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FUTURO INCIERTO / Por Erika Mabel Mardones

FUTURO INCIERTO Por Erika Mabel Mardones

Siempre hay alguien de nuestros antiguos pobladores que tienen algo para contar, algo para recordar, pedacitos de historias, anécdotas vividas, propias o de otras personas. Y me propuse con toda subjetividad que una trae, para luego de emprender el relato, escuchar y escribir con interés y respeto. En el año 1.940, llega a Perito Moreno, Maicol Kirby, de origen inglés (hijo de inmigrantes); tenía 25 años, junto a otros esquiladores, llegaron en un Ford A, ellos hacían su trabajo con tijeras manuales. Antes andaban de a caballo de estancia por estancia haciendo su trabajo. Fue así que Maicol le gustó el lugar y decidió establecerse en la zona, trabajando en actividades diarias, pero sobre todo de peón ovejero. Trabajaba 15 o 20 días en el campo y luego 3 o 4 días “bajaba al pueblo’’; era su rutina durante meses, que los aprovechaba para comprar, aunque a las estancias llegaban carretas cargadas de mercancías. Para Maicol’’bajar al pueblo’’ significaba hacer nuevos amigos, conocer a Perito... Se hospedaba en la fonda “La Esperanza’’ de Nauche y así fue conociendo gente, por lo cual no faltaba la cordial invitación de una cena en casa de familia, o tomar una copa en el bar, donde se juntaban a jugar truco, rummy o paso inglés. En una de esas “bajadas’’ Maicol se encontró con Alfredo Pino, habían trabajado juntos en una estancia varios días, en la cual se formo una amistad entre ellos. Alfredo estaba casado con Elvira tenían 2 hijos y su madre vivía con ellos; para él fue un gustazo ver a su amigo: -’’Hola amigazo ¿Cómo andas?’’ Maicol muy contento respondió: - ¡’’ ¡Hola amigo, bien, bien’’! – y se unieron en un gran abrazo. Luego de charlar un ratito, Alfredo invitó a Maicol a su casa, le presento su familia, tomaron unos mates mientras que Elvira y su suegra preparaban la cena. Como era sábado Alfredo se le ocurrió la idea junto a su esposa de invitarlo a salir a bailar al salón de Pessolano, su amigo acepto gustosamente. Llego la noctambula hora, se preparan y se dirigen los 3 al salón, quedando los chicos con la abuela. Alfredo le comenta a Maicol -: ¡’’ ¡Se ponen lindos los bailes, concurre mucha gente’’! – A lo que Maicol le dice -: ¡’’Pocas veces he tenido la oportunidad de salir a bailar, ya que trabajaba en el campo’’! – su amigo le dice -: ¡’’ ¡Te va a gustar, traen buena orquesta, tocan buena música’’! – Al llegar al salón se ubican en la mesa reservada con tiempo, y ya comenzó a llegar la gente. Inicia el baile y la orquesta empieza tocando un pasodoble, la

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pista se llena rápidamente de parejas. El inglés de melancólicos ojos azules observa con ansiedad en su silla, recorría con su vista todo el salón, la gente bailando; hasta que en una mesa vio a una muchacha sentada, esperando que alguien la saque a bailar. Maicol, aunque un poco tímido pero decidido, se levanto de su silla y se dirigió a ella y la invito a bailar. Era María Pilar Clark, a ella se le ilumino el rostro con su encantadora sonrisa y acepto bailar con él. Cada vez que Maicol tenía oportunidad de sacarla a bailar, lo hacía para ir conociéndola más, porque él se sentía atraído por ella. Maicol le pregunta -: ¿’’Ud. ¿Vive acá’’? – María P. le dice -: ¡’’ ¡No, no vengo de Las Heras, vine acompañando a mi papá por unos negocios’’! – Maicol -: ¡’’ ¡Ah, qué pena’’! - ¿’’Y va a estar más días’’? – María P. responde -: ¡’’ ¡Tres días más, lo que pasa que mi padre transporta la producción de lana desde las estancias hacia los puertos’’! – Maicol: - ¡’’ ¡Ah, entonces tengo la posibilidad de verla nuevamente’’! –. ¡El inglés a medida que avanza la noche, la aprieta con más fuerza a la muchacha, y el mensaje que viene del corazón se transmite mejor de lo que haría la palabra hablada’’! ¡¡Sus corazones laten al unísono!! Y llega el último compás de la noche, ésta es la única oportunidad de convencer a María P. de acompañarla a la casa dónde ella se hospedaba y se lo pregunta: - ¿’’Puedo acompañarla’’? – Mientras que la música da sus últimos acordes, ella hace una breve pausa, antes de responder… y dice -:’’ ¡Sí, si promete portarse bien’’! – volvieron a verse en los siguientes días, la pasaron bien y ella se marcho, entre ellos quedo una luz de esperanza. Pasaron 2 meses y Maicol siempre sintió la necesidad de volver a ver a María P. y si todo iba bien, pediría la mano de la muchacha a sus padres para consolidar la relación. Se tomo unos días y aprovecho que su patrón tenía un viaje a Comodoro y viajo a Las Heras con ansias de estar con María P. Su patrón lo llevo a hospedarse al Hotel Europa, luego de averiguar el domicilio de la familia Clark, se encamina a la casa y golpea la puerta: - ¡’’toc, toc, toc’’! – desde la ventana doña Mimí le llamo la atención ver a un joven apuesto en frente de su casa y abre la puerta -: ¡’’Hola buenas tardes’’!, ¿Qué se le ofrece caballero’’? – Maicol con un gesto amable dice: - ¡’’Buenas tardes señora, ¿Se encuentra la señorita María Pilar’’? – al mismo tiempo que se va sacando el sombrero. Doña Mimí un poco inquieta, siente la necesidad de averiguar más sobre éste joven y dice -: ¿’’Quien la busca’’? – El gringo responde -: ¡’’ ¡Mi nombre es Maicol Kirby, conocí a la señorita en Perito’’! - a lo que doña Mimí lo invita a pasar a la casa, le ofrece asiento y se sienta frente a él, comienza hacerle preguntas y así saber cuáles son las intencio-

nes con María P., Maicol responde con respeto todo lo que desea saber la señora, ella quedó un minuto en silencio y luego respondió:- ¡’’María P. es mi hija, ella viajó a Buenos Aires, la mandamos a terminar su carrera de abogacía, y solo una vez al año viene al pueblo’’! – doña Mimí lo había observado bien al joven como para decir que su institución femenina le daba pauta de que era un buen muchacho. Con pena, le aclaró su punto de vista del mejor modo posible -: ¡’’Ella (María P.) sabe que tiene que terminar sus estudios y después recién pensar en tener novio’’! – continúa: - ¡’’Disculpe que sea tan directa; ¡pero no me gusta darle vuelta al tema, si Ud. Desea esperarla, respeto su decisión, pero por ahora no hay permiso’’! Maicol abrumado por la noticia se despide de la señora disculpándose nuevamente; se aleja, volviendo al hotel, esa noche para Él es eterna, su mente no le permite relajarse, gira en torno a María P. Su cuerpo lucha con la ansiedad de tenerla en sus brazos y las preguntas que acechan su mente de la cual no encuentra ninguna respuesta: - ¿’’Será que mi error fue no haberme declarado’’? -: ¿’’Por qué no lo hice’’? - ¡¡’’Qué tonto fui’’!!, en silencio y volviendo a sus cabales se dijo así mismo -: ¡’’ ¡No, no soy un hombre de respeto’’!... ¡’’Pero la perdí… la perdí’’! No quiso quedarse ni un solo día más en el pueblo, en esa época no existían los transportes de pasajeros, la gente se movía en carretas o con alguna persona que tuviera un camión Ford T o 350, que utilizaban para transportar lana, como Maicol no conocía a nadie, se largó al camino haciendo dedo, fueron días, solo llevaba agua y un poco de pan. Las piernas se, le acalambraban le dolían los pies, lo único que él quería era llegar a Perito, al campo. Llegó al paraje “El Pluma’’, allí lo atendió un inglés que le decían “Montgomery’’, entablaron una cordial conversación de sus orígenes, le sirvió comida, trató de convencerlo de que se quedara hasta que pase un camión o una carreta que lo llevara, pero Maicol no quiso. ’’Montgomery’’ le preparó un poco de comida y agua y el gringo se marcho acompañado de la soledad, siguió caminando, caminando, caminando. Toda la suela de sus botas rotas, sus pies ampollados, sus piernas adoloridas, su cuerpo débil, cansado. Justo como iluminado del cielo, llegando a la “Pampa de la Yegua Muerta’’ apareció una Chevrolet 4, era el turco Brain, lo levantó y se asombró de verlo mal, le preguntó que le había pasado a lo que Maicol respondió: - ¡’’fui hasta Las Heras a hacer unas cosas, pero necesitaba volver cuanto antes a mi trabajo; por eso me largué caminando’’! – no quiso dar ninguna explicación de lo que estaba viviendo. Fue una suerte encontrarse con el

turco, pues justo él iba a la estancia donde trabajaba Maicol, a cargar la lana, y llegaron directo allí. Maicol tuvo una semana en cama, a cuidado de la señora del patrón y curándose levemente los píes. Trabajó un tiempo más, en agradecimiento a la gente que lo cuidó como si fuera su hijo. Le contó a su patrón que se iría y su patrón se sintió triste por la noticia, no quería que se vaya. Pero… Maicol se fue, absorbido en su tristeza, quiso buscar otros rumbos y dejó la estancia, dejó Perito. Nunca más se supo de él, ¿Quién sabe qué caminos habrá tomado? Pero se fue… con “Un futuro incierto’’…

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