VIVIENDA + USOS

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entendimiento del Modelo de Habitar de la Quebrada de Tarapacรก





VIVIENDA + USOS© entendimiento del Modelo de Habitar de la Quebrada de Tarapacá

Autores Cristián Ciolina Valencia Juan Pablo Torrealba Bravo Profesor Guía Mauricio Baros Thunderbird FAU Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile Santiago 2007


Sumario Sumario


Capitulo I. Análisis Evolutivo de la vivienda tarapaqueña · Vivienda Tarapaqueña y Transculturación .......................................................................................13 · Formulación de un Modelo de Análisis.....………………………………………………………………….15 1. Procesos de Transculturación ..…………………………………………………………………………….17 1.1. Período Formativo PRE-colonial ......................................................................................................17 1.2. Período de POST-colonial ...............................................................................................................27 1.3. Proceso Contemporáneo de Globalización ..………………………………………………………………35 2. Catálogo de Vivienda Contemporáneo …..…..……………………………………………………………39 2.1. Casa de Interfaz Exterior .................................................................................................................40 2.2. Casa de Interfaz Interior ..................................................................................................................45

Capítulo II. Diagnóstico crítico a la Política habitacional en la quebrada de Tarapacá · Formulación de un Modelo de Análisis …………………………………………………………………….55 3. Referentes de Política Habitacional en el Norte Grande ..…………………………………………….57 3.1. Población Salar del Carmen (Besa y Perez de Arce | 1960) ………………………………………………….59 3.2. Población Ricardo Ossandón (Patrício Advis y Hector Ruiz | 1979) …………………………………………. 69 3.3. Población Quinta Monroy (Proyecto Elemental | 2004) ……………………………………………………….79 4. Catástrofes Naturales y Viviendas de Emergencia …………………………………………………….89 4.1. Carpas y Mediaguas de Emergencia ..…………………………………………………………………….91 4.2. Solución Habitacional en Huara …………………………………………………………………………….96 5. Catálogo de Vivienda en un nuevo Escenario Local..………………………………………………….101 5.1. Casa SIN Interfaz..……………………..…………………………………………………………………….103

Capítulo III. Conclusiones y Propuesta de parámetros conceptuales para la. . reconstrucción en Tarapacá . 1. Modo de entender el territorio y subsidio rural ………………………………………………………..116 2. Análisis del plan de reconstrucción …………………………………………………………………….. 118 3. Generación de Viviendas para el Habitante Nómada Tarapaqueño: Propuesta de Parámetros Conceptuales…………………………………………………………………………………………………….. 120 3.1. El Poblado como Resultado de un Modo de Entender el Territorio …………………………………….. 123 3.2. La Vivienda como Célula Organizadora …………………………………………………………………………….. 125 3.3. Multifuncionalidad en los espacios……………………………………………………………………….. 127 3.4. Interfaz Multifuncional como aplicación de un modelo de habitar…………………………………….. 129 3.5. Reestructuración de la Vivienda producto de los Ciclos de Desplazamiento de Población Flotante……….. 131 3.6. Sobre las Transformaciones …………………………………………………………………………….. 132 · Bibliografía…………………………………………………………………………………………………….. 135

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Chiapa Hayna Potosí

Soloca Chusmiza

Apacheta Casiri Inchucareja Huanca Cochichura Usmagama

Huasquiña Mocha Huaviña Laonzana Pachica Tarapacá Huarasiña

Sibaya Chusmiza Limacsiña Cozcaya

Poroma


Presentación Presentación

El 13 de junio de 2005 un terremoto de una magnitud de 7,9 grados en la escala de Richter azotó a gran parte de las regiones del Norte Grande, especialmente a la zona de Tarapacá. Su epicentro se ubicó a 115 kilómetros al noreste de la ciudad de Iquique, cerca de la frontera con Bolivia, en el interior de la I Región de Tarapacá, Chile. El movimiento se sintió en todo el Norte Grande, desde la I a la IV Región de Coquimbo, también en varias partes del sur de Perú y Bolivia, e incluso algunas ciudades brasileñas. Las zonas más afectadas han sido las comunas de la Provincia de Iquique: Camiña, Colchane, Huara, Pica, Alto Hospicio, Pozo Almonte y la ciudad de Iquique, más los poblados de Pisagua, Camarones, San Lorenzo de Tarapacá, Pachica, Huaviña, Usmagama, Limacsiña, Sibaya y Mocha, epicentro del movimiento telúrico. El sismo provocó pánico en la zona, principalmente en los poblados interiores pertenecientes a la quebrada de Tarapacá, pues gran parte de las carreteras hacia el altiplano y la ruta Panamericana se vieron cortadas impidiendo obtener información de los pequeños pueblos tarapaqueños. Poblados completos resultaron destruidos prácticamente en su totalidad, cientos de monumentos nacionales simplemente se derrumbaron. El balance final de la tragedia, según informes gubernamentales, estima que el 60% de las viviendas de los pueblos del interior sufrieron daños estructurales irreparables; existiría un total de 6.012 damnificados, más de doscientos heridos y pérdidas superiores a varios millones de dólares. Este lamentable hecho constituye la motivación para enfrentar el conflicto que plantea la reconstrucción de unidades de vivienda en poblados cuya infraestructura se vio dramáticamente dañada. El terremoto multiplicó las carencias estructurales en la arquitectura de los poblados de la quebrada; a la fecha, muchas iniciativas han abordado esta problemática y propuesto soluciones en algunos casos nos muy acertadas.

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Presentación Presentación

Las primeras reacciones a esta crisis, impulsadas por la municipalidad de Huara – y dentro de sus limitadas posibilidades económicas- se enfocaron en la emergencia de restituir equipamientos básicos para la subsistencia de estos poblados, principalmente escuelas e iglesias. Simultáneamente, las propuestas más significativas de entidades externas apuntan a este mismo ámbito, dejando la problemática de la vivienda en un plano inferior; los escasos intentos para abordar la reconstrucción de éstas –y en definitiva, para reactivar el modo de vida cotidiano- han sido realizados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU). Es por esto que entender la vivienda como un actor importante en el desarrollo de este tipo de poblados es el punto de vista que indagará esta investigación. La vivienda tarapaqueña se transformará en el caso de estudio para entender las particularidades que muestran, en cuanto a modos de uso, los espacios habitables y los asentamientos de la Quebrada de Tarapacá, zona más afectada por el terremoto. Se plantea una búsqueda que tiene como fin conceptualizar la forma de habitar la vivienda de los poblados mencionados –relación entre la vivienda y los usos-. Se distinguirán rasgos de diversa índole que ayudarán a reinterpretar la estructura significativa de la arquitectura investigada, para adecuarla, en un marco conceptual, a nuevas formas de ocupación. La investigación busca aportar información relevante a la tarea de dictar los lineamientos de reconstrucción de viviendas para estos pueblos. Tras una reinterpretación, rescate y reconocimiento de estructuras tradicionales, se establecerán patrones conceptuales que fundamenten y optimicen el desarrollo de la nueva vivienda para los poblados tarapaqueños contemporáneos.

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Presentación Presentación

Objetivos generales: Entender y analizar el modo contemporáneo de habitar altiplánico, acotando el campo de estudio principalmente a los poblados de la quebrada de Tarapacá. Comprensión del proceso de transculturación andina a través del tiempo (primeros asentamientos indígenas en la quebrada de Tarapacá, proceso de colonización española, chilenización de la zona en el siglo XIX y período contemporáneo de globalización), su impacto en el modo de habitar y entender el espacio, y las consiguientes repercusiones arquitectónicas.

Definir parámetros conceptuales relacionados con el habitar contemporáneo, para la ejecución de la reconstrucción de viviendas afectadas por el terremoto del 2005 en la quebrada de Tarapacá. Redefinición de la distribución de la vivienda tarapaqueña desde la perspectiva de los usos contemporáneos.

Objetivos particulares: Entender los principales aspectos de la vivienda contemporánea a partir del análisis del habitante tarapaqueño, construido a partir de diversos procesos de transculturación. Distribución espacial e identificación de usos, relación de la vivienda con el contexto (poblado) y el modelo de habitar tarapaqueño.

Detectar y definir repercusiones arquitectónicas, forma en que los modos de uso contemporáneos intervienen la vivienda tarapaqueña a diferentes escalas, desde los grafismos arquitectónicos a lo espacial, pasando por los objetos.

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En los orígenes de la cultura tarapaqueña podemos evidenciar una sucesión de procesos de transculturación que convergen en la particular manera de usar la vivienda, de esta forma se reconocen características relevantes que perduran hasta la actualidad.


[Capitulo I. AnĂĄlisis Evolutivo de la Vivienda TarapaqueĂąa]


[Capitulo I. AnĂĄlisis Evolutivo de la Vivienda TarapaqueĂąa]



Ejemplo de transformaci贸n producto de los procesos de transculturaci贸n. Isla Del Sol | Lago Titi Kaka | Bolivia


[Vivienda Tarapaqueña y Transculturación]

Para entender el modo en que habitan las comunidades de la Quebrada de Tarapacá y poder definir un modelo de habitar contemporáneo local, es preciso analizar la evolución de la vivienda tarapaqueña a través de procesos culturales. La vivienda evoluciona simultáneamente a las conductas de sus habitantes, el paisaje construido se transforma, mientras el contexto geoclimático permanece, de esta manera, el análisis se fundamentará en base a una constante geo-climática y una variable cultural. De la interacción entre ambas resultará en una serie de patrones de habitabilidad. “La historia arquitectónica y el desarrollo de los sistemas de asentamiento en el territorio adscrito al Complejo Pica-Tarapacá aparecen como elementos claves para comprender la evolución de las sociedades que habitaron la región y el tipo de organización social con que se dotaron. [1] ”

La constante climática incide principalmente en los modos de adaptación de la arquitectura al lugar, determinando sus características relevantes en el momento que se manifieste una transformación pertinente. Sin embargo, el principal factor determinante de las transformaciones en la vivienda -y en el modo de habitarlas- será la variable cultural. Es por esto que se abordará el tema de la evolución de la vivienda tarapaqueña principalmente en relación a los procesos de transculturación [2], y como éstos -a modo de hipótesis- han complejizado el modelo de vivienda primitivo, adicionando nuevos usos y formas de habitar. Se establecerá que con cada proceso de transculturación se promueve la instauración de nuevos referentes paradigmáticos, que modifican, en mayor o menor grado, las estructuras existentes. De este modo, se podría decir que mientras mayor sea la asimilación cultural de un nuevo modo de habitar, producto de un proceso de transculturación, más evidente será la transformación física de la vivienda.

Adán, Leonor y Urbina, Simón | “Desarrollo arquitectónico en el área Pica-Tarapacá” | Proyecto Fondecyt 1030923 | pág.16 | Material en proceso de edición [2] 1. f. Recepción por un pueblo o grupo social de formas de cultura procedentes de otro, que sustituyen de un modo más o menos completo a las propias. | definición etimológica del Diccionario de la Real Academia Española [1]

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Formulación del Modelo de Análisis Formulación del Modelo de Análisis

A través del estudio de los procesos de transculturación de las sociedades que han habitado la Quebrada de Tarapacá a lo largo del tiempo, se puede llegar a comprender los modos de habitar y su directa incidencia en la configuración de poblados y viviendas que comparten una tradición cultural particular. Se sintetizará esta fase de investigación en cuatro procesos de transculturación, fases de primera importancia en proporción a su impacto en la forma de entender y habitar la vivienda. La determinación de estos procesos, hasta el de chilenización, se fundamentarán en la investigación de Juan van Kessel en el texto “Holocausto al Progreso: Los Aymaras de Tarapacá” [3]. además se incorpora el período de globalización como proceso contemporáneo de transculturación. Los períodos que se han definido son los siguientes: • Período Formativo PRE-colonial. Comprende una primera etapa de culturización local y dos procesos de transculturación no agresivos, debido a que las sociedades partícipes en el proceso compartían un modo de habitar similar. • Período POST-Colonial. Abarca dos procesos durante los cuales se efectúa la inserción del modo de habitar europeo en la quebrada: el primero correspondiente a la colonización española; el segundo, de chilenización, en la época de la industria salitrera. • Proceso Contemporáneo de Globalización Estos períodos se considerarán los más significativos dada la mayor diferencia entre las culturas intervinientes, por lo que no se desconoce la intervención en el tiempo de procesos más sutiles de transculturación. En el modelo de análisis planteado no se intenta medir aspectos técnicos de la vivienda, sino que, a través de la referencia cultural local y la intervención de la cultura externa -que desencadena el proceso de transculturación-, entender las transformaciones generadas a partir de los usos. Para cada proceso, correspondientes al área de la Quebrada de Tarapacá, se intentará dilucidar: La forma en que se concreta, haciendo hincapié en comprender el sincretismo y la manera en que se integran los distintos modos de habitar. • El modo resultante de entender el territorio. • El modelo de habitar existente, la incorporación de nuevas formas de entender el habitar y sus repercusiones en la arquitectura. • La estructuración de los poblados y su funcionamiento, indagando en el rol de la vivienda en el conjunto. • Los usos de la vivienda.

[3] van Kessel, Juan | “Holocausto al progreso. Los aymaras de Tarapacá” | capítulos 3 y 4

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Planta de la aldea de Jamajuga | (croquis sin escala)

Chullpa de planta rectangular de Sitani

Planta de la aldea Cami単a-1 | (croquis sin escala).


[1. Procesos de Transculturación Referidos a la Quebrada de Tarapacá] El proceso de culturización, entendiendo cultura como el efecto de cultivar los conocimientos humanos y ejercitar las facultades intelectuales[4], genera un modelo de habitar para un determinado territorio. Estos modelos locales son determinados por las condiciones geográficas, la insipiente economía, la organización social y la estructura religiosa. Estos procesos provocan distintas “culturas” para determinados grupos étnicos, en diversos contextos históricos y geográficos. El intercambio o el expansionismo de ciertas sociedades dan paso a los procesos de transculturación.

[1.1. Período Formativo PRE-colonial] El Período Formativo correspon-diente a la zona de estudio presenta tres etapas de desarrollo: un período de culturización, caracterizado por el paso del nomadismo al sedentarismo; un proceso de transculturación aymara; y un proceso de transculturación incaico. Estas fases, debido a similitudes en los modelos de habitar y en entender el territorio, enriquecen al proceso de culturización abarcando una región cada vez mayor.

[4] definición etimológica del Diccionario de la Real Academia Española

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[1.1.1. Período pre-agro-alfarero]

A partir del 7000 A. de C., pequeños grupos de cazadores-recolectorespescadores errantes recorrían la zona comprendida entre Arica y el noreste argentino, desplazándose con seguridad desde la cordillera hasta la costa, sustentados por el óptimum climáticum local. Este modo de habitar el territorio genera el conocimiento de diversos pisos ecológicos, y su respectiva explotación de forma simultánea y al ritmo de las estaciones. El fin del óptimum climáticum hacia el 4000 A. de C. incentiva el sedentarismo debido a la escasez de alimentos. El consiguiente desarrollo de la técnica y la especialización de los pueblos, genera una diferenciación entre los insipientes asentamientos de la costa (pescadores) y los de las quebradas (agricultores), originándose así un sistema económico basado en el intercambio para asegurar la mantención de la dieta acostumbrada (“verticalidad” o “economía vertical”[5]).

De esta manera se mantiene la forma de abarcar el territorio de un modo vertical, con el establecimiento de campamentos fijos y temporales. Los primeros poblados de la zona de Tarapacá se estructuraban a partir de núcleos familiares, presentando una organización tribal básica. Así comienza a crearse una cultura local, la cual determina modos de habitar, usos, y posteriores repercusiones en la arquitectura. En síntesis: durante este período arcaico los modos de habitar, de abarcar el territorio y consiguiente arquitectura, están condicionados por factores geográficos y climáticos, producto del paso de tribus nómadas al sedentarismo.

[5] Explotación simultánea del mayor número posible de pisos ecológicos complementarios y construcción de una economía variada y actividades complementarias en cada uno de estos niveles (Cf. Wachtel y Murra) | 1971 | p. 108 | 1975 | passim.

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[1.1.2. Período agro-alfarero y aymara] La parte baja de la quebrada de Tarapacá alojó a la mayoría de los nacientes asentamientos de la zona, existiendo allí vestigios arqueológicos de rituales, fiestas y cementerios, producto del culto a la fertilidad. Anterior a esto, se produjo un proceso de transición, en el cual las pequeñas tribus se dedicaron a la recolección de frutos del algarrobo y el tamarugo en los bosques longitudinales, y de la quinua y la papa en las zonas cordilleranas más altas. Se suma a esto el inicio de la domesticación de auquénidos (vicuñas y guanacos), proceso que tarda unos siglos en realizarse. Los poblados ya poseen roles funcionales dentro de un asentado sistema de ocupación vertical ligado a la explotación agrícola, ganadera y pesquera. La forma de ocupación del territorio en este período responde a un esquema de patrilocalidad[6], la dominación se materializa a través de “archipiélagos verticales”, donde un clan familiar, administrado por un Kuraka (jefe aymara y patriarca), despliega una red de islas –ayllus- de explotación a través todos los pisos ecológicos. Estas redes de explotación interactúan con otras, estableciendo intercambios culturales entre clanes o comunidades. En el caso de la Quebrada de Tarapacá se reconocen en este período tres comunidades importantes que bajo el concepto de patrilocalidad, establecen el dominio del territorio; Sibaya, Tarapacá y Cariquima.

Los pueblos originarios pre-agroalfareros se entremezclan y posteriormente integran una red de complementariedad económicaproductiva cada vez mayor, con centro neurálgico en el altiplano, debido al expansionismo de la cultura aymara generada en el Titicaca. Bajo la premisa de explotar en complementariedad, cada poblado aporta al sistema organizativo general, evidenciando el ideal de la comunidad económica y social del aymara. Esta forma de subsistencia se basa en el principio del ayne, que se refiere a la reciprocidad entre los aymaras: la petición de ayuda en el presente, será correspondida en el futuro. El modelo de habitar imperante contempla la idea de abarcar el territorio de forma comunitaria, no existiendo el concepto de propiedad privada. De esta forma se entiende la vivienda como un módulo funcional dentro de un sistema de habitar complementario. El avance tecnológico propicia la creación de nuevas técnicas de almacenaje, incorporando al catálogo del habitar[7] la idea del acopio, apareciendo la estructura de bodega como resultado de la especialización de actividades en cada poblado y la influencia del sedentarismo.

[6] División del espacio físico en base a clanes o grupos familiares. La distribución del territorio es llevada a cabo por los miembros más viejos de cada familia (Solc, Václav | “Casa Aymara en Enquelga” | Annals of the Náprsterk Museum 8 | Praga | 1975) [7] Concepto referido a la gama de elementos espaciales condicionados por el uso, que constituyen una vivienda, y que se enriquece con cada proceso cultural. | Concepto desarrollado para esta investigación.

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[1.1.3. Período Incaico]

La dominación incaica en la región aymara comenzó bajo el reinado de Tupac Inca Yupanqui (1471 – 1493) y duró aproximadamente 50 años. A lo largo de esta fase se incorpora la región aymara a la organización política del incanato, controlando el sistema de economía vertical ya desarrollado. El modo de presencia incaica se materializa a través de la inserción de un administrador inca (T’oqrikoq, título de guamán, i.e. halcón), sin remover de sus funciones a los kurakas aymaras locales (modo autocrático de dominación incaico). La administración incaica reconoce como puntos de apoyo a los poblados de Tarapacá y Sibaya, generándose de esta manera nuevas formas de complementación entre islas de explotación, ya que ahora el ayllu no responde sólo a la necesidad de intercambios entre clanes familiares, sino que también a necesidades imperiales. El sistema tributario incaico basado en la fuerza de trabajo, no era corrosivo para las economías locales, y traía como retribución un mejoramiento de la infraestructura de los poblados, de los sitios de explotación ganaderos, agrícolas y mineros, y de las conexiones que sustentan la economía vertical local. Para el correcto funcionamiento del sistema de complementariedad, la conectividad entre nodos productivos y administrativos se optimiza a través de la construcción de caminos en el sentido norte sur.

Así es cómo en la zona de Tarapacá existía un camino costero y uno cordillerano, todo esto sumado a la implementación del sistema inca de correos. Se puede concluir entonces que la manera de entender el territorio no sufre cambios sustanciales, sino que se enriquece al ampliar la red de comunidades complementarias del existente modo de ocupación funcionalvertical. La zona de Tarapacá pasa a ser parte de un sistema complementario mayor, ya que el modelo de habitar incaico no difiere mayormente del aymara. El culto al sol, existente ya en la sociedad aymara, es estimulado y llevado a un nivel exacerbado de idolatría, siendo el Inca el hijo del sol. La religión incaica incorpora una organización ritual a la explotación cíclica de los pisos ecológicos tarapaqueños, que se traduce en la aparición de nuevos usos y espacios en los poblados, por lo que se complejiza la estructuración de éstos. La vivienda continúa entendiéndose como una pieza funcional dentro de un sistema superior de habitar, fundamentado en la familia como la base organizativa.

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El modelo de habitar que promueve el Período Formativo PRE-colonial habla de una particular forma de entender la vivienda como parte de un nodo relevante (poblado) en el sistema vertical de ocupación, esta situación constituye una adaptación eficaz del nomadismo que antecedió a los primeros asentamientos. Los territorios son considerados dominios y no pertenencias, por lo que se explota un piso ecológico pero se domina el territorio total. De esta forma se optimizan los recursos, evitando el desgaste producto de la explotación no cíclica y asegurando la variedad. La vivienda se entiende como una unidad funcional complementaria, y cada poblado se constituye como una “gran vivienda” (nodos funcionales dentro de un sistema de ocupación mayor y más complejo). De acuerdo a esta concepción territorial, se establecen patrones de uso en el cual no existen espacios de tránsito construidos, sino que todo el espacio exterior a la unidad de vivienda es una interfaz[8], entendida como un espacio conector entre dos o más situaciones.

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[1.1.4. La Interfaz como Metáfora del Habitar Nómada]

En el caso del período Formativo PRE-colonial, este espacio es funcional y dominado por la comunidad, y parte de la gran vivienda que constituye el poblado. El concepto de vivienda, así como el modo de habitarla, se entiende como una sumatoria de recintos que aparecen según necesidades funcionales básicas (cocinar, almacenar, dormir), determinándose así el catálogo de habitar del período. A pesar del sedentarismo, la forma de abarcar el territorio se efectúa de manera nómada, entendida como una peregrinación cíclica a través de los pisos ecológicos de explotación. La vivienda se explica como una unidad sumable y complementaria. La interfaz, a su vez, aparece como un espacio exterior, multifuncional y comunitario, en donde no cabe posibilidad de posesión sino que el territorio se domina en relación a usos temporales. [8] En software, una interfaz de usuario es la parte del programa informático que permite el flujo de información entre varias aplicaciones o entre el propio programa y el usuario. Metafóricamente se entiende la Interfaz como conversación entre el usuario y el sistema (o entre el usuario y el diseñador) | Definición extraída de www.wikipedia.com

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Planta de Tarapacรก Viejo | (croquis sin escala).

Planta de Tarapacรก Actual


[1.2. Período POST-Colonial]

Este período comprende los procesos de colonización española y el de chilenización de la zona, en la época en que el desarrollo de la industria salitrera provoca la Guerra del Pacífico. La organización territorial aymaraincaica había alcanzado, al momento de la conquista española, un nivel complejo de desarrollo, si se entiende con ese término un sistema de estructuras organizativas sofisticado en su adaptación al medioambiente y a las expectativas y necesidades de sus integrantes. Sin embargo, fue un tipo de desarrollo propio andino, muy distinto al modelo europeo de habitar, encaminado hacia diferentes fines, y orientado por otras normas de bienestar. Existe el llamado “traumatismo de la conquista”, que corresponde a un shock sicológico por la llegada de los conquistadores, la derrota de los dioses autóctonos y la destrucción de estructuras sociales fundamentales debido a una reorganización administrativa, económica y social. Consecuencia de esto, se genera una caída demográfica importante, una desintegración del sistema económico local y un desmoronamiento social paulatino. Durante el período de chilenización, este trauma se acentúa.

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[1.2.1 Proceso de Colonización Española] Durante este proceso, a partir del reemplazo del incanato por el virreinato del Perú, con sede en Lima, se impone una forma distinta de entender el territorio a través de un modelo neofeudal y del acaparamiento de tierras. Aparte del establecimiento de ciudades colonia, se instaura un sistema de encomiendas, donde grupos humanos son asignados a un conquistador en beneficio personal por servicios prestados a la corona, siendo la región de Tarapacá una encomienda en su totalidad. El encomendero se hace cargo de la evangelización de los indígenas, los cuales efectúan servicios de trabajo para el mismo. Producto de esto, se desata una explotación inmediata e indiscriminada de las reservas de trabajo, base de la economía local, y el exterminio de gran cantidad de población. Producto del modo europeo de entender el territorio -a través de unidades geográficamente continuas y simplemente territoriales-, se establece el corregimiento o provincia de Arica, perteneciente al departamento de Arequipa. Arica pasa a ser el centro administrativo que le corresponde a los poblados de la Quebrada de Tarapacá. El funcionamiento de la Quebrada pierde el carácter de complementariedad comunitaria multifuncional y se convierte en un área pobre destinada a la producción agropecuaria. Con el tiempo, aparece una nueva provincia independiente de la ariqueña: la Provincia de Tarapacá, dividida en cuatro departamentos: Pica, Tarapacá, Sibaya y Camiña, convirtiendo al pueblo de Tarapacá en el principal asentamiento español y el más cercano referente paradigmático europeo de la zona. 28 |

Se produce una atomización de la unidad familiar extensa: el Ayllu, en donde una familia política dominaba un territorio administrado por el padre político de la comunidad: el kuraka. Se mantienen las estructuras administrativas de los ayllus, conservando a los kurakas locales, ahora subordinados a los gobernantes europeos. Los antiguos patriarcas se transforman en recaudadores de impuestos e intermediarios entre el ayllu y los colonizadores. El modo de tributo del incanato se basaba en la reciprocidad y la fuerza de trabajo, por lo que las relaciones Inca- kuraka- ayllu eran siempre simbióticas. El sistema tributario colonial en cambio, se basa en la explotación indiscriminada, e incorpora el pago de tributo en moneda de plata. Este sistema es nocivo para la administración del ayllu y agotador para la economía local. A su vez provoca bajas demográficas debido a corrientes migratorias de indígenas endeudados, que se transforman en un creciente proletariado asalariado, población nómade que ya no pertenece a un ayllu determinado. La población aymara original comienza a emigrar a las ciudades, siendo reemplazada de a poco, proceso que perdura hasta hoy. Se entiende el desarrollo de un proceso de desmoronamiento de las sociedades autóctonas, a partir de la inserción de asentamientos españoles (Arica, Pica y posteriormente Tarapacá), deterioro que paulatinamente asciende hasta alcanzar los ayllus de Camiña y Sibaya. El sistema de explotación simultánea de los pisos ecológicos no permitía que los indígenas vivieran efectivamente junto a sus chacras. Producto de esto, se declaraban zonas abandonadas y pertenecientes a la corona, posibilitándose así la compra de estas .


tierras por parte de los hacendados -o terratenientes-. Se produce así la lenta privatización del territorio, en donde la propiedad comunitaria no tiene validez jurídica. Los españoles se establecen principalmente en Tarapacá y posteriormente en Iquique, el resto de los poblados existentes mantiene su raíz indígena. Consecuencia de esto se producen “Reducciones Indígenas”, procesos mediante los cuales un número disperso de viviendas se agrupan en poblados con fines administrativos. La estructura de castas coloniales se traduce en el establecimiento de barrios, y se incorpora al modelo de habitar el ideal de llevar una vida de lujo ostentoso en los centros urbanos, lo que desencadena migraciones indígenas hacia ellos. La organización eclesiástica relativa a la zona de estudio no responde a la organización territorial geográficamente continua, sino que, reconociendo la discontinuidad territorial del sistema de ayllus y sus principales asentamientos,

se establecen las parroquias de Tarapacá, Sibaya y Camiña. Aparece entonces la iglesia como edificio estructurador del poblado, receptor tributario y propietario de terrenos de explotación. Se transforma el antiguo ritual organizador cíclico en un ritual místico. La introducción de la hacienda como nuevo arquetipo de vivienda y reflejo de un nuevo modelo del habitar, se basa en la existencia de una unidad de vivienda autosuficiente destinada al usufructo personal, abarcando un territorio geográficamente continuo, con niveles jerárquicos de organización interna definidos. Al catálogo de vivienda se incorpora el arquetipo del patio y el pasillo, entre otros. Debido al fuerte arraigo del culto indígena y a la importancia de la hacienda como organizador del territorio, a partir de la fiesta patronal se genera una fiesta religiosa determinante en la distribución espacial del pueblo, producto del sincretismo religioso y cultural.

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[1.2.2 Proceso de Chilenización] La empresa del salitre (y en menor grado la explotación guanera) dio carácter y significado a la economía de Tarapacá durante el siglo xix y hasta 1930. La estructura de la economía salitrera impacta a la economía autóctona a través de la utilización del trabajo indígena (el ya mencionado proletariado-asalariado que no pertenece a un ayllu determinado), acentuando la desestructuración en la familia tarapaqueña. En una primera etapa analítica, se reconoce el paso del modelo colonial a un movimiento independentista latinoamericano, el cual plantea dos visiones: una criolla –revolución políticay una de masas populares (indígenas, mestizos y otros) –revolución social-. Tras la instauración de la republica Peruana, país que contenía a la quebrada de Tarapacá en ese momento histórico, los criollos supieron recomponer un estatus neo-colonial indígena para el campesino andino, manteniendo las estructuras coloniales hasta el momento imperantes en la zona. Rápidamente se retoma la progresiva enajenación de tierras indígenas a favor de los hacendados. Los intereses políticos y económicos hicieron estallar en 1879 la Guerra del Pacífico entre Chile, Perú y Bolivia, que dejó la victoria al primero. Chile anexó Antofagasta, Tarapacá y Arica, sometiéndolas a un proceso forzado de chilenización, mediante la implementación de una red de escuelas fiscales, vigilancia con fuerte presencia militar y reemplazo del clero peruano por un clero chileno.

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De esta forma se completaba la estrategia de chilenización limitada al sector urbano-minero. En el sector aymara incursionaban patullas chilenas y misiones científicas, geógrafos, geólogos y mineralogos, para inventariar la conquista. Esta zona era considerada como una reserva para el futuro. A partir de 1930 se gesta una política más agresiva de chilenización respecto a los indígenas, a través de la implementación de una red de escuelas y de retenes de carabineros, y por la “ronda médica”, que se traducía en la visita periódica (o anual) de un médico a los principales y más accesibles poblados indígenas de la pre-cordillera. El sector agro-ganadero siempre se entendió como una actividad que valía sólo como soporte a la minería. El estado, tras tomar conciencia del desmedro reiterado de las comunidades indígenas-agrícolas de la quebrada dirigió –en cantidades muy pequeñasrecursos financieros para el desarrollo de la zona agrícola autóctona, destinados a la ampliación de la red de escuelas rurales; a la ampliación de la red de caminos de penetración (a partir de 1959), comunicando Mocha, Huaviña, Sibaya, Laonsana, Lirima y Cancusa con Tarapacá y Huara; y a la subvención parcial de obras locales de riego a escala muy pequeña. La empresa salitrera estructura y define el sistema de los grupos de poder y prestigio en Tarapacá, el asentamiento salitrero y el portuario -de influencia principalmente inglesa- se establecen como los nuevos ideales paradigmáticos de habitar que, a .


diferencia de los coloniales (como el caso de la inserción del poblado español de San Lorenzo de Tarapacá), son geográficamente lejanos a la quebrada. Este nuevo referente paradigmático adquiere validez desde el punto de vista de las nuevas jerarquías que se establecen en este período, en donde toda actividad productiva esta subordinada a la minería del salitre.

Se incorporan nuevos arquetipos de vivienda inglesa, destacando la aparición de la estructura del zaguán y una exacerbación ornamental como referente de nuevos parámetros estéticos importados. Debido a que estos asentamientos no se ubicaron precisamente en la quebrada, se entiende el grado menor de transformación que sufre la vivienda producto de este proceso de transculturación, a diferencia de las fases anteriores.

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En este proceso de transculturación, el modelo de habitar imperante –que incorpora el concepto de propiedad privada- y la forma de entender y abarcar el territorio como pertenencia, conduce a entender la vivienda como una unidad autosuficiente, que integra espacios que antes se concebían como de uso comunitario. La interfaz interior está delimitada por elementos arquitectónicos (muros y cubiertas), y subdividida en relación a los usos, estableciendo espacios monofuncionales. De esta forma, los espacios de interfaz reflejan un importante cambio en la manera de entender la vivienda y el habitar. 32 |


[1.2.3. La Incorporación de la Interfaz al Espacio Privado]

La vivienda ahora se estructura a partir de espacios-habitaciones monofuncionales ordenados por una interfaz continua, cuyos usos determinan subdivisiones espaciales preceptúales, no arquitectónicas. De esta forma se instaura una interfaz ordenadora cuya interpretación es multifuncional, pero su concepción es derivada de la sumatoria de espacios físicos monofuncionales.

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[1.3. Proceso Contemporáneo de Globalización.] La globalización es el proceso por el que la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unifica mercados, sociedades y culturas, a través de transformaciones de carácter global. La oportunidad de diversificar y relacionar las costumbres evidencia las ventajas que serán adquiridas por las culturas mas famosas y publicitadas. El proceso es continuo y dinámico, por lo que la homogenización de los modelos de habitar, implica una pérdida en la integridad de los modos de vida locales. “La globalización contemporánea describe una situación en donde importantes relaciones sociales son crecientemente extendidas a través del mundo, trascendiendo fronteras nacionales. Pero, ¿cómo se organizan estos flujos de conexiones transnacionales sino a través de países? La respuesta más común a esta interrogante es que las ciudades son los núcleos organizacionales de la globalización[9]”. La globalización, como proceso de transculturación contemporáneo, plantea como forma de entender el territorio la importancia de una gran red organizadora a la cual todos pueden acceder. Se hacen importantes las arquitecturas y programas momentáneos, principalmente como soportes de información, que se transforman en contenedores vacíos si carecen de su función generatriz, de esta manera los lugares de interfaz toman vital importancia, son simples y transitorios, pero no se conciben sino como soportes (estaciones de transporte, serví-centros, red-banks, etc.). Según este esquema se deduce que esta red se organiza en base a urbes.

De este modo, Iquique se transforma en el referente paradigmático -jerárquicopara los poblados de la quebrada de Tarapacá, todos de carácter rural. Producto de estas transformaciones es posible constatar un mejoramiento en los caminos, estructura soporte a la movilidad. La incorporación del consumo al modelo de habitar, hace que se incorporen nuevas necesidades de transformación en los poblados – incipientes zonas de equipamientos-, incorporados del referente paradigmático contemporáneo. Los poblados tarapaqueños en la actualidad funcionan como un sistema, en el cual los pueblos grandes, como Camiña, Sibaya y San Lorenzo, se convierten en abastecedores y conectores primarios de poblados mas pequeños, y definen nodos de transacción de materias primas, mercaderías y mano de obra. Los pueblos más pequeños, como Pachica, Mocha y Enquelga, cumplen el rol de nodos específicos dentro del sistema: según uso –banda local, colegio, internado, etc.- y según el calendario de culto –peregrinación entre pueblos-sede de cada fiesta-. De esta manera se constata que prevalece el modelo de funcionamiento vertical –pre-colonialde los poblados. Además se agregan nuevos usos al catálogo de vivienda, referidos a la demanda de bienes y servicios, apareciendo, entre otras, la casa-almacén, la casa-posada, la casahostal, la casa-sede social, etc.

[9] Taylor, Peter J. | World City Network, a Global Urban Analysis | Routledge, Taylor & Francis Group, editores | Londres y New York, 2004

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El modelo globalizado de habitar exige al individuo aumentar sus niveles de movilidad en el territorio, transformándolo en un habitante en tránsito. De esta forma, se plantea un modelo de habitar nómada, en donde la movilidad aumenta progresivamente, no en una vivienda, sino en una serie de habitaciones desplegadas en el territorio, las cuales son, en la práctica, unidades funcionales que ofrecen respuestas a necesidades especificas del usuario en un momento determinado. El modo de entender el habitar incorpora una carga programática a los espacios de interfaz, transformándolos en soportes de uso multi-programáticos. 36 |


[1.3.1. La Interfaz como Soporte Multiprogramático]

A partir de los antecedentes y reflexiones expuestos, se puede concluir que el modelo de habitar y el entendimiento del territorio en forma nómada en la quebrada de Tarapacá -resultado del periodo formativo pre-colonial-, es aplicable y atingente al modelo resultante del proceso de transculturación contemporáneo. Ciertos elementos del modelo de habitar primigenio han perdurado, y se logran constatar en la actualidad, por lo que estos comportamientos culturales pueden ser potenciados en una intervención futura. | 37



[2. Catálogo de Vivienda Contemporáneo.]

Se ha definido para esta investigación el concepto “catálogo de vivienda”, referido principalmente a la gama de elementos espaciales condicionados por los usos que constituyen cada casa, el cual se enriquece con cada proceso de transculturación. Del análisis realizado, y a modo de conclusión, se desprenden dos modelos de habitar correspondientes a formas distintas de entender el territorio a lo largo del tiempo, lo que se traduce en dos tipologías de vivienda a modo de soporte físico de transformaciones contemporáneas. Las mutaciones sufridas por cada tipología se analizarán en tres escalas: espacio, mobiliario y grafismos arquitectónicos. Todo esto en relación a la incidencia de los modos de uso de la vivienda en estos ámbitos. Se entenderá que la vivienda contemporánea se define en base a la integración de estas escalas de análisis, de este modo, los grafismos arquitectónicos serán entendidos como expresiones simbólicas, propias del usuario de una vivienda. Estas dos tipologías sintetizan el espectro de viviendas posibles de constatar en la quebrada de Tarapacá hasta antes del terremoto de 2005, por lo que se busca develar elementos significativos a ser tomados en cuenta en la propuesta de lineamientos para la reconstrucción de viviendas en los poblados, a modo de rescate del patrimonio cultural tarapaqueño.

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[2.1. Casa de Interfaz Exterior] Esta tipología de vivienda corresponde al soporte físico arquitectónico producto del modelo de habitar del período formativo, en el cual el territorio se abarca de manera comunitaria, entendiendo la vivienda como módulo funcional dentro de un sistema de habitar complementario, en donde el espacio exterior a lo construido es una interfaz multifuncional. En la actualidad esta tipología se observa en los poblados más pequeños de la quebrada, y corresponden a caseríos aislados en torno a zonas de cultivo (chacras), que, producto de influencias coloniales y postcoloniales, se establecieron como pueblos fijos. Uno de los ejemplos contemporáneos más representativos de esta tipología es el del poblado de Enquelga[10], cuya estructuración se define a partir de grupos o filas de viviendas correspondientes a los clanes familiares. Todas las puertas de las casas miran al este para aprovechar el primer sol del día, elemento de la tradición incaica. En la conformación original de los poblados -producto del período formativo- no existen calles definidas, solo senderos, y un camino este-oeste de comunicación, no demarcado espacialmente. Este modo de articulación se refuerza con la construcción de este espacio-calle en la mayoría de los poblados de la quebrada, ya sea por acción de autoridades regionales, o por iniciativa de los residentes, a partir de viviendas de fachada continua que otorgan calidad espacial al eje, sumando a esto la incorporación de una plaza frente a la iglesia, la que pasa a ser, en conjunto con el eje este-oeste, el espacio público por excelencia.

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Las casas poseen muros un poco inclinados hacia adentro y techos de envigado de madera y cubierta de paja y barro, de dos o cuatro aguas. Las más antiguas son de piedra, siendo las de adobe mucho más recientes. Generalmente las viviendas no se heredan, por lo que se produce el reciclaje de casas abandonadas, apareciendo las casas de construcción mixta con base de piedra y parte superior de adobe. Hasta antes del terremoto de 2005 se constata la existencia de muchas casas ya en ruinas y en situación de abandono. El acceso a cada vivienda es a través de una puerta baja y estrecha (a veces dos), de una hoja, fabricada de madera de cactus cardón y cuero de llama u oveja. Posteriormente se fabricaron de tablas y latón. El espacio construido es continuo y multifuncional. Siendo la planta rectangular de un solo recinto -sin ventanas, producto del frío-, no existen jerarquías espaciales de acuerdo a los usos. Las medidas de un módulo promedio son entre 3 y 10 metros de largo y entre 2 y 4 metros de ancho, alcanzando los muros una altura aproximada de 2 metros.

[10] Según lo descrito en el artículo de Solc, Václav, “Casa Aymara en Enquelga” | Annals of the Náprsterk Museum 8 | Praga | 1975



m贸dulo bodega

m贸dulo bodega

m贸dulo dormitorio-cocina

m贸dulo dormitorio

plantas | ejemplo de casas de Interfaz Exterior | modos de agrupamiento


La vivienda se entiende como una agrupación de recintos en que cada uno posee un rol funcional: dormitorio, cocina y despensa. La vivienda de una familia puede estar conformada por uno, dos o más módulos, dependiendo de la capacidad económica, necesidad de espacio, tamaño del grupo familiar, etc. En ciertos módulos se observa una mixtura de usos básicos según necesidad (Ej. módulo despensadormitorio). Producto de los procesos de transculturación aparecen nuevos requerimientos programáticos, surgiendo la necesidad de nuevas mixturas (Ej. módulo bazar-despensa). Producto del modelo de habitar europeo y de modo simultáneo, comieza, en algunos casos, la subdivisión de recintos y la incorporación de la ventana. Originalmente el mobiliario es incorporado a la construcción, cumpliendo también un rol multifuncional dentro de la configuración de la vivienda. Este modo de entender el habitar del recinto es desplazado por la incorporación de mobiliario producto de los procesos de transculturación a partir de la colonia. A continuación se describen estos elementos con el objeto de deducir el aporte al carácter multifuncional de cada recinto producto esta concepción espacial: Plataforma-cama: Plataforma baja de piedra de 40 cm. de altura, cubierta por cueros de llama u oveja y frazadas manufacturadas. En el módulodormitorio pueden existir dos, una a cada lado de la puerta, en la noche sirve como cama y en el día como .

asiento; en el módulo-cocina se encuentra al lado del fogón y sirve para sentarse; en el módulo-despensa sirve para almacenar sacos con productos agrícolas. • Fogón: Dos filas de piedra paralelas al centro del módulo, pegado a un muro. Generalmente aparece una ventanilla de ventilación superior, sin vidrio. • Estacas de madera: Vigas empotradas en los muros a 1.8 o 2 m. de altura. Para guardar ropa (a través de una soga de estaca a estaca sobre la cama), utensilios de cocina o sacos de lana (tarijas) con productos agrícolas de menor tamaño. • Phutu: Nichos en los muros de 30 x 30 cm. de origen preincaico, para la colocación de elementos de iluminación (velas, lámparas). La mayoría de estas casas presentan un revoque exterior de barro alisado primitivamente, algunas veces pintado blanco, reminiscencia del proceso de colonización. En la actualidad algunas viviendas presentan fachadas de colores llamativos y afiches a modo de gancho publicitario, generalmente respondiendo a viviendas que incorporan el programa comercial o de servicio. El interior de barro -en ocasiones pintado de blanco-, con el tiempo se interviene con páginas de revistas, calendarios coloridos, espejos, etc. Originalmente no se acostumbraba a ornamentar la vivienda con elementos alusivos a la religión, entendiéndose a la vivienda como módulo funcional no sacro, pero producto del sincretismo religioso actual aparecen imágenes religiosas al interior de las casas.

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[2.2. Casa de Interfaz Interior] Esta tipología de vivienda corresponde al soporte físico arquitectónico producto del sincretismo entre el modelo de habitar local primigenio y el modelo de habitar europeo, introducido durante la colonización, en el cual el territorio se abarca de manera continua en unidades territoriales, se privatiza y se idealiza la vivienda como unidad autosuficiente, que abarca un área delimitada y geográficamente continua. Se integra la idea del espacio monofuncional, por lo que la vivienda cuenta con diversos recintos con usos definidos, conectados a través de un espacio de interfaz continuo. De esta manera el interfaz se integra a la vivienda como un espacio interior de uso privado, delimitándolo y asignándole calidad espacial. La arquitecta Glenda Kapstein[11] ha definido esta zona interior como “espacio intermedio”, categorizándola principalmente de acuerdo a su funcionamiento bioclimático y por estar constituida por una sumatoria de espacios monofuncionales. Para efectos de esta investigación se entenderá este espacio principalmente por su carácter de soporte multifuncional, aportando a la definición de la autora la complejidad de los modos de habitar bajo el rótulo de interfaz interior.

[11] Kapstein, Glenda | “Espacios Intermedios, Respuesta Arquitectónica al Medioambiente: II Región” | Editorial Universitaria | Santiago | 1988

Previo al terremoto, esta tipología de vivienda es predominante en los poblados de la quebrada, y casi totalitaria en los más grandes. Estos asentamientos se estructuran en base a grupos de predios particulares, cuyos límites físicos son perfectamente reconocibles y determinantes, configurándose de esta forma el espacio-calle como articulador de uso público. Para estos casos, la plaza pierde protagonismo con respecto al eje este-oeste de comunicación y de servicios, por lo que generalmente se reduce a ser una explanada escasamente equipada y contigua a la iglesia. Cuando a un poblado le corresponde ser sede de una fiesta anual debido al calendario de culto local, el poblado –y cada vivienda- se reestructura perceptualmente en torno a la plaza, soporte de las actividades y ceremonias de esta índole. Se reconoce entonces la capacidad de reestructuración perceptual de cada poblado, por contar con los soportes básicos para el desarrollo de actividades cotidianas y religiosas, entendiendo a cada asentamiento como soporte físico de usos. La vivienda original de esta tipología, construida en adobe como material principal, se transforma en el tiempo, incorporando una amplia gama de materialidades. Aparece, en primera instancia, la madera y el ladrillo, y posteriormente, la bloqueta de hormigón, como alternativas al adobe. Además, por la escasez de lluvias y limitaciones económicas, aparecen materiales ligeros como latones, cartones y cierres efímeros. Esta tipología de vivienda, al ser un híbrido resultado principalmente de dos modelos de habitar, presenta una . | 45


variedad de modalidades de techo, apareciendo la teja sumándose esta al uso de la paja. En la actualidad se amplia el espectro de materiales usados en la construcción, reemplazo o reparación de techumbres con elementos modulares de producción industrial –planchas de zinc, pizarreño, fibra de vidrio, etc.-. Los recintos se diferencian claramente en cuanto a función. Se incorpora el concepto de habitación, espacios monofuncionales que se ordenan según una jerarquía espacial determinada por los usos. Las habitaciones se distribuyen a partir de un espacio de interfaz interior de uso privado, compuesto por tres unidades monofuncionales: el zaguán, el patio y la huerta. El zaguán, pasillo techado de acceso a la vivienda que se ubica entre dos recintos mayores, es el soporte espacial del rito de paso entre el espacio público y el privado. La conexión del recinto con el exterior se materializa con la aparición de una puerta de dos hojas en la fachada –generalmente continua-, y con el interior, la conexión con un patio se materializa a través de un arco. A este espacio monofuncional ordenador desembocan todas las habitaciones. En ciertos casos, la inclusión de grutas como objeto sacro, le otorga un carácter místico al espacio. A continuación del patio, aparece algunas veces la huerta, diferenciándose solo por su función y no por límites físicos. Ambos espacios están delimitados por los recintos y/o por muros altos de adobe y adobón, que colaboran exteriormente a la consolidación de las sendas como calles.

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El modelo contemporáneo globalizado de habitar tiende a sumar carga programática a los espacios de interfaz, debido a que los espacios de conexión se entienden como soportes multifuncionales de uso. Por este motivo, el patio adquiere nuevas cargas de uso, como son por ejemplo, el lavado y tendido de ropa, espacio de esparcimiento, comedor exterior, soporte de alguna actividad productiva familiar, y, en el periodo de fiestas, espacio de alojamiento arrendable. Las habitaciones son recintos monofuncionales, y se clasifican en comedor-cocina, bodega, dormitorios y servicio (baño). Esta diferenciación de roles espaciales es enfatizada por la inclusión de mobiliario de uso específico para de cada recinto. Podemos constatar que el comedorcocina posee un espacio físico sustancialmente mayor al de dormitorios y servicio. En el aparece una cantidad diversa de elementos muebles, que acondicionan el espacio para el uso colectivo del recinto -como mesas, sillas, mesones y artefactos-. Con el tiempo esta habitación, sumada al patio, se constituye como el espacio colectivo esencial en la estructuración de la vivienda con interfaz interior, debido a que adquiere un carácter multifuncional, por ser soporte de las actividades de recreación y comunicación incorporadas por el modelo de habitar contemporáneo, producto de la aparición de la radio, el teléfono, la televisión y el computador. En algunos casos es posible constatar la aparición del corredor exterior como modo de mutación espacial, asimilación del modelo de habitar inglés inserto durante el proceso de chilenización.


n

huerto

baĂąo cocina bodega dormitorio

dormitorio

zaguĂĄn

patio dormitorio comedor estar

planta | ejemplo de casa de Interfaz Interior


estar

patio

baño

baño

patio

comedor

corte z - z’

corte y - y’

zaguán

corte x - x’ cortes | ejemplo de casa de Interfaz Interior

patio

dormitorio


elevación oriente

elevación norte Este espacio se define en la fachada como una doble piel a modo de galería, que, técnicamente, funciona como un zaguán. En las viviendas tarapaqueñas donde se presenta este recinto, se implementan balaustradas rudimentarias a modo de alegoría estética al casco histórico iquiqueño. La fachada en de esta tipología no presenta originalmente grafismos arquitectónicos, a excepción de los elementos decorativos incorporados a puertas y ventanas de madera. La mayoría de las casas son de fachada continua y presentan el revoque exterior de barro pintado blanco. Al igual que en la tipología anterior, producto del proceso de globalización contemporáneo, ciertos usos asociados a la vivienda –como bazar, almacén, posada, etc.- se expresan en las fachadas a modo de grafismos

arquitectónicos, tales como colores llamativos y afiches publicitarios. La aparición de grafismos arquitectónicos en los recintos de la vivienda de interfaz interior, es más temprana que en la tipología antes descrita, debido a la mayor conectividad con el referente paradigmático que promueve estas expresiones. El soporte inicial de los grafismos interiores -el muro de barro pintado de blanco- con el tiempo, sufre diversas intervenciones, como ser pintado de colores o empapelado, aparición de cuadros, espejos, relojes, etc. En este modo de entender el habitar, el carácter místico no funcional cíclico- de la religión católica, permite la inclusión del espacio sacro a la vivienda, a través de la las imágenes religiosas, crucifijos, amuletos, etc. | 49


En el pasado cercano encontramos ejemplos de iniciativas gubernamentales que abordan la problemåtica de la vivienda en la quebrada de Tarapacå, momentos políticos y desastres han impulsado –o trabado- propuestas de distinto valor.


[Capitulo II. Diagnóstico crítico a la Política habitacional [Capitulo II. en la quebrada de Tarapacá]


[Capitulo II. Diagnóstico crítico a la Política habitacional [Capitulo II. en la quebrada de Tarapacá]


Soluciones Habitacionales en Huara | Comuna de Huara | Chile


Habitante de Tarapacรก |San Lorenzo de Tarapacรก | Chile Imagen sacada de: www.proyectotarapacรก.cl


Entender la reconstrucción de viviendas tras el terremoto como un problema social, del cual el gobierno debe hacerse cargo al igual que con los equipamientos de los poblados, constituye la motivación de esta investigación para indagar en las políticas habitacionales en la zona, con el fin de conocer qué tan acertadas pueden ser o han sido las iniciativas de construcción de viviendas para los particulares modelos de habitar de los ocupantes de este territorio. A la vez, se entenderá a la política habitacional como el principal nicho para crear una vivienda digna, reconociendo y valorando las particularidades de un contexto determinado. Se definirá “política habitacional” como la acción de un agente social –en la mayoría de los casos el Estado- para absorber el déficit de vivienda en la población. A la vez se entiende que el sector de la sociedad más aquejado por este déficit es el más pobre, por lo tanto, en la mayoría de los casos, se podrá asociar la idea de Política Habitacional a la de Vivienda Social, comprendiendo en ésta la atención o acción tendiente al mejoramiento de la situación habitacional de los grupos más desamparados de nuestra sociedad. La acción pública en materia de política habitacional abarca tradicionalmente dos áreas que esquematizan los componentes en juego a lo largo del proceso, los relativos a la gestión – factores políticos, económicos y legales- y los relativos al diseño de la vivienda –el terreno, las tecnologías y la materialidad-. Uno de los debates más interesantes en esta materia ha sido aquél centrado en dos posiciones hasta cierto punto contrapuestas: la que privilegia el mayor desarrollo del diseño, sostiene que más vale construir casas de mayor estándar, aún cuando esto signifique ir más lento en la absorción del déficit existente, y aquella que en cambio prioriza el área de gestión del

plan, promoviendo una cobertura más amplia de los programas de vivienda, pero rebajando los estándares de los bienes habitacionales entregados por la acción pública. A lo largo del quehacer público atingente a éste tema, el país ha visto la implementación de una gran diversidad de opciones habitacionales, entre las cuales se pueden mencionar: viviendas terminadas de diversas tipologías y estándares, viviendas en obra gruesa habitable, viviendas básicas, soluciones de casetas sanitarias hasta llegar a la entrega de sólo un terreno. Según Edwin Haramoto[12], la vivienda no sólo es la casa como soporte físico, sino un sistema de habitaciones que involucra inseparablemente el territorio, la infraestructura y el equipamiento social-comunitario; a la vez situado dentro de un contexto social, cultural, económico, físico, etc. A partir del estudio de la vivienda como resultante de constantes procesos de transculturación se considera importante la incorporación del modelo de habitar como condicionante indispensable al momento de enfrentar los procesos de gestión y diseño en el desarrollo de una política habitacional. La forma de entender el territorio de un contexto cultural determinado repercute dentro del área de gestión, así como los usos condicionan el proceso de diseño. Se entiende de esta manera que la inserción de una vivienda desata un proceso que se desarrolla gradualmente en el tiempo, proceso que responde a estructuras y particularidades de un contexto cultural determinado que deben ser consideradas en el diseño.

Según lo expuesto en la presentación de la “Reseña de la Vivienda Social en Chile” | CA nro. 41 | “Catálogo V Bienal, Arquitectura y Calidad de Vida” | Colegio de Arquitectos de Chile | Santiago | 1985 [12]

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Formulación del Modelo de Análisis Formulación del Modelo de Análisis

A través del estudio de ejemplos significativos de propuestas de vivienda en la zona norte de Chile se buscará conocer de que manera las políticas habitacionales para esta área entienden y valorizan las particularidades del modo de habitar local, los usos que éste determina y la manera de entender el territorio. Con el fin de concluir en una tercera tipología del catálogo de vivienda, que será utilizado en el desarrollo de la propuesta de este seminario, se ordenará esta fase de investigación en dos áreas de propuestas de vivienda a analizar, políticas habitacionales – en la zona- a lo largo de la historia y proyectos y políticas de vivienda de emergencia tras catástrofes naturales, con el fin de enjuiciar aciertos y desaciertos en cuanto a entender el modo de habitar tarapaqueño se refiere, aportando toda esta información al catálogo de vivienda. La manera de analizar los casos escogidos estará guiada según una ficha evaluativa de proyecto, este modelo buscará exponer cómo la propuesta de vivienda entiende un modo de habitar local a través de: • las relaciones espaciales y de usos en relación a las planimetrías de los proyectos, diferenciando espacios mono o multifuncionales. • la forma de inserción de estas viviendas en un contexto GEO-cultural determinado, así como sus modos de agrupamiento y sus relaciones entre unidades habitables. • las transformaciones provocadas por los usos. De esta manera, el modelo de análisis se plantea como un camino para conocer y comprender casos significativos de propuestas de vivienda para la zona de la quebrada de Tarapacá y su área de influencia.

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Rayados ejecutados por los vecinos de Huara producto de la lentitud en la implementaci贸n de Soluciones Habitacionales.


[3. Referentes de Política Habitacional en el Norte Grande]

Entenderemos como política habitacional al mecanismo mediante el cual un actor de la sociedad, en este caso el gobierno, se hace cargo del déficit de cantidad y calidad de la vivienda, traduciéndose principalmente en una gestión de vivienda social y de emergencia. Es así como, dentro de este proceso económico social, el término “vivienda social” ha venido a ser sinónimo de vivienda barata y transable en el mejor mercado posible. Se evidencia un panorama en que la vivienda se convierte en una mercancía y a ella se le adscribirán, sin más ni menos, las características del objeto, lo que atenta contra su esencia misma, habitar un lugar. Pese a esto, hay quienes logran aportar valiosas iniciativas respetando las numerosas limitantes –principalmente económicasque este tipo de proyectos representan. En este contexto, se analizarán diferentes casos de políticas aplicadas en zonas que comparten particularidades con la quebrada de Tarapacá. En una primera instancia, geográficas y climáticas. La red organizadora que plantea el proceso contemporáneo de Globalización se estructura a partir de urbes, las cuales se transforman en referentes paradigmáticos para localidades menores. Por esta razón, se justifica el análisis de políticas habitacionales insertas en ciudades como Antofagasta, Iquique y Arica, representando una influencia para el desarrollo de la vivienda en la zona de la quebrada de Tarapacá, consecuencia de habitar un

contexto cultural común. Las propuestas habitacionales para estas ciudades-referente, enclavadas en la aridez del desierto, deberían suponer un desarrollo arquitectónico coherente con su entorno geo-climático. Los espacios estructurantes de la vivienda nortina que forman parte del paisaje urbano, y que se constituían como elementos conectores entre el habitar privado y la vida pública, comienzan a ser reemplazados, por ejemplo, por fachadas vidriadas y grandes zonas de carácter público comienzan a vaciarse. La vivienda se analizará como soporte físico arquitectónico de usos dinámicos, los cuales determinan transformaciones en este soporte, situación que permitirá develar las posibilidades que cada caso de soporte rígido entrega al morador. A la vez, se distinguirán los elementos que componen la estructuración espacial de cada vivienda, entendiendo el rol del espacio de interfaz en dicha ordenación. Los procesos de transformación de las viviendas por parte de los usuarios, en un contexto particular, son asumidos como actos de apropiación y de individualización, propias de la cultura. La transformación física de la vivienda es sensible al reconocimiento de relaciones sociales y modos de estructuración resultantes de procesos de transculturación, arquitectura informal que desencadena un nuevo acondicionamiento espacial de la vivienda.

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[3.1. Poblaci贸n Salar del Carmen] Antofagasta Arquitectos Jaime Besa y Mario P茅rez de Arce

1960



El conjunto Habitacional Salar Del Carmen (1960) fue construido por encargo de la Corporación de Vivienda (CORVI) durante el gobierno del Presidente Alessandri, siendo presentado como referente paradigmático para el planteamiento de conjuntos atingentes a la realidad habitacional del país. En sus orígenes el conjunto es un representante local de ideales modernistas le corbusierianos, “blancos volúmenes bajo la luz”. Es importante destacar que los concursantes tenían completa libertad de modificar leyes y normativas hasta ese momento vigentes, para así potenciar el desarrollo de ideologías referidas a la política habitacional, con el claro fin de establecer referentes para futuras intervenciones.

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Plano del modo de inserción del conjunto en el territorio

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Axonométrica que explica el modo de Agrupamiento de las viviendas

La CORVI precisaba la condición socioeconómica de los usuarios -media baja, estimándose una composición familiar media de 6 personas (mínimo de 4 y máximo de 8 personas). Según la revista DOCOMOMO[13], en la actualidad el promedio de habitantes del conjunto es de 5 personas por vivienda. El proyecto se emplaza en un terreno en pendiente, con un sistema simple de vialidad que lo conecta con la ciudad, a través de calles que penetran en las zonas de habitación con estacionamientos distribuidos en las entradas principales. Los pasajes que siguen la pendiente y bajan a la ciudad, en su intersección con otras calles, tienen plazoletas que miran al mar. Por la aridez del sitio, las plantaciones de árboles se han concentrado en puntos de interés del conjunto. Las viviendas de frente continuo se organizan en torno a un patio interior siguiendo el orden establecido por la pendiente del terreno. 62 |

La propuesta considera la condicionante climática del contexto en donde se inserta, determinando y estructurando la forma arquitectónica, permitiendo que la vivienda se exteriorice, que construya la sombra y habite la penumbra asumidos como principio ambiental y de identidad arquitectónica fundamentales. Las ventanas son pequeñas, respondiendo a una conformación tradicional de la arquitectura desértica en la cual predomina el lleno sobre el vacío. Los volúmenes puros delimitan los espacios y los pequeños vanos buscan no interrumpir el juego de lleno-vacío. Guerra, José N. | Articulo: Patrimonio Moderno y transformación Ambiental, el conjunto Salar del Carmen, Antofagasta | en: Revista DOCOMOMO | p.47-53 | Santiago | octubre 2005

[13]


plantas viviendas Propuesta Original

planta | 1er piso

planta | 2do piso

planta | cubierta


La propuesta original propone una relación espacial entre el interior y el exterior de la vivienda, estructurando este vínculo a partir de un pasillo de acceso entre dos volúmenes que desemboca en el patio central. Se podría reconocer un zaguán, pero la falta de cubierta no genera las delimitaciones arquitectónicas necesarias y las condiciones para la generación de un interfaz continuo como soporte multifuncional de usos, lo que hace que este espacio se desvirtúe y se genere una complejización del mismo por parte del usuario. Las transformaciones generan una especie de doble piel, envolvente bioclimática que determina los espacios interiores de sociabilización y una mejor articulación con el exterior. Se plantea la estructuración de la vivienda en base a un patio multifuncional ordenador, al cual convergen todos los recintos entendidos como monofuncionales (dormitorio, comedor, cocina, baño), siendo una propuesta similar a la casa de interfaz interior descrita en el primer capítulo.

De acuerdo al modo de habitar la vivienda, propio del actual proceso de globalización, todos los espacios son en algún grado multifuncionales. Esto conduce a la incorporación de nuevos usos a los recintos cerrados, lo que genera una readecuación de las condiciones de habitabilidad de esos espacios. Por ejemplo, el dormitorio no se entiende sólo como un espacio de descanso, sino también como lugar de sociabilización, estudio, recreación, etc., lo que ha llevado a los residentes a criticar la propuesta a partir de intervenciones espaciales y la implementación de ventanales para la correcta relación con el entorno. Las transformaciones arquitectónicas se limitan principalmente a tres modos de readecuación espacial: la incorporación de cubiertas livianas, el cierre de los espacios de interfaz interior y la adición de nuevos volúmenes. Los tres casos contribuyen a la transformación de la imagen proyectada por el conjunto y su consecuente repercusión en el espacio urbano.

relación con el paisaje desde el balcón

espacios de Uso Común no vinculados con el contexto producto de la Interfaz

corte z – ‘z

64 |


El patio se constituye como el recinto multifuncional por excelencia, acogiendo usos recreativos, comedor exterior, lavadero, tendedero, taller, extensión de la cocina, etc. En el caso del cierre del patio organizador se rompe con el elemento que establece la conexión con el territorio, el interfaz como espacio arquitectónicamente delimitado, pero de uso exterior. El antiguo patio estructurador corresponde actualmente a un living y/o comedor, manteniendo su carácter de espacio multifuncional ordenador de los recintos, pero perdiendo su condiciones físicas de habitabilidad que caracterizan al modo local de entender el territorio. Los moradores readecuan las cubiertas como terrazas, recalcándose así la importancia de habitar la exterioridad y retomando el nexo vivienda-territorio, a través de un espacio que se asoma a modo de vigía, haciendo conciente para el interior las relaciones de distancia y proporciones del exterior. No se tomó en cuenta la condición urbana del conjunto, tampoco la relación con el contexto a través de la vista, lo que ha llevado a los residentes a criticar la estética de la propuesta a partir de las intervenciones espaciales y la implementación de ventanales para la correcta relación con el entorno. Las casas transformadas están ambientalmente mejor adecuadas que las originales (interiores frescos y sombríos), pero presentan deficiencias de iluminación y ventilación, producto de la implementación de adaptaciones que responden a una arquitectura informal, construcción espontánea no guiada. Las puertas pasan a convertirse en elementos de ventilación e iluminación, cambio de rol forzado producto de la autoconstrucción.

diagrama de transformaciones arquitectónicas |

incorporación de cubiertas livianas

cierre de los espacios de interfaz interior

adición de nuevos volúmenes

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plantas viviendas | transformaciones producto de la autoconstrucción

cocina

estar-comedor

patio

planta | 1er piso

La expresión de las transformaciones a nivel de fachada rompe con la monotonía de la propuesta original, las transformaciones provocadas por los usos generan expresiones individuales propias de la forma en que cada morador suple carencias presentes en la vivienda como soporte programático. La homogeneidad del conjunto se reemplaza por la identificación por unidad de vivienda, principalmente a través de la forma y el grafismo arquitectónico. La transformación del color de cada vivienda, como grafismo, se comprende desde la perspectiva de los significados que se intenta conciente o inconcientemente comunicar. De esta manera las intervenciones escapan de responder a funciones de control bioclimático -como fue originalmente planteado el blanco para el control térmico y lumínico- y de generar una relación armónica con la paleta de colores aportada por el paisaje.

terraza superior

patio techado multifuncional

planta | 2do piso 66 |

planta | cubierta


fachadas | transformaciones en forma gradual

elevaci贸n | fachada original

elevaci贸n | transformaciones leves

elevaci贸n | con transformaciones volum茅tricas

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[3.2. Poblaci贸n Ricardo Ossand贸n] Iquique, sector Playa Brava Arquitectos Patricio Advis y H茅ctor Ruiz

1979



n

A principios del siglo xx, con el desarrollo de la industria salitrera, la ciudad de Iquique comienza a crecer hacia las playas del sur. Las viviendas deben protegerse de la incidencia directa del sol en todas sus caras para conseguir un grado de habitabilidad confortable, estableciéndose así una segunda piel de sombra. Las viviendas se ubican pareadas en forma continua, aislando las caras laterales, en las fachadas se utilizan corredores frontales y balcones, y en las cubiertas se disponen azoteas techadas y abiertas en su contorno. Sumado a su función bioclimática, esta piel se constituía como una importante capa de sociabilización: en las azoteas como área de recreación común, relación con el territorio y las actividades del entorno urbano, en los balcones y corredores como estar para ver pasar a la gente y conversar al paso. La población Ricardo Ossandón contempla 16 unidades de vivienda construidas para funcionarios públicos en un sector privilegiado de la ciudad de Iquique, buscando proyectar una vivienda que en su diseño fuera sensible a la problemática ambiental y al modo de habitar la vivienda urbana tradicional de Iquique. La propuesta se emplaza en el sector de Playa Brava, barrio privilegiado en la ciudad debido a la buena accesibilidad al centro, a los equipamientos que esta ofrece y a la cercanía con la playa. Las viviendas aisladas del conjunto se ordenan de manera lineal, constituyendo un bloque paralelo a la calle que lo conecta con el resto de la ciudad.

Plano del modo de inserción del conjunto en el territorio

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La concepción del conjunto no incorpora espacios públicos, planteándose cada vivienda como una unidad autosuficiente. La presencia de un antejardín actúa como interfaz entre el exterior y la vivienda, dándole a este espacio la connotación de espacio semi-público, que puede ser entendido como una reinterpretación del corredor de la casa tradicional iquiqueña.

Axonométrica que explica el modo de Agrupamiento de las viviendas

72 |


planta | 1er piso

plantas viviendas Propuesta Original

planta | 2do piso

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Esta situación representa un ejemplo positivo en cuanto a la preocupación por el diseño, puesto que la concepción de la vivienda aborda dos puntos fundamentales: por un lado, es sensible a la situación climática en la que se inserta, planteando la necesidad de envolverla con una epidermis de sombra, y por otro lado se evidencia un rescate de estructuras espaciales –y funcionales- propias de la tradición arquitectónica y cultural local, planteándose la organización de la casa en base a dos terrazas, con características diferentes entre si. En la estructuración de la vivienda se evidencia la presencia de una interfaz multifuncional que relaciona los recintos, es un espacio continuo que rodea a los dos volúmenes, uno de función privada –dormitorios y serviciosy uno público –comedor, estar y cocina. La configuración física de este espacio es distinta a los esquemas revisados de patio interior, pero funcionalmente actúa de manera similar, constituyendo el sector multifuncional por excelencia de la vivienda, este espacio conecta los dos bloques construidos de la vivienda y establece una situación de exterior controlado que permite la extensión de las actividades de los recintos entendidos como monofuncionales que convergen -además de otros usospermitiendo la exteriorización de la vivienda a través de esta.

interfaz continua

corte y – y’

74 |

El programa de las viviendas proyecta hacia el exterior usos perteneciente a la casa. Se reconoce una manera urbana de abordar la arquitectura de esta zona, la real posibilidad que permite el clima de realizar una parte de la vida doméstica en espacios exteriores: terrazas y patios. En el programa funcional planteado, los actos más libres y multifacéticos eran los de la sociabilidad. Estos iban a suceder en el estar comedor y la pieza de uso múltiple, por este motivo, estos recintos están vinculados a terrazas. El resto del programa adquiere su carácter naturalmente dentro de un sistema de relaciones domésticas en el cual actúan como polarizadores los recintos con terrazas, uno arriba hacia el mar y el otro abajo hacia el cerro, como manera de relacionarse con el conjunto y el territorio, de manera que cualquier acto que sucedería en los espacios interiores de sociabilización está inserto directa o indirectamente en este sistema de relaciones. La propuesta contempla la posibilidad de transformación física a partir de sugerir la adición de una habitación multifuncional en la terraza superior, que plantea el cierre parcial de ésta, en la mitad que mira al oriente. Pese a esta sugerencia de los autores, nada impide el cierre total de la terraza.

relación con el paisaje desde la azotea y la terraza


El área exterior de la vivienda supone múltiples cargas programáticas que, debido al clima, darían el pie a la generación de transformaciones en distintas escalas para lograr un grado mayor de habitabilidad. Por esta razón podrán aparecer en los recintos exteriores elementos como cubiertas livianas a modo de sombreadero para el estacionamiento, la terraza trasera, el patio lateral de acceso, el patio de servicio y la incorporación de quinchos en el patio trasero. Estos recintos pertenecientes al interfaz continuo serían alterados por el usuario por motivos de confortabilidad climática, y, dependiendo de la intensidad de los usos de los mismos, podrían aparecer a su vez delimitaciones mayores con la incorporación de muros. De esta manera en ciertos casos se sumarían a la vivienda nuevos espacios cuyas delimitaciones físicas los transformasen en recintos interiores, como por ejemplo la construcción de un garaje, el cierre total de la azotea superior, la conversión del patio de servicio en habitación o bodega y el cierre del lavadero. Se asume la adición de volúmenes como un caso límite de transformación, ya que la vivienda propuesta contempla una amplia variedad programática y los consecuentes espacios para estos usos, quitándole importancia al ámbito de ampliar la vivienda en base a recintos, debido a las dimensiones de ésta. A parte de la incorporación de nuevos colores en las fachadas como grafismos arquitectónicos, la propuesta contempla la incorporación de especies vegetales como complemento a la membrana de sombra que cubre la vivienda. A la vez, la complejidad y riqueza de elementos en la fachada supone una intervención menor de ésta en el tiempo.

diagrama de transformaciones arquitectónicas |

incorporación de cubiertas livianas

cierre de los espacios de interfaz interior

adición de nuevos volúmenes

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corte z - z’

fachadas | transformaciones en forma gradual

planta | 1er piso

elevación | transformaciones leves

elevación | transformaciones volumétricas 76 |


quincho

relaci贸n con el paisaje desde la terraza

patio

cocina lavadero

estar-comedor patio techado multifuncional

hall

Antejard铆n (corredor reinterpretado)

plantas vivienda interfaz continua | diagrama de usos |

habitaci贸n multifuncional

relaci贸n con el paisaje desde la azotea terraza superior

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[3.4. Población Quinta Monroy] Centro de Iquique Equipo ELEMENTAL Arquitectos Alejandro Aravena, Alfonso Montero, Tomás Cortese, Emilio de la Cerda, Andrés Iacobelli

2004



n

Plano del modo de inserci贸n del conjunto en el territorio

patio como generador del Interfaz

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Con el desafío de plantear una vivienda social que recogiera las particularidades en los modos de habitar de una comunidad específica –que constituía una toma ilegal en pleno centro de Iquique- el equipo de Elemental propuso este conjunto de viviendas destinadas a estos pobladores de condición socio económica baja, con el fin de evitar erradicarlos a la periferia y plantear nuevas formas de generar iniciativas de viviendas de esta índole. El proyecto tiene una de sus máximas en la capacidad de guiar las transformaciones y ampliaciones futuras de las unidades habitables, de esta manera, se buscó entregar un soporte básico capaz de asumir todas estas transformaciones en donde se entrega sólo la mitad de lo que constituirá la

Axonométrica que explica el modo de Agrupamiento de las viviendas

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casa final, mitigando de esta forma el mayor costo del céntrico terreno donde se emplazan, que asegura el acceso de los moradores a los equipamientos y servicios que ofrece la ciudad. El conjunto consta de 100 unidades de vivienda bajo el programa específico del Ministerio de Vivienda llamado Vivienda Social Dinámica sin Deuda (VSDsD), orientado a los más pobres de la sociedad, que plantea la construcción bajo el concepto de diseñar el mejor edificio con el presupuesto de 100 viviendas, y no la mejor vivienda con un céntimo del dinero disponible. El modo de agrupamiento responde a la necesidad de una densidad mínima 100 familias en 0,5 hectáreas- en la que no cabe la concepción de viviendas aisladas y asegura la posibilidad de ampliación para cada unidad.


plantas viviendas propuesta original | primera etapa

espacio de crecimiento propuesto

espacio de crecimiento posible

espacio de crecimiento propuesto

planta | 1er piso | casa no 1

planta | 1er piso | casa no 2

espacio de crecimiento propuesto

El modo de agrupamiento se plantea a partir de las transformaciones que puede sufrir y establece un asesoramiento en las futura etapas de ampliación, lo que manifiesta una complementariedad entre el proceso de diseño y de gestión de la propuesta. Las 100 familias se reagruparon en 4 grupos menores, ordenándose el conjunto en base a bloques que, dada su conformación, soportan las ampliaciones dentro de su estructura. Estos bloques están dispuestos en torno a patios centrales que no se conectan entre si, soportes de las circulaciones de uso común, los accesos al conjunto y a las viviendas, estacionamientos y área de recreación. Estos patios interiores funcionan como interfaz relacionadora entre las viviendas, espacio básico de sociabilización multifuncional, pudiendo asumir la extensión de ciertas funciones que tiene cada unidad. Los patios entendidos como interfaz interior, presentan dos carencias fundamentales, por un lado están destinados como lugar de estacionamiento de vehículos, saturando el espacio y limitando sus posibilidades de acoger otros usos; por otro lado, al entenderse el espacio de interfaz como soporte de sociabilización, se adolece de relación con la ciudad, debido a que este espacio se comunica con la ciudad tan solo a través del un acceso vehicular La vivienda que se entrega -30 metros cuadrados- esta construida a la mitad, incluyendo los elementos “difíciles” de ser autoconstruidos –cocina, baños, escaleras y muros medianeros- e intentando facilitar a través de ciertas estructuras el proceso de crecimiento de la vivienda, completando alrededor de 70 metros cuadrados, bajo el concepto de construir un edificio que tuviera sólo el primer y el último piso, los cuales tienen la más alta capacidad de ser ampliados: horizontalmente sobre el suelo próximo y verticalmente hacia el aire, respectivamente.

planta | 2ndo piso | casa no 2

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En una primera instancia, la vivienda se estructura a partir de los servicios, estando compuesta por un baño y un espacio multifuncional más amplio, que hace las veces de cocina, comedor, estar y dormitorio. Por lo tanto, no se propone una estructuración definida al interior de la casa, salvo por la ubicación de recintos de servicios, generándose configuraciones a partir de la inmediatez del proceso de transformación. La distribución de estos servicios sólo aporta lineamiento de posibles ubicaciones de programas, por ejemplo, comedor cercano a cocina o dormitorio cercano al baño.

Dada esta situación, el proceso de transformación de estas viviendas es fundamental, siendo la más fuerte la adición o completación de volúmenes. El diseño interior de las unidades de vivienda adolece de una interfaz continua y multifuncional similar a los casos expuestos anteriormente, por lo que el espacio de estar-comedor pasa a ser el ordenador de los recintos de la casa, siendo el espacio multifuncional por excelencia de este caso.

casa no 2 espacio común como nterfaz continua |

relación con el paisaje desde el patio

casa no 1 corte z – z’

84 |


Las transformaciones, en el caso de los departamentos de los segundos pisos, incorporan un espacio recibidor y balcones que funcionan como espacios de sociabilización en relación a los patios interiores, así como un intento de generar una segunda piel de sombra. Es posible apreciar que las ampliaciones de estos departamentos son manifestaciones de referentes paradigmáticos de los mismos moradores, que, inspirados por lo que han visto en la ciudad o a través de otros medios, los incorporan a sus viviendas. En el caso de las unidades en el primer piso, la transformación involucra el cierre del espacio destinado a la ampliación, pese a esta guía de ampliación que plantea en su diseño la propuesta, nada impediría la ampliación descontrolada en el terreno trasero de cada bloque –subdividido y asignado según el número de viviendas de primer piso que contemple el edificio-, rompiendo los lineamientos de transformación propuestos. Las fachadas de ambos casos de vivienda se transforman principalmente a través de dos modificaciones: se incorporan elementos ornamentales como barandas, rejas, luminarias, etc. que suplen la falta de estos elementos en la construcción entregada y que aportan a cada vivienda un carácter de identificación que se logra a través de las transformaciones de ampliación. La otra modificación importante en relación a la fachada la constituye la manifestación de grafismos arquitectónicos a través de la incorporación de material gráfico y el pintado de colores, aportando la misma significancia de identificación anterior.

diagrama de transformaciones arquitectónicas |

incorporación de cubiertas livianas

cierre de los espacios de interfaz interior

adición de nuevos volúmenes

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plantas vivienda | transformaciones segunda etapa |

planta | 1er piso | casa no 1

planta | 1er piso | casa no 2

planta | 2ndo piso | casa no 1

86 |


fachadas | viviendas entregadas

elevaci贸n | transformaciones primera etapa

elevaci贸n | transformaciones segunda etapa | 87


Antigua vivienda de Emergencia, en la actualidad: vivienda definitiva |San Lorenzo de Tarapacรก | Chile Imagen sacada de: www.proyectotarapacรก.cl


[4. Catástrofes Naturales y Viviendas de Emergencia]

Tras el terremoto de 2005 en la Quebrada de Tarapacá se evidencia un alarmante retraso en la solución habitacional para quienes aún viven en viviendas de emergencia, se han restituido equipamientos fundamentales para la subsistencia de estos poblados pero aún no existen soluciones sustanciales para el problema de la carencia de viviendas, esta situación, sumada a la precariedad económica de estas comunidades, aumenta el despoblamiento de estos asentamientos. Algunos ejemplos aislados de propuestas de viviendas más definitivas aparecen, pero solo como motivos de discusión y descontento y en ningún caso como iniciativas constituyentes de un plan mayor de reconstrucción de viviendas, sintetizando, el problema del déficit de vivienda en la zona, producto del terremoto, no se ha abordado de manera efectiva hasta la fecha. Tras un terremoto, aparecen múltiples informes, estudios e investigaciones que apuntan a recopilar los efectos del fenómeno y proponer estrategias de reconstrucción. Desafortunadamente, la mayoría de estos aportes abordan el

fenómeno desde una estadística cuantitativa –ya sea desde una perspectiva económica, estructural, constructiva o social- obviando todo lo perdido desde un punto de vista cualitativo. Por este motivo, es que al no considerarse los daños a la calidad de vida de los habitantes afectados por este tipo de catástrofe, no podrá concretarse una estrategia de reconstrucción efectiva para restituir los modos de vida en cuestión. Una ininterrumpida tradición en la quebrada elabora un lenguaje arquitectónico que se adecua a un clima, materiales disponibles y principalmente programas y modos de habitar estas estructuras arquitectónicas, que se han hecho parte del paisaje físico y cultural de la zona. Se ejemplifican algunos impactos producidos por el terremoto en las estructuras y asentamientos mencionados: se evidencia una pérdida de la identidad de la arquitectura al momento en que se reemplazan viviendas destruidas por otras que no concilian en absoluto la imagen arquitectónica existente. Como consecuencia, se deteriora el paisaje.

pérdida de la identidad de la arquitectura, deterioro del paisaje | diagrama de nuevos vacíos en la trama por casas destruidas

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Este daño se perpetúa a través de propuestas de reconstrucción –en su mayoría- que carecen de conciencia por el emplazamiento y el paisaje, en donde no se asumen los vacíos que aparecen en la estructura urbana de los caseríos, consecuencia de lo destruido y no reparado, rompiendo su continuidad y unidad. Respecto de la soluciones de vivienda de emergencia se puede constatar un claro desarraigo social, pues bajo esta estrategia, se ofrecen viviendas que no recogen en nada la forma de vida local, su distribución y uso no se hacen compatibles con la habitabilidad esperada por sus beneficiarios. Otro factor pocas veces cuestionado, y que perpetúa de cierto modo el daño a la calidad de vida de los poblados afectados, es la aplicación de la ordenanza local. En el caso de estas pequeñas agrupaciones urbanas se puede constatar que generalmente se estructuran por una calle en donde es de gran importancia la continuidad y unidad de la fachada como configurador de ésta. Al no cuestionarse esta ordenanza, las nuevas construcciones deben tomar una línea de edificación que genera antejardines, sin justificación alguna en términos de espacialidad o uso, y obliga a

desarraigo social | solución de emergencia ajena a lo esperado

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distanciamiento de medianeros, produciendo la aparición de viviendas aisladas completamente ajenas a todo lo existente. Finalmente, es importante mencionar como daño producto de una catástrofe -a través de una estrategia de reconstrucción poco respetuosa con el contexto cultural, arquitectónico y social- la pérdida de los materiales y los sistemas constructivos locales y la demolición parcial de elementos considerados superfluos. Estos daños se traducen, respectivamente, en reparaciones y nuevas construcciones que ocupan materiales livianos de fácil armado que no consideran la unidad del conjunto en lo plástico y en lo estructural; y en la desaparición de elementos de importante riqueza expresiva, como antetechos, cornisas, coronaciones de vanos, balaustradas, etc. Por estas razones se analizan a continuación casos de estrategias de reconstrucción de viviendas en la quebrada de Tarapacá con el fin de indagar como éstas proponen –si es que lo hacen- palear los daños a la calidad de vida de los afectados y la restitución de su modelo de habitar propio.

aplicación de la ordenanza | demolición de grafismos destrucción de la conformación arquitectónicos | original (antejardines perdida de materiales y sistemas distanciamientos, etc.) constructivos


[4.1. Carpas y Mediaguas de Emergencia]


La primera solución de emergencia posible de constatar tras el terremoto –principalmente a través de medios de comunicación- las constituyen la entrega de carpas a las familias que perdieron sus viviendas en su totalidad, por parte del gobierno a través de un plan atingente de emergencia al declarar estas localidades como zona de catástrofe, como así también otros aportes de Organizaciones No Gubernamentales, Universidades, etc. Éstas se ubicaron junto a los escombros de las estructuras dañadas, lo que presume un trauma para quienes debieron habitarlas durante meses en espera de soluciones definitivas y presenciando durante todo este proceso la destrucción e impotencia causada por el siniestro. Casi paralelamente, comenzó la implementación inmediata de mediaguas como forma de mitigar el déficit de albergues al poco tiempo de la tragedia. Ambas soluciones no contemplan el rescate de estructuras ni modos de habitar tradicionales, por el contrario, su planteamiento generatriz apunta a la capacidad de ser empleadas en la mayor gama de contextos posibles. La implementación de una mediagua, como solución transitoria, podría considerarse virtuosa pues se restituye una vivienda aportando a la reactivación de los poblados completos, supliendo los vacíos generados por la destrucción de edificios en la trama estructurante de éstos. El modo de inserción de estas no responde a un patrón predefinido y depende de la decisión in-situ de quien se encargue de su armado, pese a esto, es posible evidenciar la reiterada ubicación de estas estructuras tratando de mantener el formato de fachada continua, aportando a la configuración del espacio calle. Cada unidad mediagua se construye a partir de paneles de pino radiata prefabricados y estructurados con listones de pino de 2 x 2 pulgadas, dependiendo del tamaño de ésta, se


pueden utilizar 4 paneles –mediagua de 9.3 metros cuadrados-, 6 paneles –mediagua de 18.3 metros cuadrados-, u 8 paneles –mediagua de 36.6 metros cuadrados-; con una solución de techumbre de zinc que descansa en un entramado de listones de iguales dimensiones a los paneles, y que incorpora una membrana alquitranada (fieltro) para evitar el goteo interior por efecto de condensación. En ningún momento esta solución establece condiciones de confort apropiadas para el clima extremo en que se insertan, reforzando su cualidad de transitoriedad. Para el caso de las carpas no es necesario ahondar en su forma de construcción, pues para efectos de análisis no serán consideradas construcciones, sino un elemento que cumple la función de albergar pero con estándares nulos de confort, constituyendo una solución precaria y efímera. Internamente, la mediagua constituye un espacio multifuncional único que origina una transformación inmediata – subdivisiones, recubrimiento de paneles por el interior, etc.-, siendo muy limitada su capacidad para asimilar estas transformaciones internas, debido a su reducida superficie y a la rigidez de su diseño, constituido por un cubo de espacio que cuenta con cierros, piso, cubierta y, en algunos casos, una instalación sanitaria básica. A su vez, la fachada, carece de riqueza expresiva y constituye un caso completamente ajeno al panorama plástico tradicional de estas localidades. Estas soluciones en ningún caso deberían considerarse como definitivas, ya que no establecen una reposición del modo tradicional de habitar y vivir por parte de estas comunidades. Lamentablemente, como se constata en terreno (localidades de Huara, San Lorenzo de Tarapacá y Pachica), aún existe una gran cantidad de mediaguas funcionando como solución única, y en algunos casos subsisten asociadas a una vivienda definitiva.


Vivienda TIPO A | Huara | Chile

Vivienda TIPO B | Huara | Chile


[4.2. Soluci贸n Habitacional en Huara]


planimetrías | casa A

planta | casa A

elevación frontal | casa A

elevación posterior | casa A

corte a –a’ | casa A

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Tras el trabajo de investigación en terreno de los autores, en febrero de 2007, se pudieron constatar dos soluciones de vivienda que se insertan en el poblado de Huara – capital de la comuna de Huara- orientadas a la reconstrucción de viviendas destruidas por el terremoto. Al conversar con el alcalde, don Felipe Rocha, se aclara que la tarea de reconstrucción de viviendas para estas comunidades es de exclusiva responsabilidad del Ministerio de Vivienda y Urbanismo MINVU, desligando a la municipalidad de esta tarea y toda la gestión que esta conlleva, el municipio en este caso se hace cargo de la restitución de edificios patrimoniales y de equipamientos, contemplando la restauración de iglesias, reconstrucción de escuelas y centros de salud, así como caminos y luminarias. Inmediatamente después de la catástrofe se constituyó, a través del Ministerio de Planificación MIDEPLAN, el Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá (COR Tarapacá), agente gubernamental encargado de crear y desarrollar el plan de acción a seguir para restituir las estructuras dañadas y proponer nuevas ideas en favor del progreso de los poblados afectados. En entrevista expuesta en el sitio web del MINVU, el 8 de junio de 2007, la ministra Patricia Poblete asegura que el proceso de reconstrucción y reparación de las 2.448 viviendas afectadas -en más de 100 localidades- se encuentra en un 91% de avance y concluirá en diciembre de 2007. La pregunta que cabe plantear es: ¿qué tipo de solución se está entregando?


planimetr铆as | casa B

Planta | casa B

Elevaci贸n frontal | casa B

Elevaci贸n posterior | casa B

Elevaci贸n lateral | casa B

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La aplicación del plan de reconstrucción en Huara, debido al alto número de damnificados, se abordó parcialmente mediante la agrupación de los vecinos en dos comités: Pampa y Sol – caso A-, equivalente a la reconstrucción de 53 viviendas, y Renacer – caso B-, equivalente a la reconstrucción de 70 viviendas, para un universo de 528 viviendas afectadas, de las cuales 359 se catalogaron como “irrecuperables” – el resto se considero en: daño mayor: 115, daño menor: 29, y sin daño: 25-. Con respecto al modo de inserción de estas viviendas en la estructura del poblado, el caso A se inserta ventajosamente en el lugar del derrumbe, ayudando con su fachada continua a reconfigurar y subsanar el espacio calle del asentamiento y respetando la unidad y continuidad del paisaje construido del mismo, impidiendo el establecimiento de nuevas poblaciones aisladas sin nuevos servicios y equipamientos que las abastezcan. Por el contrario, el caso B se introduce en forma de nuevas villas, despreciando los vacíos generados en esta trama por efecto de la destrucción de algunas viviendas, promoviendo un panorama generalizado de desolación en las calles de Huara, en donde es posible apreciar predios vacíos o incluso aún con escombros de una vivienda destruida. Cada unidad de vivienda se soluciona en base a tabiques de acero, constituyendo muros delgados pero efectivamente aislados, asegurando un confort térmico aceptable, sin embargo esta solución afecta directamente la tradición arquitectónica local a través de la perdida de materiales y sistemas constructivos relacionados al uso de la piedra y el adobe, elementos de fácil acceso y disponibilidad en la zona, contradiciendo la postura de la ministra, quien afirma que: “…todas las casas han mantenido la forma de construcción de este sector”. 98 |

Esta situación supone un escenario en donde se frena el legado tradicional de construcción, en donde se podría plantear situaciones de capacitación para la autoconstrucción, otorgando herramientas útiles para el mantenimiento de estas particulares maneras de edificación. Internamente, ambos casos de vivienda no reconocen el modo de habitar local, que se efectúa a través de la exteriorización de las funciones de la casa en una interfaz continua. Las unidades se estructuran de acuerdo a un esquema típico de vivienda social, determinando un patio trasero que no conecta funciones, rompiendo el esquema tradicional. Sin embrago –y afortunadamentela aparente inexistencia de un Plan Regulador Comunal detallado, que según información del Serviu Regional tiene su última actualización en el año 1966, no obliga a estas nuevas unidades a distanciamientos de medianeros ni a considerar espacios de antejardín, como se puede apreciar en el caso A,

Información obtenida Sistema Integrado de Información Social SiiS | Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá | Ministerio de Planificación MIDEPLAN | Gobierno de Chile | 2005

[14]


que plantea una fachada continua que ayuda a configurar el espacio calle. Generalmente, un plan de reconstrucción de viviendas asume la supresión de elementos considerados superfluos, afortunadamente, ambos casos de conjuntos habitacionales contemplan una ornamentación a nivel de fachada que evidencia una búsqueda y rescate de estos elementos, pero al momento de verlos bajo un ojo crítico, éstos no se condicen con ornamentaciones tradicionales. En ambos casos, estos grafismos arquitectónicos están determinados por pequeños orificios en la fachada, cumpliendo una función de ventilación de la cubierta en busca de un mayor confort térmico, pero carentes de un valor estético tradicional, aunque en el caso A es valioso el rescate de la estructura del antetecho.

El caso A también considera una cornisa superior y coronaciones de vanos, así como una solución de fachada que busca imitar a la terminación del adobe, adiciones que consideran una acertada riqueza expresiva. En el caso B, la fachada carece de cualquier grafismo arquitectónico perteneciente a la tradición local, reemplazándolos por una fachada perfectamente blanca de vynil-siding, pese a esto, se asume que el espacio que genera la posición lateral del acceso podría, a través de la transformación por parte del usuario, constituirse como un corredor de acceso, una instancia de sombra y estar al momento de acceder a la vivienda. Resumiendo, ambos casos desconocen un lenguaje arquitectónico local, adecuado al clima y los modos de habitar de estas comunidades, provocando una pérdida de la identidad arquitectónica y constituyendo soluciones ineficientes para ellos, lo que supone una alta probabilidad de transformación, que no se condice con la baja capacidad de asimilar estos cambios debido a la rigidez de la arquitectura entregada. axonométrica que explica el modo de Agrupamiento de las casas A

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[5. Catálogo de Vivienda en un Nuevo Escenario Local]

Retomando lo expuesto en el primer capítulo, la compleja elaboración de un catálogo de vivienda local para el área de la Quebrada de Tarapacá responde a procesos de transculturación, que, a lo largo de su desarrollo, enriquecen la amplia gama de elementos espaciales condicionados por los usos, evidenciándose de distintas maneras en cada unidad habitacional. Si se define a la readecuación de las viviendas como un proceso en constante desarrollo, la casa debe ser abordada como soporte físico de transformaciones dinámicas. Por estas razones, y a raíz del terremoto ocurrido en el año 2005, estos procesos dinámicos no se detienen, sino que, al ser destruidos la mayoría de los soportes físicos en los cuales se desarrollaban, y producto de la inserción inmediata de soluciones habitacionales provisorias, se crean nuevas formas de expresión de las transformaciones en el contexto del periodo actual de Globalización. El modelo de habitar local de Tarapacá, caracterizable de igual manera como un proceso en desarrollo, genera mutaciones precarias en cada nueva vivienda implantada, evidenciándose de esta manera un patrimonio cultural latente no considerado al momento de

la inserción de las viviendas de emergencia. Producto de catástrofes ocurridas en el pasado cercano, se constata la existencia de viviendas de emergencia implantadas en la zona que preceden al terremoto de 2005. Estas casas se presentan como unidades habitacionales de carácter definitivo, lo que pone en duda de la posibilidad de reposición en la zona de la totalidad de las casas por parte del MINVU (Ministerio de Vivienda y Urbanismo). De esta manera se presenta el estudio de una tercera tipología de análisis, en adición a las dos antes consideradas, la Casa de Interfaz Exterior y la Casa de Interfaz Interior. Producto de la dimensión de los efectos del terremoto y de las medidas de paliación efectuadas por el gobierno, esta tercera tipología se establece en la actualidad como el soporte físico mayoritario distinguible en la Quebrada de Tarapacá. A partir de este planteamiento se intenta poner en discusión la posibilidad de repensar la inserción de viviendas de emergencia posterior a catástrofes de esta envergadura, por lo que se propone una proyección basada en estudios mínimos de los modos de habitar locales.

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[5.1. Casa SIN Interfaz]



[5.1. Casa SIN Interfaz] El modelo de habitar globalizado propone la multifuncionalidad de los espacios producto de la transformación del individuo en un habitante en tránsito, habitante nómade cuyo escenario de acción es la ciudad. El modelo de habitar Tarapaqueño, a su vez, conserva en el tiempo una constante básica, el modo de entender el territorio basado en la reinterpretación del habitar nómada y desarrollado durante el periodo formativo de la cultura local. Esta manera de entender el territorio es producto del sincretismo reiterado de diversos modelos aportados por los procesos de transculturación y es compartida de manera similar por todos los habitantes de asentamientos del área andino-americana. Desde esta perspectiva, el modelo de habitar local tiene un carácter globalizado desde su origen, desarrollando en lo rural un aspecto fundamental del habitar urbano. A lo largo del tiempo se han desplegado unidades funcionales –

poblados y caseríos- en el territorio de la Quebrada de Tarapacá, cuya utilización responde a tiempos de usos determinados en un inicio por los ciclos de explotación, a lo que se suma en la actualidad los ciclos de traslado referidos a la educación –internados y escuelas- y a las fiestas religiosas. De esta forma, los espacios multifuncionales se convierten en un lógico camino de intervención a toda escala para la zona: en los sistemas de relación entre poblados, en la ordenación de los mismos y en la estructuración espacial interna de las viviendas. Al entender al habitante tarapaqueño como nómada contemporáneo, la multifuncionalidad de los espacios en la concepción de su vivienda se convierte en una condicionante esencial, así como la interfaz –conector dinámico y multifuncional- pasa a ser un espacio básico para la ordenación espacial de la misma.

diagrama del Modo de Inserción de las viviendas en los poblados

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diagrama de inserción no 1 | modo de conservar la fachada continua

diagrama de inserción no 2 | en la antigua cáscara

diagrama de inserción no 3 | en adición a volúmenes preexistentes

106 |

La Casa SIN Interfaz corresponde al soporte físico arquitectónico resultado de la inserción de las viviendas de emergencia, que en su concepción no contemplan la interfaz como espacio básico, desconociendo el modelo de habitar local. Esta tipología que se encuentra en la mayoría del área devastada por el terremoto, presenta mutaciones a diversas escalas, producto del tiempo de espera por una solución habitacional definitiva. Las transformaciones evidencian el constante proceso de readecuación de las viviendas, proceso que no se detiene tras el terremoto sino que solo cambia de soporte físico. Las viviendas de emergencia se insertan en estructuras preexistentes, desencadenado un inmediato proceso de formación de la interfaz, cada cual con singularidades que dependen del grado de conservación de estos elementos, de la capacidad económica y de autoconstrucción de cada residente y del modo de inserción en el predio. La precariedad de la mayoría de las mutaciones observadas sustenta el interés de esta investigación de poner hincapié en la necesidad de una formulación de soluciones – provisorias o definitivasacorde con las capacidades de transformación de los habitantes a los cuales se les otorgan. Los modos de inserción de las mediaguas en el predio son principalmente tres, respondiendo al grado de conservación de las estructuras preexistentes o a la total carencia de ellas. La fachada continua es la morfología propia de los poblados contemporáneos locales, cuyo intento de restitución provoca la implantación en muchos casos de las viviendas de


emergencia en el límite frontal del predio, cumpliendo también con las funciones de cierre del terreno y de formación de un patio trasero. Un segundo modo de inserción considerado como intermediocorresponde a la inclusión de la mediagua en la cáscara de una antigua construcción, la cual es reforzada para evitar colapsos estructurales. Producto del terremoto, esta cáscara pierde una o dos caras en los medianeros, lo que genera una segunda piel que cumple un rol de control climático y otro funcional, al acoger usos en un espacio semiexterior. En los dos casos antes mencionados, la incorporación de nuevas habitaciones a partir del desarrollo de los procesos de autoconstrucción, reestablece la interfaz como espacio articulador multifuncional. El tercer modo de inserción provoca la inmediata formación de la interfaz al disponer la mediagua enfrentando a habitaciones preexistentes. La vivienda de emergencia cuenta con un único espacio, sin subdivisiones, una puerta y ventanas en las caras anterior y posterior. Estas mínimas condiciones de habitabilidad acogen todos los usos en una primera instancia. A lo largo del tiempo, el espacio interior se subdivide al máximo de su capacidad, si no existe la posibilidad de implementar nuevas habitaciones. En general, la incorporación de nuevos recintos convierte a la mediagua en dormitorio. Las nuevas estructuras que se suman a la vivienda son precarias en su materialidad, lo que es sustentado por las características climáticas de Tarapacá, y se transforman en recintos multifuncionales que cumplen los roles de estar, comedor y cocina.

diagrama de inserción no 1 | adición de volúmenes para la formación de la interfaz

diagrama de inserción no 2 | adición de volúmenes para la formación de la interfaz

diagrama de inserción no 3 | adición de volúmenes para la formación de la interfaz

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planta | recinto multifuncional | casa recién entregada

planta | interfaz multifuncional | integración la interfaz a través del tiempo

patio trasero

espacio multifuncional techado

patio - interfaz

estarcomedordormitorio

esquema transformaciones | autoconstrucción

La anteriormente definida condición del individuo tarapaqueño como un habitante nómada contemporáneo, y el consecuente símil con el habitante urbano en el marco del proceso de Globalización, explica en parte el desarrollo de espacios de sociabilización en los procesos de transformación de viviendas en Tarapacá, espacios no concebidos en la inserción de mediaguas. Producto de referentes paradigmáticos, principalmente Iquique, se constata la aparición de corredores en la readecuación de las viviendas, los cuales cumplen con los roles de control climático y de sociabilización básico, en un área en donde existe una gran cantidad de ancianos. Por esta razón, 108 |

conversar al paso y observar las actividades cotidianas de los poblados se convierten en un modo de recreación básico para este grupo atareo. La gente que tiene capacidad de trabajo no se encuentra en todo el día en la vivienda, por lo que sus espacios de sociabilización se relacionan más con el ámbito privado, y giran principalmente en torno a la comida, el descanso y la televisión. Los niños deben acogerse al sistema de internados existente en la quebrada –uno en Pachica y otro en San Lorenzo de Tarapacá- debido a que el sistema educacional no reconoce la movilidad de sus familias, que en general cuentan con más de una residencia.




Producto del circuito de fiesta religiosas propio de la zona norte de nuestro país, y fundamental para la razón de ser actual de los poblados de la Quebrada de Tarapacá, en muchos casos se incorpora al fondo del predio una efímero; cartones, latones y plástico. Las condiciones climáticas sustentan este tipo de intervenciones debido a la escasez de precipitaciones. Casos intermedios de soluciones constructivas utilizan materiales arquitectónicos propios de la zona, producto del reciclaje de las construcciones derrumbadas -adobes, piedra, paja brava- y elementos más livianos como paneles de OSB, pizarreño y yesocartón. Los mejores casos de autoconstrucción presentan la utilización de bloquetas de hormigón y madera, que manifiestan un mejor comportamiento sísmico, pero son estéticamente cuestionables. En síntesis, las materialidades disponibles para la autoconstrucción generan una nueva imagen en los poblados, provocando un caos perceptual que se suma al generado por los escombros.

La mixtura resultante rompe con la antigua continuidad plástica y la imagen característica de estos asentamientos. La aparición de programas comerciales hace surgir en las fachadas expresiones gráficas publicitarias, por lo que no es extraño encontrarse con fachadas nuevas o antiguas- que exhiben en su totalidad productos como Coca-cola, OMO o Bils & Pap, en adición a los antiguos paneles móviles. Este fenómeno inicia su desarrollado con anterioridad al terremoto, pero en las condiciones actuales es potenciado por la necesidad de generar soportes nuevos. Los grafismos arquitectónicos expuestos se suman a las intervenciones a partir de pinturas de colores contrastantes y la diversidad de materiales, por lo que en su conjunto otorgan una imagen heterogénea y caótica a los poblados.

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Al comprender el modo de entender el territorio y el modelo de habitar de las comunidades tarapaqueñas, se podrán esbozar lineamientos básicos para el planteamiento óptimo de la vivienda, su aplicación contemporánea y su desarrollo.


[Capítulo III. Conclusiones y Propuesta de Parámetros [Capítulo III. Conceptuales para la Reconstrucción en [Capítulo [Capítulo III. Tarapacá ]


[Capítulo III. Conclusiones y Propuesta de Parámetros Conceptuales para la Reconstrucción en Tarapacá ]


Soluciones Habitacionales en Huara | Comuna de Huara | Chile


“Lo urbano le exige al individuo aumentar sus niveles de una movilidad, un constante traspasar que representa aspectos diversos dentro de su cotidiano (…), el usuario del espacio urbano se transforma así casi siempre en un transeúnte, alguien que no esta ahí, sino solo de paso.”[15] A lo largo de esta investigación se ha estudiado la génesis y el desarrollo de un modelo de habitar derivado de la manera específica de entender un territorio. Este modelo local genera comportamientos cotidianos –usos- que se expresan de forma física en la readecuación constante de espacios funcionales dentro de la vivienda, transformaciones generadas a partir del dinamismo de estos procesos. A pesar del shock cultural provocado por los procesos de transculturación, la adaptación local de los elementos más significativos de esta seguidilla de procesos culturales –a partir del sincretismo a toda escala-, desemboca en el modelo de habitar posible de constatar en la actualidad en la Quebrada de Tarapacá. La asimilación de cada proceso transforma las formas de habitar, pero genera al mismo tiempo el desarrollo constante de dos elementos fundamentales para el entendimiento del panorama local actual y para el enfrentamiento de posibles intervenciones a diversas escalas: · Un modo de entender el territorio en el cual el individuo tarapaqueño se comporta como un Habitante Nómada Contemporáneo. Desde esta perspectiva se presume un comportamiento propio de la urbe globalizada en un escenario rural, razón por la cual se hace evidente la necesidad de que las políticas habitacionales correspondientes a la Quebrada de Tarapacá generen viviendas que incorporen espacios multifuncionales y de sociabilización. [15] Lange, Carlos | “Globalización, Espacios Urbanos y Modos de Vida” | http:/rehue.csociales.uchile.cl

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· Un modelo de habitar que desencadena el desarrollo del Espacio de Interfaz como conector multifuncional y dinámico de uso exterior. La interfaz es llevada al interior de la vivienda, por lo que se complejiza y se transforma en el espacio básico configurador de la vivienda tarapaqueña. El campo de acción de esta investigación encausa la descripción de estos aspectos en el contexto de la vivienda, entendiéndola como la célula base en la ordenación de los poblados. Estos dos elementos propios de la cultura local tienen su origen común en el desarrollo de la cultura pre-colonial, en donde la reinterpretación del habitar nómade lleva al usuario a entender el dominio del territorio no como pertenencia, sino como una respuesta inmediata a la necesidad de uso. El tiempo de permanencia del habitante en cada poblado –utilizado de manera estacionaria en las etapas de explotación-, genera a su vez una temporalidad en el entendimiento de la propiedad. Es así como en un origen muchas tribus -con distintas regenciasadministraron y explotaron de manera simultánea el territorio correspondiente a la Quebrada. La violenta implantación del concepto de propiedad privada y el entendimiento del territorio como un dominio geográficamente continuo, han


provocado que esta condición de movilidad del habitante local se reinterprete constantemente, lo que permite que se mantenga hasta la actualidad. A pesar de esta situación, la inserción forzada de este modelo da el pie al inicio de un proceso paulatino de abandono de estos poblados. En la actualidad, la promoción constante de un modo de vida globalizado cuyo desarrollo óptimo se efectúa en las ciudades, genera migraciones de población masivas, principalmente hacia la ciudad de Iquique como referente paradigmático más próximo. A raíz del terremoto de 2005 y sus efectos destructivos, se implantan en la zona soluciones habitacionales que continúan forzando la asimilación de un modelo externo de habitar lo cotidiano –la vivienda-, lo que, a juicio de esta investigación, contribuye al proceso de migración y condena a estos asentamientos humanos a transformarse en pueblos fantasma. Es así como los modos de vida que por siglos han desarrollado los habitantes de la zona, no son soportados correctamente por las estructuras económicas, administrativas, sociales y, por lo que es atingente a este seminario, por los soportes arquitectónicos. El reconocimiento de estas componentes culturales aseguraría el adecuado desarrollo de los procesos dinámicos de habitar, evitándose así que grandes áreas antes habitadas se conviertan en museos, y, por otro lado, previniendo la formación de “campamentos planificados” a partir de transformaciones precarias, producto

de las escasas condiciones económicas de los residentes, lo que impide la correcta readecuación de viviendas ineficaces. El dar soporte a través de la arquitectura a estos procesos culturales, supondría la conservación del patrimonio social, rescate cultural que, a juicio de esta investigación, debería superar en importancia al interés por la conservación de métodos constructivos o de grafismos arquitectónicos, los cuales cristalizan la imagen local de manera historicista, y no impiden los procesos de migración antes mencionados. La constatación de la envergadura de las transformaciones sufridas por las viviendas analizadas en el capítulo anterior, evidencian la incapacidad del arquitecto de dar respuestas habitacionales eficaces, y conducen al entendimiento de las estructuras arquitectónicas como soportes de redes sociales, que condicionan y modifican sus características físicas. Por esta razón, el diseño de las viviendas y el desarrollo de las políticas habitacionales deberían ser llevados a cabo por equipos multidisciplinarios que incluyan en un grado significativo, e incluso superior, a profesionales de los campos relativos a las Ciencias Sociales. Por las razones aquí expuestas, a continuación se presenta un análisis de las propuestas que genera el gobierno a través de sus instituciones: por un lado, a partir del sistema de subsidios rurales a nivel nacional y su atingencia al área de Tarapacá; por otro lado, la creación del COR Tarapacá producto de la emergencia provocada por el terremoto. De esta forma, se sopesará la manera en que se toman en cuenta los modos locales de habitar y entender el territorio en la gestión de estas iniciativas, la capacidad del habitante de Tarapacá de asimilar los sistemas de subsidio, las fortalezas y carencias de la propuesta, y la forma en que se lleva a cabo. | 115


[III.1. Modo de entender el territorio y subsidio rural]

A lo largo de la investigación expuesta es posible constatar una particular forma de entender el territorio por parte de las comunidades que habitan la zona de la quebrada de Tarapacá. Este modo de enfrentar y ocupar el territorio tiene estrechos vínculos con la situación geo-climática de la zona, así como en la asimilación de continuos procesos de transculturación, situación que se traduce en una manera de habitar nómada, entendiendo un desplazamiento cíclico por la zona que responde a patrones culturales –fiestas religiosas, efemérides, visitas a familiares, etc.- y productivos – explotación de uno u otro producto, ciclos de las aguas de la quebrada, germinación de los pastos asociado al pastoreo de ganados, etc.-. Como respuesta a este modo de entender y habitar el territorio no es extraño que un

núcleo familiar posea más de una vivienda, siendo este punto fundamental al momento de plantear soluciones definitivas en este ámbito. Se genera, de esta manera, una Identidad Territorial que debe constituir la piedra basal de una propuesta de reconstrucción atingente. De este modo, las formas de mantener este modo de habitar tradicional son principalmente dos: a través de la mantención de más de un lugar de residencia para explotar en distintos momentos chacras, ganado, para comerciar con los poblados mayores, estableciendo un sistema en que cada poblado cumple un rol específico; y el circuito religioso cultural, producto del sincretismo de la religión precolonial (mezcla de la aymara con la incaica) con la católica. Las fiestas religiosas generan población flotante que sirve

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diagrama de incompatibilidad | movilidad del usuario v/s estaticidad del sistema de subsidio rural

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también de sustento para muchas familias de los poblados, generando transformaciones a todas escalas, estructurando una vivienda incluso con un rol turístico. Por otro lado, esta manera de entender el territorio determina formas de construir que se relacionan directamente con las disponibilidades del medio, debido a esto no es raro que exista una tradición en técnicas de construcción en piedra y adobe, tradición que debe ser considerada en un plan de reconstrucción a modo de herramienta que se entregue a los afectados con el fin de asegurar la capacidad de autoconstrucción en el caso eventual de nuevos siniestros, asegurando al mismo tiempo la mantención y desarrollo cultural de las comunidades en cuestión. Esta capacidad de autoconstrucción se plantea que debiera ser abordada a través de la capacitación en técnicas constructivas, lo que determinará soportes arquitectónicos flexibles, con alta capacidad de transformación, y lo más importante, asegurará la transformación óptima por parte de los mismos beneficiarios, a través de la difusión de las características propias de este modo de habitar, en las nuevas viviendas que se insertan. La forma en que se ha planteado el acceso de las comunidades a la

reconstrucción, por parte del estado, es a través de la postulación a subsidios, situación que evidencia la priorización del factor económico del problema por sobre la problemática de la mantención de un modo de habitar particular – patrimonio cultural-. Esta forma de gestión se describe como un Sistema Habitacional de cobertura nacional, dirigido a atender a familias de escasos recursos que poseen un terreno emplazado en área rural, vinculadas a las diferentes actividades productivas campesinos, pescadores, pirquineros, agricultores, trabajadores forestales o temporeros-, a través de un subsidio estatal que contribuye a financiar la construcción o adquisición de una vivienda rural o el mejoramiento de la vivienda rural existente. Este se aplica a localidades de hasta 2.500 habitantes, según el último censo de población que se disponga al momento de la postulación correspondiente. Este medio representa el principal aporte que plantea el estado como puente a una solución definitiva, a juicio de esta investigación, un punto negativo dentro de un plan de reconstrucción de viviendas, pues adolece de cualquier asistencia técnica, intelectual o capacitadora, limitándose tan solo a una función económica, lo que representa una porción mínima en el desarrollo del proceso completo.

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[III.2. Análisis del plan de reconstrucción]

En el capitulo anterior, durante el análisis de soluciones habitacionales de emergencia, se expone la forma en que el estado se ha hecho cargo de las necesidades de las comunidades tarapaqueñas producto de la catástrofe producida por el terremoto, piedra angular en este aspecto es la formación del Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá (COR Tarapacá). Este organismo asume la función de generar un Plan de Reconstrucción para la zona afectada, que según la investigación desarrollada, debiera reconocer principalmente un patrimonio cultural particular que justifica su conservación, que evidencia un modelo de habitar propio, y que debe abordarse desde un enfoque multidisciplinario y con la participación de la comunidad como el actor más relevante al momento de decidir como se reconstruirá y como la tragedia puede convertirse en una oportunidad para el desarrollo social integral con procesos de recuperación identitaria y cultural. Por estos motivos, antes de indagar en los conceptos que determinarán la forma de plantear los lineamientos para el desarrollo de la vivienda, es necesario revisar y complementar el plan de Reconstrucción que planteó el Estado como respuesta a las necesidades producto de la catástrofe mencionada. El Plan de Reconstrucción de Tarapacá es el documento que recopila las iniciativas que se desarrollaron para restablecer y mejorar las condiciones de las familias afectadas por el terremoto. El Estado, a través de la ministra de Planificación del gobierno vigente, entrega y explica el plan[16], caracterizándolo como un instrumento 118 |

de trabajo cuyo permanente enriquecimiento a partir de la experiencia del proceso, deje un aporte metodológico y conceptual al proceso de reconstrucción en el caso de eventos posteriores, dadas las características del territorio. Este planteamiento teórico se considera ventajoso y atingente a la situación cultural local, se constata la capacidad de enriquecer el plan de acción con adiciones contemporáneas al modo de entender el territorio y el modelo de habitar los poblados y la vivienda, derivando en un documento en constante construcción que sustentaría la incorporación de nuevos procesos de transculturación. Sin embargo, en presencia de lo investigado y constatado en terreno, se advierte un plan, que en la práctica, no da luces de favorecer una proyección futura para estos poblados, contradiciendo sus planteamientos teóricos, además de lapidar una particular forma de vida, de entender un territorio y de habitarlo, transformándose en una medida precaria e inmediatista. El primer nudo crítico que se detecta para la elaboración del Plan tiene que ver con la obtención y calidad de la información a ser usada. Con este fin el Plan de Reconstrucción estatal propuso un Sistema Integrado de Información Social -SiiS-, considerado efectivo en referencia a los fines buscados en esta investigación pues supone un aporte estratégico en conectividad y

Discurso y entrega del Plan de Reconstrucción de Tarapacá de la ministra de Planificación, Yasna Provoste, a la comunidad | 27 de junio de 2005 | noticia oficial emitida a través del sitio www.mideplan.cl | www.mideplan.cl/final/noticia.php?idnot=612 [16]


generación de redes sociales, sistematizando la información obtenida en una plataforma transparente, accesible, sincrónica y deslocalizada que, a través de Internet, actúa de manera eficaz y pertinente para diseñar e implementar el plan de reconstrucción de Tarapacá. El plan se estructura en base a tres fases de acción, una Fase de Emergencia, que apunta a recuperar la habitabilidad del sector con medios de emergencia (carpas y albergues), recuperar servicios básicos, superar el aislamiento, crear centros de acopio y atender las necesidades básicas de la población (alimentos, epidemiología, frazadas, ropa, entre otros); una Fase de Rehabilitación, que apunta a la inserción de viviendas de emergencia (mediaguas), despejar los caminos, retirar escombros, recuperar canales de regadío, cerrar los centros de acopio establecidos en la emergencia y recuperar la operatividad de servicios como educación y salud; y una Fase de Reconstrucción, que apunta a reconstruir la infraestructura permanente, logrando generar al menos, el estado inicial a la emergencia. Se propone a esta estructuración una etapa transversal, una fase de Comprensión del Contexto Cultural, que incorpore un acabado estudio del patrimonio que representa la zona, visto bajo un enfoque de cooperación entre disciplinas, desincentivando soluciones inmediatistas provenientes de actores aislados dentro del proceso, apuntando a la complementariedad del desarrollo de ésta. Para recuperar la funcionalidad y calidad de los territorios afectados y tratando de dar nuevos pasos hacia un desarrollo local, se fundamenta el Plan de reconstrucción sobre el concepto de Territorios Operativos. Se adoptará y valorizará este concepto, definiéndolo

como aquel que cuenta con las capacidades necesarias para generar autónomamente su propio proceso de desarrollo, según esto se entenderá que una comuna quedaría habilitada como "territorio operativo" cuando haya superado satisfactoriamente los momentos posteriores al evento catastrófico, es decir las fases de Emergencia, Rehabilitación y Reconstrucción, manteniendo como constante la fase de Comprensión del Contexto Cultural, permitiendo recuperar e integrar elementos suficientes que le permitan establecer una visión de desarrollo acorde con sus características. Asimismo, se involucra la idea de un ejercicio de planificación integrado por territorio, donde los proyectos sectoriales se articulan en torno una idea consensuada de desarrollo futuro. El Comité Operativo plantea la obtención de Territorios Operativos como producto del Plan de Reconstrucción, donde las comunas vean reestablecida su funcionalidad, mejoren su nivel de autonomía y donde la catástrofe puede ser vista en su dimensión positiva, como elemento dinamizador del desarrollo de estos territorios. En consideración de lo constatado y estudiado, no se discute la designación de estos territorios[17], en consideración del minucioso trabajo que supone la obtención de estos y que por motivos de objetivos no se esboza en esta investigación.

Cuadro de Definición de Territorios | Plan de Reconstrucción para la Zona de Catástrofe, Región de Tarapacá | Gobierno de Chile | Ministerio de Planificación | 2005

[17]

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[III.3. Generación de Viviendas para las Comunidades Tarapaqueñas: Propuesta de Parámetros Conceptuales]

Complementario a las conclusiones anteriores, esta investigación pretende desarrollar lineamientos base para el diseño y el desarrollo de las nuevas viviendas. Estos parámetros conceptuales redefinen la organización interna de la vivienda local a partir de los usos cotidianos y de sus relaciones con el del poblado y el territorio, y son producto del entendimiento del modelo de habitar de la Quebrada de Tarapacá, derivado del modo de entender el territorio. La localidad de Pachica, área rural perteneciente a la comuna de Huara[18], se establecerá como el caso de aplicación y ejemplificación de algunas de las ideas que aquí se proponen, por constituir un caso intermedio entre una localidad mayor, como Huara, San Lorenzo de Tarapacá y Sibaya, y localidades menores, como Huarasiña, Huaviña o Limacsiña. Este poblado constituye un caso promedio de estudio, principalmente por sus dimensiones –alrededor de 300 unidades de vivienda- y la existencia de equipamientos –al considerar un par de almacenes-comedores a menor escala, una pequeña iglesia, una escuela básica, un internado, y un instituto de formación técnica -.

fachadas de Pachica | levantamiento fotográfico

El grado de ruralidad de esta comuna es de 100%, según el Cuadro: “Características Principales de las Comunas de la Zona de Catástrofe” | INE | Censo de población y vivienda 2002 | MIDEPLAN | Encuesta CASEN | 2003

[18]

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al interior

n

chacras

chacras

chacras

Plano esquemรกtico | levantamiento calle Avda. Comercio realizado por los autores

chacras

a San Lorenzo, Huara e Iquique Movimientos diarios Movimientos mensuales


n

Plano esquemรกtico | forma en que la vivienda configura el espacio-calle


[3.1. El Poblado como Resultado de un Modo de Entender el Territorio]

Al enfrentarnos a un modo de entender el territorio en donde se constata la existencia de un Habitante Nómada Contemporáneo, se pone en manifiesto la necesidad del planteamiento de los espacios públicos, como elementos de conexión dinámicos, multifuncionales y soporte de sociabilización. El modelo de habitar derivado de esta forma de entendimiento del territorio, puede ser reconocido por los sistemas de subsidio a través de la mantención de más de un lugar de residencia. Esto se justificaría producto de la explotación cíclica de chacras, movimientos de ganado – pastoreo-, la movilidad provocada por la necesidad de abastecimiento en poblados mayores o por el circuito de fiestas religiosas. De esta manera, para un habitante de Pachica el subsidio debiese considerar una vivienda principal en este poblado, y un sistema de colonización a partir de estructuras más básicas, cuya asignación dependa de la movilidad del individuo, lo que generaría por ejemplo, la asignación de una habitación o una segunda vivienda con una estructura espacial simple, insertada en un poblado abastecedor como lo es San Lorenzo. Este sistema de colonización responde a un despliegue de habitaciones a lo largo de un territorio, que dan cobijo a usos temporales determinados por los ciclos de movilidad de cada individuo. Incluso en la cotidianeidad es posible encontrar vestigios de estos usos temporales, de esta forma, según lo investigado en Pachica, es que aproximadamente entre las 15 y las 19 el poblado se vacía, trasladándose la comunidad en pleno hacia el sector de chacras, en la periferia del asentamiento, generándose un pueblo fantasma durante las tardes.

Este despliegue que genera la potenciación del sistema complementario de relaciones entre los poblados de la quebrada, en el que cada poblado cumple un rol específico, debería considerar el desarrollo de estructuras que soporten el circuito religioso producto del sincretismo de la religión precolonial con la católica. Las fiestas religiosas generan población flotante, lo que ha llevado a los residentes al desarrollo de estructuras de sustento económico, generando transformaciones a diversas escalas, incluso en las viviendas. Según palabras del arquitecto Francisco Donoso Tagle[19], los alumnos de las escuelas del altiplano se mueven con sus familias, lo que hace imposible que éstos sigan una educación clásica. Por este motivo, los niños deben acogerse al sistema de internados existente en la quebrada –uno en Pachica y otro en San Lorenzo de Tarapacá-, de modo que no se asegura la diversidad etárea en la población permanente de los pueblos. Se observa la restitución de edificios patrimoniales y de equipamientos por parte de las autoridades, contemplando la restauración de iglesias, reconstrucción de escuelas y centros de salud, así como caminos y luminarias. El replanteamiento, por ejemplo, de las estructuras educacionales, aportaría en la reactivación del espacio público como soporte de redes sociales.

Según lo descrito en el Reportaje Central “La Realidad que Desnudó la Reconstrucción” | Revista CA no.126 | Santiago | 2006 [19]

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[3.2. La Vivienda como Célula Organizadora]

La globalización contemporánea plantea una red organizativa mundial establecida en base a ciudades, al aplicar esta ordenación a escalas menores se supone una estructuración similar, esta vez, basada en elementos menores pero que mantengan la capacidad de adaptación a distintas funciones dentro de un sistema mayor complementario. Es por esto que, según lo profundizado en capítulos anteriores y constatar en terreno el funcionamiento de la localidad de Pachica, se plantea que la vivienda es el elemento con más alta capacidad de introducir cambios en su estructura funcional, constituyendo la célula organizadora de un esquema complementario globalizado rural, situación que se aplica y comprueba en los poblados de la quebrada de Tarapacá. El entendimiento de las estructuras arquitectónicas como soportes de redes sociales, que condicionan y modifican las características físicas de la vivienda, reafirman esta postura. Las funciones de la vivienda como configuradores del funcionamiento e imagen de las localidades estudiadas asumen parámetros que deben ser considerados al momento de su planteamiento. De este modo se considerará necesario mantener la concepción de fachadas continuas, aportando a la definición del espacio calle, zona pública por excelencia, incluyendo propiedades de aislamiento térmica entre unidades de vivienda. Al mismo tiempo, el modo en como se insertarán estas nuevas viviendas es de vital importancia, éste debe promover la continuidad y unidad de la trama existente, evitando la generación de

vacíos que se asume provocaría la desconfiguración del espacio calle –y el lugar público del asentamiento- y aportaría disgregación en poblados rurales de pequeñas dimensiones. Dado lo anterior, se propone la inserción de viviendas en Pachica respetando los vacíos generados en la trama del poblado, producto de derrumbes y pérdidas estructurales totales a causa del terremoto, completando al menos, la configuración y reactivación óptima de la avenida Comercio, principal calle del asentamiento, estableciendo un patrón de desarrollo claro para el poblado, continuando esta función configuradora. Al mismo tiempo, debería considerarse la introducción de espacios de sociabilización en las fachadas, como aporte al dinamismo en el funcionamiento del poblado, aportando riqueza funcional al espacio calle así como una piel de sombra semipública, articulando las relaciones del interior de la vivienda con el asentamiento.

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viviend

interfaz

interfaz

vienda

interfaz

vivienda

interfaz

interfaz

vivienda vivienda


[3.3. Multifuncionalidad en los espacios]

El modelo de habitar globalizado propone la multifuncionalidad de los espacios producto de la transformación del individuo en un habitante en tránsito. Este habitar en tránsito del territorio es aplicable al funcionamiento interno de la vivienda, donde, según lo expuesto en la investigación, es importante la readecuación de los recintos a variados usos según necesidades y ciclos de ocupación de los usuarios. De acuerdo al modo de habitar la vivienda, propio del actual proceso de globalización, todos los espacios son en algún grado multifuncionales. Esto conduce a la incorporación de nuevos usos a los recintos cerrados, lo que genera una readecuación de las condiciones de habitabilidad de esos espacios. Sin profundizar en el área del diseño, una incorporación que ejemplificaría la interiorización de este concepto en la vivienda sería la implementación de distintas instalaciones sanitarias –llaves de agua, desagües, etc.- en la mayoría de los recintos, aportando a la multiplicidad de usos posibles en recintos bien equipados y de características similares. Así mismo, cualquier incorporación del tipo artefactos o elementos externos, como televisores, mesas multifuncionales, sillones-cama, etc., se considerará beneficiosa en función de implantar el concepto de la multifuncionalidad al planeamiento y uso de los recintos de la vivienda. Esta capacidad de los recintos de la vivienda de acoger múltiples funciones también tendrá repercusiones en la imagen de las nuevas viviendas, así,

extrapolando el concepto a la vivienda inserta en un poblado, se propone la implementación de fachadas como soportes de grafismos arquitectónicos, definidos como elementos que aporten grados de identificación a las unidades de vivienda, en forma de colores, material gráfico, letreros o cualquier elemento que cumpla con este aporte. En Pachica, como ejemplos espontáneos de estos grafismos, las dos casas que incorporan comercio –y en algunas épocas del año comedores-, en la explanada de avenida Comercio, están pintadas de colores llamativos –verde limón y lila-, la sede social incorpora un diario mural que informa reuniones y noticias de la comunidad, una casa advierte con un letrero la próxima visita del oculista, etc.

Conexión a la red de agua potable | Pachica

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[3.4. Interfaz Multifuncional como aplicación de un modelo de habitar]

La consideración del concepto de interfaz multifuncional es fundamental para el planteamiento de viviendas en las localidades investigadas, pues se plantea que este modelo de habitar desencadena el desarrollo del Espacio de Interfaz como conector multifuncional y dinámico de uso exterior. La interfaz debiera ser incluida al interior de la vivienda, en forma de patios interiores o espacios con control de sombra, transformándose en el espacio básico ordenador de la vivienda tarapaqueña, justificándose por la alta capacidad que tiene de adoptar y conectar funciones en la vivienda, constituyendo el soporte multifuncional por excelencia y permitiendo que la vivienda se exteriorice. El área exterior de la vivienda supone múltiples cargas programáticas que, debido al clima, darían el pie a la generación de transformaciones en distintas escalas para lograr un grado mayor de habitabilidad. Por esta razón podrán aparecer en los recintos exteriores elementos como cubiertas livianas a modo de sombreadero. La forma en que se habita la vivienda en las comunidades estudiadas propone claramente la extensión programática con sentido desde recintos principalmente monofuncionales hacia una interfaz multifuncional, esta característica condiciona la necesidad de una interfaz continuo como soporte multifuncional de usos, distintos grados de habitabilidad para acoger a distintos usos – principalmente ligado a distintas calidades de sombra-, extensiones de usos de recintos interiores, como la extensión de la cocina, comedor

exterior, usos recreativos, lavadero, tendedero, taller, ver televisión, estar, etc. Al mismo tiempo, esta interfaz multifuncional continua debiera incluir el espacio de sociabilización como uno de sus componentes, fortaleciendo el nexo vivienda-territorio, y a la vez aportando en el enriquecimiento del sistema de relaciones sociales El fin de plantear una vivienda articulada a partir de una interfaz dinámica y multifuncional, supone la generación de las condiciones necesarias para permitir la multifuncionalidad de los recintos interiores, evitando en cierto modo la inclusión de nuevos volúmenes en las viviendas, debido a que se acogen de mejor manera las transformaciones de uso y la reestructuración funcional de las viviendas.

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grupo familiar

patio

espacio multifuncional comedor cocina

estacionamiento

distribuci贸n de usos |

periodo sin fiestas religiosas

distribuci贸n de usos |

distribuci贸n de usos |

negocio restauran | periodo de fiestas religiosas

estacionamientos hospedaje | periodo de fiestas religiosas

usos cotidianos

habitaciones

hospedaje hospedaje

comedores restauran

estacionamiento cocina

negocio


[3.5. Reestructuración de la Vivienda producto de los Ciclos de Desplazamiento de Población Flotante]

La nueva vivienda, cuya principal característica es la capacidad de asimilar nuevos usos, podría adoptar un rol turístico, entendiéndose como la incorporación en la vivienda de configuraciones que permitan el alojamiento de la población flotante del poblado, estos en cambio estarán y constituirán un ingreso económico extra a las familias de estas comunidades. Es importante considerar los flujos de población flotante pues, en conjunto con la movilidad propia de las familias de estas comunidades, obligan a la readecuación periódica de las viviendas en lo que a usos se refiere. De este modo no es raro, según lo constatado en la localidad de Pachica, que muchos hogares incorporen al fondo del predio una estructura secundaria, compuesta por habitaciones y baños para arrendar, con galerías de conexión con la calle y de separación con la vivienda de los moradores permanentes. Las motivaciones que atraen a esta población flotante a estas localidades podrían resumirse en relación al circuito de fiestas religiosas propio de la zona – Pachica posee una pequeña iglesia que se ocupa de forma esporádica para celebraciones de este tipo-, y en relación al turismo, motivados por razones principalmente de ocio y recreación. La población flotante excede por lejos a la existente en periodos normales del año, por lo que los residentes han desarrollado este sistema de hospedajes como modo de absorción de la demanda y de asegurar ingresos económicos. En ciertos casos los recintos más próximos a la calle se transforman en locales comerciales, por

lo que el área de residencia se traslada a la parte posterior, conectándose a través de un patio. Un punto no menor relativo a este tema será la inserción a la vivienda de los servicios, éstos representan los casos más rígidos en lo que se refiere a funcionalidad espacial, por lo tanto debe asegurarse accesibilidades expeditas hacia baños y cocinas, buscando que su relación con una interfaz interior sea lo más directa posible. En este mismo punto, y de acuerdo a la reestructuración hipotética que sufre la vivienda por causa de una u otra celebración social o religiosa, es que los servicios deberían plantearse bajo un esquema en que los primeros se organicen de manera aislada en el terreno –sin lapidar la posibilidad de crear más-, unidos a la vivienda a través de la interfaz interior, posibilitando la adecuación de la unidad de vivienda al momento de alojar población flotante, sin afectar el funcionamiento del resto de ella.

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[3.6. Sobre las Transformaciones] Como ha sido posible visualizar en los casos analizados en los capítulos anteriores, siempre la vivienda estará en proceso de modificación, pues la forma de usarla y las actividades que se efectúan en ella varían continuamente. Esta afirmación refuerza el ideal multifuncional esperado para los recintos constituyentes de la vivienda tarapaqueña, pues se advierte que la flexibilidad para incorporar funciones incrementa la capacidad de absorber las diversas transformaciones que generen los modelos de habitar de cada familia, que comparten un modo particular de exteriorizar los usos de la casa, así como un período histórico contemporáneo similar, que como proceso de transculturación provocará inevitablemente cambios en la configuración de la vivienda. De este modo, es de suma importancia entender las transformaciones como una oportunidad dinámica y espontánea de asimilar nuevos procesos de transculturación. Las modificaciones se ejecutarán en distintos campos, de los cuales se puede reconocer el motivado por una exploración de significancia, aportando percepciones de identidad a la vivienda a través de grafismos arquitectónicos principalmente, otro motivado por la búsqueda de confortabilidad climática, aportando principalmente espacios exteriores de sombra de gran riqueza expresiva y funcional. Finalmente, el campo más importante a considerar, es el provocado por los constantes cambios en los modos de usar la vivienda, es decir, el campo de su funcionalidad. Considerar las transformaciones en el desarrollo de la vivienda es fundamental, pues a través de éstas, las familias pueden suplir carencias que presente su casa como soporte de usos, de este modo, si se define a la readecuación de las viviendas como un proceso en 132 |

constante desarrollo, la casa debe ser abordada como soporte físico de transformaciones dinámicas. Estas transformaciones solo pueden suponerse, y cualquier intento por encauzarlas de manera rígida supone un inevitable fracaso, evidenciando la necesidad de guías para la transformación que sean flexibles e inclusivas, por ejemplo, mediante la implementación de programas de capacitación referidos a la difusión del patrimonio cultural y técnicas constructivas nuevas y tradicionales. Por lo tanto, las modificaciones de los usuarios aportarán a una arquitectura que se va construyendo y transformando en función de las necesidades y requerimientos de sus moradores. En esta forma de abordar la problemática de las transformaciones, y apoyado por lo expuesto en este capítulo, se asume que el espacio de la vivienda que más transformaciones sufrirá, será la zona de interfaz, pues corresponde a la zona multifuncional por excelencia y su capacidad de absorber modificaciones es alta. Se asume al mismo tiempo, que la continuidad de la interfaz terminará incorporando la fachada como elemento identificador y de conexión, dinamizando la relación de la vivienda con el poblado, constituyendo el lugar privilegiado para incluir los espacios de sociabilización de una interfaz continua más compleja. Esta forma de entender el desarrollo de la vivienda también plantea una forma de abordar el rescate patrimonial. Para este seminario el rescate patrimonial –en lo referido a cultura- pasa por el entendimiento y respeto de los procesos de cambio propios de cada comunidad, promoviendo la mantención de modos de vida y no soportes físicos, permitiendo que estos modos puedan desenvolverse de manera óptima en beneficio de su perduración y desarrollo.


Pachica detallado, de izquierda a derecha: ripio |1 arena |2 piedras y barro |3 cierre zinc |4

madera |5 bloqueta de hormig贸n |6 ladrillo de adobe |7 lat贸n |8

campana iglesia |9 nave iglesia |10 interior iglesia |11 interior iglesia |12

ventana iglesia |13 adobe estucado |14 tinglado tablas |15 palets madera |16

osb |17 ladrillos adobe |18 totora/ colig眉e |19 totora |20


Pachica detallado, de izquierda a derecha: 21| distancias 22| pasaje La Paz 23| “operativo oculista” 24| llave exterior

25| avenida Comercio 26| Los Leones 27| dist. Huara e Iquique 28| vegetación á. central

29| escuela G-94 30| “internet para todos” 31| adocreto á. central 32| iglesia evangélica

33| 18 Septiembre 34| “pavimentemos el progreso” 35| cierre coligüe 36| Kusayapu

37| Cancha 38| construcción liviana 39| cancha internado 40| “peligro pozo profundo”


Bibliografía Bibliografía Adán, Leonor y Urbina, Simón | “Desarrollo arquitectónico en el área Pica-Tarapacá” | Proyecto Fondecyt 1030923 | pág.16 | Material en proceso de edición Aylwin, José | Pueblos Indígenas de Chile: Antecedentes Históricos y Situación Actual | Instituto de Estudios Indígenas | Universidad de la Frontera | Temuco Bengoa, José | La Memoria Olvidada. Historia de los Pueblos Indígenas de Chile, Segunda Parte: Los Pueblos del Norte | capítulo 3: Los Aymaras del Norte de Chile | Cuadernos Bicentenario | Gobierno de Chile | p. 95-151 | Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá | datos del Sistema Integrado de Información Social SiiS | Ministerio de Planificación MIDEPLAN | Gobierno de Chile | 2005 Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá | Informe Consolidado de Daños, provincia: Iquique, comuna: Huara | Ministerio de Planificación | Gobierno de Chile | 2007 Comité Operativo de Reconstrucción de Tarapacá | Plan de Reconstrucción para la Zona de Catástrofe, Región de Tarapacá | Ministerio de Planificación | Gobierno de Chile | 2005 Dirección General de Aguas | Diagnostico Y Clasificación de los Cursos y Cuerpos de Agua según Objetivos de Calidad: Cuenca Quebrada de Tarapacá | Ministerio de Obras Públicas | Gobierno de Chile | diciembre 2004 Donoso Tagle, Francisco | artículo: La Realidad que Desnudó la Reconstrucción | Revista CA no.126 | p. 36-37 | Santiago | 2006 Göbel, Bárbara | La Arquitectura del Pastoreo: Uso del Espacio y Sistema de Asentamientos en la Puna de Atacama | artículo en: revista Estudios Atacameños no.23 | p. 53-76 | 2002 González Cortéz, Héctor | La Inserción Económica de los Migrantes Aymara en la Ciudad. El Trabajo como Empresa Familiar y la Reproducción Cultural

González Cortéz, Héctor | Toconce: La Transformación de un Sistema AgroGanadero | en: revista Estudios Atacameños no. 17 | 1999 Guerra, José N. | Articulo: Patrimonio Moderno y transformación Ambiental, el conjunto Salar del Carmen, Antofagasta | en: Revista DOCOMOMO | p.47-53 | Santiago | octubre 2005 Gundermann Kröll, Hans y González Cortéz, Héctor | Sociedades Indígenas y Conocimiento Antropológico. Aymaras y Atacameños de los Siglos XIX y XX Gundermann Kröll, Hans | Ganadería Aymara, Ecología y Forrajes: Evaluación Regional de una Actividad Productiva Andina | Instituto de Antropología y Arqueología | Universidad de Tarapacá Gundermann, Hans | La Formación del Espacio Andino en Arica y Tarapacá | en: Revista de Historia Indígena no. 1 | Departamento de Ciencias Históricas | Universidad de Chile | Santiago Hernández, Roberto y Poblete, Patricio (colaboración) | Chiu Chiu: La Desintegración de la Comunidad Tradicional | Informe Preliminar | 1973 Kapstein, Glenda | Espacios Intermedios, Respuesta Arquitectónica al Medioambiente: II Región | Editorial Universitaria | Santiago, Chile | 1988 Kapstein, Glenda y Fernández Cristián (comentarios) | artículo: Espacios Intermedios | en: revista de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile ARQ no. 15 | p. 2-13 | Santiago | agosto 1990 Lange, Carlos | Globalización, Espacios Urbanos y Modos de Vida | artículo obtenido en el sitio: http:/rehue.csociales.uchile.cl Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, y la Fundación de Comunicaciones del Agro, Fucoa | Cultura y Alimentación Indígena en Chile | texto editado con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación | 2005 | 135 |5


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