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CAPÍTULO 13: Olegario Mena

CAPÍTULO 13

OLEGARIO MENA

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EN RÍO SENGUER Mi nombre es Olegario Mena Barrera por madre, nací en el Paraje Talagapa, en Río Negro el año 1907. Es un paraje en Neuquén, yo no conozco pero por datos de otras personas me dicen que es Neuquén el paraje ese Talagapa. Yo me crié huérfano, porque mis padres tenían muchos chicos y se venían pa’ ca’, pal sur y no me traen a mi porque yo era tullido de las piernas. Entonces me dejaron en poder de una comadre, o sea yo me crie en poder de una comadre y del viejito Herrera, Elida Rubilar se llamaba la viejita, la señora de Herrera. Ellos salieron en febrero o marzo de allá, los viejos salieron en 1900 y llegaron en abril, según los viejos me contaban a mí, que en abril llegaron al alto Rio Senguer. Ellos traían ovejas, vacas, carros de bueyes y hacían campamento donde querían. Traían como 15.000 animales y los carros de bueyes y como 200 vacas, como 800 yeguas, un arreo grande. El viejo era rico porque había sido expedicionario del desierto del tiempo de San Martin. Como ahí no había escuela, no me mandaron a la escuela los viejos. En esos años había que mandarlos a Buenos Aires a estudiar, entonces como nosotros éramos dos hermanos, no hermanos, hermanos de crianza. Se llamaba Raimundo Beliglio y a él lo llevaron dos años a Buenos Aires a estudiar y después al poco tiempo cuando vino lo mataron porque era bastante…. de a caballo. Fue a entregar una tropilla de potro a una estancia y cuando venía de vuelta paso donde había unas muchachas que estaban de baile y ahí se quedo en la noche y en la madrugada le pegaron un tiro, tendría 21-22 años, joven, éramos muchachos jóvenes. Mi juventud la pasé en Alto Rio Senguer y el Coite, trabajando en el campo, cuidando las ovejas de repuntes porque no había alambrados, la hacienda ya estaba acostumbrada, llegando la tarde ella sola buscaba los rodeos. Cerquita de la casa hacían rodeo nomas, porque en esos años habían muchos leones, tigres

Don Olegario y su hija Julia en el Festejo de su cumpleaños N° 100.

Desfile día del pueblo: En centro atrás Olegario Mena. A los lados Carlos Cárcamo y Juan Riquelme

todo eso había en Alto Rio Senguer, el Río Fontana que le dicen, la cordillera. Cinco años estuvo ahí el viejo y ahí compro, en el coite, y se hizo casa el viejo. Había que ir con los carros de bueyes a Rawson a vender la lana y traer los víveres para el año. Meses demorábamos pa’ llegar allá, porque no había agua y poco pasto, puro guadal, partes que de 5-6 ,leguas de 20 leguas que no hay agua. Y ahí venían compradores del norte no se de que parte venían y llevaban 200, 300 vacunos o 600 ovejas. De arreo se los llevaban, como hasta hace pocos años al Ingeniero Jacovacci. En esos tiempos había policía que era muy buena, la más mala que hubo fue la fronteriza. La fronteriza es igual que el regimiento de la Gendarmería, que salían las comisiones para agarrar gente que andaba disparando y otros que andaban sin papel, que no sabían de donde eran nacidos y si contestaban mal los llevaban. Y un día andaba en los cañadones así cuando subía al cañadón pa’ pasar para el otro lado veo una multitud de gente como 50 o 100 personas, yo quise disparar, entonces me rodearon ellos, se abrieron unos pa´ un lado y otros pa´ otro lado cuando me rodearon. Entonces me saludo un teniente y me dijo: -”¿Quién sos vos?”- fulano de tal - “¿Y adonde vivís?” - en tal parte - “¡ Y nos llevás ?- Si, como no señor - Así que los llevé, y cuando llegó se abrazaron con el viejo, que le pasó el galpón para hacer el sepolazo. Sepolazo es cuando lo estaquean a uno de los pie, le ponen una estaca al lado y le ponen las cadenas y los grifos en los pies uno pa’ cada lado, asique nosotros sabíamos ir a ver a los presos que tenían ahí en el galpón y yo un día le pregunte al sargento pa´ que los ponen a esos hombres así y me dice: - Eso los ponemos a los malos y si vos te portas mal igual te vamos a poner también eso - ¡Yo salí disparado pa´ la casa de los viejos! Yo tenía 16 años y ahí fui al servicio militar en el servicio militar estuve tres meses y me enfermé de la fiebre amarilla y entonces el viejo, el viejo que me crió a mí, Herrera fue allá y pago 50 pesos y me trajo de vuelta, en esos años se pagaba 50 pesos y sacaban de soldado.

Nosotros vivíamos cerquita de los toldos habían tolderías en esos años no hacían casas hacían toldos nomas de neneo y cuero de vaca, cuero de guanaco, esos eran los techos y las paredes igual estaqueadas. Los indios se hicieron amigos con los viejos, entonces todos éramos uno nomás, a mi me trataban como hijo, como paisano. Ellos tenían poca hacienda, tenían poquitas ovejas, yeguas si, yeguas tenían muchas y vacas no se precisaba tener porque había mucha hacienda baguala. Lo mas que se comía en esos años era la carne de guanaco, carne de yegua, avestruces, peludo,

Esquiladores en zona Río Mayo.

piche. Nosotros cazábamos porque son sabrosos los piches y los peludos igual, venados había mucho también huemules y el león también es bueno para comer yo también. Cuando ya me fui haciendo hombre empecé a usar arma pero nunca fui desordenado para usar armas. En el pueblo también solía andar pero como no tomaba mucho nadie me provocaba y yo no provocaba a nadie, con todos era amigo, como parientes.

El año 26 murió el viejito Herrera entonces entré de encargado de mensual de la viejita, yo estuve en el Coite hasta el 56 porque cuando, estuve un año trabajando mensual y después de encargado. en esos años entraron a venir esos vehículos y a llegar los camiones unos norteamericanos a Alto Rio Senguer y esos fueron los que echaron a perder los trabajos de carro de caballo y vagones. Y después vinieron las maquinas de esquila esas vinieron creo que el 29 o el 30, 1.930. Dejé de trabajar allá porque la hija de ellos se casó con un estanciero y siempre andaban jodiendo con el marido de ella que le dejara su parte y por ahí anduvimos medios disgustándonos, entonces yo fui y le dije a la vieja: -”Mire mamá yo ahora me voy a retirar y ponga a quien quiera usted” –. Mama tenía 94 años, cuando falleció, falleció de 105. Yo saqué mi parte de ovejas, vacas, yegua de todo saqué, vendí una parte y cuando me vine acá el 56 deje 800 ovejas mías en poder de mi cuñado sin ningún papel, como, a lo gaucho. Y pasó dos años que no fui pa´ allá y

cuando fui me las negó y nos anduvimos disgustando y me llevo Gendarmería al cuartel y ahí me estuvo aconsejando un comandante, porque yo, a mi modo de ver, era para matarlo, pelearlo. Mire que 800 ovejas y 46 yegüerizos me los negó.

EN PERITO MORENO En el 56 me vine a conocer a mi mamá, Faustina Barrera que trabajaba en el hospital de enfermera y me gustó el pueblito acá porque en esos años habrían unas ochenta casas, bolichitos chicos y la mayoría eran chilenos, porque decían que este paraje era chileno también. Había mucho chileno, casi todos pobladores chilenos y se preocupaban poco, los únicos habitantes más viejos fueron los Tejedores, los Mattar y los García, esas eran las casas de argentinos que habían. Gringos eran, pero eran argentinos. Estaba un hermano mío por parte de madre, un tal Barrera, el loco le dicen, era milico, pero no sirvió pa´ milico, le sacaron la ropa (risas). Compré la existencia de un bar y alquilé la casa, ahí en la esquina del barrio de Gendarmería y de la cancha de fúbol, al salto de calle, se llamaba Churrasquería “Gómez”. Ahí empecé a trabajar y por unas alcahueterías disgustamos con el comisario, un tal Cabral, y decían que en la casa jugábamos por plata y en la noche se apareció, estábamos jugando por una cazuela pa´ un domingo y como el bar tenia pasadizo le digo -” Pa´ adonde va usted” - dice – “Soy el Comisario” – “Usted es Comisario en su Comisaría y yo soy el “Comisario” acá- así que se fue y me citó pa´ el otro día . En ese tiempo por la comisaría ahí donde la Mara. ¿Cómo se llama? Está al frente de lo de Andrade allá arriba, donde las Orellanas, ahí era la comisaría. Fui y me dijo – “Yo no te voy a cerrar pero me vas a tener que pagar 500 pesos todos los meses “– “¿ Darle 500 pesos a Usted? ¿No tiene sueldo? Yo no le doy nada” – Y me cerró nomás. Yo estaba con arma en la oficina, yo había ido dispuesto, a que se diera vuelta, yo andaba bastante indignado esos días. Así que hizo pagar todo lo que me debían los milicos. Me dieron la plata y se las dí a unos presos que habían ahí: -”Esto es para ustedes pa´ que coman, compren ustedes lo que quiera comprar”-, delante del Comisario. Después fui a lo de… una casa ahí del turco Amado al lado, ahí estuve alquilando y éramos conocidos con el Juez de Paz, un tal Morales al que le compré una chacrita, la compre por 200 pesos y en ese tiempo eran como 10.000 de ahora. Acá cosechaba avena, alfalfa, trigo, papa, alcanzaba para vivir de la chacra.

EN EL PLUMA Después dentré a trabajar por día con el coronel Rabe que le decían, de Buenos Aires era teniente, tenía el campo ahí en El Pluma y a las dos horas que estábamos allá me puso de encargado de la gente y echo a los otros, unos chilotes tenia ahí, los trato fierísimo y les preguntó quién le ha dado pasto a los caballo al lado de la puerta del chalet - “Vos chilote de mierda te mandas a mudar hoy mismo de acá porque no servís ni pa´ mierda” - le dijo así. Y bueno duré siete años y ocho meses hasta que él murió y después el hijo que hasta yo le había enseñado a andar en caballo, un día me retó, porque yo había llevado la gente pa´ pelar ojo y no les quiso pagar por 100 pesos y me dice - “Váyase a la puta que lo parió usted con todos los sinvergüenza de mierda que ha traído” - y esto y lo otro, bueno agarre y me … y se fue pa´ dentro cerró la puerta y se fue pa´ dentro yo dije va a ir a buscar el revólver... lo voy a esperar y listo, esperé como media hora ahí afuera, no volvió, así que me fui. Me pagó como…. Me pagó la mitad porque lo demás me embrolló con el juez que había, la mitad me pagó del trabajo pero no me les he callado tampoco a los patrones, si, porque eso nos enseñó el General Perón cuando anduvo, saber cobrar el trabajo de uno. De Evita me acuerdo le mandó pero una cantidad de ropa a los chicos míos y víveres y regalos de toda clase. Siempre, de que conocí al General Perón, fui peronista, porque él nos enseño a cobrar los trabajos, trabajábamos de las seis de la mañana hasta las doce de la noche por 10 pesos. Y desde que vino el General Perón terminó todo eso tanto los estancieros como las estancias grandes a todos los achicó, el decretó las ocho horas, ocho horas de trabajo y nada más. Se cumplía eso, se cumplía en esos años, mientras estuvo Perón, se cumplía porque él andaba, él no mandaba a la estancia, él iba personalmente, tanto a las estancias como a los pobladores de a caballo en ese tiempo.

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