Ardes (Borrador N°2) - Damián Salguero

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ARDES Borrador n° 2

Damián Salguero


“Ardes” Nota: este texto es un “borrador”, nunca ha pretendido ser la edición definitiva del poemario Ardes. Primera edición: 7 de octubre de 2016. Corrección a la Primera edición: 6 de febrero de 2017. © Damián Salguero, 2016. Diseño de portada: Damián Salguero y José Rengifo Delgado. Contacto del autor: dymunflo@gmail.com Culo de guayabo editores vivimos en Bogotá y somos: José Rengifo - josefco1214@gmail.com / Facebook: jose.rio1214 Miguel Urrego - Facebook: miguel.urrego.5 / Sergio Muñoz - analfabetismocronico@gmail.com / Facebook: sergio.munoz.07 Adolfo Guerrero- adocal11@gmail.com / Facebook: adolfo.guerrero.7796 Nuestra página en Facebook: www.facebook.com/culodeguayabo EN COLABORACIÓN CON EL ZORRO EDITOR: NO TENEMOS LOGO, PERO TENEMOS MUCHO FLOW.


Sobre la presente edición: Resulta que la edición de este libro se hizo entre Damián y yo en un hotel en el centro de Cali, con un guayabo como de dos días. Por supuesto, debíamos maquetar, imprimir y armar ese mismo día el libro para lanzarlo en un recital que teníamos programado en la Univalle. El resultado: se imprimieron como 6 libritos del borrador n°2 de Ardes en una fotocopiadora de la nombrada universidad pública para un humildísimo lanzamiento que a la larga fue un compartir el libro entre los parceros. Días después, cuando ya estaba en Bogotá (sobrio y todavía con guayabo) me di cuenta de la mano de errores que tenía en redacción, ortografía, etc... pero ahí se quedó, nadie le metió mano aunque Sergio insistía en recocharme por lo mal editado que estaba el libro. Ni hablar de lo que decía de la ortografía de Damián. Después de unos cuentos meses, hoy (6 de febrero del 2017) me tomo el trabajo de corregir y pulir el poemario para que sea lanzado de manera online mientras la edición definitiva de Ardes se prepara en las oficinas de Culo de guayabo editores para su lanzamiento mundial en la 19a Feria Internacional del Libro de Usme. El objetivo de esta revisión es, también, preservar de manera decente este texto que, al cambiar de manera sustancial para su edición definitiva, podrá servir de camino recorrido, de perspectiva sobre el proceso creativo y todas esas maricadas que le interesan a los críticos y filólogos, o sea que a la larga les estoy facilitando el trabajo a los neo-filólogos del futuro (pronto también sacaremos los “Chats escogidos de Damián Salguero” para ayudar más). Por supuesto, esta decisión constituye una toma de posición personal respecto a este trabajo. Aunque no solamente es por cursi que me tomo el trabajo de corregir (a veces de manera un tanto arbitraria tomando como base el texto de la segunda edición): debido a que las poquísimas copias del libro se quedaron entre nosotros, no hubo manera de compartir este poemario de la manera que se lo merece y me parece justo que se pueda preservar el libro y los ánimos de esa reunión en Cali. Esta es una especie de agradecimiento a tanto chiste estúpido de manos de Sergio, Santiago, Juan y Damián. Gocen, como yo, de todo el flow que vive en este libro. Y esperen, por supuesto, la edición definitiva d’este poderoso poemario. -José Rengifo Delgado.


ARDES.

Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. […] Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Libro del Eclesiastés. Ardes, es verdad, pero también es verdad que amanece siempre en todos los rincones del planeta aunque aquí sean las dos de la tarde o las dos de la mañana. También es verdad, ardemos, a pesar del frío, y de los recuerdos que se quedan atrapados en alguna orilla infantil. Arderás, porque es inevitable caer a la tierra y ser parte de los rayos del sol, porque la sombra nunca es negación sino una extraña extensión de las estrellas que no comprendemos todavía porque tenemos pereza, porque nos gusta repetirnos lo mismo siempre aunque el paraje al que lleguemos no sea más que un nido de ratas y mirlos malformados por mares que siempre inventas para nombrar las montañas. Ardiste en un verbo, reiteras siempre con algún adjetivo que no conoce el cansancio que tú conoces al estar más cerca de aquí que de allá. Un poema siempre me mira para inventarse y seguir viviendo, porque teme dejar de ser, por eso recurre siempre a mí, para que haga una metáfora de níquel, balas radioactivas, animales de plomo, todo muy terreno porque mis poemas que son aire le temen a los ríos, mis poemas no quieren ser agua, no quieren morir cuando deje de escribirlos y los borre, porque tarde o temprano serán borrados de la memoria. Arderá mi poema porque tengo frío, necesito que ardan, necesito que cada artículo, cada frase sea otra vez un hoguera para que mis amigos se calienten y olviden la vida, y recuerden la noche, y no me dejen con este 4


amanecer terrestre en un horizonte de eventos. En particular, hoy está, como siempre, mi poema, con todos sus huesos alejándose de los mares. Poema, no me queda tiempo para verte arder. El poema arde con un fuego que dura siglos, no viviré siglos, pero viviré en el ignis noster de los artistas nunca nombrados, de la quebrada memoria de las calles que recorrí, de los grafitis anónimos que son mejores poemas, rápidos, contundentes, son cuchillos invisibles que te quedan por dentro. Anyway, por eso supongo que los poemas sigue ardiendo, extrañando las palabras primeras de la humanidad, porque cada poema nos mira desde el tiempo, para el nuevo tiempo y nos construye en la medida que todo lo demás cae. Poema, dime tú: Pablo, he visto imperios caer, he tumbado imperios, he asesinado millones de hombres, y sigo y caigo y reconstruyo, y derribo la deriva de todos los ritmos humanos, no soy poema de tonalidades, pero mis voces, arden. I El arte extrae su concepto de las cambiantes constelaciones históricas. Su concepto no pude definirse. Teodoro Adorno, Teoría de la estética. Tu voz poema canta: cultu vacuam. Declino, porque toda palabra que hoy me llega es un proceso histórico, mi poema es un proceso histórico, incluso este grito no es más que eso, la sangre de guerras de otras lenguas que no conocí, que nunca pertenecerán a mi genética, pero esa es la paradoja del tiempo: todo es nuestro, incluso las caras tristes detrás de los semáforos, las guerras cotidianas, los miedos ancestrales, las múltiples enumeraciones de la retórica básica de este poema que es espejo de espejos temporales. Me quedan las manos libres –digo, sostienes la mirada con la mía– de una u otra manera me humanizas cuando miro el techo y estás ahí, querido poema, siendo la carga de mis manos libres, de las serenas tormentas, de la magia monótona de los lugares comunes que bien conozco pero a los cuales siempre regreso, porque me siento seguro. Palabra a palabra tejo mi memoria para arder junto a mis miedos. Palabra a palabra interrumpo el pensamiento.

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II En un inicio el universo es un punto de fuga que deviene en una vocal para volver a su punto de inicio. El universo en su movimiento centrifugado (si es que el movimiento puede definirse en realidad) rompe todo silencio para transformarlo en vocal. Ese es el asunto. Carezco de conocimiento y ha de ser por’eso que no he logrado construir nada sólido. Anoto en mi poema el poema que quisiera para arrastrar mis siglos subterráneos, no sentirme solo en la luz absoluta que habita dentro de todas las cosas. No sentirme múltiple en la unidad de la luz, no sentir el aleteo de las burbujas en torno a las lecturas de grandes hombres, no imaginar la polilla resinificando las historias interoficiales del mundo personal de los poetas no leídos. Tengo esa obsesión a flor de piel, los poetas no leídos, la historia que quedo a medias porque no hubo forma de acabar, la historia nunca acaba me dicen, pero ¿es verdad? La historia siempre se renueva en la medida del silencio, si hay silencio hay historia, en medio del bullicio se está fabricando la historia, está el poema que no deja escribir la historia porque el poema arde como la guerra. III Plano de dos dimensiones, te digo, el corazón del hombre es el universo. Es por eso que cuando miramos el cielo nos arde todo por dentro. Nuestro estomago es el sol, o mejor, es el poema que el sol escribe para calcinar los cuerpos astrales. El poema arde, pero yo estoy frío, me lo dices cuando miras arder el agua de las ollas, cuando preparo la cena y me siento feliz por pensar que los poemas son más que signos arbitrarios, y dices, esta buena la comida, hablamos de la situación política del mundo, de mi inminente ceguera. Seguro, me digo: Borges era un Pablo en medio del desierto; pero tacho esa frase, ese verso que nunca escribiré.

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IIII Otra vez. Tiempo, sucesión de signos. Cotidianidad de letras. Me falta comprender más el lenguaje para lograr la estabilidad que nunca, ningún hombre ha tenido. Avanzo verticalmente. Huibrodo sabía que la poesía es vertical, algo así como un Ícaro que cree alcanzar con el lenguaje lo no dicho. Pero siempre caemos, o quizá es más simple el asunto: escribir un poema es como caer de un paracaídas, sabes que desciendes, sientes que todo va bien, pero luego, no se abre el paracaídas, no encuentras la palabra, el cordón que libera los lenguajes no humanos e intraducibles del tiempo, caes, no encuentras la palabras y ves con mayor nitidez la cercanía de la tierra, la tierra es el silencio. El silencio es deseo, no es metáfora aunque lo parezca.

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:SILENTIÛM:

Poemas basados en varias composiciones de Arvo Part y David Lang


Más que la palabra, es la interpretación tonal del silencio lo que le da significado al lenguaje. Retomo. Un beso no es nada, si no hay duda, cercanía y fallo, respiración de que nos vemos frente a frente y tener cerca el aliento. No vale el contacto sino la tensión que existe entre los cuerpos. El silencio que antecede al acto, besar es como morir dos veces porque cierras los ojos a la oscuridad del amor y los abres, de nuevo a la luz del amor. No importa la luz, sino el viaje de esa luz hacia tu cuerpo, esa oscuridad absorbiendo la duda, tragándose lo imperceptible de los nervios. El amor es esa tensión del no contacto; eso se ha dicho, creo, lo he oído siempre, pero no importa lo dicho, sino lo que no puede decirse, lo que se queda en la piel de los años y cae a manera de símil entre las vértebras del pasto. No sé en realidad qué es lo que gira alrededor del silencio. Supongo que el silencio mismo es algo así como una utopía, como el deseo, algo que es inalcanzable como la muerte. Nunca silencio. Nunca, ni siquiera cuando leas este poema en calma, junto a la luz y el polvo del aire, este poema te habla, te grita desesperado, aunque no emita ruido alguno. Ya no es necesario experimentar con nada. Mis obsesiones son simples, muy de poetas del siglo pasado, me gusta pensar en las palabras y poner la mente en blanco, balancear los colores y decirme: Eram quod es, eris quod sum.1 Eso es la palabra si lo piensas bien. Somos recíprocamente lo mismo; una suma de hechos intemporales tratando de reorganizarse de tal manera que sea imposible romper los ciclos, supongo que Nietzsche lo entiendo bien cuando miro al cielo y luego la tierra y se desquició por la tensión misma del cuerpo que arde bajo la llama viva del amor, de las alianzas químicas del cuerpo, de los tratados filológicos de una canción llamada “Salve Regina”2 compuesta un siglo después por otro hombre que volvió a crear el mundo, o por lo menos mi mundo.

1. Yo era lo que tú eres; tú serás lo que soy. Inscripción encontrada en una lapida. 2. Arvo Part, 2011.

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II En la orilla distorsionada de un ejército de desiertos estoy yo, dentro de un ave, midiendo mi ceguera con las curvas que produce los ojos muertos de los mirlos. El sol, de nuevo como un órgano inerte, los músculos llanos el sol, cae sobre la pupila del mirlo creando las curvas del polvo. Mis ojos, negros, grises cercanos de los sin colores, lejano ya de toda sensación cromática, esperan el toque de las aguas de las piedras para re hacer la metáfora del hombre que pierde la fe y la recupera gracias al azar, que es el dios cristiano al que tanto tememos. Dios es el azar, no hay otra explicación para entender el mundo. El azar es la tensión de los cuerpos ante la incertidumbre, en básicas palabras, no basta definir un concepto de este tamaño, es innecesario, porque con la explosión sinestésica encontramos un rasgo de las futuras tensiones. Me contradigo. Quiero que mi ceguera mire el claro pasado y ver los colores del tiempo, ampliar la gama de sensaciones táctiles, pero algo sucede, es la reflexión de la luz en el ojo de los desiertos, o a lo mejor, he logrado detenerme un instante, aquí sentando sobre el vientre del cielo, tratando de escuchar el azul que no es mi azul. II Cuando la forma de los árboles ya no es sino el leve recuerdo de su forma. Jorge Teiller. Procuro que el paisaje se pierda de nuevo. Es posible que mis ojos que no conocen los colores, los inventen. De pequeño, madre solía cantarme historias de guerreros, yo miraba su rostro, miraba el gris de sus ojos lapidar la noche y era feliz, madre decía que era imposible inventar los colores. Las tonalidades varían en la ira de la luz. No es justo recordar el rostro de la infancia, la lejanía de las montañas, el sabor de los desiertos, los viajes hacia los ríos, no es justo pensar tanto cuando queda el anhelo del silencio, el olor vivo de viejos eucaliptos pudriéndose en el vientre de los violines, en la boca árida de las voces. Tengo algo que decir, algo que decirme a mí mismo, al tratado de mi inconciencia léxica, me desespera la oscuridad, las canciones del Te deum, la lejanía del Kyrie 10


Eleison3, la voz de madre y padre atravesando el desierto en un mismo cuerpo siendo un patriarca tormentoso, agobiado por el ardor de su sexo, por su hígado compartido por tomar la noche entera en alguna ciudad suramericana. La claridad de mi olfato recrea los colores. Por eso creo perderme en este laberinto estomacal. Ese es mi mayor miedo, no regresar nunca de la voz desire de my sweet dreams, del entretenido juego de los lenguajes. III Ladinamente, entretengo the last song in my heart para volver a buscar el ritmo. Me digo tout le hommes sont éguax, pero nadie responde, en mi pelo blanco se siente un temblor adolescente. Me gustaba bailar entre dos paredes estomacales, como lo digo siempre, en ambas paredes todos mis signos resumidos en la danza, pero no basta porque this was written by hand, y eso basta, una mano, una extensión que siga perpetuando la escritura por medio de los cuerpos. La escritura es cuerpo, verbum lux, pero, puede ser verbum luxium4, también, entre la palabra luz y luto se desarrolla un entramado siniestro, la luz que cae, recrea, sueña atardece en un vórtice reflexivo, todo bastante medido por el intelecto, pero en el fondo todo es un sentimiento puro de vértigo, de canciones militando por las calles adolescentes que aún perduran en el dolor de la vida, de una procesión encendida de hombres salvajes derribando las puertas, martillando con agua fría los nervios de las mujeres embarazadas, hombres-snakes devoran una infancia nunca apta para la vida, como si su juego fuera la guerra, la eterna guerra, y no del lenguaje o del poema sino la guerra humana que no conoce la frontera de la palabra. Lo siento, todo esto se reduce a las palabras, mientras afuera atardece, todo cae.

3. Kyrie es el caso vocativo del sustantivo griego κύριος (kyrios: «señor») y significa «¡Oh Señor!», mientras que Eleison, en griego ἐλέησον, es imperativo aoristo del verbo ἐλεέω «compadecerse». 4. “Verbum lux”, puede traducirse como luz, o verbo, es decir, la palabra luz y verbo van de la mano en la medida en que construyen la realidad en la forma de evocarla, mas no de definirla, por otra parte “verbum luxium” es palabra de luto, de la luz al luto hay sólo una breve declinación de la vida.

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ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT ENFANT

ENFANT


Jolie fille, estás junto a mí, la finestra tiembla, porque tiene miedo, porque está cansada, porque sufre el paisaje y el color. Espero la luz para renacer en las estrellas fluviales de los Andes. Pero aun no sucede nada. Capítulo 1: Nací siendo adulto, con todas mis facultades marciales, dispuesto a la guerra, a la clásica estrategia de Sun Tzu, mí nacimiento, cuenta madre, fue dorado. Nací del lomo de un caballo con una lanza en la mano y en la otra mano mis ojos para disponer del mundo a mi antojo. Episodio 1 Hoy, al despertar, les invité un trago y compartimos unas pepas; quizás las últimas. Mientras ellos buscaban la salida. Me senté a contemplar la luz agrietada que inspira el vacío. Sólo espero caer como un muerto disfrazado ante la soledad indefinible. Porque el caer es simplemente eso: una forma de iniciación Vedrino Lozano Achuy, Shadowsplay. Mis parceros trajeron los tragos sí pillás, no tuve miedo ni nada, me metí el primer pase de perico y se me reventó la nariz, hubo fuegos artificiales en mi corazón mamasita, pensé que me iba a morir, me tomé los buenos guiskys, me cagué en la RAE, me cagué en el corazón de los poetas, me suicidé mil veces más que los escritores que le tenían miedo al mundo. Pero no fue suficiente, porque quería quedar bien con mis parceros, mi niña mi lindura, mi sabrosura, mi quesito jollie fille, si me entendieras, entenderías bien qu’estoy lejos del mundo y mis socios quieren dispararme directo al cráneo porque sospecho que en el fondo de todo este amor lo que queda es un odio léxico morfológico que nos une, no le tengo miedo a naides, que se me pare el que sea, yo no sé pelear pero me gusta que me revienten de vez en cuando, soy bien inverosímil, porque la vida es inverosímil síoque, no han visto el ruido de los murmullos de cualquier ciudad a medio día y luego resulta que 13


ese reciclaje de voces cancerosas cansadas cacorras, mariconas, polifónicas y cacofónicas me fastidia, quiero ser un poema barroco mi jollie fille, pero es imposible, no me alcanza nada para serlo, no me alcanza la canción que escucho, ni inmolarme en una catedral salvaje. Temo, sí, temo mucho volverme una piedra dentro del seno de los árboles y luego amamantar los ríos, tengo miedo mi niña de ser apuñalado por no tener ese conformismo que debería tener a mis treinta y tres años infantiles y seguir siendo el Peter Pan que no sabe dónde porque se dedicó a escribir poemas como este, mi niña sálvame, no de mí ni de naides, sálvame de no sé qué que me tiene el corazón temblando, soy ese adolescente de siempre disfrazado detrás de un crescendo de música neo tonal, si pilla, atrás mío suena una canción que no identifico y me dices es el atardecer, el atardecer no suena, tengo miedo libérame del poema libérame de esta ceguera causada por un dios incierto que me dice cada mañana que lo busque pero lo encuentro borracho declamando poemas de amor y me dice: tu ceguera es un poema que aterriza en un pastal donde cagan las cabras, es un poema que aterriza en tus manos cortadas por el hielo del asfalto, y le digo acá no hay nieve, acá solo hay un sol de invierno que va cediendo al cáncer que nos come. Caigo, mamasita, caigo full hd, caigo nítido, caigo, caigo, caigo, caigo, caigo como las canciones minimalistas que cantaba al retornar de la guerra. Capítulo 2. Episodio 2 Madre dijo que tuvo miedo cuando trescientos hombres me siguieron, estaba justo frente al abismo y prometí lanzarme primero hacia el oleaje de un mar que desintegra el tiempo. Cuánta razón recuerdo mi petit fille, al verte de nuevo en la ventana del pico de una mirla dentro de los estómagos de los desiertos que habitan en mis ojos secos por el azar, todo dentro de todo irrepetiblemente, descanso. Baudelaire me diría mentiroso al leerme, no creo en las correspondencias, pero eso ya paso hace rato. Ahora el asunto del lenguaje es más simple que antes. Mi piccola bambina, las lenguas romances retoñan en ese jardín interior que tiene tus palabras. Eso me agrada. Frente a trescientos hombres que me lanzaron al río de la noche, porque la noche es mi lugar común preferido, adquirí la hidrofobia y el vértigo que me acompañará por toda la vida. Dibujas algo que no encuentra la forma para comunicar el vacío. Estoy cansado, creo que debo irme. 14


I Es un laberinto el que planteo en este instante. Salgo de todo, mi viaje se detiene en el otro extremo de un agujero negro y veo de nuevo la luz. Capítulo 3 Para Teillier, lo importante en la poesía no es lo estético, sino la creación del mito y de un espacio o tiempo que trascendieran en lo cotidiano, utilizando lo cotidiano. Según Teillier, el poeta no debe significar sino ser. Wikipedia sobre la vida de Jorge Teiller. Bailábamos, me reías de frente, te movías bien, y tu palabra también. Todo me parecía bien, mi cuerpo sentía vibrar tus senos en mi camisa. Te dije, quien se case con un escritor se hecha un muerto encima, se’ncañenga mamita, te reíste con tus dientes morenos, amar un escritor debe ser similar a amar un mito, a un dios venido a menos. Luego sentiste mi pene duro sobre tu ropa. Recuerdo que tú llegaste, pero estaba muy borracho y gritaba ¿what is the poetry, whaaat? Me revolqué en mi miseria. Bailamos un guaguancó, te gustaba el “Zumbale” de Henry Fiol, el blanco que canta como negro. ¿What is the poetry, where is the poema? Menea muchacha, zumbale, guapea muchacha, te detuviste en el color de mis manos de aserrín y alcohol consumido por mis tejidos blandos. Me gusta sentir tu piel a través de la tela. Me gusta repetirte mientras bailo que mañana la luz atravesara de nuevo tus nervios y harán de ti ese universo microscópico que amo.

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FIGURACIÓN LIBRE. CAPÍTULO CUATRO. HOY PABLO ME MIRA A LOS OJOS, Y ME TRANSFORMO EN SU CUERPO BARROCO. POEMA BASADO EN LA OBRA DE JULIAN SCHNABEL PORTRAIT OF STELLA, 1996. Cabalgo en un desierto barroco, (es un exceso decir desierto barroco, pero es necesario decirlo). Perseguía cristianos en los templos de la caliza y las nubes. Los galembos sobrevolaban mi rostro catedral. Madre se despidió de mí rogándole a los cielos mi éxodo. Pero no fue así. La luz construyó dos mundos muros que rodean al hombre. En mi mano el retrato de mi madre por un hombre de mil siglos después de mi vida, de Stella estrella navegando la metáfora de cobre que tengo entre mis dientes arena lino y roca, padre ruega a la tierra el nacimiento de la lluvia. Todo muy de la esencia pictórica. Hombre padre baila en el óleo y tremendita. El color es’sa prolongación brutal de la palabra, como la música, el color vibra y fragmenta. Descanso en el desierto. El color’es palabra, es la tonalidad de la reflexión física en las cavidades sonoras de mi cráneo.

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FIGURACIÓN 2. POST BARROCO PARA UNA MUJER QUE BAILA MERENGUE. POEMA BASADO EN LA OBRA DE SERGE MARSHENNIKOV, 2013. Muchacha, lindura de origen africano por tus ojos de claroscuro, tu piel de sol parece el paraje que abandoné con la infancia. Eres el retorno a la edad de sol y la luna, eres el sueño mío, la caída del verso sobre un estanque donde florecen los dientes de león. El nacimiento de la sombra sobre tu nariz cordillera accidentada. Muchacha, linda flor de harina, me has visto florecer, luego marchitar y nacer en la micorriza de las selvas. Muchacha suramericana de origen risomático, estás escondida dentro de mi vida, pero no te encuentro porque los recuerdos son móviles como la sensación de la luz cayendo sobre tu carne de tela. Me dices, desde tu quietud de acrílico, Pablo, quiero besar tus ojos para que veas la saturación de templos que construirás con the hystoric human skulls. A la larga no es posible impedir la manifestación de la palabra.

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FIGURACION 3. DAVID SALLE. DRINK, 1996. OIL, ACRYLIC AND PHOTOSENSITIZED LINEN ON CANVAS AND WOOD. 72 X 108 INCHES. Dylan Thomas sueña cómo crecen las flores en un campo verde de Gales mientras se derriba ebrio sobre una fotografía fonográfica en alguna calle de Londres. En ese instante, David Salle hace del verde campo de Gales un pub ubicado en alguna calle de Cardiff. Un café tiene alguna de sus pinturas puestas en una pared cerca al baño, porque al dueño le pareció linda y la compró en una venta de garaje sin saber quién fue el pintor. En una imagen cabe la historia de la humanidad. Es posible que les mienta, que me las dé de metafísico por ser incapaz de dar a conocer las sensaciones humanas, que no sea capaz de ser un fenomenólogo. Me es imposible demostrar las sucesiones temporales de la vida con precisión. Episodio 3 Te reíste de mí. Me encanta tu risa bíblica aniquilando el silencio. Detente Pablo: me dijiste cuando me lancé a le jardins du Monet, entre los nenúfares, desnudo con la frente clara, con una ola de gotitas dando nuevas luces a tu sonrisa. Empecé a ahogarme. Me preocupé de la vida. Eres un idiota, tú no sabes nadar: escuchaba una voz nítida bajo el agua. Pienso en Jonás, en que quizá una ballena microscópica venga a salvarme. Pero en su lugar veo un mirlo difuminando las hondas del agua y no siento miedo. Deseo con toda mi fuerza hundirme, pero los ojos que reflejan los ojos del estanque me detienen, escucho tu risa en las burbujas que produce el oxígeno que se agota. Caes hacia el fondo 18


de alguna calle sola. Madresita regáleme una moneda. Me detengo y lo miro a la cara noto que tiene la nariz rota, su rostro lleno de líneas insensibles, tengo miedo, le alargo algunas monedas pero el hombre me sigue. Quisiera surgir de nuevo de las oscuras aguas florales de Monet. Recuerdo tu cadáver diciendo que los desiertos son los poemas del mundo. Te pregunto por los desiertos sudamericanos. Dices: los desiertos sudamericanos son cráneos piramidales, son los miedos de dios, dios termina y comienza en las planicies de Ica, en el fiero vientre de las pampas argentinas. Un hombre te rescató del fondo del estanque. Tenías los ojos poseídos por las nubes, no existía expresión “ellos”. Amada, gacela de fieltro, las mirlas han venido a destrozar mis huesos. Compramos una botella de alcohol etílico y lo mezclamos con agua de una fuente, le pedimos dinero a una mujer, se puso nerviosa, nos reímos, cada paso que dábamos era un martirio para ella, pero a nosotros no nos importaba, nos daba risa. Sostuve tu mano, no tenías pulso. Tocaste mi mano y se abrió el cielo, de nuevo, abriendo las cadenas genéticas de las estrellas. FIGURACIÓN X. SUNSET ON THE EASTERN SIERRAS, 9 X 12 INCHES, OIL ON PANEL BY JEREMMY MANN. 2014.

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Quiero darle fin a mi andar por el desierto. Abandonar el símbolo y darle paso a la luz. Difuminar el diafragma de las cámaras. Huí de Damasco en una canasta colgada por un hilo que salía de la sonrisa de Bernabé. Su sonrisa invadió el cielo. Caminé por los caminos de la Anatolia. Su paisaje de invierno era tan post impresionista, pensé en París, en los Andes Bolivianos. Recité en griego los poemas de Judea, el andar de los reyes que destajaron la palabra para transformarla en monumentos. Lírica montaña / tu palabra anida en la metamorfosis del paisaje / en la caída de la forma y la simetría de tu llanto milenario / tu cara habita la noche frente al rostro mismo de tu llanura conceptual. / En tus pies está el templo que construyó el alba. / Ahora tienes, en sí la mirada sosegada. La poesía colombiana es un asunto extraño. Pienso mientras cabalgo en las selvas del Vaupés. La antología significa algo, debe serlo, pienso en porqué abundan, como una plaga, (uso el símil como figura fácil, la poesía también lo es) entonces llego a la conclusión fácil, como el símil, que la antología es un sistema de poder, el más absurdo de todos, la antología debe ser algo como un ritual de iniciación, o la mediocridad perpetua de los poetas colombianos, incapaces de crear una obra, con el rigor y la disciplina que esta tiene en el fondo, o la mejor yo me complico, y escribir un poema debe ser entonces un asunto simple, un tratamiento superficial del lenguaje, encontrar la armonía del verso, la concreción de la palabra, abandonar el barroco, abandonar la vida, abandonar el desierto crecido de guayacanes, perdonen señores, me puse emotivo, recorro el Cauca en mi peregrinación celeste, ya no estoy ciego, Ananías me mostró la luz de dios, de lo elemental, es posible que dios sea lo elemental, el fuego de los cielos, la tierra en las nubes, el agua de las ventiscas, el aire dentro de los ríos creando los torbellinos, pero me contradigo, este libro lo han escrito muchas manos, aunque solo fue mi mano izquierda. Polifemo llora en la tormenta /en el aire rojo de la roja risa / en la perfecta sombra del sol verde de la ira/ me detengo en los dioses primitivos y civilizados. Han explotado una bomba en un aeropuerto turco, ya no habrán paracaídas en los cielos, ni mirlos, ni hombres volando por los cielos, no habrá más yihad, no habrá nada. Las antologías, qué mierda es esa. En Colombia, incluso, hay antólogos, y cuando escucho la palabra antólogo planeo retirarme de la poesía, recopilar los poetas canónicos, empecemos por Silva, el poeta que representa el fracaso de 20


la modernidad, el naufragio simbólico. Luego con la contra cara, no olvidemos al viejo y maricón de Miguel Ángel Osorio, o mejor conocido como Porfirio Barba Jacob, era tan marica que nunca dio su nombre real, quién sabe por qué. Y así seguir con todos los poetas blancos, perfectos escultores de la lengua castellana inmaculada que manejan los poetas, incluso ese sapo hijueputa de Jattin era un poeta de perfecta manufactura del habla castellana, un artesano más, amante de Octavio paz: (SALAMANDRA PARA OCTAVIO PAZ Si el aire y la luz solar entraron en mis versos fue por tu culpa. Si los transformé en mi tristeza también fuiste el origen. La causa desbocada la piedra que hirió mi frente como el beso de un dios la transparencia oriental que así mismo mi madre su vientre de Arabia habían sembrado en el hijo que se lanzó al vacío de la muerte apenas defendido por el amor a las palabras. ¿Vida no da vida? ¿Vida engendra un torbellino de encuentros y de adioses ? ¿De males deseados como el amor por un ser inalcanzable y bello? y la locura desmedida de guardar un rastro en el corazón de las palabras? ¿O vida dará vida? Octavio Paz poesía mata al hombre nuestro y de su podredumbre enlaza lo que queda lo que merecía otro tiempo más durable con la muerte de una parte de la muerte. (del libro, Los hijos del tiempo.) Demasiado burgués para ser poeta, por eso fue que terminó en la calle, con el culo lleno de huecos y huevos. Y después de poner todos los poetas, escribir un ensayo, postular poetas jóvenes, amigos que luego harán lo mismo, ser antólogo es como ser un perro al que le gusta oler la mierda de los demás, no hay nada de malo en ello, es otra forma de comunicación. Si me publican en una antología, me sentiría bien, espero que sean mis amigos, yo haré a lo mismo, haré antologías, las 21


peores de todas, las más malas, con un lenguaje pomposo, pretensioso, y así, por’lestilo. Pablo, tu nombre, significa el insignificante. Ahora ves, pero no reconoces los colores. Soy un Pablo que lee la poesía colombiana y no sabe qué sentir, no identifico los colores, no siento nada, no entiendo nada, no pienso nada. Me dice, -el bello Bernabé- el hombre siempre encuentra más bello el jardín vecino que’l propio, y le creo. CAPÍTULO 5. EPISODIO 6. FIGURACIÓN LEXICAL. FINAL. PABLO VE LA LUZ MÁS NO LOS COLORES. Píntate los senos de achiote y negro nos amaremos en el mediodía amarillo como en un desierto en la raya del alba como en la frontera de dos reinos José Manuel Arango. Signos. Soy una eterna contradicción. Me gustan los poemas en los cuales deposito mi voz en mis amores amigos novias imaginarias, me gusta hablarle a alguien, esa es mi herencia católica, el poema es ruego, entonces le ruego a todas las palabras que esta noche me salve de ese sudor frío que baja por mis vertebras de tierra. Ruego padre santo, ruego a la ausencia de ese padre madre dolor ruido africano andino europeo, no negro, no amarillo, no terreno, ni marino, madre, soy un americano que desconoce todo, a pesar de reunir todas las características de la historia humana. Pero madre se hace campo y cemento sembrado de caña, madre se hace edificio en alguna ciudad colombiana. Mírame esto no es un poema, no es lo suficiente como para trasgredir la estética, ni para perpetuarla, es el ruego de un joven agónico que atraviesa su palabra porque no tiene más, y a la final, la palabra es gratis. Soy amante de César Vallejo, me gusta su uso de las esdrújulas, dan ritmo, me gustan muchos poetas, me gusta Wallace Stevens, T. S. Eliot, 22


soy muy conservador si se mira bien, un tipo tradicionalista dándoselas de rebelde, esa fachada siempre funciona bien. Al iniciar este poema, pensé escribir un poema de amor, pero las circunstancias me llevaron a otras palabras, a recordar otros poemas, recordar otros tiempos. No soporto la música a volumen alto, a menos que este borracho, si estoy borracho da igual todo. Puse un epígrafe que no es pertinente, pero me gusta ese poema. Creo que lo borraré, y también creo que borraré todo este poemario.

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SE IMPRIMIERON LOS QUE PUDIMOS: COMO 6 [7 de octubre de 2016] [se usaron las fuentes Miniom Pro y Rockwell] ESTA EDICIÓN ON-LINE QUEDA EN MANOS DE QUIEN LA QUIERA [6 de febrero de 2017] Fin.



“Más sin embargo, pero, esta obra demuestra ser un laberinto metafórico donde el espejo refleja al espejo, sin perder el flow característoco de una obra vital” -Higor Chupamelowski, (Histotiador del Qui’ubo)

Culo de guayabo editores y El Zorro editor (ninguno de los tiene logo pero tenemos alegría cumbiambiera que ni qué)


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