Cortijo de la Balsa Blanca

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PROYECTO DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA ARQUITECTURA VERNÁCULA DISPERSA EN ALMERÍA

Cortijos en Campos de Níjar

Cortijo BALSA BLANCA entre la Cortijada de la Balsa Blanca y el Cortijo del Collado de las Huertas carretera desde Fernán Pérez a Agua Amarga

Fernán Pérez, Níjar

[Almería]

mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón




Como tantos otros del entorno, el Cortijo de la Balsa Blanca era un reptil tendido al sol. sol Era una lagartija sesteando con la cabeza mirando al este –alargaba su lengua hacia la humedad salobre del mar de Agua A Amargacon la l cola l apuntando t d con silueta il t de d ese hacia el oeste. Ahora es la osamenta de un animal prehistórico,, un sistema de tubos digestivos, p g , un costillar destazado, una ruina que ya solo sirve de aprisco ocasional. En mayo de 2011 un perro suelto vigilaba, como si fueran suyos, los vestigios: el cadáver calcinado; un perro sin i collar ll que buscaba b b amparo en cualquier l i visitante esporádico que detuviera su vehículo a la vera de la carretera comarcal: se llamaba Walter. Era manso. Parecía tener miedo.


La fachada, es decir, el frente en el que se sitúan los accesos principales, principales da hacia el sur, sur hacia la era, era hacia donde se diseminan algunas otras pequeñas edificaciones auxiliares (el norte, el que da al camino, se defiende d fi d de d la l carretera t y de d la l umbría). b í ) El perfil fil de d esta fachada, la línea que dibuja sus cubiertas contra el cielo, es una de las más singulares g del entorno en su sucesión de horizontales a distintas cotas, de verticales y de curvas. Ya, arruinados algunos de los cerramientos que preservaban los interiores, interiores los arcos de medio punto de las dependencias principales, es decir, de las cocinas-salón, de las salas de estar, se asoman a las l f h d fachadas y pasan a formar f parte t de d ellas. Cualquier dibujo objetivo –que documentara el estado actual marginando las hipótesis y las versiones poéticas y retrospectivas- lo pondría en evidencia.


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


Del cortijo j de la Balsa Blanca,, si es q que este es su nombre verdadero, extra帽an las b贸vedas: resulta rara la b贸veda que quiso ser, pero no pudo, de medio punto: quiz谩 por impericia del maestro de obras, obras por falta de cimbras, por los sucesivos hundimientos que la fueron deformando, por la ausencia de arriostramientos i t i t que soportaran t l empujes los j laterales, l t l a causa de la decrepitud o por el simple y natural cansancio de los materiales y las formas.


La bóveda de cañón, perpendicular al lado mayor del prisma teórico que contiene al edificio, paralela al prisma i rectangular t l que hace h d pajar, de j se deja d j ver en las fachadas. Se trata de una vivienda lineal cubierta con una bóveda continua, interrumpida p por algún p g q que otro arco fajón -construida, como los muros, con sillarejo tomado con argamasa-, en la que las dependencias se suceden yuxtapuestas. yuxtapuestas La geometría, la curvatura del techo, no impide ni la chimenea en un lateral ni las repisas y las alacenas, que se adaptan d t a la l curva y marcan la l línea lí d de tangencia con el plano vertical de la pared.


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


Las bóvedas no son habituales en la arquitectura residencial de Campos de Níjar: son, sin embargo, frecuentes en los aljibes “de de bóveda bóveda” y en otras edificaciones auxiliares, como las zahúrdas. Con la cúpula sucede algo similar: es del todo extraña en la cubrición b i ió de d los l cuartos t de d la l vivienda i i d pero común ú en los aljibes llamados tanques, en los hornos y en ciertas cochineras singulares.


El uso de la curva nunca es gratuito en la arquitectura vern谩cula: es restrictivo. El alarde estructural de los arcos de d medio di punto t aligerando li d los l muros de d carga se reserva a los lugares en los que son necesarios vanos de una dimensi贸n mayor: en los grandes pajares (Montano, Canicas, etc.), en los grandes establos (El fraile), como apertura en el muro que une y que segmenta la habitaci贸n que sirve de cocina y de comedor y la habitaci贸n que sirve de sala de estar y de sala de recibir. Como remate superior de las alacenas que sirven en su parte inferior de cantareras se recurre a un arco rebajado, en ocasiones carpanel o escarpado.


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


La alquerías, aunque el tópico ha insistido en lo contrario contando con la inestimable ayuda de la arquitectura turística, turística tampoco son habituales. habituales Hay alquerías en algún patio (El fraile) y al exterior en algunos cortijos que estuvieron dedicados a la explotación l t ió de d la l uva de d mesa. En la arquitectura agrícola la circunferencia se limita a la era, al brocal del pozo y al tambor del molino.


Otra singularidad del cortijo de la Balsa Blanca es el acceso al pajar en rampa, a través de un puente rampante que aprovecha un montículo para ascender hasta la piquera. No hay razones constructivas que justifiquen que se aligerara la rampa incrustándole un ojo. j No N hay h razones geométricas ét i que argumenten t porqué la rampa no es perpendicular a la fachada.


mayo 2011 © José Joaquín Parra Bañón


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