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Algas chilenas: Alimentos con amplio potencial a futuro
from Revista Aqua 251
Algas chilenas Alimentos
con amplio potencial a futuro
EN CHILE SE EXPORTAN MÁS O MENOS US$300 MILLONES AL AÑO EN ALGAS O PRODUCTOS DERIVADOS DE ALGAS Y, PERFECTAMENTE, SE PODRÍA LLEGAR A US$3.000 MILLONES, SEGÚN LOS EXPERTOS. ¿CUÁLES SON LAS PERSPECTIVAS DE ESTA INDUSTRIA? AVERÍGÜELO AQUÍ.
Actualmente, las algas son utilizadas, entre otras cosas, para desarrollar productos cosméticos, farmacéuticos, de nutrición animal y alimentación humana, siendo este último ítem el que más protagonismo ha tomado en Chile la última década. ¿La razón? El gran potencial nutritivo que tienen las diversas especies de algas que a lo largo de la costa podemos encontrar, lo que ha motivado a grandes y pequeñas empresas a innovar en su uso.
Hoy, las algas son consideradas como un “superalimento”, debido a que son bajas en grasa y contienen antioxidantes, potasio, hierro, fibra, omega-3, B-12 y un sinfín de propiedades más que las convierten en el alimento perfecto para aquellos que desean buscar una alternativa distinta a lo que se consume tradicionalmente.
En el mundo, hay más de 27 mil especies de algas identificadas y de las aproximadamente 950 que se encuentran en Chile, 16 son extraídas o cosechadas y solo cinco son utilizadas para alimentación humana. Entre estas tenemos la lechuga de mar (Ulva lactuca), la carola (Callophyllis variegata), la chicorea de mar (Chondracanthus chamissoi), el luche (Pyropia columbina) y el cochayuyo (Durvillaea incurvata). Las algas más populares en la cocina chilena, desde la época prehispánica y colonial, son el cochayuyo y el luche. Sin embargo, están apareciendo cada vez más emprendimientos que se están atreviendo a incursionar en otras especies que poseen similar potencial nutritivo.
“Hasta ahora, casi todo el desarrollo del mercado de algas para consumo humano se ha basado en el cochayuyo, seguido por luche y chicoria de mar, pero creo que la carola es una especie que fácilmente podría incorporarse a la oferta. También así la Ulva, otra especie interesante y que hoy es mínimamente utilizada”, señala el gerente técnico de Gelymar, Jaime Zamorano.
Gelymar es una empresa nacional dedicada a proveer soluciones texturales, principalmente a compañías productoras de alimento y que concentra gran parte de sus esfuerzos en el procesamiento de algas rojas y algas pardas para la generación de carrageninas, alginatos, harinas de alga y bioestimulantes.
“Siempre estamos innovando y generando una mayor oferta a partir de nuestras algas. Hoy, trabajamos fuerte en el desarrollo de harinas de alga, donde estamos intentando incorporar algas de cultivo, principalmente pelillo y chicoria. Recientemente, hemos obtenido certificación orgánica para
este tipo de productos, lo que nos abre la posibilidad de entrar a mercados muy importantes”, añade el ejecutivo.
UNA MEJOR DIFUSIÓN
Si bien la industria alguera se encuentra en crecimiento, hay quienes consideran que los consumidores aún no poseen el conocimiento suficiente y desconocen los beneficios que consumir este tipo de alimentos puede significar para su salud. AQUA pudo conversar con la directora del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad Arturo Prat, sede Puerto Montt (región de Los Lagos), Marcela Ávila, quien se dedica al estudio de las diferentes especies de algas que se encuentran en Chile.
La experta se refirió a la “mala fama” que tienen algas como el cochayuyo y a la responsabilidad que debe asumir el Estado en la difusión de información que ayude a las personas a comprender los beneficios que implicaría el consumo de estos productos. “Si comes un pedazo de carne, sabes que va a ser rico en proteínas y te va a aportar ciertos beneficios, y si comes una ensalada sabes que te va a dar sales minerales y vitaminas, pero el alga trae todo eso y más; es un alimento integral”, expresa.
La académica destaca que “aparte de alimentarte y nutrirte, las algas conllevan beneficios para la salud y por eso yo creo que este conocimiento debería ser masivo. Más gente debería conocerlo para poder aprovechar las características de estas especies y hacer uso de estos alimentos tan completos”.
EMPRENDIMIENTOS
En los últimos años, han surgido numerosas empresas que han sabido aprovechar de forma creativa el potencial nutritivo que poseen las algas chilenas, principalmente del cochayuyo. Entre ellas figura Unel-ko, quienes comercializan mermeladas, snacks y sazonadores de cochayuyo; Algueros de Navidad, que también producen mermeladas y sazonadores, además de productos en formato de harina y escarcha; Quelp, que elabora albóndigas y hamburguesas en base a esta alga; Yujoes, quienes desarrollaron un innovador suflé; y Amarea, quienes idearon un producto crocante distribuido en formato de snack.
Todas las empresas mencionadas han logrado revalorizar este producto marino, llevándolo al mercado nacional e internacional. AQUA dialogó con los fundadores de Amarea Snacks, quienes destacaron la importancia nutritiva de las algas chilenas y las denominaron “el alimento del futuro”.
Amarea Snacks es una empresa creada en 2019 por Ignacio Cueto y José Tomás Sagredo, quienes, junto al chef Marcos Baeza, idearon un producto crocante hecho a base de cochayuyo, bajo la misión de “aprovechar las algas para hacer comida rica, nutritiva y elaborada de manera sostenible”, según señala José Tomás Sagredo, quien adiciona que “decidimos avanzar en el desarrollo de productos con valor agregado que permitieran darle una nueva cara al cochayuyo, tanto a nivel nacional como también internacional”.
“El potencial para Chile es perfectamente unas diez veces el actual (en valor exportado) y creo que, en la medida que se incorporen más especies, así como el cultivo de algas a una mayor escala, los usos seguirán expandiéndose”, afirma Jaime Zamorano, de Gelymar.
Las algas tienen diversos usos, entre ellos, cosméticos y farmacéuticos. No obstante se está dando fuerte énfasis a la alimentación humana.
En Chile hay una enorme cantidad de algas. Se cree que se podría sacar mucho mayor potencial a estos productos.
Fotografía: Gelymar
El producto puede ser encontrado en seis formatos diferentes y “al estar formados casi en su totalidad del alga, sus propiedades principales son que están compuestos por 50% de fibra dietética, por lo que generan una sensación de saciedad y aportan a la digestión. Además, tienen 12% de proteínas, conteniendo todos los aminoácidos esenciales, y presentan un altísimo aporte en calcio y magnesio”, puntualiza el cofundador de la empresa.
En tan solo un año, Amarea Snacks ha logrado acceder a 160 puntos de venta en todo el país, principalmente, en tiendas de alimentación saludable, y llevar su producto al mercado estadounidense, específicamente a Texas y Florida.
Actualmente, la firma está desarrollando nuevos productos e incorporando más algas para la creación de nuevos snacks, buscando dar paso a “superalimentos con alto valor agregado y que cuenten con atributos de sostenibilidad únicos, pensando siempre en avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible en conjunto con las comunidades recolectoras”, según expresa José Tomás Sagredo.
SUFLÉS DE COCHAYUYO
Otro emprendimiento cuyos creadores han sabido aprovechar los beneficios nutricionales del cochayuyo e innovar en un formato que escapa de lo visto tradicionalmente en el mercado, son los suflés Yujoes, de Seaweed Place.
Hecho sobre una base de harina de maíz, este snack está compuesto por cerca de un 20% de cochayuyo y se puede encontrar en cuatro formatos, con diferentes sabores: queso, pesto, merquén y tomate albahaca. Además de la fibra dietética que aporta, también es una excelente fuente de calcio, fierro y magnesio.
El proyecto fue posible gracias a los fondos del programa Corfo Conecta y Colabora, que permitió que desde Seaweed Place trabajaran en conjunto con el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), la Universidad de Chile y la empresa Clextral. El proceso que se utiliza para obtener este snack se llama extrusión y se lleva a cabo en la Facultad de Ciencias Agronómicas del plantel universitario.
Amarea Snacks creó un producto crocante hecho a base de cochayuyo.
El director comercial de Seaweed Place, Juan Francisco Aldunce, ha detallado que una porción de 35 gramos equivale a comerse una ensalada de cochayuyo de más de 50 gramos hidratada; es decir, en un formato más pequeño y con un sabor más amable, será posible consumir la misma cantidad de nutrientes que en un plato de estas algas.
“En Chile, el alga más consumida es el cochayuyo y después el luche, pero la verdad es que el consumo es muy bajo; no creo que lleguemos al kilo per cápita al año. En países como Japón, el consumo de una persona al año llega a los 40 kilos. Creo que estamos muy lejos de eso, pero por eso es que trabajamos desarrollando estos productos y también con instituciones como la Junaeb, para incorporar en los menús para niños este tipo de alimentos”, explica el ejecutivo.
EL “NUEVO SALMÓN”
El mercado global de las algas marinas se encuentra en constante crecimiento. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), el año 2018 se produjeron en el mundo más de 32 millones de toneladas, tres veces la cantidad producida en el año 2000, y más del 80% estuvo destinado para consumo humano.
Estas especies, debido a su rápido crecimiento y facilidad para adaptarse, permite su producción a gran escala y, según Jaime Zamorano, Chile posee todas las condiciones y el potencial para evolucionar en esta industria y convertirse en un referente mundial.
“En Chile hay registros de extracción comercial de algas desde los años ´50 aproximadamente; en los ´60 ya estaba desarrollado y eso ha ido creciendo con el tiempo. Hoy podemos encontrar empresas que procesan y empresas que exportan”, dice el experto.
“El potencial para Chile es perfectamente unas diez veces el actual (en valor exportado) y creo que, en la medida que se incorporen más especies, así como el cultivo de algas a una mayor escala, los usos seguirán expandiéndose. Podría ser una industria muy exitosa. Las algas pueden ser los nuevos salmones de Chile”, afirma el representante de Gelymar.
En relación con lo anterior, el ejecutivo agrega que “en Chile se exportan más o menos US$ 300 millones al año en algas o productos derivados de algas y, perfectamente, se podría llegar a US$ 3.000 millones, lo cual daría paso a una industria súper grande, así como ocurre en Corea, China o Japón”.
Teniendo en cuenta el potencial alimenticio de estos recursos, la académica de la Universidad Arturo Prat, Marcela
Fotografía: Amarea Snacks
Ávila, dice que las algas más prometedoras para la industria chilena son la chicoria, la carola y las algas pardas, como el cochayuyo y el huiro.
Además, puntualiza que “es importante buscar aplicaciones que sean agradables para el consumo, porque las algas pardas tienen fucoidanos que son muy beneficiosos para la salud, sobre todo en personas que están siendo tratadas por algunas enfermedades complejas, como cáncer o enfermedades cardiacas. Se sabe que proporcionan elementos beneficiosos para su tratamiento y por eso yo me inclinaría más por estas especies”.
Como se puede observar, las algas resuenan cada vez más como una importante alternativa para ayudar a sentar las bases de la alimentación del futuro, donde se requerirá de recursos producidos de manera sostenible y que sean nutritivos y beneficiosos para la salud humana. Chile, con sus 6 mil kilómetros de costa y una amplia variedad es este tipo de especies, claramente posee un gran potencial para hacer despegar una industria con amplias perspectivas a futuro.