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Nemecia “Meche” Morales
CAPÍTULO 3 TODOS SOMOS INMIGRANTES
nemecia “meche” morales
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Mi nombre es Nemecia Morales Dinamarca, pero en el pueblo me conocen como “Meche Orellana”. Nací un 18 de diciembre del 37 en Ibáñez, Chile. Nací en una casa que era de madera, en un campo que se llamaba “El Rocoso”, un lugar lindo donde mi papá tenía vacunos, ovejas, yeguarizos y caballos. Mis padres eran argentinos, Camilo Morales y Carmen Dinamarca, eran de Río Negro y se vinieron a Chile y mi papá hizo los papeles para tener el campo.
Teníamos buenos padres, nunca querían que nos falte algo. Antes que entre el invierno, iban a Coyhaique a buscar los víveres. Iban en carro y demoraban casi un mes en ir y volver. Traían los carros llenos de mercadería para pasar el invierno, no hallábamos la hora de que llegaran los carros. Mi mamá era una persona buena, ella hacía los trabajos de la casa y del campo; siembra, criar animales... ovejas, caballos, lo que sea. Todos trabajábamos. Sembrábamos papa, trigo, alfalfa. Recuerdo las señaladas, que duraban dos o tres días, los varones hacían los corderos afuera, las mujeres mayores hacían empanadas, hacían de todo para festejar. Eran fiestas familiares, el objetivo de la fiesta era cortarle la orejita a los corderos, a las madres la oreja y a los borreguitos los huevitos, los capaban. Éramos 10 o 12 hermanos, pero ahora no queda ninguno y yo era de las más chicas. Comíamos frutilla del campo, la juntábamos para hacer dulce, jugábamos a las escondidas, a la payana y cuando nos peleábamos con mi hermano le decía: -! Cuando sea grande me voy a ir a la mierda para Argentina! -
Habré vivido hasta los 15 años ahí y me casé con Félix Orellana, que era amigo de los muchachos. Nos vinimos a Perito cuando yo tenía 16, 17 años, cuando mis padres y mi abuela materna ya habían muerto. Así que agarramos todo y nos vinimos con mi suegra y mis cuñadas, y yo vendí siete vacas, un buey, tres caballos y siete yeguarizos. Y se cumplió lo que le decía… “Cuando sea grande me voy a la mierda para Argentina”. Elegimos
1965: Bar “La Tranquera” . Silvia Orellana, Nemesia Morales y Carolina Orellana
1968: Aeropuerto local. Paseo en primeros vuelos. Félix, Carolina y Silvia Orellana con Sr. Sandoval
Perito venimos porque siempre contaban que era lindo, los que venían acá a hacer las compras. Llegamos por el año 60, y ya venía embarazada, vinimos en la barcaza de Ibáñez a Chile Chico, y de Chile Chico arriba del camión de los Tejedor, un camión viejo, que traía material. El hombre no nos quería traer y yo le decía “Estoy embarazada” y me contesta “Estar embarazada no es estar enferma”. Cuando llegamos a perito, teníamos que ver dónde meternos, quería comprar el “CU-CÚ”, que era un barcito, enfrente de la comisaría de ahora, pero después compramos el ranchito este, que desde que lo abrimos siempre se llamó “La Tranquera” - Bar y Churrasquería. Acá antes estaba la antigua comisaría, había dos piezas, la cocina y estaban los dos calabozos donde hicimos la cocina. Acá tenían una mugre, había olor por todos lados porque había una caballeriza pero les daban comida acá adentro del local !! El bar lo atendió mi marido, su hermano, hasta que después quedé yo. Hacíamos, todo tipo de comida y a la hora que querían, llegaba la gente del campo, esquiladores y lo que pedían hacíamos… bifes con cebolla, bife a la plancha. Afuera había palenques, teníamos álamos que nos servían de palenque.
1955: Nemesia Morales
1972: Asado familiar en el fogón del bar. Ignacio Allochis, Carolina Orellana, Silvia Orellana, Gloria Manque, Silvia Olivares, Beatriz Allochis, Sandra Pesoa
1973: Hotel “Austral” . Delmiro Tejedor, Sr. Paura, Artemio Barrientos, Santa Cruz Pesoa, Félix Orellana y Héctor Raul Sandin
Al bar venía Oliva, Don Piticar, que no se si venía tanto al bar, pero si venía a picar leña. Venía Paiquito… : “-Mechita - me decía- yo me voy a trabajar, servime una copa y hacele un nudo-“ para que se la anote, y después pasaba a pagar, venía y pagaba todo. Él decía: -“Paiquito para las chicas y Parada para las casadas !!! . Siempre fue muy tranquilo y respetuoso. A Huichaca le encantaba venir acá, cuando estaba en el hogar de ancianos y había poca gente él venía. Se ponía en una mesita ahí frente a la ventana y se quedaba mirando para afuera. El que era bastante hincha era Loncopán, le gustaba el cuchillo, acuchillar, siempre andaba con un cuchillo grandote. Él tenía una muñeca en la casa y era de su hermana. Nunca contaba toda la historia, pero sí decía que tenía una muñeca, hasta ahí nomás porque él no hablaba mucho, era bastante arisco, observaba nomás. Había también un esquilador, un viejito, bien arrugadito, que vino y vió a mis primas que estaban atendiendo el mostrador y preguntó por las chicas. Les dije que eran visitadoras sociales o turistas, como para que no entre en confianza. Y cada vez que venía preguntaba por las visitadoras sociales !!!
El Padre Giori también venía a comer, le gustaba que le cocinara, venía con el zapatero Barrientos, que era su ayudante albañil, Por ahí el cura lo invitaba a comer acá, a veces me encargaban las empanadas y comían allá,
1964: Asado en la chacra de Roberts. Silvia Orellana, Domitila Troncosa (suegra de Nemesia), Nemesia Morales, Elba Lombard de Paulasa, el “Gringo” Roberts
Verena, Marcos y Marivilis Orellana, Julio Santana y señora, Conrado Castillo, Félix, Carolina y Silvia Orellana, Nemesia Morales 1968: Fiesta de casamiento. Marlene Orellana, Juan Carrasco, Paluan, Andrés Lazcano, “Miro” Tejedor, Olivares, Janette Guajardo, Norma Escande,
en esas fuentes amarillas enlosadas las llevaban. El viejito Barrientos fue quien terminó la Iglesia. Una vez se rompió un dedo y el viejito puteaba y el cura le decía “El señor se enoja” y Barrientos le decía “¡Lo has visto Tú!”, porque no creía en dios. Discutían y todo, siempre los domingos estaban juntos. A bailar salíamos a lo de Santana, al “Juventud Unida”, que no duró mucho tiempo, y al “4 de Junio” que estaba enfrente. Llevábamos a los chicos y dormían en los bancos, arriba de la campera, no los dejaba nunca solos. Una vez en lo de Santana estaban cantando el himno, estaban muy cantando y un señor, Oporto creo, un hombre grandote, se cayó y hubo un desparramo de mesas!!!! ¡Se terminó el himno, todo! Tuve dos hijas, Carolina y Silvia Mónica, y crié dos: Cristian, hijo de una sobrina y Jeanette, hija de una hermana. Y la verdad, la vida de antes era sacrificada, pero no sufrimos, trabajar era algo natural para salir adelante. Hoy tengo mi huerta, perejil, papa, cilantro, tengo mis frutales. Me gusta trabajar la tierra porque me crié en la tierra y trabajando.