Revista 13 de Estudios Locales Lora del Río

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LORA DEL RÍO

Revista de Estudios Locales Concejalía de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Lora del Río

Nº 13

2004



LORA DEL RÍO

Revista de Estudios Locales N º 13 2004

Concejalía de Cultura y Educación


Sumario

LORA DEL RÍO

Revista de Estudios Locales Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Lora del Río

Nº 13

2004

Editorial Concejal Delegada de Cultura y Educación: Mª José Arévalo Crespo Consejo de Redacción: Miguel Castillo Guerrero José González Carballo Coordinación: Juan Manuel Cumplido López Ana María Vilanova García Administración: Excmo. Ayuntamiento de Lora del Río Concejalía de Cultura y Educación Plaza de España, 1 41440 Lora del Río (Sevilla) Teléfonos: 95 580 13 31 - 95 580 20 25 Fax: 95 580 33 78 Correo electrónico: loracul@dipusevilla.es

María José Arévalo Crespo

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El Censo de Población 2001: fuente de información para el estudio de la dinámica demográfica de la Gran Vega de Sevilla

Carolina del Valle Ramos

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Maquetación: Juan Manuel Cumplido López

Diez años de Historia Antigua en la Revista de Estudios Locales de Lora del Río

Impresión: Imprenta Provincial Diputación Nº I.S.S.N.: 1135-9706 Depósito Legal: SE-858-1990 Tirada: 500 ejemplares Publicación: Anual Portada: Cabeza del Emperador Octavio Augusto encontrada en Lora del Río. Propiedad particular. Foto: P. Witte (Instituto Arqueológico Alemán de Madrid) Contraportada: Reproducción del Lar de Lora del Río, Lar del hogar (el original está expuesto en Madrid, en el Museo Arquelógico Nacional). Reproducción fotográfica del Museo adquirida por el IES Guadalquivir. Fotos e Ilustraciones: Iván Aguayo Checa José Antonio Caro Gómez Juan Manuel Cumplido López Fernando Díaz del Olmo Verónica González García Juan de Dios Montoto Sarriá Ana I. Porras Crevillent Michael Recklig José Sánchez Navarro

Manuel J. Parodi Álvarez

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La Pastora (Lora del Río, Sevilla): un yacimiento paleolítico del Pleistoceno Medio

José Antonio Caro Gómez Fernando Díaz del Olmo

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Las noticias, asertos y criterios contenidos en los distintos artículos de esta publicación, son exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión que pueda tener la propia Entidad Editora, Excmo. Ayuntamiento de Lora del Río, o de su Consejo de Redacción.

El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo Joaquín Herrera Dávila 4

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sumario Aproximación al funcionamiento del Hospital de Santa Catalina a través del Patronato de Josefa de Orbaneja Antonio Valiente Romero

58 Juan Ruiz, autor de la Corona de la Virgen César Gutiérrez Moya

El Convento Mercedario de La Veracruz y del Señor San José. Aproximación a su Historia Mª Teresa Ruiz Barrera

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La Romería setefillana: breve aproximación desde la antropología social

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Verónica González García

La transición en Lora del Río (1975-1980)

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Diego Delgado Díez

Ventas de cargos municipales y política de incorporación en un señorío de la Orden de San Juan: el caso de la villa de Lora (siglos XVII-XVIII) José González Carballo

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El patrimonio monumental de Lora del Río a través de la historiografía artística: aproximación bibliográfica Salvador Hernández González

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El Santo Entierro a finales del siglo XIX Juan de Dios Montoto Sarriá

92 El Augusto de Lora del Río 99 El Lar del Hogar de Lora del Río 100 A. Blanco

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editorial

Editorial

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stimado lector, estimada lectora:

Para mí es un honor, como Concejal Delegada de Cultura y Educación, poder presentar una edición más de nuestra Revista de Estudios Locales. Esta Revista, gracias al esfuerzo desinteresado de investigadores e investigadoras, nos acerca a la historia y al presente de nuestro municipio aportándonos, desde diferentes temáticas de estudio, visiones de nuestro pueblo que nos enriquecen como loreñas y loreños. Estoy segura de que, en la lectura de cada una de las investigaciones recogidas en esta edición, conoceremos aspectos de Lora que nos sorprendan, nos interesen y nos muevan a seguir profundizando en las diversas temáticas expuestas, abriéndonos puertas del conocimiento hasta ahora cerradas para muchos. Por último, dar de nuevo las gracias a todos y todas los que invierten su esfuerzo y tiempo en esta Revista y que nos ayudan a consolidarla y mejorarla año tras año. Quisiera animar desde aquí a la participación de todos aquellos que han profundizado sobre cualquier temática loreña y que pueden ver en esta publicación una recompensa a su trabajo. A todos, ¡gracias por vuestra colaboración! Lora del Río, abril de 2004 María José Arévalo Crespo Concejal Delegada de Cultura y Educación

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EL CENSO DE POBLACIÓN 2001: FUENTE DE INFORMACIÓN PARA EL ESTUDIO DE LA DINÁMICA GEOGRÁFICA DE LA GRAN VEGA DE SEVILLA

Carolina del Valle Ramos Licenciada en Geografía I. INTRODUCCIÓN De todas las operaciones estadísticas conducentes a obtener información demográfica sobre un determinado territorio, la más importante es el Censo de Población. Se trata de un recuento exhaustivo de la población que la legislación obliga a realizar de forma periódica a las Oficinas Estadísticas cada 10 años, para poder conocer las características sociales y demográficas de los habitantes. Conjuntamente con el Censo de Población se realiza el Censo de Viviendas para conocer la relación existente entre los habitantes y las viviendas que ocupan. Algunos investigadores han manifestado que dicha estrategia de recolección de información se remonta a 3.000 años a. C., donde ya existían registros de datos con técnicas similares a la de los Censos modernos, que surgen en Europa alrededor del siglo XVII. En España, el primer censo moderno data del año 1768 y fue llevado a cabo por el Conde de Aranda bajo el Reinado de Carlos III. En 1787 se realiza el segundo censo a cargo de Floridablanca y no tendremos el tercero hasta 10 años más tarde realizado por Godoy en tiempos de Carlos IV.

rritorio definido y referido a un momento determinado o ciertos periodos de tiempos dados . Por tanto, se trata de la principal fuente de datos básicos sobre población, necesarios para el adecuado funcionamiento de la gestión económica y política de un pueblo. La realización de los Censos de Población y Viviendas de 2001, encomendada al Instituto Nacional de Estadística, es una operación enormemente compleja en la que han participado más de 40.000 personas, que durante un periodo de unos tres meses han recorrido 21 millones de direcciones postales para recoger información sobre los edificios, las viviendas ocupadas y las personas que habitan en ellas. Se han visitado unos 13 millones de hogares y recogido información de aproximadamente 40 millones de personas. El presupuesto del Censo alcanzó los 27 mil millones de pesetas, del que la partida más importante, el 70%, corresponde a los gastos del personal contratado para llevarlo a cabo (INE. Censo 2001).

El Censo de 2001 ha introducido dos grandes novedades: en primer lugar, es la primera vez que se han utilizado cuestionarios personalizados, de manera que la relación entre datos padronales y censales sea más efectiva y la recogida de información mucho más fácil. Exactamente se enviaban: cuestionario de vivienda, cuestionario de hogar, hoja de datos padronales y cuestionario individual (éste último sólo debía rellenarse por aquellas personas con 16 o más años que estuvieran estudiando o trabajando)(Figura nº 1). La segunda gran novedad introducida en el Censo 2001 ha sido la posibilidad de rellenarlo a través de Internet. España, por tanto, ha sido el primer país que de forma general ha ofertado dicha posibilidad. En este artículo se trata de, utilizando los datos del último censo realizado en España fechado a 1 de noviembre de 2001 (1), analizar las características demogeográficas y socioestructurales de la población que

La serie de Censos oficiales se inicia en 1857, pero no es hasta 1900 cuando se empiezan a realizar con una periodicidad de 10 años sin excepción. Naciones Unidas los ha definido como un conjunto de operaciones que consiste en reunir, elaborar y publicar datos demográficos, económicos y sociales, correspondientes a todos los habitantes de un país o te-

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Población

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a llegar a un despoblamiento importante, ya que ello tendría repercusiones negativas tanto en aspectos sociales como económicos y de desarrollo de dichos territorios.

arían Alcolea del Río, Lora del Río, Alcalá del Río, Cantillana y Villaverde del Río. Por último, solo dos municipios han perdido población: Peñaflor y Villanueva del Río y Minas (Figura nº2). Me gustaría resaltar al municipio de La Rinconada como aquel que registra el máximo crecimiento, influido ello por su consideración dentro del sistema urbano de ciudades de la provincia de Sevilla como municipio perteneciente desde el punto de vista funcional al área metropolitana.

La realización del Censo con una periodicidad exacta de 10 años permite realizar análisis de tipo longitudinal, es decir, ver cual ha sido la evolución del volumen total de población a lo largo de las décadas y, por tanto, analizar si existe crecimiento o pérdida de población en distintos ámbitos territoriales. Permite, así, responder a las siguientes preguntas: ¿cuántos somos? ¿cómo nos distribuimos en el espacio?

La población de la comarca de la Gran Vega ha aumentado con respecto al último censo que teníamos (el de 1991). En la actualidad dicho ámbito registra un total de 128.948 habitantes, lo que representa el 7,46 % de la población de la provincia de Sevilla. Ahora bien, el ritmo de crecimiento que se observa desde la década de los años 80 a la actualidad es bastante sostenido. Esto puede ser debido a , por una parte, las pautas de comportamiento que tienen los fenómenos demográficos que se refieren al movimiento natural de población (nacimientos y defunciones) o, en segundo lugar, a las pautas de comportamiento que tienen los fenómenos demográficos que se refieren al movimiento migratorio (emigración e inmigración). El balance resultante de cuantificar el comportamiento de dichos fenómenos es el que va a justificar el ritmo de crecimiento que nos encontramos.

Para las Administraciones, sobre todo la local, es muy importante conocer dichos datos, ya que sus actuaciones deben estar correlacionadas con el volumen de población al que van destinadas. Por ejemplo, en aquellos ámbitos donde se registre una pérdida de efectivos demográficos, ya sea por un descenso de la natalidad, movimientos migratorios o envejecimiento de la población, la administración local deberá plantear una política demográfica que garantice que dichos municipios no vayan

Bien es cierto que hay que resaltar que mientras la Vega-Media presenta un crecimiento positivo, en la VegaAlta es negativo. Por tanto, hay que diferenciar entre municipios que crecen, municipios donde se población apenas ha aumentado en la última década y aquellos que registran una pérdida de efectivos, aunque dichas cantidades no sean alarmantes. Así pues, nos encontramos en el primer grupo con La Algaba, Brenes, Burguillos, La Rinconada, Tocina y Guillena. En el segundo grupo estarían Alcolea

reside en los distintos municipios que conforman la Gran Vega de Sevilla, con la intención de que los resultados obtenidos contribuyan a cuestiones tan importantes como son la planificación y evaluación de las estrategias demográficas, sanitarias, asistenciales, etc..., de dicho ámbito territorial. Además, la línea de epígrafes que se sigue permite conocer la naturaleza de los datos que proporciona dicha actividad estadística, es decir, datos para el estudio de la evolución de la población, datos de estructura, de hogares, etc II. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN

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III. ESTRUCTURA DE POBLACIÓN POR EDAD Y SEXO Otro tipo de información que nos proporcionan los censos es la composición según la edad y el sexo de un conjunto demográfico. Ya no se trata de saber sólo cuántos somos, sino el volumen de población que hay con una determinada edad y sexo. Conocer esta información permite a las Administraciones, sobre todo la local, poder evaluar los recursos humanos de un determinado territorio, ya que muchos de los comportamientos sociales y económicos de dicho ámbito van a verse influidos por este hecho. Así, por ejemplo, en poblaciones muy envejecidas las inversiones de la Administración competente deberán ir orientadas a la realización de políticas de servicios sociales para mayores, a diferencia de lo que pasaría en poblaciones rejuvenecidas con un gran porcentaje de niños y jóvenes donde dichas inversiones se orientarían a políticas de educación, empleo, ocio, etc... Se trata, por tanto, de variables imprescindibles para poder realizar estimaciones y proyecciones de población, así como para la planificación y seguimiento de políticas sociales.

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Dicha información se obtiene del Censo de las siguientes preguntas que aparecen preimpresas en la hoja padronal: 1. Sexo: Hombre /Mujer 2.Fecha de nacimiento: Día/Mes/Año A) Análisis etario Centrándonos en los datos que al respecto se obtienen para cada uno de los municipios de la Gran Vega, observamos que desde 1991 se han producido cambios en la composición por edad. En primer lugar, se registra un descenso en el grupo de población joven (0-14 años), que pasa de ser el 23,62% al 17,96%. Los valores más altos los encontramos en Burguillos (22,17%) y en La Rinconada (20,10%), mientras que, por el contrario, los más bajos los registran Villanueva del Río y Minas (15,70%) y Peñaflor (16,44%), ambos municipios de la Vega-Alta. Estos cambios, que vienen registrándose desde la década de los 80, son el reflejo de la tendencia que acaece casi a la totalidad de los conjuntos demográficos no sólo de nuestro país sino en todo el grupo de países desarrollados, como consecuencia del descenso de los valores de natalidad y fecundidad. Así, por ejemplo, el valor registrado para el conjunto de la provincia de Sevilla es del 17,2%. Lógicamente, el descenso del porcentaje de población joven en cualquier territorio nos hace pensar que nos encontramos inmersos en una nueva tendencia demográfica: el envejecimiento de la población. Es cierto que en la Gran Vega se ha producido un aumento del porcentaje de población adulta, es decir, de 15 a 64 años. Se ha pasado de un 63,51% a un 66,61%. Destacan La Rinconada con un 70,86% y Guillena con un 69,99% con los valores más altos, frente a Villanueva del Río y Minas (60,18%) y Alcolea del Río (65,19%) con los valores más bajos (Cuadro nº 1 y Figura nº 3). Pero para hablar de envejecimiento demográfico lo más importante es analizar los valores en el último grupo de edad, es decir, qué porcentaje hay de población que supera los 65 años con respecto al total. En la actualidad, el 15,43% de la población de la Gran Vega tiene más de 65 años, frente al 12,87 % que se registraba en 1991. Por tanto, ahora sí podemos afirmar que el ámbito de estudio se encuentra inmerso en un

áfico, tendencia que impera en el conjunto de la población española.

o de vista demográfico como económico y laboral.

Es interesante analizar cómo dicho proceso es más acusado en los municipios de la Vega-Alta que en los de la Vega-Media. Los primeros registran un valor medio de 18,36% mientras que el segundo grupo no llega al 13%.

q En último lugar, observamos como el porcentaje de población anciana no solo ha aumentado en volumen sino también en años, lo que demuestra que la esperanza de vida tanto de hombres como mujeres sigue aumentando, aunque en las últimas el proceso es mucho más acentuado. Ésto lo demuestra, también, el hecho de que para 2001 el porcentaje de población con más de 85 años represente el 1,09% sobre el total, valor que hubiera sido impensable hace unas décadas.

Uno de los métodos más utilizados por los demógrafos para representar las estructuras por edad y sexo de una población es la realización de las llamadas pirámides de población, ya que se trata de gráficas de fácil elaboración y gran expresividad que permiten a grosso modo analizar las pautas de comportamiento seguidas por distintas generaciones. Aunque son muchas las cuestiones a comentar analizando las cuatro pirámides que se presentan, me gustaría destacar tres puntos(Figura nº4): q En primer lugar, sigue habiendo un descenso en el número de nacimientos y, por tanto, de población infantil. Esto puede llevar a crear una situación que se conoce como generaciones huecas y generar, así, desequilibrios demográficos a medio plazo. q En segundo lugar, encontramos un importante volumen de población entre 24 y 40 años, que debe ser tenido en cuenta tanto desde el punto

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Pero no podemos quedarnos únicamente en estas grandes líneas de interpretación, ya que para las Administraciones es muy importante conocer una serie de indicadores que facilitan la labor a la hora de realizar distintas planificaciones. Así pues se han calculado el índice de vejez, el índice de dependencia y el índice de reposición (Cuadro nº 2). El índice de vejez (2) permite analizar el grado de envejecimiento que tiene cada municipio. Según los datos obtenidos, se confirma como es Villanueva del Río y Minas el municipio más envejecido seguido de Peñaflor, mientras que La Rinconada y Burguillos registran los valores más bajos.

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dicho fenómeno está generando sociedades donde su población mayor de 65 años es en su mayoría femenina, lo que ha llevado a hablar a algunos autores de la feminización de la vejez . Para el análisis de este hecho en la Gran Vega, se han calculado los índices de feminidad en los distintos grandes grupos de edad. Se trata, por tanto, de analizar la proporción de mujeres que existen en cada municipio con respecto a 100 hombres.

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El índice de dependencia (3) indica el peso (en términos porcentuales) de población no activa respecto a la población potencialmente activa. Así pues, dicha tasa muestra la carga familiar y social que soporta la población considerada como activa. En este caso son Villanueva del Río y Minas y Alcolea del Río los municipios con mayores porcentajes, frente a La Rinconada, Guillena y La Algaba que presentan los valores más bajos. Por último, el índice de reposición (4) nos indica como va a ser el recambio de población, es decir, la sustitución de las generaciones que van saliendo con respecto a las que van entrando en un conjunto demográfico. Cuando dicho índice es igual a

. Si su valor es inferior a 100 se trataría de un recambio deficitario y si es superior sería excedentario. Como es lógico, los municipios más envejecidos presentan valores de reposición inferiores a 100. Por tanto, son poblaciones cuyo recambio poblacional va a ser deficitario, lo que va a afectar a cuestiones sociales, laborales y económicas. Por el contrario, las poblaciones rejuvenecidas son las que presentan un recambio excedentario, por tanto, son municipios que en los próximos años van a ver aumentado su porcentaje de población activa. B) Análisis de género Como decíamos al principio de este epígrafe, el censo nos permite diferenciar un conjunto demográfico en función del sexo, lo cual es imprescindible para poder realizar análisis de género. Es de todos conocidos que existen diferencias de comportamiento demográfico por sexo según los grupos de edad. Me refiero con ello al hecho de que la proporción de niños que nacen es mayor que el de niñas, en las edades intermedias los porcentajes se van igualando y conforme se aumenta en edad son las mujeres las que tienen un mayor porcentaje con respecto a los hombres. Es en este último aspecto donde me quiero centrar, ya que di-

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En el cuadro que se presenta se observa como en los grupos 0-19 años la proporción de hombres es mayor que la de mujeres. Ello se continúa en el siguiente grupo de edad (20-64 años), aunque dicha proporción ya empieza a vislumbrar que va a haber cambios y es en el grupo de 65-79 años cuando los valores se invierten y el número de mujeres es superior que el de hombres. Dicho fenómeno se acentúa si se analiza el grupo de más de 80 años donde se obtienen valores como el de Lora del Río, donde el número de mujeres duplica al de varones ó el de Alcalá del Río, con idéntica situación (Cuadro nº 3). Este hecho debe, cuanto menos, hacer reflexionar a las Administraciones locales, puesto que es necesario plantear medidas específicas destinadas a mejorar el bienestar social tanto de dicho colectivo como el de sus familias. IV. MOVIMIENTOS MIGRATORIOS Otro tipo de información que podemos saber a partir de los censos son las pautas de comportamiento que han seguido los movimientos migratorios. Dicha información se obtiene por diferentes vías. En primer lugar, mediante la pregunta sobre el lugar de nacimiento, a la que hay que contestar con el municipio, provincia y país. Su comparación con el lugar de residencia nos aporta información sobre el saldo global, y a largo plazo, sobre los movimientos migratorios. Dicha pregunta va impresa en las hojas padronales. En segundo lugar se plantea la pregunta sobre nacionalidad de la persona. Dicha información es imprescindible para la formulación de políticas de inmigración y para la realización de estudios demográficos específicos. Dicha pregunta aparece de nuevo impresa en las hojas padro-

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ronales de la siguiente forma: q País de Nacionalidad: España/otro. (Si se marca la opción otro debe especificarse el país). En tercer lugar, aparece una pregunta sobre el lugar de residencia hace 10 años, exactamente de la siguiente forma: q¿Dónde residía el 1 de marzo de 1991?: en este municipio; en otro municipio o país; Provincia (si escribió algún municipio) Dicha información, que aparece en el cuestionario hogar-vivienda, permite estimar los movimientos migratorios en el periodo intercensal. En cuarto y último lugar, nos encontramos con una pregunta sobre el año de llegada al municipio y el lugar de procedencia, con la siguiente formulación: q ¿Desde qué año reside (aunque sea desde que nació) en: España /esta CCAA/ este municipio; Si residía en

en otro municipio o país, escríbalo. Dicha pregunta aparecía en el cuestionario hogar-vivienda y permite determinar la antigüedad de cada residente. Esta cuestión se considera como una versión de la última migración, enfocada desde una perspectiva territorial más que desde la temporal.

Cuadro nº 3 Índices de feminidad por grupos de edad. Censo 2001

Por tanto, el Censo utiliza hasta un total de cuatro preguntas destinadas a la obtención de información de las pautas de comportamiento migratorio de la población existente en un determinado municipio. Así pues, dicha actividad estadística, junto con los datos obtenidos de las estadísticas de variaciones residenciales, periones residenciales, permiten realizar un estudio con todo detalle de los flujos de entrada y salida de población de un ámbito concreto.

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Para la Gran Vega de Sevilla, y a partir de los datos de las tablas que se presentan sobre el porcentaje de población según lugar de nacimiento y sobre la población residente a fecha 1 de marzo de 1991, obtenemos las siguientes conclusiones: Existe una clara diferencia entre la Vega-Alta y la Vega-Media. En el primer caso, el mayor porcentaje de población residente (47%) no ha nacido en dicho municipio, sino que a llegado a él en fechas posteriores. Sólo Brenes, Cantillana y Villaverde del Río presentan valores superiores al 50%. La población suele llegar de otro municipio de la provincia de Sevilla o, aunque en menor medida, de otra provincia andaluza. Tan sólo un 4,14% nació en otra Comunidad Autónoma. Me gustaría destacar el caso de La Rinconada, en

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en cuyo ámbito sólo el 20,69% es población nacida en el mismo, mientras que el 61,85% de su población nació en otro municipio de la provincia de Sevilla. Habrá que preguntarse qué relación existe entre dicho porcentaje y la fuerte política inmobiliaria que dicho municipio viene llevando a cabo en los últimos años.

En otra provincia

A diferencia del ámbito anterior, en la Vega-Alta el 55,80% de la población ha nacido en los municipios que la conforman, donde destaca Peñaflor con un 67,33%, el valor más alto de toda la Gran Vega, seguido de Alcolea del Río con un 58,03%. Por tanto, se trata de un ámbito donde los movimientos migratorios no son muy intensos. (Cuadro nº 4) Si nos remontamos a los datos de 1991, las tendencias de las que se viene hablando vuelven a aparecer. Se ha producido una mayor llegada de población a la Vega-Media que a la VegaAlta, y dicha población se desplaza desde otros municipios de la provincia de Sevilla. Como casos más característicos volvemos a resaltar el de Peñaflor, como municipio donde el 97,15% de su población ya residía en él hace una década y, en sentido contrario, La Rinconada como el municipio que más población ha recibido. Si dicho dato se contrasta con los valores de población según grupos de edad, es lógico pensar que se trata de población joven, casada y con algún hijo cuya variación residencial está claramente influida por la oferta inmobiliaria existente en dicho municipio (Cuadro nº 5).

En otra provincia

Si nos centramos en la población extranjera censada, la Gran Vega registra el 4,1% con respecto al total de la provincia de Sevilla. Por ámbitos, el 85,10% se localiza en la Vega-Media frente al 14,90% de la Vega-Alta. Por municipios, son Brenes y La Rinconada los que registran los mayores porcentajes, mientras que Alcolea del Río y Peñaflor son los que presentan los valores más bajos. Por nacionalidad, el colectivo más numeroso es el que procede de Marruecos seguido de aquel que viene desde Latinoamérica, especialmente de Argentina, Ecuador y Colombia. Los extranjeros comunitarios son un colectivo minoritario, donde sólo cabría resaltar los procedentes de Alemania y Francia. Así pues, y como conclusión, destacar el contraste existente entre la Vega-Media y la Vega-Alta y, en segundo lugar, cómo en la Gran Vega la mayor parte de los flujos migratorios

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rios que encontramos están protagonizados por variaciones residenciales desde otros municipios de la provincia. Además se comprueba cómo con los datos obtenidos del censo sólo se nos permite analizar grandes tendencias migratorias, pero para un análisis en detalle de flujos de entrada y salida habría que complementar dicha información con los datos obtenidos de las Estadísticas de Variaciones Residenciales, procedentes de las altas y bajas de los padrones municipales.

Porcentaje

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V. FAMILIAS Y HOGARES El siguiente fenómeno demográfico que nos permite analizar el Censo es el referente al estado civil. Se trata de una variable clásica de investigación en los estudios demográficos y que se considera necesaria para la evaluación de políticas sociales. Aparece en el cuestionario hogarvivienda, de la siguiente forma: q¿Cuál es su estado civil?: Soltero/a, Casado/a, Viudo/a, Separado/a, Divorciado/a. Junto a dicha pregunta, y en el cuestionario de hogar, es necesario indicar la relación existente con respecto a la persona 1 del documento, de manera que se pueda establecer la composición de las familias y los hogares. La persona 1 es la enumerada en primer lugar en la hoja padronal, que en el Censo de 1991 aparecía con la denominación de persona principal. Dicha información se recogió con la siguiente pregunta:

tado anteriormente, está llevando a que se hable de una feminización de la vejez . Respecto a los porcentajes de población separada y divorciada, hay que destacar que se obtienen valores muy bajos si se comparan con otros ámbitos territoriales, como puede ser Sevilla capital. Ello me lleva a afirmar que en la Gran Vega sigue predominando, de forma casi exclusiva, el modelo de familia tradicional (Cuadros nº 6.a, 6.b y

.b y Figura nº 5). Si nos centramos en el número de miembros que conforma cada hogar (5) en la Gran Vega, los mayores porcentajes aparecen en hogares donde conviven 4 personas, lo que suele corresponderse con el matrimonio y dos hijos. Esta situación se justifica por los altos valores que registran los municipios más rejuvenecidos como La Rinconada o Burguillos. También es importante destacar un alto número de hogares de dos y tres miembros, aunque en este caso habría que hacer

q Relación con la persona 1: Cónyuge ó pareja; hijo/a, yerno/nuera; hermano/cuñado, padre/madre ó suegro; otro pariente (tío, sobrino, etc.); no emparentado. Si nos centramos en los datos obtenidos para la Gran Vega, se comprueba cómo existe casi una equidad entre el porcentaje de población soltera y aquella que se ha casado. Ahora bien, es más importante analizar los valores de las otras tres categorías, es decir, de personas viudas, separadas y divorciadas. En la primera, se observa como el porcentaje de mujeres viudas es superior al de hombres (un 9,98% frente al 2,35%). Se trata de un comportamiento característico de las sociedades desarrolladas de esta época. Ello es debido al aumento de la esperanza de vida de las mujeres que sobrepasan hasta una media de 5 años la esperanza de vida de los varones. Esta situación es mucho más acusada en los municipios envejecidos donde, como ya hemos apuntado

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acer diferenciaciones en la conformación de los mismos, ya que los valores más altos los comparten tanto municipios envejecidos como rejuvenecidos. Así pues, es lógico pensar que en los primeros, dicho valor puede deberse a un alto número de hogares donde sólo queda el matrimonio y los hijos ya no viven con ellos (porque se han casado, se han ido a estudiar fuera, etc...). Mientras que en el segundo caso, probablemente serán hogares formados por parejas recién casadas sin hijos ó con un hijo (Figura nº 6). Si nos centramos en los hogares unipersonales, hay que destacar cómo los porcentajes más altos los registran los municipios con mayor índice de vejez. Por tanto, podemos pensar que en su mayoría son hogares formados por personas mayores que viven solas (viudas). A partir de 5 miembros los porcentajes van descendiendo y, si dichos datos se comparan con los obtenidos en censos anteriores, podemos concluir diciendo que el modelo de familia extensa existente hasta hace unas décadas está desapareciendo, generándose nuevas tipologías de familias y hogares. Proporción de hogares en la Gran Vega según el número de miembros que lo

VI. NIVEL DE ESTUDIOS

Porcentaje

Otra de las variables que nos permite analizar el Censo es el nivel de estudios de cada persona. Se trata de una información fundamental para la planificación y el seguimiento de políticas educativas, la medición del stock de capital humano y de la relación entre formación y actividad. Dicha cuestión se preguntaba, en el cuestionario hogar-vivienda, de la siguiente forma: Nº de miembros

q Estudios de mayor nivel que ha completado: No sabe leer ni escribir; sabe leer y escribir pero fue menos de 5 años a la escuela; EGB o ESO; Graduado Escolar; Bachiller; etc

Porcentajes

En el Censo de 1991, dicha pregunta debía ser contestada por aquellos que tuvieran más de 10 años, pero dado que en la actualidad la escolarización obligatoria abarca hasta los 16 años, y que el nivel de instrucción alcanzado es más significativo en personas que han terminado su ciclo obligatorio, se eleva a 16 años de manera que pueda relacionarse con variables económicas (ocupación, actividad,...). Si analizamos los datos para la Gran Vega, se observa cómo un 29,36% no tiene estudios y un 29,08%

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udios y un 29,08% sólo tiene los estudios primarios. Por tanto el nivel de instrucción en dicho ámbito es sólo medio-bajo. Es interesante comprobar, en primer lugar, el importante descenso que existe en los porcentajes cuando se abandona la educación obligatoria y, en segundo lugar, las diferencias de valores entre los municipios más rejuvenecidos y los más envejecidos(Figura nº 7). El Censo, además del nivel de estudios de una población, nos permite conocer con exactitud cuántas personas se encuentran en la actualidad cursando estudios según su edad y el sexo. Dicha información se recoge mediante la pregunta: q ¿Qué tipo de estudios está cursando? (Aparece en el cuestionario individual y lo deben rellenar las personas con 16 ó más años). El análisis de los datos obtenidos para la Gran Vega muestra cómo la mayoría de la población, tanto hombres como mujeres, que terminan sus estudios obligatorios continúan escolarizados, aunque la tendencia en ambos casos es descendente y con valores realmente bajos a partir de los 29 años (Figura nº 8). Lo más interesante es observar la existencia de comportamientos distintos entre hombres y mujeres. Los porcentajes de mujeres escolarizadas desde los 16 a los 29 años es mayor que el de los hombres, lo que se interpreta como uno de los síntomas que justifican el cambio social que dicho colectivo está experimentando. Ahora bien, esta circunstancia puede ser entendida por la existencia aún de desigualdades de oportunidades de género. La mujer se ve obligada a alargar su periodo de formación y aumentar su nivel de cualificación para poder incorporarse en las mismas condiciones que el hombre al mercado de trabajo. Esta situación está llevando a lo que algunos autores han calificado como feminización de los estudios superiores . VII. ACTIVIDAD Y PARO Una de las principales aportaciones que obtenemos de los Censos es información sobre actividad y paro. Normalmente, para realizar un análisis de dicho tipo se utiliza otra fuente de información, exactamente la Encuesta de Población Activa (EPA). Se trata de una investigación continuada de periodicidad trimestral que aporta una gran cantidad de datos sobre la relación existente entre la población

Porcentajes

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laboral. Ahora bien, al ser una encuesta muestral dirigida a las familias, imposibilita realizar análisis a escalas territoriales inferiores a la provincial. Es por ello por lo que para realizar estudios a escala municipal o comarcal se recurre a los datos censales. Bajo mi punto de vista, lo más interesante es realizar un análisis sobre las tasas de actividad y paro según sexo y grupos de edad, ya que permitirá esbozar las grandes tendencias que en la actualidad se están dando en los municipios de la Gran Vega, en lo que a demanda y oferta de empleo se refiere. La tasa de actividad indica qué parte de la población se encuentra participando activamente en el mercado de trabajo y permite separar a la población en dos subconjuntos: la población activa y la población inactiva. Se trata de un indicador de la oferta de trabajo (expresada en número de personas activas) por habitante, que sintetiza un conjunto de conductas y estructuras socioeconómicas. Dicha información se preguntaba en el censo de la siguiente forma: q ¿En cual de las siguientes situaciones se encontraba la semana pasada?: recibiendo enseñanza; ocupado; parado; cobrando alguna pensión; realizando tareas de voluntariado; realizando tareas del hogar; etc Se trata, por tanto, de una información imprescindible para la realización, a nivel local y comarcal, de políticas sociales y económicas. En la actualidad, la Gran Vega registra una tasa de actividad (6) del 54,57%, valor que supera la media na-

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lor que supera la media nacional (51,79%) y la andaluza (49,61%). A lo largo del tiempo, la evolución de esta tasa en un determinado ámbito territorial depende de factores tan diversos como la estructura económica y demográfica, los hábitos culturales, el nivel de riqueza y su distribución, la duración y el número de jornadas de trabajo, el ingreso esperado del empleo para distinto tipo de calificaciones, el costo de búsqueda de empleo, etc La urbanización, la creciente incorporación de la mujer al mercado de trabajo, la especialización productiva, la reducción en la duración en la jornada de trabajo, la creación de empleos flexibles o de tiempo parcial, entre otros factores, tienden a generar un alza en la tasa de actividad. Por el contrario, la reducción en la tasa de fertilidad, el aumento en la esperanza de vida, el incremento de la duración del ciclo educativo y de escolaridad y la tendencia a la rigidez en los contratos de trabajo, tienden a actuar en sentido inverso. En nuestro ámbito de estudio, los valores máximos los registran Alcolea del Río (61,9%), Brenes (58,8%), Tocina (57,7%) y Alcalá del Río (56,8%). Por el contrario el valor más bajo lo registra, con diferencia, Villanueva del Río y Minas (41,6%) (Figura nº 9). Si el análisis se realiza por sexo y grupos de edad se observa cómo, en primer lugar, siguen existiendo grandes diferencias entre los valores que presentan los hombres frente a las mujeres y, en segundo lugar, en ambos casos la tendencia es ascendente hasta los 44 años y descendente a partir de dicha edad, aunque el ritmo de decrecimiento es mucho más acentuado en el colectivo

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Río y Minas con un 33,9%. Hay que resaltar también la situación de Alcalá del Río, que aunque pertenece a la VegaMedia no sólo registra una tasa de paro elevada (33,9%) sino que además, junto con Villaverde del Río, ha registrado un aumento de su tasa con respecto a 1991.

Porcentajes

La comparativa entre los valores obtenidos por sexo, reflejan cómo la tasa de paro sigue siendo más elevada en las mujeres que en los hombres, aunque las diferencias se han reducido con respecto a hace una década. La mujer ha incrementado su participación en el mercado de trabajo, pero siguen existiendo desigualdades de género al respecto. Por tanto, es necesario que desde la Administración se generen políticas orientadas a la igualdad de oportunidades y se cree una oferta laboral relacionada con el perfil vital que presentan las mujeres de la Vega.

e mujeres que en el de hombres(Figura nº 10 y Cuadro nº 7). Respecto a la tasa de paro, la Gran Vega registra un valor del 29.83%, porcentaje que supera tanto la media nacional (12,77%) como la andaluza (22,5%). Ahora bien, si dicho valor se compara con el obtenido en el censo de 1991, que fue del 35,13%, el balance no

ivo. Por tanto, durante la última década la Vega ha registrado un descenso en sus niveles de paro. Es importante observar cómo son los municipios de la Vega-Alta los que registran los mayores porcentajes. Destaca Alcolea del Río con una tasa de paro del 47,6%, Lora del Río con un 35,8%, Peñaflor con un 33,7% y Villa-

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Por grupos de edad, la tasa de paro registra una tendencia descendente hasta los 44 años, y a partir de ahí comienza a incrementarse. Por tanto, los mayores volúmenes de población parada corresponden a, en primer lugar, población joven que encuentra grandes dificultades para incorporarse al mercado laboral y, en segundo lugar, población adulta de más de 45 años que, probablemente debido a su edad en sí y a su nivel de cualificación, tiene grandes problemas a la hora de encontrar empleo(Figura nº11). Por tanto, las políticas que se generen desde la Administración local deben ir orientadas a dar oportunidades de empleo para los siguientes colectivos: población joven, población de más de 45 años y el colectivo de mujeres (en todas sus edades).

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NOTAS

es (en todas sus edades). VIII. CONCLUSIONES Como conclusiones del presente trabajo podemos destacar: q En primer lugar, se comprueba cómo el Censo de Población y Vivienda constituye una de las principales fuentes de información para el estudio de la estructura y dinámica de la población de un determinado ámbito territorial. Ahora bien, hay que destacar que se trata de una fuente que únicamente nos permite esbozar grandes tendencias en las pautas de comportamiento, pero no un estudio exhaustivo de los distintos fenómenos demográficos. Es por ello por lo que se realizan una serie de estadísticas donde la obtención de la información se consigue utilizando otras metodologías, principalmente la realización de encuestas o la explotación de registros oficiales. Así, por ejemplo, para los análisis de movimiento natural (nacimiento y defunción) se suelen utilizar los datos procedentes del registro civil (a partir de la inscripción del recién nacido y de los certificados de defunción) y conocidos como estadísticas vitales.

no homogéneo en lo que a comportamiento demográfico de la población se refiere. No solo existen dos zonas diferenciadas, como son la VegaMedia y la Vega-Alta, sino que dentro de cada una los comportamientos que siguen cada municipio tampoco son iguales. Ello depende de una serie de factores como, por ejemplo, la relación que ocupa cada uno con respecto al sistema de asentamientos, en lo que a centralidad y funcionalidad se refiere, la propia estructura de población, las inversiones económicas, etc Por último, creo importante destacar de nuevo la necesidad de que desde la Administración local se utilice de forma real la información que proporciona el censo a la hora de elaborar medidas y políticas orientadas a la población, ya que la misma constituye uno de los recursos endógenos más importantes para el desarrollo socioeconómico de dicho ámbito.

(1) Aunque la fecha de referencia del Censo es el 1 de noviembre de 2001, los datos utilizados se corresponden con la publicación del último avance de resultados cuya fecha es marzo del 2003. (2) Se trata del cociente de población con más de 65 años entre el grupo de edad con menos de 15 años. (3) Se calcula con el cociente entre el sumatorio de la población de menos de 15 años y más de 65 entre el grupo de edad de 15 a 65 años. (4) Se trata del cociente entre la población de menos de 15 años y la de 65 y más años. (5) Según el INE, en la metodología empleada en la elaboración del Censo 2001, se entiende por hogar el grupo de personas residentes en una misma vivienda familiar . Por tanto, podemos encontrar hogares de un solo miembro (unipersonales) a diferencia del concepto de familia donde tiene que haber relaciones de parentesco y, por tanto, la composición mínima es de dos miembros. (6) La tasa de actividad es el cociente entre los activos de 16 y más años y la población en esas edades. INE.

Bibliografía Bibliografía q ALMOGUERA SALLENT, P. (1999): Recursos demográficos de la Vega Alta de Sevilla: una perspectiva de futuro . Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº11, pp. 124-141. q CASTILLO GUERRERO, M. (1998): La Vega Alta de Sevilla. Un intento de desarrollo sostenible de sus recursos endógenos .Revista Espacio y Tiempo, nº 11-12, pp.89-108. qFORONDA ROBLES, C. (1999): Dinámica demográfica de la Gran Vega de Sevilla . Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº 11, pp. 22-29. q INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE ANDALUCÍA (2001): Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía. Junta de Andalucía. Sevilla. Edición electrónica.

Por tanto, aunque el Censo permite conocer datos a una escala territorial básica, como es la municipal, no permite realizar estudios a detalle de todas las variables demográficas existentes.

q INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA: El Censo de Población y Vivienda 2001. Edición electrónica: www.ine.es/censo2001.

q En segundo lugar, podemos caracterizar la Gran Vega de Sevilla, como

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Fernando Díaz del Olmo Ana I. Porras Crevillent Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional de la Universdad de Sevilla I. INTRODUCCIÓN El río Guadalquivir, a lo largo de su evolución cuaternaria durante más de dos millones de años, ha desarrollado desde su nacimiento en las sierras del prebético de Jaén y hasta su desembocadura en el Atlántico, un sistema de terrazas fluviales, resultado de una dilatada evolución geomorfológica que, con posterioridad a los episodios de regresión del Neógeno, abarcaría desde la implantación de los piedemontes de Sierra Morena (Baena et al., 1992; Recio et al., 1993) y los macizos Subbéticos, hasta la configuración de la actual red hidrográfica (Baena y Díaz del Olmo, 1994). Este sistema de terrazas fluviales acompaña, casi sin interrupción, el recorrido del río desde su tramo alto hasta el estrechamiento del valle al Sur de Sevilla. La acentuada disimetría que el eje fluvial manifiesta respecto a la Depresión, ocasiona una importante descompensación en el número, altura y amplitud morfológica de los depósitos aluviales presentes en ambas márgenes del río (Baena, 1993). Estas diferencias son máximas aguas abajo de la confluencia del río Guadajoz, desde donde

José Antonio Caro Gómez Oficina Técnica TRAGSA-Andalucía

el Guadalquivir, desplazado más de una veintena de kilómetros, al Norte de sus terrazas más altas, restringe considerablemente el número y amplitud morfológica de los aluvionamientos depositados al pie de Sierra Morena; desarrollándose una secuencia global con un sistema de 14 terrazas aluviales escalonadas y embutidas, en su margen izquierda, entre los +200-210 m. de altura respecto al cauce en Aldea Quintana (Córdoba) y la actual llanura aluvial. Los estudios multidisciplinares llevados a cabo por un equipo integrado por investigadores de distintos Departamentos de la Universidad de Sevilla y coordinado por los profesores E. Vallespí (Dpto. de Prehistoria y Arqueología) y F. Díaz del Olmo (Dpto. de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional), ofrecen una cronoestratigrafía regional del bajo valle del Guadalquivir cuyo resultado más significativo es el establecimiento de la Secuencia General del Guadalquivir (SGG) (Díaz del Olmo y Baena, 1997). En la sistematización de esta Secuencia intervienen tres aspectos clave como son la secuencia fluvial relativa, la correlación paleomagnética y las dataciones absolutas, conjuntamen-

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te con la secuencia paleolítica y, de forma puntual, la valoración de los restos faunísticos de las terrazas medias y bajas. El estado actual de la investigación (Vallespí, 2000; Caro Gómez, 2000; Vallespí, Fernández y Caro, 2002) presenta una cronosecuencia aluvial cuyo desarrollo sería: 1.- Altas topografías y terrazas muy altas, +169-161 m. y +215 m. (T1, T2, T3 y T4), de polaridad magnética negativa (anteriores a 780.000 B.P., asimilable a la época Matuyama) y arqueológicamente estériles; sin embargo, en los depósitos y superficie del siguiente nivel (T5), primero de polaridad magnética normal, aparece una industria con un rodamiento muy fuerte que podría provenir de uno de estos niveles de terraza desmantelados y cuyos restos en forma de conglomerados aparecen en la propia T5. 2.- Complejo de terrazas altas (T5, T6, T7, T8 y T9) entre +139 y +73 m., con una cronología comprendida entre menos de 780.000 B.P (límite Pleistoceno Inferior-Medio) y más de 300.000 B.P, todo ello asimilable a la época normal Brunhes, en cuyos depósitos se ha recuperado una

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Figura 1

Localización del yacimiento achelense de La Pastora (Lora del Río, Sevilla) y del área de estudio del Bajo Valle del Guadalquivir en su encuadre peninsular y regional.

abundante industria lítica asimilable al tecnocomplejo achelense.

altas y bajas saltos morfológicos de 15-20 m. (Díaz del Olmo et al., 1993).

3.- Complejo de terrazas medias (T10, T11 y T12) entre +55 y +26 m. Cronológicamente están comprendidas entre 300.000 y 80.000 B.P. Con un gran desarrollo de la industria lítica de carácter achelense.

Edafológicamente, es el dominio de los suelos rojos fersialíticos (2,5 YR), con alternancia de horizontes Bt y Btg, y perfiles con y sin horizontes carbonatados; con frecuencia los horizontes argílicos están en superficie, y en las terrazas por debajo de +60 m., se advierte la evolución a suelos pardos (5 YR).

4.- Complejo de terrazas bajas y muy bajas (T13) a +13-20 m., conjuntamente con depósitos de finos a techo de otras terrazas, con cronología de Pleistoceno Superior a Holoceno, conforman el Paleolítico Medio regional claramente separado del Musteriense clásico. II. CARACTERIZACIÓN GEOMORFOLÓGICA Y CRONOLOGÍA DEL COMPLEJO DE TERRAZAS MEDIAS El complejo de terrazas medias (T10, T11 y T12), donde se ubica el yacimiento de La Pastora, componen el amplio conjunto de terrazas que caracterizan el Bajo Guadalquivir. Se emplazan altimétricamente entre +55 y +29 m., siendo usual observar en el paso a las terrazas

Desde el punto de vista litológico, se repiten los mismos materiales que en las terrazas altas (cuarcitas, granitos, esquistos, ...), si bien pueden distinguirse dos grupos de terrazas en función de la presencia regular y masiva de sílex, aspecto que se mantiene a partir de los niveles de +5545 m. (Díaz del Olmo et al., 1993), reflejando la importancia en estos momentos, del aporte de sílex procedente de los tributarios al Guadalquivir por su margen izquierda (Vallespí y Díaz del Olmo, 1996). Estratigráficamente, las secuencias se complejizan, manteniendo los pavimentos de barras basales formados por gravas masivas, separadas a techo, erosivamente por ba-

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rras de gravas y lechos de arenas; diferenciándose dos tipos de situaciones (Baena, 1993): las que repiten ciclotemas de barras de gravas masivas sobremontadas por migraciones de canales y las que, sobre las unidades basales, reciben una dinámica intensa de barras oblicuas con arenas (Foto 1). Ambos se encuentran culminados por potentes niveles limosos que pueden dar paso a suelos fersialíticos o estén afectados por una edafogénesis posterior. La dinámica sostenida de agradación, se ve reforzada por la presencia de fenómenos lacustres en este período y su evolución en régimen hidromorfo. Cronológicamente, en el Complejo de Terrazas Medias, en base a las muestras paleomagnéticas recogidas, dominadas por la polaridad normal Brunhes, se han establecido dos momentos fundamentales; por un lado el muestreo de la facies lacustre de la T10 (Saltillo), arrojó una polaridad normal con la NRM marcando un itinerario de desmagnetización térmica desde esta polaridad hasta otra negativa Biwa 1 (180.000 BP); por otro, las cronologías 100.00080.000 BP U/Th, relativas a la base carbonatada del horizonte superior

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SGG (Fig.1), no muy lejos de uno de los conjuntos estratigráficos más importantes de todo el valle Medio y Bajo del Guadalquivir: Las Jarillas, conjunto que caracteriza este extenso nivel de terraza a una topografía regular de +26-29 m. (T12), con un sistema complejo de aluvionamientos superpuestos que le confiere una potente estratigrafía, generalmente por encima de los 10-12 m. de potencia y un escarpe de más de 10 m que diferencia este nivel del inmediatamente inferior y acentúa el tránsito entre las terrazas medias y bajas.

Figura 2.- Desarrollo estratigráfico de la T12 del Sistema General de Terrazas del Bajo Guadalquivir en las proximidades de Lora del Río (Sevilla), en el yacimiento de La Pastora.

El acceso al yacimiento se hacía por uno de los caminos que, en dirección sur, salía en la carretera que lleva desde Lora del Río a Carmona, en el km. 108,5. Unas vez cruzado el canal del valle inferior del Guadalquivir, se localizaba un frente de gravera (70 m.) que conforma el principal elemento de dicho yacimiento, desgraciadamente ya desaparecido. Además, a unos 200 m. hacia el NE, se estudió otro corte y 150 m. hacia el SW, un tercero (Foto 2), ambos con característica similares, que se pueden resumir en el desarrollo del primero, con un perfil estratigráfico de 12 m. de potencia, sin llegarse a ver el sustrato, caracterizado por los siguientes elementos, de muro a techo (Figura 2):

de la T12 de las Jarillas. Por lo tanto en la fecha más antigua ya estaban conformados los aluvionamientos del nivel más antiguo, y en la más reciente ya estaban a su vez consolidadas las morfologías superiores del nivel de la T12; ofreciendo una horquilla temporal para este complejo de terrazas de (aproximadamente 300.000 a 80.000 B.P.) (Baena, 1993; Baena y Díaz del Olmo, 1994 y 1997; Caro, 1993).

1. Banco de gravas gruesas con barras de cantos (Gm). Litología de cuarcitas acompañadas de sílex, areniscas, cuarzos, ofitas, etc... (2,5 m.).

Según esta situación general la T12 se encontraría al final de esta serie de terrazas medias en la Secuencia General del Guadalquivir, participando de las características generales y conformando la fase final del Pleistoceno Medio, desarrollando su estratigrafía hasta bien entrado el Pleistoceno Superior.

3. Depósito de barras planares de gravas medias y pequeñas con matriz arenosa escasa (Gms) (1.5 m.). Tanto en éste como en el anterior, la litología no varía con respecto al primero. Límite superior neto y plano. Industria lítica (PAS-2).

III. LOCALIZACIÓN DEL YACIMIENTO LA PASTORA Y PERFIL ESTRATIGRÁFICO El yacimiento de La Pastora se encuentra ubicado sobre la T12 del

2. Alternancia de barras de gravas y gravillas en matriz arenosa (Gms), más canalizadas hacia la base cambiando a otras de carácter lateral oblicuo hacia techo, con bolsadas de arenas intercaladas (3.5 m.). Límite superior plano y neto. Industria lítica (PAS-1).

4. Depósito arenoso masivo con barras de gravillas en su interior (Gp) de llanura de inundación (2.5 m.). Límite superior neto y ondulante. 5. Sobre toda la serie anterior entra erosivamente un sistema de barras masivas de sobrecanal de gravas me-

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dias y pequeñas, con intercalación de barrillas de arenas, todo fuertemente rubefactado (2.5 YR) (2 m.). Industria lítica (PAS-3). IV.- DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DE LA INDUSTRIA LÍTICA Para realizar el estudio tipológico de las industrias se ha seguido, de manera general, el método Bordes (1950, 1961, 1967, 1970), aunque se han hecho algunas adaptaciones necesarias, en virtud de las últimas tendencias metodológicas, como el Sistema Lógico Analítico desarrollado por Carbonell y otros autores desde 1983 (Carbonell et al., 1983, 1985, 1992 y 1995), y las particularidades especiales de parte de los materiales del Bajo Guadalquivir, que nos han hecho ensayar algunos enfoques metodológicos novedosos como en el caso de los triedros (Caro Gómez, 1997) y otros elementos tecnolíticos (Caro Gómez, 1999). A. Nivel 2 (PAS-1) Las series de este nivel es la más representativa con 227 elementos diferenciados en 67 lascas simples (30%), 108 núcleos (47%) y 52 utensilios (23%). La materia prima más empleada es la cuarcita con el 92%, mientras que el resto (8%) está formado por sílex y otros materiales. La industria se encuentra afectada por rodamiento fluvial en su totalidad (sólo el 9,5% está levemente rodada), los grupos más representativos son los de rodamiento fuerte -R3- (48%) y los medianamente rodados -R2- (40%), mientras que con rodamiento muy fuerte R4hallamos el 2,5%. Lascas simples y núcleos se presentan porcentualmente similares, mientras que en los utensilios sobre lasca aumentan considerablemente las piezas de R2 y R1 en detrimento de las de R3; sin embargo, en el macroutillaje el porcentaje es muy similar a la media, y si los uniésemos a los útiles en general los valores se acercaría considerablemente. En esta ocasión la escasa representatividad de las piezas levemente rodadas entra en la distribución normal que estamos viendo en estos depósitos, y aunque es difícil saber si se corresponden con la misma serie de las rodadas, la incluiremos señalando las diferencias oportunamente.

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A.1. Estudio Técnico Entre las 90 lascas (retocadas33%- o no, sin contar los hendedores) existe una presencia igualada entre las internas y corticales con un 38,9% para cada una, mientras que las semicorticales poseen el 22,2% restante; aunque en general no hay diferencias notables entre las simples y retocadas, en las de sílex las internas aumentan considerablemente. Los talones reconocibles suponen el 83% del total con un porcentaje similar para ambos conjuntos. Son los corticales los más numerosos (69,3%) junto con los lisos (20%) y presentan valores mucho más pequeños los punctiformes (1,3%); por otro lado, aquellos que fueron suprimidos obtienen un porcentaje del 9,3%, al tiempo que no existe representación de los facetados. Los bulbos resultan muy prominentes en general, particularmente exagerados, con un 4,5% dobles y un 3% reflejados, ninguno es plano. Hemos identificado un 52,2% de lascas fracturadas con características de haber sido producidas en el proceso de talla o inmediatamente después de él por lo que se presentan con el mismo rodamiento y pátina que la pieza en general. Entre las que se pueden situar destacan las de tipo Siret (31,4%), uno de los porcentajes más elevados vistos en los diferentes yacimientos estudiados en el Bajo Guadalquivir. Más del 56% de las lascas son más anchas que largas y dentro de ellas el 15% resultan muy anchas; casi todas se sitúan por encima de la línea divisoria entre las lascas normales y grandes. Si en este análisis se hubiesen incluido los hendedores, muy significativos, los porcentajes dominantes vistos obtendrían una mayor representatividad ya que se trata de lascas grandes normalmente anchas. Hay ciento ocho núcleos en la serie con una abrumadora dominancia de la cuarcita como materia prima, ya que tan sólo dos de ellos son de sílex, existiendo además una destacada variabilidad de longitudes, donde el grupo más frecuente es el de los núcleos con más de 151 mm. (29,6%). En lo que se refiere a los tamaños de los negativos visibles

con más de 81x20 mm., les seguirían tamaños menores uniformemente repartidos con una caída hacia los más pequeños (20, 30 mm.); en este sentido vemos como coincide este dato con la longitud media de las lascas que hay en la serie (79,8 mm.). Los núcleos simples son bastante representativos, 31 (28,7%), nunca tienen más de dos extracciones aunque se puede dar que alguno las presente superpuestas. Los hay de formas muy variadas pero observamos en una gran mayoría una intencionalidad de extraer grandes lascas con filo distal (cortical o liso) fácilmente identificables con soportes para hendedores. Los núcleos más numerosos son los que poseen extracciones contiguas paralelas o subparalelas (cincuenta y ocho (53,7%)), y entre ellos los que poseen planos de percusión cortical, resultando generalmente muy diversos con una gran variabilidad técnica. Seis de los siete núcleos centrípetos no poseen preparación periférica, si bien hay dos con preparación parcial, uno de los cuales puede ser un levallois en preparación. El último de ellos posee preparación periférica total y ha sido bastante aprovechado.

extracciones visibles más representativo oscila entre 3-5 (62%) y 1-2 (27%), por lo que parece que faltarían bastantes lascas en la serie recuperada. A.2. Descripción y Estudio de los utensilios En la serie que estamos describiendo destaca la ausencia de los grupos levallois y de denticulados junto con la baja presencia del Paleolítico Superior, que en estos niveles suelen ser más representativos; así como el elevado número de muescas, en tanto que el grupo musteriense se encuentra en un tono normal dominante. También comprobamos un gran valor para el índice bifacial -46-, donde sobresalen los hendedores. q Grupo musteriense Está formado por 15 raederas (Fig. 3); entre ellas son dominantes las simples con ocho ejemplares, aquí encontramos las dos únicas de sílex mientras que todas las demás

Hay un único núcleo con extracciones poliédricas y otros cuatro de tipo bifacial, todos ellos medianamente explotados. Existe un núcleo del que ha salido una lasca morfológicamente levallois, con una preparación parcial poco refinada que hemos considerado como protolevallois. De los cuatro núcleos-lasca, en tres se han extraído dos lascas con talón cortical; en el cuarto ha habido una preparación del plano de percusión (liso) del cual se han sacado, al menos, cinco lascas algunas muy estrechas. En general todos estos núcleos se pre- Figura 3.- Industria lítica de La Pastora (Lora del Río, Sevilla): raederas, simple (1) y (4), transversal (2) sentan poco explotay de retoque bifacial (3). dos cuyo número de

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s raederas son de cuarcita; los bordes resultan rectilíneos en tres y convexos en cinco, con un rodamiento normalmente moderado a fuerte. El retoque es simple y profundo en siete mientras que en otra resulta marginal; frecuentemente es amplio y con una delineación no muy correcta de tendencia sinuosa, hay una excepción con un retoque escaleriforme de estilo quina. Las dos transversales se presentan medianamente rodadas con bordes cóncavo y rectilíneo, sobre lascas internas y talón cortical; el retoque es simple, profundo y amplio. Entre las raederas con retoque inverso encontramos una con rodamiento leve a medio, mientras que en las otras dos es más elevado. Una resulta doble convergente y tanto ésta como las otras tienen bordes convexos. Se realizaron sobre lascas semicorticales y cortical, con un talón conservado cortical y dos suprimidos; el retoque es simple en dos y semiplano en una. La raedera desviada resulta biconvexa, se elaboró sobre una lasca cortical cuyo talón fue suprimido por el retoque que resulta amplio y escamoso. La última raedera presenta un retoque bifacial, se encuentra moderadamente rodada y posee una delineación convexa; el retoque es simple y escamoso.

moso. En el grupo III tan sólo encontramos un perforador atípico sobre lasca interna con talón cortical, fracturado lateralmente, que se logró por la intersección de dos muescas que despejaron una punta roma; es de cuarcita y posee un rodamiento leve a moderado. Entre las muescas, mayoritariamente de cuarcita sólo una de sílexy moderadamente rodadas, cuatro resultan simples y las otras dos retocadas, repartiéndose por igual entre laterales y distales. Finalmente, existe un cuchillo de dorso natural sobre lasca semicortical con talón cortical que presenta un filo sinuoso con posibles huellas de uso y un dorso ortogonal a la cara inferior; es de cuarcita con rodamiento medio a fuerte. Hay una diferencia entre el promedio de las dimensiones de las lascas convertidas en utensilios y las simples, con valores más altos para estas últimas, por lo que parece haber una selección de las lascas menores para retocar, aunque bien es verdad que en las retocadas aquellas que están fracturadas son tendentes a dimensiones mayores, por otro lado si entre los utensilios incluyéramos los hendedores la relación se invertiría con una superioridad de éstos sobre aquéllas. Son tres los utensilios clasificados como diversos, todos en cuarcita y medianamente rodados: una raedera sobre canto (canto plano con retoque simple, profundo y escamoso en uno de sus lados largos), una lasca con truncadura amplia y un afín a hendedor (lasca pequeña de 63 x 51 x 20 mm.) cortical, con morfología de hendedor). q Cantos tallados

Existen dos cantos tallados en la serie ambos de cuarcita y medianamente rodados. Figura 4.- Industria lítica de La Pastora (Lora del Río, Sevilla): Tipológicamente se disbifaces, amigdaloide corto típico (1) tingue uno con filo uniy amigdaloide con talón (2) facial y otro bifacial; el

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eo logrado por retalla y algo de retoque; la extensión de la talla ocupa la mitad del canto. Además de estas afinidades se presentan con unas dimensiones similares: 98 x 128 x 53 mm. y 98 x 113 x 42 mm. q Macroutillaje Formado por siete bifaces, quince hendedores y dos triedros posee un representatividad muy alta tanto entre los utensilios como en el total de la serie lítica (10,6%). Dos de los bifaces son de sílex y cinco de cuarcita, presentando un rodamiento medio o fuerte con formas intermedias entre ambos, tan sólo hay uno que se presenta levemente rodado. En uno de ellos existen características propias de haber sido retocado con percutor blando. El soporte empleado para su fabricación es siempre un canto, aunque en dos de ellos queda algo confuso debido a la extensión de la talla. Todos poseen una relación m/e menor de 2,35 por lo que resultan espesos. Presentan unos valores medios de los más elevados en todos los yacimientos estudiados, también es verdad que los cantos del depósito son unos de los mayores en toda la SGG, aunque existe la posibilidad de que los hubiesen elegido más pequeños. También hay que tener en cuenta que estos valores se ven influidos por un ejemplar único fuera de lo común mayor de 20 cm., mientras que los demás están más cercanos a la media, y existen dos por debajo de los 10 cm. Tipológicamente se clasifican como: q 1 bifaz lanceolado de sílex con rodamiento fuerte (140 x 68 x 52 mm. y 410 gr.). q 1 bifaz ovalado con talón de cuarcita medianamente rodado (99 x 64 x 45 mm. y 250 gr.). q 1 bifaz protolimande con rodamiento medio que es el más grande de todas las series (201 x 117 x 86 mm. y 1.780 gr.), realizado sobre un canto de arenisca de carácter cuarcítico. q 2 bifaces amigdaloides con talón de cuarcita (116 x 76 x 46 mm. y 145x 95x50 mm.)(Fig. 4, nº 2). q 1 bifaz amigdaloide corto típico

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as con cinco planoconvexas, tres trapezoidales, cuatro romboidales, una triangular y una biconvexa, frecuentemente con siluetas simétricas. Doce son los filos convexos y dos los rectilíneos, en general poco desarrollados y estrechos, aunque hay uno con tendencia espatulada. Por su parte, el hendedor de tipo I, se realizó sobre una lasca semicortical con talón liso y percusión lateral, la sección resulta romboidal y los lados rectilíneos paralelos, con dorso cortical mínimamente retocados. El filo se presenta sinuoso completamente distal con Figura 5.- Industria lítica de La Pastora (Lora del Río, Sevilla): una longitud menor a la hendedores tipo 0. anchura máxima, ofreciendo una silueta con tendencia esrto típico sobre canto de cuarcita patulada, aunque filo algo estrecho. (126 x 97 x 68 mm.) (Fig. 4, nº 1). q 1 bifaz nucleiforme de filo transversal que resulta el más pequeño de la serie (82 x 48 x 36 mm.). De los 15 hendedores, todos de cuarcita; nueve se presentan fuertemente rodados, cinco con rodamiento medio y otro más prácticamente fresco. Tipológicamente se distinguen catorce de tipo 0 y uno de tipo I. En cuanto a las medidas, presentan valores similares para todas las magnitudes y unas desviaciones moderadamente bajas, en unos intervalos poco amplios, relacionados con los tamaños de los negativos que hemos comentado sobre los núcleos de los grupos 1 y 2. Analizando en primer lugar los de tipo 0, vemos como existen 5 planos y 9 espesos, resultando mayoritariamente cortos (Fig. 5). Las lascas soporte presentan talones corticales en 10 casos, mientras que uno es liso y tres fueron suprimidos; por otro lado, las direcciones de talla que se pueden apreciar resultan mayoritariamente oblicuas al eje morfológico de la pieza, en tanto que las completamente perpendiculares son cinco. La base, que nunca coincide con el talón, resulta cortical espesa en nueve casos, mixta en cuatro y cortante en una. Las secciones se presentan bastante variadas con cin-

Tan sólo existen dos triedros en la serie, ambos de cuarcita y afectados por rodamiento fuerte a moderado (Fig. 6). Uno (modelo 3) se elaboró sobre un canto muy espeso por talla amplia trifacial con dirección 7b-, poco frecuente (129x67x54 mm.). El otro triedro posee un cara totalmente tallada (dirección 2a) por lo que no podemos ver si se trata de un canto o una lasca, pero de todas formas se presenta subanguloso de forma que con este tratamiento se ha despejado una punta con sección triangular (modelo 1) y unas dimensiones máximas de 150x83x59 mm.

ento medio y otras dos con rodamiento leve. Entre ellas son las semicorticales con tres ejemplares las más numerosas, además hay dos corticales y dos internas, que conservan 4 corticales y uno liso. Sus dimensiones oscilan entre 55 y 36 mm. de longitud y 32-101 en la anchura. El núcleo es de cuarcita con rodamiento leve a moderado del grupo 1 ya que, aunque posee tres extracciones no resultan contiguas, sus dimensiones (165x90x80 mm.). C. Nivel 5 (PAS-3) En este nivel se ha recuperado una serie algo más amplia compuesta por trece lascas simples, una lasca levallois, tres cuchillos de dorso natural y dos restos nucleiformes. q Cinco de las lascas son de sílex y ocho de cuarcita; el rodamiento es fuerte en cinco, medio en cuatro, leve en dos y otras dos están frescas (ambas de sílex). Las internas con siete ejemplares son las más numerosas, les siguen las corticales con cinco y las semicorticales con una; los talones reconocibles son corticales -6-, lisos 2 y uno suprimido. q La lasca levallois es atípica, de sílex y con R1, además ha resultado reflejada; el talón es cortical y posee un pequeño retoque discontinuo (41x34x12 mm.).

B. Nivel 3 (PAS-2) En este nivel se ha recuperado un conjunto muy escaso compuesto por siete lascas y un núcleo. Una de las lascas es de sílex y las demás de cuarcita; tres con rodamiento fuerte, dos Figura 6. con rodamiento medio Industria lítica de La Pastora (Lora del Río, Sevilla): triedros.

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amos el 2,5%. 4. Falta absoluta de talones preparados por lo que los índices de facetado resultan nulos; la misma situación se da con el levallois al no existir ningún elemento de este grupo. 5. Superioridad muy marcada de los núcleos simples con una representación acusada de los más elementales; por contra, los centrípetos y levallois, aunque presentes, son poco significativos. 6. No está clara la selección de lascas menores para ser retocadas pues las fracturas nos ocultan las verdaderas dimenFoto 3: Yacimiento La Pastora (Lora del Río, Sevilla). Detalle de los niveles superiores de gravas planares siones; en cuanto al cay arenoso masivo (3 y 4) del frente principal de la gravera. rácter tampoco se observa predilección alguna para las transformadas. 4x12 mm.). q Los tres cuchillos de dorso natural son de cuarcita y está medianamente rodados. Se realizaron sobre dos lascas semicorticales y una interna y poseen talones corticales siempre. Su longitud se sitúa entre 80 mm. del mayor y 63 mm. del menor. V. SÍNTESIS DE LA INDUSTRIA LÍTICA La industria de este yacimiento ha aparecido como ya hemos indicado en varios de sus niveles, dos de la primera serie fluvial correspondientes a barras de meandro pasando a barras laterales en el nivel 2, y planares en el 3 (Foto 3); sólo el conjunto de la inferior es más representativo (227 piezas) ya que el segundo está formado por muy pocos elementos (8). En ninguno de los dos sitios la acumulación de materiales es fuerte puesto que si dividimos la superficie total registrada entre el número de piezas no llega a 0.5 por m2. Diferente es la situación del nivel 5 donde la industria se localizó en una zona restringida de unos 5-6 m2; por lo que la densidad resulta

r cada m2). A. Nivel 2 (PAS-1) La serie de este nivel que es la más representativa con 227 elementos se caracteriza por los siguientes rasgos generales: 1. La falta de equilibrio tecnológico es patente pues los núcleos superan ampliamente a las lascas y unidos a los utensilios nucleares suponen el 53%, por lo que no llega ni a un producto de talla por cada uno de ellos; además uno de cada dos de los primeros resulta ser un utensilio. Aunque en los núcleos el número de extracciones visibles no es muy elevado (3-5 mayoritariamente) sigue por encima de los datos expuestos. 2. Empleo mayoritario de la cuarcita en la elaboración de la industria, aunque existe un 8% de sílex y otros materiales que en esta ocasión están más representados que en otros yacimientos. 3. La industria se encuentra afectada por rodamiento fluvial en su totalidad (sólo el 9,5% está levemente rodada), los grupos más representativos son los de R3 (48%) y R2 (40%), con rodamiento muy fuerte hallamos

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7. Destaca la ausencia de los grupos levallois y de denticulados junto con la baja presencia del Paleolítico Superior, que en estos niveles suelen ser más representativos; así mismo el elevado número de muescas; el grupo musteriense se encuentra en un tono normal dominante. 8. Un gran valor para el índice bifacial -46-, con superioridad de los hendedores en una proporción de dos a uno sobre los bifaces; los triedros son escasos; índice achelense también muy significativo. 9. Poca incidencia de los cantos tallados que sin embargo siguen estando presentes en los niveles más bajos de la SGG. B. Nivel 3 (PAS-2) En este nivel se ha recuperado un conjunto muy escaso compuesto por siete lascas y un núcleo, con rodamiento moderado y fuerte. C. Nivel 5 (PAS-3) En este nivel se ha recuperado una serie algo más amplia compuesta por 13 lascas simples, 1 lasca levallois, 3 cuchillos de dorso natural y 2 restos nucleiformes; repartidos

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nte rodados. VI. INTERPRETACIÓN CULTURAL DEL YACIMIENTO DE LA PASTORA EN EL CONTEXTO DE LA SECUENCIA PALEOLÍTICA DEL BAJO GUADALQUIVIR El nivel de terraza T12 de la SGG es el que presenta un número mayor de localizaciones y yacimientos repartidos por todos los sectores, presentando además unas características comunes bastante bien definidas pero que localmente se pueden presentar variables, sobre todo en función de encontrarse aguas arriba de Sevilla donde los cantos rodados son mucho más grandes, al igual que la industria, pero las técnicas de talla, la tipología, la materia prima, etc..., aparecen constantes (Caro Gómez, 1999 y 2000). Estos yacimientos suelen presentar un potente desarrollo estratigráfico debido al escaso o nulo desmantelamiento sufrido, acompañado por la existencia de múltiples niveles en un mismo corte con la presencia de industria en todos o varios de ellos, que generalmente poseen unas características similares pero que en detalle pueden presentar variaciones sensibles entre los niveles basales y los superiores, y muy diferentes con los niveles más superficiales de llanura de inundación que contienen una industria típica que hemos relacionado con el Paleolítico Medio regional. En estos niveles aluviales lo más destacable es el aumento exagerado (por el cambio tan brusco) del empleo del sílex y otras litologías como materia prima para la elaboración de la industria lítica, bien es verdad que los cantos de los depósitos también experimentan esta subida por lo que era menos difícil encontrarlos. Hay que significar que aguas arriba de Sevilla y más concretamente en el yacimiento que nos ocupa, donde también se documenta el cambio en los aportes litológicos de los depósitos, no se da esta mayor utilización de materias diferentes a la cuarcita, salvo excepciones. La industria se suele presentar, como hemos visto, con un rodamiento moderado o fuerte más comúnmente, aunque existen localizaciones donde las piezas frescas están presentes en buena media incluso en medios de alta energía, lo que

trar la talla directa en estos lugares y la presencia humana en ellos. Los índices de facetado y levallois son bajos acordes con toda la SGG, aunque son técnicas bien conocidas y utilizadas. En consonancia con ello, existen pocos núcleos técnicamente más elaborados como pueden ser los centrípetos o levallois, si bien hay bellos ejemplos de ambos. Es de destacar la existencia de núcleos para hendedores o por lo menos extracción de lascas que por su morfología podrían ser destinadas a este tipo de utensilios, evidencia que ha quedado patente en el yacimiento de La Pastora. En el utillaje sobre lasca siguen siendo las raederas las más numerosas, incluso con una representatividad mayor, pero sin la variabilidad observada en los dos niveles anteriores; a esto se une una llamativa baja presencia de elementos del grupo Paleolítico superior y denticulados, y una relativa abundancia de muescas. El grupo bifacial ofrece una doble vertiente; en los yacimientos del sector Sevilla (perfil Jarillas) son escasos y de medianas-pequeñas dimensiones, sin embargo, en los de los sectores Carmona y Lora (La Pastora, por ejemplo) son más numerosos con una representación aceptable aunque menor que en otros niveles y con unas características en clara relación a las vistas para el nivel de la T11. Sigue aquí la superioridad de los hendedores, sobre todo de tipo 0, aunque también los hay de los

e también los hay de los tipos I y II, sobre los bifaces y, ocasionalmente, los triedros que alcanzan mayor representatividad que en otros niveles. Por todo ello podemos concluir que en el nivel T12, y los yacimientos correlacionables con él, existe un yuxtaposición de situaciones pues junto con niveles cuya industria es perfectamente equiparable al momento anterior de la T11 (La Pastora, Alcolea), hay otros donde ya se notan las características propias de los momentos postachelenses. Por ello sería lógico que en un momento de cambios significativos la evolución no sea unilineal sino más bien multivariable con influencias locales, tradicionales o incluso foráneas, es decir, que mientras en unos lugares se está dando una adaptación a los nuevos modos técnicos en otros se siguen utilizando las viejas técnicas influenciadas aún por la tradición cultural, que en muchas ocasiones creemos no llegarán a cambiar. De tal forma, el yacimiento de La Pastora más que identificarlo por su lógica posición secuencial con el final de las terrazas medias, que le asignaría a una fase transicional que hemos denominado Achelense Final Transicional, hay que encuadrarlo dentro de la fase anterior descrita para la T10 y la T11 y todo el desarrollo coluvio-aluvial contemporáneo a las mismas, que supone la gran explosión del Achelense y el desarrollo de sus características tecnoculturales que hemos dado en llamar Achelense en Terrazas Medias-Altas.

Foto 2: Yacimiento La Pastora (Lora del Río, Sevilla). Vista panorámica del corte situado hacia el SW de cuyos niveles superiores (nivel 5, PAS-3), se ha extraído una corta serie lítica.

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Bibliografía Bibliografía

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DIEZ AÑOS DE HISTORIA ANTIGUA EN LA REVISTA DE ESTUDIOS LOCALES DE LORA DEL RÍO Números 1-10,1990-1999

Manuel J. Parodi Álvarez Doctor en Historia (1)

Somos amablemente invitados por parte de la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayto. de Lora a participar en este nuevo número de la Revista de Estudios Locales de Lora del Río, invitación que aceptamos agradecidos presentando éste que habrá de convertirse en nuestro tercer trabajo aparecido en dicha publicación. Debido igualmente a la gentileza del Excmo. Ayuntamiento loreño pudimos disponer el pasado año (en 2002, ya que la redacción de este artículo corresponde a 2003) de la colección completa de la Revista, lo que nos permitió dar forma a la idea que veníamos gestando y que ahora encuentra plasmación en estos párrafos. Habíamos considerado la posibilidad de abordar un pequeño estudio estadístico de los trabajos de Historia Antigua publicados en esta revista desde 1990, año de aparición de la misma, hasta el momento presente, de manera que fuera posible contar tras la aparición de este trabajo con un pequeño index o guía de los mismos. Elegimos la temática citada debido precisamente a que el estudio

del Mundo Antiguo conforma nuestro campo principal de especialización, considerando además que doce números y trece años de publicación (desde 1990 a 2002) debían proporcionar -como así ha sido- material suficiente para los contenidos de un trabajo de esta índole y naturaleza. Nuestra idea y objetivo, como hemos adelantado, es el de proporcionar un index de los artículos sobre la Antigüedad en las tierras de Lora del Río, la romana Axati, que han aparecido en su Revista, de forma que tanto el profano como el investigador puedan contar con dicho marco de referencia, en la inteligencia de que la existencia del mismo habrá de resultar útil como mecanismo sencillo de simplificación del trabajo, ya que con dicha guía no se hará ya necesario revisar los índices de todos los números de la colección a la hora de encontrar un estudio concreto y determinado. Contamos con un precedente relativo, en forma de vaciado , publicado en el número 7 de la Revista de Estudios Locales de Lora del Río, de febrero de 1996, nú-

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número especial que recogía las Actas de las II Jornadas de Historia Local Lora y su Patrimonio (páginas 97 y 98). Este trabajo, titulado Sumario de los artículos publicados en la Revista de Estudios Locales hasta 1995 , estuvo a cargo del Colectivo Amigos de la Biblioteca, Taller de Investigación . Se trata, como su propio título indica, de un Sumario de artículos, ordenados siguiendo el orden alfabético de los autores, con indicación del título de cada artículo, la Revista en que apareció (señalando el número y fecha de la misma), y las páginas que ocupara cada trabajo en su publicación. Nosotros pretendemos ofrecer en esta ocasión no sólo un simple sumario, que ya de suyo contaría con una gran utilidad, sino un verdadero índice de títulos y contenidos, reflejados en las fichas pormenorizadas que hemos elaborado y que se presentan a continuación. En dichas fichas se refleja el número de cada revista, con indicación de su correspondiente fecha, el total de artículos que contiene, el número completo de sus páginas, y la especificación de los tra-

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Diez años de Historia Antigua en la Revista de Estudios Locales de Lora del Río. Nos 1-10, 1990-1999

2 1. Autor: G. Chic García Título: Convecinos en las tierras de Lora del Río. Reflexiones en torno a una nueva inscripción axatitana de época romana Páginas: 7 13 Tema: R O M A . E P I G R A F Í A . Economía y Sociedad. 2. Autor: Francisco M. Traverso Ruiz Título: Lora del Río y el Guadalquivir. Algunas notas para la historia de una relación prolongada Páginas: 37 41 Tema: RELACIÓN LORA GUADALQUIVIR Referencias al río y el poblamiento de las riberas en épocas romana y prerromana (p. 38). abajos sobre Historia Antigua publicados en la misma. De cada artículo de los indicados exponemos además el nombre del autor, el título completo del trabajo, la numeración de las páginas que ocupa y el tema o temas que desarrolla, según el modelo que reflejamos a continuación:

RELLR. Número 4, febrero de 1993 Total de artículos: 8 Total de páginas: 48 Artículos sobre Historia Antigua:2

Así, a quien pueda resultar necesario o de utilidad encontrar un trabajo específico podrá contar con este trabajo, al que podrá dirigirse directamente sin necesitar de efectuar una labor previa de búsqueda selectiva por los índices de la serie, como hemos ya apuntado. Ahora bien, realizadas ya las fichas, comprendimos que podíamos elaborar unas breves estadísticas de contenidos, por revista, por autores, por temas, de manera que consiguiéramos ofrecer un perfil más completo de los contenidos tratados. Esta labor estadística aparece recogida en el apartado II de nuestro trabajo, siendo el apartado I el reservado para las fichas de revistas y artículos, y estando el III destinado al cuadro general de estadísticas. Si bien en un primer momento habíamos considerado elaborar un estudio que abarcase el conjunto total de los números de la serie (esto es, desde 1990 hasta 2002), preferimos tomar la opción de reducir el ámbito de nuestro trabajo a las diez primeras revistas, y ello por diversos motivos. De una parte, con este campo más reducido se consigue proporcionar una mayor unidad a lo seriado, ya que se trata de los números uno al diez del total; igualmente, y en lo que respecta al marco cronológico de lo abarcado, a la serie por años, se contempla la década de los noventa en su integridad (al dar comienzo la publicación precisamente en

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s de los años posteriores, esto es, los números correspondientes a 2000-2001 (dos años recogidos en un solo número, el 11) y 2002 (volumen nº 12), pese a que en estos dos últimos números sí contamos con artículos específicamente dedicados a diversos aspectos de la Historia Antigua del territorium antiguo loreñoaxatitano. Han sido tenidos en cuenta, además, y de forma individual y pormenorizada, todos los números de la revista aparecidos en los años noventa del pasado siglo, incluyendo aquéllos que no cuentan con ninguna línea sobre el asunto de nuestro particular interés en esta ocasión, ya que entendemos que

el discurso del silencio, de la ausencia de noticias y contenidos, debe ser igualmente tomado en consideración en un trabajo de estas características, puesto que debemos atender a la serie como un todo integral y no sola y meramente a cada jalón individual de la misma, y dicha ausencia de noticias sirve igualmente a la hora de elaborar la secuencia estadística que desarrollamos en el tercer epígrafe del presente trabajo (2). Finalmente añadiremos que por motivos prácticos y de estricta funcionalidad (a la hora de la redacción de estos párrafos) hemos decidido reducir el nombre de la Revista de Estudios Locales de

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e Lora del Río en la abreviatura RELLR ya que debe este motivo aparecer reflejado en numerosas ocasiones a lo largo de las líneas de este trabajo y queríamos, abreviándolo, evitar que su repetición pudiera llegar a producir efectos de saturación en los lectores.

ero de 1999 (el último de los considerados, que cierra la serie en la pasada década de los noventa), el cual, como los tres números que inician la serie, tampoco cuenta con ningún artículo específico sobre Historia de la Antigüedad en Lora.

I. FICHAS

RELLR. Número 1, mayo de 1990 Total de artículos: 7 Total de páginas: 64 Artículos sobre Historia Antigua: Ninguno

Antes de abordar directamente las fichas por números habremos de hacer algunas especificaciones relativas especialmente a las revistas que no cuentan con trabajos sobre la Antigüedad loreña. Así, los números 1, de mayo de 1990, 2, de mayo de 1991 (que recoge a

RELLR. Número 2, mayo de 1991 Actas de las (I) Jornadas de Historia Local Total de artículos: 6 Total de páginas: 55 Artículos sobre Historia Antigua: Ninguno RELLR. Número 3, mayo de 1992 Total de artículos: 6 Total de páginas: 42 Artículos sobre Historia Antigua: Ninguno RELLR. Número 4, febrero de 1993 Total de artículos: 8 Total de páginas: 48 Artículos sobre Historia Antigua:2

su vez las Actas de las Jornadas de Historia Local, Jornadas que habrían de ser las primeras de una serie de tres celebradas hasta el momento de redacción del presente texto -octubre de 2003-, correspondiendo las II Jornadas al número 7 de la RELLR, de febrero de 1996, y estando las III Jornadas recogidas en el número 11 de la RELLR, de 2000-2001, éste último ya fuera del campo al que concierne este artículo), y 3, de mayo de 1992, no contienen entre sus páginas ningún artículo relativo a la Historia Antigua, por lo que no pueden contar con ficha propia completa, más allá de los datos generales que pueden brindarnos (3). Otro tanto de lo mismo sucede con el número 10, de febre-

1. Autor: G. Chic García Título: Convecinos en las tierras de Lora del Río. Reflexiones en torno a una nueva inscripción axatitana de época romana Páginas: 7 13 Tema: R O M A . E P I G R A F Í A . Economía y Sociedad.

3 1. Autor: G. Chic García Título: Diffusores olearii y tesserae de plomo Páginas: 7 12 Tema: EPIGRAFÍA (marcas de ánfora) NUMISMÁTICA (tesserae de plomo) Economía. Roma. 2. Autor: A. S. Romo Salas Título: Un centro de producción alfarera del S. II d.C. Azanaque. Lora del Río. Avance de la excavación arqueológica Páginas: 13 20 Tema: FIGLINAE. ARQUEOLOGÍA (hornos romanos de Azana-

2. Autor: Francisco M. Traverso Ruiz Título: Lora del Río y el Guadalquivir. Algunas notas para la historia de una relación prolongada Páginas: 37 41 Tema: RELACIÓN LORA GUADALQUIVIR Referencias al río y el poblamiento de las riberas en épocas romana y prerromana (p. 38). RELLR. Número 5, febrero de 1994 Total de artículos: 8 Total de páginas: 56 Artículos sobre Historia Antigua:3

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Diez años de Historia Antigua en la Revista de Estudios Locales de Lora del Río. Nos 1-10, 1990-1999

:2 1. Autor: G. Chic García Título: Q. Rutilius Flaccus Cornelianus, un caballero romano en las tierras de Lora del Río Páginas: 7 11 Tema: ROMA. EPIGRAFÍA Economía y Sociedad 2. Autor: V. Fombuena Filpo Título: Aproximación a los estudios anticuarios de los eruditos en torno a la Academia de Buenas Letras sevillana en el siglo XVIII Páginas: 31 38 Tema: HISTORIOGRAFÍA ANDALUZA sobre la Antigüedad (siglo XVIII) Epigrafía. Numismática. Arqueología

l 3. Autor: V. Fombuena Filpo Título: Tomás Andrés de Gússeme. Una muestra de su aportación epigráfica a la Historia andaluza en el siglo XVIII Páginas: 33 36 Tema: HISTORIOGRAFÍA ANDALUZA sobre la Antigüedad (siglo XVIII) Epigrafía. RELLR. Número 6, febrero de 1995 Total de artículos: 7 Total de páginas: 45

:8 Total de páginas: 54 Artículos de Historia Antigua: 3 1. Autor: J. Mancebo Dávalos Título: Elementos orientalizantes de la zona de Setefilla. Broches de cinturón y cuchillos afalcatados Páginas: 7 16 Tema: PROTOHISTORIA. ORIENTALIZANTE Setefilla. Arqueología 2. Autor: G. Torres Díaz Título: Algunas notas sobre la toponimia axatitana Páginas: 17 20 Tema: TOPONIMIA LATINA y PRELATINA

RELLR. Número 7, febrero de 1996. Actas de las II Jornadas de Historia Local Total de artículos: 15 Total de páginas: 98 Artículos de Historia Antigua: 2 1. Autor: J. Mancebo Dávalos Título: El período orientalizante en Lora del Río a partir de sus hallazgos arqueológicos Páginas: 30 42 Tema: PROTOHISTORIA. ORIENTALIZANTE Arqueología. Zona tumular de Setefilla 2. Autor: Mª Dolores Gordón Peral Título: El estrato prelatino en la toponimia de Lora: sobre el nombre de Setefilla Páginas: 55 57 Tema: ETIMOLOGÍA. TOPONIMIA El nombre de Setefilla RELLR. Número 8, febrero de 1997 Total de artículos: 8 Total de páginas: 53 Artículos de Historia Antigua: 1 1. Autor: G. Torres Díaz Título: El yacimiento tartésico de Setefilla Páginas: 7 17 Tema: PROTOHISTORIA. TARTESSOS Setefilla RELLR. Número 9, febrero de 1998

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3. Autor: M. Castillo Guerrero Título: Patrimonio arqueológico de Lora. Las vicisitudes de un pedestal romano del siglo I Páginas: 49 54 Tema: PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO Roma RELLR. Número 10, febrero de 1999 Total de artículos: 7 Total de páginas: 51 Artículos sobre Historia Antigua:0 II. ESTADÍSTICAS A partir de las fichas que hemos presentado supra nos es posible elaborar unas sencillas estadísticas que puedan resultar de utilidad a

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tintas perspectivas el perfil del conjunto de los trabajos sobre el campo de la Historia Antigua en el territorio de Lora del Río que se han venido publicando a lo largo de la década de los noventa en la RELLR. Uno de los factores a ser tenidos en consideración a la hora de establecer secuencias es el que atañe a los investigadores que han presentado artículos en estos diez primeros números de la Revista, siendo posible abordar una mínima estadística sobre este particular; una estadística que abarque desde quienes han publicado más trabajos hasta los estudiosos que han escrito solamente uno. El investigador que más trabajos haya presentado a la Revista es Genaro Chic García, quien concurriera con tres artículos; de otra parte Vicente Fombuena Filpo, J. Mancebo Dá-

6) q Con dos artículos: V. Fombuena Filpo (Números 5, 6) J. Mancebo Dávalos (Números 7, 9) G. Torres Díaz (Números 8, 9) q Con un artículo: Francisco M. Traverso Ruiz (Número 4) Ana S. Romo Salas (Número 5) Mª. D. Gordón Peral (Número 7) M. Castillo Guerrero (Número 9 ) Es posible igualmente establecer otra secuencia temática distinta de la anterior, no basada ya en los autores de los trabajos publicados sino en los propios contenidos aparecidos en los números editados de la Revista, y ello en función de la cantidad de artículos sobre la Historia Antigua que en cada uno de dichos números se alberga. Con tres estudios en cada uno de ellos contamos con los números cinco y nueve; en los números cuatro, seis y siete aparecen dos artículos por Revista, y el octavo número de la RELLR contiene tan solamente un único trabajo de la temática sobre la que nos venimos interesando en los presentes párrafos. De acuerdo con lo anterior, observaríamos lo siguiente: q Números con artículos sobre Historia Antigua: 4, 5, 6, 7, 8, 9

lo, puesto que en uno mismo pueden incurrir varios aspectos distintos (v.g., ROMA. EPIGRAFÍA. Economía. Sociedad), los principales de los cuales aparecen en mayúscula, siendo los complementarios los señalados con minúscula en las fichas. La época romana (considerada desde diversas perspectivas y aproximaciones) aparece reflejada en los números cuatro, cinco, seis y nueve, por los siguientes estudiosos: Chic García, Traverso Ruiz, Romo Salas y Castillo Guerrero; de otra parte, el período protohistórico/tartésico es abordado en tres números, los séptimo,

q Con tres artículos: 5, 9 q Con dos artículos: 4, 6, 7 q Con un artículo: 8 valos y Gerardo Torres Díaz aparecen a continuación con dos trabajos cada uno; finalmente, cuatro estudiosos, Francisco M. Traverso Ruiz, Ana S. Romo Salas, Mª.D. Gordón Peral y M. Castillo Guerrero cuentan con un artículo sobre Historia Antigua cada uno. De este modo podemos apreciar la siguiente secuencia de autores y artículos: q Con tres artículos: G. Chic García (Números 4, 5, 6)

q Números sin artículos sobre Historia Antigua: 1, 2, 3, 10 Asimismo se puede atender a los temas específicos tratados dentro del campo general de la Historia Antigua. Veremos que son, a grandes trazos, cuatro los aspectos del pasado antiguo loreño los que encuentran acomodo en las páginas de la RELLR entre 1990 y 1999: el período romano, la Historiografía andaluza ilustrada sobre la Antigüedad, la Protohistoria y la Toponimia antigua en Lora del Río. Para marcar esta pauta atendemos al

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ptimo, octavo y noveno, por Mancebo Dávalos y Torres Díaz (contándose con dos trabajos de este último historiador); la Historiografía dieciochesca andaluza sobre la Antigüedad encuentra acomodo en dos números, los cinco y seis, de la mano de Fombuena Filpo; finalmente, la toponimia antigua sobre Lora del Río y su territorium aparece reflejada en los números séptimo y noveno, en sendos trabajos realizados por Gordón Peral y el ya citado Torres Díaz. De entre estos cuatro asuntos principales (Roma, Protohistoria/Tartessos, Historiografía sobre la Antigüedad y Toponimia antigua loreña) encontramos, pues, la frecuencia que sigue: q Roma: seis artículos Nº 4: Chic, Traverso Nº 5: Chic, Romo Nº 6: Chic Nº 9: Castillo q Protohistoria/Tartessos: tres artículos Nº 7: Mancebo Nº 8: Torres Nº 9: Torres

rres Nº 9: Torres q Historiografía: dos artículos Nº 5: Fombuena Nº 6: Fombuena q Toponimia: dos artículos Nº 7: Gordón Nº 9: Torres III. CUADRO GENERAL DE ESTADÍSTICAS Tras una simple vista del cuadro anterior y a modo de conclusiones numéricas podremos comprobar que encontramos un total de diez números de la Revista; en seis números de ese núcleo de diez aparecen trabajos sobre la Antigüedad, lo que representa un 60 % del total; en el conjunto de la serie aparecen ochenta artículos, siendo que de estos 80, trece están dedicados a Historia Antigua, lo que supone un 16 25 % del total; la serie completa (esto es, la formada por los diez números de la RELLR contemplados) cuenta con 566 páginas, de las que son 89 las que recogen los contenidos sobre el Mundo Antiguo, lo cual viene a representar un 15 72 %

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NOTAS

(1) Este artículo forma parte de los trabajos del Grupo de investigación La Bética Romana. Su Patrimonio Histórico (Cód. HUM-0323), de la Universidad de Sevilla, del que forma parte el autor. (2) Contamos en nuestro haber con varias publicaciones sobre Bibliografía Histórica, si bien y hasta la fecha ninguna referida a Lora del Río; Así, de fecha tan reciente como 2002 es nuestro libro Puerto Real en la Historia. Ensayo de Bibliografía Histórica Portorrealeña. Ed. Padilla. Sevilla, 2002; id., Puerto Real en la Antigüedad. Un estudio bibliográfico , publicado en las Actas de las IV Jornadas de Historia de Puerto Real. Puerto Real (Cádiz), 1997, pp. 17-23; del mismo autor, La Antigüedad en Puerto Real. Historia de los Estudios , trabajo presentado en el I Ciclo de Conferencias sobre Puerto Real y su Término en la Antigüedad , y recogido en las Actas de las VI Jornadas de Historia de Puerto Real. Cádiz, 1999, pp. 267-277; igualmente, Puerto Real en la Antigüedad. Un estudio bibliográfico (II) , que viera la luz en las Actas de las VII Jornadas de Historia de Puerto Real. Cádiz 2000, pp. 11-22. (3) Para las razones por las que han sido, empero, considerados en este trabajo, véase la introducción, supra; nos decidimos a no repetirlas en cada ocasión en que fuera conveniente en pro de la concisión.

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EL CARDENAL CERVANTES EN BUSCA DE BIÓGRAFO Joaquín Herrera Dávila Doctor en Farmacia

Entre los vecinos de Lora, no sólo en este periodo [siglos XIV y XV] sino a lo largo de los siglos sucesivos sobresale la figura del que luego sería Cardenal Juan de Cervantes (1). Como ya ha sido señalado (2), la vida sorprendente de este ilustre personaje, influyente en su época, está reclamando una biografía seria por parte de un especialista, con el rigor documental y las demás exigencias críticas que sostienen la veracidad histórica. Porque la biografía es, sin duda, genero historiográfico. Es más, desde hace años se ha visto resurgir lentamente ésta como método que permite integrar en una historia total las distintas facetas del ser humano concreto que se pretende biografiar. Como no soy ni me considero ese especialista en el tema, con las siguientes líneas solo pretendo contribuir a la tarea de reunir datos y anotaciones que puedan quizá servir para esa futura biografía, que confío será escrita en un tiempo quizá no muy lejano. D. Juan de Cervantes debió nacer en Lora del Río como se verá, y como toda persona, que vive inmerso en la sociedad, tubo que ser como se dice hijo de su tiempo . Para referir bien su vida, quizá lo primero que habría que hacer es ambientar históricamente la época y lugares en que le tocó vivir. Esto es, pintar el telón de fondo del arco de su trayectoria en este mundo. En su vida, de hecho, podemos ver reflejado muchos de los problemas coyunturales de aquella sociedad bajomedieval de la primera mitad del siglo XV, en la que intensamente vivió. Si nos centramos en los datos biográficos sobre el Cardenal, aportados por autores antiguos, descubrimos que aparecen inexactitudes que abarcan desde errores cronológicos y atribución de hechos discordantes, hasta la confusa distribución de las diversas etapas de su vida. Van apareciendo

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo ya trabajos (3), que ayudan a quitar ese ruido de fondo , aunque aún no se ha logrado esclarecer del todo algunos hechos que quizá nos parezcan difíciles de entender si no se logra, además, encajarlos adecuadamente en su contexto histórico. El Cardenal tuvo un biógrafo tardío, que se llamó Fray Josef de Muñana (4). Este religioso dejó escritos 26 folios que recopilaban y acrecentaban la información que hasta entonces se tenía, sin que lograsen ver la luz pública. Arana de Varflora menciona este manuscrito del Padre Muñana (5) y reconoce que se sirvió ampliamente del mismo para trazar la semblanza biográfica del prelado, que incluyó entre los hijos ilustres de Sevilla. De la misma fuente bebieron también otros autores (6) que con posterioridad escribieron sobre el personaje, aunque debieron acudir a otros documentos o noticias que no concuerdan del todo con la cronología y datos biográficos suministrados por el religioso mencionado que, por otra parte, no proporciona información alguna sobre las fuentes que utilizó para escribir la semblanza del Cardenal. No se trata por tanto de una biografía seria, crítica, con datos contrastados y verificados. La biografía como tal es, insistimos, género histórico y ha de probarse con el recurso a las fuentes cada afirmación sobre el biografiado. Sin pretender dilucidar el problema de estas discordancias, mencionaré un apógrafo que se encuentra entre la documentación referente al Hospital del Cardenal que hay en la Biblioteca del Palacio Arzobispal de Sevilla (7) donde se pueden detectar también datos contradictorios con la información proveniente de Muñana. Aunque ese breve informe debe ser anterior a la biografía que redactó Muñana, es fácil probar que contiene errores y cierta confusión, por lo que no sirve para aclarar si son o no ciertos los datos del biógrafo dominico. Ese apógrafo declara que el Cardenal era gallego. Ciertamente, Galicia fue la patria de origen de los Cervantes asentados en Sevilla, tras su conquista. Además, el Cardenal tuvo que ver con Tuy, pues administró a distancia esa diócesis durante ocho de los años que permaneció fuera de la península ibérica. Pero, aparte de estas coincidencias, carecemos de más datos que permitan sostener la patria gallega del Cardenal. Mucho más probable me parece que naciera en Lora del Río. Baso esta probabilidad, además de en las razones de conveniencia que señalaré más adelante, en los datos biográficos aportados por un diccionario de cardenales publicado

en Francia, en 1857, donde puede leerse: "Cervantes (Jean), né à Lora, en Andalousie, était originaire de Galice. Il était archidiacre de Séville, quand, le 24 mai 1426, il fut promu au cardinalat par le Pape Martin V. Il assista au concile de Bâle sous le pontificat d'Eugène IV, qui l'envoya comme légat en Italie avec le cardinal Albergati pour tâcher d'apaiser les différends qui s'étaient élevés entre la république de Venise et Jean Marie Visconti, duc de Milan. Lorsqu'il fut de retour à Bâle, désapprouvant la mésintelligence qu'on avait fait maître entre le concile et le Souverain Pontifice, il se retira en Espagne où il eut l'évêché d'Avila puis celui de Ségovie, et enfin l'archevêché de Séville, où il mourut le 25 novembre 1453m quand les Turcs, sous Mahomet II, venaient de s'emparer de Constantinople." (8) Si contrastamos los pocos datos biográficos que refiere esta nota, excluyendo los del lugar de nacimiento, con los que figuran en la bibliografía no proveniente de autores sevillanos, se verifica que coinciden en lo básico. Estas publicaciones realizadas fuera de Sevilla (9), pienso que se apoyan en documentación procedente de archivos vaticanos. La posibilidad del nacimiento en Lora estaría fundada en la consideración, normalmente admitida en historia, que una información concordante procedente de fuentes diversas e independientes merece ser reconocido como auténtica. Pero, además, hay otros datos que, como veremos, apoyan esa probabilidad. Collantes de Terán Caamaño, como Ortiz de Zúñiga y otros, se inclinan por proclamar como más plausible que D. Juan de Cervantes (10) era natural de Sevilla. Pero no aportan datos concluyentes, basando su conjetura en que su linaje era sevillano y en insinuaciones de algunos documentos. A favor de su nacimiento en Lora del Río, sin que por ello constituya demostración, está el hecho de que su padre era hacia 1380, cuando nació el Cardenal, teniente de la bailía de Setefilla (11) y que, en su testamento, menciona hasta tres veces esa villa, en la que estaba heredado. Por dicho documento (12), el Cardenal, cedió a su sobrino, Juan de Cervantes, Caballero Veinticuatro de Sevilla, la propiedad de todas las heredades e tierras que tenemos en la villa de lora e en su termino . Varias veces aparece mencionado en el testamento del Cardenal su primo Rodrigo de Cervantes, teniente de la villa de Lora , uno de los testigos del mismo, al que remite

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ite todo que le adeudaba. Asimismo son citados arias gutierrez de cervantes que biue en lora , que sería probablemente hermano de martín gutierrez de cervantes que biue en ecija , a los que el Cardenal manda que se les entregue veinte mil y doce mil maravedíes respectivamente. Por tanto, es indudable, que su vida y su familia (13) tuvo una estrecha vinculación con la villa de Lora. Estaba originada, según Ortiz de Zúñiga, en la bisabuela del Fundador del Hospital, Doña Maria García de Cabrera, señora de otro antiguo linaje sevillano que poseyó sus haciendas en Alcolea y Lora, con ilustres comendadores y bailíos de San Juan . D. Juan Manuel Lozano abunda en estas y otras razones de conveniencia a favor de la tesis del nacimiento loreño. No sólo porque ha habido en Lora una tradición continua sobre ello, sino porque el nacimiento sevillano se puede explicar más fácilmente, por el hecho de estar allí afincada su familia (su padre parece haber nacido en Sevilla) y por haber sido Don Juan primero arcediano de la catedral hispalense y luego arzobispo. En cambio, la opinión de que naciera en Lora no puede tener otro origen que el hecho efectivo de haber nacido aquí. En Lora tenía su casa solariega una rama de los Cervantes (14). Añade que la fecha de nacimiento del Cardenal coincide con el mandado de su padre como teniente de la bailía de Setefilla, que viviría con su familia en Lora. Y que el estudio del testamento apoya también la mayor probabilidad del nacimiento loreño por cuanto sus propiedades en Lora debieron ser de origen familiar y por eso son las únicas que deja a un varón de su familia, su sobrino Juan de Cervantes (15). El Cardenal había obtenido facultad para testar del papa Nicolás V el 29 de octubre de 1448. ¿Por qué tuvo que obtener esa facultad? Sin duda se debe a que el Cardenal tenía bienes patrimoniales heredados de su familia. Si un hombre de iglesia como él no hubiera tenido patrimonio heredado sino sólo el que pudo haber como consecuencia de sus beneficios y rentas eclesiásticas, no debería hacer testamento sino que sus bienes pasaban a su iglesia, los heredaba su sucesor en el cargo eclesiástico. El Cardenal Cervantes en su testamento después de dejar el patrimonio familiar heredado a sus parientes y pagar deudas constituye como su universal heredera a la fábrica de la iglesia de Sevilla. De hecho la herencia del Cardenal Cervantes fue causa de litigio entre el Cabildo y el sucesor en la silla arzo-

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo arzobispal don Alonso de Fonseca. Éste sostenía que los bienes de Cervantes le pertenecían a él, es decir a la arzobispalía y mesa arzobispal, y el Cabildo manifestaba que por testamento de Cervantes sus bienes pertenecían a la Fábrica de la Catedral. Se llegó a una concordia entre los dos. El Cabildo entregaba todos los libros que había pertenecido a D. Juan de Cervantes y D. Alonso de Fonseca renunció a cualquier tipo de pretensión sobre el resto de los bienes. Gracias a dicho pleito nos ha llegado un documento que permite conocer los fondos bibliográficos del Cardenal Cervantes. Al entregarse los libros se hizo un memorial que, con el propio testamento del Cardenal, ha permitido identificar a un buen número de ellos entre los manuscritos existentes en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla (16). Desde hace algunos años, contamos con un interesante artículo biográfico, fruto del trabajo realizado por el investigador e historiador de la Iglesia D. José Goñi Gaztambide (19142002) (17), que abre una puerta a ulteriores indagaciones. Se trata del artículo (18) que este autor publicó en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España sobre el Cardenal Cervantes. Gracias a este trabajo, que nos permite acercarnos a casi todas las diversas etapas vitales del Cardenal con cierta seguridad, podemos recomponer las etapas de su vida que se resumen a continuación. Nace en 1382, en Lora del Río, como ya se ha dicho, localidad perteneciente al Reino de Sevilla, ciudad en la que debió transcurrir su infancia. De noble familia, sus padres fueron Gonzalo Gómez de Cervantes, caballero veinticuatro de Sevilla, y Beatriz López de Bocanegra, fundadores de la capilla de Jesús Nazareno, en la parroquia de Omnium Sanctorum (19). Hacia 1380 su padre era teniente de la bailía de Setefilla (20). Estudia en la Universidad de Salamanca, donde se gradúa de maestro en Teología y doctor en Decretos. Siendo aún simple Bachiller en Leyes, el 29 de enero de 1415, Benedicto XIII (el Papa Luna) le confiere el Arcedianato de Calatrava, dignidad curada (21) en la iglesia de Toledo (22), a condición de que dejase el canonicato que poseía en la catedral de Palencia y la abadía de Hermida, que debía pertenecer a la iglesia de Palencia. En 1419 comenzó una nueva etapa en su vida, que le llevó en pocos años

en pocos años a las más altas dignidades eclesiásticas. Pasa del Arcedianato de Calatrava al de Sevilla y es nombrado procurador del monarca castellano en la corte romana. El Papa Martín V le dio el título de referendario Pontificio en 1420, le concede una canonjía en Burgos (1423), así como la dignidad de abad de Salas en la misma iglesia burgalesa. Previamente, Cervantes se había apartado del Papa de Peñíscola tan pronto como se enteró de su destitución por el Concilio de Constanza y de que los reyes de Castilla le retiraron su obediencia, antes de que le abandonaran sus propios cardenales, es decir, antes de finalizar el año 1417. Forma parte de la delegación castellana para el Concilio de Pavía-Siena, donde preside la Natio Hispanica cuando el Concilio estaba en Siena (1423-24). Allí se mostró zelator honoris papae contra los insolentes ataques del embajador aragonés. El 24 de mayo de 1426, Martín V le crea Cardenal de la Iglesia de Roma con el título presbiteral de San Pedro ad Vincula (23). A lo largo de 1430 vienen a sus manos el Obispado de Tuy, canonicatos, prestimonios y otras prebendas eclesiásticas en Palencia, Cuenca, Toledo, Córdoba y Jaén, más la abadía de Hermida. Estaba en Roma cuando fallece su insigne bienhechor, Martín V. Su sucesor Eugenio IV, elegido Sumo Pontífice el 3 de marzo de 1431, le encomienda misiones específicas de su rango, como la de presidir el Capítulo General de los Camaldulenses (24), en 1431, con instrucciones precisas del Papa, que depuso al general de la Orden. Eugenio IV le concedió el arcedianato de Talavera el 23 de marzo de 1431. Pero el Concilio de Basilea que se abrió en 1431 fue motivo de discordias del Cardenal Cervantes con el Papa durante unos años. El Cardenal desaprueba la precipitada disolución del Concilio que realizó Eugenio IV. Cervantes no quiso firmar la bula con la que el Pontífice suspendía el Concilio, en diciembre de 1431. Al parecer echó en cara al Pontífice el haberse excedido en sus atribuciones. A su juicio, el Papa no podía disolver un concilio que aspiraba a la reforma de la Iglesia y a la extirpación de las herejías, materias que según los decretos del Concilio de Constanza el Sumo Pontífice estaba por debajo del concilio. Y, en esto, llevaba razón Cervantes, porque aún no habían sido revocados esos

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Vista actual de la Calle Cardenal Cervantes de Lora del Río retos conciliaristas. Más tarde, Eugenio IV se vio forzado a abolir aquella medida anticanónica. Se marcha de Roma hacia junio de 1432 para incorporarse al Concilio de Basilea. Para salir de Roma sin llamar la atención se vale de un ardid. Invocando razones de salud, se hizo expedir un breve pontificio (fechado el 25 de mayo de 1432) anunciando que el cardenal se dirigía a los baños de Viterbo para tomar las aguas. Llega a Basilea disfrazado el 21 de noviembre de 1432 (como se ve tarda más de 5 meses). En ese tiempo se sabe que Juan Rodríguez del Padrón (o de la Cámara), poeta gallego, de buen linaje, en su juventud viajó por Italia al servicio del Cardenal Cervantes. En Basilea se incorpora al Concilio y tiene una intensa actividad resolviendo los asuntos diversos que le encomiendan. Su prestigio era tan grande que al cabo de medio año de su llegada le hacen iudex fidei: actúa como juez único en las causas de la fe. Uno de sus familiares entonces el ardoroso conciliarista Juan de Segovia, representante de la Universidad de Salamanca (autor entre otras obras de una Historia General del Concilio de Basilea) dice que Cervantes como juez prefería la suavidad al rigor [la frase exacta es: cui omnis rigor aberat et omnis mansuetudo coherebat]. En Basilea se muestra Cervantes muy agresivo contra Eugenio IV, por sus radicalidad en sus convicciones conciliaristas, que lo convirtieron en una de las principales columnas del concilio. Declaró que él conocía los procedimientos de Eugenio, tendentes

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo los procedimientos de Eugenio, tendentes a entretener el Concilio con palabras. La paciencia estaba fuera de lugar porque se trataba de la defensa de la Iglesia. Así lo sostendría hasta el martirio aunque todos los príncipes opinasen lo contrario y marchasen contra Basilea. En otras cuestiones suscitadas en Basilea que hacían referencia al Papa, Cervantes se manifiesta de nuevo agresivo. Así, por ejemplo, objetó la acusación de herejía que pesaba sobre Eugenio IV y manifestó que sería temerario concederle la menor garantía. Cuando se quiso obligar a los presidentes del concilio nombrados por el papa a reconocer la supremacía del Concilio, el cardenal dijo que estaba claro que los presidentes no tenían su

Otra vista de la Calle Cardenal Cervantes misma creencia. Convenía que la Santa Sede reconociese la autoridad de los concilios para que un papa no fuese libre de destruir la Iglesia. La adhesión del Papa al Concilio implicaba su asentimiento a los decretos. En todo el pulso que mantiene Eugenio IV con los padres de Basilea manifestaba por entonces siempre Cervantes su animosidad contra él. Pero tampoco aceptaba todo lo que se proponía en Basilea. Es más en algunas cuestiones como en la cuestión del derecho al voto, que el Concilio ensanchó desmesuradamente, se opuso con tesón. Cervantes criticó las tendencias liberales de la mayoría y protestó contra el empleo del pataleo, los gritos y otros procedimientos indignos de una asamblea eclesiástica. El 10 de septiembre de 1434 salió

l Cardenal Albergati, como legados del Concilio con el objeto de pacificar la península italiana, recuperar las tierras de la Iglesia y obtener el asentimiento del Papa a los acuerdos de la sesión XIX del Concilio de Basilea. Le acompaña su familiar Juan de Segovia. Llegan a Florencia tres meses más tarde. Permanecen allí año y medio. Durante esa estancia en Florencia, ciudad donde se había establecido la corte pontificia, sacudido en sus convicciones conciliaristas, abraza la causa papal y se reconcilia con Eugenio IV. El historiador de los Papas Luis Pastor cita expresamente al Cardenal Cervantes como una de las personalidades que se reconciliaron con Eugenio IV. La misión que le encomendó el Concilio constituyó un fracaso porque Eugenio IV consideró una injerencia del concilio porque él pensaba conseguir la recuperación de los estados pontificios por otros medios, siguiendo otra política. Respecto de los decretos de la sesión XXI (lugar para el Concilio de unión con los griegos) el Papa prestó su consentimiento solo parcialmente. Escriben al concilio el 11 de mayo de 1435 para comunicar su fracaso en las misiones que le encomendaron. El Cardenal Cervantes comunica que me quedo aquí [Florencia] por ciertas causas buenas que tocan al estado y honor de la Iglesia . Consta que se solidarizó con la protesta del Papa por la supresión de las anatas y que actúa de árbitro en alguna sentencia como la que sirvió para devolver la paz a la Italia del Norte. En marzo de 1436, fue designado por Eugenio IV, junto con Nicolás Albergati, para que fuesen al Concilio como ángeles de paz , expusieran las intenciones del Pontífice y lograran solucionar las dificultades surgidas entre Basilea y Florencia, sobre diversos asuntos. Porque en la ausencia de Albergati y Cervantes de Basilea, las cosas habían evolucionado a peor en los que se refiere a las relaciones del Concilio con el Papa. A una aparente reconciliación había sucedido un estado latente de guerra. Se queda Cervantes en Basilea como único representante del Papa, junto con el Cardenal Cesarini. Toma parte activa en el Concilio e incluso lo presidió una vez. Escoge como secretario particular a Eneas Silvio Piccolomini, futuro Papa Pío II que, en sus obras escritas, destaca la gravedad de costumbres y prudencia en el obrar del Cardenal Cervantes. Un español austero y santo , dice entre otras cosas de él. La empresa encomendada al cardenal hispánico, como un negociador que

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o, como un negociador que lograse impedir el estallido abierto del conflicto, pareció superior a sus fuerzas. Tenía poderes del Papa para resolver todo lo relativo a provisiones, anatas, indulgencias, etc... Pero el Concilio respondió muy duramente, negando esos poderes. Se trataba de suavizar las formas, pero no se lograba. En la cuestión del lugar del futuro Concilio para la unión con los orientales Cervantes defendió con coraje el punto de vista del Papa, pero cuando no estaba a su lado Cesarini (el presidente del Concilio) se acobardaba ante enemigos tan poderosos y se retraía de la lucha. El Papa le escribe para animarle y agradecerle sus esfuerzos. También recibe mensajeros que le informan de parte del Papa por escrito o verbalmente de ciertos asuntos, entre otros de la sede de Ávila: punto oscuro que aún no se ha podido aclarar. Antes de finalizar el año 1437 se retira a Baden para tomar las aguas. El 9 de enero de 1438, el Cardenal Cesarini se aleja definitivamente de Basilea y se traslada a Ferrara, ciudad a la que el Papa había traslado el Concilio pero Cervantes se niega a acompañarlo (25), y se queda por Suiza y Alemania a la espera del desenlace de los acontecimientos. Su secretario Eneas dice que buscó la imparcialidad y no se manifestó ni amigo de la curia papal ni de los conciliares de Basilea, hallando siempre la manera de fugarse de ambas partes: cardinalis Sancti Petri, viri sancti et gravissimi, sententia mihi placet, qui neque hos neque illos laudare solebat [me agrada el parecer del cardenal de San Pedro, varón santo y de mucha gravedad, el cual no solía alabar ni a estos ni a aquellos]. Y en su obra De rebus Basileae gestis [de los sucesos de Basilea] lo llama gravis judicci, purgataeque conscientiae pater... Hic neque romanae curiae amicus erat, nec, postquam Basileae fuit, acta patrum commedabat: reperit ubique quomodo fugeret [padre juicio ponderado y de conciencia depurada Éste no era amigo de la curia romana, ni una vez que estuvo en Basilea recomendaba las actas de los padres: encontraba en cada momento la manera de huir]. En 1437 había sido designado Obispo de Ávila, aunque este nombramiento no surtió efecto en ese año, por razones que se desconocen. Parece que por entonces vuelve a producirse otro distanciamiento entre Cer-

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo e Cervantes y Eugenio IV. Quizá el asunto de la iglesia de Ávila no fue del todo ajeno. Finalmente, se le confió la administración de la iglesia abulense en marzo de 1438. Está por Constanza a principios de 1439. Tras una fugaz aparición en Basilea, se retira a Nidou (Suiza) durante unos días y después estuvo también en Maguncia en el mes de abril. En junio estaba cerca de Basilea, aunque no se dejó ver en cónclave allí celebrado donde obtuvo algunos votos (cuando hacen un antipapa) ni tampoco en Ferrara, donde Eugenio IV había trasladado el Concilio. En 1440 estaba ya en Castilla con cierta misión encomendada por el Papa que concernía al rey D. Juan II, incorporado a su sede abulense. Después, en 1441, permuta el obispado de Ávila por el de Segovia.

sia (Catedral) de Sevilla, además de mandar diversos legados a parientes y obras pías. En su tumba se puso un suntuoso y bien labrado mausoleo de mármol blanco, obra notable del escultor Lorenzo Mercadante de Bretaña (31), que inició en 1454 y finalizó entre 1458 y 1461. Sobre un túmulo funerario exento, sostenido por seis leones, y encima de un rico paño imitando el brocado aparece la estatua yacente del Cardenal, vestido de pontifical, con una cierva a sus pies. En cada una de las fachadas aparecen ángeles con el escudo de sus armas y otras figuras de santos, además de diversos adornos. El artista supo captar magistralmente en el conjunto marmóreo el agudo sentimiento de la muerte tan propio de los últimos siglos medieva-

uyen siempre a marcar la existencia de una persona y que ésta, pasado el umbral de la muerte, de alguna manera persiste en sus obras. El análisis, a grandes rasgos, de la vida del fundador pretendía descubrir alguna traza o huella de su trayectoria, que de alguna forma se proyectaría en la fundación hospitalaria que tuvo en ella su origen. Porque posiblemente, en este sentido, habría que entender a Ortiz de Zúñiga cuando en sus Anales dice del Hospital de San Hermenegildo que está siempre acordando la grave memoria de su ínclito fundador (34). Y con parecidos términos se expresa en otro lugar, al terminar de describir la fundación hospitalaria cervantina, reconociendo que la casa es muy capaz y alegre, todo bien como de tan heroyco principio (35).

Dado lo relativamente poco que conocemos de la vida y talante personal del fundador, no hemos logrado dar respuesta convincente a ciertos interroEl 7 de marzo de 1446 fue gantes. Éstos, entre otros, surpromovido al orden cardegen al considerar la novedad nalicio de los obispos, asigque debió suponer este Hospital nándosele la sede suburbicon respecto al resto de los hasta caria de Ostia (26). Tema por entonces existentes en Sevilla. aclarar a qué se debe, quizá Como todo hombre, no podía porque por su edad le coevitarlo, Cervantes fue hijo de rrespondía ser decano del su tiempo. El excelente trabajo colegio cardenalicio, que tede la profesora Álvarez Márquez nia el título de Cardenal de (36) que ya mencioné, nos Ostia. permite adentrarnos por medio del catalogo de sus libros en lo En 1448, el cabildo ecleque fue su dedicación profesiástico hispalense, sede vasional, inquietudes y horizonte cante, postula su elección cultural. Una mirada a los 324 Detalle del Evangelario del Cardenal Cervantes. Anónimo del siglo para esta sede. Se opone Juan volúmenes aproximadamente XV. Plata, plata sobredorada y esmalte sobre plata. II que pretendía se diese a que constituyeron su biblioteca Pieza perteneciente al Museo de la Catedral de Ávila. Rodrigo de Luna, sobrino del nos revela su inclinación por el Fotografia de Michael Reckling condestable D. Álvaro de estudio del Derecho, presenLuna, su privado (27). Al fin tando al Cardenal como un les (32). En el borde del paño se puede triunfa la candidatura del Cardenal hombre de leyes que estaba al día. Es leer en caracteres romanos el epitafio Cervantes que, como Administrador decir, las obras jurídicas constituyen latino, cuyo texto traducido dice así: Perpetuo del Arzobispado de Sevilla, la sección más importante de su patri Después de que, con singular brillo toma posesión en 1449 (28). monio bibliográfico, con un importande virtudes, el Reverendísimo Señor te y nutrido elenco de canonistas y Don Juan de Cervantes mereció exceDurante su breve pontificado (aperomanistas del siglo XIV, pero sobre lentemente el Capelo con el título de nas cuatro años) se aplicó a fomentar todo del XV. La otra gran sección de San Pedro advincula, y de que dio por la fábrica del templo catedralicio y sus fondos era la teológico-filosófica. el mundo los más dignos frutos, pordesarrolla una honda labor caritativa Álvarez Márquez, sin detenerse a menque fue considerado puerta de toda entre los pobres de Sevilla. Se le atricionar la prolija relación de autores u eclesiástica honestidad, obtuvo la sede buye la fundación de la Hermandad obras, se fija sobre todo en los relaciode Ostia; finalmente, en edad ya made la Santa Faz y Nuestra Señora de nados con el candente problema que dura, administrando sabiamente la la Encarnación (29). Protegió las órtocó vivir al Cardenal sobre la autoriMetrópoli de Sevilla, dejo heredera a denes religiosas, a las que tenía espedad papal y los concilios. Están tamsu Iglesia como corresponde a Prelacial veneración (30). bién presentes entre los volúmenes de do, habiendo edificado piadosamente su biblioteca los comentarios bíblicos, entre otras obras de mucha aprobaFallece el 25 de noviembre de litúrgicos, las obras de oratoria y, por ción un famoso y bien dotado hospital 1453, a los 71 años de edad. Fue entesupuesto, los clásicos. Cervantes se en la ciudad hispalense. Murió el 25 rrado en la capilla de San Hermenepreocupó de adquirir diversos manusde noviembre del año del Señor de gildo fundada por él en la catedral, critos a lo largo de su vida y mandó 1453 (33). mártir al que tuvo especial devoción. copiar para su propio uso otros, en los Dejó por heredera a la Fábrica de la que estaba interesado, procedimiento Sabido es que los sucesos contridel que disponían sólo algunos, los

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo

Vista de la Catedral de Sevilla donde reposan los restos del Cardenal Cervantes. algunos, los que podían costearlo, cuando aún no existía la imprenta. Pero, además, no se pueden olvidar los acontecimientos singulares, situaciones, culturas, ambientes, personas y lugares en los que le tocó vivir y relacionarse. Particularmente reveladora en este sentido aparece su estancia (desde septiembre de 1434 hasta marzo de 1436) en la Florencia de la primera mitad del Quattrocento, donde había surgido una nueva orientación artística y literaria que se reafirmaba cada vez más. Desde el pontificado de Nicolás V (1447-1455), esta corriente renacentista de origen florentino se cultiva ardientemente en Roma. Y durante el siglo XV, el Humanismo fue penetrando en las clases cultas y dominantes de Europa. Tanto el Concilio de Basilea (1431-1437), donde estuvo presente el Cardenal Cervantes, como el de Florencia (1439-1442) que fue su continuación, tuvieron gran importancia en el intercambio y difusión de las ideas humanistas. Estuvo allí también, entre otros, el sienés Eneas Silvio Piccolomini, que más tarde sería Pío II, el único Papa que ha dejado escrita la historia de su pontificado, en una autobiografía. Este insigne humanista fue, como se ha dicho, secretario del Cardenal Cervantes y representa toda una época como el que diremos a continuación. Nos referimos al alemán Nicolás de Cusa, que también concurre a Basilea, y que vivió de 1401 a 1464. La vida del cusano presenta rasgos paralelos con la del Cardenal Cervantes. Está presente en el Concilio de Basilea, participa en diversas misiones diplomáticas como legado papal, es creado Cardenal en 1448,

funda un hospital en su ciudad natal, vive en Roma una serie de años, nombrado Obispo en 1450, por un conflicto jurisdiccional con el duque del Tirol hubo de dejar la sede y trasladarse a vivir a Roma. Fue enterrado en la basílica de S. Pedro in Víncoli, de la que Cervantes fue Cardenal titular hasta que fue promovido al Obispado de Ostia. De Nicolás Cusano, que domina el entero saber de su tiempo, se ha dicho, que si bien en muchas cosas se adhiere al espíritu medieval, muestra una notable inclinación hacia el moderno individualismo, subjetivismo y empirismo por lo que puede ser llamado con razón el hombre que está a la puerta de los nuevos tiempos (37). Cervantes participó igualmente de aquel espíritu que ya tomaba cuerpo en la sociedad europea que frecuentó. Se estaba produciendo una manifiesta superación de la tradición medieval, aunque esto no se consolidó hasta la centuria siguiente. Algo de ello se desprende del examen detenido de su legado fundacional, que nos lleva a pensar que lo anterior no es mera conjetura. Junto a matices y detalles de gran tradición medieval, aparecen otros que son más bien novedosos. Así lo veremos al referirnos a la estructura de gobierno con la que dispuso que se hubiera de regir la fundación, distinta de lo que, al menos por entonces en Sevilla, era lo habitual. EL HOSPITAL DEL CARDENAL Célebre fue en todo el Reino de Sevilla (38) y aún allende sus fronteras (39), el Hospital de San Hermenegildo, más conocido por el pueblo con el nombre de Hospital del Cardenal, debido a que lo fundó y estableció en Sevilla el Eminentísimo Señor Don Juan de Cervantes. En la documentación antigua del Hospital se dice que fue fundado por la buena memoria del Cardenal aludiendo sin duda a que se trata de una fundación post mortem, realizada atendiendo a la última voluntad del Prelado. Así aparece claramente manifestada en algunas cláusulas del testamento que otorgó cerrado ante el notario apostólico Pedro Martínez de la Palma, en Sevilla, el 16 de noviembre de 1453, pocos días antes de fallecer, verdadera carta fundacional del Hospital, expresada en estos términos: (...) Ítem mandamos las nuestras casas que tenemos cerca del Monasterio de San Leandro en que agora mora Doña Maria nuestra hermana e Juan Cervantes nuestro sobrino asi lo nuebo como lo viejo alto e raso con su huerta corrales e establos e todas sus pertencias e entradas e salidas

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e salidas para un hospital el qual queremos e mandamos que se faga a ordenacion de nuestros testamentarios o alvaceas en que se resivan pobres e miserables personas para el qual assi mesmo mandamos los veinte mil maravedies de juro e heredad que nos ovimos comprado de la Señora Reyna de Aragon los quales se han de pagar de nuestros bienes. E mandamos para el dicho hospital que nuestros alvaceas tomen las ropas de camas de las de nuestra casa que bien visto les sera. E que de nuestros bienes fagan una capilla con su Altar e que para ella den un calix de plata e una cruceta e una casulla e un misal de los nuestros e los otros que bien les pareciere. E que de la madera e cal que en esta nuestra casa está tomen la que menester fueren para labrar en el hospital, e asi mismo ladrillo. Item que si les pareciere que fazer se deva puedan arrendar o vender parte de las dichas casas para provecho del dicho hospital e de lo que asi vendieren e de nuestros bienes si tantos oviere e bien les pareciere compren alguna heredad de pan para dicho hospital e que la administracion de el despues que los dichos nuestros alvaceas fallecieren pertenezca perpetuamente a los Padres de las Cuevas e de Sant Hieronimo con una persona buena que el Cavildo de nuestra Iglesia deputare e que los dichos alvaceas e los que despues de ellos la dicha administracion tuvieren todos juntamente e non uno sin otro puedan facer qualesquiera buenas ordenanzas e constituciones que para subsistencia e duracion del dicho hospital e buen regimiento de el e de sus cosas rentas e bienes buenas les pareciere, e aquellas en el dicho hospital sean guardadas e que si algunas bulas o gracias apostolicas en favor de dicho hospital los dichos nuestros alvaceas fizieren ganar que las espidan a costa de nuestros bienes. Item que se instituya en el un perpetuo capellan. Item mandamos para el dicho hospital todos los bienes muebles e rayzes e moneda de oro e plata que nos ovimos de Juan Fernandez capellan de santa Lucia (40). Su fundación y primer desarrollo se corresponde de lleno a lo que era un hospital medieval. Por tanto, con las características que reunían los hospitales medievales que realizaron una efectiva asistencia benéfico-social: a) con reducida capacidad: no solían pasar de doce o quince camas. b) predominio de la religiosidad. Sabido es que ésta fue de tipo monacal

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo ue de tipo monacal durante la Alta Edad Media y después de carácter más urbano como en general evolucionó ésta a partir del siglo XIII. Sin embargo, el aire conventual pervivió en el ambiente hospitalario hasta la ruptura del sistema asistencial propio del Antiguo Régimen. La misma distribución de los espacios (iglesia, cementerio, huerto o jardín, disposición de las enfermerías, etc...), las denominaciones, sistema administrativo, etc... presentaban rasgos comunes con los cenobios. c) tendencia a la especialización: proceso que tuvo lugar en todo el Occidente y que en Sevilla se manifestó igualmente ya desde poco después de la conquista de la ciudad. El primero de esta serie de hospitales especializados aún pervive. Fue el de San Lázaro establecido por Alfonso X bajo su protección real para enfermos de lepra, aunque ya en tiempo de su padre el rey San Fernando existió allí al parecer un hospital de campaña. Fundación alfonsina también fue el de San Antonio Abad, para atender a los que padecían el fuego sacro o fuego de San Antón, enfermedad que se extendió por Europa desde el siglo XI al XIII. El Hospital del Rey estaba reservado al principio a peregrinos y luego a mutilados de guerra, y el de los Inocentes o Casa de Locos, fundado en el siglo XV, para enfermos mentales. En 1383 los médicos y cirujanos de Sevilla fundaron en la plaza del Salvador un hospital de landres, bajo la advocación de San Cosme y San Damián, que posteriormente se destinó a la curación de bubas. El Hospital del Amor de Dios, se destinó a enfermos "de calenturas e opilaciones e de camaras". El Hospital del Cardenal, nacido en 1455, fue evolucionando hasta convertirse en un gran centro de atención quirúrgica de hombres heridos o traumatizados en general, que alcanzó un merecido prestigio en los siglos XVI y XVII debido a diversas circunstancias que se irán señalando. d) quedó integrado en un conjunto hospitalario formado por excesivo número de centros asistenciales. El porqué de esta proliferación habría que buscarla en la conjunción de una serie de factores que se dieron cita en la hora crepuscular de la Edad Media, tema que es ajeno a este trabajo. El Hospital mantuvo a lo largo de su trayectoria histórica una considerable actividad sanitaria desde sus mismos inicios, en 1455, hasta su desaparición definitiva en el siglo XIX. El estudio histórico de esta institución

os confirma que en el pasado, Sevilla dispuso de singulares hospitales, bien dotados y acordes con su misión. En ese lejano pretérito, el Hospital del Cardenal se presenta paradigmáticamente como una entidad benéfico-sanitaria que realizó de un modo cabal las funciones para las que fue creado, sabiéndose adaptar admirablemente al curso cambiante del tiempo.

Sepulcro del Cardenal Cervantes en la capilla gótica Hermenegildo de la Catedral de Sevilla.

Nacido con las características de san propias de los establecimientos asistenciales que tanto proliferaron durante la Baja Edad Media, su hospitalidad evolucionó durante la centuria del Quinientos superando la crisis que supuso el paso del modelo de nosocomio medieval al moderno. Sin abandonar del todo sus raíces bajomedievales, se convirtió entonces en el hospital más importante de la ciudad, para pasar luego a ser, a comienzos del siglo XVII, un gran centro de atención quirúrgica que llenó un importante hueco en el sistema hospitalario sevillano, privado de dicha prestación a consecuencia de la reunificación llevada a cabo a partir de 1587, de la que fue exceptuado este hospital. Factor que indudablemente contribuyó también a encauzar su actividad terapéutica en esta dirección quirúrgica, fue la labor desarrollada como cirujano mayor del hospital por Bartolomé Hidalgo de Agüero, figura destacada de la cirugía española del Renacimiento, durante el último tercio del siglo XVI. Alcanzó renombrada fama popular en Sevilla por los asombrosos resultados obtenidos en sus curaciones. Como fruto de su dilatada experiencia en el Hospital del Cardenal, estableció una nueva vía para la curación de las heridas. Ejercitando este sistema, al que llamó vía particular, consiguió bajar a menos del 3% el índice de mortalidad anual de los heridos de cabeza que pasaban por sus manos, considerados entonces como los lesionados de gravedad que tenían el mayor riesgo de perder la vida. Aunque no han perdurado las cifras concretas que permitan confrontar sus resultados con los de sus antecesores en la plaza, autores coetáneos, que presenciaron los hechos, aseguran que antes de que Hidalgo comenzase a curar por su nuevo sistema, eran siempre más los heridos en general, y no sólo los de cabeza, que perecían que los que lograban sanar. El paso de Hidalgo de Agüero por este centro hospitalario constituye un capítulo trascendental y definitorio

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endental y definitorio del mismo. Tras su fallecimiento, el Hospital hace suya la aportación singular efectuada por Hidalgo al saber quirúrgico de su tiempo, que se convierte en requisito indispensable para enseñar y practicar la cirugía en esta institución benéfica, que pasa a ser más conocida como "hospital de los heridos". Sobre todo en la primera mitad del Seiscientos, se desarrolla teórica y prácticamente la escuela quirúrgica allí instaurada por el que ha sido calificado como el más ilustre cirujano español del siglo XVI, dando lugar a una rica experiencia que se fue transmitiendo a los que acudían al centro para iniciar su carrera profesional en este arte. Los cirujanos mayores son admitidos en la plaza con la precisa condición de atenerse a los principios y el modo curativo establecido por esta verdadera figura señera del hospital. Aunque no ha sido posible probarlo de forma fehaciente, hay cierta huella documental para, en base a lo anteriormente expuesto, considerar al Hospital del Cardenal como un reducto o núcleo en el que se cultivó la cirugía de modo científico, a pesar del hondo declive general en el que se vio sumida la ciencia experimental española a lo largo del siglo XVII. En este sentido, aparece el Hospital vinculado como célula original, con cierta orgánica unidad institucional, a la conocida corporación académica, surgida en la Sevilla de finales del siglo XVII, que fue denominada Regia Sociedad Hispalense de Medicina y demás ciencias. Prácticamente todos sus médicos y cirujanos, y algunos de sus boticarios, fueron individuos pertenecientes a esta sociedad científica de aire experimentalista, entre cuyos fundadores se ha constatado que al menos hubo un cirujano proveniente del Hospital del Cardenal, aunque es posible que fuesen más. La profunda decadencia general sufrida a lo largo del siglo XVII, experimentada también demográficamente en Sevilla de un modo drástico a conse-

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo modo drástico a consecuencia de la peste de 1649, y el cambio de mentalidad social que llevó aparejada, tuvieron como consecuencia la disminución de la hospitalidad del centro. A consecuencia de esta crisis, decayó igualmente el nivel de atención sanitaria que había mantenido hasta entonces el hospital, sobre todo en las últimas décadas del Seiscientos. En la centuria siguiente se hace patente el intento de recuperar la anterior posición, para lo cual son llamados a hacerse cargo de la cirugía y de la atención médica del hospital facultativos que gozaban de un sólido prestigio profesional. Para la asistencia farmacéutica contaba el Hospital con una botica propia, al frente de la cual estaba un boticario. Por lo general, no fueron éstos figuras destacadas en su profesión, lo cual no es de extrañar dado que, como en otras ciudades, la actividad farmacéutica sevillana se centraba en las boticas privadas. Para que la asistencia farmacéutica fuese adecuada a la calidad de la medicina y cirugía que se cultivaba en el Hospital, se recurría a los boticarios de más prestigio en la ciudad, que ejercían libremente la profesión, para obtener los medicamentos que no eran de uso habitual en el Hospital o para la preparación de los nuevos remedios que se fueron introduciendo en la terapéutica. En este sentido, cabe destacar que la implantación de la materia médica procedente de América se fue realizando de forma paulatina y gradual, y no de modo intempestivo como ya ha sido puesto de relieve por algunos autores. Entre las funciones sanitarias desarrolladas por el boticario en el Hospital, estaban muchas de las que hoy se admiten como propias de la "farmacia clínica". El estudio realizado, que esperamos darlo a la imprenta en un futuro, permite confirmar que, como cabría esperar por tratarse de un hospital para heridos, la medicación más empleada fue la de carácter vulnerario. También en el terreno terapéutico, la aportación realizada por Hidalgo de Agüero se revela llena de originalidad y dinamismo por la inusitada confianza que su sistema curativo, reacio en general al intervencionismo, concede a la acción de los fármacos. Aunque se constata que durante el siglo XVII persistió en el establecimiento hospitalario la terapéutica renacentista, a medida que transcurre el tiempo se nota el paulatino abandono de los complejos remedios de origen medieval y la creciente afirmación de las nuevas tendencias terapéuticas representadas por Paracelso y el empleo de las drogas americanas, cuya eficacia tanto encomió el médico sevillano

NOTAS (1) LOZANO, J. M.: Un pueblo andaluz y su Virgen. Ed. Claret, Barcelona 1986, p. 27. (2) Cfr. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, Mª DEL C.: Manuscritos localizados de Pedro Gómez Barroso y Juan de Cervantes, arzobispos de Sevilla. Anexos de «SIGNO». Colección dirigida por Carlos Sáez 3. Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá. Excma. Diputación Provincial de Sevilla 1999. p. 80. (3) Así, por ejemplo, el de MONTES ROMERO-CAMACHO, I.: "Un episodio de las relaciones Iglesia-Estado en tiempos de Juan II: la postulación de don Rodrigo de Luna como arzobispo de Sevilla", Archivo Hispalense 1981: 64 (197), pp. 3-22. (4) Orador, historiador y teólogo, nacido en Sevilla en 1669. Estudió Gramática en el Colegio de San Hermenegildo y Derecho Canónico en la Universidad de su ciudad natal. Abandonó la carrera de Leyes para ingresar en la Orden de Santo Domingo. Fue orador insigne del que llegaron a imprimirse muchos sermones. Dio también a la imprenta: Comentarios a las Epístolas de San Pablo y a las tropologías sagradas. Las obras manuscritas que dejó fueron de bastante consideración, entre las que se encuentran: unas curiosas apuntaciones sobre la vida de Santa Justa y Rufina, colección de "Sevillanos Memorables" y la biografía del Cardenal Cervantes (Cfr. MATUTE Y GAVIRIA, J.: Adiciones y correcciones a Los Hijos de Sevilla ilustres en santidad, letras, armas, artes y dignidad de D. Fermín Arana de Varflora. Sevilla 1886, pp. 69-72). (5) Una copia del original de letra del autor se conserva en el Archivo Municipal de Sevilla, sección 11, volumen 5, nº 5. Lleva por título: Vida y Muerte de el Eminentísimo Señor Don Juan de Cerbantes, natural de la M.N. y M.L. Ciudad de Sevilla, y Arcediano de ella en su Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia, Obispo de Avila, de Hostia, y de Segovia, Arzobispo Administrador de Sevilla, Cardenal de la Santa Iglesia Romana de el Titulo de San Pedro Ad Vincula, y Fundador de el Hospital de San Hermenegildo, Rey y Martir, vulgarmente llamado de el Cardenal, en la misma ciudad. Por el P. Fray Joseph de Muñana, natural de Sevilla, Presbítero, Maestro en Artes, Doctor en Sagrada Theología, Colegial y Cathedratico de Prima en el Colegio Mayor de Santo Thomas de Aquino de la misma ciudad, de el Sagrado Orden de Predicadores. Un resumen de lo escrito por Muñana está en ARANA DE VARFLORA, F.: Hijos de Sevilla ilustres en santidad, letras, armas, artes o dignidad. Sevilla 1791, pp. 23-28.

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(6) Como José Alonso Morgado, Francisco de Paula Collantes de Terán y Caamaño, Mario Méndez Bejarano. (7) El documento forma parte del expediente que debió reunirse en el Arzobispado para el reconocimiento de la exención del hospital por parte de la autoridad eclesiástica diocesana (Biblioteca del Palacio Arzobispal de Sevilla. MS sig. 32/200). Está colocado delante de un trasunto del testamento del fundador y dice así: "Don Juan de Cervantes cuyo es este testamento y fundador del hospital de Sant Hermenegildo que llaman del Cardenal fue español y natural de Galizia de un lugar del Obispado de Tuy. Doctor en decretos, fue ciudadano y Arcediano de la Santa Iglesia de Sevilla. Fue Obispo de Avila, luego Obispo de Segovia, luego Obispo de Burgos y despues creado Presbítero Cardenal de la Santa iglesia de Roma de sant Pedro ad Vincula del titulo de Santa Eudoxia por Martino 5º en la 2ª creacion que hizo de 14 cardenales en el año de 1426 en el año nono de su pontificado en la vigilia de sant Juan baptista a 23 de junio que viene a ser nona calendas julii. Murio Martino 5º en 20 de febrero de año 1431, en el año 14 de su Pontificado y hallose en la eleccion de Eugenio 4 en 9 de Março de 1431. El mesmo Eugenio 4 lo promovio en una promocion de hizo de 11 obispos de Presbítero cardenal de Eudoxia en obispo cardenal Ostiense y Veliforno. Despues fue Arçobispo de Sevilla. Murió en 25 de noviembre del año de 1453 sub Nicolao PP 5". (8) Dictionnaire des cardinaux, contenant des notions ginirales sur le cardinalat, la nomenclature complhte, par ordre alphabétique, des cardinaux de tous les temps et de tous les pays; la mjme nomenclature par ordre chronologique; les détails biographiques essentiels sur tous les cardinaux sans exception; de longues itudes sur les cardinaux cilhbres, qui, en si grand nombre, ont rempli un rtle supiriir dans l'Iglise, dans la politique ou dans les lettres; par M. L'abbé G. B., publii par M. L'abbé Migne, éditeur de la Bibliothique Universelle du Clergi ou Des Cours Complets sur chaque branche de la science religieuse. Tome unique. S'imprime et se vend chez J.-P. Migne, éditeur, aux ateliers catholiques, rue d'Amboise, au petit-Montrouge, barrier d'enfer de Paris, 1857, pp. 648-649. (9) Como la clásica de EUBEL, CONRADUM: Hierarchia Catholica medii aevi sive Summorum Pontificum, S.R.E. cardinalium, ecclesiarum antistitum, e documentis tabularii praesertim vaticani. Ed. altera. Monasterii MDCCCCXIII. (10) Cfr. COLLANTES DE TERÁN CAAMAÑO, F.: Memorias históricas de los establecimientos de caridad de Sevilla y descripción artística de los mismos. Sevilla 1884, p. 68. Ortiz de Zúñiga dice: pero que nació en Sevilla

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo

es más verosímil en insinuaciones de muchas escrituras suyas (ORTIZ DE ZÚÑIGA, D.: Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, metrópoli de la Andalucía, tomo II, Madrid 1795, pp. 436-437). (11) Cfr. GONZÁLEZ CARBALLO, J.: La Orden de San Juan en Andalucía (siglos XIII-XVI) , tesis doctoral editada en parte, Sevilla 2002, p. 407. Sobre la bailía de Setefilla véase de este mismo autor: La Orden de San Juan en Andalucía (siglos XIII-XVI) LAS ENCOMIENDAS. Sevilla 2002, pp. 186234. (12) Cfr. Testamento del Cardenal Cervantes. Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras . Número 41. Sevilla, junio 1924, pp. 121-131. (13) Sobre la genealogía de estos Cervantes hay recopilado datos en SÁNCHEZ SAUS, R.: Linajes sevillanos medievales (Sevilla 1991, vol. I, pp. 83-85), aunque quedan todavía interrogantes sin aclarar. (14) LOZANO, J. M.: El testamento del Cardenal Juan de Cervantes . En Lora del Río. Feria y Fiestas Populares, Lora del Río 1987, p. 59. (15) Cfr. LOZANO, J. M.: El testamento del Cardenal Juan de Cervantes . En Lora del Río. Feria y Fiestas Populares, Lora del Río 1987, p.59. (16) Cfr. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, Mª DEL C.: Manuscritos localizados de Pedro Gómez Barroso y Juan de Cervantes, arzobispos de Sevilla. Anexos de «SIGNO». Colección dirigida por Carlos Sáez 3. Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá. Excma. Diputación Provincial de Sevilla 1999. p. 82. (17) Cfr. GORRICHO, J.: José Goñi Gaztambide (1914-2002), in memoriam , en Anuario de Historia de la Iglesia 12 (2003) pp. 441-444. (18) Cfr GOÑI GAZTAMBIDE, J.: CERVANTES, Juan de , en el DICCIONARIO DE HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESPAÑA, dirigido por Quintín Aldea Vaquero, Tomás Marín Martínez y José Vives Gatell. SUPLEMENTO I, Instituto Enrique Florez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid 1987, pp. 124-128. (19) Cfr ORTIZ DE ZÚÑIGA, D.: Anales eclesiásticos y seculares..., tomo II, Madrid 1795, p. 437. (20) Cfr. GONZÁLEZ CARBALLO, J.: Documentación inédita hallada recientemente en el Archivo Municipal de Lora del Río. Lora del Río 1987, p. 67.

beneficio eclesiástico que tiene obligación aneja de cura de almas. (22) Muchos de los datos de esta semblanza biográfica proceden del mencionado artículo de GOÑI GAZTAMBIDE, J.: CERVANTES, Juan de , en el DICCIONARIO DE HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESPAÑA, dirigido por Quintín Aldea Vaquero, Tomás Marín Martínez y José Vives Gatell. SUPLEMENTO I, Instituto Enrique Florez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid 1987, pp. 124-128. También se ha consultado la Historia de la Iglesia de Sevilla, dirigida por Carlos ROS, ed. Castillejo, Sevilla 1992. Se señalan en nota otras fuentes. (23) EUBEL, CONRADUM: Hierarchia Catholica medii aevi sive Summorum Pontificum, S.R.E. cardinalium, ecclesiarum antistitum, e documentis tabularii praesertim vaticani. Ed. altera. Monasterii MDCCCCXIII, tomo I, p. 34. Cfr. también Pastor, Ludovico: Historia de los Papas desde fines de la Edad Media compuesta utilizando el Archivo Secreto Pontificio y otros muchos archivos. Gustavo Gili, Barcelona 1910-1961, vol. I, p. 401. (24) Cfr. GILL, JOSEPH (S.J.): Eugenio IV, Papa de la unión de los cristianos. Madrid 1967, p. 210. (25) GOÑI, J.: loc. cit., p. 127. (26) Ibíd. Aunque Conradus Eubel da otra fecha (1447 Mart. 27) para este nombramiento (Cfr. Eubel, Conradum: Hierarchia Catholica medii aevi sive Summorum Pontificum, S.R.E. cardinalium, ecclesiarum antistitum, e documentis tabularii praesertim vaticani. Ed. altera. Monasterii MDCCCCXIII, tomo II, p. 6). (27) Cfr. MONTES ROMEROCAMACHO, I.: "Un episodio de las relaciones Iglesia-Estado en tiempos de Juan II: la postulación de don Rodrigo de Luna como arzobispo de Sevilla", Archivo Hispalense 1981: 64 (197), pp. 3-22. (28) Parece que tomó posesión de la sede sevillana antes del 29 de agosto de 1449 (Cfr. ORTIZ DE ZÚÑIGA, D.: op. cit. tomo II, p. 436). (29) Por los años de 1450, según se afirma, se erigió una hermandad de luz, titulada de la Santa Faz y Ntra. Sra. de la Encarnación; cuya fundación se atribuye al Cardenal Arzobispo de esta Ciudad D. Juan de Cervantes, para dar culto al Santísimo Rostro de Ntro. Redentor Jesucristo, en una copia o retrato que lo representaba, dádiva al intento del dicho señor Cardenal (BERMEJO Y CARBALLO, José: Glorias Religiosas de Sevilla. Imprenta y Librería del Salvador. Sevilla 1882, p.162).

(21) Expresión clerical que indica un

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(30) Vid. MORGADO, JOSÉ A.: Prelados sevillanos o Episcopologio de la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla. Sevilla 1906, pp.348-357. (31) Cfr. REINA GIRÁLDEZ, F.: Llegada a Sevilla y primeras obras del escultor Lorenzo Mercadante de Bretaña , en Archivo Hispalense, 2ª época, tomo LXX, núm. 215. Sevilla 1987, pp. 143-153. (32) El monumento funerario es descrito en las guías y tratados artísticos sobre Sevilla.Especial interés tienen los pormenores reseñados en GESTOSO Y PÉREZ, J.: Sevilla monumental y artística. Sevilla 1890,tomo II,pp.518-522. (33) REINA GIRÁLDEZ, F.: loc. cit., p. 146 (nota 14). (34) ORTIZ DE ZÚÑIGA, D.: op. cit., tomo II, p. 449. (35) Ibíd. Tomo IV, p. 134. (36) ÁLVAREZ MÁRQUEZ, Mª DEL C.: Manuscritos localizados de Pedro Gómez Barroso y Juan de Cervantes, arzobispos de Sevilla. Anexos de «SIGNO». Colección dirigida por Carlos Sáez 3. Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá. Excma. Diputación Provincial de Sevilla 1999. (37) BIHLMEYER, K.; TUECHLE, H.: op. cit., vol. III, p. 100. (38) Sabido es que el antiguo Reino de Sevilla comprendía las actuales provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz y parte de las de Badajoz y Málaga. (39) El Dr. Vaquet de León, que fue cirujano mayor del hospital de 1615 a 1626, se refiere al mismo como "uno de los mas famosos y principales de la Europa" (Archivo Diputación Provincial de Sevilla, Hospital del Cardenal, legajo 62, instancia del Dr. Vaquet presentada en la Junta General del 21.II.1618). En otra petición afirma que "es tanto el concurso de los heridos, no solamente desta ciudad y de su comarca, mas tambien de mas de veynte leguas a la redonda vienen por la gran fama deste tan insigne hospital, adonde se hasen tan grandes y milagrosas curas como cada dia se ven, y esta es la causa de la multiplicacion de enfermos" (ADPS HDC, legajo 63, instancia del Dr. Vaquet presentada en Junta General de 1619). (40) ADPS HDC, legajo 1, copia del testamento del Cardenal Cervantes. Esa copia puede datarse en 1828. Un original antiguo se encuentra en ACS, Sec. Fondo Histórico General, leg. 107, doc. núm. 17/2a. Trascripción de ese original del archivo de la Catedral de Sevilla en: Testamento del Cardenal Cervantes. Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras . Número 41. Sevilla, junio 1924, pp. 121-13.

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EL CONVENTO MERCEDARIO DE LA VERACRUZ Y DEL SEÑOR SAN JOSÉ. APROXIMACIÓN A SU HISTORIA

Antonio Contreras González SEO/BIRDLIFE

Mª Teresa Ruiz Barrera Licenciada en Historia del Arte Lora del Río en el siglo XVII era una ciudad próspera y a ella miraron las órdenes religiosas. En 1609 los Padres mercedarios recoletos fundaron un convento en Lora del Río. Aceptaron la antigua iglesia de la Veracruz y a esta advocación añadieron la del Señor San José, patrón de la reforma en todas las órdenes religiosas. Esta fundación hacía la decimocuarta casa en España y la octava en Andalucía, de los mercedarios que con el tiempo (1622) habrían de llamarse descalzos (1). La Reforma en la orden de Santa María de la Merced Redención de Cautivos cristianos, aunque era ansiada por no pocos frailes desde mediados del siglo XVI, prendió el 8 de mayo de 1603, siendo el pasado año su Cuarto Centenario. En esa fecha, en la capilla de Nuestra Señora de los Remedios del convento de Santa Bárbara de Madrid, se descalzaron los primeros frailes, es decir, que mudaron el hábito por uno también blanco pero de tela más burda y áspera (por lo tanto más pobre), a la vez que eligieron sandalias en lugar de zapatos (2). La reforma pronto tuvo adeptos no solo entre los frailes que se pasaban de la Observancia a la Recolec-

olección sino también entre la no bleza castellana y andaluza que se co nvirtieron en sus patronos. Los p rimeros fueron los Condes de Cast ellar pues la condesa viuda Dª Be atriz Ramírez de Mendoza, alien ta la creación de la Recolección, cede tierras, dote, caudal y todo lo necesario para que Fray Juan Bau tista del Santísimo Sacramento funde los primeros conventos reco letos de la Merced en sus tierras: la Almoraima en 1603 (hoy en Cád iz) y El Viso del Alcor (Sevilla, 1604) (3). n por la intercesión de la nobleza l ocal, devota y ansiosa de fundar co nventos en sus ciudades natales o de acogida, a la gloria de Dios y a la suya propia. Será D. Jeróni mo de Valencia el artífice de la funda c ión. e San Juan, de origen noble y natur al de Zamora, llegó a Lora del Río para encargarse de los asuntos de su tío, D. Francisco de Valencia qu e desempeñó el bailío de la villa entre los años 1596 y 1606. Pronto a lcanzó cargos tales como el de alg uacil mayor en noviembre de 1593 y regidor hasta marzo de 1596. Desde el 7 de abril del mismo año y hasta julio de 1606 ostenta el car go de gobernador y justicia mayor de Lora, cargo sólo superado en i

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mportancia por el del bailío. Despu és regresó al de regidor de la villa. Casó con Dª María de Liñán y Cerva ntes, de noble familia loreña (4), suponemos que antes de 1602, año e n que nace su primera hija, Dª Isab el de Valencia, según se deduce de su acta de profesión al ingresar en 16 17 en el convento de monjas merced arias descalzas (5). Vivían al final de la Roda de Enmedio, muy cerc a del actual convento femenino (6). arece ser que era su constante afán f undar un convento religioso masculin o que "doctrinase la juventud y ens eñase el camino de la salvación a un lugar de tanta vecindad" como Lor a del Río. En este deseo no era el único pero los caballeros diferían en la elección de la Orden. Así un os se inclinaban por los francisca nos y otros se decantaban por los desc alzos de Fuentes de Andalucía. En este grupo se hallaba D. Jerónimo (7). Suponemos que los franciscano s tendrían más adeptos pues del con vento cordobés de Palma del Río er an reclamados por Lora para las predicaciones y, por lo tanto, eran cono cidos (8). En cambio los descalz os de Fuentes no, hasta el punto q ue el propio cronista de la Merced De scalza, P. fray Pedro de San Cecilio, afirma que D. Jerónimo los creía c a r m e l i t a s

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(9). iscanos ya estaban establecidos en unas casas del barrio de Santa María , desde que en 1602 el Provincial diera patente de fundación a fray Diego de Boroa (10). Sin embargo, no tenían permiso del bailío pues s in su licencia escrita la fundación n o era segura. El grupo partidario d e los franciscanos al ver que los seguid ores de los descalzos seguían con su s pretensiones consiguieron del bail ío la licencia a 9 de noviembre de 1609 para fundar el convento de S an Antonio. Lozano Nieto cree que l a tardanza se debió entre otros mo tivos a que el anterior bailío fue D. Francisco de Valencia, tío de D. Jerón imo, supuestamente contrario a conceder la licencia a los frailes menores ( 11). os el relato de fray Pedro de San Ce cilio leemos que, enterado D. Jer ónimo de Valencia, y algunos amigos p artidarios de los descalzos, que el grupo pro-franciscano ya había ini ciado los trámites para lograr el ben eplácito del bailío, D. Álvaro Enr íquez de Guzmán, Conde Alba de List e, se decidió aligerar lo más posib le su pretendida fundación. D. Jer ónimo escribió el mismo día de Pasc ua de Navidad de 1609, tras salir de Misa mayor, al Doctor Andrés G amero Adalid (Vicario y Beneficiado de la villa de Fuentes) solicitando unos religiosos descalzos con pront itud, comprometiéndose a darles inmediatamente convento y hac ienda apropiada. La carta (copiada e n los Anales por el meticuloso San Cec ilio) la llevó a Fuentes el escribano p úblico y del cabildo de Lora, D. Pedro García de Miranda que partió e l día de San Esteban y llegó por la noche del mismo día a Fuentes ( 12). l contenido de la misiva al comen dador de Fuentes, fray Tomás de l a Concepción o de Villarreal. Reuni do el Consejo se acordó pedir licenc ia al Provincial a la par que se elegía n los frailes que irían a Lora. El mismo día salieron a la hora de víspera s los siguientes padres: el comen dador fray Gonzalo de San Vicente y fray Alonso de la Concepción, ll amado de Cárdenas o "el de los ante ojos" que, acompañados del escriban o llegaron a Lora de noche y en sec reto. Antes del alba "estaba ya fu ndado el convento con todos los requis itos, y autoridad necesarios, seg ún lo dispuesto por el Sagrado Con cilio de Trento". La licencia del Vi cario de la Orden de San Juan, si

ito en Alcolea, se consiguió también la noche del 27 de diciembre ( 13). ron posesión los mercedarios fue la de la Veracruz, con cofradía de di cha advocación y de gran devoción en el pueblo loreño. Se trataba de una pequeña ermita cercana a las ca sas de los señores principales (14). día 28 de diciembre de 1609, los d os mercedarios oficiaron la primer a misa del nuevo convento, ante las fa milias de los caballeros, los clérigos y, suponemos algún que otro h ermano de la cofradía de la Veracru z, sus partidarios en definitiva, felic es por haber logrado sus propósito s. Sin embargo, el secreto ya no lo er a y un clérigo interrumpió la misa d udando de la legalidad de la fundació n. Evidentemente este clérigo (probablemente de la familia Quintanil la que apoyaba a los franciscanos) co rrería a avisarles. Entonces, en unas casas cercanas al Ayuntamiento, fu ndaron el convento de San Antonio

(18). lgunos nobles de la villa y sus prefer encias por una u otra orden religio sa, la pregunta es, ¿por qué estas luchas entre partidarios de distint os conventos? Dejemos bien claro qu e bajo estas divisiones de orden rel igiosa subyacía la rivalidad por el poder político y económico de Lora de l Río, entre los loreños por nacimi ento y los loreños por adopción, es decir los que nacidos en otras zo nas se afincaron alejados a veces de los antiguos núcleos de poder

cómo los acogió en realidad el pueblo de Lora? ¿Cuáles fueron las relaciones con la villa? Suponemos que el clima de acogida fue bueno, pues de este buen entendimiento nos habla el hecho de que la villa de Lora era la que sostenía, en parte, los conventos de las órdenes mendicantes que en su término municipal se establecieron, y además, en 1617 se sumó un cenobio femenino sujeto a la reforma de la Merced. Prueba de este buen entendimiento y acogida a ambas comunidades es el hecho de que tanto franciscanos como mercedarios fueron invitados a colaborar en el culto de la Virgen de Setefilla, en fecha tan temprana como noviembre de 1613, es decir a poco más de cuatro años desde la fundación de ambos conventos masculinos (20). Otro escollo a salvar fue la muerte de Sor María de la Antigua, una ex-donada clarisa durante gran parte de su vida pero que deseosa de profesar como religiosa de velo negro ingresó en el recién creado convento descalzo femenino de la Purísima Concepción en el 29 de junio de 1617. Enfermó gravemente y falleció el 22 de septiembre del mismo año tras su profesión in extremis. Los sucesos ocurridos a raíz de su muerte y el litigio por el cuerpo de la religiosa afamada escritora- provocaron nuevamente el descontento de clérigos y franciscanos hacia la Merced Descalza y conmocionaron a toda Lora del Río (21).

(19). taban a favor de unos o de otros, ¿có

La construcción del convento poco tardó en comenzar. Se inició

(15). lio en que "Vióse entonces lo que pocas veces se ha visto, fundarse d os conventos en un mismo lugar e n poco más de tres horas de distanc ia; el nuestro a las cinco de la madrugada, y el de S. Francisco a po co más de las ocho del día (16). rieron ciertas penalidades durante algún tiempo, el entonces Regidor de Lora, D. Diego Marmolejo, les ayudó. Mientras tanto el Comendad or fue a Sevilla a visitar y departir con el Provincial, fray Hernando de R ibera, quien tras el enojo por tal fun dación descalza otorgó el 7 de enero d e 1610 la licencia (17). Dos días más tarde se logró el permiso del Bailio

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segundo comendador P. Fray Francisco de la Cruz o de Herrán, elegido en el capítulo provincial celebrado el 8 de mayo de 1610. Compró casi todas las casas cercanas a la ermita, junto a la iglesia, entre la calle del Bailío y la que luego se llamaría de la Merced . Lozano Nieto apunta que probablemente serían todas menos el almacén de vino para los diezmos del bailío. Los costes los asumieron D. Jerónimo de Valencia y su esposa, Dª María Liñán, así como la mejor y mayor parte de la Iglesia, sus ricos ornamentos, cuartos y claustros (22). Seis años después, se eligió otro comendador, el P. Predicador fray Juan de San Ramón para el trienio 1616-1619 (23). Él comenzó a labrar la iglesia y la dejó casi en alberca (24). En conclusión, en 1610 se inician las obras del convento y entre 1616 y 1619 la iglesia está bastante adelantada pero las obras de ambos edificios se dilataron largo tiempo. Debieron acabarse hacia el año de 1669 bajo el gobierno del comendador fr. Manuel de la Madre de Dios. El altar principal se adornó con una "bellisima imagen de bulto de nuestra Señora de la Merced" (25). De la arquitectura del convento nada más sabemos que lo ya expuesto pero, por los informes que hablan de sus ruinas, debió ser sólido, espacioso y de buena fábrica. ¿Cómo era el templo mercedario? Un escueto inventario hallado en el archivo arzobispal de Sevilla nos la describe como sigue: "Está situada también casi en el centro de la población un poco de lado; consta de tres naves separadas por columnas de mármol blanco; es de orden greco-romano, a la derecha tiene la sacristía, un patio muy pequeño y varias habitaciones, altas y bajas con puerta a la calle para uso de la capilla. La Iglesia sólo tiene una puerta al servicio

puerta al servicio público bajo el coro con un buen cancel de pino y cedro tallado, pila de agua bendita de mármol negro, púlpito de hierro y baranda de hierro en el coro alto tiene nueve altares, el mayor dedicado a Ntra. Sra. de las Mercedes es dorado con profusión de adornos y las imágenes de San José, San Pedro Nolasco, San Ramón Nonnato y Santa// María del Socorro; al lado del Evangelio altar dedicado al Cristo de la Vera-Cruz con las imágenes de San Juan y la Magdalena. En la misma nave altar de San Blas, San Roque y San Cayetano éste último de lienzo de regular mérito y la nave de la Epístola altar con Ntra. Sra. de los Dolores ésta con corona y ...... de plata dorada en poder de Doña Concepción Naranjo y las imágenes de San Antonio y San Benito otro altar con la imagen de Ntra. Sra. de los Esclavos con corona y ráfagas de plata en poder de Doña Setefilla Almansa otro idem con Jesús Crucificado en lienzo otro con el misterio de los .... // (26). De estas imágenes, conocemos que San Blas fue concertada entre el comendador P. fray Juan de San Ramón y el escultor Francisco de Villegas, a 28 de enero de 1614. Debía ser una, "talla entera de San Blas vestido de obispo con su roquete y mitra y capa y báculo y un niño a los pies del dicho santo el cual... ha de ser de dos varas en alto sin mitra ni peana y el niño ha de ser de la estatura respectiva que fuere el dicho santo que lo ha de estar bendiciendo y también le tengo de dar para el dicho santo su peana... el cual ha de ser todo de madera de cedro y se lo entregaré en esta ciudad...dentro de ocho meses" (27). La comunidad mercedaria pronto ascendió en el número de miembros aunque creemos que nunca pasó de la treintena. A poco de su fundación eran veinticuatro frailes y fue designado por la orden para enseñar Artes a los jóvenes profesos antes de iniciar Teología (28). Poco más de un siglo después, en 1718, eran veintiocho, mientras que en 1779 eran veintidós profesos, un lego y un novicio (29). La orden de Carlos IV de 1793 obligó a que el Vicario general o superior de la descalcez, resolviera que sólo se aceptara un novicio por cada cuatro profesos. La comunidad loreña descendió a dieciséis miembros mientras su renta

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ra de 38.102 reales (30). El convento de la Veracruz no fue excesivamente rico pero estamos en condiciones de comentar enumerar algunas de sus propiedades en el siglo XVIII. En la propia villa de Lora del Río, en 1763, poseía diez casas, casi treinta aranzadas de olivares, haciendas, huertas, cortijos (31). Precisamente una de las haciendas loreñas fue heredada por los frailes junto con las mercedarias descalzas y la cofradía de las Benditas Ánimas, según los deseos de Dª Mª Manuela de Valencia, esposa de D. José Dávila Ponce (de León). En ella existía un molino, donde se molía toda la cosecha de olivar del término ( está al ruedo de esta dicha villa a la salida de la calle que llaman de la Roda de arriba ), además contaban con un pinar en el Sitio que llaman del Gato (camino de Setefilla), y otra finca era de viña y estaba en el sitio de la Loma (32). el lagar y que llaman de Algarín pertenecientes a dicho caudal que quedó por fin y muerte de Dª Mª Manuela (33). En Constantina, los padres poseían una casa con su gravamen y un censo (34). En el catastro de Ensenada, los mercedarios poseían diez casas diseminadas por el pueblo así como unos veinte olivares también dispersos por el término, un cortijo por el lado de Palma y algunas tierras más, además de numerosas fincas por ser heredero de Dª María de Valencia (35). Las grandes calamidades parecen que vienen con el siglo XIX. Y no sólo les afectaron las que podríamos llamar generales al pueblo, caso de las epidemias.... sino que dentro de la orden, la Merced Descalza atravesó uno de sus peores momentos históricos: una grave crisis interna (de la que nos habla el P. Cano Manrique. Historiador de la Merced Descalza), tras el capítulo provincial de Andalucía celebrado el 11 de mayo de 1805 en Écija. Las numerosas protestas y quejas de los frailes referentes a que los superiores se perpetuaban en los cargos, que a veces no eran los más idóneos para ellos y que los estudios se descuidaban, llegaron a oídos del cardenal de Sevilla y arzobispo de Toledo, D. Luis de Borbón quien intervino desde el 6 de Junio de 1803 (36). A continuación la primera supre-

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la aplicación del Decreto que firmó José Napoleón I a 18 de junio de 1809, por el cual se suprimían los conventos regulares en la zona gobernada por Francia. En un plazo de quince días debían ser abandonarlos, los frailes vestir como los seculares clericales y volver a sus pueblos de origen (37). El primer cabildo que el ayuntamiento loreño celebra bajo el mandato francés se fecha a 6 de marzo de 1810. El convento que nos ocupa debió ser suprimido antes del 26 de abril (38). Ignoramos el número de miembros que formaban la comunidad en ese tiempo, pero el P. Lozano Nieto nos revela que fray Francisco de Saavedra (exclaustrado), permaneció en Lora del Río sirviendo como capellán y confesor de las monjas (39). Probablemente fuera el mismo fray Francisco Saavedra de los Dolores que en junio de 1832 actuó como delegado del Vicario General P. fray Juan Mª Catalán del Señor San José en la visita al convento femenino descalzo de Lora del Río (40). Meses más tarde, concretamente el 16 de junio de 1810, el cabildo solicita abrir los antiguos conventos para el culto de la población. Aduce que siendo su vecindario de más de 1000 individuos no hay mas que la Parroquial bastante y estrecha en su extensión pues con arreglo a las Reales Decretos de Supresión de Conventos se halla cerradas los dos que de Nuestro Seráfico P. San Francisco y Nuestra Señora de las Mercedes había en esta haciendo exemplares en algunos pueblos, inmediatos de esta, abiertos dichos conventos solo para decir misa en ellos (41). El edificio conventual sería devuelto probablemente por el Decreto Real de 1813 (42). La situación con que se encontró la comunidad al retornar a sus muros conventuales no debió ser satisfactoria, al igual que en la mayoría de los conventos, pero los comendadores apenas reconocieron los numerosos desperfectos y suplieron sus necesidades con la venta de algunos bienes inmuebles (43). Pensamos que también se recuperarían algunas propiedades pues, entre 1813 y 1814, la comunidad fue de diecisiete frailes y la renta ascendía a 26.350 reales (44). Poco a poco los lamentables sucesos bélicos se dejaron atrás y la vida en comunidad recuperó su quietud. Estos años de paz quedaron

truncados cuando las Cortes españolas de tendencia liberal-radical, legislan la supresión de conventos y Fernando VII firma el decreto el 25 de octubre de 1620, por el cual se suprimían todos los conventos que tuvieran un número inferior a doce profesos(45). Entre los descalzos de la Merced, estuvieron los de Morón de la Frontera, El Viso del Alcor, Écija, Osuna y Lora del Río (46). Pero como siempre ocurre, entre la publicación de la ley y su cumplimiento, pasaron varios meses, pues en el caso concreto de Lora del Río, conocemos un documento fechado a 6 de febrero de 1621 (que mencionamos pues su curioso asunto bien lo merece) y que testifica la existencia del convento. El presbítero D. Juan Vázquez es destinado a la villa y puesto bajo la custodia y vigilancia del comendador mercedario entonces Presidente, P. fray José del Santísimo Sacramento, en su convento, por orden del juez de Sevilla, Francisco Belloc (47). Los frailes fueron exclaustrados pues tenían siete profesos y así permanecieron todo el trienio liberal regresando en 1823 (48), hasta la llamada desamortización de Mendizábal. El 3 de agosto de 1835 el cabildo acuerda pedir al Bailío, al comendador mercedario y al guardián franciscano una relación de sus bienes. Asimismo el superior de la Veracruz debía expresar los bienes de las Religiosas (49). A partir de aquí podemos hilvanar varias noticias procedentes de diversos documentos siendo conscientes de las lagunas que tienen y que deseamos algún día puedan cubrirse y completar su panorama histórico.

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o. En comparación a las propiedades que poseyeron otros conventos mercedarios descalzos de la provincia de Sevilla, las del loreño ascendían a un total de 308,8 has., sólo superadas por las de Osuna con 344 has., y por encima de las restantes de Morón de la Frontera con 64,7 has., El Viso del Alcor con 45,5 has y las de un desconocido convento en Brenes, que poseía 40,3 has. (50). Según Lazo Díaz el convento de la Veracruz poseía 74,8 has. de tierra, 232,8 has. de regadío y 1,2 has,. sin cultivar, que se vendieron entre 1839 y 1841 (51). No debemos asombrarnos del tiempo transcurrido desde la implantación de la ley de 1835 hasta la venta de estos bienes pues en Sevilla la desamortización no entró en vigor hasta marzo de 1837 (52). La desamortización de 1835 exclaustró a seis religiosos. Sólo uno, D. José Mª Orioles, quedó en Lora del Río (53). El edificio conventual quedó pronto ocupado por habitantes de la villa y así en el mismo año de 1835 era ya casa de vecinos. Tres años más tarde se constata que una parte está en ruinas, pero siguieron las casas hasta 1842 (54). Los mercedarios retornan durante la década de los años 60 y 70 del siglo XIX, con una comunidad probablemente integrada sólo por el comendador (P. fray José Mª Domínguez de la Asunción) y dos hermanos. Como superior era el vicario de las monjas y firma en enero de 1860 un acta de profesión de una religiosa de la Limpia Concepción así como en otras actas de profesión

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7 de febrero de 1867. Probablemente el cargo lo ocupara hasta principios de noviembre de 1871, fecha en que fray José Mª renuncia al cargo oficial de capellán de las monjas que le propone el vicario y juez eclesiástico D. Manuel Cabezas y Medina (55). A pesar de este efímero retorno la decadencia del antaño edificio religioso continúa y el tiempo acentúa su paulatina destrucción. Así la consulta del archivo municipal loreño nos lega un oficio por el cual el secretario municipal D. José Caro Meléndez certifica que en la sesión celebrada el día 7 de marzo de 1868, el Regidor Sindico D. Justo González dijo que en el ex-convento vivían personas y que sus vidas estaban en peligro debido a las malas condiciones del edificio. Los peritos públicos lo

visitan el día 28 de marzo y comprueban el estado ruinoso por las grietas de los muros y las bóvedas. En esto concuerda la Comisión de Ornato público y ambos informes se comunican al Gobernador civil en fecha 31 de marzo de 1868 (56). Ante este informe, sólo podemos hacer elucubraciones con más o menos acierto. ¿Vivían los frailes en el convento? o acaso, ¿al volver a Lora del Río, ser pocos y hallar el convento ocupado, decidieron vivir en otro sitio? ¿se instalaron en el convento pero tan solo en una parte? Actualmente nada podemos asegurar. En fecha de 7 de febrero de 1876, parte del edificio conventual pasa a nuevos dueños, pues D. José Caro (propietario de las dos terceras partes) y D. Manuel Ortiz, suponemos que dueño de la otra tercera parte, venden sus terrenos a dos vecinos de Lora, D. Ignacio López Antero y D. Juan de Guerra y Medina, respectivamente (57). Desconocemos si los señores mencionados como primeros propietarios fueron los compradores directos tras la desamortiza-

zación. Diez años más tarde todavía estaba en pie aunque en estado ruinoso. Respecto al templo, continuó abierto al culto pues en 1843 se usa para tal fin y así el archivo municipal conserva un Presupuesto ordinario del culto parroquial de esta Villa formado por la comisión nombrada por el Ayuntamiento para el correspondiente año de mil ochocientas cuarenta y tres en el cual a 24 de febrero se costearon (por seis reales), asistencia a las seis misas en los primeros días festivos del corriente año que se dijeron en la Iglesia la del suprimido convento de la Merced (58). Su uso religioso se mantiene esporádicamente hasta principios del pasado siglo XX (59). Debemos suponer que en su interior quedara, al menos, lo indispensable para oficiar la Eucaristía. De todos es conocido el hecho de que el retablo mayor se trasladó a la parroquial de Santa María de la Asunción (60), templo destinatario también de otros objetos menos voluminosos pero no por ello menos interesantes. Algunos se hallan mencionados en un Inventario formado por el Ayuntamiento Constitucional de esta villa en unión del Sr. Prior de la Santa Iglesia (rota) Alhajas de Oro i Plata, Vestuarios, i otros Utiles correspondientes á dicha iglesia Conventos i hermandades suprimidas de la misma. Año de 1842 . Lo transcribimos en grafía moderna: q 2 Dos Vasos sobre Dorados con Patena y Cuchara de la Merced. q Una Incensario y una Naveta todo de Plata, de dicho. q Una Custodia de Plata con su viril de dicho Convento. q Dos Copones de Plata de dicho dicho. q Un Vaso de Plata, para Santo, Óleo, de dicho dicho. q Una Tachuela para los Copones, de dicho dicho. q Un Copón de Plata del Convento de San Francisco. q Una Tachuela de Plata del dicho convento. q Un Vaso de Plata, para Santo, Óleo , de dicho dicho. q Un Terno Blanco con Ramos de colores y Galón Dorado, completo, y del Convento de la Merced. q Un Terno Blanco Rameado y compuesto solo de Casulla, Dalmáticas y en el Tondo un Cuadro Morado, de dicho dicho. q Un Terno de Grandes Florones

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rones en Tondo Blanco y Galón de seda amarillo, con dos Atrileras, de dicho dicho. q Un Palio de Florones con Fondo Blanco, y las Caidas de media tela del dicho dicho Convento. q Una Muceta de Chamberlán adamascado Encarnando de dicho Convento, y que debió empezar su uso con el Convento. q Un Terno Negro completo en el Centro un Cuadro amarillo dos Capas iguales y de dicho dicho. 1 Un Terno Encarnado, de Florones completo y del dicho Convento Tres Casullas Encarnadas, Dos de ellas con Galón Dorado y la Otra de dicho Plateado, del referido Convento. q Una capa Verde Damasco de dicho dicho. q Un terno Morado descoloradísimo de dicho dicho. q Tres Albas Viejas, Dos Epistolarios, Tres misales inútiles, Dos cajones con Tacas, Ocho Nichos Chicos y Una Atrilera de Pino todo del Convento de la Merced. q Una lamina de la Asunción y Unos moldes para hacer Hostias del Convento de N. P. San Francisco (61). Salvando unos pocos originarios del convento de San Francisco, la mayoría eran de la Merced. De las imágenes del retablo mayor, en cambio, nada sabemos pues las originales no se hallan en el actual retablo. Los datos que sobre la triste decadencia de la iglesia aportamos se completan con los que Luis Javier Cava Cepeda manejó y publicó hace años. En 1904 D. Ángel Carmona Fernández, dice que hay peligro de desprendimiento de parte del campanario porque se halla 18 cms. desplazado sobre la calle y caían trozos del muro. El cabildo pide al arzobispo demoler la parte del convento que aún existía y el templo pero se le denegó el permiso. Años más tarde, en 1909, lo que queda del convento se destruye para construir en su lugar el Mercado de Abastos (62). Su arquitecto fue Aníbal González y las obras las ejecuta la Sociedad Mercado de Abastos entre marzo y agosto de 1910 (63). Por su parte, la iglesia se sostenía en pie y al culto hasta 1910. La descripción que de ella nos lega José Montoto es la siguiente: Era una iglesia muy capaz con tres naves, muy buenos altares y bellas

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y bellas imágenes (64). A principios de 1911 el ayuntamiento pide a Aníbal González un informe sobre su ruina (65).A pesar de todo, el edificio eclesiástico permaneció en pie, hasta el 12 de mayo de 1931, en que fue asaltado por la CNT (66). Los profesores José Hernández Díaz y Heliodoro Sancho Corbacho en su conocida obra Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de Sevilla, editado en la ciudad en 1937, no lo mencionan. El embargo definitivo llegará el 8 de febrero de 1934, por falta de pago del arbitrio establecido sobre fachadas en mal estado . Se debía llevar a cabo si en tres días el párroco D. Jerónimo Arias no presentaba títulos de propiedad. Se dice que no hay bienes muebles ni semovientes . En ese momento ocupaba 512 m2, lindando por la derecha de su entrada con la plaza de Alcalá Zamora, antes plaza de Abastos, por la izquierda la Plaza de la Merced, y por la espalda con la calle Bailio antes General La Barrera . Se recalca que no se aprovecha actualmente. Dado que el edificio tiene líquido imponible de 1872, 41 ptas. que al 40 x 4 % resultan 46.800 ptas., es decir un elevado valor se consideraba el edificio invendible. Otro documento adjunto hace saber que dicho valor proviene de que antes ocupaba también el mercado (870 m2) y la plaza de Alcalá Zamora (de unos 1000 m2), por lo que la tasación era sobre los 2383 m2 originarios del convento, y debía realizarse otra nueva, acorde con la actual extensión. El resultado,10.059 ptas. Se prepara la subasta el 14 de febrero de 1934 (67). Sin embargo no debió llevarse a cabo pues se archivaron nuevas peticiones de reparar partes del edificio que amenazaba la vida de los transeúntes por sus cercanías.... Así el Sr. Pérez Ramos denunció peligro en la capilla de la plaza de Alcalá Zamora, pidiendo al ayuntamiento su arreglo a 29 de julio de 1835. El alcalde solicitó dos días más tarde el informe del perito D. Manuel Ferranz: Por el aspecto de sus muros debió ser de sólida construcción, pero sin duda el mucho tiempo que ha permanecido cerrado, sin culto, y el desprecio que a los primeros síntomas de ruina han observado aquellos que tenían a su cargo su conservación ha podido dar lugar el que hoy día podamos declarar

mos declarar sino en total, en ruinas parcial, ofreciendo peligro el tránsito . Pero gran parte del alero se halla desprendido, la armadura hundida y con huecos y los paramentos de la fachada y sus interiores casi destruidos, pues caídos los enlucidos, el tiempo va atacando los antiguos tapiales (...) Grietas en muros. Solo acopia basuras y estorbo al tránsito . Lo firma a 16 de agosto de 1935. Visto este informe, diez días más tarde se ordena a los dueños que retiren inmediatamente los aleros del tejado o los aseguren. Por ello se avisa al párroco D. Jerónimo Arias pero la respuesta del cardenal Segura es que si el ayuntamiento desea adquirirlo (como antes había propuesto) el precio es de 19.122 ptas. El párroco alega no poder retirar el alero por falta de dinero. Según acuerdo del concejo loreño a 15 de septiembre de 1935, el ayuntamiento retirará los peligrosos materiales y los retendrá como garantía de que la Iglesia pague los gastos que conlleve la retirada. El cura párroco con permiso del cardenal entrega las llaves al alcalde para dicho arreglo en 1 de abril de 1936, en cumplimiento de los decretos de la alcaldía de 10 de septiembre del año anterior y del 28 de marzo de 1936 (68). A mediados de los años cincuenta se logra demolerlo y en su lugar se abre la Plaza Nueva, hoy Plaza de Andalucía (69). Tal vez sea poco conocido que durante la década de los años cuarenta hubo dos ocasiones en que los mercedarios trataron de instalarse nuevamente en Lora del Río, pero ninguna llegó a buen término. El archivo municipal nos muestra la primera: un documento firmado a 2 de abril de 1941, en el que Dª Higinia Fernández Naranjo se decía dispuesta a ceder gratis el antiguo local de las escuelas del Ave María. Era un edificio con jardines (con abundante agua, un pozo aljibe y una alberca), emplazados en el exconvento franciscano y que se extendía por una superficie de 4.991 m2. Existían una capilla o Altar antiguo de la institución del Ave María, un gran corral de aves, la cocina y Comedores de Auxilio Social, la vivienda del guarda del recinto, aseos, y otras dependencias. En caso de ser aceptado lo registraría a nombre de los mercedarios, aportando también

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dinero de las Escuelas del Ave María (40.000 ptas. en títulos de Deuda Inferior Perpetua al 4%). La única condición que imponía era el nombre del futuro establecimiento de enseñanza para niños pobres, Fundación San Martín en honor de su hermano. La junta formada por el cura Párroco y otras autoridades estimó que podría albergar la escuela a unos 300 niños pobres y unos 100 que pueden pagar matrícula (70). Ignoramos por qué no llegó a buen fin. La segunda posibilidad ocurrió entre los años 1943 y 1944, cuando El P. Emilio Ferrero inicia conversaciones para encargarse del Santuario de Nuestra Señora de Setefilla y casi parecía decidido pues en 2 de junio de 1944 el Administrador Apostólico de Zamora concede la licencia necesaria para aceptar una finca de 77 has. de tierra, con el fin de vivir en ella la comunidad encargada del culto de la Patrona. Las posteriores dificultades determinan el abandono de la pretendida fundación (71). Posteriormente sobre las antiguas Escuelas del Ave María se construyeron diversos edificios de uso público y benéfico y educativo. Destacamos la residencia de ancianos y colegio Nuestra Señora de la Merced, regida por las Hermanas Mercedarias de la Caridad, congregación fundada por el P. Juan Nepomuceno Zegrí, en 1878 (72), beatificado el 9 de noviembre del año 2003 por el Santo Padre Juan Pablo II en Roma. Llegaron a Lora del Río en 1884, a unas casas aledañas al Hospital de la Caridad o de Santa Catalina (fundado en 1460 por D. Alonso Fernández del Arco) donadas por D. Miguel Montalvo y Coronel (73). En la se-

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a segunda casa, fundada el 20 de abril de 1978, se atiende una residencia de ancianos. Ambas casas se intercomunican. Sirvan estas líneas como reconocimiento a la historia mercedaria de Lora del Río, sobre todo a la unión con los Padres de la Merced Descalza que, desde 1609 hasta 1871 (y salvando los años en que fueron exclaustrados), permanecieron unidos a la antigua villa durante doscientos treinta años. Una estancia nada despreciable. Ojalá los años venideros desvelen datos que hagan su historia más clara y mejor documentada. Asimismo hay que recordar a las entrañables Madres Mercedarias, en su convento de la Limpia Concepción desde 1617 (desde 1950 son mercedarias calzadas); por último, a las Mercedarias de la Caridad en su colegio y residencia de ancianos, que desde las fechas anteriormente mencionadas, mantienen viva esta

NOTAS

(1) SAN CECILIO, PEDRO DE (O. M. D.). Anales del orden de descalzos de Nuestra Señora de la merced Redempcion de Cautivos Cristianos. (Barcelona, 1669), Madrid, 1985, Tomo II, (p. 789)

(2) Ibídem, T. I, (p. 342). CANO MANRIQUE, FRANCISCO (O. M. D.). La Supresión de la orden en Historia de la Orden de la Merced Descalza (s. XIX). Imprime Gráficas Arias Montano. Madrid, 1986, T. I, (pp. XVIII-XIX).

(15) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. p. 795-796). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (pp. 36-37 y 40-41). (16) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.). Op. cit., T. II, (p. 796.) (17) Ibídem, T. II, (p. 800). (18) Ibídem T. II, (p. 798). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 45). (19) Ibídem, (p. 36)

(3) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.). Op. cit., T. I, (p. p. 265-288). BUESO RAMOS, INMACULADA PAULA Y JOAQUÍN BELLOSO GARRIDO. Historia de El Viso del Alcor. El Viso del Alcor, 1997, T. I, (pp. 251-252 y 301-305)

(20) LOZANO NIETO, J. M. Un pueblo andaluz... Op. cit., p. 86. LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., p. 222. Esta colaboración se mantendría hasta la exclaustración de 1835.

(4) SAN CECILIO, PEDRO DE (O. M. D.): Op. cit., T. II, (pp. 790 y 803804); LOZANO NIETO, JUAN MANUEL. Un pueblo andaluz y su Virgen. Barcelona: Editorial Claret, 1986 (p. p. 68). LOZANO NIETO, JUAN MANUEL. Una joya histórica andaluza: El convento loreño de la Limpia Concepción. Madrid: Edita Publicaciones Claret, 1992 (p. 79)

(9) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. 789).

(21) Para el conocimiento de la vida y obra de Sor María de la Antigua, pueden consultarse SAN AGUSTÍN, ANDRÉS DE (O. M. D.): Vida, exemplar, admirables virtudes, y muerte prodigiosa de la V. Madre, e iluminada virgen Soror María de la Antigua, donada que fue de el Convento de Santa Clara del Orden de San Francisco en la Villa de Marchena, y después Monja en el de las mercenarias Descalças, de la Villa de Lora, donde murió Con los Romances, y versos, que a diferentes intentos compuso con singular espíritu dicha V. Madre Dedicada a N. R. P. Fr. Francisco de San Estevan, dignissimo Vicario General de todos los Descalços de N. Señora de la Merced, Redempcion de Cautivos. Escrita por Fra Andrés de San Agustín, Cronista general de toda la dicha Orden, Comendador que fue del Convento de la Ciudad de Cádiz, y al presente Rector del Colegio de la Villa de Rota, Cádiz, 1675. Algunas referencias dan LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. p. 110117), y otros autores, que pueden consultarse en RUIZ BARRERA, Mª Teresa La V. M. Mª de la Antigua, notas para su iconografía en V Curso de verano El Franciscanismo en Andalucía. Córdoba: Edita Caja Sur, 2002 (pp.159-178).

(10) LOZANO NIETO, J. M. Un pueblo andaluz...Op. cit., (p. 68). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 79)

(22) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (pp. 800-803). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 45).

(11) LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p.34)

(23) Ibídem, (p. 47).

(5) Ibídem, (p. 99) (6) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.). Op. cit., T. II, (p. p. 803-804). LOZANO NIETO, J. M.: Un pueblo andaluz.... Op. cit., (p. 81). Murió don Jerónimo el 21 de julio de 1639 y su esposa el 8 de noviembre de 1680. (7) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. 789). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 39) (8) LOZANO NIETO, J. M. Un pueblo andaluz...Op. cit., (p. 68). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... (p. 34)

(12) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. 790). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 39) (13) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. p. 791-792). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 40). (14) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. 794).

(24) BIBLIOTECA GENERAL UNIVERSIDAD SEVILLA. Sing. 330/139. SAN CECILIO, PEDRO DE (O. M. D.): Papeles varios, fls. 61recto.-61 vuelto. (25) SAN CECILIO, P. de (O. M. D.): Op. cit., T. II, (p. 797). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p. 47). (26) Archivo General del Arzobispado de Sevilla: Sección IV. Inventarios, Leg. 1426. (27) VV.AA.: Documentos varios. Labo-

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Sevilla, 1928, T. II, p. 175. Se tasó en 90 ducados. Firmaron como testigos el escultor Andrés de Ocampo y el pintor Blas Martín Silvestre. (28) LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza.... Op. cit., (p. 47). También el franciscano en 1719 era colegio de Artes para sus novicios, (p. 221). (29) LOZANO NIETO, J. M.: Un pueblo andaluz... Op. cit., (p.p. 95-96). LOZANO NIETO, J. M.: Una joya histórica andaluza.... Op. cit., (p.208). (30) CANO MANRIQUE, F.(O. M. D.). "La Restauración de la Orden (1886-1915) en Historia de la Orden de la Merced Descalza (s. XIX). Madrid, Editorial ........1992, T. II, pp. 20 y 22. LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza...Op. cit., p. 247. (31) (I)NSTITUCIÓN (C)OLOMBINA. (A)RCHIVO (C)ATEDRAL DE (S)EVILLA. Biblioteca Capitular. Sección II. Mesa Capitular. Serie Subsidio y excusado. Libro 1174 (94) Pueblos que en los de este Arzobispado posehen fincas Comunidades eclesiásticas Regulares excluisos las de las ordenes de Santo Domingo y San Juan de Jerusalén, comprenhendiendose la villa de Estepa y las de su Vicaria, las que en las religiones de San Francisco gozan memorias y Dotaciones. 1763, fls. 529v-530v. (32) (A)RCHIVO (M)UNICIPAL (L)ORA DEL (R)ÍO. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), documento nº 66. Licencia de los Conventos de Religiosos y Religiosas mercenarios Descalzos de la Villa de Lora. y Mayordomo de la Cofradía de las Benditas Ánimas . 1753. (33) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), documento nº 66. Licencia de los Conventos de Religiosos y Religiosas mercenarios Descalzos de la Villa de Lora... , Ms. cit. (34) I.C.C.S. Biblioteca Capitular. Sección II. Mesa Capitular. Serie Subsidio y excusado. Libro 1174 (94) Pueblos que en los de este Arzobispado... Ms. cit., fl. 316v. (35) LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza...Op. cit., (p.278) (36) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.) "La Restauración de la Orden (1886-1915) en Op. cit., T. II, (pp. 52105). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p.271). (37) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.). "La Restauración de la Orden (1886-1915) en Op. cit., T. II, (pp.134 y 137). (38) A. M. L. R. Libro de Actas capitulares (1803-1810) nº 20. (39) Libro de Visitas 1780, fl. 81. LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza,.,,Op. cit., (p. 251).

(40) Ibídem, (p. 269). (41) A.M.L.R. Libro de Actas capitulares (1803-1810) nº 20. (42) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.). "La Restauración de la Orden (18861915) en Op. cit., T. II, (pp.171-172). (43) Ibídem, (p. 196). (44) Ibídem, (p. 172). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza...Op. cit., p. 271. (45) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.). "La Restauración de la Orden (18861915) en Op. cit., T. II, (pp. 280-281). LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza...Op. cit., p. 271. (46) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.). "La Restauración de la Orden (18861915) en Op. cit., T. II, (p. p. 280-281). (47) A. M. L. R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), nº 56. (48) CANO MANRIQUE, F. (O. M. D.) "La Restauración de la Orden (18861915) en Op. cit., T. II, (p. p.. 52-105). LOZANO NIETO, J. M. : Una joya histórica andaluza... Op. cit. ,p. 271. (49) A.M.L.R. Libro de Actas capitulares (1833-1835) nº 24. (50) LAZO DÍAZ, ALFONSO. La Desamortización de las tierras de la Iglesia en la Provincia de Sevilla (1835-1845). Sevilla, Edita: Diputación Provincial de Sevilla, Sevilla, 1970, (pp. 73-74). (51) Ibídem, (p. p. 73 y 95). (52) Ibídem., (pp. 118 y 120). (53) LOZANO NIETO, J. M. Una joya histórica andaluza... Op. cit., (p.278) (54) Ibídem (p. 279) (55) Ibídem., (p.p. 294-295). (56) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), documento nº37. (57) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), documento nº39. (58) Ibídem, documento nº 54. (59) CAVA CEPEDA, LUIS JAVIER. Evolución urbana de Lora del Río en el siglo XIX y principios del Siglo XX en Revista Estudios Locales. Lora del Río, mayo 1991, nº2 (p. 31). (60) CAVA CEPEDA, LUIS JAVIER Y FERNANDO QUILÉS GARCÍA. Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río. Lora del Río: Editan Agrupación Cultural Amigos de Lora y Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Lora del Río, 1989 (pp. 86-87).

(62) CAVA CEPEDA, Luis Javier Evolución urbana de Lora del Río en el siglo XIX y principios del Siglo XX en Revista Estudios Locales, nº 2, Lora del Río, mayo 199, p. 31. (63) Ibídem, p. 32. (64) MONTOTO, José: Tradiciones de Lora y Setefilla. Sevilla, 1975, pp. 157. (65) CAVA CEPEDA, L. J. Evolución urbana de Lora del Río en el siglo XIX y principios del Siglo XX en Op. cit., p. 32. (66) CANO MANRIQUE, F,. (O. M. D.) De la persecución a la autonomía jurídica plena (1917-1955) en Historia de la Orden de la Merced Descalza, Madrid: Edita la Orden de la Merced Descalza, 2000, T. III, p. 130. (67) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954) Documento nº 36. Ayuntamiento de Lora del Río. Expediente de embargo del convento de la Merced por falta de pago del arbitrio sobre la fachada en mal estado . (68) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954) Documento nº35. 1941. Municipio de Lora del Río. Provincia de Sevilla. MEMORIA DE LAS EXISTENCIAS Y AYUDAS PARA LA FORMACIÓN DE LA ORDEN RELIGIOSA DE RR. PP. MERCEDARIOS EN LAS ANTIGUAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA DE ESTA POBLACIÓN . 1941. (69) CAVA CEPEDA, L. J. Evolución urbana de Lora del Río en el siglo XIX y principios del Siglo XX en Op. cit., p. 31. (70) A.M.L.R.. Sección Varios. Iglesia. Libro 907 (1564-1954), nº 35. (71) CANO MANRIQUE, F,. (O. M. D.) De la persecución a la autonomía jurídica plena (1917-1955) en Historia de la Orden de la Merced Descalza... Op. cit., T. III, p. 437-438. (72) AMUNDARAIN, Antonio: Vida, Espíritu y Hechos de la Congregación Religiosa H. H. Mercedarias de la Caridad. Vitoria, 1953. pp. 15 y 17. Por conversaciones con una Hermana supimos que el padre fundador cuand opredicó en Alcalá la Real, conoció la imagen de su patrona la Virgen de la Merced y desde entonces la veneró de manera especial. (73) CAVA CEPEDA, L. J. y F. QUILES GARCÍA: Historia de las Her-

(61) A.M.L.R. Sección Varios. Iglesia.

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VENTAS DE CARGOS MUNICIPALES Y POLÍTICA DE INCORPORACIÓN EN UN SEÑORÍO DE LA ORDEN DE SAN JUAN: EL CASO DE LA VILLA DE LORA (SIGLOS XVII-XVIII) Las ventas de cargos, casi siempre municipales, eran uno más entre los muchos recursos irregulares a que acudió el Estado de los Austrias para obtener los ingresos necesarios para su política internacional imperialista. Como resultado, aparecerá una burocracia a nivel local monopolizada en la práctica por los nobles, los más ricos, quienes también tenían derecho a la mitad de los oficios municipales. Además de cargos, se vendían entonces mercedes y gracias de todo tipo y la aristocracia, que había adquirido señoríos en virtud de la llamada posesión inmemorial o por concesión real o compra, continuó en la misma dinámica, asumiendo más jurisdicción real con las enajenaciones de señoríos realizadas por los primeros Austrias y especialmente por Felipe IV, que los vendió a una escala mucho mayor. Las ventas de cargos y la jurisdicción señorial sobre ciudades y aldeas eran a la larga perjuicio para la Corona, que perdía ingresos de impuestos importantes, derechos, rentas, propiedades, oficios y conocimiento de muchos procesos.

José González Carballo Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla

No obstante, a la vez que los Austrias enajenaban cargos y jurisdicciones, también trataban de recuperarlos, bien por decreto, bien por lo común litigando. Con todo, esta Política de Incorporación no se emprendería seriamente hasta el siglo XVIII coincidiendo con la llegada de los Borbones. Bajo el título "Ventas de cargos municipales y política de Incorporación en un señorío de la Orden de San Juan: el caso de la villa de Lora (siglos XVII-XVIII)", el presente artículo tiene por objeto el estudio a nivel local de dichos aspectos (1), concreción histórica gran parte de ella realizada al hilo de la documentación que sobre ello se conserva en Madrid en el Archivo Histórico Nacional y en el Archivo General del Palacio Real, consulta que hemos completado utilizando otros fondos documentales. I. VENTA DE CARGOS MUNICIPALES La venta de oficios puede entenderse como una nueva forma de contribución indirecta en la que el candidato pagaba a la Corona una tasa por el cargo que había obtenido, esperando recabar prestigio o ganan-

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cias al ejercerlo. Ya bajo Carlos V, se venía vendiendo en España cierto tipo de oficios, pero fue Felipe II, en dificultades económicas desde su llegada al trono, el que fomentó la venta de muchos cargos públicos, incluso creándolos o acrecentándolos con la intención de venderlos después, recurso que sus sucesores todavía habían de explotar más a fondo (Lynch, 1975). En Lora, con el fin de conseguir dinero, una medida de urgencia de la Real Hacienda había sido la venta de sus alcabalas a don Enrique de Guzmán, conde de Olivares, el 12 de junio de 1573 (2), con efectos desde el año 1582 (3), pero ésto no fue nada, comparado con lo que supuso la venta de oficios durante el reinado de Felipe IV. Para entonces el gobierno interno de la Villa en sus diversos ámbitos recaía en un grupo de personas que formaban el Concejo, Justicia y Regimiento, cuerpo en cuyo seno se advertía una clara jerarquización de funciones y cometidos. Estos funcionarios eran los siguientes: dos alcaldes ordinarios, encargados de la administración de la justicia en primera instancia; el mayordomo, responsable de la administración de

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Ventas de cargos municipales y política de incorporación en un señorío de la Orden de San Juan: el caso de la villad de Lora (siglos XVII-XVIII)

los bienes de propios, rentas y tierras del Concejo; el procurador, encargado de velar por los derechos y el bien común general de la Villa; el alguacil, cuya misión era ejecutar las sentencias judiciales; y ocho regidores perpetuos, es decir, propietarios del oficio, con voz y voto, pero sin ningún cargo específico. Al frente de todos ellos se hallaba el gobernador, funcionario señorial representante de la Orden, dotado de una amplia gama de poderes judiciales y ejecutivos, que presidía los cabildos o reuniones de los miembros del Concejo y fiscalizaba la política interna del Municipio (Sanchís, 1984). Por encima, finalmente, estaba el Bailío, usufructuario del señorío, que ejercía el dominio útil, en nombre de la Orden (González, 2002). El procurador o síndico personero del pueblo era nombrado por el señor según una propuesta doble de nombres elegidas anualmente por veinte vecinos, nombrados por el Concejo el día de San Juan para que, reunidos en la capilla de Ruy Pérez de Cazalla de la iglesia mayor el día de fiesta o domingo siguiente, señalasen dicha propuesta de entre ellos mismos (González, 1987). Esta prerrogativa del titular del señorío cesó el 17 de febrero de 1638 con la venta del oficio por la Corona (4). En efecto, dicho día se vendía a Francisco de Valencia y Cabrera, por cierta cantidad de ducados, el oficio de procurador síndico general de Lora, por juro de heredad y con la facultad de nombrar un teniente o sustituto, lo que sería confirmado por real cédula el 5 de mayo de 1714 (5). La venta venía a desvirtuar el primitivo cometido de este cargo, una especie de defensor de la Villa que en muchas ocasiones había significado una limitación a los abusos e irregularidades que se cometían contra el Común, y acababa también con una de las instituciones más democráticas del pueblo. Desde el último cuarto del siglo XVIII, el oficio perteneció a la cofradía de Ánimas del Purgatorio (6). Por real cédula de 1 de junio de 1638, los regidores Andrés de Liñán Cabrera, Bartolomé Carballo, el Lcdo. Manuel Cermeño, Francisco López de la Carrera, el Lcdo. Sebastián Bravo Murillo y Francisco Murillo, agregaron a sus oficios el cargo de fiel ejecutor, con autorización de poder nombrar un teniente y llevar

y llevar vara alta de justicia, previo servicio de 600 ducados que pagaron por esta merced conjunta, ejercida según acuerdo entre los titulares de las regidurías con la calidad de fiel ejecutor (7). Asimismo, por otra real provisión de Felipe IV, el 3 de agosto de 1638, por 500 ducados se hacía merced a Juan Fernández de Muñana del oficio de mayordomo y guarda mayor del campo, suprimiéndose de esta manera la elección que del oficio venía haciendo la Villa. Antes de tomar posesión, el comprador ofreció a la Corona 5.000 reales para que el cargo no pudiese ser tanteado, pujado o consumido. La oferta del Concejo entonces fue de 1.000 ducados, estableciendo sobre el oficio ciertas condiciones que no se admitieron. Por otra parte, don Andrés de Liñán Cabrera puso la puja en 500 reales más, añadiendo la facultad de que pudiese nombrar un teniente o guarda. No obstante, el oficio acabó en manos del Bailío, a la sazón don Alonso del Castillo y Samano, a quien, por ser suya la jurisdicción de la Villa, se le concedió por el servicio a la Corona de 2.000 ducados, con la calidad de asiento y lugar en los actos públicos del Concejo y la facultad de nombrar teniente, según real cédula de 2 de febrero de 1640, confirmada por otra de 12 de abril de 1642. El oficio tenía preeminencia sobre el importe de la cuarta parte, perteneciente a la Corona, de las penas y denuncias realizadas, derecho concedido en el título de compra y confirmado por real cédula durante el mandato del bailío don Martín de Villalba. Dicho título se completó con otra real cédula de 18 de mayo de 1647 para que las denuncias del guarda mayor y guarda se hiciesen ante los escribanos que quisiesen, librándose para su observancia una real provisión el 31 de octubre de dicho año (8). También en 1638, por una real cédula de 29 de marzo, la escribanía del Cabildo y Ayuntamiento, que era renta del Bailío, era enajenada, haciéndose propietario de ella Francisco de Mallén (9).

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Casas del Bailío llén (9). El 27 de abril de 1646, el oficio de corredor almotacén de Lora se vendía a Juan Marqués Corralero, con la calidad de nombrar persona que lo sirviese (10). Igualmente, por real cédula de 27 de marzo de 1650, Felipe IV concedía a Francisco de Miranda, vecino de Lora, la escribanía de los servicios de Millones, con voz y voto de regidor y privilegios anexos, a cambio de 12.000 reales para la Corona. A pesar de contradecirse esta venta, se daría la posesión del oficio, recurriendo al final don Tomás de Hoces, bailío de Lora y comendador de Tocina, por ser también perjudicial a él tal merced. El recurso terminó en un convenio entre estas dos partes, quedándose Francisco de Miranda con el oficio acrecentado de regidor, y el Bailío, previo pago a Miranda de 4.400 reales, con la escribanía de Millones, según consta en los títulos reales expedidos el 23 de octubre de 1650. Sin embargo, no debió quedar el Bailío muy contento de la transacción, pues antes de que se expidiesen esos títulos, el 25 de septiembre de 1650, se hacía con una regiduría por merced también de Felipe IV; oficio, con voz y voto en el Concejo, que parece tuvo agregada la facultad de llevar vara de alcalde mayor honorífico de Lora, aunque también consta en su título la regalía de tesorero y escribano de Millones, todo ello con la calidad de poderse transferir. Al respecto, sabemos que hay una real provisión del Consejo de Hacienda, fechada el 14 de marzo de 1665, ordenando que no se impidiese el uso de dicha escribanía de Millones a la persona que nombrase el bailío de Lora (11).

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Incompatible con los principios de la monarquía absoluta se mostraba el régimen señorial, cuyos titulares, los señores de vasallos, además de nombrar justicias y ejercer la jurisdicción civil y criminal, se reservaban algunos monopolios, así como el disfrute de la caza y otros aprovechamientos; percibían derechos dominicales varios o bien rentas de sus tierras; y, en algunos casos, cobraban parte de los diezmos eclesiásticos o de las rentas de la Corona (Palacio, 1978).

n sido transferidos. El Bailío tenía sobre la villa de Lora y su término plena y privativa jurisdicción, tanto espiritual o eclesiástica como temporal, pudiendo ejercer la justicia civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, sobre todos sus vasallos, tanto religiosos -en virtud de su profesión solemne- como seglares. En lo temporal, poseía facultad para nombrar gobernador o justicia mayor; teniente de gobernador o alcalde mayor en su ausencia; el alguacilazgo, o sea, alguacil mayor y alcaide de la cárcel con voz y voto en el Concejo y los alguaciles ordinarios; el mayordomo y guarda mayor del campo y depositario de los propios y rentas del Concejo con asiento en los actos públicos del Cabildo; los alcaides de los castillos y fortalezas del término; dos escribanos públicos; y el escribano de Millones. Además, disfrutaba de propiedades y rentas territoriales, recibía contribuciones de naturaleza eclesiástica, le pertenecían una serie de pechos, derechos y tributos señoriales, y cobraba impuestos sobre el tránsito y compraventa. Entre sus muchos derechos, estaban el referido a mercados y ferias, llamado veintena, un maravedí de cada veinte, cobrado a todos los forasteros y vecinos sin casa propia en la Villa en relación a todo lo que compraban y vendían, y los que normalmente traía en renta el Cabildo: huebras, estanco, y el de aranceles y derechos de roda y portazgo (13). Este último, estipulado normalmente en la octava parte de las mercancías en tránsito, había sido concedido en Córdoba por los Reyes Católicos el 28 de octubre de 1490 (14), aplicándose en Lora, al menos en el siglo XVIII, a "todas las cabalgaduras mayores y menores que atravesaban de una parte a otra por los caminos cargadas de mercaderías y de las que se sacaban de Lora y entraban a vender a ella, y también pagaban este derecho las carretas que pasaban cargadas de madera y otras cosas, y se llevaba de cada cabalgadura mayor doce maravedíes, y seis de la menor, y veinticuatro de cada carreta" (15).

En Lora, el Bailío era señor solariego y jurisdiccional, lo que conllevaba la posesión de grandes privilegios y potestades, gozando de sus beneficios y empleándose en las atribuciones que confería el cargo, los mismos que ostentaba la Orden y que le habían sido transfe-

La situación de Lora, por consiguiente, dado el espíritu innovador que alentaba la nueva dinastía, era propicia de antemano para que la política ilustrada de Incorporación emprendida por la monarquía de los Borbones tuviese aquí especial resonancia.

Grabado de una reunión de caballeros de la Orden de Malta e hacía merced a Alonso Carballo del Pozo Liñán, hijo de Alonso Carballo del Pozo Ximénez y María Liñán de la Carrera, del oficio de padre de menores de Lora, que era una especie de promotor fiscal o defensor en las tutelas y curatelas de los menores de edad (12). II. POLÍTICA DE INCORPORACIÓN A partir de 1700, con la entronización de la dinastía borbónica y la constitución entonces del Estado racionalista, se acentúa el absolutismo real de manera progresiva. El fortalecimiento del poder, el sometimiento del régimen señorial, el centralismo, la política de control sobre la Iglesia y las reformas en todos los campos fueron las mayores novedades.

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special resonancia. II.1. Incorporación de rentas, derechos y oficios Algo que poderosamente nos ha llamado la atención es la aplicación de las medidas decretadas por Felipe V sobre Incorporación y Valimiento, tendentes a rescatar, siguiendo una política totalmente desligada del pasado austracista, las rentas, derechos, oficios y propiedades enajenadas por la Corona, siempre que sus titulares no pudieran acreditar la posesión con justo título. La Real Junta de Incorporación y Comisión de Valimiento que de ello entendía empezó en la villa de Lora por el Bailiaje, ordenando primero el embargo por cierta cantidad de las rentas producidas por la escribanía de Millones, las dos escribanías públicas, el oficio de mayordomo y guarda mayor del campo, y el derecho de roda y portazgo, cuyos arrendamientos daban al Bailío, entonces don Alonso Pérez de Guzmán, 2.623 reales al año. El recurso del Bailío, alegando que sus oficios y privilegios estaban libres del derecho de Incorporación por ser de naturaleza eclesiástica, fue inminente, pero no prosperó. Sabemos que el 19 de julio de 1707 la Real Junta de Incorporación le hacía una petición para que presentase los títulos correspondientes. No obstante, el Bailío no cumplió con este requisito, no siendo ello motivo para que por una real orden de 8 de enero de 1717 se dictaminase que cesara el embargo, aunque entendiéndose la obligación del examen de los títulos y el pago de lo atrasado por el valimiento de aquellas rentas, para cuyo cumplimiento se comisionaba al Consejo de Hacienda (16). II.2. Recuperación de propiedades Otra variante de la política de Incorporación, más claramente de naturaleza fiscal y hacendística, fue la relativa a la recuperación de las propiedades enajenadas o cedidas anteriormente por los reyes. En relación a ello, con la misión de reintegrar a la Corona las tierras baldías y realengas usurpadas por los pueblos y proceder a su venta, por real decreto de 8 de octubre de 1738 se creaba la denominada Junta de Baldíos y Arbitrios. Algunos meses más tarde, exactamente el 9 de febrero de 1739, esta Real Junta, a través de un comisionado, iniciaba en Lora la

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n y reconocimiento de las dehesas y baldíos de su término, así como la indagación de las apropiaciones indebidas que de estas tierras se hubiesen hecho (17). En concreto, la citada comisión de Baldíos reivindicó como realengas, en nombre de la Real Hacienda y regalías de su Majestad, las tierras del Bailío, los llamados bienes comunales y de propios de la Villa, y algunas otras tierras detentadas por particulares, todas ellas consideradas por la Corona baldías y comunes, no vendidas ni señoreadas legítimamente, y por lo tanto sujetas a Incorporación (18). Las tierras del Bailío (dehesa y cortijo de Algarín, dehesa de Aldara María o Aldelamaría, cortijo de Hurguilla (pro indiviso), cortijo y dehesa de Hormada, La Rambla, cortijo del Castillejo de Azanaque, cortijo del Cobujón (casi comido por el Guadalquivir), dehesa o sitio de Matallana (sólo cerrada desde San Miguel a Navidad o Año Nuevo), cortinales del castillo de Lora y parte de la Muela de Setefilla) eran las únicas que a la Orden de San Juan le quedaban ya en el término (19), donado en su totalidad a ella en el siglo XIII (20). Las tierras de aprovechamiento común, por lo general destinadas a pastos y montes, y de propios, bienes que se arrendaban mediante subasta para subvenir a las necesidades de la administración local o satisfacer ciertas cargas colectivas, fundamentalmente tenían en Lora su origen en la Carta-Puebla otorgada por la Orden en 1259 (21), y también en la concesión a la Villa que el 16 de agosto de 1477 realizó el Prior de San Juan Álvaro de Zúñiga o Estúñiga de todos los baldíos y herbajes del término (22), como ya estudiamos en su día (González, 1990). Por último, los baldíos que se decían poseídos por particulares, habían sido concedidos, de las tierras de aprovechamiento común y de propios, para plantíos de huertas, olivares y viñas, según práctica habitual seguida por el Concejo cuando hacía repartimiento de tierras o algún vecino le solicitaba autorización para roturar en los baldíos y tierras comunales o poner colmenas (23). De ahí que, ante la pretensión de la Real Junta de Baldíos, primero el Concejo y después el Bailiaje (frey

cejo y después el Bailiaje (frey don Luis Francisco Velarde y Céspedes y frey don Rodrigo de Miraval y Espínola), formalizaran su acción y derecho a la pertenencia y goce de las tierras denunciadas, dando lugar a un importante proceso que fue muy denso desde el punto de vista doctrinal y jurídico dada la condición de señorío que tenía la Villa (24). El 5 de febrero de 1740, una primera sentencia del juez de comisión privativo de Baldíos y Arbitrios, don Francisco Rodrigo de las Cuentas y Zayas, declaraba baldías realengas todas las tierras que gozaba y usaba la villa de Lora con el nombre de propios, mandando que, a reserva de las que necesitase para su dotación, todas las restantes se vendiesen y enajenasen a beneficio de la Real Hacienda, y que se continuasen las diligencias para la justificación y apeo de los demás baldíos realengos del término (25). El Concejo, integrado entonces por don Francisco de la Carrera Ribera y Cervantes, alcalde ordinario por el estado noble, y los regidores don Diego Frutos de la Carrera, don Bartolomé Francisco de Quintanilla, don Alonso Carballo del Pozo Liñán, don Alonso Montalbo y Aguilar, don Diego de Orbaneja y don Juan Antonio de Andrade Montalbo, de inmediato propuso un acuerdo, ofreciendo a la Corona por servicio las tierras de propios llamadas Las Matas, Matilla y Melonares, dehesa y vega de los Toros, y Zahariche, en total más de 1.300 f., con la condición de que las restantes consideradas de propios, unas 5.450 f., quedasen en propiedad de la Villa y se exonerase a ésta de algunos arbitrios atrasados e impagados a la Real Hacienda, por cuyos débitos meses después la Corona exigiría también la dehesa de los Caballos, tierra concejil con una extensión de 60 f. (26). Contradijo la transacción, poniendo además un recurso en el que demostraba su dominio solariego y jurisdiccional, el Bailío, a quien se unió en su demanda el Cabildo Eclesiástico y algunos vecinos labradores y ganaderos de la Villa (27). Sin embargo, una segunda sentencia, dada el 28 de noviembre de 1740, volvía a declarar como baldías realengas pertenecientes a su Majestad todas las tierras del término que no estuviesen enajenadas y señoreadas, reservando a la Villa sólo lo necesario a sus cargas, obligaciones y precisos

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ras del Bailío, la Matallana fue declarada baldío realengo, y las restantes, gran parte de ellas cerradas, se declararon abiertas para pasto y aprovechamiento común a la espera de lo que decidiese sobre ellas la Real Junta de Baldíos y Arbitrios (28). Como es obvio, el Bailío apeló la sentencia, y con él por primera vez el Concejo, Justicia y Regimiento de la Villa, uniéndose de nuevo a la demanda el Cabildo Eclesiástico y los labradores y ganaderos (29). No obstante, la apelación no paralizó el proceso y a principios de 1741 la Real Hacienda tomaba ya posesión en Lora de las tierras incorporadas a la Corona (30). La Junta de Baldíos quedó extinguida algunos meses después, concretamente por real decreto de 5 de junio de dicho año, pasando el contencioso, una vez mejorada la apelación interpuesta (31), al Real y Supremo Consejo de Castilla el 5 de diciembre de 1742 (32). Por último, el auto definitivo se pronunció el 5 de noviembre de 1745, resultando éste favorable al Bailío y a la Villa al revocarse las sentencias dadas inicialmente (33). El resultado final no era sino un eslabón más de lo que a nivel general estaba ocurriendo con los baldíos y realengos. La incorporación de estas tierras a la Corona había sido ya impugnada por la Diputación de los Reinos al alegar que en las condiciones pactadas por las Cortes de Castilla con Felipe II con ocasión del servicio de Millones las tierras municipales se reservaban para pasto del ganado, habiendo quedado prohibida desde entonces su venta. En 1747 se declararían nulas todas las incorporaciones y ven-

Prior de los hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén

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, un real decreto de 30 de diciembre ordenaría que todos los baldíos, realengos, pastos y aprovechamientos fuesen restituidos "a la quieta, antigua y pacífica posesión de quienes los gozaban" con anterioridad a 1737 (Domínguez, 1989). Así que, en la práctica, tanto esfuerzo y debate doctrinal y jurídico en torno a este tema, sólo consiguió adelantar en Lora por unos años dicho resultado final. II.3. El intento de incorporar el señorío a la Corona Durante una buena parte del siglo XVIII no dejaron de aplicarse los decretos de Felipe V sobre Incorporación, pero sobre todo a raíz de la creación en el Consejo de Hacienda de un negociado exclusivo de Incorporación y del nombramiento de don Pedro Díaz de Mendoza por decreto de 19 de octubre de 1742 como responsable del mismo (34). Para esta fecha, el Bailío aún no había exhibido en el citado Consejo título alguno primordial que le acreditase poseer, recordemos, la escribanía de Millones, las dos escribanías públicas, el oficio de mayordomo y guarda mayor del campo, y el derecho de roda y portazgo. En 1744 era nombrado don Diego José de Zulueta y Aragón, superintendente de rentas en la villa de Osuna, como comisionado del Consejo de Hacienda para recibir del Bailío los referidos títulos, solicitados formalmente con apercibimiento de secuestro el 9 de febrero de 1745. Ante ello, el Bailío, entonces don Rodrigo de Miraval y Espínola, no tuvo más remedio que cumplir con el trámite (35). Aún así, el negociado de Incorporación a continuación le exigió que justificase todas sus facultades jurisdiccionales temporales en Lora, es decir, el "cautum" o "coto" jurisdiccional que el Bailío en nombre de la Orden tenía

la Orden tenía por delegación real (36). La medida entraba de lleno dentro de la política de Reincorporación de señoríos a la Corona emprendida por la Monarquía ilustrada. Así que, siendo la cuestión tan seria, el siguiente Bailío, frey don Diego de Vergara y Vela, marqués de Navamorcuende, no se anduvo por las ramas y acudió al rey Fernando VI, a quien presentó, el 27 de noviembre de 1753, un amplio memorial que acreditaba totalmente su dominio solariego territorial y jurisdiccional. Visto todo, con audiencia del promotor fiscal y elevado a consulta el 22 de mayo de 1754, Fernando VI confirmaba los privilegios del bailiaje de Lora y los declaraba libres del derecho de Incorporación, expidiéndose la correspondiente real cédula en Aranjuez a 25 de junio de 1754 (37). Uníase este rey a las anteriores confirmaciones reales de la donación realizada por Fernando III, la última por Alfonso XI en Sevilla el 1 de septiembre de 1327 (38). II.4. La pretensión de reintegrar los oficios del Regimiento y la Barca En virtud de los decretos y órdenes que sobre Incorporación se promulgaron, sabemos que los autos ejecutados en Lora por el Consejo de Hacienda o su comisionado no se limitaron sólo al Bailiaje. También el Cabildo a partir de 1744 fue fiscalizado, al objeto de reintegrar a la Corona, previo secuestro, aquellos oficios concejiles cuyos detentadores no presentaran los títulos correspondientes (39). El problema se presentó con el Regimiento o corporación de regidores perpetuos, al no aparecer "título alguno primordial, ni noticia de sus creaciones y número, ni si fueron o no perpetuos" (40). Al respecto, nosotros hemos dicho ya en otra ocasión que el origen en Lora de los regidores, dada la tendencia a sustituir el concejo abierto por el cerrado a partir de 1325 en tiempos de Alfonso XI, hay que buscarlo en aquellos vecinos que superaban una determinada cuantía de bienes, obligados a prestar servicios militares y por ello libres de impuestos señoriales y concejiles, al trasladarse sus privilegios de exención al terreno político, siendo posible que los más principales o de mayor cuantía, hasta un número de ocho, encontraran en ello una justificación jurídica para consagrar su control sobre la vida municipal. Al principio, estos regidores debieron ser nombrados por

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ser nombrados por el titular del señorío por tiempo limitado, pero pronto los cargos, por privilegio o merced señorial, se convirtieron en vitalicios o perpetuos y después en hereditarios e incluso vendibles, evolución que no se da sólo en Lora y que se produce al considerar el oficio como un beneficio económico, como parte del patrimonio, y por tanto apropiable y transmisible. El tránsito desde su carácter vitalicio a la hereditariedad no fue difícil, sobre todo cuando el nombramiento del titular del señorío empezó a verse influenciado por los intereses privados de los regidores que, pronto, introdujeron el mecanismo jurídico de las renuncias de sus oficios, hechas formalmente en las manos del señor, pero para que éste obligatoriamente designase como titular del oficio a la persona propuesta por el regidor renunciante, con la única condición de que el antiguo regidor no falleciese en el plazo de treinta días y que el designado reuniese las cualidades ejercidas para ejercer el cargo, es decir, habilidad, suficiencia, rectitud y buena ciencia, además de ser persona rica y de garantía (González, 1987). Así las cosas, complicado fue el trámite para los ocho regidores perpetuos, cuando sobre ellos se echó el Consejo de Hacienda en 1745 (41), pidiendo asimismo al Bailío, don Rodrigo de Miraval y Espínola, que presentase el título específico de pertenecerle el oficio de regidor que se contaba como noveno (42). Eran entonces regidores don Diego Frutos de la Carrera, don Bartolomé Francisco de Quintanilla, don Alonso Montalbo y Aguilar, don Antonio Carballo del Pozo y Roxas, don Diego de Orbaneja, don Alonso García Rebollar, don Francisco Ignacio Casaus de Castilla y de la Fuente y don Cristóbal Carballo (43). Dado el carácter oligárquico y monopolístico del Regimiento, cuya expresión más corriente desde tiempo inmemorial eran los abusos cometidos por los regidores en perjuicio del Común de los vecinos, esto de la regresión de oficios a la Corona era ocasión propicia para intentar acabar con situaciones injustas y liberalizar en algo el régimen de provisión de estos cargos. A ello responde sin duda la instancia presentada al Consejo de Hacienda por numerosos vecinos eclesiásticos y seglares de Lora, representados por el pres-

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on Fernando Llorente Carrillo, solicitando que no se dejara en posesión de sus oficios a los regidores mientras se resolvía el contencioso, sino que de inmediato se procediese al secuestro y depósito de dichos empleos para que fuesen servidos interinamente por otros. Aceptada esta petición, el Consejo de Hacienda decidió ponerlos en subasta pública en calidad de arrendamiento, registrándose el 30 de abril de 1745 el hecho de que varios vecinos hacían postura de dichos oficios. Todo ello iba también en contra de las prerrogativas del Bailío, que no tuvo más remedio que recurrir el secuestro reivindicando para su dignidad el derecho de proveer los oficios de regidores. Éstos, sin embargo, confiando en el Bailío y en sus propias posibilidades, no recurrieron, sino que se apresuraron a presentar su instancia. Además de afirmar que no eran idóneos para el oficio aquéllos que habían hecho postura, ofrecieron de arrendamiento un ducado más que ellos, dejándolos en 41 por cada regiduría y otros 41 por el oficio que se decía pertenecía al Bailío, sobre el que alegaban su propiedad e inmemorial posesión. Al final, sin procederse al remate, primó el motivo fiscal, determinándose que los regidores perpetuos dieran 61 ducados por arrendamiento de cada regiduría, a excepción de la acrecentada que poseía el Bailío. Por consiguiente, una vez otorgada la escritura de obligación por los regidores, se levantó el embargo puesto a nombre de la Real Hacienda, para que los de siempre, ahora pagando por no presentar los títulos, continuasen gozando de su rango y autoridad en la Villa (44). Quedaba por dilucidar, no obstante, el recurso del Bailío, que vino a unirse en 1746 a otro más por la pretensión de la Real Hacienda de incorporar a la Corona la Barca del bailiaje de Lora, amenazando por vía de apremio con su secuestro si el Bailío no presentaba título válido de la misma. Como era obvio, la Barca del río Guadalquivir, la única que había en el término, era derecho de explotación, traído en renta por el Bailío, que se correspondía con el llamado monopolio señorial de barcaje, similar al de pontazgo. A pesar

caje, similar al de pontazgo. A pesar de ello, se embargó la Barca, dictaminándose el 3 de agosto de 1748 por el negociado de Incorporación continuar con el secuestro de la misma y no haber lugar a su restitución. En cuanto a los nueve oficios de regidores, el auto ordenaba también que siguieran incorporados a la Corona. El Bailío, naturalmente, siguió el proceso, consiguiendo ganar al final por sentencias de vista y revista, de 4 de junio y 21 de octubre de 1762, respectivamente, dadas por el Consejo en Sala de Justicia, al decretar ésta que "se reintegrara a la Sagrada Religión de San Juan y al referido Bailío en su nombre uno de los expresados nueve oficios y la Barca, con los frutos y emolumentos desde el día del despojo hasta el día en

que se haga el reintegro, y que se le guardase el uso que tenía en los ocho oficios de regidores restantes" (45). Se libró carta ejecutoria de todo ello el 19 de mayo de 1763, siendo ya bailío de Lora don Gonzalo Adorno Dávila (46). III. CONCLUSIÓN Como hemos visto, las ventas de cargos fueron numerosas, pero las medidas de Incorporación tuvieron realmente escasa significación y trascendencia en Lora, lo que fue general en España y especialmente en Andalucía, dada la oposición mantenida por los titulares de los señoríos y las oligarquías locales de los regidores en los concejos municipales. En ver-

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d, aunque el régimen señorial se mostraba incompatible con los principios de la monarquía absoluta de los Borbones, aquél permaneció inalterable en la práctica. El resultado de todo ello fue que en tiempos de Carlos III la concentración de títulos, prebendas y dignidades, así como señoríos con jurisdicciones y tierras, era la mayor conocida hasta el momento, ocupando por si fuera poco en la práctica los nobles los empleos más elevados, que eran aquellos que no solían darse a los plebeyos. En medio de esta situación, destacará en Lora en el último tercio del siglo XVIII la figura hasta ahora desconocida de don Andrés de Cervantes y Aguilar, crítico implacable y noble burgués de condición emprendedora, que, a raíz de la creación de los nuevos cargos del síndico personero y los diputados del Común por Carlos III, aun a costa de sus bienes y con una estrategia perfectamente calculada, propia de un círculo político asesorado, aparte su vivo puntillo honor familiar, se va a hacer con el poder municipal, apoyándose para conseguirlo en la política de gabinete, burocrática o de despacho de los gobiernos ilustrados y en aquella legislación reformista borbónica entonces vigente que pretendía alterar las estructuras tradicionales de los municipios y quebrar el monopolio que ejercían las oligarquías locales. Este personaje hizo posible a nivel local, a pesar de tener en contra una poderosa oposición conservadora, poner en práctica algunos planteamientos del reformismo del Setecientos, fundamentalmente los relacionados, dada la situación de la Villa, con la política agraria de la Corona y las líneas políticas de la Monarquía ilustrada tendentes a acabar con el régimen señorial, el Bailiaje en nuestro caso, y las libertades de la oligarquía rural opuesta a las Luces, los regidores perpetuos en Lora. Esta acción política de don Andrés y sus seguidores fue muy importante, pero al final no consiguió grandes resultados por la inflexión reformista oficial de los últimos años del reinado de Carlos III y primeros de Carlos IV, seguramente motivada por el impacto en España de la entonces auroral Revolución

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omento en que pudo culminarla, ciertas actitudes de precaución hacia las reformas, presentes en la burocracia del Estado, que había sido su principal apoyo, vinieron a perjudicarle, siendo éste el principio del final de sus proyectos innovadores contrarios a aquella sociedad del Antiguo Régimen, puesto que a su muerte, ocurrida entre los años 1792 y 1795, las cosas en Lora seguían prácticamente como antes (González, 1994). Con todo, hay que decir que la política de Incorporación de los señoríos a la Corona y las reformas emprendidas por los Borbones sí fueron muy importantes desde el punto de vista doctrinal y jurídico, como ha quedado demostrado en este artículo para el caso de Lora, contribuyendo con ello la Monarquía y los ilustrados como don Andrés de Cervantes, personalidad que actualmente estudio de nuevo, a dejar perfilado el horizonte histórico que daría paso en el siglo XIX al liberalismo a partir de las Cortes de Cádiz, brecha abierta que culminará con los procesos desamortizadores y el ocaso del régimen señorial.

NOTAS

(1) Inédito hasta ahora, este artículo fue presentado como comunicación en las II Jornadas de Historia Local celebradas en Lora del Río en noviembre de 1994, así como en el II Simposio de Historia de la Orden de San Juan de Jerusalén, que tuvo lugar en Tocina-Sevilla, del 11 al 15 de marzo de 2003. Ha sido publicado en la Revista Espacio y Tiempo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, nº 17, págs. 191-208, correspondiente al año 2003. (2) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos. La Religión del Señor San Juan de Jerusalén y la Villa de Lora del Río contra el Señor Fiscal de su Majestad (1752), fols. 295vº296rº. Copia autorizada de la Real Carta Ejecutoria expedida en Madrid a 14 de septiembre de 1746 tras el auto definitivo de 5 de noviembre de 1745. (3) A.M.L., Arbitrios y contribuciones, leg. 544. Relación de las alcabalas y tercias enajenadas. Provincia de Sevilla. Partido de Lora y Setefilla. Memorial hecho en Madrid el 12 de julio de 1740, fols. 33rº-33vº. (4) A.G.P., Infante don Gabriel, Secretaría, leg. 445. Autos de apeos (1693-1694). Derecho sobre el nombramiento de síndico. La prerrogativa se recoge ya en la visita de 1587 en el memorial de los bienes, hacienda y preeminencias del bailiaje de Lora realizado el 23 de junio de dicho año por Hernando Balmaseda, mayordomo del bailío don Antonio Maldonado. B.N.M., Archivo de la Orden Jerosomilitana, Clasificación XVI, Sección XVII, Visitas del Priorato de Castilla y León, leg. 6314, vol. IV. Visita general del bailiaje de Lora. Año 1587. (5) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 293vº-294rº. (6) A.M.L., leg. 321. Ejecutoria ganada a instancia de los regidores de la villa de Lora por la que S.M. fue servido mandar se pusiese perpetuo silencio a la demanda de tanteo por consunción de dichos oficios, sin fol. Expedida en Madrid a 7 de noviembre de 1794, su sentencia es del año 1789. (7)A.H.N., Órdenes Militares, San JuanCastilla, Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as en punto a la demanda de tanteo de los oficios de regidores, alcalde honorífico, procurador síndico, alguacil mayor, escribanía de millones y derecho de veintena (1777), N. 8, real cédula de fiel ejecutor, sin fol., leg. 7746, 2ª serie, nº2. (8) A.G.P., Autos de apeos (1693-1694). Mayordomía del campo. Preeminencia sobre la cuarta parte de penas de mayordomo y guarda del campo. También se ha consultado A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 288-290. Por último, en A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 4, documentos presentados en la Junta de Incorporación, sin fol. (9) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fol. 294vº. (10) Ibíd., fol. 293vº. (11) A.G.P., Autos de apeos (1693-1694).

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Escribanía de Millones. A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 290rº-291vº. A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 4, documentos presentados en la Junta de Incorporación, sin fol. (12) Por fallecimiento de Alonso Carballo del Pozo Liñán, el oficio se confirmó el 22 de junio de 1734 en su sobrino Diego Carballo del Pozo y Roxas, hijo de Juan Carballo del Pozo Liñán y Catalina de la Guerra y Roxas. El cargo pasó en 1784, con confirmación de Carlos III, a Diego Carballo del Pozo Colomo, hijo del anterior, traspasándose el 7 de diciembre de 1805 a Diego José Carballo del Pozo y Casaus. A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fol. 294. A.P.J.G.T.G., Árbol genealógico por los Carballo del Pozo de Lora. El árbol viene encabezado por Alonso Carballo del Pozo y su mujer Elvira Ximénez Carballo, ambos bautizados en Lora el 7 de noviembre de 1611 y en 1614 respectivamente. (13) A.H.N., Razón de las regalías que pertenecen a el Excmo. Sr. Baylio de Lora (1776), leg. 7746, n. 5, sin fol. Visita de mejoramiento del Bailiaje (1792), leg. 7638, n. 7, sin fol. (14) A.G.S., Registro General del Sello, VII, fol. 61, vol. VII, Valladolid, 1961, p. 482, nº 3494. A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 4, documentos presentados en la Junta de Incorporación, sin fol. (15) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 280vº-281rº. (16) A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 4, recursos en la Junta de Incorporación, sin fol. (17) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 9rº-9vº. (18) Ibíd., fol. 24vº. (19) Ibíd., fols. 262vº-264rº y 287vº. (20) A.H.N., Órdenes Militares, San JuanCastilla, carp. 568, nº 16 (pergamino original). (21) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 227vº-231rº. Privilegio a pobladores. En el expediente Manifiesto jurídico en que la Religión de San Juan defiende su señorío territorial y de solariego en su villa y bailiaje de Lora, conservado en A.G.P., Infante don Gabriel, Anexo, leg. 3, hay otra copia. La Carta-Puebla de Lora está también recogida en la Colección de Fueros y Cartas Pueblas de España de la Real Academia de la Historia, Catálogo, Madrid, 1852, p. 131. (22) A.H.N., Órdenes Militares, San JuanCastilla, leg. 7746, 2ª serie, n. 1. Merced de el Prior don Álvaro de Zúñiga que hizo de las hierbas y valdíos de Lora a los vezinos. Copia simple del siglo XVIII. Otra copia, también del siglo XVIII, en Archivo de los Quintanilla (María Luisa Linares de Bago), leg. 8, nº 18. Referencia al documento en A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 214rº214vº y 257vº-258rº. (23) A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fols. 141-151. (24) Ibíd., fols. 1-393. (25) Ibíd., fols. 4rº-5vº. (26) Ibíd., fols. 154vº-166vº y 170vº.

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Ventas de cargos municipales y política de incorporación en un señorío de la Orden de San Juan: el caso de la villad de Lora (siglos XVII-XVIII)

(27) Ibíd., fols. 168vº y 172vº. (28) Ibíd., fols. 309vº-311vº. (29) Ibíd., fol. 320. (30) Ibíd., fol. 319vº. (31)A.G.P., Infante don Gabriel, Anexo, leg. 3. Manifiesto jurídico en que la Religión de San Juan defiende su señorío territorial en su villa y bailiaje de Lora, fechado en Madrid el 30 de mayo de 1741. (32)A.P.R.C., Ejecutoria de baldíos, fol. 320vº. (33) Ibíd., fols. 355-359. (34) A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 4, recursos en la Junta de Incorporación, papeles presentados por el Sr. Baylio, sin fol. (35) Ibíd., documentos presentados en la Junta, título de la escribanía de Millones, sin fol. (36) Ibíd., relación de los derechos del Baylio, sin fol. (37) Ibíd., recursos en la Junta de Incorporación, preces del Sr. Baylio y libertad de Incorporación, sin fol. (38) Ibíd., documentos presentados en la Junta, sin fol. (39) Ibíd., N. 5, antecedentes de secuestro, sin fol. (40) Ibíd., N. 3, sin fol. (41) Ibíd., N. 8, siguen las provisiones de regidores, sin fol. (42) Ibíd., N. 5, testimonio de los regimientos de Lora, exhibición hecha por el Sr. Baylio, sin fol. (43) Vide supra.

Bibliografía Bibliografía q DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio, Historia de España, Barcelona, Planeta, VII, El reformismo borbónico, p. 88. q GONZÁLEZ CARBALLO, José, Documentación inédita hallada recientemente en el Archivo Municipal de Lora del Río, Écija, Agrupación Cultural Amigos de Lora, 1987, pp. 51 y 110, y 15-103, "Carta-Puebla de Lora del Río. Fuero y privilegios otorgados a la Villa por la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén (siglos XIII-XV)", Primer Simposio Histórico de la Orden de San Juan, Madrid, 1990, en Lora del Río. Revista de Estudios Locales, 1 (1990), pp. 17-34."La acción política local del loreño don Andrés de Cervantes y Aguilar: partidos, facciones o bandos familiares opuestos en Lora en tiempos de Carlos III", II Jornadas de Historia Local "Lora y su Patrimonio", Lora del Río, 1994, en prensa. La Orden de San Juan en Andalucía (siglos XIII-XVI). Las encomiendas, Camas-Sevilla, Fundación El Monte, 2002, pp. 161-248. q LYNCH, John, España bajo los Austrias, II, Barcelona, 1975, p. 243. q PALACIO ATARD, V., La España del siglo XVIII, Madrid, U.N.E.D., 1978, p. 51. q SANCHÍS DOMÍNGUEZ, Pascual, "Elecciones municipales en Lora del Río (1701-1750)", en Lora del Río. Feria y Fiestas Populares, Lora del Río, 1984, pp. 4950.

Siglas utilizadas Siglas utilizadas A.G.P.: Archivo General del Palacio Real A.G.S.: Archivo General de Simancas A.H.N.: Archivo Histórico Nacional A.M.L.: Archivo Municipal de Lora del Río

(44) A.M.L., Libro de Acuerdos celebrados por el Concejo y Ayuntamiento de esta villa de Lora desde el año 1741 hasta 1745, sin fol. (1745, junio, 2. Osuna).

A.P.J.G.T.G.: Archivo Privado de José García de Tejada y Gayango

(45) A.H.N., Sobre el pleito que pende en sala de 1500. as, N. 6, sin fol.

A.Q.: Archivo de los Quintanilla (María Luisa Linares de Bago)

(46) Vide supra.

A.P.R.C.: Archivo Privado Rosario Castellano B.N.M.: Biblioteca Nacional de Malta

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APROXIMACIÓN AL FUNCIONAMIENTO DEL HOSPITAL DE SANTA CATALINA A TRAVÉS DEL análisis PATRONATO demográfico DE desde la estadística JOSEFA DE de género ORBANEJA I. EL PATRONATO DE JOSEFA DE ORBANEJA El 16 de febrero de 1778, el matrimonio formado por Josefa de Orbaneja y Juan Casaus, entregaron sus testamentos cerrados ante el escribano Juan Bernardo de Tapia, con objeto de que en su momento fuese abierto el documento correspondiente al primer cónyuge en fallecer. Nada tendría de especial esta acción de no ser porque el citado matrimonio poseía una de las fortunas mas considerables de Lora del Río (1) en aquellos momentos, la mayor parte de la cual provenía del patrimonio heredado por Josefa de Orbaneja de sus padres, Diego de Orbaneja y Juana de Lisbona. La apertura de uno de los citados documentos, tuvo lugar el 21 de febrero de 1802, ante el escribano José Barandica, tras el fallecimiento de Josefa de Orbaneja. Debido a la falta de hijos del matrimonio, la difunta instituía

a su marido como heredero usufructuario de todos sus bienes, con los cuales, tras la muerte de Juan Casaus, debería fundarse un ... patronato perpetuo de dotes de monjas... que sean de mil ducados cada una, a no ser que los réditos séan más de dicha cantidad cada un año, porque en tal caso es mi voluntad que sea dote toda la renta de un año (2). La dedicación de los beneficios de esta fundación a la dotación de monjas, quedaba reforzada ya que Josefa de Orbaneja prohibía explícitamente ...que este patronato se convierta en otra obra por piadosa que sea, ni para hospicios, ni aunque sea para las mayores necesidades de la Iglesia, ni del estado por urgentísimas que pudieran ofrecerse por que mi voluntad es que todo cuanto rediten mis bienes sirva solamente para dichas dotes y no para otro destino. Y si en algún tiempo contra mi voluntad dispensare esta clausula el Rey o el Papa... que su principal se aplique al Hospital de esta villa para la asistencia de los pobres enfermos.

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Antonio Valiente Romero Licenciado en Historia

Las beneficiarias habrían de ser... hijas de mis parientes dentro del cuarto grado que justificasen serlo, al tiempo de mi fallecimiento, con exclusión de los descendientes de Doña María Riquelme, mujer de Don Juan de Rojas y de las demas de mis parientes que no justificasen dicho parentesco en dicho grado y tiempo. Igualmente llamo a los descendientes legítimos, si despues los tuviese, el dicho mi marido, y a sus parientes inmediatos, y tambien a los descendientes de Francisco Javier Becerra, secretario del Santo Oficio de la Inquisición de Sevilla y quiero y es mi voluntad que a los que dejo llamados, se les hagan los nombramientos por la antiguedad de su oposición a las dotes y a falta de estos es mi voluntad que los patronos los nombren prefiriendo a los que sean naturales de esta villa... (3) A su vez, las monjas dotadas con los fondos de este patronato, debían cumplir dos condiciones: ser mayores de 20 años y no haberse criado en ningún convento,

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Aproximación al funcionamiento del Hospital de Santa Catalina a través del Patronato de Josefa de Orbaneja

Viñedos

(11,00%) Cortijos

Olivares

(22,00%)

(12,00%)

Molinos

(11,00%) (9,00%) Huertas

(35,00%) Casas

Gráfico 1

ya que se pretendía que ... las así nombradas sean monjas por elección e inclinación propia... (4) Respecto a la administración de esta fundación, quedaron instituidos como patronos ... los señores inquisidores del Santo Oficio de dicha inquisición que ahora son y fueren en lo sucesivo para siempre jamas... y en el caso de que o no nombren o no convengan en el nombramiento nombro también como patronos administradores a los tres secretarios mas antiguos del dicho Santo Oficio, pero si se verificase lo que Dios no permita, que se extinga o mude sustancialmente de forma o instituto el dicho tribunal, nombro por patronos administradores a los señores Dean y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla a quienes ruego y encargo lo mismo (5). La realización de esta obra, no tuvo lugar hasta 1810, año en que fallece Juan Casaus, encontrándose España bajo dominio francés. En estas condiciones, el formidable capital que debía formar el patronato no escapó a las miras del Estado, y el 16 de Octubre, el administrador general de bienes nacionales decía a su subalterno del partido de Lora del Río: Tan breve como VM. fue instruido en el fallecimiento de Don Juan Casaus vecino de Lora del Río, debió

VM. pasar oficio a la justicia de dicha villa rogándola formase inventario de todos los bienes con la concurrencia del administrador de bienes nacionales porque siendo un objeto tan considerable es probable que el Rey apruebe estas fincas para dotación de los establecimientos que ha mandado fundar y sustituida la administración de bienes nacionales en todos los derechos y acciones de la suprimida Inquisición queda VM. y la justicia de Lora responsables de no asegurar el buen régimen de estas fincas formando inventario de ellas con expresión de su cabida, su situación y renta, tomando VM. posesión de ellas en nombre del Estado... (6) La situación, no era en modo alguno excepcional, ya que podemos encontrar intentos de absorción de las propiedades de los patronatos en otros casos, tales como los sufridos por el hospital de San Hermenegildo de Sevilla en los años 1829 y 1834 (7). En este estado de cosas era inminente la absorción de las propiedades por parte del estado, de forma que la fundación del patronato nunca hubiera tenido lugar, ya que el cabildo de la Catedral de Sevilla no tenía noticias de sus funciones como copatrono. Sin embargo, la situación cambió en el último momento con la intervención de ... Don Manuel de Si-

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les, catedrático en sagrados cánones de la Real Universidad Literaria de esta ciudad... (Sevilla) que ... por encargo de Doña María del Carmen Montalbo, segunda mujer de Don Juan Casaus... dio ... los pasos oportunos para librar de la rapiña de los enemigos este caudal destinado para fines piadosos, haciendo presente al ilustrísimo cabildo lo expresivo de dicha disposición en unión con Don Manuel Montalbo, hermano de aquella, en cuya consecuencia fue aceptado el patronato... (8) Tras el proceso llevado a cabo, el cabildo inicia en la práctica la administración de la fundación de Josefa de Orbaneja en 1814. Sin embargo en estos momentos aun estaba ... prohibida la admisión de religiosas... (9) en todos los conventos, debido a lo cual, el patronato se dedicó a la segunda utilidad que había previsto la fundadora, es decir, la financiación de los gastos del hospital de Lora del Río. Esto nos ha permitido realizar el estudio de su funcionamiento entre enero de 1814 y abril de 1815. II. EL HOSPITAL DE SANTA CATALINA Durante la primera mitad del Siglo XIX, Lora del Río se encontraba constituida por un núcleo urbano compuesto de ... 763 casas de regular fábrica pero mal dis-

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cenaje mensual del agua de consumo humano hace pensar que el inmueble debía constar de algún sistema para ello, tal como un depósito o aljibe. Respecto al personal que atendía el establecimiento, se encontraba compuesto básicamente por un médico y un enfermero.

tribuidas, 30 calles empedradas, dos plazas pequeñas, muy buena casa consistorial, de la que forma parte una torre donde esta colocado el reloj público, carcel reducida y sin ventilación... matadero público; tres escuelas públicas de niños, dos gratuitas... otra de niñas ... un hospital con el título de Santa Catalina, y una Casa Cuna para los espósitos del partido (10) En este contexto, como hemos visto, se insertaba el hospital. Al respecto, la documentación aporta pocos datos sobre el edificio en que se encontraba. Sabemos que contaba con dos dependencias principales: una ... unica sala... en la que se encontraban las camas de los ingresados y una ...enfermería... en la que el médico realizaría exámenes individuales. El acceso al edificio podía realizarse mediante ... dos portales... (11), si bien uno de ellos era el principal, encontrándose destinado al acceso de enfermos y público en general, ya que la fuente utilizada lo consigna como ... la entrada del hospital... (12) El inmueble, a su vez, debía de constar de un patio o corral, en el que se encontraría ubicado el pozo (13). Sabemos que el agua proporcionada por éste era utilizada por el hospital, ya que a lo largo del período estudiado la soga fue reemplazada dos veces. Sin embargo, la calidad de este agua no debía ser apta para consumo humano, ya que, según los registros mensualmente se hacían traer entre cuatro y doce ... cargas de agua... (14) en función al número de enfermos ingresados. El alma-

La primera de estas funciones la llevaba a cabo el facultativo titular de la villa. A cambio de ésto, tenía concedida una casa ... para que la viva sin otra renta ni gravamen que el de hacerle los reparos precisos para conservarla, en remuneración a su asistencia a los enfermos del hospital... (15) Sin embargo, no acababan aquí sus obligaciones, ya que también se ocupaba de decidir qué enfermo debía entrar, dar limosnas y "bagajes" a todos aquellos que le presentaran "cartas de caridad", así como extender documentos de este tipo a aquellos enfermos que consideraba oportuno, pagar de los fondos del hospital el entierro de los pobres fallecidos y de los cadáveres encontrados en ...el campo (16). Durante el período estudiado este cargo fue ocupado por Joaquín López. Respecto al enfermero, su función consistía en la asistencia directa a los enfermos y la aplicación de los tratamientos prescritos por el médico, además de ...ayudar a morir a los enfermos in extremis... y... avisar a los curas... para ello (17). Se trata de personal propio del hospital, no desempeñando ningún otro cargo en la villa. En función a lo habitual en otros hospitales, los enfermeros debían ser ...practicantes de medicina y cirugía, y no siendo posible encontrarlos, que fueran, por lo menos, personas suficientes y capaces de dar buena relación a los médicos y cirujanos de las enfermedades de los pacientes y acudir con seguridad a las urgencias que podían acontecer tanto de día como de noche (18). Su sueldo era de 50 reales mensuales, y este cargo fue desempeñado durante el período estudiado por Antonio Argüelles.

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La autoridad sobre ambos cargos y la dirección del establecimiento, era ejercida por José del Valle, presbítero administrador designado por el Cabildo Catedralicio de Sevilla. Sin embargo, no puede ser considerado personal del hospital, ya que también dirigía la Heredad del Ciprés, explotación vitícola que era gestionada directamente por el patrono, además de renovar y cobrar los arrendamientos del resto de las propiedades del patronato de Josefa de Orbaneja. El conjunto del sistema sanitario que giraba en torno al Hospital de Santa Catalina, se completaba con el boticario Francisco Montero, que servía las medicinas recetadas por el médico cobrándolas al finalizar el año (19). III. SOCORROS, BAGAJES Y CARTAS DE CARIDAD Contra lo que pudiera pensarse, el Hospital de Santa Catalina no sólo se limitaba a la asistencia a los enfermos que en él ingresaban, sino que como centro procedente del sistema de instituciones piadosas del Antiguo Régimen, tenía una fuerte orientación hacia la ayuda a los más desfavorecidos, llegando en los casos que el espacio lo permitía, a ser utilizados cono lugar de recogimiento de pobres. Al respecto, el 14 de enero de 1814, escribía Joaquín López: A Tia María la Sevillana se la admitirá en el Hospital por no tener casa y ser una pobre que anda a la limosna (20). Casos como éste se repiten a medida que leemos los resguardos de entrada de enfermos. En este punto, hemos de tener en cuenta que a los hospitales públicos sólo acudían los grupos sociales más humildes, ya que salvo en caso de enfermedades especialmente graves como la demencia, peste o lepra, para las que existían centros especializados, la mayor parte de los enfermos con un nivel adquisitivo medio-alto, eran atendidos por un médico en su propia casa.

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Así, el hospital, además de ocuparse del entierro de los fallecidos que carecían de recursos para ello, como ya hemos visto, disponía de otra serie de mecanismos que trataban de garantizar la asistencia a los pobres así como la conexión entre las distintas instituciones sanitarias. Éstos eran los socorros, bagajes y cartas de caridad. El socorro, en principio, era el acto de dar limosna a los pobres. En el Hospital de Santa Catalina, para el período estudiado, la cuantía de este solía ser de dos reales por persona y día, y el número máximo de días seguidos que podía serle concedido a un mendigo era de tres (21). Sin embargo, en el caso de centros de pequeño tamaño como el que nos ocupa, la evolución del socorro se utilizó para paliar la falta de espacio asistencial. Así, el 11 de febrero de 1814 queda registrado cómo A Pedro Barrera, vecino de esta villa se le suministrará la ración y medicina del hospital por no poderse en el día recibirse en él. Estos casos de socorro del hospital a domicilio era tan común para los habitantes de Lora del Río, que en algunos casos eran ellos mismos quienes lo solicitaban, como en el caso de Nicolás Carmona, que decía padecer ...una úlcera pútrida en una pierna que por falta de alimentos y medicinas está en el caso de pedir socorro a la caridad del Hospital de esta villa, pero considerando que dicha úlcera por su gran magnitud y putrefacción despide abundante supuración de mala cualidad y exhalando un fedor insoportable, con lo cual para evitar los inconvenientes que ocurrirían si ocupase una cama en la única sala del dicho hospital, suplica al señor diputado mayordomo de dicha obra pia se sirvan socorrerle con el puchero de costumbre y medicinas necesarias... (22) Finalmente, una última modalidad de socorro, se tradujo en los denominados bagajes, que complementaban a las cartas de caridad como ahora veremos.

dad como ahora veremos. Actualmente, entendemos por bagaje el equipaje que lleva una persona. Sin embargo, en el siglo XIX, la primera acepción de dicho vocablo, correspondía a la bestia de carga utilizada para cualquier viaje (23), es decir, al transporte terrestre. De esta forma, una última evolución del socorro, se tradujo en los bagajes, los cuales consistían en el pago por parte del Hospital de Santa Catalina del viaje del enfermo hasta otra localidad, en caso de que no pudiese ser atendido en el centro por falta de espacio o bien porque la enfermedad en cuestión requiriese el internamiento en un centro especializado. Durante el periodo estudiado, el hospital de Santa Catalina socorrió a enfermos con bagajes destinados a Alcolea, Peñaflor, Constantina y Tocina (24). Socorros y bagajes, constituían el sistema de ayuda a los enfermos pobres que proporcionaba el Hospital. Tal sistema, giraba en torno a las cartas de caridad. Estos documentos eran expedidos por el médico y consistían en una certificación del estado del enfermo, pobre o ambas cosas, extendido tras el oportuno examen de las condiciones y circunstancias del individuo, las cuales quedaban reflejadas en la carta. Cada una iba dirigida a un hospital o centro benéfico determinado, el cual tenía obligación de atender al portador del documento. Cuando las condiciones económicas y la distancia a la que se encontraba el centro de destino lo permitían, la carta se acompañaba de socorro monetario para el viaje y bagaje. Ya hemos visto las localidades a las que el hospital de Santa Catalina envió enfermos con bagaje. Éstos, naturalmente, llevaban carta de caridad, sin embargo, también se extendieron cartas a Sevilla, Córdoba e incluso Santiago de Compostela, si bien los recursos del Hospital hicieron que éstas sólo pudieran ser acompañadas de socorro económico para el viaje, pero no bagaje.

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Libro de enfermedades contagiosas de Francisco Franco, Universidad de Sevilla

. IV. RENDIMIENTO DEL HOSPITAL El Hospital de Santa Catalina disponía en su única sala de espacio para un total de seis enfermos ingresados simultáneamente, a lo que habría que añadir los socorros dispensados diariamente en cualquiera de las modalidades que ya hemos mencionado. Para valorar el rendimiento del centro, hemos de restringir nuestro campo de estudio al año 1814, ya que las cifras aportadas por la documentación para los cuatro primeros meses de 1815 no son fiables. A lo largo del período mencionado el hospital atendió a 46 enfermos, si bien uno de ellos, Juan Montes, fue ingresado tres veces a lo largo del año, con lo que en el registro quedan reflejadas 48 hospitalidades proporcionadas por el centro. De estos 48 casos, 31 salieron del hospital aparentemente curados, 4 fueron enviados con cartas de caridad a otros centros debido a la naturaleza de su enfermedad, y 14 fallecieron mientras se encontraban ingresados, lo que representa un 63% de tasa de curación. A su vez, en 11 casos se dispensaron socorros y cartas de caridad

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Aproximación al funcionamiento del Hospital de Santa Catalina a través del Patronato de Josefa de Orbaneja

: Tratamientos dietéticos y tratamientos farmacológicos. Debido a la naturaleza de la fuente utilizada, no hemos podido profundizar en el segundo aspecto, ya que no se han conservado las facturas o albaranes de la botica, a diferencia de los productos adquiridos diariamente en otros comercios, de los que existe una relación precisa.

itidas, con lo que de la acción de la institución se beneficiaron un total de 57 personas. Del total de 46 internados a lo largo del año, 13 eran mujeres y 33 varones, formando estos últimos una gran mayoría con el 72%. De las primeras, se produjo el fallecimiento de 5 mientras que entre los hombres se produjeron 9 óbitos. Así, se observa cómo el porcentaje de fallecimiento en las mujeres es un 11% superior al de los varones. Finalmente, cabría preguntarse por la procedencia de los ingresados, teniendo en cuenta que en su mayoría se trata de un grupo social de gran movilidad a lo que contribuye el hecho de encontrarse en una España recién salida de la Guerra de la Independencia. Al respecto, la mayor parte de los ingresados son naturales de Lora del Río (43%), seguidos de individuos procedentes de Granada (9%) y Valladolid (5%). El resto de las procedencias recogen a un 2 ó 3% de los enfermos cada una, siendo las siguientes: Peñaflor, Tarragona, Badajoz, Sevilla, Guadalupe, Trasierra, Alcolea, Galicia, Cazalla de la Sierra, Castuera, Portugal, Cabra, Soria, Belálcazar, Llerena y Palencia (25). V. EL TRATAMIENTO A LOS ENFERMOS El tratamiento a los enfermos del Hospital de Santa Catalina podía dividirse en dos vertientes básicas que se complementaban:

Cuando el enfermo Nicolás Carmona hablaba del ... puchero de costumbre... no lo hacía de forma metafórica. En el centro todos los enfermos tenían una dieta de base, compuesta por un guiso de carne y menestras (26) y una libra de pan, la ración de carne por enfermo era de 1/4 de libra. La única excepción a esta dieta la componían los enfermos que por la naturaleza de sus dolencias estaban a caldo. Diariamente, Joaquín López visitaba a los enfermos por la mañana y, en base a su estado, se realizaba la compra del día, que además de la dieta básica contaba con una serie de alimentos recetados a cada enfermo según el estado que presentase. Estos alimentos utilizados a modo de medicina eran los siguientes: q Vino: se administraba por "raciones", normalmente una por enfermo, aunque encontramos excepciones en que se recetan dos raciones diarias. q Chocolate: se administraba por onzas, nunca más de una por enfermo. q Pasas: Al parecer también se utilizaron en el Hospital del Espíritu Santo de Sevilla durante el siglo XIX, pero se desconoce la utilidad que les era atribuida. q Bizcochos: se administraban por unidad, pero carecemos de más información. q Arroz: se utilizaba en el guiso de base si bien, cuando se receta, se hace uno especial de arroz para los enfermos que lo necesitan, mientras que los demás toman el

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l habitual. En base a ésto parece ser que se trata de un sustitutivo de la carne para aquellos enfermos que, debido a problemas digestivos, el medico consideraba que no podían comerla. q Jamón: no hay información sobre su administración. q Trigo: no hay información sobre su administración. q Higos: Parece ser que se utilizaron también en el Hospital del Espíritu Santo de Sevilla durante los siglos XVIII y XIX, pero se desconoce las propiedades que se les atribuían. q Tocino: Este alimento era conocido en la medicina del momento también como lardo. Se administraba en caso de dolores musculares tales como la ciática. Esta propiedad se le atribuía en la medicina española ya desde el siglo XV, cuando Alfonso de Chirino recomendaba: Para el grand dolor de la ceatica tomen dos libras de lo grueso del tocino (27). q Naranjada: no hay información sobre su administración. q Huevo: se administra por unidad, pero carecemos de más información. A su vez, la documentación refleja también la existencia de productos que si bien eran típicamente farmacológicos, no eran adquiridos en la botica, gracias a lo cual nos ha llegado información acerca de su utilización en el Hospital de Santa Catalina. El primero de ellos era la sal de la higuera, denominada también sal de Inglaterra o catártica. Se trata de una sustancia de origen mineral utilizada fundamentalmente durante los siglos XVIII y XIX (28). No existe información acerca de su aplicación farmacéutica, si bien el término catártico designaba en el siglo XIX a los medicamentos que tenían una función purgante (29). La otra sustancia de cuya utilización tenemos noticias es la Almendrada, conocida también co-

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Aproximación al funcionamiento del Hospital de Santa Catalina a través del Patronato de Josefa de Orbaneja

Carta de caridad 8% Mujeres 28%

Curados 63%

Fallecidos 29% Varones 72%

PORCENTAJE DE VARONES Y MUJERES INGRESADOS

TASA DE CURACIÓN DE LOS INGRESADOS

Fallecidas 38%

Fallecid0s 27%

Curadas 62%

Curados 73%

TASA DE CURACIÓN ENTRE LAS MUJERES

Valladolid 5%

TASA DE CURACIÓN ENTRE LOS VARONES

Belalcázar Palencia 2% Llerena 2% 2% Soria 2%

Desconocido 9%

Lora del Río 42%

Cabra 2% Portugal 2%

Granada 9%

Castuera 2% Cazalla de la Sierra 2% Alcolea Peñaflor 2% Guadalupe Badajoz 2% 2% Trasierra 2% 2% Sevilla Tarragona 2% 2%

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Gráfico 2 PROCEDENCIA DE LOS INGRESADOS

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Aproximación al funcionamiento del Hospital de Santa Catalina a través del Patronato de Josefa de Orbaneja

ién como Amidalate o Almendrade. Se trataba de una bebida compuesta de leche de almendras y azucar, y respecto a su utilización en ...el caldo de gallina o de carne es bueno echar en ello açucar para quando omme quiere guardar el estómago... (30). A su vez, según Isaac Israelí, también ya desde el siglo XV, se utilizaba para ...despues de que fuere abaxando la fiebre darles almendrada e agua de ceuada (31). VI. CONCLUSIONES Tal como en muchos municipios sevillanos, hasta el siglo XIX, Lora del Río contó con su propio centro hospitalario. Este tipo de centros, salvo casos especiales, no ha sido estudiado debido a la falta de documentación al respecto. Sin embargo, para el caso del hospital de Santa Catalina, gracias a la creación del patronato de Teresa de Orbaneja y a las vicisitudes sufridas por éste a raíz de la Guerra de la Independencia, nos ha quedado una fuente documental en el Archivo de la Catedral de Sevilla, que si bien no nos permite reconstruir su historia, sí hace posible un acercamiento a sus características y funcionamiento en un momento concreto. Se trataba de un hospital de reducidas dimensiones, si bien con suficiente capacidad asistencial para el municipio de Lora del Río e incluso para enfermos de diversos lugares de origen. A su vez, bagajes, cartas de caridad y socorros, aumentaban su operatividad y mantenían una conexión entre el Centro y otros hospitales. Finalmente, respecto al tratamiento de los enfermos es de resaltar el importante papel que jugaba en el Centro un concepto tan actual como la curación basada en una serie de medidas dietéticas hacia los enfermos.

NOTAS (1) Vs. Lámina 1. (2) Archivo de la Catedral de Sevilla. Secc. IX, leg. 184, doc. 2. (3) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 2. (4) Ibídem. (5) Ibídem. (6) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 4. (7) Poder urbano y asistencia social: el hospital de San Hermenegildo de Sevilla (1453-1837). p. 101. (8) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 10. (9) Ibídem. (10) Diccionario geográfico-estadísticohistórico de España y sus posesiones de ultramar. p. 105. (11) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 8. (12) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc 9. (13) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 8. (14) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, docs. 8 y 9. (15) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 7. (16) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 8. (17) Poder urbano y asistencia social: el hospital de San Hermenegildo de Sevilla (1453-1837). p. 49.

Bibliografía Bibliografía q BARCIA, R. Diccionario general etimológico de la lengua española. Ed. Establecimiento tipográfico de Álvarez Hermanos. Madrid, 1880. q CARMONA GARCÍA, J. L. El

sistema de la hospitalidad pública en la Sevilla del Antiguo Régimen. Ed. Excma. Diputación Provincial de Sevilla. Sevilla, 1979.

q GONZÁLEZ DÍAZ, A. M. Poder urbano y asistencia social: El Hospital de San Hermenegildo de Sevilla (14531837). Ed. Excma. Diputación Provincial de Sevilla. Sevilla, 1997. q HERRERA, M. (Directora).

Diccionario español de textos médicos antiguos. Ed. Arco libros. Madrid, 1986.

q MADOZ, P. Diccionario geográficoestadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. (1845-1850). Ed. (Facsímil) Ámbito Ediciones. Sevilla, 1986. q MARTÍNEZ GARCÍA, C. y LÓPEZ DÍAZ M. T. La asistencia sanitaria a los sifilíticos: el Hospital del Espíritu Santo de Sevilla (15871837). Ed. Padilla Libros, Editores & Libreros. Sevilla, 1997.

(18) La asistencia sanitaria a los sifilíticos: el hospital del Espíritu Santo de Sevilla. p. 201. (19) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 9. (20) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 8. (21) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc. 8. (22) Ibídem. (23) Diccionario general etimológico de la Lengua Española. (24) A.C.S. Secc. IX, leg. 184, doc 8. (25) Vs. Lámina 2. (26) Respecto al término "menestra", según el Diccionario general etimológico de la Lengua Española, en el siglo XIX, podía significar tanto verduras como legumbres, por lo que no conocemos la naturaleza exacta de este componente de la dieta básica. (27) Menor daño de medicina. Citado en: Diccionario español de textos médicos antiguos. p. 1.558. (28) La asistencia sanitaria a los sifilíticos: el hospital del Espíritu Santo de Sevilla (1587-1837). p. 405. (29) Diccionario general etimológico de la lengua española. (30) Menor daño de medicina. Citado en: Diccionario español de Textos médicos antiguos. p. 81. (31) Tratado de las fiebres. Citado en Diccionario español de Textos médicos antiguos. p. 81.

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Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº 13


LA TRANSICIÓN EN LORA DEL RÍO (1975-1980)

Diego Delgado Díez

En octubre de 1975, Francisco Franco se presentaba ante los españoles como un ser débil, enfermo, de voz apagada y pulso tembloroso, lejos de aquella figura que se había asomado victoriosa al mundo tras la Guerra Civil y que se mantuvo en el poder durante casi cuatro décadas. Sus días, y los días del franquismo, estaban contados.

incertidumbre. Los temores de la guerra renacieron con fuerza, más acentuados entre la gente mayor que ya la sufrió en sus carnes y había sobrevivido para contarlo. Y en Lora, como en otros muchos pueblos y ciudades, los vecinos se reunían en las casas; hablaban en voz baja, rezaban entre murmullos y lloraban sus miedos en secreto, ...

En plena agonía del Generalísimo, el presidente Carlos Arias Navarro meditaba sobre su futuro y el que aguardaría al resto de españoles, y contemplaba desde la impotencia los continuos asesinatos de ETA (dieciséis en 1975) y los del GRAPO (cuatro víctimas mortales). La oposición y, sobre todo, los 1.800 presos políticos veían una luz de libertad en un horizonte cada vez más próximo.

I. LORA A MEDIADOS DE LOS SETENTA

El Príncipe Juan Carlos de Borbón estaba preparado para tomar el relevo en la Jefatura del Estado. Sin embargo, los seguidores del Régimen no lo veían con satisfacción, temerosos tal vez de posibles cambios en el sistema. La oposición, por contra, lo consideraba una marioneta al servicio del franquismo.

En aquellos difíciles momentos, Pedro de Leyva Sobrado era Alcalde de nuestra localidad. Había sido nombrado el 6 de noviembre de 1969, y compaginaba este cargo con el de Diputado Provincial. Le acompañaban en el gobierno municipal José Gallego Banacloche, Manuel de Jesús Ledro León, Germán Cava Montalbo, Antonio José Caro Martín, Germán Liñán Fernández, Francisco Liñán Fernández, Rafael Guerra Oliveros, Tomás Mejías Muñoz, Rafael Álvarez Castro, Manuel Nieto Cuevas, Manuel del Río Leal y Rafael Velasco Caro. Antonio Trigo Melo era Secretario Sindical y del Movimiento, y José Sánchez Rojas Corresponsal de Previsión Social.

En toda España se respiraba la

El municipio, de 18.023 habitan-

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tes, contaba con un presupuesto, aprobado en 1974, de 23.300.000 pesetas. La industria local se basaba, fundamentalmente, en la Pimentonera y refrescos helados (de entre los que sobresalía el popular Flaggolosina , anunciado en televisión) de José Nortes Macanás, la de aderezo de los hermanos Villamarín, la siderometalúrgica de José Lapetra, y las Cooperativas Agrícolas San Sebastián y Virgen de Setefilla . Para situar en la estadística aquella Lora de mediados de los setenta, señalemos que para las 4.358 familias había 5.020 viviendas (de las que 3.200 disponían de agua y 770 de teléfono), 1 hostal (12 plazas) y 3 pensiones (46 plazas). En el censo de establecimientos de hostelería sólo figuraban 8 bares y cafés, 7 tabernas, 1 restaurante y 2 discotecas. Por nuestras calles circulaban 2.300 automóviles, 1.420 motocicletas y ciclomotores, 389 tractores, 156 camiones, 24 taxis y 2 autocares, amén de las más de 600 bestias de carga (caballos, mulos y asnos). Además del puesto de la Guardia Civil, la seguridad ciudadana estaba en manos de los 13 Policías Municipales, 7 Bomberos y 4 Guardias Rurales.

Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº 13


La transición en Lora del Río (1975-1980)

acto plenario (al que fueron invitados los componentes del Consejo Local del Movimiento) se reiteró el sentimiento de profundo dolor y de inmenso agradecimiento hacia su figura. Se rezaron un Padre Nuestro y un Ave María y se decidió dar por terminada la sesión con las mismas palabras con que Franco había ultimado su testamento político: ¡Arriba España, Viva España! . Tres días después, el que hasta entonces era un La enfermedad de Franco se agravaba por momentos Príncipe inestable, fue proclamado Rey de España bajo el Por aquellas fechas renacía una nombre de Juan Carlos I. importante entidad deportiva en nuestra localidad: el Lora Club de No habría cambios, por el moFútbol. Habiendo sido fundado allá mento, en la política local. El 1 de por los años veinte, desapareció dufebrero de 1976, Pedro de Leyva era rante la década de los treinta, reapareelegido alcalde de Lora ante la Correció en 1952 y volvió a extinguirse poración que, para esta ocasión exen 1961 cuando poco antes estuvo a traordinaria, presidió el inspector un paso de ascender a Segunda Diprovincial del Movimiento, Miguel visión. Por fin, en la temporada Gil Padrón. 75/76, resurgió en el fútbol de competición provincial y regional. El Rey mantuvo en la presidencia del Gobierno durante siete meses a Era una alegría que vendría Carlos Arias Navarro, pero las preacompañada de un triste acontecitensiones de futuro de ambos fueron miento. El 24 de septiembre de 1975 oponiéndose. Arias perseguía el conmoría, a los 84 años de edad, Nicolás tinuismo político del Régimen, y Montalbo Coronel. Con él desaparecreía contar con el apoyo de los pocería el noble apellido Montalbo que deres militar, civil y económico del había pervivido en nuestra villa dupaís, no en vano aún controlaba el rante siglos. Pero no se fue don Niaparato del Estado y los Servicios de colás sin dejar un recuerdo perpetuo Información. Sin embargo, el 1 de a sus convecinos: su casa de la Roda julio de 1976 presentaba su dimisión de Enmedio, la Casa de las Columy el Rey la aceptó. A los dos días se nas, la que él quería que fuese la designó a Adolfo Suárez para cubrir Casa de la Virgen. Este hecho, conotan elevado puesto. Don Juan Carlos cido por muy pocos, no podía hacerbuscaba en él al hombre capaz de se público hasta su muerte, voluntad transformar las estructuras del Réque cumpliría con esmero el Hermagimen, que seguían resistiéndose, en no Mayor, José Montoto. un sistema democrático y pleno de libertades. II. LOS REYES EN LORA La enfermedad de Franco agravaba por momentos sin que nadie pudiera remediarlo. Y en la madrugada del 20 de noviembre dejó de latir definitivamente el corazón de aquel anciano de 83 años de edad que había dirigido los destinos de España durante casi cuatro décadas. A las pocas horas, la Corporación municipal loreña se reúne con carácter extraordinario y urgente para hacer pública expresión de pesar por tan importante pérdida. En el

La opinión pública, que aún no contaba para el poder, se mantenía expectante a los cambios que se iban produciendo en el Gobierno de la Nación. Por su parte, el Rey se fue acercando a la gente. Así, en un breve recorrido que hicieron los Monarcas por tierras andaluzas, visitaron Lora del Río el 2 de abril de 1976. Aquel día amaneció gris y, aunque el pueblo entero ansiaba ver de cerca a don Juan Carlos y a doña Sofía, un cierto clima de rechazo deambulaba por un sector del ambiente. Tras saludar

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a los loreños desde el balcón del Ayuntamiento, donde descubrieron un azulejo conmemorativo, se dirigieron en automóvil hacia el nuevo centro escolar que se había construido entre la barriada de los Pisos y el barrio de San José. El Ministro de Educación y Ciencia, Robles Piquer, asistió a la inauguración de este colegio que se bautizaría con el nombre de Reyes de España . Al acto fueron invitados también los alumnos de los demás centros de la localidad. Una niña, de familia humilde y muy numerosa, hizo entrega a la Reina de un ramo de flores en representación de los demás niños de Lora. El Ayuntamiento hizo constar el agradecimiento de esta villa a SS. MM. y acordó enviarles una colección de fotografías en recuerdo de esa visita. Por el mismo acontecimiento, fueron los gobernantes loreños quienes recibieron multitud de felicitaciones por parte de las autoridades provinciales y de otras localidades próximas. III. UNA TRANSICIÓN ANGUSTIOSA El presupuesto municipal de Lora ascendía ya a los 37 millones de pesetas, paulatinamente se estaban viendo mejoras en algunas calles y barrios, la sección delegada de Enseñanza Media había dejado paso al Instituto Nacional de Bachillerato Mixto... Pero nada de eso hacía decrecer la tensión laboral. El 26 de agosto del 76 se cierra en Sevilla un manifiesto firmado por los presidentes de las UTT de las Hermandades de Labradores y Ganaderos de Gerena, Villaverde, Fuentes, Badolatosa y Lora del Río; en el manifiesto denuncian la pésima política agraria del Gobierno, la discriminación de los obreros del campo con los de la industria, el abandono de los pueblos...., y reclaman un puesto de trabajo diario, un seguro de desempleo, jubilación a los 60 años, incremento salarial de 6.000 pesetas anuales, etc Los responsables de estas reivindicaciones, vinculados a las Comisiones Obreras, exigen la lucha de los trabajadores para su consecución; con ello, además, les animan a la movilización y a hacerle frente al poder establecido. La sociedad, que sufría esos problemas en todos sus ámbitos, estaba viendo sin embargo algunos cambios en sus hábitos y costumbres. Circu-

Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº 13


La transición en Lora del Río (1975-1980)

Circulaban ya con la efigie del Rey las monedas y los sellos de correos, que costaban dos pesetas para envíos urbanos. El salario mínimo que cobraba un trabajador se estableció en 11.400 pesetas al mes, pero los soldados que cumplían el servicio militar sólo recibían 300 mensuales. Con tres duros se podía comprar un paquete de tabaco negro, rellenar dos columnas en las quinielas de fútbol o echar medio litro de gasolina. Se pagaban 55 pesetas por ver en el cine una película como El Gran Dictador , de Charles Chaplin, que se estrenaba en España con 36 años de retraso y que a las pantallas de Lora, de butacas más baratas, llegaría más tarde aún. Entre los resquicios del 76 y los primeros meses del 77, apenas daba tiempo a asimilar la violencia real que se padecía en España. ETA, GRAPO y bandas de extrema derecha se encargaban de sembrar de sangre la desequilibrada convivencia nacional. En la primavera de ese año, el 19 de abril de 1977, Manuel de Jesús

e Jesús Ledro León sustituía en la alcaldía a Pedro de Leyva y se hacía cargo de un Ayuntamiento con un presupuesto de 44.500.000 pesetas. Leyva, como establecía la legislación, tuvo que renunciar al cargo para presentarse como candidato a Diputado por el Congreso. Pocos días después de esa sesión fallecería el concejal José Gallego (quien, por cierto, ya había propuesto en el 71 que fuese coronada la Imagen de la Virgen de Setefilla). También aquí el sistema franquista controlaba los principales poderes de la localidad. Ledro debía afrontar, pues, la época de transición loreña. Uno de los problemas de más envergadura era el del paro. La situación, calificada en algunos sectores como angustiosa , resultaba delicada por cuanto eran muchos los vecinos de nuestro municipio que no tenían un trabajo estable, que tenían que emigrar a la recogida de la aceituna en Jaén o de la vendimia en Francia, o tal vez en busca de un hueco en la sólida industria alemana.

CUADRO 1 Población de Derecho: Número de Mesas: Censo Electoral:

Afluencia de votantes

15.922

Votos

21 Votos Válidos:

9.699

Votos Nulos: Nº Votantes:

8.409

86,7%

Abstención:

1.290

13,3%

Votos Blancos: Votos a Candidaturas:

Candidatura PSOE

Votantes

Porcentaje

8.409

86,7%

8.357

99,38%

52

0,62%

3

0,04%

8.354

99,96%

Votos

% Válidos

PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL

3.931

47,04%

UCD

UNIÓN DE CENTRO DEMOCRÁTICO

2.758

33,0%

PCE

PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA

640

7,66%

AP

FEDERACIÓN DE PARTIDOS DE ALIANZA POPULAR

503

6,02%

PSP-US

PARTIDO SOCIALISTA POPULAR - UNIDAD SOCIALISTA

278

3,33%

FDI

FRENTE DEMOCRÁTICO DE IZQUIERDAS

66

0,79%

FUT

FRENTE UNIDAD DE LOS TRABAJADORES

37

0,44%

RSE

REFORMA SOCIAL ESPAÑOLA

30

0,36% 0,32%

MSA

MOVIMIENTO SOCIALISTA ANDALUZ

27

FDC-EDC

COALICIÓN ELECTORAL EQUIPO DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA

26

0,31%

AET

AGRUPACIÓN ELECTORAL DE TRABAJADORES

20

0,24%

ASDCI

ALIANZA SOCIALISTA DEMOCRÁTICA

15

0,18%

URA

UNIDAD REGIONAL ANDALUZA

15

0,18%

AN18

ALIANZA NACIONAL 18 DE JULIO

7

0,08%

CAI

CANDIDATURA ANDALUZA DE IZQUIERDA

1

0,01%

(fuente: Ministerio del Interior)

alemana. Tras la amnistía concedida a los presos encarcelados por razones ideológicas, la legalización de los partidos políticos y de los sindicatos, el Gobierno de Suárez convocó Elecciones Generales para el 15 de junio de 1977, después de las últimas elecciones libres celebradas cuarenta y un años atrás a las puertas de la guerra civil. Un auténtico jeroglífico de siglas concurrieron a las urnas aquel 15-J. De entre ellas, los españoles se decantaron mayoritariamente por la UCD liderada por Adolfo Suárez. Le seguiría el PSOE encabezado por Felipe González Márquez. Más distanciados quedarían el Partido Comunista, de Santiago Carrillo, y Alianza Popular, de Manuel Fraga. En Lora, sin embargo, los resultados fueron otros: IV. LA BIBLIOTECA PÚBLICA El Ayuntamiento andaba preocupado por la deuda acumulada y ocupado en buscar fórmulas (préstamos) para aliviarla. Esa deuda, que ascendía a unas 554 mil pesetas en septiembre del 77, no supuso freno alguno para que se hubiese aprobado la Junta Municipal de la Biblioteca Pública que se abriría en el edificio de la antigua Ermita de Santa Ana. Esa Junta estaba compuesta por los siguientes miembros: q Manuel Nieto Cuevas (Concejal Delegado). q Rafael Morillo Liñán (Encargado y Secretario) q Manuel Ventura Méndez (Director del Instituto Nacional de Bachillerato). q Emilio Morillo Pantoja (Director de la Escuela de Aprendizaje Industrial). q Antonio Bermúdez Rivero (Director del Colegio Nacional Reyes de España ). q Fernando del Yerro Cabero (Director del C. N. San José de Calasanz). q Manuel Fernández Calvo (Director del C. N. Miguel de Cervantes ). q Manuel Calzada Sánchez (Director del C. N. Virgen de los Reyes ).

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La transición en Lora del Río (1975-1980)

El Priorato). q Moisés Antón Arriba (Director del C. N. Virgen de Setefilla ). q Manuel Álvarez García (en representación de los vecinos). A las estanterías de la nueva Biblioteca, aún con muy poco material, llegaría más adelante el libro Tradiciones de Lora y Setefilla , de José Montoto y González de la Hoyuela, obra que había terminado de imprimirse en los talleres de la Editorial María Auxiliadora de Sevilla el 17 de mayo del 75, cuando se cumplía, justamente, medio siglo desde aquel milagro de la Virgen. Pero nuestro ilustre periodista y escritor no vería culminada la transformación de la Ermita Santa Ana (que él mismo ya solicitó para adecuarla como Casa Hermandad), ya que falleció el 30 de mayo de 1977, a los

u recuerdo, el Ayuntamiento rotularía con su nombre la calle Roda de Enmedio, en cuyo corazón se encuentra hoy la Casa de la Virgen de Setefilla. A Ella y a su Hermandad, de la que era Hermano Mayor Vitalicio, Montoto había dedicado gran parte de su vida y de su obra. Le sustituiría en el cargo el ex-alcalde Pedro de Leyva Sobrado, hasta el 13 de julio de 1978 en que sería elegido el médico José Antonio Heras Muñoz. Esta última junta fue la que comenzó a revisar los Estatutos y Reglas de la Hermandad. En mayo del 78 se produjeron otros dos hechos que tuvieron repercusión en la sociedad loreña: el fallecimiento del director de la Banda de Música Municipal, Francisco Mena del Rosal, y la inauguración de la residencia de ancianos que se había construido en el barrio de Las More-

rio de Las Morerías. V. LA FUERZA DEL PUEBLO Las tensiones sociales y laborales palpitaban entre la gente. Los jornaleros del campo se manifestaban por las calles de Lora. El paro machacaba a las clases más bajas. La sequía no permitía que la tierra diese trabajo a tanta mano de obra. El crecimiento de la población no era compensado con la construcción de nuevas viviendas. El Ayuntamiento, que en el 78 se tenía que ceñir a los 54 millones de presupuesto municipal, se veía incapaz de dar solución inmediata a tanto problema. Con más de un millón de españoles parados a cuestas, más de la mitad del territorio nacional afectado por la desertización, los continuos crímenes terroristas, el primer in-

CUADRO 2

26.632.180 17.873.271

67,11%

8.758.909

32,89%

632.902

3,57%

078 88,54% 1.400.505 7,89% 133.786

CUADRO 3

17.873.271 67,11%

PSOE UCD PCE PSA-PA CD PTE PSOE-H MC-OIC UCE POC UN FJONSA PCT ORT LCR IR OCE-BR PPROV

0,75%

PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL UNIÓN DE CENTRO DEMOCRÁTICO PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA PARTIDO ANDALUCISTA COALICIÓN DEMOCRÁTICA PARTIDO DEL TRABAJO DE ESPAÑA PART. SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL(SECTOR HISTÓRICO) MOVIMIENTO COMUNISTA-ORGANIZACIÓN IZQUIERDA COMUNISTA UNIFICACIÓN COMUNISTA DE ESPAÑA PARTIDO OBRERO Y CAMPESINO PARTIDO UNIÓN NACIONAL FALANGE ESPAÑOLA DE LAS JONS AUTENTICA PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA DE LOS TRABAJADORES LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA IZQUIERDA REPUBLICANA ORGANIZACIÓN COMUNISTA DE ESPAÑA BANDERA ROJA PARTIDO PROVERISTA

3.401 38,17% 2.625 29,46% 1.227 13,77% 773 8,67% 326 3,66% 220 2,47% 91 1,02% 54 0,61% 32 0,36% 31 0,35% 24 0,27% 22 0,25% 18 0,2% 14 0,16% 11 0,12% 10 0,11% 9 0,1% 5 0,06%

(fuente: Ministerio del Interior)

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La transición en Lora del Río (1975-1980)

pe de Estado frustrado al teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina..., el país se encaminaba de nuevo hacia las urnas. El debate estaba ahora en la reforma constitucional. En referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978, el pueblo español aprobó la Constitución por abrumadora mayoría (Cuadro 2). Decrecían en la sociedad los temores al fracaso de su paulatina transformación, al tiempo que crecía y se desarrollaba un fuerte espíritu de asociacionismo en el pueblo. Bajo la apariencia cultural habitaban, casi siempre, intenciones políticas de marcado carácter izquierdista. De esa forma nacieron en Lora la Asociación de Vecinos Miguel Hernández , el Club de Poesía Andaluza, el Cine Club Axati, o la Casa de la Juventud que, a su vez, englobaba a otra serie de grupos. Los ideales apuntaban en muchas ocasiones en la misma dirección: la autonomía para Andalucía. Para reivindicar ese derecho, en determinados centros de enseñanza loreños los alumnos salieron al patio en hora lectiva para cantar el himno de nuestra región. Algunos niños, mayoritariamente hijos de familias bien posicionadas, no asistieron a estos actos de manifestación por expresa prohibición de sus padres. La pre-autonomía ya estaba en marcha. Ahora faltaba que la transformación política y administrativa siguiera su rumbo descentralizador. Faltaba que los pueblos y ciudades eligiesen democráticamente a sus representantes locales. Faltaba que los Ayuntamientos dejasen de ser monopolio de unos cuantos apellidos para convertirse en la casa de todos... Al menos, con esa intención se celebraron los comicios municipales de 1979. En el mes de marzo anterior se habían celebrado las segundas elecciones generales, donde UCD y PSOE siguieron siendo las fuerzas políticas más votadas. En Lora, los 8.893 votos que se repartieron las candidaturas como muestra el Cuadro 3. En las municipales del 3 de abril del 79 ésto no cambió. Sin embargo, los pactos contraídos por los partidos de izquierda (sobre todo entre socialistas y comunistas) le arrebataron tres cuartas partes de los gobiernos municipales a UCD y a

ales a UCD y a Alianza Popular. En Lora se presentaron tres partidos: UCD, PSOE y PCE. Los centristas obtuvieron ocho ediles, cinco los comunistas y cuatro los socialistas. El pacto entre los dos partidos de izquierda (sumando nueve concejales) daría como resultado que el maestro de escuela Domingo Díaz Rodríguez fuese el primer alcalde democrático de nuestro pueblo. Pero los problemas a los que debía hacer frente eran muchos y graves: el paro crónico, la falta de vivienda, la necesidad de arreglo del puente del río, el puente de Jesús, la falta de expectativas de industrialización, etc... Por ello, la Corporación se centró en un Programa Mínimo de Actuación Conjunta desde el que debían tratarse de modo urgente temas como el empleo comunitario, mejoras urbanas, suelo industrial, presupuesto municipal, Plan de Ordenación Urbana, ordenanzas fiscales, construcción de viviendas sociales, instalación de cabinas telefónicas, las carreteras de acceso, ... Tener a una persona en la Diputación de Sevilla contribuiría a encauzar parte de toda esa problemática. Y el que había sido alcalde durante el primer tramo de la transición, Manuel Ledro León, fue designado ahora para representar a nuestra comarca en aquella primera Corporación Provincial que presidía el socialista Manuel del Valle. Antes de abandonar la presidencia consistorial, Ledro había aceptado la propuesta hecha por la Hermandad Mayor para que ya no fuese el Ayuntamiento quien decidiera las Idas y Venidas de la Virgen. Por ello, y desde enero de 1979, ese privilegio corresponde exclusivamente a los fieles. Uno de los mayores seguidores de Setefilla era el sacerdote Juan Martínez Liñán. Su repentina muerte el 28 de diciembre de 1979 truncó la vocación religiosa y la brillante carrera pictórica de este religioso nacido en Lora y auténtico enamorado de su pueblo. VI. LOS PRIMEROS PASOS EN DEMOCRACIA El derecho de autonomía para Andalucía era el eje que estimulaba la convivencia política de los loreños.

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los institutos de Formación Profesional y de Bachillerato, los estudiantes reivindicaban (algunas veces de forma enérgica) ese derecho para nuestra región. El nacionalismo andaluz se daba de bruces, sin embargo, con otros pensamientos más conservadores. Esto se manifestaba de forma clara en la juventud: una parte se identificaba con una pequeña bandera de España en la correa del reloj y cantando el Cara al Sol en cualquier lugar de encuentro; la parte opuesta se mostraba con ímpetu inconformista y revolucionario. La diferencia de ideologías dio lugar a muchos enfrentamientos verbales entre los jóvenes y, alguna vez, se llegó más allá de las palabras. Era de tener en cuenta, sobre todo, la proliferación de militantes y simpatizantes tanto a la central anarco-sindicalista CNT y a partidos radicales de izquierda, como a la extrema derecha representada en Fuerza Nueva y la resurgida Falange Española. Todo ello se fue acrecentando a medida que se acercaba la fecha del 28 de febrero de 1980. Sería ese día cuando los andaluces habrían de decidir si querían la autonomía a través del artículo 143 o el 151 de la Constitución. El primero, de más lento proceso, era el que proponía el Gobierno de la UCD, mientras que por el segundo se decantaban las principales voces de Andalucía. El 28-F, siete de las ocho provincias (todas, menos Almería) coincidieron en equipararse a otras regiones como Cataluña o el País Vasco. El interés centralizador del Gobierno interpretó de una manera muy extraña los límites de la Democracia: en el referéndum andaluz se abstuvieron personas que, viniendo en las listas electorales, habían fallecido con anterioridad o aún no tenían edad para

electores

CUADRO 4 4.430.356

participantes

2.843.820

en favor

2.472.287

en contra

152.438

en blanco

200.210

nulos

12.576

(Datos regionales; fuente: AGUIAR DE LUQUE, L.; BLANCO CANALES, R.: Constitución española, 1978-1988, 3 vols, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1988, Cap. 4, p. 345-351)

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e de alguno de los trabajadores de esa cuadrilla, la persona indicada debía responder, con lo cual confirmaba su asistencia y cobraba el día. Pero ocurría que, en ocasiones, quien contestaba era una persona distinta de la nombrada, porque el interesado se encontraba trabajando en otra parte (incluso hasta fuera de España) y esta era la mejor manera de seguir cobrando esa paga extraordinaria .

SS.MM. los Reyes de España en la visita que cursaron a nuestro pueblo el 2 de abril de 1976 acompañados del Alcalde D. Pedro de Leyva y otras autoridades

d o aún no tenían edad para votar: La Corporación loreña veía la Autonomía como un camino para darle solución a los muchos problemas que aquejaban a nuestro pueblo. En su primer año de gobierno municipal, nuestros políticos habían intensificado las gestiones que se estaban realizando para la construcción de la Presa del Guadalbacar, reuniéndose en Madrid (octubre del 79) con la Subdirección de Obras Hidráulicas y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El Ayuntamiento loreño consiguió poner en marcha la información pública, y apoyó al de La Puebla de los Infantes en su petición de compensaciones por la privación de parte de su territorio. Esto último fue mal interpretado en alguna publicación, provocando algún sentimiento de disputa entre ambas localidades. VII. EL PARO OBRERO Los problemas de siempre permanecían sin arreglo. El desempleo, lejos de solucionarse, crecía como un mal endémico. La gente acudía en masa a la caridad del paro obrero . En los campos se concentraban multitud de personas a la espera simplemente de que el listero (encargado de pasar lista) diese el visto bueno a su presencia allí, porque no había trabajo ni material suficiente para tanto parado. Era cumplir por cumplir, estar para cobrar. Y no tardó en saltar la picaresca: cuando el listero decía el nom-

¿Qué podía hacer el Ayuntamiento para controlar y poner orden en esa masificación? Muy poco. Le faltaban medios, personal y dinero para pagarle a ese personal. Y, para colmo, una desastrosa sequía azotaba la región. Esta circunstancia agravaba la situación de agricultores y jornaleros, ya que la falta de agua de riego y las heladas estaban limitando aún más la recolección de las mermadas cosechas. De todo ello el pueblo se enteraba en los campos, en la calle. No había ningún medio de comunicación local, por lo que el Ayuntamiento proyectó el Boletín Municipal (del que no salió ningún número ese primer año) y la hoja de El Ayuntamiento Informa (que sólo vio una). La falta de información y el fracaso en el contacto con los vecinos desembocaron en el desinterés de los ciudadanos y, por lo tanto, en la completa inexistencia de colaboración entre ambas partes. En mitad de ese clima de confusionismo sobresalía una voz, normalmente desde cualquier tajo del paro. Esa voz era la de María Moreno Pérez, la Pasionaria de Lora . Tal vez fuese la fuerza de su carácter lo que la llevó a enfrentarse al poder establecido y a liderar todo el movimiento obrero de la transición loreña. Su poder iba más allá de lo meramente sindical. La gente del campo, la mayoría de esta población, la seguía, creía en ella. Los demás la respetaban (¿o temían su poder de convocatoria?). VIII. NUEVAS ASOCIACIONES Los comerciantes e industriales de Lora, que conocían las consecuencias de ese poder de la María , celebraron una asamblea el 23 de enero de 1980 para aunar sus fuerzas bajo las siglas de AICLO. Se calificaban así mismos como trabajadores natos y apolíticos «aunque debemos reconocer que estamos sujetos a ciertas corrientes y presiones

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s y presiones que a veces nos conducen a situaciones, un tanto dudosas, un tanto pesimistas». No siempre el asociacionismo tenía vinculación directa con el medio político o laboral. Por iniciativa de Juan Medrano y los padres de alumnos del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes surgió una Comisión Pro-Cabalgata y, en enero del 80, las calles de Lora ya se vistieron de gala para presenciar el recorrido de la primera comitiva de los Reyes Magos. Por las mismas fechas se organizaba la Banda de Tambores y Cornetas Axati (que ya había desfilado en la Semana Santa del 79), gracias al afán que pusieron Antonio Puerta Fernández y Manuel Navarro Solís, antiguos miembros de la Banda Municipal de Música. Anecdótico, cuando menos, resultó el hecho de que el Ayuntamiento subvencionara con 300.000 pesetas a esta nueva agrupación musical para vestuario e instrumentos, y que tuviese que contratar a la Banda de Tambores y Cornetas de Palma del Río para el desfile de la Cabalgata de Reyes Magos en ese mismo año. IX. EL AUGE DEPORTIVO El Lora CF., al inicio de la década de los ochenta, seguía consolidándose como uno de los mejores clubes de la provincia. Pero tal era la cantidad de jóvenes que querían jugar al fútbol que no todos tenían cabida en los escalafones del Lora. Este hecho, unido a una diferencia de criterios entre aficionados y directivos, motivó el nacimiento de un nuevo club en 1980: el Atlético Loreño. Para restarle protagonismo, el Lora puso en competición a un conjunto filial, el Laurus Balompié, evitando, al mismo tiempo, que el club más modesto se hiciera con los servicios de jugadores destacados. El filial Laurus (entrenado por Fernando Toro) conquistaría el campeonato en el Grupo II de la Segunda Regional. Aunque las distancias parecían marcadas, las rivalidades entre Lora CF. y Atlético Loreño se recrudecieron a raíz de la negativa del primero a que el otro utilizase las instalaciones del Campo Nuestra Señora de Setefilla . No se le permitía el acceso a las duchas de los vestuarios, y en los entrenamientos nocturnos se iluminaban con las luces de sus propios coches. La armonía hubo de llegar

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ía hubo de llegar con la mediación del Ayuntamiento. En la plantilla del Lora, de la Primera Regional de Aficionados, jugaban: Prados, Alejandro, Juanma Campos, Eulalio, Leo, Arancón, Paco Trahílla , Chico Genado, Isidoro, Rafael Jiménez, Del Valle, Ricardo, Chícharo Martínez, Dueñas, Manolín, Pedro Toro, Pedrín, Carmona, Antonio, Pastor y Cesáreo. En los escalafones inferiores del Lora militaban en esa época jugadores que llegarían a clubes de superior categoría, casos de Juan Carlos Fernández (portero internacional sub-21 que militó, entre otros, en el Sevilla y Granada) o Romero (que jugaría con el Atlético de Madrid B en Segunda División). La provechosa cantera loreña daría más frutos aún. Algo más alejados del Campo Nuestra Señora de Setefilla , concretamente en el Polideportivo Municipal, poco a poco se iba consolidando la competición de Fútbol-Sala que había puesto en marcha la Sociedad Deportiva Loreña. Dieciséis equipos participaban en la primera edición de liga: Loalpeca, Natación Axatiana, Chicos, Los Palanganas, Schalke-05, Zombis, Guadalquivir 80, Lapetra, Frank Mark, Retales Santa María, Cerro, Renault, Jovis, Tirones y Calambres, K-Tones y La Muralla. El gran número de participantes, de patrocinadores comerciales y de público le auguraban continuidad a esta novedosa disciplina deportiva en nuestra localidad. X. LA CORPORACIÓN MUNICIPAL Prometedora, cuando menos, parecía la convivencia entre los tres grupos que formaban la Corporación Municipal, aunque nunca faltaron las miradas de reojo porque nuevas elecciones habrían de venir, y el que ahora era aliado mañana podría ser la oposición. De momento, y tras el primer año de rodaje, la Corporación quedaba constituida de la siguiente manera: q Alcalde Domingo Díaz Rodríguez. q Obras, Servicios, Policía Municipal Manuel Hipona Martínez. q Enseñanza y Cultura Federico Luque Sabet. q Agricultura, Industria,

Industria, Corporativismo Francisco Cano Laredo q Hacienda y Personal Cipriano Redondo Morales. q Mercado y Abastos Enrique García-Tenorio Herce. q Paro, Aguas y Alcantarillado Luis Gallego Hurtado. q Sanidad y Beneficencia Manuel Arjona Castro. q Festejos y Deportes Salvador Caro Muñoz. q Alumbrado y Cementerio Juan González Jiménez. q Urbanismo y vivienda Antonio Aranda Torres. q Mercado y Abastos José Nieto Martín. q Limpieza Pública Juan Vilanova del Valle. q Juventud Setefilla Cano de la Torre. q Juventud Rafael García Muñoz. q Parques y Jardines Eduardo Serrano Lorente. q Diputado Provincial Manuel de Jesús Ledro León. Algunos meses después, Nicolás Sánchez Real sustituiría al Teniente de Alcalde, Enrique García-Tenorio Herce. Francisco López Cárceles ostentaba la titularidad de la Secretaría General del Ayuntamiento, mientras que Antonio Liñán Becerra la de Interventor y José Conejero Sánchez la de Asesor Jurídico. Los cambios en la gestión municipal eran ya evidentes. Se aprobaron unos presupuestos significativamente superiores a los que permanecían congelados desde el 78, llegándose a la cifra de 90 millones, 60 de los cuales irían destinados a gastos de personal. Se incrementaron de forma considerable las tarifas de las Ordenanzas Municipales, alcanzando subidas superiores al 500 % (como en la recogida de basuras, que pasó de las 650 pesetas de cuantía máxima a las 3.800). Subieron también las tasas e impuestos como alcantarillado, cementerio, licencias de obras

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ste caso el 100 %), ... Esas recaudaciones, además de garantizar el funcionamiento del Ayuntamiento, sirvieron para realizar obras de ampliación y mejora en el cementerio, se electrificaron la antigua carretera de Alcolea y algunas calles del pueblo (Villadiego, Virgen del Carmen, Esperanza, barrio El Barrero, etc ), se compró la caseta de Lapetra para acondicionarla como Caseta Municipal, comenzaron las obras del Pabellón Polideportivo Cubierto, ... La cultura del pueblo giraba tímidamente alrededor del Consejo Municipal de Cultura (CMC), que organizó algunos actos y concursos literarios. Su objetivo, sin embargo, quedó distanciado del que se pretendió desde su inicio. Determinados sectores implicados en esta materia asociaban el CMC más al Partido Comunista que a la cultura popular, de ahí que se desvincularan del Consejo, dejando como únicos participantes a la Delegación de Cultura del Ayuntamiento, la Asociación de Vecinos, Casa de la Juventud, Instituto de Bachillerato, Escuela de Formación Profesional y Colegio Reyes de España . XI. LOS NOMBRES DE LAS CALLES Otro cambio, no menos importante, se produjo en la nomenclatura de algunas calles de nuestro pueblo. El 18 de abril de 1980 se reunieron los miembros de las Comisiones Informativas con representantes de asociaciones e instituciones locales. Tras su debate, el acuerdo al que se llegó dio como resultado el cambio de muchas calles del municipio: Nombre Anterior NOMBRE NUEVO q Calvo Sotelo CALLE LARGA q Fernando Díaz Carballo

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az Carballo BARRIO SEVILLA q Pedro Parias PABLO IGLESIAS q Plaza del Generalísimo PLAZA DE ANDALUCÍA q José Antonio BLAS INFANTE q Coronel Yagüe AVENIDA DEL CASTILLO q Teniente Coronel Tella CALLE ALCÁNTARA q Falange Española RODA ARRIBA q General Mola CALLE RASTRO q General Sanjurjo CÁNOVAS DEL CASTILLO q Alcázar de Toledo MARIANA DE PINEDA q Coronel Cascajo MENDIZÁBAL q General Aranda VELARDE q Coronel Castejón SOLEDAD q General Moscardó BLASCO IBÁÑEZ q Mutilados de la Legión 28 DE FEBRERO q Capitán Cortés AVENIDA ANTONIO MACHADO q Sargento Provisional JUAN CERVERA SANCHÍS q Calle Formación Profesional DON JUAN BOSCO q Calle trasera de la Caja Rural MIGUEL HERNÁNDEZ q Callejón Salinas CALLE BOMBEROS q Juan Ramón Benítez Tatay PABLO PICASSO q Queipo de Llano FEDERICO GARCÍA LORCA q Mártires de Lora JOSÉ MONTOTO Y GLEZ. DE LA HOYUELA q Buenavista DOCTOR FLEMING q Transversal J. Caro 4 DE DICIEMBRE El acuerdo de la nueva nomenclatura, que borraba los resquicios más visibles del franquismo, quedó apro-

Fuentes consultadas Fuentes consultadas

- Archivo Municipal de Lora del Río - Hemeroteca Municipal de Sevilla - Archivos de Radio Lora - Ministerio del Interior () - Facultad de Derecho. Universidad de Valladolid. (www.der.uva.es) - Archivos propios

Obrasconsultadas consultadas Obras

q Memoria de la transición; Edita: Diario El País S.A. (Madrid, 1995)

q Sevilla, estudio de sus municipios; Ediciones y Publicaciones Populares. (Dos Hermanas, 1976) q El País, 20 años; Edita: Diario El País S.A. (Madrid, 1996) q Tradiciones de Lora y Setefilla; MONTOTO, José. Editorial María Auxiliadora. (Sevilla, 1975) q Un pueblo andaluz y su Virgen; LOZANO NIETO, Juan Manuel. Editorial Claret. (Barcelona, 1986) q Andalucía; LOMBAO, Manuel y SACALUGA, Miguel Ángel. La Gaya Ciencia. (Barcelona, 1977)

q Para el pueblo, balance de una gestión democrática; Diputación Provincial. (Sevilla, 1983)

q Boletín Informativo Municipal; Ayuntamiento de Lora del Río. (Lora del Río, febrero 1981) q Estadio; Lora Club de Fútbol. (Lora del Río, 1980) q Revista de Feria. Ayuntamiento de Lora del Río (Lora del Río, 1979, 1980 y 1984)

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Salvador Hernández González

Licenciado en Geografía e Historia I. VISIONES GLOBALES DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO DE LORA DEL RÍO: DE LOS DICCIONARIOS GEOGRÁFICOS A LOS CATÁLOGOS MONUMENTALES Y GUÍAS ARTÍSTICAS Como testimonio de su pasado, Lora del Río conserva un interesante patrimonio monumental integrado, como es sabido, por una serie de construcciones tanto religiosas como civiles que guardan en su interior piezas artísticas de diferente valor pero que son elocuentes muestras de la religiosidad popular y formas de vida de otras épocas. En torno a las fundaciones eclesiásticas y piadosas establecidas en la localidad, como la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, los conventos de la Inmaculada Concepción, San Antonio y la Merced, los antiguos hospitales, las ermitas y cofradías, etc..., se desenvolvió la actividad de diversos artistas (arquitectos, escultores, pintores, orfebres, etc...) que se dieron cita para el ornato de estos recintos sagrados. Este patrimonio monumental ha recibido cierto número de estudios por parte de la historiografía artística, producción bibliográfica muy dispersa (tanto de ámbito nacional,

EL PATRIMONIO MONUMENTAL DE LORA DEL RÍO A TRAVÉS DE LA HISTORIOGRAFÍA ARTÍSTICA: APROXIMACIÓN BIBLIOGRÁFICA regional y local) que queremos reseñar al objeto de obtener una visión panorámica de lo que sabemos y conocemos sobre este legado de las Bellas Artes en la localidad. Es decir, trataremos de presentar un estado de la cuestión sobre la Historia del Arte en Lora del Río, ciertamente incompleto dada la imposibilidad de disponer de algunas obras, pero que nos dará idea de los monumentos y obras objeto de estudio, fuentes utilizadas, metodología y aspectos analizados. Si tenemos en cuenta que la Historia del Arte (como disciplina científica independiente de la literatura, la historia propiamente dicha y la arqueología) no se consolidará hasta los siglos XIX y XX, nos encontramos con que las primeras semblanzas que conocemos sobre el patrimonio artístico de Lora proceden (dejando aparte las fuentes propiamente archivísticas) de algunas producciones bibliográficas de los siglos XVII y XVIII, que sin ser obras específicamente dedicadas a las Bellas Artes, sí aportan referencias sobre nuestros monumentos, con valor puramente estadístico más que descriptivo. Éste es el caso de algunas crónicas monásticas que al referir las fundaciones religiosas de las órdenes en cuestión en Lora aportan referencias sobre las fechas de fun-

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dación, construcción y otras vicisitudes de los cenobios de la localidad. Así, el cronista mercedario descalzo Fray Andrés Remón narra en 1633 la fundación del convento de religiosos de su orden (1), al igual que lo hace en 1662 el franciscano Fray Andrés de Guadalupe con respecto al de San Antonio, perteneciente dentro de la orden a la denominada Provincia de los Ángeles (2). Ya en el siglo XVIII el interés despertado por la Ilustración en torno al estudio de la geografía, la historia y la arqueología motivó la creación de academias desde las que se dio un fuerte impulso a estas disciplinas merced a una intensa actividad desplegada por medio de excavaciones, disertaciones literarias, publicaciones, creación de gabinetes y colecciones de antigüedades, etc... En esta línea fue fundamental en nuestra región el papel desempeñado por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras en el estudio y difusión del patrimonio. Precisamente en el boletín de esta institución correspondiente al año 1758 vieron la luz las Noticias pertenecientes a la historia antigua y moderna de Lora del Río, Setefilla y Arva, en Andalucía, de Tomás Andrés de Gúseme, verdadero pionero del estudio de la arqueología local. Nacido en Jerez de la Frontera en

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luz y en fechas recientes los textos correspondientes a unas pocas provincias, entre ellas la de Sevilla (4), aunque no figuran la respuestas de Lora, tal vez por no haber sido enviadas, lo que nos priva de interesantes datos sobre la localidad en estos años finales del siglo XVIII.

Fachada principal de la Ermita de Santa Ana rez de la Frontera en 1712, desempeñó en Lora el cargo de Juez de Residencia y lugarteniente del Bailío desde 1756 hasta 1764 en que fue nombrado gobernador de Rota y Chipiona, falleciendo en 1773. Aunque su obra se centra especialmente en la descripción de los vestigios arqueológicos, aporta datos de interés para el patrimonio artístico de Lora, pues recoge la fundación de los conventos (franciscanos de San Antonio de Padua en 1602, mercedarios descalzos en 1609 y monjas de la misma orden en 1617) , relaciona las ermitas entonces existentes en el casco urbano (San Juan Bautista, Santa Ana, San Bartolomé, Santa Isabel, Santa Catalina Mártir, Santa Lucía, Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Soledad y San Ildefonso) y describe los restos del castillo de Setefilla (3). Esta misma corriente erudita promovida por la Ilustración había provocado algunos intentos de realización de diccionarios geográficos de España que diesen una visión panorámica de nuestros pueblos, abarcando aspectos tan variados como el medio físico, población, recursos económicos, urbanismo y edificios notables como iglesias, conventos, ermitas, castillos o restos arqueológicos. Éste es el caso del proyecto emprendido por Tomás López, geógrafo real de Carlos III, quien envió una encuesta a los párrocos de los pueblos pidiendo datos para la redacción de su frustrado

Ya a mediados del siglo XIX, nos encontramos con ese monumento bibliográfico de la historiografía española que es el Diccionario Geográfico-Histórico-Estadístico de Pascual Madoz, obra modélica entre las de su género y que ciertamente debió aprovechar el material recogido por Tomás López. En su obra, Madoz atiende a aspectos tan variados como la situación de la localidad dentro del marco provincial, distancias a los centros administrativos de los que depende y localidades vecinas, situación del casco urbano, límites municipales, red hidrográfica y características del terreno, abordando además la cuantificación no sólo de la producción agropecuaria, industrial, comercial y de los efectivos poblacionales, sino también del personal eclesiástico y edificios religiosos, que inserta dentro del marco descriptivo del urbanismo local planteado en su obra. En el caso de Lora del Río, el autor cita de pasada los restos del castillo y murallas que defendían la población en una época muy lejana , la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, los conventos de franciscanos, mercedarios y mercedarias, y las ermitas de Santa Ana, próxima a ser reedificada ; San Bartolomé, de propiedad particular; la del hospital de Santa Catalina; la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra moderna y de buen gusto, construida con los restos de otra inmediata, titulada de San Sebastián, patrón del pueblo, de la que existen todavía algunos vestigios ; y la de Setefilla, de bastante capacidad y regular fábrica (...) en una montaña elevada de Sierra Morena, sitio escabroso y de difícil acceso, en donde existe un castillo medio arruinado y vestigios de población (5). La segunda mitad de la centuria, marcada ya por el signo de la historiografía romántica y positivista, conocerá la proliferación de diccionarios histórico geográficos que no suelen prestar excesiva atención al patrimonio artístico (salvo en el caso de los grandes monumentos de las capitales de provincia, generalmente), sin que se aborde el análisis sis-

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álisis sistemático de los monumentos ubicados en los pueblos, situación de desinterés que afecta igualmente a la provincia de Sevilla, cuya escasez de estudios sobre el arte en sus diversas localidades contrasta con la abundante nómina de trabajos sobre la capital, entre los que ocupa lugar primordial la producción de José Gestoso y Pérez, auténtico punto de partida de la historiografía artística sevillana posterior. Esta situación de inercia va a experimentar un profundo giro a comienzos del siglo XX. Los nuevos planteamientos historiográficos, de acuerdo con la ilusión de un resurgimiento cultural y científico que hiciese superar el trauma de la crisis de 1898, reclamaban la necesidad de catalogar nuestra riqueza artística, como instrumento básico e imprescindible para su estudio y difusión. De acuerdo con este sano criterio, un decreto de 1 de junio de 1900 ordenaba la formación de un Catálogo monumental de España, usando de criterios más científicos, rigurosos y precisos, tarea que se haría por provincias y sería publicada por el Estado (6). Tan ambicioso proyecto nació marcado por la penuria tanto de medios como de personal cualificado para llevarlo a cabo, por lo que sólo aparecieron, muy irregularmente, los catálogos de unas pocas provincias. El de Sevilla, encomendado al arquitecto Adolfo Fernández Casanova y terminado en 1909, fue uno de los que quedaron sin publicar, estando depositado el manuscrito original en Madrid, concretamente en la Biblioteca del Instituto Diego Velázquez , organismo especializado en la investigación de la Historia del Arte y dependiente del C.S.I.C. (7), aunque un extracto fue publicado por el propio autor en 1911 en una breve guía de los monumentos de la provincia (8). Paralelamente, la labor documentalista emprendida desde las primeras décadas del siglo XX por los investigadores sevillanos en el Archivo de Protocolos de la capital hispalense aportaban diversas referencias relativas a Lora del Río. Iniciada esta labor de exhumación documental por José Gestoso y Pérez, su línea fue continuada por la labor personal de López Martínez y la de los investigadores agrupados en el entonces recién nacido Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, con nombres tan señeros para la historiografía artística como Bago y

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como Bago y Quintanilla, Hernández Díaz, Muro Orejón y Sancho Corbacho. En el caso de Lora, las noticias aportadas recogen los contratos de ejecución de diversas obras de arte para los templos de la localidad, que en ningún caso han llegado a nuestros días. Así sabemos que el 1 de marzo de 1601 el escultor Pedro de la Cueva concertaba con la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Dulce Nombre de Jesús realizar una imagen de Cristo Resucitado (9). Otro escultor, Francisco de Villegas, se compromete el 28 de enero de 1614 con fray Juan de San Ramón, mercedario descalzo del convento de Lora, a ejecutar una imagen de San Blas y un rostro y manos para otra imagen (seguramente de vestir) de la que no se indica su advocación (10). El 15 de abril de 1622 Diego García de Santana, pintor de imaginería, convenía con la cofradía de la Humildad y Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo la realización de una imagen de pasta del Cristo titular (11).

retablo para la ermita de Jesús Nazareno (15). En la siguiente década de los noventa la colección de Fuentes para la Historia del arte andaluz, retomando la tradición documentalista del Laboratorio de Arte, ahora convertido en departamento de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, ha brindado alguna referencia sobre intervenciones en el patrimonio monumental de Lora del Río, como la contratación el 18 de julio de 1711 de la labra de unas gradas y un aguamanil para la parroquia por parte del maestro cantero Juan Antonio

ica provincial, por parte de Manuel Serrano Ortega, quien en su Guía de los monumentos históricos y artísticos de los pueblos de la provincia de Sevilla nos dejó una visión panorámica pero excesivamente superficial, incompleta y en algunos datos erróneos de nuestros monumentos (19):

Esta ciudad no obstante su ilustre prosapia, no conserva monumentos arqueológicos de su histórico pasado, dignos de mención. A bastante distancia tiene el Santuario de su venerada Patrona la Virgen de Setefilla, en alto y escarpado cerro que domina extensa vega viendo correr a sus pies los ríos Guadalquivir y Guadiamar, siendo muy interesante su fábrica arquitectónica del siglo XVII, de buenas proporciones y con una extensa hospedería para los peregrinos que acudían a tan devoto santuario. La imagen mide 0´71 m. de altura, estando muy retocada y restaurada lo que juntamente con las telas y paramentos riquísimos que la cubren, no permiten clasificar su época, aunque se dice ser del siglo XIV o XV, siendo su verdadero título Confirmando la intensa actiel de Fuenfría, trocado con el vidad escultórica de estos años, actual por el paraje y territorio el 18 de abril de 1625 Domingo donde se halla emplazado su de Urbín, maestro pintor y dohistórico eremitorio, poseyendo rador de imaginería, intervenía rica colección de alhajas y vestien la subasta de la pintura, doduras que luce en las grandes rado, estofado y manufactura del festividades, y los días que sale retablo de Nuestra Señora del procesionalmente, para conduRosario, de la iglesia parroquial cirla a Lora, lo que se hace siem(12). Una década después, el 28 pre en lucida cabalgata de jinetes de octubre de 1639 el maestro y romeros, que la llevan sobre sus escultor Manuel de Morales rehombros con gran fe y entusiascibía por parte del licenciado mo. Su templo parroquial de igual Antonio López Montero, Comiépoca, dedicado a la Asunción de sario del Santo Oficio de la Inla Virgen conserva algunas obras quisición y rector de la Cofradía de San Pedro, el encargo de una Fachada principal de la Ermita de Nuestro Padre Jesús de arte en pintura y escultura. Tiene un monasterio de religiosas escultura de este santo, repreBlanco (16) o la escultura de un Crisde la Merced, cuyo templo es del sentado como pontífice y en actitud to Yacente encargada el 25 de marzo XVIII, tres ermitas, una de ellas sedente (13). En la recta final del de 1714 por la Hermandad del Santo dedicada a su patrón San siglo la actividad se mantiene, como Entierro al escultor José Tomé (17). Sebastián . lo demuestra el compromiso que En esta misma línea los investigadoadquieren el 15 de octubre de 1695 res Esteban Mira Caballos y FernanEntrando en la década de los el ensamblador Cristóbal de Guadix do de la Villa Nogales, en su prostreinta, las repercusiones que la tray el dorador y estofador Juan Salvapección de los protocolos notariales gedia de la Guerra Civil tuvo en el dor Ruiz de ocuparse de la hechura de la provincia aportan alguna notipatrimonio artístico de Lora fueron del retablo mayor del convento de cia, como el retablo concertado el 9 analizadas por Hernández Díaz y San Antonio (14). de diciembre de 1760 por Tomás Sancho Corbacho, quienes al evaluar Guisado para la Hermandad de las pérdidas y daños de obras de arte Siguiendo esta línea de investigaNuestro Padre Jesús Nazareno (18). sufridas por los templos, nos dejan ción archivística, en la pasada décaen su texto la que podemos consideda de los ochenta el investigador de Volviendo a los años de comienrar como primera descripción cientemas cofrades Francisco de Paula zos del siglo XX, éstos contemplan tífica de dichos edificios (parroquia Cuéllar Contreras exhumó alguna un primer ensayo de guía artística de la Asunción, convento de Mercenoticia referida a Lora del Río, como provincial, por parte de Manuel Sedarias, iglesia de Jesús y hospital de el encargo hecho en 1673 al escultor

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Vista general de la Ermita de Ntra. Sra. de Setefilla y las ruinas del castillo árabe al fondo s y hospital de Santa Catalina) donde se analiza su planta, alzados, soportes, cubiertas y elementos decorativos, al tiempo que se apunta su cronología y filiación estilística y se realiza inventario de las piezas destruidas (20). Ya en la posguerra y por parte de los mismos autores junto con Francisco Collantes de Terán se acomete un gran proyecto historiográfico sobre el patrimonio provincial, que por desgracia quedó inconcluso sin haber llegado siquiera a su mitad, siendo la localidad de Huévar la última en aparecer. Nos referimos al monumental Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla, modélico por su aporte de obras, noticias documentales, juicios estilísticos y material gráfico. Del material de Lora del Río se conserva abundante material gráfico en la Fototeca del Laboratorio de Arte del propio centro universitario. En las décadas de los 50, 60 y 70 el panorama fue de cierta atonía, con guías como la de Casado Sellas o la de Pou Díaz que poco o nada aportan al limitarse a beber en la producción decimonónica y de comienzos del siglo.

cisión a la hora de inventariar las piezas lo que pierden en aparato crítico de notas, mapas, planos y reproducciones fotográficas, que le daban al Catálogo un tono algo retórico y solemne muy en consonancia con los planteamientos de los historiadores de la posguerra. En el texto dedicado a Lora del Río se aborda el estudio de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, convento de la Inmaculada Concepción, iglesia de Jesús Nazareno, ermita de Nuestra Señora de Setefilla y algunas muestras de arquitectura civil, entre ellas el Ayuntamiento (21). El mismo texto de la Guía se reprodujo, con escasas variantes en el Inventario artístico de Sevilla y su provincia, publicado por el Ministerio de Cultura entre 1982 y 1985 y que gozó de mucha menor difusión que la obra de la Diputación Provincial (22). Al igual que le ocurrió al Catálogo arqueológico y artístico, el texto de la Guía será ampliamente seguido por la amplia y variopinta gama de guías turísticas y de viajes nacidas al calor del turismo rural de las últimas décadas y de los fastos de la Expo 92, que no reseñamos por no aportar novedades significativas para el tema.

La reactivación de los estudios locales a raíz de la llegada de la democracia va a renovar el panorama, tanto desde la historiografía local como desde la investigación universitaria. Hito importante fue la publicación, a comienzos de la década de los ochenta, de la Guía artística de Sevilla y su provincia auspiciada por la Diputación Provincial, que actualiza y completa el inconcluso Catálogo arqueológico y artístico a la luz de las últimas aportaciones de la historiografía. Las descripciones de la Guía, algo más concisas que las de su antecesor, ganan en agilidad de lectura y en precisión a la

También son de interés las importantes aportaciones de la historiografía local, que en la recta final del siglo XX se orienta hacia el estudio de aspectos concretos mediante su profundización científica a través de una nueva metodología de análisis que utiliza las fuentes documentales referidas a Lora como base fundamental de la investigación histórica, tanto de archivos locales como regionales y nacionales, dando como resultado una amplia variedad de trabajos recogidos en publicaciones tan variadas como la Revista de Feria, la de Estudios Locales o las publicaciones patrocinadas desde entidades

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Asociación Cultural de Amigos de Lora o instancias oficiales como el Ayuntamiento, sin olvidarnos tampoco de aquellas tesis doctorales o trabajos de investigación de amplio alcance, comunicaciones de congresos, artículos de revistas especializadas, etc..., en los que son objeto de atención elementos del patrimonio artístico de la localidad. II. ESTUDIOS SOBRE URBANISMO Y ARQUITECTURA RELIGIOSA, MILITAR Y CIVIL Ya con carácter más específico, la historiografía artística ha centrado su atención especialmente en algunos monumentos de Lora del Río, sin olvidarse de trazar amplios catálogos de los edificios de valor arquitectónico. De este modo, Miguel Castillo Guerrero ha fichado los edificios y conjuntos urbanísticos de protección especial, integrado por construcciones religiosas, residenciales e incluso industriales que cubren un amplio espectro cronológico desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX (23). Centrándose en el siglo XVIII, Fernando Quiles García brinda una visión panorámica de las interesantes muestras de este periodo, como la iglesia de Jesús las Casas Capitulares y la Casa de las Columnas, de la mano de la evolución formal que conduce desde el final del barroco a la llegada del Academicismo (24). Otras visiones panorámicas del patrimonio arquitectónico de Lora del Río son planteadas por José María Lerdo de Tejada en relación con el catálogo del conjunto histórico local (25) y por Teresa Castellano Cuesta y Paulino Montes García, quienes en sus Paseos por Lora describen con profusión de noticias documentales y aparato gráfico la ermita de Santa Ana, convento de la Limpia Concepción, Casa de los Montalbo

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o (Casa de la Virgen) y la casa n º 20 de la Plaza de Andalucía (Casa Juanito), primera entrega de una didáctica guía de la Lora monumental (26). Siendo imposible estudiar estos hitos monumentales sin inscribirlos en su contexto urbanístico, las corrientes historiográficas de las últimas décadas han hecho especial hincapié en el estudio del urbanismo, entendido como el análisis de la trama urbana y su evolución a lo largo de la historia. Esta nueva línea de estudio del casco urbano cuenta para el caso de nuestra localidad con algunas interesantes aportaciones, en las que se estudia el emplazamiento de la ciudad, su estructura y morfología, las tipologías de sus edificaciones y los edificios de interés cultural. Ya en 1984 el arquitecto Ramón Queiro Filgueira analiza en su tesis la evolución urbanística de buena parte de las localidades de la provincia de Sevilla, entre ellas la nuestra, señalando, a la luz de diversas noticias bibliográficas, el proceso de crecimiento de la ciudad desde el primitivo núcleo en torno al castillo, para concluir con la expansión de los siglos XIX y XX, proceso que viene marcado por una serie de hitos monumentales (iglesias, conventos y otros establecimientos religiosos) reseñados por el autor, datos todos que quedan convenientemente engarzados en las líneas maestras del devenir de la historia local (27). Más recientemente, Pascual Sanchís Domínguez aborda la evolución urbana a lo largo de la Edad Moderna (28), y Luis Javier Cava Cepeda traza la evolución urbana de Lora del Río a través de la reseña de una serie de hitos urbanísticos y constructivos tan significativos de los cambios traídos por la Edad Contemporánea como el nuevo cementerio, el matadero, la cárcel, la estación del ferrocarril, nuevas plazas o el mercado de abastos (29). Pasando ya al análisis de las referencias bibliográficas específicas sobre el elenco monumental de Lora del Río, los trabajos se centran fundamentalmente en torno a los restos del castillo de la localidad y la fortaleza de Setefilla, la arquitectura religiosa y algunas muestras de la civil. Los restos del castillo de Lora y de la fortaleza de Setefilla han sido estudiados, desde el punto de vista

e vista de la arqueología medieval, por Magdalena Valor Piechotta, a través de una ajustada clasificación de sus materiales constructivos y técnicas edilicias, la descripción de los restos subsistentes y la recopilación de los datos históricos conocidos (30). La arquitectura religiosa, que cuenta en la localidad con espléndidas muestras, ha sido objeto preferente de estudio por parte de la historiografía. Para la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, además de las descripciones recogidas en guías artísticas e inventarios generales de la provincia de Sevilla, contamos con trabajos que atienden a aspectos más concretos del edificio. Sobre la historia constructiva de la iglesia aportan interesantes noticias documentales Francisco Herrera García en un artículo de revista (31) Fernando Quiles García en su monografía sobre la colección de orfebrería conservada en el propio templo (32) y José González Carballo en su tesis sobre la Orden de San Juan en Andalucía (33). Los rasgos arquitectónicos mudéjares del templo son destacados por Diego Angulo Iñiguez, en especial la cabecera abovedada y la portada lateral (34). La construcción de la torre a fines del siglo XIX ha sido reseñada por Rafael Molina del Valle (35) y por Luis Javier Cava Cepeda y Fernando Quiles García (36). Y, en las Jornadas Europeas de Patrimonio de 2000, dedicadas a la arquitectura mudéjar y celebradas en la provincia de Sevilla con jornadas de puertas abiertas en los templos de ese estilo, la parroquia loreña fue reseñada en el catálogo de edificios que se publicó para la ocasión (37). Habiendo sido Lora del Río cabeza del bailiato de su nombre dentro de la Orden de San Juan de Jerusalén, lo que le otorgaba notoria preeminencia jurisdiccional, se convirtió en escenario de algunas fundaciones conventuales, no todas en pie en nuestros días, pero que por su importancia en la vida local han despertado la atención de los estudiosos, aportando noticias sobre su historia y patrimonio. Así, los orígenes del desaparecido convento franciscano de San Antonio han sido abordados en sendos artículos por José Manuel Lozano Nieto (38) y Rafael Mauricio Pérez García (39). El convento de la Inmaculada Concepción, de Mercedarias Calzadas, cuenta con la monografía elaborada por José Manuel Lozano Nieto (40) y una breve reseña de Elodia Her-

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a breve reseña de Elodia Hernández León en su Guía de los conventos de clausura de la provincia de Sevilla (41). La iglesia de Jesús Nazareno, obra realizada como se sabe por el arquitecto Diego Antonio Díaz entre 1733 y 1764, es monumento bien conocido por la historiografía artística. Fue Antonio Sancho Corbacho en su clásico estudio sobre la arquitectura barroca sevillana del siglo XVIII quien precisó la cronología del edificio y acometió su descripción, subrayando el interés de la ornamentación de yeserías de la bóveda del crucero y la riqueza de diseño de sus portadas, al tiempo que estableció la relación del templo loreño con la producción de dicho arquitecto en virtud de las relaciones que advertía con la parroquia de la localidad aljarafeña de Umbrete (42). Las conclusiones de Sancho Corbacho son sintetizadas por George Kubler en su estudio sobre la arquitectura española de los siglos XVII y XVIII (43) y recogidas en un artículo de José González Carballo (44) y en la monografía que María del Prado Lázaro dedicó al citado arquitecto Diego Antonio Díaz (45). Estrechamente vinculada a las tradiciones del culto a la Virgen de Setefilla, la ermita de Santa ha sido estudiada por María Teresa Castellano Cuesta, mediante una completa recopilación de fuentes documentales y bibliográficas con las que se perfila el historial de este antiguo templo hoy dedicado como se sabe a usos culturales (46). Una visión panorámica de la situación de las ermitas de la localidad en el siglo

Casa de la Virgen o de las Columnas

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Ayuntamiento o Casas Capitulares del informe de la Visita Pastoral de 1756, fue presentada por nosotros en las II Jornadas de Historia Local de 1994 (47). Verdadero epicentro de la religiosidad loreña, el santuario de Nuestra Señora de Setefilla ha sido objeto de densas monografías, como las de Nicolás Montalbo Coronel (48), José Montoto (49), Juan Manuel Lozano Nieto (50) y Cesáreo Montoto de Flores (51), en las que se combinan los aspectos históricos, artísticos y los puramente devocionales, sin contar con la variopinta gama de artículos en prensa, revistas, etc..., que de una forma u otra se acercan al intenso fenómeno devocional mariano que constituye el culto a la Patrona de Lora del Río. Con carácter mucho más divulgativo, el templo de Setefilla es reseñado sintéticamente en el volumen colectivo dedicado a los santuarios marianos de Andalucía Occidental (52). Tampoco se ha descuidado el estudio de la interesante arquitectura civil loreña, muy expresiva de la importancia histórica de la localidad y en la que se advierten rasgos estilísticos que la relacionan con importantes focos arquitectónicos del barroco andaluz como Écija. Ya el pionero estudio de Sancho Corbacho sobre la arquitectura barroca sevillana del siglo XVIII, al que aludimos a propósito de la iglesia de Jesús, describe algunas de las edificaciones claves, como la Casa de los Leones y las Casas Capitulares (53). Estas construcciones civiles, in-

denciales, cuenta con la excelente monografía de María Mercedes Fernández Martín, donde se estudian las obras públicas (representadas por los puentes), las Casas Consistoriales y representativas muestras de la arquitectura doméstica, como la Casa de los Leones, la Casa de los Montalbo (Casa de la Virgen) y otras viviendas de menor entidad dispersas por el casco urbano, para concluir con la arquitectura industrial, ejemplificada en algún ejemplo de molino, construcciones que son minuciosamente descritas en su análisis morfológico y sobre las que se aportan interesantes noticias documentales referidas a los artistas que intervienen en las obras, materiales utilizados y aspectos económicos, extraídas fundamentalmente del Archivo Municipal de Lora (54). La propia autora ha dedicado un artículo al antiguo Pósito de Bailío, del que traza su descripción arquitectónica (55) , edificio al que por otra parte se dedican unas cortas líneas en el volumen colectivo dedicado a los pósitos, cillas y tercias de Andalucía, en el que se catalogan estas interesantes construcciones antaño concebidas para el almacenamiento de granos y hoy mal adaptadas a otros usos bien distintos o cuando no destruidas (56). Otras construcciones de funcionalidad pública han sido objeto de trabajos más específicos en los que se traza su historia y se describen su morfología arquitectónica. Así, el primitivo cementerio de la ermita de Nuestro Padre Jesús y el actual de San Sebastián (proyectado por el arquitecto Balbino Marrón, al igual que el de San Fernando en la capital hispalense) han sido estudiados por José María Pérez Serrano a la luz de la documentación del Archivo Municipal de Lora (57). El mismo autor ha prestado atención a la génesis de la barriada del Llano de Jesús (58). Marcando con su construcción la entrada del siglo XX, el mercado de abastos, obra de Aníbal González, ha sido objeto de análisis por Luis Javier Cava Cepeda (59). Y dentro de la morfología urbana, un elemento tan popular y de tanto protagonismo visual en la imagen de la ciudad, como son las fuentes, es evocado por el antropólogo Pedro Cantero, dentro del estudio que realiza sobre la arquitectura del agua en nuestra provincia (60). Por su protagonismo en el sistema de vías de comunicación de otros siglos, los puentes han sido analizados por Pascual Sanchís Do-

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cual Sanchís Domínguez (quien se ha ocupado del popular puente del Churre gracias a la documentación sobre la reconstrucción que sufrió en 1753, conservada en el Archivo Municipal) (61) y María Mercedes Fernández Martín (62). Y finalmente, la olvidada y desconocida arquitectura rural, de la que Lora cuenta con no pocos e interesantes ejemplos, ha sido reivindicada mediante su catalogación gracias a los trabajos de Miguel Castillo Guerrero y Araceli Montoto Sarriá (63). III. ESTUDIOS SOBRE OTRAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS: ESCULTURA, PINTURA Y ARTES SUNTUARIAS Mucho más corto es este apartado, todavía necesitado de estudios que clarifiquen el desarrollo de las artes plásticas a lo largo de la historia de Lora del Río, labor difícil si tenemos en cuenta las fuertes pérdidas sufridas por los templos de la localidad en 1936, catástrofe que se ha intentado paliar con la adquisición de nuevas obras (especialmente por parte de las cofradías) que si bien forman ya parte de la historia del arte del siglo XX, indudablemente no pueden compensarnos de las piezas destruidas, conocidas a través de las noticias documentales y bibliográficas facilitadas como vimos por la historiografía de comienzos del Novecientos. Comenzando por la escultura, una de las piezas estrellas era la primitiva imagen de la Virgen de Setefilla, interesante muestra de la plás-

Casa de los Leones

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e muestra de la plástica gótica del siglo XIV, según la catalogó el profesor Hernández Díaz (64). En torno a la imagen y su culto la investigación ha ido exhumando diversas noticias documentales, desde el ya clásico artículo de José Alonso Morgado (65) hasta los trabajos de autores como Cesáreo Montoto de Flores (66) o José González Carballo (67), en los que se trazan los orígenes y evolución de la devoción desde la Baja Edad Media hasta nuestros días. Una buena muestra de la plástica barroca era la primitiva imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra documentada de José Montes de Oca en 1740 y recogida en la producción del artista catalogada por José Torrejón Díaz (68). Y dentro de la escultura contemporánea, el estudio de la imaginería cofradiera conservada en los templos loreños ha recibido algunas aportaciones. Así, Cesar Gutiérrez Moya se ha ocupado del análisis iconográfico de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra como se sabe de Castillo Lastrucci (69). María Teresa Ruiz Barrera, investigadora del patrimonio artístico poseído de la Orden de la Merced, ha analizado la escultura del Santo Cristo del Amor Misericordioso, del convento loreño de dicha orden, esclareciendo su ejecución por el escultor Manuel Cerquera Becerra y la llegada de la imagen al cenobio, sin olvidar el análisis estilístico de la efigie (70). Y la producción religiosa en Lora del Río del imaginero Francisco Buiza (Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad, María Santísima de las Angustias, Inmaculada, San Tarsicio y San Pascual Bailón y dos ángeles lampareros) ha sido catalogada y analizada por Pedro Ignacio Martínez Leal (71). Capítulo especialmente interesante pero todavía mal estudiado es el de la retablística, de la que a pesar de las pérdidas sufridas en los avatares históricos quedan algunas muestras de retablos de los siglos XVII y XVIII, de autoría por el momento desconocida. Recientemente, los autores de la monumental obra sobre El retablo barroco sevillano, patrocinada por la Universidad de Sevilla y la Fundación El Monte, han catalogado y analizado las muestras de esta modalidad artística en la provincia de Sevilla, incluyéndose, en el caso de nuestra localidad, los

etablos mayores de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita de Nuestra Señora de Setefilla, este último relacionado con círculos cordobeses (72). En este mismo campo de la arquitectura en madera, Federico García de la Concha y José Francisco Sáez Guillén han estudiado el neoclásico retablo que, procedente de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, preside el presbiterio de la iglesia de Jesús (73). Casi inexistentes son los estudios dedicados a la pintura. Para la pintura barroca sólo tenemos un artículo de María Teresa Ruiz Barrera sobre el lienzo que representa a Santa María de Montserrat y dos peregrinos, obra firmada y fechada por Bernardo Germán Lorente en 1729 y conservada en el convento de la Inmaculada Concepción, trabajo en el que se estudia la interesante iconografía de esta obra y sus rasgos estilísticos (74). Cesáreo Montoto de Flores ha tratado de algunas pinturas de la Virgen de Setefilla dispersas por la localidad (75) Algo más crecido es el apartado dedicado a las artes suntuarias, encabezadas por las interesantes y nutridas muestras de platería que se conservan, pese a los avatares de nuestra historia reciente, en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo valor fue ya subrayado en la década de los treinta por Hernández Díaz y Sancho Corbacho al hacer balance de las pérdidas artísticas sufridas por el templo. Ya en los años setenta algunas piezas (concretamente el incensario gótico, la cruz parroquial y la custodia procesional) fueron fichadas por Antonio Sancho Corbacho en el catálogo de la exposición de orfebrería sevillana celebrada en 1970 en el Museo de Bellas Artes de la capital hispalense (76). Entrada la misma década, la profesora Sanz Serrano, en su tesis sobre la orfebrería sevillana del barroco, destacó la importancia de la cruz parroquial y la custodia procesional realizadas para Lora por Hernando de Ballesteros el Mozo (77). Más recientemente, Fernando Quiles García se ha ocupado de la catalogación de estas manifestaciones suntuarias, describiendo piezas e identificando autorías y punzones (78). El gran interés de esta colección ha hecho que algunas de sus piezas hayan participado en exposiciones de orfebrería, como la de Cinco siglos de platería sevillana celebrada en

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Imagen de Ntra. Sra. de Setefilla posiciones de orfebrería, como la de Cinco siglos de platería sevillana celebrada en 1992 en la capital hispalense (79). La historia y el patrimonio artístico de las cofradías de Lora del Río cuentan, además de la monografía de Luis Javier Cava Cepeda y Fernando Quiles García, basada en un nutrido aparato documental y bibliográfico (80), con los capítulos correspondientes a la localidad (redactados por Silvia María Pérez González y José Antonio Ruiz Domínguez) dentro de los enciclopédicos volúmenes de Nazarenos, Crucificados y Misterios de Sevilla, publicados a fines de la pasada década de los 90 con amplio despliegue gráfico que completa la riqueza informativa de los textos (81). En definitiva, a través de estos trabajos nos encontramos con un punto de partida y apoyo para seguir profundizando en el conocimiento y valoración del patrimonio artístico y monumental de Lora del Río que,

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El patrimonio monumental de Lora del Río a través de la historiografía artística: aproximación bibliográfica

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(71) MARTÍNEZ LEAL, PEDRO IGNACIO. La producción artística de Francisco Buiza en Lora del Río , en Revista de Estudios Locales de Lora del Río n º 1 (mayo de 1990). (pp. 60-64); Francisco Buiza. Escultor e imaginero (1922-1983). Sevilla, Ediciones Guadalquivir, 2000. (pp. 191-193, 231 y 245). (72) HALCÓN, FÁTIMA; HERRERA, FRANCISCO JAVIER; RECIO MIR, ÁLVARO: El retablo barroco sevillano. Universidad de Sevilla, 2000. (pp. 94-95 y 511-512). (73) GARCÍA DE LA CONCHA, FEDERICO y SÁEZ GUILLÉN, JOSÉ FRANCISCO. El retablo de la Iglesia de Jesús , en Revista de Feria y Fiestas de Lora del Río (1987). (pp. 103-105). (74) RUIZ BARRERA, MARÍA TERESA. Una obra inédita de Bernardo Germán Lorente , en Laboratorio de Arte n º 12 (1999). (pp. 227-233). (75) MONTOTO DE FLORES, CESÁREO. Cuadros históricos , en Revista de Feria y Fiestas de Lora del Río (1996). (pp. 47-48). (76) SANCHO CORBACHO, ANTONIO. Orfebrería sevillana (siglos XIV al XVIII). Sevilla, 1970. Piezas números 5, 42 y 43. (77) SANZ SERRANO, MARÍA JESÚS. La orfebrería sevillana del Barroco. Sevilla, Diputación Provincial, 1976. Tomo I. (pp. 142 y 157). (78) QUILES GARCÍA, FERNANDO. La Parroquia de Santa María de la Asunción ..., op. cit. (pp. 40-72). (79) V.V. A.A.: Cinco siglos de platería sevillana. Sevilla, 1992. (pp. 6-7, 88-89, 99, 173-174, 192-193, 214-217, 255-256 y 340. (80) CAVA CEPEDA, LUIS JAVIER y QUILES GARCÍA, FERNANDO. Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río. Lora del Río, Agrupación Cultural Amigos de Lora, 1989. (81) CARMONA RUIZ, MARÍA ANTONIA. Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Parroquia de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Lora del Río , en Nazarenos de Sevilla, vol. III. Sevilla, Ediciones Tartessos, 1997. (pp. 4957); RUIZ DOMÍNGUEZ, JOSÉ ANTONIO. Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y del Perdón y María Santísima de los Dolores en su Soledad. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Lora del Río , en Crucificados de Sevilla, vol. IV. Sevilla, Ediciones Tartessos, 1997. (pp. 33-37); Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo en su Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Paz. Iglesia Parroquial de San Sebastián. Lora del Río y Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de las Angustias. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Lora del Río , en Misterios de Sevilla, vol. IV. Sevilla, Ediciones Tartessos, 1999. (pp. 411-421).

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JUAN RUIZ,

AUTOR DE LA CORONA DE LA VIRGEN

César Gutiérrez Moya

Licenciado en Geografría e Historia

La corona que nos disponemos a estudiar no es otra que la magnífica obra de oro con que fue coronada canónicamente la imagen de la Virgen de Setefilla por el Señor Arzobispo. Forma parte de la iconografía habitual de la Virgen junto con las ráfagas, media luna, cetro, etc... así como con las joyas que acompañan al Niño y que está repartida por toda Lora en miles de estampas o cuadros que presiden tantos y tantos hogares. Curiosamente ha llegado hasta nosotros una información muy completa acerca de dicha corona, por haberse conservado el recibo dado por su autor, que es el orfebre Juan Ruiz (1). En él constan precio, peso, donante y la persona que trata con el orfebre. Como suele ser habitual en muchas de las hermandades de Andalucía, los objetos relacionados con las imágenes a las que se tributa culto, es normal que los adquiera la Hermandad con las limosnas de todos los hermanos, así estos mismos hermanos ven como la imagen lleva algo que entre todos han ofrecido. En otros casos, aquellos hermanos o devotos cuya economía se lo permite, donan a título individual alguna presea que igualmente satisface su ego, amén de ver cumplido su deseo con respecto a la imagen y dejar patente su condición y posición social con respecto a sus convecinos.

t

i nos. n las joyas más representativas y valiosas de la Virgen de Setef i lla: ón de María Manuela Montalbo Qu i n t a n i l l a e n 1 800. s fieles y devotos en 1 804. oro, diamantes y perlas, de princ ipios del XVIII (2).

A o res. N iño: an de la i lia. remio o res. e t r o n i

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iago. uentes las donaciones hast a nuestros días aunque no tan espectaculares co mo las efectuadas en sig l o s p a s a dos. O NANTE recibo del orfebre con ocemos los datos precisos de la donación (3). El e ncargo lo hace Juan J osé de Briones, en nombre de su tía María Manue la Montalbo Quintanilla, qu ien al parecer es mujer d e Juan Rodrigo Quintanilla y Arce. Costó la hechura 2.000 rea les de vellón y el oro empleado, 8.967 reales; fue su autor el plat ero de oro Juan Ruiz quien firmó el recibo en Sevilla el 23 de enero d e l a ñ o 1800. aparecen relacionados con la joya resumen en sus apellidos buena parte de la historia moderna de Lora y por ende de la Hermanda d. Hay un apellido que se repite, Q uintanilla, en el matrimonio f ormado por Juan Rodrigo Quintanill a y Arce y María Manuela Mo ntalbo Quintanilla. Es un apellido p resente en Lora, al menos desde el siglo XV, pero se trata también de una familia con importantes rami ficaciones en Carmona, ciudad donde en el siglo XVIII llegaron a ser alcaldes y de donde alguno s miembros vienen a instalarse en Lora. Durante dicho siglo se convi erten en parte importante de la soc iedad local y llegan a dirigir la H ermandad de la Virgen durante gran

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Juan Ruiz, autor de la Corona de la Virgen

ran parte de la centuria (4). El car go por excelencia en la Herman dad, el de mayordomo, lo desem peña hasta 1778, en que cesa en é l, Juan Rodrigo Quintanilla y Arce (5). e los Quintanilla con Carmona volveremos más adelante para tratar de explicar el encargo de la corona a J uan Ruiz. del siglo XVIII y durante el XIX se va completando el ajuar de oro de la imagen de la Virgen. En jun io de 1739 hay un rostrillo de oro y d iamantes y se está acabando un peto de los mismos mater iales, el conjunto suma 19. 711 reales que se ha gasta d o s u H e r m a n dad (6). pagado la corona de oro y a part ir de esta fecha se suceden mucho más rápidamente las d onaciones, así entre hermanos y devotos se costean las ráfaga s tan sólo cuatro años después , en 1804. Posteriormente, es el Gremio de Agricultores, el q ue en 1844 contribuye al or nato de la imagen haciéndol e donación de una media luna de oro de 22 quilates, obra sev illana del orfebre M. Cabril la (7). El conjunto se completa con otros aderezos de oro tan to para la Virgen (cetro) co mo para el Niño (zapatos, co r o n a , c a m p a n ita,...). nte, de al menos tres de las piezas conocemos la fecha de ejecución o donación, la coron a en 1800, las ráfagas en 1804 y la media luna en 1844. Cu riosamente esos años coincide n con traslados de la Virge n desde su ermita en la Sierra hasta la parroquia de la Asunción. También, cuando se estrenan la s andas de plata en 1696, es igualmen te un año de tras lado (8). hura de la corona lleva fecha de 2 3 de enero y la corona ya debía est ar en Lora en posesión de la comiten te o de la Hermandad o presta a su t raslado, pues el recibo incluye 20 reales por el cajón de madera que h izo el carpintero para el transport e de la alhaja. El 26 de enero de

ese mismo año la Virgen es llevada a Lora, lo que hace presumir que en ese traslado o poco después tuviera lugar el estreno de la corona. El traslado de la Virgen se había decidido poco tiempo antes en un cabildo celebrado el 15 de enero, no consta el motivo por el que se hiciese el traslado. Es devuelta a su ermita el 13 de julio y está de nuevo en Lora el 2 de octubre de ese mismo año, por miedo al contagio de fiebre amarilla (9). Ante esta sucesión de hechos, se plantea la duda ¿se traería a la Virgen para estrenar la corona o se aprovechó el traslado para el estreno?

sillo una corona de oro, el común de los vecinos es capaz de costear las ráfagas. La Virgen permanece en Lora desde el 14 de octubre de 1804 al 29 de septiembre de 1805 y el traslado había tenido lugar por la epidemia de fiebre amarilla en Andalucía. Es casi un año el tiempo que permanece la Virgen en Lora y cabe dentro de lo lógico que en ese periodo estrenase las ráfagas (10). El siguiente donativo, de importancia para completar el ajuar de oro, se retrasa 40 años, hasta 1844, en que la función que dedica a la Virgen, el Gremio de Agricultores se la ofrecieron. Eran diputados de dicho Gremio, Pedro Carballo, Nicolás Monclova, Juan Baeza y Andrés Carmona; ya aquí no aparecen Montalbos, Quintanillas, etc sino apellidos del común . Pero como no podía ser menos, para completar el regalo, Mª Antonio Guzmán Montalbo decide regalar dos estrellas de oro para las puntas de esa media luna(11). De nuevo coincide la donación con la presencia en Lora del Virgen de Setefilla que es trasladada por sequía (12). II. EL AUTOR

Tan sólo cuatro años después, en 1804, tiene lugar una nueva e importante donación, la de las ráfagas de oro por parte de los hermanos y devotos, que completan el exorno de la imagen de la Virgen. Esta secuencia, tan seguida en el tiempo para estrenar unos presentes tan valiosos, nos lleva a pensar si no hubo una sana rivalidad entre los devotos de a pie y los señores, la élite de Lora en agasajar a la Virgen, si una Montalbo Quintanilla paga de su bolsillo una corona de

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Con respecto al orfebre autor de la corona, Juan Ruiz, se trata de un autor bastante prolífico, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, y del que tenemos la fortuna de conservar numerosas piezas. Hay una cierta confusión en torno a su persona al darse la curiosa circunstancia de haber dos plateros con el mismo nombre y apellido en la Sevilla de finales del setecientos. De un Juan Ruiz, nos informa Gestoso de que fue platero de oro y era natural de Utrera, de que se examinó en 1764 junto al platero de oro loreño, Fernando de Alexandre (13). No parece que se corresponda con nuestro Juan Ruiz, ya que las primeras obras de éste aparecen de 1796, algo poco lógico en un orfebre que se examina treinta dos años antes y cuya producción se alarga hasta 1817. Sí deben corresponder al primer Juan Ruiz dos insignias de plata de 1766 de la Hermandad de la Santa Vera Cruz y la Virgen del Ma-

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e la Condesa (14). Son muy pocos los datos personales o profesionales del segundo, aunque sí es relativamente cuantiosa la información en cuanto a su producción. Con respecto a los datos profesionales, tenemos que el 31 de enero de 1801 asiste al Cabildo General de elecciones de los plateros (15). En marzo de 1810 era cónsul de oro del Gremio de plateros (16). En 1810 y 1811, durante la ocupación francesa, aparece en el reparto de la contribución exigida por los invasores, en 1812, como cónsul del arte de la platería, efectúa pagos por la renovación del retablo de San Eligio en la parroquia de Santa Cruz (17). Su primera obra conocida le es pagada el 10 de mayo de 1796, cobra 387 reales y medio de la parroquia de Las Cabezas de San Juan por unas vinajeras.

a Algaba que es inédita: Entre las piezas de marcado carácter rococó se hallan:

arroquia de El Pedroso. q Ostensorio de la Hermandad de los Negritos de Sevilla.

q Lámpara de Santa María de Carmona.

q Campanilla de la Hermandad del Sagrario de Sevilla.

q Corona de la Sacramental del Sagrario de Sevilla.

q Salvilla y peana para la cabeza del Bautista de la Catedral.

q Incensario de Santa Clara de Sevilla.

q Placas con escenas en relieve del sagrario de Santa María de Carmona.

En 1797 hace dos portapaces para la prioral de Santa María de Carmona, dos demandas para la parroquia de San Pedro de Carmona, un copón para el convento del Santo Ángel de Sevilla, incensario y naveta para Las Cabezas de San Juan.

q Potencias de Jesús Nazareno de Utrera.

Del año 1798 es la corona de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla. De 1800 es la corona de la Virgen de Setefilla. De 1804 la palmatoria de la prioral de Carmona. En 1814 labra un incensario para la parroquia de Gines y, como platero de la Catedral se ocupa de la restauración de las piezas que fueron enviadas a Cádiz para ponerlas a salvo de los franceses; arregló el altar de Juan Laureano de Pina y limpió la custodia de Arfe a la que también realizó una peana. De 1815 es otro incensario, esta vez para el convento de las Mínimas de Triana; y su última obra conocida es de 1817, la custodia de la parroquia de Santa María de Sanlúcar la Mayor. Se conocen otras muchas piezas de Juan Ruiz que no están datadas pero sí marcadas, y de la bibliografía citada al final hemos recogido las siguientes obras, excepto la cruz de la imagen de Santa Marta de La Algaba que es inédita:

q Cáliz y copón de Santa María de la Mesa de Utrera. q Media luna de Alcolea. q Cáliz de San Bartolomé de Villalba del Alcor. q Portaviático y caja para el mismo, de oro, de la Catedral de Sevilla.

q Corona de la Virgen del Rosario de la parroquia de Bormujos. q Cáliz de la parroquia de la Asunción de Alcalá del Río. q Pértigas de la parroquia de San Bartolomé de Carmona. q Cetro y corona de la Virgen del Patrocinio del convento de Santa Clara de Carmona. q Incensario y potencias del mismo convento. Hay otras piezas donde se combinan elementos del rococó con otros del neoclasicismo y que marcan la transición de un estilo a otro: q Corona del convento de Santa Clara de Carmona. q Cañones de la cruz parroquial de San Bartolomé de Carmona. Encontramos también otra serie de piezas en las que las formas y los elementos decorativos neoclásicos son predominantes: q Cáliz del Convento de Santa Ana de Sevilla. q Cáliz de Villamanrique de la Condesa. q Copón de la parroquia de El Pe-

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q Cruz de la imagen de Santa Marta de la Algaba. Llama la atención el alto número de obras para las iglesias de la ciudad de Carmona, en total un tercio de su producción que se reparte entre la prioral, San Bartolomé, San Pedro y el convento de Santa Clara que es la institución que más piezas posee. Cabría suponer ante estos datos algún tipo de relación especial con Carmona, ¿procedencia familiar quizás? Además sus trabajos allí van desde 1797 en que hace los dos portapaces para la prioral hasta piezas marcadamente neoclásicas que nos llevan al primer cuarto del siglo XIX. A través de esta vinculación con Carmona podríamos explicar, a falta de otra explicación mejor, el encargo de la corona de la Virgen de Setefilla. Recordemos que se trata del encargo de una persona a título totalmente particular, no representa a ninguna institución, Hermandad o parroquia, María Manuela Montalbo Quintanilla, quien por su segundo apellido vimos que cabría un posible vínculo con Carmona y que alguno de sus parientes allí, la pusiese en contacto con el orfebre Juan Ruiz quien en 1800, cuando entrega la corona ya llevaba varios años trabajando para las iglesias de Carmona. III. LA CORONA Peso y coste de la alhaja aparecen en el recibo que conserva la Hermandad. Su peso 29 onzas, un adarme y dos tomines y medio de oro que supone un total de 8.967 reales de vellón mientras que por la mano de obra el orfebre cobra la exigua cantidad de 2.000 reales de vellón, menos de la cuarta parte de lo que costó el oro. Esto es algo que en nuestros días cuesta cierto trabajo comprender, ahora el precio de los materiales, oro o plata, no es

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envuelven la Virgen y que ya han sido retiradas. A veces también se le sobreponen otras joyas menudas del ajuar: pendientes, broches, etc... Las ráfagas, como ya vimos son cuatro años posteriores, los rayos repiten el mismo esquema de los de la corona y la base a la que van unidas se decora por medio de ces contrapuestas que dejan un óvalo entre ellas, un esquema que luego será muy repetido y que llegará a nuestros días. ea barato pero sí se valora mucho más el trabajo del artista, y el precio de la mano de obra es lo que realmente encarece la pieza. La estructura de la corona es la usual para la época en que se labra: un canasto con seis bandas que se cruzan, los llamados imperiales, en el lugar del cruce, una bola del mundo y, como remate, la cruz. Rodeando el conjunto en vertical, una ráfaga de rayos (19). Los motivos decorativos que aparecen son los propios de una época de tránsito, del rococó al neoclasicismo. Encontramos ces muy alargadas que enmarcan el canasto, cabezas de angelitos aladas y en las ráfagas pequeñas flores (20). La Cruz es de brazos rectos, con hileras de bolas y rematados en ces contrapuestas. Hacia el interior del canasto, cuelgan desde la ráfaga dos líneas de florecitas dispuestas en guirnalda, motivo que hallamos en coronas posteriores del siglo XIX. Los rayos de la ráfaga son todos lisos, terminan en bisel y están unidos por su base, formando una banda continua con poca diferencia de tamaño entre ellos. Aquí se nota una diferencia fundamental con otra corona de este autor radicalmente distinta en su concepción, la del Mayor Dolor y Traspaso, los rayos de ésta no ofrecen esa continuidad, sino que están separados por pequeñas cabezas de angelitos y es en líneas generales de formas más quebradas, más airosa, con rayos cortos y largos que se alternan y si el contorno es tendente a la forma circular el interior es de una mezcla de líneas muy llamativa. La de Setefilla repite, tanto en las formas interiores como en las exteriores, formas circulares, envolventes. No hace muchos años se le añadieron estrellas en los remates de los rayos tanto a la corona como a las ráfagas

Juan Ruiz

El conjunto ha llegado hasta nosotros prácticamente intacto, con la enorme suerte de haber sobrevivido a la Guerra de la Independencia y la rapiña francesa y a la última Guerra Civil donde sí perdimos la primitiva imagen de la Virgen. A punto estuvo también de terminar en el crisol el tesoro de la Virgen de Setefilla, víctima del furor nacionalcatólico de los primeros meses de la guerra y por suerte se acordó entregar por la Junta de Gobierno de la Hermandad al Tesoro Nacional las joyas de oro liso, excluyendo las de valor histórico e íntimamente relacionadas con la Virgen (21). IV. CONCLUSIÓN Estamos, pues, ante una expresión más de la devoción popular, en este caso manifestada en la voluntad de una persona que demuestra su amor a la Virgen de Setefilla, donándole una corona de oro que se añade a joyas ya existentes en el ajuar de la Virgen y lo completan otras personas a lo largo de los siglos con más donaciones individuales o colectivas. Es una obra que responde perfectamente a las características formales de la época de transición y formación en la platería de estilo neoclásico. Corona, ráfaga y media luna nos ayudan visualmente a comprender el pasaje del Apocalipsis, 12,1. Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza .

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Orfebre

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Bibliografía Bibliografía

NOTAS (1) MONTALBO CORONEL, NICOLÁS. Resumen histórico de María Santísima de Setefilla. (p. 261). (2) En el libro de Montalbo Coronel aparece recogido el pectoral como donación de María Manuela Quintanilla Deza, (p. 263); mientras que en el libro de D. José Montoto, Tradiciones de Lora y Setefilla, sólo dice que son del tiempo de esta señora, pero no que fuese donación personal. Es más el gasto en el rostrillo y pectoral, aparece recogido en las cuentas de 1729 a 1738 que se toman al mayordomo de la Hermandad, lo que implica que el desembolso lo hizo la Hermandad y no la citada señora (p.223). (3) MONTOTO Y GONZÁLEZ DE LA HOYUELA, JOSÉ. Tradiciones de Lora y Setefilla (p. 104). (4) LOZANO NIETO, JUAN MANUEL. Un pueblo Andaluz y su Virgen (pp. 9798). (5) ÍDEM (p. 130). (6) MONTOTO Y GONZÁLEZ DE LA HOYUELA, JOSÉ. Tradiciones de Lora y Setefilla, op. cit. (p. 223). (7) MONTALBO CORONEL, NICOLÁS. Resumen histórico de María Santísima de Setefilla. op. cit. (pp. 263 y 300). (8) LOZANO NIETO, JUAN MANUEL. Un pueblo Andaluz y su Virgen. op. cit. (pp. 80-81). (9) ÍDEM (pp. 163-164). (10) ÍDEM (p. 164). (11) MONTOTO Y GONZÁLEZ DE LA HOYUELA, JOSÉ. Tradiciones de Lora y Setefilla. op. cit. (p. 104). (12) LOZANO NIETO, JUAN MANUEL. Un pueblo Andaluz y su Virgen. op. cit. (p. 165). (13) GESTOSO PÉREZ, J., Diccionario de Artífices que florecieron en Sevilla desde los siglos XIII al XVIII inclusive. (T. II, p. 131). (14) AA. VV. Crucificados de Sevilla (T.IV. p. 419). (15) CRUZ VALDOVINOS, J. M. Cinco siglos de platería sevillana (p. 383). (16) SANZ SERRANO, M. J. El gremio de plateros de Sevilla, 1344-1867 (p. 298). (17) CRUZ VALDOVINOS, op. cit. (p. 383). (18) Curiosamente el mismo orfebre Juan Ruiz, un par de años antes, en 1798, en la corona de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, incluye un elemento totalmente novedoso y que pocas veces se repitió posteriormente, una segunda ráfaga dispuesta en sentido horizontal. (19) SANZ SERRANO, M. J. La orfebrería sevillana del barroco (Tomo I, p. 311). (20) MONTOTO Y GONZÁLEZ DE LA HOYUELA, JOSÉ. Tradiciones de

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LA ROMERÍA SETEFILLANA BREVE APROXIMACIÓN DESDE LA ANTROPOLOGÍA SOCIAL

Verónica González García Licenciada en Antropología Social y Cultural Una de las características más significativas de la cultura andaluza son sus expresiones de religiosidad popular. Por religiosidad popular entendemos las formas en la que el pueblo interpreta y expresa sus creencias religiosas. Un conceptoreligiosidad popular- que evidentemente no se limita a un sector de la población, ni a las clases iletradas, ni al medio rural, sino al modo especial que tiene cada sociedad, cada cultura en su conjunto, de añadir sus propias vivencias, su propia experiencia cultural, al núcleo básico de las enseñanzas religiosas (Fernández de Paz, 2000: 192). En Andalucía es innegable la importancia de los iconos religiosos como símbolos de apropiación del territorio, siendo el culto mariano el predominante. No todas las manifestaciones de religiosidad popular tienen la misma significación para la colectividad que las protagoniza. En el caso concreto de Lora del Río, la fiesta más importante es su romería en torno a su patrona, la Virgen de Setefilla, entre otras razones, porque su imagen actúa como referente identitario

del pueblo, de ahí su importancia simbólica.

llevada a cabo por la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén.

El concepto de pueblo nos lleva necesariamente al de identidad cultural. La base sobre la que se sustenta un pueblo es su identidad cultural, entendiendo la cultura en un sentido antropológico. Esto conlleva el rechazo de una visión restrictiva, obsoleta y residual de lo cultural, lo culto, como una de las dimensiones de la vida social, referida directamente a las artes y las actividades intelectuales del pensamiento, sino que comprende cuanto no es resultado de la determinación biológica sino producto de la capacidad exclusivamente humana no sólo de vivir en sociedad sino de crear la sociedad en que vivir en sociedad sino de crear la sociedad en que vivimos, produciendo las condiciones tanto materiales como espirituales de nuestra propia existencia y cargando de sentidos y significados nuestros comportamientos (Moreno Navarro, 2000: 15).

La Virgen de Setefilla fue proclamada por la Iglesia, patrona litúrgica de Lora del Río y poblados de su término, el 8 de septiembre de 1987, día en que también fue coronada canónicamente.

La devoción a Nuestra Señora de Setefilla tiene sus orígenes en la Edad Media, a mediados del siglo XIII, a raíz de la labor colonizadora

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La romería loreña ha merecido la calificación de Fiesta de Interés Turístico Nacional por Resolución de 8 de septiembre de 1999, de la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía. Las cosmovisiones sobre los numerosos santuarios marianos, que se levantaron en Andalucía en la Baja Edad Media, alegan el deseo de las imágenes de quedarse en lugares aislados en los que se mostraron o fueron encontradas (Agudo Torrico, 2000). En el caso de Setefilla, el mito de origen o leyenda que justificaría históricamente su santuario, ocupa un puesto insignificante, según apunta Lozano Nieto:

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La Romería Setefillana: breve aproximación desde la antropología social

La Sagrada Imagen estaba oculta junto al pozo o fuente de Setefilla. Había sido ocultada allí en tiempos remotos. Pero a poco de ser Setefilla conquistada por los cristianos, la Imagen apareció a un pastor. Se quiso levantar una ermita para darle culto en un lugar distante, pero la Imagen volvía a aparecer en el lugar donde se dice que se había manifestado. Alguna tradición oral que hemos recogido de varios loreños nos dice que esa ermita que quisieron levantarle en otro lugar se derrumbó. Por fin levantaron en su honor la Ermita de Setefilla, junto al lugar donde había estado escondida y se había manifestado. El hecho de que hubiera aparecido la Imagen junto a una fuente muy fresca hizo que se llamara Nuestra Señora de Fuenfría o bien de Rocafría ... (Lozano Nieto, 1986: 39).

dos y en autobús. La forma de trasladarse ha ido cambiando con los tiempos: Hasta allí llegaron los peregrinos valiéndose de los más heterogéneos medios de locomoción: desde el haiga hasta el modesto carro tirado por mulos de cansino andar, pasando por la moto , la bicicleta y el viejo burro (Nicolás Montalbo, 1960: 112). Al santuario se sube a través de

En Lora del Río la fiesta setefillana comienza desde la noche anterior y se extiende ininterrumpidamente hasta el día siguiente, ya en la ermita. Esto es lo que suelen hacer los más jóvenes, que inician el camino de madrugada, con su ya tradicional parada en el poblado de Setefilla, a mitad de trayecto. Hay varias opciones para trasladarse a la ermita, a 12 kilómetros de la localidad: andando, a caballo, en vehículos motorizados y en autobús. La forma de trasladarse ha ido ca

La Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla, a través de comunicados al pueblo de Lora, establece una serie de normas para la subida al Santuario, con objeto de garantizar el orden y la seguridad en ese día tan señalado. Con la celebración de la romería, o peregrinación hacia el Santuario, éste se convierte durante un tiempo en espacio de acogida y reproducción del propio contexto global de la comunidad, quedando de manifiesto la pertenencia del lugar a la comunidad (Agudo Torrico, 2000: 284).

La tradicional romería al santuario de Setefilla es de ámbito local y se celebra el 8 de Septiembre, siempre y cuando la Imagen se encuentre en el santuario, ya que habita en él por temporadas que comparte con el pueblo: A la fiesta del 8 de septiembre le llaman los loreños El día de la Virgen . Es la fiesta mayor; la que más se celebra. Porque es que en esa fecha, cuando la Virgen está en el Santuario, se celebra la romería tradicional, llena de animación y colorido, cuyo momento cumbre es el de la procesión impresionante y bella por aquel alto risco de la sierra (José Montoto, 1975: 27).

an en carrozas. Las carrozas son remolques enganchados a un tractor, adornadas con arcos de flores blancas y azules, colores característicos de esta fiesta mariana y de la Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla. Algunas de ellas, llevan colgadas frontalmente un retrato de la Virgen. Son estos grupos los que acostumbran a cantar preferentemente sevillanas.

Hay jóvenes que, desde la noche anterior, esperan impacientemente la apertura, por parte de la Hermandad, de la puerta lateral de la ermita, a las ocho en punto de la mañana. En ese momento se suceden las carreras para entrar y arrimarse a un varal de las andas de la Imagen. Mientras tanto, no dejan de cantar los himnos de la Virgen y de vitorearla. las llamadas escaleretas (1), por su forma de subir y bajar en zig- zag, cerca de donde corre el arroyo Guadalvacar, afluente del Guadalquivir. El paso por ellas, ha sido siempre difícil, peligroso y, por ello, sitio de sacrificios y promesas. Son muchas las mujeres que las han subido a pie o incluso descalzas. Incluso, hay personas que, a pesar de hacer el camino motorizadas, suben las escaleretas andando, como señal de sacrificio y respeto a la Virgen. Una vez en la ermita, se aprecia una larga caravana de romeros que suben. Suelen ser los hombres y mujeres más jóvenes, grupos de amigos, los

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Desde ese momento, una parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad se coloca en un lugar reservado cerca de la Capilla Mayor, concretamente, en la Sacristía. La camarera de la Virgen se ubica cerca de la Imagen, y a su lado se concentran otras hermanas. La Virgen es continuamente visitada, vitoreada y muchos padres pasan a sus hijos pequeños por su manto. Son la levantá de la Virgen, ante el pueblo arrodillado ante Ella, y su procesión alrededor de la ermita, los momentos cumbres de esta fiesta, los que concentran mayor afluencia de lugareños y visitantes.

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La Romería Setefillana: breve aproximación desde la antropología social

e la ermita, al canto de las Letanías Lauretanas de Nuestra Señora , el pueblo se arrodilla hasta la invocación del esperado Sancta María (2), a las once en punto de la mañana, momento cumbre en el que se levantan las andas de la Virgen: Solemne, impresionante, lleno, como siempre, de hondas emociones, resultó el momento de levantar las andas de la Santísima Virgen, interrumpiendo la letanía ese grito que como una explosión brota de miles de gargantas, que no es otro que el de ¡Viva María Santísima! (Nicolás Montalbo, 1960:112).

osteriormente, tras la Misa, se cierran las rejas de la Capilla Mayor por un breve tiempo, hasta que se vuelven a abrir, una vez colocada la Virgen para el besamanos. Todo este ritual despierta las emociones de los allí presentes y sirve a su vez para renovar públicamente el sentimiento de pertenencia de la Imagen al pueblo de Lora. Es en estos recorridos, cuando la imagen cobra toda su humanidad, compartiendo el ambiente festivo del momento (Fernández de Paz, 2001:

Es en estos momentos, en la salida de la Imagen de la ermita y durante su procesión, cuando se pone de manifiesto el enorme esfuerzo de los hermanos que portan a la Virgen y la dirigen, acompañados de vítores y aplausos que aumentan la emoción del momento.

Así mismo, hemos de tener en cuenta que actualmente las romerías están inmersas en un pleno proceso de expansión, debido fundamentalmente al refuerzo actual de su sentido lúdico, como a la potencialidad que han tenido y tienen para ser utilizadas como referentes de identificación colectiva (Agudo Torrico, 2000: 284). Por otra parte, desde hace más de una década se propone en Andalucía el patrimonio cultural como recurso turístico de desarrollo, llevándose a cabo numerosos proyectos, sobre todo a nivel local y comarcal, dentro de la práctica del llamado turismo cultural .

La procesión alrededor del santuario dura aproximadamente una media hora, en la que no cesan los vítores, gritos y aclamaciones a la Virgen, mientras suena la campanita de sus andas entre la multitud. Tal y como establece la Hermandad, en la procesión corresponde levantar las andas a cuatro miembros de la Junta de Gobierno, ayudados por otros hermanos por los laterales, y precediendo el Hermano Mayor, que usará el cetro. Sacan la Imagen hasta la puerta principal del santuario y vuelven a tomar las andas al regreso, desde este punto a la Capilla Mayor. La Imagen es llevada hasta la Cruz del Humilladero (3), donde se la detiene unos segundos y vuelven sus andas para que desde allí Ella mire a su pueblo , que se amontona a verla emocionadamente. Seguidamente, sigue el itinerario alrededor de la ermita hasta su entrada, dejando colocada la Imagen en la Capilla Mayor. En la procesión se reserva un trecho para que la Imagen sea portada por las mujeres, al grito de ¡Ahora las mujeres¡ , en la zona más nivelada y llana del santuario. Posteriormente, tras la Misa, se cie-

rmandades, como el cambio en la composición de las mismas (Agudo Torrico, 2000). De manera que estos cambios estructurales se materializan en la Hermandad de Setefilla con el cambio de sus estatutos y reglas de acuerdo a su democratización. En la actualidad, formalmente, puede formar parte de la Hermandad todo aquella persona católica que lo solicite, independientemente de su estatus o clase social, como consecuencia de un proceso de cambio iniciado en 1958 y culminado en torno en 1990 con la aprobación, a través de Junta General Extraordinaria de 23 de noviembre, de las actuales Reglas de la Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla (del Libro de Reglas de la Hermandad de 1992).

195). Las manifestaciones de religiosidad popular, en este caso las romerías, deben contemplarse como un sistema ritual en transformación , esto es, se deben tratar desde una perspectiva de continuidad temporal en cuanto procesos rituales, sujetos a la evolución de sus formas y significados (Brisset, 1991: 95). Por consiguiente, los cambios estructurales ocurridos en la sociedad andaluza en las últimas décadas han influido directamente en sus fiestas, lo que ha supuesto tanto la sustitución formal de unos sectores sociales por otros en el control de las her-

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Las manifestaciones de religiosidad popular forman parte del vasto campo del patrimonio cultural andaluz, ya que éstas constituyen un testimonio muy significativo de una identidad cultural, colectiva y diferenciada. Las tradiciones loreñas en torno al culto a Nuestra Señora de Setefilla, las formas específicas en las que se desenvuelven, como patrimonio cultural por excelencia del pueblo de Lora del Río, se hallan muy consolidadas, ya que el mantenimiento de las singularidades específicas de su romería actúa como elemento de identificación, como seña de identidad que distingue al pueblo de Lora

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La Romería Setefillana: breve aproximación desde la antropología social

su naturaleza es acostumbrado su uso, e igualmente podrán hacerlo las mujeres (Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla, 1992). La importancia simbólica de estas singularidades se materializa, por ejemplo, en varias comunicaciones de la Hermandad de Setefilla al pueblo de Lora, entre las que destaca, en concreto, la de agosto de 2003:

Lora de todos los demás, por los que deben ser objeto de una adecuada atención patrimonial. En general, funcionan como marcadores culturales aquellos elementos y expresiones que puedan ser percibidos más fácilmente como contrastivos respecto a sus homólogos en los colectivos otros , los cuales se cargarán de significados simbólicos y de emocionalidad (Moreno Navarro, 2000:15). Estas singularidades específicas de la romería loreña, como serían: la ermita, el paisaje, el camino y sus cruces, las escaleretas, el mismo ritual de procesión, el pañuelo blanco, la medalla de la Hermandad, los moñitos y medidas, las carrozas, entre otras tantas, actúan como marcadores de diferenciación de la identidad loreña, de la romería setefillana. Uno de los referentes más importantes de la romería loreña es el pañuelo (en la actualidad generalmente blanco) con el que los hombres se cubren la cabeza, convirtiéndose en símbolo del loreño- setefillano. La Hermandad Mayor así lo recoge, aunque no prohíbe a las mujeres llevarlo: En general, Hermanos y Hermanas llevarán puesta la medalla, con su cinta reglamentaria, en todos los actos en honor de Nuestra Señora. Asimismo, los hombres se tocarán con el tradicional pañuelo

Para el cuidado y conservación de nuestras tradiciones setefillanas la Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla ruega encarecidamente a todos sus Hermanos asistan a los cultos, en honor a Nuestra Madre con motivo de su onomástica, con la correspondiente medalla de hermano, así como con el tradicional pañuelo el día 8 de septiembre en la Romería. Esta Junta de Gobierno viene observando hace unos años la falta, en el atuendo de los hermanos en dicha fecha, del tradicional pañuelo, así como de la tradicional medalla, es por ello por lo que hace este ruego, ya que dicha tradición es una de las características más notables que nos distingue como loreños y al mismo tiempo como setefillanos (Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla, 2003). Por consiguiente, ante cualquier posibilidad de cambio en las tradiciones setefillanas, debe ser, en última instancia, el pueblo de Lora el que tenga la potestad para decidir sobre un patrimonio que le pertenece.

tillo y una ermita, que posee un alto valor etnológico. Este conjunto de elementos patrimoniales y naturales ha servido de base para tratar el enclave de forma unitaria, en un único expediente, como sistema científico, pasándose del hecho aislado a una concepción más completa e integradora, donde se relacionan directamente los bienes, independientemente de su naturaleza (Consejería de Cultura, 2003). La necesidad de agrupación de bienes se refleja también en algunas figuras de la actual legislación, como las figuras de Conjunto Histórico, Sitio Histórico y la de Lugar de Interés Etnológico de la Ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía. En este sentido, el bien deja de concebirse como un valor en sí, lo que se ha traducido en la mayoría de los casos en su descontextualización, para pasar a ser el exponente de procesos (históricos, urbanísticos, tecnológicos) (Rioja López, 2001: 190). Esperamos, pues, que esta catalogación de la zona patrimonial de Setefilla como Bienes de Interés Cultural sea el inicio de una próxima y necesaria política de revalorización, difusión y protección de un patrimonio cultural loreño, que engloba tanto las manifestaciones materiales como las inmateriales resultantes del culto y la devoción a la Virgen de Setefilla, seña de identidad por excelencia del pueblo de Lora, de ahí su interés patrimonial.

Por último, señalamos que por Decreto 240/2002 de 24 de septiembre, se declaran y delimitan como Bienes de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica y la de Monumento, el Yacimiento y la Ermita de Setefilla respectivamente y se delimita el Bien de Interés Cultural. Este expediente protege tres inmuebles: zona arqueológica, la ermita y delimitación del castillo, así como ocho bienes muebles vinculados a la ermita. La zona patrimonial de Setefilla, ocupa, territorialmente, las mesas de Setefilla y presenta un continuum histórico formado por varios yaci-

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La Romería Setefillana: breve aproximación desde la antropología social

Bibliografía Bibliografía

NOTAS (1) Palabra de exclusiva acepción loreña y de importante valor sentimental

para el pueblo. Han sido numerosas y variadas las transformaciones sufridas a lo largo de los años. (2) Kyrie, eleison. Christe,eleison. Kyrie, eleison. Christe, audi nos. Christe, exaudi nos. Pater de coelis, Deus, Miserere nobis. Spíritus Sancte, Deus, Miserere nobis. Sancta Trinitas, unus Deus, Miserere nobis. ¡SANCTA MARIA! (3) Se encuentra situada cerca del Santuario, sobre la cantera y se le designaba antiguamente como Cruz de la Hermandad (Cesareo Montoto de Flores: Historia del Camino de Setefilla, 1997, p.72)

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EL SANTO ENTIERRO A FINALES DEL SIGLO XIX

Y al final, ya rendido, entre cristales yertos, por vencer a la muerte desfila Cristo muerto. Francisco Garfias (1)

Juan de Dios Montoto Sarriá No cabe duda de que uno de los siglos más difíciles para las cofradías de Semana Santa sevillanas, e incluso para todas las andaluzas, ha sido el siglo XIX. A pesar de los acontecimientos ocurridos durante los primeros años de la Segunda República, 1931 y 1932, y lo ocurrido durante los años de la guerra civil, el siglo XX no llega a ser un siglo tan negro. El siglo XIX, que comienza con la invasión francesa, trae a España, un ejército especialmente iconoclasta que, además, una vez que toma las ciudades e impone un gobierno de los llamados afrancesados , éstos impulsarán una racionalización arquitectónica, como es el abrir grandes plazas públicas, que va a hacerse, a veces, a través de demoliciones de iglesias y conventos (2). Los años treinta del XIX, con la promulgación de las leyes desamortizadoras, suponen una gran andanada a la línea de flotación de muchas hermandades, al suprimir diezmos, dotes, encomiendas

y provocar la exclaustración de varias órdenes religiosas que tenían alojadas en sus conventos a algunas hermandades. Si ésto no fuera suficiente, la gloriosa revolución de 1868 y la posterior implantación de la Primera República provocan una serie de desórdenes y altercados con nuevas pérdidas, tanto de sedes como de imágenes, para las cofradías. Todo esto va a significar que, por ejemplo, y ciñéndonos a Sevilla capital, hermandades como la de La Soledad sufra un larguísimo periodo de crisis desde finales del XVIII hasta su reorganización en 1860; como la de Pasión, desde las mismas fechas hasta 1841; la del Descendimiento y Quinta Angustia sufren también un casi permanente paréntesis entre 1786 y 1850; y el Valle no sale de 1833 a 1878. Y, así y todo, en Sevilla se produce un renacimiento cofrade, a mitad de siglo, gracias, primero, al apoyo de los Duques de Montpensier, y, en segundo lugar con la 92

subvención del Ayuntamiento a las hermandades (3), que arranca en esta época. Con respecto al panorama que se vivía en Lora del Río, en ese fatídico siglo XIX (añaden mi buen amigo Luis Javier Cava y Enrique Quiles) (4), hay otros condicionantes, que sin ser específicamente loreños, muestran las dificultades de las cofradías: las epidemias de fiebre amarilla habían mermado mucho la población y, que la ola de liberalismo exaltado que recorre, con dificultad, toda España durante todo el siglo, significa tanto un abandono de prácticas religiosas como una falta de apoyo desde los poderes públicos a los cultos exteriores (5). Los datos que aportan los citados historiadores sobre las hermandades de penitencia loreñas en el siglo XIX son muy escasos deduciendo que, antes de 1840, todas habían desaparecido menos la de Jesús Nazareno, de la que hay datos de 1886 (6). A

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El Santo Entierro a finales del siglo XIX

. A cubrir este hueco, en parte, viene el trabajo que ahora sacamos a la luz (7). Las noticias, referidas a la loreña Hermandad del Santo Entierro (8), están recogidas en tres fuentes complementarias: el Libro de Actas de las sesiones que celebra la Hermandad del Santo Entierro de Cristo en la villa de Lora del Río de 1879 a 1885, las cuentas anuales de dicha Hermandad de 1879 a 1886 y dos pliegos donde constan las pujas por las insignias para la salida procesional de los años 1881 y 1882. La primera conclusión que obtenemos es importantísima: la Hermandad del Santo Entierro procesionó por las calles loreñas seis años, no consecutivos, entre 1879 y 1886. Las noticias que aporta el Libro de Actas son más bien escasas, y se echa en falta otro documento clave para conocer toda la vida de la Hermandad: las Reglas. Por ello, la información de las trece actas que contiene el libro, sólo muestra su gran valor si se la relaciona con las cuentas anuales que presenta el mayordomo y que, éstas sí, nos cuentan la difícil vida de la Hermandad dando los nombres de todos los que le prestan su servicio de algún modo. Pasemos ahora a hacer un seguimiento de cada año del que tenemos noticias. Del veintiséis de octubre de mil ochocientos setenta y nueve data la primera acta, en la que los firmantes expresan su deseo de convertirse en sociedad (9), dejando el objeto y condiciones para un reglamento que se aprobará en Junta General y, al final, se elige la primera Junta Directiva, quedando así constituida: q Presidente: Don Teodomiro Fernández Gómez. q Vocal 1º: Don Sebastián Espinosa de los Monteros Almansa. q Vocal 2º: Don Juan Andrés Pérez Oliveros.

Cuentas de la Cofradía en los años 1883-1884

iveros. q Vocal 3º: Don Manuel Roldán Martín. q Vocal 4º: Don José Medrano Cepeda. q Tesorero: Don Salvador Manzanares Lora. q Secretario: Don José Rojas Gómez. ¿Quiénes eran estos personajes? Lo primero que podemos decir de ellos es que eran unos hombres inquietos. Cuando se celebra la famosa máscara o mascarada de 1879 en honor de la patrona de Lora del Río, costeada por el Gremio de artesanos (recogida por Don Nicolás Montalvo en su indispensable libro sobre la Virgen de Setefilla) (10). Al citar el autor de la reseña (según extracta Don Nicolás), éste elogia a los organizadores, a los señores Diputados Don Salvador Manzanares y Don José Rojas, al alma de toda la mascarada Don Sebastián Espinosa de los Monteros y Almansa, al organizador del grupo de danzantes Don Juan Andrés Pérez Olivares y también se nos dice que el posible autor de 93

eodomiro Fernández (11). A ésto debemos añadir que entre los cuarenta y cinco componentes de una banda de música perruna se encontraba Don José Medrano. Es decir, que seis de los siete miembros de la Junta Directiva de la recién creada Hermandad del Santo Entierro eran del Gremio de Artesanos (12) y culpables, en grado sumo, de la famosa máscara, un espectáculo que quedará grabado en la mente de todos (13). ¿Qué significa esto? Por un lado tenemos una Hermandad, al menos en su inicio, gremial. Lora, que según exponen Cava y Quiles en su citado libro no había tenido hermandades de origen gremial (14), ahora la va a tener, con todas las limitaciones que se quieran, a finales del siglo XIX (15). Por otra parte, deducimos, que la refundación de la hermandad de penitencia pudo ser muy bien resultado del gran éxito alcanzado por las celebraciones de la máscara . La organización de ésta debió de ser muy complicada y costosa (16), y la rotunda aceptación de los actos, debió mover al gremio de artesanos a reactivar una Hermandad casi perdida y de la que prácticamente sólo quedaban las imágenes sagradas. És-

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El Santo Entierro a finales del siglo XIX

ermanos y limosnas (estas limosnas se repartían entre las que se obtenían en el Septenario, las más numerosas; las obtenidas en la salida procesional (22) y todas las demás).

Recibo de la construcción del Paso de Palio, año 1880

agradas. Ésto explicaría que, reunidos apenas un mes después de la celebración de la máscara , acuerden reorganizar el Santo Entierro (17). Y también explicaría que la nueva Hermandad, sea sólo a partir de la primera reunión cuando comienza las compras de los medios materiales de la cofradía. La segunda Junta es de dos de noviembre del mismo año. En ella se aprueba el Reglamento, que desgraciadamente no hemos localizado, y se acuerda que siendo necesario para el servicio de la Hermandad un individuo que desempeñase las funciones de Muñidor (18) se nombra a Don Francisco Javier Vergara (19). El muñidor, que tal vez conserve vestigios de sus funciones pasadas, tiene aquí una función, principalmente, más prosaica: es el encargado de la cobranza de los recibos de los hermanos. De once de febrero de mil ochocientos ochenta es el tercer Acta. Para empezar, recoge un léxico más cofrade pues, si bien se constituye como las anteriores bajo la Presidencia de Don Teodomiro González, esta vez se lee bajo la Presidencia del Hermano Mayor . En esta Junta, la noticia destacada es que la Herman-

la Vera-Cruz (20) solicitaba acompañar a la del Santo Entierro en la procesión del Viernes Santo, que era el día en que lo hacía ésta última. La Asamblea lo acepta por mayoría de votos y decide que cualquier otra petición en tal sentido sea resuelta por la Junta Directiva afirmativamente. ¿Significa ésto, tal vez, que el Santo Entierro era la única Hermandad que procesionaba por esos años en Lora del Río? Sin más asuntos que tratar el Acta es firmada por veinte asistentes (21). La cuarta sesión es de una gran importancia: data de cuatro de abril de 1880. En primer lugar se presentan las cuentas para su aprobación (de acuerdo con los artículos 10 y 21 del Reglamento). El estado de cuentas de la Hermandad es claramente deficitario, la Hermandad partía prácticamente de cero y que, según parece, sólo se conservaban las imágenes. A continuación se produce un hecho que se repetirá en sucesivas juntas: un asistente, pide que conste en acta la deuda, se acepta, y la suma es de 4.468,99 reales. La suma es importante pero, como hemos dicho antes, la Hermandad parte de cero y los cuantiosos gastos iniciales sólo pueden ser contrarrestados con tres fuentes de ingresos: rifas, 94

Aunque nada se dice en este acta ni en la anterior, la Hermandad, después de unos meses de trabajo frenético, en el Viernes Santo de este 1880, concretamente un veintiséis de marzo, ya había puesto la cruz de guía (23) y los dos pasos en la calle, y todo hace suponer que la Hermandad saldría de la Parroquia de la Asunción, pues en ella estaban sus imágenes durante el inventario de 1886 (24). Por las cuentas que presenta el tesorero, Salvador Manzanares, el Santo Entierro había salido de la Parroquia de la Asunción con alrededor de cincuenta hermanos de cirio o nazarenos (25), una centuria romana (26) de unos veinte participantes (para los que se había comprado: rodelas, lanzas, cascos, casquetes de lanza y una espada) (27), el paso del Santo Sepulcro (28) y el paso de la Virgen (29). A los peones que conducían los pasos se les había pagado quinientos treinta y seis reales. Esta cuarta reunión presenta otro hecho destacado y es que la Hermandad deja de ser estrictamente del gremio de artesanos, si lo había sido alguna vez. Entre los firmantes del Acta figuran ya un Montalvo y dos Quintanillas, los miembros de las familias hidalgas cuyos representantes habían copado desde el siglo XVI el poder político y económico de la villa. La quinta Junta es de nueve de abril de 1881, en ella los hermanos asistentes, después de la pregunta de la Junta Directiva, deciden hacer estación de penitencia. Posteriormente se pasó a la subasta de insignias y una vez rematada se levanta la sesión. La asamblea de quince de abril de 1881, que es la sexta anotada, en el libro de Actas, trata solamente de la rendición de cuentas. Éstas se aprueban por

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El Santo Entierro a finales del siglo XIX

haciéndose constar que la deuda social es de dos mil ciento treinta y seis reales y cuarenta y nueve céntimos. Detengámonos en el capítulo de gastos; éstos se reparten entre el Septenario y la salida procesional. Curiosamente es mayor el gasto del Septenario, pues incluye cera, esperma (30), derechos parroquiales, predicador, dos tenores y orquesta, cuando no arrendamiento del altar o del armonium. Curiosamente, después de cerrada la sesión, el Hermano Mayor recuerda que debe renovarse la Junta Directiva, siendo reelegidos, por unanimidad, los mismos miembros. La reunión de 2 de abril de 1882, se reduce a aprobar la salida, con la consiguiente subasta de insignias. La octava acta, de 16 de abril de 1882, aprueba los gastos y hace constar que el déficit era de 1.794,99 reales. La Hermandad había conseguido, aun teniendo un balance negativo, reducir su deuda en dos años, en casi 2.500 reales. Entre los gastos de este año hay un hecho destacable, hay un recibo por el que se pagan 88 reales a Doña Mercedes del Valle, pues era la cobradora de la cofradía, curioso puesto para una mujer. La reunión de fecha 4 de marzo de 1883, la novena, debió de ser durísima para la Hermandad. La Junta Directiva hace saber que sólo se han recaudado en lo que va de año 724 reales, lo que hace que en ese momento el déficit de la Hermandad sea de 1.079,99 reales y que si en vista de este estado se hacía estación. La Hermandad por unanimidad decide hacer el Septenario, pero no la estación de penitencia. Los miembros de la Hermandad ya no se reunirán más hasta el 6 de abril de 1884, reunión que hace la número diez, y en ese Acta, después de darse a conocer los fondos de que disponía la Hermandad se acordó hacer la salida

Recibo del pago de los peones de la Cofradía, año 1885

ocesional, y después de producirse la subasta de insignias se da por terminado el acto. ¿Qué había pasado en el año transcurrido en el que no hubo procesión del Santo Entierro por las calles de Lora? La situación había mejorado poco (31) pero los hermanos decidieron seguir hacia delante, en una especie de canto del cisne. En conjunto, las cuentas de ese bienio, aun sin salida procesional un año, son deficitarias. La reunión del 27 de abril de 1884, la undécima, tiene como único tema la elección de nueva Junta Directiva, y nos aporta dos novedades. Una es la asistencia del Arcipreste y Cura ecónomo de la villa, Don Manuel García Millán (32). Y, por otra parte, se produce el nombramiento de nuevo Hermano Mayor en la persona de Don Ildefonso Pacheco Montalvo (33), quedando el resto de la Junta Directiva sin variación. ¿A qué se debía que los miembros del Gremio de Artesanos, refundadores de la Hermandad del Santo Entierro, cedieran la cabeza de la Hermandad, y sólo la cabeza, a un miembro de las clases poderosas? ¿Era un intento desesperado de salvar la cofradía? Si fue ése el caso, y las actas no ofrecen ninguna información adicional (34), el intento, 95

to, como se verá, fue baldío. La reunión número doce, que es de 1885, pero no tiene fecha (35), es buena demostración de que las cuentas de la Hermandad seguían mal. Leamos parte del acta: En seguida se hizo saber a la Hermandad que no existían fondos, acordándose que desde luego se hiciera el Setenario a la Santísima Virgen; y con objeto de recaudar fondos para la salida de la cofradía, se abriese una suscrición (sic) voluntaria entre Hermanos y demás personas que quieran contribuir . Otro dato de este acta que nos muestra la decadencia de la Hermandad es el número de asistentes a la reunión, sólo nueve. La última transcripción de Acta es de fecha 29 de marzo de 1885. Se puso en conocimiento de los hermanos los fondos recaudados (971 reales) y se acuerda hacer estación de penitencia. Pero los problemas económicos seguían. Cuando en esta reunión se procede a la subasta de insignias, no hubo ningún postor y quedó desierta. A pesar de todo, sabemos por las cuentas, que la Hermandad seguía haciendo compras y arreglos, 48 reales para papel de plata, para varas del palio o 68 reales pagados a la imprenta de Félix Aparicio por recibos y

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El Santo Entierro a finales del siglo XIX

un tenía capilla propia (38). Van a permitirme los lectores que imbuido de espíritu cofrade hable de una Hermandad no loreña, me refiero a la Hermandad del Valle de Sevilla capital, en la que volqué mis inclinaciones cofrades, que en mi infancia y juventud, Lora, casi desértica en este tema, no pudo amparar. Desde aquí mis mayores felicitaciones a toda la Hermandad del Valle y especialmente a su Junta Directiva, por la modélica Coronación Canónica de su bellísima Doloro-

Recibo del Director de la Banda de Música popr haber tocado en la Cofradía, año 1885

paricio por recibos y libros. Según los datos que tenemos, a través de las cuentas anuales, la Hermandad procesionó tanto en 1885 como en 1886, año del que no se conserva ninguna acta. Por dichas cuentas sabemos que la deuda del Santo Entierro era de 1.766,49 reales, fruto todavía de la gran deuda inicial para sufragar el gasto de poner en pie a una Cofradía. Con respecto a los gastos-ingresos del año 1886, las cuentas están prácticamente equilibradas, aunque haya pérdidas (éstas son sólo de 7 reales). Pero todo nos hace suponer que la Hermandad no volvió a salir y que la deuda acumulada, finalmente, desanimó a los esforzados hombres loreños a cejar en su empeño. La conclusión que sacamos de estos ocho años de vida cofrade loreña es que, a su fin, la Hermandad, si bien se encontraba en su mejor momento social (entre los aproximadamente cuarenta y cinco miembros que firman las distintas actas corresponderían un sesenta por ciento a la emergente clase burguesa y un cuarenta a la antigua clase dirigente), con lo que ello significa de apoyo popular, el problema económico fue insuperable. La Hermandad después de unos inicios pletóricos, superó un pequeño bache en los

años 1882-1883, encontrándose, como hemos visto, en su último año del que tenemos noticias, 1886, con unas cuentas niveladas. Pero la vida cofrade a estas alturas de siglo XIX, necesitaba más gastos. Ahora más que nunca el culto externo se cuidaba, magnificando desde los pasos hasta las túnicas de nazarenos. En Sevilla, esta continua mejora estética de las cofradías, encuentra apoyo (ya expuesto), en este siglo XIX, primero en los Duques de Montpensier y, tras la desaparición de éstos, el Ayuntamiento sevillano comienza con la subvenciones, con una finalidad claramente turística. En Lora, donde ningún mecenas apoyaba las cofradías, tampoco el Ayuntamiento tenía fuerzas ni voluntad para mantener el culto externo cofrade si no iba a recibir un beneficio seguro. Así, la Hermandad del Santo Entierro que había tenido un difícil caminar (y cuyo bloqueo económico no había sido tan intenso, pensamos, porque la mayoría de los proveedores, eran asimismo del gremio de artesanos) (36) al no tener una fuente de ingresos estables, tiró la toalla, tal vez, en ese 1886 (37). Puede que la Hermandad subsistiera de forma latente pues en el inventario de 1910 aun tenía capilla pro-

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A mi bisabuelo Ildefonso Pacheco Montalvo, a mi abuelo Juan de Dios de Sarriá Guerrero, que fue Hermano Mayor del Santo Entierro de San Fernando (Cádiz)

Ildefonso Pacheco

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo

NOTAS (1) Palabras en la orilla , Francisco Garfias. 1985. (2) Cuenta González de León que en 1810 la Hermandad del Valle pasa a la Iglesia de los Menores por haberse destruido el Convento del Valle por la entrada de los franceses. Historia de las Cofradías de Semana Santa , Félix González de León, 1854. (3) La Semana Santa de Sevilla , Isidoro Moreno. 2001. (4) Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río , Luis Javier Cava y Fernando Quiles. 1989. El libro magnífico y sorprendente en su tiempo, está necesitado de una nueva edición, tanto por los nuevos datos conocidos como por la fuerza actual del movimiento cofrade. (5) Sin querer pontificar, es un hecho, que la areligiosidad no sería en Lora tan acusada, cuando en el manifiesto anarquista que analizamos en otra ocasión ( Centenario de un Manifiesto Anarquista . Lora del Río. Revista de Estudios Locales. n° 12. 2002) y que recoge todos lo tópicos al uso, no hay una sola referencia al tema religioso. (6) Sobre esta Hermandad también poseemos algún documento interesante que esperamos dar a conocer en otra ocasión. (7) Si bien, lo dicho suena a frase hecha , en este caso, el tenor es literal. Los documentos que ahora comentamos, y que con la benevolencia del Ayuntamiento loreño se publican, se encontraban en un baúl bajo llave. (8) La Hermandad del Santo Entierro de Lora del Río, como nos dicen Cava y Quiles, se funda, aproximadamente, en el siglo XVII. (9) Aunque en el libro de Actas no se cita en ningún momento la existencia previa en Lora del Río de una Hermandad del Santo Entierro, entendemos, que estamos ante lo que Antonio Burgos llama una Reorganización, y que define como volver a darle vida a una cofradía extinguida o desaparecida . Diccionario Secreto de la Semana Santa , Antonio Burgos. 1999. (10) Resumen histórico de Ntra. Sra. María Stma. de Setefilla. Patrona de la villa de Lora del Río (Sevilla) . Nicolás Montalvo. 1960. (11) De Don Teodomiro Fernández sabemos que vivía en la céntrica calle San Juan, la misma donde el otro Hermano mayor que tendrá la Hermandad, Don Ildefonso Pacheco,

estaba reedificando, desde sus cimientos, una casa sobre un solar perteneciente a su madre. (12) El señor Espinosa de los Monteros, no obstante, pertenecía a la Hermandad de Setefilla, todavía en esta época, coto cerrado de las clases privilegiadas. (13) Don Juan Manuel Lozano Nieto en su libro Un pueblo andaluz y su virgen , 1990, cita como uno de los hechos más señalados de esa relación a la mascarada de 1879. (14) Podíamos definir a los miembros del Gremio de Artesanos, en este momento histórico, como los burgueses no entroncados con la casta señorial y que no pertenecían al Gremio de Agricultores. (15) De los veinticuatro miembros que hemos detectado, a través de su firma en el Libro de Actas, concurrentes a las tres primeras reuniones de la Hermandad que estudiamos, veintidós participaron de alguna manera en la máscara citada. (16) Escribe Don Juan Manuel Lozano que punto principal fue el sermón del célebre predicador Don Vicente Manterola y Pérez. (17) Al fin y al cabo es lo mismo que habían hecho con la fiesta a la Virgen de Setefilla: Los celosos Diputados del Gremio, ..., habían organizado un espectáculo digno por más de un concepto de poblaciones de mayor importancia y nuevo en su clase. Y digo nuevo, refiriéndome a esta localidad, no porque fuese la primera vez que se veía, sino porque desde el año 42 no se había repetido... . Nicolás Montalvo, o.c. (18) Muñidor: 2. Criado de cofradía, que sirve para avisar a los hermanos las fiestas, entierros y otros ejercicios a que debe concurrir . DRAE, 2001. En la descripción sobre la procesión del Santo Entierro de Sevilla celebrada en 1729 se lee: Daban principio a tan magnífica procesión el muñidor con traje de damasco negro galoneado de plata, un gran escudo en el pecho del mismo metal, y tocando una gran campanilla de plata . Cofradías Sevillanas , Luis C. Pérez Porto. 1908 (reedición 1992). Este es el aspecto del muñidor de la actual cofradía sevillana de La Mortaja . En el libro de Nicolás Montalvo se lee: Junta Directiva en 26 de julio de 1887. Se nombró Muñidor o cobrador a Antonio Pérez Gómez . (19) Este Francisco Javier Vergara también pertenecía al Gremio de menestriles o artesanos y participó en la máscara como el profeta Rey David con un traje deslumbrador . N. Montalvo, o.c.

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(20) Para Cava y Quiles, o.c., la cofradía de la Vera Cruz debió desaparecer antes de 1850, y Juan Antonio Ruiz Domínguez habla de que se extinguiría como consecuencias de las desamortizaciones del XIX ( Hermandad de la Vera Cruz de Lora del Río: las Ordenanzas de 1555 y su evolución . Lora del Río. Revista de Estudios locales. n.° 9. febrero 1998). De todas formas la decadencia de la Hermandad se nota al pedir a la del Santo Entierro poder acompañarla. (21) Hemos creído conveniente reproducir los nombres de todos los asistentes a las Juntas que hemos podido descifrar por sus firmas. Sus nombres son: Teodomiro Fernández Gómez, Sebastián Espinosa de los Monteros Almansa, Juan Andrés Pérez Oliveros, Manuel Roldán Martín, José Medrano Cepeda, Salvador Manzanares Lora, José Rojas Gómez, Pedro Monclova, José Herencia, Antonio Caro, José Gil Romero, Juan Manzano, Manuel Ruiz, Antonio Barrios, Mariano Serrano, Juan Bautista Nieto, Rafael Hernández, Manuel García, Servando Nieto, Francisco Liñán, Antonio Ortiz, Juan Bautista Rodríguez, José Liñán, Sebastián Camuñas, Pedro Rebollo Ancres, Miguel Montalvo Coronel, Antonio García, Rafael Liñán, M. Beltrán, Antero Palomeque de la Barrera, José Quintanilla y Torres, Manuel Quintanilla y Torres, Diego Fernández, Germán Montalvo, Florencio de la Mucha Coronel, Álvaro Pacheco Montalvo, Manuel Montalvo y Coronel, Fernando Montalvo Barba, Ildefonso Pacheco Montalvo, Salvador Montalvo Quintanilla, Juan Palomeque Quintanilla y José Gonzalo Prieto y García. (22) Luis Montoto Rautenstrauch cuenta: En no pocos pueblos de Andalucía se conmemora el entierro del Señor al mediar la noche del Viernes Santo . (23) La cofradía del Santo Entierro (que así es llamada la Hermandad que saca en procesión una imagen de Jesucristo, escultura yacente, encerrada en una urna de plata, cuando no de marfil o carey, con vidrios al través de los cuales se ve el cadáver figurado) encomienda a uno o más de los cofrades, que pidan de puerta en puerta y por calles y plazas una limosna para enterrar a Jesús Nazareno . El Cronista . Sevilla. 4 de abril de 1887. Una vez más Luis Montoto refleja fielmente las costumbres populares andaluzas. (24) Por los pliegos de remate de las insignias sabemos que las únicas que sacaba la Hermandad eran una cruz , el pendón , el estandarte y dos trompetas .

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El Cardenal Cervantes en busca de biógrafo

(25) Cava Cepeda y Quiles García, o.c.

y en algunos medicamentos . DRAE. 2001.

(26) Cuentas Santo Entierro 18791880. Hay un recibo de fecha 1 de abril de 1880, firmado por Antonio Roldán, que, entre otros gastos, dice: 54 palos de Cirios pintados imitando a cera .

(32) Cuentas Santo Entierro 1883-1884. Los ingresos de los hermanos suben de 800 a 988 reales, y los de las hermanas de 190 a 210.

(27) Los participantes en la, ya tan citada, máscara, habían hecho desfilar dos decurias de caballería de las regiones de la antigua Roma . N. Montalvo, o.c. (28) Cuentas Santo Entierro 18791880. Hay un recibo, no fechado, en el que se relacionan estos pertrechos romanos y otras cosas, que firma Juan Dommarco, un italiano que se avecindó en Lora del Río a mediados del siglo XIX, y del que he conocido una nieta en San Juan del Puerto, encontrándome en este momento en la redacción de unas notas sobre una hija del primero y tía de la segunda, llamada Setefilla. (29) Cuentas Santo Entierro 18791880. Sebastián Camuñas, hace constar, el 21 de enero de 1881, que ha recibido 2.500 reales, el gasto más alto de estas cuentas, por labrado de las Parihuelas y Pedestal para el Santo Sepulcro . (30) Cuentas Santo Entierro 18791880. Juan A. Pérez declara que la Hermandad le debe 368 reales por componer el paso de la Virgen. Asimismo, el citado Antonio Roldán, había cobrado 105 reales por pintar de negro el paso de la Soledad, barniz filetes dorados, remates bronce y ramos dorados , y treinta reales por pintar una cruz y dos escaleras. (31) 2. Sustancia grasa que se extrae de las cavidades del cráneo del cachalote, empleada para hacer velas

(33) Pienso que estar por escribir una biografía del Padre García Millán, tan importante en esta Lora finisecular de la que escribimos, o al menos, la reedición de su romance a la Virgen de Setefilla. (34) Ildefonso Pacheco Montalvo, 1855-1928, pertenecía a una familia sevillana, que había entroncado con los ilustres Montalvo, en la generación anterior. Acogidos pronto por las élites locales, los Pacheco también eran hidalgos, Don Ildefonso es recibido como hermano de la Virgen de Setefilla en 1869, con su hermano Álvaro, En 1887 ya era vicesecretario de dicha hermandad y el 26 de Septiembre de 1924, Hermano mayor, cargo que ostentó hasta su muerte en 1928. Había casado en 1878 con, una miembro de otra de las grandes familias loreña, Doña Dolores Quintanilla Briones, y dejó a Lora una magnífica casa, la actual número cinco de la calle San Juan. (35) Como en las anteriores votaciones para Junta Directiva, se refleja en acta, que el acuerdo fue por unanimidad, si bien en este caso, sin estar presente el nuevo Hermano Mayor.

(38) Isidoro Moreno en su libro La Semana Santa de Sevilla , escribe, tomándolo del número 138 del Boletín de las Cofradías: el Ayuntamiento empieza a subvencionar a las cofradías, no por su aspecto piadoso, sino como fiesta atractiva de forasteros; ... Estas subvenciones consiguen dos efectos: uno, la constancia en la salida procesional; otro, el continuo enriquecimiento de pasos, insignias y demás elementos del cortejo procesional . (39) Cava Cepeda y Quiles García, o.c. (40) Por otra parte la vinculación del Valle con Lora es un hecho, el tenido por uno de los más ilustres hijos de Lora del Río, el Cardenal Cervantes, fue el que fundó la señera Hermandad de la Coronación de Espinas y Nuestra Señora del Valle, y si esto fuera poco, uno de sus consiliarios, Don Aurelio Barrau está casado con la loreña Doña Ángeles Lena Terry; y ha salido varios años, bajo el paso del Nazareno de dicha Hermandad, Don Leoncio Barrau, en la trabajadera posterior a la mía, siendo Don Leoncio, esposo de otra loreña, Doña Purificación Vázquez. Tanto, Doña Ángeles, como el que esto escribe, descendientes del citado en este artículo, Hermano mayor del Santo Entierro loreño, Don Ildefonso Pacheco Montalvo.

(36) Debió de ser a mediados de marzo, pues el Viernes Santo de ese año fue el tres de abril. (37) Al menos el ochenta por ciento de los proveedores pertenecen al gremio de artesanos, como pueden ser los cobradores, el director de la banda, el tenor o el orfebre.

Procesión del Santo Entierro, año 1965

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El Augusto de Lora del Río

EL AUGUSTO DE LORA DEL RÍO El texto que aquí se publica es un extracto del artículo escrito por A. BLANCO en la Revista de Arqueología Española del año 1959 y que aparece en la portada de esta Revista. En septiembre del año 1958 fue hallado casualmente en el término de Lora del Río (Sevilla) un retrato de Augusto que se encuentra todavía en poder del propietario del terreno. El hallazgo se verificó al labrar un terreno situado a unos 250 metros al sudeste del caserío del Cortijo de Ossorio, dentro del pago de La Junquilla, nombre que antiguamente llevó todo el cortijo. Dicho caserío se encuentra a unos 10 kilómetros al NE de la villa de Lora, cerca del antiguo camino que desde ésta lleva a la Puebla de los Infantes. Todo el término abunda en yacimientos romanos, especialmente el sector triangular limitado a poniente por el río Guadalbacar, al sur por el Guadalquivir y a levante por el arroyo del término, triángulo que tiene su vértice septentrional en el Santuario de Nuestra Señora de Setefilla, emplazado sobre una estación arqueológica cuya antigüedad remonta al Bronce Inicial. Este sector fue explorado ya en el siglo XVIII por Gúseme, a finales del siglo XIX y principios del XX por Bonsor y ahora por los autores del catálogo monumental de Sevilla (Hernández Díaz, J., Sancho Corbacho, A y Collantes De Terán, F.), a quienes debemos el conocimiento y los datos que poseemos sobre esta pieza, una de las correpondientes al tomo en que se incluye Lora del Río. En estas exploraciones se han localizado numerosos yacimientos romanos: necrópolis, alfarerías, villas, construcciones termales e hidráulicas y algún núcleo de población de cierta entidad. Tal densidad de yacimientos se justifica por la propia riqueza del suelo, la proximidad de yacimientos mineros y el paso de dos calzadas por sus cercanías: la de Astigi a Emérita, que cruzaba el Betis por Celti (Peñaflor), y la que llevaba de Híspalis a Corduba por la orilla derecha del mis-

mo río. En el campo en que apareció el retrato de Augusto no se han advertido otros restos arqueológicos, pero los hay en el caserío y en un cerro próximo. Debe recordarse también que en el despoblado de El Membrillo, cercano al lugar, hay dos manantiales, uno de agua fresca y otro de aguas termales, a los que hace poco aún se atribuían virtudes curativas; allí apareció el fragmento de una inscripción en la que Bonsor leyó DIVO AVGVS(to) y que hace pensar en una localidad en que se rendía culto al emperador cuyo retrato ha aparecido ahora. El retrato, labrado en mármol blanco, de espejuelo fino y cristalino, es bastante mayor que el natural (41 cm. de alto, incluido el cuello; la cabeza sola, 26,5). La base del cuello, con su forma de hemisferio inclinado hacia la parte delantera y apenas desbastado, indica que la cabeza estaba inserta en una estatua acorazada o togada. Su estado es mediano: antes de ser recogida, la reja del arado le produjo los arañazos de la barbilla, cuello, mejilla y sien izquierdas, pelo de la coronilla y de la nuca, que se ven bien en nuestras ilustraciones. Aparte de estos desperfectos recientes, fáciles de reconocer por la misma blancura del mármol, hay otros más antiguos: un desconchado en la nariz que llega desde el puente hasta la aleta derecha; otro en el remolino del pelo que se encrespa sobre la frente; rozaduras en el pabellón de las orejas y un desgaste regular en el pelo que cubre la parte superior del cráneo, atribuible a los agentes atmosféricos de la época de su exposición. La fotografía, tomada de frente y desde un punto de vista algo más bajo de lo debido, muestra el giro y la leve inclinación de la cabeza hacia su lado derecho. Con las cejas ligeramente fruncidas, los ojos parecen mirar a distancia. La nariz, ancha y con curvatura del lomo muy pronunciada, sólo aparece intacta cuando la cabeza se contempla por su perfil izquierdo. La boca es algo más grande que en los retratos ordinarios y sus comisuras responden a la contracción de los músculos de la mandíbula, complementando el gesto de atención e interés que la mirada sugiere. La comparación con la mayoría de los retratos de Augusto, clasicistas

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gusto, clasicistas de suyo y a menudo arreglados por restauradores que dan a la boca la fría corrección de un camafeo, hace resaltar más en éste el verismo y la naturalidad de la fisonomía. En los extremos de la boca se observa la punzada, no disimulada, del puntero con que el escultor trazó el surco que separa los labios. El pelo está peinado con el aparente descuido de todos los retratos augústeos. Los mechones que por natural inclinación se dirigen a la frente son llevados hacía la derecha, donde dos de ellos forman el característico pico de buitre sobre el ojo de este lado (luego señalaremos en qué detalles este peinado se aparta del flequillo más típico del emperador). Los mechones de las sienes están llevados hacia atrás, en dirección a la oreja correspondiente. En el lado derecho se forman cuatro grados o escalones: el primero, por el pelo que desde lo alto de la cabeza cae hacia este lado; el segundo y el tercero, por los mechones de los temporales, aquél encorvado hacia la oreja, éste peinado también hacia atrás, pero con las puntas vueltas hacia la patilla, la cual forma el cuarto escalón dirigiendo la punta hacia el pómulo. El pelo del lado izquierdo tiene una disposición similar, pero no idéntica: el borde que recorre la sien sigue una línea continua muy marcada, como una S abierta cuyo extremo superior forma un ángulo curvo con el primer mechón de la frente. En lo abocetado del pelo de la coronilla y de la nuca, lo mismo que en el dorso de las orejas, ni siquiera separadas del cráneo, se pone de manifiesto el descuido del escultor que hizo esta copia, preocupado sólo por el aspecto delantero de la estatua, que seguramente se destinaba a un nicho o a estar respaldada por un muro.

Revista de Estudios Locales, Lora del Río, nº 13


El Lar del Hogar de Lora del Río

EL LAR DEL HOGAR DE LORA DEL RÍO Esta pieza (siglo I-II d. C.) ha sido encontrada en Lora del Río y está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (nº inventario 2.943). Es un dios protector del hogar que viste jitón corto (especie de túnica que caía plegada y se ceñía al talle con un cíngulo trenzado) bajo un manto cruzado sobre el pecho y el hombro derecho, anudado en la cintura y dejando colgantes los extremos del mismo. Lleva la cabeza ceñida con una diadema de palmetas atada por detrás con cintas cuyos extremos caen por ambos lados, sobre los hombros. Lleva cuerno de la abundancia en la mano izquierda. Alza el brazo derecho, en actitud de llevar un objeto, probablemente un ritón o vaso, a menudo en forma de cuerno o de cabeza de animal. Sus medidas son 22 por 12 por 8 centímetros. Una reproducción de esta pieza ha sido donada por D. Antonio Contreras González para que forme parte de los fondos patrimoniales del Ayuntamiento.

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