FilaSiete nº 142

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revista mensual de cr铆tica de cine & TV febrero 2012

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142.

Moneyball: Rompiendo las reglas La hora de Brad Pitt La invenci贸n de Hugo /War horse / Declaraci贸n de guerra / Young adult



FilaSiete / febrero 2012. nº 142. 4. Declaración de guerra / 5. Moneyball / 6. La invención de Hugo / 7. Young adult / 8. Katmandú, un espejo en el cielo / 9. War horse / 10. Cuenta atrás / 11. Popieluszko. La libertad está en nosotros / 12. Infierno blanco / 13. Libro del mes: Cómo escribir una serie dramática de televisión / 13. Música de cine: Detrás de las paredes / 14. Estuvimos con... el director y los productores de El cosmonauta / 15. Travelling / 17. Sujeto+verbo+predicado / Dicen... / 18. Estilismo & Cine: Los paraísos perdidos de Yves Saint Laurent / 19. Vender cine: El Making off. Contenidos y uso en TV y DVD (2ª parte) / 20. En serie: Pulseras rojas / 21. En serie: El mentalista / 22. Así se hizo: Espartaco (V) /

4. Declaración de guerra. La candidata francesa al Oscar no entró en la selección pero es una cinta muy valiosa, con gran nivel de dirección, escritura e interpretación.

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Declaración de guerra Donzelli y Elkaïm escriben un relato inteligente al que dan mucho valor añadido con una realización y unas interpretaciones formidables

LA GUERRE EST DÉCLARÉE, 2011

la música diegética, el uso de la voz en off para dar hondura reflexiva sin desvirtuar la frescura de polaroid del relato, la calidad en la dirección de actores, anuncian la madurez de una gran directora cuya primera película, La reine des pommes, se estrenó en 2009, también con Valérie Donzelli y Jérémie Elkaïm como protagonistas y un papel secundario de Béatrice De Staël (divertida y conmovedora su caracterización de una experimentada pediatra en la cinta que nos ocupa).

País: Francia Dirección: Valérie Donzelli Guión: V. Donzelli, Jérémie Elkaïm Fotografía: Sébastien Buchmann Montaje: Pauline Gaillard Vestuario: Elisabeth Méhu Intérpretes: V. Donzelli, J. Elkaïm, César Dessix, Gabriel Elkaïm, Brigitte Sy, Elina Lowensohn, Michèle Moretti, Philippe Laudenbach 100 m. +18 años (temática, erotismo) Distribuidora: Golem Estreno: 3.2.2012

Cine palpitante El segundo largometraje de esta hermosa y expresiva realizadora y guionista francesa está interpretado por ella misma y cuenta la historia de Romeo y Julieta, un hombre y una mujer jóvenes, ambos artistas, que se conocen en una discoteca, se enamoran y… tienen un hijo, Adán. Y ese hijo enferma. Y ustedes dirán: bueno, nada especial, el mito de Shakespeare pero con niño. Lo especial es que la película tiene un vigor asombroso, es cine rabiosamente creativo, vivo, esencial, auténtico. Con todo merecimiento representó a Francia 4 - Fila Siete

en los Oscar. Ciertamente el cierre no está a la altura del resto, es más, no resulta muy coherente con el retrato previo de una pareja de hecho. Con todo, insisto, es una magnífica película, con unas interpretaciones portentosas al servicio de un relato mucho más profundo de lo que parece, porque es un retrato formidable de tantas cosas que pasan en nuestras sociedades occidentales del bienestar (se intuye pero lo digo: los guionistas y actores viven juntos y tienen un hijo). Las opciones fotográficas de la película, la calidad del montaje, la oportunidad de

Termino con una suma y un resultado. El sumatorio es de tres películas francesas que acabo de ver: Cuenta atrás (un impecable y trepidante thriller, que reseña Lilián González en este número), Intocable (una comedia dramática que ingresó 13 millones de euros en su primer fin de semana) y Declaración de guerra. Y añadan el fenómeno The artist. Resultado: el cine francés va como un cohete. Alberto Fijo

Su extraordinario vigor.

El cierre, poco coherente.


Moneyball: Rompiendo las reglas En la línea con las últimas grandes películas deportivas, Moneyball es un acercamiento distinto e inteligente a la trama David vs. Goliat MOnEYBALL, 2011 País: EE.UU. Dirección: Bennett Miller Guión: Aaron Sorkin, Steven Zaillian Fotografía: Wally Pfister Montaje: Christopher Tellefsen Música: Mychael Danna Intérpretes: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright, Kerris Dorsey, Chris Pratt 133 m. +12 años Distribuidora: Sony Estreno: 3.2.2012

Perder y ganar “no sé cómo puede haber gente que no se entusiasme con este deporte”, dice Billy Beane (Brad Pitt), el director deportivo (allí se llama más bien manager), de los Oakland’s Athletics, uno de los equipos de béisbol de EE.UU. que tuvo que competir en primera línea de batalla con un presupuesto mínimo. Esta historia real se enmarca dentro de las últimas grandes películas de cine deportivo inglés y norteamericano. Moneyball, al igual que The blind side o The Damned United, y en cierta medida también Million dollar baby, aprovecha el deporte como metáfora dejando la competición en un lugar secundario. El problema es que el béisbol es un deporte que entusiasma únicamente a los norteamericanos, de ahí la frase de Billy Beane. Pues bien, esta película consigue el milagro de que cualquier espectador incapaz de ver un partido de béisbol enmudezca ante la épica y el alma de este deporte que ya ha sido protagonista de otras obras maestras como El orgullo de los yankis, de Howard Hawks, o Campos de sueños, de Phil Alden Robinson. Hay una escena de la película que define el impacto de la historia. En medio del silencio (en la cinta hay mucho y muy inteligentemente utilizado), un golpeo fuerte de la bola suena con la contundencia del Big Bang, entonces Brad Pitt reacciona ante ese sonido con un gesto de ésos que hacen inmortal a un actor. Sonido, actor, guión, puesta en escena, historia. Las cinco claves que hacen que esta orquesta suene a la perfección. Y es que entre los músicos está el mejor guionista de Hollywood: Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca, Algunos hom-

bres buenos, La red social) y un escritor de grandes momentos, Steven Zaillian (En busca de Bobby Fischer, La lista de Schindler). Ambos le dan a la película un tono peligrosamente contemplativo, arriesgadísimo en un género al que el espectador exige ritmo trepidante. Pero los diálogos son inteligentes, vivos e ingeniosos, definen a la perfección a la pareja protagonista y utilizan con acierto a personajes secundarios que hacen una importante función de contratuerca (lo de Philip Seymour Hoffman, una vez más, es admirable: un ejemplo de cómo ponerse al servicio de la película y no al revés; cosa llamativa en un actor tan extraordinariamente bueno. Quizás es uno de los motivos de su grandeza). El tempo lento de la película funciona entre otras cosas porque Bennett Miller (Truman Capote) sabe dónde poner la cámara para que hable por sí misma. Mychael Danna (El dulce porvenir, La tormenta de hielo) hace un ejercicio muy inteligente de intensidad musical milimétrica, que no asume toda la capacidad emocional de la escena sino que sabe acompañar al resto de la orquesta. Sólo hay un momento en que la canción The show, interpretada por Kerris Dorsey (la niña que canta y borda el papel de la hija del protagonista), ocupa un papel principal dando profundidad y perspectiva a la historia. La estrofa final de la canción, junto con la cita que abre la película, es un gran ejemplo de cómo se puede abrir y cerrar el telón de una gran historia. La fotografía de Wally Pfister (el imprescindible colaborador de toda la filmografía

de los hermanos Nolan) sabe jugar con la riqueza de los colores vivos de un estadio de fútbol y logra transmitir la magia del deporte en vivo. La edición de sonido también ayuda a enmarcar la afición por este deporte con el sonido de los vestuarios (“Así suena la derrota”, dice el protagonista en una clarificadora frase), del público que se queja, estalla de emoción, calla con el eco del Big Bang, de la radio que Billy enciende y apaga compulsivamente. Mención aparte merece la selección de Jonah Hill, un actor secundario de comedia zafia (Supersalidos, Hazme reír) que aquí no sólo aguanta el plano a Brad Pitt, sino que modula y hace atractivo un personaje que podía resultar odiosamente pedante. Aspira al Oscar. El único peligro de la película es que la gente busque en ella lo que no hay, una cinta convencional de competición deportiva en la que el centro de la historia sea una bola de béisbol, y se encuentre con una historia en la que apenas se ve dicha bola ya que lo principal son personajes reales en medio de un dilema muy actual: el deporte como arte o como negocio, la vida como una suma de dígitos o como la búsqueda de algo que no te vendan en los supermercados. Por ahora, la película perdió 0-4 en los Globos y en los Oscar tiene 6 opciones. Pero, hay veces, que se gana perdiendo. Claudio Sánchez

Que la bola llega muy lejos.

Que apenas se ve la bola.

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La invención de Hugo Scorsese se lanza por fin a tumba abierta a rodar ese homenaje a la magia del cine que siempre parecía prometer y consigue salir victorioso HUGO, 2011 País: EE.UU. Dirección: Martin Scorsese Guión: John Logan, Brian Selznick Fotografía: Robert Richardson Montaje: Thelma Schoonmaker Música: Howard Shore Intérpretes: Asa Butterfield, Chloe Grace Moretz, Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley, Jude Law, Emily Mortimer, Christopher Lee 126 m. Todos los públicos Distribuidora: Paramount Estreno: 24.2.2012

Tributo a los orígenes del cine En estos tiempos de crisis, La invención de Hugo es más que una rara avis, es directamente una avis de otro planeta que ha llegado en el momento más inesperado para el goce y disfrute de aquellos que amamos esta cosa llamada cine, como diría Pumares. A Scorsese básicamente le han dado 170 millones de dólares con la excusa de hacer una película para niños en 3D, y el bueno de Martin ha hecho lo que le ha dado la gana con tanta pasta para poder por fin llevar a cabo ese gran homenaje al séptimo arte que toda su obra cinematográfica y documental siempre parecían prometer. El precio a pagar es que el filme sólo ha recaudado 55 millones a los casi dos meses de su estreno en Estados Unidos. Y es que hay pocos niños que aguanten las más de dos horas de metraje que tiene la cinta sentados, entre otras cosas, pero sospecho que a Scorsese eso le da exactamente igual. Hugo Cabret (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive en la estación de tren de Montparnasse de Paris en los años 30. Hugo sobrevive robando comida en los comercios de la estación, mientras mantiene en funcionamiento el gran reloj, oficio que heredó de su padre (Jude Law), quien murió en un incendio. Su verdadera ambición, sin embargo, es arreglar un robot autómata que encontró su progenitor en un museo y que puede guardar conexión con uno de los grandes pioneros del cine, George Méliès. no vamos a descubrir la vocación cinéfila de Scorsese. Sus películas están llenas de guiños a obras de otros cineastas (la herencia hitchcockiana de Shutter island, su anterior filme, es más que indudable) cuando no son directamente remakes, como en el 6 - Fila Siete

caso de Infiltrados, la cinta que le trajo la gloria del Oscar. Pero el director italoamericano ha llevado su obsesión y dedicación más allá, realizando estupendos documentales dedicados a recorrer la historia del cine americano y europeo desde sus orígenes, así como también ha impulsado la restauración de películas de grandes realizadores clásicos que habían caído en desgracia o estaban en el olvido. notoria es su reivindicación de Michael Powell, el esplendido director ingles responsable de películas tan asombrosamente poéticas en lo temático y en lo formal como Las zapatillas rojas, Narciso negro o A vida o muerte. Powell dio un paso en falso al rodar El fotógrafo del miedo, una audaz película sobre un asesino que fotografiaba a sus victimas, y perdió el favor del público por considerarle macabro. Años después, Scorsese rehabilitó su obra y Powell recuperó su lugar como uno de los grandes magos primigenios del cine. ¿Y todo este rollo a santo de qué viene?, se preguntarán. Pues viene a cuento de que La invención de Hugo es precisamente la síntesis de todo ese bagaje llevado a la perfección cinematográfica en la forma de la obra más abiertamente personal de la filmografía del cineasta. La película parece reivindicar a título individual a Méliès (Viaje a la luna), uno de los primeros artesanos de la cinematografía y de los efectos especiales, que, como Powell, también vivió muchos años en el olvido, pero en realidad es una reivindicación global del lenguaje cinematográfico y del cine como la disciplina artística más cercana a la magia. Puede sonar todo lo cursi que quieran, pero Scorsese no da pie al cinismo y regala uno

de los mejores homenajes al cine que nunca se hayan rodado. Para ello utiliza como base La invención de Hugo Cabret, novela gráfica infantil de Brian Selznick, primo del legendario productor David O. Selznick (Lo que el viento se llevó). La cinta, sin embargo, no vive sólo de la nostalgia. El 3D, por una vez, no es un mero capricho y, aparte de ser utilizado con una fluidez asombrosa, es la guinda del pastel al tributo diseñado por Scorsese. Cuando la vean, lo entenderán, pero ya les adelanto que La llegada del tren, de los hermanos Lumière, cobra un nuevo significado. Y luego el diseño de producción de Dante Ferretti, el montaje de Thelma Schoonmaker (por cierto, la viuda de Michael Powell) y la música de Howard Shore son simplemente lo mejor del año en cada apartado. Todos ellos tienen ya por lo menos un Oscar, pero se merecen otro. Y Scorsese, con permiso de Terrence Malick, también. Si algo hay que achacarle a la película es lo mucho que se recrea el guión en la primera media hora en contar las correrías dickensianas del niño protagonista (muy presentes en el equívoco tráiler), cuando después queda claro de qué va realmente la historia. Aunque de alguna manera tenía que justificar el realizador que estaba rodando una película infantil... Juan Claudio Matossian

Es difícil hacer un mejor homenaje al cine.

Se vende como película infantil, y muchos niños se sentirán desubicados.


Young adult Jason Reitman y Diablo Cody vuelven a reunirse en una comedia amarga que disecciona con lucidez una generación YOUnG ADULT, 2011 País: EE.UU. Dirección: Jason Reitman Guión: Diablo Cody Fotografía: Eric Steelberg Montaje: Dana E. Glauberman Música: Rolfe Kent Intérpretes: Charlize Theron, Patton Oswalt, Patrick Wilson, Elizabeth Reaser, Collette Wolfe 94 m. +18 años (temática, sexo incidental, lenguaje crudo) Distribuidora: Paramount Estreno: 17.2.2012

Juno crece La pareja Jason Reitman (detrás de la cámara) y Diablo Cody (escribiendo) alumbró Juno, una fresca comedia independiente que se ponía por montera tres o cuatro máximas del pensamiento políticamente correcto, hablando del embarazo de una adolescente. Después, por separado, Reitman rodó la solvente Up in the air y Cody escribió la infumable Jennifer’s body. Ahora se reencuentran en Young adult, la historia de Mavis, una atractiva treintañera divorciada escritora de novelas para adolescentes que vive en Minneapolis. Mavis se entera de que su novio del instituto, felizmente casado, acaba de ser padre. Y decide ir a rescatarlo. Como ocurría con Juno, Young adult no esconde las costuras de una escritura ágil y desenfadada -no hay que olvidar que Dia-

blo Cody comenzó su carrera como autora en un blog-, una sucesión de episodios aparentemente poco significativos que, sin embargo, dibujan una lúcida radiografía de una sociedad alérgica al compromiso y con un serio síndrome de Peter Pan. El personaje de Charlize Theron -magnífica interpretación de la actriz ganadora del Oscar en 2003, que a sus 36 años demuestra inteligencia en sus elecciones- resume los tics más antipáticos y clarificadores de una generación de treinteañeros malcriados y caprichosos, capaces de pasar por encima de todo con tal de hacer su santa voluntad. ¿Y el resto de los protagonistas? Flojos, acomplejados y desbordados ante la explosión de lo cool, sólo ofrecen una débil resistencia... aunque afortunadamente -de puertas adentro, no vaya a ser que les tachen de paletos- conservan la lucidez. Suena conocido, ¿verdad? Como cualquier cinta desestructurada -y ésta lo es- la película es irregular, tiene alguna caída de ritmo y amenaza en un par de momentos con sucumbir en el buenismo redentor que todo lo salva. Pero Cody-Reitman esconden la carta final: un broche de oro redondo y subrayado para una comedia amarga de bastantes quilates. Ana Sánchez de la nieta

Charlize Theron.

Un par de concesiones a lo grotesco.

Jason Reitman Director “Quería hacer Young adult por muchas razones, pero sobre todo porque me encanta la voz de Diablo”, afirma Jason Reitman. “Es una escritora realmente audaz, y creo que el tercer acto de la película es sumamente valiente. Hablamos de una historia divertida y peliaguda, y me estimula intentar contar historias peliagudas, con protagonistas que tengan intenciones ocultas. Diablo es genial creando personajes con una mezcla de intenciones, y sin embargo nunca les juzga, y yo intento hacer lo mismo como director”. Además del guión, “me gusta pensar que Mavis es un personaje que el público nunca antes ha visto en pantalla. Hay una larga lista de personajes masculinos a los que nos encanta odiar, pero hay realmente muy pocos personajes femeninos a los que nos encante detestar. Hace falta un gran guión y una gran interpretación, y Charlize supo conservar perfectamente ese equilibrio en el tono... ese filo de la navaja de ser brutal con la gente y aún así resultar muy humana y divertida”. + info en www.filasiete.com Fila Siete - 7


Katmandú, un espejo en el cielo Icíar Bollaín presenta su segunda superproducción, atractiva visualmente pero poco convincente en cuanto al guión KATMAnDú, Un ESPEJO En EL CIELO, 2011 País: España Dirección: Icíar Bollaín Guión: I. Bollaín, Paul Laverty Fotografía: Antonio Riestra Montaje: nacho Ruiz Capillas Música: Pascal Gaigne Intérpretes: Verónica Echegui, Sumyata Battarai, norbu Tsering Gurung 104 m. +18 años (temática, erotismo incidental) Distribuidora: Alta Estreno: 3.2.2012

Del Amazonas al Himalaya Hace unos años una maestra catalana, Victoria Subirana, partió a Katmandú para ayudar al pueblo nepalí. Pasado un tiempo volvió a España bajo el nombre de Vicky Sherpa, y en 2003 publicó sus experiencias en un libro titulado Una maestra en Katmandú. Basándose en este material, Bollaín pone en pie una película que será una adaptación más o menos libre de dicha historia. En el caso que nos ocupa, la protagonista se llama Laia (Verónica Echegui) y también es una maestra catalana que lía el petate y se va para allá. Bollaín ha hecho pocas películas, pero muy interesantes. Tarda tres o cuatro años en realizar cada una, y hasta ahora siempre se había superado. Su anterior proyecto, También la lluvia, supuso su primera fuera de España y confirmó sus estupendas dotes para la dirección. Sin embargo, esta segunda película “internacional” supone un retroceso. no se le puede reprochar nada en el ca-

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pítulo de producción. Desde el principio, la película es poderosa, con esas imágenes de la bella región del Mustang y de los lugares más conocidos de Katmandú, como la plaza de Durbar Square, las stupas budistas de Swayambunath y Boudanath, y el crematorio y templo de Pasupatinah, donde transcurren momentos importantes de la historia. Y la brillante música y el eficaz montaje -siempre un punto fuerte de la directorarefuerzan la calidad técnica. El problema radica en la historia y más concretamente en el personaje de Laia -por otra parte interpretado soberbiamente por Verónica Echegui-. El guión cuenta con muchos de los elementos característicos de Bollaín: un cine comprometido socialmente, que suele adoptar la perspectiva de los personajes femeninos ante la realidad social -en También la lluvia la visión fue excepcionalmente masculina. Bollaín siempre busca la defensa del más débil, suelen aparecer problemas de pare-

ja... Todo esto lo encontramos en Katmandú. Pero la realizadora busca también profundizar en la condición humana, en lo que hacemos, el cómo, el por qué... Y, paradójicamente, aquí surgen los problemas, pues por una parte no aparecen del todo claras las motivaciones de la protagonista: con un pasado incierto, sólo se dan dos pinceladas en exceso desdibujadas y casi grotescas. Además, el aborto se empotra en el relato, no una sino dos veces, con una chusca versión del feminismo. La mano de Laverty se nota y el tono mitinero perjudica una historia en la que ya era difícil la empatía con un personaje que va de más a menos. Como la película. Sofía López

La fotografía y el montaje.

La caracterización de la protagonista.


War horse (Caballo de batalla) Las aventuras de un caballo en la Primera Guerra Mundial WAR HORSE, 2011

fón digno de Merry Christmas. La filmación es excelente, pero la película queda reducida a una serie de cuadros sueltos, con un débil hilo conductor, ya que Joey, con todo su encanto e inteligencia, es un protagonista mudo y desvalido. Le suceden cosas que ilustran algo de la guerra en cada bando, pero esas pinceladas sueltas son insuficientes para hablar de la contienda, y demasiadas para la historia del caballo, cuyas penalidades resultan casi insoportables para el público joven al que parece destinado (y son dos horas y media).

País: EE.UU./Reino Unido Dirección: Steven Spielberg Guión: Richard Curtis, Lee Hall Fotografía: Janusz Kaminski Montaje: Michael Kahn Música: John Williams Intérpretes: Emily Watson, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Peter Mullan, niels Arestrup, Tom Hiddleston 145 m. +12 años (violencia) Distribuidora: Disney Estreno: 10.2.2012

El final es un homenaje a John Ford, y no bromeo: un cielo rojizo de atardecer, contra el horizonte vemos la silueta de un jinete...

Honor y tradición War horse, película basada en un best-seller, comienza en una pequeña granja familiar en Devon (Inglaterra), donde el joven Albert y sus padres apenas logran sobrevivir. Deben dinero y su futuro depende de la próxima cosecha: necesitan un caballo de tiro que les ayude a arar el suelo duro y pedregoso. En una subasta, gastan todos sus ahorros en la compra de Joey, un elegante caballo poco apto para las tareas del campo. Albert se queda prendado del animal, lo doma y logra que tire del arado y realice otras tareas de la granja. Entonces estalla la guerra, la Primera Guerra Mundial... Cada episodio contiene un mensaje y una lección de buen cine: los problemas de la

granja, las ilusiones de un hijo adolescente que no sabe si admirar o no a su padre; la doma del caballo; la guerra y sus horrores; la humanidad de los combatientes de ambos bandos; y hay grandes escenas épicas, como se rodaban antes, la carga de caballería, las trincheras, el ataque a la infantería... El hilo conductor es siempre Joey, que cambia de dueño, y que tiene la fortuna de encontrar en cada caso una persona que ama a los animales, y no ha perdido su humanidad. A pesar de todo la guerra es atroz, y en un momento dado Joey corre alocado por la tierra de nadie entre alambres y explosiones, y resulta una de las mejores secuencias de Spielberg, con un colo-

War horse no es lo mejor de Spielberg, pero es una buena película, se disfruta a pesar de su duración y de su ambición o de la gran facilidad con que parecen resolverse las diversas situaciones. ¿Sensiblera? Más bien sensible, la historia de amistad de un joven y su caballo, que pasa por diversos momentos trágicos, lo es. Y tiene una auténtica fibra épica, algo inusual en nuestros días. Fernando Gil-Delgado

La alocada huida del corcel por tierra de nadie.

El hilo conductor del relato, el caballo, es un pobre sujeto para crear emoción.

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Cuenta atrás Buen thriller francés, con acción, suspense y actores muy solventes À BOUT PORTAnT, 2010 País: Francia Dirección: Fred Cavayé Guión: F. Cavayé, Guillaume Lemans Fotografía: Alain Duplantier Montaje: Benjamin Weil Música: Klaus Badelt Intérpretes: Gilles Lellouche, Elena Anaya, Roschdy Zem, Gérard Lanvin, Mireille Perrier, Claire Pérot 84 m. +16 años (violencia) Distribuidora: A Contracorriente Estreno: 17.2.2012

Adrenalina Cuenta atrás confirma que Fred Cavayé, un joven director francés, maneja con habilidad las convenciones y códigos que caracterizan el buen thriller. El director debutó en 2008 con otro thriller, Cruzando el límite (Pour elle), que recientemente sirvió de base para el remake titulado Los próximos tres días, que Paul Haggis realizó con Russell Crowe y Elizabeth Banks como protagonistas. Cavayé se siente muy cómodo en este terreno y nos presenta un filme cargado de acción y suspense que no deja respirar al espectador, al que mantiene clavado en la butaca y sufriendo por el protagonista en todo momento. El director declaró que su intención era “hacer una película lúdica, proporcionar placer al espectador a medida que va siguiendo las peripecias de los diferentes personajes”, y que “el espectador se siente en la butaca como si estuviera en una montaña rusa”. La premisa es similar a la de su primer trabajo: un hombre corriente ve cómo su vi-

da cambia radicalmente al verse involucrado involuntariamente en una trama de corrupción. Samuel (Gilles Lellouche) es un hombre corriente que vive feliz con Nadia (Elena Anaya). Esperan su primer hijo. Él trabaja en un hospital. En la unidad de cuidados intensivos ingresa un mercenario que está bajo vigilancia policial. Con un montaje frenético y vivo ritmo, elementos infrecuentes en el cine del país vecino, Cavayé crea puro cine de acción y, sin disponer de los macropresupuestos de Hollywood, nos muestra a nuestro protagonista huyendo a pie por un entresijo de calles, autopistas y metros, contribuyendo a crear una atmósfera diferente, original y oscura de París. Destaca el buen trabajo de fotografía con el que construye una imagen claustrofóbica de la ciudad, huyendo de la típica postal parisina con sus edificios monumentales y emblemáticos. La trama, bien edificada sobre sorpresas y giros, no se adentra en las relaciones psicológicas y emocionales de los propios per-

sonajes -desaprovecha una oportunidad de explorar las relaciones entre dos personajes tan distintos como son el protagonista y el mercenario- sino que se sostiene sobre la acción, llegando incluso a generar situaciones un tanto inverosímiles. En definitiva, puro género, tensión y suspense que, en 84 minutos de ritmo trepidante, provoca que una vida apacible pronto se convierta en una olla a presión. Es aquí donde la calidad de las interpretaciones, así como la brillante dirección de actores, se deja notar más allá de las sorpresas de la historia. Destaca la soberbia actuación de Gilles Lellouche (Pequeñas mentiras sin importancia, No se lo digas a nadie), que se mantiene firme y convincente, capaz de empatizar con el espectador y hacernos creíble su infierno. El reparto lo completan un fascinante Roschdy Zem, que construye un personaje enigmático e indestructible, y Gérard Lanvin, el corrupto jefe de policía capaz de cualquier fechoría. Y desde luego no podemos olvidarnos de una Elena Anaya que, sobrada de recursos, compone un personaje intenso. La nueva musa de Almodóvar comienza a consolidar su carrera más allá de nuestras fronteras. En resumen, una película que entretiene, llena de sorpresas y que se disfruta sin tiempo para pensar en los posibles agujeros dramáticos del guión. Cautivó en Francia y reunió a más de un millón de espectadores. Lilián González

La carismática interpretación de Gilles Lellouche.

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Sobra el epílogo final.


Popiełuszko. La libertad está en nosotros El polaco Rafał Wieczyński rinde homenaje a un héroe que nunca quiso serlo, un cura brutalmente asesinado en 1984

POPIELUSZKO. WOLnOSC JEST W nAS, 2009 País: Polonia Dirección y Guión: Rafał Wieczyński Fotografía: Grzegorz Kędzierski Montaje: Marek Ciszewski Música: Paweł Sydor Intérpretes: Adam Woronowicz, Zbigniew Zamachowski, Marek Frąckowiak, Joanna Szczepkowska, Radosław Pazura 100 m. +16 años Distribuidora: European Dreams Factory Estreno: 27.1.2012

Perdón sin olvido El guionista y director Rafał Wieczyński convierte su segunda película en un creíble testimonio épico que relata con verismo y voluntaria sencillez la vida de Jerzy Popiełuszco, un cura que se niega a mirar para otro lado en momentos muy difíciles. Un pastor que decide no abandonar el rebaño revuelto cuando el lobo tremendo alimentado por los rusos quiere seguir triturando seres humanos que piden libertad. Un cura corriente que tiene claro que lo suyo no es hacer política, que lo que puede dar a su gente, a su país, es aquéllo que su iglesia le ha confiado, un evangelio, unos sacramentos, un mensaje de esperanza. Retrocedemos hasta los ochenta, viajamos a una Polonia convulsa que se alza contra una dictadura implacable. Un pueblo que se levanta de la mano de un sindicato que lidera el electricista Lech Walesa. Cuan-

do los huelguistas solicitan al Cardenal Wyzynski la presencia de un cura que les acompañe, que les conforte, Popiełuszco llega a las puertas de la acería de Varsovia. Es muy eficaz la inteligente secuencia al comienzo de la cinta, una lección de historia donde el director muestra el papel del clero en el levantamiento: no lideran, sólo sustentan la fe de unos obreros, muchos de ellos profundamente católicos, que actúan por su cuenta sin esconderse detrás de sotanas, pero negándose a dejar su fe al margen de su pelea contra el comunismo. El director polaco aboga por una historia pegada al personaje, con protagonista único, lo que resulta novedoso frente a otras películas que optaron por otras estrategias, por conflictos más eficaces pero menos arriesgados (por ejemplo, Conspiración para matar a un cura, estrenada en 1988 y dirigida por Agnieszka Holland, discípula de Wajda y actual presidenta de la Academia de Cine Polaca). En el plano narrativo encontramos la historia de una muerte anunciada, con un logrado incremento de la tensión a medida que avanzamos. Una muerte que duele, no sólo por la injusticia atroz sino por la buena interpretación de Adam Woronowicz, que llena de humanidad a Popiełuszco, y hace que su drama se cuele en el alma del espectador. Wieczyński reconoce que emprendió el proyecto como una obligación moral, para romper el silencio sobre unos hechos trascendentales para su país, y quizá sea esa dificultad por hacerse oír lo que explica

ciertos excesos dramáticos que rebajan la calidad de la cinta y un aire televisivo en opciones de montaje. La atmósfera creada es aparente, pero la inserción de imágenes de archivo no termina de funcionar: no casan con el tono general y la desafortunada música no ayuda. El enorme esfuerzo para documentar este trabajo, que se empeña en ser lo más verídico posible, es encomiable. El director ha buscado la sencillez porque sabía que muchos de los que verían la película en Polonia habían vivido los hechos con más o menos cercanía, pero siempre con una fuerte conmoción. La presencia del propio cardenal Jozef Glemp, interpretándose en una suerte de emocionante desagravio, te pone un nudo en la garganta. La suma de todo lo expuesto hace del film algo más que una película. Por eso, más allá de deficiencias técnicas y de un relato ciertamente imperfecto, es comprensible que la cinta llevara en su estreno polaco en 2009 a cerca de un millón y medio de espectadores. De alguna manera, es una forma de no olvidar, de recordar que el perdón es compatible con la verdad y la justicia. “La esperanza no se puede matar”, dijo este sacerdote de 37 años pocos meses antes de ser asesinado por funcionarios del gobierno polaco: tenía razón. Cristina Gómez

El vigor interpretativo de Adam Woronowicz.

A ratos, el aire televisivo.

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Infierno blanco Liam Neeson reaparece después del thriller Sin identidad para interpretar una cinta de acción llena de dobles lecturas y moralejas THE GREY, 2012 País: EE.UU. Dirección: Joe Carnahan Guión: J. Carnahan, Ian Mackenzie Jeffers Fotografía: Masanobu Takayanagi Montaje: Roger Barton, Jason Hellman, Joseph Jet Sally Música: Marc Streitenfeld Intérpretes: Liam neeson, Dermot Mulroney, Joe Anderson, James Badge Dale, Frank Grillo, Dallas Roberts, nonso Anozie 117 m. +18 años (violencia cruda) Distribuidora: DeAPlaneta Estreno: 17.2.2012

Un infierno en tierra de nadie Ottway (Neeson) es un francotirador dedicado a proteger una planta petrolífera en Alaska de los ataques de lobos salvajes. Después de sufrir un accidente aéreo con otros trabajadores, tendrá que sobrevivir en un clima muy hostil hacia su presencia.

Basado en un relato de Ian Mackenzie titulado Ghost walker, el director de Cuestión de honor (2008) y la última versión de El equipo A (2010) opta por una película de acción muy dramática con un mensaje entre líneas que en ocasiones resulta algo confuso. no se puede evitar recordar una película como ¡Viven! (1994), con escenas igualmente crudas. La sensación de angustia impregna cada minuto con unos sobresaltos propios del género de terror. El guión tiene momentos de brillantez con frases marcadamente épicas, pero que hace aguas por muchos otros lugares. Son muchos los largometrajes que han tratado el enfrentamiento entre la naturaleza y el ser humano. En el caso de Infierno blanco hay que lidiar con una manada de lobos sanguinaria que no actúa como debería hacerlo en la vida real. Los comportamientos que se plasman no son nada lógi-

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cos, por lo que todos y cada uno de los lobos son creaciones digitales. Con un planteamiento así queda pensar que la manada no quiere representar una real, sino una abstracción del mal. Hace que cada hombre allí perdido se cuestione su existencia y se enfrente a sus demonios. La fe, el destino y el miedo a la muerte son en realidad los pilares de un largometraje que respira desasosiego. Se presentan dos lecturas: una que ofrece la aventura peligrosa por las llanuras heladas de Alaska y otra como un viaje espiritual hacia los miedos personales. Ahora sólo hay que elegir. Lara noguera

La angustia que transmite y Liam Neeson.

Huecos que ralentizan la película.


LIBRO DEL MES

MÚSICA DE CINE>>>> Detrás de las paredes \\ John Debney

CÓMO ESCRIBIR UnA SERIE DRAMÁTICA DE TELEVISIÓn / Pamela Douglas Alba Barcelona, 2011. 421 páginas. 23,50 €.

La ficción televisiva vive momentos dulces. El interés por los creadores de las series ha crecido exponencialmente, teniendo en cuenta que la expresión “el mejor cine se está haciendo en TV” es casi un lugar común. Aunque esté claro que esa afirmación requiere bastantes matices, parece evidente que libros como el que nos ocupa son muy oportunos. La estrategia de la autora es inteligente al ensamblar su esquema docente con la voz de creadores que acudían como invitados a impartir clases en la University of Southern California of Cinema and Television. Douglas es guionista y profesora de guión desde hace 20 años en la USC, y esa doble condición marca el tono de un libro que ha mejorado en su segunda edición (la primera es de 2005). La progresiva fragmentación de la audiencia en los canales del cable norteamericano tiene una relación estrecha con la especialización de las series dramáticas norteamericanas, que son las que aborda Douglas en su libro. El análisis del poder que ha acumulado el show-runner y sus relaciones con las productoras y cadenas que emiten las series son muy interesantes, especialmente cuando los que cuentan sus experiencias son gente como John Wells, David Milch, Steven Bochco, Georgia Jeffries, Damon Lindelof y Ron Moore. La llegada a las parrillas televisivas Douglas estructura el libro de manera muy práctica, empezando por preguntarse acerca de la singularidad de las series dramáticas, para después de pinchar algunos globos-mitos, seguir con la forma en que una serie dramática llega a las parrillas de las televisiones. Luego se detiene en la estructura de guión de una serie y en la escritura de un episodio. El libro se cierra con tres capítulos muy “norteamericanos”, de autentica gramática parda: la importancia de los contactos, el acceso al equipo y cómo funcionar en clave cooperativa, y la vida del guionista después de terminar en la escuela de cine. A. Fijo

Sello: Varese Sarabande Duración: 56 min. Precio: 14,99 € John Debney (California, 1956) es un compositor y director de orquesta reconocido principalmente por la música de La Pasión de Cristo. Su composición fue candidata al Oscar en 2005, que finalmente obtuvo la maravillosa partitura de Jan A. P. Kaczmarek para Descubriendo nunca jamás. Es difícil recordar una escena de la obra maestra de Gibson sin que venga a la memoria la banda sonora de Debney. La carrera de este compositor norteamericano no ha estado ni mucho menos al nivel de la película de Gibson. Predators, Iron Man 2, Hannah Montana: La película, o Atrapado en un pirado son algunas de las “joyas” en las que ha trabajado después de hacer la que probablemente sea una de las mejores bandas sonoras de una película sobre el cristianismo, junto con la de Maurice Jarre en Jesús de Nazareth y la de Ennio Morricone en La misión. En Detrás de las paredes todo apuntaba a que la película merecía la pena. Un buen director (Jim Sheridan, que por cierto pidió que le retirasen de los créditos de la película) y buenos actores (Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts). Pero si el guión y el montaje son un horror hay poco que hacer. De cualquier manera, el trabajo de Debney es muy bueno, uno de los más logrados desde que James Newton Howard compusiese la banda sonora de El bosque. En una película desconcertante que no se sabe de dónde viene y adónde va, Debney consigue guiar al espectador para que no se pierda. Además de los clásicos temas de tensión, Debney da una mayor profundidad a la historia con instrumentos como el violonchelo, el obóe y la combinación armónica de xilófono y piano. Consigue así matices dramáticos con ecos nostálgicos (la película debía tratar de eso, de la necesidad de recuperar la paternidad como un valor esencial en la vida, sin embargo esto queda diluido en la desordenada maraña argumental). Especialmente sugerente es el uso de voces infantiles en el tema central Dream house con el que abre y cierra la película, con un aire de mágico y tierno cuento de hadas. Con la delicadeza que tiene esta partitura, Debney potencia el discurso sobre la infancia perdida. C. Sánchez Fila Siete - 13


Estuvimos con... El director y los productores de El cosmonauta do ha donado la cantidad de 50.000 €. Actualmente, el ratio de compra es por cada 100 € una correspondencia de un 0,01% de los futuros beneficios. La historia se rodó en Letonia. Habrían querido hacerlo en Rusia, pero allí resultaba muy complicado por diferentes motivos, por lo que buscaron una producción asociada para conseguir esa estética y que pueda “lucir” de la misma manera.

La historia comienza en 1967, con la llegada de Stas y Andrei, dos jóvenes amigos, a la recién construida Ciudad de las Estrellas, donde los primeros cosmonautas se entrenan para ir al espacio. Hay una carrera contrarreloj para batir a los americanos en la conquista del espacio. Stas y Andrei vivirán las intrigas políticas, las luchas de poder y los éxitos y fracasos de la majestuosa Unión Soviética en algunos de los mayores logros del siglo XX. Pronto conocerán a Julia, técnico de comunicaciones, con la que hacen buenas migas... En un animado encuentro con los medios en Madrid, se pudo ver el tráiler oficial del largometraje. Unos pocos minutos que dan idea de la ambición de la película, de su hábil guión y de la magnética factura. El director y guionista, Nicolás Alcalá, y sus productores, Carola Rodríguez y Bruno Teixidor, comentaron el proyecto, deteniéndose en la singular estrategia de financiación. El largo, producido por Riot Cinema Collective, sigue la estrategia del crowdfunding, un método de recaudación a través de internet, por el que miles de personas aportan donaciones para llevar a cabo el proyecto. A partir de dos euros, cualquiera puede convertirse en productor de esta película, recibiendo como agradecimiento un welcome pack (formado por una chapa y dos pegatinas, un certificado de productor, entrada en el sorteo del traje de cosmonauta de la película y la aparición en los títulos de crédito).

ta decidió convertir la película tradicional en un proyecto transmedia, haciendo que además de la película central, se narre el universo del film desde diferentes plataformas: textos, fotografías, audios e imágenes alrededor de la historia principal. El proyecto comenzó el 11 de mayo de 2009 a través de su página web, www.elcosmonauta.es. Desde entonces, en nuestro país casi todas las televisiones nacionales han hablado de ellos hasta en un total de 400 apariciones; han sido invitados para impartir conferencias en 50 ocasiones entre festivales, universidades e instituciones; y han impartido 150 conferencias, siendo objeto de estudio de numerosas tesis doctorales y másteres de publicidad en ocho países diferentes. Además, han logrado premios nacionales y europeos a la innovación. El presupuesto total de El cosmonauta se fijó en 860.000 €. Los inversores realizaron sus aportaciones mediante un contrato de cuentas en participación en el cual el inversionista aporta capital, Riot Cinema Collective ofrece la infraestructura para la realización, y el inversionista recibe un porcentaje proporcional de los beneficios netos del proyecto, incluyendo lo que gira en torno a él: merchandising, preventas, acuerdos, obras derivadas... Además, un inversor puede convertirse en productor asociado cuan-

A una semana de comenzar el rodaje se cayó la mitad del presupuesto, 120.000 €. Eso significaba que sólo se podría rodar la mitad de la película. Así que decidieron realizar una campaña de vídeo para internet buscando 400 inversores de 100 euros cada uno, y así conseguir al menos 40.000 euros, la tercera parte de lo que les habían retirado. En tres días consiguieron 131.000 €. Les faltan por lograr 496.000 €, es decir, el 57,7% de la película. De ese porcentaje, 90.000 € son para terminarla y distribuirla; y el resto son los pagos diferidos del equipo técnico y artístico de la película, por lo que siguen buscando inversores, productores asociados y distribuidoras. En España Cameo será la distribuidora en DVD. Desde un principio, no quisieron rodar en español. Lo lógico hubiera sido grabar en ruso, pero lo descartaron ya que era mejor hacerlo en inglés por el mercado internacional. El rodaje, que en tiempo estimado para una producción de este tipo hubiera sido de cuatro meses, se llevó a cabo en tan sólo ocho semanas, con noventa localizaciones, secuencias en las que aparecían hasta 60 figurantes, y un equipo técnico de 18 españoles que se trasladaron hasta allí, y otros 18 de Letonia. Como ellos mismos dicen en todas sus conferencias y presentaciones: “Éramos suficientemente tontos como para pensar que podríamos cambiar el mundo”.

Hasta el momento la película cuenta con 3.757 productores y 502 inversores privados que han aportado 242.454 €, la tercera cifra más importante del mundo con este sistema.

Una producción de este tipo podría costar unos 5 millones de euros, por eso nadie creía que con 290.000 se pudiera hacer un producto con tanta calidad. Ellos querían hacer una película, aunque no fueran a ganar dinero con ella. Ése era su sueño. Pero como dicen, no sólo lo han logrado, sino que han conocido gente para hacer otras películas en un futuro, han aprendido y han vivido una experiencia enriquecedora.

El equipo de producción de El cosmonau-

J. Carlos Martínez Balsells

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TRAVELLING SHAME / Steve McQueen +18 años (temática, sexo crudo, lenguaje crudo) Lo que podría haber sido una dura y oportuna obra maestra sobre un tipo de neurosis (la adicción al sexo) que revienta personas y sociedades, se frustra en buena medida por la ración de gratuita pornografía que el director se empeña en empotrar en el último tramo de una película muy bien interpretada, y con un planteamiento y una realización poderosos.

LOS MUPPETS / James Bobin Todos los públicos noveno largometraje de la saga, que ahora lleva sello Disney. Se vuelve al origen y hay una trama mínima que recuerda a The Blues Brothers: novios que quieren rescatar los estudios Muppet de un malvado millonario, y para ello ayudan a la rana Gustavo a reunir a sus viejos compañeros y montar una vez más el Muppet Show.

THE FREnCH KISSERS / Riad Sattouf +18 años (sexo, lenguaje crudo) Comedia grosera, cruda y escatológica, cuya única virtud es una cierta ingenuidad al retratar a los adolescentes sin adornos, en pleno despertar hormonal, con granos y con la voz cambiante, lejos de los idílicos adolescentes de colegio que suelen aparecer en las películas de instituto.

REDEnCIÓn (TYRAnnOSAUR) / Paddy Considine +18 años (sexo, lenguaje crudo, violencia) Premio al mejor director y Premio Especial del Jurado en el último Festival de Sundance. Esta opera prima del actor protagonista de En América tiene una buena fotografía y unas excelentes interpretaciones de Olivia Colman y Peter Mullan, pero la historia es tan previsiblemente agónica como casi todo lo que premian en el festival de Robert Redford.

BAJO AMEnAZA / Joel Schumacher +16 años (violencia, erotismo) Schumacher (Twelve) cuenta la desagradable prueba que sufre una familia cuando es secuestrada por una banda de violentos ladrones que quieren su dinero. Estamos ante la peor película de Schumacher, un remake de la cinta española Secuestrados, de Miguel Ángel Vivas, que no tuvo ningún éxito por ser demasiado violenta y desagradable; también tenía algún detalle interesante. La versión norteamericana es más light, suaviza un poco la violencia y a cambio ofrece... una historia violenta pero idiota; nada más.

UnDERWORLD: EL DESPERTAR / Måns Mårlind, Björn Stein +12 años (violencia) Dos realizadores suecos poco conocidos, pero dotados de un gran sentido del ritmo, son responsables de la cuarta entrega de la saga Underworld, caracterizada por el regreso de Kate Beckinsale (en la tercera su presencia fue anecdótica y fue la película de menos éxito de esta serie). Los aficionados están de suerte, la bella Kate ha vuelto -¡y más guerrera que nunca!-; por otra parte la historia continúa igual que siempre.

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TRAVELLING DICTADO / Antonio Chavarrias +16 años (violencia, sexo) Tras quedarse huérfana, Julia es acogida por Laura y Daniel, un amigo de la infancia de su padre. La presencia de la niña hace que Daniel se sienta cada vez más desplazado. Su malestar aumenta cuando la conducta de Julia adquiere un carácter amenazador que le trae a la memoria un pasado terrorífico. El gran problema de Dictado es un flojo Juan Diego Botto, incapaz de resultar convincente en su dramático papel protagonista. Bárbara Lennie, al contrario, bien, como casi siempre.

LA MUJER DE nEGRO / James Watkins +12 años (violencia) Un joven abogado viudo, de Londres, es enviado a una pequeña aldea para resolver un asunto de herencias. Pronto descubre que la casa que pertenecía a su cliente no está deshabitada... una misteriosa mujer de negro con un oscuro secreto amenaza la vida de la aldea. Daniel Radcliffe abandona su papel de Harry Potter para liderar una historia de fantasmas tópica y efectista.

COnTRABAnD / Baltasar Kormákur +16 años (temática, violencia) Mark Wahlberg y Kate Beckinsale protagonizan un intenso thriller que pone contra las cuerdas a una pareja dispuesta a lo que sea para salvar a su familia. Remake de Reikjavic-Rotterdam, la cinta islandesa de 2008 que dirige el que fuera protagonista de esa película. La interpretación de Wahlberg salva una cinta de acción bastante convencional.

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MARTHA MACY MAY MARLEnE / Sean Durkin +18 años (temática, sexo crudo, violencia) Son los nombres a los que responde una joven. Su pertenencia a una secta destructiva ha convertido su personalidad en un puzzle de identidades, en una auténtica muñeca rota. Elizabeth Olsen protagoniza un denso drama que arranca con interés para perderse en un desarrollo tedioso, repetitivo y excesivamente morboso.

ORO nEGRO / Jean-Jacques Annaud +16 años (violencia) Annaud (El oso, Enemigo a las puertas, Dos hermanos) se dio una castaña de las buenas hace cinco años con Su majestad Minor. Oro negro, rodada en inglés, es una adaptación de una novela titulada Al sur del corazón, escrita por Hans Ruesch. La historia se ambienta en el primer tercio del siglo XX en la península arábiga. La historia no está mal, pero Annaud no dirige bien a los actores y a la película, con cierto empaque, le falta carisma, intensidad, vida, pulso.

BUnRAKU / Guy Moshe +18 años (violencia cruda) Dos horas casi ininterrumpidas de mamporros, todos iguales, hasta saturar al espectador más entregado. Un alarde técnico y visual, con un reparto interesante, estropeados por la falta de interés de la acción y su carácter repetitivo. Bunraku es un témino que se refiere al teatro de marionetas japonés; y esta película es un ejemplo de ello tanto en sus primeras escenas como en su desarrollo, cuando las marionetas se convierten en seres humanos.


Sujeto+verbo+predicado

Harry Potter se lleva la taquilla de 2011

Meryl Streep: la mujer premiada

Showtime adaptará Animal kingdom a la TV

El nuevo Batman en... ¡Misión: Imposible IV!

Daniel Craig: James Bond para rato

Una de las sagas más rentables ha terminado de la mejor manera posible. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte II) ha sido la cinta más vista en 2011 en todo el mundo. Ya es la tercera con más ingresos de todos los tiempos (1.327 millones de dólares). Por encima sólo queda James Cameron con Titanic (en breve reestreno en 3D) y Avatar.

Acaba de recibir su octavo Globo de Oro por La dama de hierro. En total Mary Louise Streep, a sus 62 años, ha ganado 98 premios y ha sido favorita 104 veces más. Berlín, Cannes, Emmy, San Sebastián, Bafta, y además dos Oscar (Kramer contra Kramer y La decisión de Sophie) de dieciséis intentos. Pero el tercero parece estar muy cerca...

Tras el éxito en 2011 de Dexter y sobre todo de Homeland, la cadena Showtime prepara cuatro pilotos para la próxima temporada. Destaca la adaptación de la película australiana Animal kingdom (Premio del Jurado en Sundance). La cinta se centra en una familia de criminales que quiere mantener la apariencia de un hogar tranquilo y una vida rutinaria.

La continuación de El caballero oscuro de Nolan llegará el 20 de julio. Sin embargo en EE.UU. ya han podido ver en cines Imax los seis primeros minutos de The dark knight rises, antes de la proyección de Misión: Imposible IV. Los comentarios en twitter han sido de lo más elogiosos. 50 minutos de la cinta han sido rodados con cámaras Imax.

Aunque todavía no se ha firmado el contrato, parece que Daniel Craig será el James Bond de la década. A falta de un año para que se estrene Skyfall, la última película de Sam Mendes sobre el agente 007, el productor Michael G. Wilson quiere atar al actor inglés para otras cinco películas más (superaría así a Roger Moore, que lo interpretó 7 veces).

Dicen... Carey Mulligan: “Supongo que el tema emocional y llorar en el mundo del cine es mucho más fácil que reírte por una hora y media o dos. Quiero decir que es mucho más difícil lograr mantener la diversión con cierta efectividad en comparación con el miedo o las lágrimas, que son más fáciles de mantener. De verdad, para mí es más complicado reírme que llorar. Aunque no tengo lágrimas mágicas es verdad que en el rodaje de una escena de Wall Street 2 lloré, pero de un sólo lado. Oliver Stone quiso filmarme para que se me viesen los dos lados y hasta repitieron la escena dos o tres veces más”.

Alexander Payne: “Tanto About Smith como Los descendientes tienen a un protagonista que alcanza un momento en su vida en el que dicen: ‘ya he hecho lo que debía, mantener a mi familia’, pero no se da cuenta lo lejos que está de los demás y de sí mismo. Es algo común y bastante dramático”.

Leonardo DiCaprio: “Con Eastwood no se ensaya mucho. Tiene un equipo muy reducido, sin mucha parafernalia, no hay muchos jefes dando gritos. Él sigue su instinto, no tiene nadie a su lado a quién preguntarle. Sin embargo sientes una presión enorme cuando te observa desde el monitor. Te mira como si leyese tu mente y consigue eliminar la tercera pared”.

George Clooney: Michelle Williams: “Para interpretar a Marilyn Monroe tuve que poner bastante imaginación. Hay horas de grabaciones de películas, entrevistas... Pero en todas ellas habla, camina, sonríe interpretando un papel que le costó mucho aprender. Pero en realidad sabemos muy poco de su intimidad, ya que eso no aparecía en absoluto en sus películas. Evidentemente no teníamos que contar toda su vida ya que el largometraje se centra en un momento concreto, pero sí teníamos que mostrar cómo era realmente Marilyn”.

“En mi carrera he tenido suerte porque hice verdaderos bodrios cuando nadie me miraba. Participé en series como Los hechos de la vida, en la que hice un trabajo terrible, pero aprendí de ello. De todos modos, creo que de lo que estoy más orgulloso no es de mi carrera como actor, sino de haber podido utilizar toda la atención que se me presta para que la gente se entere en otras partes del mundo, particularmente en el sur de Sudán”. Fila Siete - 17


Los paraísos perdidos de Yves Saint Laurent Tan sólo tenía que girarse en su escritorio para poder pasear la vista frente al inmenso panel de corcho que tenía detrás de sí. Junto a los bocetos de las colecciones en marcha habitaban fotografías, tarjetas manuscritas, estudios de color y algún retrato suyo que algún amigo le había hecho a lápiz. Entre todo aquel paisaje allí estaba Catherine Deneuve, luminosa y bella, fotografiada en blanco y negro con esa mirada extraviada que la haría famosa. En aquel estudio de París, cuando Yves Saint Laurent decidía perderse unos instantes entre aquellos recuerdos, encarnaba aquella frase que había tomado de Proust: “Los paraísos auténticos son los que uno ha perdido”. Aquel rincón de su paraíso personal, el de sus “fantasmas estéticos”, como él mismo lo denominó, empezó a configurarse en 1967, cuando le encargan el vestuario para Belle de jour, que iba a dirigir Luis Buñuel. Por entonces, él ya barruntaba el cambio que daría a sus colecciones cuatro años más tarde. En el personaje de Séverine habita esa mujer de aspecto frágil pero inaccesible y temible por dentro. El chaquetón negro con el que pasea por un bulevar repleto de hojas secas, el vestido color cámel que tanto gusta a sus amigas, o ese negro corto que lleva al final de la película, con cuello y puños de satén blanco, actúan a la vez como protector y espejo de una personalidad inquietante.

ESTILISMO & CINE

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Aquellos diseños encontraron en Catherine Dorléac un partenaire que parecían llevar tiempo esperando. La actriz francesa, que desde la primera película ya utilizaba el apellido de su madre, la actriz Renée Deneuve, había saltado a la fama con el drama musical y colorista Les parapluies de Cherbourg (Jacques Demy, 1963). El empuje definitivo surgió cuando consiguió estremecer a la platea con el aplomo esquizofrénico con que se condujo en los vericuetos asfixiantes de Repulsión (Roman Polanski, 1965). Esa facilidad para lidiar con lo desconocido, con lo incómodo y lo inaccesible, debieron fascinar a un Yves Saint Laurent que desde el año anterior ya había desafiado a las mujeres de su tiempo al proponerles un esmoquin masculino como sugerente prenda de noche. Cuando le pregun-

taron cuándo y cómo llevarlo, respondió: “Es tan nuevo este uniforme que el arte de llevarlo carece aún de reglas”. Catherine se las inventó para cada uno de sus trajes. Una de ellas fue el movimiento. Sólo verla caminar en Belle de jour constituye un espectáculo en sí mismo. Yves dirá siempre que no puede “trabajar al margen del movimiento del cuerpo humano. Un vestido no es algo estático, sino que tiene ritmo”. Después de aquéllo, repetirían experiencia en la más convencional La chamade (Alain Cavalier, 1968) y en La sirène du Mississippi (François Truffaut, 1969), una peculiar historia de amor con Jean Paul Belmondo de pamelas sugerentes, un vestido camisero color cámel, un traje de novia y, al final de la película, el contraste del blanco de la nieve con el clásico chaquetón negro de Yves con plumas en el cuello y las mangas. Catherine no fue la única pero sí fue su favorita. También vestiría a Claudia Cardinale en The pink panther (1964), a Jean Seberg en Moment to moment (1965) con un abrigo con capucha rematada en piel, a la suntuosa Sophia Loren en Arabesco (Stanley Donen, 1966) y a Anny Duperey en Stavisky (Alain Resnais, 1973). Cuando murió en 2008, allí estaba ella, vestida con un trench de satén negro y una versión de los zapatos de Roger Vivier que llevó en Belle de jour. Frente a una iglesia de Saint-Roch abarrotada, Catherine Deneuve leyó unos fragmentos de Hojas de hierba, de Walt Whitman. “Yo me celebro y yo me canto,/ y todo cuanto es mío también es tuyo,/ porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca”. Por fin, Yves Saint Laurent cumplía uno de sus anhelos, fundirse con toda su creación, con cada hebra de sus trajes y cada partícula de quienes los llevaron. “Huyo como el aire./ Sacudo mis guedejas blancas con el sol fugitivo,/ vierto mi carne en los remolinos/ y la dejo marchar a la deriva entre la espuma de las ondas./ Me doy al barro para crecer en la hierba que amo./ Si me necesitas aún, búscame bajo las suelas de tus zapatos”. Pasó así a formar parte de su propio paraíso perdido. Felipe Santos


Tono Irisarri_________

“El éxito y popularidad de estos vídeos son la prueba del interés que despierta el mundo del cine como fábrica de sueños”

Vender cine__________________ El Making off Contenidos y uso en televisión y DVD (2ª parte)_________________________________ La duración de un making off va de 5 a 25 minutos, en función de a quién se dirija o dónde se programe. Algunas cadenas de televisión exigen una duración determinada para poder incluirlo en su parrilla de emisión. Mientras que otros son más largos, ya que tienen como objetivo final el empaquetado en la edición de la película en DVD/Blu-ray. La estructura de un making off se basa en cuatro elementos principales: A) Entrevistas con el equipo técnico. En películas sin grandes efectos especiales, y centradas principalmente en las historias, son el director, el guionista y los actores principales los que mayor protagonismo ocupan en el documental. Los temas que habitualmente se desarrollan en estas entrevistas son: • El origen del proyecto. • La intencionalidad del director. • La profundización en los aspectos más relevantes del guión y la trama. • El trabajo de los actores con los personajes: cómo lo han preparado, cómo se sienten interpretando, dificultades, aprendizaje, etc. • La forma de trabajo cooperativo del director y los actores. • Las buenas relaciones de los equipos. • Escenas especiales. Esto es común a todas las películas. Cuando los largometrajes destacan por aspectos distintos a los anteriormente mencionados, las entrevistas con los miembros responsables de los equipos toman especial relevancia. Hay algunos asuntos que habitualmente despiertan el interés de los que ven estos documentales: • Explicación de cómo se han hecho las secuencias en las que intervienen efectos especiales: la coordinación de equipos, las

herramientas utilizadas, las dificultades de grabación... Un buen ejemplo de este tipo de material es el que incluye el DVD de la trilogía El Señor de los Anillos. • Cuando se trata de películas con una importante y espectacular ambientación, toda la información sobre la construcción de decorados, vestuarios o maquillaje. En estos casos, lo más destacable es el relato del proceso que va de la idea a la ejecución final: documentación, pruebas, dibujos, etc. Un buen ejemplo, Gladiator. • El uso de nuevas tecnologías en la factura de la película. En este caso, es habitual la aparición de técnicos que explican de una forma muy didáctica las funciones de estos elementos -la proliferación del HD como formato de grabación es un elemento suficientemente innovador y diferenciador del resto, para ser tratado. El 3D, el formato IMAX, la captura de movimiento, las cámaras de última generación para registrar movimiento circular... Un ejemplo, Avatar. B) Grabación de imágenes: Es uno de los elementos principales de este tipo de documentales. Durante el rodaje de la película el equipo encargado de la realización del vídeo tiene la responsabilidad de filmar, durante los días planificados, todo el proceso de una jornada de grabación: llegada del equipo, instalación de toda la infraestructura de rodaje, la planificación, iluminación, ensayo de los actores y grabación de cada una de las tomas. C) Imágenes de la película. Es el elemento de contraposición de todo el material grabado. Con ellas, el espectador ve el producto final, el acabado de la secuencia. De esta manera, se tiene la información suficiente para saber cómo se hizo la secuencia que a continuación se va a ver. D) Música. La banda sonora es uno de los elementos identificadores que debe estar presente en el making off, como parte del conjunto de la promoción del film.

Tom Cruise en el rodaje de Misión: Imposible IV.

El éxito y popularidad de estos vídeos son la prueba del interés que despierta el mundo del cine como fábrica de sueños. Las grandes cadenas de televisión tienen espacios especializados para la emisión de estas piezas. Habitualmente recurren a los vídeos de películas más espectaculares que suscitan la mayor atención del público, para atraer más audiencia, o proyectan los de películas en las que están implicadas como productoras. En ocasiones, algunas televisiones prefieren un formato distinto al clásico making off, denominado “minutos musicales”. En este caso se trata de un montaje realizado con la pieza musical principal del film, usando los mismos elementos, a excepción de la entrevista. De esta manera, no es necesario un hilo argumental del documental, y así la televisión puede cortar la emisión en cualquier momento, siendo una pieza ideal para rellenar y cuadrar la parrilla de cada día. En suma, el making off es un elemento de primer nivel en la promoción de la película, ya que se puede utilizar como contenido independiente y así aparecer en programas televisivos consiguiendo, con poca inversión, un alto nivel de notoriedad, satisfaciendo la curiosidad del espectador ante lo que va a ver. Fila Siete - 19


EN SERIE /////////////////////////////////////// Pulseras rojas \\ Albert Espinosa muere de cáncer, sino de aburrimiento”. Estas frases resumen una vida y el tono de una serie que trata sobre algo tan tremendo como son las enfermedades graves de un grupo de adolescentes. Con cada operación reciben una pulsera roja que es la que marca el nombre del grupo en el que está el líder, el guapo, el listo, el imprescindible, el segundo líder (que sería líder si ya no hubiese uno), la chica y el guapo.

País: España Dirección: Pau Freixas, Oriol Ferrer Guión: Albert Espinosa Fotografía: Julián Elizalde Montaje: Liana Artigal, Regino Hernández Música: Arnau Bataller Intérpretes: Álex Monner, Igor Szpakowski, Joana Vilapuig, Marc Balaguer, Mikel Iglesias, nil Cardoner Duración: Primera temporada (13 capítulos de 45 minutos) Producción: Televisió de Catalunya/Castelao Emisión en España: TV3 (24.1.2011) y TnT (5.12.2011) +16 años (temática, lenguaje crudo incidental)

Del pupitre a la sala de espera La historia que cuenta Pulseras rojas tiene bastante que ver con la biografía de su guionista, productor, escritor y creador. Albert Espinosa (Barcelona, 1974) padeció tres cánceres que le llevaron a pasar su adolescencia en un hospital (de los 14 a los 24 años) y a perder una pierna el día de Sant Jordi. Años después, ese mismo día, Espinosa logró ser el autor que más ejemplares vendió en la última Feria del Libro catalana con su novela Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven. Entre estos dos acontecimientos, Espinosa ha alternado la literatura con el cine. Ha dirigido (No me digas que te bese porque te besaré) y escrito guiones para otros directores como Antonio Mercero (Planta 4ª, en la que ya se trataba la temática de la serie) o Pau Freixas (Héroes), con el que ha vuelto a trabajar en Pulseras rojas. “En el hospital tuve tres cánceres, perdí una pierna, un pulmón y medio hígado. Pero fui feliz. Para mí la muerte puede dar mucha vida, y las pérdidas mucha ganancia. Yo tenía muy buenos amigos, familia y sentido del humor, y eso me salvó. En los hospitales la gente no se 20 - Fila Siete

La serie desprende optimismo y veracidad, elementos difíciles de conjugar. Con una temática tan dolorosa apenas hay lágrimas. Lejos de la autocompasión, cada personaje muestra las lógicas dudas y temores, pero no se quedan ahí. Esto hace que veamos a unos adolescentes con recorrido y matices, nada que ver con el tópico que suelen mostrar con tanta frecuencia el cine y la televisión: fugados de cerebro y saturados de testosterona. Esto no se lograría sin un guión magnífico que entretiene con las aventuras del grupo en el hospital (Espinosa es ante todo un gran narrador) y emociona sin trampa ni cartón. Como diría un gran sabio de nuestro país, “la vida es más real en los hospitales”. “La gracia de este mundo es conocer a personas que te cambian la vida, perlas y diamantes que están ahí, esperando que las descubras”. no sólo una cita bonita, sino un modo de dibujar a unos personajes que Espinosa admira con sus defectos, sus momentos insoportables y también sus aspectos entrañables de heroísmo hospitalario. Por otro lado, Pau Freixas es un director que engrandece a su guionista. Ya lo hizo en Héroes, premiada por el público en el Festival de Cine de Málaga de 2010, y vuelve a hacerlo en Pulseras rojas. Si en Planta 4ª o No me digas que te bese porque te besaré había grandes aciertos de Espinosa, también había caídas de ritmo y varias concesiones a la zafiedad que dañaban el tono elegante y amable de la historia. En Pulseras rojas, Freixas pule estos detalles y acierta con una planificación en la que hay grandes espacios en los que resaltan los colores claros de una fotografía difuminada que expresa a la perfección el alma de la historia: esperanzas de una juventud que marcará para siempre a los personajes. Por otro lado, Freixas con-

firma su maestría en la dirección de actores jóvenes que actúan con naturalidad y simpatía. La música esta compuesta por grupos catalanes y es más que un aséptico fondo de pantalla: oxigena la historia creando, sin pedantería, espacios de reflexión sobre la vida de los personajes. Aunque Sense tu del grupo Terapia de Shock (magníficamente utilizada en el clímax del primer capítulo) es la canción que más ha trascendido, cada capítulo tiene un par de temas muy bien insertados como La meva terra és el mar, de Lax’n’Bustos, El teu tresor, de Lluis Cartres, o Puc ser jo, de Whiskins. Prueba de que las estrofas de estas canciones tienen un contenido específico en la serie es que suenan el tiempo necesario y no, como es habitual en tantas series españolas, el tiempo que dure la canción (algo que acaba ralentizando la narrativa y aburriendo al espectador con escenas innecesariamente alargadas). Un defecto de la serie que puede parecer menor, pero que en mi opinión llama la atención, es su irregular edición de sonido y locución. La serie está rodada en catalán y doblada al español, algo que no tenía por que notarse. Y no sólo se nota sino que en algunos momentos te distancia de la historia. Apenas hay sonidos de ambiente, lo que hace que el doblaje suene postizo y superficial (en el hospital, y más en uno público, no hay ese silencio en off). Hay doblajes muy deficientes como el de Toni (el personaje que interpreta Marc Balaguer) al que le dan un matiz cercano al de Forrest Gump. Cosas que pasaron en Héroes y que vuelven a ocurrir en un país con mucha tradición de doblaje, que se hace fundamentalmente en Barcelona. Esperemos que la cosa mejore en futuras temporadas (han previsto cuatro). no es de extrañar que recientemente Steven Spielberg haya comprado los derechos de la serie para producirla en Estados Unidos con ayuda de la guionista y productora Marta Kauffman (Friends). Y es que el director de Héroes (película que tenía mucho que ver con la mirada adolescente de cintas como Los Goonies o E.T.) conecta en Pulseras rojas con el tono mágico y aventurero del mejor cine de Spielberg. C. Sánchez


/////////////////////////////////////// EN SERIE El mentalista \\ Bruno Heller

Entre Fletcher y Colombo Excepto en el continente asiático, el resto del planeta ya conoce a Patrick Jane: el mentalista que después de sufrir la pérdida de su mujer y su hija en un asesinato ingresa en la policía para atrapar al psicópata que ha destrozado su vida: John El Rojo. Junto a esa investigación, Patrick resolverá otros casos en los que su intuición y sentido del humor provocarán desconcierto y admiración en el cuerpo de policía. no es extraño que Simon Baker (el actor australiano protagonista de la serie, y antes apenas conocido por su participación secundaria en películas como L.A. Confidential o El diablo viste de Prada) sea uno de los mejores pagados de la historia de la televisión. Recientemente acaba de firmar un contrato de 30 millones de dólares para interpretar y ser el productor ejecutivo de tres nuevas temporadas de la serie que llegará, como poco, a la séptima entrega. A esta cifra millonaria sólo había llegado Charlie Sheen, que cobraba 1,5 millones por capítulo en la sitcom Dos hombres y medio. El personaje de El mentalista adapta al siglo XXI el fino sentido del humor de detectives míticos de la televisión como Jessica Fletcher (la protagonista de Se ha escrito un crimen, una serie interpretada por Angela Lansbury que llegó a los 264 episodios de 1984 a 1996) o Colombo (el carismático detective de la gabardina al que Peter Falk dio vida en 68 capítulos desde 1971 a 2003). En el fondo todos ellos dan una vuelta de tuerca más a la novela de misterio inglesa, que va desde Arthur Conan Doyle a Agatha Christie. Todas estas series tienen la gran ventaja de que el espectador puede entrar y salir en cualquier momento, ya que cada capítulo contiene la resolución de un misterio. Además, El mentalista añade una historia genérica que aparece

esporádicamente. Si Sherlock tenía a Moriarty, John El Rojo es el perfecto antagonista de Patrick Jean. Este particular duelo hace que la serie llegue a su máxima intensidad en los capítulos iniciales y finales de cada temporada. Un guión ingenioso El guión sabe sorprender al espectador con giros inesperados en la vida del protagonista y descubrimientos sorprendentes en cada una de las investigaciones. Si a eso se le unen algunas tramas secundarias divertidas, el timing de la serie es perfecto para el formato televisivo amenazado continuamente por el zapping compulsivo de la era del “clic”. no deja de ser curioso que el creador de la serie sea el londinense de 51 años Bruno Heller, cuyo trabajo anterior fue en la truculenta y sórdida Roma, emitida en 2005-2007. Aunque en ese proyecto Heller estaba asociado con John Milius y William J. MacDonald, y, ya se sabe, que el cliente (HBO) tiene en su li-

País: EE.UU. Intérpretes: Simon Baker, Robin Tunney, Tim Kang, Owain Yerman, Amanda Righetti Duración: 4 temporadas (78 capítulos de 43 minutos) Emisión en EE.UU.: Comenzó en CBS el 23.9.2008 Emisión en España: La Sexta/TnT Distribución DVD en España: Warner, las tres primeras temporadas (40 € cada una) +16 años (violencia incidental) bro de estilo las tres S: sangre, sexo, sordidez. Hay que reconocer que la serie es visual y musicalmente muy sencilla y convencional, pero el guión y el carisma de los actores hace olvidar esas evidentes limitaciones. no sólo está bien Simon Baker (que sabiéndolo todo no resulta pedante sino simpático), también vemos a Robin Tunney (Prison Break, House), Tim Kang (Ley y orden, The office), Owain Yerman (Generation kill) o Amanda Righetti (Capitán América). Todos ellos componen un grupo que puede resultar algo anónimo a primera vista, pero es fundamental para que el protagonista resulte mucho más gracioso sin necesidad de humillar a sus compañeros. Hubiese sido fácil idiotizar a estos personajes que en el fondo siempre van varios kilómetros por detrás de la verdad, pero los guionistas (el creador Bruno Heller y el propio actor Simon Baker, entre otros), son hábiles al darles diálogos inteligentes en los que muestran que los genios también necesitan alguien a su lado que les devuelva al mundo real. En definitiva, una serie entretenida y para un público amplio (evidentemente los crímenes son crímenes y no es adecuada para niños de 7 años, pero no hay sordidez gratuita ni excesiva dureza argumental), que brilla por la creatividad de su ingenio y sentido del humor. C. Sánchez Fila Siete - 21


Alfonso Méndiz

Así se hizo <<<<<<<<<<<<<<<< ESPARTACO (1960) // Stanley Kubrick PARTE V: Un RODAJE DE 12 MILLOnES DE DÓLARES La filmación de Espartaco comenzó el 27 de enero de 1959, y durante la primera semana rodaron todas las escenas de la cantera de Libia en Death Valley. Todo parecía marchar bien, pero en la Universal cundió cierta alarma respecto a Anthony Mann. Según Douglas, al preparar el rodaje en la escuela de gladiadores “era evidente que a Mann se le escapaban las cosas de las manos. Dejaba que Peter Ustinov dirigiera sus propias escenas, aceptando sus sugerencias”. Esa falta de autoridad -que sin duda minaba la suya como actor-productordeterminó la salida de Mann, quien según parece recibió el despido con cierto alivio, previo pago de 75.000 dólares que se le adeudaban. Al tomar esa decisión, puede que Douglas se contagiara del mesianismo que caracteriza a Espartaco en toda la película. no sería de extrañar: el narcisismo de este gran actor siempre ha estado a la altura de sus personajes. En todo caso, él lo recuerda así: “Me encontré con un distinguido elenco internacional, dos semanas de película enlatada, un presupuesto de doce millones de dólares... y sin director”. Fue entonces cuando Kirk, deseoso de mantener un absoluto control sobre la película, llamó a Stanley Kubrick. Tenía un grato recuerdo de Senderos de gloria y esperaba entenderse con él a las mil maravillas. Pero, ¿cómo entregarle una película de doce millones de dólares a un cineasta de 30 años y con sólo cuatro largometrajes en su haber?

La llegada de Kubrick. Ciertamente, tenía talento. Un anónimo cronista del Times escribió, con motivo del estreno de Atraco perfecto (1956): “El cine de Kubrick manifiesta más audacia con sus diálogos y su cámara de la que Hollywood ha visto desde que Orson Welles abandonó la ciudad”. Compararle con Welles, estigmatizado por la industria, no era precisamente la mejor recomendación, así que la Universal puso el grito en el cielo cuando Douglas lo propuso. Pero el actor se salió con la suya, no sin grandes tensiones: por mucho que confiase en la docilidad de su patrocinado, que podía garantizarle una dirección en la sombra, lo cierto es que se trató de una decisión muy arriesgada... Sin embargo, lo primero que hizo Kubrick al frente de Espartaco trastocó los planes de Douglas. Tras verla actuar en los ensayos despidió a Sabine Bethmann, que recibió 35.000 dólares y fue devuelta a su país de origen. La británica Jean Simmons, que ya le había solicitado el papel a un reticente Douglas, fue contratada para encarnar a Varinia. Ciertamente se trató de una muy sabia decisión. Pero hubo más. Kubrick se dedicó a revisar el guión por completo introduciendo cambios aquí y allá. Y aunque la estrella aceptó al principio las revisiones de su director, llegó un momento en que saltaron chispas. La filmación de Espartaco estuvo plagada de percances, ironías del destino y también algún que otro desacierto. Jean Simmons debió 22 - Fila Siete // www.filasiete.com

someterse a una intervención quirúrgica de urgencia; Tony Curtis se lesionó jugando al tenis y le tuvieron que escayolar una pierna; Charles Laughton se rebeló contra Douglas y le amenazó con un pleito. Y hacia la mitad del rodaje Lew Waserman, capitoste de la MCA y agente de Douglas, compró la Universal por 11.250.000 dólares, es decir, 750.000 dólares menos de la cantidad en que estaba presupuestada Espartaco. Aunque casi toda la película se rodó en California (en terrenos de la Universal, en el Death Valley y en una playa californiana), la escena culminante, la de la batalla de Silaro entre los esclavos y las legiones romanas, se rodó en España. Kubrick, que tenía pánico a volar, tuvo que hacer de tripas corazón y tomar el avión para venir a dirigir la secuencia. El vuelo de regreso fue el penúltimo de su vida.

La escena culminante, la batalla de Silaro, se rodó en España y Kubrick contrató a cientos de extras españoles para interpretar a legionarios y esclavos Durante las seis semanas que duró la filmación de la batalla los productores contrataron a cientos de extras españoles para interpretar a los esclavos rebeldes y a los legionarios romanos. Incluso echaron mano de los soldados de un cuartel cercano. Al final fueron más de ocho mil figurantes los que intervinieron en las secuencias de la guerra. Y para ellas Kubrick inventaba todo tipo de trucos. Recurrió por ejemplo a enanos, a los que colocó prótesis y falsos torsos para simular horribles mutilaciones en la contienda. Contó también con algunos mancos, a los que puso brazos falsos que luego arrancaban para fingir desmembramientos. Algunos inoportunos relojes de pulsera y otros tantos calcetines de tenis quedan como anacronismos que el montaje no acertó a eliminar, y que los cazadores de gazapos -tras hacerse con fotogramas en la misma cabina de proyección- muestran desde hace tiempo a sus amigos como trofeos de dudoso valor.




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