CROA34

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Marta Villar Cruces Dirección, diseño y maquetación

Celeste Conde Subdirección y reportaje

Isabel Prado Reportaje

Bea Zurro Artículo

Gonzalo Rodríguez Alonso Artículo

Guillermo Rodríguez Alonso Artículo


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EN PORTADA

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ARTÍCULOS

Kristina Krize

El paisaje sonoro como espacio de resistencia política No sabemos que tiene, pero procrastinar mola El diseño. Esa utopía perversa

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REPORTAJES

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RELATO

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PROYECTOS

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CROADORES

Micromece... qué? ¡Micromecenazgo! Espacio/Casa/Nave... Centros de autogestión cultural

El jardín de la abundancia - MT Pereiro Ilustraciones por Sozosoru

Micelio - Alba Pérez Pereiro Ch’arts - Adriá Molins

Alberte A. Pereira Sara Alver Jaime de la Torre Naharro

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CROA34 y su impresión ha sido posible gracias a: Sr. Muy Gonzalo Estévez Fontela Enrique Raimúndez Fdez. Oli Ferrando Susana Román Estrada Luís L. Alonso Manuel Rey García Esteban Vigo Martínez Melanie Olalla Fernández La Estación Coworking Doutor M. Susana Bravo Ruiz José Pérez Moldes Euler Daniel Dios Dacosta Cristina Alonso Ana González Julio Bralo Álvaro Villar Ruth Oliveira Andrea Portela Begoña Garnelo Caamaño Boreal Paulov Tomé Sieira Claudia Silva Aula D, escola de deseño Sara Moreira Carla Vonheart Daniel Martínez Fernández

Poli Xacobo Pérez Monzón Ruben Rodriguez de Torres Raquel Rapado Ratona Quitos de López Lucía Álvarez Carolyn Lin Cristina López Jiménez César Paredes Pequenofuron Javier Blasco Rodríguez Su Garrido Pombo MT Pereiro Alberte A. Pereira Ana Mª Álvarez Chamosa Vicente Villar Sanjurjo Minikaz Pedro Villar Miguelanxo Gondomar Sara Costas Isabel Prado Laura Ferreiro Rosina Cruces Sonia Pérez Olalla Fernández Álvarez Moisés Pérez Álvarez Irene de Saa Fernando Llor Nair Romero Campo Tapioles II

¡MUCHAS GRACIAS! 4


EDITORIAL

MARTA VILLAR CRUCES

Si amigos, ya van 4. Cuatro añazos compartiendo contenidos con vosotros, 1460 días repletos de cambios... ¡Hemos tenido ya 3 versiones diferentes de nuestra página web! 35 croas han visto la luz y más de 300 colaboradores han puesto su granito de arena en este proyecto. CROA nos aporta a todos los que en ella colaboramos momentos inolvidables... ¡Incluso organizamos un festival! y me ha permitido conocer a personas increíbles, incluso algunos que ya puedo llamar amigos. Cuatro años sin ánimo de lucro no son fáciles. Compatibilizar primero estudios y más adelante trabajo con un proyecto de estas características a veces parece imposible. Pero mirando atrás solo existe una respuesta. CLARO QUE MERECE LA PENA. Y al fin llegó ese momento con el que tanto hemos soñado. Nuestro primer número impreso (¡profesionalmente!), posible gracias a todos vosotros. Tan solo esperamos estar a la altura y que la espera haya merecido la pena. Ojalá este pueda ser el principio de una gran amistad con la edición impresa. A CROAR!

Si quieres participar contacta con nosotros a través de participa@croamagazine.es

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EN PORTADA

KRISTINA KRIZE

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Me llamo Kristina Sabaite y soy ilustradora. Mi apodo artístico es Kristina Krize (“krize” es como mi tía me llamaba de pequeña, significa “chica muy risueña”. Igual que mis ilustraciones!). Nací en Lituania hace 36 años pero llevo ya 11 años viviendo en Galicia. Actualmente resido en Vigo con mi marido Karolis, mi gata Björk y mi perro Chino. Siempre me ha parecido que ilustrar libros era una profesión muy bonita y libre. Algo en lo que me gustaría trabajar. Muchos dirían que ser ilustradora era un sueño poco realista, pero ha estado ahí desde mi infancia aunque con el paso del tiempo se me fue olvidando. He estudiado cosas que nada tienen que ver con la ilustración (publicidad y relaciones públicas) hasta que un día me replanteé mi vida recuperando así aquel viejo sueño de ser ilustradora. Y aquí estoy. Ilustrando cada día y feliz. Me definiría como una ilustradora positiva, colorida, con un mensaje de amor hacía los animales. Para los niños (pequeños o adultos) que viven en cada uno de nosotros. Actualmente ya sumo 10 libros ilustrados, pero quizás destacaría los 4 libros que he hecho para el grupo infantil de música Mamá Cabra. Son: “Ola, ola, la”, “Xa me tardan estes magos”, “Bicos de música” y “Estación Nadal”. Les tengo un cariño especial ya que me han dado muchas alegrías y muchas primeras veces. Como por ejemplo: poder estar representando a España en la Bienal de Bratislava, tener el honor de que fuera elegido el mejor libro editado, verlos en grandes librerías compartiendo espacio con libros de autores que admiro o que los niños de mi pueblo digan que les encanta Mamá Cabra y mis ilustraciones :) Pero, los libros vienen y van y yo necesito ilustrar a diario. Quiero que la ilustración forme parte de mundo cotidiano y de la vida de las personas. La ilustración nos hace sonreír, nos ablanda los corazones... ¿Qué hay mejor que eso? De esta necesidad han surgido otras oportunidades para desarrollarme dentro de mi profesión, como mi tienda en Etsy (etsy.com/ shop/krize), cursos de ilustración que imparto en Espacio Simia, venta de originales, retratos, venta de broches e ilustraciones en tiendas físicas. Últimamente he comenzado a combinar mi otra pasión – el activismo por los derechos de los animales - haciendo muchos trabajos de esta temática. He ilustrado para Igualdad Animal, Toronto Pig Save, Beagle Freedom Project, Be Beauty, Santurios León Vegano, Vacaloura, HogarProVegan, The Art of Compassion Project y otros.

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FotografĂ­a: Serxo GonzĂĄlez / Canjazz 2015

kristinasabaite.com

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ARTÍCULO

GONZALO RODRÍGUEZ ALONSO

El paisaje sonoro como espacio de resistencia política Sobre la necesidad de una revolución auditiva. Pareciera que vivimos en una sociedad con “libertad de audición”, que podemos escuchar “de la manera en que queramos” y decidir nuestros gustos auditivos sin censuras de ningún tipo, atendiendo a la experiencia personal. Pareciera que somos nosotros los que decidimos qué es música, porque cada uno escucha como le da la gana, porque el oído es libre. Pero la división fundamental que define lo musical y lo no musical se produce a priori de toda experiencia propia y personal (por tanto censura): Encuadramos aquello que denominamos música en un formato extremamente concreto (concierto, disco, spotify, instrumentos musicales…), dejando a un lado todo aquello que llega a nuestros oídos por otros cauces (“no musicales”). Esto es algo de relativo sentido común, es decir, necesitamos seleccionar de alguna forma aquello que socialmente percibimos como música (o arte) como medio para construir identidad y cultura; producto del pueblo que ha sido habitualmente utilizado por los poderes para sus propios fines. Será interesante extenderse aquí a explicar algunas formas en las que la música y lo sonoro se relacionan con lo político y lo social. Desde la música de los mítines o los vídeos electorales, que pretenden suscitar en nosotros respuestas directas de agrado e identificación, hasta las características del canto gregoriano medieval como forma de construir imaginario y lógicas de pensamiento social (el canto coral como unión, disolución de la voz individual en el colectivo y en Dios, presente en el ubicuo resonar de largas notas a lo largo y ancho de la arquitectura espacial de una catedral), o el éxtasis sonoro de las enormes orquestas románticas como banda sonora en la construcción de los nacionalismos en su vía política grandilocuente, imperialista, colonizadora, la música ha sido utilizada como creadora de relatos y, más recientemente, como evidente propaganda. Estas son cosas que conocemos bien en Europa. Entonces ahora seré provocador y recordaré al Wagner que sonaba por las calles de Berlín y nos aterrorizaba, o esas zarzuelas de la España castiza que unificaron las banalidades de un sentimiento nacional español, por supuesto en sintonía con todo lo franquista y nacionalcatólico. Pensemos, en este momento histórico que ahora vivimos, en el importante papel de 10


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la música en la propaganda franquista que permitió hacer tangible esa entelequia rescatada de un pasado rancio: la España imperial unificada y fuerte. Y al mismo tiempo sirvió para desarticular y oprimir los diferentes sentimientos nacionales en la periferia del país. No en vano se obligaba a entonar el Cara al sol. Basta esto para entender la relación intrínseca entre la música y el poder (prometo que en otro artículo expondremos la otra cara de la moneda, la de la música como emancipación y construcción del pueblo para el pueblo). Claro que hoy las cosas son un poco diferentes a nivel político. La cuestión, por centrarnos en lo que nos ocupa, es que - podríamos decir - aún tenemos la misma manera de escuchar, el mismo oído y la misma división abismal que define, a priori, lo que es música, y que además determina sus usos en concordancia a los intereses del sistema, del capital, del consumo. Música rápida en supermercados si quieren que nos vayamos, música de ascensor y de consulta médica para crear un “buen ambiente”, chill out, perfume musical (maquillaje musical), música por megafonía cuando haya cualquier atisbo de celebración, santos, eurocopas, carnavales, navidades y demás, para obligarnos a divertirnos, a estar felices y bailar, tomar unas cervezas, ir al centro comercial con la familia. Música terrorífica y tétrica si sale un tío con turbante en una película, o en las noticias, una música dulce y emotiva con una bandera estadounidense de fondo, o el “Yes, we can” de los “Black eyed peas” y una cara de Obama. La música política o politizada conscientemente, como especialmente el rap, el rock, el ska, etc, se ha reducido a una etiqueta y una catalogación, y así el esfuerzo de estos artistas por colocar su voz independiente como valor cultural y social se ve invisibilizado, criminalizado, ridiculizado ante una lógica devoradora y hegemónica que “despolitiza” la música, que la convierte en un activo estéril que sólo sirve como decoración. Sólo así se entiende que se utilicen las mismas canciones en un mitin de Reagan y en uno de Kennedy. No importa el mensaje, de hecho es preferible que no lo haya, porque el control profundo opera bajo el mensaje. Es una llamada a la gregarización, un efecto bandwagon (también conocido como el efecto de arrastre), que domina e influye el comportamiento de las masas (dejando, sutil e inteligentemente, al individuo con sensación de libertad). Así, esta cultura despolitizada esconde una politización encubierta en los valores del consumo y en las costumbres sociales capitalistas (también patriarcales, eurocéntricas, etc.). El mensaje es disfrutemos, entretengámonos, huyamos todos juntos de la realidad a través de aquello que nos gusta. No es concebible que alguien vaya a ver un concierto cuyo contenido desconozca, o incluso no le agrade. Es así como los gustos o apetencias sociales se convierten en un método disciplinario, todos debemos estar donde nos gusta estar, ver lo que nos gusta ver y escuchar lo que nos gusta escuchar. En una sociedad bombardeada de propaganda de toda índole, veinticuatro siete, el gusto musical, el funcionamiento del oído, se convierte en espacio político de dominación. Si tenemos claro que una revolución debe pasar por la visibilización social, por una revolución visual, que introduzca en el plano político colectivos y formas diferentes, multiculturales, feministas, etc. debemos también defender una revolución sonora, auditiva. Necesitamos unos oídos que sepan interpretar el mundo en el que vivimos, un oído consciente de la manipulación 12


de lo sonoro y la esquizofonía que definen la utilización de la música y la propaganda por parte de los poderes económicos. Y para ello necesitamos una música que incluya los sonidos de nuestro mundo, que no viva en ese mundo de fantasías bailables, emotivas e ideales, armonías consonantes y tensiones en las que “todos nos identificamos” y con las que en realidad nos hipnotizan. Una música que incluya la diversidad del mundo y la organice en el tiempo, lo discordante, los sonidos indignantes, los dolorosos, los emocionantes. Existen sonidos que debemos preservar, y otros que deben ser creados, y esta es una lucha por la soberanía de los pueblos para construir su cultura y su forma de vida (su forma de escuchar). Es el paisaje sonoro un pilar fundamental de cada colectivo social concreto, así como el visual, y los hemos dejado a merced de la deriva consumista y capitalista, globalizadora y terriblemente homogénea. No hay libertad de pensamiento bajo el bombardeo de los carteles publicitarios, los anuncios, las tertulias, los escaparates, las pantallas, no hay libertad de audición bajo el bombardeo de la megafonía, las radios, los 40 principales, la música de ascensor, la música de discoteca… ¿Una propuesta concreta? Salgamos de nuestro espacio de confort auditivo, donde somos predecibles y controlables para el sistema, y enfrentemos la realidad en toda su crudeza sonora, en las calles y en las salas de conciertos. Atrevámonos a escuchar, prestando atención. Obras inspiradoras de este artículo: · Threnody to the victims of Hiroshima, Krzysztof Penderecki · Non consumiamo Marx, Luigi Nono · Sinfonía, Luciano Berio · Islands, José Manuel Berenguer (sobre frases de Walter Benjamin, escritas en el monumento a su memoria en Port Bou, donde el filósofo se suicidó tras años escapando de la Gestapo)

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ARTÍCULO

BEA ZURRO

No sabemos qué tiene pero

procrastinar mola

A todos nos ha pasado y no sabemos cómo justificarlo pero está claro que somos adictos a la última hora. No importa que se nos haya encargado algo con tiempo suficiente como para llegar a repetirlo tres veces, la noche antes de la entrega nunca duerme nadie. No deberíamos culpabilizarnos simplemente admitir que es cierto, nos gusta la presión, tenemos una extraña clase de adicción a ella, una atracción fatal que nos hace odiarla pero a pesar de ello siempre acabamos forzando las situaciones hasta llegar a ella. Tal vez no sepamos trabajar de otro modo, el reloj en nuestra contra nos exprime las ideas nos hace ser productivos e ingeniosos aunque también es cierto que nos altera los nervios y nos lleva a movernos en contra de nuestro criterio, es una sensación que odiamos pero que nos empeñamos en recibir con los brazos abiertos. No digamos nada ya si eres creativo, porque si es así, te crees que tus excusas son válidas, prefieres caer en la pedantería hablando de la necesidad de respetar los tiempos en el desarrollo del concepto antes que reconocer que en realidad llevas semanas dedicando más horas de las que se puede decir en alto a jugar al bubble shooter. Después también está la tontería de querer creer que un artículo sobre cómo evitar la procrastinación nos va a ayudar, no nos engañemos, consejos como: “gestiona de manera efectiva tu tiempo” o “trabaja en ambientes productivos” son consejos totalmente inútiles. Sabemos perfectamente cómo se gestiona el tiempo o cuáles son los lugares más adecuados para trabajar, si nos quedamos en el sofá con el portátil sobre las piernas no es porque seamos ingenuos, nos gusta evitar la concentración. 14


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“Evita las distracciones”, pero ¿cómo se evitan las distracciones cuando las provocas tú? No es que nos encante hacer la colada o que tengamos un sexto sentido para prever un parte meteorológico exacto y que acabemos decidiendo que es el mejor momento para poner una lavadora, en realidad nos encantan las excusas que nos hagan levantarnos de la silla, que llamen al timbre/teléfono o que de repente aparezcan multitud de mails en nuestra bandeja de entrada son bendiciones caídas del cielo cuándo de centrarse se trata. Somos buenos procrastinando hasta tal punto que antes de hacer lo que toca lo reemplazamos por tareas que llevamos todavía más tiempo aplazando, bien sea hacer una limpieza/orden de los archivos del ordenador, decidir que ropa donar de nuestro armario o llamar a algún miembro de la familia. Existe un extraño placer, un inexplicable desprendimiento de adrenalina al ver que el tiempo corre en nuestra contra y que somos nosotros quienes lo estamos dejando pasar. Y no podemos negarlo porque todos hemos empezado a ver alguna serie que algún amigo llevaba meses recomendando cuándo más trabajo teníamos, y no, no había nadie apuntándonos con una pistola para que lo hiciéramos. Procrastinar nos maravilla, no es un defecto o una mala costumbre, es un juego de rebeldía, un acto que nos hace sentirnos valientes, y me da igual lo que digan los estudios psicológicos, aquellos que afirman que la procrastinación es un complejo trastorno del comportamiento, cuándo procrastinamos nos vemos poderosos porque nos sentimos capaces de hacer algo en menos tiempo del que se estima necesario. Es un vicio placentero a la par que dañino y sobre todo adictivo, de igual manera que somos conscientes de que dejar las cosas para más tarde no nos ayuda en nuestro progreso; también se sabe que fumar, comer productos industriales o llevar una vida sedentaria es contraproducente para el organismo y aun así hay un visible disfrute en todo ello. Procrastinar cuando se supone que somos personas adultas y responsables nos aporta el subidón de adrenalina que nos daba faltar a una clase en el instituto, sí, puede que no sea la acción más inteligente, pero nos devuelve el goce de la rebeldía, de romper con las normas establecidas.

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Recordemos sino el alivio existencial que nos otorga el descubrir que un superior en nuestro nuevo puesto de trabajo también deja lo que está haciendo para salir a tomar unas cañas. Procrastinar nos hace humanos, nos lleva a empatizar con cualquiera cuando descubrimos sus autoengaños para no trabajar en un momento propicio para hacerlo. Así que deja de culparte porque la procrastinación lucha contra la automatización del ser humano para devolvernos la libertad, la igualdad y la fraternidad.

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ARTÍCULO

GUILLERMO RODRÍGUEZ ALONSO

DIS E Ñ

O

EL

ESA UTOPÍA PERVERSA 18


El Arte ha muerto. ¡Viva el Diseño! Parece ser que, tras la era de la muerte del Arte - pronosticada ya por Hegel o Adorno, y más recientemente por el crítico Arthur Danto - todo lo que nos queda es el Diseño. Las vanguardias utópicas de principios del siglo XX (y aún antes el art nouveau, en Francia, o el Arts & Crafts en Inglaterra) tenían, pese a sus divergencias, un objetivo común: unir arte y vida. Se trata del gran proyecto utópico del arte que hunde ya sus raíces teóricas en el Romanticismo; la fusión íntima de lo estético y lo cotidiano como forma de emancipación social; la estetización de la existencia, de los modos de vivir como utopía artística. El surrealismo defendía “vivir de forma surrealista”, unido además a la lucha revolucionaria antiburguesa. La Bauhaus y el constructivismo ruso buscaban la reunión de las artes industriales empleadas en el proyecto de una nueva humanidad y de una revolución de los modos de producción, de comportamiento y vida. El diseño urbanístico, arquitectónico, de los objetos cotidianos y de las situaciones relacionales entre individuos, parecían un campo de acción donde alcanzar la libertad; el arte como revulsivo y educador moral de una nueva promesa de humanidad. Urbanismo, arquitectura y diseño industrial habrían de generar una nueva sociedad, donde el arte, entendido no ya como obra del genio, sino como forma de lo cotidiano, sirviera como vía emancipatoria de una humanidad oprimida. Pero... ¿Qué ha quedado de esto? ¿Qué ha pasado con la utopía del Diseño? Aquella romántica idea de liberación de la humanidad mediante el diseño ha devenido hoy en una perversa ideología de consumo. Se viene observando cómo el diseño, lejos de servir a la utopía de las vanguardias, ha resultado ser un fiel cómplice del desarrollo de los modos de consumismo del capitalismo tardío. En la lógica esquizofrénica del mercado, el diseño produce simultáneamente (falsas) ofertas de emancipación individual a la vez que nos sumerge en la esclavitud de las modas ; un caso flagrante de esta esquizofrenia cínica: el ya paradigmático y ubicuo merchandising del líder comunista Che Guevara. En esta nueva era del capitalismo tardío del hiperconsumo, el todopoderoso diseñador (lo llamaré el Big Designer parangonando el Big Brother) ya no es artífice únicamente de objetos físicos, sino también de relaciones, situaciones, comunicaciones y dinámicas sociales mucho más complejas: Es el que ordena y moldea los flujos de información en esta sociedad cada vez mas líquida y sujeta al discurrir de los mismos . Pero no sólo las relaciones entre los sujetos y los objetos son producto de diseño: el mismo Sujeto construido de la Posmodernidad ha devenido en Sujeto-Diseñado, ya sea por el make-up, la ropa, el peinado, o el más profundo y aterrador diseño genético. En esta lógica: somos en tanto y cuanto nos cosificamos en productos. Nos maquillamos, nos vestimos a la moda, nos teñimos, nos tatuamos... en

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definitiva: nos auto-diseñamos continuamente, a la vez que permitimos que se nos diseñe. Lo que parece una conquista de “autenticidad” y de “personalidad propia”, se convierte rápidamente en esclavitud de la imagen. Lo que prometía ser, a principios del siglo XX, una vía emancipatoria de la humanidad ha resultado ser la trampa mortal del capitalismo. El coche Ford Decía Adolf Loos, en su clásica obra Ornamento y Delito, que el ornamento del art nouveau impedía al trabajador emanciparse, debido a que éste ha de perder tiempo de trabajo en filigranas que no se ven remuneradas ni resultan útiles para él, sino que son un mero lujo burgués. Según Hal Foster(1), eso mismo (de forma mucho más perversa) ocurre hoy con el diseño. Y es que el envoltorio, el ornamento, el marketing - el diseño al fin y al cabo – se ha convertido en la mercancía real, frente al objeto en sí. Cuando compramos un producto, no compramos el objeto, sino el diseño que lo envuelve, la ideología con que el marketing lo reviste (¿compras la coca-cola o el sentimiento juvenil y fresco al que su publicidad apela?). No sólo la mercancía es ya más diseño que objeto, sino también nosotros mismos como Sujetos. En consecuencia, caemos en la trampa consumista, en la esclavitud fanática de la moda, de lo efímero, de lo actual; pues este Sujeto Diseñado está sometido a una continua actualización de sí mismo y su entorno. ¡Debe alimentarse la gran máquina del capitalismo! Pero ... ¿cómo se produce esto? Es una vieja historia. Desde principios de siglo, en la incipiente sociedad posindustrial capitalista norteamericana – que ha funcionado como modelo global – surgía una problemática: ¿ Cómo aumentar las ventas en la fábrica de Ford una vez todo el mundo tenía ya un coche? La ocurrencia fue genial: hagamos un “nuevo” coche Ford, cambiémosle el envoltorio y pongamos un nuevo slogan: “¡El nuevo Ford: más Ford, más nuevo!”. Con esta simple operación, se aumentaban las ventas estrepitosamente vendiéndole a la gente el mismo coche una y otra vez, cada tantos años, cuando en realidad, salvo por el design , era exactamente el mismo objeto. Por tanto, el diseño ha formado siempre parte indesligable del Hiperconsumo (la forma de consumo que no se revela utilitaria, sino consumista per se). Comprar por comprar. Comprar mil y una veces la misma cosa disfrazada de otra. Y el diseño mantiene esta máquina viva, una vez se ha desligado del referente físico al cual aludía en principio. Ya no compras el producto (el coche, el móvil, la nevera) sino que compras su imagen. ¿Y por qué esto ha matado el arte, como se dijo al principio? Porque se ha cumplido de forma perversa la utopía de la Bauhaus. El mundo ha sido total y absolutamente estetizado-diseñado. Cuando todo es objeto de diseño: nuestra casa, nuestra ropa, nuestro ADN, nuestras relaciones, nuestro cuerpo etc., ya no es necesario el Arte, puesto que la vida y el Arte, (el modelo y la copia) ya no se distinguen entre sí. El Arte ha muerto en tanto y cuanto el diseño ha ocupado su espacio y se ha puesto en manos de la estrategia del Hiperconsumo. Apoteosis de la mímesis en la glorificación del simulacro. Pero aún hay otra vuelta de tuerca. 20


El Huevo Kinder. El Diseño es ya el modo de ser del consumo. Pero éste tiene una faceta aún más compleja. Parece imposible ya acceder al objeto en bruto, la mercancía, el objeto en sí, pues éste se esconde tras una infinita serie de envoltorios-diseño, que nunca podremos sortear, puesto que conforma el mundo mismo en el que vivimos. ¿Pero qué pasa cuando, detrás del envoltorio del design... no hay nada? Ni el mismo coche, ni el mismo electrodoméstico.... sino.... NADA. Es la formidable paradoja del Huevo Kinder, señalada por Slavoj Zizek (2). Y es que... ¿qué estamos comprando cuando, como inocentes niños, pedimos 100 pesetas a nuestra madre para adquirir este prodigio del diseño y el marketing llamado Huevo Kinder Sorpresa? ¿Estamos simplemente comprando una ínfima porción grotescamente overpriced de chocolate? La aterradora verdad del Huevo Kinder es que no estamos comprando chocolate, estamos comprando una promesa. ¿de qué? De felicidad y sorpresa (recordemos la canción). ¿Pero qué se revela una vez desechamos el chocolate y abrimos la cápsula? Un absoluto centro vacío, un juguete de plástico que simboliza la más absoluta ausencia, la Nada total. Estamos comprando el diseño de una emoción; emoción diseñada para las niñas y los niños que, en su ingenuidad, son llevados a la lógica del deseo por el deseo, base del hiperconsumo. No queremos el chocolate - es una mera distracción - queremos el deseo de desear un “algo más” que, cuando abrimos la “surprise”, se revela como un juguete de plástico 21


efímero que no nos satisface mucho tiempo y nos prepara adecuadamente para adquirir otro huevo, otra promesa de felicidad que nunca se consuma. Simulacros vacíos. Siguiendo a Baudrillard(3), podemos asegurar que todo lo que acontece no es ya sino previamente diseñado en su acontecer. Es decir, que el diseño es la consecuencia lógica de un mundo totalmente administrado como simulacro de sí mismo, con un centro-referente que ya no es nada. Una nueva cosmogonía de lo Hiperreal (más real que lo real), esto es, convertido en producto de diseño, nos invita a pensar en una ontología económica, al estilo de Gunther Anders(4), donde “lo-que-es, es aquello que se produce en tanto producto”. Añadiría yo: lo que existe, existe por definición como producto de un diseño. Si no es así, no existe. Incluso las experiencias de “autenticidad” que suelen darse en paquetes turísticos, están diseñadas de antemano, produciéndonos una nostalgia demoledora, como al pasear por Disneyland. Todo es ya lo mismo: Simulacro, experiencia turística, banal y prediseñada. Es absolutamente imposible escapar al Diseño, tanto (o probablemente más) que del capitalismo. Así, se nos impone una pregunta moral, una cuestión ética que muchas veces no queremos admitir: ¿Qué hacer con(tra) el Diseño? The Dude. ¿Es posible devenir in-diseñables?. ¿Queda espacio, algún escondrijo, en el que pueda emerger algo que no nazca ya como cosa, como producto, y como simulacro? Tal vez debamos aceptar que hoy el Diseño es nuestra forma de vida; entregarnos así al simulacro de la experiencia, conectarnos a lo Virtual, dejar que un Gran Otro gobierne y gozar con Coca-cola (Enjoy!, That’s it). O bien por el contrario podemos sustraernos a esta lógica, sin caer en nostalgia de un pasado previo al Diseño, y tratar de ser impredecibles, molestos para ese plan del Big Designer. Tal vez se trate de devenir ingobernables, indiseñables e improductivos. ¿Cómo? El personaje the Dude de la película The Big Lebowsky podría ilustrarnos al respecto. Podemos probar a ser vagos, anacrónicos, anticuados, viejos, feos, ir mal vestidos, sin maquearnos, en bata, sucios, no comprar, no tener empleo, ser unos fracasados, unos outsiders, unos pringados. Quizá en la marginalidad, en los suburbios, en las cloacas... nazca una flor del siglo, de un color que no esté en el pantoner. Quizá ser un auténtico anti-capitalista pase hoy por ser genuinamente indiseñado.

Referencias: 1. FOSTER,Hal, Diseño y delito, ed. Akal, 2005. 2. ZIZEK, Slavoj, Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly. ed. Trotta, 2006. 3. BAUDRILLARD, Jean, Cultura y Simulacro, ed. Kairós, 1978. 4. ANDERS, Günther, La obsolescencia del hombre. ed. Pre-textos, 2011. 22


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REPORTAJE

CELESTE CONDE GÓMEZ

micromece… qué?

¡micromecenazgo! Hace cinco años nacía Verkami, una plataforma de crowdfunding orientada a sacar adelante proyectos creativos en una España que desconocía, en su mayoría, qué era y para qué servía el micromecenazgo. Verkami, recuerda Jonàs Sala, uno de sus fundadores, “empezó con tres portátiles en el comedor del piso de nuestra abuela. Un padre y dos hijos, un biólogo, un físico y un historiador del arte que compartimos la pasión por el arte y la creatividad a pesar de nuestros backgrounds distintos. Vimos que estaba empezando el fenómeno del crowdfunding en Estados Unidos, y nos interesaba muchísimo como posibilitador de nuevas iniciativas culturales, como nueva forma de participar con la cultura, y de poder hacer realidad y conseguir cosas exclusivas de los artistas y creadores que admirábamos. Por eso decidimos crear esta plataforma que sirviera a los creadores de nuestro país y cualquier parte del mundo para que pudieran hacer realidad sus proyectos con la complicidad de su público. Y nosotros formar parte de toda esta revolución y trabajar codo con codo con ellos”. Hoy en día hay más de 50 empresas dentro del sector, con todas sus variantes (lending crowdfunding, equity crowdfunding…) y una recaudación en auge en la que, por poner un ejemplo, tan solo en 2014 se consiguió reunir en torno a los 62 millones de euros. Pero, ¿a qué se debe su gran éxito? Jonàs lo tiene claro: “La capacidad de generar comunidad alrededor de una propuesta que aún no existe, de darla a conocer, de ampliar el público potencial, de crear vínculos más cercanos con el público... en definitiva, un montón de intangibles que consideramos que pueden llegar a ser incluso más valiosos que la financiación que se consiga”. A su vez, Raúl Touza, fundador de Youdoido, una empresa de reciente creación, nos dice que su poder, “está ligado a nuestra condición humana, y ayudar forma parte de ella, ese es el poder: que yo te puedo ayudar a ti y tú me puedes ayudar a mí”.

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Cartel: Magoz 25


Hay que tener en cuenta que el nacimiento en España de este nuevo paradigma está ligado al cierre de las puertas del crédito de los bancos, así que, gracias a esta financiación colectiva, se abría la posibilidad de que cualquier persona que quisiese sacar una idea adelante, pudiese. El primer proyecto que consiguió financiarse en España a través de la plataforma Verkami fue nada menos que un documental: La Sonrisa del Nómada, en donde un clown recorre distintas zonas de Mongolia, India y Nepal con su bicicleta y su nariz roja. ¿Resultado? 2.595€ conseguidos y 3 verkamis más realizados con éxito. A partir de ahí, es un no parar: Brigada, de Enrique Fernández, es el primer comic auto gestionado en alcanzar, gracias a la financiación colectiva, los 50.000 € en Europa; Stockholm, la primera película financiada a través del crowdfunding que gana un Goya y hasta nuestro Pedro J. Ramírez se animó a crear un diario online, ‘El Español’ (oh, sí) con el llamado equity crowdfunding como protagonista. Finalmente consiguió 3.606.000 millones de euros, coronándose como el periódico que más crédito obtuvo y como proyecto de crowdfunding que más recaudación alcanzó dentro de España. Si nos vamos a nivel mundial, los ojos se nos salen de las órbitas viendo que Star Citizen, un videojuego de simulación espacial, llegó a la friolera de 109.905.310 millones de dólares recaudados desde 2012 hasta la fecha. A pesar de todo esto, del gran auge que está viviendo el micromecenazgo, no nos olvidemos de que ha existido toda la vida. Siempre hay y habrá gente con dinero dispuesto a apoyar a gente con ideas y de hecho, la palabra ‘mecenas’ se remonta al 70 a.c, año en el que nació Cayo Clinio Mecenas y quien se dedicó a proteger a poetas para que ensalzasen en sus obras al futuro césar (César Augusto) e impulsar así su carrera política. Todos recordamos también a la familia Medici, de Florencia, grandes mecenas del Renacimiento y, en épocas más actuales, en concreto en 1885, se recurrió a la donación popular para finalizar el pedestal sobre el que descansa la Estatua de la Libertad. Aterrizando de nuevo en España, Raúl Touza considera que el crowdfunding tiene mucho camino que recorrer todavía y afirma que “este tipo de financiación es un concepto relativamente nuevo. Sin duda, es una tendencia que ha venido para quedarse y, aunque la economía colaborativa siempre ha existido, gracias a la red, se le ha dado un nuevo empujón”. Jonàs Sala, por su parte, opina que el crowdfunding “se está consolidando, especializando y diversificando”. Con aún mucho camino por andar, en estos terrenos de la financiación colectiva, nos quedamos con las palabras de Raúl, que nos explica la meta de Youdoido: “Solo vivimos una vez en este mundo, no podemos dejar pasar la oportunidad de que cada uno de nosotros haya vivido sin miedos y haya tenido al menos la oportunidad de poder luchar por hacer sus sueños realidad. Y Youdoido quiere ayudar a que esto se haga realidad”. 26


TIPOS DE CROWDFUNDING - Crowdfunding de recompensa (Reward Based Crowdfunding): Es el crowdfunding en el que se ofrece una recompensa como contra prestación a las aportaciones recibidas y es, sin lugar a dudas, el más extendido de entre todas las variantes de financiación colectiva. - Crowdfunding de inversión (Equity Based Crowdfunding): Este tipo de financiación es el que usó tan sabiamente Pedro J. Ramírez para poder llevar a cabo su proyecto de periódico online. Se trata de ofrecer, como contra prestación a las aportaciones recibidas, una acción o una participación de la empresa y los micro inversores pasan de esta manera, a formar parte de ella. - Crowdfunding de préstamo (Lending Based Crowdfunding): Aquí el dinero prestado es devuelto a un tipo de interés concreto y en unos plazos prefijados. - Crowdfunding de donación (Donation Based Crowdfunding): Con un fin humanitario, en la donación no se recibe ningún tipo de contrapartida a la aportación dada.

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REPORTAJE

ISABEL PRADO

Espacio/Casa/Nave/Club/Liceo/Lab Centros de autogestión cultural “Nos gusta la gente que hace cosas, y nos gusta también la gente que disfruta de las cosas que otros hacen”, es una frase que hace años escuché y que he adoptado, porque todos somos creadores y/o consumidores de cultura. Y en medio, muchas veces, están los “facilitadores” de cultura, de proyectos, de eventos... quienes hacen posible que existan espacios de autogestión cultural, donde se ponen en valor diferentes manifestaciones artísticas que muchas veces no encajan en los circuitos del “stablishment” oficial y las entidades locales. Sabemos lo difícil que resulta como creador hacerse un hueco en el “mundillo”, sacar adelante un proyecto, hacer una gira, o exhibir tu obra, ya sea musical, audiovisual, teatral, plástica o editorial. Ya no hablo de vivir de ello, sino simplemente de tener posibilidades de exponer al público lo que uno hace, y es precisamente en estos circuitos más “alternativos” donde podemos percibir esa avanzadilla cultural, más desinhibida y fresca, emocionante, libre y con sentido del humor. Porque es aquí donde el factor del “todo por la pasta” no es tan influyente, donde la creatividad no está tan determinada por el gusto “de moda”, o por los intereses de los patrocinadores, o las masas de consumo. En los últimos años, han ido surgiendo en diferentes puntos de Galicia espacios multidisciplinares que responden a unos valores de autogestión que van más allá de lo que hasta ahora vivimos en décadas anteriores. Ya no se trata solamente de lugares “okupados” (hoy este factor “okupa” ni se cuestiona ni es indispensable), sino que son centros de producción y programación cultural capaces de recoger la efervescencia que estamos viviendo en cuanto a creatividad, desarrollo de proyectos y eventos. Son espacios muy participativos y abiertos, gestionados de forma asociativa o en base a mecanismos de cooperación o comisiones de trabajo, y se fundamentan en conceptos como “cultura libre”, auto-producción, auto-edición, trabajo en red, etc. En general, lo que hay es una intención de dar cabida a todas aquellas propuestas artísticas y dar respuesta a una gran demanda cultural que tiene la sociedad hoy día, y que en muchas ciudades y localidades no está siendo debidamente atendida por los gestores públicos (todo sea dicho). Por poner dos ejemplos, La Tabacalera en Madrid o L’Ateneu de 9 Barris en Barcelona, responden a estas mismas características y se han ido haciendo un nombre en la ciudad 28


Cartel: Nuria Figueirido

hasta el punto de funcionar de forma profesionalizada y con grandes recursos propios, creciendo año tras año sin que ello haya supuesto perder su autonomía ni su misión. En Galicia hay ejemplos más discretos pero no menos interesantes que mencionar, algunos tienden hacia la especialización (artes plásticas, escénicas, etc.) y otros constituyen verdaderos focos de acción cultural (organización de festivales y eventos de todo tipo). Uno de los más conocidos en nuestra tierra es el Liceo Mutante, en Pontevedra. Famoso por sus locos festivales y conciertos, es parada obligatoria de aquellos grupos alternativos que quieran hacerse un camino en la escena musical gallega. Por aquí pasaron grupos como Monstruo, Guerrera, Bala, Vozzyow, Terbutalina, Cuchillo de Fuego, Cró!, Ataque Escampe, Unicornibot, Diola, Zamaramandi, Los Pontianks, y un sin fin de nombres y formaciones de las que vale la pena estar pendientes. El Liceo es como un trampolín de grupos locales hacia nuevos escenarios, pero también es un lugar de paso de grupos en gira como han sido Betunizer, Nueva Vulcano, Fee Rega, Lucrecia Dalt, Elle Belga, etc... Además, sus ciclos de cine y de teatro, así como eventos de autoedición y fanzines, terminan de redondear una programación incesante y de calidad. 29


En una línea similar, y compartiendo un mismo gusto musical, está (o estaba) Casa Tomada, en A Coruña. Ahora ha tomado el relevo un nuevo colectivo que ha logrado mantener vivo el proyecto y ha pasado a llamarse Nave 1839. Toma su nombre del registro de la propiedad de Adif, al que pertenece este local, ubicado en la estación de tren. No pretende ser simplemente una sala de conciertos sino un espacio multidisciplinar que dé cabida a proyectos de diferentes tipos, como charlas, talleres, cineclub, autoedición, festivales.... y entre sus objetivos está el de fortalecer el tejido social del territorio en el que se encuentra. Tanto el Liceo Mutante como Casa Tomada y ahora Nave 1839 tienen un toque singular en cuanto al diseño gráfico de sus carteles mensuales, con un estilo muy naïf y “street art” que vale la pena atender, colaboraciones artísticas que aportan, sin duda, un valor añadido. En Vigo, el Charenton Club Cultura está situado en una nave de estilo modernista y toma su nombre de un conocido hospital psiquiátrico francés del siglo XVII, donde personajes como el Marqués de Sade o el poeta Paul Verlaine estuvieron “encerrados” por ser considerados enfermos mentales, seres extraños y personas que mostraban locura, obscenidad, desvergüenza, desinhibición, depravación, molestos para la sociedad de entonces. Sin embargo, este asilo no fue capaz de incapacitar la expresión artística de sus moradores sino más bien fue un buen refugio para dar rienda suelta a su pensamiento. Adoptando estos principios de libertad de expresión, el Charenton apuesta por las artes y las letras gallegas e internacionales, es un lugar para aquellos que tienen algo que contar o que enseñar lo puedan hacer aquí. Su programación se abre a un elenco de colectivos en la ciudad y fuera de ella. Podéis disfrutar de una velada de poesía, microteatro, un cabaret, un cineclub, un concierto o bien hacer una ruta en bici y después una sesión vermouth o un mercadillo vintage, o también apuntarte a cursos para aprender a tocar el “theremin” o a bailar lindy hop. En esta misma ciudad, hay otro interesante espacio: Alg-a Lab es un centro social 2.0, un laboratorio de experimentación cultural que nace en el año 2008 del seno de la asociación de artistas Alg-a. El laboratorio es un lugar de experimentación, creación, intercambios y convivencia puesto a disposición de personas y colectivos relacionados con las artes sonoras, escénicas y audiovisuales, la arquitectura, la tecnología, la permacultura, la educación, la investigación artística, etc., siempre desde una perspectiva de comunidad, trabajo en red y licencias Creative Commons. Se encuentra en el barrio vigués de Valladares y consta de dos “containers”, una vivienda de dos plantas y un terreno de 3000 m2, todo ello en régimen de cesión y habilitado para poder hacer residencias artísticas, workshops, exposiciones, conciertos y eventos de todo tipo, e incluso alberga una radio comunitaria, Radio Piratona (emisora libre). 30


En Alg-a Lab se han realizado interesantes eventos como el “Encuentro de Arquitecturas Colectivas”, “Feira Imaxinaria”, “Herm3tica. Cámaras, sensores y telepresencia”, “Vértixe sonora”, varias ediciones del “Curtopía” y también del “Grito Rock”, entre otras muchas actividades de conciertos, encuentros, mesas de trabajo, exposiciones y “performances”, fiestas y colaboraciones con diferentes entidades de la ciudad a las que se cede el espacio. Cerca, en Nigrán, está Casa Colorida. Se define como “Laboratorio do Común para o desenvolvemento Integral da Cultura Libre en GZ” y en él se desarrolla una intensa actividad de dinamización cultural del Val Miñor facilitando un acceso libre a la cultura mediante propuestas ciudadanas y a través del intercambio de saberes, conocimientos y aprendizajes que contribuyen a crear la “Universidad libre”. Con un modelo de gestión abierto, participativo, transparente y horizontal, sus principios y objetivos buscan el bien común, facilitar la cohesión social y fortalecer las relaciones sociales de forma igualitaria y mediante procesos participativos que contribuyen al desarrollo de la propia comunidad. Además de cursos y talleres de todo tipo, huerta ecológica y residencia, también participan en red con otros proyectos y festivales del entorno. 31


Otro de los centros a tener en cuenta, pero especializado en el ámbito de las artes plásticas, es Espacio Matrioska, en Ourense. Está formado por un colectivo artístico que, al igual que una muñeca rusa, utilizan diferentes disciplinas artísticas unas dentro de otras como medio de aprendizaje mutuo e intercambio. Su intención es llevar la práctica cultural contemporánea, habitualmente urbana, al medio rural (pues se encuentra en el municipio de Os Blancos, comarca de A Limia) y establecer un vínculo con el entorno a través de actividades, jornadas y talleres que creen diálogo con los habitantes de la zona. Organizan el Festival Reina Loba y promueven residencias artísticas, convocatorias y actividades. Y para acabar, en Santiago, están Unitaria y A Regadeira de Adela. Unitaria es un espacio multidisciplinar gestionado por la “Asociación Amigos si, pero a Vaquiña polo que Vale”. En él se hacen actividades de tipo formativo: cursos, charlas, talleres relacionados con el audiovisual, el diseño, cómic, actoral, nuevas tecnologías... A Regadeira de Adela, en pleno centro de Compostela, es un lugar para disfrutar de las artes escénicas de una forma particular ya que la escena se realiza en alguna de las habitaciones o espacios de lo que en su día fue una vivienda, hoy con una decoración vintage, y donde también se hacen exposiciones. Estos son sólo algunos ejemplos, y demuestran que la democratización de la cultura también consiste en que seamos nosotros quienes decidamos qué cultura queremos tener, ver y hacer. Acercar las artes y la cultura a los ciudadanos permitiendo su participación y creatividad, y por tanto su desarrollo personal, contribuye claramente a crear una sociedad más inteligente y libre, y también a crear momentos de goce, altruismo y cooperación.

<<A partir de las relaciones del hombre con la realidad, resultantes de estar con ella y en ella, por los actos de creación, recreación y decisión, éste va dinamizando su mundo. Va dominando su realidad, humanizándola, acrecentándola con algo que él mismo crea; va temporalizando los espacios geográficos, hace cultura.>> (Paulo Freire).


Cartel: Nan Vaz

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RELATO

MT PEREIRO

El jardín de la

Abundancia

Eran las seis menos cuarto de un lunes de febrero. Los días eran cada vez más largos, y las lluvias menos frecuentes. Ya había pasado un mes desde que Irene había llegado a la oficina y todavía no era capaz de cuadrar la caja, mientras que a ella, ocho años atrás, no le había llevado más que un par de días dominar su funcionamiento. No esperaba terminar tan temprano, pero aquel día, por alguna extraña razón, la caja cuadró. Llevaba varias semanas saliendo mucho después de las ocho, y se encontró con que no sabía qué hacer. Estaba demasiado cansada para ir de tiendas —le pasaba siempre después de trasnochar los fines de semana— pero no tenía ganas de volver a casa. Escrutó su pelo en el espejo de la entrada. Las canas todavía no eran visibles, pero las mechas ya empezaban a perder brillo. Decidió que una visita a la peluquería le sentaría bien: podría descansar y charlaría un rato con las empleadas. La gorda bajita era la mejor con el tinte, pero la de nariz respingona era su favorita porque le hablaba de las series que estaban de moda o de los libros que merecía la pena leer. Ella estaba demasiado ocupada para esas cosas, pero le gustaba estar al corriente por si el tema salía en alguna conversación. Se encendió un cigarro y echó a andar. En la tienda de la esquina habían cambiado el escaparate. Los colores ácidos empezaban a brotar entre las líneas monocromáticas del invierno. Aquello la alegró. Habían sido unos meses lluviosos, y los diseñadores parecían haberse puesto de acuerdo para recordárselo desde los maniquíes. ¡Qué ganas tenía de que llegara por fin el verano y poder ir a la playa, tirarse al sol y no hacer nada durante horas! Cruzó la calle con el semáforo en rojo y subió la cuesta. El corazón le latía deprisa y se detuvo en la esquina para recuperarse. Desde allí le pareció ver el local a oscuras, pero le resultaba imposible que no estuviera abierto: apenas eran las seis. Saltó al asfalto después de que un Corsa destartalado inundara de humo la calle y avanzó decidida, acelerando el paso sin darse cuenta. 34


Fotografía: Serxo González / Músico: Diego Alonso

Ilustración: Sozosuru

Alcanzó la manilla jadeando, con los ojos anegados en una bruma amarillenta, la giró y empujó. La puerta no se abría. Golpeó con los nudillos el cristal mientras su repiqueteo vibrante se perdía en el interior. Pensó en llamar por su nombre a alguna de las empleadas, pero no sabía ninguno. Sin pelos inertes retorcidos en un rincón del suelo ni capas tiradas sobre el respaldo de los sillones, aquel lugar parecía vacío desde hacía días. Se fijó en un bonito marco de carey que colgaba en la puerta: «Les atenderemos de martes a sábado. De nueve a dos y de cuatro a siete». «¿Y los domingos? ¿Y los lunes? ¿Desde cuándo cerraban los lunes?». Se sintió hastiada y abatida: «¿por qué tenía siempre tan mala suerte?». 35


Unas luces se iluminaron al final de la calle. Seguir subiendo la cuesta le parecía un desafío insufrible, pero empezaban a caer unas gotas y no quería volver a casa. Se acurrucó en su abrigo de cachemir y retomó la marcha. Aprovechando el voladizo de los edificios —para lo cual debió pelear con cada viandante que bajaba la calle— consiguió llegar al punto del que manaba la luz. Nunca antes había visto aquel local, pero tampoco le pareció extraño. No era más que un garaje reconvertido, otro de tantos almacenes que últimamente proliferaban por la ciudad. Aunque aquel no había sido reformado: conservaba el clásico portal herrumbroso contra el techo, y una pequeña rampa revelaba que algún día había servido como garaje. Los centenares de objetos formaban algunos pasillos, pero la sensación era de absoluto desorden. Era un lugar sucio y sin encanto alguno. Aún así, la curiosidad fue demasiado tentadora. Se quedó unos instantes en la rampa, su cuerpo oscilando de manera imperceptible sobre los tacones. Fuera, la lluvia comenzaba a caer con fuerza, y la humedad parecía atravesar su ropa. —Disculpa. Una voz masculina irrumpió a su espalda. Una pareja pretendía entrar al local y ella ocupaba el único acceso en el suelo libre de máquinas de coser y mesitas de noche. Se apartó con una sonrisa y observó cómo avanzaban seguros hacia una estantería repleta de libros y otros trastos. Él no era alto, pero con su pelo oscuro bien peinado y un abrigo de paño resultaba bastante atractivo. Ella era casi tan alta como él, pálida y delgada. A pesar de la humedad del ambiente, su pelo era insultantemente lacio, brillando bajo una boina de estilo francés. Por separado no le habrían parecido más que otros clientes entrando en una tienda de baratijas, pero juntos ejercían en ella una fascinación que no sabía explicar. Le parecía imposible encontrar algún objeto valioso entre aquel amasijo descuidado y polvoriento, pero pensó que ellos no se adentrarían en un lugar así de no saber que iban a encontrar algo bueno. Por eso entró. La luz cálida de las lámparas reflejaba en los espejos; en las vitrinas, las cristalerías y vajillas brillaban como caramelos. Una mesa con una antigua máquina registradora parecía ser el lugar utilizado como mostrador, pero estaba vacía. La pareja se había apostado en el pasillo contiguo, así que decidió curiosear en el siguiente. Empezó a caminar sin prestar demasiada atención, como fingía hacer cuando entraba en una tienda de ropa que no se podía permitir. En esas ocasiones siempre salía triunfal con una bolsa en la mano con tal de demostrar que ella tenía derecho a estar allí, pero no creía poder encontrar nada interesante esta vez. 36


A través de una abertura, observaba cómo la pareja seguía frente a la estantería de los libros No pretendía husmear, pero se sentía perdida en aquel caos, y pensó que tal vez ellos sabrían dónde buscar los objetos más preciados de la tienda. Aunque podrían estar esperando a que ella no anduviera cerca. Se mantuvo unos segundos inmóvil, casi manteniendo la respiración, esperando no ser descubierta. Fue entonces cuando los oyó: —Es terrible. La chica se giró hacia él, ladeando la cabeza con gesto preocupado. El chico sostenía un libro polvoriento en la mano. —Es que es increíble. —El joven agitaba enfurecido el libro—. Ciento cincuenta y tres años y se puede suscribir cada palabra, cada reivindicación. Ella le acarició la mano, sonriendo. —Porque es un libro eterno. —No es sólo eso. —Tomó aire y continuó—. Se puede suscribir cada palabra porque el mundo lo siguen moviendo manos manchadas de sangre. Una sonrisa tímida asomó al otro lado de la estantería. No es que no estuviera de acuerdo, pero le pareció divertida la solemnidad con que hablaban. Desde luego, los había juzgado mal: no eran una pareja elegante buscando antigüedades, eran sólo otros chicos aburridos protestando por las mismas cosas de siempre. No contenta con el discurso de su novio, ella prosiguió: —Los ideales mejor intencionados se vuelven oscuros cuando alcanzan el poder. 37


Aquello fue demasiado. Trató de silenciar la carcajada con la mano, pero lo único que consiguió fue emitir un grito ahogado. Se volvió hacia el lado opuesto de la tienda, pero pudo oír a su espalda el golpe furioso del libro contra la repisa y los pasos alejándose. Esperó unos segundos para darles tiempo a salir y se dirigió hacia la calle. No tenía ningún sentido seguir allí. Estaba a punto de alcanzar la acera cuando la vio: una delicada lámpara Tiffany cubierta de telarañas languidecía sobre el pie de una máquina de coser. Se detuvo un instante paralizada, sin poder creer en su suerte. Dio unos pasos sigilosos mientras miraba hacia los lados, como si temiera que alguien emergiera de entre las sombras y se le adelantara. Una etiqueta colgaba del pie, pero el precio se había borrado, como si hubiera pasado allí mucho tiempo. No pensaba regatear (esa práctica estaba bien cuando viajaba a países del tercer mundo; hacerlo allí, era de miserables), pero esperaba sacar un buen precio por ella. La cogió y avanzó hacia el fondo del local. Atravesó el pasillo donde segundos atrás se encontraba la pareja. Siguiendo una pared cubierta por espeluznantes pinturas de animales se encontró con un nuevo pasadizo del que partían infinidad de recovecos, todos abarrotados de trastos iguales a los que había dejado atrás. —¡Hola! Dirigió el saludo hacia el fondo del almacén, pero en su voz sonó como una pregunta. No estaba acostumbrada al silencio en la ciudad, a la ausencia de cuerpos que chocan en el deambular invidente que provoca el móvil, a que los coches no lanzaran sus quejidos molestos. No vio a nadie en el corredor cuyo final era imposible distinguir, pero tenía la sensación de no estar sola. Era como si el sonido hubiera rebotado contra cuerpos anómalos, seres que hubieran adoptado la forma de escritorios y alacenas, de maletas destartaladas y jofainas rotas. La lámpara pesaba demasiado, así que la apoyó sobre una mesita de noche, probablemente devorada por la polilla. Quería buscar al encargado para comprar la lámpara y volver a casa, pero de pronto se sintió irremediablemente cansada. Vio una butaca de tapizado verde y decidió sentarse unos instantes. Sin saber cómo, se quedó dormida. No debí de tardar mucho en despertar, porque todavía se oían a lo lejos las voces de la pareja, cada vez más lejanas. Pero junto a la estantería ya no estaba la pared con los cuadros de animales, no había pared alguna, y la lámpara había desaparecido. Estaba furiosa. Dí varias vueltas alrededor del local, cada vez más desorientada, y cada vez más lejos de la salida. 38


Ilustración: Sozosuru —¡Hola! El saludo fue ahora una demanda, un grito por recuperar lo que era mío y me habían robado. Se la llevaron ellos, estoy segura, pero lo cierto es que aún no he podido encontrar al dueño para preguntarle. Aunque cada vez encuentro cosas más bonitas por aquí. Hoy mismo me probé un vestido vintage de escote barco, y me he puesto unas botas mucho más cómodas que los zapatos que llevaba. Sólo lamento haber soltado la lámpara. Pero juraría haber visto una parecida la semana pasada, ¿o fue la anterior? No sé. Cualquier día de éstos la encontraré y me la llevaré a casa. Quedará fabulosa junto al sofá como punto de luz para leer; ya sabes, por si algún día tengo tiempo… 39


PROYECTO

ALBA PÉREZ PEREIRO

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Micelio es el trabajo de fin de máster de Alba Pérez Pereiro, más conocida como Ratona, una polifacética creativa viguesa que ya en Abril de 2012, en nuestro primer número, nos obsequiaba con una portada sugerente y rompedora. Micelio busca solucionar una problemática presente en las guias de micología que conocíamos hasta el momento, en las que el diseño anticuado, estilos repetitivos, malas muestras gráficas, gerarquización inexistente o falta de conocimientos generales se convierten en el pan de cada día. Una guía de setas 2.0, un libro y una app que a través de la ilustración nos orientan en el complejo mundo de las setas de una manera original, detallada y creativa.

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behance.net/ratonaperez

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PROYECTO

ADRIÀ MOLINS

¿Qué papel desempeña la educación artística en nuestro sistema educativo? ¿Cuántas horas invierte Europa en las materias artísticas? ¿Cómo ha evolucionado la educación artística a lo largo de seis leyes educativas? CH’ARTS, es un proyecto final de carrera, en colaboración con Fab Café Barcelona, que pretende contestar a estas preguntas utilizando el diseño gráfico y la visualización de datos como una herramienta de comunicación efectiva para una mejora social.

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behance.net/adriamolins

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CROADORES

FOTOGRAFÍA

Alberte A. Pere alberteapereira.com

Alberte A. Pereira (A Guarda, 1964) é un fotógrafo autodidacta e independente. Despois dos seus primeiros contactos coa fotografía nos anos 80, coa súa primeira cámara analóxica, é a partir do 2012 cando realmente se implica máis na fotografía, decantándose pola fotografía de rúa sobre todo, máis tamén lle interesa a documental e a reportaxe. Unha pequena cámara é a súa compañeira e ferramenta coa que actualmente se adica a percorrer as rúas e ser testemuña do que pasa nelas. As súas imaxes teñen sido publicadas en medios escritos e dixitais, como o xornal La Voz de Galicia, a revista Querty Magazine ou a americana Edge of Humanity Magazine e foron expostas en salas de Vigo, Santiago, A Coruña, Ferrol, Lisboa, Miami e Londres. 50


eira Concursos / Premios: - Finalista no London Photo Festival – Streetphotography Competition 2016. - Finalista no Miami Street Photography Festival (MSPF) 2015

Exposicións individuais: - “Unha mirada subxectiva do cotián” (2014-2015), foi a súa primeira exposición individual. - London Photo Festival – Streetphotography (2016) - Miami Street Photography Festival (2015) - 1ª Exposición Colectiva do grupo Galiza B/N (2014) 51


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CROADORES

FOTOGRAFÍA

Sara Alver saraalver.tumblr.com

De vez en cuando hago fotos. Cuando temí por la vida de mi cámara digital, decidí sobrevivir con la cámara del móvil y una analógica rescatada de un mercadillo berlinés.

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CROADORES

ILUSTRACIÓN

Jaime de la Torre Naharro jaimedelatorreart.com

Titulado en bachillerato artístico, Primer ciclo en comunicación audiovisual y Técnico superior en Diseño y Producción Editorial. Ilustrador, dibujante, retratista, autodidacta y diseñador gráfico especializado en retratos, ilustración de temática naturalista y cómic, utilizando como técnicas bolígrafos, tinta negra, medios digitales (tableta gráfica) y la curiosa técnica del negativo desarrollada desde principios del 2013 y protagonista de muchas de mis exposiciones y publicaciones. Amplia experiencia profesional de 10 años en el sector de la ilustración Freelance, de 2 años como diseñador gráfico y colaborador en diversos medios audiovisuales. 60


A lo largo de mi trayectoria artística he desarrollado y experimentado con diversas técnicas y materiales. De todas ellas, el dibujo a bolígrafo ha sido la técnica con la que me he especializado, por su versatilidad y por las infinitas posibilidades que ofrece. La temática naturalista y los retratos adquieren claro protagonismo en mi obra, tomando como principal enfoque los primeros planos. Habiendo creado unos 800 retratos en diferentes técnicas, me dota de habilidad en cuanto a anatomía facial se refiere. 61


En 2013, tras un complejo proceso de experimentación, desarrollé la técnica del dibujo en negativo, un concepto totalmente nuevo que consiste en revertir los colores para crear imágenes sorprendentes. Esta técnica que se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de mi trabajo, requiere un alto conocimiento en las teorías del color para poder crear imágenes de tonalidades y efectos cromáticos opuestas desde una imagen al natural. El dibujo en negativo es una técnica que comencé a desarrollar en 2013 en la que utilizo como único material bolígrafos azules. Desde entonces, son casi un centenar de obras las que he realizado con esta técnica tan personal y novedosa, la mayoría son obras inéditas. En esta compleja técnica, los trazos que se realizan en bolígrafo azul, invirtiendo los colores, las luces y las sombras para generar texturas, miradas y expresiones del mundo animal que parecen salir del mismo soporte en el que están hechos y en el tono contrario al que están dibujadas. Uno de los alicientes de esta técnica, es la posibilidad de interactuar con la imagen dibujada directamente en negativo, pudiéndose apreciar con la cámara de cualquier dispositivo móvil en modo de negativo, para así positivar y ver la ilustración en su más plena expresión y color. Consiste básicamente en dibujar al contrario, es decir, en lugar de utilizar tonos oscuros para las sombras y claros para los brillos se hace al contrario. De esta manera obtendríamos un dibujo en negativo.

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ARTÍCULOS ENTREVISTAS REPORTAJES CROADORES PROYECTOS RELATOS

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Y PARTICIPA participa@croamagazine.es

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www.martavillarcruces.com


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