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Aniversario IMSS
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Cumple 78 años de brindar seguridad social a los trabajadores de México
En poco menos de ocho décadas el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha brindado servicios
Duran- de salud y prestaciones sociales a la mil 808 unidades te 78 población; actualmente cuenta con médicas, dividiaños, más de mil 800 unidades médicas das en tres niveles l o s divididas en tres niveles. de atención: mil sectores obrero, 525 Unidades de patronal y go- Medicina Familiar bierno han construido su grandeza, (UMF), 258 Hospitales Generales de convirtiéndola en la institución más Zona y Regionales, así como 25 Unidades importante de seguridad social en Médicas de Alta Especialidad (UMAE). México y América Latina. Actualmente ha establecido el comFundado el 19 de enero de 1943, el promiso de modernizar, ampliar la coIMSS es la institución de salud más im- bertura y fortalecer su servicio médico. portante del gobierno federal gracias Una de las principales acciones es la al profesionalismo, lealtad y entrega contratación de 10 mil 974 plazas de de los tres sectores que la componen. nueva creación; se reasignaron dos mil El trabajo tripartito ha permitido que el millones de pesos para reforzar equipaInstituto brinde a los derechohabientes miento especializado y, para preparar servicios de salud y prestaciones socia- a más médicos, el número de becas les como cultura, deporte, Centros de para residentes pasó de cinco mil 443 Seguridad Social y Vacacionales, pago a siete mil 814 de 2019 a 2020, y para de pensiones, servicio de velatorios y éste año serán ocho mil 300. guarderías, tiendas, entre otros. El Seguro Social cuenta con personal En más de siete décadas el IMSS ha médico con visión humanista y genesido testigo de proezas médicas, como rosidad. Por su profesionalismo, los trasplantes de todo tipo de órganos, trabajadores del Instituto logran ser desarrollo de infraestructura hospitala- amigos de sus pacientes, estar ahí en ria e innovación tecnológica y científica los momentos más difíciles, ser el conde investigación, lo que ha valido a suelo en momentos de incertidumbre y, la institución un alto prestigio a nivel sobre todo, ser esperanza para millones internacional. de mexicanos. Para asegurar la calidad de los servicios El Instituto cumple 78 años en el de salud, el Seguro Social cuenta con marco de la emergencia sanitaria por
COVID-19 que llegó a México el 28 de febrero de 2020. Desde hace ya un año, el reto más grande que enfrenta el IMSS es cuidar la salud y la seguridad social de la población en el complejo contexto derivado de la pandemia. Como parte de la estrategia para asegurar cero rechazos a enfermos de COVID-19, el Instituto cuenta con una robusta infraestructura que le ha permitido reconvertir 270 hospitales y construir 13 unidades de expansión para atender a convalecientes y evitar la saturación hospitalaria. Desde que inició la pandemia, el Seguro Social ajustó la periodicidad de sus servicios y mantiene las consultas de especialidades, medicina familiar y de urgencias para atender padecimientos no relacionados a la emergencia sanitaria.
A un año de la pandemia
Rendirse ante la pandemia nunca iba a ser una opción para el Seguro Social, aseguró el director general del IMSS, Maestro Zoé Robledo. Directores de hospitales del Instituto coincidieron que el trabajo en equipo logró vencer miedos, prepararse, aprender y que miles de pacientes se recuperaran. Con histórica reconversión hospitalaria el IMSS ha garantizado política de cero rechazos. Gracias al trabajo en equipo de directivos, administrativos y personal de salud del Instituto, se logró enfrentar de manera estratégica la emergencia sanitaria más grande de los últimos 100 años y atender eficazmente al mayor número de personas enfermas por COVID-19. A un año de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, el Seguro Social ha logrado dos objetivos: cero rechazos a toda persona infectada por COVID-19 que requiriera una cama, un ventilador, ser hospitalizada por su estado de gravedad, y protección plena al personal de salud, en todas sus dimensiones.
en la colonia Narvarte; el hospital número 4 de Traumatología, en el hospital Italiano, en la calzada de Tlalpan, que es hoy la clínica 10; el hospital número 5, de ferrocarrileros, en la avenida Colima; la de Maternidad número 1, en Gabriel Mancera y Xola. Además, desde sus inicios, el Instituto emprendió la planeación de un sistema nacional de atención médica y social con los mejores y más modernos sistemas. El IMSS demostró su utilidad social rápidamente. En 1944, primer año de operación, ofreció 2 millones de consultas,
La consolidación del IMSS
realizó más de 5 mil cirugías. Un año después, ya disponía de instalaciones propias: 22 clínicas, 7 sanatorios, 2 unidades de maternidad y 140 puestos de fábrica. A pesar de que el concepto de seguridad social abarca aspectos tan amplios como la salud, la cultura y la vivienda, el surgimiento de las unidades habitacionales en México no fue algo que se hubiera planeado desde los inicios del IMSS, ya que éstas surgieron a partir de un excedente en los estados financieros del Instituto.
El presidente Ávila Camacho nombra al secretario del Trabajo, Ignacio García Téllez, como director del Instituto, e inicia la prestación de los servicios apoyado por un grupo de colaboradores convencidos y comprometidos. El 12 de julio de 1944 por primera vez se discutió en asamblea la convocatoria para la construcción de un gran hospital: el de Zona número 1, destinado a la parte norte de la Ciudad de México, donde se ubicaba su mayor zona industrial. En los años subsecuentes se llevaron a cabo diversas acciones, entre las que destaca la inauguración del primer Hospital de Zona “La Raza”, así como el edificio central, en Paseo de la Reforma. A mediados de los años cincuenta, se logró reconocimiento y presencia internacional y se comenzó la extensión territorial llevando los servicios a todas las entidades federativas. Al cierre de 1958, el IMSS se consolidaba. Durante el periodo de 1946 a 1952, se emprendió el primer programa de planeación del proyecto arquitectónico y de construcción de unidades médicas en diversos barrios de la Ciudad de México, así como en las Ciudades de Puebla, Orizaba, Monterrey y Guadalajara, pues paulatinamente se incorporarían nuevos municipios a los servicios que el IMSS proporcionaba. La década de 1950 permite conocer la dimensión de la capital del país, en una etapa en la que México había iniciado, hacía apenas diez años, su transformación explosiva pues con el detonador económico que fue la expropiación petrolera, se transformaba de ser un país eminentemente rural, a uno urbano. Por otra parte, se consolidaba la entrada de lleno de la seguridad social y esto se hacía primero en la capital. Durante un lapso de más de 70 años, el IMSS ha sido un gran promotor de la arquitectura moderna en México. E incluso algunos de manera exclusiva, y por varias generaciones se especializaron en el diseño de edificios del IMSS para la administración, salud, cultura o la promoción de los deportes. Primer hospital del IMSS, Centro Médico Nacional La Raza. En 1946, el arquitecto Enrique Yáñez ganó el concurso para diseñar el hospital, cuya capacidad inicial sería de 800 camas. El conjunto fue la primera manifestación de la arquitectura moderna para la seguridad social; el 29 de octubre de 1952 se llevó a cabo su inauguración. Con los antecedentes de arquitectura para la salud de los hospitales de asistencia pública y con los citados referentes contemporáneos se construyeron los hospitales y clínicas del IMSS para atender a una parte importante de nuestra población: la clase trabajadora. A lo largo de los años el patrimonio del IMSS no es solo un privilegio de sus funcionarios, trabajadores y derechohabientes, sino de todos los mexicanos, pues los hospitales, clínicas, centros vacacionales y unidades habitacionales, integran obras de artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Juan O Gorman, Tosia Malamud, Federico Cantú Garza, Federico Cantú Fabila, Luis Ortiz Monasterio, Luis Nishizawa, Adrán Brun, Manuel Suasnavar Pastrana, Salvador Pinoncelly, Fermín Revueltas, José Chávez Morado, Francisco Zúñiga y Alberto Beltrán, entre otros. Además de otras manifestaciones artísticas como el teatro, la danza y la música encuentran un gran desarrollo dentro de la institución.
A lo largo de su historia, el IMSS es fuerte y sustentable hacia el futuro
Durante los sesenta, se construyó el Centro Médico Nacional, además de expandir por toda la República una serie de construcciones propias, modelos de eficiencia, se inicia la incorporación, por otras formas de contribución, a los productores de caña de azúcar y a los cortadores eventuales. Dado el estado de salud financiera que tenía el IMSS al inicio de su gestión y la alta tasa de crecimiento del sexenio del Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) y considerando que aún no se tenía presión por el pago de pensiones, se tuvo gran capacidad de inversión. Además de poner en funcionamiento el Centro Médico Nacional y llevar a cabo la construcción y puesta en marcha de clínicas y hospitales en prácticamente toda la República, se inauguró el Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, los Centros de Seguridad Social para el Bienestar Familiar y el Centro Vacacional Oaxtepec. Asimismo, se construyeron 13 unidades habitacionales, 42 teatros, así como unidades de servicios sociales y deportivos bautizados como Morelos y Cuauhtémoc. Durante 1966, aumentó el número de asegurados mediante la incorporación de nuevos grupos con alta capacidad contributiva como los mineros y los electricistas. De este modo se aprovechó la gran infraestructura ya establecida y absorbió gradualmente el pasivo dentro del desarrollo estabilizador. A lo largo de este periodo se cambió la composición de las aportaciones y se redujo a la mitad (12.5%) la aportación del Estado. Con este nuevo esquema, se recuperó el equilibrio financiero. En este periodo se consolidó la medicina familiar y la organización desconcentrada del Instituto a partir de indicadores de gestión, fórmulas de productividad y balance de elementos apoyado en un proceso normativo y de supervisión. Se incrementaron las actividades de capacitación y las prácticas deportivas, de donde se han obtenido grandes campeones mundiales en diferentes disciplinas; se inauguraron dos nuevos centros vacacionales.
En el sexenio de 1970 a 1976, se llevaron a cabo dos importantes reformas a la Ley del Seguro Social. La primera, para elevar los topes salariales fijados en pesos. La segunda, en 1973, que tuvo como puntos fundamentales la apertura de los grupos de aseguramiento, la desaparición de los topes por grupos para establecer una contribución dinámica determinada por una proporción del salario hasta un tope por 10 veces el salario mínimo, el establecimiento del régimen obligatorio de guarderías para hijos de madres aseguradas y la creación del régimen IMSS-Solidaridad para brindar atención médica a los habitantes que vivían en profunda marginación, mediante la contribución del Gobierno federal, la administración del Instituto y el pago de los beneficiados con trabajo personal a favor de las comunidades a través de 40 hospitales y 400 clínicas rurales. El periodo de 1976-1982, se caracterizó por la búsqueda del fortalecimiento financiero y el interés por incrementar los servicios, mostrando una notable inversión en clínicas y hospitales de toda la República, con una red de primer nivel de atención en las zonas marginadas. Se cambia el nombre de IMSS- Coplamar por el de IMSSSolidaridad y se construyen clínicas rurales en 3 mil 500 comunidades, con la finalidad de extender los servicios de la seguridad social a las poblaciones marginadas sin capacidad contributiva. Durante el sexenio de 1982 a 1988, el país se enfrentó a un crecimiento negativo y a insuficiencia de divisas, lo que ocasionó una caída en los salarios reales y en el valor 13sigue en la pág.
“En pandemia para el IMSS rendirse nunca iba a ser una opción. Este ha sido el año más difícil en la historia del Seguro Social, se habla mucho que es el reto civilizatorio en términos de salud más grande de los últimos 100 años, pero hace 100 años no existía el IMSS. Hace 78 años que nació esta gran institución y el 2020 ha sido el año más difícil, más retador”, afirmó el director general, Maestro Zoé Robledo. En este contexto, la pandemia requirió de grandes esfuerzos por parte del personal de salud del IMSS, porque no sólo se ha atendido a derechohabientes, también a personas sin seguridad social.
Datos y cifras
En el IMSS se ha atendido a dos millones de pacientes con sospecha de COVID, de ellos más de 670 mil casos fueron positivos, casi 200 mil han sido hospitalizados en una cama del Instituto, de los cuales más de 50 mil son no derechohabientes. “Esto ha requerido grandes esfuerzos de capacitación, en infraestructura, en crecimiento de camas, de la participación de grandes hombres y mujeres en la atención”. Sobre estos esfuerzos de crecimiento, se reconvirtieron 208 hospitales, se conformaron Equipos de Respuesta COVID integrados por más de 86 mil médicos y enfermeras, con lo cual se ha garantizado la política de cero rechazos. La reconversión más grande en la historia del IMSS implicó destinar más de 20 mil camas de las 37 mil 104 camas hospitalarias – incluidas las de IMSSBIENESTAR –que han sido atendidas por 157 mil 645 trabajadores de la salud que han estado en la primera línea de cuidados. En el Instituto el personal médico y de enfermería jamás se rindió, a pesar del miedo de ser contagiados o contagiar a sus familias, pero las medidas que se implementaron, sobre todo las acciones para contar con el Equipo de Protección Personal y la rápida capacitación de los trabajadores que atienden COVID-19, mostró con el tiempo que fue más grande la solidaridad y la entrega por brindar la mejor atención médica. El Instituto implementó estrategias para evitar aglomeraciones en espacios públicos y cortar cadenas de contagio mediante la instalación de cuatro mil 94 Módulos de Atención Respiratoria
del Seguro Social (MARSS) en las mil 525 Unidades de Medicina Familiar del país, mismos que han funcionado para la detección temprana de COVID-19 y el inicio de tratamiento. Además, se determinó al COVID-19 como enfermedad general de trabajo, incapacidades en línea, convenio con empresas para el diferimiento de cuotas, capacitaciones gratuitas a través de la plataforma en Internet CLIMSS, la entrega de casi 142 mil recetas a domicilio en beneficio de más de 75 mil derechohabientes, entre otras. A fin de reforzar al personal que atiende la emergencia sanitaria, se contrató a 40 mil 797 trabajadores de la salud. A todo el personal que está en la primera línea se le ha otorgado estímulos económicos a través del Bono COVID, con lo cual 225 mil trabajadores han sido beneficiados.
Directores de unidades médicas del IMSS que atendieron a pacientes con COVID-19 a lo largo y ancho del país, coincidieron que el trabajo en equipo logró vencer miedos, preparar a sus trabajadores de la salud, aprender de esta experiencia y que miles de pacientes se recuperaran de la enfermedad. El Hospital de Infectología del CMN de La Raza fue el primer nosocomio del IMSS en recibir a un paciente con COVID-19 el día 18 de marzo de 2020, en donde se ingresó a un hombre que diera positivo a SARS-CoV-2 y el personal de salud ya contaba con un protocolo para atender estos casos. Esta unidad de atención para personas con esta enfermedad ha sido la más especializada en la materia. El doctor Gustavo Sánchez Huerta, director del Hospital de Infectología del Centro Nacional Médico (CMN) de La Raza, señaló que hace un año “estábamos a pocos días de tener el primer caso de COVID en México y había una gran incertidumbre” debido a la nula experiencia con el virus, pero con el liderazgo del director general y el compromiso de los trabajadores “se logró hacer un equipo fuerte e invencible”. El HGR No. 72 tuvo algunas complicaciones al presentarse contagios entre la base laboral que se originaron en el exterior de la unidad médica, por ello se reforzaron acciones para minimizar riesgos médicos y de operación, entre ellas, la sanitización de todo el Hospital, dotación constante de Equipo de Protección Personal y permanente comunicación con los trabajadores. Por su parte, el doctor Eduardo Medina García, subdirector médico del Hospital General Regional (HGR) No. 72 Tlalnepantla, Estado de México, dijo que “un año después podemos decir con orgullo que nuestro personal médico, nuestro personal de soporte se comportó a la altura de las circunstancias, hemos logrado mantenernos de pie y enfrentado con bastante dignidad una situación crítica”. El estado de Coahuila fue una de las regiones con mayores brotes de contagios por COVID-19, ante lo cual el IMSS desde abril de 2020 acordó fortalecer los protocolos y la capacitación de
real de las cuotas. Se produjo también un bajo crecimiento de asegurados y, al mismo tiempo, un incremento en la demanda de servicios. Además, la contribución del Estado continuó disminuyendo (a sólo el 5% del valor de las cuotas), aunque tal reducción fue cubierta por el sector patronal. El sismo de 1985 deja arruinado el Centro Médico Nacional, donde se encontraba concentrada la mayor parte de la medicina de tercer nivel. Esta pérdida determinó la posibilidad de reestructurar el Centro Médico Nacional, reduciéndolo de 2,500 a 800 camas, y se da impulso a la consolidación de 10 centros médicos nacionales y al desarrollo de un círculo de contención de hospitales de segundo nivel, todo ello con el fin de disminuir costos y elevar la eficiencia. En 1987 se incorpora a los estudiantes a la atención médica del Seguro Social, costo que fue cubierto por la Federación. Mediante la reforma de noviembre de 1988 se eleva la cuantía básica del 20% hasta un 80% y se incrementa el monto de la pensión de viudez del 40% al 90% de la pensión directa. Durante este periodo los salarios mínimos crecieron en 3,169%, en tanto que las pensiones se incrementaron en 8,173%. A partir de 1989 se establecen las pensiones dinámicas, se elimina el pago de cuotas por el pensionado para el disfrute de la atención médica y se amplía a sus familiares. En 1990 se firmó el primer convenio que permitió a los trabajadores migratorios cubrir cuotas para que sus familiares que permanecieran en
México recibieran la atención médica por parte del IMSS. Entre 1991 y 1993, el Gobierno federal dio inicio al sistema de ahorro individual. En mayo de 1992, se estableció un seguro de retiro complementario de jubilaciones y pensiones del IMSS y del ISSSTE, denominado Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). El ahorro representó el 2 por ciento de la nómina de salarios y a éste se incorporó la cuota existente de 5 por ciento para la vivienda —ambas pagadas por el patrón—, las cuales se depositaban en una cuenta bancaria para cada trabajador, cuya tasa de interés real no podía ser menor a 2 por ciento anual. Este fondo de ahorro individual sólo podía ser retirado hasta que el trabajador cumpliera 65 años de edad y únicamente en caso de ser cesado podía ser retirado el 10 por ciento. El 1 de julio de 1997, entra en vigor la nueva Ley del Seguro Social. Para entonces la seguridad social muestra ya deficiencias importantes en la prestación de los servicios, además de carencias estructurales y es el inicio de los serios problemas financieros que aquejan a la Institución. Se considera que estos problemas están determinados por la insuficiencia de las aportaciones. En 2001, con las nuevas reformas a la Ley del Seguro Social, se busca mejoras en la parte administrativa y en el sistema de pensiones. La reforma otorgó al Instituto un régimen presupuestario propio que le da mayor flexibilidad en la asignación de su presupuesto de egresos, se buscó fortalecer el combate a la evasión de contribuciones, se buscaron mecanismos para dar mayor transparencia a la administración institucional. La reforma de agosto de 2004 tuvo un impacto de orden administrativo en el régimen presupuestario y financiero del Instituto, al ordenar que la sustitución, creación y contratación de plazas debía estar acompañada de recursos financieros que respaldaran las obligaciones pensionarías que éstas generan, prohibiendo al Instituto destinar las contribuciones tripartitas para financiar los pasivos laborales de las nuevas contrataciones. La reforma de abril de 2005 tuvo por objeto el incorporar al régimen de Ley a los trabajadores eventuales del campo, cuyo sostenimiento está fundamentalmente vinculado al empleo como jornaleros agrícolas, así mismo simplificó trámites administrativos a los patrones. Para seguir sirviendo a su propósito original, el IMSS ha tenido que adaptarse y modernizarse: las demandas sociales y de salud hoy son mayores y diferentes a las que enfrentaba cuando fue creado, hace 78 años. El primer cambio necesario fue aumentar su infraestructura y personal de salud y administrativo para brindar servicios a lo largo y ancho del país, a una población cada vez mayor.
todo el personal en los hospitales de Monclova, Piedras Negras y Ciudad Acuña, con el permanente apoyo de expertas y expertos en epidemiología e infectología. En tanto, el doctor Víctor Hernández Barbachano, director del Hospital General de Zona (HGZ) No. 7 en Monclova, Coahuila, precisó que la labor de los profesionales de la salud fue de mucha responsabilidad y entrega para los pacientes con COVID-19. “Sin el trabajo en equipo que se obtuvo aquí no hubiéramos podido solventar esa situación. La clave del éxito es trabajar en equipo”. En Quintana Roo hay coordinación permanente con el Gobierno del estado y la Secretaría de Salud estatal para solucionar problemas y agilizar procesos que permitieran contar con Equipos de Protección Personal para los trabajadores en la primera línea de atención al coronavirus. María Teresa C. Ramos Hernández, subdirectora del HGR No. 17 en Cancún, Quintana Roo, manifestó que, a pesar del miedo, los trabajadores de la salud han dado lo mejor de sí para atender a pacientes con COVID-19. Tras un año de emergencia sanitaria, el mayor aprendizaje ha sido que “trabajando en equipo podemos lograr salir adelante”, además de que “el IMSS ha sido líder definitivamente en este momento crucial de la historia”. Han pasado 365 días desde que fue diagnosticado el primer infectado por coronavirus. Actualmente se ha iniciado el Plan Nacional de Vacunación contra COVID-19 y se ha inmunizado al personal de la salud que ha estado al frente de la pandemia, en primera línea, lo que genera más seguridad, confianza y respaldo por parte de las médicas, médicos, enfermeras, enfermeros y todos los trabajadores del IMSS que han cuidado de enfermos por SARS-CoV-2.
Develan placas de “Condecoración Miguel Hidalgo” en hospitales del IMSS
Autoridades de hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social en la Ciudad de México que atienden a pacientes con COVID-19, develaron placas conmemorativas de la “Condecoración Miguel Hidalgo”, que el Estado mexicano les otorgó por su contribución a salvar vidas durante la emergencia sanitaria. Hasta el momento, la develación se ha llevado a cabo en las Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades “Dr. Bernardo Sepúlveda Gutiérrez”; Hospital de Pediatría “Dr. Silvestre Frenk Freund”, ambos del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI; y en el Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, del Centro Médico Nacional La Raza. También, en el Hospital General de Zona con Unidad de Medicina Familiar (HGZ/ MF) No. 8, “Dr. Gilberto Flores Izquierdo”; en los HGZ No. 30 “Iztacalco”; HGZ No. 2-A “Troncoso”; No. 32 “Dr. Mario Madrazo Navarro”; y los Hospitales Generales Regionales (HGR) 1 y 2 “Dr. Carlos MacGregor Sánchez Navarro” y “Dr. Guillermo Fajardo Ortiz”, respectivamente. Asimismo, en los HGZ No. 24 “Insurgentes”; 27 “Alfredo Badallo García”; 29 “Dr. Belisario Domínguez; y 48 “San Pedro Xalpa”, ubicados en la zona norte de la Ciudad de México. La Condecoración en Grado Placa fue diseñada para reconocer y recordar el esfuerzo de todo el personal de salud frente a la pandemia. La leyenda develada dice: “En reconocimiento al personal de esta unidad médica. Su contribución a salvar vidas durante la pandemia de COVID-19 siempre será recordada”. El 29 de diciembre de 2020, el Gobierno de México otorgó la “Condecoración Miguel Hidalgo” en Grado Placa al personal de salud que labora en 980 hospitales COVID de todo el país.
El segundo tipo de transformación necesario, el modelo de financiamiento y de atención médica, que van de la mano con las transiciones demográfica y epidemiológica de la población, tendencias mundiales que también afectan al país. La esperanza de vida ha aumentado y la pirámide poblacional se ha invertido: México tiene una población más envejecida, que implica menos trabajadores activos generando recursos por cada trabajador jubilado. Por otro lado, el perfil de las enfermedades de la población es distinto: gracias a los avances en medicina, las enfermedades infecciosas son menos comunes pero los padecimientos crónico-degenerativos son una de las primeras causas de morbilidad y mortalidad, además de ser más costosos. En el proceso de adaptación a todos estos cambios, el Instituto experimentó un profundo deterioro financiero agravado por el crecimiento de la nómina del Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) y por rigideces administrativas. Para el 2012, el déficit anual requirió un uso de reservas de más de 24 mil millones de pesos (mdp) con una tendencia que, de mantenerse, haría que las reservas se agotaran al año siguiente, poniendo en riesgo las finanzas públicas, no sólo del Instituto, sino también las del país. Dada la magnitud de la situación, ningún equipo al frente del Instituto podía hacer caso omiso del problema. Se emprendió un proceso de transformación estructural con dos objetivos fundamentales: mejorar la calidad y calidez de los servicios y sanear financieramente a la institución. Se logró detener el deterioro financiero: en 2013 se redujo el uso de reservas a más de la mitad, es decir, de casi 25 mil millones de pesos se redujo a menos de 12 mil millones. Adicionalmente, al considerar los incrementos inerciales de la nómina del RJP y de los salarios de los trabajadores, el esfuerzo fiscal fue de casi 20 mil mdp. Aunque la situación del IMSS sigue siendo precaria, está cambiando el rumbo de una institución que, financieramente, ya no era viable. Frenar el deterioro fue posible sin aumentar cuotas obreropatronales (COPs) y sin disminuir la calidad en los servicios. Eso fue sólo el primer paso, falta mucho más por hacer. Seguir impulsando cambios estructurales, que sean sostenibles en el mediano y largo plazo, palpables para todos los derechohabientes y positivos para la sociedad en general. Es necesario institucionalizar, a través de reformas legales, los logros alcanzados e incluso, darles continuidad en siguientes administraciones para que no se pierda el impulso del trabajo hecho hasta el momento. El reto es poder hacer más y mejores cosas con los recursos disponibles. Para cumplir con los objetivos planteados y mejorar la calidad de los servicios que da el IMSS, se han llevado a cabo acciones importantes que están impactando directamente a los usuarios del Seguro Social y muestran que sí es posible mejorar las finanzas del Instituto sin tener que disminuir la calidad. La simplificación de trámites está facilitando y abaratando su realización, así como incrementando el cumplimiento de las obligaciones, con estrategias de desregulación, simplificación y digitalización para disminuir los tiempos y costos, apoyándose en la tecnología. Más allá de incrementar la recaudación y disminuir el gasto administrativo, es una obligación fundamental hacer más transparente y eficiente el quehacer del IMSS para asegurar que los recursos obtenidos se gasten correctamente. Así, los
ahorros generados se pueden usar para ampliar la infraestructura y mejorar los servicios médicos. Una responsabilidad importante ha sido mejorar los procesos de abasto de medicamentos para los derechohabientes. El objetivo último de todas estas acciones para recaudar más y gastar mejor debe ser incrementar la calidad de los servicios médicos, pues constituyen el 80% del presupuesto de la Institución y son la principal necesidad y razón de queja para los derechohabientes. Se tiene que incrementar el acceso a los servicios y hacer frente a las enfermedades crónico-degenerativas, poniendo en marcha medidas productivas y eficientes en el uso de los recursos disponibles y en el aumento de la infraestructura médica. Como consecuencia de los ahorros obtenidos, el IMSS inició un programa de inversión en infraestructura financieramente sustentable, que no implique más deudas que heredar a las administraciones futuras, con modelos nuevos de unidades médicas de mayor calidad, funcionalidad y eficiencia para atender necesidades de salud. Al mismo tiempo de fortalecer el tan necesario programa de prevención de enfermedades crónico-degenerativas para disminuir sus complicaciones y evitar tratamientos prolongados y tardíos que afectan la calidad de vida de los pacientes y encarecen la economía del Instituto. Los recursos obtenidos se tienen que invertir más en capacitación continua, formación de personal médico y apoyo a la investigación científica que mantengan al instituto como ejemplo de excelencia médica y a la vanguardia del conocimiento. El Instituto es piedra angular de la arquitectura social de México y su salud financiera está íntimamente ligada a la estabilidad económica y social del país. Desde el 2002, cuando se presentó el primer informe sobre la situación financiera y los riesgos del IMSS al Ejecutivo y al Congreso de la Unión, se advirtió sobre la falta de sostenibilidad que ya se preveía. Desde entonces, se han planteado múltiples alternativas de solución para hacer más eficiente el gasto y aumentar los recursos que el Instituto necesita para una población cada vez más numerosa, con padecimientos más complejos, de más larga duración y mayor costo. En los últimos años se ha privilegiado la salud financiera y la calidad de los servicios del Instituto para continuar atendiendo a quienes son la motivación última de este esfuerzo: los derechohabientes. Hoy, más que nunca, es necesario continuar con un proceso de modernización para adaptarse a las necesidades de la población. Es una tarea de largo plazo cuyos alcances trascienden a la Administración presente y a las siguientes. Por eso es fundamental dar continuidad a las múltiples acciones que se han planteado y que ya han dado algunos resultados para mantener un IMSS fuerte y sustentable en el futuro. Es necesario impulsar los acuerdos entre todos los sectores involucrados con el IMSS para consolidar las reformas legales necesarias y los proyectos de mediano y largo plazo que lograrán la sustentabilidad financiera del Instituto. La fortaleza de la institución y el compromiso de los sectores que la conforman son fundamentales para superar obstáculos y continuar brindado salud y bienestar a tantos millones de mexicanos.