FilaSiete nº 143

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revista mensual de crĂ­tica de cine & TV marzo 2012

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143.

Los idus de marzo Clooney for president

Mi semana con Marilyn / Intocable / Fausto / Polisse



FilaSiete / marzo 2012. nº 143. 4. Fausto / 5. Los idus de marzo / 6. Polisse / 7. Mi semana con Marilyn / 8. ¿Y ahora, adónde vamos? / 8. Tan fuerte, tan cerca / 9. Intocable / 10. Extraterrestre / 11. Take shelter / 11. Tenemos que hablar de Kevin / 12. Los Oscar enmudecen: gana The artist / 14. Goyas para todos / 15. Travelling / 17. Sujeto+verbo+predicado / Dicen... / 18. Estilismo & Cine: Eiko Ishioka, la imaginación incombustible / 19. Vender cine: Los taquillazos inesperados (I). Los sleepers americanos / 20. En serie: Boardwalk Empire / 21. En serie: Gossip girl / 22. Así se hizo: Espartaco (VI) /

4. Fausto. Sokurov ha logrado una magistral versión del Fausto, que conjuga el atormentado espíritu centroeuropeo y la apasionada sensibilidad eslava. Una rotunda obra de arte, otra, porque lleva varias.

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Fausto Ganadora del León de Oro, esta gran obra de Alexander Sokurov quedará junto al clásico de Murnau como una de las más bellas versiones cinematográficas de un gran obra literaria FAUST, 2011 País: Rusia Dirección: Alexander Sokurov Guión: A. Sokurov, Marina Koreneva Fotografía: Bruno Delbonnel Montaje: Jörg Hauschild Música: Andrey Sigle Intérpretes: Anton Adasinsky, Georg Friedrich, Isolda Dychauk, Maxim Mehmet, Hanna Schygulla, Antoine Monot Jr., Katrin Filzen 134 m. +18 años (violencia, sexo) Distribuidora: Golem Estreno: 2.3.2012

Por la senda de Murnau El mito de Fausto que Goethe y Mann convirtieron en libros clave de la literatura alemana sirve al gran director ruso Alexander Sokurov para hacer un retrato del hombre vendido al diablo. Evidentemente, y lo advierto desde un principio, no es una obra para un público amplio. Y me parece que en España los espectadores que la gocen serán menos numerosos que en otros países, con dolor por la falta de cultura de un país como el nuestro. Gracias a la tuitera advertencia de mi amigo y colega Alberto N. García, pude ver en directo a través de internet el final del debate entre Rowan Atkinson, arzobispo de Canterbury, y el biólogo Richard Dawkins, moderado (bueno el tipo, intervino como 4 - Fila Siete

uno más) por el filósofo Anthony Kenny y celebrado en el Sheldonian Theater de la Universidad de Oxford. En un bello recinto lleno hasta la bandera, un público muy atento -que había pagado 3 libras por cabeza- pensaba, reía y aplaudía generosamente el duelo dialéctico entre el autor de The god delusion, un ateo ferviente y proselistista defensor de un evolucionismo digamos que radical, y el primado anglicano, líder de una iglesia que navega por aguas muy revueltas en buena medida porque sus jefes no se aclaran. Hizo las veces de moderador un agnóstico que en su día fue sacerdote católico y entusiasta teólogo tomista, reconvertido en un prestigioso albacea del legado de Wittgenstein, ex presidente de la Academia Británica y del Royal Institute of Philosophy. Convocados por la Universidad de Oxford, los tres oradores no hablaban de Messi, de Withney Houston, ni de las redes sociales. El topic era, tal cual, The nature of human being and the question of the ultimate origin. Largo excursus, pienso que pertinente. Porque Sokurov es un tipo muy osado, que ha logrado reunir 8 millones de euros para rodar en la República Checa (en los estudios Barrandov y en otros lugares de ese país) y en Islandia una versión del mito basada en el libro de Yuri Aravob, que ya escribió con Marina Koreneva el guión de Moloch. Lo ha hecho usando el alemán, lengua ideal para una historia que en otro idioma funcionaría peor. Fausto habla del sentido de la vida, de su origen, de la mor-

talidad, del más allá, del alma y del cuerpo, de la llamada del instinto, del sexo, de la belleza, de la aberración, de la ciencia, de la lujuria y el ansia de poder, de la libertad y la esclavitud... La delicadísima El arca rusa fue también una película para minorías. Pero una cinta que pide la pantalla grande, como ésta -que por cierto usa un arrriesgado formato de proyección, nada convencional, que provoca en algunos pasajes distorsiones. Ganadora del León de Oro en Venecia, la película es magnética, dura, áspera, pictórica, apasionante, terca, agotadora. La acertada fotografía del francés Bruno Delbonnel (Amélie) es inolvidable, con una luz que crea atmósferas de pesadilla propias de un Caspar David Friedrich. Sokurov es ruso y el choque de su alma eslava con el convulso y trágico espíritu centroeuropeo es memorable. El retrato del repugnante Mefistófeles (un inspirado Anton Adasinsky) es sencillamente genial, como la inspirada partitura mozartiana ideada por el mismísimo productor de la cinta, Andrei Sigley. Bien le vendrían a nuestro país debates como el del Sheldonian Theatre, películas como Fausto. Alberto Fijo

El conjunto es deslumbrante.

Hay tramos tediosos.


Los idus de marzo Clooney no reinventa el drama político con este filme, pero sí construye una gran película que pinta con estilo, fuerza y sutileza la corruptibilidad del ser humano THE IDES OF MARCH, 2011 País: EE.UU. Dirección: George Clooney Guión: G. Clooney, Grant Heslov Fotografía: Phedon Papamichael Montaje: Stephen Mirrione Música: Alexandre Desplat Intérpretes: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Evan Rachel Wood, Marisa Tomei, Max Minghella 101 m. +16 años (sexo incidental) Distribuidora: Universal Estreno: 9.3.2012

Hace falta ser listo... George Clooney demuestra una vez más (y van...) en su cuarta película como director que a inteligencia no le gana nadie en el star system hollywoodiense. A su nuevo drama político lo han acusado algunos de historia mil veces vista, quedándose injustamente en lo más básico. Los idus de marzo no ofrece vueltas de tuerca revolucionarias en un tema ciertamente muy trillado, pero sí una colección de detalles sutiles que la colocan como una cinta muy estimable y, sobre todo, honestidad, mucha honestidad. Eso y el mejor reparto del año. Todo con un presupuesto mínimo para este tipo de producciones. El gobernador Mike Morris (Clooney) es uno de los candidatos favoritos para hacerse con la nominación para la presidencia estadounidense por parte del partido demócrata. Para ello cuenta con la ayuda de sus dos principales hombres de confianza: su jefe de prensa, Stephen Meyers (Ryan Gosling), y su jefe de campaña, Paul Zara (Philip Seymour Hoffman). En el otro bando está Tom Duffy (Paul Giamatti), jefe de campaña del otro candidato principal. Las primarias de Ohio pondrán de relieve hasta qué punto están dispuestos a llegar unos y otros por conseguir la nominación, así como la entereza de las bases donde se asientan sus idealismos y sus lealtades. Pese a lo que aparenta, ésta no es la clásica película sobre lo corruptos que son todos en el mundo de la política, como ya nos cuentan los periódicos y las telenoticias a diario. O mejor dicho, sí que lo es si nos atenemos en sentido estricto a su planteamiento, desarrollo y conclusión. Tampoco

escatima en tópicos: hay hasta líos de faldas con becarias. Entonces, ¿qué es lo que la hace merecedora de estar entre las mejores de las de su especie? Pues simplemente ahondar en eso que se llama ser sutil -el mostrar en vez de contar, el hacer buen cine, en definitiva. La dirección, el guión y los actores ponen el énfasis en los detalles a través de primeros planos y silencios que se adentran en el espacio personal e íntimo de los personajes para revelarnos lo frágil que es la condición humana y hacernos sentir (repito, no contarnos) lo fácil que puede llegar a ser corromper a un hombre o que se corrompa a sí mismo ante determinadas situaciones que le superan. Casi toda la cinta está plagada de estos detalles y sólo se pierden un

poco al final, con unos subrayados excesivos que no dejan de tener fuerza, pero tampoco dejan de ser subrayados. Y luego está el tema de la honestidad: el realizador, conocido defensor de la causa demócrata, cuenta toda la historia desde el punto de vista del partido del que es afín, porque no le interesa hacer crítica o sátira facilona, sino mostrar que en todas partes cuecen habas, más allá de las ideologías (¿se atrevería a hacer esto alguien alguna vez en España?). El gran mérito es de Clooney, que dirige, coescribe y actúa con maestría, pero luego además tiene la virtud de rodearse del actor de moda del año, Ryan Gosling, y los mejores secundarios del panorama actual: Seymour Hoffman, Giamatti, Evan Rachel Wood o Marisa Tomei. Pero no acaba ahí la cosa, porque para la música tuvo a Alexandre Desplat (El árbol de la vida), para el montaje a Stephen Mirrione (Traffic, Babel) y para la fotografía a Phedon Papamichael (El tren de las 3:10). Sólo faltaba Aaron Sorkin para acabar de pulir el guión y estaríamos hablando de obra maestra. Y a todos les ha convencido con “sólo” 12,5 millones de dólares de presupuesto. Hace falta ser listo. Juan Claudio Matossian

La sutileza y fuerza de gran parte del filme.

Los subrayados excesivos de la parte final.

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Polisse Una de las películas premiadas en el último Cannes que cuenta con acierto el día a día de personas que se dedican a reconstruir vidas maltratadas POLISSE, 2011 País: Francia Dirección y Guión: Maïwenn Fotografía: Pierre Aim Montaje: Laure Gardette Música: Stephen Warbeck Intérpretes: Karin Viard, Joey Starr, Marina Fois, Nicolas Duvauchelle, Maïwenn, Frederic Pierrot 134 m. +18 años (temática, sexo incidental, lenguaje crudo) Distribuidora: Vértigo Estreno: 24.2.2012

Los niños deberían dejar de venir de París A los franceses les encanta hablar en sus películas. A veces dicen cosas interesantes, otras caen en una verborrea egocéntrica que puede llegar a límites insoportables (véase la última película de Julie Delpy, Le skylab). Maïwenn, directora, escritora y actriz en Polisse, es de las que tiene cosas importantes que contar. Justamente recibió el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes por esta película que cuenta la vida cotidiana de la BPM (Brigada de Protección de Menores) en la ciudad de París. “Me sedujo la pasión que los policías tienen por su oficio. Por mi parte he vinculado ese interés con la infancia, que es un lugar común de mis tres películas. Ver lo que hacen los agentes para protegerse de la miseria humana me sirvió para aprender que, a pesar de todo, interactúan en sus vidas privadas. Hay que saber que un policía no pasa más de diez años en la Brigada, por lo duro que es; además, la BPM dispone de

unos medios mínimos. Los agentes tienen motivaciones personales para formar parte de este cuerpo. También me ha chocado la banalización del sexo en los adolescentes. Eso me dejó perpleja. Todo lo que aparece en la película es cierto”. Estas declaraciones de Maïwenn, francesa de 35 años, enmarcan una película rodada con un ritmo muy ágil que va saltando del drama adolescente a la tragedia infantil sin tremendismos, con una cámara objetiva y un tono distante. Apenas hay dos momentos en que el ritmo frenético se detiene. Entre gritos y diálogos acelerados hay un silencio conmovedor que muestra el amor humano y la compasión. Un balón de oxígeno necesario en una película que no deja de ser un retrato tremendo de hasta dónde puede llegar la miseria humana. La película consigue que entres en la BPM por la naturalidad de sus diálogos y la veracidad de las interpretaciones. Cada

miembro de la Brigada está muy bien definido con una personalidad muy marcada. Es especialmente interesante el personaje que se reserva la directora de la película: una tímida fotógrafa que está haciendo un reportaje sobre la BPM. Su mirada no se detiene en los niños y adolescentes sino en los policías. Ésta es una de las apuestas más interesantes de la película, que se centra en cómo no es fácil tener una vida normal cuando se trabaja sin horario fijo en el fondo de la ciénaga. La escena de escapismo del grupo en la discoteca y la tremenda discusión entre las dos protagonistas definen a unos adultos que se comportan como adolescentes, también en sus conversaciones monotemáticamente sexuales. Quizá hay demasiadas historias apenas anunciadas. Quizá el controvertido final resulta poco coherente con el tono del resto de la película. Pero estamos ante una cinta que entretiene, conmueve y hace pensar al espectador sin adoctrinarlo (hubiese sido fácil manipular con un guión más “pedagógicamente francés”). Y desde luego la visión que da de París poco tiene que ver con las postales de amor que con tanta redundancia nos muestra el cine. Con Polisse, el cine francés sigue gozando de una estupenda salud gracias a películas como Intocable, The artist, Declaración de guerra o Cuenta atrás. Claudio Sánchez La veracidad interpretativa y el ritmo narrativo.

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Quizá hay demasiadas historias esbozadas.


Mi semana con Marilyn Michelle Williams construye una ingenua e insegura Marilyn Monroe en una película pequeña pero deliciosa MY WEEK WITH MARILYN, 2011 País: Reino Unido/EE.UU. Dirección: Simon Curtis Guión: Adrian Hodges Fotografía: Ben Smithard Montaje: Adam Recht Música: Conrad Pope Intérpretes: Michelle Williams, Kenneth Branagh, Eddie Redmayne, Judi Dench, Emma Watson, Dougray Scott, Toby Jones 99 m. +16 años (temática, erotismo, lenguaje) Distribuidora: Universal Estreno: 24.2.2012

Marilyn, cosecha del 56 Mi semana con Marilyn es precisamente eso, el relato de Colin Clark, un joven ayudante de producción que acompañó en 1956 a la famosísima actriz durante el rodaje de El príncipe y la corista en Londres y los estudios Pinewood. Clark publicó un libro con sus recuerdos y en él se basa el guión. Digo esto para que nadie busque en esta cinta -deliciosa, a ratos- un biopic o un estudio sobre la compleja personalidad de la novia de América. La cinta está construida sobre una anécdota y todo en ella lleva el sello de esa liviandad. La película cuenta muchas cosas, pero con ligereza, sin entrar en realidad en ninguna. Habla del vacío vital de una estrella que sólo quiere ser una buena actriz... o quizás mejor una buena madre, del deslumbramiento de un joven al sentirse objeto de atención, de los esfuerzos de un buen actor por conseguir la fama, del sereno realismo

de una antigua actriz consciente de los peligros que puede suponer una rubia exuberante... Todo ello en el marco de un Hollywood que era, más que nunca, una fábrica de sueños... y un desván de juguetes rotos. Y, por eso, al final, lo que muestra la película -ya digo entre bambalinas y sin discursos grandilocuentes- es ese misterioso hilo que teje la vida con los sueños y cómo lo importante es triunfar en la vida, aunque no te aplaudan en los escenarios, y que la fama es efímera y el tiempo también y quien acepta el paso de lo uno y de la otra está más cerca de alcanzar el verdadero sueño de cualquier persona que es feliz. Para sacar adelante esta liviana función -con el mensaje crítico y un tanto envenenado encerrado en papel de celofán- hacía falta un reparto consistente. Y lo hay. Sin despreciar la deliciosa fotografía y la sugerente puesta en escena -onírica en muchos momentos- es en el apartado interpretativo donde la película brilla definitivamente. Michelle Williams borda su papel, apoyada en una caracterización asombrosa de una Marilyn recién cumplidos los 30; Judi Dench es un valor seguro (magistrales sus escenas donde apoya a la joven actriz haciéndose la tonta); Emma Watson confirma que hay vida después de Hermione y Kenneth Branagh... en fin, es Laurence Olivier: con eso está dicho todo. Ana Sánchez de la Nieta Las intepretaciones.

La historia es muy poca cosa.

Michelle Williams Actriz Para Williams la oportunidad de interpretar a Monroe poseía un significado especial. “Crecí con un póster suyo en la habitación. Siempre me ha interesado más su cara más humana, la apenas conocida, la Marilyn de antes de Marilyn Monroe. Incluso cuando era pequeña me seducía más la conexión no tanto con su faceta pública como por su personalidad al margen de los focos”. La actriz encarna un papel en la pantalla, pero insiste en que tuvo que gestionar tres papeles a la vez: Marilyn Monroe, estrella mundial; la vulnerable e insegura Norma Jean Baker y Elsie, la tímida corista en la película de Olivier. “La película es una mirada íntima hacia el lado más vulnerable y desconocido de Marilyn. Pero quería asegurarme de que mostrábamos su faceta como estrella, como intérprete de su propio sueño”. En lugar de aceptar dobles, Williams aceptó el reto de cantar y bailar en la película. “Michelle canta y baila maravillosamente” dice Curtis. + info en www.filasiete.com Fila Siete - 7


¿Y ahora, adónde vamos? Entrañable dramedia que combina la denuncia social con una mirada indulgente hacia sus protagonistas ET MAINTENANT, ON VA OÙ?, 2011 País: Francia/Líbano/Italia/Egipto Dirección: Nadine Labaki Guión: N. Labaki, Jihad Hojeily Fotografía: Christophe Offenstein Montaje: Véronique Lange Música: Khaled Mouzanar Intérpretes: Claude Bazz Mossawbaa, Layla Hakim, Nadine Labaki, Yvonne Maalouf, Antoinette Noufaily, Julien Farhat 110 m. +12 años Distribuidora: Alta Estreno: 2.3.2012

Si las mujeres mandasen Un grupo de mujeres árabes -musulmanas y cristianas-, hartas de llevar luto por los muertos de la guerra, se unen para evitar que un nuevo conflicto sacuda a su pueblo. Están dispuestas a todo para que sus padres, hijos y maridos dejen de enfrentarse. Nadine Labaki es algo así como una todoterreno. Además de dirigir, escribe los guiones de sus películas y las interpreta. Se define a sí misma como “mujer, cristiana libanesa, cineasta -directora y guionista- y actriz... por ese orden”. Empezó su carrera rodando videoclips musicales hasta que Coca Cola la fichó para realizar un spot. En 2007 debutó en el cine dirigiendo Caramel, una historia aparentemente bienintencionada pero con algunos gramos de crítica social, que transcurría en una peluquería. En ¿Y ahora, adónde vamos? Labaki carga un poco más la mano en la denuncia de la guerra y la violencia, sin dejar por eso su mirada compasiva hacia sus protagonistas y un agudo sentido del humor que son la marca de la casa de esta directora libanesa. En tono de dramedia, y con momentos muy divertidos a pesar de la dureza de la his-

toria, la película habla sobre la necesidad de la tolerancia y el perdón para convivir, del desastre de la guerra, del valor de la familia y de la religión cristiana (abordada en algunos pasajes con una cierta ironía que no resulta hiriente) y del insustituible papel de la mujer para gobernar a los hombres, sobre todo cuando éstos pierden la cabeza y buscan pelea. La película es fresca, tiene ritmo y es capaz de pasar de la comedia al melodrama y del melodrama al musical sin romperse demasiado. Como ya ocurría en Caramel, Labaki trabaja sobre todo los personajes femeninos, con actrices que interpretan con convicción sus papeles. La cinta consiguió uno de los premios del Público en el Festival de San Sebastián y fue preseleccionada para el Oscar a la mejor película extranjera. A. Sánchez de la Nieta

El tono optimista y esperanzado de la película.

Algunos tramos se alargan innecesariamente.

Tan fuerte, tan cerca Daldry patina con un drama artificioso y plastificado que sorprendentemente aspiró al Oscar EXTREMELY LOUD & INCREDIBLY CLOSE, 2012 País: EE.UU. Dirección: Stephen Daldry Guión: Eric Roth Fotografía: Chris Menges Montaje: Claire Simpson Música: Alexandre Desplat Intérpretes: Tom Hanks, Sandra Bullock, Thomas Horn, Viola Davis, Max Von Sydow, John Goodman, James Gandolfini 129 m. +12 años (temática) Distribuidora: Warner Estreno: 16.3.2012

Extremadamente falsa Hay cosas increíbles: como, por ejemplo, que un largometraje digamos punible aspire al Oscar. Lo último de Daldry está tan cerca de un crimen contra la Humanidad como lejos de ser una buena película. ¿El crimen? Tortura: pura y dura tortura sentimental. Si no han visto la película pensarán que exagero, y les disculpo; a quienes disculpo menos es a los señores de la Academia que se supone que para votar tienen que ver los films. 8 - Fila Siete

que encuentra en el armario de su padre. Digo por lo visto, porque la historieta tiene el mismo peso que un extra en un péplum. Probablemente -seguro- la intención de Daldry sea loable. Supongo que en el pressbook dirá que quiere sensibilizar al espectador con el sufrimiento de las víctimas (confieso que no he leído el pressbook porque bastante tiempo he gastado con esta película viéndola).

Stephen Daldry -mira que ha hecho cosas interesantes- se traslada al 11-S para contarnos el trauma de un niño que pierde a su padre en la aciaga mañana en que caen las torres. Y hasta aquí todo muy dramático pero bien, no se espera otra cosa. El problema es que Daldry y su oscarizado guionista Eric Roth (Forrest Gump, El curioso caso de Benjamin Button) suman a esta tragedia todo tipo de acontecimientos destinados a provocar el llanto en el espectador: y el niño tiene un leve autismo, y no se siente querido por su madre y tiene complejo de inferioridad, y ha escuchado seis mensajes de su padre en el contestador... El argumento, por lo visto, es que tiene que encontrar la cerradura de una misteriosa llave

Pero más allá de las buenas intenciones del director, el problema es que la tortura -un crítico a la salida hablaba de pornografía- aunque sea sentimental es forzosa. Y ante semejante manejo, el espectador se rebela y se acaba alejando de los protagonistas (no diré yo, como alguno, que quieras que se trague la pandereta, pero casi). Todo es tan artificioso, tan arbitrario, tan dirigido que en vez de emocionar, fastidia, en lugar de interesar, aburre. ¿Tom Hanks y Sandra Bullock? Tan de plástico como el resto. A. Sánchez de la Nieta Será difícil batir el récord de torpeza en una película sobre el 11-S.

La olímpica torpeza de la película.


Intocable Exitosa película francesa, sin grandes pretensiones pero divertida, agradable y optimista

INTOUCHABLES, 2011 País: Francia Dirección y Guión: Eric Toledano, Oliver Nakache Fotografía: Mathieu Vadepied Montaje: Dorian Rigal-Ansous Música: Ludovico Einaudi Intérpretes: François Cluzet, Omar Sy, Audrey Fleurot, Anne Le Ny 109 m. +16 años (erotismo, temática) Distribuidora: A Contracorriente Estreno: 9.3.2012

19 millones de espectadores Hace unos años, los realizadores Eric Toledano y Oliver Nakache vieron un documental sobre la historia de un tetraplégico llamado Philippe y su cuidador. De ahí surgió la idea de llevar esta historia a la ficción. Eso sí, Philippe impuso una única condición: contarla en tono de comedia. Esta premisa no fue difícil de cumplir pa-

ra estos amantes del género, que ya habían escrito dos comedias anteriormente: Aquellos días felices (2006) y ...Y tan amigos (2005). El tono tierno y el humor amable de situaciones cotidianas vuelve a presentarse como característica del quehacer de estos realizadores. El cine galo sigue haciendo gala de habilidad para llevar al público al cine, con unos niveles de producción muy notables, originalidad, frescura e iniciativa. Basta observar nuestra cartelera, con variadas e interesantes aportaciones francesas como Declaración de guerra (Valérie Donzelli y Jérémie Elkaïm) o Cuenta atrás (Fred Cavayé), como ya señalaba Alberto Fijo en el número anterior de FILA SIETE. Intocable es una historia de amistad bastante fiel a los hechos que relata. Acierta de lleno al abordar el asunto de un modo tan divertido, con tanto humor. Hay momentos verdaderamente hilarantes que dan paso a otros emotivos y entrañables. No hay almíbar y se agradece. En alguna ocasión se incoa lo burdo, pero se amaga con elegancia. Toledano dice que “mientras la

cabeza y el alma funcionan, todo funciona”. Y viene a la memoria una cinta parecida pero tan diferente, Mar adentro (Alejandro Amenábar, 2004). La relación de los dos protagonistas (tan bien interpretados y con muy buena química) hace posible que mutuamente se salven la vida y salten cualquier muro que se les ponga por delante. Tampoco es un guión para tirar cohetes y puede resultar episódico, pero es una buena muestra del agradable y positivo buenrrollismo galo. La película clausuró el pasado Festival de San Sebastián, donde gustó mucho a crítica y público. Y durante diez semanas aguantó la primera en la cartelera francesa. 19 millones de espectadores, nada más y nada menos. El film más visto en cine en la historia del invento en Francia. Tremendo. Sofía López El guión y las interpretaciones.

Cierto aire televisivo.

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Extraterrestre Nacho Vigalondo presenta su segunda película, una comedia con marcianos al fondo EXTRATERRESTRE, 2011 País: España Dirección y Guión: Nacho Vigalondo Fotografía: Jon D. Domínguez Música: Jorge Magaz Dirección artística: Idoia Esteban Intérpretes: Julián Villagrán, Michelle Jenner, Raúl Cimas, Carlos Areces, Miguel Noguera 90 m. +18 años (sexo) Distribuidora: Vértigo Estreno: 23.3.2012

Ovnis en off Julio y Julia son dos desconocidos que amanecen una mañana en la misma cama, después de una juerga nocturna. No tienen ni idea de lo que ha pasado. Y menos idea de lo que les espera: una aventura romántica en un contexto marcianesco. Desde que empezó a realizar sus primeros cortos, Vigalondo ha mostrado su intención de hacer un cine diferente, original y

sugerente -un ejemplo fue el corto candidato al Oscar en 2003, 7.35 de la mañana. Con Los cronocrímenes (2008) tuvo el mérito de poner en pie una película de género, a medio camino entre el thriller y la ciencia ficción de intenso sabor a serie B, con pocos euros y bastante ingenio. Y en este nuevo largo se vuelven a constatar sus dotes para el cine de género resuelto con habilidad y un presupuesto ajustado. Extraterrestre ha tenido cierto éxito en los diferentes festivales por los que ha pasado: San Sebastián, Toronto, Sitges y Austin (donde consiguió el premio al Mejor Actor para Julián Villagrán). Y es que con cuatro actores y un apartamento, el guionista y realizador se las apaña bastante bien. Como pieza cómica, la película confirma sus dotes en el género más difícil de escribir (bien). Aunque tiene algunas decisiones chuscas, facilonas. Vigalondo podría ser igual de divertido con más elegancia, pero no quiere o no sabe. Hay giros ingeniosos con un buen punto de extravangancia dis-

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paratada, en los que se nota el uso de la parodia y del tipo de humor satírico situacional que algunos buenos cómicos españoles vienen usando en la pantalla pequeña (Mota, Muchachada Nui, Vaya semanita, Leo Harlem). La música de Jorge Magaz (La mirada de Ouka Leele) es muy importante, porque insufla (nunca mejor escrito) a la historia doméstica el dramático ambiente exterior que no vemos, creando unos contrapuntos muy logrados. Destacan las interpretaciones de Raúl Cimas y Carlos Areces, realmente divertidos. Un último dato, muy significativo: en la producción Borja Cobeaga (Pagafantas, No controles) como asociado y Enrique López Lavigne (Verbo, Intacto, La gran aventura de Mortadelo y Filemón) como ejecutivo. S. López El punto de partida.

Falta elegancia.


Take shelter Retrato veraz de la esquizofrenia paranoide que si no se frustrara al final haría de la cinta un hito TAKE SHELTER, 2011 País: EE.UU. Dirección y Guión: Jeff Nichols Fotografía: Adam Stone Montaje: Parke Gregg Música: David Wingo Intérpretes: Michael Shannon, Jessica Chastain, Tova Stewart, Katy Mixon, Natasha Randall, Scott Knisley 120 m. +18 años (temática, lenguaje crudo incidental) Distribuidora: Avalon Estreno: 4.4.2012

Esperando el huracán Curtis, un obrero de la construcción, casado y con una hija de seis años, sorda. Curtis comienza a tener pesadillas, después alucinaciones y, con ellas, un tremendo miedo a la llegada de una tormenta devastadora. Estamos ante la segunda película de Jeff Nichols, que ya dirigió en 2007 en Shotgun

stories al inquietante e intenso Michael Shannon, visto en papeles subrayados en la serie Boardwalk Empire (el agente Nelson Van Alden) y en los largos Antes que el diablo sepa que has muerto y Revolutionary road. Y basta ver y oír los primeros minutos de Take shelter para darse cuenta de que estamos ante un buen director y guionista capaz de construir un conflicto y desarrollarlo con pulso y carisma. La película está magníficamente interpretada. Cuenta con la presencia de esa actriz prodigiosa llamada Jessica Chastain, de la que ya se puede decir que, con sólo 30 años, ha entrado en el grupo de cuatro o cinco escapadas del Tour de las Madres en el cine con gente como Dorothy Macguire, Donna Reed y Sara Allgood. Como hemos señalado, tiene Take shelter (tomar refugio, podría ser la traducción) un arranque estupendo... pero va perdiendo fuerza por defectos de un guión falto de equilibrio, que por sus excesos melodramáticos se va descompensando por momentos.

Aunque el retrato del trastorno mental es excelente -mucho mejor que el que contienen otras películas, algunas de ellas célebres y premiadas como la verdaderamente lastimosa Una mente maravillosa- no se termina de ver dónde quiere ir Nichols. Y esas dudas perjudican una cinta que podría haber sido notable y se queda en el “bien, pero”. A. Fijo Los actores y el planteamiento.

El tercer acto.

Tenemos que hablar de Kevin Historia de la madre de un criminal, que afronta que tiene un hijo que está muy mal de la cabeza WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN, 2011 País: Reino Unido/EE.UU. Dirección: Lynne Ramsay Guión: L. Ramsay, Rory Kinnear Fotografía: Seamus McGarvey Montaje: Joe Bini Música: Jonny Greenwood Intérpretes: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller, Siobhan Fallon, Ursula Parker 112 m. +18 años (violencia, sexo, lenguaje crudo) Distribuidora: Vértigo Estreno: 16.3.2012

Tenemos que hablar de Tilda Eva Khatchadourian es la madre de Kevin. Desde el principio, prácticamente desde que nace, madre e hijo no se llevan. Cuando Kevin, un canalla diplomado, cumple 16 años comete un crimen horrendo. Y su madre se pregunta por qué. Y al espectador se le funden los plomos. Esta adaptación de la novela de la periodista Lionel Shriver publicada en 2003, podría tener muchas cosas interesantes, pero la verdad es que tiene muy pocas. No te crees el personaje del hijo, como no te crees el de la madre. El padre es un pasmarote (desperdicio

seis meses. Y que debería estar en tratamiento psiquiátrico y con medicación desde esa tierna edad. El problema de trabajar con un mal guión, y éste es realmente malo, es que a medida que pasan los minutos te vas desinteresando de la historia porque le ves las costuras, las trampas, el efectismo de ilusionista de tercera división que quiere imitar a uno de primera, como el citado realizador de Elephant (Palma de Oro y mejor dirección en Cannes 2003), y comprueba que la cosa no sale... de buen actor, John C. Reilly) que entra y sale de escena. La realizadora va y viene en un relato fragmentado, con marcha adelante y marcha atrás. El original tenía forma epistolar y aquí no, cosa muy respetable. Lo que es menos comprensible es que hagan falta 112 minutos para contar esta aberración, cuando en solo 81 Gus Van Sant contó la magistral Elephant, inmensamente más veraz y consistente. En la película de Ramsay todo parece al servicio del lucimiento de una actriz que siempre ha jugado a la ambigüedad y que, en este caso, vuelve a hacer de madre ambigüa, una tipa rarísima de la que no entendemos nada, con un hijo más raro que cuatro perros verdes, un perfecto canalla desde que tiene

Y ya sólo cabe acumular secuencias ridículas como la de la batalla de los tomates, los encuentros carcelarios y demás escenas que parecen sacadas de Chucky, el muñeco diabólico. Esta película se ha empeñado en hablar de Tilda Swinton, quizás porque la actriz es productora ejecutiva. Y lo suyo hubiera sido que la BBC y la veintena larga de productores -entre los que se encuentran Steven Soderbergh y la directora- se hubieran planteado si lo que cuenta la película va a a alguna parte. Yo que quieren que les diga, le veo muy poco interés. A. Fijo La fotografía.

No te crees nada.

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Los Oscar enmudecen: gana The artist

Mejor película, director y actor para esta gran película francesa y muda que ha revolucionado el año cinematográfico. Fue la triunfadora de la noche. Los españoles Alberto Iglesias y Fernando Trueba volvieron de vacío. Había expectación por ver a Billy Crystal, que sustituyó a última hora a Eddie Murphy. Y la verdad es que no pasará a la historia a pesar de estar mucho mejor que Anne Hathaway y James Franco el año pasado. Correcto, ágil, pero sin chispa, como la ceremonia. El Circo del Sol se descolgó con una buena coreografía, que fue lo más reseñable de la función. La presentación de los Oscar musicales (música y canción original), generalmente uno de los momentos más esperados de la gala, fue tan rápida como insulsa. La gran ventaja de este año es que había grandes películas y mucho amor al cine clásico en títulos como Mi semana con Marilyn, War horse, The artist o La invención de Hugo. Esto ha sido aprovechado en la ceremonia para animar al público a ir a las salas de cine con múltiples montajes audiovisuales. Hollywood además ha hecho guiños muy claros a Irán, Pakistán y China. Política de interés, pero bien envuelta. La ceremonia empezó con un Scorsese feliz, con un apabullante 5 de 7 para su película, que arrasaba en las categorías técnicas, arrebatando el Oscar a la fotografía a El árbol de la vida. Richardson le ganaba la 12 - Fila Siete

partida al mexicano Lubezki (El árbol de la vida). Luego llegaría el Oscar cantado a Irán por Nader y Simin, una separación. “En estos momentos en que nuestros países tienen relaciones tan difíciles agradezco muy especialmente el premio”. Un guante bien recogido por el director Asghar Farhadi. Desgraciadamente para los intereses españoles no hubo sorpresas en el Oscar a la película de animación. Chico & Rita, de Fernando Trueba, perdió ante Rango, la favorita después de que algún destripador de la Academia decidiese dejar fuera al Tintín de Spielberg. Christopher Plummer (Beginners), el actor más longevo en ganar un Oscar, y Octavia Spencer (Criadas y señoras), fueron los previsibles ganadores en la categoría de actores secundarios. Más sorprendente fue que George Clooney perdiera el Oscar al mejor actor (ya estuvo enorme en Up in the air y lo está en Los descendientes) en favor de Jean Dujardin (The artist), que se convierte en el primer actor francés que gana una estatuilla en esta categoría. “Cuando he oído mi nombre me he imaginado a todo el mundo diciendo: ¡Ella no!

¡Otra vez!”. Así recibía Meryl Streep su Oscar por La dama de hierro. El tercero, que sólo han podido ganar antes Ingrid Bergman y Katharine Hepburn (que ganó 4). The artist fue la clara vencedora. Los premios para La invención de Hugo reconocen la calidad de una película muy costosa en la que Scorsese hacía por vez primera cine familiar. Como siempre, a Woody Allen no se le esperaba, pero le mandaron el Oscar al guión original por Midnight in Paris. 25 años después de infinitas nominaciones gana su tercer Oscar como guionista, tras Hannah y sus hermanas y Annie Hall. Y suma un cuarto como director por Annie Hall. Alexander Payne sólo pudo lograr el Oscar al guión adaptado por Los descendientes, quizá la favorita más desfavorecida porque Moneyball y War horse no se llevaron nada, pero apenas tenían posibilidades. Es el segundo Oscar de Payne en esa categoría, después de obtenerlo por Entre copas, en 2005. Una vez más, lo mejor de la gala fueron las películas -muchas y muy interesantespero la ceremonia sigue estando en coma. C. Sánchez


LISTA DE GANADORES 84 EDICIÓN PREMIOS OSCAR PELÍCULA The artist DIRECTOR Michael Hazanavicius por The artist ACTRIZ PROTAGONISTA Meryl Streep por La dama de hierro ACTOR PROTAGONISTA Jean Dujardin por The artist ACTRIZ DE REPARTO Octavia Spencer por Criadas y señoras ACTOR DE REPARTO Christopher Plummer por Beginners GUIÓN ORIGINAL Woody Allen por Midnight in Paris GUIÓN ADAPTADO Alexander Payne, Jim Rash y Nat Faxon por Los descendientes FOTOGRAFÍA Robert Richardson por La invención de Hugo MONTAJE Kirk Baxter, Angus Wall por Los hombres que no amaban a las mujeres MÚSICA Ludovic Bource por The artist CANCIÓN ORIGINAL Man or Muppet, la canción de Bret McKenzie EFECTOS VISUALES La invención de Hugo MEZCLA DE SONIDO La invención de Hugo EDICIÓN DE SONIDO La invención de Hugo MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA Mark Coulier, J. Roy Helland por La dama de hierro DISEÑO DE VESTUARIO Mark Bridges por The artist PELÍCULA DE ANIMACIÓN Rango de Gore Verbinski PELÍCULA DOCUMENTAL Undefeated (Daniel Lindsay, T.J. Martin, Rich Middlemas) PELÍCULA HABLA NO INGLESA Asghar Farhadi por Nader y Simin, una separación (Irán) CORTO DE ANIMACIÓN The fantastic flying books of Mrs. Morris Leshmore CORTO DOCUMENTAL Saving face CORTO DE ACCIÓN REAL The shore

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Goyas para todos Enrique Urbizu y sus malvados triunfaron en una Gala que celebró un magnífico año de cine español Al final hubo Goyas para todos. La gran noche del cine nacional terminó con un equilibrado reparto que premió casi siempre con la cabeza (que para eso está) y un poquito con la ideología (que para eso es la Academia... de cine español).

cumental Escuchando al juez Garzón. El problema es que, más que su mensaje, fue su tremendo vestido lo que terminó por centrar la atención del respetable. Gala sosita para un año de cine redondo

Ganó la película preferida por la crítica y el público. La cinta de género que había visto cómo un confuso jeroglífico que, sólo unos pocos -raritos ellos- leyeron, le arrebataba una merecida Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián. La película que había descubierto que José Coronado, además de galán y hombre-anuncio, podía ser un personaje de esos sacados del cine clásico. La cinta con el título más redondo. Ganó Urbizu. Su No habrá paz para los malvados se llevó 4 premios grandes (película, director, actor protagonista y guión original) y 2 más técnicos (montaje y sonido). Frente a esta contundente victoria, lo de Almodóvar -que volvía con vítores, la parafernalia habitual y 16 nominaciones- sólo se puede definir como derrota. Una derrota, eso sí, maquillada, nunca mejor dicho, por 4 estatuillas (actriz -Elena Anaya-, actor revelación -Jan Cornet, que le arrebató el premio al televisivo José Mota-, maquillaje y música). El que se prometía gran duelo de la noche terminaba con la victoria del secote director vasco frente a la estrella manchega. Ganaba el cine de siempre -el que tiene una historia y unos personajes- frente al artificio de una epidérmica cinta que, desde luego, no es lo mejor que ha rodado Almodóvar. Además de poner a las dos películas que competían en cabeza en su sitio, la Academia aprovechó para premiar dos pequeñas -o grandesjoyas del cine patrio que, desgraciadamente, no han encontrado el apoyo del público en la taquilla. Blackthorn, el magnífico western de Mateo Gil, se llevó 4 merecidos Goyas (vestuario, dirección artística, fotografía y diseño de producción), mientras que Eva, la fábula de ciencia ficción de Kike Maíllo y su equipo de la ESCAC, alcanzó 3 estatuillas (director novel, actor de reparto -Lluís Homar- y efectos especiales). Gran acierto de la Academia premiar estas películas de género dirigidas por jóvenes directores que están arriesgando, llevando al cine español a explorar lugares que hasta ahora resultaban desconocidos. Como acierto fue la decisión de darle 2 Goyas a Arrugas, la adaptación al cine de animación del magnífico cómic de Paco Roca. Nadie dudaba que se llevaría el premio a la mejor película 14 - Fila Siete

de animación, pero el Goya al mejor guión adaptado fue además de una sorpresa, un magnífico precedente para que las cintas de animación -las buenas, claro- puedan ganar premios en otras categorías. Un voto por la ideología El tinte ideológico -que no podía faltar en una Gala que siempre ha hecho guiños políticos- vino de la mano de los discursos de las actrices de La voz dormida (una película fallida y maniquea, que casi nadie entiende qué hacía en lo más alto de la tabla y menos ante la escandalosa ausencia de la necesaria No tengas miedo, de Moncho Armendáriz). Tanto María León -mejor actriz revelación- como Ana Wagener -mejor actriz de reparto- quitaron brillo a sus merecidos premios con unos discursos presuntamente emotivos que, sin embargo, sonaron mitineros. El tercer premio de la película del sevillano Benito Zambrano fue para la canción, un apartado en el que, lo lógico, hubiera sido darle el premio al rap de Nach que envuelve Verbo, el interesante y arriesgado experimento de Eduardo Chapero-Jackson. Pero si las actrices de La voz dormida amagaron sólo un par de eslóganes, Isabel Coixet decidió directamente pronunciar un discurso, aprovechando que la Academia había decidido, de forma un tanto sorprendente, premiar su do-

La presentación de Eva Hache fue sólo correcta... tirando a sosa, a pesar de un número musical inicial en el que hasta cantó Almodóvar. La incursión de la humorista en las películas nominadas no tuvo excesiva gracia y quizás el momento más ingenioso fue el dedicado a Twitter. Hache leyó unos cuantos tuits bastante divertidos y rindió así un particular homenaje a esta red social que se ha convertido en una de las grandes aliadas de la Gala. Frente a la sosería de Eva Hache, destacó la chispa de Santiago Segura, al que muchos celebraron como un futuro estupendo presentador de la Gala. El nuevo director de la Academia de Cine, Enrique González Macho, se estrenó en los Goya con un discurso serio, propio de los tiempos de crisis, de los que habló en abundancia, y al mismo tiempo optimista. “Como todas las crisis venceremos si hay energía, inteligencia, trabajo, profesionalidad y reglas de juego claras. Pero queremos ser optimistas”. González Macho, que apareció secundado por sus dos vicepresidentas, Judith Collet y Marta Etura, señaló que “aunque todos somos internautas, internet no es todavía alternativa ni sustituto, ni tan siquiera un complemento, al enorme esfuerzo económico que supone producir cine”, situándose en una postura enfrentada al del anterior presidente, Álex de la Iglesia, que no tardó en responderle desde una cabecera nacional al día siguiente. Sus posturas opuestas son sólo una señal de que el debate sobre el cine e internet está muy abierto pero, en cualquier caso, no se puede acusar a González Macho de no pisar tierra o de estar en contra de la red: suya es la idea y la propiedad de Filmin, uno de los principales portales para ver cine en streaming. En definitiva, la 26 edición de los Goya fue la noche de todos: de la vuelta a casa de Almodóvar -“yo no venía antes porque la alfombra era verde”, declaró a un grupo de prensa, “pero ahora que es roja he vuelto”-, del reconocimiento a las películas pequeñas que hacen el cine grande, de la medalla a las actrices de La voz dormida, del aplauso a la imprescindible Arrugas... y, sobre todo, la noche de Urbizu, de los malvados, la noche de Santos Trinidad. A. Sánchez de la Nieta


TRAVELLING LUCES ROJAS / Rodrigo Cortés +16 años Uno puede morir de éxito. El de Buried fue sonado. Y lo nuevo de Cortés es malo, bastante malo. Un thriller que empieza bien y va de mal en peor, por obra de un guión que no hay por dónde cogerlo, con un conflicto mal llevado y con demasiados guiños al peor Shyamalan. De Niro, lastimoso, again.

LA MONTAÑA RUSA / Emilio Martínez Lázaro +18 años (temática, sexo crudo, lenguaje crudo) En el cine español, los nuevos talentos que experimentan y se arriesgan conviven con otros -normalmente madurosrealizadores que parecen instalados en la cutrez del cine de destape tardo franquista. Una historia ramplona de chica que pasa de frígida a ninfómana con una realización televisiva y tres actores que merecen cosas mejores.

AL BORDE DEL ABISMO / Asger Leth +16 años (erotismo incidental) La primera película de este director danés lleva el guión de un veterano escritor venezolano de series de TV por unos derroteros hasta cierto punto ingeniosos, en un ejercicio de cine de acción trepidante, convencional pero satisfactorio. El recurso a la mejicana voluptuosa es bastante tonto y sobran 10 minutos.

DE TU VENTANA A LA MÍA / Paula Ortiz +18 años (sexo) Tres mujeres en tres épocas diferentes (la España de principios del siglo XX, la de la posguerra y la de la Transición) se enfrentan a la soledad, la muerte y el olvido. A pesar de un solvente reparto femenino (Maribel Verdú, Leticia Dolera y Luisa Gavasa), la joven realizadora aragonesa no convence con este drama intimista excesivamente lento e insultantemente autocompasivo.

INDOMABLE / Steven Soderbergh +16 años (violencia, erotismo incidental) Agente de una ultra secreta organización que trabaja para el gobierno. Un trabajo que sale mal. Traicionada, acorralada. Pero ella es fría como el acero y mira a cámara muy chula: “Se van a enterar de quién es servidora puesta a repartir guantazos”. Argumento minimalista para una de esas películas frustrantes de un director irregular llamado Steven Soderbergh.

EL BULLI: COOKING IN PROGRESS / Gereon Wetzel +12 años Un alemán se mete en la cocina de uno de nuestros más prestigiosos chefs para descubrirnos el trabajo que hace que, después de haber comido en el ahora cerrado restaurante, lo recuerdes. El documental -interesante en la temática pero convencional en su realizaciónllega después de haberse visto en medio mundo.

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TRAVELLING EN TIERRAS DE SANGRE Y MIEL / Angelina Jolie +18 años (temática, violencia y sexo crudos, lenguaje) Jolie, 36 años, debuta como directora narrando una truculenta historia de amor entre un soldado serbio y una joven bosnia musulmana en plena Guerra de los Balcanes. La cinta va de más a menos y, después de un arranque prometedor y poderoso, la historia se enquista en una sucesión de acontecimientos ultra violentos y morbosos que hacen perder el hilo narrativo y la coherencia de los personajes. Una pena.

GHOST RIDER: ESPÍRITU DE VENGANZA / Mark Neveldine, Brian Taylor +16 años (violencia) La presencia entre los guionistas de David S. Goyer (El caballero oscuro) era un buen presagio... pero la de los directores de la infame Crank, lo peor de Jason Statham, asustaba... Lo que producía terror fetén era el rencuentro con lo que queda de Cage, más si se presenta con un compañero de tobogán, el mismísimo Christopher Lambert. Lastimosa.

EL INVITADO / Daniel Espinosa VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA 2 / Brad Peyton +12 años Una de esas películas pis pas, es decir, poco guión, cuatro secuencias de acción y a por la siguiente. Walden Media realizó Viaje al centro de la Tierra, de poca calidad pero con dos virtudes: era una divertida película familiar que se podía ver en 3D y además resucitaba el venerable nombre de Julio Verne, hombre mil veces llevado al cine, pero últimamente olvidado. La secuela es rutinaria pero fue nº 1 en España.

+16 años (violencia, sexo incidental) El director sueco de origen chileno dejó buen sabor de boca con Dinero fácil. Da el salto al cine norteamericano con un gran reparto y un guionista primerizo que pone poco ingenio y humor a una historia muy convencional de espionaje internacional. Algunas persecuciones o peleas tienen fuerza visual y verismo. Esto hace que la película no sea insoportable y se quede en aburrida y plana.

CHRONICLE / Josh Trank LO MEJOR DE EVA / Mariano Barroso +18 años (temática, sexo crudo) Un colega titulaba “Instinto muy básico”, y no le falta razón. Barroso reúne a la siempre estimulante Leonor Watling y a Miguel Ángel Silvestre en una película que con un poco de voluntad podría haber resultado interesante, pero el guión de Barroso y Alejandro Hernández es anoréxico, mucho.

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+16 años Una opera prima. De un director que dará que hablar. Por casualidad, tres adolescentes encuentran un “algo” que les va a alterar física y anímicamente. Los chicos están bien descritos y evolucionan de una manera creíble, a pesar de todo lo que les ocurre. Trank hace maravillas con un presupuesto reducido. Una película pequeña, nada despreciable, una agradable sorpresa.


Sujeto+verbo+predicado

Mallick, Bale y Portman: de dos en dos

Festival de Málaga 2012: primeros títulos

House se despide desde la cárcel

Scarlett y Ruffalo con el director de Once

Mel Gibson: siempre nos quedará la TV

Terrence Malick nunca será un director previsible. Si hasta ahora filmaba una película por década, ahora las rueda a pares: Knight of cups y Lawless, ambas protagonizadas por los oscarizados Christian Bale y Natalie Portman. Cate Blanchett e Isabel Lucas participarán en la primera, y Ryan Gosling y Rooney Mara en la segunda.

El 21 de abril comenzará el Festival de Cine Español en Málaga y ya sabemos algunos títulos de la sección oficial, que se desarrolla hasta el día 28. The Pelayos, de Eduard Cortés (película inaugural), Miel de naranjas, de Imanol Uribe, Carmina o revienta, de Paco León, O apóstolo, de Fernando Cortizo, y Els nens salvatges, de Patricia Ferreira.

Estos días se estrena en televisión (en España emite Cuatro) la octava y última temporada de una de las series de más éxito en los últimos años. Esta vez el Dr. House no está en el hospital, como en las temporadas anteriores, sino en la cárcel. Si es capaz de portarse bien durante cinco días saldrá de ella. No parece que le vaya a resultar fácil.

Can a song save your life? (¿Puede una canción salvarte la vida?) es el título de la próxima película de John Carney (Once). Título muy apropiado tras el Oscar a la mejor canción con la maravillosa Fallling slowly. Otra vez hay amor y música, con un presupuesto mayor (Once sólo costó 150.000 dólares), y la actuación de Mark Ruffalo y Scarlett Johansson.

Llevamos años hablando de los proyectos de Mel Gibson, pero más que concretarse, se cancelan (Los vikingos, que iba a protagonizar Di Caprio). La realidad es que Gibson protagoniza y escribe Get in gringo (Atrapen al gringo), un film que se estrenará en EE.UU. en TV de pago, y que promete humor negro y violencia en la frontera méxico-estadounidense.

Dicen... Antonio Banderas: “Estas cosas de las campañas en el mundo del cine me ponen un poquito nervioso. Es un poquito falso todo. No solamente es un coñazo, al mismo tiempo resulta un poco violento, porque estás pidiendo el voto y esto no es una campaña política. La película está ahí, si te ha gustado la votas y si no te ha gustado pues no. Pero irnos a una fiesta para que yo vaya de grupo en grupo..., todo eso es una tontería y es que además no sé cómo hacerlo, ¿qué se dice?”.

Viola Davis: “Debo confesar que en el rodaje de Criadas y señoras me sentí muy incómoda en las escenas en que las chicas blancas están reunidas tomando el té. Me pasé dos semanas rodando sin decir ni una palabra. Mi personaje era muy callado, tenía que comerse toda la humillación de lo que pasaba a su alrededor. Todos hablaban de mí, pero a la vez hacían como si fuese invisible, algo que fue perfecto para la película”.

Kike Maíllo: “En Eva quería hablar de las relaciones entre personas a través del amor, así que me ha influido más Beautiful girls que Blade Runner o Inteligencia artificial, sinceramente. Lo que te pesa es intentar hacer una buena película, que la gente pueda equiparar más o menos a un producto que llega de Estados Unidos, distancias abismales aparte”.

Alba García: “No entiendo muy bien los que critican a Verbo por ser una película pretenciosa. ¿Quién no pretende qué? Todo el mundo pretende algo con cada cosa que hace. Yo creo que Eduardo, al igual que cada director, tiene su propio universo interno y lo plasma de una manera. A mí me parece que lo hace de un modo estupendo y tocando muchas teclas distintas. Eduardo pretende enviar un mensaje: ‘Devolvednos la belleza’, como se oye en la película”.

Beyoncé: “Yo, como cantante, siempre quise ser como Whitney Houston. Su voz era perfecta. Fuerte, pero suave. Muy de soul y clásica. Su vibrato, su cadencia, su control. Muchos momentos de mi vida están relacionados con una canción de Whitney. Ella es nuestra reina y nos abrió las puertas. Fue un modelo para todas nosotras. Dios la bendiga”. Fila Siete - 17


Eiko Ishioka, la imaginación incombustible Eiko Ishioka ha dejado este mundo hace apenas un mes. Sus diseños para Mishima: A life in four chapters (1985), su primer trabajo para el cine americano, Drácula de Bram Stoker (1992), por la que recibió un Oscar al mejor diseño de vestuario, o La celda (2000) han sido suficientes para hacer de ella una referencia primero en Japón y luego en el resto del mundo. Con una estética a medio camino entre Tokyo y Manhattan, y un instinto poco común para asumir riesgos en terrenos poco transitados, se hizo un sitio entre los mejores. Uno de sus rasgos más destacados era la libertad de expresión absoluta en todas las disciplinas que abordó. Campañas publicitarias, portadas de discos, vídeoclips, diseño de vestuario para teatro, ópera, juegos olímpicos y cine son sólo algunos de los campos en los que, con su estética inclasificable y su valentía insobornable para no arredrarse cuando se trataba de experimentar visualmente en arenas movedizas, se ganó el respeto de sus colegas. Hija de un diseñador gráfico y de una ama de casa inquieta y amante de la literatura, reconocía con agradecimiento la manera en la que sus padres, cuya confianza en su talento era ilimitada, educaron su espíritu creativo y le permitieron -tal y como declaró en incontables ocasiones- “acceder a los tesoros más valiosos de la vida”.

ESTILISMO & CINE

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Su inspiración procedía de amigos de raro talento como el diseñador japonés Issey Miyake, el fotógrafo Irving Penn -la portada de Tutu de Miles Davis es testigo privilegiado de esa afinidad- o la no menos impredecible y controvertida cineasta Leni Riefenstahl, pero también de la gente normal y corriente con la que se cruzaba cada día. Para ella el mundo entero era su estudio: la fuente secreta e inagotable de donde extraía la savia con la que nutrir su trabajo. Cuando le encargaban el vestuario de una película lo primero que hacía era estudiar el guión a conciencia y luego hablar con el director y el resto del equipo. Más tarde, y ya a solas con la hoja de papel en blanco, dejaba que su mente divagase sin restricciones de ninguna clase. No le asustaba que sus primeros bocetos fueran rechazados: confiaba en que

el método de ensayo-error que solía emplear la conduciría de forma intuitiva hasta el acierto final. Aunque sus sorprendentes creaciones parecían nacer de un espíritu caótico desvinculado de la tradición, en realidad emergían de una mezcla muy sopesada de instinto y voluntad. Un obstinado viaje de búsqueda y tanteo, donde la disciplina y el rigor constituían la médula espinal del proceso. Desde que empezó a diseñar estuvo persuadida de que “un creador que no desarrolle la autodisciplina no realizará una obra interesante e innovadora que perviva durante mucho tiempo”. Su imaginación incandescente, que supo moldear con la determinación y la fortaleza de un samurái, le permitió crear obras capaces de enfrentarse a la caducidad que aqueja a las creaciones sin alma. Su trabajo más conocido provino de una estrecha colaboración con Francis Ford Coppola, quien tuvo la osadía de pedirle que se encargara del vestuario de su nueva versión de Drácula, aun a sabiendas de que ella no había trabajado antes como diseñadora de vestuario. Una decisión con la que el cineasta se jugaba todo, ya que los decorados de la película se construyeron casi únicamente con luces y sombras, y eran los vestidos los que sustentaban, prácticamente en solitario, todo el peso de la sugestión. La túnica inspirada en El beso de Klimt fue también una idea de Coppola, quien probablemente estaba empeñado en impregnarlo todo con un halo de inquietante opulencia. Al trabajar con el cuadro, Eiko percibió que en esa pintura hipnótica se fusionaban además de forma misteriosa Oriente y Occidente, lo que otorgaba al mito un poder de evocación indefinible. Los volúmenes aéreos, los oros bizantinos y la tensión entre la inspiración anatómica del traje de músculos y la histórica de los vestidos isabelinos que pueblan la cinta, hicieron el resto. A Eiko nunca le interesaron los diseños que sólo definen y explican los personajes. Aspiraba a algo más difícil: “avivar la imaginación del público, estimular sus ojos y conmover su espíritu”. No podemos por menos que estarle agradecidos por ello. Mariam Vizcaíno


Tono Irisarri_________

Son películas pequeñas que dan la campanada, que recaudan millones, que reciben nominaciones importantes e incluso llegan a los Oscar

Vender cine__________________ Los taquillazos inesperados (Parte I) Los sleepers americanos_____________________ Sleeper es un término que se aplica a aquellas películas que no parecen gran cosa. Películas cuyos argumentos y repartos no son nada del otro mundo, pero que una vez llegan a las pantallas, en vez de pasar fugazmente, permanecen con obstinación. Son películas pequeñas que dan la campanada, que recaudan millones, que reciben algunas nominaciones importantes e incluso llegan a los Oscar. Películas con pequeñas campañas promocionales que se implementan con el efectivo boca a boca de los espectadores. Nadie apostaba por el éxito de un sleeper, que sorprende incluso a sus creadores. Suelen tener un presupuesto modesto, pocas o ninguna estrella y un corte independiente. Algunas se convierten en auténticos taquillazos catapultando a la fama a todas las personas involucradas en el proyecto.

Veamos algunos ejemplos del cine reciente para entender mejor el fenómeno. El proyecto de la bruja de Blair costó sesenta mil dólares y recaudó 248 millones. Una locura teniendo en cuenta el tipo de película que es. Hay que reconocer que la campaña de marketing fue muy inteligente, y vender como un documental algo que no lo era ayudó a que la gente acudiese en masa a las salas de cine. Un sleeper que además marcó a toda una generación y creó tendencia. Otros sleepers de temática terrorífica fueron, en su momento, Saw y Paranormal activity. Saw costó un millón y recaudó cerca de 103 millones. La película ha generado una saga que parece no tener fin y creado a uno de los serial killers más temidos de la historia del cine. La primera película partía de una idea interesante y sabía desarrollarla sin perder el ritmo ni el interés.

Paranormal activity costó 15.000 dólares y ronda los 200 millones de recaudación, y eso que empezó estrenándose en 12 salas. La trayectoria del largometraje habla por sí sola. Dejando de lado el terror, que es muy propicio para este tipo de comportamiento en taquilla, Mi gran boda griega es un caso “sonado” en el cine norteamericano. En 2002 nadie sabía quién era Nia Vardalos, guionista y protagonista de este sleeper veraniego. Una comedia familiar, resultona pero nada excepcional, con un reparto poco conocido y sin casi apoyos por parte de la industria. El film costó 5 millones y recaudó 241, convirtiéndose en la quinta película más taquillera en el box americano de ese año. Incluso compitió en los Oscar en la categoría de guión original. Ahora es fácil justificar el éxito de La Pasión de Cristo (2004), pero la verdad es que tuvo muchas dificultades para conseguir distribución en bastantes países. En España nadie apostaba por ella, y al final la distribuidora Aurum la consiguió casi regalada. Se trata de una película en latín, hebreo y arameo, sobre una historia que todo el mundo conoce, con imágenes muy violentas y calificada para mayores de 18 años. Probablemente debido a su excelente promoción y al nombre del director (Mel Gibson) se convirtió en la película con calificación R (“Restricted”, es decir, en Estados Unidos los menores de 17 años sólo pueden entrar acompañados de su padre o tutor) más taquillera de todos los tiempos: 612 millones de dólares. Juno (2007) sirvió para dar a conocer a la guionista Diablo Cody. La película sobre una adolescente embarazada se convirtió en el sleeper de ese año y llegó a los Oscar (aspiró a cuatro, entre ellos película, y ganó el Oscar al guion original) tras triunfar en la taquilla (143 millones de dólares en Estados Unidos, 84 en el resto del mundo, 228 millones en total). Su presupuesto, 8 millones.

Paranormal activity costó 15.000 dólares y ronda los 200 millones de recaudación.

Hay más películas que podríamos etiquetar como sleepers: Once, Slumdog millionaire, 500 días juntos, Pequeña Miss Sunshine... Películas pequeñas, que parecen poca cosa, pero que una vez en el cine consiguen atrapar a espectadores de todo el mundo por igual. Fila Siete - 19


EN SERIE /////////////////////////////////////// Boardwalk Empire \\ Terence Winter con un presupuesto de 18 millones de dólares) se encuentra como pez en el agua en este retrato de la decadencia de una época que conoce bien. El director de New York, New York, Taxi driver o Toro salvaje no trabajaba para la televisión desde que en 1986 se encargase de la dirección de uno de los Cuentos asombrosos producidos por Steven Spielberg. Pero estaba claro que no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar con un argumento así en una productora como HBO, famosa por series como Los Soprano (muy cercana al universo Scorsese) y otras marcadas por la violencia y truculencia sexual como True blood o Juego de tronos.

País: EE.UU. Intérpretes: Steve Buscemi, Michael Pitt, Nelly Macdonald, Michael Shanon, She Wigham Duración: 2 temporadas (24 capítulos de 50-60 minutos) Producción: HBO Emisión en EE.UU.: HBO (19.9.2010) Emisión en España: Canal Plus (13.12.2010) +18 años (violencia, sexo, lenguaje crudo)

Hagan fuego, señores Steve Buscemi es el actor protagonista de este cruel retrato de la miseria y la corrupción humana que pilotan la HBO y Martin Scorsese. “No ha habido muchas series sobre la Ley Seca desde Los intocables, y el período estaba maduro como para ser explorado. Es interesante hacerlo en HBO, donde se pueden mostrar las cosas honestamente”. Estas palabras del creador Terence Winter dejan claro la serie de la que hablamos: sexo, violencia y maldad en estado puro. No hay puertas abiertas a la esperanza, sino alcantarillas alzadas con olor a sumidero. Nucky Thompson (Steve Buscemi) es un político de imagen intachable. Honesto y carismático, muestra un compromiso eficaz para acabar con una de las grandes lacras de los años 20 en Atlantic City: el alcoholismo. Sin embargo, Nucky no es lo que parece. Ayudado de delincuentes iniciáticos como Jimmy Darmody (Michael Pitt) o Al Capone (Stephen Graham), Nucky impone un sistema de corrupción política y policial que mantiene con asesinatos, el lucrativo contrabando de alcohol y el negocio del juego y la prostitución. Margaret Schroeder (Kelly Macdonald) y Lucy Danziger (Paz de la Huerta) capitanearán el equipo de concubinas de Nucky. Me he alargado contando el argumento de la serie porque es muy significativo. Martin Scorsese (productor ejecutivo de la serie y director del episodio piloto: el más caro de la historia 20 - Fila Siete

Boardwalk Empire es una serie muy premiada (ganadora de 2 Globos de Oro y 8 Emmys en 2011, entre los que destacan los que recibieron la dirección y producción de Scorsese y la interpretación de Steve Buscemi), pero que en sus comienzos no convenció del todo a la crítica. Ha ido evolucionando en la segunda temporada, sobre todo en lo que se refiere al ritmo narrativo que en muchos momentos de la primera se estancaba. Aparte, el personaje que interpreta Michael Pitt no parecía encontrar su sitio en la serie, dejando a Buscemi casi todo el protagonismo. Terence Winter (Los Soprano), creador y guionista de la serie, ha ido solucionando en parte estos problemas apoyándose en un presupuesto generoso que se nota en cada fotograma. La recreación histórica es milimétrica en cada uno de los decorados construidos y los bien escondidos efectos visuales que enriquecen cada escenario con múltiples detalles. La música favorece la inmersión en los años 20 con canciones como la adaptación del famoso Carrickfergus que hace Bryan Ferry (utilizado en uno de los mejores clímax de la serie), o la aportación de la omnipresente Regina Spektor (500 días juntos, El príncipe Caspian) con la

sugerente canción My man. Por otro lado, la fotografía poco tiene que ver con el cine negro de los años 30 y 40, y se acerca más a los colores saturados de series como Roma (otra de las más reconocibles del estilo HBO) o Mad Men (serie de la AMC que comparte con Boardwalk la referencia constante al cine clásico). Sin embargo, Boardwalk Empire está muy lejos de la calidad de Mad Men. Es un problema de guión, de falta de personajes que en su maldad son evidentes y muy previsibles. El cine negro ha sufrido muchas alteraciones en los últimos años que van desde los hermanos Coen (Muerte entre las flores, Fargo) a Quentin Tarantino (Reservoir dogs, Pulp fiction), pasando por obras maestras como Sospechosos habituales, Los intocables de Elliot Ness, Atrapado por su pasado, Seven o L.A. Confidential. Pero siempre ha mantenido una constante: las frases de ida y vuelta, los personajes ambivalentes que no sólo matan con pistolas sino también con miradas y un par de palabras que desprenden con ingenio el olor a lo más oscuro del ser humano. Y eso se intenta lograr muchas veces en esta serie, pero apenas se consigue a pesar de que hay buenos actores haciendo lo que pueden con personajes y diálogos muy limitados. Otro lastre es la recurrencia en los retratos morosos de la perversión, una decisión que ralentiza el desarrollo dramático, propiciando capítulos somníferos como los intermedios de la primera temporada. Para la HBO la elipsis y la sugerencia (recursos clave en el negro) no sirven para nada. Queda así una serie bien trajeada pero con muchas carencias en su motor narrativo, con unos puntos de giro discutibles y con frecuencia artificiosos. Si todo el bosque está podrido no llama la atención que los árboles vayan cayendo uno tras otro con su mirada nihilista de “tarde o temprano sabía que esto iba a suceder”. Apenas hay contrapuntos de bondad o ternura con los que el espectador pueda empatizar. Incluso el personaje de Buscemi no llega a ser tan carismáticamente tenebroso como debería, quizá porque tiene demasiado pegado a su rostro y a la memoria del espectador los caracteres del simpático perdedor de sus personajes más memorables (Fargo, El gran Lebowski, Ghost world). Desde su estreno la serie ha perdido audiencia en Estados Unidos (un 40% menos de espectadores). Además los premios han dejado de llegar: en los últimos Globos de Oro se fue de vacío arrollada por Homeland, la serie estrella de Showtime, una productora que está ocupando el lugar de HBO en Estados Unidos. De todas formas habrá tercera temporada de Boardwalk Empire, tal y como reconoció la productora en el pasado mes de octubre. Claudio Sánchez


/////////////////////////////////////// EN SERIE Gossip girl \\ Josh Schwartz, Stephanie Savage

Un culebrón pijo Gossip girl narra a través de un blog omnisciente de autoría anónima los amores, desamores, traiciones y lujos de un grupo de chicos ricos del Upper East Side de Manhattan, una especie de Sexo en Nueva York en versión junior. Basada en la exitosa saga de novelas del mismo nombre escritas por Cecily von Ziegesar, Gossip girl mantuvo su interés y su poder adictivo durante las dos primeras temporadas, pero está defraudando a sus fans cansados de la maraña de relaciones inverosímiles, el estancamiento de la acción y la desintegración de unos personajes que ya no son ni tan buenos ni tan pérfidos como antes. La serie celebró recientemente su capítulo 100 y acaba de reanudar su quinta temporada en el canal americano de pago The CW tras el parón navideño. Está por ver si resistirá una sexta temporada. The CW sigue confiando en la serie, a la que ha añadido capítulos, a pesar del descenso de audiencia y el malestar de los fans. En España no tuvo éxito en la emisión en abierto de Cuatro. Ahora puede verse en Cosmopolitan TV y en Divinity. Hasta el momento, especialmente en España, Gossip girl ha sido una serie que se consumía en internet. Veremos qué pasa después del cierre de Megaupload. La historia comienza con el inesperado regreso de Serena Van der Woodsen, la chica más de-

seada y popular del instituto, después de una misteriosa temporada de ausencia en paradero desconocido. En este tiempo, su amiga íntima, Blair Waldorf, ha ocupado el “trono” ejerciendo un despótico dominio. La rivalidad entre ambas se transforma en guerra declarada. El juego amistad-enemistad sostiene la trama, unido a la atracción entre parejas imposibles y la incógnita sobre el autor/a del blog, aunque el papel de “la chica cotilla” acaba reduciéndose al de simple narrador intra-homodiegético. Glamour, belleza, moda, diseño, tecnología, amoríos, amistad, traiciones, tensión sexual no resuelta (y resuelta) componen un cóctel tentador para chicas adolescentes, que son el target de esta serie. Gossip girl hereda personajes y fondo de armario de la mítica serie adolescente Beverly Hills 90210, que “marcó” la televisión de los 90 no tanto por su calidad sino por la fidelidad de una audiencia realmente fanática de los Jason Priestley, Shannen Doherty o Luke Perry. En 2003 Josh Swartz (productor y escritor de series como Chuck o Rockville CA) adapta la fórmula y el argumento de esta serie quinceañera en The O.C., trasladando la historia a Newport Beach (California), con cuatro temporadas de éxito. Es el mismo Schwartz el que lidera en 2007 la creación de Gossip girl, otro culebrón pijo con giros cómicos y dramáticos, con más sexo que las anteriores y algo más de acidez. La eficacia del equipo publicitario ha provocado que las actrices que dan vida a las protagonistas (especialmente Blake Lively y Leighton Meester) se conviertan en iconos en las revistas de moda y corazón, hasta el punto de que parece imposible separar a las intérpretes de sus interpretadas. A Blake Lively hemos podido verla recientemente en la notable The town, de Ben Affleck, haciendo un papel secundario que tiene más profundidad que todos los episodios de Gossip girl.

País: EE.UU. Intérpretes: Blake Lively, Leighton Meester, Chace Crawford, Ed Westwick, Penn Badgley Duración: 5 temporadas (99 capítulos de 42 minutos) Producción: Warner Emisión en EE.UU.: The CW (19.9.2007) Emisión en España: AXN (15.12.2007) +18 años (temática, sexo, lenguaje crudo) damental para lograr feeling con el espectador, y por eso está muy presente en la vida de los personajes, en sus iPod y móviles, en sus momentos de subida y en sus bajones. Para estas situaciones, nada mejor que la música indie rock de bandas como The Tings Tings, The Kills o The Kooks. Por supuesto no faltan los cortes discotequeros para las fiestas con cantantes como Nadia Oh o grupos como Junkie XL. La selección ha sido realizada por Alexandra Patsavas, supervisora de la música de The O.C. y Anatomía de Grey. Hay chispazos de humor con distintos acentos: cómico en los diálogos Blair-Dorota (la criada polaca) o en los de su madre y su nuevo marido, mordaz con Chuck como protagonista. Y algunas soluciones originales, como las ensoñaciones de Blair como Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. El guión, la historia, no va más allá de lo descrito. El único objetivo es entretener manteniendo las tensiones afectivas al límite, algo que desfigura la humanidad de unos personajes que marchan a la deriva de sus sentimientos descontrolados. No resulta creíble que a jóvenes de 16-18 años metidos en esa lavadora emocional no les pase factura esa manera de vivir. Cristina Abad

Música para crear feeling La música en un producto como éste es funFila Siete - 21


Alfonso Méndiz

Así se hizo <<<<<<<<<<<<<<<< ESPARTACO (1960) // Stanley Kubrick PARTE VI: LA AUTORÍA DEL FILME Hay una curiosa anécdota sobre el travelling de los cadáveres de esclavos apilados tras la sangrienta batalla. A pesar de sus instrucciones, Kubrick no conseguía la impresión de matanza desordenada ni el campo de batalla ofrecía la composición buscada. Así es que, tras una jornada entera de preparación, en la que fue situando sobre el terreno todos los puntos donde debían aparecer cadáveres, dio a cada uno de los más de trescientos extras un cartel con un número y fue llamándoles uno a uno para decirles en qué postura debían aparecer. A su regreso a Estados Unidos, Kubrick se vio obligado a filmar otras tomas suplementarias, con lo que Espartaco incrementaba de manera alarmante su presupuesto. Kirk Douglas relata, sin aparente resquemor, que “los chistes cundían como reguero de pólvora: los extras liquidaban sus hipotecas. Algunos construían piscinas en sus casas: Espartaco se estaría rodando eternamente”.

Polémica por un guionista proscrito.

Con la producción prácticamente terminada (marzo de 1960, tras catorce meses de rodaje), subsistía el problema del guión. Dalton Trumbo, amparado en el seudónimo de “Sam Jackson”, compartía una inexistente autoría con Edward Lewis. Según cuenta Douglas, Lewis rechazó que su nombre figurase en los títulos de crédito y era partidario de que se pusiera punto final a la famosa “caza de brujas”. En este aspecto, Douglas se muestra muy duro en sus memorias con Stanley Kubrick. Llega a afirmar que durante una reunión mantenida por los tres, el director no tuvo el menor recato en ofrecer una solución al problema: “Poned mi nombre”. Según el actor, la actitud de Kubrick le decidió a que el nombre de Dalton Trumbo constase como autor del guión. Otras fuentes señalan que en tal determinación también influyeron las presiones de Olivier y Laughton.

Espartaco se estrenó el 19 de octubre de 1960. Con un coste de 12 millones de dólares, recaudó 14 en su primera semana en EE.UU. Sea como fuere, lo cierto es que Trumbo, trabajador infatigable, también estaba escribiendo en aquella época el guión de Éxodo (1960), según la novela de Leon Uris. Y su director, Otto Preminger -experto en golpes de efecto y en mantener pulsos con la censura- también proclamó que Dalton Trumbo era el autor del guión. Cuando este anuncio se hizo público, los ejecutivos de la Universal comprendieron que negando a Trumbo los créditos en Espartaco perdían una excelente baza publicitaria. Y ahí se acabó para siempre su vida oculta entre seudónimos. Aunque su autoría sobre Espartaco resulta un tanto difusa y siempre ha sido cuestionada, Douglas parece condenar las aportaciones creativas de Kubrick, al tiempo que entroniza la figura del guionista. “Visionamos el primer borrador del montaje de Kubrick y no fue bien 22 - Fila Siete // www.filasiete.com

acogido. Dalton escribió una crítica palabra por palabra. Era una evaluación detallada del director, de los cambios en el diálogo, las escenas y la interpretación. Tenía más de 80 páginas, mecanografiadas por él. Es el análisis más lúcido que he leído en mi vida sobre el arte cinematográfico. Después de leerlo, Kubrick debió de ruborizarse por su descaro al sugerir que podía figurar como autor del guión. Se vio obligado a reestructurar muchas cosas, entre otras, rodar algunas tomas”. Ése fue el punto final de una amistad que había comenzado dos años antes. Las discrepancias de Kubrick con Douglas llegaron a tal punto que el director se prometió a sí mismo no volver a ponerse a la cabeza de un rodaje en el que no controlase todas las facetas del mismo. Y así, a pesar de que Espartaco fue un éxito más que notable, que supuso su consagración definitiva como director, éste nunca se mostró satisfecho con el filme. En una ocasión llegó a afirmar que lo consideraba más bien un fracaso personal, ya que las presiones a las que se vio sometido, propias de cualquier superproducción, le impidieron hacer una obra verdaderamente personal. Lo que sí funcionó perfectamente fue la taquilla. Espartaco se estrenó el 19 de octubre de 1960, y con un coste de doce millones de dólares (el presupuesto de una producción de tipo medio ascendía entonces a dos millones) recaudó catorce en su primera exhibición norteamericana. En consecuencia, todo el mundo en Bryna y en la Universal quedó contento con los resultados. Otra cosa fueron los premios. Tras haber concedido once estatuillas a Ben-Hur el año anterior, la Academia de Hollywood se mostró remisa a prodigarse en los galardones. Espartaco obtuvo los Oscar correspondientes al mejor actor secundario (Peter Ustinov, que así se sacaba la espina de Quo vadis, donde se quedó en simple nominación), mejor escenografía en color (Alexander Golitzen y Eric Orbom), mejor fotografía en color (Russell Metty) y mejor vestuario en color (J. Arlington Valles y Bill Thomas). Obtuvo asimismo nominaciones por el montaje (Robert Lawrence) y por la espléndida partitura de Alex North. Porque, aun concebida como un gran espectáculo, la cinta fue en muchos aspectos una gran película.




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