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¿Cómo subir tus defensas?
from VIDACTIVA 118
CIENCIA DEL DEPORTE
¿CÓMO SUBIR TUS DEFENSAS?
UNA PISTA: ES MÁS COMPLEJO DE LO QUE PARECE
Cada día aparecen nuevas enfermedades frente a las cuales nos sentimos asustados y vulnerables. Ya no dan ganas de salir de la casa. Las precauciones básicas ayudan; pero lo cierto es que en un organismo que tiene las defensas altas, no cabe ninguna infección. ¿Podemos subir nuestras defensas, hoy mismo? La respuesta podría no ser la que esperabas.
lgunas personas parecen estar tranquilas durante la temporada de resfriados y gripe sin ni siquiera un estornudo ¿Cuál es su secreto? El ejercicio regular es un candidato principal. El doctor ecuatoriano Ronny De la Torre se inclina hacia esta teoría: “Si bien el ejercicio nos llega a agotar, pues consume energía, sí acostumbra al cuerpo a estar activo y alerta. Pero no se trata de hacer ejercicio una sola vez, lo que podría, incluso, provocar inmunosupresión por el agotamiento. Se trata de que sea constante, idealmente en ambientes exteriores, con una buena técnica y sin caer en el exceso, para que el efecto no sea contraproducente” dice.
El Dr. De la Torre es Médico graduado de la Universidad Central del Ecuador, con un Máster en Inmunología Avanzada Especialidad Inmunología Médica por la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona. De la Torre es docente de Inmunología en la Universidad Central de Ecuador, miembro de la British Society for Immunology y de la Sociedad Española de Transplante y miembro de la Sociedad Latinoamericana de Inmunodeficiencias Primarias LASID. Nos acercamos a De la Torre con la intención de averiguar qué funciona y qué no. Según su criterio, no existe una receta fácil para la vida saludable y, sobre todo, para subir las defensas de un momento a otro. “La exposición a patógenos es la única manera comprobada en la que, al exponer a nuestro organismo,
este aprende a defenderse. Tener contacto con patógenos durante la niñez es indispensable, es decir, acogerse al Sistema Nacional de Vacunación, para crear en el cuerpo una memoria inmunológica útil, de manera que la siguiente vez que se vea expuesto a un patógeno sepa cómo defenderse de este. Por eso, el movimiento mundial antivacunas le ha hecho mucho daño a la salud del planeta. Se basó en el reporte erróneo de un científico que incluso, más adelante, se retractó y admitió haber estado movido por intereses ulteriores. El problema fue que mucha gente famosa lo tomó como verdad y empezó a divulgar la información” observa el médico. En términos simples, De la Torre nos explica que el cuerpo está equipado con barreras naturales para protegerse de vi-
rus, bacterias y parásitos: el microbioma humano (que es el conjunto de bacterias que viven con nosotros y que ocupan un lugar en el organismo para impedir que entren bacterias externas); las secreciones de las mucosas y la piel y, por último, la piel y las mucosas como tal. Todos nacemos con una, valga la redundancia, inmunidad innata. Cuando los patógenos atraviesan las barreras naturales y activan los sistemas de defensa del organismo, entra en juego lo que se llama inmunidad adaptativa, lo que produce una memoria inmunológica que, precisamente, se adapta a las circunstancias para proteger al cuerpo de virus y bacterias. Que el cuerpo no tenga una capacidad de inmunidad adaptativa normal o innata (estamos hablando de las personas que suelen enfermarse con demasiada frecuencia) puede deberse a dos factores sencillos: una predisposición genética a alergias o a lo que se conoce como inmunodeficiencias primarias (un tema muy interesante, materia de un próximo artículo) o a que la persona tenga una baja en sus defensas por llevar una vida de hábitos no saludables, en su alimentación o en su estilo de vida. “Lo único que te ayuda a servir las defensas a largo plazo es una buena alimentación y el ejercicio regular” dice, categórico. “Lamento decirlo, pero, a menos que tengas una deficiencia específica de algún nutriente o vitamina, no necesitas tomar suplementos, mucho menos esas inyecciones que ofrecen y que, incluso pueden causar hipervitaminosis y afectar los riñones. Las personas que llevan una dieta vegana, por ejemplo, sí necesitan suplementación de complejo B, hierro y otros nutrientes o las personas que, como dije, tienen algún tipo de deficiencia específica. Para el resto, gastar en productos que dicen subir las defensas y en vitaminas, es una pérdida de tiempo y dinero. Lo que sí se ha empezad a atisbar es que existe una relación entre el estado emocional de una persona y el nivel de sus defensas, a través de estudios que examinan la respuesta de personas con enfermedades inflamatorias como la artritis o el lupus, en las que hay una dificultad para transformar el triptófano en serotonina por inflamación crónica y su capacidad inmunológica se ve afectada” explica. ¿Y qué hay de algunas terapias que prometen elevar las defensas con, por ejemplo, los cambios bruscos de temperaturas,
como duchas heladas y terapias similares? “No las conozco; no las recomendaría. De hecho, los cambios bruscos de tempratura pueden afectar los nervios. No es adecuado. No hay un atajo para subir las defensas y tampoco hay muchas vueltas que darle. Solo se ganan defensas con la exposición a patógenos, el ejercicio y los hábitos saludables de alimentación. Ahora, sí conviene, por ejemplo, consultar con un dietólogo y analizar nuestra alimentación, para ver si hay algún tipo de deficiencia. En esos casos sí está justificada una suplementación. De lo contrario, es inútil” concluye. Esto nos deja claro que se pueden tomar medidas urgentes para subir las defensas, pero estas deberían ser: empezar a hacer ejercicio, cambiar a una alimentación saludable y despedirnos del estrés YA.
“LAMENTO DECIRLO, PERO A MENOS QUE TENGAS UNA DEFICIENCIA ESPECÍFICA, NO NECESITAS TOMAR VITAMINAS”