Avisos y Actividades ò Invitamos a los feligreses de la Parroquia a una exposición las manualidades navideñas. Los interesados en participar en dicho evento, favor inscribirse en el despacho parroquial, con sus datos y el tipo de manualidad. ò Recordamos a todos los propietarios de los osarios, el pago anual del mantenimiento. Muchas gracias. ò Recordemos ayudar a los más necesitados, trayendo nuestro aporte a las Eucaristías del fin de semana. El grupo Manos Abiertas reparte los mercados recogidos, todos los martes después de las 8:30 a.m. Dios les pague su generosidad. ò Recordemos también que nuestra Bolsa de Empleo trabaja incansablemente todos los días, en horas de la mañana, en el salón parroquial. Los empleadores que necesitan trabajadores, pueden conseguir allí su personal, con previo estudio de las hojas de vida, para una mejor selección y beneficio de su empresas o negocios.
Parroquia El Verbo Divino * DOMINGO 33º ORDINARIO * Noviembre 14 de 2010 Medellín, Teléfono: 235 02 43 E-mail: parverbo@une.net.co Nº1811
LA FAMILIA, ESPERANZA DE LA HUMANIDAD
E
l Papa Benedicto XVI, en su reciente visita a España, con ocasión de consagrar como Basílica, el templo de la Sagrada Familia de Barcelona, que es una Obra del arquitecto Gaudí, de carácter excepcional y monumental, fuera de toda lógica y antecedente, dijo que: “la familia es la esperanza de la humanidad, pues en ella, la vida encuentra acogida, desde su concepción hasta su declive natural”. El Papa añadió que Jesucristo enseñó que toda la Iglesia, escuchando y cumpliendo su Palabra, se convierte también en su familia, y que además, nos ha propuesto “ser semilla de fraternidad que sembrada en todos los corazones, aliente la esperanza”. Con las anteriores palabras y otras adicionales, el Papa fue muy claro al afirmar, que los Estados deben apoyar al matrimonio natural, formado por un hombre y una mujer, abierto a la vida, lo que en buen idioma quiere decir que no está de acuerdo con el matrimonio homosexual. La Iglesia siempre ha sido partidaria de que hombres y mujeres gocen de la totalidad de sus derechos cívicos, iguales para todos, pero también, que no es lógico llamar matrimonio, civil, o religioso, a una unión entre hombre y hombre o entre mujer y mujer, puesto que son situaciones «Lo que yo sé absolutamente diferentes, que hacen imposible procrear y acoger a los hijos para que reciban el calor y el apoyo de del mañana, es un papá y una mamá. que la Los católicos debemos tener muy clara esta postura Providencia inequívoca de la Iglesia, que no perjudica a nadie y sí respeta a todos y sus derechos ciudadanos, para no amanecerá antes dejarnos influenciar por quienes deforman y mienten al que el sol» analizar la postura de nuestra Iglesia, sólo porque están
La Palabra PRIMERA LECTURA:
Tiene Sentido Malaquías 3, 19-20:
«A los
que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia...»
SEGUNDA LECTURA:
2 Tesalonisenses 3, 7-12: «Trabajen con tranquilidad para ganarse el pan»
EVANGELIO:
Lucas 21, 5-19: «Cuiden de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre»
Un Alto en el Camino
El fin de un año nos pone de presente el fin de nuestra vida, y también lo que algunos llaman "el fin del mundo", aunque este concepto se ha revaluado en los últimos tiempos, y ya no tiene para los católicos una connotación negativa, como pretenden hacérnoslo creer los profetas de desgracias que abundan por todas partes. Estamos viviendo los últimos domingos del año litúrgico, que terminará el próximo domingo con la gran Fiesta de Cristo Rey, y las lecturas de hoy nos invitan a poner nuestra mirada en Dios, Dueño y Señor del mundo y de la historia, y también de nuestra propia vida. Dios que nos ama con amor infinito y que quiere siempre lo mejor para nosotros, porque somos sus hijos muy queridos. Las palabras que repetimos en el Salmo responsorial son claras, y constituyen el fundamento, la base, de la actitud que debemos tomar en las circunstancias difíciles que constantemente nos toca enfrentar: "El Señor llega para regir la tierra con justicia". Si nuestra fe es firme y sólida, no hay nada qué temer, porque Dios está a nuestro lado y nada escapa a su amor por nosotros ni a su poder divino. Ni los acontecimientos más graves, ni las situaciones más complicadas pueden alejarnos de su amor y su bondad, porque tenemos la certeza de que siempre nos cuida y nos protege, y que nos dará lo que necesitamos en cada momento. En sus manos está nuestra vida presente y nuestro futuro eterno, porque él es nuestra esperanza y nuestra paz. Lo realmente importante es saber mantenernos cerca de Él, y no irnos detrás del primero que nos diga algo que agrade más a nuestros
¿DÓNDE ESTÁN LAS MANOS DE DIOS? Cuando observo el campo sin arar, cuando los utensilios de labranza están olvidados, cuando la tierra está resquebrajada, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios? Cuando veo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil, y al prepotente pedante que se enriquece a costa del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino que carecen de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios? Cuando me encuentro una anciana olvidada, que con su mirada nostálgica, evoca algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios? Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido y ahora embrutecido por la droga y el alcohol, y veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora solo harapos que deambulan sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios? Cuando veo desfilar por calles y avenidas a la juventud, que sin freno ni autoridad da rienda suelta a sus bajos instintos, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios? Con gran osadía me enfrenté a Dios y le pregunté: ¿Dónde están tus manos, Señor, para luchar por la justicia, para ofrecer amparo y seguridad a los desvalidos, para rescatar a la juventud de las drogas, abrirles los ojos y encaminarlos por los senderos de la fe? Después de un largo silencio, escuché una voz que me reclamó: “No te das cuenta que tú eres mis manos; atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas”. Comprendí entonces, que las manos de Dios somos tu, yo, nosotros, los que tenemos voluntad y conocimiento para luchar por un mundo más hermoso y justo; aquellos cuyos ideales son tan altos que no pueden dejar de acudir a la llamada del destino; aquellos que desafiando al dolor, la crítica y la blasfemia, se retan a sí mismos cada día. Esas manos: las mías, las tuyas, las de nosotros todos, son las que necesita el mundo. Aceptemos el reto y con seguridad Dios dirá: “¡Esas son mis manos!”.