Técnicas de Participación y Manejo de Grupos

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Ficha Técnica NOMBRE DE LA INSTITUCIÓN NOMBRE DEL CURSO NOMBRE DEL AUTOR DEL MÓDULO UNIDAD ACADEMICA NIVEL ACADÉMICO: CIUDAD FECHA DE ELABORACIÓN DEL MÓDULO

Universidad Mariana Técnicas de Participación y Manejo de Grupos Ps. Andres Luna Lasso Tecnología en Desarrollo y Bienestar Social Séptimo semestre Puerto Asís – Putumayo Marzo de 2012


TABLA DE CONTENIDO Introducción Unidad 1 Algunas Precisiones Terminológicas Y Conceptuales Previas Trabajo con/de/en grupos Técnicas grupales Dinámica de grupos. Unidad 2 Que son las técnicas grupales Como elegir adecuadamente las técnicas Los objetivos que el grupo persiga. Madurez y entrenamiento del grupo. Tamaño del grupo. Ambiente físico. Características del medio externo. Características de los miembros. Capacidad del animador o coordinador del grupo. Unidad 3 El uso de las técnicas grupales Principios basicos de la accion de grupo. Atmosfera grupal. Comunicación en el grupo Participación y espíritu de grupo Liderazgo distribuido Formulación del objetivo Flexibilidad Consenso. Comprensión del proceso. Evaluación continúa. Unidad 4 Visión de grupo y técnicas grupales. Las técnicas de iniciación grupal: Las técnicas de producción grupal: Las técnicas de medición y evaluación grupal: Bibliografía Anexos


INTRODUCCION Cuando nos enfrentamos en el camino de trabajar con comunidad, población, agrupaciones, siempre nos asalta la pregunta de como es la mejor forma en que podemos llegar a estos sin que se nos juzgue de cuales son las pretensiones personales y que de pronto seamos percibidos como unos invasores que de una u otra forma pretenden intervenir en ciertas realidades y dinámicas de las personas y comunidades. Pues ésta es la realidad de los profesionales que tenemos que ver con las ciencias humanas, en como poder entender, interpretar y contribuir con nuestro conocimiento y experiencia diversas realidades sin que seamos vistos como transgresores en ves de transformadores que tratan de influir positivamente en diversos grupos. Mucha es la información que podemos encontrar como referentes teóricos de cantidades innumerables de estudios realizados. Pero una cosa paradójica resulta cuando estamos en terreno; parece encontrarse que, muchas veces observamos que la teoría dista mucho de la realidad o que por lo menos se asemeja a ésta misma, pues esto resulta obvio cuando entendemos que los seres humanos somos tan distintos los unos de los otros y mucho mas cuando hablamos de culturas, ideologías, filosofías, entornos, contextos, realidades sociales, políticas, clima, ubicación geográfica, nacionalidad, región, etc. Son muchas las variables que tal vez no alcancemos a nombrarlas todas por desconocimiento, omisión, y/u olvido. Pero lo que resulta importante en esta discusión es que éstos referentes teóricos nos permiten acercarnos con el conocimiento y nos hacen el camino más fácil para poder adentrarnos en este inmenso tesoro de lo que es el ser humano y como éste se comporta y actúa de manera natural en su realidad. De igual forma no los es tan fácil en decirnos ¿cómo? Debemos hacerlo. Pues bien en este proceso de aprendizaje se ha tomado como principal referente teórico el libro escrito por la Ts. María José Aguilar. Ella de manera muy práctica en su intención nos brinda de una forma sencilla de cómo podemos no solamente los profesionales de las ciencias humanas y sociales, sino, también todas aquellas personas interesadas en estos procesos y que de manera empírica y altruista tratan de contribuir en el mejoramiento de las realidades de sus entornos, el de poder realizar con acierto trabajos grupales o de grupo dándonos respuesta a la incógnita planteada con anterioridad“¿cómo?”. Por lo tanto es de anotar por respeto y valiendo los derechos de autor casi en su totalidad se retoma en este módulo lo que la autora presenta en su libro “Técnicas de Animación Grupal” Espacio Editorial – Buenos Aires – Argentina, y de esta manera poder proceder con el tema que a tratar.


Unidad 1 ALGUNAS PRECISIONES TERNINOLÓGICAS Y CONCEPTUALES PREVIAS Siempre que se habla de trabajo en grupo es frecuente escuchar una serie de palabras, términos o expresiones que, de manera intercambiable se emplean para designar “algo” que tiene que ver con “lo grupal”. Así, por ejemplo, es muy común oír expresiones tales como: trabajo de grupo, técnicas grupales, dinámica de grupos, animación de grupos, trabajo grupal, servicio social de grupo, etc. Si bien es cierto que todas estas cuestiones tienen mucho que ver entre sí, de ordinario no suele distinguirse muy bien cuales son sus semejanzas y diferencias. Todo ello deriva en un uso indiscriminado e indistinto de expresiones que técnicamente no quiere decir lo mismo y que acaban siendo elegidas para su empleo más por moda o conocimiento bibliográfico que por lo que en realidad significan. Esta confusión, además ha sido generalizada debido a la bibliografía existente sobre temas relativos a lo “grupal”. Tanto desde el campo de la psicología social, la pedagogía, el trabajo social, como desde la educación popular, la animación o el desarrollo social, no existe una aclaración suficiente del uso y alcance de estos términos. Además de las contradicciones internas de muchos autores o dentro de una misma disciplina. Vaya esto como excusa o como explicación para quienes realizamos un trabajo de campo y que muchas veces no tenemos loe elementos teóricos y técnicos suficientes para distinguir a ciencia cierta una cosa de la otra. Sin embargo, esta situación no nos exime de la obligación y necesidad de aclarar, sencillamente y con precisión, cuáles son los alcances y contenidos de cada una de estas expresiones en uso. Solo haciéndolo así, estaremos en condiciones estaremos en las condiciones de utilizar los elementos teóricos y técnicos adecuados a nuestras tareas específicas, y de saber hacia dónde debe apuntar nuestra formación y reciclaje permanente por el hecho de trabajar con grupos. Existes tres expresiones terminológicas que queremos aclarar y cuya distinción nos parece muy importante a la hora de utilizar este libro y entenderlo en sus alcances prácticos, a saber: 1. 2. 3.

Trabajo con/de/en grupos Técnicas grupales Dinámica de grupos (entendida con sus diferentes alcances).

Trabajo Con/De/En Grupos: Consiste en todas aquellas acciones y actividades que se llevan a cabo de manera colectiva. Es decir, para que exista un trabajo grupal (en grupos, con grupos o de grupos las expresiones son intercambiables), sólo es necesario que las acciones


se desarrollen colectivamente o dicho en otras palabras, que se realicen mediante las interacciones de unas personas con otras en el seno del grupo. Esto significa que para llevar a cabo un trabajo en grupo, no se necesita de la existencia de un animador o coordinador, ni del uso de técnicas, u otro tipo de cosas. Basta con la realización colectiva de una acción, dentro del marco de una interacción mutua. Una manifestación no es un trabajo en grupo ya que no existe la posibilidad de relacionarse mutuamente unos con otros en su totalidad. Un encuentro de personas que se conocen en un café tampoco lo es, ya que si bien hay interacción no existe la realización de una acción conjunta para lograr algo. Ahora bien, si lo que se pretende es realizar un trabajo en grupo eficaz entonces tenemos que saber que existen una serie técnicas o procedimientos que nos pueden ayudar a lograr con mayor eficacia los objetivos que el grupo se haya propuesto. Técnicas Grupales: De una forma genérica, podemos definir las técnicas grupales como “los instrumentos que aplicados a un trabajo en grupo, sirven para desarrollar su eficacia y hacer realidad sus potencialidades”. Con un alcance más concreto y práctico, podemos definir las técnicas grupales como un conjunto de medios y procedimientos que, aplicados en una situación de grupo, sirven para lograr un doble objetivo: productividad y gratificación grupal. Dicho en otros términos, el uso de técnicas grupales sirve para facilitar y estimular la acción del grupo en cuanto conjunto de personas (lograr gratificación) y para el grupo alcance de los objetivos y las metas que se ha propuesto de la manera más eficaz posible (lograr productividad grupal). Dado que este libro tratará exclusivamente de técnicas grupales, en el parágrafo siguiente analizaremos con Mayor profundidad la definición operativa que acabamos de formular. Dinámica de grupos: Existe un acuerdo generalizado entre los psicólogos sociales en relación a que grupo es una realidad nueva y distinta de la simple suma de los individuos que lo forman. Se considera asimismo, que el grupo tiene una dinámica distinta a la suma de las fuerzas individuales. Con esto se quiere decir que el grupo, como consecuencia de la interacción entre sus miembros, se convierte en una fuente de energía y capacidad desconocidas para los individuos aislados. Este es, sin lugar a dudas, uno de los aportes más significativos, tanto a nivel teórico como a nivel operativo de la dinámica de grupos. Entre los autores que han estudiado el problema, el término dinámica de grupos tiene diferentes alcances y significados, sin embargo, en todos ellos encontramos algunos elementos comunes. De una manera simple y práctica, y como punto de


referencia de las consideraciones que haremos a continuación, diremos que: la dinámica de grupos consiste en las interacciones y procesos que se generan en el interior del grupo como consecuencia de su existencia. El estudio de estos fenómenos constituye la teoría de la dinámica de grupos, y su experimentación práctica se puede evidenciar utilizando técnicas de dinámicas de grupos. A poco que nos detengamos en las definiciones que acabamos de señalar, nos daremos cuenta que la expresión “dinámica de grupos” puede entenderse de distintas formas, según se considere como teoría, como técnica o como modo de actuar en grupo, que es lo que suele denominarse también “espíritu grupal”. a. Como teoría: Se trata de estudiar científicamente el conjunto de los fenómenos pico -sociales que se producen en los grupos primarios y las leyes que las producen y regulan. Después de Lewin (el iniciador de la dinámica de grupos) otros investigadores y desde otras perspectivas, han desarrollado y elaborado todo un sistema documentados y estudiado para profundizar mediante la investigación empírica los diferentes aspectos de las estructuras y procesos grupales. Estas elaboraciones teóricas constituyen uno de los principales capítulos de la psicología social. Es síntesis, la teoría de la dinámica de grupos es una rama de la psicología social. Cuyo objetivo de estudio son los grupos humanos y los procesos que se generan como consecuencia de su existencia. b. Como técnica: La dinámica de grupos entendida como este enlace, o sea, en cuanto a técnicas de educación, constituyen un conjunto de procedimientos y medios para ser utilizados en situaciones grupales, con el fin de hacer aflorar de una manera más expresa, consciente o manifiesta, los fenómenos, hechos y procesos grupales que se están viviendo en el seno del grupo en que se aplican. Como es obvio, las técnicas de dinámicas de grupo, ayudan con gran eficacia al autoconocimiento de estos como realidad psico-social. De ordinario, la dinámicas de grupos entendida en este enlace técnico (o de técnicas), se emplea como un instrumento de ayuda al grupo, para resolver los problemas de dinámicas que pueda tener. No se trata que las técnicas de dinámica de grupos resuelvan los problemas o conflictos grupales (ello no se consigue por el sólo uso de determinadas técnicas). Sin embargo, el hacho que el grupo se conozca mejor así mismo como realidad psico-social, puede aumentar las posibilidades de resolver posibles conflictos, siempre – por su puesto – que se utilicen los recursos técnicos con habilidad, el conductor tenga una capacitación y destreza en el trabajo grupal que implica el uso de este tipo de modalidades técnicas, y las personas que forman el grupo asuman una actitud madura y productiva. c. Como espíritu grupal: Como consecuencia de las investigaciones de dinámicas de grupos y de la elaboración de una metodología de trabajo con grupos pequeños, aparece el concepto de estilo grupal, basado, por una parte, en el respeto a la persona, y por otro, en la búsqueda de una mayor y más democrática participación de los diferentes miembros del grupo. A este modo de


vida grupal y al espíritu que anima su trabajo, se denomina también dinámica de grupos, aunque en sentido estricto lo más correcto sería decir que existe una “buena dinámica grupal”.


Unidad 2 QUE SON LAS TÉCNICAS GRUPALES Ya tenemos una idea más clara de lo diferentes significados y alcances del trabajo en grupo, las técnicas grupales y las dinámicas de grupo (como teoría, como técnica y como espíritu grupal). Ahora, vamos a examinar con mayor profundidad que son las técnicas grupales, haciendo referencia a lo que conlleva esta definición que acabamos de dar en el párrafo anterior. Recordemos que las técnicas grupales son un conjunto de medios y procedimientos que, aplicados en una situación de grupo tiene una doble finalidad: lograr productividad y gratificación grupal. Veamos algunas consideraciones que permiten ampliar las afirmaciones precedentes. • Se trata de un conjunto de medios y procedimientos. Esto implica, en primer lugar, que no existe “la” técnica grupal más eficaz o adecuada. Las técnicas son muchas y variadas, y es necesario realizar una selección previa a su utilización, en función de criterios que analizaremos más adelante. Y además de ser un conjunto, son medios y procedimientos, esto es, son instrumentos o herramientas que hay que saber utilizar. Dicho en otras palabras, las técnicas no operan por sí mismas: todo depende, en gran medida, de su uso adecuado y oportuno. En relación a éste carácter instrumental de las técnicas, hemos de advertir contra el “fetichismo metodológico”, en el sentido en que las técnicas son medios o instrumentos para alcanzar un fin, nunca un fin en sí mismas. Esta necesidad de “saber usar” las técnicas nos pone de relieve la importancia central de quien las utiliza (ya sea al animador o coordinador del grupo). Como en todas las técnicas de intervención social, también en las grupales, el factor humano es el “instrumento de los instrumentos”. • Aplicando a una situación de grupo. Las técnicas grupales sólo se pueden emplear cuando se dan situaciones o realidades grupales. Es obvio; si no existen grupos difícilmente se pueden emplear técnicas para trabajar en grupo. Ahora bien, cuando hablamos del trabajo en grupos, decíamos que era necesario que las acciones sean llevadas colectivamente, lo que supone una relación mutua entre los miembros del grupo. podemos decir que un grupo es un conjunto de personas que interactúan entre sí en un contexto determinado. Ya que para que exista un grupo no basta sólo la comunicación y la interacción de un contexto, es necesaria la presencia de un objetivo común que establezca en el grupo la direccionalidad de sus acciones. • Tienen una doble finalidad: lograr productividad y gratificación grupal. Decimos que tienen una doble finalidad, ya que no se trata de lograr dos objetivos por separado, sino de alcanzarlos simultáneamente. Y esto, ¿por qué? Pues porque, desgraciadamente, suele ser frecuente el encontrar grupos altamente productivos desde el punto de vista grupal (logran con eficacia los objetivos


propuestos), pero que, sin embargo, no son gratificantes a nivel personal para sus miembros. Y. también solemos encontrar el caso contario: grupos donde el nivel de gratificación y satisfacción personal de los miembros es muy alto (hay una gran amistad, buena comunicación y confianza e integración), pero el grado de productividad es extremadamente bajo o las dos cosas que sería lo ideal. Los grupos en los que participamos han de ser ante todo gratificantes, ya que si no nos sentimos a gusto con ellos, difícilmente podrá llegarse a un buen rendimiento y a estar motivados e implicados personalmente en ellos. En los casos de los grupos que no sean gratificantes, lo más probable es que los miembros se sientan obligados a participar de ellos. Pero en el caso del trabajo social y la animación sociocultural, este tipo de grupos no sirven, ya que la gente debe implicarse voluntariamente en el proceso de la participación y el trabajo conjunto. Por ello, las técnicas grupales son uno de los instrumentos más útiles para lograr grupos eficaces en su acción y que, a la vez, sean gratificantes y positivos para la gente en lo que se refiere a los aspectos personales. Aun a riesgo de ser reiterativo en este punto, habida cuenta del bajo nivel de eficacia de las reuniones, insistimos en la necesidad de mejorar nuestro trabajo en grupo y calidad del mismo: Mejorando la productividad grupales logran Elevando el grado de satisfacción

si esto se logra, las técnicas sus propósitos instrumentales.

Como Elegir Adecuadamente Las Técnicas: Empleadas en la forma y ambiente social adecuados, las técnicas tienen el poder de activar Los impulsos y las motivaciones individuales, de estimular los elementos de las dinámicas internas y externas y de mover al grupo hacia sus metas. G. Beal, J. Bohlen y J. Raudabaugh.

No existe ninguna técnica que pueda aplicarse siempre y en cualquier circunstancia, sea cual fuere el tipo de grupo o fin que se persiga. Muy al contario: nunca vamos a encontrar “la” técnica grupal ideal aplicable a todos los grupos. Si ella existiera, las demás no serían necesarias. De ahí la importancia de combinar, recrear, adaptar, y de reinventar las técnicas en cada una de las aplicaciones concretas. En esta tarea o esfuerzo de educación, la sensibilidado flexibilidaddel animador del grupo juega un papel fundamental. Sabemos que “cada técnica tiene un potencial definido para la movilización de las fuerzas individuales y del grupo y para dirigirlas hacia las metas del grupo”. Y ese potencial sólo puede ser realizado cundo las mismas se eligen adecuadamente. De ahí que sea necesario que las técnicas que utilicemos, sean lo más adecuado posibles al grupo concreto en el que trabajamos, a su objetivos y características. Respecto a eso, no existen recetas. Por ello, lo más conveniente es utilizar un


conjunto de criterios que nos permitan de la manera más eficaz posible, elegirla técnica que mejor se adapte a cada trabajo grupal en concreto. Siguiendo a Cirigliano y Villaverde en cuanto a los enunciados de criterios, aunque no en sus contenidos, indicamos algunos criterios, haciendo en cada uno de ellos una serie de consideraciones en las que no necesariamente nos atenemos a lo que han planteado dichos autores. 1.

Los objetivos que el grupo persiga.

En el primer lugar, las técnicas a emplear bien deben estar adaptadas al objetivo del grupo en general, y al de la reunión especifica en particular. Para ello, será necesario conocer muy bien las posibilidades, limitaciones y características de cada una de la que más se adapta al objetivo del grupo, como es obvio, también tendrá que estar definido con claridad. Por otro lado, las técnicas a utilizar deben adecuarse a los propósitos de cada reunión en concreto. Un grupo puede tener un objetivo bien preciso, pero en cada una de las reuniones (teniendo propósitos que apuntan a ese objetivo último), puede buscar objetivos inmediatos que requieren el uso de procedimientos diferentes. 2.

Madurez y entrenamiento del grupo.

Las técnicas tienen diversos grados de complejidad y exigen distintas condiciones de trabajo en el grupo. A su vez, los grupos también son complejos, y dependiendo de su grado de madurez grupal, hábitos de comunicación, grado de cohesión, nivel de participación, capacidad de escucha, etc., habrá que utilizar técnicas que exijan menor cohesión, atención, implicación personal, etc., ya que estas cualidades o no existen, otienen un bajo nivel de logro. 3.

Tamaño del grupo.

No todas las técnicas grupales se pueden aplicar en cualquier grupo, independientemente del número de sus miembros. Generalmente, hay algunas más apropiadas para grupos pequeños (10 a 20 personas) y otras que, necesariamente, sólo se pueden emplear en caso de grupos numerosos (30 ó más participantes). Conviene, pues, tener en cuenta este criterio, a la hora de elegir la técnica más adecuada al grupo con el que se va a trabajar. No obstante, este facto relativo al tamaño del grupo hay que aplicarlo con flexibilidad, sabiendo que puede superarse (si llega a ser una dificultad) mediante el uso de técnicas combinadas. En estos casos, conviene tener presente que es relativamente más sencillo adaptar a un grupo grande de las técnicas para grupos pequeños, que el caso contario (las técnicas para grupos grandes no suelen desatar todas las potencialidades posibles en uno reducido). 4.

Ambiente físico.


El no tener en cuenta este factor puede ocasionar el fracaso del trabajo grupal, o al menos, deteriorar gravemente las posibilidades de rendimiento del grupo. Como ya dijimos, hay que crear una atmosfera grupal que facilite la acción del grupo. Para ello, el ambiente físico juega un importante papel. La dimensión del local debe ser adaptada al número de participantes, estar bien ventilado e iluminado, las sillas deben estar colocadas de forma que todos puedan verse cara a cara, etc. Aunque todos estos factores influyen de una u otra manera es el coordinador o animador en quien recae la responsabilidad de lograr los objetivos deseados con lo poco o mucho que se tenga a mano y en como éste hace el mayor aprovechamiento de las herramientas que tiene a su disposición porqué no siempre se puede contar con lo que se desea o es lo más pertinente para poder desarrollar el trabajo propuesto, en muchas ocasiones tendremos la posibilidad de escoger que espacio es el adecuado porque existe la oferta y en otras ocasiones no existe la oferta, sino, lo que hay y en esta situación es que el animador o coordinador debe darse al máximo y darle el mejor aprovechamiento que se pueda con lo que se tiene a mano. Ahora bien, cada técnica grupal requiere determinadas condiciones de ambiente físico para que pueda ser lo más efectiva posible, de ahí que sea necesario tener en cuenta sobre todo la dimensión del local y la disposición de las sillas, antes de seleccionar una u otra técnica. A veces podemos modificar estas condiciones del ambiente físico en función de la técnica a emplear, pero en la mayoría de los casos, tendremos que adaptarnos a las posibilidades existentes. Es preferible usar una técnica acorde con el ambiente físico existente, que usar otra, quizás mejor, pero cuyo desarrollo no será efectivo en un ambiente inadecuado. 5.

Características del medio externo.

Todo grupo está inmerso en un contexto social inmediato o medio institucional de referencia que, de alguna forma, influye en el trabajo del grupo; al igual que el grupo influye (o puede influir) en él. Por una parte, es conveniente que las técnicas a utilizar no rompan demasiado con las costumbres, hábitos o usos de dicho medio. Sin embargo, una total acomodación a las rutinas del medio externo, puede llevar a que el grupo no innove ni cambie ningún aspecto de su entorno social inmediato (lo que suele ser con frecuencia el objetivo de muchos grupos). De lo que se trata, entonces, es de encontrar un punto de equilibrio de tal modo que se pueda lograr cambios en el medio institucional, aunque evitando siempre el efecto “boomerang”: hacer algo con un fin determinado, pero usando técnicas que chocan en exceso con el contexto externo y terminan produciendo un resultado o efecto totalmente contrario al buscado. (esto también depende mucho del coordinador en como hace las lecturas del contexto y como él logra interpretarlas, pero más importante como trata de hacer parte de la misma involucrándose y haciendo parte del mismo e imprimir sus conocimientos, sin aparentar ser más o creerse más y que él es el único que tiene la razón, permitiéndose equivocar aprender y corregir). 6.

Características de los miembros.


Las técnicas grupales deben seleccionarse considerando las particularidades propias de cada grupo. En este sentido, siempre conviene tener presentes las características culturales del grupo como tal (en el sentido antropológico del término: cultura como modo de ser, de pensar, de actuar y de expresarse), ya que no todas las técnicas pueden usarse en cualquier tipo de grupo. Y, además, habrá que considerar las características individualesde cada uno de sus miembros, de lo que trata, en este segundo aspecto, es de evitar situacionesincómodas o violentas por parte de una persona del grupo. No olvidemos que nadie debe “sentirse obligado” a participar en un grupo que, por lo tanto, toda acción suponga “forzar” a alguien, lejos de ayudar al grupo lo puede debilitar en inclusive deteriorar. Hay que estar muy atento el sentido que no siempre se debe hacer lo que los demás quieran sino lo que le conviene al grupo en alcanzar sus objetivos propuestos, sin alejarse del sentido común o humano, los seres humanos tendemos a presentar resistencia a los cambios, uno por no perder cierta comodidad o por miedo a enfrentarse a algo nuevo y desconocido, la incertidumbre juega un papel importante a la hora de resistirse al cambio, si debe haber cierto grado de presión que puede ser a través de la motivación o invitación a las personas a actuar o participar, mientras no se esté agrediendo la parte física o psicológica de las personas, dando ese plus de ser escuchados todos por igual sin perder la perspectiva planteada y las metas a alcanzar, si bien es cierto se debe propender por el bienestar de todos, también es importante lo colectivo por encima delo individual). 7.

Capacidad del animador o coordinador del grupo.

No todas las técnicas grupales requieren de la misma capacidad, destreza o habilidad en su utilización por parte del responsable de coordinar o animar una sesión de trabajo grupal. Todo lo contario: existen técnicas que para su correcto uso es suficiente el conocimiento del grupo y saber en que consiste su procedimiento. Otras, en cambio, necesitan, además, de una práctica y experimentación por parte de quien las aplica. Un animador de grupos necesita conocer el nivel de posibilidadesy de riesgosque posee cada técnica. Pero eso no es todo: un buen coordinador o animador, necesita ser consciente de cuales son sus capacidades y habilidades en el manejo y utilización de cada técnica … No es lícito tratar a la gente como “conejillo de indias”. Ello demuestra no sólo una falta de seriedad y de ética sino, lo que es peor, una falta de respeto al grupo y a sus integrantes. Es preferible usar técnicas más simples o menos riesgosas y tener la seguridad de que se puede coordinar un buen trabajo hasta el final que “andar en la cuerda floja”, arriesgándose permanentemente a desatar procesos que no se pueden controlar, o a crear situaciones que a la larga dificulten al grupo ser productivo y gratificante.


Y si tenemos en cuenta lo que Ander-Egg ha desarrollado, en cuanto al factor humano como el “instrumento de los instrumentos” en todas las formas de intervención social, llegamos a un corolario obvio: ningún procedimiento está más allá o por encima de quienes tienen que aplicarlo. De igual forma deben existir ciertas características en el animador o coordinador que a la postre influirán positivamente o negativamente en el desarrollo del manejo de grupos, como por ejemplo: la actitud del animador, la seguridad con la que maneja la técnica (así no tenga mucha experiencia o conocimiento de la misma), el tono de la voz, la postura, el lenguaje verbal y no verbal, el contacto visual, manejo del espacio, entre otras circunstancias que se deben tener en cuenta a la hora de enfrentarse a un grupo, paro sobre todo actuar con naturalidad.


Unidad 3 EL USO DE LAS TÉCNICAS GRUPALES Una conducción creadora selecciona las técnicas apropiádas, Combina técnicas, inventa otras totalmente nuevas para Ajustarlas a las situaciones a medida que se necesitan. G. Beal, J. Bohen y J. Raudabaug.

Para que una técnica grupal desate procesos y potencialidades en el grupo en que se aplica no basta con tener un buen conocimiento y dominio de la misma, ni siquiera es suficiente haber seleccionado esa técnica con acierto. Para que las técnicas grupales sirvan al grupo de la mejor y más eficaz manera, es preciso considerar algunas cuestiones en torno al uso de esas técnicas. Y, cuando hablamos del “uso”, hacemos referencia a la implementación o aplicación prácticaoperativa de las mismas. En este sentido, algunos consejos prácticos pueden ser de gran utilidad para el animador o coordinador del grupo. • Las técnicas grupales nunca o casi nunca se aplican de manera “pura”, es decir, de acuerdo con la forma y procedimiento estricto con el que han sido diseñadas. Y ello por una razón muy simple, se recrean sobre la base de cada circunstancia en concreto. El usar una técnica con el “manual” al pie de la letra, como si fuera un libro de instrucciones, es la mejor manera de empobrecer un trabajo grupal. • En cada caso especifico hay que tratar de adaptar las técnicas que se vayan a usar. Adaptarla al grupo concreto, a la circunstancia que se confronte, al problema que el grupo quiera resolver, al tipo de personas que lo integran. Lo más eficaz siempre suele ser la combinación de varias técnicas en una sesión de trabajo, o la recreación de algunos procedimientos prácticos para trabajar en función de los objetivos del grupo. • Ya dijimos que no existe la “técnica” ideal, de ahí que no sea muy recomendable “aficionarse” a una o pocas técnicas que se conocen y dominan con facilidad, y aplicarlas siempre y en todo lugar, además, una técnica que puede haber sido buena en una sesión de trabajo, no tiene que volver a hacerlo en otra diferente. Para ello, es necesario que el animador de grupos se recicle permanentemente. No basta con saber unas pocas técnicas, es necesario aprender cada vez más, para estar en mejores condiciones de saber trabajar en el grupo con creatividad y destreza en el manejo de los procedimientos. • Por otra parte, tampoco conviene usar las técnicas de manera rutinaria o ritual; el puro formalismo no solo las vacía de espíritu y significado, también


termina considerando al grupo como “algo” que se maneja desde fuera, pero a quien hay que “disimulárselo” (haciendo aparentar que se está trabajando en grupo). • Íntimamente relacionado con lo anterior, las técnicas grupales siempre deben usarse con un objetivo muy claro y definido. Si se emplea una técnica concreta debe ser para algo y por algún motivo concreto. Usar ciertas técnicas por moda, o porque se acaban de aprender, o porque “queda bien” aplicarlas, no deja de ser una superficialidad sin sentido, además de una tomadura de pelo a las personas que participan en el grupo. • Para que unas técnicas se conviertan en un instrumento de ayuda al grupo, y hagan que éste explote al máximo sus potencialidades, es necesarios que exista en el grupo una actitud de cooperación y de conciencia grupal. Esto es obvio: si en el grupo no hay un mínimo de conciencia de “nosotros”, del objetivo común compartido poe el que se trabaja, y tampoco existe espíritu de cooperación y de trabajar conjuntamente, difícilmente las técnicas grupales pueden servir de algo. • A demás es necesario que exista en el grupo una atmosfera cordial, democrática que estimule la participación. Si ese clima no está presente en el grupo será necesario crearlo o posibilitarlo (para ello hay también técnicas), ya que de lo contario las personas se verán “forzadas” a trabajar en un grupo por exigencias de una técnica, pero sin las condiciones mínimas para lograr productividad y gratificación grupal. • También ayudara al coordinador o animador del grupo, tener un poco de conocimiento previo de la dinámica de grupos. No se trata de una condición indispensable, pero ayudará a comprender mejor, aunque sea intelectualmente, muchos de los fenómenos, procesos y situaciones que vayan apareciendo en el grupo a medida que van desarrollándose como tal. • Por último, y no por ello menos importante, hemos de señalar que el conocimiento del grupo concreto en que se van a usar las técnicas es fundamental si se quiere hacer un buen trabajo. Conocer el grupo como tal y a sus miembros en sus posibilidades y potencialidades y en sus riesgos o limitaciones, ayudará enormemente a emplear las técnicas grupales con la mayor eficacia posible y prestándole al grupo el mejor servicio, tanto desde el punto de vista humano como técnico. (lo que siempre digo, “dar lo mejor de uno mismo”). Principios Básicos de la Acción de grupo.


Para que un grupo sea capaz de resolver problemas de la manera más afectiva y gratificante posible, es necesario que se desarrollen algunas condiciones. A saber: • • • •

Ambiente o clima laboral favorable al trabajo colectivo; Relaciones interpersonales que permitan reducir al máximo la intimidación y al máximo la confianza y comunicación en el grupo; Establecimiento de acuerdos acerca de la forma en que se resolverán los problemas; Libertad del grupo para establecer sus objetivos y tomar decisiones.

Como es lógico, el logro de estas condiciones no es una cuestión exclusiva de decisión; es necesario considerarlas también en términos de “proceso”. Esto es, la acción del grupo debe asentarse sobre estas condiciones y tender a desarrollarlas cada vez mas y mejor. Para ello, considero sumamente útil tener siempre presentes, algunos principios básicos que pueden orientar la acción de un grupo participativo: 1 1. Atmosfera grupal. 2. Comunicación en el grupo. 3. Participación y espíritu de grupo. 4. Liderazgo distribuido. 5. Formulación del objetivo.

6. Flexibilidad. 7. Consenso. 8. Comprensión del proceso. 9. Evaluación continua.

1. Atmosfera grupal. Se trata de un fenómeno psico-sociológico de tipo muy complejo. Por eso difícil de definir, pero que tiene gran importancia en la vida y acontecer del grupo. La atmosfera del grupo es la disposición de ánimo, tono o sentimiento que está difundido. Este temple o tonalidad emocional del conjunto, hace que la atmosfera de grupo sea amistosa u hostil, fría o cálida, rígida o cordial, armoniosaequilibrada o irritada-agresiva. En determinadas circunstancias dentro de la vida de un grupo, existen tensiones “atmosféricas” que necesitan una descarga. Esta situación de tensión se expresa normalmente por la fórmula: “hay una atmosfera cargada”, o bien, “esta pesado el ambiente”. Lo que a nosotros nos interesa, desde el punto de vista de las técnicas grupales, es indicar los factores que pueden ayudar o no, a crear una buena atmosfera grupal, al fin de realizar productivo y gratificante. Se suelen señalar tres factores: a. Ambiente físico b. Sentimiento de igualdad 1

Los tres primeros principios están tomados de ANDER-EGG, Ezequiel. Técnicas de reuniones de trabajo. Humanitas, Buenos Aires, 1985; los seis restantes en su formulación, corresponde al GIBB, Jack R. Manual de dinámicas de grupos, Humanitas, Buenos Aires, 1986, aunque nosotros los replanteamos en este libro de acuerdo con nuestra propia propuesta y perspectiva acerca de las técnicas grupales.


c. Forma de iniciar la reunión. a. Ambiente Físico. El ambiente físico o condiciones materiales en el que actúa el grupo influye, positiva o negativamente en la determinación de la atmosfera grupal. Este ambiente es configurado por la iluminación y ventilación, la disposición de las sillas y el tamaño del local en relación al número de participantes. •

La iluminación, la temperatura y la ventilación o aun la falta de atractivo de la pieza o sala donde se realiza la reunión, son factores que contribuyen de manera favorable o desfavorable al buen funcionamiento de la reunión. Una reunión que se realiza en un ambiente cargado de calor o de humo, después de un cierto tiempo produce embotamiento mental. Como consecuencia de ello, la gente se vuelve mas intransigente y tiene una mayor propensión a dejarse llevar por la ira, con los inconvenientes que ello supone pera el buen funcionamiento del grupo. La disposición de las sillas también es importante. El sentarse en un esquema circular o elíptico donde cada uno puede ser visto y ninguna persona esta en posición dominante, ayuda a crear un ambiente amigable, informal y permisivo, y sobre todo facilita la comunicación y el diálogo. La dimensión del local en relación con el tamaño del grupo también reviste importancia: es necesario que haya una concordancia entre las dimensiones del local y el tamaño del grupo. -

Un local demasiado grande genera la sensación de “grano de arena en el desierto” y reduce la participación; Un local demasiado pequeño, produce la sensación “lata de sardinas” y no favorece las interacciones, pues obliga a los miembros a concentrarse en problemas de comodidad física, en lugar de hacerlo en los problemas de la discusión.

Cuando se trata de establecer un ambiente físico que ayude al funcionamiento del grupo, es importante recordar que el lugar debe ser acorde con la dimensión del grupo y con la finalidad del mismo, o de la reunión que se realiza. Si ésta es de mero entretenimiento, o de placer, el ambiente físico debe ser conducente al esparcimiento, la animación y la cordialidad. Si la finalidad es la resolución de problemas, o toma de decisiones, es evidente que todo lo que rodea a la reunión ha de contribuir a la efectividad de tal resolución. b. Sentimiento de igualdad y reducción de la intimidación Este sentimiento de igualdad u reducción de la intimidación y, en general lo que ayude a sentirse en un plano de igualdad, contribuye a aumentar la efectividad del


grupo. Por el contrario, todo lo que intimide o cree sentimientos de desigualdad entre los miembros del grupo reducirá la productividad (participación, relaciones interpersonales, etc.) y el deseo de estar en el grupo. Hay muchas maneras de contribuir a dar sensación de igualdad, desde la disposición de sillas hasta el uso del nombre de pila en lugar de apellidos a títulos y jerarquías. Así, por ejemplo, el clima permisivo y la informalidad ayudan a crear un clima en el que la gente se siente cómoda, lo que permite tener una más satisfactoria resolución de problemas o al menos un trabajo productivo. Naturalmente un exceso de falta de formalidad, puede llevar a la trivialidad. También la indumentaria siendo informal- salvo que la índole de la reunión exija otra cosa- también ayuda a crear un sentimiento de igualdad. Si el ambiente es tieso, duro, ceremonioso, conviene transformarlo en uno más distendido, invitando por ejemplo a todos los miembros del grupo “se pongan cómodos” (se aflojen la corbata o se la quiten, que se queden en mangas de camisa, etc.). Por último, el tamaño del grupo influye en la posibilidad de lograr una verdadera dinámica interna. Es muy difícil lograr el diálogo en la que participen todos los miembros del grupo, si se está integrado por más de 12 personas. c. Forma de iniciar una reunión Un momento crucial en la creación de la atmosfera de grupo, es la iniciación de la reunión. La manera en que el animador o coordinador o líder o presidente presente el tema, el tiempo que habla, cómo habla (dogmáticamente o como quien esta aprendiendo o buscando), cómo se dirige a los participantes y otras cuestiones a fines, son factores que contribuyen a una buena o mala atmosfera grupal o como se conoce en psicología como “raport”. Después de estas explicaciones sobre los factores que contribuyen a la creación de una atmosfera grupal, reiteraremos la importancia de tenerlos en cuenta. Como ya se dijo, cuando los individuos se encuentran y trabajan juntos, ya no se comportan sólo como unidades individuales sino que responden como un colectivo a la atmosfera grupal prevaleciente. En los grupos con una atmosfera cálida, permisiva, amistosa, democrática, parece haber mayor activación para trabajar y mayor satisfacción y los individuos y el grupo son más productivos. Además hay menos descontento, menos frustración, menos agresión. Hay más compañerismo, cordialidad, cooperación y “sentimiento de nosotros”. También parece haber más pensamiento individual, más facultad creadora y mayor motivación. Este clima de amistad puede ser ficticio (creado por un animador que domina la dinámica de grupos), pero esto no conduce a nada serio o duradero. El clima de


amistad debe ser sincero, autentico apoyado en la profunda convicción del valor de todo hombre y en el respeto honesto a los puntos de vista de los otros. Junto a esa creencia y actitud básica, los miembros del grupo deberán desarrollar una sensibilidad social hacia el grupo y, de manera especial, hacia los integrantes del grupo. 2. Comunicación en el grupo El proceso de comunicación es algo que vivimos cotidianamente. Se ha estimado que más de un 70% de nuestras actividades diarias involucran alguna forma de comunicación ya seaverbal o no verbal: hablar, escuchar, leer, escribir. Como miembros de diferentes grupos, participamos en ellos en diferentes procesos de comunicación. Cuando mejor es la comunicación, mayores garantías tenemos de un buen funcionamiento grupal. Ahora bien, hablar de comunicación dentro de este contexto, hacemos referencia a la capacidad que posee un individuo o grupo: -

Tanto para trasmitir sus ideas y sus sentimientos a otros individuos o grupos. Como para percibir ideas y sentimientos de otros individuos o grupos.

O si se quiere, dicho de manera precisa, es la capacidad para hacer común lo que saben o viven determinadas personas. La vida de un grupo es imposible sin la comunicación, es más, sin la comunicación ni siquiera puede surgir un grupo. Respecto de las funciones que desempeña el sistema de comunicación en los grupos se podrían comparar a las del sistema nervioso del organismo: ejercen una función similar a la unión y coordinación de los miembros. Además, la cohesión de un grupo, los comportamientos cooperativos y decisiones colectivas dependen en gran parte de la comunicación que existe en el mismo, de su naturaleza y amplitud. Los principio básicos de la comunicación. Para una buena comunicación interpersonal dentro de un grupo, lo más importante es tener una actitud dialógica, lo que plantea básicamente dos exigencias principales: -

Capacidad de escuchar al otro antes de responder, de analizar y discutir un problema o una realidad antes de juzgar o dar una opinión, y Capacidad de ponerse en cuestión y rectificar las propias posiciones o puntos de vista, cuando el otro o el grupo demuestran las insuficiencias del propio pensamiento.


Por otra parte, existen aspectos que también ayudan a mejorar la comunicación dentro del grupo:  Dirigirse al otro y otros de modo que cree un clima favorable a la comunicación, tanto por la forma como por el fondo;  Lo que cuenta principalmente no es la emisión, sino la recepción del mensaje: hay que expresarse teniendo en cuenta a las otras personas;  Ser lo más simple, claro y concreto con el lenguaje;  Procurar ser objetivo en las intervenciones;  Tener alguna cosa que decir: hay personas que hablan para repetir lugares comunes que todo el mundo conoce o para llamar la atención sobre ellas y no sobre lo que dicen. Barreras y obstáculos a la comunicación dentro de un grupo. Dentro de los grupos existen una serie de barreras que dificultan la comunicación. El animador de grupo debe conocerlas, ya sea para compensarlas y, si es posible, para eliminarlas. Puede ser, por ejemplo, una barrera i un obstáculo a la comunicación, la falta de claridad en las expresiones, la falta de coherencia en el lenguaje, la verborragia, la incapacidad para concretar ideas u otras expresiones de parecida índole. Sin embargo, la principal barrera es de tipo psicológico-emocional: se trata de la tendencia a criticar y reprobar las afirmaciones y conductas de otras personas. Esta propensión de buscarle los “cinco pies al gato” en todo lo que los otros realizan, o en hacer la interpretación más desfavorable de las conductas ajenas, constituye el más grave obstáculo a la comunicación. Algunas sugerencias para superar los obstáculos a la comunicación dentro del grupo Sino superamos los obstáculos a la comunicación intragrupal, el rendimiento del grupo siempre será bajo. Hay que encontrar medios para superar estas limitaciones. Sugerimos algunos: o Crear una atmosfera favorable ala comunicación: para ello hay que saber escuchar a los otros, respetarlos en lo que tienen de diferente, estar disponible a los otros, dar importancia al calor humano en el grupo; favorecer al diálogo en libertad, fomentar la sinceridad, etc.; o Comprender que acerca de cada problema, no hay un solo punto de vista: además del nuestro hay otros que son diferentes; nadie posee toda la verdad. No sólo hay que respetar los otros puntos de vista, sino que hay que enriquecerse con los portes de los otros; o No “encasillar” al otro en un “tipo fijo” de ser y hacer; hay que creer en sus posibilidades y potencialidades, estar dispuesto a recibir algo nuevo, distinto y, en algunos casos, hasta sorprenderte del otro;


o En cada contacto con los otros, ser capaces de encontrar algo nuevo y positivo en la persona; saber esperar del otro y de los otros. 3. Participación y espíritu de grupo. Participar de y en el grupo, es mucho más que intervenir por medio de la palabra; es sentir al grupo como algo propio: es la inclusión personal y psicológica de cada uno de los individuos en los asuntos del grupo. No es sólo estar, sino querer estar, sentirse dentro o parte dé. El éxito y buen funcionamiento de un grupo, dependen en gran parte del grado de participación existente en él. Por ello uno de los aspectos más importantes que debe tener en cuenta un trabajador social o animador en su acción con y en los grupos, es cómo lograr una buena participación: ¿cómo ser catalizador que genere procesos de participación? Las reglas prácticas que ponemos a consideración son para todos los miembros del grupo. En la medida que se practiquen se mejorará la participación dentro del grupo, asimismo actuará positivamente para lograr un mayor comunicación intragrupal y una mejor cohesión del grupo. Reglas práctica para alentar y mejorar la participación dentro de un grupo He aquí algunas reglas prácticas-presentadas a modo de recomendación que pueden ayudar a lograr una mayor participación dentrodel grupo y que son útiles a su vez, para mejorar la comunicación y cohesión del grupo. Integración del grupo Cuando se refiere a los miembros del grupo no diga “ustedes”, sino “nosotros”, hable dirigiéndose a todo el grupo, aunque se refiera sólo a uno. No se excluya al hablar, sobre todo a la hora de hacer críticas al funcionamiento grupal o al hacer propuestas que implican asumir responsabilidades. Procure no formar, ni integrar subgrupos, por el contario, promueva al máximo la inteligencia del grupo. No se siente necesariamente junto a sus amigos o aquellos que siente mayor afinidad. Evite el cuchicheo, es decir, no hable bajito con el compañero de al lado, salvo un intercambio rápido de palabras. Hacerlo es descalificar al que está interviniendo en ese momento. Cada vez que tenga algo que decir, hable alto dirigiéndose a todos. Espere su oportunidad para hablar, evitando diálogos superpuestos en los que nadie se escucha. Escuche con atención y respete las posturas discrepantes


Manténgase atento al desarrollo de la reunión. No se aleje o aisle del grupo. Sea tolerante; admita las diferencias existentes entre los miembros del grupo y las propuestas o ideas que no coincidan con las propias. Intervenga constructivamente Procure encadenar su intervención integrando sus ideas o propuestas en conjunto de la discusión. Al intervenir refiérase a intervenciones anteriores, aunque no comparta lo que se ha dicho. Procure fundamentar sus afirmaciones. Use argumentos, no adjetivos calificativos. Si discrepa no es necesario que inicie su intervención diciendo “no estoy de acuerdo”. Expresiones como la anterior sólo sirven para crear barreras en las relaciones interpersonales. Nunca pierda el objetivo de la reunión o discusión; no divague, no haga disgresiones innecesarias, no vaya por los “cerros de Ubeda o por as ramas”; trate de concretar y de ir siempre al grano. Cuando la discusión se va “por las ramas” o está perdida por el fragor de las palaras, no intervenga acentuando la divagación, por lo contrario, procure ceñirse rigurosamente al tema. Una discusión realizada con espíritu dialógico es una operación mental cooperativa realizada en conjunto. Para ello es necesario que cada intervención esté ligada con las otras y que sirva de referencia para la construcción que se hace colectivamente. No monopolice la palabra; el exceso de intervención verbal, así como su insuficiencia, son obstáculos para el funcionamiento de un grupo. Estimule a los demás. Cuando alguien dice algo con lo que usted está de acuerdo, haga alguna una señal que exprese que comparte sus planteamientos. Aprenda a reconocer los aportes de los otros; esto estimula y ayuda a una expresión más libre. Las personas crecen cuando son estimuladas en lo que tienen de positivo. Por el contario, no deteriore la imagen del otro poniendo en evidencia su ignorancia y descalificándolo moralmente. No derrote a un compañero en una discusión: de lo que se trata es de buscar juntos, lo cual exige intercambiar puntos de vista. No menosprecie a los máslentos o a los que interviene menos. Tampoco menosprecie las contribuciones que parecen sin importancia. Ayude a madurar al grupo.


Si la reunión va mal, proponga un paréntesis para examinar lo que está impidiendo el buen funcionamiento del grupo. No lo deje para criticar después de la reunión; eso no sirve para nada en relación a la reunión ya que realizada, ni asegura mejorar las que se realizaran en el futuro. Si usted estuviera muy por encima del grupo ya que por conocimiento o por experiencia en relación al tema que se está tratando, no lo haga notar. Colabore para que todos los miembros del grupo tengan la oportunidad de hablar y expresarse; haga preguntas, manifieste su interés de que se conozca la opinión de quienes no han hablado. Ayude a que todos expresen sus ideas; colabore a que los tímidos venzan sus bloqueos. 4. Liderazgo distribuido. El liderazgo está estrechamente vinculado con las estructura del grupo y sus formas de trabajo. Es obvio que un liderazgo autoritario, al igual que uno paternalista o permisivo no ayuda al grupo a madurar como personas ni a ser responsables y efectivos en la toma de decisiones. Hay que entender, por lo tanto, a lograr una estructura grupal lo más democrática y participativa posible. El sentimiento de igualdad entre los miembros debe ser real, e independiente de las lógicas diferencias entre las personas que integran el grupo. Sin embargo, y aun en grupos altamente participativos, siempre que el grupo sobrepase las 8 ó 9 personas, se requiere de alguien que ejerza la función de coordinador, moderador o animador de la reunión, en vista de lograr un máximo de productividad grupal. Este tipo de tarea, orientada a buscar el mejor clima de comunicación posible y la marcha en la búsqueda de los objetivos propuestas (lo que Gibb denomina liderazgo), es necesario que sea distribuido. Es decir, que no recaiga siempre en la misma persona. Este “liderazgo distribuido” consiste en que las tarea de coordinación, animación o simplemente de moderación en las reuniones grupales, sean rotativas en el grupo. Ello permite el crecimiento de todos los miembros, un mayor desarrollo de habilidades en el manejo de las técnicas grupales por parte de todos, y ayuda a madurar al grupo, mejorando su capacidad de acción. 5. Formulación del objetivo. Un grupo que no tiene claramente definido cual es su objetivo, nunca será productivo ni tampoco (siquiera a la larga) gratificante. Muchas veces se pierde tiempo en las reuniones y se es poco efectivo por no tener bien definido el objetivo a lograr, el ¿para qué? Del grupo y de la reunión.


Por ello, y como una de las primeras condiciones que se deben existir para una buena acción de grupo, es necesario que haya una clara definición y formulación del objetivo a lograr. Y esto debe hacerse desde el primer momento. Un grupo no se constituye para formar un grupo, sino para alcanzar algo. Además, en esa clarificación y definición de los objetivos es necesario que participen directa y activamente todas las personas que forman el grupo. De este modo, se incrementa en cada miembro el sentido de pertenencia, la conciencia colectiva y el sentimiento de “nosotros”, indispensable para un funcionamiento grupal. “cuando los objetivos no son determinados desde afuera, sino responden a las necesidades de todos los miembros y estos han participado de su elaboración, el grupo se siente más unido y trabaja con mayor interés en el logro de los mismos”. Desde otro punto de vista y respetando el del autor, es necesario considerar que no siempre es así, por ejemplo; cuando se entra a trabajar en un proyecto los objetivos ya están definidos y no hay nada que se pueda hacer ante eso, se esté o no se este de acuerdo con los objetivos planteados, porque el trabajo a realizar tiene que ser direccionado apuntando al logro de esos objetivos, ante esto se presentan dos situaciones 1. Es que se acepte dichos objetivos se esté o no se esté de acuerdo con los objetivos planteados y 2. Es que se de la posibilidad de participación a todos los miembros del grupo en como se puede llegar a alcanzar dichos objetivos. 6. Flexibilidad. Para que un grupo sea productivo, basta con que su objetivo este claramente formulado. Es necesario, además, que existe un programa de acción o agenda, que permita ir logrando los fines propuestos. Este programa, debe cumplirse hasta tanto se logren los objetivos fijados o se formulen otros nuevos sobre la base de nuevas necesidades o problemas. Sin embargo, una aplicación rígida del programa o las normas del grupo, pueden contribuir un verdadero obstáculo para el buen funcionamiento y rendimiento grupal. Lo fundamental de toda planificación (y por ende, de la planificación del trabajo grupal) es la flexibilidad y la capacidad de adaptación a situaciones nuevas. Por otra parte, los objetivos establecidos deben ser cumplidos de acuerdo a los métodos y procedimientos establecidos. Pero si nuevas circunstancias o necesidades aconsejan una modificación de los mismos, debe existir en el grupo una actitud de flexibilidad que facilite la adaptación constante a los nuevos requerimientos. Debe evitarse la rigidez de reglamentaciones o normas pues estas sólo sirven cuando favorecen la tarea del grupo, y pierden su valor cuando la entorpecen. En definitiva no debemos olvidar como lo dice Gibb: El establecimiento de los objetivos, la evaluación continua, y la flexibilidad, son las claves de una planificación efectiva. Cuando la comunicación es libre y rápida, los planes flexibles, y la evaluación eficiente, los miembros pueden proceder a un efectivo establecimiento de los objetivos y una acertada elección de actividades.


7. Consenso. La decisión por consenso es la que resulta de un esfuerzo para llegar a un acuerdo o postura relativa, en la que se procura recoger opiniones, sugerencias y propuestas diferentes, incluyendo los intereses y motivaciones no coincidentes. No es tan satisfactoria como la que desearía cada miembro del grupo o cada parte, pero como contempla parcialmente los interese y propuestas de todos, permite llegar a un acuerdo sobre lo que procede hacer, aun existiendo desacuerdos en cuanto a intereses y motivaciones. Un grupo no debe sólo tomar decisiones, debe también-si es que interesa que el grupo continúe- contemporizar y procurar satisfacer los intereses y apreciaciones de los participantes. Con frecuencia, para trabajar en común hay que hacerlo sobre la base del consenso, que es una de asumir democráticamente la realidad de una sociedad pluralista, en donde la unidad se da en la pluralidad. El consenso hace posible la convivencia y el crecimiento del grupo, evitando conflictos posteriores a la forma de las decisiones, precisamente como consecuencia de la forma en que éstas han sido tomadas. 8. Comprensión del Proceso. La forma en que el grupo trabaja, las actitudes y reacciones de sus miembros, el tipo de comunicación existente, los roles, la participación y clase de intervención que se da, los fenómenos y situaciones que se producen en su seno entre otros factores, constituyen el proceso grupal. Si bien la mayoría de los grupos con los que trabajamos tiene por finalidad emprender acciones o resolver problemas, no debemos nunca descuidar este aspecto psico-social de lo que el grupo está viviendo. Por ello, el grupo debe prestar atención tanto a lo que hace, tanto a la forma como lo hace. La comprensión de este proceso grupal permitirá mejorar la participación en el grupo, aumentar potencialmente la productividad y mejorar la capacidad de autoayuda del grupo. 9. Evaluación Continúa. Es conveniente para un buen funcionamiento del grupo, que éste sepa permanentemente en que medida va avanzando hacia objetivos propuestos, si éstos responden a las necesidades de sus miembros, y si existe un buen nivel de gratificación y crecimiento personal en el mismo. Dicho en otras palabras, debe existir una evaluación permanente, tanto de la productividad y rendimiento grupal (esfuerzo para lograr los objetivos fijados) como del proceso grupal al que hacemos referencia en el principio anterior.


Ello permitirá introducir en la marcha del grupo los cambios necesarios en los momentos oportunos. Y por supuesto, deberá ser el grupo el que determine cuando y cómo será más apropiada la evaluación.


Unidad 4 VISIÓN DE GRUPO Y TÉCNICAS GRUPALES. Hemos definido qué son las técnicas grupales y su diferencia con las técnicas de dinámica de grupos. También hemos presentado algunos consejos prácticos sobre el uso de las técnicas y criterios para seleccionarlas adecuadamente. Ahora, y para terminar esta parte introductoria, queremos presentar una visión de conjunto de las mismas. Podemos clasificar de una manera sencilla, las técnicas en tres grandes clases o tipos: Las técnicas de iniciación grupal: Son aquellas que tienen por objetivo propiciar el conocimiento mutuo, la integración, y desinhibición en el grupo. En definitiva, tratan de “crear el grupo” mediante el logro de una atmosfera grupal de confianza y buena comunicación, gratificaciones para los miembros del grupo que se encuentran como personas. Es decir, se treta de técnicas que nos pueden ayudar a introducir al grupo y a sus miembros en la iniciación de la vida grupal propiamente dicha. Desinhibición, conocimiento mutuo, descubrimiento de las potencialidades y fuerzas del grupo, desarrollar al máximo la participación y crear un ambiente fraterno y de confianza, son los objetivos básicos de estas técnicas. El propósito de la utilización de estos procedimientos, es lograr una atmosfera cordial, permisiva y gratificante, que ayude al grupo a constituirse como tal, a fortalecerse en su proceso concreto y a crear un clima favorable para la terea específico que el grupo se haya propuesto realizar. Es por ello que, si bien las técnicas de iniciación tienen como fin último “crear grupo”, no sólo deben utilizarse al comienzo de la vida grupal. Siempre es necesario, al comienzo de cada reunión, sesión o encuentro, crear una atmosfera grupal adecuada. Para ello, estas técnicas son un recurso entre otos al que podemos echar mano. Hay autores que desconocen o rechazan la importancia de este grupo de técnicas, por considerarlas “poco serias”… sin embargo, la experiencia nos ha demostrado sobradamente cuán importantes son para comenzar bien y desde el principio un buen proceso grupal. Es más, la eficacia del grupo aumenta notablemente con posterioridad a su aplicación, por el efecto que producen en su seno al aumentar la confianza como resultado de un buen proceso de comunicación. Lógicamente, existe una gran variedad de técnicas, y no cualquiera de ellas se adopta a todo tipo de grupo y situación particular. De ahí la necesidad de conocer muy bien los objetivos del grupo y su situación actual para para seleccionar,


adoptar y/o recrear la técnica (o las técnicas) más idóneas. Por otra parte, conviene tener en cuenta que la formación de un grupo tiene dos formas diferentes: el grupo que emerge de forma espontánea, y el que se crea para algo. En éste último caso, pueden darse dos situaciones: a) la iniciativa la toman las mismas personas que han de constituir el grupo (o una parte de él; b) el grupo es creado por un agente externo con un propósito determinado. Estas diferentes situaciones que se dan en el nacimiento de un grupo condicionan la aplicación de las técnicas de iniciación. El primer contacto: la presentación. Cuando un grupo recién se encuentra, el primer contacto que hay que realizar o propiciar es lo que podríamos denominar “la presentación”. Como se lleve a cabo esta presentación va a ser fundamental en la creación del clima del grupo y paracomenzar a funcionar en cuanto a grupo. La gran importancia estratégica de este primer momento, hace que se tome absolutamente necesario prepararla con sumo cuidad. Algunas consideraciones al respecto pueden resultarnos de utilidad. En primer lugar, deberemos tener una conciencia clara acerca de cuáles son los objetivos de la presentación: •

• • •

Permitir al grupo romper la tensión o sentimiento natural de intimidación que siempre existe en el principio (lo que se conoce también como romper el hielo). Si la actividad es bien ejecutada o acertada esto nos propiciará un ambiente cálido donde se nos hará más fácil ir ganando la confianza del grupo obteniendo empatía con los miembros del mismo y que posteriormente posiblemente nos arrogue buenos resultados al final de la reunión con la consecución y logro de los objetivos propuestos. Facilitar que las personas hablen de sí mismas y no de sus opiniones, Tener una visión global de las riquezas y potencialidades humanas que hay en el grupo, Crear espacios para que cada uno brinde algo de sí mismo al grupo, etc.

Ahora bien, para que la presentación se desarrolle dentro de un clima no “forzado”, algunos consejos pueden ser útiles: -

Es necesaria una motivación inicial por parte del coordinador o animador del grupo, de tal manera que cada uno sepa lo que se va hacer y por qué, y que, además, sienta interés y ganas de hacerlo. A continuación se puede iniciar las presentaciones, cuestión que varía mucho en función del tipo de grupo y el número de participantes. Si el grupo


-

es muy numeroso habrá que combinar la subdivisión en parejas, cuartetos, etc. En cualquier caso siempre habrá que evitar la “clásica” presentación que no sirve para lograr los objetivos propuestos. Si se considera oportuno, el coordinador o animador puede hacer, al final, un balance de las aportaciones del grupo.

Además, conviene saber que la presentación se enriquece enormemente si: -

Combinamos más de una técnica, más de una modalidad de presentación (sobre todo cuando el grupo se reúne por primera vez); Realizamos variaciones de tema: por ejemplo, mezclamos presentaciones de tipo vivencial, sentimientos, opiniones, anécdotas, etc; Utilizamos otros elementos distintos al verbal (imágenes, gestos, objetos, etc.).

Entre estas tenemos: Primeras impresiones Cinco características Presentación por parejas Tres experiencias Animales Saludos Yo soy – yo siento Seis sentidos La línea de la vida Formando equipos Collage Baile de presentaciones Autorretrato Autopresentaciones Cadena de nombres.

La Diana Quien es… en el grupo Entrevista y presentación Proyectos artísticos Yo soy… La tienda mágica Visitantes Imitaciones La rueda descripción de segunda mano Frases incompletas Los trenes El pueblo manda Canasta revuelta

Las técnicas de producción grupal: Que son las orientadas a organizar al grupo para una tarea especifica, de la forma más eficaz y productiva posible. Son las que permiten, sobre todo, lograr un buen rendimiento grupal, aunque siempre dentro de un clima gratificante. Desde el punto de vista de la productividad de un grupo, la forma en que éste se organice para la realización de actividades conjuntases de gran importancia y significación. De lo que se trata es de aprovechar de la forma más rentable y eficaz posible, todas las potencialidades del trabajo que puede tener un grupo, ya sea por la diversidad de informaciones y puntos de vista que se pueden reunir, por


el conjunto de esfuerzos que pueden realizar, por el enriquecimiento humano que propicia etc. Todas estas potencialidades existen en los grupos; ahora bien, para que llegue a convertirse en hechos, es necesario saber canalizar todas esas energías latentes y organizar la tarea propuesta de la forma más adecuada al objetivo que se pretende lograr. Y, para ello, las técnicas de producción grupal pueden ser un instrumento de gran utilidad. Entre estas tenemos: Phillips 66 Pequeño grupo de discusión Diálogos simultáneos o cuchicheos Brainstormig Foro Adentro y afuera Discusión de gabinete y técnicas de reuniones de trabajos Servicio de “staff” Estudio de casos Métodos de proyectos “visión futura” Lectura recomendada Seminario Grupos de creación participativa session y screening panel” Registro abierto Dramatización Pantomima Máscaras

Títeres La alusión Grabación dramatizada Teatro – imagen Teatro creativo Rotafolios plástico Cine-forum Fotopalabra Juegos de simulación Entrevista pública Diálogo o debate público Mesa redonda Panel Simposio Conferencia individual,

“Buzz-

Asamblea Jornadas Congreso “Role-playing” o juego de roles.

Las técnicas de medición y evaluación grupal: Estas técnicas están diseñadas para evaluar permanentemente o periódicamente los procesos que el grupo está viviendo, ya sea en el aspecto de los resultados o logros obtenidos, como en el de los métodos y procedimientos empleados, o el nivel de satisfacción personal y relaciones humanas gratificantes en el seno del grupo. Evaluar el grupo y sus formas de trabajo es la mejor técnica para mejorarlo en todos sus aspectos. Cuando un grupo evalúa periódicamente su funcionamiento establece unas bases sólidas para ir progresando paulatinamente.


Ahora bien, a veces, la palabra evaluación tiene connotaciones un tanto negativas para algunos… Cuando hablamos de la evaluación grupal hacemos referencia al estudio de dos cuestiones básicas en el grupo: • El proceso grupal, en todo lo referente a su funcionamiento y relaciones/interacciones en el seno del grupo, que se relaciona con la gratificación; • El nivel de logro de los objetivos propuestos, es decir, si el grupo va avanzando hacia la obtención de las metas y propósitos establecidos, y si los alcanza con eficacia. Que se relaciona con la productividad. De lo que se trata, por lo tanto, no es de establecer un sistema de control o de fiscalización de lo que cada uno hace o no hace en grupo. Es obvio que actitudesno conducen a nada positivo. Por el contrario la evaluación grupal permite y ayuda al grupo a mejorar permanentemente, tanto en lo que hace a su funcionamiento interno, como a su eficacia y operatividad. Y como la única forma de superar loe errores y fallos exige que éstos se conozcan previamente, la evaluación de transforma en uno de los procedimientos más útiles para le progreso de los grupos. Lejos de lo que algunos perecen mostrar, la evaluación de un grupo no es algo complicado ni difícil. Existen muchas técnicas para evaluar. Algunas más complejas que otras, pero la tarea de evaluar no tienen porqué resultarnos engorrosa… Puede hacerse una buena evaluación sin necesidad de recurrir a procedimientos sofisticados. A veces, pequeños ejercicios o el uso de breves cuestionarios por parte de los miembros del grupo bastan para realizarla de manera eficaz y positiva. Entre ellas tenemos: Cuestionarios de evaluación general Cuestionarios de evaluación del trabajo en grupo Cuestionarios de evaluación de reuniones Cuestionarios de evaluación del clima grupal Cuestionarios de evaluación del animador del grupo Cuestionarios para evaluar la conducta personal en el grupo Cuestionarios de madurez grupal, participación y ambiente Cuestionarios para evaluar el tipo de interacciones grupales Cuestionarios de evaluación de roles Cuestionarios de percepción de los comportamientos personales Juegos y ejercicios para la evaluación grupal: Te acuerdas cuando… Lo mejor que pasó Impresiones modificadas Regalos Cápsula temporal Mensajes positivos


Imaginar el final. Para el desarrollo de esta temática se ha tenido en cuenta algunas de las técnicas relacionadas con el propósito de dar una idea más clara y como ejercicio práctico de la teoría presentada para desarrollar en el desarrollo de éste módulo.


BIBLIOGRAFÍA AGUILAR, María José, Técnicas de Animación Grupal. Espacio editorial, Buenos Aires, Argentina. BEAL, George M., BOHEM,Joe M. y RAUDABAUGH, j. Neil., Conducción y acción dinámica del grupo, Ed. Kapelusz, Colección Biblioteca de psicología contemporánea. Buenos aires 1964. CIRIGLIANO, Gustavo F. J. y VILLAVERDE, Anibal. Dinámicas de grupos y educación. Fundamentos y técnicas. Ed. Hvmanitas, Colección Guidance. Buenos Aires, 1966. HOSTIE, Raymond. Técnicas de dinámica de grupo. Curso de sensibilización en las relaciones humanas. Publicaciones ICCE, Colección Educación/96. Madrid, 1979. KRISTEN, Rainer E. y MULLER- SCHWARZ, Joachim.Entrenamiento de grupos. Prácticas de dinámicas de grupos. Ediciones Mensajero, Bilbao, 1978.



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