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BUZOS CON HISTORIA

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Con la boina puesta, junto a su madre con la escafandra de buzo, y José Luis Samper, y otros más en torno a 1960 o 1965.

TRES GENERACIONES BAJO EL MAR

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A lo largo de tres generaciones, durante la mitad del siglo XIX y casi todo el siglo XX, la saga de la familia Delgado ejerció su profesión como buzos en el Puerto de Las Palmas y allende los mares, donde surgio la oportunidad para Raymundo, Juan y Antonio, junto con sus familias de nuevos horizontes profesionales al zoco de la Isleta y su puerto de La Luz.

SERIE BUZOS, PECIOS, HISTORIAS DEL PUERTO DE LA LUZ Y LAS PALMAS

Según recoge el libro “De los puertos de La Luz y de Las Palmas y otras Historias” del Ayudante de Obras Públicas Julián Cirilo Moreno que trabajó a las órdenes del ingeniero Juan de León y Castillo cuando se iniciaron en 1883 las obras del “Puerto de Refugio de La Luz”, el primer buzo se llamaba Raimundo y su presencia constituyó todo un espectáculo por la cantidad de público que había acudido para presenciar su primera inmersión.

En este sentido, comenta Cirilo Moreno, “que el ingeniero le había entregado dos días antes un impreso con las instrucciones que explicaban todos los detalles y modos de vestir la escafandra”.

Comenta que significaba para él una gran responsabilidad ya que como Ayudante de la obra tenía la obligación de conocer todo lo concerniente a la operación de buceo, instruir al buzo y responder, como menos moralmente, de un mal percance.

Confiesa Don Julián que no durmió tranquilo aquellas noches previas a la primera

Raimundo Delgado Ayala

1850 – 1920. Fue el primer buzo en el puerto de la Luz, en torno a 1883 cuando se iniciaron las obras del Puerto

inmersión a pesar de asesorar convenientemente a Raimundo de todos los artilugios del traje de buzo y se preguntaba que ¿Si sucede un fracaso quedaré tranquilo ya que no había dado el ejemplo con mi propia persona?.

Sigue Cirilo Moreno explicando en sus memorias “Que llegó el día de la inmersión. Presencié el vestir del buzo, haciendo en las piezas una escrupulosa requisitoria, le repetí los consejos apropiados al caso, y, trémulo yo, hice que se lanzara al agua sumergiéndose paulatinamente. A medio sumergir desapareció de pronto…..”

Y el Ayudante con el alma en vilo pensó: ¡Se ahogó el infeliz¡. Pero miró la burbuja en la superficie del agua a veinte varas de la lancha, prosiguiendo: “Media hora estuvo en el agua, y según me dijo al salir, después de quitado el casco se hubiera estado todo el día de Dios”.

Culmina el relato Don Julián Cirilo diciendo: “Se me vino el alma al cuerpo y le llevé a brindarle con sus compañeros de trabajo. La inmensa concurrencia le colmó de aplausos y algunas propinas recibió también”. Y concluye su relato el Ayudante de Obras Públicas: “Yo también le di una propina pero a cuenta del material para el muelle, aunque la convidada posterior corrió de mi bolsillo”. Y remata este impresionante relato ocurrido hace 135 años cuando comenzaban las obras del Puerto de Refugio de La Luz: ¡Que triste papel nos hacía Añaza (Santa Cruz de Tenerife) sin grúas ni buzos en su puerto. Bien que esto último le era imposible, por la inmensa profundidad

Antonio Delgado poniéndole la escafandra a su madre mujer buzo en una playa de Gran Canaria, posiblemente en Telde.

de su fondo a donde no podía llegar buzo viviente, según con fruición asegurábamos! Las fotos de María del Pino con el traje y la escafandra son de finales de los 50 o principios de los 60, ella se puso la escafandra cuando ya era mayor. En la foto, en la barca, hay un grupo de personas, el de la camisa oscura es Antonio, su hijo. La foto está tomada en la costa de Telde, Melenara. Resulta muy novedoso que una mujer buzo bajo el agua, fotografíada, que conocía el oficio (equiparse, moverse, con un equipo realmente pesado ) por su marido y sus hijos, que trabajaron con los equipos de buzos clásicos. Precisamente en Telde recauchutaban los trajes de buzo en los talleres de coches (Comunicación Miguel Rodriguez Bresicht).

Curiosamente en 1962 Sandro Pellegrini, Consul de Italia en Canarias, y su mujer Elena, con una gran amistad con Franco Campanalunga, documentaron con fotografias en la prensa 1962 el primer buceo oficial de una mujer en Canarias, con buceo autónomo.

En las Navidades de 1956, y 1959

Participó en el desguace del buque Ciudad de Málaga, naufragado en el Puerto de Las Palmas en 1936

Korganoff seguía felicitando las navidades a Antonio con una postal navideña, con el siguiente texto: “Como prueba de la buena relación de amistad y profesional que quedó despues de la aventura en RD”.

Antonio y sus hermanos Raimundo y Juan Pedro La madre de Antonio, Doña Maria del Pino Rosales (Ayala) de buzo bajo el agua. La foto submarina de María del Pino, tomada ese mismo día, pudo ser realizada con una cámara submarina fotográfica del tipo Calypsophot, fabricada en Francia. Quizás la procedencia de la cámara este relacionada con la expedición que hizo Antonio en 1952 a la Republica Dominicana, en busqueda de un pecio, galeón con oro, plata, con Korganoff, relatada en el libro de Pierre de Latil y Jean Rivoire.

trabajaban en la empresa de buzos del abuelo Juan Delgado Cabrera. Ellos colgaban los trajes de buzos a la llegada a la casa de la abuela Maria del Pino, en la esquina de la calle Roque Nublo, y Tecén, en el barrio de la Isleta. El abuelo Juan gestionaba las pagas de lo que contrataba.

Según una de sus hijas, Antonio y sus hermanos y tíos, sacaron clandestinamente algunas personas perseguidas por el régimen, embarcándolos en bergantines y goletas rumbo a la Guaira, pero al parecer su abuelo no estaba informado. Durante su vida laboral como buzo, coincidió con Miguel Rodríguez Bresicht cuando Miguel ya tenía una de las empresas “Hombres Ranas de Las Palmas”. Antonio fue a buscar las botas de buzo que dice Miguel Rodríguez Bresicht que había dejado encima de un bloque enrasando, en la obra de un muelle de Lanzarote, pero las botas ya estaban sepultadas por la obra. La relación entre ambos, profesionalmente no fue bien, Antonio trabajó con Miguel Rodriguez Bresicht como buzo y por motivos de salud, los últimos años de vida laboral, se dedicó con un furgón como transportista (camiones verdes). 

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