El machismo juvenil multiplica su tiranía con el ‘smartphone’

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LUNES 11 DE FEBRERO DEL 2013

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Tema del día

Sexismo entre jóvenes Páginas 2 a 5

NUEVAS HERRAMIENTAS DE DOMINIO EN LAS PAREJAS

El machismo juvenil multiplica su tiranía con el ‘smartphone’ Numerosos adolescentes se sirven del móvil para controlar a sus parejas todo el día VÍCTOR VARGAS LLAMAS BARCELONA

S

uena el móvil. Se repite el drama. Apresurada, activa el teléfono mientras la angustia se desborda una vez más. No suelen ser llamadas, sino mensajes, aprovechando los múltiples canales gratuitos disponibles. Y el repertorio es muy extenso, pero ella lo conoce sobradamente: cada día puede recibir varios centenares de señales acústicas como esa. La inmensa mayoría proceden del mismo emisor. Un chico que le envía un pequeño texto para decirle, reclamarle, ordenarle cómo debe relacionarse con su entorno. Es su pareja y, por eso, cree estar en el derecho de pedirle que se eche una foto y se la envíe para saber cómo va a ir vestida hoy. Y convencerle de que esa falda se la ponga mejor el fin de semana, cuando estén juntos. O mandarle que active en su smartphone una aplicación con un servicio de geolocalización para saber dónde está su chica en cada momento. E incluso preguntarle quién es el chaval al que ha añadido como amigo en Facebook. Son ejemplos reales de las prácticas abusivas detectadas en los últimos tiempos entre parejas adolescentes. «A diferencia del machismo que se estilaba antes, con las nuevas tecnologías la presión es constante, 24 horas al día, 365 días al año», explica Alba Alfageme, coordinadora de la unidad de apoyo a la atención de víctimas de la Conselleria d’Interior. «En las relaciones de noviazgo de hace unos años las chicas se refugiaban al llegar a casa porque el principal vínculo con el exterior era el teléfono fijo y también podían descolgar sus padres. Ahora, ni siquiera existe ese filtro. El novio contacta a través del móvil y puede ejercer un control casi total», detalla. Es pronto para establecer «con rotundidad» que el machismo ha aumentado entre los jóvenes, según la presidenta del Institut Català de les Dones (ICD), Montserrat Gatell. Pero es evidente que, al amparo de las nuevas tecnologías, el fenómeno está en constante mutación. «Es una nueva forma de control FENÓMENO MUTANTE /

Exigen a las chicas fotos y que activen el GPS para saber cómo visten y dónde están

las claves

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Tecnología gratuita y efecto inmediato

Whatsapp, Facebook y Twitter son las vías más utilizadas por los jóvenes para tener contacto directo con sus parejas. Con la mensajería instantánea saben qué hace la chica en cada momento, allá donde esté. Y no deben sufrir por su bolsillo, ya que son servicios gratuitos. Por todo ello, es habitual el envío continuo de mensajes.

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La dificultad de detectar el abuso

Es un dominio psicológico, sutil, que suele pasar desapercibido para el entorno de la víctima en sus primeros estadios. Además, se da en unas edades en que los chicos aún construyen su personalidad y es fácil que carezcan de la madurez suficiente para identificar el fenómeno como un abuso real.

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Las referencias, en casa y en el cine

Las nuevas tecnologías son una nueva forma en que se transmite la relación de poder entre los chicos. Pero ellos reproducen los roles que, en algún caso, ven en casa, en teleseries juveniles, películas e incluso canciones. Situaciones en que ellas esperan sumisas que sus parejas adopten las decisiones.

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Tarea preventiva y acompañamiento

Alfageme explica que para cambiar la dinámica actual se requiere una tarea pedagógica «para reforzar los valores de igualdad», que durará años. Gatell subraya la importancia de que la familia fomente una relación de confianza con la joven para que no dude en recurrir a su entorno si le asaltan las dudas.

de los chicos sobre las chicas, haciendo un uso negativo de estas herramientas», relata Gatell. Un estudio de las doctoras Esther Álvarez y Karin Arbach, del Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universitat de Barcelona, revela que el 57,2% de jóvenes encuestados conocían alguna pareja en la que existía violencia, y en la mayoría de casos (70%) eran amigos suyos. El problema se agrava en este periodo porque son jóvenes que «carecen de recursos de resolución de conflictos», según Arbach, por lo que muchas veces recurren a métodos más agresivos como la única alternativa que aciertan a emplear «para gestionar situaciones novedosas, como el inicio de una relación amorosa». ROLES TRADICIONALES / «Es una violen-

cia perversa y sofisticada porque implica una invisibilidad del control que se ejerce, casi siempre pasa desapercibida para familia y amigos y evoluciona de forma gradual, aislándole de su entorno», revela Alfageme. Todo ello con la imprescindible aquiescencia de ella, que permite a su chico husmear en su propio móvil. Y si se niega, él derivará la batalla psicológica a hacerle ver «que lo hace por su bien, porque la quiere» y que es ella, con su negativa, «la que genera el conflicto», según la responsable de atención a las víctimas. Es imprescindible evitar que la adolescente se autoculpabilice y normalice prácticas abusivas que permiten a su pareja extender el control sobre su propia vida. «Hay que romper con los roles tradicionales de género, donde él domina y ella lo acepta», relata Erika Borrrajo, psicóloga de la Universidad de Deusto y experta en el fenómeno. Borrajo achaca el origen de estos estereotipos a creencias adquiridas por los menores en el cine, series de televisión y en su entorno más próximo. «Asumen falsas creencias, como si me manda tantos mensajes es porque se preocupa por mí, o si se pone celoso porque chateo con otro es porque me quiere», dice la investigadora. Todos los expertos consultados comparten la necesidad de incidir en una intensa tarea pedagógica en

FOTOGRAFÍA: 123RF

VÍCTIMAS DE VIOLENCIA MACHISTA Edad de las víctimas atendidas

Protección de las adolescentes frente a la violencia sexista NIVEL DE EXPOSICIÓN

55 a 64

3%

65 y más

2%

0 a 17

3%

BUENA PROTECCIÓN

PROTECCIÓN INTERMEDIA

76,14%

18,90%

45 a 54

11%

35 a 34

29%

VÍCTIMA

18 a 34

4,96%

52%

Fuente: Departament d’Interior. Generalitat de Catalunya

Fuente: Ministerio de Igualdad

Chicas de 14 a 18 años que dicen haber sufrido daños infligidos por su pareja

DAÑO PSICOLÓGICO

14,0%

30,3%

VIOLENCIA SEXUAL

12,3% VIOLENCIA FÍSICA Fuente: Institut Català de les Dones

4,0%


Sexismo entre jóvenes Invisibilidad Suelen pedir a la

ARSENAL PARA EL CONTROL

chica que su perfil en Facebook solo esté disponible para conocidos

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Restricciones Otra demanda es

que descarte las peticiones de amistad de chicos en redes sociales

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Ubicuidad Whatsapp y otros

canales permiten al joven saber cuándo esta conectada su pareja

Análisis

EXPOSICIÓN A LA VIOLENCIA SEXISTA RESPUESTAS DE JÓVENES ENTRE 13 Y 18 AÑOS

Núria Vallès Peris

El sufrimiento de ellas

La confesión de ellos

RESPUESTAS DE LAS QUE AFIRMAN HABER SUFRIDO MALTRATO

RESPUESTAS DE LOS QUE ACEPTAN HABER EJERCIDO O INTENTADO UN MALTRATO

Me ha culpado de provocar la violencia que he sufrido Ha difundido mensajes, insultos o imágenes mías por internet o móvil sin mi permiso He recibido mensajes de internet o móvil que me insultaban, amenazaban, ofendían... Me ha hecho sentir miedo

Ha intentado controlar hasta el más mínimo detalle

1,40%

0,79%

1,40%

2,71%

6,90%

La he culpado de provocar mi violencia

1,02%

He enviado mensajes de internet o móvil que la insultaban, amenazaban, ofendían o asustaban

1,14%

Le he hecho sentir miedo

Le he intentado controlar hasta el más mínimo detalle

6,09%

La he intentado aislar de amistades

Me ha hecho creer que no valía nada

2,18%

Le he hecho creer que no valía nada

EVITAR LA CRONIFICACIÓN/ Los adultos y

amigos de la víctima deben actuar al percibir alteraciones incuestionables en su actitud. «La clave es cuando se aprecia que la chica ya no es libre para tomar sus propias decisiones», revela Gatell. Hay numerosos indicios: «Si desde que tiene un novio nuevo no sube fotos a Facebook, ni usa Twitter o si se agobia porque está en una zona donde no tiene cobertura», detalla Alfageme a modo

1,18%

He difundido mensajes, insultos o imágenes suyas por internet o móvil sin su permiso

Ha intentado aislarme de mis amistades

el ámbito familiar y escolar, con la inexcusable colaboración de las autoridades. Es el momento en que corresponde a la familia preguntarse con espíritu crítico «cuál es el mejor momento para que sus hijos tengan un smartphone», revela Gatell. Manuel Gámez-Guadix, psicólogo de la Universidad de Deusto, hace hincapié en la necesidad de hacer un «uso responsable de las nuevas tecnologías». «Los adultos deben aprender a manejar, al menos a un nivel básico, estas herramientas. Y hablar a menudo con los menores, para empatizar y trasladarles unas normas básicas de uso», resume Gámez-Guadix.

PROFESORA DE SOCIOLOGÍA

Un estudio de la UB revela que el 57% de los jóvenes conocen parejas de su entorno con situaciones de violencia Si la chica se planta, él manipula la situación hasta hacerle sentir culpable y minar poco a poco su autoestima

1,34%

2,72%

1,97%

0,98%

de ejemplo. Para tratar de avanzarse a daños psicológicos e incluso a posibles formas de abuso físico y sexual, la Generalitat impulsa el programa Estimar no fa mal, dirigido a jóvenes, padres y profesionales de ámbitos que trabajan con chicos de 10 a 19 años y pueden actuar como agentes preventivos. Y si es la propia víctima quien reacciona y evita la cronificación del fenómeno, no debe vacilar en compartir su inquietud con su entorno. O llamar al teléfono gratuito 900 900 120, un servicio del ICD que garantiza el anonimato las 24 horas del día, y en el que psicólogos y abogados sabrán orientarle y derivarle al servicio pertinente. Por supuesto, el trabajo preventivo no solo debe repercutir en ellas, sino también en los chicos, para evitar que reproduzcan nuevas situaciones de abuso de poder. Y la responsabilidad de que los jóvenes asimilen valores de igualdad es un compromiso que debe recaer sobre todos. «Es necesario un cambio de modelo –sostiene Alfageme–, porque no olvidemos que el futuro de estos chicos es el de nuestra sociedad». H

Cambiar las reglas del juego

L

as nuevas tecnologías y un reto y una responsabilidad que las redes sociales son un no podemos eludir. Pero esta no es nuevo escenario de si- la única cuestión. Vivimos en una sotuaciones de violencia ciedad sexista donde existe la violenentre los y las jóvenes. ¿Qué espe- cia, con o sin nuevas tecnologías. rábamos, si no? Vivimos en una Tenemos que coger el toro por los sociedad sexista. Una sociedad cuernos y decir las cosas por su nomque prefiere deleitarse con dis- bre. Las campañas de prevención ticursos alarmistas y en señalar víc- po tolerancia cero o dispositivos de timas y verdugos en lugar de cam- información y asesoramiento para detectar futuribles casos de violenbiar las reglas del juego. La división entre sexos es uno cia de género no han funcionado. Se de los fundamentos de organiza- han hecho muchas campañas, con ción y construcción social y, con- muchos recursos y muy buena vosecuentemente, también un eje luntad, pero la violencia de género primordial para entender las re- no ha desaparecido. laciones de poder. MIGUEL LORENZO Desde antes de nacer nuestro sexo (macho / hembra) condiciona cómo los demás se relacionan con nosotros, qué expectativas nos proyectan, qué comportamientos nos atribuyen... Así van pasando los días y nuestros bebés se convierten en adolescentes completamente sexuados, llenos de hormonas pero también de estereotipos. ¿Y con qué nos encontramos en la adolescencia? Pues nos encontramos con unas personitas llenas de incertidumbres que necesitan reafirmar 33 Una manifestante contra la violencia machista. su identidad, haciendo de chicos bien masculinos Quizá podríamos empezar a peny de chicas bien femeninas (con sar en cambiar las reglas del juego, algunas excepciones, por suer- en cuestionarnos de verdad la conste), reproduciendo, incluso cari- trucción de los estereotipos asociacaturizando, todo lo que les he- dos a los sexos. Las mujeres son emmos enseñado hasta la saciedad páticas, cariñosas, con una gran capacidad para el lenguaje y la codesde que nacieron. Debemos continuar trabajan- municación y los hombres son acdo en los mecanismos para de- tivos, fuertes, valientes, van al gratectar, intervenir y resolver las si- no y no pierden el tiempo en contuaciones de violencia entre los flictos emocionales ni sensibilidad. y las jóvenes, sobre esto no hay Mentira. Construimos las niñas en discusión. Pero no nos confunda- mujeres femeninas y los niños en mos. Internet, los teléfonos mó- hombres masculinos y todos son viles, los chats y las redes socia- víctimas. Los encorsetamos en relales conforman nuevos espacios ciones desiguales en que unos tiede comunicación y han genera- nen que hacer de poderosos, listos y do nuevas formas de relación, pe- fuertes y las otras, de dulces, bonitas ro son el continente, no el conte- y espabiladas, y esto es doloroso panido. La educación en el uso res- ra ambas partes. Esto es el sexismo, ponsable y adecuado de internet, y este es el germen de la violencia enlos teléfonos móviles, etcétera es tre los sexos. H


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Sexismo entre jóvenes 3 El trabajo preventivo

Páginas 2 a 5 888 JOSEP GARCÍA

cir sin abrir los ojos, es peligroso, ¿no?», dice el policía. En otra imagen, una pareja pasea de la mano por la playa junto a una instantánea con unos ojos cerrados. «Con el amor cerramos los ojos. ¡Llévame adonde quieras!», dice Olivares. «No ves sus defectos», añade una chica. «O los ves pero tienes miedo a perderle. Cerramos los ojos y nos equivocamos», explica Mònica T.

Rechazar las presiones

33 Prevención 8 Dos mossos dan una charla sobre dominación machista a alumnos del IES Mollet del Vallès, el viernes pasado.

Amar con los ojos abiertos Los Mossos d’Esquadra imparten charlas en institutos para que los chicos sepan identificar relaciones abusivas H Alertan de que los sentimientos no deben encubrir actitudes machistas VÍCTOR VARGAS LLAMAS BARCELONA

Mediodía del viernes, a pocas horas del fin de semana, con las hormonas de los adolescentes en efervescencia. Y en pleno desfile carnavalesco por los pasillos del centro. En ese momento, el ambiente en el instituto de enseñanza secundaria de Mollet del Vallès no parece ser el más idóneo para una conferencia. Risas, murmullos, sillas arrastrándose... Se detecta cierta apatía entre los 19 alumnos de uno de los grupos de cuarto de ESO cuando ven llegar a los dos mossos que les hablarán sobre la violencia machista, el cabo Francisco Olivares y

la agente Mònica T. Una charla que solo el curso pasado se impartió en 681 ocasiones en centros de toda Catalunya, a requerimiento de estos. Comienza la disertación. «¿Alguien sabe qué es la violencia machista?». Silencio. El mutismo no se rompe hasta que Olivares explica que la charla tiene sentido por la edad de los chavales, 15 y 16 años, cuando las relaciones de pareja ya son una realidad. Cuchicheos, comentarios jocosos y cruces de miradas cómplices. Empieza a romperse el hielo. Olivares aprovecha para que el discurso empiece a calar. Muestra estadísticas del 2011 en Catalunya y compara los 253 fallecidos en ac-

A algunos alumnos les parece normal que una chica haga contra su voluntad el amor con su pareja

cidentes de tráfico con las 9 muertas por violencia machista. Pide una reflexión. Una chica cree que las cifras cantan. La pantalla muestra entonces un iceberg, con víctimas mortales y denuncias de maltrato en la superficie visible. En la sumergida, oculta, las afectadas que no denuncian. «Nueve son pocas, ¿no?», pregunta el cabo. Los chicos asienten. «No, nunca serán pocas. Hasta que sean cero, no», replica él. La alumna rectifica: «Muchas víctimas no denuncian por miedo». «O porque ni siquiera saben que son víctimas», añade el mosso. Nueva pantalla. Foto de un colapso de tráfico junto a unos ojos abiertos. «No se puede condu-

Los chicos se van involucrando. El fin de semana puede esperar. Olivares les hace ver que el machismo se cimenta en la desigualdad entre sexos. Y degenera en una escalada de violencia, del insulto a la bofetada, de la paliza a la relación sexual no consentida. «¿Alguien quitaría la violación de este gráfico?», pregunta el cabo. «¡Claro! ¡Si es tu pareja! Eso solo pasa entre desconocidos», dice un chico con un pañuelo en la cabeza. «¡Da igual! ¡Si ella no quiere, no quiere!», le replica, indignada, una compañera. «Si a ella también le gusta, ¡qué más quiere! No siempre querrán los dos», insiste él entre el júbilo de algunos. Olivares zanja el debate: «Si ella no desea relaciones, el chico debe respetarla». «Vale, pero si el que no quiere es él, tampoco se hace, ¡eh!», trata de negociar el muchacho a la desesperada. Toca identificar indicadores de abuso. «¿Qué hacías conectada a las 3 de la mañana? ¿Quién es ese que dice ‘Me gusta’ a todas las fotos que cuelgas? Son formas de control con las nuevas tecnologías que usan jóvenes como vosotros», dice Olivares. «Pensad que no es no. Nunca tengáis relaciones porque os presionen», dice la mossa. La charla emboca la fase final. ¿Qué hacer al sufrir un problema de machismo? «Podéis hablar con padres, profesores, amigos…», recuerda Olivares. «Y no olvidéis que la pareja es para disfrutar, no para sufrir», añade. Momento para las preguntas. De nuevo, silencio. Las bocas vuelven a estar cerradas. Pero no sus ojos. Ahora ya saben que para detectar relaciones abusivas deben tenerlos muy abiertos. H


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Sexismo entre jóvenes 3 Estudiantes del ciclo superior

Páginas 2 a 5 LLL

Una de cada diez universitarias declara haber sufrido ciberacoso Un reciente estudio revela que el machismo pervive aún entre los jóvenes más formados El 9% de las estudiantes creen que el hombre agresivo es más atractivo MANUEL VILASERÓ MADRID

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a universidad, al reunir a los jóvenes con mayor formación, debería ser un oasis frente a la violencia machista, pero los estudios más recientes revelan que incluso en ese ámbito aún subsisten conductas abiertamente machistas que son toleradas por las víctimas. Una exhaustiva investigación encabezada por la Universidad Complutense de Madrid y llevada a cabo con estudiantes del último curso de carrera revela, por ejemplo, que al 10% de las chicas les han difundido mensajes o imágenes o proferido insultos a través del móvil o de internet. Es uno de los pocos datos de que se dispone sobre la extensión del moderno acoso tecnológico y, según los expertos, el porcentaje de afectadas menores de edad puede ser mucho más alto. El estudio, codirigido por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, se basa en exhaustivas entrevistas a mil universitarios de diez centros públicos. Su principal conclusión es que «a pesar de los importantes avances» debidos al «cambio generacional» y a «la mayor formación» esto no ha sido «suficiente para erradicar la violencia de género, sino que resulta necesario incrementar los esfuerzos». ¿Cuál es el dato más preocupante

VESTIGIOS DE MACHISMO ENTRE UNIVERSITARIOS Encuesta realizada a estudiantes universitarios de último curso 10%

Chicas

Chicos

5%

5%

Existe una actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres entre los estudiantes

4,9% 20,0%

5,9 % 9,4 %

El hombre que aparece agresivo es más atractivo La violencia que se produce dentro de casa es un asunto de familia y no debe salir de ahí

3,7%

Si una mujer es maltratada por su compañero y no le abandona será porque no le disgusta del todo esta situación

5,35 %

Está justificado que un hombre agreda a su mujer o su novia cuando ella decide dejarlo

1,7%

10,68%

El de los universitarios reconocen haber ejercido situaciones de maltrato

10%

2,1 %

1,5%

0,5%

4,37%

El de las universitarias reconocen que su pareja les ha pegado

Fuente: Estudio ‘La juventud universitaria ante la igualdad y la violencia de género’ de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y la Universidad Complutense de Madrid

Series como ‘El Barco’ o sagas como ‘Crepúsculo’ potencian el machismo 33 Uno de los principales obstácu-

los que dificultan la erradicación del machismo entre los más jóvenes es la influencia de determinados contenidos culturales que «venden como modelo de éxito al típico chulo, el malote que triunfa con las mujeres en las teleseries», explica Juan Ignacio Paz, un psicólogo andaluz con amplia experien-

cia en la lucha contra la violencia de género. Para él, teleseries como El Barco o Al salir de clase, novelas neorrosas como las de Federico Moccia o sagas cinematográficas como Crespúsculo «hacen atractivas las relaciones en clave de dominación», lo que conlleva unas consecuencias nefastas entre los adolescentes que las siguen.

de la investigación? Probablemente el que el 9,4% de las mujeres y el 20% de los hombres estén de acuerdo en que «el hombre que parece agresivo es más atractivo». «Esto recuerda la pervivencia de roles y estereotipos desigualitarios entre hombres y mujeres que deben modificarse para prevenir la violencia de género», afirman los investigadores. El 10,6% de los hombres universitarios, además de haber ejercido situaciones de maltrato, tales como agresiones verbales, el control abusivo y el aislamiento, justifican la violencia como reacción a una ofensa o

a una agresión previa. De estos maltratadores, el 11% han ejercido las actitudes violentas en más de una relación. La listas de actitudes machistas a las que han sido sometidas las universitarias es muy larga. Además del 10% que reconocen el acoso tecnológico, el 4,3% admiten que su pareja les ha pegado alguna vez; el 11,7%, que se han sentido obligadas a conductas de tipo sexual en las que no querían participar; el 6,2%, que han recibido insultos o han sido ridiculizadas; el 10,1%, que el novio ha intentado aislarlas de sus amistades, y el 8,4%, que han vivido la situación de control hasta el mínimo detalle sobre con quién hablan, qué dicen y a dónde van. Una actitud, esta última, facilitada por las nuevas tecnologías. Los porcentajes en los que se justifican la violencia son muy bajos, casi insignificantes, pero sorprende a los expertos su persistencia. El 1,7% de los hombres justifican que «se agreda a la mujer o a la novia cuando ella decide dejarle». El 1,5% de las mujeres consideran que «la violencia de casa es un asunto de familia y no debe salir de ahí». Y ante una situación de maltrato, el 7,2% de las mujeres lo olvidarían para ver si no se repite y el 10% darían otra oportunidad. Como dato positivo destacan los investigadores que el 75% de las universitarias que han recibido maltrato lo sufrieron en una relación anterior y no con la pareja actual. «La tendencia mayoritaria es a salir del maltrato una vez se ha experimentado», señalan. Otros estudios específicos llevados a cabo en estudiantes de secundaria han detectado un nivel más alto de tolerancia al maltrato. Una investigación de la Universidad de Sevilla detectó que entre el 5% y el 8% de las encuestadas consideraban poco o nada molesto sufrir golpes, ser objeto de tocamientos ajenos a su voluntad, ser tratadas como un objeto sexual, ser humilladas en público, ridiculizadas por las creencias religiosas o por su clase social y sufrir robos por parte de la pareja. La conclusión es que se debería reforzar la intervención preventiva tanto en la escuela como en la universidad. H DATO POSITIVO /


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