Corporación Recreando 25 años de historia construyendo camino hacia la identidad cultural

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Porro y Folclor no se hace responsable de las opiniones y conceptos emititido por los autores. No compromete los criterios de los editores Todos sus artítículos pueden ser reproducido por otros medios impreso, siempre y cuando se cite su precedencia. Medellín, Colombia

crecreando@gmail.com www.recreando.com.co 3


Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Editorial Comuna 13: Imagen, hechos y realidades

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er la comuna 13 desde la visión de la gente, de sus pobladores, desde la cotidianidad, desde los líderes, desde las acciones, desde la historia… permite entender que más allá de la violencia en los barrios se tejen hechos y realidades que diariamente construyendo la memoria y el tejido social. En esta edición especial de la revista Porro y Folclor, le estamos dedicando escritos a quienes de manera permanente hacen de su trabajo, su vida y sus acciones un escenario para darle vida a la Comuna 13, le aportan a la transformación y hacen resistencia a los problemas sociales, económicos y culturales que hay en los barrios. Imagen que nos encontramos de manera permanente y no los sentidos, tratamos con ellos, pero su valoración es escasa, nos miran para decirnos que ahí están y sus palabras se van al aire para viajar por los rincones de la Comuna y quedarse en los rincones de la cotidianidad. Realidades que se pintan con el color de la vida y arte callejero que expresan en cuadros la realidad de sus pobladores; en las calles están y cada día en el rebusque, las ventas, las risas, las palabras, los abrazos, las manos… están presentes no importa si hay sol o llueve, porque lo único que buscan es que los veamos como parte la 13. Líderes como Fanny Pabón, actos festivos como El Carnaval de la 13, entidades como Recreando o la Escuela República de Panamá… por años han dado de todo para servirle a las personas, ser parte de la historia y la memoria de la Comuna, estar en el álbum de los recuerdos de quienes contribuyeron a la trasformación social y territorial de los barrios,

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están presente, trasegan en el diario vivir de los habitantes, en los sueños de quienes habitan la 13 y reconocen de su importancia, su valoración está en el corazón de quienes agradecen de sus aportes a la cultura, al arte, la educación… Olvidarlo es imposible, como piedra tallada permanecen en el historial y aunque muchas veces se ignoran viven en el territorio donde se han anclados. Esta es la oportunidad de reconocer los aportes a quienes por años han ayudado y le sirve a la Comuna 13, son parte de la transformación social y contribuyen con sus actos a la memoria de los barrios.

La voz detrás de la imagen

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l presente trabajo se deriva de un proyecto de investigación llevado a cabo con la Corporación Región y la Universidad de Antioquia. El propósito investigativo radicó en comprender los múltiples discursos de los jóvenes en torno a la creación de imágenes y los sentidos y significados que adquieren para su vida y el territorio. La voz detrás de la Imagen fue un proyecto que implementó una técnica de las artes gráficas aplicadas llamada Screen, cuyo propósito fue la creación de una imagen artística que quedaría plasmada en un textil, permitiendo develar sentidos y significados a partir de los imaginarios construidos de su territorio y la cultura, las experiencias vividas en torno a diferentes conflictos sociales y la configuración como sujetos políticos. Acorde a lo anterior este ejercicio se centró en la creación de imágenes que en primer lugar partían de la ilustración a mano alzada para, posteriormente, ser editada en un programa de diseño que, finalmente, se convertiría en un proceso de pre-prensa que daría lugar a la estampación de camisetas. El proceso se valió de una pantalla serigrafica como instrumento artesanal que posibilitará la creación, la expresión artística, la narración y la visibilización de actores de transformación en un territorio que ha tenido una historia marcada por la violencia, el olvido del Estado, la marginación y condiciones socioculturales complejas. Por tal motivo, la camiseta se convierte en

una expresión artística, en un escenario de resistencia, pero también de una voz de reexistencia a través de sus trazos y colores. La técnica, se convirtió en un puente en el cual emergieron discursos escritos como la construcción de narraciones, poemas, historias de vida, crónicas entre otros géneros discursivos. Allí se develó experiencias de vida de los habitantes de la vereda La Loma y la Comuna 13 de Medellín, cuyo contexto ha sido violentado por diferentes expresiones de conflicto, ejercidas por grupos armados legales e ilegales. Fueron las voces de unos jóvenes que deseaban reivindicarse como sujetos políticos, apropiados de un territorio

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia cuyos lugares han sido arrebatados. Como protagonistas de este ejercicio develaron ser sujetos reflexivos, críticos y transformadores de sus propios contextos, características de un sujeto político capaz de asumir un rol de liderazgo para alzar la voz frente a los escenarios impuestos y a los determinismos históricos a los que han sido sometidos. Ellos han demostrado un compromiso social y político, pues a través de diferentes manifestaciones artísticas, evidencian que son ciudadanos con derechos. Con el proyecto se permitió evidenciar varios asuntos:

1. Los jóvenes a través del arte han deconstruido imaginarios en torno a su condición generacional y como habitantes de la Comuna 13. Los símbolos utilizados en las imágenes son construcciones colectivas, propias de su territorio que expresan repudio, resistencia y una voz que manifiesta que allí, hay más personas que le apuestan a la paz y a la defensa de un territorio, que a la guerra y las múltiples manifestaciones de violencia.

2. El territorio adquiere sentido y significado a través de las imágenes y en los discursos escritos, puesto que en ellos se evidencia la construcción de una ruta de incidencia política, que han venido trabajando de la mano con

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diferentes corporaciones y colectivos de ciudad, que aportan a la resignificación de la vida y el territorio a partir de los derechos, esto hace que sus posturas y decisiones tengan argumentos, seriedad y validez en el contexto.

3. Las diversas manifestaciones artísticas posibilitan expresarse de manera creativa, colectiva y transformativa para las generaciones venideras. Este proceso de estampación dio lugar a la escritura de diversas narrativas, que en su mayoría fueron de carácter testimonial en el cual se cuentan experiencias vividas a modo de testimonio, de versión de hechos y de denuncia, es por ello que la mayoría de estos relatos se convierten en proclamaciones ante la sociedad. Allí la palabra tiene memoria y subyace un sujeto político. Otro de los discursos que emergen de las narraciones es el cultural, entendido como aquellos valores históricos, icónicos y simbólicos, que rememoran valores de sus contextos. De la mano con el discurso cultural, se inserta el social donde se toma en cuenta el contexto, a saber, los participantes, roles, propósitos, tiempo, lugar, género, edad y poder. Van Dijk (1997) plantea que “el discurso es, también, un fenómeno práctico, social y cultural” (p. 21). Por lo cual hay un sentido de sociedad que permite la construcción colectiva de un mundo mejor, con igualdad de condiciones y derechos; y por último, se halla un discurso político, que se da de manera verbal e icónica como forma de defender unos derechos colectivos.

Hay que mencionar además, que estas experiencias relatadas convertidas en narraciones, no tienen un discurso formal, ni palabras justas ni apropiadas, porque el dolor y la experiencia es algo que no se puede decorar, y es de libertad del sujeto contarlo de la manera más cómoda posible. Es por ello que la creación de las imágenes y los escritos han emergido de manera espontánea y creativa, pues el dolor no puede ser comprendido desde formatos y parámetros establecidos sino se ha experimentado los sufrimientos y las penumbras a las que han sido sometidas las personas. Allí es donde recobra valor la escritura como memoria intacta de la historia a través del estilo y las palabras empleadas por cada sujeto para tejer los relatos; las imágenes, posibilidad de pincelar y dar múltiples tonalidades a la creatividad.

Finalmente las imágenes y las narraciones son manifestaciones de memoria que se expresan desde la creación y el arte, pues esta debe ser conocida por todos los sujetos. La mayoría de jóvenes han sido testigos y algunos otros, herederos de la historia de la Comuna 13, pero cada uno de sus trazos y grafos han demostrado que esa historia puede tener otros tonos y pinceladas que ellos mismo pueden crear como una forma de torcer el destino. Fueron los mismos jóvenes quienes atribuyeron unos significados a ambas creaciones, a partir del modo como ellos interpretan e interpelan el mundo en el que habitan. Han construido significados a través del lenguaje y el arte como manera de relatar y posicionarse en la sociedad, es una manera de negociar y de darse a conocer en el mundo.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Andrea

Johan Esteban

Álvarez Ruiz

Carmona Monsalve

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uise estampar la mariposa que significa la libertad que nuestro territorio, libre de violencia y de todo acto vandálico, que nos impida a nosotros y a todas las generaciones poder expresarnos con libertad, poder dejar volar nuestros proyectos comunales de una manera sana y en paz, sin que las fronteras invisibles sean una barrera para nuestras socializaciones y el conocer a otros, que merecen participar por hacer de nuestros espacios, ambientes humanos. La rosa significa nuestro jardín, nuestra naturaleza que aun queremos preservar en la vereda La Loma, ya que la ciudad y sus proyectos de vivienda e industria han querido arrebatar lo que la madre naturaleza ha hecho de los espacios verdes. También el valor de la rosa nos representa como mujeres que no solo merecemos todo el cuidado y el respeto, sino también el hecho de que nuestras mujeres son personas con capacidades iguales que los hombres y que estamos llamadas a preservar nuestra naturaleza con el don de ser madres. Y por último la corona que significa el poder que tenemos los jóvenes del territorio para tomar nuestras propias decisiones y hacer de ella el espacio que queremos para la defensa de nuestros derechos como futuros moradores de la paz. Es por ello que a muchos de nosotros le gusta la música, una manera de disfrutarnos la vida y expresar lo que sentimos.

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“Las nubes grises también hacen parte del paisaje”

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oy Esteban Carmona y tengo 19 años, habitante de la vereda la Loma donde fui criado entre verdes montañas. Me considero una persona resiliente, y creo que es mi filosofía de vida. Tengo muy poca edad, pero considero que en mi vida he tenido que pasar por situaciones difíciles y adversas, donde tuve una crisis existencial que me ha cambiado completamente. El momento que más recuerdo, es un suceso que ocurrió en mi niñez, algo que nunca he olvidado a pesar de que haya hecho muchos esfuerzos para hacerlo.

Un día como cualquier otro, me tocó ver como la violencia de la ciudad toca mi vida; mi mejor amigo fue asesinado en la madrugada el 1 de Abril del 2010. Esto marcó mi vida, él representaba todo para mí, era mi amigo, confidente, hermano, concejero…. y para que describir todo lo que significaba. Es allí donde me consumo en la depresión. Solo me preguntaba ¿Por qué la vida era así? ¿Por qué todo era tan injusto? A causa de esto, sufrí una crisis existencial, donde la vida no valía nada, hasta llegar a tomar la decisión de terminar con mi vida. En

varias ocasiones lo intente, pero sin lograr el fin. Siempre he pensado que la familia se convierte en el pilar de nuestras vidas, pero desde que tengo conciencia, mi familia ha sido distante y rencorosa, lo cual ha propiciado en mí, motivos para haber querido tomar esta determinación. En este vagar por la vida, sin sentido y sin rumbo, conocí un grupo juvenil que trabajaba en el territorio, pensando en hacer buenas cosas por las personas. ¡Ellos realmente eran chéveres, y hacían cosas muy buenas! Un día me invitaron a participar de aquel grupo y conocer las diferentes actividades que realizaban. Al principio no iba, porque no sentía confianza, pero estas personas me acogieron de la mejor manera y justo en este momento sentí afecto. Me intentaron abducir grupos armados, pero estas personas del grupo juvenil llamado el Descontrol, me engancharon y ahí en ese momento me di cuenta de algo: que yo aún podía volver a sentir, que yo estaba vivo. Que era un ser lleno de amor y recibía amor. Me sentí salvado, con todo un futuro por delante y un mundo por descubrir. Años después, la fotografía llegó a mi vida por situaciones adversas y me capturo. Siempre he tenido una fotografía de mi gran amigo y sé que eso siempre estará en mi mente; pero también sé que la fotografía permite recordar y detener los mejores momentos del tiempo.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia Hace poco falleció la persona que más he querido en este mundo: mi padre y gracias a la transformación que tuve como persona, trato de seguir adelante sin decaer en pensamientos absurdos y sin sentido. Por eso, con la fotografía y con el grupo juvenil, he sentido que mi vida se ha transformado para bien, ahora me siento muy bien, soy una persona positiva y con muchos proyectos de vida

Laura Margarita Tobón

Imagen-Estampado: Mi imagen estampada es un conjunto de cámaras de todos los tipos, porque soy un enamorado de la fotografía; en el centro hay un obturador con la palabra territorio, que representa el detener el tiempo y recordar los mejores momentos que se pueden vivir en la vereda La Loma, especialmente por una foto que tengo de mi mejor amigo, el cual me lo arrebato la violencia. La fotografía le ha dado sentido a mi vida, representa volver a nacer, ser una persona resiliente, capaz de salir de todas las adversidades que se han puesto en el camino. Por último, está la palabra HUMALIEN, que significa humano y alienígena, y esto representa lo que soy como persona.

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e llamo Laura Margarita Tobón, desde que nací he habitado en mi territorio: La Loma. Me siento feliz de estar allí, los recursos que proporcionan tanto físicos como de su gente, me han enseñado que los lugares tienen un valor que no tiene precio y que aprovecharlos de manera responsable y respetuosa, hace de nosotros los habitantes, seres comprometidos con un mejor mundo. A pesar de las situaciones conflictivas que hemos tenido como territorio de disputas y violencia, nuestros líderes y jóvenes han luchado por rescatar y trabajar en la cultura como los espacios de las bibliotecas, colegios, espacios verdes, ríos y en toda la comunidad. La participación nuestra, es fundamental para crecer como territorio unido, libre de violencia y diferentes conflictos sociales. La cultura es fundamental para solucionar la problemática que nos abarca como sociedad, como sujetos hemos aprendido a utilizar esos espacios físicos de una manera recreativa, intelectual, artística, deportiva etc. que nos permita unirnos y fomentar líderes capaces de trabajar por un único objetivo y es el de hacer del territorio el mejor vividero de Medellín. Imagen-Estampado: “Mi Loma, mi territorio” La imagen representa esa vereda que siempre nos ha rodeado con sus verdes zonas, sus animales y campesinos labrando la tierra para obtener buenos cultivos; las quebradas puras que aún podemos gozar y que a pesar de que el territorio está dentro de la jurisdicción de la ciudad (Medellín), es un espacio verde que podemos disfrutar. Queremos que esto se conserve y que los niños tengan derecho a tener un aire limpio, donde gocen de sus espacios de manera libre y feliz. Cero violencias.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Sara Sofia

Carmona Henao

Diego, Emanuel y Santiago

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as fotos son para recordar, captan los momentos para siempre, hace que cuando uno los vea lo transporte en el tiempo y el espacio. Siempre que me siento a ver las fotos de mi abuela, me cuentan una historia maravillosa, que me gustaría vivir. Creo que esos tiempos son mucho mejor que los que estamos viviendo. Las fotos también transmiten sensaciones y sentimientos, por eso la imagen es importante en mi vida, capturar el instante me da una especie de estabilidad mental, de paz interior. Eso es lo que trato de hacer en mi territorio, de plasmar las imágenes más hermosas y los momentos más felices de todos los habitantes. Imagen- Estampado: El Renacer El esqueleto representa la muerte, el despojo de la carne dejándola completamente desnuda. Las flores, son el renacer de la esperanza que se da a partir de esos huesos. Significa que en mi territorio, las muertes han propiciado el pensarse la vida a partir de la experiencia de los que han vivido situaciones duras; renacer de los problemas y de todos aquellos muertos, para seguir viviendo y luchando por los sueños y por un territorio de paz.

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i nombre es Diego Armando Álvarez, nací el 26 de Diciembre de 1985 en la ciudad de Medellín, soy el menor de 2 hermanos los cuales vivimos aún en la casa materna ubicada en un sector donde se termina la urbe e inicia el campo, “La Loma”. Durante mis 32 años he residido en este sector, para muchos desconocidos, para otros sinónimo de violencia y rechazo, para mí… un territorio lleno de anécdotas, recuerdos, tradiciones y costumbres que se rehúsan a desaparecer por más que el mundo actual se lo proponga. Recuerdos, como los vividos a mediados de los años 90 cuando aún vivía el abuelo materno, esa figura paterna con la que crecí y tuve la fortuna de compartir, aunque poco tiempo. Esos recuerdos de un fin de semana sentados en la tarima, ese improvisado sillón escuchando historias y la frase que seguramente he escuché más veces por parte de él y que hoy en día aún se repite constantemente por los abuelos que aún viven en el sector “Todo tiempo pasado fue mejor”. De fondo, la tradicional música tropical (porros, cumbias…etc.) la cual llevaba en la sangre ya que pertenecía a la reconocida Banda Paniagua, así pasaron mis primeros años y mi niñez, jugando a las escondidas, haciendo aviones de papel, aprendiendo a construir mis primeras cometas y mis primeros globos de acuerdo a la época del año.

cara de lo vivido tradicionalmente en la familia, pues las costumbres de las personas no eran similares a estas con las que crecí en el hogar. Durante estos años, empezó a despertarse el interés por el trabajo con la comunidad, así fue como a través de la parroquia del sector empezamos con el proyecto del grupo juvenil, el cual estaba enfocado a ayudar con las labores de la iglesia, a reunir a los jóvenes del sector para así brindar una opción “sana”, una opción diferente a esa mala vibra que empezaba a asomarse y contagiar a esas personas con las que había pasado momentos de mi infancia.

Al finalizar la época del colegio y por razones de estudio y de trabajo, entre otras, decidí alejarme del trabajo con la comunidad. Decidí dar un paso al costado y dejar que nuevas personas aportaran nuevas ideas y otras formas de trabajo con la comunidad. Antes de cumplir mis 21 años, el nacimiento de mi hijo significó un nuevo cambio en el rumbo de mi vida, la felicidad mezclada con la responsabilidad y el deber de ser un padre ejemplar fueron el eje durante largo tiempo.

A medida que iba creciendo iban cambiando un poco las cosas, la escuela en el sector de Hace unos dos años aproximadamente, recibí la San Javier, el colegio en El Centro de la ciudad invitación por parte de alguien a hacer parte de iban cambiando un poco y mostrando la otra varios proyectos que se han venido trabajando

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia con la Corporación Región en el sector, fue una buena elección haber aceptado esa invitación, ya que de nuevo se despertó ese interés por replicar, por trabajar con quienes pueden llegar a ser vulnerables ante el conflicto que ronda nuestro territorio, lo mejor de esa decisión es estar acompañado por mi hijo, quien en este momento a sus 11 años ha participado activamente conmigo de gran cantidad de talleres, actividades y capacitaciones con el fin de transmitir esos conocimientos a las demás personas de nuestro territorio. Imagen-Estampado: Tradición y Familia Acá, donde se mezcla lo urbano con lo rural, donde aún se respira aires de campo, existe un pedacito de Medellín, existe un pequeño paraíso llamado “La Loma”. Esta es la vereda La Loma, donde siempre ha resaltado la verraquera y el empuje que han tenido nuestros viejos, esos mismos que labraron con sus propias manos los caminos por donde aún transitamos día a día, esos mismos quienes con el paso de los años han dejado a las nuevas generaciones esas herencias culturales y familiares con el fin de seguirlas prolongando en el tiempo.

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La música como patrimonio reflejado a través de una de las bandas más representativas, reconocidas y con mayor aporte a la historia artística de la ciudad “La Banda Paniagua”. De allí el gusto y afán por preservar esos ritmos musicales en nuestro sector: los porros, las gaitas, las cumbias entre otros. Por otro lado una tradición que ha reunido desde tiempos pasados y sigue reuniendo las familias de nuestro territorio, los globos de papel. Esta tradición ha sido durante muchos años la excusa perfecta para reunir a todas las familias del sector, a niños, jóvenes y adultos en torno al diseño, construcción y soltura de cada una de esas obras de arte hechas con nuestras propias manos principalmente en el famoso “Puente de Reyes”. De allí nació esta imagen, fue esa nuestra inspiración para transmitir a ustedes solo una pequeña parte de este legado que hemos recibido por nuestros ancestros, como habitantes de este territorio durante todas nuestras vidas.

Aida María Enriquez

“Una expresión diferente en mi territorio”

Cuando te conocí, me enamore de ti” eso fue en 1991, llegué y pensé que no dudaría mucho, pero a medida que sentía tu olor veía lo extenso que eras y todos las cosas que podía hacer contigo, me enamoré, soñé y en madre me convertí, vi crecer lo que más quiero y por ellas decidí intervenir más en ti, comencé a ver que otras necesitaban de ti, que creyeran en ti, que tuviéramos resiliencia por ti, que cambiáramos por ti, vimos que te teníamos descuidada y a veces abusábamos maltratando y acabando con todos los recursos. Por eso comencé a trabajar con otros jóvenes y personas que también estaban enamorados de ti, ellos tenían sus talentos y tú se los hacías resaltar más, cuando bailaban tu bailabas con ellos, cuando te fotografiaban, mostrabas tu mejor perfil o paisaje, cuando cantaban su música corría y retumbaba por todo tu cuerpo, cuando jugábamos sus risas se contagiaban en todo tus sectores y ¿sabes? Otras personas también llegaron y se enamoraron de ti y también comenzaron a caminar y transitar por ti y se llevaron tu imagen y la regaron por otros territorios para que conocieran que esta llena de cultura, música, baile y arte. Ahora te reconocen, aunque luchamos para que esa cara de tristeza y de desilusión se borre y aparezca esa que siempre tienes de felicidad, rumba y diversión.

Sentido y significados: Una expresión diferente en mi territorio La imagen es una representación del logo del grupo juvenil llamado “Descontrol”. El grupo surgió en el año 2006, y fue el sueño de un grupo de jóvenes del barrio de Bellavista, que pensando en el bienestar de las nuevas generaciones y en otras opciones de vida que involucraran la cultura y el arte, deciden conformar un grupo juvenil. El significado de la imagen es que las raíces: “Descontrol” se arraiguen por todo el territorio “La Loma”, de manera que represente un arraigo artístico en la vereda. Es una mancha de pintura que se convierte en raíces, a través de sus puntas. Estas se arraigan en el territorio que tiene la forma de la madre tierra. Eso es lo que se desprende del grupo juvenil llamado “Descontrol”

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Joselyn

Enriquez Grisales

“Ser alegre y compartirlo con los demás, es mi don”

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entidos y significados:

“La bailarina: el yo y mi mundo” La imagen representa tres aspectos fundamentales en mi vida y en mi territorio. La primera es la bailarina; ella es la representación más real de lo que quiero hacer en el futuro: bailar. Siento que esto me identifica, me nace hacerlo. El baile no solo son movimientos, es una expresión artística que manifiesta a los demás la libertad, la cultura de una región, la libre expresión, la felicidad de los niños y de la gente de mi barrio. El segundo aspecto se enfoca en una cámara; amo la fotografía y siento que por medio de ella podemos plasmar los momentos más felices de los seres humanos, pero también los más tristes. Pero son registros que ayudan a las nuevas generaciones a no repetir el pasado, pero tampoco a olvidar de dónde venimos y quiénes somos. Y el tercer elemento es el lente de la cámara, por donde se puede ver mi territorio, mi barrio, mis paisajes, el cual es el lugar más maravilloso en el que se puede vivir y disfrutar. Que a pesar de todo lo malo que se ha dicho de aquel lugar, hay más cosas positivas para rescatar que negativas, todo es cuestión de conocer y experimentar. ¡Una bailarina! esa soy yo sentada en un trípode de cámara, en el cual se basa mi vida y un lente en el cual se observa mi vereda, entre montañas y la ciudad: MI LOMA”

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David

Castaño Zapata

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e llamo David Castaño, nací en el 2 de agosto de 1997. Recuerdo mi infancia como un evento hermoso, donde recorría espacios entre jardines y árboles, junto con mis hermanos. Jugábamos, hasta tardes horas de la noche, esperando que mamá nos entrara con un grito que despertaba a todo el siempre pensaba en ese día que llegaran por mi hermano, o el día en que mi hermana muriera sector. por una sobredosis. Mi único refugio siempre fue las oraciones, los ruegos que suplicaba a un Siempre he sido muy inquieto y recuerdo que Dios, para que protegiera lo que quedaba de mi me volaba de mi casa, solo para ir a jugar con familia, y volviera a ser la misma de años atrás. varios amigos y mis hermanos me acolitaban, Pero cada vez la vida los llevaba por un camino siguiendo mis pasos. ¡Un evento de nunca peor, donde mi desesperación y mi sueño eran olvidar!. invadidos por malos pensamientos.

Con el transcurrir de los años, mi territorio se convirtió en un lugar de disputas, de violencia, de miedo, de intimidación. Nos hicimos jóvenes y todos estos conflictos sociales comenzaron a tocar nuestras vidas. Todos cogimos vías diferentes, mi hermana se sumergió en las drogas inducida por las malas compañías, que siempre la estaban involucrando en probar cosas nuevas; mi hermano fue obligado y reclutado por los vándalos del barrio. De un momento a otro mi vida se derrumbó, de los hermanos alegres, solo quedaban sus cuerpo ya decrépitos por las drogas y sonrisas falsas proporcionadas por un mundo ficticio e imaginado por las alucinaciones. Yo no era David, en mi mente rondaban malos pensamientos,

Tres años duro mi hermano en los grupos delincuenciales del territorio, hasta que un 28 de octubre del 2012, le arrebataron su vida de la forma más cruel. Solo pude decir “me lo mataron”. Tan solo con 17 años, su felicidad y sus proyectos de vida fueron arrancados por personas armadas, que solo reclutan y forman guerras por la plata, por el poder, sin importar que más allá de un hombre –objeto, hay una vida unos sueños que ellos cada día arrebatan. Sentí que mi vida no valía, que se habían llevado una parte de mí en aquella guerra idiota que suelen causar diferentes grupos. Destrozaron mis sueños, mi familia, mi mundo. Es un suceso que cada año recuerdo como si fuese ayer, justo la fecha en la que cumplo años, celebro aniversarios de la muerte de mi hermano ¡algo increíble! El tiempo se encarga de remediar las heridas, pero nunca borra esa cicatriz, por eso siempre pienso que aquel pequeño hombre me sigue protegiendo, donde quiera que este, a mí y a mi hermana. A ella también le dio

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia muy duro su muerte y creo que de algo le sirvió aquella experiencia, porque ha tenido la voluntad de estar en tratamientos para salir de aquel mundo absurdo. A partir de ese momento hemos querido salir adelante, juntos, superando todos los obstáculos que la vida nos ha puesto.

Escuela República de Panamá Aporte educativo al barrio El Coco

Por José Alonso Franco L

Imagen-Estampado: Me apropio de mi territorio La mano, es la de todas las personas que luchamos con ideales, para cambiar lo que ha sido nuestro territorio, una mano que enlaza varias cuerdas, tratando de arrastrar más personas a este proceso. Los verdes árboles y casas, representan a la vereda y los espacios verdes que aún tenemos; y los niños, significan el querer disfrutan de los espacios con libertad y tranquilidad.

Historia del barrio El Coco La historia de la escuela El Coco, está necesariamente ligada a la fundación del barrio del mismo nombre, quienes tenían que desplazarse a recibir la educación primaria hasta la escuela del barrio Robledo, ya que pertenecía a la jurisdicción de Robledo. Los primeros habitantes del barrio El Coco se ubica hacia finales del siglo XVIII y principios de XIX, cuando construyen sus viviendas de tapias en este paraje occidental de la ciudad y cuyos terrenos pertenecían a los hacendados Pepe Estrada y Pepe Sierra; la parcelación y venta de terrenos llevó al asentamiento de grandes familias que posteriormente fueron las fundadoras del barrio El Coco1. 1  El barrio El Coco se llama así hasta el año 1957, cuando se funda la iglesia Santa Rosa de Lima, por petición del Párroco Ernesto Estrada Vélez le cambia su nombre original hasta la actualidad

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“Leí muchos libros, Leí tanto tanto Que al fin se cansaron de hacerlo mis ojos” Canción Para que los libros. Dueto de Antaño

“Los primeros habitantes son originales de la ciudad (por ejemplo, Don Anastasio Álvarez, Don Jesús Maya, los Paniagua), posteriormente se asentaron las familias Álvarez, Paniagua, los Ossas, los Pulgarín, los Sierras y demás familias que poblaron el barrio… En El Coco existían haciendas grandes e importantes como la de Juan de la Cruz Escobar, Jesús Anastasio Álvarez, Manuel Ossa, Pepe Sierra, Ricardo Saraz, Tomas Paniagua, Ramón Álvarez (Ramoncito), Luis Carlos Montoya, Francisco Pulgarín, Leónidas Vélez y Jesús Franco”2

Los primeros pobladores de El Coco, se dedicaban a las labores de siembra de maíz, frijol, casa de azúcar, la molienda de café, 2  Franco Lodoño, José Alonso. Historia de la Iglesia Santa Rosa de Lima. 50 años de evangelización. Pp 10

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia trapiches, elaboración de tejas y adobes; otra parte realizaban sus trabajos en empresas como el ferrocarril de Antioquia, las recién creadas industrias de gaseosa, fábricas de tejidos, entre otras; y una minoría sacaban arena de la quebrada La Iguaná, las mujeres por la falta de acueducto lavadaban la ropa en las quebradas La Mina y La Pelahueso. El Coco, cuyo nombre se le debe al señor Juan de la Cruz Covaleda, por su semejanza a un paraje existente en el municipio de Segovia, fue poblado por familias enteras que se expandían por las laderas de este territorio occidental de Medellín, un sector del barrio cuyas familias fue los Álvarez provenía de Robledo, una vez que la quebrada la Iguana por una creciente destruyo sus viviendas.

En los terrenos de las familias fundadoras del barrio los cultivos eran de uso familiar y algunos para la venta en la plaza de mercados de Guayaquil, también estaban ubicados tejares, sitios de encuentro y diversión, haciendas y grandes extensiones de cañaduzales; sus habitantes tenían que desplazarse hacia el barrio Robledo, para recibir la formación primaria y religiosas, además de enterrar sus muertos en el cementerio ubicado cerca al barrio El Pesebre. Inicios de la escuela El Coco En relación a la creación y fundación de la escuela El Coco, que se convertiría en el sitio de formación para los habitantes de los barrios Santa Rosa de Lima, Alcázares, Pradera y Metropolitano, María Rocío Montoya sostiene:

Así los habitantes dan el primer paso de fundar en la parte alta del barrio, ubicada en los terrenos de propiedad Arcadio Zapata, quien se lo vende al Municipio de Medellín, levantan los primeros muros para darle vida a la Escuela, donde se impartirían la formación educativa a los niños y niñas de El Coco, con esto se evitarían desplazarse a la Escuela Mariscal Robledo y a la América. La unión entre los habitantes de El Coco, quienes ven la necesidad de que sus hijos contarán con una escuela cercana a sus viviendas, le dan el primer logro, contar con una sede educativa para impartir la formación en primero y segundo, las cuales se daban en dos aulas construidas en tapias. Allí se les enseñaba a los niños y niñas las áreas de matemáticas, gramática, ortografía, ciencias naturales, higiene y geografía de Colombia.

“La escuela del Coco fue fundada en febrero del año 1921, a petición de los señores: Ricardo Saraz y Gabriel Hoyos, al Sr. Ministro de Educación Miguel Oregón, llamado el padre de la profesión en el año 1920. En esa época era presidente de la República Marcos Fidel Suarez y alcalde de Medellín el señor Ángel María Echavarría. Por ese tiempo estudiaba la segunda generación del barrio (El Coco) y su primera directora era la señorita Rosaura Zuleta. Empezó con 98 alumnos: 55 niñas y 47 niños, en la casa del señor Ursuga se levantó la primera acta de la escuela: Casa familiar de tapia, un corredor amplio dos piezas grandes y al extremo la cocina, este lugar fue ha condicionado en vivienda para el celador, a condicionaron dos aulas para comenzar las clases, que eran de dos grados: Primero y Segundo Elemental. Este lugar gozaba de un buen terreno que era aprovechado para los alumnos para sus siembras”3.

La anterior afirmación sostiene que la escuela El Coco funcionaba antes de ser ubicada en los terrenos de la finca de la familia Ossa, además de ser sostenida por la comunidad, García lo reitera: “… sus profesoras esta doña Lorenza Yepes de Álvarez y doña Eugenia Ossa de Paniagua esa escuela era sostenida por la comunidad, aunque no era del barrio se familiarizó con las gentes… la primera profesora enseñaba en segundo de primaria y la segunda hasta tercero, en esa época no había jornada continua, sino que se estudiaba de 7 a.m. a 11 a.m. y de 1 a 5 de la tarde…Mucho tiempo después trasladaron la escuela donde hoy es la escuela República de Panamá”5

Paso de la escuela El Coco a la República de Panamá Dado los primeros pasos de enseñanza primaria (primero y segundo) y la demanda por el aumento de la población infantil en el barrio, el municipio de Medellín le da vía libre a la

Foto. https://www.flickr.com/photos/digitalizandoelpasado/

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“En una de las ocho casas que figuraban en la parte sur-occidental del barrio, se dictaban clases elementales, cuya profesora se llamaba Justina Álvarez, esposa de Don Baltazar Saldarriaga, los alumnos después de cumplir cierto ciclo viajaban a complementar sus conocimientos primarios a la escuela de la América que también era rural, algún tiempo después se trasladó a la otra casa… ”4

El crecimiento y desarrollo del barrio El Coco, por la expansión de las familias a lo largo y ancho de su territorio, y la llegada de nuevos habitantes que compraban terrenos para construir viviendas, lleva a que el municipio de Medellín, con la gestión de los líderes del barrio, construya la Escuela en el lugar donde actualmente se encuentra, con mayor comodidad y dotación, asignándole recursos y profesores de planta.

Rocío Montoya con sus compañeras de La Escuela El Coco en Santa Rosa de Lima. Entre ellas: Martha Tejada, Estela Montoya, Amparo, Nélida y Marina Zea.

3  Montoya Muñoz, Rocío María. El barrio El Coco. Mis memorias. Pp 178

En torno a la fundación y constitución de la Escuela El Coco, Valerio García, sostiene:

Alicia Saraz Foto. Revista Porro y Folclor

4  García Murillo, Valerio. Monografía del barrio Santa Rosa de Lima. Pp. 9 5 Idem.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia ampliación de la escuela para cubrir más grados y población. En relación al cambio de nombre, Ricardo Saraz (Cando) un líder del barrio El Coco, cuyos padres fueron Ricardo Saraz y Susana Gaviria fundadores del barrio y cuya familia tuvo gran incidencia en el futuro y desarrollo de este, manifiesta que el cambio se da por la separación de Panamá de Colombia6, en su homenaje: “… Eso fue un convenio del marido de Eva (fue profesora de la escuela El Coco en sus inicios), que trabajaba en la gobernación de Antioquia, un visitador de escuela, entre ese señor y el municipio de Medellín le pusieron República de Panamá, en homenaje a Panamá que pertenecía a Colombia…”7

Rosa Arroyave en la hora del cuento Escuela Panama. 2007 Foto. Rosa Arroyave

Una vez logrado el renombre de la escuela, y darle la importancia de que el barrio tuviera un lugar de enseñanza de las primeras letras y grados, y evitar con esto el desplazamiento 6  El cambio de nombre de Escuela El Coco a República de Panamá, se realiza en el año 1935, Fecha dada por Ricardo “Cando” Saraz. 7  Saraz, Ricardo. Entrevista realizada por José Alonso Franco L. 10 de enero de 2002

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de los niños y niñas al barrio La América, ya que tenían que caminar por mangas y cruzar las quebradas Pelahueso y la Hueso, con los riesgos que esto conlleva; se hace la gestión para aumentar las aulas de clase y profesores, y poder impartir otros grados de primaria. Sobre el tema de la expansión y construcción de la escuela, García manifiesta: “Ya en el año de 1950 adicionó el resto de la escuela en el mismo terreno que adquirió del señor Zapata, en petición de la comunidad y cuya obra se hizo por administración. El pensum de nuestra Escuela República de Panamá se relaciona en lo siguiente: dos preescolares con 60 niños… primero, segundo, tercero, cuarto y quinto”

El esfuerzo y la dedicación de los líderes y las familias habían obtenido sus frutos, el municipio de Medellín les construyo y le amplio la Escuela República de Panamá, ampliando la oferta educativa a diferentes grados de primaria, se contaba ahora con profesores que dictaban diferentes materias, los niños y niñas asistían a las clases en las jornadas de la mañana y en la tarde. El desarrollo social, económico y territorial del barrio Santa Rosa de Lima contaba con escuela, iglesia, Junta de Acción Comunal, entre otros sitios; además del crecimiento de su población a lo largo y ancho del territorio de este sector de Medellín. Lo que llevó a aumentar la demanda por nuevos cupos escolares en la República de Panamá, así tomaba la importancia para la formación oficial y educación que cubría no solo al barrio Santa Rosa de Lima, sino que otros barrios se beneficiaban del proceso formativo de la Escuela. La Panamá centro de desarrollo educativo del barrio A medida que el Santa Rosa de Lima crecía en habitantes y se fundaban otros barrios como Los Alcázares (década de los años 50), Metropolitano (en los años 60) y La Pradera, la

Kinder de Alicia Saraz. 1970 Foto. https://www.flickr.com/photos/digitalizandoelpasado/

escuela Panamá tomaba su importancia en la educación primaria, los niños y niñas acudían para recibir la formación, en conjunto con otras escuelas cercanas como la Clodomiro Ramírez, la Jorge Ortiz, la Cristóbal Colón, la Santa Lucia, la Mariscal Robledo, entre otras; una vez terminada la formación básica primaria los habitantes de este sector debían continuar su formación secundarias a colegios de La América, Robledo o San Javier. En las entrañas del barrio Santa Rosa de Lima una líder impartía las primeras letras a los niños del barrio, con poca formación académica y profesional, Alicia Saraz que por años impartió lo formación religiosa en la iglesia, se dio a la tarea de fundar el primer Kínder del barrio y darles las instrucciones educativas a los niños y niñas de El Coco. “Los sábados en la tarde en la casa de los Álvarez, Alicia les enseñaba el catecismo a las niñas y niños del barrio, montaba comedias con Chucho La Bruja, Ramón y Arturo Pabón y Chila… el 6 de febrero de 1968, el padre Luis Arbeláez le ofrece uno de los salones de los bajos de la iglesia para que trasladara su Kínder con todas las garantías y el espacio necesario. Así comienza a dar las primeras letras y lecturas a los niños y niñas del barrio El Coco”8. 8 Franco Londoño, José Alonso. Historia de la Iglesia Santa Rosa de Lima. Pp 155

El papel que juega Alicia Saraz en la formación y educación de los niños y niñas del barrio fue clave, porque les enseñaba a leer, escribir y realizar operaciones básicas de matemáticas, por sus manos pasaron profesionales del barrio y les impartía una formación integral. Pero además de las iniciativas personales de líderes como Alicia Saraz, también estaban las ideas de otros que deseaban que el barrio contara con un colegio con el fin de que los habitantes de los barrios Santa Rosa de Lima, Los Alcázares, Pradera, Metropolitano y Santa Lucia, y así continuar con su proceso formativo y educativo. Los líderes en cabeza de la Junta de Acción Comunal del barrio Santa Rosa de Lima, y ante la creciente demanda por educación secundaria, realizan ante la administración municipal y el Concejo de Medellín, la remodelación y ampliación de la Escuela República de Panamá y la construcción de un liceo o colegio en unos terrenos que tenía el Municipio en el barrio Los Alcázares; sobre la creación del Liceo Santa Rosa de Lima, García, hace referencia: “El Liceo Santa Rosa de Lima fue creado por ordenanza 33 de 1968 presentada por los señores diputados Jorge León Ramírez y demás

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia comisión; comenzó a operar en los sótanos de la iglesia Santa Rosa de Lima, siendo el primer rector don José Gómez, oriundo de la ciudad de Bello (Antioquia) años 1970 al 71, luego por una emergencia de situación locativa fue trasladado a la escuela República de Panamá en jornada continua… ya era entonces el doctor José Feliz Mesa el nuevo rector, los profesores de esa época eran, el padre Vieira, doña Consuelo, Señor Andrés, Luis Alfredo Londoño Garro entre otros…”9

Dada la insistencia de contar con un liceo en el barrio y la necesidad de formar los jóvenes cerca de sus viviendas, para evitar el desplazamiento a colegios de La América, San Javier o Robledo, le municipio concede el permiso de la construcción del Liceo en este lugar, en el año 1975 inicia su construcción, pero no avanza porque el contratista se declara en quiebra y los trabajos suspendido.

una formación que ayudo a cambiarlos y ser profesionales para Medellín y el país. En sus cumpleaños están vivos las glorias, triunfos, satisfacciones y sacrificios de profesores, directores, maestras, alumnos, padres de familias, líderes y familias del barrio Santa Rosa de Lima que dieron todo para que la República de Panamá fuera una escuela referente para la ciudad, su historia demuestra que no fue en vano y seguirá en los corazones de quienes tuvieron la dicha de pasar por sus aulas y recibir sus conocimientos y saberes.

Carnaval de La 13 Arte, Cultura y Vida de Resistencia Por Marcos Fidel Vega Seña

“Vamos niños a la escuela que ya empieza un nuevo día. Tienes el derecho de crecer y de estudiar. Vamos niños adelante caminando hacia la vida, tienes el derecho de aprender y de soñar…” A la escuela. Alejandro Lerner

Al encontrar el inconveniente de la no construcción del Liceo, la Escuela República de Panamá sigue su labor educativa de primaria, Referencia bibliográfica implementando su formación a niños y niñas de • Franco Londoño, José Alonso. Historia de los barrios Santa Rosa de Lima, Los Alcázares, la Iglesia Santa Rosa de Lima. 50 años de Metropolitano, Pradera y Juan XXIII, con alta evangelización. 1ª Edición. Editorial Trama. calidad educativa y humana. Octubre de 2007 Posteriormente la Escuela es anexada al Colegio Santa Rosa de Lima, así los estudiantes podían seguir su formación secundaria en esta institución, pero la violencia y la construcción de nuevas escuelas en barrios cercanos, lleva a la disminución de la demanda en la República de Panamá. Sus años de vida educativa, de ser el centro en los procesos formativos de este sector de Medellín, marco una historia y contribuyó a mejorar las condiciones de vida y bienestar de la ciudad y del barrio. Aunque sigue prestando los servicios educativos, en las aulas, patios y salones están vivos la alegría, conocimientos y saberes de miles de mujeres y hombres que por años recibieron

• García Murillo, Valerio Antonio. Monografía del barrio Santa Rosa de Lima. Medellín. S.d. • Montoya Muñoz María Rocío. El barrio El Coco. Mis Memoria. Editorial Artes y Letras S.A.S. Abril de 2017 • Saraz Gaviria, Ricardo Antonio. Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño. 10 de enero de 2002

José Alonso Franco Londoño. Docente, investigador y director de la revista Porro y Folclor, gestor cultural

“Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven, pues el carnaval está hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval no hay otra vida que la del carnaval. Es imposible escapar, porque el carnaval no tiene ninguna frontera espacial. En el curso de la fiesta sólo puede vivirse de acuerdo con sus leyes, es decir de acuerdo con las leyes de la libertad. El carnaval posee un carácter universal, es un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los que cada individuo participa. Esta es la esencia misma del carnaval, y los que intervienen en el regocijo lo experimentan vivamente” (Mijail Bajtin)

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os inicios de la década del 2000 fueron duros y dolorosos para la comunidad que habitaba (pues hubo desplazamiento) y la que aún habita la Comuna 13, San Javier. La Operación Orión marcó para siempre el destino de una población que se vio vulnerada y atacada en sus mínimos derechos sociales. Sin embargo, en el marco de ese panorama, esos habitantes decidieron levantar la bandera de la resistencia con lo mejor del espíritu humano: el arte y la cultura. Entre los años 2006 y 2007 nació una propuesta de alegría y colorido que infundió esperanza en una colectividad que aún no cierra las heridas de la barbarie. El Carnaval de la 13 se consolida en 2007 como reconocimiento e intervención del territorio, mediante la lúdica, el teatro, la danza, la música, las comparsas y las artes circenses, entre otros espectáculos.

9  García Murillo, Valerio. Monografía del barrio Santa Rosa de Lima. Pp 25

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia Este evento es una forma de apropiarse de los espacios públicos de los barrios de la Comuna; además, es una acción colectiva de las organizaciones culturales y artísticas para romper las barreras invisibles existente en la zona, aquellas impuestas por los grupos armados. En ese sentido, el Carnaval muestra, crea, forma, proyecta, promueve y rescata la cultura del arte callejero como medio de disfrute para el bien colectivo. Revindica la calle como escenario para la formación lúdica, con montajes callejeros y creativos de los artistas de la zona. Representa una acción colectiva de los grupos, gestores, artistas y organizaciones que se unieron para decirle al mundo basta de violencia: queremos la alegría de la vida y la paz que genera el arte. Es una fiesta llena de colores, vida, música, maquillaje, zancos, comparsas y danzas, que lleva a las casas un arte convertido en vida, en

resistencia y en pervivencia; se levanta contra esos rezagos de horror que aun asoman sus tentáculos en este y otros territorios de la ciudad y el país. El Carnaval de la 13 es un gesto noble; es un acto de convivencia como lo describe Bajtín: “un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los que cada individuo participa” Por más de dos horas el dios Momo se toma las calles de la Comuna y convierte el jolgorio en la única regla válida. Desfilan en éxtasis colectivo las marimondas, los tótems, mitos, leyendas, los gallinacitos, en fin, una tropilla de risas, música y alborozo. en un arte callejero hecho y construido por los artistas, no solo de le zona sino de distintas partes país, que se han sumado a esta iniciativa. Es la reivindicación de la cultura como factor de resistencia ante los hechos de violencia que aquejan a estas comunidades.

Carnaval de la 13, Medellín Foto. Corporación Recreando

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como fundamento de su propuesta. De esta manera, es un evento que reivindica la calle como espacio de formación, creación de público, unión, proyección y solidaridad entre artistas y comunidades, no solo de la13 sino de la ciudad y del país. Las Guacamayas, como logo que identifica el Carnaval de la 13, significa eso: diversidad, pluriculturalidad, respeto y alegría, sustento de un evento que desde su acción con las comunidades trabaja, crea, proyecta y expresa en los montajes de los grupos participantes su riqueza cultural. Carnaval de la 13, Medellín Foto. Corporación Recreando

Un carnaval desde la base El Carnaval lo organizan, lo administran y lo protagonizan las organizaciones artísticas y culturales de los barrios. Por ello, durante su desarrollo realizan acciones pedagógicas y de formación en temas relacionados con comparsas, maquillaje, marotes, máscaras y otros procesos creativos, que luego son llevados a los montajes callejeros. Su calidad artística es expresada en esos montajes por cada agrupación que presenta así en el desfile central su riqueza técnica, teatral, escenográfica, lúdica e histriónica. En ese orden de ideas, el Carnaval se ha dado el lujo de tener en sus representaciones al Carnaval de Barranquilla, con la Escuela de Danzas Folclóricas Palma Africana y las Danzas Mónica Lindo; el Carnaval de Pasto, con la Fundación Ayawaska; Bogotá y Riosucio se han hecho presentes con el Grupo Ex-Tradición y la Corporación Carnaval de Riosucio, respectivamente- Esto ha llevado a otras dimensiones la calidad del Carnaval de la 13. Por eso, desde hace varios años el Carnaval se ha venido consolidando como un evento que identifica a la Comuna 13; reúne a los artistas teatrales, callejeros, danzarines y actores en un espacio abierto para el disfrute de la población; incluye la formación, la proyección, el intercambio y la investigación

Carnaval de Negros y Blanco en el Carnaval de la 13 Foto. Corporación Full Producciones

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia Durante estos años el Carnaval de la 13 ha desarrollado propuestas creativas como: Talleres de formación en Carnaval con la Conversatorios sobre los carnavales en construcción de máscaras, maquillaje y Medellín y el país, un espacio de reflexión y montajes colectivos que fortalecen las retroalimentación para fortalecer los lazos de propuestas creativas de las organizaciones de unión e intercambio con otras expresiones carnavalesca de Colombia la Comuna. Intercambio cultural con experiencias exitosas Exposición fotográfica y de máscaras, espacio de Colombia, y que hoy son declaradas como de sensibilización y difusión del Carnaval patrimonio cultural e inmaterial del país y para que la Comuna lo conozca, participe y del mundo. Por ello, se han visitado y traído generar lazos de unión sobre el evento. expresiones culturales y montajes de los Son tomas de espacios en los barrios que carnavales de Riosucio (Caldas), Barranquilla ayuda a crear público en torno al Carnaval. y Pasto; además de de Chocó y Bogotá. Eso ha servido para fortalecer al Carnaval de la 13 y proyectarlo a otros niveles. Desfile de Carnaval donde participan más de 30 comparsas de la Comuna 13, de la ciudad y del país. Así ha mostrados la diversidad en los procesos creativos y artísticos de cada uno. Estos procesos se toman las calles con su arte callejero y fiestero para transformar los barrios en un acto cultural: es una manera de recuperar del tejido social.

En estos 14 años, el Carnaval de la 13 ha logrado reconocimientos como: Estímulo para el apoyo a eventos concertados de la Alcaldía de Medellín en los años 2015 y 2017 Programa de Concertación del Ministerio de Cultura en 2015 Presupuesto Participativo 2010 a 2017

Colaboración de organizaciones de la Comuna 13 como: Corporación Festival del Porro, Corporación Corapas Corporación Sal y Luz Biblioteca Centro – Occidental de Comfenalco Biblioteca de San Javier Junta Administradora Local de la Comuna 13, Corporación Culturarte de la Comuna 12 Cooperativa Confiar Corporación Full Producciones

Carnaval de la 13, Medellín Foto. Corporación Full Producciones

El Carnaval de la 13, como atributo es eso que Bajtín considera: “un carácter universal, es un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los que cada individuo participa. Esta es la esencia misma del carnaval, y los que intervienen en el regocijo lo experimentan vivamente”. Así lo experimentan los habitantes de la Comuna 13 y todos grupos, artistas y colectivos que se unen a él ¡Qué siga la mojiganga contra la violencia y por la vida en la 13!

Marcos Fidel Vega Seña. Comunicador social, periodista y magister en educación de la Universidad de Antioquia

Carnaval de la 13, Medellín Foto. Corporación Full Producciones

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

LA COMUNA 13 Imágenes, Hechos y Realidades

Cachibaches barriales Foto. Revista Porro y Folclor

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er la Comuna 13 desde otra visión, desde la imagen y los hechos que cada actor hace de manera cotidiana y permanente en las calles y lugares de cada barrio, es mostrar la realidad social, económica, comunitaria y familiar de cada ciudadano y su lucha por salir adelante pese a las dificultades. Las fotografías son el reflejo de los hechos que representan la vida de los habitantes de la Comuna 13 y como desde su cotidianidad pretenden aportarle al cambio de su barrio, a la transformación del territorio, pero también es el rebusque. El lente expresa realidades de la Comuna que son normales y jamás se resaltan como parte importante de esa otra vida y los actos que se tejen en las calles. Los cachivaches, el rebusque, las ventas callejeras, la solidaridad… muestran parte de la imagen de la Comuna 13 diferente a zozobra, al miedo, al terror, a la muerte… es la realidad hecha desde el hacer de los habitantes, de quienes luchan por lograr sobrevivir en un país excluyente y con pocas oportunidades laborales. Hechos, realidades que construyen una imagen de la Comuna 13 desde el ciudadano común y sin protagonismo.

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Flores de mi pueblo  Foto. Revista Porro y Folclor

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Frutos y ventas de mi pueblo  Foto. Revista Porro y Folclor

Confites, galletas a la orden  Foto. Revista Porro y Folclor

Metro venta del pueblo  Foto. Revista Porro y Folclor

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Mi gente Latina sin escaleras electricas, diversidad Foto. Revista Porro y Folclor

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Flores, confites, cachibaches y otras cosas  Foto. Revista Porro y Folclor

Teléfono natural y ambiental  Foto. Revista Porro y Folclor

Ventas de ramas y remedios naturales  Foto. Revista Porro y Folclor

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Descanso a la ardua Labor Foto. Revista Porro y Folclor

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Panorámica de La Independecia 2 Foto. Revista Porro y Folclor

Un descanso por tantas ventas  Foto. Revista Porro y Folclor

Tienda verde  Foto. Revista Porro y Folclor

Historia patrimonial de la 13  Foto. Revista Porro y Folclor

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Una ayuda humanitaria  Foto. Revista Porro y Folclor

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Cotidianidades en la memoria de la Comuna 13 Por Humberto Arboleda Monsalve

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Esta es la 13 …las casitas de tabla son llamadas invasión, el barrio cambió su nombre por Operación Orión. ¿Qué recuerdan de la 13? Plomo de arriba pa’ bajo no recuerdo el lugar ni el dolor que esto les trajo. Pero, claro, no hablan sino las cosas malas; en vez de mostrar artistas muestran cocas de bala. SK–Lones

n uno de los relatos que sobre la Comuna 13 se han producido en estos últimos años se hacía mención a la fuerte presencia en ella de la cultura Hip Hop, en la cual muchos jóvenes encontraron un referente propicio para ponerle horizontes a sus sentires de mundo y a los padecimientos de sus comunidades; por ello, según el relato a que se hace mención, no es extraño percibir de tanto en tanto ese desliz de los dolores de calle hecho poesía…1 En su momento estos jóvenes, con sus líricas y presencia en las calles de la Comuna, ejercieron resistencia a los regímenes que se impusieron tras los operativos militares que durante 2002 se llevaron a cabo en este sector de la ciudad, refrendados con un cierre mediático y atroz: la Operación Orión, germen de inseguridades plantado en el laberinto de la seguridad democrática. Tal actitud de los 1  “Para narrar el hip hop en la ciudad de Medellín… hay que sumergirse en el barrio, transitar por espacios poblados de historias, y contar otras versiones diferentes a las que divulgan los medios masivos de comunicación. Luego, reconocer a los protagonistas de este relato, los raperos o mc que tienen una historia que cantar, pues han estado sumergidos en una ‘realidad’ que logran reelaborar gracias a los elementos estético-artísticos propios del hip hop.” En: Garcés Montoya, Ángela, Narraciones de Barrio. Una mirada al Hip hop desde etnografías urbanas. https://www.academia.edu/30993464/Narraciones_de_Barrio_Una_mirada_al_Hip_hop_ desde_etnograf%C3%ADas_urbanas?auto=download --- Cons. 26-02-2021

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Hopper costó la vida a muchos de ellos, pero su presencia sigue dentro de las calles, en los colectivos que no cesan de promocionar sus líricas y ritmos, en las tarimas del graffitour, desde las que saludan a la buena cantidad de turistas que llegan a la Comuna 13 en busca de un paseo por las escaleras eléctricas. En fin, que podríamos referir a ellos como a una especie de sitieros nómades que reacios a abandonar sus barrios de origen, se dedican a recrearlos y transmitir sus dinámicas –logros y anhelos- al mundo. Con respecto a la época a que nos remite el inicio de este relato, principios del siglo XXI, nuestras miradas –tanto las de los habitantes de la Comuna como las de los de fuera- han estado congeladas ante los acontecimientos de la Operación Orión y sus efectos, en una especie de elaboración del duelo que, a contravía, pareciera invitar a sumirse en dolor y rencores mientras el mundo, al palpitar vida, invita a retos de justicia, es decir, a cable en tierra en pos de construir y difundir lo aquí acaecido, a no garantizar cabida al olvido. Para ese entonces, precisamente, un hombre recién liquidado de la empresa lechera Colanta pasaba en su taxi y se le ocurrió alquilar un local a dos cuadras de la estación del Metro de San Javier –frente al depósito El Clavo-. Estaba aburrido con el taxi y probó suerte, nos dice, con la venta de comida. Al indagarle si no le dio temor arriesgarse en un sector que sufría duros problemas de orden público por entonces, nos respondió que “…vine a trabajar y por esos días estaban haciendo el Metrocable entonces le vendía almuerzo barato a todos esos trabajadores…” Don Edgar Zapata sigue ahí con su restaurante dando empleo a 6 personas de la Comuna y prestando sus servicios a buena cantidad de personas que trabajan en el comercio del sector. Caso similar al anterior es el de Sandra Restrepo, habitante de toda la vida de la Comuna, que decidió cumplir su sueño de administrar una fonda caminera dentro de la 13 y ahí la tiene,

Casas Viejas, contigua al parque San Javier. Decorada con los aditamentos propios de cualquier fonda, ofrece desayuno, almuerzo y comida a trabajadores del comercio del sector. Vecino a ella están los billares de San Javier, que con alrededor de una docena de mesas presta hace 15 años sus servicios, de domingo a domingo, a clientes de toda la Comuna y a algunos de otros lares que deciden, de cuando en cuando, escapar al ambiente de bares del centro de la ciudad. Durante el recorrido indagando por cotidianidades de la Comuna 13 me topé con Janeth Mejía, líder comunitaria del barrio El Socorro que al inicio de la conversación manifestó que hacía buen tiempo no estaba tan disponible de tiempo; la razón, manifestaba, es que están sin Junta de Acción Comunal en el barrio entonces todos los procesos generados desde la entidad comunal están parados. Manifiesta Janeth que su madre, llegada hace muchos años a la Comuna, le ha puesto al tanto de cómo fue su poblamiento, lo cual le ha servido mucho en su labor con las comunidades. Al preguntarle por su trabajo comunitario expresa que le ve buenas perspectivas pues hay muchos jóvenes que se están acercando y que eso es bueno por dos razones: se inyectan nuevos conocimientos y se trabaja directamente desde sus sentires y necesidades. Lo otro es que, nos dice, se van renovando los liderazgos. Con respecto a esto último, doña Rocío Vásquez expresa socarronamente que fue testigo de la gestión de la electricidad para su barrio pegándosele a todos esos líderes vieja guardia que se movían entre políticos y oficinas de la Alcaldía. Ese trajinar cotidiano de hace tres o cuatro décadas tras los liderazgos comunitarios lo pone en práctica durante los últimos años entre sus pasos ocasionales con la JAC del barrio, en los ensayos con el grupo de danzas de adultos mayores Dalias de la Trece y en la gestión de recursos para la promoción cultural dentro de su territorio, en un esfuerzo por

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia generar alternativas para niños y jóvenes de bajos recursos económicos. Volviendo a los inicios del siglo XXI por los que ha navegado este relato, nos encontramos que es la época en que se estaba gestando, desde varios rincones de la Comuna 13, la posibilidad de adelantar el diseño de un Plan de Desarrollo Local [PDL]. Al respecto, Rosamelia Carvajal nos dice que por esos días se funda la Corporación Realizadores de Sueños, dirigida por Marco Tulio Ospina. La sede de esta Corporación era el punto de encuentro de quienes estaban impulsando el PDL, el cual contó con el acompañamiento de la ACJ, el IPC, la Fundación Social, COMFENALCO y ENDA América Latina. Fue clave este acompañamiento, nos dice, pues les facilitaron el aprendizaje para producir diagnósticos sociales y poblacionales, para hacer gestión, para formular proyectos, para escuchar con criterio las necesidades expresadas por sus comunidades.

El PDL, nos dice por su parte Dairo Giraldo (Representante legal de la Corporación Autónoma, Participativa y Social –CORAPAS-), “…nos facilitó un mapa de Comuna, unas líneas para su desarrollo, una ubicación territorial y de desarrollo social…” Todo este asunto del PDL –proceso que ya se estaba llevando a cabo en varias comunas de la ciudad- coincidió con la instalación de CORAPAS y varias organizaciones del Nodo 1 en el edificio del Centro de Desarrollo Social, pensado en principio para garantizar cohesión de las organizaciones del sector y para facilitar la atención de las comunidades. Hoy, en comodato con la Secretaría de Participación del Municipio, CORAPAS coordina allí el hacer de un Telecentro, de una biblioteca comunitaria y una ludoteca, de cuatro clubes de vida adultos mayores y de varios grupos de formación artística; también se encuentran allí las madres comunitarias y atienden a la comunidad las fundaciones Santa Laura y Alma y Vida (50 niños en situación de discapacidad) y la Corporación Full Producciones. Además de todo esto, se desarrollan en dicho recinto actividades de las organizaciones sociales del sector y se programa la Feria de la Antioqueñidad, evento que se celebra durante las dos últimas décadas en el Nodo 1 de la Comuna 13.

Balcón natural del barrio San Javier. Foto. Revista Porro y Folclor

En este trajín tras cotidianidades nos dio por entrar a la zapatería Baco, a cuadra y media de la iglesia del barrio Juan XXIII. En el breve diálogo que tuvimos con Juan Rivas nos manifiesta que esta pandemia le ha reducido a su casa (en donde atiende su negocio de zapatero) pero le ha dado opción de más cercanía con sus amigos poetas de la Comuna, con quienes se reúne cada mes a intercambiar versos y noticias de cotidianidades íntimas. Después de relatarnos algunas de las peripecias que ha vivido en Juan XXIII –en donde creció en medio de los convites realizados para la construcción de la iglesia, la escuela, el acueducto y el alcantarillado-, nos presenta su libro Gatos sobre el techo (publicado en el año 2002), del cual nos comparte su poema Baco añorante: Me atravesó un pedazo de nostalgia mi sábado triste si tu risa y apenado de leyenda vi tu voz en la calle tu beso afanado. Me recordó tu voz la ausencia del primer deseo y así, loco, taciturno, yerto o muerto soy la locura en pantalones de tristeza y te recuerdo aún.

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Hasta aquí algunos trazos de cotidianidad compartidos con algunas personas de la Comuna 13, San Javier. Una particularidad: la recurrencia de todos ellos a remitir a su pasado, a hacer uso del recuerdo en aras a recrear lo que están vibrando hoy. Más aún, ese pasado se posa en los primeros años de este siglo, coyuntura en que en la Comuna 13 se suceden eventos que propician rupturas y saltos, dolor y expectativas, en muchos casos cúmulo de rencores que no dan cabida a elaboraciones del duelo. Ese coincidir de nuestras fuentes en sus testimonios podría considerarse llamado a explorar ese lapso de tiempo más allá del escenario del conflicto –no dejando este de lado, obviamente- facilitando con ello la visibilización de otra cantidad de procesos que coincidieron con la desafortunada entrada del Estado a este sector de la ciudad, un llamado a caminar sobre la memoria. Caminar memoria. Esta práctica es una invitación a tener presente que hace más de un siglo nuestros abuelos empezaron a irrumpir en lo que hoy es la Comuna 13 de Medellín y que, posteriormente, dieron al sector el nombre de San Javier: pudo ser en honor al santo español que en el siglo XVI deambuló como misionero por todo el mundo llevando el mensaje de Cristo o que se retomó el significado de Javier: aquél que estrena casa. El llamado, entonces, cuando se propone caminar sobre la Memoria, es a no desfallecer en este proyecto de Construcción de la Vida que es la Comuna 13 de Medellín, el cual aspiramos que nunca tenga un acabado, es decir, que requiera siempre de mentes dispuestas a la ensoñación y a su consecuente renovación. Ahora bien, teniendo presente el legado abierto por quienes fundaron en diferentes tiempos la Comuna 13, es deber de las nuevas generaciones activar la vibración de ésta a través de los múltiples haceres que ocupan hoy (y ocuparon) a sus habitantes. Según lo anterior, ha de ser huella latente la labor de quienes ejerciendo la construcción

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia no es el simple hecho de recordar y extender telones de nostalgia y, por ahí derecho, tender lágrimas por ese cuento de que “todo pasado fue mejor”. Muy al contrario, soy del parecer que Caminar sobre la Memoria es dotarnos de las herramientas necesarias para deambular por estos laberintos de modernidad que exigen, cada vez más, mentes y actitudes abiertas y dispuestas a enfrentar los embates de quienes, negándonos el patinar sobre la vida, nos han puesto –ante la opinión pública local, nacional e internacional- la etiqueta del conflicto. Para llegar a ello, debemos asumir que esta labor de construcción de memoria no es de 3 o 4 estudiosos que palidecen dentro de sus oficinas. Es, por el contrario, tarea de todos los habitantes de la Comuna 13, tanto de quienes que se precian de ser sus fundadores como de quienes la abrazan como nacidos en ella. Consecuente con ello se torna urgente que tengamos siempre presente que la Comuna 13 de Medellín está siempre dispuesta a estrenarse, pues el día a día la hace permanentemente vigente para el asombro. No para la sombra, como han pretendido unos pocos, los que afirman que en las sociedades occidentales modernas se da una característica interesante que impide, en mayor o menor grado, que los individuos guarden memorias que no convienen, y es la forma en que se anima a olvidar y se desanima el ejercicio de la memoria, promocionando el olvido como liberación del peso muerto del pasado. Graffitti en el barrio El Socorro Foto. Revista Porro y Folclor

posibilitaron el techo y los senderos; la de los trabajadores del transporte que facilitaron movilidad por sus entramados; a quienes trajinando la cocina alimentaron energías para abrir la trocha y tender el hábitat; la de aquellos que valiéndose del arte enrutaron ensueños y alegrías; a los convencidos de que educación con calidad es aliento a proyección en el día a día… Acudir a la Memoria, entonces,

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Luis Humberto Arboleda historiador e investigador

Fanny

Fanny Pabón Restrepo Gestando desde la cultura una transformación social en la Comuna 13

Pabón Restrepo

Gestando desde la cultura una transformación social en la

Comuna 13

Por José Alonso Franco L “Exitosa es la mujer que construye su propio castillo con los ladrillos que le han lanzado”

E

l trasegar 1de Fanny Pabón Restrepo, directora del Festival del Porro de Medellín y graduada en la Escuela Popular de Arte (EPA), revindica la labor comunitaria de una mujer que por años le ha dedicado tiempo al servicio de cultura y ayudar a la población más vulnerable de la 13. Su historia demarca el curso de la cultura y el arte del barrio Santa Rosa de Lima, donde creció y formó su trabajo social y comunitario; desde muy joven y en conjunto con otros jóvenes de este sector de la 13, fundaron grupos y entidades dedicas a la difusión, formación y creación artística para ofrecerle a la población unas alternativas diferentes a la zozobra, a la muerte, a la violencia o al vicio. Por sus manos pasaron niños, niñas y jóvenes que vieron en la danza folclórica una opción de vida y de transformación personal. 1  El siguiente artículo se realiza a partir de la entrevista realizada por Humberto Arboleda a Fanny Pabón Restrepo, para la revista Porro y Folclor, en febrero de 2021.

El inicio de la gestora cultural “Mis inicios se dan en el Liceo Lola Gonzáles cuando entro al grupo de danza que estaba funcionando, porque yo era una muchacha muy activa, inquieta, me gustaba meterme en muchas cosas … A partir de una iniciativa de una compañera del grado 10 de darle vida al grupo de danza del colegio e hicieron unas audiciones, la cual pase y desde allí integre el grupo, lo que me permitió ir por muchas partes de la ciudad y el departamento difundiendo la danza folclórica…”

Ese hecho fue esencial, clave para entender que su vida estaba al lado de quienes trabajaran en la labor social, artística, cultural y religiosa del barrio, y buscaban mejorar las condiciones de vida de quienes tenían dificultades económicas. Por ello, en paralelo con su labor artística de danza del colegio Lola González ingresa a los grupos pastorales y religiosos de Santa Rosa de Lima, como una manera de hacer su labor comunitaria.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia “Cuando ingreso a la iglesia, me acerco a los grupos que estaban funcionando en la iglesia, en especial a la biblioteca comunitaria, porque era el centro cultural del barrio… allá conozco líderes como Rafael Patiño, Carlos Mario Rivas, Julián Pulgarín, Alonso Franco, mucha gente que se estaban moviendo en la cultura”

Inquieta y perseverante con sus deseos, ideas y sueños se acerca a la labor cultural que se estaba gestando desde la biblioteca por los líderes, y dispuesta a poner al servicio sus saberes en danza folclórica; le proponen generar un espacio de formación y la creación de un grupo que difundiera el folclor del país, y el reto no le queda grande, asume esta responsabilidad y le da vida al primer grupo de danza del barrio Santa Rosa de Lima2.

Arge y el grupo de música3, dándole vida a un movimiento con impacto social y comunitario.

para darle una mano a quien lo requería, ideas, sueños y propuestas estaban al orden del día, el compromiso era darle impulso y mantener vivo el movimiento cultural de Santa Rosa de Lima.

“… los zancos comienzan a tomar mucha fuerza, porque hacíamos parte de Barrio Comparsa, porque recibimos talleres artísticos y eso nos dio mucha fuerza e inicia el movimiento cultural en el barrio Santa Rosa de Lima, porque había grupo de danza, de música, de teatro, teníamos toda la parte artística y había un grupo de poetas Vivos que realizaban encuentros poéticos…”

“Comenzamos a darle vida, tocamos puerta de entidades públicas y privadas, tiendas de barrio, se vinculaban para darle dulces y juguetes a los niños y niñas del barrio… Eso nos da ánimo para fundar el Festival del Porro y de esta manera obtenemos reconocimiento en la ciudad de nuestra labor comunitaria…”

Que me toquen un porro que lo quiero bailar

La gestión de su labor artística Asumiendo el reto de darle vida a la danza en el barrio, y la creación de un espacio de formación para la comunidad de Santa Rosa de Lima, gesta su labor cultural desde la biblioteca, en conjunto con el grupo de música dirigido por Julián Pulgarín y Carlos Rivas, y el grupo de teatro Argé dirigido por Carlos Mario Botero, intercambian las experiencias en la ciudad y la EPA, para fortalecer la labor cultural y artística con un impacto comunitario. Con sus ideas, la asesoría de maestros de la EPA como Carlos Tapias, “Toni” Tapias, Jesús “Chucho” Mejía y Oscar Vahos, la ayudan para sacar adelante sus iniciativas de hacer del barrio un espacio para el encuentro, la formación y la creación artística en beneficio de la comunidad, a partir de la pedagogía de la danza folclórica. La gesta de la joven Fanny se fortalece con las ideas de jóvenes del grupo Juvenil Juenca, la biblioteca Santa Rosa de Lima, el grupo de teatro 2  Fanny Pabón R. Participa de los grupos artísticos y culturales que en la década de los 90 funcionaba en la biblioteca Comunitaria Santa Rosa de Lima: Grupo Recrearte, grupo de danza juvenil Tityan, Festival del Porro, Comité Cultural El Sol y la biblioteca.

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Integrantes de la Corporación Festival del Porro. 2002 Foto. Corporación Festival del Porro

La fuerza del movimiento cultural, donde Fanny hacía parte, fundamentaban su trabajo artístico desde la formación en teatro, música y la danza, gestionando espacios para la creación de eventos comunitarios y religiosos como: los encuentros poéticos, verbenas populares, fiestas, desfiles, tomas artísticas, encuentros literarios… eran acciones permanentes que desarrollaban los grupos artísticos y culturales del barrio con la participación activa de todos los estamentos comunitarios y religiosos. La labor comunitaria fortalece los lazos comunitarios, al frente estaba Fanny Pabón, de día y de noche estaba frecuentemente lista 3  Estos grupos surge del movimiento cultural, comunitario y religioso gestados desde la iglesia Santa Rosa de Lima. Véase: Franco Londoño, José Alonso. Historia de la Iglesia Santa Rosa de Lima: 50 años de Evangelización. Editorial Trama. Octubre de 207

Una vez consolidado el movimiento cultural gestados desde finales de los años 80 y principios de los 90, los líderes fortalecen el proceso cultural en Santa Rosa de Lima, sus labores apuntan a generar acciones artísticas incluyente y con impacto social en el territorio, desde la biblioteca como eje clave de concertación y gestión cultural, cada grupo propone y realiza actividades de formación, creación y proyección con los niños, niñas y jóvenes, dándole vida al arte popular. En la biblioteca Santa Rosa de Lima, se funda Festival del Porro en el barrio, el cual le daría una proyección de Comuna y ciudad al movimiento del barrio, para Fanny el Festival tiene su importancia en la medida que recoge esas gestas de los líderes del barrio que por años habían trabajado en pro del desarrollo y el beneficio de la comunidad. “Al inicio los líderes comenzamos a hablar de hacer un evento grande del barrio, fue así como a finales de 1992 y principio de 1993 le damos vida al Primer Festival del Porro, el cual se hizo con las uñas, sin recursos… Yo termino bachillerato en 1987 y tenía en la parroquia el grupo de danza folclórica, además de que ingreso a la EPA y desde allí conozco a maestros como Toni y Carlos Tapias, Óscar Vahos, Jesús “Chucho” Mejía y otros personajes del gremio de la cultura… Yo le comento a “Chucho” la idea de hacer un Festival del Porro, me da ánimo y se compromete a asesorarme”

Con talleres de zanco, teatro, música y danza, en unión con el movimiento religioso existente en la parroquia Santa Rosa de Lima se consolida la idea de impulsar y realizar el Festival del Porro en El Coco y así con la unión de todo los agentes sociales, comunitarios, culturales, religiosos y artísticos en mayo de 19934 se le da vida al Primer Festival del Porro, el cual se convierte más adelante en el mayor evento no solo del barrio sino de la Comuna 13 y Medellín. Con el compromiso, la fuerza y el impulso de estos líderes el trabajo cultural y artístico de Santa Rosa de Lima va tomando cuerpo y forma, avanza a pasos gigantes, se unen sus ideas y propuestas para seguir fortaleciendo la acción comunitaria. La violencia, la droga, los enfrentamientos armados entre guerrilla y paramilitares y el desplazamiento estaban afectando a los jóvenes de los sectores más vulnerables de la Comuna 13, y El Coco no era ajeno a esta situación, sin embargo, el empuje y la dedicación de los jóvenes en cabeza de Fanny Pabón, Julián Pulgarín, Carlos Rivas, Alonso Franco y otros no se dejan apabullar de estos fenómenos y más bien con mayor ahínco y esfuerzo siguen en la tarea de darle opción de vida a los niños y jóvenes de este sector de la Comuna. El movimiento cultural de Santa Rosa de Lima, se va consolidando en actos festivos, en encuentros, tertulias, fiestas patronales, formación, investigación y en el centro estaba el Festival del Porro que estaba en cabeza de Fanny Pabón. Hacia principios de 2000 es nombrada como directora del Festival del Porro y luego Presidenta de la Corporación Festival del Porro5, su compromiso y tenacidad le da energía para seguir en la tarea de convertir a Santa Rosa de 4  Fanny Pabón en conjunto con William Álvarez, Francisco Pulgarín, Julián Pulgarín, Carlos Rivas y Alonso Franco en mayo de 1993 fundan el Festival del Porro en el barrio Santa Rosa de Lima – El Coco. Véase: Franco Londoño, José Alonso. Historia de la Iglesia Santa Rosa de Lima: 50 años de Evangelización. Editorial Trama. Octubre de 207 5  En el año 2001 con el apoyo de varios líderes del barrio Santa Rosa de Lima, y producto de la fuerza e impulso que toma el Festival del Porro para la ciudad, se crea la Corporación Festival del Porro, cuya directora fue nombrada Fanny Pabón Restrepo.

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia “A partir de 2013 se consolida el Festival del Porro en la ciudad, los grupos comienzan a solicitar su presencia en el evento, lo cual nos permitió consolidar el Festival a nivel nacional”

Fanny Pabón con Totó La Momposina, Festival Nacional del Porro en San Pelayo Córdoba Foto. Revista Porro y Folclor

Lima en el barrio referente de la música, el baile y la danza de Medellín. De bailarina a gestora cultural La vida le tenía asignado un papel clave en el sector cultural, su paso de profesora de danza folclórica a ser directora del Festival del Porro y presidente de la Corporación, le genera un nuevo reto y compromisos a Fanny Pabón, no menor a sus compromisos crea una propuesta cultural para Medellín, convierte el evento en un referente para artistas, creadores, músicos, investigadores y danzarines de la ciudad. Del paso de la egresada de danza de la EPA a la formación profesional en gestión cultural, le ayuda a convertirse en una mujer que vive para la cultura y la labor social y comunitaria, con el apoyo de otros líderes va consolidando su acción pedagógica artística desde la Corporación

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Festival del Porro, por sus manos pasaron miles de niños y jóvenes que aprendieron el arte de la danza, el baile y la música. “El Festival del Porro se ha consolidado en la ciudad, a pesar de no cumplirse el Acuerdo Municipal en su totalidad, se ha sostenido; hemos viajado al San Pelayo Córdoba para hacer una relación muy linda con la Corporación Festival Nacional del Porro y la fundación de la Corporación en el año 2002”

Bajo la dirección de Fanny Pabón y un grupo de líderes de la Comuna 13, gracias a la gestión y el esfuerzo, posibilitaron que el Festival del Porro contara con la presencia de artistas como Petrona Martínez, Totó La Momposina, Baltazar Cárcamo, Fernandito Pabón, Óscar Velásquez, Gabriel Romero, entre otros; así el Festival tomo el carácter de evento de ciudad, proyectado desde las calles de Santa Rosa de Lima.

La gestora cultural que por años lleva en sus hombros la Corporación Festival del Porro gesta otras labores sociales que han ayudado a los sectores poblacionales más vulnerables no solo de Santa Rosa de Lima sino de la Comuna 13. Su acción está enfocada en hacer realidad sus sueños que desde su juventud había construido. Su fortaleza le da energía para seguir impulsando la realización del Festival del Porro en el barrio El Coco, la Corporación está permanente en los espacios de concertación en la Comuna 13 y la labor cultural que ella emprende le permite consolidar un grupo de bailarines, con la ayuda de Rogelio Gaviria, fundan la Escuela de Baile Festival del Porro, un referente en la ciudad de hacer del porro una acción pedagógica de enseñar, aprender y difundir este aire musical de Colombia Al preguntarle a Fanny Pabón que viene ahora desde su sueño, no guarda palabras en decir: seguir en el trabajo como gestora cultural, como profesional en Planeación y Desarrollo Social del Colegio Mayor y dispone de sus saberes para continuar en la labor de no dejar morir el Festival del Porro, para que siga siendo un referente de Medellín y sobre todo que la cultura tenga un lugar importante en las políticas de la Administración Municipal El orgullo de ella son sus hijos, el Festival del Porro, la Corporación y su familia, desde la oficina donde hoy trabaja se siente satisfecha de lo hecho y el reto que aún le queda en su proceso de comunitario; en sus raíces están los saberes obtenidos en la EPA, con humildad le agradece a quienes le dieron la oportunidad de mostrar sus cualidades y permitirle ser una mujer con muchas capacidades intelectuales. Sus gestas los escribe con los hechos y el escrito es corto para mostrar los éxitos, triunfos y logros, pero también los fracasos, derrotas y retos, que hoy la llevan a mirar la cultura desde otra visión: como mamá y abuela.

Fanny Pabón Restrepo Foto. Revista Porro y Folclor

“Trabajar desde la cultura con la comunidad, es un abanico de oportunidades para rescatar valores y lo social… la cultura refleja lo que es cada comunidad” Fanny Pabón Restrepo

José Alonso Franco Londoño. Docente, investigador y director de la revista Porro y Folclor, gestor cultural

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia

Corporación Recreando

25 años

Corporación Recreando

de historia

25 años de historia construyendo camino hacia la identidad cultural

construyendo camino hacia la identidad cultural Por José Alonso Franco L

R

eferirse a la Corporación Artística y Cultural Recreando es hacerlo sobre la historia del movimiento cultural y artístico de Santa Rosa de Lima, El Coco, y de la Comuna 13, sus orígenes están en el trabajo social, comunitario y cultural de jóvenes que por años dieron rienda suelta a sus iniciativas y sueños de construir un proceso que recogiera la memoria de los habitantes del barrio; su importancia radicaba en la fundamentación comunitaria de las acciones de quienes por años gestaron en los salones de la parroquia Santa Rosa de Lima un espacio para el encuentro de la comunidad desde el arte y la cultura popular. En sus 25 años de vida artística Recreando se ha venido construyendo como un proyecto cultural, social, comunitario y artístico que apunte a beneficiar a la población de los barrios más vulnerable de la Comuna 13 y Medellín; proyectando su arte desde la Comuna 13 hacia el país, basada en la creación, la investigación, la comunicación, la difusión y la proyección de quienes desde sus inicios creyeron en este sueño y hoy se hacen realidad.

Los inicios de la Corporación “Producto de las energías, los deseos y el entusiasmo de varios líderes de barrio, comienzan a darle cuerpo y vida a la Corporación Recreando, como una organización Sin Ánimo de Lucro que recogiera y canalizara todos los grupos dispersos que trabajaban en el salón de la biblioteca, con el fin de unificar logístico, materiales existente… esta organización serviría para unir todas las actividades barriales y comunitarias que los diferentes grupos y personas estaban realizando, y beneficiar a una mayor población, llevarles más programas y eventos de carácter artísticos, culturales, educativos, recreativos, lúdicos, ecológico y educativo a niños niñas, jóvenes y adultos…”1

Con este principio se crea el 24 de febrero de 1996, en las instalaciones de la biblioteca popular Santa Rosa de Lima, en la parroquia del barrio, la Corporación Cultural Recreando, 21 jóvenes integrantes de los grupos de danza, música, teatro, la biblioteca y la parroquia ponen el primer ladrillo para construir una entidad que proyectará el trabajo cultural y artístico al servicio del movimiento comunitario y desde allí generará procesos de formación, proyección, creación e investigación sobre el arte. La junta directiva nombraba tenían la tarea de brindar a los habitantes de Santa Rosa de Lima, El 1  Franco (2007). Pág. 139

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Coco, Los Alcázares, Metropolitano y La Pradera talleres de formación en teatro, comparsa, danza, música y recreación como espacio de unión y participación para transformación territorial y social. Su influencia fue tan fuerte que generó todo un proceso artístico y cultural en los barrios que se reflejó en la creación del Festival del Porro, en tertulias, encuentros artísticos, desfiles callejeros, fiestas patronales, los juegos tradicionales y la lúdica… Para Giovanni Tabares integrante de Asocomuna 13, la Corporación Recreando representa para la Comuna un ejemplo:

jóvenes que poco podían disfrutar de las artes escénicas y de un espectáculo artístico. Los integrantes de la Corporación impulsaban y fortalecían el trabajo comunitario como oposición quienes pretendían sembrar miedo, terror y muerte en Santa Rosa de Lima, Los Alcázares, el Metropolitano y la Pradera; las fiestas callejeras, las tomas artísticas, las tertulias poéticas, los encuentros comunitarios y el Festival del Porro eran la respuesta perfecta para mostrar a la ciudad que desde la Comuna 13 se estaba gestando un movimiento cultural fuerte que utilizaba la pedagogía del arte como forma de resistir a los avatares de la violencia.

“Recreando es el inicio, el presente y el futuro de la cultura de la Comuna; es una de las organizaciones que motivo a muchas personas para consolidar la cultura en la 13 y actualmente sigue esa labor construyendo propuesta que beneficien al conjunto de la comunidad…”

“La consolidación del proceso cultural llevó a elevar los niveles de participación de la comunidad, en la medida que ella se identificó con su propia historia… La Corporación Recreando fundamenta su trabajo comunitario en la formación de líderes y artistas y personas capacitadas en gestión, que proyecten sus ideas hacia la ciudad y el país…”2

La Corporación tenía sus cimientos en los trabajos artísticos de los grupos de música, teatro danza y la biblioteca que de manera permanente realizaban actividades con las comunidades de Santa Rosa de Lima y barrios aledaño, las tomas callejeras, las comparsas, los festivales, encuentros, montajes, creaciones, proyecciones teatrales, investigaciones y fiestas populares, barriales y comunitarias eran la acción permanente de sus integrantes, beneficiando a niños, niñas, jóvenes y adultos. La consolidación del arte popular Con fuerza y vitalidad de quienes por años impulsaron el trabajo artístico en el barrio Santa Rosa de Lima, le hicieron resistencia a quienes trataban de impedir su proyección con las comunidades, armados de zancos, tambora, máscaras… y pintados de colores de la vida, la Corporación le ofrecía una opción de vida a niños y

Desfile de la comunidad de Santa Rosa de Lima Foto. Archivo Corporación Recreando

2  Franco (2007). Pág. 141

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia La palabra y el dialogo fundamentaban el trabajo comunitario y cultural en Santa Rosa de Lima, con talleres artístico dirigidos a la población más vulnerable, le daba vida al movimiento comunitario gestados desde las diferentes organizaciones del barrio, con el apoyo de la iglesia, la Acción Comunal, líderes y grupos sociales organizaban eventos que incluían a toda la población y evitar que la guerra entre los grupos armados afectaran a la población y sobre todo que muchos jóvenes cayeran en el conflicto o participaran. El movimiento cultural y artístico de Santa Rosa de Lima y barrios cercanos se fundamentaba en la participación comunitaria, y el escenario perfecto era la calle, donde el encuentro comunitario fortalecía los espacios para el encuentro y el intercambio de los saberes populares y desde allí recoger una memoria que por años construyeron los fundadores del barrio, por eso los actos festivos callejeros fueron la mejor excusa para darle vida al espacio público y mostrarle a los habitantes que el miedo jamás podía imponerse. Basados en las artes escénicas y el trabajo comunitario la Corporación vitalizaba la labor social en los territorios, desde la pedagogía del arte consolidaban un proyecto cultural de inclusión y alta participación de niños y jóvenes en sus programas. Entre quienes le daban vida a los objetivos de la entidad había profesionales como: William Álvarez, Julián Pulgarín, Carlos Rivas, Alonso Franco, Fanny Pabón, Carlos Hurtado, Carlos Mario López y muchos otros que proponían actividades de proyección, formación, creación e investigación como una manera de vincular a la población más vulnerable y beneficiarse de las múltiples actividades de Recreando. Para Fanny Pabón, directora del Festival del Porro de Medellín, la corporación Recreando a generado en la comuna 13 “…un espacio para los niños, jóvenes y adultos, ha sido un referente porque con ellos se han gestado otros procesos que han ayudado a dinamizar la cultura en la comuna y han ayudado a conocer

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Recreando ando en la cultura de la 13

otras culturas, otras organizaciones; han accedido a otros espacios del país que en otros tiempos se tenía como imposible, en conclusión, Recreando es la puerta abierta de la cultura de la Comuna 13…”

Fortalecido su proyecto cultural en el barrio Santa Rosa de Lima y barrios aledaños, los integrantes de la Corporación comienzan a llevar su proyecto social, artístico, cultural e investigativo a otras esferas, a otros escenarios, a otros barrios, a otros procesos comunitarios de la 13; desde allí comienza a irradiar con su arte callejero para que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores ingresen a sus programas y talleres formativos que desde la Corporación se realizan.

coordinación, proyección y gestión cultural de las organizaciones comunitarias, sociales y culturales para hacerle resistencia a la violencia que vivía la comuna 13 y estaba afectando el movimiento cultural en los barrios. “La Red Cultural Expresarte es fundamentalmente un proceso de articulación, que reúne hoy a cera de 32 organizaciones culturales y comunitarias con interés por las expresiones artísticas y culturales y llega con su oferta de formación a más de procesos de diagnóstico, formación y proyección en las diferentes manifestaciones del arte y la cultura, desde y para la comunidad”

Desfile de comparsa por las calles del barrio Santa Rosa de Lima Foto. Archivo Corporación Recreando

En este sentido Dairo Giraldo director de Corapas del barrio Villa Laura de la Comuna 13, manifiesta lo siguiente sobre la Corporación Recreando: “Es una organización que ha intervenido fuertemente en el desarrollo de la cultura de la Comuna 13 porque hacen presencia en los diferentes eventos de comuna, ayudando al desarrollo de los barrios y han permitido el fortalecimiento de otras organizaciones y su reconocimiento desde lo cultural y en lo artístico desde la cultura, el teatro, el baile y la danza…”

Comparsa en La Selva, Corporación Recreando Foto. Archivo Corporación Recreando

En su accionar artístico, como producto de hacer arte de resistencia, de ponerle coraza a su trabajo creativo, de evitar más violencia y construir espacios desde la pedagogía artística, en conjunto con otras organizaciones de la Comuna 133 funda la Red Expresarte en el año 2005, como un espacio de concertación, 3  Las organizaciones que fundan la Red Expresarte están: Recreando, Festival del Porro, Sal y Luz, CORAPAS, CORPADES

La Red representó para la cultura de la Comuna 13 la organización de mayor incidencia en los territorios, desde allí se gestan los mayores logros en el tema de formación, creación, proyección y la recuperación de la memoria cultural. Se le da vida y la plasma el primer Plan de Desarrollo Cultura en una Comuna en Medellín; se hace resistencia en los territorios

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia con programas y actividades culturales como Caminando por la 13, fiestas callejeras, comparsas, talleres de formación, en fin; la cultura vive en los territorios y se revindica el arte como elemento transformador. Con la coordinación de la Corporación Recreando y de las manos de otras organizaciones integrantes de la Red Expresarte, Asocomuna 13, la JAL y grupos comunitarios, con el programa de Presupuesto Participativo creado en el gobierno de Sergio Fajardo, la inversión tiene un enfoque territorial, participativo y con incidencia de enfoque de género. Las gestas de los grupos culturales llegan a los rincones apartados de la Comuna 13 y desde allí cada año van formando y fortaleciendo los grupos artísticos en los territorios. La acción cultural de la Red, en mano de la Corporación Recreando, va dándole vida a la celebración callejera para transformar territorios y recuperar el tejido social. De esta dinámica, en el 2007, nace el primer Carnaval de la 13, evento de resistencia que pretendía borrar las barreras invisibles que los grupos armados habían colocados en algunos barrios de la 13. Armados de música, zancos, vestuario colorido, baile, danza y cantos sonoros de los adultos mayores, la Comuna se pinta de color, de

vida y arte callejero; se transforma lo publico en vida y arte teatral, en acción creativa incluyente y se recupera la calle para la cultura. El accionar e incidencia en el territorio avanza en la medida que la cultura invade los barrios e incluye a todos los sectores poblacionales, además de permanecer con su arte callejero con montajes creativos en comparsa, teatro de calle, música, danza e investigación. La entidad trabaja en la defensa de la cultura desde la Comuna 13 para la ciudad, su perspectiva está enfocada en hacer que la política cultural plasmada en el Plan de Desarrollo Cultural de la Comuna 13 se cumpla y pueda beneficiar a muchas personas, sea incluyente, participativa y transformadora. La importancia de la Corporación Recreando en la cultura de la Comuna 13, lo reitera Rogelio Gaviria integrante de la Corporación Festival del Porro al referirse a la entidad: “Representa un eje importante para la cultura en la comuna 13 porque siempre está en búsqueda de nuevas alternativas, nuevas posibilidades y nuevas maneras de visibilizar a los artistas, buscando que estos sean a su vez transformadores y constructores de tejido social. Es una entidad que jalona proyectos y procesos que contribuyen a la construcción del tejido social que tanto necesita la Comuna”.

Obra de teatro El fuego, Corporación Recreando Foto. Archivo Corporación Recreando

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El desarrollo cultural que adquiere la Corporación se refleja en la incidencia en los territorios, dándole un carácter social y comunitario a sus iniciativas, proyectos y procesos culturales, desde su objetivo como entidad está en beneficiar a todos los sectores poblacionales. Además de estar presente en los espacios de concertación y participación sobre políticas culturales de la Comuna 13 y la ciudad, hace presencia en espacios como Cultura Viva Comunitaria, Red Expresarte, Red de Medios, Consejo Comuna de Participación,

Comparsa Callejera en el bazar de la Confianza en el Jardín Botánico

Red de Organizaciones Sociales de la Comuna 13, Red Arcadia y otras tantas que desde sus objetivos buscan beneficiar, impulsar, proyectar y genera una política cultural y artística en beneficio de Medellín. Finalmente su trabajo durante 25 años de vida artística cultural se refleja en la vida de niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores que desde los territorios se han beneficiados de los programas, actividades, talleres, eventos y trabajo creativo con el apoyo de líderes, gestores, creadores, artistas, grupos, organizaciones y entidades que han creído en la Corporación, de aquellos que por años entregaron su vida y propuestas para hacer de Recreando una entidad grande y con futuro, han ayudado a construir un camino que hoy andamos y proyectamos hacia el futuro. Referenciando al Hernando Montoya integrante de la Corporación Sal y Luz, sobre la importancia que representa la Corporación Recreando para la Comuna 13 y la Ciudad manifiesta:

Foto. Archivo Corporación Recreando

“Recreando es una organización representativa en lo cultural y artístico, académico y de investigación de la ciudad. La Comuna 13 se ha beneficiado de esta organización para adelantar procesos serios y responsable en el tema de la cultura y lo artístico; son un escenario muy importante para continuar la cotidianidad de los grupos y personas que están dedicadas a la parte artística…”

Es por ello que en su vida corta de trabajo en la cultura hoy cuenta con proyectos serios y organizados que le dan oportunidad a quienes ven en el arte una opción de vida y forma de salir adelante para transformar los territorios; su propuesta se enfoca en mantener viva proyectos como: La Escuela de Formación Artística de Recreando, la Revista Porro y Folclor, El Festival de Teatro Callejero Comuna 13, El Carnaval de la 13, la investigación sobre la Memoria y el Patrimonio y los montajes callejeros de teatro. Así sigue en su lucha, en darle vida a quienes hoy miran el futuro con optimismo y sueñan

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Rescatando la Cultura y el Folclor de Colombia con una ciudad donde la cultura este presente y sea la principal herramienta de transformación social. Recreando sigue recreando, creando, bailando, soñando… porque siempre busca arte, cultura que nos identifique como pueblo.

Referencia bibliográfica • Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño a Hernando Montoya integrante de la Corporación Sal y Luz. 27 de febrero de 2021. • Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño a Fanny Pabón Restrepo directora de la Corporación Festival del Porro de Medellín. 27 de febrero de 2021

• Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño a Giovanni Tabares integrante de la ASOCOMUNA 13. 26 de febrero de 2021 • Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño a Rogelio Gaviria integrante de la Corporación Festival del Porro de Medellín. 27 de febrero de 2021 • Entrevista realizada por Alonso Franco Londoño a Giraldo Giraldo director de la Corporación CORAPAS 26 de febrero de 2021 • Infored. Red Expresarte. No. 1 años 2007 • Franco Londoño, José Alonso. Historia de la Iglesia Santa Rosa de Lima: 50 años de Evangelización. 1ª Edición, octubre de 2007. Editorial Trama

Arte circense. En la Selva Foto. Archivo Corporación Recreando

José Alonso Franco Londoño. Docente, investigador y director de la revista Porro y Folclor, gestor cultural

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